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Animales en México
iConócelos de cerca!
Rebeca Orozco y Lucho Rodríguez
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EDICIONES
TECOLOTE
iConóceIos de cerca!
Animales en México
¿Has perdido alguna vez una pieza de un rompecabezas? El hueco se ve
desastroso y la escena no tiene armonía. La falta de esa pieza minúscula
hace que el conjunto carezca de sentido. Lo mismo sucede cuando una
especie animal se extingue. Cada animal que te mira con ojos cautelosos,
que levanta las orejas o que aletea, es una pieza clave dentro de la
naturaleza. Si alguno falta, el entorno sufre su ausencia.
México es uno de los países con mayor número de especies animales y
vegetales en el mundo. Y es que nuestro país está rodeado de mares y
costas, y en él existe una fantástica variedad de ecosistemas, desde
humedales hasta desiertos. Sin embargo, muchas de sus especies se
encuentran en peligro de extinción y en la mayoría de los casos el hombre
es el responsable.
A través de este libro conocerás la vida secreta de veinticinco integrantes de
la fauna mexicana. Sabrás dónde habitan, cómo cazan y se defienden, y la
manera en que cuidan a sus crías. Algunos de estos animales sólo existen
aquí, como por ejemplo el perrito de las praderas o el ajolote. Muchos,
como el puma, el puerco espín o el cocodrilo, también se encuentran en
otras regiones. Otras especies, como la mariposa monarca, sólo nos visitan
durante el invierno.
Ojalá que cuando leas estas historias, te sientas muy cerca de los animales. Tan
cerca, que los admires y que luches siempre por protegerlos.
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HIPOCAMPO
Hipocampo y su pareja eligieron un arrecife poblado de algas y corales,
enroscaron su cola en la vegetación acuática y se quedaron a vivir allí.
A pesar de los peligros del mar, Hipocampo confiaba en sus poderes defensivos. Era campeón de camuflaje: para confundir al enemigo, cambiaba de color con facilidad, desde el amarillo hasta el negro. Además, sus ojos eran capaces de mirar en diferentes direcciones al mismo tiempo; por ejemplo, con el derecho podía percibir una morena y con el izquierdo, un ejército de peces damisela.
Aunque el rostro de Hipocampo era semejante al de un pequeño caballo,
su cuerpo había sido creado para vivir dentro del océano: tenía una trompa
para succionar el plancton, una aleta y una cola prensil que le servía para
sujetarse de las algas del fondo. Sin embargo, Estrella de Mar juraba y
perjuraba que algún día Hipocampo saldría galopando hacia la playa y se
perdería entre la selva.
MANATí Dicen que hace miles de años el antepasado de Manatí vivió sobre la tierra, pero una tarde el movimiento majestuoso de las olas lo atrajo de tal manera que se sumergió en el mar. Pronto se adaptó a vivir en la orilla: su cuerpo se alargó como el de una sirena,
aprendió a moverse dentro del agua y a utilizar su cola como aleta.
Ahí, entre el agua y el aire, formó colonias con otros manatíes que lo siguieron. Se apareó y tuvo un hijo al que enseñó a subir a la superficie para respirar, mientras la madre lo abrazaba y lo alimentaba con leche. Luego, cuando la cría creció, lo enseñó a pastar, a arrancar las algas que encontraba a su paso y a engullirlas con voracidad. Sólo una cosa le preocupaba al pequeño: el alimento que masticaba contenía tanta arena
que le desgastaba los dientes hasta hacerlos desaparecer. ¿Con qué masticaría después? Manatí lo tranquilizó, al decirle que todos los de su especie contaban con unos dientes de reserva ubicados en un lugar secreto: la parte posterior de la mandíbula.
Dichosos, padre e hijo masticaron las algas
que encontraron dentro del agua.
TIBURÓN LIMÓN Tiburón Limón llegó a la costa luciendo los tonos luminosos de
su espalda. Al verlo arribar, veloz y rudo como una locomotora,
los habitantes del mar huyeron despavoridos,
Como Tiburón Limón estaba hambriento, se abalanzó
sobre una colonia de moluscos. Luego engulló un plato de
agujas, tortugas, atunes y camarones. Insatisfecho, buscó
algo más.
Un olor a sangre lo inquietó: un pez espada de doscientos kilos
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había mordido el anzuelo proveniente de un barco pesquero y se
agitaba desesperado. Tiburón Limón aprovechó la ocasión. Con
furia, abrió sus terribles mandíbulas y le clavó los dientes al
moribundo. Después de rasgarlo, perforarlo y triturarlo, su
estómago quedó repleto.
Avanzó contento. Su sonrisa mostraba cinco hileras de
dientes afilados y deslumbrantes.
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TORTUGA LAÚD
Tras un prolongado esfuerzo, Tortuga Laúd emergió del mar. Tenía los ojos llenos de lágrimas, y por eso Gaviota imaginó que sufría penas de amor. Pesada y lenta, la hembra caminó con su caparazón de cuero para depositar sus huevos dentro de la arena.
De pronto un hombre se acercó e intentó robarle su carga. Ante la amenaza, Tortuga Laúd permaneció inmóvil, indefensa. Por fortuna un
vigilante costero acudió en su ayuda y después de una fatigosa persecución capturó al depredador.
A salvo, dando pasos breves, Tortuga Laúd seleccionó el lugar donde fabricaría su nido. Cavó un agujero en forma de cántaro, se acomodó sobre él y puso decenas de huevos. Eran de color blanco y de figura casi esférica. Cubrió el nido con arena y regresó al mar sobre sus propias huellas.
Sesenta días y sesenta noches tardarían en nacer las pequeñas. Frágiles, con caparazón blando y un sin fin de escamas, abandonarían el
nido y se internarían en el mar para iniciar una nueva vida.
AJOLOTE Ajolote vivía en un canal cubierto de lirios acuáticos. Su mayor
deseo era llegar a convertirse en salamandra, no como sus padres
y abuelos que siempre fueron ajolotes. Aborrecía su figura, odiaba
sus ojos pequeñísimos y su piel transparente. ¿Era un gusano? , ¿un
lagarto? , ¿una larva insignificante?
Desilusionado de sí mismo, cavó un túnel y se escondió dentro.
Allí, se alimentó de lombrices, renacuajos y pequeños crustáceos.
Un día, aburrido de su triste existencia, se puso a dormir.
Soñó entonces que una terrible sequía asolaba el canal.
Muchos anfibios sucumbían a la ausencia de agua, pero no él, su cuerpo comenzaba a cambiar: sus branquias rosadas desaparecían y su piel se pintaba de un azul luminoso con elegantes franjas negras. Estaba sucediendo el milagro de la metamorfosis. iAl fin se transformaba en una majestuosa salamandra!
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Ajolote despertó, su desilusión fue grande. Seguía siendo el anfibio
de siempre, él sabía que sólo uno entre mil ajolotes correría con esa
suerte.
COCODRILO DE Río
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La hembra Cocodrilo dio leves patadas sobre la arena en busca y un concierto de chillidos agudos y lastimeros se escuchó de una respuesta. Semanas antes había enterrado sus huevos bajo la arena. Emocionada, desenterró a sus crías y, a pesar en ese sitio y ahora esperaba ansiosa escuchar las voces de sus de la fiereza que la caracterizaba, las miró con ternura, criaturas. ¿Había llegado la
hora del nacimiento? Insistió dando como si llevara siglos conociéndolas.
una serie de golpecitos sobre el suelo. Fue inútil: el silencio rn
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se había adueñado de la ribera. Se alegró. Desde de ese momento las enseñaría a reptar, caminar, correr y nadar. A tomar baños de sol, cazar
Durante varios días regresó al lugar. Aunque la arena y a tragarse su presa entera. A habituarse a su corteza áspera,
era muy extensa, siempre localizaba, al igual que un pirata, seca y verdusca, y también, en las noches más serenas, CD
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el sitio exacto donde había enterrado su tesoro. Por fin llegó el día a recordar aquellos tiempos legendarios cuando los cocodrilos
esperado. La hembra Cocodrilo palmeó sobre la tierra eran criaturas de piel dorada y luminosa.
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FLAMENCO Una nube rosada se posó sobre la laguna. Era una bandada de
flamencos: machos y hembras que iniciaban el ritual del cortejo.
Flamenco estiró el cuello y movió el pico de un lado a otro, Una hembra le respondió subiendo y bajando la cabeza en tanto
extendía sus alas para lucir los tonos intensos de su plumaje. Juntos danzaron largo rato y se aparearon. Sus graznidos quebraron
el silencio.
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Tiempo después, la bandada se dirigió hacia un lago quieto y apartado para fundar una colonia de cría. Flamenco dobló su largo cuello y recogió con el pico un poco de barro y plumas para construir un nido. Dentro de éste, co su pareja depositó su único huevo. O
El día en que un polluelo de color gris rompió el cascarón, Flamenco y su pareja se dedicaron a cuidarlo y a conseguirle alimento: pequeños camarones que teñirían su plumaje de color rosado.
oCuando la cría fue capaz de caminar, sus padres lo dejaron por primera vez en
la guardería, y volaron a otra zona del lago para comer algas y
descansar. Al regresar, en medio de la confusión y entre miles de
crías, Flamenco reconoció a su vástago. ¿Fue el plumaje?, ¿la mirada?
, ¿su figura delicada? Lo cierto es que Flamenco y su polluelo
aleteaban gozosos para celebrar el reencuentro.
\RMADILLO Mamá Armadillo tenía cuatro hijos del mismo sexo, idénticos.
Pronto, cada uno sobresalió en una actividad.
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El primero se destacó por su habilidad para atrapar termitas
hormigas, y recibió el nombre de Cazador. El segundo sobresalió en
la construcción de pequeñas cámaras y túneles bajo la tierra que
servían para ampliar la madriguera, y fue llamado Ingeniero. El
tercero se distinguió en el arte de apisonar hojas secas, y lo
nombraron Aplanador. El cuarto mostró gran pericia al utilizar su
armadura como escudo medieval, por lo que recibió el título de
Caballero Andante.
Una mañana los hermanos salieron a pasear. Mas sucedió que
entre la vegetación enmarañada apareció una enorme araña.
Sin perder un segundo los hermanos pusieron en práctica sus
aptitudes: uno hizo un agujero y se escondió, otro corrió
aventando todo a su paso y se metió en el túnel que su hermano
construyó, el tercero selló el túnel con su armadura, y el último,
valiéndose de sus artimañas y enormes garras, la cazó.
Regresaron a la madriguera con el trofeo y mamá Armadillo
se sintió orgullosa de sus descendientes.
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JAGUAR Jaguar caminó triste y solitario entre los pantanos. Después
de pasar tres semanas juntos, la hembra lo había expulsado
de su territorio y se sentía desolado. Era natural que esto
sucediera entre las parejas de su especie, pero Jaguar no se
acostumbraba.
Para olvidar sus penas, hundió su imponente cuerpo en el
río
y se dedicó a nadar bajo las estrellas. De repente un
cocodrilo de río se le acercó dando comienzo una
cruenta batalla.
Jaguar se lanzó contra el reptil y le propinó tremendo
zarpazo.
El cocodrilo, furioso, le dio un raudo golpe con la cola.
Enardecidos, uno a otro trataron de morderse, pero fue
inútil.
Ambos se retiraron vencidos. Era la primera vez que Jaguar fallaba. Definitivamente no era su día de suerte.
Ya en la madrugada el cansancio lo venció y se quedó dormido. Soñó entonces con el primer jaguar que existió sobre la tierra:
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era gigantesco y tenía una piel tan fina y dorada que causaba asombro. Sin embargo, un día se comió una pequeña cría de mono, por lo que sus parientes, encolerizados, le lanzaron una centena de zapotes. Fue así como su lustroso pelaje quedó salpicado para siempre de manchas negras.
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MONO ARAÑA Cuando nació, Mono Araña creía que el mundo era la hembra que lo
envolvía con sus largos brazos para amamantarlo. Luego, se dio
cuenta de que, más allá de su madre, existía una hermosa y temible
selva que lo rodeaba.
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Sobre la espalda de su progenitora exploró, entonces, el inmenso
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territorio selvático, y se sorprendió al ver que aquel revoltijo de árboles y plantas estaba perfectamente organizado: el nivel bajo estaba poblado por arbustos, helechos y plantas de hojas anchas, y el alto, por las copas de árboles frondosos. Este era su predilecto; ahí, a treinta metros del suelo y entre árboles como el ramón, la ceiba y el zapote, habitaba su familia.
Al crecer, Mono Araña aprendió a jugar con otros monos; a comer
frutos y hojas; a brincar entre árboles cada vez más alejados, y a
lanzar ramas.
Mostró tal habilidad para treparse y mecerse entre el follaje, con
ayuda de sus largas patas y su cola prensil, que un Quetzal de porte
elegante y plumas coloridas lo llamó el Trapecista.
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MONO AULLADOR
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Entre la vegetación abundante de la selva, Mono Aullador recibió el amanecer con
aullidos tristes; él y su tropa lamentaban la
pérdida de una madre con su cría. Hombres
armados habían sido los culpables. Al
acercarse a su territorio, Mono Aullador había
emitido un chillido, parecido al del jaguar,
para asustar a los intrusos y llamar a sus
compañeros. Una vez reunidos, habían propalado
bramidos ensordecedores y lanzado gran
cantidad de ramas contra los enemigos. Esto no
dio resultado.
Asustadas, las hembras trataron de escapar con
sus crías mientras los machos, retadores,
defecaban sobre los enemigos. Por desgracia, un
hombre logró disparar contra una hembra y luego
raptó a su pequeño.
Mono Aullador rechazó el manojo de frutos, hojas
y flores que le ofrecieron sus compañeros; no era
momento para banquetes. Con movimientos lentos y
apesadumbrados, CD Mono Aullador saltó de un árbol
a otro.
Luego se quedó sobre una rama, donde se puso a
aullar. Poco después, un aguacero inundó la tarde.
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PUERCO ESPíN Al caer la noche el cauteloso Puerco Espín se asomó desde el hueco de un tronco. Luego de comprobar que todo estaba en calma, se aventuró a dar un paseo en el bosque y a treparse en una ceiba. Al igual que los monos, utilizó las patas y la cola para sostenerse de las ramas. Después, se echó sobre unos helechos para comer la fruta recolectada. Tan apacible y contento estaba, que no se dio cuenta de que un ocelote lo tenía en la mira. Todo
sucedió en segundos. Al verse cara a cara con su enemigo, Puerco Espín supo que no tenía tiempo para huir, así que ocultó la cabeza
entre las patas delanteras, curvó el lomo y erizó las espinas, Como respuesta, el ocelote, sin pensarlo dos veces, se lanzó sobre su presa y le dio un manotazo sobre el lomo. ¿Lo derribó? Imposible. Cientos de púas se adhirieron a la piel del atacante. Entre más trataba de quitárselas, más se las enterraba. El dolor era insoportable.
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Aprovechando la turbación de su agresor, Puerco Espín escapó
agradecido de contar con treinta mil púas para defenderse.
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TAMANDÚA Tamandúa cargó a su hija en el lomo y descendió del árbol para buscar alimento. El bosque estaba calmo y sintió las hojas húmedas bajo sus patas. Luego, con su finísimo olfato, percibió el olor de las hormigas. Con gran habilidad, arañó un tronco, e hizo un hueco por donde introdujo su lengua pegajosa para capturar un buen número de insectos. Tamandúa hija se llenó de asombro: su madre era tan hábil que había lamido cien veces
en un minuto y, además, se había tragado los animalitos enteros. ¿Podría
imitarla? Llegó el turno a la cría. Al introducir la lengua en el hueco, las
hormigas lograron evadirla, se metieron en su pelambre de tonos
negros y amarillos, y la atacaron a mordidas.
Tamandúa hija tendría que intentarlo varias veces más.
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Sin embargo, en poco tiempo se convertiría en una experta.
Venado Temazate era pequeño y nervioso.
Vivía rodeado de enemigos tan feroces que pasaba la mayor parte del tiempo escondido entre los matorrales.
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VENADO
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Una tarde que salió de su refugio para buscar hierbas y frutos, se topó con un cruel ocelote. Temblando, huyó a toda velocidad, pero la fiera lo perseguía sin descanso.
Presintió que iba a morir. Mas su instinto de supervivencia le ordenó detenerse y permanecer totalmente quieto. El ocelote lo buscó en la
espesura, pero Venado Temazate se había fundido con la vegetación pues los tonos dorados de su piel se parecían a los de la hierba.
Venado Temazate había vencido y los animales del bosque lo llenaron de elogios. Complacido, fue marcando con su bella y sólida
cornamenta el territorio de la victoria.
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ZOPILOTE REY
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Zopilote Rey voló entre las nubes. Sus alas amplias y fuertes le permitieron planear durante horas, Desde arriba, la selva semejaba una
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extensísima alfombra verde.
De repente, un olor a carroña despertó su apetito. Había llegado el momento de bajar a la tierra acompañado de sus súbditos. Zopilote Rey fue el primero en acercarse al animal muerto. Con su pico robusto trituró y desgarró la carroña. Luego se la fue comiendo poco a poco, sin convidar a nadie. Según las reglas de la aristocracia, los zopilotes debían esperar a que el rey terminase para después devorar las sobras.
Esa noche Zopilote Rey durmió tranquilo. Una vez más había cumplido con la siniestra pero imprescindible labor de carroñero que la naturaleza
le encomendó desde que el mundo es mundo.
ÁGUILA REAL La vida de Aguila Real macho cambió al conocer
a una hermosa y elegante hembra. Para demostrarle su amor, desde lo alto de un acantilado se lanzó de cabeza en un vuelo acrobático, agitando su par
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de patas cubiertas con plumas.
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La hembra, cautivada, batió las alas suavemente y realizó unas piruetas en el aire. Duraron varias horas cortejándose entre las nubes; la pareja juró amarse hasta la muerte.
Construyeron un enorme nido en lo alto de una
montaña, donde la hembra puso dos huevos. Durante
días se turnaron para empollarlos.
Cuando al fin nacieron los polluelos, uno atacó al otro tan ferozmente que lo obligó a huir. Con la cría más fuerte las águilas formarían una familia que compartiría las costumbres de la realeza: aquellas de la elegancia y los altos vuelos.
MAPACHE Durante su primer año de vida, Mapache habitó
en una madriguera dentro de un tronco,
acompañado de su familia.
Al crecer, abandonó a los suyos e hizo su casa
entre las rocas. Había aprendido a defenderse
solo; además, el antifaz sobre su rostro le
ayudaba a espantar a sus enemigos. En ese
entonces le gustaba trepar a los árboles,
nadar en la laguna y correr
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más veloz que una bicicleta. Por las noches
buscaba el alimento:
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pequeños mamíferos, plantas y peces. Su
habilidad con las manos era notoria: podía
tomar trozos de comida con éstas y era experto
en localizar camarones bajo las piedras de
río.
Cuando llegó la época de celo, Mapache no se
conformó con una compañera. Se enamoraba con
facilidad, así que, valiéndose de sus
encantos, fue de cueva en cueva
conquistando a las distintas hembras que
formarían su harem.
MARIPOSA MONARCA CD
Sus hermanas, pacientes, le explicaron que pronto llegaría el invierno y que su cuerpo no resistiría las bajas temperaturas. Además de que los deliciosos néctares de las flores desaparecerían por seis o siete meses.
A regañadientes Mariposa Monarca se alistó e inició el largo recorrido junto con el grupo. Voló sobre lagos, bosques y desiertos, debiendo enfrentar lloviznas y ventarrones. Para recuperar las fuerzas, descendió muchas veces a los bosques para alimentarse del néctar de abundantes flores. Si se sentía desfallecer, imitaba la fortaleza de las mariposas que la acompañaban.
Cuando al fin llegaron a su destino, la euforia fue general. El
verde de la vegetación se tiñó de anaranjado y el bosque fue
bautizado como santuario.
Mariposa Monarca danzó entre los encinos y oyameles, hizo
piruetas y aleteó inquieta. En pocos días estaría lista para
depositar sus huevos sobre los árboles de asclepcias. Huevos
que, así como siempre ocurría en su especie, se convertirían
en orugas y luego en intrépidas viajeras.
Esa mañana millones de mariposas se prepararon para el viaje, debían recorrer medio continente en sólo veinticinco días. Mariposa Monarca protestó. Ella era feliz en los bosques canadienses y odiaba la idea de partir a un lugar desconocido.
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rn CD
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OSO NEGRO Había llegado el invierno y Oso Negro construyó un refugio dentro de una cueva. Se instaló allí con su familia y almacenó provisiones suficientes para seis o siete meses.
Mirando jugar a sus oseznos, recordó el tiempo cuando él mismo había sido cachorro: lloraba cuando tenía hambre, ronroneaba mientras comía, gruñía cuando estaba enojado, resoplaba de contento. Sonrió. En ese entonces acostumbraba treparse en las ramas de los árboles y galopar a gran velocidad.
Oso Negro se echó sobre la tierra. Los oseznos
se habían dormido acurrucados en el regazo de
la madre,
O pero él se resistía a dormir. Prefería pensar en la
maravillosa pesca de salmón.
Por un orificio de la cueva contempló las estrellas. Había llegado el momento de dejar los recuerdos para sumirse en un largo y placentero letargo.
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LOBO MEXICANO
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Lobo Mexicano miró las caras de la gente a través de los barrotes; su destino, dejarían libres a los pequeños en el bosque CD
no le gustaba ser observado. Había nacido en el zoológico al igual para ponerlos a prueba: andar en pequeños grupos,
c
que sus padres, abuelos y bisabuelos, pero no se
acostumbraba aullar en momentos de peligro, cazar venados rn
a vivir en ese espacio tan reducido. Observó con ternura a sus o mapaches y efectuar largas caminatas sin una sola CD
recién nacidos, que se afanaban en beber la leche de su madre. gota de agua. Esta nueva generación de lobos estaba
Eran seis: dos machos y cuatro hembras. Tenían los ojos predestinada a abandonar el encierro para integrarse rn
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medio abiertos, las orejas pequeñas y se movían torpemente. de nuevo a la naturaleza.
Estaba angustiado pues pronto llegaría el momento Lobo Mexicano y su pareja aullaron melancólicos. Juntos de la separación. Los
hombres encargados de cuidar agradecieron a la luna la libertad concedida a sus hijos.
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ZORRILLO LISTADO Cuando nació, Zorrillo Listado permaneció diez semanas al
cuidado de su madre. Dentro de la
madriguera aprendió a caminar y
tomó leche hasta hartarse. Cuando
cumplió once semanas Zorrillo
Listado estaba listo para salir a cazar.
Se formó en fila india con sus
hermanos y siguió a la madre a
través del bosque, De pronto, un
osezno juguetón se hizo bolita, dio
una marometa y se acercó
demasiado a la familia. Al sentirse en
peligro, la madre dio la orden militar:
preparen... apunten... ifuegol De
inmediato los cinco hermanos de
Zorrillo Listado levantaron la cola y
dispararon un líquido apestoso
llamado almizcle. Como resultado, el
pobre osezno perdió la respiración
unos minutos y la familia ganó tiempo suficiente para huir.
De regreso a casa Zorrillo Listado
estuvo practicando a levantar la cola
como sus hermanos y se puso a
disparar sin ton ni son.
Su madre lo reprendió al instante. —
Un zorrillo ataca sólo
CD
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para defenderse— le dijo. —Nunca olvides la lección.
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LLI
CORRECAMINOS
Correcaminos se había acostumbrado a vivir rn
entre los matorrales. Comía culebras y lagartijas, y era tan adaptable que la temperatura de su cuerpo bajaba los días calurosos y aumentaba
rn
las noches heladas. Amaba a sus polluelos y les había construido un nido sobre la arena
Una tarde, Correcaminos escuchó el temible
co
cascabeleo. Lenta y voraz una serpiente avanza- CD
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ba hacia el nido. Alarmado, Correcaminos decidió distraerla a su manera: bailó con agilidad alrededor del reptil y luego giró, danzó y la toreó hasta marearla. En un descuido de la serpiente,
Correcaminos la picoteó y le dio muerte. CO
El pájaro saltó de felicidad. Había logrado proteger a sus
crías y además les daría trocitos de serpiente para la
cena. Correcaminos caminó dichoso a casa de la codorniz
para contarle su hazaña.
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PERRITO DE LAS PRADERAS Aunque Perrito de las Praderas no era un perro sino una especie de ardilla, le gustaba ladrar. Vivía en una gran colonia dentro
de una madriguera, y utilizaba el tacto y el olfato para reconocer a sus compañeros en la oscuridad.
Ahí, cinco metros bajo tierra, en largas galerías, solía dormir, jugar y peinar
a sus compañeros con los dientes.
Después de un mes de vida, salió por primera vez a la superficie para obtener su alimento. Su paseo entre la hierba resultó tan agradable que caminó y caminó hasta perder el rumbo. i Perrito de las Praderas estaba perdido en la inmensidad del pastizal!
Desorientado, caminó entre plantas secas y espinosas. Lo peor fue cuando tropezó con un tronco viejo y fue a dar contra un enorme cactus. Unas espinas se le clavaron en una pata y no pudo moverse más. Asustado, lanzó chillidos estridentes. Por fortuna, su llanto atravesó el aire y, allá en la madriguera, un centinela lo escuchó.
Cuando encontraron al herido lo llenaron de besos y lo llevaron de vuelta al hogar.
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PUMA
rn
CD
Era de noche y Puma aguardó, desde Io alto de unas rocas, Luego de reposar un rato, enterró los restos del cuerpo rn
a que su presa apareciera. Diez metros abajo un borrego cimarrón bajo un montón de ramas y hojas para poder regresar
caminaba desprevenido, olfateando la hierba. Puma alistó a comérselos otro día.
sus patas traseras para impulsarse. Fijó su vista en el animal
O
y dio un enorme brinco. El borrego sintió las afiladas garras Puma se alejó con el estómago lleno. Se sintió poderoso. CO
sobre su nuca y murió al instante. Luego, Puma le abrió el vientre Por sus hazañas había demostrado ser el rey
para comerse poco a poco las entrañas, disfrutando de su territorio. Como era otoño, su piel castaña
de un suculento banquete. y rojiza se confundió con las hojas. CD
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SERPIENTE CASCABEL A pesar de ser una de las víboras más vigorosas del desierto, Serpiente Cascabel estaba irritable y había perdido el apetito. Su figura había cambiado. La piel mostraba un aspecto mate, opaco, desgastado, y se sentía el reptil más feo sobre la Tierra. Había llegado el tiempo de cambiar, así que se arrastró sobre las rocas y la piel se le fue desprendiendo poco a poco, desde la boca hasta la cola, de la misma manera en que un niño se quita un calcetín viejo.
¿Qué sucedió después? Para sorpresa de los otros reptiles que observaban el acontecimiento, bajo la cáscara vieja, seca y arrugada de la serpiente, aparecía un vestuario de escamas relucientes y de colores brillantes. Además, a causa del cambio, el crótalo de su cola lucía un anillo nuevo.
Serpiente Cascabel agitó los crótalos de su cola. Se sentía renovada y
no paró de cascabelear toda la noche.
ÁGUILA REAL
ARMADILLO DE NUEVE BANDAS CORRECAMINOS
NORTEÑO ESCARABAJO HÉRCULES
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Aquila chrysaetos Dasypus novemcinctus Geococcyx californianus Dinastes hercules —l Clase: Aves Clase: Mamíferos Clase: Aves Clase: Insectos
Orden: Falconiformes Orden: Xenarthra Orden: Cuculiformes Orden: Coleópteros
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Familia: Accipitridae Familia: Dasypodidae Familia: Cucu/idae Familia: Scarabaeidae
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Tamaño: 75 cm Tamaño: de 24 a 57 cm, más la cola Tamaño: de 50 a 60 cm Tamaño: hasta 17 cm Peso: de 3 a 6 kg Peso: de 1 a I O kg Peso: de 2.3 a 3.5 kg Menú: excremento Crías: pone 2 huevos Crías: 4 Menú: insectos, semillas, Vive en: selvas tropicales CD
Menú: pequeños mamíferos Menú: insectos, frutos y mamíferos frutos y reptiles desde México Vive en: bosques, montañas y cañadas Vive en: zonas con cobertura vegetal Vive en: zonas áridas y semiáridas hasta Sudamérica
de Norteamérica y Europa desde Estados Unidos de Estados Unidos y México Pág. 2
Especie en peligro de extinción Pág. 19
hasta Argentina Pág. 1 1
Pág. 25
Orden: Urodelos Orden: Familia: Ambystomidae Familia: Crocodylidae Familia: Phonicopteridae Familia: Singnathidae
Tamaño: de 20 a 30 cm Tamaño: de 3.4 a 7 m Tamaño: hasta 1.55 m Tamaño: 18 cm Peso: hasta 150 g Peso: de 240 hasta 490 kg Peso: de 2.2 a 3.4 kg Crías: de 250 a 300
Crías: pone de 200 a 300 huevos Crías: pone de 30 a 60 huevos Crías: 1, rara vez 2 Menú: plancton Menú: algas y crustáceos (cuando Menú: peces, crustáceos, aves y mamíferos Menú: moluscos, lombrices, y pequeños crustáceos
es larva); peces (cuando es salamandra) Vive en: ríos, lagunas, caños y manglares larvas e insectos acuáticos Vive en: zonas costeras
Vive en: canales de Xochimilco, en México desde Estados Unidos Vive en: humedales del Pacífico de toda América
Especie endémica en peligro de extinción hasta el norte de Sudamérica de Estados Unidos y México Pág. 4
Pág. 8 Especie sujeta a protección especial Pág. 10
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HIPOCAMPO
AJOLOTECOCODRILO DE Río
FLAMENCOO CABALLITO DE MAR
Ambystoma mexicanum Crocodylus acutus Phoenicopterus ruberHippocampus erectus
Clase: Anfibios Clase: Reptiles Clase: AvesClase: Osteíctios
Cocodrílidos Orden: FenicopteriformesOrden: Signatiformes Pág. 9
JAGUAR Panthera onca
Clase: Mamíferos
Orden: Carnívoros
Familia: Fe/idae Tamaño: de 1.50 a
1,85 m, más la cola Peso: de 70 a 150 kg Crías: de 1 a 4 Menú: mamíferos, reptiles y peces Vive
en: selvas tropicales, bosques, ma torrales,
llanuras y zonas ribereñas desde México hasta
Sudamérica Especie en peligro de extinción Pág. 12
LOBO MEXICANO Canis lupus baileyi Clase: Mamíferos
Orden: Carnívoros o Familia: Canidae
Tamaño: de 80 a 110 cm, más la cola
Peso: de 22 a 40 kg Crías: de 4
a 6
Menú:
mamíferos pequeños, huevos, bayas
y aves Vive en: zonas protegidas y
zoológicos de México y Estados
Unidos
Especie extinta
en el medio
silvestre
Pág. 23
MANATÍ DEL
CARIBE Trichechus manatus
Clase: Mamíferos
Orden: Sirénios
Familia: Trichechidae
Tamaño: de 3 y 4.5 m Peso: de 400 a 600 kg Crías: 1
Menú: plantas acuáticas Vive en:
ríos y zonas costeras del océano
Atlántico, el Golfo de México, y el
mar Caribe
Especie en peligro de extinción
Pág. 5
MAPACHE Procyon [otor Clase: Mamíferos
Orden: Carnívoros
Familia: Procyonidae
Tamaño: de 35 a 60 cm, más la cola Peso: de 3 a 20 kg
Crías: de 4 a 6 Menú: frutos, semillas, huevos y
reptiles Vive en: bosques, cerca de
arroyos o charcas desde el sur de
Canadá hasta el norte de Sudamérica,
las Antillas y algunos países de Europa
Pág. 20
MARIPOSA MONARCA Danaus plexippus Clase: Insectos
Orden: Lepidópteros
Familia: Nympha/idae
Tamaño: hasta 10 cm Peso: 2 g Crías: pone hasta 700 huevos
Menú: hojas de asclepcia (cuando es
oruga); néctar de flores (cuando es
mariposa) Vive en: bosques
templados desde Canadá hasta
México Pág. 21
Orden: Primates
Familia: Cebidae
Tamaño: de 35 a 45 cm, más la cola Peso: de 6 a 8 kg
Crías: 1
50
Menú: frutos, raíces, granos, hojas, huevos e,
incluso, pequeños vertebrados Vive en: selvas
tropicales desde Tamauli pas en México hasta
Panamá
Especie en peligro de extinción
Pág. 13
MONO AULLADOR
O SARAGUATO
A/ouatta pa//iata Clase: Mamíferos
Orden: Primates
Familia: Cebidae
Tamaño: de 60 a 90 cm, más la cola Peso: de 5 a 11 kg Crías: 1 Menú:
hojas tiernas y
frutas maduras
Vive en: selvas tropicales de México
Especie en peligro de extinción
Pág. 14
OSO NEGRO
AMERICANO Ursus
americanus
Clase:
Mamíferos
Orden: Carnívoros
Familia: Ursidae
Tamaño: de 1 .5 a 1.9 m Peso: de 90 a 180 kg
Crías: 2 Menú: frutas, bellotas, pescado,
carroña e insectos Vive en: bosques,
tundra y praderas desde Alaska hasta
México (Coahuila) Especie en peligro de
extinción
Pág. 22
PUMA CD Puma concolor Sphiggurus mexicanus Crotalus basiliscus Negaprion brevirostris Clase: Mamíferos Clase: Mamíferos Clase: Reptiles Clase: Condrictios
Orden: Carnívoros Orden: Roedores Orden: Squamata Orden: Carcharniformes
o
Familia: Fe/idae Familia: Erethizontidae Familia: Viperidae Familia: Carcharinidae
z
Tamaño: de 1 a 1.85 m, más la cola Tamaño: de 30 a 80 cm, más la cola Crías: pone 25 huevos Tamaño: de 1.5 a 3.5 m Peso: de 35 a 65 kg Peso: de 2 a 6 kg Tamaño: de 0,75 a 2.00 m Crías: de 4 a 17 Crías: de 1 a 6 Crías: de 1 a 4 Peso: 7 kg Menú: peces, tortugas CD
Menú: mamíferos y aves Menú: frutos, yemas y cortezas Menú: huevos, pequeños mamíferos Vive en: las aguas de los océanos
Vive en: desiertos, montañas, humedales Vive en: selvas tropicales y bosques des- y pequeñas aves de todo el planeta y selvas de el sureste de México Vive en: desiertos, bosques, Pág. 6
de toda América hasta el norte de Argentina selvas y praderas de toda América Especie en peligro de extinción Especie amenazada Especie sujeta a protección especial
51
PUERCO ESPÍN SERPIENTE CASCABEL TIBURÓN LIMÓN
PERRITOTAMANDÚA
DE LAS PRADERASQUETZALU OSO
HORMIGUEROTORTUGA LAÚD
Cynomys mexicanusPharomachrus mocinnoTamandua mexicana Dermoche/ys coriacea
Mamíferos Clase: AvesClase: Mamíferos Clase: Reptiles Clase:
Orden: Roedores Orden: TrogoniformesOrden: Xenartha Orden: Quelonios Familia: Sciuridae Familia: Trogonidae Familia: Myrmecophagidae Familia: Dermochelydae Tamaño: de 30 a 38 cm Tamaño: 35 cm Tamaño: de 50 a 70 cm, más la cola Tamaño: de 2 a 4 m Peso: de 0.6 a 1.2 kg Crías: pone 2 huevos Peso: de 3.8 a 8.5 kg Peso: 540 kg
Pág. 27 Pág. 15 Pág. 28
52
Crías: de 4 a 5 Menú: frutos, insectos, Crías: 1 Crías: pone 100 huevos
Menú: semillas, pastos y hierbas larvas, semillas y néctar Menú: termitas y hormigas Menú: medusas Vive en: desiertos y pastizales Vive en: bosques de niebla Vive en: selvas tropicales y sabanas Vive en: los océanos del mundo
entero,
del norte de México desde México hasta desde Tamaulipas en México, anida en las playas del Pacífico
mexicano
Especie endémica el norte de Bolivia hasta el norte de Venezuela y Perú e islas del Caribe
en peligro de extinción Especie en peligro de extinción Especie en peligro de extinción Especie en peligro de extinción
Pág. 26 Pág. 3 Pág. 16 Pág. 7
VENADO
TEMAZATE
Mazama americana Clase: Mamíferos
Orden: Artiodáctilos
Familia: Cervidae
Tamaño: de 65 a 75 cm Peso: de 24 a 48 kg
Crías: de 1 a 2 Menú: ramas, hojas, hierbas, cortezas y
brotes Vive en: selvas tropicales del sureste de México,
Brasil, Argentina, Trinidad y Tobago, Bolivia y Paraguay
Especie protegida
Pág. 17
NI-U
ZOPILOTE REY Sarcoramphus papa Clase: Aves
Orden: Falconiformes
Familia: Cathartidae
Tamaño: 80 cm Peso: de 3.5 a 4 kg Crías: 1
Menú: carroña Vive en: selvas tropicales
y llanuras desde México hasta Argentina
Especie en peligro de extinción Pág. 18
ZORRILLO LISTADO
Mephitis mephitis
Clase: Mamíferos
Orden: Carnívoros
Familia: Mustelidae
Tamaño: de 28 a 38 cm Peso: de 0.7 a 2.5 kg
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53
ros pequeños, pájaros,
huevos, insectos y miel
Vive en: bosques
templados, pastizales
y desiertos de toda
América
Pág. 24