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- Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, Vol. 2, N
2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpusTesisEstado, vecinos e
indgenas en la conformacin del espacio fronterizo: Buenos Aires,
1810-1852Silvia M. Ratto Director: Jorge D. GelmanGrado: Doctora en
HistoriaUniversidad de Buenos AiresDefensa: Buenos Aires, 22 de
abril de 2004Resumen:El proceso de expansin territorial de la
provincia de Buenos Aires se vio condicionado tanto por factores
internos a la sociedad criolla como por procesos intrnsecos de la
sociedad indgena. Las marchas y retrocesos experimentados por las
polticas provinciales tendran como basamento diversos proyectos
sostenidos por distintos actores de la sociedad provincial, as como
situaciones intestinas de los pueblos nativos que impactaron sobre
la poltica de frontera. Paralelamente y como la otra cara de este
proceso, la creciente presin del poder estatal sobre el territorio
indgena implic para los lderes tnicos la toma de decisiones muy
diferentes en torno a la estrategia a seguir en su relacin con ese
Estado. La hiptesis del trabajo es que la imposibilidad y/o la
ineficacia por parte del gobierno de encarar un curso de accin
excluyentemente agresivo y militar deriv en la necesidad de
realizar la expansin territorial y la consolidacin del nuevo
espacio provincial mediante el acuerdo con los grupos indgenas del
sur de la provincia. Del lado indgena, la misma imposibilidad de
detener blicamente el avance provincial habra llevado a algunas
parcialidades a aceptar las condiciones impuestas por el gobierno
bonaerense integrndose como habitantes en el nuevo espacio
fronterizo. El espacio de negociacin entre, por un lado,
autoridades y pobladores de la campaa y, por otro, distintas
agrupaciones indgenas, marc todo el perodo analizado tanto en el
nivel diplomtico como en el de la vida cotidiana. En el ultimo
sentido proponemos que se configur en el espacio fronterizo una
cultura mestiza, un lugar en el medio entre la sociedad indgena y
la sociedad criolla, que combinaba elementos culturales de las dos
sociedades en contacto dando origen a una formacin
diferenciada.Palabras clave: Frontera, Relaciones intertnicas,
Intermediarios culturalesState, neighbors and indigenous people in
the conformation of the frontier: Buenos Aires,
1810-1852Abstract:The process of territorial expansion in the
province of Buenos Aires was conditioned as much by internal
factors of the Creole society as by intrinsic processes of Indian
society. The ups and downs of border policy are explained by the
various projects of the people and authorities of Buenos Aires as
well as internal situations of indigenous people. As the other side
of this process, the increasing pressure of state power over Indian
territory led the indigenous leaders to take different strategies
when dealing with the government. The hypothesis of this work is
that the inability and / or ineffectiveness of the government to
carry out an aggressive expansion on indigenous territory led to
the need to negotiate with indigenous people the territorial
advance. In the Indian side, the same inability to stop the
provincial advances by war, led some to accept the conditions
imposed by the Buenos Aires government and integrate as inhabitants
the new border space. The space of negotiation between authorities
and residents of the frontier on the one hand, and various
indigenous groups, on the other, marked all the studied period both
diplomatically and in everyday life. In the latter sense we propose
that a mestizo culture formed in the in-between space of Creole and
indigenous society, a sort of middle ground that combined elements
of both giving rise to a third differentiated society.Key words:
Frontier, Interethnic relations, Cultural intermediaries
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 1 TESIS DOCTORAL ESTADO,
VECINOS E INDGENAS EN LA CONFORMACIN DEL ESPACIO FRONTERIZO: BUENOS
AIRES 1810-1852 TESISTA: SILVIA RATTO DIRECTOR: JORGE GELMAN
DICIEMBRE 2003
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http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 2 INDICE Introduccin
pag. 3 Estado de la cuestin pg 5 1. La expansin territorial del
estado provincial pag. 5 2. Las relaciones intertnicas pag. 13 3.
Las sociedades indgenas pg. 21 Primera parte: El largo camino hacia
la consolidacin del territorio provincial. pg.42 Captulo 1. Una
errtica poltica de frontera. Los proyectos de avance en las dcadas
de 1810 y 1820 pg 45 Captulo 2. La pax rosista: el negocio pacfico
de indios. pg 97 Segunda parte. Estado y vecinos en el diseo y
aplicacin de las polticas de frontera. pag. 159 Captulo 1. Los
intentos de agremiacin de los hacendados. pg. 163 Captulo 2.
Milicianos y proveedores. La participacin de los vecinos en la
defensa y mantenimiento del espacio fronterizo. pg. 206 Tercera
parte. Conflictos y alianzas en el espacio pan araucano. pg 255
Captulo 1. Hacia una nueva forma de liderazgo tnico. pg 261 Captulo
2. Del ocaso de los boroganos al apogeo de Calfucur. pg 305 Cuarta
parte. Mestizaje cultural en la frontera. pg 350 Conclusiones pg.
448 Fuentes pg. 467 Bibliografa pg. 468
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http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 3 INTRODUCCION Los
procesos de independencia en Amrica Latina no condujeron
automticamente a la formacin de estados que mantuvieran las
jurisdicciones coloniales existentes hasta ese momento. En general,
lo que se produjo fue el desmembramiento de esas grandes unidades
polticas representadas por los Virreinatos, en entidades menores1.
An as, tampoco fue sencillo organizar polticamente las nuevas
regiones independientes. Las disputas entre liberales y
conservadores, o entre centralistas, confederacionistas y
federalistas enfrentaron, durante gran parte del siglo XIX, a las
lites locales. Por debajo de estas formulaciones polticas se
enfrentaban muchas veces intereses econmicos contrapuestos;
regiones que durante la poca colonial ocuparon una posicin
secundaria en la estructura administrativa, intentaron modificar su
situacin, reclamando su independencia frente a las tentativas de
subordinacin intentadas desde los centros revolucionarios. Estos
enfrentamientos se plasmaron, en algunas regiones, en las guerras
civiles que sucedieron a los procesos independentistas y que
llevaron a primer plano a los jefes militares. Estos caudillos
dirigan milicias rurales que respondan ms a sus jefes que al Estado
todava incipiente lo que exacerb el sentimiento regional
dificultando la unificacin poltica de las regiones2. Dentro de este
lento desarrollo en la conformacin de estados autnomos, uno de los
problemas centrales que debieron enfrentar los nuevos grupos
dirigentes fue el poblamiento y la delimitacin de sus fronteras. En
algunos de estos escenarios, la presencia indgena agreg un
ingrediente conflictivo ms a este proceso. Durante la primera mitad
del siglo XIX, los espacios fronterizos de estos nacientes estados
compartiran ciertos rasgos comunes. Centrndonos exclusivamente en
sus aspectos sociales y polticos, los ms representativos fueron una
continua reduccin de los gastos de defensa fronteriza que, iniciada
en la poca tardo colonial, se acentuara en el perodo independiente
en virtud de las urgencias de la guerra revolucionaria; cierta
autonoma de accin por parte de las autoridades fronterizas que
debieron tomar a su cargo la seguridad del espacio apoyndose
fundamentalmente en los pobladores; un movimiento espontneo de
poblacin hacia estos nuevos espacios dando origen, en un primer
momento, a una sociedad de pequeas explotaciones y, en forma
paralela, a un estado de conflicto latente con los grupos indgenas
que habitaban del otro lado del lmite fronterizo. Como la otra cara
de la misma moneda, esa convivencia tan estrecha 1 Annino, A
Castro, L y F.X.Guerra, De los Imperios a las Naciones:
Iberoamrica. Zaragoza, 1994. 2 Carmagnani, M. (ed), Federalismos
latinoamericanos: Mxico, Brasil, Argentina. Mxico, FCE, 1993.
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http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 4 entre poblacines
criollas e indgenas deriv en situaciones de contacto que, segn la
regin, adoptaran caractersticas particulares. En el territorio de
la actual Argentina se dio un proceso similar de lenta determinacin
de sus fronteras con el indgena que tuvo su punto culminante en la
dcada de 1880 con la ocupacin efectiva de la Patagonia y del
Chaco3. Sin embargo, en momentos previos, el proceso de constitucin
de estados provinciales enfrent a algunos gobiernos con problemas
similares. En este sentido, y centrndonos en la provincia de Buenos
Aires, desde la dcada de 1820 los sucesivos gobiernos establecieron
como un asunto prioritario dentro de su agenda, la expansin y
consolidacin de la frontera con los indgenas del rea pampeana. El
estudio de este proceso entre 1810 y 1852 fue abordado, como
veremos ms adelante, desde distintas perspectivas y con objetivos
diferentes. Por un lado y desde una perspectiva que pona el nfasis
en el desarrollo de la sociedad provincial, ha sido objeto de
estudios centrados en los fundamentos y consecuencias econmicas de
la expansin territorial, de trabajos que analizaron los cambios y
continuidades en el tipo de explotaciones agropecuarias que
llevaron adelante la produccin en las nuevas tierras conquistadas y
de anlisis poblacinales dirigidos a determinar la composicin y
crecimiento de la sociedad bonaerense. Este tipo de enfoque
centrado en las polticas del gobierno bonaerense, tambin ha dado
origen a estudios que tratan la cuestin ms general de las
relaciones intertnicas entre blancos e indgenas; en estos trabajos
el perodo en cuestin ocupa un lugar relevante debido a la
intensificacin del conflicto que se produjo como consecuencia de la
expansin territorial. Por otro lado, y desde la ptica de la
sociedad indgena, se ha trabajado sobre el impacto que provoc dicha
expansin en la estructura socio poltica de los grupos que habitaban
la regin de pampa y patagonia. Como se puede observar, todos estos
enfoques ms all de la rigurosidad histrica de unos y otros,
presentan ms bien una mirada unidireccional del problema ya sea
centrado en las polticas estatales de los gobiernos bonaerenses, o
en el impacto de las mismas en el interior de la sociedad indgena.
Veremos en detalle los avances historiogrficos que se han producido
desde cada una de estas perspectivas para, a continuacin, presentar
nuestra hiptesis de trabajo. 3 Lagos, Marcelo, La Cuestin Indgena
en el Estado y la Sociedad Nacional. Gran Chaco, 1870-1920. Unidad
de Investigacin en Historia Regional. Facultad de Humanidades y
Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy. Jujuy, 2000.
Mases, Enrique, Estado y cuestin indgena. El destino final de los
indios sometidos en el sur del territorio (1878-1910). Buenos
Aires, Prometeo libros/Entrepasados, 2002.
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http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 5 ESTADO DE LA CUESTION
1. La expansin territorial del estado provincial El ttulo del
acpite refleja la mirada de algunos trabajos histricos que se han
centrado en el proceso de ocupacin territorial teniendo como marco
analtico la formacin y consolidacin de una economa capitalista con
una modalidad agroexportadora. Dicho proceso implicaba la
conformacin de un mercado de factores de produccin, entre los
cuales se encontraba el mercado de tierras. En este sentido, el
avance de las relaciones capitalistas de produccin requera la
expansin de la frontera y la ocupacin y puesta en produccin de las
tierras recientemente incorporadas. Para estos historiadores, la
frontera apareca como un espacio a ocupar, como una tierra virgen.
El control material de los territorios pampeano-patagnicos surga
como algo necesario e inevitable, sus pobladores originarios como
un obstculo y su ocupacin efectiva como un problema que el pas tena
pendiente. La frontera, en estos trabajos, tiene una clara
connotacin poltica, es la frontera interna de una unidad
territorial preexistente4. En la dcada de 1960, los trabajos de
Halpern Donghi sobre el proceso de expansin territorial llevado
adelante por el gobierno bonaerense a partir de la dcada de 1820,
presentaran un panorama mucho ms completo y complejo del mismo y, a
pesar de las reformulaciones que el mismo autor ha realizado sobre
algunos aspectos all planteados, marcaran un hito en esta temtica.
En ellos se encuentran expuestos toda una serie de aspectos
econmicos, sociales y polticos que permiten estudiar este proceso:
los condicionantes econmicos internos y externos. que permitieron
el impulso ganadero; la relacin de los precios pecuarios con los
mercados internacionales; las caractersticas organizativas de las
nuevas explotaciones agrarias; la relacin entre el estado
provincial y los sujetos econmicos que llevaran adelante las
mismas; la expansin y evolucin demogrfica de los territorios
ocupados, fundamentalmente en la zona que denominara el Nuevo Sur5.
En estos trabajos la poltica de fronteras desarrollada por el
gobierno bonaerense es presentada como un elemento ms que mostrara
la estrecha relacin entre los hacendados de 4 Corts Conde, Roberto,
Algunos rasgos de la expansin territorial en Argentina en la
segunda mitad del siglo XIX, en Desarrollo Econmico, vol. 8, nm. 29
1968; Corts Conde, R. y E. Gallo, La Repblica Conservadora, tomo 5
de la coleccin Historia Argentina, Piads, Buenos Aires. 1972 5
Halpern Donghi, Tulio, "La expansin ganadera en la campaa
bonaerense (1810-1852)", Desarrollo Econmico, 3:1-2, 1963 y La
expansin de la frontera de Buenos Aires (1810-1852) , en Marcos
Gimnez Zapiola, (comp.), El Rgimen Oligrquico, Amorrortu, Buenos
Aires, 1975.
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http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 6 la campaa y el poder
poltico. Este planteo de Halpern se asemeja a una posicin muy
arraigada en la historiografa argentina en la cual el tema de la
frontera se ha presentado como parte de un conflicto entre
federales y unitarios, sectores que representaran, a su vez,
intereses econmicos diferentes: la ganadera y el comercio. Segn
esta interpretacin, la etapa 1820-1829 estara dominada por el
enfrentamiento entre los dos grupos en donde uno de los temas
centrales del conflicto que hara eclosin en el perodo 1824-1827
sera precisamente la frontera. En ese sentido los autores coinciden
en que la campaa y la poltica indgena no recibieron la atencin
necesaria durante el gobierno de Martn Rodrguez y la presidencia de
Bernardino Rivadavia reflejando un verdadero enfrentamiento entre
la ciudad y el campo6. La etapa siguiente, que se inicia con la
llegada al poder de Juan Manuel de Rosas, es identificada segn una
visin muy arraigada en la historiografa tradicional y que ha
encontrado seguidores en trabajos ms recientes, con la acumulacin
del poder poltico por parte de los terratenientes7. Al decir de
Milcades Pea, fue el paraso de los terratenientes reflejada en una
accin decidida del gobierno por favorecer los negocios de los
propietarios agropecuarios8. Una elaboracin reciente sobre el
fenmeno del caudillismo propondra que en este tipo de regmenes
polticos, los hacendados seran los brazos armados del gobierno en
la campaa teniendo en sus manos los principales instrumentos de
control y coercion: la justicia de paz y las milicias. El estado
provincial, en sntesis, reproduca a gran escala, el esquema que se
desarrollaba en las estancias donde el patrn haba organizado una
amplia red clientelar que inclua a sus peones. En este esquema,
Rosas, el gran hacendado, se convertira, al asumir el gobierno de
la provincia, en el super-patrn9. Esta rgida caracterizacin del
mundo poltico y sus vinculaciones con la economa provincial, ha
sido reformulada en las ultimas dcadas, ofreciendo un nuevo
contexto poltico y social. Con respecto a la primera etapa, se ha
criticado la idea de una estricta divisin entre unitarios y
federales en el mbito econmico y se ha tendido a poner el nfasis en
las relaciones que 6 Bag, S. El plan econmico del grupo rivadaviano
(1811-1827) Rosario, Universidad Nacional del Litoral 1966; Barba,
E. Unitarismo, federalismo, rosismo. Buenos Aires, CEAL 1982;
Burguin, Miron, Aspectos econmicos del federalismo argentino.
Buenos Aires, Hachette, 1960; Carretero, Andres, Dorrego. Buenos
Aires, Platero, 1968 7 Nicolau, J.C. La economa bonaerense
(1829-1835). Buenos Aires, Sadret,1980; Lynch, John, Los caudillos
en Hyspanoamerica, Madrid, Mapfre, 1985. Algunos autores remontan
el inters del gobierno por la frontera a la gestin de Manuel
Dorrego quien de hecho fue el que decret la realizacin de la
expansin territorial. (Carretero, A, Dorrego, p.112) 8 Pea,
Milcades, El paraso terrateniente. Buenos Aires, 1969 9 Lynch, J.
Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires, Emece, 1984
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http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 7 comenzaron a
entablarse entre el capital comercial y la produccin agropecuaria
luego del proceso revolucionario. En efecto, luego de la revolucin,
el quiebre de los circuitos comerciales coloniales y la aparicin de
los comerciantes britnicos con una nueva poltica comercial ms
dinmica, llevo a los comerciantes rioplatenses a desviar sus
capitales hacia otras actividades rentables entre las que se
encontraba la produccin agropecuaria10. Esta interrelacin econmica
habra derivado en la promocin de la produccin agropecuaria en una
suerte de "consenso agroexportador", trmino que tambin se ha
cuestionado ultimamente en el sentido de que la transicin hacia la
produccin agropecuaria no fue tan pacfica y acordada como se
plantea. Esta reformulacin apunta a destacar que, a pesar de la
mayor disponibilidad de tierras merced a la poltica gubernamental
de apoyar el avance sobre tierras explotables, el conflicto por la
ocupacin de tierras entre antiguos ocupantes precarios y nuevos
denunciantes no habra estado ausente en la campaa bonaerense11. A
esta situacin se agregara el hecho de que, antes que el gobierno
encarara de manera oficial la expansin territorial, el espacio
ubicado allende la frontera haba comenzado a ser ocupado de manera
espontnea por pobladores que haban concertado su asentamiento con
los grupos indgenas poseedores del territorio12. A partir de 1820,
el mayor peso econmico del sector agropecuario modific la relacin
que exista hasta el momento entre los sectores econmicos dominantes
y los elencos gubernamentales. Aun cuando estos ultimos fomentaron
la explotacin pecuaria a traves de las polticas de tierras,
fiscales y monetarias no tenian intereses nicos e iguales a los de
los propietarios rurales. Esta idea se asienta en la argumentacin
de que a partir de 1810 y con mayor intensidad en la dcada
siguiente, el Estado que se va estructurando fue ms precoz y ms
desarrollado que el grupo de hacendados por lo cual sus necesidades
excedieron los intereses de cualquier grupo particular13. De ah que
la relacin entre el gobierno provincial y los propietarios no
estuviera exenta de conflictos ni se mantuviera inalterable durante
todo el perodo. Precisamente, las necesidades propias del Estado no
siempre coincidieron con las de 10 Halperin Donghi, T. Revolucin y
guerra. Formacin de una elite dirigente en la Argentina criolla.
Buenos Aires, Siglo XXI, 1976; Romero, Luis Alberto, La feliz
experiencia. Bs. As., Bastilla 1983 11 Banzato, G y G. Quinteros
"La ocupacin de la tierra en la frontera bonaerense: el caso de
Chascoms, 1779-1821", Estudios de Historia Rural, II, La Plata
,1992; Gelman, Jorge, Un funcionario en busca del Estado. Pedro
Andrs Garca y la cuestin agraria bonaerense, 1810-1822. Bernal,
Universidad Nacional de Quilmes, 1997. 12 Rico, Alejandra,
"Francisco Ramos Meja: una historia de frontera" Tesis de
licenciatura, UBA, 2001. 13. En este punto es fundamental la
reformulacin de Halpern realizada en un trabajo reciente (Halperin,
T. Clase terrateniente y poder poltico en Buenos Aires
(1820-1930)", Cuadernos de Historia Regional, 15. UNLujan, 1995) en
donde matiza apreciaciones anteriores sobre la fuerte coincidencia
de intereses entre los terratenientes y el estado provincial.
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http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 8 los grandes
propietarios, situacin que sera claramente visible en dos mbitos:
las necesidades financieras y la competencia por la mano de obra.
Vinculado a estos desarrollos historiogrficos, se ha producido
asimismo un resurgir de la historia poltica que reformula
fuertemente la relacin existente entre el estado provincial en
formacin y los habitantes del territorio. En torno a este eje, se
ha avanzado recientemente sobre la estructuracin del aparato
judicial y policial en la campaa plantendose que el Estado debi
recurrir a la colaboracin de los vecinos de los distintos partidos
para desplegar su poder sobre el territorio. En ese sentido, los
vecinos debieron asumir, entre otras, las tareas de jueces de paz.
El objetivo del gobierno central con la creacin de esta institucin
en la dcada de 1820 fue imponer un nuevo orden en la campaa. Orden
que penalizara fundamentalmente los delitos contra la propiedad,
contra el Estado, contra las personas y contra el orden pblico.
Este ltimo, a travs de la persecucin de los considerados vagos,
tena el propsito de fijar la mano de obra. Frecuentemente, el
objetivo de proteger los derechos a la propiedad privada entrara en
contradiccin con prcticas de apropiacin directa y de usufructo en
comn de ciertos recursos. Esta circunstancia creara una tensin
entre los jueces de paz y los pobladores que, ocasionalmente,
resistiran la presencia estatal. En este contexto, las nuevas
autoridades frecuentemente debieron debatirse entre las exigencias
del gobierno y la necesidad de respetar una serie de normas
establecidas por la costumbre14. Siguiendo esta lnea
interpretativa, en la caracterizacin del periodo siguiente regido
por la presencia de Rosas, se ha matizado la nocin de una relacin
unvoca entre los terratenientes y el Estado provincial en donde el
segundo se hallara a disposicin de los primeros15. Esta
reformulacin se vincula asimismo con las nuevas consideraciones
acerca del caudillismo. La visin ms tradicional del caudillo
hispanoamericano es aquella que lo presenta como un hombre fuerte
local que sustentaba su poder en la propiedad de la tierra y en el
control de una amplia red clientelar estructurada en lazos
personales de dominio y sumisin. Estos grupos de 14 Garavaglia,
J.C. "Paz, orden y trabajo en la campaa: la justicia rural y los
juzgados de paz en Buenos Aires, 1830-1852", Desarrollo Econmico,
146, 1997; Salvatore, R. "Los crmenes de los paisanos: una
aproximacin estadstica", Anuario IEHS, 12. Tandil, UNCPBA, 1997;
Fradkin, R, "La experiencia de la justicia: estado, propietarios y
arrendatarios en la campaa bonaerense, en AAVV, La fuente judicial
en la Construccin de la Memoria, Buenos Aires, 1999 y Gelman, J.
Crisis y reconstruccin del orden en la campaa de Buenos Aires.
Estado y sociedad en la primer mitad del siglo XIX, Boletin de
Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, 21, Facultad
de Filosofia y Letras, UBA, 2000 15 El levantamiento de los Libres
del Sur en el ao 1839 es un claro ejemplo de la oposicin que, en
una coyuntura desfavorable para sus negocios, presentaron poderosos
hacendados del sur a la poltica rosista (Gelman, J. La rebelin de
los estancieros contra Rosas. Algunas reflexiones en torno a los
Libres del Sur de 1839, en Entrepasados No. 22, 2002).
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http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 9 base rural lo ayudaran
a acceder en forma violenta al poder y seran un factor clave para
su mantenimiento en el mismo. Asociada a esta idea se planteaba la
importancia de sostener esas redes de subordinacin cobrando vital
importancia el "sistema de repartos" implementado por el caudillo.
En ese sentido, el caudillo, una vez llegado al poder, protega
celosamente los recursos locales, tierra y cargos, ya que en la
distribucin acertada de stos entre sus "dependientes" se basaba, en
ltima instancia, su permanencia en el gobierno surgiendo as su
imagen como benefactor o distribuidor de patronazgo16. El otro
elemento fundamental en este esquema es que los caudillos, opuestos
al gobierno y a las elites urbanas, impidieron el establecimiento
de poderes legales e instituciones republicanas en el mbito
provincial17. Desde hace pocos aos, sin embargo, esta visin sobre
el significado del caudillismo se ha modificado considerablemente.
Actualmente se sostiene que la conformacin de los espacios
provinciales a partir de 1820 se produjo en un marco de
institucionalizacin del poder poltico que haba antecedido el
ascenso de estas figuras a los primeros planos de la vida pblica18
reflejando una coexistencia de formas legales y polticas modernas
en una sociedad estamental y tradicional. De manera que la extensin
de la autoridad de un caudillo no fue contraria al asentamiento
institucional del Estado, al surgimiento de esferas de poder
estatales, provinciales y municipales, a un ordenamiento
burocrtico, a la legitimacin de su gobierno mediante la apelacin al
necesario respecto de las leyes y de los derechos del pueblo y al
desarrollo de una sociabilidad republicana. Esta lnea de
interpretacin pondr entonces el nfasis en la coexistencia junto con
el poder personal del caudillo, de estructuras legales
provinciales; coexistencia caracterizada por una combinacin de
sometimiento, concurrencia y colaboracin19. En este sentido la
experiencia de la provincia de Buenos Aires adquiere caractersticas
particulares. En efecto, la relativa densidad de las prcticas
polticas inauguradas durante la "feliz experiencia" rivadaviana
llevara a que, durante el perodo rosista se mantuvieran gran 16
Wolf, E y Hansen, E. Caudillo politics: a structural analysis, en
Comparative Studies in Society and History, No. 9, 1966 17 Lynch,
J. Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires, Emece, 1985 18 Chiaramonte,
J.C. "Legalidad constitucional o caudillismo: el problema del orden
social en el surgimiento de los estados autnomos del Litoral
argentino en la primer mitad del siglo XIX", Desarrollo Econmico,
102, 1968; El federalismo argentino en la primer mitad del siglo
XIX", en Carmagnani, M. (comp), Federalismos latinoamericanos:
Mxico, Brasil, Argentina, FCE, Mxico, 1993; Goldman, N. y R.
Salvatore (comp) Caudillismos rioplatenses. Nuevas miradas a un
viejo problema, Buenos Aires, Eudeba, 1998 19 Goldman, Noem,
"Legalidad y legitimidad en el caudillismo. Juan Facundo Quiroga y
la Rioja en el interior rioplatense (1810-1835)", Boletin de
Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, 7. Facultad de
Filosofia y Letras, UBA, 1993
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objeto de dotar de legalidad y legitimidad al rgimen. Las
investigaciones ms recientes han avanzado en el conocimiento del
marco jurdico implementado para reglar las relaciones entre los
individuos y el Estado20, en la persistencia de prcticas
electorales durante todo el perodo21, en las estructuras locales de
poder representadas por los juzgados de paz22 y en los discursos
polticos que difundan una imagen republicana del gobierno23.
Pasando al aspecto socio-econmico de la expansin de la frontera,
vemos que en esta temtica, tambin se ha avanzado considerablemente.
As, por ejemplo, una serie de trabajos recientes han contribuido a
complejizar la imagen que se tena acerca de la expansin agraria de
la primer mitad del siglo XIX, mostrando algunos rasgos de
continuidad en relacin con el perodo colonial, el ms representativo
de los cuales sera la persistencia, junto a las grandes unidades
productivas, de pequeas explotaciones campesinas, basadas en el
trabajo domstico y dedicadas a la agricultura y al pastoreo de
ganado24. Al lado de estos avances, una serie de estudios
microrregionales est avanzando en el conocimiento puntual de este
proceso expansivo en distintos partidos de la campaa rioplatense
(no solamente aquellos que fueron creados con el avance
territorial) desde las primeras ocupaciones hasta, en general,
mediados del siglo XIX, haciendo hincapi en la composicin
poblacinal de estos espacios y los procesos de ocupacin
territorial. En estas investigaciones se torna fundamental una
nueva mirada hacia los espacios de frontera que, en este aspecto,
sigue a una renovacin historiogrfica ms amplia. En efecto, se ha
producido una modificacin fundamental de los primeros planteos que
sobre esta temtica hubiera planteado Frederick Jackson Turner a
quien, sin embargo, no se le puede negar su importancia en el
sentido de haber presentado una definicin nueva de la frontera. A
partir de sus escritos se abandon la nocin unvoca de frontera como
lmite de separacin entre 20 Cansanello, Carlos, "De sbditos a
ciudadanos. Los pobladores rurales bonaerenses entre el Antiguo
Rgimen y la Modernidad", Boletin de Historia Argentina y Americana
Dr. Emilio Ravignani, 11.Facultad de Filosofa y Letras, UBA, 1995;
"Las milicias rurales bonaerenses entre 1820 y 1830", en Cuadernos
de Historia Regional, 19, UNLujn,1998 21 Ternavasio, M. "Entre la
deliberacin y la autorizacin. El rgimen rosista frente al dilema de
la inestabilidad poltica", en Goldman y Salvatore (comp),
Caudillismos rioplatenses... 22 Garavaglia, J.C.Paz, orden y
trabajo; Fradkin, R. La experiencia de la justiciay Gelman, J.
Crisis y reconstruccin 23 Myers, Jorge, Orden y virtud. El discurso
republicano en el regimen rosista, Bernal, Univ. de Quilmes, 1995
24 Gelman, J. Unos nmeros sorprendentes. Cambio y continuidad en el
mundo agrario bonaerense durante la primer mitad del siglo XIX,
Anuario IEHS 11, UNCPBA, 1996 y Garavaglia, J.C. Pastores y
Labradores de Buenos Aires. Una historia agraria de la campaa
bonaerense, 1700-1830, Ed. De la Flor, Buenos Aires, 1999
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 11 sociedades adoptando
en su lugar la connotacin de un espacio habitado. Las ideas de
Turner fueron fundamentales para sustentar la construccin terica de
la identidad americana a la que se caracteriz como un espritu
individualista que no encontraba barreras para su expansin y
desarrollo. Pero, ms all de este fundamento ideolgico, el modelo de
frontera turneriano fue duramente criticado ponindose en duda su
validez histrica. Una de los grandes errores que se imputaron al
modelo fue el de circunscribir los sujetos que protagonizaron el
avance fronterizo al pionero blanco de descendencia europea, lo que
borraba del escenario tanto a diferentes minoras que acompaaron el
proceso (esclavos, mestizos, mujeres, asiticos) como a los mismos
pueblos nativos con quienes los pioneros debieron encontrarse.
Luego de algunos intentos aislados que marcaran otras fallas
histricas del modelo turneriano, a inicios de la dcada de 1980,
varios investigadores se nuclearon en un movimiento que se conoci
con el nombre de New Western History y que producira ms fuertes
crticas a los escritos de Turner. Las principales se centraron en
los siguientes ejes: la necesidad de incorporar al anlisis el "lado
oscuro" de la expansin al oeste, es decir, los conflictos de raza,
genero y poder; el impacto de dicha expansin sobre el medio
ambiente y la definicin del oeste como una regin con caractersticas
propias y con diversas conexiones con el resto de la nacin y con
Europa. Lo que subyace en estos ltimos planteos que muestran la
diversidad de actores que convivieron en la frontera, es la
necesidad de estudiarla como un espacio multicultural, como un
mbito de interaccin de culturas diferentes, en donde centrarse en
el anlisis de un solo grupo implicara el riesgo de considerar una
sola fase del proceso25. En el mbito local, fundamentalmente si nos
centramos en los estudios ms recientes sobre la frontera
bonaerense, solo en unos pocos casos se puede registrar el eco de
ideas turnerianas. De todos modos, an cuando no exista en ellos una
clara referencia sobre las reformulaciones a las que hicimos
mencin, las investigaciones han avanzado sobre los mismos temas que
renovaron la historiografa de la frontera en Norteamrica. En los
trabajos ms actuales sobre la expansin de la frontera en la regin
rioplatense hay un general consenso por definir estos mbitos como
espacios de gran complejidad derivada, entre otros factores, de la
diversidad de actores en escena (pobladores originales, migrantes,
esclavos, indios) situacin que, como 25 Para una resea sobre los
avances historiogrrficos en torno al concepto de frontera remitimos
a nuestro trabajo Ratto, S. "El debate sobre la frontera en la
historiografa americana. La New Western History, los Borderland y
su repercusin en las pampas. En Boletin de Historia Argentina y
Americana Dr. Emilio Ravignani No. 24. Facultad de Filosofia y
Letras, UBA, 2003a.
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 12 hemos visto, se halla
prcticamente ausente en la obra de Turner. Sin embargo, a la hora
de buscar un marco analtico que encuadre la investigacin se apela,
en general, a ciertos aspectos del modelo turneriano como sucede en
los trabajos de Juan Carlos Garavaglia26 y Carlos Mayo27 sobre la
frontera bonaerense. En efecto, si bien Garavaglia reconoce el peso
ideolgico que subyace en la formulacin de Turner y que trasciende
el anlisis histrico, toma ciertos planteos turnerianos para
aplicarlos a la frontera pampeana, como el concepto de apertura y
cierre de la oferta de tierras frtiles. En ese sentido, el autor
considera que existi una presin social sobre las tierras
fronterizas al igual que en Norteamrica pero que el resultado fue
diferente porque los valores imperantes en las sociedades detrs de
las fronteras eran tambin diferentes. De igual manera, en los
trabajos de Mayo sobre la frontera bonaerense la referencia a
Turner es bien explcita. Mayo, apelando a los diferentes sentidos
que en los escritos turnerianos se le otorg a la frontera se define
el concepto como lmite geogrfico entre dos sociedades y a la vez,
como lugar de encuentro entre culturas. Esta doble definicin lleva
a que, al analizar la relacin con los indgenas por momentos se
caiga en un relato tradicional donde las sociedades se conectan
principalmente a travs de enfrentamientos blicos, donde las
polticas indgenas espaolas se analizan solamente en funcin de las
estrategias blancas y, finalmente, se mencione como mbito casi
exclusivo de contacto pacfico, el comercio. En relacin con esta
dificultad por incorporar de manera ms general al indgena en el
mundo de la frontera, Carlos Mayo advierte en la introduccin a su
ltimo libro, que el mismo no aparecer en los trabajos compilados en
el volumen no obstante lo cual debe entenderse que, como teln de
fondo, se encuentra muy presente en el espacio fronterizo. De los
temas que concentraron la atencin de los historiadores de la
frontera, los que ms han sido desarrollados por nuestra
historiografa fueron la influencia del medio ambiente en la
ocupacin del espacio, el proceso de poblamiento de estas regiones y
el papel desempeado por algunos grupos subordinados, como los
migrantes internos. 26 Garavaglia, J.C. Pastores y labradores 27
Mayo, C y A. Latroubesse, Terratenientes, soldados y cautivos: la
frotnera (1736-1815). Buenos Aires, Universidad de Mar del Plata,
1993 y Mayo, Carlos Vivir en la frontera. La casa, la dieta, la
pulperia, la escuela (1770-1870). Buenos Aires, Biblos, 2000.
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 13 Con respecto al
primer aspecto, el papel del medio ambiente es incluido como un
elemento tan importante como la poblacin en la explicacin de los
procesos de ocupacin de la tierra, hacindose referencia, por
ejemplo, a las motivaciones econmicas que determinan el
asentamiento en determinado lugar, la forma de distribucin de las
unidades productivas en funcin de los recursos naturales, etc.28 De
igual manera se ha integrado al anlisis, la influencia de los
ciclos climticos sobre el desarrollo de la regin29. Con respecto al
segundo tema, los estudios demogrficos ms recientes han arrojado
luz sobre la estructura poblacinal de la campaa destacndose en
estos trabajos el papel que tuvieron los migrantes del interior en
la ocupacin de algunas zonas de la campaa bonaerense30. Algunos de
ellos lograran una insercin en la sociedad como vecinos a travs de
distintos mecanismos, en tanto otros, en la medida en que no
lograran integrarse a las redes de relaciones existentes entre los
pobladores del lugar, permaneceran como transentes31. De todos
modos, y a pesar de estos indudables avances en el conocimiento del
proceso de ocupacin del espacio y del desarrollo de poblacines en
la campaa bonaerense, an faltan trabajos que logren desplegar en su
plenitud el estudio de la frontera como un mbito multicultural que
integre a los distintos grupos que vivan en ella. Esta falencia,
como veremos ms adelante, tambin se encuentra en los trabajos
centrados en la sociedad indgena. 2. Las relaciones intertnicas.
Desde otra perspectiva historiogrfica, el tema de la frontera ha
sido analizado por autores que centraron su atencin en la relacin
entre blancos e indios. Dentro de este enfoque se pueden sealar
distintos tipos de estudios con objetivos muy diferentes. Por un
lado, podemos sealar trabajos tradicionales en los que esta relacin
adopta excluyentemente el carcter de enfrentamiento armado y de
conflicto irresoluble en donde el indgena es caracterizado como la
suma de todo lo negativo y como el principal obstculo para el
desarrollo de la 28 Canedo, Mariana Propietarios, ocupantes y
pobladores. San Nicols de los Arroyos, 1600-1860, GIHRR/Univ. de
Mar del Plata, 2000, Banzato, Guillermo, De ocupantes a
propietarios, los conflictos entre vecinos de la frontera
bonaerense. Chascoms y Ranchos, 1800-1840, en Quinto Sol, Ao 4, No.
4. Universidad Nacional de La Pampa, 2000, Mascioli, Alejandra,
Poblacin y mano de obra al sur del Salado. Dolores en la primera
mitad del siglo XIX, en Fradkin, Canedo y Mateo (comp) Tierra,
poblacin y relaciones sociales en la campaa bonaerense (siglos
XVIII y XIX). Universidad Nacional de Mar del Plata, 1999 29
Garavaglia, J.C., Pastores y labradores 30 Moreno, J.L. y J.Mateo,
"El redescubrimiento de la demografa histrica en la historia
econmica y social", Anuario IEHS, 12. Tandil, UNCPBA, 1997 31
Cansanello, C. De sbditos a ciudadanos; Mateo, J. Poblacin,
parentesco y red social en la frontera. Lobos (Provincia de Buenos
Aires) en el siglo XIX. UNMar del Plata, 2001
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 14 civilizacin blanca32.
Acordando con la idea bsica del vnculo intertnico como una relacin
de conflicto, otros autores presentaban una visin diferente en
donde se hace evidente cierta simpata hacia el indgena al que se
intenta limitar al papel de vctima de los embates militares de los
blancos33. Un caso particular que podemos incluir dentro de esta
ltima tendencia son los trabajos del padre Meinrado Hux que ha
encarado la encomiable tarea de presentar una serie de biografas de
caciques de los distintos grupos que habitaron la zona de
pampa-patagonia a lo largo de la historia. Estos relatos, que
presentan con bastante frecuencia datos inexactos, tienen el
inconveniente de dificultar una comprensin global de la dinmica
interna de la sociedad indgena al presentar relatos fragmentados de
cada uno de estos lderes34. A pesar de esta mejor predisposicin
hacia el objeto de estudio, estos trabajos adolecen de la misma
falla que los anteriores: el indgena no es un sujeto activo en la
historia que se cuenta sino un espectador pasivo de la violencia
blanca. A pesar de los avances historiogrficos que con mayor
rigurosidad cientfica han indagado sobre los pueblos nativos (ver
en el prximo acpite), la visin intertnica recientemente sealada, an
tiene representantes en la produccin ms reciente. Ejemplo de esta
persistencia son los libros de Carlos Martnez Sarasola y Hugo
Trinchero quienes, posiblemente preocupados por la situacin de los
pueblos indgenas luego de la conquista al desierto, retrotraen esta
imagen de avasallamiento y dominacin a momentos muy anteriores
impidiendo la posibilidad de indagar sobre las diferentes
estrategias de adaptacin y resistencia que los mismos pusieron en
juego desde el periodo colonial35. En todos estos trabajos, viejos
y nuevos, subyace el presupuesto de que los pueblos nativos se
hallaban aislados, con poco o ningn contacto entre ellos, viviendo
de manera autosuficiente 32 Indudablemente el texto ms
representativo de esta corriente es el de Juan Carlos Walther (La
Conquista Del Desierto, Buenos Aires, Crculo Militar,1964). Ver
tambin Muiz, Rmulo (Los indios pampas. Buenos Aires, Editorial
Bragado,1966) y Schoo Lastra, Dionisio (El indio del desierto
1535-1879.Buenos Aires, Ed Goncourt, 1977). 33 Franco, Luis, Los
grandes caciques de la pampa. Buenos Aires, Ediciones del Candil,
1967. Franco produjo asimismo una serie de pintorescos artculos
periodsticos dedicados a diferentes caciques indgenas y a
personajes de la frontera. Ver Calfucur en La Prensa, 15/8/65; Las
Cautivas, en Ibidem 3/10/65; Cipriano Catriel, en Ibidem, 12/12/65;
Yanquetruz, en ibidem 9/10/66. 34 Entre los aos 1992 y 1993, el
padre Hux edit una serie de libros con las biografas de los
principales caciques de las agrupaciones indgenas de pampa y
patagonia. Ver bibliografa. 35 Martnez Sarasola, Carlos, Nuestros
paisanos los indios. Vida, historia y destino de las comunidades
indgenas en la Argentina. Buenos Aires, Emec, 1992; Trinchero,
Hugo, Los dominios del demonio. Civilizacin y barbarie en las
fronteras de la Nacin. El chaco central. Buenos Aires, Eudeba,
2000
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 15 hasta la llegada de
los conquistadores. Se hace evidente en estos textos una gran
dificultad por percibir la heterogeneidad que caracteriza al mundo
indgena. En efecto, en ellos la sociedad indgena aparece como un
bloque monoltico que no reconoce significativas diferenciaciones
internas. Los trminos ranqueles, pehuenches, chilenos, que son
utilizados en los textos cumplen el objeto de localizar
geogrficamente a los diferentes grupos nativos ya que lo que se
quiere mostrar es que el indio, los indgenas, la sociedad indgena,
son trminos intercambiables que identifican al enemigo quienes, a
pesar de algunos conflictos domsticos, se hallaban unidos en su
oposicin hacia el blanco. La aparicin de los europeos actuara como
un dispositivo de cambios. Por un lado, deriv en la adopcin del
caballo que permiti a estos grupos una mayor movilidad, un
incremento de la actividad guerrera, un abandono de los patrones de
agricultura y su conversin a una economa cazadora y recolectora.
Por otro lado, la posibilidad de incrementar su rea de accin habra
puesto en contacto a pueblos hasta el momento incomunicados36. En
esta perspectiva en la cual el indio no es un sujeto que merece una
caracterizacin ms profunda, se hace evidente la dificultad y/o
falta de inters por entender una sociedad con lgicas de organizacin
distintas. Este preconcepto lleva a la infructuosa bsqueda de
cdigos y estructuras occidentales en estos grupos. El resultado de
esta traspolacin se ve plasmada en la presencia de fuertes
estereotipos como, por ejemplo, el rol subordinado de la mujer en
estas comunidades. As, podemos leer que entre las tribus araucanas
a la mujer le estaba asignada la funcin de esclava universal37 o,
la mujer se conceba como propiedad absoluta del hombre, de lo que
el autor colega una aparente disminucin femenina38. Por otro lado,
la necesidad de otorgar a los pueblos nativos una organizacin
poltica que pudiera asimilarse a la blanca llevaba asimismo a
caracterizaciones errneas plantendose la existencia de una gran
concentracin del poder, una estructura poltica en la cual la
jefatura tena un poder ilimitado e indiscutido39. En algunos
autores, el anclaje a este esquema entraba en contradiccin con la
evidencia emprica que manejaban dando por resultado afirmaciones
difciles de entender. As, uno de los autores que sostena el
presupuesto anterior sobre la concentracin del poder en los
caciques, agregaba en otra parte de su trabajo que aunque
rudimentaria y sin mayores formas exteriores los indios argentinos
tuvieron su 36 Muiz, R, Los indios pampas; Martnez Sarasola, C.
Nuestros paisanos 37 Franco, L, Los grandes caciques, negrita
nuestra. 38 Martinez Sarasola, C. Nuestros paisanos p. 130. 39
Zeballos, E. La dinasta de los Piedra. Buenos Aires, Hachette,
1961; Muiz, R. Los indios pampas
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 16 organizacin poltica
propia40. Vinculado a esta dificultad por comprender lo distintivo
de la organizacin poltica indgena, existe tambin la tendencia a
generalizar un proceso de concentracin del poder que solo algunos
grupos llegaron a experimentar a la vez que retrotraen esa situacin
a momentos muy tempranos. Por ejemplo, segn Sarasola La
incorporacin del caballo en el transcurso del siglo XVII [provoco
que] la institucin del cacicazgo, antes laxo y que no sobrepasaba
el nivel de la banda, se fuera convirtiendo en algo ms general
desparramando su jefatura a numerosas bandas41. En relacin con esta
tendencia por quitar especificidad a la sociedad indgena hay un
punto que vale la pena mencionar porque se ha convertido ltimamente
en una temtica muy estudiada desde la antropologa y la historia:
las caractersticas de la guerra llevada adelante por los indios. En
los trabajos mencionados se seala que stos no tenan ningn tipo de
orden para la guerra. El autor ms representativo de esta posicin es
Flix Best de quien vale la pena rescatar algunas expresiones. En un
esfuerzo evidente por evaluar la tctica guerrera indgena en relacin
con la que era conocida por el militar, puede leerse en su trabajo
que Las fuerzas indias, todas de caballera, no tenan unidades
tcticas especiales, sino que se constituan grupos por tribus con ms
o menos efectivos. No podra pues, decirse que conocieran esas
unidades ni las operativas de los ejrcitos regulares. Formaban el
montn, confuso ncleo sin orden ni reglas en donde, por ejemplo los
capitanejos cuyas atribuciones eran harto indefinidas jugaban el
papel de los cuadros subalternos las empresas maloneras estaban
organizadas por el principio de la masa agregando que los caciques
que haban servido coyunturalmente en las fuerzas provinciales para
luego regresar a sus tolderas aplicaban lo aprendido42. Finalmente
cabe sealar el uso del sustantivo desierto, como idea que implica
la doble concepcin de zona deshabitada e improductiva, lo cual
legitimara la apropiacin de dichas tierras. Asimismo, estos autores
sustentan la nocin de indio como perteneciente a una nacionalidad
(ya sea argentina o chilena) convalidando as la idea de invasin del
araucano chileno sobre nuestro territorio. Esta lnea
historiogrfica, reivindicatoria de la gesta 40 Ronco, Bartolom, Los
indios pampas. Buenos Aires, 1920, negrita nuestra 41 Martinez
Sarasola, Nuestros paisanos p. 126. 42 Best, Felix. Historia de las
guerras argentinas, de la independencia, internacionales, civiles y
con el indio. Buenos Aires, Ed. Peuser. 2 tomos, 1960. Tomo 1. p.
106-108
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 17 militar de Roca,
experiment un notable impulso editorial en ocasin del centenario de
la conquista del desierto43. Con un enfoque totalmente diferente,
existe una corriente historiogrfica que analiza las relaciones
intertnicas entre blancos e indgenas desde una perspectiva jurdica.
Dentro de esta tendencia, algunos autores han centrando la atencin
en las caractersticas legales de los parlamentos y acuerdos de
paces realizados a lo largo del tiempo, lo que les permite hablar
de tratados o capitulaciones en virtud de los derechos y/u
obligaciones que surgen de la documentacin44. Si algunos autores se
han limitado a analizar el texto de los tratados para colegir de su
lectura el estado de la relacin intertnica45, otros han avanzado
mucho ms tratando de entender el significado mismo que tuvieron los
encuentros diplomticos llevados a cabo entre las autoridades
hispano criollas y las parcialidades indgenas para los
participantes. En esta lnea podemos ubicar los excelentes trabajos
de Lzaro vila. Para el autor, estos encuentros incluan rasgos
culturales de las dos sociedades. Por un lado, la realizacin de los
parlamentos haca referencia al carcter lingstico de los acuerdos y
se enlazaba con la tradicin oral y grafa de los indios. Por otro
lado, la redaccin de las actas en las que se transcriban los
acuerdos a los que se llegaba en el encuentro, era un reflejo de la
tradicin oral de la cultura europea que desea dar validez jurdica a
lo resuelto en el parlamento. La validacin indgena de estas
reuniones se apoyaba en otro tipo de elementos vinculados con
rituales propios y solo luego de mucho tiempo, los caciques
comenzaron a firmar las actas, reclamndolas en encuentros
posteriores para verificar el cumplimiento de acuerdos previos46.
Las caractersticas sealadas permiten analizar estos encuentros en
dos niveles diferentes pero complementarios. Por un lado, las
vicisitudes que se produjeron en el encuentro de las 43 Para esa
ocasin se publicaron una coleccin de 4 volmenes editada por la
Academia Nacional de la Historia, Congreso Nacional de Historia
sobre la Conquista del Desierto, General Roca, 1979, Buenos Aires,
1980; y un nmero especial de la Revista Logos, ao IX, nm. 15,
Facultad de Filosofa y Letras, Universidad de Buenos Aires, 1979.
44 Levaggi, Abelardo, Tratados celebrados entre Gobiernos
argentinos e indios del sur de Buenos Aires, Santa Fe, Crdoba y
Cuyo (1810-1852) en Revista de Historia del Derecho Ricardo Levene,
30. Buenos Aires, 1995 y Paz en la Frontera. Historia de las
relaciones diplomticas con las comunidades indgenas en la
Argentina. (Siglos XVI-XIX). Buenos Aires. Universidad del Museo
Social Argentino, 2000; Lzaro vila, Carlos, Parlamentos de paz en
la Araucana y las Pampas: una visin comparativa (1604-1820)2,
Memoria Americana. Cuadernos de Etnohistoria 7. Facultad de
Filosofa y Letras, UBA, 1999. 45 Levaggi, A, Tratados y Paz en la
frontera 46 Lzaro vila, Carlos, "El reformismo borbnico y los
indgenas fronterizos americanos", en Guimera, Agustn (Ed.), El
reformismo borbnico. Madrid, Alianza editorial, 1996 y Parlamentos
de paz.
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 18 comitivas, los
discursos y las argumentaciones de ambas partes permiten conocer
las estrategias puestas en juego por cada una de las partes que
trataban de intimidar y deslumbrar al Otro evitando de esa manera
el encuentro militar. Por otro lado, las actas producidas como
conclusin del parlamento reflejaban el acuerdo final al que se
llegara luego de las discusiones previas. Si bien estos documentos
nos hacen conocer, a travs de las exigencias, compromisos y
solicitudes mutuas, cul era el estado de la relacin en ese momento,
presentan, una seria limitacin para la comprensin de la dinmica de
interrelacin que es la de pretender que el contacto intertnico
reproduca la letra de los tratados firmados. O en palabras de Lzaro
vila, el carcter jurdico de la redaccin de las actas no corresponda
a la realidad histrica que se viva. Esto es particularmente notorio
cuando se comparan el valor de los encuentros diplomticos en
diferentes espacios fronterizos. Solo en aquellos lugares en donde
la tradicin de parlamentos y tratados fue muy slida, como por
ejemplo, la frontera de Araucana, puede plantearse que el
instrumento legal adquiri con el tiempo, la misma validez jurdica
para ambas sociedades. Esto no sucedi en la frontera bonaerense
donde los tratados fueron muy espordicos tanto en el perodo
colonial como en el independiente. Por otro lado, el gobierno
hispano-criollo a travs de estos documentos buscaba acuerdo con
algunos caciques intentando lograr en estas figuras una
concentracin del poder. La inexistencia de este tipo de estructura
poltica en los grupos cercanos a la frontera bonaerense llevara a
que los acuerdos firmados por un jefe tnico en particular produjera
frecuentemente el efecto inverso al deseado, es decir, una mayor
rivalidad por monopolizar y usufructuar la relacin con el poder
hispano-criollo (que derivaba fundamentalmente en la percepcin de
regalos). En relacin con esta perspectiva que privilegia un
acercamiento desde la normativa, hay trabajos que han indagado
acerca del lugar que ocup el indgena en la sociedad blanca luego de
la independencia. Esta preocupacin se integra a la problemtica ms
general que estudia los cambios en la condicin jurdica de los
habitantes a partir de la difusin de valores liberales que
comenzaron a expandirse a fines del perodo colonial y actuaron con
mayor fuerza a partir de los movimientos revolucionarios. En un
proceso que se ha definido como el pasaje de la condicin de sbdito
a ciudadano, distintos autores han marcado que el ciudadano ideal
que figuraba en las distintas cartas constitucionales promulgadas
luego de la independencia como sujeto con derechos polticos y
sociales fue, en los hechos, el vecino, antiguo sujeto poltico de
las ciudades ibricas y americanas. De manera que la obtencin de la
categora de vecino a partir del perodo revolucionario cobrara una
importancia
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 19 fundamental como
garanta de derechos polticos47. Pero a su vez, la misma definicin
de la vecindad sufri transformaciones. Si durante la etapa
colonial, se encontraba indisolublemente unida a la de propiedad,
con el tiempo, la vecindad se extendi al conjunto de los
domiciliados, fueran o no propietarios48. En este contexto, varios
trabajos han estudiado lo que se ha dado en llamar el proceso de
ciudadanizacin del indgena en aquellas regiones en las cuales los
habitantes nativos constituan un porcentaje nada desdeable de la
poblacin total: Bolivia, Mxico, Guatemala49. En estos trabajos y de
igual manera que planteamos para los trabajos centrados en el
anlisis de los tratados, existe el peligro de que, en el anlisis,
se traspole una intencionalidad jurdica a las prcticas sociales50.
En el espacio objeto de nuestra investigacin nos encontramos en
presencia de grupos indgenas que tenan una fluida comunicacin con
las poblacines hispanocriollas pero eran polticamente
independientes por lo cual el modo de referenciarlos y la
preocupacin acerca de su situacin deba ser necesariamente
diferente. Un caso similar al que nos interesa fue el que se plante
en el ex reino de Chile donde gran parte de la poblacin indgena se
hallaba al sur del territorio sobre el que el nuevo gobierno
revolucionario poda verificar una verdadera ocupacin. Pinto
Rodrguez seala que desde muy temprano se produjeron discusiones en
torno al lugar que ocuparan los indgenas de Araucana luego del
movimiento emancipatorio. En una declaracin del Senado del ao 1819
se incorpor a los indgenas de encomienda a la nacin convirtindolos
en ciudadanos y cuatro aos ms tarde fueron incluidos dentro de sus
alcances a los indios de frontera. El autor prosigue explicando
que, en ocasin del debate para promulgar la constitucin de 1828, la
inclusin de los indgenas dentro de la nacionalidad chilena volvi a
ser un punto de discusin. Lamentablemente el anlisis se detiene en
la explicitacin de estos debates polticos que si bien son
reveladores en cuanto a las concepciones que tenan distintos grupos
de la elite chilena sobre los indgenas, no nos 47 Annino, A.
Ciudadana versus gobernabilidad republicana en Mexico. Los origenes
de un dilema, en Sbato, Hilda (coord), Ciudadana poltica y
formacion de las naciones. Perspectivas histricas de Amrica Latina.
Mxico, FCE, 1999; Guerra, F.X, El soberano y su reino. Reflexiones
sobre la gnesis del ciudadano en Amrica Latina, en Sabato, H
(coord.), Ciudadana poltica y formacin de las naciones.
Perspectivas histricas de Amrica Latina. Mxico, FCE, 1999. 48
Cansanello, C. De sbditos 49 Irurozqui. Marta, A bala, piedra y
palo. La construccin de la ciudadana poltica en Bolivia 1925-1952.
Sevilla, 2002, Annino, A. Ciudadana, Mejas, Sonia, La participacin
indgena en la construccin de la repblica de Guatemala, siglo XIX.
Madrid, UAM Ediciones, 2002 50 Quijada, Mnica, El paradigma de la
homogeneidad, en Quijada, M., C. Bernand y A. Schneider.
Homogeneidad y nacin. Con un estudio de caso: Argentina, siglos XIX
y XX. Madrid, CSIC, 2000.
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 20 permite conocer el
impacto que estas medidas pueden haber tenido sobre la poblacin
araucana51. Los trabajos que analizaron esta problemtica en el
actual territorio argentino se centraron fundamentalmente en el
noroeste debido al peso que tena en esa regin la poblacin nativa.
Se plantea as que las autoridades revolucionarias del ex virreinato
del Ro de la Plata tomaron como primera medida con respecto a la
poblacin indgena del Alto Per, la abolicin del tributo y el fin de
la servidumbre52, rasgos de un pensamiento integracionista que tuvo
su punto culminante en la constitucin de 1819 donde se decret la
ciudadanizacin de los nativos53. Pero, cul sera la reaccin con
respecto a los grupos indgenas no sometidos? En las negociaciones
de paz realizadas en la provincia de Buenos Aires durante la dcada
de 1810, los enviados del gobierno se dirigan a los indgenas
nombrndolos como hermanos americanos, compatriotas54 reproduciendo
la misma ficcin integradora que se aplic con los indgenas del
noroeste. De hecho, ninguna de estas declaraciones propona los
medios por los cuales se espera integrar a los pueblos nativos
interpelados a la, en ese entonces llamada, nacin americana55. En
un trabajo reciente, planteamos que esta tendencia por incorporar
al indgena no sometido aunque sea en la letra de los documentos
oficiales, no haba desplazado totalmente sino que se conjugara con
la persistencia de la tradicin colonial fundada en el Derecho de
Gentes que haca hincapi en la concepcin de naciones separadas y
soberanas. A estas dos posiciones se sumara ms tarde otra posicin
que tenda a no reconocerle al indgena la categora de nacin
soberana. Plantebamos asimismo, y en este punto coincidamos con el
riesgo de aferrarse a lo establecido en la normativa, que la
situacin jurdica de los indios no sometidos deba confrontarse con
los itinerarios personales que siguieron algunos indgenas de manera
individual. En este sentido habamos sealado que 51 Pinto Rodrguez,
Jorge, De la inclusin a la exclusin. La formacin del estado, la
nacin y el pueblo mapuche. Universidad de Santiago, 2000 52
Halpern, T, Revolucin y guerra, Gil Montero, Raquel, Guerra y
frontera interna. La Puna de Jujuy a comienzos del siglo XIX.
Mimeo, 2001 53 La Constitucin estableca que Siendo los indios
iguales en dignidad y en derecho a los demas ciudadanos, gozan de
las mismas preeminencias y sern regidos por las mismas leyes. Queda
extinguida toda tasa o servicio personal bajo cualquier pretexto o
denominacin que sea. El cuerpo legislativo promover eficazmente el
bien de los naturales por medio de leyes que mejoren su condicin
hasta ponerlos al nivel de las dems clases del Estado. Captulo II,
Derechos particulares, CXXVIII. Constitucin de 1819, en Estatutos,
reglamentos y constituciones argentinas (1811-1898). Facultad de
Filosofa y Letras, Instituto de Historia Argentina Dr. Emilio
Ravignani. 54 Levaggi, A, Paz en la frontera 55 Sobre la
coexistenica de distinto tipo de identidades polticas en el
territorio del ex virreinato del Rio de la Plata durante la dcada
de 1810, ver, Chiaramonte, J.C. Legalidad constitucional o
caudillismo.
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 21 aquellos que pudieron
integrarse a las redes existentes dentro de los pueblos de campaa
haban podido seguir una original trayectoria de indio a vecino56.
3. Las sociedades indgenas. En las ltimas dcadas y recogiendo una
tendencia ms general a nivel historiogrfico, se han comenzado a
producir en nuestro pas trabajos cuyo centro de atencin est situado
en el interior del mundo indgena. En ellos se parte de la idea
bsica de que las sociedades indgenas no constituyen un bloque
monoltico que se opone a la sociedad hispano-criolla. Por el
contrario, comprende una diversidad de agrupaciones con relaciones
complejas tanto entre ellas como con los diferentes gobiernos de
turno con quienes interacta. Este enfoque ha debido sortear
distintos obstculos historiogrficos y metodolgicos para poder
llevarse a cabo. La reconstruccin de lo que podra llamarse historia
indgena en el sentido de, como seala Len Sols para el caso chileno,
una historia que sin ser indgena en el sentido propio hecha por
mapuches para mapuches- no sea tampoco un mero reflejo de los
eventos que tuvieron lugar en los mbitos hispano-criollos presenta
algunas dificultades derivadas de la falta de documentacin escrita
producida por los propios actores57. Esta ausencia lleva a que para
reconstruir la historia de pueblos sin historia se deba partir de
los testimonios que han dejado individuos pertenecientes a otra
cultura. Para recorrer este camino se deben tener en cuenta las
precauciones lgicas de despojar a esas voces de los prejuicios que
se pueden presentar al describir una sociedad diferente y de las
contaminaciones frecuentes derivadas de la trasposicin de elementos
culturales que no son propios del pueblo del que se habla. No
terminan all las dificultades al analizar estas fuentes. En primer
lugar, el frecuente desconocimiento de la lengua indgena haca que
los informantes expresaran el nombre de los lderes tnicos segn su
fontica por lo que un mismo cacique poda llegar a tener, en la
documentacin, una gran variedad de nombres asignados; por otro
lado, puede percibirse una fuerte insistencia por catalogar
tnicamente a los jefes indgenas dentro de los grupos ms conocidos.
En ese sentido y hasta hace poco, se tenda a tomar sin recaudos las
56 Ratto, S. Soberanos, clientes o vecinos? Algunas consideraciones
sobre la condicin del indgena en la sociedad bonerense. En Villar,D
(ed.), Jimenez y Ratto Conflicto, poder y justicia en la frontera
bonaerense, 1818-1832. Baha Blanca-Santa Rosa, Depto de Humanidades
UNSur, Facultad de Ciencias Humanas UNLPampa, 2003 57 Len Sols,
Leonardo, El pacto colonial hispano-americano y el parlamento de
1692, Ntram 30 Santiago,. 1992b
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 22 denominaciones tnicas
que brindaban las fuentes58. Esta decisin metodolgica responda a
una accin conciente por mostrar un mundo indgena esttico, con
grupos que mantenan una especificidad identitaria y/o cultural a lo
largo del tiempo, con lo cual se negaba su historicidad. Esa
postura de ubicar un momento inicial de culturas puras reproduca la
visin que los conquistadores quisieron brindar de la situacin que
hallaron. En efecto, conquistadores y colonizadores buscaron
cuadricular el espacio concibiendo a las comunidades con las que se
relacionaron como entidades culturalmente homogneas, dotadas de una
misma lengua, de una misma cultura e instituciones polticas y
funcionando en un equilibrio estable que solo comenz a ser
perturbado a partir del proceso de conquista. Los nuevos planteos
metodolgicos comparten asimismo, una critica a ciertos conceptos
cannicos como etna, cultura e identidad. Durante muchos aos y con
variantes segn las distintas escuelas antropolgicas de que se trate
(difusionismo, funcionalismo, culturalismo) se consider a la
cultura como un conjunto cerrado de elementos que podan ser
aislados y estudiados; la cultura, para estas interpretaciones era
una sustancia y en consecuencia, los procesos de mestizajes que se
haban producido entre nativos y conquistadores eran analizados en
una sola direccin como la prdida de la cultura e identidad original
de los grupos indgenas59. Recin con las investigaciones acerca de
la aculturacin pudo lograrse un cambio sustancial en la concepcin
que los investigadores tenan sobre la cultura. De todos modos, en
los primeros tiempos, estos estudios mantuvieron cierto apego a la
nocin de la cultura como un fenmeno cerrado y aislable al centrarse
en las permanencias de algunos elementos culturales que no haban
sido modificados en el proceso de contacto. Ms tarde comenz a
plantearse que la aculturacin era un fenmeno universal y que no
existan culturas puras. Esta posicin invalidara la tradicional
dicotoma entre sociedades fras, claramente diferenciadas entre
ellas, que resisten encarnizadamente cualquier cambio para defender
una tradicin ancestral y slo se transforman por contaminacin y las
sociedades calientes, permeables al cambio60. En ese sentido Denys
Cuche sealara recientemente que Toda cultura est en un permanente
proceso de construccin, desconstruccin y 58 Lidia Nacuzzi se
refiere puntualmente a este inconveniente. La autora analiza la
relacin entre los pobladores del asentamiento de Carmen de
Patagones establecido a fines del siglo XVIII en el sur de la
provincia de Buenos Aires y las parcialidades circundantes que se
llaman: tehuelches, pampas y aucas. Estos no eran nombres
inventados por los pobladores sino que se usaban ya para referirse
a los habitantes del lugar pero funcionaron como identidades
impuestas en el sentido de que no existi interes de los
funcionarios espaoles por ver que nombre se daban los indgenas a si
mismos sino que los catalogaron as para facilitar la relacin
diplomtica y comercial con ellos (Nacuzzi, Lidia, Identidades
impuestas. Tehuelches, aucas y pampas en el norte de la Patagonia.
Sociedad Argentina de Antropologa,1998). 59 Boccara, G. Mundos
nuevos en las fronteras del Nuevo Mundo en E-review (CNRS-CERMA),
2001 60 Segn la clsica distincin realizada por Levi Strauss.
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http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 23 reconstruccin Quizs
habra que reemplazar la palabra cultura por la de culturacin para
subrayar esta dimensin dinmica de la cultura61. Una evolucin
similar se produjo en torno a la categora de identidad y su relacin
con la cultura. Antiguamente prevaleca una concepcin objetivista de
la identidad que se apoyaba en la determinacin de elementos
objetivos que determinaban la identidad de un grupo: lengua,
territorio, etc. Para estas concepciones la identidad cultural
remita a un sentimiento de pertenencia innato, era una condicin
inmanente del individuo, lo que da por resultado la definicin de
una identidad como algo fijo e inmutable. Un importante giro en
torno a la identidad fue considerarla como una construccin que se
elabora en funcin de la relacin con otros grupos, es decir la
identidad se define como una manifestacin relacional. El pionero en
avanzar en este sentido fue Fredrik Barth62. Para el autor, la
definicin de la identidad de un grupo se encuentra en aquellos
rasgos utilizados por el grupo como marcas para diferenciarse de
los otros. Esto lleva a que la identidad sea algo que se construye
y reconstruye permanentemente en funcin de las relaciones con otros
grupos. Estas marcas no necesariamente son siempre las mismas,
pueden variar. Todo cambio en la situacin social, econmica o
poltica puede producir desplazamientos de las fronteras culturales
impuestas por un grupo en su relacin con otros. El mismo replanteo
fue realizado por Amselle al uso del trmino etna63. El autor,
refirindose al contexto africano, considera que, en cierto modo,
las etnias se originaron por la accin del colonizador quien, en su
afn de territorializar al continente africano, recort entidades
tnicas que luego fueron reapropiadas por las poblacines. Para
Amselle el escenario africano preconquista debe analizarse en
funcin de cadenas de sociedades. Cada sociedad local era un efecto
de una red de relaciones que incluan diversos espacios sociales de
relacin: de intercambio (en donde se estableceran espacios de
produccin, de circulacin y de consumo); estatales, polticos y/o
guerreros (en donde pueden hallarse procesos de fusin y/o de fisin
en un constante ir y venir en el tiempo que incitan a abandonar una
visin evolucionista de la historia en la que formas menos
desarrolladas preceden a las ms complejas); lingsticos; culturales
y religiosos. Con la conquista se producira un proceso de
desarticulacin de esta cadena relacional de sociedades locales. 61
Cuche, D. La nocin de cultura en las ciencias sociales. Buenos
Aires, ediciones Nueva Vision, 1999. p. :82 62 Barth, F (comp), Los
grupos tnicos y sus fronteras. Mexico, FCE, 1976. 63 Amselle, J.L.
Logiques mtisses. Antropologie de lidentit en Afrique et ailleurs.
Paris, Ed. Payot, 1990.
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 24 Al dotar a todos
estos conceptos de dinamismo e historicidad se pudo detectar
cambios en las estrategias de algunas comunidades; as, por ejemplo,
un mismo grupo pudo haber pasado de pocas de gran innovacin y
cambio a otras, de aparente apata y de rechazo a la adaptacin o
situaciones en donde, en su interior coexistan al mismo tiempo
estas dos lgicas, creando tensiones polticas entre los diferentes
sectores. Estas interpretaciones sostienen que las transferencias y
circulacin de objetos y personas as como la adopcin de elementos
exgenos tuvieron una doble direccin que involucr a los dos grupos
en contacto y permiten, asimismo, retrotraer el anlisis a momentos
anteriores a la conquista, al pensar la relacin con el exterior
como un elemento estructural de la reproduccin interna de una
sociedad. Estas nuevas perspectivas de anlisis centradas en
rescatar la historicidad de los pueblos nativos, han producido
estudios extremadamente novedosos. Una lnea de anlisis est centrada
en los procesos de etnognesis por los que han transitado distintos
grupos aborgenes. El concepto de etnognesis experiment cierta
evolucin a lo largo del tiempo. Utilizado por primera vez por
William Sturtevant hace ya unos treinta aos, los fenmenos de
etnognesis remitan estrictamente a la emergencia fsica de nuevos
grupos polticos a causa de la llegada de los europeos. En su
trabajo mostraba cmo los Seminola se haban diferenciado
histricamente de los Creek64. Esta nueva entidad haba emergido a
travs de un doble proceso de fisin con la Confederacin Creek y de
fusin con los indios nativistas Red Stick y con los esclavos
fugitivos de la colonia. Luego de estas incorporaciones tuvo que
enfrentar varias guerras contra las tropas norteamericanas, lo que
la llev a refugiarse cada vez ms al sur de la Florida. Retomada
luego por otros estudiosos norteamericanos, la nocin de etnognesis
experiment un notable cambio semntico en los ltimos tiempos. En la
actualidad se la utiliza para caracterizar procesos muy diversos de
transformaciones no solamente polticas sino tambin en las formas de
definicin identitarias de un mismo grupo a travs del tiempo. Al
desvincular la nocin de etnognesis de su acepcin estrictamente
biolgica, los estudios recientes pusieron nfasis en las capacidades
de adaptacin y de creacin de las sociedades indgenas y empezaron a
considerar la posibilidad de que las nuevas configuraciones
sociales tuvieran lugar no slo a travs de los procesos de fisin y
fusin sino tambin a travs de la 64 Albers, P. Changing patterns of
ethnicity in the northeasterns plains 1780-1870 en Hill, J (comp)
History, Power, & Identity. Ethnogenesis in the Americas,
1492-1992. University of Iowa Press, 1996; Sattler, R. Remnants,
renegades and runaways: seminole ethnogenesis reconsidered, en Hill
(comp) History, Power...
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 25 incorporacin de
elementos algenos. De esta manera, la categora etnognesis no se
refiere slo al nivel de emergencia de pueblos culturalmente
distintos, sino a un proceso de creacin de identidades persistentes
en contextos de radicales cambios y discontinuidades. Hickerson
seala que el proceso de etnognesis puede ser dividido en tres
fases: separacin (momento de negacin de las lealtades hacia un
grupo especfico), perodo liminal (en donde los lazos sociales y/o
econmicos sobrevivientes son descartados comenzando a generarse
nuevos vnculos de relacin) y reintegracin (que hace referencia a la
consolidacin de una nueva identidad). Como dice la autora, en
general se ha tendido a utilizar el trmino de etnognesis para
describir la tercera fase, lo cual oscurece los momentos previos en
los cuales los antiguos vnculos se van desintegrando y se promueve
entonces cierta creencia en un origen milagroso o una creacin
especial y espontnea. El resultado de este tipo de anlisis es que
se da un aire de misterio al asunto en la aparicin de nuevas tribus
que parecen emerger de la nada, o sin predecesores obvios. 65 Este
surgimiento de nuevos grupos a partir de un punto cero en que no
contaban con algn tipo de antecedente cultural, histrico o
territorial inmediato es bastante difcil de encontrar aunque no
imposible. En efecto, el caso de los marroon, sera un ejemplo. Se
trataba de comunidades de esclavos nacidos en distintos puntos de
frica, con diferentes lenguas y culturas, que luego de fugados de
su confinamiento en las plantaciones desarrollaron nuevas
identificaciones tnicas con base en mitologas culturales y
biolgicas que los adscriban a nuevos territorios en reas selvticas
de Surinam, Guyana, Jamaica y Brasil. Quiz por esta dificultad, en
la prctica, los estudios que han explorado la emergencia tnica no
parecen haber podido dar cuenta acabadamente del proceso de
constitucin de grupos tnicos donde antes no existan como tales, es
decir, sin presuponer la existencia previa de conjuntos
poblacinales, identidades, adscripciones o sentidos de pertenencia
y devenir que, an pequeos o desarticulados, o sin autoconciencia de
su etnicidad, constituiran el referente para la formacin de
colectivos sociales ms amplios66. Uno de los cambios ms tajantes a
partir de los cuales se han estudiado en profundidad los procesos
de etnognesis indgena, o de grupos afroamericanos en Amrica, sera
la 65 Hickerson, N. Ethnogenesis in the South Plains, en Hill
(comp) History, Power... 66 Bilby, K. Ethnogenesis in the Guianas
and Jamaicas: an emerging regional picture, en Hill (comp) History,
Power...
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http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 26 expansin histrica de
los estados coloniales y nacionales en el continente americano67.
Vinculado tambin al impacto de la expansin de los estados
coloniales, Ferguson y Whitehead elaboraron el concepto de zona
tribal con el objeto de aplicarlo a aquellas reas donde el contacto
de las sociedades indgenas con sociedades estatales -europeas
primero y criollas ms tarde- desencaden complejos procesos de
mutuas transformaciones y modificaciones de los patrones de la
violencia. Los autores se referirn especialmente a los cambios
producidos en las tcticas de guerra indgena, a raz del contacto
permanente con sociedades estatales introductoras de nuevos bienes,
tecnologas y enfermedades68. El trmino zona tribal define
concretamente un rea geogrfica continuamente afectada por la
proximidad de un estado pero que no se encuentra bajo su
administracin directa. El impacto que produce el estado sobre estas
poblacines puede verificarse a travs de una dinmica de coercin y
seduccin. En el primer caso mediante el uso de la amenaza militar y
en el segundo a travs de distintas vas como los obsequios a
jerarquas indgenas, condiciones favorables para el intercambio
comercial y/o ayuda militar. Los autores sealan que el proceso de
intrusin estatal no se efecta solamente a travs de la accin de
actores estatales, los que a su vez conforman un grupo heterogneo
de personas: gobernadores, soldados, religiosos, comerciantes y
pobladores cada uno con sus propios intereses. La accin estatal
tambin puede registrarse por la accin de factores especficos.
Dentro de stos se encuentran las epidemias (cuyos efectos pueden
ser devastadores produciendo cambios fundamentales en la densidad,
tamao y ubicacin de las poblacines), los cambios en el medio fsico
por la introduccin de nuevas plantas y animales y cambios
tecnolgicos derivados de la aparicin de bienes europeos que
originan la conformacin de nuevos circuitos econmicos. La respuesta
ante la expansin estatal es variada y puede dar origen a diverso
tipo de estructura poltica dentro de la zona tribal69: cacicazgos,
redes de alianzas, villas autnomas, clanes segmentales, familias
extendidas, bandas especializadas y tribus. Ms all de las
modificaciones en la estructura sociopoltica de estas agrupaciones,
las respuestas de estos 67 Hill, Johnatan (comp) History, Power...
68 Ferguson, B. Blood of the Leviathan: western contact and warfare
in amazonia, en American Ethnology No. 17 (2), 1990; Ferguson &
Whitehead, "The violent edge of empire" en Ferguson, B y N.
Whitehead (eds) War in the Tribal Zone. Santa Fe. New Mexico.
School of American Research Papers, 1992 69 Un plateo similar
acerca de la influencia de un poder estatal sobre las
conformaciones polticas nativas habia sido planteado por Morton
Fried en lo que denomin "el sesgante efecto de las situaciones
secundarias", es decir "un cambio en complejidad de las
instituciones polticas en presencia de sociedades ms desarrolladas
polticamente". Citado en Bechis, Martha, "Los lideratos polticos en
el rea arauco-pampeana en el siglo XIX: autoridad o poder?" en La
etnohistoria en CD Nmero especial de la revista Naya, Facultad de
Filosofa y Letras, 1999.
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http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 27 grupos ante la
expansin estatal se reducen, segn los autores, a tres opciones
bsicas: la resistencia, la cooperacin y la huida hacia otros
espacios. La definicin del tipo de estrategia a establecer con la
estructura estatal puede producir una divisin al interior de los
grupos en donde algunos lderes pueden apoyar una va de resistencia
en tanto otros sostengan la conciliacin. Como sealamos ms arriba,
dentro de los cambios que se producen en la zona tribal, los
autores centraran su atencin en la conducta guerrera clasificando
los tipos de guerras que pueden identificarse dentro de la misma:
guerra de resistencia o rebelin ante este avance estatal; entre
indgenas respondiendo a sus propios intereses en las cambiantes
circunstancias de la zona tribal o, entre diferentes grupos
indgenas con la particularidad de que uno de ellos est conformado
por soldados tnicos que estn bajo control o influencia del estado.
Estos soldados tnicos son indgenas que responden a las directivas
del estado con un grado variable de dependencia con respecto al
mismo; puede tratarse de milicias auxiliares, grupos fuertemente
integrados a las fuerzas estatales o grupos mercenarios que son
convocados coyunturalmente70. Si nos acercamos ms al mbito de la
frontera, veremos que tambin en este campo se ha dado una
redefinicin del papel jugado por los pueblos nativos en situacin de
contacto. Tradicionalmente se presentaba solo una doble alternativa
en cuanto a las posibilidades que tuvieron los pueblos indgenas en
situaciones coloniales: la aculturacin o la resistencia. Se
postulaba asimismo que estos dos procesos haban tenido lugar en
territorios distintos y bajo modalidades radicalmente diferentes.
As, mientras el proceso de aculturacin se ubicaba en espacios que
haban sido conquistados a travs de una triple accin que involucraba
la accin evangelizadora de la Iglesia, la normalizacin
jurdico-poltica y la organizacin de la produccin colonial, los
casos de resistencia se localizaban, fundamentalmente, en espacios
fronterizos tomando la forma de enfrentamientos blicos. La
reformulacin de estos presupuestos deriv en la constatacin de la
amplsima gama de relaciones que involucraron a los pueblos
indgenas, a los colonizadores europeos y a distintos grupos de
migrantes que arribaron asimismo a la frontera. De manera que, en
contraposicin con lo sostenido anteriormente es en los espacios
fronterizos donde se operan los cambios 70 Whitehead, Neil, Carib
ethnic soldiering in Venezuela, the Guianas and Antilles,
1492-1820, en Etnohistory No 37 (4), 1990
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http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 28 ms radicales71.
Dentro de las nuevas propuestas metodolgicas para analizar el
encuentro entre pueblos nativos y conquistadores se hallan los
conceptos de middle ground72, pensamiento mestizo73 y lgica
mestiza74 todos los cuales tratan de dar cuenta de los diversos
prestamos culturales que se produjeron entre los grupos en contacto
para lograr una comunicacin adecuada y permitir el desarrollo de la
vida diplomtica y cotidiana. En estos encuentros cobraran un papel
relevante determinados individuos (interpretes, traductores,
misioneros, cronistas, curanderos) o sectores (mercaderes,
caciques, mestizos) que por su posicin econmica, social, poltica,
religiosa, desempearon el papel de passeurs culturels o mediadores
culturales entre varios mundos75. De manera que ante la imagen
metafrica de una frontera cultural entre dos mundos encontramos a
estos intermediarios que se ocupan en hacer pasar elementos de un
lado a otro desdibujando esos lmites. El verdadero desafo en el
estudio de estas figuras se encuentra en descifrar de qu manera se
realiza la comunicacin entre diferentes tradiciones en contacto.
Quines se convierten en agentes mediadores y que elementos de una
determinada cultura se busca difundir? Cules parecen ms
susceptibles de ser recibidos por otra o cules elige el
receptor?76. Los intermediarios culturales ms estudiados han sido
los mestizos y los caciques. Los primeros, rechazados tanto por los
espaoles como por los indgenas, eran individuos que vivan en el
medio de dos mundos, con una gran movilidad espacial que coincide
con la idea del movimiento entre dos mundos y quienes tambin en el
plano econmico cumplen papeles de intermediarios (transporte de
mercancas, mayordomos, intrpretes). El rol de los caciques ha
producido, desde los clsicos trabajos de Wachtel y Spalding77,
cantidad de trabajos en los que se reconoca su importancia como
intermediarios claves entre las comunidades rurales andinas y el
estado colonial. De su xito para mediar con el mundo exterior
dependa en buena medida la supervivencia de la comunidad rural
andina. Aunque se reconoca asimismo que las oportunidades de
enriquecimiento personal y ascenso social 71 Boccara, G. Mundos
nuevos 72 White, Richard, The Middle Ground. Indians, Empires,
& Republics in the Great Lakes Region, 1650-1815. Cambridge
University Press, 1991 73 Gruzinski, Serge, El pensamiento mestizo.
Paids, Barcelona, 2000 74 Boccara, G. Antropologa Diacrnica.
Dinmicas culturales, procesos histricos y poder poltico" en
Guillaume Boccara & Sylvia Galindo (Eds.) Lgica mestiza en
Amrica. Instituto de Estudios Indgenas. Universidad de la Frontera.
Temuco. Chile, 2000. 75 Ares, B y Gruzinski, S. Entre dos mundos:
fronteras culturales y agentes mediadores. Sevilla, EEHA, 1997 76
Ibidem, p. 416-420. 77 Wachtell, Nathan La desestructuracin
economica y social del mundo andino, en Sociedad e ideologa. Lima,
IEP, 1973 y Spalding, Karen, De indio a campesino. Lima, IEP,
1974.
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2, 2do semestre 2012, ISSN 1853-8037, URL:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/corpus 29 creadas por la
economa mercantil haban operado como formidables presiones sobre la
funcin del cacicazgo en la sociedad andina. Vinculado a las
reformulaciones acerca del significado de los mestizajes, tambin se
ha tendido a abandonar la idea de que el nivel de consenso de las
autoridades tnicas era proporcional al grado de apego a principios
andinos, precolombinos de comportamiento. Por el contrario, se
plantea actualmente que la acumulacin econmica individual, la
observancia de rituales y creencias religiosas catlicas o el manejo
de la escritura y el idioma espaol no eran elementos que trazaban
por si mismos la lnea que separaba a los caciques legtimos de los
caciques despticos78. Hecha esta rpida y seleccionada revisin de
nuevas propuestas para el estudio de los pueblos nativos y de los
procesos de contacto, pasaremos a resear los avances que la
historiografa local ha realizado alrededor de estos ejes. En primer
lugar cabe destacar que la misma se ha plegado a los avances ms
tempranos que, desde la dcada de 1980, se produjeron en Chile
alrededor del estudio de la sociedad indgena y su relacin con la
sociedad colonial. Uno de los puntos de mayor acuerdo entre los
historiadores de ambos pases fue el de plantear como unidad
espacial de anlisis para estos procesos un rea pan araucana que
abarcara las dos vertientes cordilleranas, en virtud de la fluida y
constante interrelacin de los grupos indgenas al este y al oeste de
los Andes79. Teniendo en cuenta este acuerdo y haciendo una revisin
conjunta sobre la historiografa de ambos pases, se debe ubicar
indudablemente como punto inicial de renovacin el ya clsico libro
compilado por Sergio Villalobos donde se rechazaba la nocin de la
frontera como lmite entre sociedades y un contacto entre ellas
bsicamente militar80. En su lugar se planteara la existencia de,
como se seala en el mismo ttulo del libro, relaciones fronterizas
entre indios y espaoles a lo largo de una frontera que pierde el
carcter de lnea divisoria para convertirse en un espacio habitado
por individuos pertenecientes a ambas culturas y cruzado
permanentemente por una multiplicidad de relaciones de diverso tipo
(comercial, 78 Serulnikov, Sergio, Legitimidad poltica y
organizacin social en las comunidades indgenas de la provincia
Chayanta (siglo XVIII), en Anuario de Estudios Americanos, en
prensa. 79 Len Sols, Leonardo, Maloqueros y conchavadores en
Araucana y las Pampas, 1700-1800. Ed. Universidad de la Frontera,
1991; Palermo, Miguel Angel, "La compleja integracin
Hispano-Indgena del sur argenti