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Discípulos y misioneros de JesucristoAño Pastoral 2011-2012
SUBSIDIO CUARESMAL
RETIRO PARA ADOLESCENTES
OBJETIVO:
Siendo la Pascua la celebración más importante para los católicos, es de gran
importancia que los adolescentes vivan la cuaresma sintiendo la necesidad de seguir a
Cristo llevando su mensaje a través de sus actos. Este año queremos invitarlos a vivir
un “Regreso a Jerusalén” con entusiasmo, sabiendo que cuaresma es el tiempo en que
tenemos la oportunidad de reconciliarnos con Jesús, de abandonar todo aquello que
nos aleja de él y seguirlo. Que en la Pascua veamos adolescentes nuevos, agentes de
cambio y evangelización en su entorno.
El presente esquema es una propuesta la cual puede o debe modificarse, corregirse
o ampliarse, según sean las necesidades de la realidad parroquial de cada grupo. Es
necesario que las actividades que aquí se proponen se preparen con anticipación, por
ello sugerimos leer detenidamente el material, hacer las adecuaciones pertinentes,
preparar el suficiente material para los participantes y orar al Señor que envíe su
Espíritu para que Él sea quien hable al corazón de los muchachos.
ASPECTOS PREVIOS
Lugar.
Se puede desarrollar en un parque, en el atrio de la iglesia o en algún salón
comunitario. Se sugiere que el lugar donde se realice esté decorado con mantas o
carteles con frases alusivas a la cuaresma que inviten a la reflexión y conversión.
Propaganda
Cada grupo decide qué medio de difusión tiene más éxito considerando que esta
actividad no es sólo para los que participan usualmente en las actividades de la Iglesia
sino para todos los adolescentes que se encuentran en el territorio parroquial.
Material que se necesita
Gaffetes, frase bíblica del mensaje cuaresmal del Papa en grande, hojas en blanco,
lapiceros suficientes para todos, hojas de la oración final.
BIENVENIDA (5 minutos).
Se recibirá a los muchachos, invitándolos a participar con entusiasmo y disposición, a
convivir con los demás adolescentes e intercambiar experiencias.
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ORACIÓN INICIAL (la hace un guía en voz alta o se les da a todos para que la lean
juntos pausadamente):
Nos has llamado Señor, para ser tus amigos y seguirte con bondad; ayúdanos a no caer
en la tentación y danos fuerza para cumplir tu voluntad.
“Jesús impulsado por el Espíritu Santo, marchó al desierto. Allí, el demonio lo puso a
prueba durante cuarenta días”.
Señor, amigo bueno, tú siempre quieres cumplir la voluntad de tu Padre; y tu deseo es
que vivamos siempre como hijos de nuestro Padre Dios.
Queremos escuchar tu Palabra; Palabra que da la vida eterna y que es tan necesaria
como el alimento para nuestras vidas.
Así caminaremos seguros junto a ti.
Danos la fuerza para vencer la pereza, la envidia, la desobediencia… y sobre todo,
ayúdanos, Señor Jesús, a vivir como Tú quieres, cumpliendo siempre la voluntad de tu
Padre. Amén.
Padre nuestro…
DINÁMICA ROMPE-HIELO
“NO ME GUSTAN MIS VECINOS”
RECURSOS: todos los participantes deberán tener un gafete con su nombre escrito.
INSTRUCCIONES: - Alguno de los guías inicia el juego, todos deberán estar sentados en
círculo. El que dirige se pone de pie en el centro del círculo y le pregunta a un
adolescente “¿te gustan tus vecinos?”, la respuesta siempre será “No”. Entonces le
preguntará “¿por quiénes los quieres cambiar?” y deberá mencionar a dos
adolescentes que estén en el círculo, éstos deberán intercambiar el lugar de las dos
personas que están a la derecha y a la izquierda del interrogado, sin embargo, el guía
que dirige también ocupará uno de los lugares de los participantes que intercambian
lugares. El adolescente que “pierda” su nuevo lugar se pondrá en el centro y repetirá la
mecánica. El juego continuará hasta que la mayoría de los participantes haya
cambiado de lugar.
NUESTRA REALIDAD
ACTIVIDAD: Representación.
Duración: 25 minutos.
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Se dividirá a los adolescentes en cuatro equipos, se les repartirá una tarjeta a cada
equipo que tendrá una de las siguientes palabras: AYUNO, ABSTINENCIA, PENITENCIA y
ORACIÓN. Se les dará de 5 a 10 minutos para ponerse de acuerdo y prepararse. Cada
equipo hará una breve representación de la vida cotidiana y de cómo a través de esos
signos cuaresmales se acercan más a Cristo.
Posteriormente, un guía explicará cada uno de los signos:
AYUNO: es la práctica de limitar el consumo de comida y bebida para imitar los
sufrimientos de Cristo durante su pasión y a través de toda su vida terrena. El ayuno
nos recuerda que la conversión debe abarcar todas las áreas de nuestra vida.
ABSTINENCIA: es la actitud que consiste en privarse total o parcialmente de satisfacer
los apetitos; puede referirse al no uso o consumo de determinados alimentos o
bebidas, en cumplimiento de un precepto religioso o promesa especial.
PENITENCIA: Es el acto de estar convencidos plenamente de un cambio de vida lo cual
se representa a través de un sacrificio que ofreces a Dios por el perdón de tus pecados.
ORACIÓN: Debe ser un encuentro personal con Dios. Hay diversos medios que ayudan
a comunicarse con el Señor: leer la biblia, cantar.
PROFUNDIZAMOS EN LA FE
MENSAJE: Exposición a los adolescentes. (Tomado del mensaje del Papa
Benedicto XVI para la cuaresma 2012)
A manera de charla con los adolescentes, plantearles la realidad en la que la sociedad
se encuentra: la crisis de valores, los problemas familiares, la violencia y la
delincuencia, etc. De preferencia proporcionen apoyo visual al tema con posters,
carteles, diapositivas. Posteriormente, se les presenta en una manta o cartel grande la
siguiente cita de la Carta a los Hebreos: «Fijémonos los unos en los otros para estímulo
de la caridad y las buenas obras» (10,24) como respuesta a la realidad descrita
anteriormente. Conviene que la cita se acompañe de una imagen del Papa recordando
que del 23 al 26 de marzo estará en México. Se les comienza a explicar, poco a poco,
cada elemento de la frase bíblica.
1. “Fijémonos»: la responsabilidad para con el hermano.
Su Santidad invita a fijar la mirada en el otro, ante todo en Jesús, y a estar atentos los
unos de los otros, a no mostrarse extraños, indiferentes a la suerte de los demás. El
gran mandamiento del amor al prójimo exige y urge a tomar conciencia de que
tenemos una responsabilidad respecto a quien, como yo, es criatura e hijo de Dios: el
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hecho de ser hermanos en humanidad y, en muchos casos, también en la fe, debe
llevarnos a ver en el otro a un verdadero hermano con defectos y virtudes como los
nuestros, a quien el Señor ama infinitamente. En la parábola del buen Samaritano, el
sacerdote y el levita «dieron un rodeo», con indiferencia, delante del hombre al cual los
salteadores habían despojado y dado una paliza (cf. Lc 10,30-32), y en la del rico
epulón, ese hombre saturado de bienes no se percata de la condición del pobre Lázaro,
que muere de hambre delante de su puerta (cf. Lc 16,19). Hay que «fijarse», mirar con
amor y compasión. También debemos fijarnos en el interior de nuestros hermanos,
porque no basta ayudar materialmente, también es una responsabilidad de todos los
cristianos velar por la salvación de las almas. El apóstol Pablo afirma: Si alguno es
sorprendido en alguna falta díganselo con espíritu de mansedumbre, y cuídate de ti
mismo, pues también tú puedes ser tentado (Cf. Ga 6,1).
2. “Los unos en los otros»: el don de la reciprocidad.
Una sociedad como la actual puede llegar a ser sorda, tanto ante los sufrimientos
físicos, como ante las exigencias espirituales y morales de la vida. En la comunidad
cristiana no debe ser así. El apóstol Pablo invita a buscar lo que «fomente la paz y la
mutua edificación» (Rm 14,19), tratando de «agradar a su prójimo para el bien,
buscando su edificación» (ib. 15,2), sin buscar el propio beneficio «sino el de la
mayoría, para que se salven» (1 Co 10,33). Los discípulos del Señor, unidos a Cristo
mediante la Eucaristía, viven en una comunión que los une los unos a los otros como
miembros de un solo cuerpo. Esto significa que el otro me pertenece; su vida, su
salvación, tienen que ver con mi vida y mi salvación. Todo cristiano puede expresar en
la preocupación concreta por los más pobres su participación del único cuerpo que es
la Iglesia. La atención a los demás en la reciprocidad es también reconocer el bien que
el Señor realiza en ellos y agradecer con ellos los prodigios de gracia que el Dios bueno
y todopoderoso sigue realizando en sus hijos.
3. “Para estímulo de la caridad y las buenas obras»: caminar juntos en la
santidad.
Esta expresión de la Carta a los Hebreos (10, 24) nos lleva a considerar la llamada
universal a la santidad, el camino constante en la vida espiritual, a aspirar a los
carismas superiores y a una caridad cada vez más alta y fecunda (cf. 1 Co 12,31-
13,13). La atención recíproca tiene como finalidad animarse mutuamente a un amor
efectivo cada vez mayor. Todos hemos recibido riquezas espirituales o materiales útiles
para el cumplimiento del plan divino, para el bien de la Iglesia y la salvación personal
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(cf. Lc 12,21b; 1 Tm 6,18). Los maestros de espiritualidad recuerdan que, en la vida de
fe, quien no avanza, retrocede. Ante un mundo que exige de los cristianos un
testimonio renovado de amor y fidelidad al Señor, todos han de sentir la urgencia de
ponerse a competir en la caridad, en el servicio y en las buenas obras (cf. Hb 6,10).
Esta llamada es especialmente intensa en el tiempo santo de preparación a la Pascua.
UN MOMENTO DE ORACIÓN Y REFLEXIÓN:
Invitar a los adolescentes a guardar silencio (crearles conciencia que se les hace difícil
porque no están acostumbrados pero es posible y más aún necesario para escuchar la
voz de Dios que les habla en lo profundo del corazón). De preferencia sentados en
posición cómoda, se les pide cierren los ojos y piensen en un momento difícil en su
vida, en una situación de debilidad, cuando han olvidado o ignorado a sus hermanos,
cuando han pasado por alto fijarse en las necesidades de sus compañeros y, con los
ojos cerrados escuchen la canción propuesta; al finalizar el guía puede hacer una
oración espontánea y/o invitar a los adolescentes a orar en voz alta. Al terminar la
oración animarlos a depositar su confianza y aumentar su fe, a aprovechar la cuaresma
para acercarse más a Dios, morir a las cosas que nos alejan de Él, para renacer a una
vida plena en Jesús resucitado.
Se pueden utilizar estas canciones para la oración:
“Me levantaré” de JESED.
http://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&NR=1&v=LaA6HV5zbxc
“Dios mío ¿Por qué me has abandonado?” de JESED.
http://www.youtube.com/watch?v=PLrJVSmRh7U&feature=related
Posteriormente el guía hará la siguiente lectura de forma pausada, para que después
los adolescentes comenten y saquen conclusiones:
LECTURA:
Se convocó una sesión del Sanedrín para tratar el caso de Jesús y decidir si
debía ser o no entregado a los romanos para ser juzgado. Se trató de un interrogatorio
para tener antecedentes.
Jesús responde a las preguntas, reclama un juicio con la presencia de testigos y,
con una rápida síntesis, recuerda que ha hablado delante de todos y entonces todos
conocen lo que Él ha anunciado. Diciendo que ha hablado públicamente, Jesús quiere
subrayar que su doctrina no es rebelde, porque fue detenido por revolucionario. Se
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queja que hayan salido armados a prenderle como si fuera un bandido; sin embargo
“yo estaba con ustedes todos los días, enseñando en el templo, y no me arrestaron”.
En el derecho judío de épocas posteriores se afirma claramente el principio de
que nadie tiene que ser acusador en su propio juicio y es posible que ya estuviera
vigente en tiempos de Jesús; con esto se explicaría la reacción del soldado que golpea
a Jesús, considerando un abuso legal la respuesta - pregunta de Jesús. Uno de los
soldados presentes le dio una bofetada.
Se exigía una actitud respetuosa, porque dice la escritura: “No blasfemarás
contra Dios ni maldecirás al Jefe de tu Pueblo” (Éxodo 22,26). Jesús alude
implícitamente a la ley, ya mencionada y niega haberla quebrantado. Jesús expresó
idéntica confianza en su inocencia: “¡A ver, uno que pruebe que estoy en falta!
Entonces, si digo la verdad, ¿por qué no me creen?” (8, 46) y “me odiaron sin razón”
(15,25).
“¿Por qué me pegas?”; “Lo que hagas hasta al más insignificante de mis
hermanos, a mi lo estás haciendo”; “¿Caín, dónde está tu hermano Abel?”; situaciones
que siguen repitiéndose a lo largo de la historia y nosotros a veces participamos en la
acción y nos manchamos de la sangre de nuestro hermano. La violencia opaca nuestra
acción...
LO APRENDIDO SE DEBE TRANSFORMAR EN ACCIONES…
(40 minutos aproximadamente)
OBJETIVO: Antes de tomar decisiones o hacer compromisos, el adolescente debe
aprender a compartir con Dios sus inquietudes para tomar la mejor opción. Siempre es
adecuado darnos tiempo para orar y acercarnos a Jesús para pedir su Espíritu Santo. La
experiencia de “Desierto” es ideal en este tiempo de cuaresma. El objetivo es que el
adolescente aprenda a darse un tiempo para platicar con Dios y profundizar su
espiritualidad. Posteriormente deberá hacer un compromiso con Dios en el que aplique
las virtudes que ha aprendido o que haya notado que le hace falta poner en práctica.
DESIERTO:
Para realizar esta actividad deberán llevar a los adolescentes a un lugar descampado,
lo suficientemente amplio para que cada quien pueda tener un espacio personal y lo
más silencioso posible (puede ser una cancha, un campo de futbol, un auditorio, etc.).
Una vez en el lugar, explicarles la actividad, profundizando que de nada sirve tener un
acercamiento con Dios, si este no se traduce en acciones. Debe transformar tu vida, y
con la firme convicción llevar el mensaje de Cristo a las personas de nuestro alrededor.
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Para esto tomamos de ejemplo a los discípulos de Emaús, quienes después del
encuentro con Cristo resucitado, regresaron a Jerusalén con entusiasmo a llevar el
mensaje a los apóstoles de que Cristo había resucitado (cf. Lc. 24, 32-35). Ese es el
mensaje que tenemos que transmitir: Cristo vive y quiere que seamos también
portadores de la buena noticia. Se puede hacer la siguiente lectura o realizarla en
forma de charla, posteriormente se les entregarán hojas en blanco y lapiceros y a
manera de carta escribirán lo que quieran decirle a Jesús, por lo que cada quien en su
espacio (distantes unos de otros), tendrá tiempo para su desierto. Pasado un tiempo
considerable se les convoca tranquilamente (puede ser con una pequeña campanita)
para no romper el momento y realizan la oración conclusiva del desierto todos juntos.
LECTURA:
Comparte el desierto de Jesús…
Avanzar, caminar por el Desierto hacia la Vida, hacia la Pascua, hacia la Resurrección.
Algo de esto es la Cuaresma. En realidad, toda la existencia cristiana es peregrinaje
hacia el encuentro del Padre, siguiendo las huellas de Cristo, bajo la fuerza del Espíritu,
pero lo celebramos de una forma más significativa en estos cuarenta días que
preceden a la Pascua, como si fuera un "cristianismo concentrado". Es de suponer que
los enamorados se quieran siempre, pero... lo celebran un día al año.
El desierto es lugar de "paso". Nadie construye una casa en la arena. A lo sumo se
limita a plantar la tienda de campaña. La experiencia de desierto es un estímulo
permanente a vivir el sentido de lo provisional. Estamos de paso. Nacemos, crecemos,
morimos... No vale la pena "acumular" y "tener", almacenando en los graneros.
Vivimos como peregrinos camino de la Patria definitiva. Importa relativizar la
existencia, dando ciertamente valor a cada cosa, pero siempre en orden a lo único
Absoluto. Lo importante es realizarse, "ser".
Desprenderse del peso inútil de tantas cosas superfluas para poder aligerar la marcha.
Calcular bien qué poner en la mochila para que sea útil y no estorbe la escalada hasta
la cima. Nuestra morada definitiva está "más allá", en los "cielos nuevos y la tierra
nueva" (Ap 21,1).
"Empujado por el Espíritu"(Mc 1,12) marcha Jesús al desierto, donde es tentado por el
Diablo. Además de provisional, el desierto es también lugar de dificultades. Cuando
uno va de campamento, en una tienda de campaña, no goza de las comodidades
usuales del hogar. El desierto fue para los israelitas tiempo de tentación y de crisis,
durante los cuales Yahvéh puso a prueba su fidelidad: "Acuérdate de todo el camino
que Yahvéh tu Dios te ha hecho andar durante estos cuarenta años en el desierto para
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probarte y conocer lo que había en tu corazón... Te hizo sentir hambre, te dio a comer
el maná para mostrarte que no solo de pan vive el hombre. Date cuenta, pues, de que
Yahvéh tu Dios te corregía como un padre corrige a su hijo..." (Dt 8,2).
El desierto es lugar privilegiado para un encuentro con Dios. Allí, en el desierto, es
donde Israel celebró las grandes manifestaciones divinas. Allí se reveló a Moisés. Y a
Elías. Al desierto se retiraba Jesús para hablar en la intimidad con su Padre, a quien
llamaba "Abbà, papaíto" (Mc 14, 36). Buscaba siempre espacios solitarios. A veces, de
noche, cuando había dado de comer a la muchedumbre y le buscaban para
proclamarlo rey, se retiraba al monte hasta la madrugada (Jn 6, 15-20). A veces, muy
temprano, antes de que se despertaran los demás, salía de casa para orar a solas.
Marcos relata un caso curioso. Pedro se levanta y, al no encontrarle, le busca por el
campo y al verle, le regaña nervioso: "¡Todo el mundo te anda buscando!". Pero Cristo,
que ha escuchado la voz de su Padre en el silencio, ha cambiado de programa: "¿Ah,
sí? Pues vámonos a otra parte, que también he de predicar en otros pueblos" (Mc 1,
35-39). Cuanto más aumentaba en éxito, más "se retiraba a lugares solitarios" (Lc 5,
15).
Y es que a Dios se le encuentra en el silencio. Se habla mucho del eclipse de Dios,
como si hubiera abandonado a sus criaturas, como si no llegaran a sus oídos los gritos
de quienes le suplican. Pero, ¿es que Dios no habla, o es que el hombre se ha vuelto
incapaz de escucharle?. "El silencio es la gran revelación", escribió Lao-Tse.
En Cuaresma la Iglesia nos invita a intensificar la oración, el retiro, los ejercicios
espirituales... siquiera ve menos televisión, quítate por un rato tus audífonos, no estés
tanto tiempo en la computadora chateando o en el face: entra en tu "aposento interior"
(Mt 6,6) donde, "cerradas las puertas" puedas escuchar la voz de tu propia conciencia.
Ahora sólo date la oportunidad de encontrar a Jesús en este momento de silencio,
escucha su voz en el silencio y dile lo que sientes, lo que te inquieta, lo que te
preocupa. Él tiene las respuestas que buscas, sabe lo que necesitas, tiene lo que te
hace falta. Jesús quiere que te comprometas con Él, escríbele de qué manera tú
ayudarás a salvar almas y lo que estás dispuesto a hacer para lograrlo.
(se retiran a escribir)
Oración comunitaria al concluir el desierto:
Guía: Con todo el corazón decimos: Señor, queremos caminar de regreso a
Jerusalén.
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Guía: Jesús, para nosotros caminar contigo hacia Jerusalén significa aprender a
enfrentar nuestra vida como tú la enfrentas, danos fuerza y valentía para perseverar y
mantenernos firmes. Adolescentes: Señor, queremos caminar de regreso a
Jerusalén.
Guía: Jesús, que aprendamos a no echarnos para atrás frente a la experiencia de la
cruz que golpea a la puerta de nuestro corazón todos los días. Adolescentes: Señor,
queremos caminar de regreso a Jerusalén.
Guía: Subir a Jerusalén significa que yo aprenda a disminuir, para que Cristo crezca en
mí. Jesús, no quiero ser más yo quien vivo en mí, sino darte tu lugar para que seas Tú
quien viva en mí. Adolescentes: Señor, queremos caminar de regreso a
Jerusalén.
Guía: Jesús, danos la valentía y el coraje para llevar tu mensaje con el mismo
entusiasmo que los discípulos de Emaús. Adolescentes: Señor, queremos caminar
de regreso a Jerusalén.
ORACIÓN FINAL:
Una vez que el desierto haya concluido, a elección del grupo organizador puede
realizarse, después de un descanso considerable, una Hora Santa (se anexa una guía al
final), en el mismo lugar en el que se realiza el desierto (si las condiciones lo permiten)
o en la iglesia más cercana. De lo contrario, aprovechando el ambiente de oración se
puede realizar la despedida con la oración final que se coloca abajo inspirada en el
salmo 50, tratando de que los adolescentes participen en ella de manera activa,
repartiéndoles previamente hojas con la oración. También puede amenizarse ya sea al
final y/o al inicio de la oración con los cantos: “Cristo te necesita para amar”,
“Getsemaní”, “Grita mi nombre” o alguna otra canción popular entre los adolescentes
que vaya acorde con el tema.
Oración inspirada en el Salmo 50.
GUIA: En el tiempo de Cuaresma se nos invita a la CONVERSIÓN, al cambio, pero…¿Qué quiero cambiar, Señor? ¿En qué me puedo convertir?Convertirse es mirar en otra dirección, más allá, más lejos, más profundo.TODOS: Convierte mi mirada,
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GUIA: Señor, para que sepa ver el amor escondido; para que descubra las heridas de quienes me rodean, y quiera curarlas; para que vea más problemas reales y menos figurados; para que perciba las lágrimas ajenas. TODOS: Transforma mi mirada,
GUIA: Señor, para que intuya las posibilidades de paz, de concordia, de justicia, de amor. Convierte mi mirada, Señor. Convertirse es comprometerse un poco más, un poco mejor...TODOS: Hazme alguien comprometido con mi mundo,
GUIA: Señor. Ayúdame a luchar por mi familia. Dame coraje para perseverar cuando el camino se haga difícil. Dame paciencia para sobrellevar los obstáculos sin rendirme. Dame ilusión para seguir creyendo cuando me quede sin apoyos. Dame fuerza para complicarme en batallas buenas. Dame manos para acariciar, pies para caminar, palabra para cantar, siempre a favor de un mundo bueno. TODOS: Hazme alguien comprometido con mi mundo, Señor.
GUIA: Jesús hoy nos dice que “Convertirse es creer en mí, en ti, en las posibilidades”.
TODOS: Dame fe, Señor. Fe en las posibilidades de una creación nueva. Fe en que los seres humanos somos capaces de algo verdaderamente grande. Dame fe, Señor, en que, a pesar de lo frágiles que somos, sin embargo tu fuerza puede manifestarse en nosotros. Ayúdame a creer en mis hermanos, en mis amigos. Dame fe y fuerzas para comenzar hoy este camino de conversión.
(Se hace un momento de silencio)
TODOS: Ayúdame, Dios mío, por tu bondad. Perdóname por lo que no hago bien, tú sabes cómo soy. Yo sé que no miras lo que está mal, sino lo bueno que es posible. Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me das sabiduría.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me dejes vagar lejos de tu rostro, no me quites tu santo Espíritu. Enséñame a vivir la alegría profunda de tu salvación, Hazme vibrar con espíritu generoso: entonces mi vida anunciará tu grandeza, enseñaré tus caminos a quienes están lejos, los que se alejan volverán a ti. Hazme crecer, Dios, Salvador mío, y mi lengua cantará tu justicia. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera ritos sólo por cumplir, no los querrías. Lo que te ofrezco es un espíritu frágil; mi persona, un corazón quebrantado y pequeño, tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a tus hijos. Haznos fuertes en tu presencia. Entonces te ofreceremos lo que somos, tenemos, vivimos y soñamos y seremos felices. Amén.
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HORA SANTA (OPCIONAL)
(Se recibe al Santísimo cantando “Bendito” o “Cantemos al amor de los amores”)
Monitor: Recordemos en estos momentos lo que hemos vivido y lo que Dios nos ha
hablado en el transcurso de este retiro. Él nos invita hoy a reafirmar nuestra fe.
Delante de Él y reconociendo su presencia dispongamos nuestro corazón para recibirlo
y escucharlo.
(En silencio meditemos)
Monitor: ¿Cuántas veces te has preguntado? ¿Cómo fue que llegué hasta
aquí?, ¿Por qué me topé con esta persona y me hizo tal comentario?, ¿Qué raro esto
que me acaba de pasar, era exactamente lo que necesitaba para solucionar este
problema o situación? Recuerda que Dios nos llama a cada uno de manera personal.
¿Sentiste que en esta semana te habló? Realmente así fue, ya que lo sentimos en esta
semana, Él nos llamó, nos trajo aquí y escuchamos su palabra, también hemos
respondido como discípulos.
Cita: Jn. 1,35-39
Monitor: “Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus
discípulos. Fijándose en Jesús que pasaba, dice: “He ahí el Cordero de Dios”. Los dos
discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y al ver que le
seguían les dice. ¿Qué buscan? Ellos le respondieron Rabbí, que quiere decir Maestro,
¿Dónde vives? Les respondió: Vengan y lo verán. Fueron pues, vieron donde vivía y se
quedaron con Él aquel día. Eran más o menos las cuatro de la tarde.”
¿Recuerdas el momento en el que Dios te llamó?
¿Recuerdas el día, las personas, lugares, olores, colores?
¿Al igual que el apóstol Juan, recuerdas la hora?
¿Recuerdas la ternura de su mirada?
(En silencio meditemos)
Se puede cantar: “Señor permite que te hable hoy” o “Nadie te ama como yo”.
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Monitor: Logro escuchar su voz que me dice: “Ánimo, no tengas miedo yo
estoy contigo”. En tus momentos difíciles, ¿tienes el valor de decir: ¡Señor sálvame!?
Ve a Jesús en este momento, siente su presencia, ¡Él está aquí!, ¡está vivo!, ¡está para
ti!, piensa en cómo te llamó y te trajo a este lugar, piensa en cómo le has llegado a
conocer en estos días, reflexiona en como Él está presente frente a ti, ábrele tu
corazón y cuéntale lo que te pasa, Él quiere estar contigo para siempre.
(En silencio meditemos)
Cita: Jn. 21, 15-17
“Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: Simón hijo de Juan ¿Me amas
más que a estos? Le dice él: Sí Señor, tú sabes que te quiero. Le dice Jesús: “apacienta
a mis corderos”. Vuelve a decirle por segunda vez: Simón hijo de Juan ¿me amas? Le
dice él: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Le dice Jesús: “apacienta a mis ovejas”. Le
dice por tercera vez: Simón hijo de Juan ¿Me quieres? Se entristeció Pedro de que le
preguntara por tercera vez: ¿Me quieres? Y le dijo: Señor, tú lo sabes todo, tú sabes
que te quiero. Le dice Jesús: Apacienta a mis ovejas.”
¿Quieres seguirlo?
¿Realmente quieres dejar todo e ir tras Él?
¿Estás dispuesto a echar las redes al mar y seguirlo?
(En este momento les pedimos a los adolescentes que recuerden los compromisos que
han hecho durante las actividades)
Se puede cantar: “Aquí hay un muchacho”.
Oración final: De preferencia utilizar la misma oración sugerida para concluir el retiro
inspirada en el salmo 50.
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