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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CUENCA COMUNIDAD EDUCATIVA AL SERVICIO DEL PUEBLO
UNIDAD ACADÉMICA DE CIENCIAS RELIGIOSAS FACULTAD FRANCISCANA DE FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA
―CARDENAL ECHEVERRÍA‖
MODALIDAD A DISTANCIA
MÓDULO DE ANTROPOLOGÍA
Autor: José Raúl Asimbaya Socasi
QUITO-ECUADOR
2011
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INSTRUCCIONES GENERALES
Usted realiza estudios a distancia, procure hacer sus tareas con exigente investigación sea en
internet, textos relacionados a la asignatura y con el presente módulo. Procure dar una
lectura general del cuerpo teórico a fin de obtener ideas, criterios, reflexiones,
cuestionamientos,... que permitan aplicar en su campo de trabajo y sobre todo conlleven a
feliz término las tareas solicitadas.
Cite correctamente a pie de página, autores y textos de libro, que usted use para desarrollar
trabajos e investigaciones que se les solicitará en la Guía Didáctica.
RECOMENDACIONES
Para el desarrollo del presente módulo subraye las ideas principales, haga cuadro sinópticos,
anote en una hoja las dudas que tenga luego de estudiar el contenido, consulte en un
diccionario los términos que no comprenda, apóyese en otros textos de libros y resuelva las
actividades planteadas. Si no está seguro de haber cumplido el objetivo de cada unidad,
vuelva a leer, realice o revise las actividades hasta que esté seguro(a) de haberlo logrado.
Cada vez que se disponga a estudiar la asignatura, elija el lugar más propicio y el tiempo
adecuado. No busque quien dé haciendo sus trabajos, por el contrario, póngase en contacto
con el tutor o sus compañeros para aclarar dudas.
2
INTRODUCCIÓN
El módulo de Antropología para los(as) estudiantes de la Facultad de Filosofía y
Teología ―Cardenal Echeverría‖, pretende concienciar sobre lo que nos corresponde
hacer como seres humanos ante las distintas problemáticas sea de orden
epistemológico, cultural, ecológico, político, educativo, religioso, entre otros. La
reflexión está centrada en: ¿Qué es el hombre? Y concomitantemente en otras
preguntas: ¿Cómo debe ser?, ¿qué debe hacer? Y para ello, partiremos de
experiencias, de realidades concretas o del entorno social.
El módulo consta de cinco unidades: La primera, es una visión general de la
antropología para situarnos en el mundo antropológico; la segunda, enfoca el estudio
del hombre como persona; la tercera, realiza una lectura sobre las visiones
antropológicas más relevantes en la historia de la humanidad; la cuarta, es una
reflexión filosófica sobre el hombre como ser de relaciones: con el mundo, con los
otros, consigo mismo y con Dios; y la quinta unidad, aspira dar herramientas
concretas para hacer labores antropológicas in situ.
Al concluir el módulo de Antropología, usted estará en condiciones de:
Explicar los problemas básicos del hombre y las contradicciones del mundo
actual.
Realizar prácticas o proyectos con una visión distinta del hombre inmerso en
realidades concretas.
Valorar al hombre como ser relacional consciente que enfrenta al mundo del
consumo cada vez más aplastante.
Criticar al neoliberalismo como principal causa de muchos procesos de
deshumanización, cosificación y de opresión en el momento actual.
MUCHOS ÉXITOS DISTINGUIDO(A) ESTUDIANTE
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UNIDAD 1: VISIÓN GENERAL DE LA ANTROPOLOGÍA
SUMARIO
1.1. SIGNIFICADO Y SENTIDOS DE LA ANTROPOLOGÍA
1.1.1. Breves aclaraciones
1.2. TIPOS DE ANTROPOLOGÍA
1.2.1. Antropología Física
1.2.2. Antropología Cultural
1.2.3. Antropología Filosófica
1.3. NUEVOS ESCENARIOS DE LA ANTROPOLOGÍA
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Distinguir las preocupaciones de muchos estudiosos y teólogos respecto a qué es
el hombre.
Identificar los enfoques de la antropología física, cultural y filosófica respecto al
hombre.
Determinar los nuevos escenarios de la antropología en la actualidad.
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1.1. SIGNIFICADO Y SENTIDOS DE LA ANTROPOLOGÍA
1.1.1. BREVES ACLARACIONES
Etimológicamente la palabra antropología se deriva de la raíz griega anthro (hombre)
y de la terminación nominal logía (ciencia), su significado literal es por tanto la
ciencia del hombre. Pero ese hombre relacionado consigo mismo, el mundo y Dios,
fundamento último de la realidad. Tres ejes importantes del pensamiento occidental
desde los inicios de su historia (pensamiento griego) y que han ido variando de una
época a otra (pensamiento medieval, renacentista, moderno, contemporáneo). En la
antigüedad Platón y Aristóteles sentaron las bases antropológicas según sus puntos
de vista metafísicos y que posteriormente fueron introducidos en la teología cristiana,
por San Agustín (tendencia platónica), Santo Tomás de Aquino (tendencia
aristotélica). En el contexto del renacimiento hubo más estudio del hombre que el
estudio de Dios; hay interés por su naturaleza y sus capacidades; los grandes
inventos y descubrimientos sugieren que el hombre podía enorgullecerse de sus
logros y considerarse a sí mismo con admiración. René Descartes (s. XVII), padre de
la filosofía moderna, da un giro a todo lo anterior, sostiene que el hombre debe
comprobar toda verdad por el solo uso de la razón frente a la autoridad de libros,
doctrinas y maestros. Friedrich Nietzsche (s. XIX), inventa el superhombre, quien
ante la decadencia de los valores, ‗tiene la tarea de transformar todos los valores,
aguantar el nihilismo y crear un propio sentido sin recurrir a un Dios u otro principio
superior‘. En esta misma línea, Jean Paul Sartre (s. XX), representante del
existencialismo, sostuvo la necesidad de liberación para el hombre y para la
sociedad, por los abusos del poder. Para él, ‗el hombre no es nada más que su
proyecto, no existe más que en la medida en que se realiza, no es por lo tanto más
que el conjunto de actos, nada más que su vida‘. Es una visión pesimista; obvia,
porque Sartre vivió en carne propia la segunda guerra mundial. Otro famoso filósofo,
Enrique Dussel (s. XX-XXI), concibe al hombre pobre de América Latina y el Caribe
como un ser oprimido y que debe reaccionar una vez que tome conciencia de su
condición personal y comunitaria.1
A los filósofos mencionados (e incluso a nosotros mismos), les inquietó estas
interrogantes: ¿Cuál es el sentido de la existencia humana? ¿De dónde venimos?
¿Adónde vamos? En este dilema son inevitables: Dios, hombre y mundo.
1.2. TIPOS DE ANTROPOLOGÍA
La Antropología General como otras muchas ciencias, se divide en varias ramas,
mencionamos las que requerimos para este curso.
1.2.1. Antropología Física
En palabras de John Buettner-Janussch: ―La Antropología Física estudia los orígenes
y la evolución del hombre. Esta ciencia es una rama de la Antropología (estudio del
hombre). Se acostumbra empezar por explicar los orígenes del hombre mencionando
‗al caldo planetario primitivo‘ (compuesto por un 20 por ciento de materia orgánica),
continuar con una explicación sucesiva del registro fósil, un estudio impreciso de los
1 Cf. ESTERMAN J., Historia de la Filosofía, Abya-Yala- Quito, 2001. (Primera y Segunda Parte).
5
fósiles homínidos (los más relacionados con el hombre moderno) y finalizar con
algunos comentarios sobre las posibilidades inciertas a que se enfrenta nuestro
planeta ahora que ciertos mamíferos constituyen su forma dominante de vida y son
capaces de liberar inmensas cantidades de energía que, por otro lado, no pueden
controlar ni tampoco utilizar en una forma inteligente.‖2
El origen del hombre por evolución, en el orden de los primates, ya no es una
hipótesis, es una teoría. Y por lo mismo trata a la evolución humana como un
proceso que data millones de años hacia atrás. El hombre moderno (actual) ha estado
evolucionado desde por lo menos 14 millones de años a partir de una población de
prehumanos conocida como Ramapithecus. Apareció luego el Australopithecus de
la rama de los homínidos (cuatro o cinco millones de años) descubrierto en Africa,
caracterizada por la ausencia de cola y la locomoción bípeda (correr sobre dos
piernas). Luego, el Homo Habilis (2 millones de años aproximadamente), y se
presume que podría ser el antepasado del Homo Erectus, de poco más de un millón y
medio de años, ya utiliza el fuego y elabora hachas de mano. El primer fósil que se
consideró en serio como ancestro del hombre, fue el Hombre de Neandertal, que
apareció hace más de 100 000 años y se extinguió – según algunos- hace 35 000
años, ya entierra a sus muertos y tiene ritos funerarios. El Homo Sapiens, posterior a
la última glaciación, parece conectarse con el Homo Erectus, pero no se sabe cómo.
Los fragmentos de posibles eslabones sólo permiten realizar conjeturas más o menos
verosímiles.3
Como podemos ver, la Antropología Física describe, argumenta, explica las
características humanas que son transmitidas genéticamente; no va a las causas
últimas. Es decir, nos dice el cómo, pero no el porqué de esto o aquello. Esto le
compete a la Antropología Filosófica y a la Teología, que hace una reflexión
profunda sobre el hombre como persona y como hijo de Dios respectivamente. El
cristiano no tiene por qué asustarse de la teoría evolutiva del hombre, por el contrario
hay que hablar de ―creación-evolutiva‖, ya que ―Dios no sólo hace que las cosas sean
sino que se hagan‖4. La vida es proveniente de la Causa Primera desde siempre y no
del azar, entendido como ―un proceso causal defectuoso o contingente, privado de
finalidad inmediata, poco frecuente, del que pueden seguirse consecuencias positivas
o negativas, beneficiosas o nocivas‖.5
Muchos creyentes del siglo XIX no vieron en la evolución sino una ofensa al relato
bíblico de la creación interpretado demasiado materialmente y, sobre todo, una
ofensa a la dignidad del hombre, si se admitía su origen animal (incluso limitándolo
al cuerpo). Pero actualmente, la Iglesia Católica ha aceptado la teoría de la evolución
en cuanto presupone la creación, lo cual conlleva a reconocer la bondad de Dios, su
sabiduría, lo maravilloso que es el Universo entero y que responde a un proyecto
divino. Entonces, ¿qué nos resta decir del hombre?
2 BUETTNER-JANUSCH J., “Antropología Física”, Limusa, México, 1979, 17. 3 Cf. BUETTNER-JANUSCH, o.c., p.p. 197-256; GASTALDI I., El hombre un misterio, Instituto Superior Salesiano, Quito-Ecuador, 1994, p.p. 302-306. 4 Pensamiento de Teilhard de Chardin citado en GASTALDI I., o.c., p. 318. 5 ARTIGAS M., Filosofía de la Naturaleza, EUNSA, Pamplona, 1993, p. 276.
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1.2.2. Antropología Cultural
Según Serena Nanda: ―La Antropología Cultural estudia la conducta humana que es
aprendida, en lugar de la transmitida genéticamente y que es típica de un grupo
particular. A estas formas aprendidas y compartidas de conducta humana (incluyendo
los resultados materiales de esta conducta) se les llama cultura‖6. El hombre crea
cultura, porque capta la relación de medio a fin. Esa cultura lo transmite a través del
lenguaje. ―En los grupos biológicos pre-homínidos no hay cultura, no hay
interpretación, sólo existe naturaleza, animales. El hecho de poseer cultura, o
mejor de andar poseído por la misma, es fenómeno típicamente humano. El hombre
gracias a esto coloca distancia entre la naturaleza y él. El hombre es un ser
distanciado, aparte, distinto. Está la naturaleza y la hermenéutica de ésta: la
cultura. (...). Los sectores de la cultura son múltiples: lenguaje, moral, derecho,
política, modales, arte, técnica, mito, ciencia, religión, filosofía...‖7
Conviene concebir con claridad el significado de cultura, ya que se suele ―hacer
referencia a un tipo de individuo ‗educado‘, de ‗buenos modales‘, que se expresa
utilizando palabras sofisticadas, o que maneja bastante información sobre
determinados aspectos de la realidad. De esta manera, la palabra cultura se asimila a
instruido, letrado, erudito, educado o de buenos modales‖.8
Por lo que según este enfoque de cultura, el pueblo humilde tendría poca o ninguna
cultura. Asimismo, habría pueblos o países con comportamientos cultos por la buena
calidad del sistema educativo y otros que se encuentran en diferente nivel. ―A veces
cuando se compara la ‗cultura‘ de dos países, se utiliza la palabra como sinónimo de
‗civilización‘, y ésta se entiende más bien como ‗desarrollo tecnológico‘. Según esta
visión evolucionista del progreso, existirían, pues culturas ‗superiores‘ y otras
‗inferiores‘: éstas serían todavía ‗atrasadas‘ y tendrían que progresar y ‗evolucionar‘
para poder llegar a la ‗cultura moderna‘‖9 Sólo resta afirmar que no hay culturas
superiores ni inferiores sino culturas diferentes que merecen ser reconocidas. No hay
incultos sino hombres sin escuelas, deliberadamente excluidos por el poder
hegemónico para acumular sus bienes. ―No hay sociedades primitivas, sino
sociedades tecnológicamente más atrasadas, la vida espiritual del indígena, sus
ideaciones abstractas y sus códigos morales, pueden alcanzar niveles muy altos de
elaboración y complejidad. Este hecho implica: respeto a estas culturas, no negar los
valores del otro ni tampoco considerar a los indígenas como pobrecitos. Son
riquísimos en espíritu, en moral, en su alegría de vivir. Ellos viven una vida llena;
son hombres como nosotros. Sólo se empobrecen cuando tratan de formar parte de
nuestra civilización.‖ 10
Basta observar en los mercados, las calles, las escuelas, la
catequesis, la política, entre otros para comprender esta afirmación. ¿Qué trato
reciben de los civilizados?
6 NANDA S., Antropología Cultural: adaptaciones socioculturales, Instituto de Antropología Aplicada, Quito, 1994, p. 11. 7 BARRIO J., Filosofía: eidos, Vicens-vives, Madrid, 1991, p. 13. 8 QUINTERO C., Filosofía Antropológica y Cultural en el pensamiento de Manuel Zapata Olivella, Abya-Yala, Quito-Ecuador, 1998, p. 23. 9 MOSCHETTO P., Diálogo Intercultural, Inspectoría Salesiana del Ecuador, s/a, p. 9. 10 DOLMATOFF R., El misionero ante las culturas indígenas, citado en MORENO S., Cosmos, Hombre y Sacralidad, Abaya-Yala, 1997, p.p. 430-ss.
7
Los dos tipos de antropología ayudan a comprender el origen del hombre y su
quehacer a través del tiempo y en realidades concretas.
1.2.3. Antropología Filosófica
La antropología filosófica, por su parte, argumenta sobre la esencia y existencia del
hombre. Además, reflexiona sobre las preguntas o los cuestionamientos que hace el
hombre respecto a sí mismo, a los procesos de deshumanización, de cosificación, de
opresión, a la relación con los demás, con el mundo y con Dios. Estos tópicos y otros
más, lo trataremos en los posteriores capítulos.
1.3. NUEVOS ESCENARIOS DE LA ANTROPOLOGÍA
El hombre es un ser concreto, se pregunta por sí mismo y se asombra de sí mismo
porque en lugar de acortar distancias, mejorar las relaciones, de construir sentidos de
la existencia en función del ser,… ha puesto barreras para alejarse, no dialogar, no
desprenderse de las cosas. Si el hombre está llamado a ser feliz, entonces tenemos
que ―empezar a mirar el mundo de las cárceles y de los delincuentes, de orfanatos,
asilos, manicomios, hospitales y demás ‗casas de salud‘; de mendigos, niños de la
calle, pandillas juveniles, desempleados, migrantes, trabajadoras sexuales. Hay que
entrar en el universo de los excluidos, invicivilizados, empobrecidos y marginados
por el poder para que insurgan contra ese poder‖.11
Es necesario estudiar estas
problemáticas para re-orientar la situación de crisis de sentido en la que vivimos.
Si nuestra preocupación es y será el ser humano persona, debemos abrirnos al
diálogo con otras lógicas, debemos romper el tiránico modelo cartesiano racionalista
del ―pienso luego existo‖, para incorporar uno más plenamente humano: el ―siento,
amo, luego existo‖. Lo que está viviendo la humanidad no es solo la crisis de
identidad (no saber quiénes somos; la crisis mayor es una crisis de alteridad dada por
nuestra incapacidad de conocer, reconocer, valorar, respetar, tolerar y convivir con la
―insoportable diferencia del otro‖12
.
La antropología que proponemos es aquella que está comprometida con la vida, que
cuestiona a la visión consumista (en la que a la persona apenas se la ve como
instrumento de producción y objeto de consumo), a la visión individualista (según
ella, la dignidad de la persona consiste en la eficiencia económica y la libertad
individual), a la visión colectivista-marxista (que concibe al hombre como solamente
ser social), a la visión centificista ( esta visión sólo reconoce como verdad lo que la
ciencia puede demostrar; el mismo hombre se reduce a su definición científica).13
Lo importante en toda esta complejidad es que los seres humanos no sean
considerados como objetos de estudio, sino como sujetos sociales y trascendentes.
Que contribuyamos a la formación del hombre en el ―ser‖ más que en el ―tener‖.
Estamos viviendo una época donde nadie puede dudar de la existencia de otros. Esos
otros, son también de carne y hueso; piensan, sienten, aman y actúan de modo
11 GUERRERO P., La cultura. Estrategias conceptuales para entender la identidad, la diversidad, la alteridad y la diferencia, Abaya-Yala, Quito, 2002, p.26. 12 Idem., p. 28. 13 Cf. Documento de Puebla, No. 311-313; 50, 315, 56, 62, 435, 834,1177, 496; 312, 542, 92, 418, 495, 543-546.
8
diverso. Si tanto es el extremo de ―tener‖ (mentalidad capitalista), entonces que se
los obtenga con honestidad y con capacidad de desapego. Tómese en cuenta que hay
otros que viven con lo necesario o con el peso de las inequidades sobre sus espaldas
por años o por siglos. ¿Acaso será esto una pista para reflexionar sobre la
inseguridad, la zozobra o la crueldad en que viven muchas sociedades actuales? Hay
que salir al encuentro de los otros; hay que escucharlos; hay que ayudarlos. El
problema es: ¿cuándo?, ¿dónde? y ¿con qué? Recuerde que uno llega a ―ser‖ por
el otro. ¿Qué se puede esperar de alguien que no se compromete con la vida?
Comprometerse con la vida es luchar por la dignidad humana en todas sus formas.
Este es un tiempo que requiere de nuevos sujetos y sentidos, otros discursos y
prácticas, otras formas de organizativas, otras acciones, nuevas propuestas
programáticas y políticas que respondan a las exigencias de la nueva realidad que
enfrenta el mundo.14
14 GUERRERO P., o.c., p. 32.
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UNIDAD 2: EL ESTUDIO DEL HOMBRE EN CUANTO HOMBRE
SUMARIO
2.1. BASES FUNDAMENTALES EN CUANTO A LA FILOSOFÍA DEL
HOMBRE
2.1.1. Estudio del hombre en la filosofía y la ciencia
2.1.2. Objeto de la filosofía del hombre
2.1.3. Método de la filosofía del hombre
2.2. HACIA UNA DEFINICIÓN DE PERSONA
2.2.1. La persona sujeto-objeto
2.2.2. Individuo y persona
2.2.3. La persona humana
2.3. CONCEPCIÓN MATERIALISTA DE HOMBRE
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Diferenciar el estudio del hombre desde la filosofía y desde la ciencia.
Argumentar la concepción del hombre como persona humana y trascendente.
Cuestionar la concepción materialista del hombre.
10
2.1. BASES FUNDAMENTALES EN CUANTO A LA FILOSOFÍA DEL
HOMBRE
Según nos hace notar Carlos Valverde, hay muchos tipos de Antropología (Física,
Psicológica, Cultural, Social, Teológica,..), que dificulta una delimitación precisa.
Todos estudian al hombre. Incluso la denominación de Antropología Filosófica,
puede incluir algunas ambigüedades o puede prestarse a interpretaciones incorrectas,
precisamente porque hay tantas otras Antropologías que pretenden ser la
Antropología única. Por eso, este autor concuerda con la observación de José Rubio
de que sería preferible hablar de Filosofía del Hombre, más que de Antropología
Filosófica. Desde el punto de vista lógico y desde el punto de vista epistemológico
parece más correcta la denominación de Filosofía del Hombre, que la de
Antropología Filosófica.15
Sin embargo, no la descartaremos en esta gran aventura
que hallar respuestas a qué es el hombre.
2.1.1. Estudio del hombre en la filosofía y la ciencia
Precisemos primeramente que el quehacer del filósofo y del científico es diferente y
consecuentemente el de la filosofía y de la ciencia. Expresándolo de forma un tanto
figurada, al auténtico filósofo le preocupa más conocer la real totalidad de lo que
está indagando que conocerla «con precisión». Sabe, por ejemplo, que nada de lo
específicamente relativo a las dimensiones espirituales del ser humano —a su alma,
su libertad, su capacidad de comprensión, de amor y de entrega…— puede medirse y
fijarse en términos cuantitativos ni es susceptible de una comprobación experimental
a través de los sentidos. Al científico le ocupa la realidad observable para analizar,
explicar, prever o explicar. Claramente se nota entonces hacia donde se orienta la
filosofía y la ciencia; la una al mundo inteligible (más allá de lo físico de manera
total) y la otra al mundo sensible o contingente (de manera sectorial).16
La filosofía al preguntar qué es el hombre, trasciende las perspectivas parciales
propias de los saberes positivos, pues en el campo de la ciencia el ser humano es
visto como objeto y en la filosofía como sujeto. Por eso es que Kant a más de la
pregunta ¿qué es el hombre, añade: 1) ¿Qué puedo saber?; 2) ¿Qué debo hacer?;
¿Qué me es permitido esperar? El para qué y el por qué de la existencia humana son
inevitables en relación a la ciencia que se ocupa del cómo conocer la realidad. A
pesar de esta diferencia debe quedar muy claro que: la ciencia (particular y con afán
de exactitud) y filosofía (con pretensiones de totalidad y significado) son modos de
saber complementarios, pero diversos. Un tema de esto podía ser por ejemplo, el
origen evolutivo del hombre. El argumento de la filosofía del hombre o antropología
filosófica a este respecto es diverso, no por ello invalida el aporte científico. Eso
hace que estudiemos al hombre (motivo que nos ocupa en este módulo) más allá de
la fisiología, biología, medicina, sociología o psicología. ―En las ciencias biológicas
y médicas, el hombre es visto como un organismo vivo, como un conjunto de
órganos unidos funcionalmente, como un sistema orgánico. También para la
psicología, el hombre es un sistema. En lugar de órganos y de uniones funcionales
biológicas, habitualmente se determinan elementos y funciones psíquicas, pero sigue
15 Cf. VALVERDE C., Antropología Filosófica,EDICEP, España, 2000,p. 14. 16 MELENDO T, Introducción a la antropología: La persona, EIUNSA, Madrid 2005, citado en: http://trukinxp.blogspot.com/2011/04/filosofia-del-hombre-una-antropologia.html. Consulta: abril 15 de 2011.
11
siendo considerado como un determinado tipo de estructura o de sistema. El hombre
no es sólo lo que las ciencias humanas dicen.‖17
2.1.2. Objeto de la Antropología
En las diversas ciencias humanas, el hombre es estudiado como un organismo, como
un sistema, como un objeto. El hombre aparece como un ser mundano más, como un
ser de la naturaleza, en continuidad con los otros seres naturales.18
Y pare de contar.
En Antropología Filosófica, el hombre es un ser en el mundo, un ser inacabado, un
ser relacionado, un ser que no termina en la piel.
La filosofía es una ciencia universal, puesto que abarca toda la realidad e investiga
las últimas razones, causas o explicaciones de todo (hombre, mundo y Dios).19
Por
eso al hombre lo estudia como persona. Un vocablo que resalta la individualidad de
cada ser humano, pues no hay dos seres absolutamente iguales. Entonces el objeto de
la filosofía del hombre, es la persona, pero en cuanto ser presente en sí mismo, como
ser relacionado con el tú y como ser instalado en el mundo.20
Es decir, como ser
único, irrepetible, autónomo, libre, trascendente, histórico, social y cultural.21
2.1.3. El Método de la Antropología
El método de una ciencia presupone siempre, aunque sea implícitamente, una cierta
idea de su objeto: a tal objeto, tal método. No se puede establecer un método
científico neutral o descomprometido; se está pensando siempre, ya de antemano, en
la índole de lo que se quiere estudiar, para adecuar a él la forma de conocimiento.22
En cambio la filosofía parte de lo concreto, en nuestro caso, del hombre como
persona, desde dentro, desde su estructura profunda, desde lo que es y para lo que es.
No pretende explicar totalmente lo que es el hombre, ni recoger todo lo que se ha
dicho sobre el hombre porque es inabarcable. Se podría decir que explica todo lo
fundamental del hombre pero no totalmente porque en el hombre siempre queda
mucho de misterio.23
Con esto nos ponemos fuera del cientismo y del positivismo
que considera como único criterio la verificabilidad empírica. La filosofía del
hombre o Antropología Filosófica, es de carácter racional y crítica, hace una lectura
interpretativa de la existencia humana, se va a la raíz de todo lo que es monopolio
específico, efecto y obra del hombre: el lenguaje, la conciencia moral, las artes, los
instrumentos, el mito, la religión, la ciencia, la sociedad, entre otros. 24
En otras
palabras, la filosofía del hombre, induce y deduce, describe e introspecciona, separa
y reconstruye, y todo esto según su peculiar manera. La tarea de la filosofía consiste
en descubrir la estructura esencial de los actos y facultades humanas, para responder
a la pregunta: ¿cómo tiene que estar constituido el ser humano para que tal fenómeno
sea comprendido en la plenitud de su significado?25
17 MARTÍNEZ A., Antropología, Universidad Técnica Particular de Loja, Loja, 2000, p.42. 18 Ídem, p.42 19 GASTALDI I., El hombre un misterio, Instituto Superior Salesiano, Quito, 1990, p.27. 20 Ídem., p.29. 21 LAFRANCESCO G., Currículo y Plan de Estudios, Escuela Transformadora, Bogotá, 2004, p. 50. 22 MARTÍNEZ A.o.c., p.49. 23 Cf. VALVERDE C., o.c.,p. 17-18. 24 GASTALDI I., oc., p. 29-30. 25 MARTÍNEZ A., o,c., p.50.
12
2.2. HACIA UNA DEFINICIÓN DE PERSONA
Una vez que hemos diferenciado lo que es la ciencia y la filosofía, así como el objeto
y el método, vamos a precisar el significado de persona para comprender su
fundamento último: Dios. Es un recorrido necesario para aprender a respetarnos, a
darnos cuenta de que no se puede disponer de la persona a nombre del progreso, la
productividad, la eficacia o la rentabilidad.
2.2.1. La persona sujeto-objeto
Una de las grandes dificultades que encontramos al estudiar al hombre es
considerarlo como objeto de estudio cuando el otro también es sujeto. Pero si no lo
hacemos de él un objeto ¿cómo podemos conocerle? Las ciencias de la naturaleza o
las ciencias humanas26
se sustentan en datos objetivos y la filosofía del hombre en la
realidad última de la persona. En términos de Gabriel Marcel podemos decir que el
objeto de las ciencias de la Naturaleza es un problema, mientras que el de la filosofía
del hombre es un misterio, es decir, yo que quiero hacer filosofía del hombre soy
también hombre, no puedo colocarme fuera, estoy comprometido e implicado en el
objeto, dependo de él, en cierto modo soy interior a él, me envuelve y me trasciende. 27
No es tan fácil definir al hombre.
Las ciencias propiamente humanas tienen en cuenta aunque a veces de modo
implícito, el carácter específicamente humano del hombre. El historiador sabe que el
hombre es el único ser que posee propiamente historia; el lingüista es consciente de
que el hombre es el único ser cuyo comportamiento está determinado por el uso de
símbolos y signos, y el especialista en historia comparada de las religiones se percata
de que el hombre es el único animal religioso. No cabe, por tanto, decir que solo la
filosofía considera al hombre en cuanto tal.28
Necesariamente requiere de un diálogo
con las ciencias humanas para forjar una imagen integral del hombre y orientar su
proceso de autorrealización, así como también para interpretar su propia existencia,
asumir una postura respecto de sí mismo y de los demás seres humanos.29
Es un
misterio que no se agota con la luz de la razón. Veremos posteriormente cómo se ha
pretendido dar respuestas en cada época a este respecto. Lo que debemos insistir es
que, ―el hombre que estudian las demás ciencias no es el hombre vivido realmente
por el hombre, sino el ‗hombre-objeto‘ de estudio, como realidad física, vegetativa,
síquica o social. Nos dicen cómo es el hombre, pero no lo que es en realidad‖.30
La
filosofía del hombre según lo dicho hasta el momento, no termina en el conocimiento
sino en la acción para el Buen Vivir. Y es que pensar en uno mismo, es pensar en lo
que deberían ser o hacer los demás, obviamente superando el objetivismo, el
dualismo o el materialismo. Es decir, haciendo del hombre ‗una cosa entre las cosas‘
26 Aclaración para una mejor comprensión de lo expresado: Ciencias de la Naturaleza: Física, Química, Astronomía, Biología, Geología, entre otros. Ciencias Humanas: Psicología, Sociología, Economía, Historia, Antropología Cultural, entre otros. 27 Cf. VALVERDE C., Antropología Filosófica, o.c.,p. 28-31. 28 ARREGUI J., Filosofía del hombre: una antropología de la intimidad, Universidad de Navarra, Instituto de Ciencias para la Familia, Quinta Edición, 2002, España. 23. 29 Ídem., p.24 30 GASTALDI I., o.c., p.28.
13
(objetivismo), enfrentado al cuerpo con el espíritu (dualismo), dando primacía a la
materia como matriz última de toda realidad (materialismo).31
La inquietud respecto a ¿qué o quién es el hombre?, sigue inquietando en la
actualidad, porque como nunca antes el hombre se ha vuelto tan problemático.
2.2.2. Individuo y persona
Entre hombre individuo y hombre persona hay una distinción enorme; el primero
conceptúa al hombre como un objeto o cosa; el otro, como un sujeto, un quien o un
alguien. Precisando un poco más lo manifestado: ―El individuo es la parte de un todo
y es para el todo, mientras que la persona como tal dice independencia relativa del
todo. El individuo es para el universo, el universo para la persona. El individuo es un
ser cerrado, la persona es un ser abierto‖32
. Al respeto el P. Gastaldi afirma: ―El
hombre es un ser en el mundo pero radicalmente distinto y exterior al mundo: no
forma con él un ‗nosotros‘‖.33
Los animales ―individuos‖ tienen como fin la especie,
es decir, nace, vive, se reproduce, continúa la especie y muere, desaparece del todo.
En cambio la persona es fin ella en sí misma, no vive sólo para la especie sino para
realizarse a sí misma en la especie y con la especie. La persona es un ser de
naturaleza espiritual-corporal y por eso no es una cosa de la Naturaleza objeto de una
ciencia física; es un yo único e irrepetible en su absoluta singularidad; es único
aunque no el único; es autoconsciente porque es de naturaleza intelectual. Mientras
que el individuo se considera como un ser cerrado, la persona es un ser abierto, en
cuanto que puede enriquecerse indefinidamente en la comunicación con el mundo,
con los demás y con Dios. La persona es libre y por eso sujeto de obligaciones
morales, y porque tiene obligaciones, tiene derechos y merece todo respeto; se guía
en sus decisiones por valores reflejamente adquiridos. Es dueña de sí y don de sí.34
Luego entonces, ya nos podemos imaginar e incluso describir el comportamiento de
un hombre considerado como individuo o como persona en un contexto social
determinado (familia, grupo, gobierno, empresa, partido, institución…). La primacía
del valor de la persona frente al individuo, a la cosa, a lo genérico e impersonal es
muy importante en la convivencia humana.
2.2.3. La persona humana
Al manifestar que la persona es un misterio, resulta un tanto difícil emitir una
definición, pues en un principio estuvo referido a la máscara (del griego prosopon)
que utilizaban los actores en el teatro romano, luego al personaje que representaba el
actor y finalmente el término tomó un carácter social y jurídico y se llamó persona al
hombre libre, es decir, sujeto de derechos y deberes dentro de la sociedad romana.
Los esclavos no eran personas, y el dueño podía disponer de ellos o tratarlos como
cosas o como cualquier animal.35
En la transición de la antigüedad tardía al
Medioevo, fue Severino Boecio(475/7-523/4), filósofo romano, quien introdujo una
definición filosófica de persona: ―Substancia individual de naturaleza racional‖.36
La
31 Cf. Ídem, p.45-50. 32 P. DESCOQS, Individu et Personne, Archives de Philosphie, citado en VALVERDE C., o.c., p.32. 33 GASTALDI I., o.c.,p. 84. 34 Cf.VALVERDE C., o.c., p.33 35 Ídem., p.35. 36 Cf. MERINO A., Historia de la Filosofía Medieval, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 2001, p.84.
14
substancia37
individual indica la raíz de la propia identidad; la naturaleza racional,
indica la posibilidad de comunicación. Por una parte, algo que es en sí mismo y no
otro, es decir aquello que nos hace diferentes, nos hace intransferibles; por otra, una
experiencia primordial de abrirnos a todo y a todos. Esta definición que se hizo
clásica y que fue adoptada incluso por Santo Tomás, implica evidentemente que todo
hombre es una persona, puesto que todo hombre es substancia individual de
naturaleza racional.
La persona para Boecio es un sujeto que por su razón se distingue de los demás seres
vivientes. De acuerdo, pero surge la pregunta obligada para repensar: ¿En el hombre
pesa más los actos intelectuales que las volitivas y emotivas? Quizás este es el límite
en la concepción boceniana de persona. Avanzando un poco más, nos damos cuenta
que la persona sin relación con ―Alguien‖ es incompleta. Valiéndonos de los aportes
de Fernando Rielo añadiríamos lo siguiente: ―La sustancia de la persona humana es
la relación con Dios, el Sujeto Absoluto. Por el espíritu, aquella parte creada e
inhabitada por la divina presencia constitutiva del Sujeto Absoluto, es posible un
auténtico ‗diálogo‘ personal, libre y amoroso. Ésta es precisamente la diferencia
esencial respecto de los vivientes no personales, que no son libres porque no tienen
espíritu. Es gracias a esta presencia que el hombre tiene la responsabilidad moral,
una libertad y la posibilidad de elegir (de unirse a) la belleza, la verdad y el bien. Si
el hombre renuncia a su compromiso ontológico <con-vivencia>, su experiencia
pierde unidad, dirección y sentido y se degrada a una condición que no podemos ni
siquiera definir como animal, porque es peor que la condición animal pues ésta no
tiene responsabilidad sobre sus actos. La responsabilidad moral del hombre no
consiste solamente en encontrar la armonía con el cosmos, sino en el uso de su
libertad en orden a la relación con el Modelo Absoluto y con sus semejantes.
Imposible que el ser humano posea armonía con el cosmos ni con nada, si no la
posee con su Modelo Absoluto38
. Lo último abordaremos posteriormente.
Como hemos visto hasta el momento, es imposible develar el misterio de la persona
humana. ―Como fin –en-sí: La persona creada por Dios está ordenada a Dios. Si la
persona tiene una dignidad inviolable se debe al hecho de que su valor absoluto está
respaldado por el Absoluto, que protege a la creatura humana, porque fue querida y
hecha por él.‖39
Ser persona, en último término, dentro del pensamiento actual es experimentarse y
conocerse como sujeto distinto a una cosa. Se puede disponer de una cosa para lo que
se quiera, pero de la persona, no. Precisamente porque goza de entendimiento,
voluntad, libertad y trascendencia. Es inconcebible en este punto, ―la escuela de
destrucción, de muertes y genocidios colectivos, la aniquilación de pueblos enteros,
los inventos más refinados e infames de tortura y sacrificio‖.40
37 Por substancia, entiéndase, un ente singular que está-en-sí y no inherente en otro. 38 DE ANGELIS B y ZORDÁN P.,Antropología, Universidad Técnica Particular de Loja, Loja-Ecuador, 2006,p.50-69. 39 GASTALDI I., o.c., p. 171-172. 40 RODRÍGUEZ E., Antropología, EL BUHO, Bogotá, 2003, p.128.
15
2.3. CONCEPCIÓN MATERIALISTA DE HOMBRE
El materialismo ateo asegura categóricamente – y desde un punto de vista cientista-
positivista, a través del evolucionismo radical- que todo se reduce a la materia
gracias al juego fortuito de la energía físico-química; posición desde la cual el
hombre no es más que el resultado accidental del desarrollo de la materia. Es decir, la
materia sería la última realidad a partir de la cual se manifiesta toda expresión
humana como la fase más elevada y perfecta de la materia evolutiva.41
Según esta
concepción materialista, está por demás recurrir a algo que no sea demostrable
científicamente. O sea, niega el origen del hombre a partir de la creación y más bien
lo considera como parte de la naturaleza. Es decir, sería un ser al mismo nivel de una
planta o un animal. No habría sentido hablar de persona en esta visión.
El materialismo dialéctico tuvo su marcado impulso a partir del materialismo
histórico de Marx, el cual, a partir de su concepción materialista de la naturaleza,
afirmaba que el hombre es una parte de la naturaleza, el cual está dotado de fuerzas
naturales, posee una vida y un cuerpo en el que se reúnen una serie determinada de
elementos materiales, capacidades y necesidades. Así, Marx acentúa la actividad
práctica del hombre que, al carecer de muchas cosas en sí mismo y no poder
sobrevivir por sí solo, tiene que operar sobre el mundo exterior. Ahí se muestra qué
clase de ser es el hombre, apareciendo lo que le es específico; ser una existencia que
se forma y se va realizando histórica y socialmente. Ante esta situación, si el hombre
se da cuenta con plena claridad de que el mismo no es más que una parte de la
naturaleza, una existencia natural, se hará imprescindible una coexistencia armónica
con la naturaleza a través de un intercambio concreto e íntimo con ella.42
Surge así –según Marx y Engels-, la ley objetiva de la aparición de la conciencia, en
donde se reconoce el carácter primario de la materia y de la naturaleza como la única
realidad objetiva, considerando a la conciencia como una propiedad de la materia. En
este sentido, todo fenómeno queda reducido a la materia, y la conciencia, por tanto,
no es más que el producto de la función y propiedad de la materia. Es ella (la
materia) la que da origen a la conciencia y al pensamiento. La práctica social, en este
caso, es la que actúa sobre la conciencia y la somete a cambio, de donde se deduce
que la capacidad de pensar del hombre no es otro que el producto del desarrollo de la
producción material, es decir, de la actividad práctica y social del hombre.43
41 GUERRERO G.,Antropología Filosófica, Universidad Técnica Particular de Loja, 1993, p. 34. 42 CASTAÑEDA J., citado en GUERRO G., p. 35. 43 Ídem., p. 35.
16
UNIDAD 3: LOS FILÓSOFOS ANTE EL HOMBRE
SUMARIO
3.1. VISIONES ANTROPOLÓGICAS
3.1.1. EDAD ANTIGUA
3.1.1.1. Platón
3.1.1.2. Aristóteles
3.1.2. EDAD MEDIEVAL
3.1.2.1. San Agustín
3.1.2.2. Santo Tomás de Aquino
3.1.3. EDAD MODERNA
3.1.3.1. Descartes
3.1.3.2. Kant
3.1.4. EDAD CONTEMPORÁNEA
3.1.4.1. Nietzsche
3.1.4.2. Sartre
3.1.4.3. Dussel
3.2. SÍNTESIS GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Reconocer el argumento antropológico de filósofos y teólogos más relevantes a
lo largo de la historia de la humanidad.
Diferenciar las distintas escuelas filosóficas respecto al hombre, mundo y Dios.
Responder preguntas relacionadas con los rasgos constitutivos del hombre y su
quehacer en el mundo actual.
17
3.1. VISIONES ANTROPOLÓGICAS
La concepción de Dios, hombre y mundo es importante para comprender los
problemas del hombre actual. Los pensadores que se menciona en este apartado,
harán notar cómo el hombre ha vivido momentos de admiración, contemplación,
autonomía, esperanza y desencanto a lo largo de la humanidad. Un gran proceso de
reflexión se ha dado para afirmar que el hombre es un ser corporal, espiritual y
trascendente.
3.1.1. EDAD ANTIGUA
3.1.1.1. Platón
Filósofo griego, nacido en Atenas (427-347 a.C), discípulo de
Sócrates y maestro de Aristóteles, muy influyente en el
pensamiento occidental. ―Concibe al hombre como un ser dual:
por una parte es cuerpo, y por otra es alma.44
Es decir, el
hombre persona está compuesto de alma y cuerpo por
separado. El alma pertenece al mundo ideal; el cuerpo, al
mundo material.
La unión es accidental, se separan con la muerte; el cuerpo como materia se
descompone, mientras que el alma retorna al reino de las ideas para bajar
nuevamente, es decir encarnarse en un cuerpo hasta cuando esté limpia y purificada.
Según Platón, el alma humana vive por castigo en un cuerpo (cárcel), de la cual tiene
que liberarse lo antes posible. Esta visión lo expresa en el mito del auriga (o del carro
alado). ―El hombre es como un carro tirado por dos caballos, uno de color blanco y
otro de color negro. El caballo blanco (alma) siempre tiende para arriba, es decir,
hacia el mundo eterno de las ideas, y el caballo negro (cuerpo) tiende hacia abajo, es
decir, hacia el mundo sensitivo y material‖.45
Hay un desprecio al cuerpo y del cual
puede predicarse como algo malo, libidinoso, manchado, cargado de bajas pasiones.
Nada extraño entonces, la satanización de la sexualidad, los castigos corporales para
purificar al alma, entre otros. Ideas y actos que tuvieron mucho empuje en la época
medieval para lograr la salvación del alma. Valverde en su obra, nos manifiesta:46
44 ESTERMAN J., Historia de la Filosofía, Abya Yala, Quito, 2001, p.32. 45 Cf. LOBOSCO M y otros, Phrónesis: Temas de Filosofía, Vinces Vives, España, 2006, p. 54 46 VALVERDE C., o.c., p. 48.
18
3.1.1.2. Aristóteles
Nació en Estagirita de Tracia en el 384 a.C. Recurriendo a la
teoría hilemórfica47
, afirma que el ser humano es un compuesto
de materia y forma. La materia se identifica con el cuerpo y la
forma con el alma; ambos, marchan juntos en una unidad de
movimiento, de acciones, de operaciones. Para Aristóteles el
alma era algo presente en todo el organismo como «principio
de la vida» de ese organismo, es decir, algo que no se podía
imaginar desprendido del cuerpo. Ejemplo: El ser humano pasa
de niño a joven, maduro y anciano, pero nunca deja de ser
hombre. Alma y cuerpo son las dos raíces metafísicas de una
misma realidad, el hombre.
Aristóteles se contrapone de este modo a Platón, ya que cuerpo y alma son
inseparables; y el cuerpo no es la cárcel del alma, sino su sede natural. 48
Desaparece
así el dualismo platónico. Aristóteles confiere el máximo valor a la mente por el cual
el hombre supera a todos los otros seres. De ahí, que defina al hombre como animal
racional. Y como los griegos daban mucha importancia a la vida comunitaria, al
hombre también lo concibió como animal sociable por naturaleza. El problema de
Aristóteles está en que cuando muere el ser humano, el alma y el cuerpo
desaparecen. Él no llega al problema de la inmortalidad del alma.
47 El hilemorfismo afirma que todos los entes tienen un aspecto material y otro aspecto formal, que no pueden ser separados en realidad, sino solamente por abstracción. La revolución de Aristóteles consiste en concebir a la materia (hylé) y forma (morfé) en el mismo ente concreto. 48Cf. LOBOSCO M., p. 74.
La obra de Platón significa el esfuerzo más noble, en el mundo griego,
por elevarse y por enseñar a los hombres a elevarse hacia el absoluto y
trascendente. Su filosofía no es una especulación desinteresada, sino
una explicación de la realidad que culmina en una pedagogía, un modo
de ascender de lo sensible a lo inteligible, de lo bajo a lo alto, para allí
encontrar la felicidad en la contemplación de la verdad y el amor del
bien. Ésa es la razón de ser y el sentido de la vida del hombre
inteligente. Por eso, para Platón el hombre es, ante todo, alma, de
origen divino, inmaterial, eterna e inmortal, unida accidentalmente al
cuerpo como consecuencia de un pecado y con la misión de gobernar y
dirigir el cuerpo como el timonel la nave, o el auriga el carro.
Los dos pensadores griegos no son los únicos, se los menciona porque son
influyentes en el pensamiento occidental. Claramente nos presentan una
imagen de hombre por encima de la naturaleza gracias a su capacidad de
pensar, de hablar y de convivir.
19
3.1.2. EDAD MEDIEVAL
3.1.2.1. San Agustín
Antes de adentrarnos al estudio del hombre en la filosofía
agustiniana, hay que manifestar que san Agustín, fue
anterior al Medioevo, sin duda fue un tenaz maestro de
los medievales por sus escritos.
San Agustín (354-430) nació en Tagasti de África romana.
Sustentándose en la filosofía platónica y el neoplatonismo49
,
dio un gran impulso a la fe cristiana y consecuentemente a una concepción de
hombre como imagen de Dios. Según san Agustín, ―el hombre no es ni el alma sola
ni el cuerpo solo, sino el compuesto de alma y cuerpo. Es una gran verdad que el
alma del hombre no es todo el hombre, sino la parte superior del mismo, y que su
cuerpo no es todo el hombre, sino su parte inferior. Y también lo es que a la unión
simultánea de ambos elementos se da el nombre de hombre, término que no pierde
cada uno de los elementos cuando hablamos de ello por separado.‖ 50
Claramente se nota una concepción dualista, al estilo platónico. El alma define
propiamente al hombre y es una sustancia dotada de razón destinada a regir un
cuerpo. Lo que significaría que el alma es la parte mejor y debe dominar sobre el
cuerpo. Interpretando un poco más lo anterior se desprendería que las facultades del
alma son la razón y la voluntad que, a su vez se distinguen en un nivel inferior y uno
superior, respectivamente: ratio inferior (razón inferior) y ratio superior (razón
superior), a la que corresponden las virtudes sciencia (ciencia) y sapientia (sabiduría)
y liberun arbitrium (libre albedrío) y libertas (libertad). En el nivel superior de
ambas facultades obra directamente Dios: en la ratio mediante la iluminación, en la
voluntad mediante la gracia.51
Por eso, para evitar la caída del hombre en pecado,
hay que dejarse conducir por el amor, que impide una perversión de la libertad. De
ahí la famosa frase de san Agustín: ―Ama y haz lo que quieras‖.52
3.1.2.2. Santo Tomás de Aquino
Filósofo y teólogo de la Alta Edad media (1225-1274). Retoma
la filosofía aristotélica y lo compatibiliza con la doctrina de la
revelación. Afirma que el ser humano está compuesto de
materia y de forma, como los demás seres materiales.
El cuerpo es la materia y el alma, la forma: unidos
substancialmente constituyen la persona humana. Esto hace
49 Neoplatonismo: Filosofía mística reaccionaria de la época de la decadencia del imperio romano (Siglos III-IV). En el neoplatonismo, la teoría de las ideas de Platón tomó la forma de doctrina sobre la emanación mística (irradiación) del mundo material a partir de un principio espiritual. La materia no es más que el eslabón inferior en la jerarquía del universo, es una emanación del “alma del mundo”, sobre la que se eleva el “espíritu”, y aun, más arriba, la “esencia primera” o “lo único”. Según los neplatónicos, el grado supremo de la filosofía, no se alcanza por medio de la experiencia y de la razón, sino gracias al éxtasis místico.(Tomado del Diccionario Filosófico de Rosental-Iudin). 50 Citado en LOBOSCO M., o.c. p. 123. 51 DE ANGELIS B., Antropología, o.c., p. 26. 52 ESTERMANN J., Primera Parte, oc., p. 73.
20
que alma y cuerpo sean dos principios que co-existen, con sus
propias facultades.
El cuerpo nos permite comunicar o relacionar con los otros; mientras que el alma
realiza operaciones inmateriales como son el entender y el querer. 53
Diríamos que
tanto el cuerpo como el alma cumplen sus funciones sin desligarse. Solamente con la
muerte, el alma se separa del cuerpo; se acaba la parte material, pero el alma al ser
inmaterial no. Entonces el alma tiene la posibilidad de resucitar, por el hecho mismo
de haber sido creada por Dios. Lo cual quiere decir que el hombre no surge por azar
sino por obra de Dios.
3.1.3. EDAD MODERNA
En esta edad Dios deja de ser el centro de estudio; el hombre, en cambio, pasa a
ocupar un lugar preferencial como sujeto de conocimiento y como solucionador de
los problemas económicos, políticos y religiosos. La palanca que mueve todo el
accionar humano es la razón.
3.1.3.1. René Descartes
Filósofo y científico francés (1536- 1650). René Descartes
(1596-1650), filósofo francés considerado padre de la filosofía
moderna, figura central del Racionalismo e iniciador de las
filosofías de corte imanentista. Vivió en un contexto
sociocultural, político y religioso, marcado por una
creciente inestabilidad y complejidad en toda Europa.
En el tratado del hombre, Descartes nos habla del ―hombre-máquina‖.
Consecuentemente con su mecanicismo, sostiene que el cuerpo es una máquina
integrada por una serie de piezas cuyo conocimiento permite explicar cualquier acto
humano. Entiende que el hombre es un compuesto de cuerpo y alma. El cuerpo está
sometido a las leyes naturales por ser materia (res extensa), es decir, que su atributo
principal es la extensión (longitud, anchura y profundidad), que se manifiesta a
través de la figura y el movimiento, sus dos modos reales de ser.
El alma (res cogitans) tiene como atributo principal el pensamiento. De ella pueden
predicarse muchas modalidades: entendimiento, memoria, imaginación, voluntad,
deseos, pasiones…
El alma explica el pensamiento, pero no es principio de vida porque ésta se reduce a
movimiento mecánico, sobre todo en los animales, que, al no tener alma, no tienen
pensamiento.
En el caso del ser humano, se plantea un problema, que luego recogerán los
racionalistas posteriores, el de las relaciones cuerpo-alma. Dicho de otra manera, la
relación materia-mente. Descartes sostiene que el alma está unida a todo el cuerpo, a
través de la glándula pineal, localizada en el cerebro.
53 Cf. LOBOSCO M., o.c., p. 161; DE ANGELIS B y ZORDAN P., o.c., p. 28.
21
A través de esta glándula, el alma comunica al cuerpo sus pensamientos y demás
operaciones y recibe de éste las impresiones. Quien siente es el alma, dice Descartes,
y las sensaciones son ideas confusas o maneras confusas de pensar. El alma es
también la que sufre las pasiones: deseo, odio, alegría, tristeza…54
3.1.3.2. Immanuel Kant
Filósofo alemán (1724- 1804) que consideró a la razón como
lo primordial del ser humano para conocer el mundo exterior. Por
tanto la actitud crítica conlleva a plantearse estas preguntas:
¿Qué podemos saber? ¿Qué debemos hacer? ¿Qué podemos esperar?
A la primera cuestión, responde la metafísica; a la segunda, la
moral; a la tercera, la religión55
. Las ideas metafísicas – el alma, la libertad del
hombre, la existencia de Dios- son aspiraciones ambiciosas de la razón, no se limita
a trabajar con datos sensoriales. En cuanto a la moral (lo que debemos hacer), Kant
considera que el comportamiento debe ser autónomo, que brote de una ley que nada
me impone y que yo acepto como fruto de mi propia libertad de ser racional. Será
una orden que yo me doy a mí mismo por simple respeto a lo mejor que hay en mí:
no estará condicionada a conseguir esto o aquello sino que será un imperativo
categórico que busca lo bueno de modo absoluto y nada más. Hay respeto a los
semejantes; no los utiliza como herramientas o simples marionetas. Kant decía, que
―siempre debes tratar a las personas como si fueran una finalidad en sí y no solo un
medio para otra cosa‖. Y finalmente, ¿qué podemos esperar? Kant consciente de que
los seres humanos se enfrentan por las ideologías, religiones, ambiciones políticas,..
y apelando a la razón, aspira a una paz perpetua entre los seres humanos y los países
mediante la armonía de intereses bien entendidos y sin fanatismos religiosos o
imposición de creencias a los demás por la fuerza.56
54LOBOSCO M., o.c., p. 216 55 ESTERMANJ., Historia de la Filosofía, Tomo III, p.23. 56 Cf. SAVATER F., Historia de la Filosofía sin temblor ni temor, Espasa Calpe, España, 2009, p.122-125.
Según Descartes, los sentidos, son la fuente menos fiable; la razón es la única que
proporciona conocimientos seguros o certeros. Para lograr eso, al principio hay que
dudar de todo, liberarse de ideas viejas. El resultado de este afán se concentra en la
frase: ―Cogito, ergo sum‖( ―Pienso, luego existo‖). En un momento determinado el
sujeto pensante llega a la idea de un ser perfecto, Dios. La idea de un ser perfecto
no puede venir de algo que es imperfecto (sujeto pensante), sino de Dios. La idea
de Dios, según Descartes, es innata, está impresa en nosotros desde que nacemos.
Por lo que Dios, al ser evidente al pensamiento, existe.
22
3.1.4. Edad contemporánea
3.1.4.1. Nietzsche
Genio poético, nacido en Alemania, (1844-1900), hijo de un
pastor evangélico. Criticó radicalmente a la cultura alemana,
que le pareció decadente y mediocre por influjo de la filosofía
socrática y platónica, del cristianismo (manifestación más
fuerte, del ―extravío de los instintos‖, ―forma de platonismo‖,
―un platonismo para el pueblo‖).
En su estilo de filosofar considera al hombre como un embrión
en desarrollo, que tiene que apoderarse de su destino, actuar con determinación y
liberarse de aquello que había inventado el pensamiento humano: religión, moral,
Dios, eternidad, santidad, salvación, vida verdadera, entre otros. (Para este pensador,
son sinónimos de ―nada‖-Nihilismo).
Según esto, el hombre no necesita de Dios, se basta por sí mismo. Recurrir a Dios es
una debilidad humana. El hombre goza de ―voluntad de poder‖, tiene que aceptar su
condición de vida, las adversidades y superarlas. Esta voluntad dará origen al super-
hombre, llamado a transformar todos los valores. En consecuencia, Dios ha muerto y
han muerto los grandes ideales morales y religiosos.57
Nietzsche cree que los valores
deseables son la fuerza y la audacia, la energía y el orgullo.
3.1.4.2. Jean-Paul Sartre
Filósofo existencialista francés (1905-1980); su postura puede ser
considerada por muchos como pesimista e individualista, por mostrar
la realidad objetiva del hombre como ser humano. Para él, ―El hombre
no nace, sino se hace.‖ No hay otro legislador que él mismo; tiene que
realizarse y ser aquello que quiere ser.
No le interesa estudiar la esencia del hombre, sino su existencia y en concreto, su
libertad. Y como tal, no tiene fin ni está determinado, se descubre existiendo,
teniendo que decidir lo que ha de ser por sí mismo: realizarse como proyecto. 58
Siendo ésta la responsabilidad del hombre: Dios no existe, porque anularía esta
libertad. Y según Sartre, el precio de la libertad y la aceptación de su lugar en el
mundo, da lugar a los sentimientos de angustia, desamparo y desesperación,
sentimientos que abren la puerta a la conducta de mala fe, u ocultación de la propia
responsabilidad y muestra de la tentación de ser una mera cosa.
57 Cf. LOBOSCO y otros, Phrónesis, o.c. p. 310-317. 58 ECHANO J y otros,Episteme: Historia de la Filosofía, Vinces Vives, 1999, p.345.
El ―superhombre‖ es el héroe futuro, el genio, el sabio, el científico, el filósofo
venidero, el que comprenderá las grandes verdades de la ―muerte de Dios‖
(abandono de la visión religiosa) y de la ―voluntad de poder‖ (lucha de la vida). El
―superhombre‖ es una meta del hombre y se presenta como una decisión de los
más fuertes, de los más lúcidos que son los que han de preparar su venida. Piense
estimad@ estudiante: ¿Será que estamos rodeados de ―superhombres‖?
23
Según Sartre, con la muerte culmina el absurdo de la existencia: ―Es absurdo que
hayamos nacido, es absurdo que muramos‖.59
3.1.4.3. Dussel Enrique
Filósofo argentino (1937- ), fundador de la Filosofía de la Liberación
Latinoamericana. Se interesa por el hombre doliente, por el Otro-
excluido, el invisibilizado, las víctimas, los que no tienen voz, los
oprimidos,... para que vayan concientizándose de sí mismos, de su
mundo, de la realidad en que viven. 60
―Dussel afirma que en América Latina la proposición que mueve al filosofar no es
una sintaxis lógica de los lenguajes naturales sino el enunciado existo, debo comer‖. 61
Hace alusión al hombre que de tanto ajustarse los cinturones: interpela, protesta y
reclama justicia.
3.2. SÍNTESIS GENERAL
Una revisión crítica de las visiones antropológicas nos enseña que el hombre es una
unidad totalizante relacionado con el mundo físico, el mundo simbólico, con otros
hombres y con Dios. El hombre (en sentido filosófico) es el que piensa, ama, siente,
intuye, hace, trabaja y transforma. Es un todo el que se pone en acción. Ayudar al
prójimo no es cuestión de estirar el brazo y dar una moneda como tampoco es soñar
con una sociedad ideal sin comprometerse en el cambio. Somos seres para el
encuentro y hay que caminar con los dos pies en el suelo y con la mirada puesta al
cielo.
59 www.e-torredebabel.com/.../Sartre/Sartre-Ser-Para-Si.htm, investigado el 11 febrero de 2010. 60 Léase filosofía contemporánea.wordpress.com/…/lectura-de-la-etica-de-la-liberación-de-enrique-dussel/-. Investigado el 18 de febrero de 2010. 61 Lobosco M y otros, oc., p. 419.
24
UNIDAD: 4 DIMENSIONES FUNDAMENTALES DEL HOMBRE
SUMARIO
4.1. EL HOMBRE COMO SER RELACIONAL CONSCIENTE
4.1.1. El hombre con el mundo
4.1.2. El hombre con el hombre
4.1.3. El hombre consigo mismo
4.1.4. El hombre con Dios
4.2. LA REALIZACIÓN HUMANA
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Establecer la relación cuádruple del hombre: con el mundo, con los otros,
consigo mismo y con Dios.
Diferenciar aspectos positivos y negativos, incongruencias y contrariedades que
el hombre genera en su vinculación con la naturaleza, con los demás, consigo
mismo y con Dios.
Asumir una posición coherente respecto al sentido de la existencia humana y la
realización del hombre.
25
4.1. EL HOMBRE COMO SER RELACIONAL CONSCIENTE
El hombre jamás camina solo, siempre necesita de alguien o de algo. En el gráfico,
podemos observar y percibir, que estamos relacionados con todo lo que nos da la
razón para existir. Ante nuestros ojos está nada más y nada menos que el universo
con todo su contenido
Cada sociedad posee un conjunto de creencias, relaciones, valores, símbolos, ideas,
prácticas,...que construimos a diario. Si nuestra misión es ayudar al hombre, es justo
conocerlo por primero e impulsar una antropología que contribuya a su liberación, a
los procesos de participación, al respeto de la cultura ajena.
4.1.1. El hombre con el mundo
Partamos con preguntas sencillas: ¿Qué sería del mundo físico si no hubiera el
hombre? El hombre está llamado a relacionarse activamente con el mundo material,
con la naturaleza por medio del trabajo. Pero ese trabajo honesto, bien ganado y sin
perjudicar a nadie ni a ninguna especie so pretexto de acumular bienes, capital y
poder social. De la tierra saca el hombre lo necesario para satisfacer sus necesidades
vitales, también la explora y desentraña sus misterios para realizar grandes inventos.
Y esto lo convierte en un colaborador de Dios para perfeccionar el mundo en la
medida que vaya aceptando los desafíos.
La esencia del hombre es por tanto su existencia en cuanto activa desde y frente al
mundo en cuyo horizonte siempre se encuentra inmerso. Así es como establece un
sistema de relaciones o conjunto de referencias que deben ser utilizados y
perfeccionados por el hombre.62
62 Cf. PROAÑO L., El profeta del pueblo, Fundación del pueblo indio del Ecuador-FEPP, Ecuador, 1990, pp. 49-52; RODRÍGUEZ E., Antropología: curso básico, El Buho, Bogotá, 1999, pp. 90-92.
26
La transformación del mundo por el hombre se realiza esencialmente mediante el
trabajo humano, mediante la técnica, que adquieren así su significado profundo.
Mediante el trabajo humaniza, el hombre humaniza lo que él transforma, lo marco
con su impronta.63
Las maravillas que se observa y los secretos que guarda la naturaleza dejan
insatisfecho al hombre que a diario quiere descubrir y sacar aplicaciones de toda
índole para su bienestar o malestar. La historia de la ciencia y de la técnica no es sino
una comprobación de la vocación que Dios ha dado al hombre de enseñorearse de la
tierra y se debería añadir del universo. Pero esta potestad no la ha sabido cultivar
convenientemente, por el contrario, el hombre actual al abrir el camino al progreso
ha destruido, está y continuará destruyendo el mundo. Paulatinamente está perdiendo
amor a la Tierra, ella que nos da abrigo, alimentación, agua para vivir, aire para
respirar, bosques para preservar la humedad, energía para mover o transformar la
materia y otras tantas bondades. De continuar así, y no con una visión pesimista: el
planeta colapsará.
Hoy ya no se pregunta por el ―por qué‖, sino por el ―cómo‖ de las cosas y de los
fenómenos. Lo funcional está por sobre las razones y finalidades últimas. En la
nueva sociedad tosen por la contaminación hasta los más ricos. La técnica –
advierten los ecólogos- ha divorciado al hombre de la naturaleza: sus efectos son la
contaminación que producen las industrias y la destrucción a que lleva la carrera
armamentista. El hombre de hoy dispone de medios capaces de hacer saltar el mundo
en pedazos o de construir unas relaciones sociales más humanas. Resta un cambio de
actitud y sobre todo llevar la técnica al servicio de un mundo más humano.64
En síntesis, el gráfico plantea la responsabilidad del ser humano de hoy:
4.1.2. El hombre con el hombre
El ser humano antes de nacer y después de haber nacido necesita del otro. El hecho
de ser parte de un movimiento, conformar un grupo juvenil, una Comunidad Eclesial
de Base, contraer matrimonio, hacer opción por los demás, establecer vínculos entre
estados y naciones, crear organismos en defensa de la vida, del ambiente, de la paz,
entre otros; da cuenta que la dimensión social es esencial y constitutiva del hombre.
63 AUBERT J., Filosofía de la Naturaleza, Herder, Barcelona, 1994, p. 414. 64 Cf. GASTALDI I., El hombre un misterio, Instituto Superior Salesiano, Quito-Ecuador, 1994, pp. 12-18; 252- 257.
TIERRA
¿Qué hay? ¿Qué nos da?
¿Cuál es nuestro compromiso?
27
―Los hombres no sólo viven juntos sino que continuamente se hallan en interacción,
respondiendo unos a otros y conformando sus acciones en relación con la conducta
de los demás. (...). La interacción no es ocurrencia momentánea ni una respuesta
única a un único estímulo; es un proceso continuo de acción y reacción‖.65
―El hombre como ser en el mundo no existe solo sino que siempre y desde cualquier
punto de vista se va enfrentando a los demás, a los otros. El yo por lo tanto nunca es
una realidad cerrada sino referida necesariamente a los otros Yos; existir es
coexistir.‖66
Ese relacionar con el otro es una tarea y una búsqueda permanente para aprender a
convivir, a reconocernos y ―analizar con minuciosidad el comportamiento y
pensamiento de algún pueblo en particular‖67
, donde varían el estilo de vida, es decir,
costumbres, tradiciones, mitos, formas de organización, comunicación,
transportación o de sobrevivencia, entre otros.
Y bajando un poco más a lo concreto; diariamente, amar al otro y ser justo es un
gran reto muy posible de llevar a cabo, descubriendo y reconociendo al pobre, a la
viuda, a los niños y niñas de la calle, a las niñas y niños trabajadores, al joven, al
negro, al indígena, al hambriento, al anciano, al hombre ultrajado, oprimido o
aplastado. El siglo presente pide pasar de la sensibilidad al compromiso. No basta
con decir ―pobrecito‖, ―que pena que vivan así‖, ―que indolentes que son los jóvenes
con los adultos mayores y mujeres embarazadas‖, ―hay que hacer un llamado de
atención a los gobiernos para que no haya más emigrantes, desplazados y
refugiados‖. Detrás de esta realidad, no solamente hay causas y efectos sino también
causantes.
El otro no necesita ser demostrado con fórmulas, algoritmos o teoremas; es alguien
concreto e íntegro, de carne y hueso como dice Enrique Dussel. Cuando las
estructuras existentes, las normas concretas del derecho y de la justicia no reconocen
al otro, terminan en injusticias y violencias, brechas de honda preocupación y
situaciones ilógicas. De la mente debe salir la idea de que ―el otro me es útil mientras
me sirve, no protesta, ni se autodetermina‖. La autodeterminación es fundamental
para la liberación de los pueblos.
4.1.3. El hombre consigo mismo
El hombre es el único ser que goza de autoconciencia, autodeterminación y libertad.
Por eso piensa y quiere en forma autónoma, conoce, ama, decide, hace una opción
fundamental, se da cuenta de sí mismo, sabe que como él no hay otro, sabe que debe
morir, se ruboriza, le preocupa la práctica de los valores éticos, protesta cuando
trastocan su intimidad o cuando los otros no comprenden sus necesidades y violan
los derechos humanos, ―percibe su radical ‗alteridad‘ frente a las cosas y frente a los
demás: no forma con ellas un todo único, es un mundo aparte, siempre nuevo y
original. Por eso la persona es misteriosa. Pretender esclarecer su misterio es
emprender un imposible viaje de estudios al país de la ‗alteridad‘.‖68
65 CHINOY E., o.c., p. 48 y 49. 66 RODRÍGUEZ E. o.c., p. 92. 67 EVANS-PRITCHARD E., Ensayos de Antropología Social. Siglo XXI, Madrid, 3ª. Edición, 1990, p. 1. 68 GASTALDI I., El hombre un misterio, o.c., p. 91.
28
Persona es un concepto que implica relación y comunicación con el Sujeto Absoluto.
Sin esta apertura al infinito; imposible ser persona humana. Equivaldría a aceptar que
el hombre existe en sí mismo sin necesidad de Alguien. Y de acuerdo a las visiones
antropológicas estudiadas anteriormente, el hombre sin Dios y que cree valerse por sí
mismo, comete equivocaciones y puede hasta provocar genocidio. Si el hombre es
distinto a los demás seres, quiere decir entonces que trasciende y como tal es algo
sagrado e inviolable. Pensar en el hombre consigo mismo implica reconocerse como
persona y reconocernos como personas, pero como decía Santa Teresa de Calcuta,
sin ignorar la presencia divina, porque Dios ES.
Ser persona es estar abierto a los otros y al mundo en una inserción orgánica que lo
vincula y lo compromete en contra de toda forma egocéntrica e impersonal. Ser
persona, en último término, dentro del pensamiento actual es experimentarse y
conocerse como sujeto distinto a una cosa y por tanto no reducible ni deducible a
otras instancias más originarias y fundantes.69
La persona es un centro de valores
fundamentalmente, sin embargo, la humanidad nunca ha estado tan alejada de los
valores como ahora, y, a la vez, nunca se ha encontrado tan necesitada de éstos.
En Documento Conclusivo de Aparecida, numeral 44, al respecto se dice: ―Vivimos
un cambio de época, cuyo nivel más profundo es el cultural. Se desvanece la
concepción integral del ser humano, su relación con el mundo y con Dios; aquí está
precisamente el gran error de las tendencias dominantes en el último siglo…Quien
excluye a Dios de su horizonte, falsifica el concepto de la realidad y sólo puede
terminar en caminos equivocados y con recetas destructivas‖. 70
El hombre es una
realidad, es de carne y hueso y al ser utilizado como objeto, deja de ser sujeto.
El sentido de la vida es la existencia compartida; nada se logra sin el otro y tampoco
alejándose de los demás ni mucho menos de Dios. De allí que no es lo mismo
―existir‖ que ―vivir‖. ‗Existir‘ significa emerger, ‗salir hacia fuera‘. ‗Vivir‘ significa
simplemente respirar, comer, asimilar, crecer en estatura... Haciendo una aplicación a
la vida diaria: ‗Vive‘ el cachorro que bosteza acostado a la puerta del matadero.
‗Existe‘ el hombre que desarrolla sus capacidades, que construye su propia
personalidad. Nada más fácil que ‗vivir‘ como hace el animal. Sin embargo, nada
hay más difícil y noble que ‗existir‘, como lo debe hacer la persona. Sé sincero(a):
¿tú ‗vives‘ o ‗existes‘? 71
La existencia va mucho más allá del mero hecho de contar los días de la otra cara de
la vida. ―Yo existo‖ va tomado de la mano al ―Yo soy‖; así como ―Nosotros co-
existimos‖ del ―Nosotros somos‖. Gozamos de autonomía y libertad; y por lo mismo
deberíamos aprender mucho del reino animal, donde no hay noción de Dios, pero sí
advertencia de los peligros provenientes del hombre o de la naturaleza. Nosotros que
nos diferenciamos del reino animal por la inteligencia; no dormimos bien, porque la
sociedad tiembla de miedo por el peligro de los inventos y cálculos humanos.
69 RODRÍGUEZ E., Antropología: curso básico, o.c., pp. 89 y 90. 70 DOCUMENTO CONCLUSIVO APARECIDA, V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Ediciones Paulinas, 2007, p.58. 71 Cf. COMETTI P., Juventud: problema y solución, San Pablo, Colombia, 3ª. Reimpresión, 2002.
29
4.14. Hombre con Dios
Por la vertiente espiritual del hombre y su auto-trascendencia podemos afirmar que
el hombre no es él solo. Desde que tuvo y tiene uso de razón, mantuvo, mantiene y
mantendrá relación con la divinidad. El mismo hecho de negar dicha presencia en la
vida del hombre, ya es un primer paso de la existencia de Dios. El hombre que
descubre a Dios, participa de la riqueza divina y lleva una vida diferente, nada pasiva
por cierto.
―El hombre está hecho para Dios, esto es, tiene un vacío que no puede ser llenado
sino con Dios (...). Sin quererlo, vienen a la memoria las palabras de Agustín: ‗Nos
has hecho Señor para Ti y nuestro corazón está inquieto mientras no descanse en Ti‘.
Aquí se sitúa la vocación trascendental del hombre‖.72
Cuando el hombre rompe su relación con Dios, prevalecen sus planes, sus
pensamientos, el amor hacia sí mismo, la búsqueda del propio beneficio. ¡Hoy el
hombre comete un absurdo! Busca equivocadamente hacerse como Dios, suplantar a
Dios sin siquiera reconocerse como un ser imperfecto, limitado, inconcluso y
transitorio. Y lo inconcebible, ―Dios es una de las palabras ―enfermas‖ que andan
hoy en boca de todos y que necesita una urgente limpieza radical (...) Hay quien pide
a Dios el buen tiempo y el sol, y quien le pide la lluvia; hay quien le suplica salir
victorioso en un concurso que, naturalmente, dejará a otro derrotado; unos rezan por
la paz y otros piden para vencer en la guerra. ¡No! ¡Dios no es eso! Es una persona
que posee su bella inteligencia, su voluntad, su gran corazón. Es un amigo. Todo lo
que existe fue pensado, proyectado, querido y amado; de lo contrario, no existiría.‖73
Y por tanto, toda su obra sería imperfecta.
Dios infunde amor, ternura, paz, perdón, compromiso, bondad, justicia, alegría y a
eso está llamado el hombre a que diariamente lo manifieste en su trabajo, en el
matrimonio, en la comunidad, en el país, en el planeta. Tarea dificultosa, por cuanto
el hombre mayormente se mueve valiéndose de cálculos y maniobras, réditos,
alianzas políticas, relación de poder, engaño, amenaza, conflicto, indiferencia,
negocios, entre otros. ¿Para qué? Para alcanzar la felicidad.
Luego entonces, ¿cómo puede ser o vivir feliz el hombre si está alejado de Dios? Los
bienes materiales dan comodidad y otras ventajas impensables, pero los bienes
espirituales dan buen olor y muchos beneficios para todos.
―Ante una vida sin sentido, Jesús nos revela la vida íntima de Dios en su misterio
más elevado, la comunión trinitaria. Es tal el amor de Dios, que hace del hombre,
peregrino en este mundo, su morada: ‗Vendremos a él y viviremos en él‘(Jn 14, 23).
Ante la desesperanza de un mundo sin Dios, que sólo ve en la muerte el término
definitivo de la existencia, Jesús nos ofrece la resurrección y la vida eterna en la que
Dios será todo en todos (cf. 1 Co 15,28). Ante la idolatría de los bienes terrenales,
Jesús presenta la vida en Dios como valor supremo: ‗De qué le sirve a uno ganar el
mundo, si pierde su vida?‘ (Mc 8, 36)74
72 PROAÑO L., “El profeta del pueblo”, p. 48. 73 COMETTI P., o.c., p. 55. 74 Citado en Documento de Aparecida, Númeral 109, p. 90
30
La relación con Dios es esencial y nuestra misión es precisamente encontrarlo para
promover de inmediato la dignidad del hombre que sufre, el respeto a la madre tierra,
el testimonio de vida cristiana y otros.
4.2. LA REALIZACIÓN HUMANA
Llevar una vida que responda a la dignidad humana es un avance para la realización
plena del ser humano. Es hora de superar el abandono, las desigualdades, las
inequidades, el sometimiento, el dominio. La reciprocidad y la colaboración mutua
debe practicarse en todo tipo de relación: esposa y esposo, padres e hijos,
gobernantes y gobernados, religiosos /as y feligreses, mujeres y varones. El puente
por lo general está unido mediante dos bases o pilares; si una de las dos, tambalea,
comienzan los problemas. Así es en la vida humana; si uno de los pares comienza a
imponer, la cadena de discusiones estériles aumenta y las rupturas son duras,
equivocadas e injustas. Entonces es vital el entendimiento, el diálogo, la solidaridad,
la inclusión a todo nivel. Aquí reposa explícita u ocultamente la raíz de los
problemas económicos, políticos, sociales, religiosos, culturales, familiares.
La realización humana es producto de la convergencia del plan de Dios y del
hombre y donde las rectificaciones, los desapegos, los arrepentimientos, las
conversiones, la superación de dudas sobre la religión, la renuncia a todo tipo de
vicios, la vivencia de valores humanos más auténticos, la entrega incondicional a los
demás son necesarios.
El hombre es un ser –en- el- mundo habíamos manifestado, pero también es un ser –
en- el- tiempo por cuanto hace historia. La vida del hombre no viene hecha, sino que
se va haciendo; es ―programática‖, ―proyectiva‖. También habíamos dicho que el
hombre se realiza orientándose al otro (el prójimo), en quien está en cierta forma
presente el totalmente Otro, Dios, que protege a la creatura humana, porque fue
querida y hecha por Él. El Absoluto cruza inevitablemente en la existencia humana
cuando uno la vive seriamente y a fondo. Todo el que vive a fondo su existencia y
reflexiona sobre ella, se convence de que su problemática humana central
(reconocimiento del otro en el mundo) es, en realidad, una problemática religiosa.
En el rostro del hombre concreto, está el Rostro de Dios. Si el hombre desconoce esta
dimensión trascendente, se pone en contradicción con el ―orden natural‖, vive una
vida falsa, vive en perpetua estafa de sí mismo.
La existencia personal queda frustrada si uno absolutiza idolátricamente una
realidad contingente cualquiera: el dinero, la ideología de un partido, la ciencia, la
técnica, la raza... Lo mismo dígase de una civilización construida por el hombre: si es
Es posible que el hombre baje la vista hacia la tierra y sea ateo, pero no
entiendo cómo pueda alzar los ojos al cielo y decir que no hay Dios.
(Abraham Lincoln)
31
―unidimensional‖ – tecnocrática, por ejemplo-, acaba sofocando al hombre y
destruyéndolo, incluso físicamente.75
El otro es importante en nuestras vidas y mucho más tratándose de Dios, el Absoluto,
la Verdad, el Amor (designación que se da según las culturas y creencias de los
hombres) que nos pide respuestas concretas y por sobre todo: servir pero sin servirse
de los pobres. Esta actitud y acción comienza en la familia y no en la escuela, el
colegio o la universidad como se cree actualmente.
75 GASTALDI I., “El hombre un misterio”, oc., pp. 103 y 104, 171 y 173.
32
UNIDAD 5: NUESTROS PUEBLOS Y LA CULTURA
SUMARIO
5.1. UNA ANTROPOLOGÍA COMPROMETIDA CON LA VIDA
5.1.1. El hombre como ser cultural
5.1.2. Los cambios socioculturales
5.2. MISIÓN DEL ANTROPÓLOGO
5.2.1. Lo que debe hacerse
5.2.2. Lo que debe evitarse
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Interpretar por qué el hombre es un ser cultural y qué debemos hacer en la
sociedad actual.
Ejecutar prácticas o proyectos en las comunidades y culturas con pensamiento y
herramientas participativas e incluyentes.
Valorar la importancia de entrar a comunidades, grupos sociales y culturales sin
prejuicio alguno.
33
5.1. UNA ANTROPOLOGÍA COMPROMETIDA CON LA VIDA
5.1.1. El hombre como ser cultural
El hombre es creador de cultura y ésta abarca todos los aspectos del hombre inmerso
en un contexto social determinado. Por lo que es fundamental la noción de cultura
entendida como la totalidad de vida de un pueblo. Nos causa asombro cuando
pisamos por vez primera un lugar sea urbano o rural: las calles, los monumentos, el
trato de la gente, los lugares públicos, las edificaciones, la alimentación, los medios
de transportación, la distribución y comercialización de productos, los sitios
turísticos, la formas de sobrevivencia, los problemas sociales, entre otros. ―De allí se
deriva que no existen sociedades ni individuos sin cultura: ‗toda sociedad posee una
cultura, y todo hombre es culto porque es portador de una cultura‖76
.
Todos tenemos una aptitud para convivir dentro de una comunidad y realizar en ella
tareas que nos convierten en productos y productores de cultura. Aclarando un poco
más: ―La cultura tiene que ver con las formas de vida de los miembros de una
sociedad o de grupos. En cambio, la sociedad es un sistema de interrelaciones que
vincula a los individuos‖.77
Esto significa que cada pueblo, cada ser humano tiene su
cultura que no puede ser igual a otro. Por eso, encontraremos similitudes o también
diferencias. Y en este hecho hay que aprender a convivir en la diversidad, aprender a
respetar al otro, aprender a escuchar, y sobre todo aprender a dialogar. Así cada día
escucharemos más palabras de inclusión que de exclusión, demostraremos actitudes
de reconocimiento que de rechazo. Esto hay que comprenderlo, por la pretendida
existencia de una sola cultura nacional y si vamos un poco más allá de la pretendida
globalización de la cultura.
Uno no puede realmente conocer el estilo de vida de un pueblo, su manera de sentir y
pensar; si nunca se ha sentado a su mesa, si no ha bailado sus danzas, si no ha sufrido
con él.78
Es muy interesante una labor antropológica in situ, no sólo por cuestiones
de investigación sino ―por el deseo de entrar en una nueva y progresiva comunión
con otras culturas‖. 79
Desde dentro, conviviendo largo tiempo, se puede dar una
lectura profunda de la realidad y hacer algo que involucre a todos en proyectos
comunes.
Entre convivir en un pueblo y visitar a un pueblo hay un largo trecho. Quien convive
o hace misión encarna la realidad; mientras los que visitan se ponen botas, el
sombrero, el poncho e incluso hasta son capaces de tomar chicha, comer un plato de
mellocos con habas y luego ―olvidarse de todo‖. Y qué decir de las personas que
hacen opción por los pobres, los excluidos, a pesar de estar inmersos en esa realidad
nunca hacen el esfuerzo o tienen deseo de conocer algo, o algo más de ellos.
Si queremos relacionarnos con otras culturas hay que plantearse estas interrogantes:
quiénes son, de dónde vienen, cuál es su lengua, cuál y cómo fue su hábitat y cómo
se han transformado hasta la actualidad. De qué viven y cómo han solucionado el
76 MOSCHETTO P., o.c., p. 11. 77 GIDDENS A., o.c., p. 44. 78 Cf. ESTERMANN J., Filosofía Andina, Abya-Yala, Quito, p.p.283-291; SILVA P. y otros, Etnicidad como estrategia en América y el Caribe, Abya-érica y el Caribe”, Abya-Yala, Quito, 1996, p.p. 73-95. 79 MOSCHETO P., o.c., p. 105.
34
problema de la subsistencia, cuál es su tecnología, qué impacto han tenido las
influencias extrañas. Cómo se organiza la sociedad, qué sistema de parentesco rige
en cada una de las etnias, cómo se maneja el mundo natural y social, cómo se
organiza el poder y cómo se lo transmite, cuáles son los mecanismos de reproducción
cultural, cómo se organiza el conocimiento, cómo conciben a la naturaleza y cómo se
relacionan con ella. Cómo articulan con la sociedad nacional, cuáles son sus
nociones de tiempo y espacio, cuáles son sus símbolos, el papel de las misiones
religiosas en la vida de los pueblos, entre otras.80
Dicho de otro modo, para saber en qué país vivimos y cuál es su configuración
social, hay que conocer las principales manifestaciones de una cultura: la
organización económica, social, política, religiosa, ideológica. Y además, otros
aspectos importantes: idioma, artes, la ciencia, sistemas de salud, tradición oral y
literatura, arquitectura, vestimenta, alimentación y actividades lúdicas. Los pueblos
se organizan en torno a un proyecto de vida sistemático. Esto nos puede ayudar a
tener una visión más holística y menos idealizada de la cultura y además transformar
las problemáticas existentes en lo social, lo sociopolítico, lo económico y con
relación a sus representaciones.81
En suma, a estas alturas ya podemos argumentar que dentro de una misma sociedad
pueden coexistir varios tipos de cultura, porque existen varios grupos, cada uno de
los cuales tienen manifestaciones específicas. Un pueblo o grupo social descubre su
identidad cuando entra en relación con otros pueblos.
Sin el afán de redundar en lo mismo, ―una de las primeras tareas de los
evangelizadores es levantar el inventario histórico-cultural del grupo con quien
trabajan. ¿De dónde vino? ¿De qué vive? ¿Qué come? ¿Dónde duerme? ¿Cómo se
moviliza? ¿Cómo descansa, sueña y se divierte? ¿Cómo es la relación entre padres,
hijos y vecinos? ¿A quién invocan en los apuros de la vida? ¿En quién confían?
¿Cuáles son sus razones para vivir? De estas preguntas surge el perfil de su ‗segundo
medio ambiente‘, su cultura, que les permite resistir contra el sufrimiento y vivir con
esperanza‖.82
5.1.2. Los cambios socioculturales
La concepción de una antropología holística ayudará a estudiantes, filósofos,
teólogos y otros profesionales a ―sistematizar la información que les permita
entender las dinámicas culturales desde una nueva mirada, y poder trabajar en la
80 Léase MOYA A., “Etnos: atlas etnográfico del Ecuador”, Proyecto EBI, Quito, 1997, p. 15 –ss. 81 Cf. GUERRERO P., “Guía Etnográfica”, Abya-Yala, Quito-Ecuador, 2002, p. 33-ss. 82 MOSCHETTO P., Diálogo intercultural, o.c., p. 143, quien cita textualmente a SUESS I, p. 162.
En esta época, suele suceder que defendemos demasiado nuestros espacios
de privacidad y disfrute, y nos dejamos contagiar fácilmente por el
consumismo individualista. Por eso, nuestra opción por los pobres corre el
riesgo de quedarse en un plano teórico o meramente emotivo, sin verdadera
incidencia en nuestros comportamientos y en nuestras decisiones. Es
necesaria una actitud permanente que se manifieste en opciones y gestos
concretos‖. Aparecida, No. 397.
35
lectura de su propia realidad y de las otredades culturales‖83
. Es importante ir
comprendiendo la naturaleza de los cambios culturales para ayudar a resolver los
problemas de la sociedad de hoy. Además, es fundamental poner en práctica la
interculturalidad entendida como ―establecimiento de relaciones, comunicación e
intercambio entre los distintos grupos culturales, primeramente conociéndose y
reconociéndose, tratándose con respeto y dignidad, y luego manifestándose con
significados concretos en las relaciones que se establecen diariamente con el ‗otro‘
en los distintos espacios de la vida social‖. 84
Y hay que ponerlo en práctica lo que
hemos insistido hasta estos instantes, para que la particularidad de cada cultura no
sea suprimida o destruida por el tema de la globalización capitalista, que en
resumidas cuentas, ―no es sino un proceso por el cual las transnacionales se apropian
de la principal riqueza creada por los pueblos y países de todo el mundo. (...). Por
medio de la TV y el Internet, se embota las conciencias de nuestros niños y jóvenes
por medio de los juegos electrónicos, los permanentes concursos de belleza, la
difusión de las pandillas juveniles, la pornografía escrita y en videos, los programas
de dibujos animados, transformers, novelas, etc., que están dirigidos para que nuestra
juventud se aleje de su realidad y viva en el mundo de las fantasías. (...). Con la
globalización en marcha, casi insensiblemente se impone la cultura foránea: los
signos de respeto, consideración, solidaridad, van siendo reemplazados por la
agresividad, la competencia, el individualismo. El poncho es suplantado por la
chaqueta del couboy; la alpargata y la ozhota (ojota) por los zapatos FILA o NIKE;
la flauta, el rondador y la quena son desplazados por los tocacintas, equipos de
sonidos y televisor‖.85
En este punto es vital el espíritu analítico-crítico, para saber, sobre o a favor de qué o
de quiénes opera esta transformación. Y en el campo educativo en esta misma línea,
hay que preguntarse qué tipo de escuela (en sentido amplio), para qué, al servicio de
qué o de quiénes están.
La Antropología nos conduce a pensar mejor para vivir mejor. Hay que innovar lo
que esté a nuestro alcance: el trato, la práctica educativa, el sistema de valores y de
actitudes, el compromiso institucional, los estereotipos, las motivaciones, los
procesos de aculturación, las relaciones interculturales, los modelos de dominación,
la promoción turística, la migración, entre otros. Si desde uno mismo cambia aquello
que impide ir al encuentro del otro como sujeto más que objeto; el proceso de
liberación será una realidad.
83 GUERRERO P., Guía Etnográfica, o.c., p. 7. 84 Cf. FERNANDEZ C., Diálogo Intercultural: Memorias del Primer Congreso Latinoamericano de Antropología Aplicada, Abya-Yala, Quito- Ecuador, 2000, p.p. 9 y 10. 85 PEÑA Z., Filosofía y realidad, Universidad Nacional de Loja, Loja-Ecuador, 2000, p. p. 247-249.
36
La antropología, nos conduce a:86
Plantear preguntas generales;
Estudiar ejemplos concretos y observar el entorno;
Investigar a fondo las ideas que tiene la gente sobre determinada situación, hecho
o realidad;
Formular recomendaciones concretas;
Trabajar con la gente, y no sólo planificar para la gente.
Nada sacamos con hacer investigaciones de escritorio, a no ser que sea para
mantener el orden socioeconómico y político vigente. En el trabajo de campo, la
gente expresa su palabra, toma conciencia de que su cultura es tan importante como
cualquier otra, se convence de que ningún pueblo tiene derecho a someter a otro.87
5.2. MISIÓN DEL ANTROPÓLOGO
A lo largo de este módulo se ha dado herramientas para pensar, relacionar visiones
antropológicas, comprender al hombre como ser corporal, espiritual, cultural y
trascendente. Hoy, vamos a motivar para que el Agente de Pastoral tenga elementos
antropológicos para trabajar en el lugar de los hechos.
5.2.1. Lo que debe hacerse
Jesús, el Maestro, sin duda alguna nos da lecciones que aprender en lo que debe
hacerse al entrar en contacto con la gente: presencia cotidiana, bondad en el trato,
aceptación incondicional, atención a los excluidos, diálogo sincero y auténtico,
actitud abierta, generación de compromisos y testimonio de vida, actitud de escucha
a todos, entre otros. Por consiguiente el antropólogo debe ―`salir al encuentro del
otro‘, ‗buscar encontrar al otro‘ con la finalidad de llegar a comprenderlo, siendo la
comprensión del ‗otro‘ el fundamento de toda actividad ética.88
Ello implica, lo que
habíamos planteado en páginas anteriores, tratar al hombre como sujeto y no como
objeto, participar en la comunidad o pueblo para interpretar y comprender sus
86 Cf. GEORGE M. FOSTER, Labor del antropólogo, citado en GUERRERO P., “Antropología Aplicada”, Ediciones U.P.S. Quito-Ecuador, 1997, p.p 124-146. 87 Cf. GUERRERO P., idem. P. 321. 88 SÁNCHEZ J., El oficio de antropólogo, Quito, Centro Andino de Acción Popular, 2005, p.45.
37
conocimientos, sentidos, valores y sentimientos, comprender desde dentro la
subjetividad del otro, descubrir lo común que hay entre las culturas, mejorar la
relación y los intercambios con la ―otra‖ cultura.89
Sinceramente, hay que
comprender para evitar juzgar. Esto nos hace falta a todo nivel.
5.2.2. Lo que no debe hacerse
Hacer misión permanente es lo más hermoso para anunciar el Evangelio y no
necesariamente como se suele pensarse, ―coger la maleta e ir a lugares lejanos‖,
cuando esta puede hacerse en la propia familia, en el trabajo o donde se esté. La
misión y el trabajo de campo exige entrar sin hipótesis previas o ya elaboradas, no
observar lo planificado sino lo que surge y aparece, registrar datos e informaciones
de lo observado cuantas veces sean necesarios para evitar olvidos o interpretaciones
superficiales, al dialogar con la gente evitar la formulación de excesivas preguntas e
hipótesis y tampoco dedicarse a observar todo lo que vea o parezca interesante. 90
Y
algo valioso, está bien dedicarse de lleno a una comunidad o un grupo social, pero
hay que hacerlo sin dejar de ser lo que es. De la noche a la mañana no puedo pensar,
actuar o sentir como un Shuar por ejemplo. Esta bien contar con informantes o
personas que nos narren sobre la comunidad o la cultura en la que estamos inmersos,
pero es conveniente dialogar con todos, así tendremos una visión holística y posibles
campos de acción más participativos.
89 Cf. SÁNCHEZ J., o.c, p. 18. 90 Ídem, p. 79-86.
38
BIBLIOGRAFÍA
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2. BUETTNER-JANUSCH J., Antropología Física, Limusa, México, 1979
3. BARRIO J., Filosofía: eidos, Vicens-vives, Madrid, 1991.
4. QUINTERO C., Filosofía Antropológica y Cultural en el pensamiento de Manuel
Zapata Olivella, Abya-Yala, Quito-Ecuador, 1998
5. NANDA S., Antropología Cultural: adaptaciones socioculturales, Instituto de
Antropología Aplicada, Quito, 1994
6. MOSCHETTO P., Diálogo Intercultural, Inspectoría Salesiana del Ecuador, s/a.
7. ESTERMANN J., Filosofía Andina, Abya-Yala, Quito, 1998.
8. ESTERMAN J., Historia de la Filosofía, Abya-Yala- Quito, 2001
9. SILVA P. y otros, Etnicidad como estrategia en América y el Caribe, Abya-érica
y el Caribe‖, Abya-Yala, Quito, 1996
10. MOYA A., Etnos: atlas etnográfico del Ecuador, Proyecto EBI, Quito, 1997
11. GUERRERO P., Guía Etnográfica, Abya-Yala, Quito-Ecuador, 2002.
12. FERNANDEZ C., Diálogo Intercultural: Memorias del Primer Congreso
Latinoamericano de Antropología Aplicada, Abya-Yala, Quito- Ecuador, 2000
13. PEÑA Z., Filosofía y realidad, Universidad Nacional de Loja, Loja-Ecuador,
2000.
14. PROAÑO L., El profeta del pueblo, Fundación del pueblo indio del Ecuador-
FEPP, Ecuador, 1990.
15. RODRÍGUEZ E., Antropología: curso básico, El Búho, Bogotá, 1999.
16. EVANS-PRITCHARD E., Ensayos de Antropología Socia., Siglo XXI, Madrid,
3ª. Edición, 1990.
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