Post on 05-Aug-2015
ALAS DORADAS
AUTORA: CAROLINA SIRA
Alas Doradas
Era una casa muy
hermosa, de esas de las
que te imaginas que
tienen cien habitaciones,
tenía grandes pasillos y en
el medio una fuente de
agua donde muchos
pájaros venían a cantar.
En uno de los pasillos
estaba una jaula con un
pajarito muy especial.
Esta pequeña ave estaba
siempre cantando, como si
quisiese que alguien la
escuchara.
Por supuesto la casa estaba habitada por una
familia, ellos solo se ocupaban de darle comida y
agua al pajarito. También había un niño, su
nombre era Simón, tenía 7 años. A Simón le
gustaba correr por los pasillos y jugar hasta que
su mamá lo llamaba para comer.
Un día el
pequeño Simón
corría por los pasillos
hasta que se acercó
a la jaula del
pequeño pajarito
gritón.
Ambos si miraron
fijamente, el pajarito
empezó a cantar
como siempre; pero
el niño Simón
escucha una voz, en
ese momento
comenzaron a
El pajarito comienza a hablar y dice: “Hola niño, como estas. Siempre te veo corriendo sin detenerte y me pregunto por qué lo haces”.
Simón sorprendido contesta: “Bueno, me gusta correr y jugar porque no tengo con quien hacerlo, cuando corro me imagino que soy un conductor que va muy rápido. Me gustan mucho las carreras. ¿A ti que te gusta pajarito?”.
El pajarito con cara de asombro dice: “A mí me
El pajarito comienza a hablar y dice: “Hola niño, como estas. Siempre te veo corriendo sin detenerte y me pregunto por qué lo haces”.
Simón sorprendido contesta: “Bueno, me gusta correr y jugar porque no tengo con quien hacerlo, cuando corro me imagino que soy un conductor que va muy rápido. Me gustan mucho las carreras. ¿A ti que te gusta pajarito?”.
El pajarito con cara de asombro dice: “A mí me
Simón responde: “Jajaja, es que
todos piensan que estás
cantando, yo así pensaba, hasta
que me acerqué a ti y me di
cuenta que podías hablar.”
El pajarito le replica: “Pues yo
estaba gritando, no cantando.
¿Ahora dime, te gusta mucho
jugar?.
Simón contento por
la pregunta
responde: ¡Claro
que me gusta!, Me
hace muy feliz, en
Simón contento por
la pregunta
responde: ¡Claro
que me gusta!, Me
hace muy feliz, en
¿Encerrado?, ¿alas?, ¿qué es eso? ¡No sé de qué me hablas! Decía asombrado el pajarito.
“Encerrado es”, decía Simón, “cuando estas en un lugar en el que no puedes hacer nada y no te gusta. Y tus alas son esas dos cositas que tienes ahí. Si las abres y las mueves muy rápido podrías volar”.
¿Volar?, ¿Y eso qué es? Continuaba con su asombro el pequeño pájaro
Simón con una sonrisa le explica: “Volar se parece mucho a lo que yo hago, aunque yo lo hago con mis piernas, y lo que hago con mis piernas se llama correr. Me gusta correr porque cuando juego porque me hace muy feliz. Tal vez, si tú volaras agitando tus alas, así como yo corro moviendo mis piernas, también serías muy feliz como lo soy yo”.
¡Ah! Grita el pajarito. Ya entiendo, ¿sabes?, no me gusta estar aquí, pero no sabía que podía hacer eso de volar con esto que se llama alas. Pero nunca nadie me dijo nada, ni siquiera el por qué estoy aquí.
Mi jaula se parece a tu casa, pero con la diferencia que puedes usar tus piernas para jugar y ser feliz. Me gustaría usar mis alas, así como me dijiste que se puede hacer.
Es muy fácil, le dice Simón, solo tienes que salir de esa jaula y moverlas fuerte y rápido, para eso necesitas que alguien abra la puerta y te libere. ¿Quieres ser libre?.
¿Libre?, ¿y eso que es?. Vuelve a preguntar el pajarito que nunca sabe nada.
Pero Simón con gusto le explica: Libre quiere decir que puedes ir a donde tú quieras con tus alas.
¡Me gusta!, contesta el pajarito luego de entender. Continúa diciendo: Quiero ser libre. Abre la puerta para poder agitar mis alas.
Está bien, lo haré. Simón no parece muy contento ahora. “Pero me pone triste porque no te veré
¡No te preocupes!, dice el pajarito. Siempre vendré a visitarte, he visto que muchos que se parecen a mi vienen aquí a tu casa por agua, así vendré yo también.
Ahora simón se ve contento y dice: Es una promesa de amigos. Y antes de que me preguntes de que es un amigo, un amigo es alguien que te ayuda a sonreír cuando sientes que estas solo y entiende tus palabras cuando los demás creen lo contrario.
¡Bien, tu y yo somos amigos!, canta el pajarito, y porque somos amigos volveré algún día y te contaré hasta adonde me llevaron mis alas. Cuando vuelva, sé que tú también vivirás muchas aventuras y tendremos de que hablar.
Simón más feliz que nunca responde. ¡Claro que sí, así será!. Esta es nuestra promesa. Ahora, sal, y agita tus alas, el cielo azul te mostrará el camino donde más te guste ser libre.
Es muy fácil, le dice Simón, solo tienes que salir de esa jaula y moverlas fuerte y rápido, para eso necesitas que alguien abra la puerta y te libere. ¿Quieres ser libre?.
¿Libre?, ¿y eso que es?. Vuelve a preguntar el pajarito que nunca sabe nada.
Pero Simón con gusto le explica: Libre quiere decir que puedes ir a donde tú quieras con tus alas.
¡Me gusta!, contesta el pajarito luego de entender. Continúa diciendo: Quiero ser libre. Abre la puerta para poder agitar mis alas.
Está bien, lo haré. Simón no parece muy contento ahora. “Pero me pone triste porque no te veré
El pequeño pajarito salió de su jaula, miró a Simón
y luego vio al cielo. Comenzó a mover sus alas, lo hacía
tan rápido como si lo hubiera hecho toda su vida, lo
hizo hasta que se elevó a las nubes mientras que el sol
reflejaba su luz en sus alas y nunca se detuvo, otros
pájaros se le unieron al pequeño pajarito de alas
doradas en su primer vuelo hacia el cielo.
El niño Simón vio con alegría como su amigo
volaba y corrió tras él para acompañarlo en su primer
vuelo. En ese instante recordó lo hermoso que cantaba
y creció con la esperanza de volverlo a ver, cuando él
ya fuera un gran conductor manejando un carro de
carreras.
Fin