Post on 25-Jul-2015
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Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social
Sobre la políticacomo economía concentrada
El avance de los capitalestransnacionales
A efectos del análisis, muchas veces tendemos a
separar a la realidad social en distintas parcelas: la
economía, la ideología, la política. En verdad, la esfera
económica y la esfera política están estrechamente
vinculadas. Una vieja frase de Lenin aún arroja
claridad sobre el sentido de esa relación: «La política
es la expresión más concentrada de la economía».
En ese sentido, es que entendemos que el Gobierno
nacional ha girado a políticas más abiertamente favora-
bles al capital financiero, y a los grupos monopólicos
transnacionales. El origen de este cambio del Gobierno
de Cristina Fernández de Kirchner reconoce motivacio-
nes político-económicas, con consecuencias nacionales e
internacionales. Como analizamos en el número ante-
rior de América Nuestra, el Gobierno ha aplicado las
soluciones más regresivas para los intereses de los
trabajadores y el pueblo frente a las crecientes dificulta-
des económicas (la necesidad de dólares para recomponer
las reservas del Banco Central y afrontar los pagos
crecientes de la deuda externa; el déficit energético, que
consume una parte importante de las reservas de divi-
sas; y los problemas de una industria automotriz depen-
diente de insumos importados).
El principal avance de los grandes grupos monopóli-
cos y de los grandes capitales financieros ha sido la
megadevaluación de enero pasado (superior al 20%), que
les permitió incrementar sus altísimas tasas de ganan-
cias a costa de la pérdida salarial de los trabajadores.
En este marco, se vienen sucediendo una serie de
medidas favorables a los sectores dominantes: el pago
de los juicios del CIADI, el acuerdo con REPSOL por la
expropiación parcial de YPF (que incrementa la deuda
externa argentina en más de 5.000 millones de dólares
en nuevos bonos), el acuerdo de reestructuración de la
deuda con el Club de París (con más bonos por 9.700
millones de dólares), y la negociación, trabada pero
abierta, con los «fondos buitres» por el porcentaje de la
deuda no reestructura en los canjes de 2005 y 2010.
Las movidas por arribaEn síntesis, el kirchnerismo, limitado ideológicamen-
te por su propio carácter de clase al terreno del
«capitalismo serio», viene cediendo posiciones y se
reacomoda para intentar permanecer en el poder
formal. Pero, como lo demuestra el fallo a favor de los
fondos buitres, para una fracción relevante de los
grandes capitales ninguna concesión, ninguna nueva
toma de ganancias, será suficiente. Van por un cambio
de política más general, por un Gobierno aún más
disciplinado a sus necesidades, sin discursos «nacio-
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Política Nacionalnales y populares». Interpretan cada nueva medida
del Gobierno para conformar y contener al gran
capital como una muestra de la debilidad del
kirchnerismo y de los sectores dominantes loca-
les, así como otra oportunidad para hacer más y
mejores negocios, y avanzar en construir un
proyecto político más ajustado aún a su medida.
En ese clima político, el Grupo Clarín, con intere-
ses en el sector agropecuario, organizó junto a la Mesa
de Enlace de la burguesía agraria una jornada sobre
«Democracia y Desarrollo». En ese marco, exhibió a
los principales «presidenciables» del sistema político,
como Massa, Binner, y a los dirigentes del PRO,
compartiendo sus posturas políticas. La frutilla del
postre fue la presencia del principal candidato del
FPV, Scioli, cuya participación fue vista con pública
preocupación por buena parte del arco kirchnerista.
En estos encuentros, avanzan en la construcción de un
nuevo proyecto burgués conjunto, mucho más agresi-
vo para las mayorías populares de nuestro país.
Al mismo tiempo, el elenco gobernante ante los
«inconvenientes políticos» (como los resultados de las
elecciones parlamentarias de 2013, el problema de la
sucesión del propio gobierno, el crecimiento del PJ real
en el gobierno a consecuencia de un «progresismo»
cada vez más diluido, el crecimiento de su oposición
por «derecha») los enfrenta derechizándose, en forma
clara y consciente, en su discurso y sus prácticas. En
ese contexto, vemos el avance del accionar represivo,
ejemplificado por la presencia permanente del Secre-
tario de Seguridad, Sergio Berni, en los distintos
conflictos sindicales y sociales como respuesta princi-
pal del Estado frente a los reclamos populares, como
también por el incremento en la represión de las
protestas sociales), la discusión de la «Ley antipique-
tes», y el uso de un lenguaje cada vez más disciplina-
dor por parte de la Presidenta hacia los trabajadores
(que alcanzó sus picos más altos en el discurso de
apertura del Congreso del 1º de Marzo contra los
trabajadores de Las Heras y el sector docente, y en el
reciente ataque contra los despedidos de Gestamp y las
fuerzas de izquierda). Contra los despedidos de Ges-
tamp vimos reaparecer el macartismo de lo peor de la
burocracia sindical, en especial de la SMATA oficialis-
ta con Pignanelli a la cabeza.
Está claro que esta nueva etapa necesita incre-
mentar el accionar represivo del Estado. El accionar
del Estado contra la Campaña Nacional por la Absolu-
ción de los Trabajadores Petroleros de Las Heras,
contra los cortes de la Avenida General Paz en Capital
(donde han militarizado los lugares de trabajo de esa
zona), son claros ejemplos de esta situación.
Un momento de inflexiónDurante el desarrollo del largo período kirchnerista,
un elemento que ha caracterizado a este Gobierno es
la audacia y la capacidad de iniciativa política sorpre-
siva, como modo de obtener consenso en las clases
populares para ser reconocido como el único equipo
garante de la gobernabilidad.
En ese sentido, tomó medidas que respondían a
anhelos e inquietudes de los sectores populares como
el juicio a los genocidas de la última dictadura cívico
– militar, la estatización de los fondos de las AFJP, la
Asignación Universal por Hijo, la Ley de Matrimonio
Igualitario, la universalización de las jubilaciones, y
las supo articular en un doble discurso para presen-
tarse ante las masas y buena parte de sus sectores más
avanzados, como contracara del neoliberalismo y como
continuidad de las gestas populares, incluida la lucha
revolucionaria abortada por la dictadura genocida.
Con esta lógica, presentó medidas favorables a los
grandes capitales (pago completo de la deuda con el
FMI, y los canjes de deuda de 2005 y 2010) como si
fuesen autónomas y hasta «antiimperialistas», oculta
así al principal beneficiario de sus políticas: el gran
capital concentrado, local y trasnacional, que de todos
modos siempre le exige mayor sumisión. En otros
casos no pudo disimular su sumisión al imperialismo,
como en los acuerdos con Monsanto, Barrick Gold y
Chevron, que entregan la naturaleza y la salud de la
población a las transnacionales.
Pero, después de la derrota electoral de 2013 y los
problemas económicos crecientes, el margen para
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iniciativas progresivas, o presentadas como tales, se
ha reducido enormemente. Prevalece en el Gobierno la
idea de culminar el período en las mejores condiciones
posibles. Tal como lo expresó durante el encuentro con
los representantes de las corporaciones empresarias y
sindicales, «me quedan dos años más, quiero llegar
tranquila a 2015». Esta idea no significa resignar su
poder de fuego, y limitarse a ver cómo se mueven sus
probables sucesores. Para el kirchnerismo, que resca-
ta la tradición peronista de aferrarse a las porciones de
poder real conquistado, significa realizar los cambios
que sean necesarios, tratar de construir un sucesor
con posibilidades de éxito dentro del FPV, o, sólo en el
peor de los casos, condicionar fuertemente a cualquier
futuro grupo gobernante, y guardarse como opción de
recambio burguesa.
Un momento de inflexión se vivió a fines de 2013 y
comienzos de 2014, con la devaluación de enero. El
Gobierno podría, dentro del marco de una salida
capitalista a la crisis abierta, avanzar en regular, en
distintas formas, el comercio exterior de granos y
aceites (los principales bienes de exportación del mer-
cado nacional), o avanzar en la devaluación pedida por
los grandes grupos monopólicos y en las medidas que,
supuestamente, le permitirían el retorno al crédito
internacional. Después de varios debates en la fuerza
gobernante, todo el Gobierno, junto a las principales
alternativas opositoras (el Frente Renovador, el PRO
y el FA UNEN), cerró filas con la estrategia más
agresiva para los trabajadores y las mayorías popula-
res. Otro camino hubiera significado avanzar con
medidas antimonopólicas y antiimperialistas, a las
que evidentemente el Gobierno no está dispuesto, más
allá de su discurso «latinoamericanista».
Esta estrategia permitió aumentar los ya inmen-
sos márgenes de ganancia de los principales sectores
monopólicos. Por ejemplo, el sector financiero pasó de
tener ganancias netas de 4.700 millones de pesos en
2008 a 299.100 millones en 2013, y en un solo mes, en
enero de este año, ganó 10.000 millones (un tercio de
la ganancia de su mejor año). Las grandes cadenas de
supermercados obtuvieron ganancias extraordinarias
vía el aumento de precios de los productos básicos de
nuestra economía cotidiana. Los márgenes de las
grandes exportadoras (en cereales y aceites, en hidro-
carburos y minería) también fueron exorbitantes.
Queda claro quiénes son los ganadores y los perdedores
de esta crisis.
La lucha salarialFrente a esta situación, se desarrollan los reclamos
salariales de numerosos gremios. En la mayoría de los
casos, los acuerdos conseguidos son inferiores a la
inflación proyectada para este año (estimada en gene-
ral con porcentajes superiores al 30% anual).
Si bien la histórica lucha de los docentes de la
provincia de Buenos Aires y, el paro nacional del 10 de
abril, y el evidente descontento de amplias franjas de
trabajadores de los propios gremios oficialistas, pusie-
ron un límite a las intenciones del Gobierno y las
patronales de poner un techo inferior al 25% para las
paritarias, sólo unos pocos sectores sindicales consi-
guieron aumentos salariales que permitan paliar la
inflación creciente: bancarios (con un salario inicial de
11.000 pesos), alimentación (que consiguió un aumen-
to del 37%, presionado por un fuerte peso de una
corriente de izquierda como el PTS en ese gremio) y
aceiteros (con un salario inicial de 10.500 pesos, que
expresa el desarrollo de un nueva conducción demo-
crática y con principios de clase en ese gremio).
Suspensiones y despidosFrente a las dificultades del mercado automotriz (que,
por el alto grado de autopartes de origen extranjero,
implica una pérdida de divisas para el Estado cuando
crece la venta de autos al exterior), y de la industria
favorecida por regímenes de protección industrial
(como en las armadurías de Tierra del Fuego), aumen-
tan las suspensiones entre los trabajadores de las
grandes terminales, se incrementan los despidos en
las autopartistas y en los trabajadores eventuales de
la industria metalúrgica.
Al mismo tiempo, aumenta el «uso capitalista» de
la crisis. Muchas empresas aprovechan la situación
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Política Nacionalpara despedir y sostener la disciplina patronal (como está
ocurriendo en Shell o en CALSA), también para reestruc-
turar su producción en nuevas plantas sin conflictos
gremiales (como ocurre con la aceitera Glencore, en
General Villegas, o en el caso de Paty, en San Isidro).
A diferencia de la crisis de 2008 y 2009, cuando el
Gobierno pudo controlarla mediante el plan REPRO de
subsidios a las empresas a cambio de que no despidie-
ran laburantes, en la actualidad se están incremen-
tando los despidos y suspensiones en distintas ramas
de la industria. El Gobierno y las conducciones buro-
cráticas de los grandes gremios industriales (como
SMATA y UOM) aprovechan esta situación para
decirles a los trabajadores «hay que cuidar los puestos
de trabajo», y que no deben reclamar demasiado.
¿Cuáles son las propuestaspolíticas existentes?Como vimos, las fuerzas burguesas que disputarán las
elecciones de 2015 coinciden en las principales orien-
taciones actuales con el Gobierno. Con matices, las
distintas fracciones del FPV, el Frente Renovador, el
PRO y la mayoría del Frente Amplio UNEN compar-
ten esta línea política. En general, las críticas de las
fuerzas «opositoras» hablan sobre la corrupción que
envuelve al Gobierno, sin mencionar que también son
parte de ese entramado corrupto vinculado a los
Gobiernos anteriores, ni que esa corrupción es respon-
sabilidad no sólo de las distintas fracciones políticas
burguesas sino también de los grupos empresarios. Al
mismo tiempo, esa «oposición» promete un clima de
mayor diálogo…para esas mismas grandes empresas.
Un actor central en este escenario es el Papa, que
desde Roma construye una variadísima gama de
relaciones y vínculos con sectores locales (desde Mi-
chetti en el PRO hasta Gustavo Vera de La Alameda,
desde sectores sindicales burocráticos hasta el Movi-
miento de Trabajadores Excluidos y la CTEP (Confe-
deración de Trabajadores de la Economía Popular), al
interior del propio FPV, y en la mayoría de los espacios
políticos existentes). Al revés de otras épocas, la
Iglesia Católica no intenta construir su representa-
ción política más permanente (como cuando la armaba
en la Democracia Cristiana), sino que ha logrado
influir, con éxito, en la mayoría de las fuerzas políti-
cas, y sobre todo en el estado de ánimo de las mayorías
populares. En última instancia, se consolida como un
reaseguro para la conciliación entre las clases, para
una política de contención y apaciguamiento de los
reclamos y conflictos populares.
El cambio de escenario ha puesto en tensión a
muchas de las corrientes del «progresismo kirchneris-
mo», que se debaten entre un llamativo silencio o el
apoyo a las medidas del Gobierno, con el argumento de
que las demás opciones son aún peores para los
intereses populares. El nombramiento del filósofo de
Carta Abierta, Ricardo Forster, implica un renovado
intento de instalar un relato de pensamiento «nacional
y popular» que debe ser confrontado con la realidad
descripta. La candidatura a presidente de Jorge Taia-
na por parte del Movimiento Evita, un dirigente de
destacada trayectoria, también se enmarca en el
criterio de contener por «izquierda» a estos sectores.
Al exterior de esas opciones, encontramos dos
espacios de acumulación por «centro-izquierda» y por
«izquierda»: la corriente referenciada en la CTA Mi-
cheli y en la Unidad Popular (Micheli y De Gennaro),
y el FIT como referencia central para la izquierda de
tradición trotskista. Ya analizamos extensamente
estos espacio en el artículo «Una izquierda en cons-
trucción» (en el número 2 de América Nuestra).
Los debatesen la «nueva izquierda»y nuestro rol desde el MULCSPor nuestra parte, desde el MULCS seguimos empeña-
dos en la construcción de una izquierda revolucionaria,
de nuevo tipo, profundamente popular, antiimperialis-
ta, clasista, latinoamericanista e internacionalista,
antipatriarcal, que actúe con amplitud en el seno de las
masas populares y en los distintos movimientos de
lucha, con firmeza en los principios de clase, y que
aporte a la recuperación de la vocación de poder.
Las corrientes de la «nueva izquierda» estamos
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mulycs@gmail.com
El acuerdo con los países del Club de París fue
impulsado por las grandes empresas de los países
centrales. Un artículo publicado en el diario kirchne-
rista Página 12 (La trama oculta del acuerdo, David
Cufré, 1/6/2014) detalla cómo estas empresas (las
alemanas Volkswagen, Mercedes Benz, Bayer, Adi-
das, las norteamericanas Monsanto, Ford, General
Motors, Procter & Gamble, John Deere, Johnson y
Johnson, las francesas Peugeot, Citroën, Michelin y L
‘Oreal, las italianas FIAT, Iveco y Pirelli, las holande-
sas Shell y Philips, las japonesas Mitsubishi, Toyota
y Marubeni, y la canadiense Barrick Gold) presiona-
ron a sus respectivos gobiernos para firmar el acuerdo
del Club de París con el Gobierno argentino. Estas
empresas promovieron esta salida para mejorar su
financiamiento en minería, petróleo e hidrocarburos,
industria automotriz, laboratorios medicinales, etcé-
tera, mostrando claramente quiénes ganan con el
pago al Club de París.
En la negociación abierta con los «fondos buitres»,
vemos el significativo peso del poder que ejerce el capital
financiero, al punto que, después del fallo de la Corte
Suprema de Estados Unidos, se permite ignorar las
posiciones de un amplísimo frente único capitalista.
Este frente se expresa en nuestro país a través del apoyo
del Frente Renovador, del Frente Amplio UNEN y del
PRO a la política gubernamental, con viaje a Washing-
ton incluido y, en el terreno internacional, en el aval del
La deuda eterna: Una historia sin fin
atravesadas, «tironeadas», por los proyectos políticos
con mayor identidad y organización en el movimiento
popular. Desde el FIT y sus sectores afines, como
también desde el degennarismo, actúan para absor-
berlas y, en los hechos diluir las potencialidades
revolucionarias de estas fuerzas.
En ese marco, creemos que existen dos tareas
políticas primordiales, íntimamente vinculadas entre
sí: construir amplios y combativos movimientos de
masas para impulsar las luchas reivindicativas, y al
mismo tiempo, conformar un movimiento político
revolucionario, con vocación de poder. Es ineludible
construir una alternativa política de los de abajo, de
los trabajadores y el pueblo, un instrumento político
de carácter antiimperialista, anticapitalista, lati-
noamericanista y socialista.
En ese sentido, debemos avanzar en nuestro espa-
cio y dar los pasos unitarios que sean necesarios a fin
de fortalecer nuestra capacidad de intervenir en las
masas, de manera de prepararnos como clase y como
FMI, de los Gobiernos de Francia y México, y de una
parte del propio Gobierno norteamericano). Esta situa-
ción lleva al Gobierno a una negociación con los «bui-
tres» en relaciones de fuerza aún más desventajosas, y
muestra nuevamente como el capital financiero expri-
me hasta la última gota a los países dependientes.
La deuda externa funciona como un mecanismo
central en la dominación político-económica de nues-
tro país: hace más de cuarenta años que se paga, y
crece en forma permanente, sin revisarse nunca su
origen, y tiene consecuencias desastrosas para las
mayorías populares de nuestro país.
La deuda externa es inmoral e impagable: es im-
prescindible una urgente auditoría que prosiga el cami-
no iniciado por la investigación de Alejandro Olmos, y
del fallo del Juez Ballesteros que exigió (2000) dicha
investigación, nunca realizada por los distintos Gobier-
nos. Desde 2003 hasta la fecha se pagaron más de
173.000 millones de dólares. Sin embargo, hoy la deuda
supera los 240.000 millones, cuando en 2002 era de
144.200 millones, y hace un año (antes de los acuerdos
con el CIADI, Chevron y el Club de París) ascendía a
209.000 millones. Mientras no se enfrente el problema
de fondo, cuestionando su ilegalidad e ilegitimidad y
anulando las leyes y acuerdos que otorgan privilegios a
los capitales transnacionales, la deuda seguirá siendo
una forma de sumisión al imperialismo. No correspon-
de pagar hasta no revisar y auditar la deuda.
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Junto a la oposición mayoritaria,el Gobierno avanza,
en el discurso de la inseguridad y de la peligrosidad de
los menores. La militarización de los barrios popula-
res se vio a las claras en la ocupación de Rosario por la
Gendarmería como medida principal, y fue implemen-
tada como medida de control social evidente, previendo
un incremento de la conflictividad de los sectores más
arrasados por la inflación y la pobreza.
Estas políticas, compartidas por el arco político
dominante, ubican al desarrollo creciente del narcotrá-
fico como una excusa para la criminalización y la
judicialización de amplios sectores de nuestro pueblo.
El narcotráfico es un negocio imprescindible para el
capitalismo por partida doble: mueve entre 500.000 y
un billón de dólares por año, y al mismo tiempo le
permite embrutecer y elevar la criminalidad entre las
víctimas del sistema, con el consiguiente incremento de
la disgregación de los sectores explotados y oprimidos.
Está íntimamente ligado a los distintos niveles del
Narcotráfico y «control social»
Política Nacionalpueblo para acercarnos a esa salida rebelde, plebeya,
masiva que necesitamos y contemple, además, una
herramienta electoral, que nos permita difundir pro-
puestas concretas de cara a las mayorías, y pueda
condensar el avance de los movimientos que impulsan
la rebelión popular (inclusive sus posibilidades de go-
bernar cuando esas rebeliones triunfen, como ocurrió
en Venezuela y Bolivia). Ambas tareas van de la mano.
Cuando hablamos de la necesaria capacidad para
disputar también en el terreno electoral es para tratar
de impedir que los esfuerzos realizados en distintos
terrenos (en los movimientos territoriales, en el movi-
miento obrero, entre los estudiantes, en lo cultural y
en lo ideológico) sean capitalizados por proyectos polí-
ticos sectarios o limitados al terreno institucional
reformista, o lo que es aún más nocivo, por proyectos
vinculados con el imperialismo y con los enemigos de
los trabajadores y el pueblo.
Finalmente, remarcamos que la necesidad de im-
pulsar una política fuertemente unitaria desde nues-
tro Movimiento no excluye el desarrollo y la consolida-
ción del MULCS.
El crecimiento cuantitativo y cualitativo, el avance
en la construcción de políticas comunes y concretas en
todos los movimientos de masas donde actuamos y
participamos diariamente (en el movimiento obrero,
en las organizaciones y luchas territoriales, en el
movimiento estudiantil) debe ser una de las priorida-
des centrales en la etapa que se abre, junto a consoli-
dar una línea de intervención política unitaria, an-
tiimperialista, de clase, antipatriarcal, con perspecti-
va socialista y latinoamericanista.
Estado (nacional, provincial y municipal). La violencia
que acompaña su avance tiene múltiples causas. La
marginación y la exclusión social le brindan a los
grandes grupos narcos un amplio campo de desarrollo,
y a su vez incrementan la miseria y la degradación
social. La mayoría de los «presos del narcotráfico» son
la mano de obra barata de este «negocio».
Sabemos que no se resuelve el problema con mayor
represión, sino que requiere modificar de raíz las
condiciones estructurales de marginación de un amplio
sector de nuestra sociedad. Se necesita combatir todas
las formas de la precarización laboral y de la vida, y
avanzar en la conquista de derechos sociales y laborales
para los sectores marginados por el sistema dominante.
En definitiva, es preciso revertir más de treinta años de
flexibilización laboral y de «control social» represivo, de
marginación y exclusión. En las actuales condiciones,
el narcotráfico ve a la extrema pobreza como un terreno
fértil para su crecimiento despiadado.
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Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social
Desde que se hizo de público conocimiento el documen-
to que el Ministerio de Agricultura elaboró para la
modificación de la Ley de Semillas y Creaciones
Fitogenéticas, el último 15 de mayo, las presiones
sobre el Congreso para el tratamiento de este tema no
se han hecho esperar.
Sin embargo, este no es el primer intento de
modificación que sobrevuela a dicha ley, vigente desde
1973. Ya en 2012, y luego de la reunión que Cristina
Fernández tuviera con la gran corporación Monsanto,
se filtró un anteproyecto que hacía evidente la volun-
tad del gobierno nacional de redefinir los mecanismos
de producción, comercialización y propiedad de las
semillas en nuestro país. Y este intento por fortalecer-
nos como «defensores de las patentes», según declara-
ra la presidenta, no vino solo. Como parte de estas
negociaciones, la Primera Mandataria además festeja-
ba «una inversión muy importante en Malvinas Argen-
tinas, Provincia de Córdoba» que ayudaría «a la concre-
ción de nuestro Plan Agroalimentario 2020» y auspicia-
ba la inserción de la nueva semilla INTACTA de Mon-
santo (resistente a una combinación de agroquímicos).
Aunque se podría pensar que la reforma de esta ley
de semillas es un cambio más entre las múltiples leyes
y programas lanzados por el kirchnerismo para el
agro, observaremos que en este debate hay muchas
cosas en juego. En primer lugar, la privatización de la
semilla pone en el tapete el futuro de miles de campe-
sinos, campesinas y productores no sólo en Argentina,
sino en todo el continente, y con ellos la posibilidad de
generar alimentos de una manera económica, política
y ecológicamente sustentable. Luego, es nuestra sobe-
por Carla Poth
ranía alimentaria, entendida como el derecho a una
alimentación sana, equilibrada, suficiente y cultural-
mente apropiada, la que está en peligro. Finalmente la
reforma de esta ley será un paso más en la consolida-
ción de una nueva y avejentada dinámica de acumula-
ción del capital, basada en la expropiación y la apropia-
ción, en este caso, de la vida y del conocimiento.
En este artículo repasaremos la historia del modelo
agrario en Argentina, observando los cambios que
llevaron adelante desde la revolución verde, con el
objetivo de comprender el anclaje de estas formas
agrarias en el marco del proceso de acumulación del
capital. Luego, pondremos el foco en sus continuidades
a partir del año 2003 y los vericuetos de la coyuntura
política argentina que decantan en el debate sobre la
ley de semillas actual.
Agronegocios: la revoluciónverde y después
A partir de los años 50, América Latina y el resto
de las regiones agrarias del mundo fueron parte del
proceso de reforma que se dio en llamar revolución
verde. Como Harry Cleaver nos aclara, esta reforma
no sólo tuvo que ver con cambios en la estructura
productiva ya que, en ese período, el problema inme-
diato a contemplar eran los alzamientos revoluciona-
rios que se daban lugar en los países latinoamericanos
y asiáticos, muchos de ellos eminentemente agrícolas:
«algunos, incluyendo la Fundación Rockefeller, esta-
ban preocupados por una causa básica de las revuel-
tas revolucionarias del tercer mundo: el conflicto o
contradicción entre el rápido crecimiento de la pobre-
La ley de semillasen Argentina
Un debate necesario
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Ley de Semillasza en la población y la incapacidad del capitalismo
imperialista para proveer alimentos» (Cleaver, 1972).
A la pregunta ¿cómo resolvemos el problema de la
revolución roja? La respuesta fue la revolución verde:
la reestructuración total de las formas productivas en
el agro con la inserción de nuevas maquinarias, la
expansión de la siembra directa1, la aparición de
semillas híbridas o mejoradas2 y el uso efectivo de más
y múltiples agroquímicos y fertilizantes. Este ‘paque-
te tecnológico’ promovió la consolidación de nuevos
mercados (como el de semillas y el de agroquímicos) en
los que el control de la producción quedó en manos de
las empresas multinacionales.
El predominio de los Estados Unidos en el mercado
global de alimentos significó el impulso de las exporta-
ciones de cereales, oleaginosas y de otros productos
agropecuarios, y el dominio del proceso de comerciali-
zación y producción por parte de esta potencia que
ostentaba el 60% del mercado global de granos. La tan
mentada «modernización» del agro, festejada e imple-
mentada por las dictaduras latinoamericanas, signi-
ficó el fortalecimiento de una economía agrícola orien-
tada a la exportación y la ampliación de las tierras
disponibles para una escala productiva en aumento.
Los vientos de continuidad y profundización de
estas estructuras productivas agrarias llegaron con
las reformas neoliberales de los ’90. La apertura
comercial y las nuevas dinámicas de regulación de los
mercados favorecieron la introducción de nuevas tec-
nologías y técnicas de gestión importadas, así como
también nuevas dinámicas de articulación entre el
agro, la industria y las finanzas. Una vez más, los
Estados latinoamericanos decían al mundo que desde
aquí saldrían materias primas, ahora conocidos como
commodities, y que las empresas ubicadas en los
centros de consumo podrían manejar el comercio
desde afuera y dentro de los complejos agrícolas. La
agricultura ahora abandona su objetivo de ‘alimentar
al mundo’ para cumplir un rol financiero y político:
mientras que los Estados ‘hacen caja’ con lo obtenido
de las exportaciones (evitando el déficit en sus balan-
zas de pagos a través de impuestos y retenciones), las
grandes empresas comercializadoras (en convivencia
con los Estados nacionales) generan la suba de precios
a través de la retención de granos, ejerciendo un total
poder alimentario.
En el corazón de este proceso productivo encontra-
mos nuevamente un ‘paquete tecnológico’. Sólo que
esta vez es la biotecnología, utilizada para fabricar
semillas cultivables resistentes a insectos, inmunes a
virus y tolerantes a herbicidas o plaguicidas. Estas
nuevas especies han reducido sus ciclos de crecimiento
y aumentado su adaptabilidad a diversos climas. La
cadena de insumos agropecuarios se concentra en las
grandes empresas innovadoras privadas transnacio-
nales, que consolidan un mercado unificado de semi-
llas genéticamente modificadas asociadas a agroquí-
micos. Estos proveedores industriales de insumos,
poseedores del conocimiento, controlan no sólo el mer-
cado argentino, el noveno más grande del mundo, sino
también el 60% del mercado global de semillas y el 76%
del mercado mundial de agroquímicos (Cazco, 2013)3.
Como vemos, este nuevo modelo de producción
agraria a escala global4, con las biotecnologías a la
cabeza, se muestra como una nueva forma de valori-
zación del capital, que exige la subordinación de los
procesos naturales a sus lógicas y dinámicas, desple-
gando múltiples mecanismos de apropiación de la
naturaleza, las semillas, la vida humana. La mercan-
tilización y privatización de los recursos naturales, la
incorporación de la ciencia y la naturaleza al proceso
de producción de ganancia, la modificación entre los
valores de la tasa de explotación y las tasas de renova-
ción de los bienes naturales (siendo cada vez más
1 La siembra directa es una técnica de cultivo que evita roturar la tierracreando una capa de materia vegetal que resguarda el suelo previo acomenzar la siembra.2 Las semillas híbridas son la primera generación descendiente de doslíneas parentales distintas dentro de la misma especie. Estas semillas noproducen la misma descendencia que la semilla de origen, sino que
generan una descendencia menos eficiente en términos de rendimientos ymutaciones.3 Las seis empresas que ejercen este control sonMonsanto, Dupont, Bayer, Syngenta, Basf y Dow Agrosciences4 Si bien América Latina es un foco central de esta dinámica, India, Asiay África son territorios nodales en este proceso.
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grande la primera en detrimento de la segunda), la
violencia y el permanente proceso de cercamiento
cuantitativo y cualitativo (creación de nuevos límites
entre lo que se incorpora al mercado capitalista -
espacios públicos, derechos, cuerpos-, y lo que queda
por fuera) son elementos característicos de este modelo
extractivo implementado en las últimas décadas
(Seoane, 2012).
Ajustando el foco: ¿y enArgentina?
En 1996 se produce un clivaje en estas modificacio-
nes productivas. Luego de la generación de una serie
de regulaciones para la liberación de semillas transgé-
nicas (incluyendo la creación de la Comisión Nacional
de Biotecnología Agropecuaria, CoNaBiA, que desde
1991 se encarga de la aprobación de estas semillas) se
libera la soja Roundup Ready, resistente al herbicida
glifosato de la empresa Monsanto.
Si bien la soja convencional comenzó a producirse en
Argentina recién en los ’60 y con la revolución verde, los
altos precios internacionales de las oleaginosas a lo
largo de los ’90, la estrategia de Monsanto de no cobrar
el insumo de la semilla de soja transgénica al momento
de su liberación, la posibilidad de comprar maquinarias
importadas a precios menores (por la apertura comer-
cial), y la expansión del crédito usurero de la banca
privada favorecieron comercialmente la incorporación
y configuración de estas nuevas estrategias producti-
vas. Así, en sólo diez años, la Argentina ya se había
reconvertido al uso del paquete biotecnológico. La gran
escala, asociada con la especialización en pocos cultivos,
la intensificación y estandarización de insumos y tecno-
logías marcaron el ritmo de la producción.
La expansión de la frontera agrícola implicó la
incorporación de tierra, que históricamente habían
cumplido otras funciones, a la lógica de la agricultura
para la exportación. Así se avanzó sobre más de dos
millones de hectáreas de bosques nativos. Se sustitu-
yeron otros cultivos como el girasol o el algodón, se
desplazó la ganadería a las regiones de monte, y se
destruyó una parte sustancias de las cuencas lecheras
improductivas para el proceso de rotación soja-trigo. El
modelo también avanzó sobre los pequeños productores
agrarios que, a través de un genocidio silencioso, fueron
expulsados de sus tierras con contratos de propiedad
ilegales, con la represión o con la simple destrucción de
sus ambientes de vida. Su camino fue la migración a los
cordones más pobres de las grandes urbes.
Y ellos no fueron los únicos expulsados. La tecnifica-
ción de las tareas agrarias redujo el empleo a menos de
dos trabajadores por cada 500 has de producción. Este
fenómeno, asociado a los más de 200 mil productores
que, endeudados, perdieron sus campos, dieron paso a
lo que se denomina una «agricultura sin agricultores»
pero con ganancias concentradas siderales.
El campo ya no es hoy lo que solía ser. Cada uno de
los sujetos agrarios cambio su forma, su rol, su
pertenencia. El viejo paisano con boina y bombacha
estalló. Algunos, se fueron a vivir a las grandes
ciudades mientras viven de arrendar sus campos.
Otros, adquirieron equipos convirtiéndose en contra-
tistas que, en base a la incorporación de tecnologías,
sostienen empresas de mediano capital innovador.
Finalmente, otros desde su oficina en los centros
urbanos controlan la producción al momento de la
cosecha vía GPS y realizan arreglos comerciales con
China a través de internet, manejan múltiples capita-
les nacionales o transnacionales, y colocan algunos
activos en la bolsa de Taiwán. Son estos empresarios
del agro los que concentran la producción de casi toda
la cadena agropecuaria. Siembra, recolección, alma-
cenamiento y comercialización en tierras propias o
arrendadas, en Argentina, Paraguay, Brasil, Uru-
guay o Bolivia. Los Grobo Agropecuaria, Cresud, El
Tejar, MSU, Adecoagro, Calyx Agro, Arcor, Unitec
Agro, AGD, Olmedo Agropecuaria, Cargill, son los
nombres de quienes pocas veces son nombrados, y
mueven muchos de los hilos del comercio de granos en
Argentina y en América Latina.
Y si hasta aquí hemos visto las modulaciones
locales de este modelo global, no podemos olvidar que
en el inicio de esta cadena del agronegocio los grandes
monstruos corporativos transnacionales se muestran
12
como los pilares de la innovación. Es en sus laborato-
rios (o en el de las universidades que se asocian a estas
empresas) donde se genera el conocimiento y las
semillas que inician la cadena de valor y acumulación.
Son sus socios locales, organizaciones técnicas priva-
das como AACREA o AAPRESID5, quienes participan
en la divulgación de las innovaciones, son los gobier-
nos nacionales, los que promueven la restricción de los
marcos de propiedad intelectual en semillas que les
garantizan las ganancias.
Podemos ver entonces que el modelo agrario tiene
su origen y razón de existencia en las lógicas de
acumulación del capital neoliberal. Ahora bien, ¿Qué
ocurre cuando nos declaran el «fin del neoliberalis-
mo»? ¿Qué está pasando hoy en las regiones agrarias?
¿El quiebre K?Esta historia que arranca con la revolución verde
se sella a partir de 2001. Si la conversión productiva
implicaba un campo endeudado para fines de la década
de los 90, la devaluación del 2002, al mismo tiempo que
era sufrida por los trabajadores, fue festejada por los
productores agrarios insertos en el sistema.
Y aquella retórica kirchnerista que dibujaba una
ruptura con el neoliberalismo no fue más que un
modelo de continuidades que, frente a los cimbrona-
zos, tuvo sus coletazos.
El primer ‘mérito’ del gobierno nacional fue haber
llevado a Argentina a ser el tercer productor mundial
de transgénicos, luego de Estados Unidos y Brasil, con
una producción de más de 23,7 millones de hectáreas
y 30 nuevas semillas genéticamente modificadas para
ser producidas y comercializadas (de soja, algodón y
más de 20 variedades de maíz), todas ellas tolerantes
a agroquímicos.
Y a pesar de los reclamos de las comunidades
indígenas-campesinas por el reconocimiento de sus
territorios y de las denuncias de los movimientos
socio-ambientales sobre la violación sistemática de la
Ley de Bosques (aprobada en 2007), la propuesta que
el gobierno nacional plantea en el «Programa Estraté-
gico Agroalimentario 2010-2020» va a por más: acre-
centar, para el 2020, a 150 millones de toneladas la
producción de granos y expandir un 25% la superficie
producida. Las preguntas que nos hacemos todos ante
tales declaraciones son ¿sobre quiénes avanzarán
ahora? ¿Cómo?
Una de las respuestas oficiales habla de mejorar los
rendimientos a través de la generación de conocimien-
to, produciendo más valor para la cadena agraria. Y
allí tenemos una activa política científico-tecnológica
llevada adelante por el gobierno de Néstor Kirchner y
Cristina Fernández: creciente financiamiento estatal,
leyes de promoción de las biotecnologías, creación de
institutos como el INDEAR6, investigación co-finan-
ciada entre organismos como el Conicet y las empresas
privadas, repatriación de científicos. El saludo a la
bandera de la comunidad científica tras tantos años de
pauperización y desfinanciamiento de la investigación
le imprimen más entusiasmo a la cuestión.
Sin embargo, nadie habla de que las líneas de
investigación financiadas mayormente por dinero
público se encuentran asociadas a la generación de
tecnologías para este mercado concentrado de commo-
dities, plagada de convenios con empresas privadas
que «comparten» sus patentes tras escasos aportes
dinerarios, que producen socialmente conocimiento
para privatizar las ganancias que ese conocimiento
genera. Tampoco se habla de que esas ganancias
suponen la destrucción de nuestros espacios de vida
(hoy la investigación en transgénicos está plenamente
asociada al uso de agrotóxicos), ni de la persecuciones
constantes de aquellos investigadores que denuncian
las consecuencias de estas políticas de investigación,
el rol de la ciencia7. Nada dice este programa de las
propuestas sobre otras dinámicas de investigación
5 AACREA (Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimen-tación Agrícola) y AAPRESID (Asociación Argentina de Productores deSiembra Directa) son organizaciones técnicas sin fines de lucroinvolucradas en el la divulgación de sistemas de innovación agrarios.
6 INDEAR: Instituto de Agrobiotecnología de Rosario.7 Tal es el caso de Andrés Carrasco quien fue denunciado y repudiado porla comunidad académica, e incluso tuvo dificultades en la continuidad desu trabajo tras las denuncias sobre las consecuencias del uso de glifosatoen la salud.
Ley de Semillas
13
mulycs@gmail.com
científica o de producción agraria.
La otra respuesta tiene más acciones que palabras.
La represión constante hacia las comunidades indíge-
nas Qom, aún con componentes raciales, evidencian la
disputa por un territorio que la ganancia exige incor-
porar a las lógicas del capital. La violencia sutil o
explícita que sufren cotidianamente los pueblos fumi-
gados (no hay que olvidar que con la implementación
de este modelo el uso de agrotóxicos ha aumentado un
900% en 30 años) que son rociados por los sojeros y
apaleados por las policías (locales, provinciales y na-
cionales, sin importar el color político en el gobierno).
La existencia de sicarios, avalados judicialmente, que
se cobran vidas de luchadores, como es el caso de
Cristian Ferreyra. La imposición de proyectos produc-
tivos que impunemente obvian todas las normas
legales existentes8 y la manipulación/reforma de leyes
que sostienen este modelo. Estas son todas las res-
puestas que van más allá de las palabras.
Y otra vez al inicio: las semillasCon todo lo analizado, ahora entendemos que la refor-
ma de la ley de semillas no se explica sólo por la voluntad
concentradora de las grandes corporaciones transnacio-
nales o por la debilidad de algunos Estados insertos en
condiciones desfavorables al comercio internacional.
Si el proyecto presentado por el Ministerio de Agri-
cultura se aprobara, se legitimaría la expropiación de
los conocimientos tradicionales y su reapropiación pri-
vada, por parte del capital; consolidando una forma de
acumulación del capital que viene hundiendo raíces
desde hace más de 40 años en el mundo. Luego, se
limitaría la posibilidad de los productores de guardar
sus propias semillas, volviendo ilegales prácticas cam-
pesinas milenarias de selección, mejoramiento, obten-
ción, multiplicación e intercambio. La agricultura
campesina sería puesta bajo registros, normas y con-
troles que erosionarán la base de la diversidad agrícola:
la libre circulación de la semilla y el conocimiento.
El balance de los dos años transitados desde la
presentación del primer proyecto muestra que la tarea
que Monsanto encomendó para 2012 no fue tan fácil de
realizar. La famosa planta de Malvinas Argentinas, a
pesar de represiones y vaivenes legales, hoy sigue
siendo fervientemente rechazada por los habitantes de
esta provincia. La CoNaBiA aprobó sin objeciones la
comercialización de la semilla de soja Intacta, aún con
las permanentes denuncias de organizaciones que
destacan la ausencia de debates públicos y las irregu-
laridades en las evaluaciones de riesgo. Sin embargo,
la aprobación de una ley que garantice la apropiación
de las semillas por parte de las grandes corporaciones
no ha prosperado. Y esto, muy a pesar de los deseos del
gobierno nacional.
Muchas organizaciones que luchan contra este
modelo del agronegocio esperan la resolución de estos
debates en nuestro país. Si alguna vez la Argentina
fuera la puerta de entrada de los transgénicos a toda
América Latina, el punto de partida para la construc-
ción de la «República Unida de las Soja», hoy podría ser
uno de los bastiones de lucha contra la privatización de
las semillas junto a Colombia, Chile o Venezuela.
La semilla es el principio de nuestra cadena alimen-
taria por eso quien la controle definirá sobre la totalidad
del proceso productivo, sobre lo que comemos día a día.
Los posicionamientos están claros. Por un lado, el
gobierno nacional y las corporaciones entienden tal y
como planteó Cristina Fernández que «los métodos
tradicionales de agricultura, así cubriéramos toda la
superficie de la tierra no llegarían a cubrir la deman-
da, lo cual la necesidad de la intervención de la
biotecnología se convierten en centrales para los
rendimientos». Quienes venimos luchando por el res-
peto a nuestra soberanía alimentaria sabemos, porque
la práctica nos habla, que existen formas de produc-
ción de alimentos que podrían abastecer la totalidad de
nuestras necesidades alimentarias, que respeten el
ambiente y nuestra propia salud, que construyan
dinámicas comunitarias y de compañerismo y que
tengan un horizonte emancipatorio. Las semillas son
el primer paso para empezar a escribir esta historia.
8 Este es el caso de la planta de Monsanto en Malvinas Argentinas quecomenzó su instalación avalada por el gobierno local sin haber siquierapresentado el estudio de impacto ambiental
14
América Nuestra: ¿Cómo vesa la clase trabajadora argenti-na en la actualidad?
La caída en la actividad económica
y el ajuste, la baja del salario real y
la carestía, impactan sobre todos
los laburantes. Enormes niveles de
precarización y fragmentación con-
tractual, salarial y de condiciones
de trabajo y de vida hacen que
muchas familias sean empujadas
al hambre y la pobreza aún tenien-
do trabajo; muchos se aprietan el
cinturón para pagar el alquiler o
archivan el sueño de la casa propia;
otros ven peligrar su estabilidad
laboral o parte de sus conquistas; y
no son pocos quienes, sin poder
escapar a los patrones de consumo
que promueve el gran capital, se
desloman con dos o más laburos
“Unir la luchareivindicativa a lalucha política por losintereses de lostrabajadores”
En el primer número de América Nuestra incluimos un reportajeal compañero Enrique Gandolfo del SUTEBA Bahía Blanca; allíiniciamos una serie de notas sobre la situación y las perspecti-vas de la clase trabajadora. Luego en el Nº2, reporteamos aQuique Camino, compañero del MTR por la Democracia Direc-ta y de la AGTCAP (Asociación Gremial de Trabajador@sCooperativ@s, Autogestiond@s y Precarizad@s). Ahora conti-nuamos la serie de entrevistas con el compañero NorbertoSeñor, dirigente de ATE Gran Buenos Aires Sur - Lomas deZamora y de la Corriente Político Sindical Rompiendo Cadenas.
Movimiento Obrero
para que no decaiga su poder ad-
quisitivo, a costa de deteriorar su
salud, su vida afectiva o su desa-
rrollo cultural.
En ese contexto, que ahonda la
fragmentación también organiza-
tiva, sindical y política que atravie-
san al conjunto de las y los trabaja-
dores, surgieron muchas luchas,
en general dispersas, algunas por
recuperación salarial, otras en de-
15
Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social
fensa de las fuentes de trabajo. Las
primeras son más extendidas en el
ámbito estatal; como la histórica
huelga docente, que especialmente
en Buenos Aires y luego en Salta,
obligó a elevar el «techo» salarial
que los empresarios y gobiernos
pretendían imponernos a todos. Por
su parte, se hace duro enfrentar
suspensiones, «retiros voluntarios»
y despidos en industrias como la
automotriz, la electrónica y sus
proveedoras. Pero la necesidad de
hacerlo es tema de conversación y
debate entre miles de laburantes, y
enciende la bronca de muchos jóve-
nes, que pese a su escasa experien-
cia o formación sindical y política,
tienen disposición a dar pelea. Por
eso, donde hay inserción de compa-
ñeros combativos y de izquierda, y
no sólo allí, el conflicto suele salir a
la luz.
¿Qué dimensión le das a lainfluencia de corrientes conposiciones clasistas?
Todavía es incipiente, acotada, pero
crece. Además, la disputa entre
fracciones de las clases dominan-
tes y sus representaciones políti-
cas, desde 2008, ahora con miras al
recambio del 2015, derivó en una
profunda división en las filas buro-
cráticas, que si bien en términos
generales suele dividir a la clase y
a sus luchas, también permite que
el clasismo se abra paso. A una
presencia respetable en sindicatos
docentes y algunas seccionales y
juntas internas estatales, hay que
sumarle la conquista de varias
comisiones internas de fábrica y
delegados de base. Esto genera una
fuerte reacción en las clases domi-
nantes y es motivo permanente de
análisis en los medios. Las trasna-
cionales imperialistas y en general
todas las patronales, las fracciones
más reaccionarias de la burocracia
sindical y el gobierno que se decía
«de los derechos humanos», se des-
esperan por rajar al activismo y
sembrar miedo militarizando las
fábricas (como también ocurre en
los barrios humildes), ya que puede
abrirse un ciclo de grandes conflic-
tos que desborden sus planes de
conciliación o aplastamiento. Ahí
está la explicación de por qué ha
surgido desde el kirchnerismo el
impulso a ley antiterrorista, el pro-
yecto X, el ascenso de Milani y las
condenas a perpetua en Las Heras.
Como decía ya en 2012 nuestro
compañero Enrique Gandolfo ante
un auditorio repleto de laburantes
de la educación, lo central en la
situación política era qué signo po-
lítico tomaba el creciente malestar
de cada vez más trabajadores. Por
entonces, las CGT y CTA «oposito-
ras», promovían una fuerte sinto-
nía política entre los paros que
convocaron, los cacerolazos e inclu-
so los motines de gendarmes y mi-
licos, traccionando esa bronca ha-
cia la derecha. Desde que ese ma-
lestar se tradujo en la derrota elec-
toral del kirchnerismo, y la salida
«por derecha», el ajuste y una re-
presión cada vez más desemboza-
da, fue asumida directamente por
el gobierno nacional. Más que nun-
ca, lo que está en juego, es esa
disputa política de la que hablaba
Enrique: si la creciente conflictivi-
dad se canaliza hacia la concilia-
ción con las patronales y a la espera
de un recambio electoral del PJ o
una nueva Alianza, o bien hacia
posiciones de clase, dispuestas a
dar duras batallas que nos permi-
tan mantener los puestos de traba-
jo, recuperar el salario y obliguen a
pagar los costos de esta crisis a los
grupos económicos, en el marco de
un avance político de propuestas
revolucionarias y de izquierda.
Por lo que decís, a Moyano,pero también a la CTA Miche-li, los ubicás «traccionando»la bronca popular hacia la de-recha…
En ese 2012, con toda seguridad.
La subordinación reciente de Mi-
cheli a la modalidad y objetivos
planteados por Barrionuevo- Mo-
yano en el paro del 10 de abril,
también lo muestran en ese anda-
rivel. También lo hicieron el MST,
IS o el PCR durante el conflicto
agrario de 2008. Está claro que
esas fuerzas y la actual Unidad
Popular (UP) de De Gennaro no
son organizaciones de derecha. A la
vez son muy distintas entre sí, pero
a mi entender, tienen prácticas
oportunistas que los hacen dar ban-
dazos como esos.
Sin embargo, ni su actual con-
signa «De Gennaro presidente» lo-
gra parar la fuerte crisis ni el
enfrentamiento y la descomposi-
16
Movimiento Obreroción que hoy atraviesan ATE y
CTA, producto de la polarización
entre el discurso del «progresismo»
K, idéntico al históricamente es-
grimido por el degennarismo y el
predominio de posiciones a su dere-
cha en el campo opositor, al que se
acercaron sus dirigentes apenas
comenzaron a estallar conflictos
derivados de la precarización labo-
ral y salarial en el seno del Estado,
mientras los K se recostaron fuer-
temente en UPCN en términos
sindicales (en desmedro de ATE) y
en lo político en el PJ, sus caudillos
provinciales y los barones del co-
nurbano, dejando al «transversa-
lismo» como un socio menor detrás
de aquellos.
Es que tantos bandazos, tanto
oportunismo «de derecha» o «de iz-
quierda», han generado una severa
crisis de proyecto sindical y político
en todas las corrientes de centroiz-
quierda. Esto se da en un marco de
gran desprestigio de todas las co-
rrientes burocráticas, lo que cues-
tionan amplias franjas de laburan-
tes son la ideología y la política de
conciliación de clases, en que se
sustentan esas burocracias sindi-
cales y el peronismo.
Explicanos un poco más acer-ca de los dirigentes sindica-les conciliadores y su diferen-cia con quienes, como vos, sereivindican «clasistas»…
La diferencia central está entre quie-
nes asumimos la necesidad de la
lucha de clases como única posibili-
dad de transformar la sociedad y
quienes propugnan la conciliación o
colaboración entre clases, entre ex-
plotadores y explotados.
Hay diferencias entre estos últi-
mos, por supuesto. Muchos direc-
tamente son también empresarios
o, pertenecen a una casta burocrá-
tica y corrupta y viven como mu-
chos de ellos, llenos de privilegios;
otros, creen que no queda otra que
integrarse a un Estado que equivo-
cadamente caracterizan como
«neutral», para que éste dé «rostro
humano» al sistema, con mejores
empleos, salarios y más derechos
para los de abajo, sin afectar dema-
siado los márgenes de ganancia de
las empresas. Estos olvidan, con-
ciente o inconcientemente, que sólo
en breves momentos excepciona-
les, es posible que crezcan los in-
gresos de todas las clases (siempre
en mayor proporción para los que
concentran más propiedad y rique-
za), pero que, el poder que ejercen el
imperialismo y el gran capital por
sí mismos y por medio de un Estado
a su servicio, liquidará gran parte
de esas conquistas, lo que hace
regularmente y mucho más ante
cada nueva crisis.
Nunca debemos perder de vista
que, en definitiva, esas corrientes
conciliadoras defienden al capita-
lismo. A la vez, hay que saber darse
tácticas adecuadas, ya que hay di-
recciones directamente patronales
y antiobreras (especialmente en la
industria y las grandes empresas
de servicios). Entre las conciliado-
ras - reformistas las hay claudi-
cantes y otras que, genuinamente
pretenden defender los derechos de
los trabajadores aunque se mantie-
nen dentro del sistema; incluso en
algunas de ellas pueden abrirse
paso definiciones y acciones an-
tiimperialistas.
Justamente ese último esteun rasgo presente al interiorde ATE y CTA e incluso enalgunos de sus dirigentes…
Es que, no obstante ser el degenna-
rismo una fuerza centrista, cuyo
reformismo se asienta en una polí-
tica de inspiración social-cristiana
y social-demócrata, de colaboración
de clases; por intervenir en el sec-
tor de la clase trabajadora con ma-
yores niveles de estabilidad laboral
y por ende, mayores posibilidades
de activismo político, su oportunis-
mo en lo sindical suele basarse en
políticas de seducción y cooptación
hacia la izquierda, para que los
compañeros con esas posiciones
nutran sus filas. Y aunque siempre
lograron atraer a la mayor parte de
ellos hacia el respaldo político, al
Frepaso y la Alianza, luego al kir-
chnerismo y hasta hace muy poco
al FAP de Binner, ese tipo de polí-
ticas que se revelaron tan antiobre-
ras y antipopulares, tan alejadas
de los discursos favorables a la
Revolución Cubana o al proceso
bolivariano con que suele perfu-
marse esa corriente, cada vez re-
sultan menos convincentes entre
sus seguidores.
Por eso no debemos renunciar a
trabajar con quienes en forma ge-
17
www.mulcs.org.ar
nuina luchen desde definiciones an-
tiimperialistas, aún mientras no
terminen de romper con esa co-
rriente. Aunque somos concientes
que las prácticas conciliadoras, bu-
rocráticas y de «aparato», que pre-
dominan en ATE y CTA detrás de
una falsa fachada de formalidades
democráticas, llevan a la mayor
parte de quienes llegan a la direc-
ción de su mano hoy pueden des-
preciar a la UP, a buscar caminos
en el kirchnerismo, la derecha pe-
ronista o la nueva alianza.
En esa crisis de dirección enATE y CTA, ¿cómo se paran laVíctor Choque de ATE y la Co-rriente Político Sindical Rom-piendo Cadenas?
En el campo político, una centroiz-
quierda sometida a la hegemonía
del kirchnerismo por un lado y deuna derecha más clásica por el
otro, dejó un vacío muy grande que,
capitalizó el FIT por izquierda. Demodo similar, en el terreno sindi-
cal, al menos en ATE y CTA, nues-
tra agrupación y nuestra corrien-
te, son las fuerzas que por historia
y representatividad, están en mejo-
res condiciones de acumular y pre-
sentar una perspectiva que, a la
vez de ofrecer un perfil antiburo-
crático, democrático y combativo,
esté lejos del sectarismo, actúe con
independencia de los partidos, pro-
mueva la participación masiva, la
unidad con la población y se desvele
por arrancar o mantener conquis-
tas concretas en este duro período
del ajuste.
Nuestros recientes triunfos en
las elecciones de CTA – Micheli, en
Bahía, en Lomas y en Brown- Pte.
Perón, como así también el avance
en muchas internas de Capital de
los compañeros que construyen
«ATE desde abajo», muestran que
nuestras expresiones u otras afi-
nes, siguen te-
niendo fuerte
peso, pero además
expresan la debi-
lidad de esa cen-
troizquierda, en-
carnada en esa
crisis de la direc-
ción de la verde
de ATE y de la
lista 1 de CTA.
Por supuesto
que esas posibili-
dades de avance,
dependen de la
propia capacidad
de intervención
de la Choque y de
Rompiendo Cade-
nas así como de la
articulación de
nuestra lucha sindical, tanto con
la construcción de una organiza-
ción más extendida en los territo-
rios y en los vínculos con todos los
sectores de la clase trabajadora (en
especial en la industria), como con
que esa práctica abone a un proyec-
to de poder político para los de
abajo. Durante toda esta etapa,
inevitablemente, ese proceso se de-
sarrollará en unidad y lucha con
otras corrientes. Unidad fundamen-
talmente sindical y lucha princi-
18
Movimiento Obreropalmente política, con quienes se
reivindican clasistas y de izquier-
da, especialmente con las fuerzas
del FIT.
Lo que planteás deja claro queel «clasismo» es un conceptoque no expresa lo mismo paratodos. ¿Qué es el clasismopara vos?
Con mis compañe-
ros de ruta, entende-
mos al clasismo como
la construcción sin-
dical capaz de unir
la lucha reivindica-
tiva a la lucha políti-
ca de los trabajado-
res por nuestros in-
tereses. Es decir, que
la labor sindical se
proponga ligarse es-
trechamente a la lu-
cha por el poder.
Por eso, para no-
sotros, el clasismo
necesariamente
debe ser de masas y
plantearse, paso a paso, unirnos a
millones de trabajadores. Que a
través de la práctica, la experien-
cia concreta y sus enseñanzas, for-
jemos nuestra identidad colectiva
como clase. Que al calor de la lucha
contra la explotación y la opresión
de la patronal y el Estado, podamos
desarrollar esa unidad y la con-
ciencia y organización que nos per-
mita acabar con la injusticia de
esta sociedad.
Honradez, democracia, partici-
pación masiva y activa, son rasgos
fundamentales pero no suficientes,
deben ir de la mano de una práctica
combativa, antipatronal y antibu-
rocrática.
Pensamos que el clasismo nece-
sariamente es de base, ya que esa
unidad de clase parte desde los
lugares de trabajo, y tendrá sus
particularidades según la situación
y las características de la patronal
(monopólica, local, extranjera, tras-
nacional, PyME, estatal, etc.), las
de los laburantes, su experiencia,
la historia de lucha allí, las posibi-
lidades o no de trabajar abierta-
mente, etc…
También requiere una dirección
colectiva que surja de unir y orga-
nizar líderes «naturales» y sectores
con mayor experiencia y/o más po-
litizados entre sí, y a éstos con la
base, buscando dejar aislada sólo
una minoría propatronal. Cuando
se analiza en concreto cada situa-
ción dada, es necesario combinar lo
general con lo particular, partien-
do en cada momento del rescate de
lo más sentido, de aquello por lo que
es mayor la disposición a dar pelea;
en ese caso se adoptan las formas
de organización y lucha más convo-
cantes, las con capacidad de unifi-
car la mayor cantidad de laburan-
tes, las que a su vez permitan a ellos
adquirir una expe-
riencia colectiva y,
por ende, mayor con-
ciencia.
Ponés muchoénfasis en la uni-dad…
La unidad es, por
principio, una tarea
primordial del clasis-
mo. Implica de ante-
mano, que ninguna
diferencia ideológica,
política, racial, de
credo o nacionalidad,
debe ser razón para
no organizarnos en común. Y pen-
samos que esto vale a nivel del
sector, de la empresa, pero también
para el sindicato o cualquier herra-
mienta de coordinación, y, es vital
en los conflictos.
Lamentablemente en corrien-
tes que declaman el clasismo, pre-
dominan versiones partidistas de
aparato, sectarias, que aún en con-
flictos durísimos, priorizan contra-
poner una línea hasta las últimas
consecuencias con tal de diferen-
ciarse de otro partido o corriente; es
habitual la pedantería y la descali-
19
mulycs@gmail.com
ficación de otras posiciones. En-
tienden erróneamente al clasismo
como sumar compañeros y enco-
lumnar sindicatos (a veces hasta
con maniobras) tras sus organiza-
ciones políticas, aún a costa de
enfrentamientos entre activistas
«clasistas», poco comprensibles
para la mayoría de los trabajado-
res, incluso para sectores de van-
guardia. Aunque una corriente, se
diga clasista, si crece a expensas
del retroceso de la clase, eso no es
clasismo.
Por eso, para nosotros el clasis-
mo nos exige construir agrupacio-
nes de base, corrientes político-sin-
dicales y coordinadoras, que sean
mucho más que la expresión de un
partido, de un frente o de éstos más
algunos que sigan sus lineamien-
tos. Deben tratar de nuclear a la
mayor cantidad de activistas y cum-
pas de base, aún de distintas ten-
dencias o partidos e independien-
tes, que asuman ese camino de
lucha contra la explotación, y con
la mayor participación de trabaja-
dores; colectiva y democráticamente
deben seleccionar a sus dirigentes,
elaborar las líneas específicas para
su sector o sindicato y las orienta-
ciones generales que les sirvan de
guía. Cada vez que podamos exten-
der esta metodología y esta política
de construcción unitaria, democrá-
tica y participativa a todo el sector de
laburo, y más aún al sindicato, más
avanzará el clasismo.
En esta etapa de la confron-tación de los trabajadores con
las patronales, por una parte,y con el imperialismo, por laotra, ¿cómo se compatibilizala lucha meramente sindical,reivindicativa, con la antiim-perialista?
El imperialismo quiere imponer a
como dé lugar sus políticas, en
función de sus intereses. No tolera
que su papel de gendarme o de
garante de las multinacionales su-
fra roces o cuestionamientos, por
mínimos que sean. Mete la cola
todo el tiempo, atento a que cual-
quier conflicto, aún el más legíti-
mo, termine siendo capitalizado a
su favor. Eso exige que el sindica-
lismo combativo y de clase, tenga
siempre presente al imperialismo y
a sus aliados directos, como enemi-
gos y los denuncie y enfrente.
Por eso, por ejemplo, hemos
buscado irrumpir con reivindica-
ciones obreras durante el conflicto
agrario del 2008, no solo con inde-
pendencia, sino contra los objetivos
que bajo la fachada de la Mesa de
Enlace sostenían la Sociedad Rural
y la Embajada yanqui, por más que
hubiera medianos y pequeños pro-
ductores dando impulso a aquel
movimiento.
Tampoco compramos los alza-
mientos de represores como si fue-
ran conflictos de trabajadores, ya
que no se trata de laburantes y sí de
quienes atacan, reprimen y asesi-
nan al pueblo y son frecuentemen-
te instrumentados por el imperia-
lismo yanqui y los grupos oligár-
quicos para desestabilizar procesos
políticos o gobiernos que no se les
someten enteramente.
Del mismo modo, cada vez que
enfrentamos a los sectores burgue-
ses beneficiados por el gobierno o a
las medidas de este contra nuestros
intereses, nunca dejamos de denun-
ciar o escrachar al bloque derechis-
ta, aunque en forma circunstancial
y oportunista, difunda nuestros re-
clamos para desgastar a un gobier-
no que no consideran suyo.
¿Es posible entonces el desa-rrollo de un sindicalismo deliberación?Creo que la figura de Agustín Tos-
co, el mentor de un sindicalismo
así denominado, simboliza mejor
que ninguna otra, a muchos diri-
gentes y miles de luchadores obre-
ros y populares clasistas, revolu-
cionarios, antiimperialistas y so-
cialistas en los ’60 y ‘70, que fueron
la más alta expresión de la unidad
entre la lucha reivindicativa y la
política. Concientes del papel del
clasismo en esa etapa, promovie-
ron el protagonismo de la clase
trabajadora para luchar por con-
quistas propias, pero sobre todo
para derrotar al fascismo que en-
carnaban las dictaduras proyan-
quis de entonces, y encabezar la
lucha por la liberación nacional y
social. Fueron capaces de entender
que en un país dependiente como el
nuestro, la clase trabajadora debe
dirigir un amplio frente político y
social de todos los oprimidos y de
todas las clases y fracciones dis-
puestas a enfrentar al imperialis-
mo y a los grupos oligárquicos, mo-
nopólicos, trasnacionales y locales, y
20
Movimiento Obrerodominantes, e impida que éstas pue-
dan recuperarlas. Se trata de la cons-
trucción de un nuevo Estado en ma-
nos de los trabajadores y el pueblo.
Esto requiere una mirada y una labor
mucho más allá de lo sindical. Una
lucha eminentemente política, que
exige construir una herramienta po-
lítica, que se esfuerce por orientar la
lucha de todas las clases y sectores
explotados y oprimidos bajo la direc-
ción de la clase trabajadora, hacia el
objetivo estratégico de terminar con
la explotación.
Las tensiones y contradicciones
son inevitables para una dirección
sindical (que debe ser del conjunto
de los trabajadores de su gremio),
ya que los trabajadores no tenemos
hoy una organización política pro-
pia, sino muchos intentos con dife-
rencias de todo tipo donde, como
decíamos, suele prevalecer la com-
petencia por sobre la unidad. Pero
además se ahondan, cuando desde
las organizaciones políticas no se
comprende el papel de cada una de
esas herramientas. Cuando se pre-
tende que un sindicato o un cuerpo
de delegados levante todo un pro-
grama político que excede su ámbi-
to de influencia y el desarrollo de su
propia experiencia. O, cuando prác-
ticamente toda la actividad político
partidaria se reduce a profundizar
la lucha reivindicativa.
Esos problemas, son muestras
de la crisis en la que nos encontra-
mos quienes nos proponemos aca-
bar con la explotación, y, nos obli-
gan a prestar especial atención a
construir organización política de
a la vez dirigir ese proceso hacia la
propiedad social de los medios de
producción, hacia el socialismo.
Para nosotros, ese carácter libe-
rador, capaz de unificar a todas las
clases populares bajo la dirección de
los trabajadores, es inseparable del
clasismo y, hoy, mantiene plena vi-
gencia. A la vez, en mayor medida
que hace varias décadas, está ínti-
mamente ligado a la lucha y los
avances de los trabajadores tal como
los pueblos de Nuestra América es-
tán contra el imperialismo.
Entre la construcción sindi-cal y la construcción políticasiempre existen tensiones,contradicciones. Además, ex-periencias internacionalessobre la construcción de par-tidos políticos asentados enla clase obrera, como el PT deBrasil, o el Partido Laboristade nuestro país en 1946, quellevó a Perón al gobierno, ter-minaron en fracasos para laconstrucción política inde-pendiente de los trabajado-res. ¿Considerás que los tra-bajadores deben avanzar ensu construcción política pro-pia, además de su construc-ción sindical?
Por supuesto, porque la cuestión
del poder es mucho más profunda
que la lucha por reivindicaciones
económicas o democráticas. Se tra-
ta de la lucha por tomar la direc-
ción de las riendas de la sociedad,
que recupere todo lo que el imperialis-
mo y las clases dominantes nos han
robado el imperialismo y las clases
la clase trabajadora, que no se con-
traponga ni pretenda reemplazar o
desplazar el rol de los sindicatos ni
obstruya su relativa autonomía,
sino todo lo contrario, que sea valo-
rada por el activismo y los trabaja-
dores, como una herramienta que
siempre está al servicio de ayudar
a resolver los problemas concretos
que se nos presentan a la clase,
incluso en la lucha reivindicativa,
respetando los tiempos, los proce-
sos y las decisiones de los trabaja-
dores que encaran esas luchas, y a
quienes éstos reconocen como sus
dirigentes.
Por otra parte, la experiencia
histórica de partidos de masas de
fuerte composición obrera, pero con
una orientación conciliadora, re-
formista, es muy antigua. Prácti-
camente junto a las primeras expe-
riencias de las construcciones polí-
ticas de los obreros, clasistas, revo-
lucionarios; crecieron en paralelo
ese tipo organizaciones.
Por eso, desde sus orígenes, una
construcción política transforma-
dora, revolucionaria, no debe prepa-
rarse para amontonar trabajado-
res, sino para desarrollar, paso a
paso, la conciencia y la organiza-
ción necesarias para enfrentar en
todos los terrenos a nuestros enemi-
gos; con una estrategia de poder
obrero y popular; antiimperialista,
contrario a la explotación y a toda
forma de opresión, en especial la de
la mujer trabajadora; en suma, una
estrategia revolucionaria, profun-
damente democrática y popular, que
nos encamine al socialismo.
21
Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social
La Federación Universitaria Argentina
La FUA, gremio nacional de los estudiantes uni-
versitarios creada en 1918 a partir de la Reforma
Universitaria, es conducida desde 1974 por la Franja
Morada. Las autoridades de la Federación son elegidas
cada dos años en un Congreso. Cada Centro de Estu-
diantes de cada Universidad Nacional (UUNN) tiene
acreditados congresales, que son quienes pueden con-
figurar una lista que dispute la Federación y además
cuentan con voto. Las listas según cuantos Centros de
Estudiantes tengan, definen el peso que tienen dentro
de la FUA.
La Franja Morada viene reproduciendo, desde hace
años, políticas que avasallan procesos democráticos y
la participación estudiantil en general.
En La Pampa, en lugar de encontrarnos en un
Congreso que nos vincule a los estudiantes discutiendo
y definiendo planes de acción en defensa de la educa-
ción pública y de calidad, nos volvimos a tomar con un
espacio que se transformó en un mero acto burocrático
de la Franja Morada que, junto con la Juventud
Universitaria Peronista (Sciolista y Massista), no
hacen más que utilizar las Universidad para sus
propios beneficios, reproduciendo una lógica de tejer
acuerdos contra las luchas que se llevan adelante en
nuestras Universidades. El papel de la burocracia
estudiantil -representada en la Franja Morada y la
JUP- en el Congreso de la FUA, sistemáticamente es
truchar «poderes» (es decir avales de representación)
y actas de Centros de Estudiantes, desconociendo así
la voluntad de representación de los estudiantes en
todo el país. Además operan con patotas que aprietan
y amenazan a los representantes estudiantiles, lo que
lo torna un Congreso antidemocrático.
La baja participación en la Federación da mues-
tras de la sistemática y exitosa política de la Franja
Morada para vaciarla de discusiones y
acciones, utilizándola como herramienta para garan-
tizar sus negociados (administración fraudulenta de
fotocopiadoras, cursos pagos en las instalaciones de la
Universidad, viajes, contratos truchos, etc.) en las
UUNN, reproduciendo así la lógica de mercado, la
explotación y la opresión, jugando un papel reacciona-
rio en lo que respecta a la organización del sector
estudiantil.
¿De qué venimos?
En la FUA de 2012 se conformó el espacio de
unidad Frente 20 de Diciembre, espacio conformado
por el conjunto de la izquierda: Partido Obrero, PTS,
Izquierda Socialista, Frente Popular Darío Santillán-
Corriente Nacional, La Mella, Sudestada, CAUCE –
COB La Brecha, CEPA-PCR, MIR, FUL- MULCS, y
demás organizaciones.
Allí se logró una Secretaría Operativa, que daba
cuenta de la recuperación de Centros y Federaciones
de manos de la Izquierda por un lado, y por otro que la
vocación de unidad existente permitía, al menos,
comenzar a divisar una posible disputa real del gre-
mio.
Apuntes sobre el recientecongreso de la FUA
Los días 14 y 15 de Junio, en la Ciudad de Santa Rosa, La Pampa,se llevó adelante el XXVIII Congreso de la Federación UniversitariaArgentina (FUA). La escasa participación en este Congreso es unaclara expresión de la política de “no participación” de la FranjaMorada . UCR, su actual conducción.
22
Universidad - Congreso FUAEn ese Congreso, las organizaciones kirchneristas
decidieron retirarse y realizar una Federación parale-
la («FUA de los estudiantes») dónde poder hegemoni-
zar y definir su política fiel al gobierno nacional, sin
mucho éxito.
Dos años después, sin poder gestar una política
común del conjunto de la Izquierda en el frente de
lucha estudiantil, en un contexto actual de conflicto
docente por aumentos de salarios, situación precaria
de infraestructura, pelea dispersa por el ingreso y la
permanencia de la clase trabajadora a las universida-
des públicas chocando con la ausencia de comedores
universitarios en muchas de ellas y sin un boleto
educativo nacional, con insuficiencias de becas en
otras tantas, etc, etc, etc. Además, y saliendo un poco
del plano gremial, también el dividido movimiento
estudiantil sigue luchando contra el voto ponderado y
otras estrategias antidemoctráticas del sistema, la
acreditación de las carreras sin modificar los estánda-
res mercantilistas impuestos por la Ley de Educación
Superior neoliberal y la CONEAU, que viola sistemá-
ticamente la autonomía y autarquía universitaria.
Algo más del Congreso de LaPampa
Como panorama inicial, en el espectro de la Iz-
quierda se encontraban, por un lado, el ENEOB
(MAREA/FPDS-CN/SUDESTADA), CAUCE – COB
La Brecha, TER, Juventud Guevarista, FUL-MULCS,
Izquierda Socialista proponiendo sostener el Frente de
Unidad, y por el otro el PO impulsando una lista
propia, el Frente de Izquierda y los Trabajadores, que
excluía a la mayoría de las fuerzas en cuestión. El
Kirchnerismo, no se hizo presente.
Finalmente, el PO armó su propia lista, en soledad,
quedando la 20 de Diciembre conformada por ENEOB,
CEPA, IS y otras organizaciones como el FUL-
MULCS e independientes. Entre estos últimos se en-
contraban compañeros de La Pampa y »El túnel» de
Litoral, entre otros.
Ya dividida la Izquierda, los compañeros de CAU-
CE, TER y Juventud Guevarista, hicieron un armado
propio con parte de la burocracia estudiantil de la
Universidad Nacional de Luján (Nueva Opción, His-
toria UNLu), denominándose el FEUR. Cabe señalar
que Nueva Opción siquiera es parte del armado de la
Izquierda dentro de nuestra Universidad sino que es
un sector estudiantil al servicio de las camarillas
docentes, con contratos dentro de la UNLu y que no
son parte activa de las luchas que se dan en la UNLu,
y mucho menos en las luchas territoriales ni sindica-
les de la región.
Párrafo aparte para la actitud sectaria del PO,
quien desarticuló el espacio unitario, dividiendo las
fuerzas con una táctica meramente electoralista, no
por sorprendernos por ello, pero sí para marcar una
continuidad en sus prácticas. Entendemos que este
juego de visibilizar espacios políticos de cara al 2015
desnuda cuál es la política estudiantil que llevan
adelante estos compañeros, que no aportan en absolu-
to a generar peso propio de la Izquierda en los espacios
en disputa ni tampoco contribuye al movimiento
estudiantil, tal como lo planteamos en el número
anterior de nuestra revista.
¿El resultado de la táctica?La Franja Morada quedó ubicada como la
primera fuerza en el Congreso de la FUA (330 delega-
dos), la Juventud Universitaria Peronista en segundo
lugar (233), como tercera fuerza el Frente 20 de
Diciembre (118), en cuarto lugar la alianza MNR +
SUR (106 ), en quinto lugar PO + PTS (50), y en sexto
lugar el FEUR con 14 delegados.
Nuestro balance acerca de la FUASostenemos que la ruptura en parte del Frente de
Unidad 20 de Diciembre no deja de significar un saldo
negativo para el pretendido proceso de unidad y para
la clase trabajadora en general. Entendemos que la
unidad es una tarea ardua que se construye en la
cotidianeidad de nuestra militancia y no desde la base
de un mero acuerdo electoral. Por nuestra parte
volvemos a apostar a la aquella, a crearla, a buscar
23
www.mulcs.org.ar
nuevos hitos que permitan poner en agenda los recla-
mos de los sectores populares. Es tarea de todos y todas
construir una FUA que lleve adelante políticas
universitarias al servicio de los pueblos y no de la
burguesía.
Llamamos a la reflexión a los compañeros del
Partido Obrero, pues nos negamos a aceptar la frag-
mentación como táctica para enfrentar a la burocra-
cia, siendo que vislumbramos más similitudes que
diferencias en nuestro accionar cotidiano.
Es tarea del movimiento estudiantil recuperar es-
pacios de lucha. Es una actitud de maduración política
necesaria y urgente, ante una coyuntura nacional
signada de ajuste y represión.
Tal como lo afirmamos en la nota «El Movimiento
Estudiantil Argentino y sus cenizas» del N°3 de
NuestraAmérica», en relación a las políticas educati-
vas de los gobiernos kirchneristas que demuestran no
revertir ni transformar sustancialmente el modelo
neoliberal en la educación, entendemos que la unidad
de la izquierda sigue siendo imprescindible para cons-
truir las barreras contra la profundización de los
procesos de privatización que se expresan en las
políticas y en la vida cotidiana de las instituciones.
Entendemos las diferencias y matices que encon-
tramos entre organizaciones, pero el piso de encuentro
del movimiento estudiantil argentino debe ser el repu-
dio y la lucha contra el avasallamiento de la educación
pública, como lo definimos en la nota citada.
Construir una herramienta quepermita disputar la Federación ala burocracia
Si bien se ha generado un grado de polarización
importante entre el FIT y ENEOB, continuamos
apostando a construir un espacio unitario que pueda
dar batalla a la burocracia en el ámbito universitario
con todo el espectro de la izquierda.
Es nuestro deber, fieles a nuestra vocación, consti-
tuir espacios de debate, de construcción política, que
permitan generar acciones y política común en este
frente de lucha, revertir este estado de segmentación,
por lo que trabajaremos por fortalecer los vínculos
entre las fuerzas e impulsar luchas de conjunto, pri-
vilegiando los intereses de la clase ante los intereses
partidarios y de las agrupaciones.
Los próximos meses deben encontrarnos en las
calles y en las aulas desde los Centros de Estudiantes
y Federaciones para continuar fortaleciendo las lu-
chas por nuestras demandas en las universidades,
pero también en las demás luchas políticas, como las
sindicales, territoriales, de desocupados, ambientales
y de géneros, entre otras, ya que entendemos de esta
forma al Movimiento Estudiantil.
Seguimos exigiendo y luchando por:
¡Aumento de emergencia del presupuesto paraeducación!¡boleto educativo nacional para todos los claustros y
todos los niveles de la educación!¡Por una ley de educación superior al servicio de los pueblos!
¡Por la democratización de las universidades nacionales! ¡No a la criminalización de la protesta social!
¡No a la mercantilización y privatización de la educación pública!¡Por un plan de lucha nacional en defensa de la educación
pública, gratuita y laica!
24
NuestraAmérica-Paraguay
El caso conocido como la Masacre de Curuguaty o de
Marina Kue fue un aberrante hecho ocurrido durante
el desalojo en una comunidad en Paraguay el 15 de
junio de 2012 en el que murieron en total 17 personas
(11 campesinos 6 policías). Ese nada claro aconteci-
miento fue utilizado para desplazar al entonces presi-
dente Fernando Lugo en un fugaz e ilegitimo «juicio
político» y para intensificar una pertinaz campaña de
criminalización y estigmatización sobre los campesi-
nos que luchan por la tierra, en uno de los países más
desiguales de América Latina.
El 9 de octubre del 2012 la jueza Janine Ríos, quien
entiende en la causa, envió a juicio a doce campesinos
y campesinas, en el marco de un proceso judicial
totalmente viciado que siguió a la matanza en Marina
Kue. Sin reparo alguno, y en clara connivencia con el
fiscal Jalil Rachid, la jueza dio curso a una decisión
que favorece a las oligarquías terratenientes del Para-
guay, convierte a las víctimas en sospechosos crimina-
les y sostiene un armado funcional a la expulsión del
presidente constitucional.
Los acusados son Juan Tillería, Alcides Ramírez,
Masacre deCuruguaty
por Delia Ramírez*
Paraguay
25
mulycs@gmail.com
Luis Olmedo, Lucía Agüero, María Fani Olmedo,
Dolores López, Rubén Villalba, Néstor Castro Benítez,
Adalberto Castro, Arnaldo Quintana, Felipe Benítez,
Felipe Nery Urbina.
La resistencia de los campesinospresos políticos.Todos los beneficios que en realidad son derechos de los
campesinos, presos políticos, por este caso, han sido
conquistas que se lograron luego de tres prolongadas
huelgas de hambre. Este año, los cinco presos de
Curuguaty que aún estaban en la prisión de Tacumbú
(Asunción) llegaron a 58 días de huelga de hambre
exponiendo sus cuerpos a riesgo de muerte. Reclama-
ban dos cuestiones: que se aclare la situación de
titularidad de las tierras de Marina Kue (lugar donde
se produjo la masacre) y el beneficio del arresto
domiciliario para los cinco reclusos.
En principio el tribunal del Salto del Guairá emitió
una sentencia el 9 de abril, denegando la solicitud de
prisión domiciliaria para los cinco huelguistas del caso
Curuguaty, mientras tanto el Ministerio de Justicia
obtenía el amparo constitucional que le permitía brin-
dar atención médica a los reclusos, cosa que despertó
fuertes dudas sobre las intenciones del Ministerio de
alimentar por la fuerza a los huelguistas, atropellando
una vez más sus derechos básicos y fundamentales.
Pocos días después, debido a la presión de organi-
zaciones nacionales e internacionales, y frente al
riesgo de muerte en el que se encontraban los huel-
guistas, el tribunal debió volver sobre lo dispuesto y
conceder el arresto domiciliario a los cinco presos por
la Masacre de Curuguaty.
Ensañamiento y torturapsicológicaEl 15 de abril, mientras llevaban a los campesinos a
sus domicilios, dispusieron, atropellando nuevamente
la legalidad, el retorno del dirigente Rubén Villalba a
la cárcel de Tacumbú. El Juez Carlos Goiburú, del
Juzgado de Garantías, anunciaba cuando Villalba se
encontraba a medio camino, que
sería detenido nuevamente al lle-
gar a su ciudad. Y así fue. Lo
retuvieron y lo regresaron a la
cárcel. Rubén Villalba está nue-
vamente preso y sobre él se mon-
ta un operativo de criminaliza-
ción.
Más allá de la validez o no de
esas causas anteriores, no caben
dudas que se trata de un ensaña-
miento contra la figura de Rubén
Villalba, que es un destacado di-
rigente campesino, y una opera-
ción de especulación para desar-
ticular todas las medidas de pro-
testa que se estaban llevando a
cabo en la cárcel, en el Paraguay
y en el mundo.
Esta actitud de la «justicia» que aparenta fuera de
serie, significa una tortura psicológica propia de la
dictadura stronista cuyo principal modus operandi
era capturar a una persona, torturarla, soltarla y
volverla a detener hasta que la persona terminaba por
exiliarse o se decidía su desaparición u ejecución.
26
NuestraAmérica-ParaguayEl juez Carlos Goiburú es quien en el año 2005
concede la usucapión a la Familia Riquelme sobre
tierras en las que todavía se encontraba ocupando la
Marina hasta el año 2009. Es el mismo juez que ordena
el desalojo y saqueo de la Comunidad Indígena Ava
Guarani «Yva Poty», en noviembre de 2012 (en Canin-
deyu), para favorecer a un terrateniente brasilero. En
esa oportunidad, la policía quemó las casas de los
indígenas que tenían titulo de su propiedad sobre esas
tierras en una comunidad que se autoabastecía total-
mente. La policía destruyó casas, la escuela y las
chacras frente a los ojos de niños y adultos de la
comunidad. Días después Goiburú, frente al escándalo
generado, dijo que simplemente fue un «error» y pidió
perdón aunque los daños materiales y psicológicos ya
estaban hechos y nunca fueron reparados.
Carlos Goiburú ocupa hoy la escena, pero asimismo
podemos reconstruir las corruptas biografías y trayec-
torias de cada uno de los «administradores de justicia»
implicados en este caso empezando por el fiscal Jalil
Rachid y la jueza Janine Ríos.
Marina Kue: tierra del Estado yobjeto de la reforma agraria.Hasta el momento, prácticamente no se han visto
avances sobre el tema de la titularidad de la tierra. Tal
parece que para el poder judicial es preferible conceder
el arresto domiciliario como medida sustitutiva, que
decir la verdad sobre la naturaleza de las tierras de
Marina Kue. Si el delito por el que se los juzga es
«invasión a la propiedad privada» ¿no debería aclarar-
se primero que la propiedad no es privada? Sucede que
si no hay propiedad privada, no hay invasión, no hay
delito, no hay culpables, no hay presos. Pero por ahora
las mafias necesitan que haya presos y en lo posible
condenados para sostener un armado funcional a sus
intereses políticos y económicos.
En 1967 el terreno fue donado
por una empresa al Estado para-
guayo. Luego, el 4 de octubre de
2004, el Poder Ejecutivo Nacional
emitió un decreto por el cual decla-
ró las tierras de «interés social»,
con objeto de iniciar un proceso de
reforma agraria. Blas Riquelme
empezó entonces un juicio de usu-
capión y un juez corrupto sentenció
que las tierras pertenecían al men-
cionado empresario, sin dar cabida
al Estado.
La historia de concentración de
las tierras en Paraguay es también
la de la violación de los Derechos Humanos y, en ese
contexto, la masacre de Curuguaty ocupa un capítulo
especial y representa una herida abierta. La familia
Riquelme aún hoy persiste en sus intenciones de
quedarse con las tierras de la Marina Kue (que son del
Estado y que están destinadas a la Reforma agraria)
y de hecho ha plantado soja sobre esas tierras.
Actualmente se está llevando a cabo una campaña
internacional contra el acaparamiento de tierras en
Paraguay. En esa campaña se solicita al presidente
Horacio Cartes para que resuelva el caso de la propie-
dad y tenencia de las tierras de Marina Kue y que se
comprometa con los jóvenes de su país. Se puede
firmar en el sitio: http://www.oxfamintermon.org/es/
campanas/proyectos/curuguaty
*Integrante del Movimiento 138. Colectivo de resistencia cultural
27
Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social
por D.R.
La Masacre de Curuguaty, primero, y el golpe
parlamentario, después, fueron los hechos que movi-
lizaron a un grupo de personas que se congregaron en
Buenos Aires. Decidieron llamarse «Movimiento 138»
en alusión al articulo 138 de la Constitución Paragua-
ya, que reivindica el derecho a la resistencia frente a
los usurpadores del poder.
Desde sus inicios, hace casi dos años, Movimiento
138 ha identificado a Monsanto y a las empresas
transnacionales como los enemigos del pueblo. Mon-
santo no se conforma con hacer acrecentar su renta y
expulsar campesinos de sus tierras, con la conniven-
cia de los empresarios del agronegocio. Esta corpora-
ción doblega gobiernos y financia movimientos de
desestabilización cuando así lo requiere, eso fue lo que
sucedió el 22 de junio de 2012 en Paraguay. El rápido
ingreso del transgénico en el algodón 15 días después
del golpe parlamentario que expulsó a Fernando Lugo
del poder ejecutivo da cuenta de los intereses de esta
nefasta empresa. Hoy esa misma campaña algodone-
ra que prometía progreso y modernización muestra
sus resultados: campesinos quebrados y totalmente
empobrecidos.
Estas empresas del agronegocio están sometiendo al
campesinado mientras promueven una absoluta depen-
dencia a partir de la destrucción de la soberanía alimen-
taria del pueblo. Más de 55 mil plantas de tomates, locotes
y melones de pequeños productores se perdieron a causa
Curuguatyen Buenos Aires:
causadel Movimiento 138
de pulverizaciones, según denunciaron campesinos de la
Colonia Iguazú, departamento de Alto Paraná.
En el Chaco paraguayo la situación no es alentado-
ra. Las comunidades están padeciendo una horrible
inundación que traerá un sin numero de enfermeda-
des. Esto es consecuencia de la acción de empresarios
inescrupulosos que tienen la práctica de desviar los
cursos de las aguas para alimentar a su ganado, sin
que les importe la vida de las comunidades de los 16
pueblos indígenas que habitan en ese territorio.
Los empresarios del agronegocio paraguayo expul-
san a los campesinos y para ello recurren a la ley, que
está a su servicio, pero también a la fuerza con sus
sicarios mafiosos que han impulsado una campaña de
aniquilamiento selectivo de campesinos/as e indíge-
nas. En los últimos dos años mataron a 11 dirigentes
campesinos y ya suman alrededor de 150 los campesi-
nos e indígenas asesinados desde la inauguración de la
democracia en 1989.
Es por esto que estamos en condiciones de decir que
la soja, la ganadería, la deforestación y otros grandes
negociados que se suceden en el Paraguay no traen
progreso sino que significan un proyecto de exclusión
y aniquilamiento de toda una franja poblacional.
Contactos: movimiento138@gmail.com
Facebook: https://www.facebook.com/
Movimiento138?fref=nf
28
NuestraAmérica- Colombia
Revuelo de campanas en Colombia y el mundo por el
llamado triunfo de la Paz, significado, no tan exacto,
dado a la reelección del presidente Juan Manuel
Santos. Dice la sabiduría popular «amanecerá y vere-
mos».
Llena de emoción en lo nacional y de gratitud en lo
internacional la solidaridad despertada y el apoyo
demostrado para con la causa de la Paz con justicia
social, verdadero anhelo de las mayorías nacionales.
Sin embargo es indispensable mirar el futuro
próximo con obje-
tividad, la reconci-
liación es la meta
a lograr, la insur-
gencia fariana hon-
ra el compromiso
adquirido al acep-
tar los diálogos,
¿hará lo mismo el
establecimiento
colombiano en ca-
beza del presiden-
te reelecto? y ¿será
compromiso serio
de los dueños del
poder, el imperio
estadounidense?
Y es ahí donde
cumple su papel la
resistencia a la
hegemonía de los poderosos, donde destacan el pueblo
y sus organizaciones en el devenir creador del frente
por la paz, el movimiento aglutinador por el cambio, el
bloque de unidad por el poder, la suma de voluntades
por un nuevo gobierno, lo importante es el contenido
esencial transformador, cimiento imprescindible del
futuro justo a construir.
Por eso, en medio de las conversaciones propone-
mos y alentamos la lucha social en su formidable
acumulado y avance en la transformación a alternati-
“Amaneceráy veremos”
por Marco León Calarcá*
29
www.mulcs.org.ar
va política, con dirección a la toma del poder, desde las
formas de gobierno hasta las grandes transformaciones
sociales. Es ese el gran temor del establecimiento y su
tutor los Estados Unidos, la confluencia en un solo
raudal de todas las vertientes de la movilización popular,
desde lo legal a la insurgencia, desde lo civil a lo militar.
Esta es la tarea inmediata y de cumplirla a caba-
lidad depende el futuro de Colombia y sin ser preten-
siosos de Nuestra América, pues ahora es en esta
esquina del continente donde se libra el enfrentamien-
to con el pentágono soporte con toda su parafernalia
bélica de la guerra desatada contra el pueblo colombia-
no hace ya más de 80 años.
Como esta no es una confrontación solo militar,
como no es un enfrentamiento de aparatos militares;
es indispensable solucionar sus causas, económicas,
sociales, políticas y culturales, a través de cambios
estructurales y así generar condiciones de bienestar
social, democracia plena y soberanía para poder ha-
blar de paz y construirla.
En su vano intento por sofocar y acallar las justas
demandas de las pobrerías, los centros de poder impu-
sieron la violencia, el asesinato como política, el
despojo, el desplazamiento y provocaron la confronta-
ción, pues ante la agresión, la respuesta popular fue el
levantamiento. Somos hombres y mujeres del común,
con dignidad de patria, obligados a defendernos con las *Integrante de la Delegación de Paz de las FARC-EP
armas en ejercicio del legítimo derecho de rebelión.
Como parte de las estrategias de guerra, los medios
de desinformación nos califican de manera permanen-
te de terroristas, narcotraficantes, bandidos, carentes
de ideología, perdidos de la realidad económica, social
y política, violadores de mujeres, abusadores sexua-
les, reclutadores de menores, es
decir lo peor. Al conocer las razo-
nes de nuestra lucha y las pro-
puestas de soluciones, la gente
constata la infamia de dichas
afirmaciones. Por eso, conside-
ramos de gran importancia di-
fundir la realidad a través de los
medios alternativos.
Son cincuenta años de exis-
tencia como organización políti-
co- militar. Nos asumimos des-
de nuestro origen como marxis-
tas, leninistas y bolivarianos,
en lucha por cambiar el régi-
men para construir la Colombia de las mayorías. Para
nosotros la guerra no es un fin, por eso siempre la
bandera de la paz ondea en nuestras propuestas.
El Estado, con todo el apoyo del Pentágono, no logra
derrotar a la insurgencia, a su vez y pese a su valentía
y tenacidad, esta no logra hasta el momento vencer a
las fuerzas oficiales, por tanto La Mesa en La Habana
funciona a partir del reconocimiento de igualdad entre
las partes que la componen. El diálogo lo abordamos
con voluntad política y convencimiento, existen posi-
bilidades reales de acuerdos justos. Sin embargo La
Mesa enfrenta grandes obstáculos, sembrados por sus
enemigos, aquellos que se lucran de la guerra.
Todas las propuestas presentadas, 250 en los pri-
meros 3 puntos, son producto de los planteamientos
hechos por la gente en Colombia, las denominamos
mínimas, para diferenciarlas de nuestro programa
revolucionario, en el entendido de aproximación a
acuerdos.
Junio 16 de 2014
Iván Marquez y otros integrantes de la delegación de paz en La Habana
30
Era yo un muchacho de 17 años y presencié el
destace de nicaragüenses en Masaya y otros lugares de
la República, por las fuerzas filbusteras norteamerica-
nas. Personalmente miré el cadáver de Benjamín
Zeledón, que fue sepultado en Catarina, pueblo vecino
al mio. La muerte de Zeledón me dio la clave de
nuestra situación nacional frente al filbusterismo
norteamericano, por esa razón, la guerra en que
hemos estado empeñados, la consideramos una conti-
nuación de aquella». Así escribió Augusto Calderón
Sandino desde Las Segovias, donde el 2 de septiembre
de 1927 había formado el Ejército Defensor de la
Soberanía de Nicaragua (EDSN), que combatió a la
soldadesca norteamericana hasta su traición y muer-
te, llevada a cabo por Anastasio Somoza García, el 21
de febrero de 1934. Hijo de la humilde campesina
Margarita Calderón, de quien tomó su primer apellido,
y del finquero Gregorio Sandino, Augusto Nicolás
nació en Niquinohomo, un pequeño poblado de Masa-
ya, Nicaragua, el 18 de mayo de 1895. Desde niño
estuvo al cuidado de su madre, a la que defendió ya en
su mocedad de las provocaciones de un caudillo conser-
vador, a quien hirió a balazos, y debió emigrar. Viajó
a Guatemala, a EE.UU. y recaló luego en México,
donde trabajó como obrero de la Huasteca Petróleum
Co.. Allí se empapó de la mística de la Revolución
Rusa, acaecida el 7 de noviembre de 1917, y de la
prédica libertaria de los hermanos López Magón.
Sandinoel Generalde los desarrapados
Nuestros héroes
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mulycs@gmail.com
Soldados del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua.
Heredero de Zeledón, que se había levantado en armas
en 1912 y combatido durante tres días contra los
marines que ocupaban Nicaragua, entregada a manos
llenas por el traidor Adolfo Diaz, contador de empresas
mineras norteamericanas e impuesto por los yanquis
en el gobierno nicaragüense, y que fue asesinado y
arrastrado en una carretilla tirada por un marine
hasta el cementerio de Santa Catarina, Sandino regre-
só a su país en 1926 para sumarse al Ejército Constitu-
cionalista liberal. Una vez allí y luego de la traición del
general José María Moncada, quien en el Pacto del
Espino Negro decidió entregar sus armas a la marine-
ría yanqui, Sandino se alzó con 30 hombres y, luego de
recoger con la ayuda de las prostitutas del puerto
algunos fusiles lanzados al mar
en Bluefields, costa atlántica del
país, se marchó hacia Las Sego-
vias a través del rio Coco, embar-
cado en pipantes indígenas.
Una vez allí armó su Estado
Mayor, creó al EDSN y combatió
a los yanquis con un ejército de
campesinos y artesanos mal ar-
mados que, sin embargo, logra-
ron echar a los invasores del país
en 1933. Su lema, «Patria Y Li-
bertad», se estampaba en la ban-
dera rojinegra, que lucía dos ma-
chetes cruzados, símbolo del po-
der obrero-campesino de aquella
época contra los oligarcas liberal-conservadores y los
marines, sus mandantes.
«Solo los obreros y campesinos irán hasta el final,
sólo su lucha organizada logrará el triunfo», arengó en
una oportunidad. «La libertad no se conquista con
flores sino a balazos», dijo en 1933. «Mis queridos
hermanos: nuestro ejército, por la magnitud de su
lucha, constituye una autoridad moral continental, y
en el ambiente de simpatías con que nuestro ejército
cuenta en el mundo, produjo la expulsión completa de
los piratas norteamericanos de Nicaragua»
Traicionado y envilecido su nombre por la prensa
somocista y cipaya luego de su muerte, Sandino
revivió sin embargo en la lucha de sus hermanos
Ramón Raudales, alzado en armas y abatido a fines de
los años 50, y en el coronel Santos López que, junto a
Silvio Mayorga, Julio Buitrago, José Benito Escobar,
Tomás Borge y Carlos Fonseca, entre otros, fundaron
a principios de los años 60 el Frente Sandinista de
Liberación Nacional (FSLN), que llegó para hacer
cumplir hasta siempre con el mandato del Jefe Sandi-
no: «Patria Libre o Morir».
Nosotros tomamos su nombre y su bandera y como
él, decimos que: «iremos hacia el sol de la libertad o
hacia la muerte. Y si morimos, nuestra causa seguirá
viviendo, otros nos seguirán»
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Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social
Entre el 30 de junio al 2 de julio, se realizó enCochabamba (Bolivia) el Encuentro SindicalInternacional Antiimperialista convocado porla Federación Sindical Mundial (FSM); la COBy el Gobierno plurinacional de Bolivia.En elencuentro, en el que participaron más de milbolivianos y 150 representantes de organiza-ciones afiliadas a la FSM de 22 países, se deba-tió el rol del movimiento sindical internacio-nal frente al capitalismo y la necesidad de laintegración de los pueblos del mundo.Sindicatosobreros, además de organizaciones sociales eindígenas, luego de debatir en cuatro mesasdurante tres días presentaron el 2 de julio laTESIS SINDICAL ANTIIMPERIALISTA DE COCHABAMBA quepostula una nueva alternativa de lucha contrael capitalismo y el colonialismo y afirma comoobjetivo la construcción del socialismo.
La Tesis comienza afirmando que: "Los pueblos delmundo y especialmente los sectores populares esta-mos sufriendo las consecuencias de una crisis delcapitalismo". Y afirma que a la vez que el capitalismoha adoptado una forma geopolítica planetaria, lacrisis expone la contradicción básica del sistema quese da entre el carácter social de la producción y laforma capitalista de propiedad sobre los medios deproducción y la apropiación de sus resultados.
Al referirse al papel de los trabajadores y susorganizaciones sindicales expresan que a lucha sindi-cal contra el capitalismo solo puede tener como hori-zonte el socialismo.
Tras la introducción el documento desarrolla laTESIS POLÍTICA ANTIIMPERIALISTA, ANTICOLONIAL Y AN-TICAPITALISTA RUMBO AL SOCIALISMO.
En el subtítulo: Antiimperialismo se condena: "elbrazo armado de los Estados Unidos llamado OTAN";las "77 bases militares conocidas que violan la sobera-nía política y territorial de los países de NuestraAmérica"; las mal llamadas "guerras humanitarias","guerras contra el terrorismo", "guerras preventivas" y"misiones de paz";los golpes de Estado como los sucedi-dos en Honduras o Paraguay en América Latina en estesiglo XXI, además de los intentos, fracasados por medio
Encuentro SindicalInternacional Antiimperialista
Cochabamba-Bol iv ia
de la movilización popular, en Venezuela, Bolivia oEcuador. Y junto con ello los y las trabajadores sesolidarizan con los sectores populares y la clase traba-jadora en Irak, Afganistán, Libia o Siria, que han vistodestruidos sus países por la codicia imperial.
En Anticolonialismo afirman que "la descoloni-zación es un proceso revolucionario que lucha contra elcapital financiero y contra las grandes transnacionales[…] Pero la descolonización implica también lucharcontra la colonización cultural e ideológica, el racismo,así como contra todas las formas de discriminación.
La descolonización implica enfrentar las situacio-nes neocoloniales que todavía viven nuestros pueblos".
En Anticapitalismo se expresa que "nuestralucha es contra el capitalismo y todas sus expresiones.Contra ese modelo destructor de toda forma de vidaque además se apropia de la plusvalía generada por lospueblos, las personas y nuestra Madre Tierra".
Finalmente en Rumbo al Socialismo, se afirma"Sobre estos tres pilares es que proponemos la coordi-nación y la cooperación de la clase trabajadora y lossectores populares que luche por la construcción delsocialismo a nivel nacional, regional y mundial.
Porque para llegar al socialismo necesitamos cons-truir previamente, la unidad de todas las fuerzasrevolucionarias en un frente popular antimperialista,anticolonial y anticapitalista a partir de una alianzaobrera, campesina e indígena, una alianza de lossectores populares".
A modo de conclusión la Tesis hace un llamadoa la "coordinación de sindicatos, movimientos socia-les, los jóvenes, las mujeres e intelectuales comprome-tidos, para desde la defensa de los procesos de cambio,buscar la construcción del proyecto político de libera-ción nacional y social de nuestros pueblos.
Pero nuestra liberación no es solo la libera-ción de nuestros pueblos. Es a la vez la libera-ción de la humanidad entera porque nosotrosno luchamos para dominar a otros; luchamospara que nadie domine a otro.
Ver documento completo en nuestra página web: http://www.mulcs.org.ar/encuentro-sindical-internacional-antiimperialistao en facebook:https://www.facebook.com/victoria.velez.946/posts/1445982995680210
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como de quienes hicimos nuestras primeras experien-
cias en medio de la dictadura militar, o quienes estuvi-
mos en las peleas de los trabajadores y el pueblo en los
90, resistiendo en primera fila la aplicación de las
políticas neoliberales, junto con quienes fuimos parte
de la rebelión popular del 2001, a la que nos incorpora-
mos también quienes hemos sido hijos de esas jornadas.
Donde estamosNuestros/as compañeros/as se encuentran militando
en diferentes ámbitos geográficos tales como el NOA,
Córdoba, Rosario y el Gran Rosario, Bahía Blanca, La
Plata, Luján y otras zonas del norte de nuestro
conurbano, en Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
Participamos, principalmente, de la lucha político-
Somos un conjunto de organizaciones, movimientos,
agrupaciones y militantes que nos constituimos en
junio de 2010, luego de intercambios bilaterales y
multilaterales que en muchos casos veníamos desarro-
llando desde hace por lo menos diez años atrás.
Provenimos de distintas experiencias generaciona-
les, tradiciones y experiencias políticas y organizativas.
En nuestro movimiento confluimos compañeros/as
que provenimos de la resistencia a la fusiladora, de la
experiencia del peronismo revolucionario, del cristia-
nismo de liberación y de distintas experiencias del
marxismo.
En el MULCS nos agrupamos compañeros/as de las
generaciones de los 50/60 y 70 que fueron quienes
abrazamos la lucha revolucionaria en esas décadas, así
Quienes Somos
Quiènes somos