Post on 30-Apr-2020
Página 1 de 61
ANÉCDOTAS Y RELATOS RELACIONADOS
CON CROACIA Para ver una Anécdota o relato, presionarla con la tecla izquierda del mouse en la siguiente lista. Para volver a la lista, mantener presionada la tecla Inicio.
Salir
63. RELATO: Semblanza de Eugenio Gligo Grassi (Enviado por Nicolo Gligo V.)
62. ANÉCDOTA: “Él habla croata antiguo’’ (Enviada por Danilo Kalafatović M.)
61. RELATO: Iván el inmigrante (Segunda parte) (Por José Miguel Arriagada H, su
bisnieto)
60. RELATO: Iván el inmigrante (Primera parte) (Por José Miguel Arriagada H, su
bisnieto)
59. ANÉCDOTA: Visita a China de la presidenta de Croacia.
58. RELATO: Piratas en Antofagasta (Enviado por Pedro Marinov, de "El Mercurio de
Antofagasta).
57. RELATO: "Decir Sokol es decir Tomičić" (Enviado por Vinko Mušić Tomičić, del
artículo escrito por don Homero Ávila Silva, premio nacional de periodismo, en el 70° aniversario del club).
56. RELATO: "Cuartillas y cuartillos" (Enviado por Branko Martinov, por Jaime N. Alvarado García)
55. RELATO: "Semblanza de don Juan Cvitanic Harasic. Un joven de 104 años (Enviado por Lorenzo Caglević Baković)
54. ANÉCDOTA: "Mi encuentro con un artista del grafiti en Zagreb"(Enviada
por Francisca Ljubetić Eguiguren)
53. RELATO: "Don Ivo Ljubetić de Sutivan" (Enviado por Frane Sazunić Ljubetić)
52. ANÉCDOTA: "Un dedo de viski" (Enviada por Danilo Kalafatovic)
51. ANÉCDOTA: "Más bajito, más bajito"
49. RELATO: "Mi abuelo Ante Mikacic Svojnac, parte 1 de 2 (Enviado por Jaime
Wiedman Micačić)
50. RELATO: "Mi abuelo Ante Mikacic Svojnac, parte 2 de 2 (Enviado por Jaime
Wiedman Micačić)
48. RELATO: "Hermosa noche para el guerrero"(Enviado por Miro Skarmeta)
46. RELATO: "La sangre no es agua (Krv nije voda)" (Parte 1 de 2) (Extractado del capítulo "Cerrando círculos" libro "Halcones de mi alma" escrito por Dragica Vukelić).
47. RELATO: "La sangre no es agua (Krv nije voda)" (Parte 2 de 2) (Extractado del capítulo "Cerrando círculos" libro "Halcones de mi alma" escrito por Dragica Vukelić).
45. ANÉCDOTA: "Antonio no te preocupes por la luz que yo voy a leer" (Enviada por Danilo Kalafatovic).
Página 2 de 61
44. RELATO de Waldo Violić. Viaje en tren entre Zagreb y Split.
43. RELATO de Mateo Fistonić Bucat, croata llegado a Iquique a comienzos del siglo XX, sobre su trabajo en la Oficina Salitrera "Pintado"
42. RELATO: Mi participación en la "Tovarijada" (carrera de burritos), en la Isla de Korčula. (Por Dragomir Kovačević)
41. CUENTO: "Sin dudas"(Por Jorge Skarmeta)
40. RELATO: Mateo Fistonić Bucat, inmigrante croata, relata su llegada a Iquique en 1929. (Enviado por Branko Marinov)
39. RELATO: Mi visita a Croacia (Parte 2 de 2)(Enviado por Danilo Kalafatović)
38. RELATO: Mi visita a Croacia (Parte 1 de 2)(Enviado por Danilo Kalafatović)
37. ANÉCDOTA: "Desafío de un aficionado"(Enviada por Branko Marinov)
36. ANÉCDOTA: "Control de lo vendido en el buliche"(Enviada por Danilo
Kalafatovic)
35. ANÉCDOTA: ''Un chofer muy especial''(Enviada por Danilo Kalafatović)
34. ANÉCDOTA: ''Pobre caballo flaco''(Enviada por Drago Ljubetić)
33. ANÉCDOTA: ''No puede detenerme''(Enviada por Branko Marinov)
32. ANÉCDOTA: ''Boinas'' (tardes o noches)(Enviada por Pedro Cuevas Cvjetković)
31. ANÉCDOTA: Un paquete de matequilla (Enviada por Dragica Vukelić)
30. ANÉCDOTA: "¿Qué hace este extranjero aquí?(Enviada por Waldo Violić)
29. ANÉCDOTA: Negocio "La gaina verde"(Enviada por Pedro Marinov)
28. ANÉCDOTA: Nombre de una calle de Santiago (Enviada por Danilo
Kalafatović)
27. ANÉCDOTA: Calidad de las sardinas peruanas (Enviada por Pedro Marinov)
26. ANÉCDOTA: Inundación en Punta Arenas (Enviada por Danilo Kalafatović)
25. ANÉCDOTA: Conteo de votos (Enviada por Danilo Kalafatović)
24. ANÉCDOTA: Un chofer croata muy especial (Del libro "Nuestra Tierra del
Fuego", en "Vivencias de Puerto Porvenir" por Alejandro Violic)
23. RELATO: Los Mimica y los Tafra (Enviado por Lucas de la Torre Damianović)
22. ANÉCDOTA: Un sobre nombre muy especial (Enviada por Danilo Kalafatović)
21. ANÉCDOTA: Estación Peineta (Enviada por Waldo Violić)
20. ANÉCDOTA: Cantidad de gramos en un kilo (Enviada por Drago Ljubetić)
19. RELATO: Viaje a Croacia (Enviado por Pablo Franetović)
18. ANÉCDOTA: Chascarro en uso del idioma croata
17. RELATO: Celebración de Barabon o Barabán en Jelsa, Croacia. (Enviado
por Teo Salamunić)
16. RELATO: Postulación de un tío para santo (Enviado por Drago Ljubetić Freire)
15. RELATO: Celebración de cumpleaños en Croacia (Enviado por Bárbara
Marasović)
14. ANÉCDOTA: Peligrosa rivalidad entre dos pueblos de Croacia. (Enviada
Página 3 de 61
por Lorenzo Caglević)
13. ANÉCDOTA: Levadura especial (De varias fuentes)
12. ANÉCDOTA: Parecido físico (Enviada por Danilo Kalafatović)
11. ANÉCDOTA: Ayuda en la venta de pescado (Enviada por Lorenzo Caglević)
10. ANÉCDOTA: Duraznos para dos (Enviada por Danilo Kalafatović)
9. ANÉCDOTA: Forma de decir las cosas (Enviada por Danilo Kalafatović)
8. ANÉCDOTA: Sin alternativas (Enviada por Danilo Kalafatović)
7. ANÉCDOTA: Conocimiento del castellano (Enviada por Waldo Violić)
6. ANÉCDOTA: Un pequeño detalle en un telegrama (Enviada por Lorenzo
Caglević)
5. ANÉCDOTA: Monedas en las calles de América (Enviada por Waldo Violić)
4. ANÉCDOTA: Palabra de croata (Enviada por Danilo Kalafatović)
3. ANÉCDOTA: Daño a la propiedad pública (Enviada por Waldo Violić)
2. ANÉCDOTA: Uso ahorrativo de un taxi (Enviada por Danilo Kalafatovic)
1. ANÉCDOTA: Castellanización del idioma croata (Enviada por Danilo
Kalafatović)
Página 4 de 61
63. RELATO: Semblanza de Eugenio Gligo Grassi
(Enviado por Nicolo Gligo Viel) Eugenio Gligo Grassi, (1895-1966), hijo de Nikola (Nicolo) Gligo Nikolorić y
de María Grassi Lode, nació el 11 de Enero de 1895 en Bol, Isla de Brač,
Croacia. Estudió los cursos de gimnástica en Zadar, y posteriormente fue
cadete naval de la marina del Reino de Serbia, Croacia y Eslovenia, adscrita
al Imperio Austro-Húngaro.
En 1914, el buque-escuela había recalado en Buenos Aires en el momento
que se declaró la primera guerra mundial. Consciente de que esa guerra no
era la suya, no volvió a la embarcación y se quedó en Buenos Aires. Había
llegado como inmigrante a esa ciudad Wenceslao Gligo, primo de él, quien
lo acogió en sus comienzos porteños. Como había estudiado varios idiomas
al comienzo sobrevivió haciendo clases de español a inmigrantes europeos.
Posteriormente entró a trabajar en la compañía telefónica inglesa de
Argentina.
En Buenos Aires a los 20 años
Página 5 de 61
Sus padres le habían encomendado ubicar a su hermano Vicente y por ello,
en 1923, partió a Santa Cruz, al sur de Argentina, donde residió por 3 meses.
Siguiendo a su hermano Vicente, llegó a Punta Arenas. Allí fue contratado
como Contador General en el Frigorífico Puerto Sara, hoy desaparecido.
Aunque estaba a 140 Km. de Punta Arenas, el trayecto a esta ciudad, debido
a los malos caminos, demoraba uno o incluso dos días. Estuvo trabajando
allí durante 5 años lo que le permitió ahorrar dinero.
Regresó a Punta Arenas en 1928 y se hizo socio de Jorge Matetich que
poseía un establecimiento comercial en Calle Roca 935 y que fue fundado
en 1894. Pasó a llamarse Matetich y Gligo.
Establecimiento Jorge Matetich, después “Casa Gligo” hasta 1958
En 1933 se casó con Ágata Viel Vitali, naciendo, entre 1934 y 1940, sus
cuatro hijos: María Eugenia, Ágata, Nicolo y Eugenio.
Alrededor de 1936, la sociedad comercial se deshizo pasando a llamarse
Gligo Hermanos por un lapso de 3 años, ya que incorporó como socio a su
hermano Vicente Gligo. Durante los 19 años siguientes quedó en manos
sólo de Eugenio Gligo, y se llamó Casa Gligo, hasta su cierre en 1958. Esta
casa comercial tenía múltiples secciones: Librería, Regalos, Juguetería,
Disquería, y Maletería, destacándose por sus variadas ofertas tanto de
productos nacionales como importados.
Página 6 de 61
Casa Gligo, (vista parcial de la fachada), Roca 932, Punta Arenas
Casa Gligo, interior, (alrededor del 30%), 1957. Punta Arenas
En 1936 a Eugenio Gligo Grassi se le otorgó el arrendamiento de varios
lotes fiscales para constituir una estancia ovina y criar karakules con el
objeto de obtener astrakán. Se le denominó Estancia María Eugenia, y tenía
una superficie de 7.500 hectáreas. A partir de 1938 la estancia fue parte de la
sociedad formada por él y Jorge Campos Menéndez. En años 1941 y 42 la
familia Gligo Viel residió en la Estancia María Eugenia, y en 1945 en puerto
Porvenir.
Al disolverse la sociedad con Jorge Campos Menéndez, la estancia quedó
con una superficie de 4.500 hectáreas, y fue trabajada permanentemente
por su dueño. La estancia fue adquirida al Fisco en 1957. Al fallecimiento de
Eugenio Gligo en 1966, la siguió trabajando su viuda Ágata Viel Vitali, quien
a su muerte le sucedieron sus herederos. La estancia fue vendida en 2013.
Página 7 de 61
Estancia María Eugenia, Km 7 Laguna de los Cisnes, Tierra del Fuego
Eugenio Gligo G. marcando animales (alrededor de 1945)
Página 8 de 61
Eugenio Gligo Grassi fue una figura pública participando activamente en la
vida republicana de Punta Arenas En la Unión de Pequeños Ganaderos de
Magallanes, ocupó varios cargos en diversos directorios. Fue un Rotario
destacado, donde también participando en varios directorios. Convivió
activamente en la sociedad magallánica; miembro del Club Inglés, del Club
Croata, entre otros, y asiduo en las tertulias de café.
Pero donde tuvo una muy destacada labor fue como Presidente de la
Cámara de Comercio e Industria de Magallanes, pues le tocó comandar las
gestiones para obtener el Puerto Libre de Magallanes. Fue presidente de
esta organización gremial desde 1937 a 1940 y de 1944 a 1957. Veinte años
a la cabeza de la institución a la que se dedicó con esmero, honestidad,
trasparencia, tenacidad y dedicación, siempre acompañado de directores
capaces y laboriosos. Entrevista con políticos, con el Presidente Carlos
Ibáñez del Campo, con el Presidente Arturo Alessandri Rodríguez, con
parlamentarios, funcionarios públicos, etc. Todos estos trabajos en muchas
ocasiones atentaron contra sus propios intereses económicos, pero
rindieron sus frutos al constituirse el Puerto Libre. Fue nombrado Director
Honorario de la Cámara Central de Comercio de Chile.
En 1958 cerró Casa Gligo manteniendo solo la Estancia María Eugenia.
Falleció en 1966 a los 71 años. Sus restos reposan en el mausoleo de la
familia en el Cementerio de Punta Arenas.
En Punta Arenas, alrededor de los 40 años
Página 9 de 61
En Estancia María Eugenia
En Punta Arenas, cerca de los 50 años
Página 10 de 61
Con el Presidente Carlos Ibáñez firmando decretos para el Puerto Libre
Con el Presidente Jorge Alessandri. (1961)
Página 11 de 61
Delegación magallánica para el Puerto Libre, con el Presidente Ibáñez, 1956. La particularidad de esta foto es que, además de presidir la delegación Don
Eugenio Gligo Grassi, (al lado del Presidente) está, como representante estudiantil, su hijo Nicolo Gligo Viel (el primero a la izquierda)
Mausoleo familia Gligo-Viel en Punta Arenas
Página 12 de 61
62. ANÉCDOTA. “Él habla croata antiguo”
(Enviada por Danilo Kalafatović M.)
Me sucedió en un viaje que hice a Europa por razones de trabajo.
Dentro de las delegaciones presentes estaba la croata a cargo de un señor
Danilo Grbac.
Ansioso de practicar mi croata, aprendido en casa con mi padre, oriundo de
de Janina, Pelješac, me acerqué a mi tocayo para saludarlo y presentarme.
Éste me recibió muy amablemente y luego de intercambiar algunas palabras
me invitó a conocer a sus colegas de delegación dicéndoles: “Ovo je Danilo
Kalafatović iz Čilea. On govori stari hrvatski” (Este es Danilo Kalafatović de
Chile. Él habla croata antiguo)
Los idiomas son dinámicos. Y el croata que hablé era el que había taído mi
padre hacía más de 50 años atrás con respecto a la fecha de ese viaje.
61. RELATO. Iván el inmigrante (Segunda parte)
(Por José Miguel Arriagada H., su bisnieto)
Todo cambió dos años después de mi llegada. Fue en enero de 1909, un
amigo me pidió que lo acompañara al puerto, porque llegaba la prometida de
unos de sus primos. Venía de Brač, como la mayoría. Lo que pasó después
me emociona, cuando vi a Stefanya bajando al muelle, mi corazón se agitó
como nunca, supe esa mismo día que ella sería mi mujer.
Luego de algunos meses su planificado compromiso se diluyó en la arena y
comenzamos nuestra relación en Antofagasta. Ella venía de Pusišća, pueblo
vecino a mi Supetar, en Brač. Sus padres Iván e Ivania, vinieron con ella,
además de su hermana mayor Armelya, pero pronto tuvieron que volver a
Página 13 de 61
Brač. No debe haber sido fácil para ellos dejarlas en el fin del mundo, a sus
20 años. Aunque ya estaba en Chile su hermano Ljubomir y sus tíos, los
famosos hermanos Kraljević, que se habían dedicado a la explotación del
salitre, desde 1879.
Los acontecimientos, como siempre en la vida, ayudaron a girar el rumbo
de las cosas. Ahora, el regreso a la patria se volvió más lejano en los
pensamientos.
Encontrar el amor y las ganas de formar una familia hicieron lo suyo. Se
encendieron nuevas motivaciones y comenzó lentamente el arraigo.
La nostalgia dio paso a la esperanza y junto a Stefanya fuimos construyendo
futuro en esta tierra lejana. El aire de Antofagasta ya no era tan molesto,
aprender el idioma hizo todo más fácil y el desierto comenzó a cautivarnos
con su imponente belleza.
El 7 de enero de 1911 nos casamos y pronto fueron llegando nuestros
queridos hijos: Magdalena, Blago, Dalibor, Ivo y Norma. Ellos fueron
llenando de energía nuestras vidas. Sólo de vez en cuando, aparecía mi isla
azul y remota en mis recuerdos, aunque ya de manera distinta. Ya sentía
cosas por esta tierra, tenía hijos y amigos chilenos. Todo un mundo que ya
era parte de mí.
Y la prosperidad fue llegando de a poco, en 1918 tome todos mis ahorros y
me fui al pueblo de Calama, localidad infestada de mineros busca fortuna.
Después de estudiar bien la situación decidí invertir en el rubro hotelero y
compré el Hotel La Bolsa.
No fue fácil emprender, pero pronto me di cuenta que debía volver a
Antofagasta, donde el negocio sí era más rentable.
Página 14 de 61
Vinieron los tiempos buenos, el Hotel Londres y su anexo France e
Inglaterra.
Junto a Stefanya y mis hijos tuvimos un buen pasar, pero siempre buscaba
más desafíos. Así fue como a fines de 1935 agarramos todas nuestras cosas
y nos fuimos a Santiago. Ya había comprado el Hotel Splendid, en plena
calle Ahumada, el mayor logro de mi carrera hotelera. Aunque después
seguí con el Savoy. No me puedo quejar, hice las cosas bien.
En esa misma época comenzaron a llegar los nietos, mi querida Gloria, de
corta pero angelical vida; Iván, Norma, Sonia y tiempo después Lenka. Los
cuarenta pasaron como un tubo, mucha dedicación con los negocios y
preparando a los hijos para que asumieran su papel en la sucesión. Aunque
con los años esto finalmente no resultó.
La época final de mi vida, los años 50 me encontró ya sin mis hoteles y
disfrutando mucho con Stefanya. Pese a los problemas que nunca faltan
estaba feliz, tenía mi lado a mi compañera de vida, los hijos seguían sus
caminos y de verdad amaba esta tierra chilena que cambió por completo mi
existencia.
La enfermedad se llevó mi vida un día de 1955 y esa misma noche una parte
de mi alma viajó hacia Supetar, para reposar sobre esa amada isla de piedra
y viento.
Habían pasado 48 años desde el día en que subí a ese barco del que no
recuerdo el nombre.
La otra parte de mi alma se quedó en Chile, donde parte de mi sangre croata
se desparramó sobre mis descendientes.
Doviđenja
Página 15 de 61
60. RELATO. Iván el inmigrante (Primera parte)
(Por José Miguel Arriagada H., su bisnieto)
Llegué hace muchos años, 111 para ser más
exactos, fue un día de enero de 1907, recuerdo el
calor seco del desierto, el cielo de un azul distinto
y el mar entre calmo e impetuoso. Había caras
nuevas, olores distintos, sonidos diferentes; todo
un universo por descubrir.
Ya no me acuerdo del capitán ni del nombre del
barco, me invadía la pena y el miedo; y una
irresistible nostalgia inundaba mis ojos claros.
Sólo me reconfortaba la compañía de mi querido
hermano menor Dušan, quien con 13 años
compartía conmigo esa histórica travesía.
Al divisar la costa chilena, el final de mi destino, vinieron a mi mente los
momentos antes de la partida: conversaciones rápidas y nerviosas de mis
padres, pasos apurados sobre la gravilla, suspiros, lágrimas, el dolor de los
que quedaban en la patria amada.
Por esos años en mi querida Isla de Brač y mi pueblo Supetar recibíamos el
llamado de fin del mundo, Sudamérica, la “tierra prometida” decían muchos,
donde la abundancia llegaba rápido y el trabajo bien pagado sobraba,
cuando había esfuerzo.
Página 16 de 61
Amigos, parientes y conocidos nos aguardaban en Chile, con emoción y
entusiasmo. Eran los pioneros de la avanzada croata, los que abrieron el
camino con mucho esfuerzo, para que el sueño de la emigración se hiciera
realidad. Entre ellos estaba mi entrañable hermano Slavomir, quien dos años
antes se había embarcado a Chile, con 17 años.
Por esos días, nuestros corazones se inflamaban de esperanza. En la patria
querida cundía el desencanto, viñas apestadas, vientos de guerra y la
temida pobreza, acechaban la vida de todos. Chile era el futuro, una
oportunidad que no se podía dejar escapar.
La decisión no era fácil, había duda y riesgo, pero alzaba la vista al horizonte
y admiraba a todos los que, como mi hermano, se habían armado de valor y
aventura para cruzar el enorme océano y enseñarnos que la vida puede
tener muchos derroteros.
Cuando el pequeño barco zarpó de Supetar se me secó la garganta y mi
corazón parecía que estallaba en mil pedazos.
Mi tierra amada se perdía, poco a poco, con sus casas blancas y techos
rojos. Abracé fuertemente a Dušan y contuve su llanto de niño.
Mis padres, Zanante y Magdalena daban ánimo por fuera, pero se
desgarraban por dentro. Dos hijos más se lanzaban hacia lo desconocido,
con la esperanza de encontrar un nuevo mundo de prosperidad para nuestra
familia.
Ya cuando el mar se hizo inmenso la lejanía me asustó y la soledad se hizo
carne en todo mi ser. Mi isla pedregosa era ya sólo un recuerdo.
Pero no había que dejar que ganara la melancolía, sólo respirar hondo y
mirar hacia adelante. Debía ser fuerte por mi hermano.
Página 17 de 61
No puedo mentir, el tiempo de navegación se me hizo eterno. Ansiedad, y
dudas fugaces de la decisión tomada. Muchas emociones juntas para mis 23
años, sí 23 tenía cuando tomé ese bendito barco hacia América.
Pero el ánimo y entusiasmo de Dušan hacía que todo valiera la pena.
Y debo confesarles que en esa travesía hubo también momentos buenos,
cuando la serenidad se volvía compañera y los maravillosos cuentos del
mundo nuevo abrigaban mi fe por lo que venía. Guardo en mi memoria
hermosas tardes de cubierta, calma marina y planes por aquí y por allá.
La llegada no fue fácil, había algo de miedo e inseguridad; otro idioma, caras
diferentes, aire seco y húmedo, y esa arena que lo cubría todo.
En mi mente me consolaba: serán sólo algunos años y luego regresaré a
todo lo mío: la casa de piedra, el huerto, el azul del adriático, las calles de
gravilla, mis amigos, las tertulias en la playa, mis amores…
Fue difícil, lo admito, hacer la conexión entre las grandes expectativas que
tenía y la realidad que nos aguardaba. Aquel mundo que soñaba, esa
América codiciada era eso, pero a la vez no lo era. Mucho tiempo después lo
entendería
Y yo estaba ahí, retando a mi destino, con mi maleta llena de proyectos y
esperanza.
Aventurero “austriaco” de tierras dálmatas, así me llamaban. No me
molestaba, aunque sí lo de “austriaco”, mi patria siempre fue Croacia. El
deseo era sólo uno, prosperar en lo que fuera y regresar a Brač, para ayudar
a mis padres y hermanas que quedaron allá.
Página 18 de 61
El tiempo transcurrió rápido como siempre. El trabajo llegó más rápido de lo
pensado. La Aduana de Antofagasta me acogió, cuyos dueños eran unos
coterráneos, los Lukšić. Fueron ocho años de arduo esfuerzo, en los que
sacrifiqué muchas cosas. Nos esmeramos, junto a mis hermanos, en ahorrar
lo que se podía.
De esos primeros años recuerdo, por las tardes y noches, la compañía de
Dušan y Slavomir, las conversaciones sobre cómo iba todo, los proyectos,
las dificultades.
En nosotros permanecía, a sangre y fuego, el recuerdo de los que dejamos
allá en Dalmacia. La añoranza de la madre, la tibieza del hogar y los
almuerzos en familia se valoraban más que nunca en la vida.
Pero había que ser fuerte, no se podía claudicar, sino todo el esfuerzo sería
en vano.
Cada día malo antes de dormir me repetía “ya regresaré a mi amada isla,
orgulloso y seguro de que lo que hice valió la pena”. Y la verdad es que no
fueron pocos esos días difíciles, la adaptación a todo un mundo nuevo
nunca fue cosa fácil.
59. ANÉCDOTA. Visita a China de la presidenta de Croacia
Se cuenta que, cuando la Presidenta de Croacia,
Sra. Kolinda Grabar-Kitarović visitó China, el
máximo legislador de este inmenso país, Zhang
Dejiang, le preguntó a la Sra. Kolinda, cuántos
habitantes tenía Croacia, ésta le respondió, "un
poco más de 4 millones", a lo que la autoridad
china le contestó "¡y por qué no vinieron todos!".
Página 19 de 61
58. RELATO. Piratas en Antofagasta (Enviado por Pedro Marinov, de El Mercurio de Antofagasta)
Página 20 de 61
57. RELATO: Decir Sokol es decir Tomičić (Enviado por Vinko Mušić Tomičić, del artículo escrito por don Homero Ávila Silva,
premio nacional de periodismo, en el 70° aniversario del club).
Decir Sokol es decir Tomičić. El equipo nació con los hermanos Pablo y
Jacinto, de grato y hondo recuerdo por sus cualidades deportivas y
sociales.
¿Sokol sin un Tomičić?
Y apareció José "Pepe" Tomičić K., hijo de don Roque. Ya tenía el club a uno
de su dinastía. Y luego vino Nicolás "Ronco" Tomičić K., hermano de José y
uno de los más brillantes defensores que haya tenido el club en sus 70 años
de vida. Y no solo en básquetbol, porque fue un atleta destacado en saltos
largo y alto, siendo en este último campeón zonal.
Página 21 de 61
Después se sumó Pedro "Pericote", hermano de los dos anteriores y,
nuevamente, dos Tomičić integraban el equipo cestero. El "Ronco" comenzó
en 1939 (Campeón de Chile en Temuco), y lo dejó en 1954.
Siguió Pedro, al que se unieron sucesivamente Boris y Uroš, sus hermanos.
También estuvieron otros primos José Tomičić K., "Peineta", e Ivo Beović
Tomičić, quienes, a seguir estudios, se fueron a Santiago.
Ivo fue seleccionado chileno de baloncesto. Cuando se iban Uroš y Boris,
este último, gran atleta, seleccionado chileno e internacional, entró otro
primo: Jorge Tomičić K.
Luego aparece en el primer equipo Vinko Mušić Tomičić, hijo de Andrés y
Gloria (prima hermana de todos los anteriores). Andrés fue presidente del
Sokol en dos periodos. Vinko después fue vicepresidente del club y, al
fallecimiento de su padre, asume la presidencia hasta el día de hoy.
En una fecha tan especial para Sokol, hemos querido hacer este breve
recuento porque, además de significar un fervor deportivo de alto valor, es
un hecho difícil de encontrar. Setenta años de un club, en que siempre ha
estado, en primer plano, la familia Tomičić, con la calidad de sus hijos y de
sus destrezas deportivas, además de sus cualidades morales.
Decir Sokol es decir Tomičić.
56. RELATO: Cuartillas y cuartillos
(Enviado por Branko Martinov, por Jaime N. Alvarado García)
Hablando de cuartillas, resmas, chibaletes y otros asuntos propios de las
imprentas, me vino a la memoria el recordado “cuartillo”, mínima medida en
que se expendían nuestros mostos en bodegas y clandestinos del ayer.
Recordé ese pequeño jarrito, blanco enlozado, con un reborde para vaciar
sin derramar y con un número azul que indicaba la medida.
Un cuarto litro de vino, cuando se vendía en un vaso, era conocido como
“una caña”. Y cuando la sed era mucha, se le apodaba “un cañón”. Una
“caña” no solo calmaba la sed: terminaba también con ese temblor que
delata a los alcohólicos. Eran los tiempos de ese Chile respetuoso, en que el
dueño del clandestino era tratado hasta con unción por los “curaditos”, los
“clotos” o “borrachines”. Tenían voluntad para ganarse “un cuartillo”:
barrían la calle, hacían las compras o encargos del dueño del boliche, que
los premiaba con un “matapenquero”, de dudosa calidad.
Temerosos de “La Comisión Civil”, los clandestinos abrían la puerta
sigilosos, mirando primero por una rendija, para verificar quien pedía entrar.
Comprobada la identidad del o los sedientos, se entornaban los postigos
para permitir el ingreso. Frotándose las manos, el sediento hacía “la
pedida”, que era siempre la misma: Un cuartillo… ¡Tinto!.
Página 22 de 61
En mi infancia conocí un par de esos clandestinos. En calle Porras, a
Cayetano Ljubetić. Borrado de viruelas, inmerso en un mundillo de chuicos,
tinas, toneles, pipas, damajuanas y garrafas. En Chuquisaca, a Mateo Domić,
fumador de cigarrillos “Camel”, sentado “al revés” en una silla de Viena.
Ambos, con un séquito de “caseros” que merodeaban “para juntar sed”.
Muy de mañana, Cayetano atendía a aquellos habitúes que llegaban con un
pronunciado “temblor” del cuerpo. ¡Con el primer “cuartillo” les volvía la
calma! ¡Hasta eran capaces de sonreír!
Tengo en mis manos un jarrito de “un cuartillo”. Escanciaré un mosto de
“medio pelo” y brindaré para calmar esta sed de recuerdos que me abrasa…
¡Salud!
55. RELATO: Semblanza de don Juan Cvitanić Harašić. Un joven de 104 años (Enviado por Lorenzo Caglević Baković)
Página 23 de 61
Página 24 de 61
Página 25 de 61
Página 26 de 61
54. ANÉCDOTA: Mi encuentro con un artista del grafiti en Zagreb (Enviada por Francisca Ljubetić Eguiguren)
Me ocurrió a mediados de este año 2017, casi al término de mi último viaje a
Croacia.
Soy una coleccionista de grafitis de gatos, lo cual me ha llevado a
proponerme publicar un libro con una colección impresa, lo que tengo como
plan a corto plazo.
Es común encontrar, en las calles de Europa del Este, grafitis pintados por
famosos muralistas, por lo que no es difícil ubicarlos vía internet. Algunos
grafitis se pueden ver sólo en altura, y otros, como el que me había
propuesto encontrar en Zagreb, en el estacionamiento de un mall.
Ya llevaba unos 30 minutos recorriendo el estacionamiento cuando mi
presencia llamó la atención de un guardia de seguridad quien, luego de
conocer mi objetivo, se ofreció muy cordialmente llevarme donde estaba el
preciado mural. Fue tanta mi emoción y alegría al encontrarlo, que el guardia
pensó que sería buena idea ponerme en contacto con el artista que, para mi
sorpresa, ¡era conocido suyo!. Y mayor fue mi impresión cuando el artista
accedió a tomar un café conmigo, en un hermoso local de la calle
Tkalčićeva, cerca de la plaza principal, la trg Josipa Bana Jelačića. El
muralista, llamado Slaven Lunar Kosanović, que vive en la zona, llegó con
stickers y una polera con su logo de regalo para mí.
Estas cosas son las que hacen de Zagreb, un lugar único, la amabilidad de
su gente, y el valor artístico que se le da a algo tan moderno y,
erróneamente juzgado como el “grafiti”.
Página 27 de 61
Hasta el día de hoy seguimos en contacto con Slaven y pretendo incluir esta
anécdota en el libro que planeo escribir.
53. RELATO: Don Ivo Ljubetić de Sutivan (Enviado por Frane Sazunić Ljubetić)
Estando en Croacia el 18 de septiembre de 2016), en Sutivan, en una tienda
de souvenirs, con vinos y aceites de oliva, me atendió una linda jovencita a
la que pregunté si era la dueña a lo que llamó a un señor bien amable. quien
me preguntó mi nombre y procedencia. Al hacerlo se rió me dijo "yo soy Ivo
Ljubetić y por lo que podríamos sr parientes". Enseguida nos pusimoa
hablar de posibles ancestros en común preguntándole yo si tenía algún
libro con ún árbol familiar, el que no logró encontrar por lo que el
parentezco quedó inconcluso.
Al preguntarle por el aceite de oliva me pidió que lo acompañara a la parte
trasera de la tienda, donde tenía toneles de distintos aceites. Le comenté
que a mi abuelo, Drago Ljubetić, le podría gustar el más fuerte, por lo que
me dio a probar el que consideraba el más apropiado de su stock que
encontré perfecto para mi abuelo.
Luego de esto, don Ivo, buscó una bonita botella de cerámica especial que
llenó con ese aceite y luego selló, diciéndome: "toma un regalo de parte mía
para tu abuelo”.
Este año (2017) pude ir de nuevo a Croacia, esta vez con mi polola.
Visitamos a don Ivo y le llevamos algunas poleras de Chile de regalo. Nos
orientó de todo lo que podíamos hacer, nos invitó un café y nos dijo que si
necesitábamos bicicletas pasásemos a su puesto de turismo aventura
donde podíamos arrendarlas. Con sorpresa cuando fuimos, don Ivo había
dejado encargado que podíamos arrendar lo que quisiéramos sin costo
alguno.
Fue un agrado que una persona completamente para mo desconocida, con
la que sólo compartimos un apellido, fuera tan espontáneamente bondadosa
y simpática. Sin duda esperamos ir con más tiempo para poder ver y
compartir nuevamente con don Ivo, una persona espectacular. VIVA
CROACIA
52. ANÉCDOTA: "Un dedo de viski (wisky)" (Enviada por Danilo Kalafatović)
Se cuenta que, hace muchos años, en una celebración, en el Club Croata de
Punta Arenas, estando un viejo croata sentado en un parte del salón, le hizo
una seña a uno de los mozos pidiendole que se acercara.
Al hacerlo le dijo, casi al oido, "chico, por favor, por qué no me traes un
dedo de viski" a lo que el mozo le respondió, "pero señor, cómo le voy a
traer solo un dedo, es muy poco" a lo que, enseguida, también en voz muy
baja, le contestó "ma cómo que poco, un dedo, un dedo", poniendo su dedo
Página 28 de 61
índice en forma vertical en el vaso.
51. ANÉCDOTA: "Más bajito, más bajito" (Enviada por Danilo Kalafatović)
Se cuenta de un viejo croata que era tan reflojo que su mujer tenía que
trabajar para mantener a duras penas a la familia.
Tanto le recriminaba su señora su flojera que él decidió ir a la iglesia a
pedirle a Dios que le proveyera de alimentos y otras necesidades.
Así se paró delante del altar y empezó a exclamar:
"Dios mío te pido que me des alimentos, platita para ropa y para pagar mis
cuentas".
El cura párroco, que lo conocía y que en ese momento estaba detrás del
altar, sacando lo más profundo de su voz contestó: "Trabaja, trabaja", a lo
que el viejo, pensando que era el mismo Dios quien le hablaba, mirando
hacia todas partes replicó "Más bajito, más bajito".
49. RELATO: Mi abuelo Ante Mikačić Svojnac (parte 1 de 2) (Enviado por Jaime Wiedman Mikacic)
Mi abuelo Ante Mikačić Svojnac, nació en el Pueblo de Postira en la Isla de
Brač, un 18 de Octubre de 1898, hijo menor de Mate Mikačić Jelinčić (1851) y
Mandirni (Magdalena) Svojnac Santić (1859), familia numerosa, formada por
sus hermanos Antica (1887), Matij (1889), Jure (1889), Tomica (1892) y Simun
(1894).
Ante Mikačić Svojnac
Página 29 de 61
Habitantes de Postira en la Bahía Zastivanje a finales del siglo XIX
La idea de buscar mejores horizontes y abandonar la dura y rocosa isla, de
los olivos, vides y los esforzados asnos, fue creciendo en la mente de mi
bisabuelo Mate, causada por el temor de la dominación de su Dalmacija por
parte del Imperio Austro Húngaro, regida por el Káiser Franz Joseph I, que
años antes se había paseado por el Jadransko More en su yate "Miramar",
junto a la mítica Princesa Sissi, Elizabeth de Austria.
Yate “Miramar” navegando en el Brački Kanal
Se sumó a estas preocupaciones, el temor de ser llamados a realizar el
servicio militar en este ejército extranjero e invasor de su tierra natal, la
pobreza de su vida en Postira y la plaga de la Filoxera que asoló las vides de
la Isla, golpeando a las familias obreras que dependían de ello.
Un día después del nacimiento de mi abuelo Antonio en Postira, mi
bisabuelo deja el puerto de Supetar, cruzando en un vapor el Brački Kanal
rumbo a Split, acompañado de su hijo Jure, aventurándose hacia esa
América mítica y lejana... para siempre.
Página 30 de 61
En un Parobrod (Vapor a carbón) de la Compañía Braća Rismondo, en
cubierta y recibiendo la brisa fresca del viento Bura, que ya comienza a
sentirse en el Adriático a comienzos del otoño europeo, mi bisabuelo se
aleja de su tierra, para iniciar una nueva en la Patagonia Chilena.
Parobrod "Mozor" en Puerto de Supetar, Isla de Brač 1898.
El puerto de Génova, un 8 de noviembre de 1898, vio a un padre con su hijo
mirar nostálgicamente la tierra que se alejaba, ambos con la vista perdida en
el horizonte, como tratando de ver a su Mandirni, que quedaba sola, con los
otros cinco niños sobre sus hombros en la Isla croata.
Vista General del Puerto de Génova, Italia, alrededor de 1898
El vapor "Bethania" de la Línea V Hamburgo, Genova, Barcelona, Cádiz, Chile, Perú,
llevaba su carga de inmigrantes que iban a hacerse la "América"
Página 31 de 61
El “Bethania”
No sé cómo sobrevivió mi esforzada bisabuela, entre los años 1898 y 1903.
Supongo debe haber trabajado mucho para mantener a cinco hijos. con
escasez de alimentos, creciendo en la casa de piedra, junto al mar, en la
calle Zastivonje número 3.
Las olas y el Bura soplando afuera deben haber parecido muy amenazantes
sin Mate a su lado.
Debe haber sido una gran mujer, silenciosa y luchadora por su familia.
Cuando el "Bethania" entró en el Estrecho de Magallanes, después de 2
meses de navegación y hacinamiento en los camarotes de tercera clase, el
viento gélido del oeste debe haber quemado la cara de mi bisabuelo y su
hijo.
Punta Arenas, la colonia penal y naciente poblado del fin del mundo, les
debe haber dado una helada bienvenida. No sé en qué trabajó mi bisabuelo
pero cuando obtuvo su primera cedula de identidad en 1922, en ella figura
como profesión "Jornalero".
No me imagino cómo se habrán comunicado con su esposa y madre, en ese
tiempo. Por carta supongo, porque no existían los medios de comunicación
actuales, el telégrafo estaba recién en pañales. Lo mismo, cómo le habrán
enviado dinero. ¿Libras esterlinas?
Finalmente, el gran día llegó, un 3 de diciembre de 1903, mi bisabuela
Mandirni (Magdalena), con sus cinco hijos, entre ellos mi abuelo Ante, de tan
solo 4 años, dejan Postira, y se embarcan en Supetar, tras los pasos de mi
bisabuelo Mate.
El Puerto de Trst (Trieste) los vio alejarse para siempre desde su invadida
Hrvatska. Sin saber que pocos años después el Gran Imperio caería, para
Página 32 de 61
que su tierra se transformara en el Reino de los serbios, croatas y
eslovenos. (Continuará)
50. RELATO: Mi abuelo Ante Mikačić Svojnac (parte 2 de 2) (Enviado por Jaime Wiedman Mikačić)
La vida de la familia en Punta Arenas fue modesta y esforzada pero, al frio
externo, se opuso el calor del amor de la familia que se vivió al interior de la
casa.
Mis bisabuelos eran analfabetos, por lo cual quisieron poder darles una
buena educación a sus hijos. Mi abuelo Antonio, realizó sus estudios en la
Escuela Salesiana Don Bosco y posteriormente en el Liceo de Hombres de
Punta Arenas.
Junto a su hermano Šimun (Simón) se aventuraron a trabajar como peones
en estancias de la Patagonia Argentina, entre los años 1922 a 1923, en las
cercanías del lago Cardiel y Strobel. Mi abuelo fue aprendiz de carpintero en
sus inicios, luego tuvo su carpintería propia.
Putovnica (Pasaporte) del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos de Ante
Mikačić en 1922 emitido por el consulado en Punta Arenas.
Sus inquietudes deportivas lo llevan a integrar el grupo gimnástico de la
"Sokolana" y el de la rama de ciclismo, participando en eventos
internacionales realizados en Río Gallegos, Argentina, donde obtiene el
trofeo de la competencia de los 20.000 metros.
Página 33 de 61
Ante Mikačić en los tiempos de la “Sokolana”
Su vocación de servicio lo impulsan a ingresar, en 1921, a la Cruz Roja
Chilena de Punta Arenas, tiempos aquellos de cabalgaduras y arreos,
esfuerzo y sacrificio.
Voluntarios de la Cruz Roja en el antiguo Cuartel de la Calle O´Higgins de Punta
Arenas, actual cuartel de la Cuarta Compañía de Bomberos.
En el año 1922, se incorpora a la Cuarta Compañía de Bomberos, por
entonces de denominada "Bomba Dalmacia", cumpliendo un total de 69
años de servicio en 1991, el año de su muerte.
Página 34 de 61
Bomberos de la 4ta. Compañía Bomba Dalmacia, Ante Mikačić de pie, a la derecha,
sobre el Carro (Punta Arenas, 1926)
En la Cuarta Compañía de Bomberos "Hrvatsko Dobrovoljno Vatrogasno
Društvo Broj Četiri", desempeñó los cargos de Teniente, Capitán, Director,
recibiendo todos los premios que otorga el cuerpo de bomberos y,
finalmente, es designado Director Honorario de la Institución.
Ante Mikačić alrededor de 1922
En 1929 contrae matrimonio con mi abuela, Elena Dasenčić Harašić y,
producto de esa unión, nacen tres hijas, Krasna, Divna y Neda, mi madre.
Página 35 de 61
Paseo al campo, Antonio Mikačić al centro, Elena Dasenčić Harašić.
Mi abuela sentada a la izquierda.
En 1949 es distinguido por la Municipalidad de Punta Arenas con la medalla
municipal, y el año 1959 el Supremo Gobierno de Chile le confiere la Medalla
al Mérito "Bernardo O´Higgins" a los extranjeros destacados.
En el año 1987 es nombrado Socio Honorario del Club Yugoeslavo de Punta
Arenas, en mérito a su dilatada colaboración con la Institución, recibiendo el
Diploma el 5 de Diciembre de 1987 en el Teatro Municipal.
Antonio Mikačić, con el uniforme de la Cuarta Compañía de Bomberos
(Punta Arenas aprox. 1970)
Siempre admiré la vida esforzada de mi abuelo que, a pesar de no haber
tenido una profesión, se esforzó por entregar a su familia una buena
educación y un ejemplo de trabajo, esfuerzo y dedicación. Yo fui su primer
nieto varón y en mi vio cumplirse varios de sus sueños que, por haber
tenido solo hijas mujeres, no había podido desarrollar. Cuando me quedaba
a dormir en su casa y se daba las buenas noches, luego de repetir una
Página 36 de 61
oración sencilla en croata, me preguntaba: “¿y, mañana qué?”, a lo que yo
debía contestar: “A trabajar”.
En su juventud, fue carpintero, hasta que llegó a tener su propia carpintería.
Posteriormente se dedicó a cultivar lechugas, tomates y vegetales en
invernaderos, productos que entregaba al supermercado "COFRIMA" y otros
de la época. Finalmente, en los años 1970 al 91 se dedicó a la avicultura,
convirtiendo los invernaderos en criaderos de pollos.
Cuando estuve en su natal Postira, en 2014, pude sentirme envuelto en esa
especial atmósfera, por ese recibimiento cariñoso de los parientes que se
quedaron, por esos sabores de las comidas preparadas con cariño, por esas
olas cristalinas, que aun golpean suavemente las paredes de la casa de
Piedra de Zastivonje 3, por ese Bura que aúlla desde las montañas que
rodean Split, por esa Iglesia que aun llama a los feligreses desde los
tiempos de mi abuelo, por esa forma especial de vida, sin grandes
aspiraciones, por los productos cosechados en la quinta propia, por el
aceite de oliva, por el vino fabricado por el tío Pero Mikačić, en el sótano de
su casa.
Caminando por sus calles empedradas, me encontré de nuevo con mi
abuelo, el que se quedó para siempre en mi corazón.
48. ANÉCDOTA. “Hermosa noche para el guerrero” (Enviada por Miroslav Skarmeta)
Se cuenta de un viejo croata, que tenía la letrina, en el patio, como se usaba
antiguamente, bastante alejada de la casa. El problema era que, de noche, le daba
miedo de ir solo a hacer sus necesidades por lo que le pedía a su señora que lo
acompañara.
Así una noche le dice a su mujer:
"Treba da idem u zahodu tamo vanka"
"Debo ir a la letrina allá afuera"
A kad je sjedio i gleda zviezde kazao "ljepa noći za hajduka"
"Y cuando se sentó y miró a las estrella dijo "hermosa noche para el guerrero"
A zena mu vika "Ala, ala, sere brzo i vratiti se kući
A lo que su mujer le grita "Vamos, vamos termina pronto y volvamos a la casa"
47. RELATO: "La sangre no es agua (Krv nije voda)" (Parte 2 de 2) (Extractado del capítulo "Cerrando círculos" del libro "Halcones en mi alma" escrito por Dragica Vukelić)
Luego de aquello, debí enseñar por segunda vez la documentación a otro
funcionario del aeropuerto, quien volvió a formularme muchas de las preguntas
que ya había contestado a la mujer hacía treinta minutos. Estaba ocupada en ese
tedioso trámite, mientras mis hermanas Ljubica y Catalina esperaban el equipaje,
cuando repentinamente se abrió una enorme puerta blanca para dejar frente de mí a
casi toda mi familia. El hombre que me hacía las preguntas en ese instante, se dio
cuenta de la situación que ocurría, seguramente lo intuyó porque había dejado de
Página 37 de 61
prestarle atención, entonces me dijo que todo estaba conforme y que me podía
retirar.
Grité desde lejos el nombre de uno de ellos: “¡¡¡Josooo!!!”. Con la mirada
quería abarcarlos a todos, pero no me eran suficientes dos ojos, corrí hacia ellos
sintiendo que no era lo bastante rápida y que cada segundo se hacía eterno.
Era ese el momento que había esperado toda mi vida, había llegado el instante
de abrazarlos uno por uno, comenzando por mi tía Anica, si es que podía. Estaban
todos dispuestos ordenadamente, quería empezar a saludar de izquierda a derecha
ya que veía a mi tía en tercer lugar, de ese modo podría llegar a ella más rápido y
quedarme detenida ahí, apretándola muy fuerte. ¿Nos llamaría“tetkina djeca” (niñas
de su tía) como nos decía en cada una de las cartas que le enviaba a mi papá?.
Todo lo que soñé mil veces que haría al mirarla por primera vez a los ojos se me
había olvidado, entonces comencé a avanzar hacia ellos con mis temblorosas
piernas y los dejé tomar la iniciativa.
Al encontrarme a unos cincuenta centímetros, vi que absolutamente todos mis
primos estaban llorando, sólo mi tía Anica permanecía erguida cual soldado en
posición firme con la vista fija en mí. Ella nunca salía de su pueblo en Lika y había
ido excepcionalmente a Zagreb en esa oportunidad a recibir las semillas de su
amado hermano. La miré detenidamente a los ojos y percibí que una lágrima estaba
forcejeando entre sus pestañas a punto de deslizarse por sus mejillas, porque
frunció el ceño con mucha amargura para evitar que eso ocurriera. Me tomó
silenciosamente la cara entre sus manos, me palpó con cuidado y sin apuro la
frente y la nariz, me observó casi sin pestañar, acto seguido llegaron con las
maletas Catalina y Ljubica e hizo lo mismo con ellas, luego moviendo su cabeza
nos dijo: “Tetkina djeca” (las niñas de su tía); por un segundo regresé a mis
recuerdos, a sus cartas, a la perenne ilusión de mi padre por volver a verla. Nos
abrazó y olvidó su autocontrol soltando un llanto desesperado. Se preguntaba mil
veces: “¿Zašto Bože moj, zašto? (¿Porqué Dios mío, porqué?).
El resto de la familia se disputaba el turno para saludarnos, entre ellos Pero
Vukelić, de quien no teníamos referencias anteriores ya que era primo hermano de
nuestros primos, pero sabía mucho más de nosotros que nosotros de él. Si en
algún momento nos habíamos preocupado del maquillaje de nuestra cara para el
primer encuentro, de eso ya no había nada, ya no sabía si las lágrimas que cubrían
mi rostro eran mías, de mis hermanas o de mis primos, daba igual, llorábamos por
el mismo motivo y yo enjugaba las lágrimas de ellos y ellos las mías.
Era una avalancha de cariño, las preguntas no las alcanzaba a contestar cuando
venían más y más preguntas. Todos hablaban al mismo tiempo. Me percaté que
éramos un espectáculo para el resto de las personas que transitaban por el
aeropuerto. Si bien no se encontraba mi padre físicamente entre nosotros, se sentía
en el ambiente su presencia, junto a toda la familia, su nombre era pronunciado a
cada instante. Que maravilloso hubiese sido observar su rostro al reunirse con sus
hermanas y mirarlas a la cara por primera vez después de más de cuatro décadas
de ausencia.
Confirmé que si estaba viviendo un momento de esas características era
porque él había sembrado mucho amor, porque nunca perdió la capacidad de
Página 38 de 61
soñar, y ese sueño que mantuvo cautivo e intacto durante toda su vida se veía
coronado por una mágica realidad.
46. RELATO: La sangre no es agua (Krv ni je voda)(Parte 1 de 2) (Extractado del libro de Dragica Vukelić "Halcones en mi alma")
Escuché por el altoparlante que en media hora estaríamos listos para el aterrizaje,
miré a través del doble vidrio de la ventanita del avión, ubicada a mí costado
derecho y las nubes se disiparon rápida y vertiginosamente para mostrarme la más
hermosa obra de arte jamás pintada. La mágica combinación de colores que
exhibió ese día la naturaleza, para causarme una grata impresión, logró con creces
su objetivo, la descripción que escuché tantas veces en mi vida, era real. Los
techos rojos de las casas adornando el verde paisaje me dieron la bienvenida a uno
de los lugares más hermosos de esta tierra, la tierra de mi padre.
Sabía que aunque lo hubiera intentado no habría logrado hablar. Los
pensamientos se enredaban, se estrellaban agitados, se confundían entre el
pasado y el presente. Cualquier intento por pronunciar alguna palabra no hubiese
sido más que un balbuceo poco entendible. Mi mente estaba funcionando
impulsada por los latidos de mi corazón, que se percibían tan apresurados que era
capaz de escucharlos. Tanto pensé en ese maravilloso momento, tanto lo había
anhelado, que no existían palabras que permitieran describir la magia que envolvía
el entorno. Ya no era necesario tratar de recordar lo prometido a mi padre, tenía
demasiado claro a lo que había ido. Me tomé imaginariamente de su mano
acogedora, segura, tibia y protectora, para bajar con ansias retenidas la escalinata
del avión.
No debía llorar, no quería defraudarlo, no quería estropear la magia que estaba
viviendo en ese instante tomada de su mano. Quería que me guiara una vez más en
uno de los momentos más importantes de mi vida: “Papito, llegamos, el avión ya
tocó la losa del suelo croata. Gracias por traernos a mis hermanas y a mí a este
lugar, a este punto tan definido del planeta, a su casa, a su gente, a nuestras raíces,
a mirar con los ojos lo que juntos mirábamos con la mente durante tanto tiempo.
Guíeme día a día, déjeme caminar sobre sus pies como cuando era pequeña y yo
bailaba subida en sus zapatos, ponga las palabras necesarias en mi boca para
decir y representar lo que usted quiera, úseme de instrumento para cerrar
finalmente este doloroso círculo que dejó abierto con su partida, no se mueva de
mi lado para que toda esta pena arrastrada por tantas décadas comience a
transformarse en alegría, para que sea el inicio de una etapa de amor y de
encuentro con la familia y con la tierra”.
Me di cuenta que no cumplí lo prometido ya que una lágrima se escapó sobre
mis mejillas en contra de mi voluntad y la siguieron presurosas varias otras que no
logré retener. Traté de disimular el dolor que oprimía mi pecho para no explotar en
un llanto incontenible en el momento en que debía presentarme en Policía
Internacional.
Me solicitaron de una oficina para contestar un interrogatorio que me pareció
interminable con una mujer poco amistosa con los turistas. Su cara agria, su
desconfianza y sus preguntas absurdas respecto de nuestra estadía en Yugoslavia,
me hicieron sentir poco bienvenida. Contesté todo su interrogatorio hasta el
Página 39 de 61
momento en que se puso de pie para retirarse sin despedirse. Por suerte no volví a
verla. (Continuará)
45. ANÉCDOTA: "Antonio, no te preocupes por la luz que yo voy a leer". (Enviada por Danilo Kalafatović)
Allá por lo años 50, el equipo de fútbol del Sokol Croata de Punta Arenas
viajó a Santiago, seguramente para medirse con algún equipo de la capital,
alojando, jugadores y acompañantes, en el antiguo "Hotel Cervantes"
ubicado en la calle Bandera.
A Antonio Dobronić, arquero del equipo, le tocó compartir pieza con don
Olegario Gómez, famoso y pintoresco comentarista deportivo de Punta
Arenas.
Cuenta Antonio que la pieza no tenía lámpara de velador por lo que había
que levantarse e ir hasta el interruptor para apargar la luz quien, ya con
sueño, le mecionó el tema a don Olegario. Éste, muy dramáticamente, como
era su estilo, le respondió, "Antonio, no te preocupes por la luz que yo voy a
leer" a lo que, casi inmediatamente, comenzó a roncar en profundo sueño.
44. RELATO. Viaje en tren entre Zagreb y Split (Por Waldo Violic)
En mi último viaje a Croacia, hace poco más de un mes decidimos, con mi
señora María Inés, viajar desde Zagreb a Split en tren, ya que nunca antes lo
habíamos hecho en este medio, el que sale temprano de Zagreb para llegar
tipo mediodía a Split. El tren consistía en dos vagones modernos, uno para
36 pasajeros y el segundo, de mayor capacidad, cuyos asientos no conté.
En el trayecto el paisaje es entretenido porque recorre el interior, muy verde,
bastante boscoso y harta bruma, tiene servicio de bebidas y alimentos para
los viajeros, pero se detiene en varias partes, al parecer sin razón alguna, lo
que hace que el viaje sea muy lento.
Pero lo notable de este viaje es que en nuestro vagón viajábamos 5
personas y en el vagón posterior, 6, un total 11 personas para un tren que
estimo de unos 100 asientos en total, obviamente por el alto valor del
pasaje.
Resulta inexplicable que este tren carezca absolutamente de publicidad para
tantos turistas que viajan del centro de Europa a Zagreb para de allí conocer
la costa dálmata que, con una rebaja en el valor del pasaje, podría tener una
mucho mayor utilización que cubriría, seguramente, el enorme gasto que
significa mantener un transporte como éste.
Los que realmente queremos al país de nuestros ancestros tenemos la
obligación de manifestar no sólo lo bueno sino también sus deficiencias.
Página 40 de 61
43. RELATO de Mateo Fistonić Bucat, croata llegado a Iquique a comienzos del siglo XX, sobre su trabajo en la Oficina Salitrera "Pintado" (Enviado por Branko Marinov)
"De día sacábamos sal, se limpiaba la sal, que no tenga piedrecillas y
cargábamos una carreta tirada por un mulo. Era, más o menos, como dos
kilómetros de abajo hasta la línea (ferrocarril). Yo con mi compañero
teníamos que cargar dieciseis sacos en cada carreta y cada saco pesaba
término medio ciento veinte kilos, ocho él y ocho yo, era por parejo.
Después llevar el macho (mulo) con la carreta, los dos tirábamos hasta
llegar cerca de la línea. Para subir hasta ella teníamos que colocar un tablón
y subir por él hasta la línea los ocho sacos cada uno. Cuando tocaba de
madera era muy pesado, de fierro era más liviano. Cada carro (vagón) hacía
cuatrocientos sacos.
Trabajé así como dos meses y, tanto de noche iba yo con otros más a llevar
los sacos, hasta la amanecida, llenábamos ciento veinte sacos y la sal comía
los zapatos. Así que lo que teníamos que hacer era usar la alpargata y
después envolverla en el saco, cortar el pedazo de saco y volverla a amarrar
porque traspiraba, la misma sal y humedad, entonces le comía, le partía los
zapatos. Fue una vida dura, yo después me acostumbré”.
(Adaptado "Del Chumbeque a la Zofri”,Tomo II de Bernardo Guerreo Jiménez. CREAR, Universidad
ArturoPrat. Iquique,1996 )
42. RELATO: Mi participación en la "Tovarijada" (carrera de burritos), en la isla de Korčula. (Por Dragomir Kovačević)
En visita a mi hija, radicada en la isla de Korčula, tuve la oportunidad y el
ánimo de participar en la II versión de carreras de burritos (tovarijada), que
se realiza en el balneario de Prizba de la isla, representando a los
descendientes de croatas de Chile y a nuestro círculo (CPEAC,).
En el evento participaron 39 competidores, en 5 categorías según la edad,
veraneantes de diversas partes de Croacia y 6 extranjeros de Polonia,
Bélgica, República Checa, Bosnia-Herzegobina, Italia y Chile, resultando yo
tercero entre 7 participantes en la categoría mayores edad.
En las noticias regionales, se destacó mi participación, por provenir de un
país tan lejano de Croacia, como lo es Chile.
Viví momento de mucha emoción y también alegría que quise compartirlos
en Chile de regreso de mi viaje.
Página 41 de 61
Mi hija, yo y mi yerno, saliendo de la casa a participar en la carrera.
En el costado izquierdo de mi polera, a la altura del ojo izquierdo del burrito, la
palabra CPEAC
Yo con mi burrito antes de empezar la carrera.
Video en que aparezco en plena carrera
(Avivado por mi hija)
41. CUENTO: "Sin dudas" (Por Jorge Skarmeta)
La noche sin estrellas hace más nítido el silencio cortado por el
respirar de Juraj que espera, acurrucado en la oquedad de la roca que lo
Página 42 de 61
abriga y protege. Una tibieza lo va cubriendo, una tibieza con olores de pan
recién horneado, con sabores de leche fresca, con aromas del tabaco de su
padre, risas de sus hermanos Bozidar y Stjepan, revuelos de las faldas de la
Mamiza. Piensa en Nevenka y su hijo. ¿Habrán llegado a la isla donde su
abuelo, y los abuelos de los abuelos han vivido?. Esa isla ignorada por las
invasiones y las guerras que arrasaron su tierra.
Un punzante dolor disipa esa tibieza al recordar a su padre. Hace ya
un año murió fusilado en la otra ribera del río Drava, por eso, por ser croata.
¿Pero qué crimen es ése?, se pregunta desesperanzado. Busca respuestas
al porqué de este loco disparar, de este odio aflorado. ¿ No es odio el de
aquellos siete que acribillaron a Stjepan la noche del Sábado Santo? Lo
dejaron solo, desangrándose, agonizando, hasta que Bozidar lo recogió ya
moribundo.
Se rebela su sangre, despertando todo el cuerpo, y activa sus
sentidos.
Mira el reloj; pronto será la hora. Veinte como él están emboscados,
dispersos, esperando la señal. Y veinte grupos de otros veinte a lo largo del
Drava. "– Bozidar está más cerca de la ribera, en el barranco. Es más viejo
en esto-", se dice, atragantado, con una mezcla de orgullo y pena.
Endereza la espalda, extiende las piernas y echa la cabeza hacia atrás.
Ordena y alerta el cuerpo, concentra su mente en lo que viene. - ¡ Basta ya! ¡
Que se acabe esta mierda de guerra!, – masculla con rabia. Una rabia que lo
va envolviendo y amplía sus latidos. Se yergue, estirándose. Respira
profundo, afirma fuerte los pies. Sus ojos son dos líneas azules, lejanas,
frías.
La señal esperada. Endurece el rostro, siente que un río de acero
corre por sus venas. Galvanizado, aferra su arma y decidido, abandona su
refugio y enfrenta su destino.
Tendido, mirando fijamente al frente, la metralleta lista, avanza con los
codos. Desde la tierra oye el mandato de sus antepasados. - "¡ Dios, que a
Bozidar no le toque hoy! -", ruega.
Fogonazos que se acercan. Al tableteo de una ametralladora responde
con el tartamudeo de la suya, en un duelo cruel, despiadado.
Le corta el aliento un ardiente explotar en su muslo izquierdo. Siente
que el río de acero se transforma en una mancha que no ve, pero palpa tibia.
Su cuerpo se ablanda lentamente. Los ruidos se alejan. El oscuro silencio lo
arrastra. El tiempo ya no importa.
Otro dolor, diferente, lo hace abrir los ojos. En la penumbra del
amanecer reconoce los de Bozidar. Ve sus manos firmes que envuelven su
pierna. En su cara, la decisión de cada movimiento.
¿ Terminó todo?- susurra Juraj.
Hay tregua. Para Corpus, la Paz- le contesta breve, telegráfico, y
aprieta su mano.
Página 43 de 61
Acomodando la pierna herida, afloja el cinturón y coloca de almohada
el morral, con el cariño de hermano mayor y el cuidado de un enfermero.
- ¿No más fútbol?- le pregunta tratando de sonreír. Pero con un
temblor de labios musita: - ¿No más nada?- ahogando un quejido.
- Aguanta. Debes encontrarte con Nevenka- le ordena Bozidar,
tratando de de despertar sus esperanzas. Acercando su cara a la de su
hermano, mezclan sus lágrimas.
- Llora, tenemos mucho por qué llorar – le dice Juraj, quedamente.
El sopor lo va invadiendo, con olores de pan recién horneado.
40. RELATO. Mateo Fistonić Bucat, inmigrante croata, relata su llegada a Iquique en 1929. (Enviado por Branko Marinov M.)
Dice que llegó al espigón, pero:
“…no en el espigón sino el que queda en la ribera afuera, entonces van en
bote a motor y desembarcamos allá. Venía yo éramos cuatro jóvenes y un
caballero más de edad que tenía un cuñado que trabajaba en Punta Negra y
veníamos todos terniados con maleta hasta el muelle; llegamos como a las 8
de la noche, entonces dijo: mire cuñado allá tenemos que ir bien
presentarse, porque hay un gerente en un hotel muy grande”,- bien- ,le
dijimos- Entonces nos embarcamos en dos autos, cuando llegamos allá nos
empezamos a enterrar los zapatos en la arena y una bodega como de aquí a
la esquina y ahí estaban yugoeslavos, peruanos, chilenos distintas clases.
Cómo vivía esa gente, usted no tiene idea, un catre palo acá palo p’acá, acá
y un saco doblado, tapado con la frazada y habían otros con sacos de papas
Cuando vimos nosotros el “hotel”, era una barraca donde están los tanques
de petróleo, más pa’llá. Entonces me tocó a mi con un paisano en un catre
de una plaza (yo tenía 17 años) y tenía que estar de lado para no molestarlo
y las pulgas me comían más, así que al día a levantarse todo comido de
pulgas, a bañarse, agua había al lote, no habían baños”.
En “Del chumbeque a la ZOFRI. La Identidad Cultural de los Iquiqueños” Tomo II, de Bernardo
Guerrero Jiménez . 1996. CREAR. Universidad Arturo Prat.
38. RELATO: Mi visita a Croacia (parte 1 de 2) (Enviada por Danilo Kalafatović)
Hace ya varios atrás visité, en esa época, Yugoslavia.
Recorrí la península de Peljesac, donde nació mi padre, encontrándome con
su hermano menor, Jozo, sus dos hijos Ivo y Nada y Franica hija de su
hermano mayor, Niko. En Janjina, pueblo donde había nacido mi padre, me
mostraron su casa y pude recorrer sus pueblos vecinos como Drače, Sreser,
Pijavičino, Kuna, Orebič, llegando hasta la Isla de Korčula.
Página 44 de 61
Mi tour siguió por la isla de Brač, deteniéndome en Postira y Pućišća,
pueblos de donde eran oriundos mis nonos maternos Gero y Francisca,
respectivamente.
En Pućišća quise averiguar datos familiares de la nona, no encontrando
parientes hasta que apareció un Sr. Martinić, más menos en esos tiempos de
mi edad, con el cual trabé una gran amistad hasta que, casi al final de mi
visita, nos dimos cuenta que en realidad no éramos parientes, lo cual en
ningún caso mermó nuestro mutuo aprecio.
Una de las cosas que hice en Pućišća fue buscar el certificado de bautismo
de la nona Francisca el que, luego de mucho hurgar, por fin ubiqué. Estaba
escrito en latín, como se acostumbraba en esos tiempos y lo que descubrí
fue que la nona, que creíamos había fallecido a los 63 años, (por no tener
documentos de ella en Chile), en realidad nos dejó a los 67.
En esa búsqueda tuve la ayuda del párroco del pueblo, "Don" Ivo
Mihovilović de quien me hice amigo. Y una de las cosas que recuerdo de él,
como algo muy simpático, es que, dirigiéndose a mí en croata, idioma del
cual tengo algún conocimiento, sobre todo por el lado de mi padre, quien
hablaba algo distinto a como se habla en la isla de Brač, cuando entraba
alguna Sra. a donde estábamos, cambiaba rápidamente su dicción y lo hacía
"po Bračku".
También me recuerdo que "Don" Ivo, estaba muy afectado porque,
justamente unos días antes de nuestra junta, alguien había robado de la
iglesia una antigua y muy valiosa pintura. Bastante tiempo después, puesto
que nos manteníamos en contacto por carta, enviándome él periódicamente,
un ejemplar de la publicación "Bračka Cerkva", me enteré con alegría que la
pintura robada había sido recuperada en Alemania. (Continuará)
39. RELATO: Mi visita a Croacia (Parte 2 de 2) (Enviada por Danilo Kalafatović)
Otra cosas de las que me acuerdo de Pučisća es que, una madrugada, tipo 4
AM, en que volvía de una reunión con la familia de mi amigo Martinić,
dirigiéndome hacia la "pansion" en que alojaba, pasé delante de la
panadería del pueblo. Allí me detuve un momento porque justo estaban
cargando un camioncito con canastos de pan, seguramente, para repartirlo.
Al verme unas de las personas abocada a esa tarea, muy atentamente, se
acercó a mi regalándome un gran pan, lo que obviamente provocó mi mayor
agradecimiento y la alegría de que en este hermoso pueblo se produzcan
situaciones como éstas.
De Pučisća pasé a Postira, pueblo vecino, en el que esperaba encontrar
algún pariente por el lado de mi nono materno.
Luego de hacer varias consultas, pues conocía el "nazimak"del nono,
(apodo que usan las diferentes familias croatas que las diferencian unas de
Página 45 de 61
otras y que agregan al apellido paterno, al no usar el materno). El de mi
nono Gero esa Halaburić. Así llegué a una campito donde se encontraba un
Sr. ya mayor junto a un burrito, trabajando la tierra. Al presentarme me di
cuenta que su recepción hacia mi persona fue algo recelosa. Cuando le
expliqué que el único motivo de mi visita era conocerlo a él y su familia
como parientes asegurándole que, en absoluto, estaba viendo la forma de
pretender el reclamar alguna herencia. Con eso bastó que me invitara a su
casa donde participé en una muy agradable reunión familiar con un opíparo
almuerzo rodeado del cariño de los Matulić "Halaburić".
37. ANÉCDOTA: "Desafío de un aficionado" (Enviada por Branko Marinov M.)
Publicación en el diario "El Tarapacá" de Iquique, el viernes 10-12-1926, del
Libro "Del Chumbeque a la Zofri", Tomo II, de Bernardo Guerrero:
"Mateo Krstulović, aficionado particular, desafía a cualquiera de su peso,
especialmente al campeón del " Manuel Sánchez", R. Milla.
Condiciones J. Martínez 1096".
Algunas explicaciones:
Chumbeque: dulce iquiqueño tradicional, de origen chino, común a la
gastronomía de Ecuador, Perú y Norte Grande de Chile.
R. Milla: nombre de un boxeador, seguramente de fama en ese momento,
perteneciente al club "Manuel Sánchez".
J. Martínez 1096: dirección del desafiante, posiblemente su domicilio,
donde deberían ir a tratar las condiciones del combate. La calle,
actualmente, conserva esa denominación y recuerda a Juan Martínez,
Comandante del Regimiento Atacama durante la Guerra del Pacífico.
36. ANÉCDOTA: "Control de lo vendido en el buliche" (Enviada por Danilo Kalafatović)
Mi padre y todos mis nonos eran croatas. Solamente los nonos maternos emigrarona a Chile (Punta Arenas). Ellos, como muchos croatas, se instalaron en una esquina con un ''buliche" al que había que mantener abastecido por por lo que el nono Gero debía salir, de vez en cuando, a encargar "marcadería" quedándose la nona Francisca a cargo del "buliche".
En ese tiempo se funcionaba con la "libreta", en la que se anotaba lo que cada cliente venía a comprar cobrándose a fin de mes.
Como la nona Francisca era anlafabeta, se inventó una forma de llevar un control de lo vendido. Así, si vendía un kilo y medio de papas dejaba una papa y media en la estantería, dos kilos de arroz, 2 montoncitos de arroz, etc., lo cual después el nono traspasaba a la libreta del correspondiente cliente. 35. ANÉCDOTA: ''Un chofer muy especial'' (Enviada por Danilo Kalafatović)
Mi madre me contó que, siendo ella adolescente (por los años 1935), veía, en
Página 46 de 61
Punta Arenas, a un paisano croata que, habiéndose comprado un auto, sacaba de vez en cuando a su familia a pasear en él.
Lo que le llamaba la atención es que, el paisano siempre hacia un recorrido por una calle larga y plana, cercana de donde ella vivía, y al llegar al final de ésta hacía bajar a toda su familia y entre todos giraban el vehículo, empujándolo, poniéndolo de nuevo en posesión de recorrer de frente de nuevo la calle de regreso. 34. ANÉCDOTA: ''Pobre caballo flaco'' (Enviada por Drago Ljubetić)
Jozo y su mujer Doti vivían frente al Parque Forestal, gozando de una muy holgada situación económica.
Doti, mujer muy humana, veía, periódicamente, desde su departamento, una carretela cargada de verduras tirada por un caballo muy flaco, lo que la hacía sufrir y no sabía cómo pedirle a su esposo que comprara ese caballo para llevarlo a un campo que ambos poseían.
Un día que Jozo llegó de muy buen ánimo Doti aprovechó de pedirle que comprara el pobre caballo flaco lo que él prometió hacer a la brevedad. Así, al día siguiente bajó a encarar al carretelero produciéndose el siguiente
diálogo entre ambos:
"Ma que hace tú que no da pasto a pobre animal. Te doy plata y me lo llevo".
"Sí jefe, pero vale 150 mil"
"Ma que caro hombre, pero igual me lo llevo".
"Sí, ¿pero qué hago con la carretela y la verdura?. O todo por 450.000 o
nada".
"Muy abusivo tú pero igual lo compro todo"
Y así Jozo se llevó al caballo flaco, carretela y verduras pensando lo feliz que quedaría Doti al saber que el animal pronto engordaría con el lindo pasto de su campo.
Pero al día siguiente, de nuevo vio a Doti llorosa en la ventana del departamento. Al asomarse se dió cuenta del motivo: Ahí estaba de nuevo el carretelero, con otro caballo más flaco y otra carretela más vieja con verduras.
33. ANÉCDOTA: ''No puede detenerme'' (Enviada por Branko Marinov)
Se cuentan dos anécdotas sobre don Jerónimo Yankovic II, dueño, por
herencia, de la Empresa de Teléfonos Yankovich de Antofagasta y de unas
casas de renta, éstas ubicadas en la esquina de la calle Copiapó con el
inicio de la Avenida Brasil de la misma ciudad, ambas relacionadas con su
vehículo.
Don Jerónimo era dueño de un auto "Overland", símbolo de la gente
acaudalada de la época, el que, por recomendación de sus fabricantes
ingleses, debía ser manejado con mucho cuidado, sobre todo en ciudad, por
lo sensible que era a la mano de quien lo conducía.
Página 47 de 61
La primera anécdota, es similar a la referida, en esta misma sección, por
otro pasiano as del volante como "Daño a la propiedad pública", por lo que
no repetiremos y, la segunda, oportunidad en que don Jerónimo destruyó,
con su vehículo, una vitrina de la tienda La Española. En esa ocasión,
siendo requerido por un representante del orden que intentaba detenerlo,
argumentó "Comisario a mi me debe varios meses de arriendo..., no puede
detenerme..."
32. ANÉCDOTA: ''Boinas'' (tardes o noches) (Enviada por Pedro Cuevas Cvjetković)
Tiempo atrás era bastante común que la gente, sobre todo la mayorcita, por
lo menos en Magallanes, saludara usando solamente la palabra ''Buenas"
sin agregar lo de tardes o noches.
Por eso le sucedió a uno de nuestros viejos croatas que, entrando a una
tienda, en su castellano acroatado saludó con un atento ''Boinas" a uno de
los dependientes del local a lo que éste, también amablemente, le respondió
"Caballero, boinas no tenemos acá, solamente sombreros y gorros".
31. ANÉCDOTA: Un paquete de matequilla (Enviada por Dragica Vukelić)
Le sucedió a don Nikola Brzoja, amigo del papá de nuestra Vicepresidenta
Dragica Vukelic. Mientras viajaban juntos en el vapor "Mercy" que los traía a
Chile, don Nikola, dada la similitud, que le habían comentado, del idioma
castellano con el italiano, como una forma de "aprender un poco de
vocabulario de español", se entretuvo buscando palabras en un diccionario
croata-italiano que traía consigo.
Pero dicha similitud puede jugar malas pasadas como le sucedió a este
paisano croata. Ya en Chile, yendo a comprar un paquete mantequilla a un
boliche le pidió muy seriamente al dependiente: "Deme un paquete de burro,
por favor" a lo que el dependiente del negocio le contestó: "Señor, en este
local no vendemos burros en paquetes". ¡Esto porque burro, en italiano, es
mantequilla!.
30. ANÉCDOTA: "¿Qué hace este extranjero aquí? (Enviada por Waldo Violić)
Preparando el viaje oficial del Presidente Tito a Chile, estuvo en nuestro país
el Ministro de Relaciones Exteriores de la ex-Yugoslavia de la época, Koca
Popović, quien visitó la ciudad de Punta Arenas.
Koca Popović, además de ser una persona muy sociable, hablaba bastante
castellano, porque había estado en España durante la Guerra Civil de ese
país.
Al llegar el avión a la losa del aeropuerto se formó la fila habitual de
autoridades de la provincia para saludarlo, quienes se fueron presentando:
Página 48 de 61
El Intendente de Magallanes, Mateo Martinić, el Obispo de Punta Arenas, Vladimiro Borić, el Alcalde de Punta Arenas, Carlos González Yakšić, el Alcalde de Puerto Porvenir, Carlos Serka y el Alcalde de Puerto Natales, Tolentino Pérez.
Al terminar de saludar cordialmente a este último, Koca Popović se volvió
y manifestó en castellano "¿Qué hace este extranjero aquí?.........
29. ANÉCDOTA: Negocio "La gaina verde" (Enviada por Pedro Marinov)
En la década de 1930, en Antofagasta, había un almacén de barrio, por supuesto de un paisano croata, cuyo nombre era "La gaina verde".
La historia de esta extraña denominación tiene su origen a que el paisano, al
embarcarse en Dalmacia rumbo a Chile y recalar su barco en un puerto de
Brasil, al bajar a tierra, quedó impactado al ver un loro, ave que nunca había
visto en su vida.
Al llegar a Chile lo primero que hizo, cuando ya dominaba un poco el
castellano, fue contarle a sus amigos que, en Brasil, había visto una "gaina
verde", lo que le sirvió de apodo y posterior nombre para su negocio ...
28. ANÉCDOTA: Nombre de una calle de Santiago (Enviada por Danilo Kalafatović)
Se cuenta que uno de nuestros viejos croatas, visitando Santiago, desaba
ubicar a la calle Huérfanos. Para eso de detuvo a preguntarle al primer
carabinero que vio: "¿Siñor, me podría Ud. decir donde queda la calle
Orfanos?" a lo que éste le respondió: "Caballero, lo siento pero no ubico esa
calle". "Ma cómo no ubica esa calle, es la que no tiene ni papá ni mamá".
27. ANÉCDOTA: Calidad de las sardinas peruanas (Enviada por Pedro Marinov)
Don Mateo Zlatar Ostojić fue un gran emprendedor croata que, al igual que
una gran mayoría, llegó de la Isla de Brač y terminó siendo un
gran empresario pesquero.
Acostumbraba a ir a la Sociedad Croata (ex Sociedad Yugoslava), a jugar
poker con sus amigos y siempre llevaba de regalo sus latas de sardinas, de
las que estaba muy orgulloso, para ser paladeadas durante las horas de
juego.
Un buen dia sus amigos le hicieron una bromita: trajeron unas latas de
sardinas peruanas que eran su competencia y dolor de cabeza y le dijeron
que esa noche iban a comer sardinas peruanas. En la cocina, y sin que
supiera don Mateo, abrieron las latas de sardinas peruanas, pero le echaron
las mismas sardinas de don Mateo, que tenian guardadas para la ocasión, y
las sirvieron en la mesa en las latas peruanas.
Página 49 de 61
Don Mateo con mucho recelo fue el primero en probarlas y una vez en su
boca, las escupió diciendo: "¡¡¡Esta merda no se poide comer !!!"
(Anécdota contada por Pedro Simunović Simunović, compañero de juego de
don Mateo Zlatar, a su hijo Pedro Simunović Martinić, quien se encargó de
divulgarla).
26. ANÉCDOTA: Inundación en Punta Arenas (Enviada por Danilo Kalafatović)
Por los años 50, el río "De Las Minas", que atraviesa la ciudad de Punta
Arenas, aun no estando tablestacado, ocasionalmente se desbordaba
inundando especialmente las parte noreste de la ciudad, esto es, la mayor
parte del en ese entonces "Barrio Yugoslavo". Al hacerlo arrastraba gran
cantidad de sedimentos a los cuales los medios de comunicación se referían
como el légamo.
Luego de uno de estos eventos, un periodista entrevistó a uno de nuestros
viejos croatas afectado preguntándole: don Pedro, ¿el légamo afectó mucho
su casa y su quinta?, a lo cual don Pedro respondió: ma qué légamo ni
légamo, el baro, el baro.
25. ANÉCDOTA: Conteo de votos (Enviada por Danilo Kalafatović)
Hace varios años atrás, en circunstancias que me encontraba en una
asamblea de socios en el entonces Club Yugoslavo de Punta Arenas, como
parte de la tabla de ésta, tocó votar para la renovación del directorio del
club.
Al momento de hacer el escrutinio de los votos recibidos se me acercó uno
de nuestros viejos croatas y me dijo muy seriamente: "Danilo, tú que eres
inginiero ¿ma por qué tú no cointas los votos?".
24. ANÉCDOTA: Un chofer croata muy especial (Del libro "Nuestra Tierra del Fuego", en "Vivencias de Puerto Porvenir" por Alejandro Violic Martinovic).
Se cuenta que el Sr. Tadić, dueño del hotel Casa de Lata y campos ovejeros
(en la Isla Tierra del Fuego), y reconocida figura llena de humor, había
adquirido su primer automóvil. En circunstancias que lo iba manejando, un
carabinero lo paró en la calle y le pidió le mostrara su carnet de chofer
comentándose que su respuesta fue algo así como: "Bogami, ¿y para qué
necesito carnet si aún no sé manejar"
Y cuando (se supone), que ya había aprendido a manejar, conduciendo su
automóvil entre Porvenir y su Hotel, su auto se salió del camino y volcó. Se
dice que, siendo el primero en abandonar el vehículo, dijo en voz alta:
"Boino, salgan los que están vivos".
Página 50 de 61
23. RELATO: Los Mimica y los Tafra (Enviado por Lucas de la Torre Damianović)
Los primeros inmigrantes apellidados "Mimica", llegarían a Tierra del Fuego
por el año 1890, y estos serían Petar y Bartol Mimica, que volverían a la
tierra paterna. Después vendría una legión de Mimica.
Así comenzaron a llegar Petar, Pave, Luka, Stipe, Jure, Miće, Nataljo, Ivo,
Antonio, hasta mas allá de fines de siglo. Algunas generaciones futuras de
la estirpe se ramificarían y confundirían su apellido paterno y materno,
fusionando el nombre único de Mimica (p.ej. Juan Mimica Mimica).
Los "Mimica" proceden del pueblo de Mimice, dependiente de la comuna de
Omiš, en la Dalmacia continental, lugar que daría origen a tantos miembros
de la colectividad croata fueguina. Sus habitantes, según una costumbre
antigua ragusense, leerían su árbol genealógico los días de año nuevo. Casi
todos se llamarían Mimica, cuyo nombre tendría una sugestiva tradición
legendaria.
Anteriormente, en el año 1700, la cabeza de un hombre sería puesta a la
venta por los turcos, por sus agitaciones libertarias entre los subyugados
por el sultanato de Constantinopla. Escapando de la persecución, llegaría a
Svinisce, donde se casaría con una doncella de singular belleza, de la que
tendría dos hijos: Tadeo y Miće. La descendencia de Tadeo corresponderia a
los "Tafras", mientras que Miće, atravesando los montes dináricos, llegaría a
las costas del adriático, y fundaría Mimice, cuya estirpe se encuentra en
todos los continentes.
22. ANÉCDOTA: Un sobre nombre muy especial (Enviada por Danilo Kalafatović)
Había un señor en Punta Arenas, hijo de padre y madre croatas, cuyo apodo
era Matecinco. De niño no me llamó mucho la atención pero, ya más grande,
un día le pregunté a un tío, de más o menos la misma edad que el apodado,
cuál era el origen de Matecinco.
Me explicó que, cuando eran jovencitos y jugaban en la calle, a la hora del
almuerzo salía la mamá a la puerta y llamaba a su hijo, Mateo, en el dialecto
de la Isla de Brač: "Mate, sinko, duodí doma jes", "Mateo, hijo, ven a casa a
comer".
21. ANÉCDOTA: Estación Peineta (Enviada por Waldo Violić Adams)
Mi tío Ivo Violic había egresado de la Nautika Skola (Escuela Naval), de
Dubrovnik, después de la Primera Guerra Mundial, donde había estudiado
ingeniería naval, en una época de recesión económica generalizada
producto de la destrucción de casi toda Europa como consecuencia de esa
guerra. Tanto es así que sólo encontró un trabajo de secretario de una
Municipalidad. Por ello decidió emigrar a América, específicamente a Chile y
Página 51 de 61
a sus salitreras, en donde, trabajando con gente dálmata, pronto se
"aclimató".
En ese entonces, Baldo, hermano de Ivo, 10 años menor que él, había salido
del "gimnasio" (liceo) en Croacia y no tenía nada de buenas perspectivas de
trabajo. Decidió, entonces Ivo, traerlo a Chile y para eso qué mejor que
adonde él trabajaba, en la Oficina Ausonia, al interior de Antofagasta. Baldo
aceptó de inmediato y se puso a soñar con su futuro trabajo en esa
"Oficina", donde, en su joven imaginación, trabajaría en un escritorio, con
libros, lapiceras con tinta, mangas negras para no ensuciarse la camisa,
trajeado decentemente, ...... etc., etc.
Se embarcó Baldo en Génova hacía Buenos Aires, en donde tomó el tren de
La Quiaca, en el cual uno podía embarcarse en la Estación Retiro (pleno
centro de Buenos Aires), y llegar, con algunos transbordos y/o dificultades,
hasta Antofagasta. Ivo le había informado y asegurado que lo estaría
esperando en la Estación Peineta. El viaje tuvo sus inconvenientes y demoró
tres días durante los cuales Baldo soñaba con la "Estación Peineta", donde
lo esperaría su hermano mayor.
Lo que no sabía Baldo, ni podía imaginarse un joven europeo, es que la
"Estación Peineta" era una pequeña casucha de lata en medio del inmenso
desierto nortino, con apenas una torre de agua para la locomotora y nada
más. Por supuesto que allí no se bajó y sólo lo vino a hacer cuando vio una
verdadera "estación de trenes", en Antofagasta, muchos kilómetros
después. Por supuesto no estaba ahí su hermano mayor esperándolo... y
deambulando muy temprano en esa ciudad desconocida se encontró con
alguien que barría la vereda de un negocio y que tenía una absoluta cara de
dálmata. Afortunadamente lo era, quien consiguió. esa misma mañana,
mandarlo arriba de un camión verdulero, con los pies colgando, hacia el
interior de la pampa, a la "Oficina" con que soñaba y a encontrarse con su
hermano.
A la mañana misma del día siguiente, muy temprano, su jefe, también
dálmata, le ordenó su primer trabajo: limpiar todos los vidrios de la pulpería
de la "Oficina". Nada de libros, nada de lapiceras, nada de mangas, ni de
bien vestir. Aunque llorando, se dio cuenta que estaba definitivamente en
América........
20. ANÉCDOTA: Cantidad de gramos en un kilo (Enviada por Drago Ljubetić Freire)
Se cuenta que cuando José Papić Radnić llegó de vuelta a Chile luego de
sus estudios en París, su padre don Juan Papić Dragicević, un esforzado
panadero que ya había hecho una muy buena situación económica y
orgulloso por su hijo, invitó a gran parte de la colonia croata en Antofagasta
a una cena en el entonces Club Yugoeslavo.
Página 52 de 61
En un momento, don Juan se levanta de su asiento, pide silencio y dice:
"José, yo envié a ti estudiar a universidades más importantes de Europa, yo
pagué mucha plata y por eso voy te insaminar qué aprendiste"
Don José reclama..”pero Papá no haga eso” pero igual responde el padre y luego pregunta: “Dime, cuanto gramo tiene kilo” La respuesta del hijo fue:
"Pero papá, hasta un niño de primaria sabe que un kilo son 1000 gr.".
Entonces Don Juan, muy enojado dice: "Tú y tus profesores son unos
buros…no aprendiste nada, que te divolvan la plata que gasté” y finalmente
agrega: “ kilo nunca ha tenido mas de 850 gr.”
Por supuesto que todos los croatas presentes aplaudieron.
En varias partes de Antofagasta aún se recuerda esta anécdota.
19. RELATO: Viaje a Croacia (Enviado por Pablo Franetović)
Recientemente, en Mayo pasado, cumplí un sueño, que tenía hace años, y
que era conocer las tierras de mis abuelos.
Mi abuelo paterno llegó a Chile en 1892, a los 17 años, proveniente de Stari
Grad en la isla Hvar, frente a Split.
Ingresé a Croacia proveniente de Ancona en Italia, cruzando el Adriático en
ferry en un viaje que dura toda la noche. Amanecí en Split, ciudad-puerto
encantadora con una costanera fenomenal en que cuando sale el sol llega
mucha gente. Allí, en el casco antiguo, está el Palacio Dioclesiano que, para
imaginarse el tamaño, son como unas 6 a 8 manzanas llenas de
construcciones de piedra con calles peatonales estrechas, en que vivió el
emperador Dioclesiano sus últimos años (siglo IV DC). Hoy todo ese
laberinto son tiendas, museos, restaurants, exposiciones, etc.
Desde Split salen diariamente muchos recorridos en ferries, catamaranes y
otros navíos a distintas ciudades-puertos de los alrededores, recorridos y
frecuencias que se incrementan en el verano. En mi caso tomé un ferry a
Stari Grad (que significa ciudad antigua), un viaje muy agradable de un par
de horas. Stari Grad es un pueblito de unos 2000 habitantes que se ubica en
la última milla de una entrada de agua de unas 4 millas, a la isla Hvar. Sabía
que era una ciudad muy linda, pero no me imaginaba que tanto. El casco
antiguo con casas de piedra, varias iglesias, pasajes
angostos,construcciones que vienen del 1400 o antes. Y al frente un bosque
con casas modernas de los últimos 40 años. Un lugar ideal para quién
quiere relajarse, tranquilidad y naturaleza, o sea, para quién quiere
escaparse de las grandes ciudades.
Posteriormente me fui en bus a Dubrovnik, en el extremo sur del país, quizás
la ciudad más famosa turísticamente hablando de Croacia. Es un viaje de
unas 4 horas, la mayor parte de el cerca de la costa. Una ciudad muy linda y
especial, ya que el casco antiguo con su puerto está rodeado de una gran
muralla, como se aprecia en las fotos. Muchos y grandes hoteles en las
Página 53 de 61
varias bahías cercanas.
Después de un par de días en Dubrovnik volé en Croatia Airlines a la capital
del país, Zagreb, un viaje de algo más de una hora. Es una ciudad de
alrededor de un millón de habitantes, que no tiene Metro pero si tiene una
gran red de tranvías eléctricos. Aquí destacan lo verde en su gran cantidad
de parques con sus fuentes y monumentos, y la arquitectura de sus
edificios públicos.
Desde Zagreb es muy cómodo moverse a otras ciudades y países Europeos
en tren. En este medio salí de Croacia con destino a Ljubljana en Eslovenia.
Hay mucho por recorrer de la tierra de nuestros antepasados. Pero lo
recorrido me dejó la sensación de un país muy lindo, atractivo y de gente
muy amable, en que hay bastante por descubrir, conocer y turistear.
Cada vez escucho más de personas que conocen otros países de Europa y
no Croacia, pero que han escuchado de las maravillas del país. Como
decimos en Chile, la bola ya se está corriendo.
18. ANÉCDOTA: Chascarro en uso del idioma croata
Muchas veces el uso erróneo de, simplemente, una vocal nos puede jugar
malas pasadas al escribir, más aun en idiomas que no es el nativo nuestro.
Y así le sucedió al presidente del CPEAC quien, dirigiéndose a la nueva
embajadora en un correo comenzó escribiendo "Oprostite što ne pišam na
hrvatskom jeziku" queriendo decir "Perdone que no escriba en lengua
croata" debiendo haber escrito "Oprostite što ne pišem na hrvatskom
jeziku". El problema es que pišam significa orino y pišem significa escribo.
17. RELATO: Celebración de Barabon o Barabán en Jelsa, Croacia. (Enviado por Teo Salamunić)
Ayer (16-4-2014), participé en "BARABON o BARABAN", tradición medieval
que mantienen algunos pueblos del Mediterráneo en el marco de los ritos de
Semana Santa.
Consiste en cánticos, apagando las luces y velas de la iglesia para terminar
en oscuridad, culminando la ceremonia con un golpeteo con palmas de
mano (antiguamente con elementos contundentes), en el banco donde uno
está sentado.
Se hace como parte de ser "cómplice" de latigar a Jesús Cristo en su
camino a la cruz.
Esta es la última actividad antes de la procesión de "Vía Crucis" en Jelsa
(ciudad declarada por la UNESCO como patrimonio de la humanidad),
procesión que parte en vísperas del Viernes Santo, a las 10 de la noche,
Página 54 de 61
recorre 5 pueblos (25 km) en toda la noche, para volver a Jelsa mas o menos
a las 7 de la mañana.
Dependiendo de las condiciones climáticas pueden a veces participar dos o
tres mil personas, e incluso creyentes provenientes de toda Europa, Asia y
de otras partes.
¡Es un acontecimiento único y sobrecogedor!
16. RELATO: Postulación de un tío para santo (Enviado por Drago Ljubetić Freire)
Mi abuelo, Frane Ljubetić Zuanić, junto con su primo hermano, Policarpo
Lukšić Ljubetić se vinieron a Chile y se radicaron en Calama.
Policarpo se casó en Calama con la hija del defensor boliviano Abaroa.
Mi abuelo Frane, que había dejado en Sutivan a su esposa, Lucija Rendić
Jutronić, con sus dos hijos, (mi papá Juan y mi tía María), luego de un
tiempo, los trajo a Chile junto a un sobrino, hijo de su hermano (creo que
Mateo Rendić Jutronić).
Este sobrino era Antonio Rendić Ivanović, "el Doctor Rendić", mi apoderado
en el Colegio San Luis durante mis estudios de secundaria. Con él tuve
siempre grandes conversaciones, especialmente porque era muy unido a mi
papá, quien siempre le ayudó en las cosas prácticas, ya que el Dr. era muy
poco dado a lo práctico.
Mi papá estudió en Escuela de Minas de Antofagasta mientras que Antonio
se fue a estudiar medicina a Santiago.
Ya recibido de médico, con las mejores distinciones, el Dr. me contaba sus
experiencias de joven en Santiago, donde fue hasta ateo y masón. Luego se
convirtió al catolicismo a tal punto que hace poco, cuando falleció mi
hermano Vladimir, cuya misa fue en la catedral de Antofagasta, (a la que yo
no había entrado por muchos años por no viajar a esa ciudad por largos
períodos), tuve una gran sorpresa. Al recorrer el ala derecha de la catedral,
me encontré con una enorme foto del Dr., enmarcada en un cuadro y en una
mesa, debajo, con también un enorme libro, en el que había firmas,
nombres, historia de milagros, etc. pues estaban postulando a mi tío para
Santo.
15. RELATO: Celebración de cumpleaños en Croacia (Enviado por Bárbara Marasović)
Recuerdo de mi viaje a Croacia que me regaló mi marido para mis 60, en un
catamarán, junto a un matrimonio amigo.
Fue en junio de 2011. El capitán del barco, un joven llamado Neven, se dio
cuenta que yo era descendiente de croatas y sabia por qué nos habíamos
embarcado por lo que propuso celebrar mi cumpleaños en la isla - Vis -
donde nació mi papá y quedamos de acuerdo que así lo haríamos.
Página 55 de 61
Fue una comida genial, en un lugar precioso, con parrones y una cava de vinos antiquisima.
En unas ollas de fierro, que tapaban con brasas, pulpos y cordero. Yo elegi
pulpo, que era lo que cocinaba mi papá. Fue como retroceder en el tiempo
pues el sabor era el igual. Después trajeron una torta, hecha ahi mismo, y
todos me cantaron cumpleaños feliz en croata, (supongo ).
Fue muy emocionante, me lo lloré todo. Es el mejor regalo que he recibido
en esta vida.
14. ANÉCDOTA: Peligrosa rivalidad entre dos pueblos de Croacia (Enviada por Lorenzo Caglević)
Se cuenta que en la Isla Brać, en tiempos muy pretéritos y en pueblos cuyos
nombres es mejor olvidar, dada las delicadas epidermis de nuestros
paisanos, se suscitaba una gran rivalidad entre dos pueblos vecinos
(situaciones bastante parecidas a las que aún hoy suelen suceder y no sólo
en las islas, sino también entre pueblos vecinos en el propio continente).
El caso era que, habiendo llegado las rivalidades a un estado realmente
crítico, con insultos blasfemos, descomunales peleas callejeras y algunas
destrucciones mutuas de los bienes públicos y privados, los líderes
pueblerinos, a pesar de los ruegos y oraciones de los curas párrocos y de
las ancianas del pueblo, no encontraron otra solución que declarar la guerra
entre los dos pueblos. Y no era esto, por cierto, un eufemismo, sino que
llamaron a las respectivas poblaciones a armarse, para el gran combate que
podría tomar lugar en cualquier momento.
Así las cosas, la población empezó a echar mano de armas blancas y
herramientas de campo (dígase cuchillos, horquetas y guadañas) ya que las
armas de fuego eran, prácticamente, inexistentes en la isla de aquel
entonces. No obstante esta condición, no faltó un poblador más audaz,
quien había tenido la suerte de viajar a la capital, donde había conocido un
cañón en un museo y, de inmediato, le propuso al líder de su pueblo fabricar
un cañón, puesto que sabía, de oídas, el gran poder destructor de un
cañonazo. Así la guerra podría resolverse favorablemente y de un solo
paraguazo.
Como nadie tenía conocimiento en la fabricación de armas le consultaron al
osado poblador, cómo lo confeccionarían. Éste les señaló que podían cortar
y ahuecar un grueso tronco de una higuera existente en el patio de su casa y
que él, patrióticamente, ofrendaría a la causa. Como pólvora usarían una
mezcla de azufre, carbón y salitre, componentes que sí se encontraban
disponibles, no para uso bélico, pero sí había azufre para las desinfecciones
de la parras, salitre para abonar la tierra y en las casas no faltaba el carbón.
Casi todo el pueblo se abocó a la tarea armamentista en el más absoluto
secreto, para que ningún afuerino pudiera llegar a enterarse.
Página 56 de 61
Cuando la mortal obra estuvo finalizada, la llevaron de noche y, en el más
completo sigilo, a lo alto de una colina desde donde se divisaba el otro
pueblo. Esperaron la luz del día, para apuntar bien el cañón, le metieron en
su interior un gran saco, con la pólvora casera que habían fabricado y le
atracaron fuego con una pequeña antorcha.
Vino una tremenda explosión, que hizo volar en pedazos el cañón, mató a
algunos de los improvisados artilleros y dejó cuantiosos heridos entre los
asistentes e inocentes animales cercanos.
Todos los ojos se volvieron enfurecidos hacia el bribón que había sugerido
este modo de combate. El hombre, al verse increpado reaccionó, de
inmediato, señalando atarantado a los otros pobladores ¡Es verdad, que acá
nos quedó la tendalada! ¡Pero si acá fue terrible, imagínense cómo habrá
sido la embarrada que dejamos en el pueblo vecino!
13. ANÉCDOTA: Levadura especial
Existe más de una versión de la siguiente anécdota pero todas con el mismo
resultado.
Habiendo fallecido en Chile una señora croata mayor, que llamaremos Teta
Mandina, sus parientes quisieron que sus restos descansaran en su tierra
natal, Croacia. Para ello decidieron enviar sus cenizas en un tarro que fue de
café o té y, para evitarse mayores trámites, lo incluyeron en las
encomiendas de ayuda humanitaria que se enviaban desde Chile a Croacia
durante la segunda guerra mundial.
Hecho el despacho, un tiempo después recibieron carta desde Croacia
agradeciendo el envío y destacando que, la levadura que habían recibido,
aunque no había resultado muy buena, igual le dieron adecuado uso.
Sin saberlo, habían usado las cenizas de la Teta Mandina para hacer pan.
12. ANÉCDOTA: Parecido físico (Enviada por Danilo Kalafatović)
Se cuenta que, estando de visita un alto dignatario del imperio Austro-
Húngaro en Dalmacia, le llamó poderosamente la atención el toparse con un
campesino que encontró sumamente parecido físicamente a él.
No pudiendo contener su curiosidad le preguntó, irónicamente, al
campesino: "¿Su madre estuvo alguna vez en Viena?", a lo que éste muy
serio le respondió, "Mi madre no pero mi padre muchas veces".
11. ANÉCDOTA: Ayuda en la venta de pescado (Enviada por Lorenzo Caglević)
Allá por el año 1920, había llegado don Cosme a Antofagasta. Era un
inmigrante proveniente de Yugoeslavia quien, no queriendo sufrir los
horrores de otra guerra, prefirió venirse a “América” para posteriormente
Página 57 de 61
traer a su familia a vivir en Chile, esta tierra bendita, como él le decía a su
nueva patria.
Mientras sus paisanos, llegados con anticipación, le ofrecían algún lugar de
trabajo estable y aprendía el idioma, don Cosme decidió salir a ganarse la
vida en cualquier trabajo honesto.
Observando a los pescadores artesanales que llegaban a la caleta del puerto
y vendían sus productos a vendedores ambulantes los cuales, a su vez, se
encargaban de recorrer a pie hacia los cerros vendiendo los pescados
frescos, don Cosme se compró un canasto de mimbre y le pidió un pequeño
préstamo a un paisano, donde se alojaba, para llenar su canasto con
pescado por primera vez.
No obstante, don Cosme quien no tenía idea del nombre de los pescados y
mucho menos en castellano, ya que a duras penas se manejaba con un
vocabulario reducidísimo, decidió irse con su primera carga, siguiendo a
distancia prudente a los otros vendedores, los que voceaban su mercadería
a todo pulmón: ¡Fresquitos los jureles! ¡Recién sacadas las merluzas!
¡Barata la albacora le tengo caserita!
Don Cosme, incapaz de repetir estas palabras en forma correcta, se
mantenía a prudente distancia y gritaba, también a todo pulmón: ¡“Lo
mishmo, lo mishmo"!
10. ANÉCDOTA: Duraznos para dos (Enviada por Danilo Kalafatović)
Era costumbre que, luego de un entierro, en un pueblo de Croacia, un par de
jóvenes se quedara una noche a velar al finado, estando el féretro ya en el
cementerio.
Medio aburridos en esa tarea, uno de los jóvenes le comenta al otro que le
había dado hambre por lo que iría a buscar unos duraznos ubicados
cercanos al camposanto.
Cuando éste volvió con la fruta, se la ofreció a su amigo quien no respondía
al ofrecimiento. Después de varias insistencias, se abre la tapa del ataúd y el
"finado" dice: "si no quiere él me puedes convidar a mi".
El amigo, aprovechando lo obscuro del ambiente, había sacado el cadáver
del féretro y se había puesto él en el lugar del muerto.
9. ANÉCDOTA: Forma de decir las cosas (Enviada por Danilo Kalafatović)
En un pueblo de Croacia don Petar envió a su hijo a estudiar a la gran
ciudad. Pasado un tiempo recibió una carta de éste la que, por no saber leer
ni escribir, le pidió a un paisano que se la leyera.
Una vez leída el paisano le comentó: “Petar, tu hijo te está pidiendo que le
mandes plata. ¿Estará estudiando o pasándolo muy bien?. Porque no hace
Página 58 de 61
tanto tiempo que se fue.
Obviamente que este comentario le provocó a don Petar cierto enojo en
contra de su hijo, estando decidido a no atender lo pedido por éste. Pero no
pudo dormir tranquilo y decidió pedirle a otro paisano que le leyera la carta.
Éste después de hacerlo le comentó: “parece que tu hijo no lo está pasando
muy bien estudiando. Seguramente que, de repente, se prive hasta de comer
y por eso te pide que le mandes plata”.
Ante esto, don Petar le respondió: “esa es la forma de pedir las cosas”. Y
por supuesto que accedió a lo solicitado por su hijo.
8. ANÉCDOTA: Sin alternativas (Enviada por Danilo Kalafatović)
De niño escuché una simpática anécdota, referida por mi padre, que se las
recuerdo a mis hijos o a amigos cuando están enfrentados a una decisión
que significa tener que hacer algo que nos les gusta pero que no tienen otra
opción que hacerlo.
Una lancha estaba haciendo agua, con el peligro de hundirse, por lo que los
marineros, para evitarlo, tenían que estar constantemente bombeando el
agua hacia el mar, lo que los tenía extenuados.
Marineros: Kapetane, ne možemo pumpati više jer smo puno umorni.
Capitán, no podemos bombear mas porque estamos muy cansados.
Capitán : Onda nemojte pumpat.
Entonces no bombeen.
Marineros: A ko ne pumpamo čemo se utopiti.
Si no bombeamos nos vamos a ahogar
Capitán: Onda pumpaite.
Entonces bombeen.
7. ANÉCDOTA: Conocimiento del castellano (Enviada por Waldo Violić)
En la radio "Libertad" de Antofagasta se hizo, entre otros, un concurso de
conocimiento del idioma castellano.
Cuál sería la sorpresa de los auditores cuando se enteraron que, entre los
que iban liderando el concurso, había un paisano, dueño del almacén de una
esquina, de nombre Nikola y de apellido ........ić
Al llegar a la etapa final del concurso, fue interrogado acerca del significado
de la palabra "catarata" y Nikola largó a reír y dijo: "ma cómo me hacen una
pregunta tan fácil, si en mi almacén tengo catarata y cataratón.........".
Página 59 de 61
6. ANÉCDOTA: Un pequeño detalle en un telegrama (Enviada por Lorenzo Caglević)
En el puerto de Punta Arenas, por el año 1920, esperaban al buque
procedente de Europa, con escala en Buenos Aires, una carroza con su
ataúd , algunas flores, el cura y varios deudos llorando por el fallecimiento
del tío Spiro, durante la penosa navegación.
Encabezaba la delegación de parientes del occiso, su sobrina, una mujer ya
adulta, con un pañuelo en una mano con la que enjugaba sus lágrimas, y, en
la otra, un arrugado telegrama que señalaba: TRAS LARGA TRAVESÍA TÍO
EXPIRÓ EN PUERTO DE BUENOS AIRES.
Pero, cuál sería la sorpresa cuando el tío se apareció en el muelle vivito y
coleando. El telegrama debió decir TRAS LARGA TRAVESÍA TÍO SPIRO EN
PUERTO DE BUENOS AIRES.
Pero, cuál sería la sorpresa cuando el tío aparece vivito y coleando. Había
sucedido que unos parientes, visitados por Spiro en Buenos Aires,
quisieron adelantarle la buena nueva a sus familiares de Punta Arenas
contándoles que, después del largo viaje, el tío ya se encontraba cerca de su
destino, pero el telegrafista argentino, que nunca había escuchado el
nombre Spiro, creyó que decía Expiró y que los “gringos” que le llevaban el
texto no sabían bien el castellano, de tal modo que lo transmitió a su
entender.
La fiesta que se armó, duró un par de días y se financió totalmente con la
plata que lograron recuperar del funeral no efectuado.
5. ANÉCDOTA: Monedas en las calles de América (Enviada por Waldo Violić)
En Antofagasta, en 1922, Jure e Ivo deciden traer de Brač al primo Frane, de
20 años, a trabajar con ellos y deciden también hacerle una broma a la
llegada a Chile.
En efecto, se desembarca Frane en el antiguo muelle de madera e
inmediatamente después de los consabidos abrazos y besos croatas, se fija
éste que sobre el muelle habían varias lindas monedas chilenas de aquella
época, esparcidas en el suelo (que por supuesto sus primos se habían
encargado de colocar).
Frane, naturalmente, se trata de inclinar para recogerlas, pero Ivo y Jure se
lo impiden y le dicen: “Ma bogati, que vas a molestarte, si estás en América
y aquí las calles están llenas de ellas”.
4. ANÉCDOTA: Palabra de croata (Enviada por Danilo Kalafatović)
Se cuenta que un viejo croata, don Pedro, acudió a un ingeniero civil,
también de la colectividad, explicándole que la municipalidad le había
Página 60 de 61
cursado un parte por tener material de construcción, sin el permiso
correspondiente, en la vereda frente a la cual estaba edificando su casa,
cosa que según él no era efectiva. "Solamente tuve un poco de arena no
más de una hora".
Ante esto el ingeniero le consultó que cómo podía demostrar ese hecho
frente a la municipalidad. "Bogati, lo juro", contestó don Pedro.
3. ANÉCDOTA: Daño a la propiedad pública (Enviada por Waldo Violić)
Se instaló, a todo lujo, en Antofagasta un croata que había hecho mucho
dinero en la minería y una de las primeras cosas que hizo fue comprar un
automóvil.
Al poco tiempo el paisano quizo demostrar que podía manejar su vehículo y,
sin pensarlo dos veces, lo hizo arrancar y partió sólo en él pero, habiendo
recorrido un corto trecho, chocó un poste de la luz eléctrica, derribándolo.
Ante el incidente llegó un policía (todavía no existían los carabineros), y lo
quizo detener, pero el croata, terco, le dijo: "no se meta". Entonces el policía
respondió: "pero cómo no me voy a meter si usted ha hecho daño a una
propiedad pública" (por el poste).
El paisano le espetó: "yo dije no se meta, porque auto es mío y poste es mío
........" (Era el dueño de la compañía de energía eléctrica de Antofagasta).
2. ANÉCDOTA: Uso ahorrativo de un taxi (Enviada por Danilo Kalafatovic)
Es conocido el carácter ahorrativo de los viejos croatas.
Sobre eso se cuenta que un viejo nuestro deseaba movilizarse por taxi. Al
ver uno desocupado lo detuvo y el preguntó al taxista:
"Señor, dígame Ud. ¿para donde va ahora?"
Recibiendo como respuesta: "para donde Ud. me indique caballero, soy
taxista".
Pero si yo no lo hubiera parado, ¿para dónde iba?", replicó nuestro viejo.
"En realidad para el centro", contestó el chofer.
A lo que, rápidamente, el viejo croata respondió: "Entonces lléveme hombre
que le coista"
1. ANÉCDOTA: Castellanización del idioma croata (Enviada por Danilo Kalafatović)
Por todos nosotros es conocida la “castellanización” que, luego de varios
años vividos en Chile, hacían nuestros viejos croatas de su idioma nativo.
Al respecto se cuenta que, en una oportunidad, llegando dos viejos nuestros
al término de un viaje por bus, habiéndose éste ya detenido, uno de ellos le
Página 61 de 61
dice al otro “Eh Jure, bajoimi maletu”, para que su compañero le bajara un
maletín desde el rack que tienen interiormente los buses para equipaje
liviano.
Como Jure no le escuchó, un señor que estaba al lado, muy amablemente,
procedió a bajarle su maletín.
Agradecido Jure no pudo dejar de preguntarle al atento caballero, “dígame
señor, ¿dónde aprendió Ud. hablar en croata?”.
Volver