Post on 08-May-2020
APROXIMACION HISTORICA A LOS DESLIZAMIENTOS DE TIERRAS
QUE HAN PROVOCADO DESASTRES EN CHILE*
GUILLERMO A. ESPINOSA
ERNST R. HAJEK
EDUARDO R. FUENTES
DEPARTAMENTO DE BIOLOGIA AMBIENTAL
FACULTAD DE CIENCIAS BIOLOGICAS
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE
* El trabajo in extenso que relata estos resultados lleva por título "Distribución geográfica de los deslizamientos de tierras asociados a desastres en Chile", y se ha enviado a publicación.
Chile es un país que ha sido frecuentemente afectado por situa
ciones de desastres debido a causas naturales y provocadas por el Hombre.
Es así como terremotos, inundaciones, volcanismos, tsunamis, incendios, des
lizamientos de tierras, sequías, riesgos climáticos, entre otros, han impli
cado pérdidas económicas y de vidas humanas.
Los antecedentes, tanto de antiguos cronistas e historiadores
como de estudios recientes, corroboran la presencia de catástrofes en, prác
ticamente, todo el territorio nacional. También documentan los efectos que
ellas han tenido sobre la población.
Situaciones como estas han motivado a instituciones oficiales
para preocuparse organizadamente de esta clase de eventos. A partir del
año 1965 se ha perfeccionado un Sistema de Protección Civil que asegure
el normal desarrollo de las actividades y que las reinicie en el menor tiempo
posible, si son interrumpidas o alteradas. En 1974 se creó la Oficina
Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (ONEMI), organismo gu
bernamental especializado que planifica, coordina y ejecuta aquellas acti
vidades destinadas a prevenir y/o solucionar emergencias por desastres na
turales y/o provocadas por el hombre.
Entre los programas ya diseñados por ONEMI se encuentra el
"Mapa Nacional de Riesgos y Prevención de Catástrofes" cuyo objetivo
fundamental es analizar, en una perspectiva nacional, las diversas varia-
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bles que condicionan la presencia de desastres. Se pretende aquí identi
ficar la recurrencia histórica, ubicar geográficamente los lugares afecta
dos y real izar los estudios pertinentes que posibiliten efectivamente la
eliminación o disminución de los riesgos potenciales.
Dada la complejidad y el número de variables involucradas, el
conocimiento de cada una de ellas se ha ido configurando en etapas suce
sivas. Así es como ya se ha identificado y caracterizado a terremotos,
tsunamis, incendios urbanos y forestales, sequías, inundaciones y riesgos
climáticos. La información recopilada ha sido vaciado en mapas a escala
1: 1.000.000, donde se han ordenado coherentemente los antecedentes dispo-
nibles.
El último de esos esfuerzos estuvo centrado en la revisión
histórica de la incidencia de deslizamientos de tierra que causaron per
juicios a la actividad humana. Los investigadores participantes en ese
proyecto relatan ahora algunos de los aspectos más relevantes del estu
dio real izado.
Chile presenta todas las condiciones requeridas para la gene
ración de deslizamientos de tierras: el 80% del territorio está consti
tuido por cerros y montañas, hay fuertes procesos sísmicos, existen acu
mulaciones de nieve, represamientos de cauces y fuertes precipitaciones
en cortos períodos de tiempo, entre otros.
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En ausencia de estudios técnicos acerca de los deslizamientos
de tierras se hizo necesario recurrir a variadas fuentes de información
pública, tanto recientes como antiguas, que permitieran conocer la magni
tud, persistencia, efectos y proyecciones que tienen estos desastres.
El estudio se desarrolló sobre la base de información entrega
da por los medios de prensa escrita durante los últimos 73 años. Se de
finieron 3 principales tipos de remoción en masa (aluviones, derrumbes y
avalanchas) ya que son los más importantes en la generación de desastres
y, además, son fácilmente identificares con la metodología descrita.
El resultado del catastro general mostró que las regiones cen
trales del país -con mayor población- concentran el 62,4% de los eventos
y que las regiones ubicadas en ambos extremos del país -con baja densidad
poblacional- tienen un bajo porcentaje de registros. Esto no resulta sor
prendente dada la óptica orientada del estudio, pero como veremos más ade
lante permitió, en conjunto con otros factores, inferir tendencias futuras.
En total los deslizamientos han significado, aproximadamente,
989 muertos, 888 heridos, 4.031 familias damnificadas, 1.500 animales mue£
tos, 285 casas dañadas y un número indeterminado de terraplenes, caminos y
vías de comunicación cortados.
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También se observó que en la zona central del país en 1 os meses llju
viosos (invierno) se han detectado muchos más deslizamientos que en los meses
secos. En áreas ubicadas entre los 42° y 52° lat. S, en que llueve uni
formemente durante todo el año, los desastres no muestran una estacionali-
dad marcada. En el norte del país donde las lluvias ocurren en verano,
los deslizamientos tienden a producirse también en los meses estivales.
Es decir, hay una fuerte asociación entre precipitaciones y deslizamientos
(más del 70% de ellos están asociados a las lluvias).
Otra de las principales causas de deslizamientos son los sismos
(15%) y tienen una ocurrencia más pronunciada en el norte del país.
Es preciso recordar que se describieron los factores desenca
denantes más conspicuos, pero ellos de ninguna manera dan cuenta en for
ma única de la presencia de un deslizamiento. De esta manera, cuando
se identificó algún factor no se excluyó la influencia de otras activida
des y procesos; tan sólo se reconoció la causa más importante. El des
conocimiento cuantitativo impide, por el momento, evaluar especialmente
el aporte de los procesos antropogénicos, de la gran fluctuación temporal
y espacial de los ambientes físicos (clima, geotectónica, pendientes y
otros), de la vegetación y del impacto humano.
El estudio contribuyó en la localización geográfica de sitios
y en la identificación de los factores más relevantes que causan la re-
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moción en masa. Trabajos futuros aportarán evidencias de] papel real
que cumplen los distintos desencadenantes detectados en el catastro na
cional .
El hacer un análisis histórico de los deslizamientos en Chile
ha permitido darse cuenta de una serie de hechos que, de tomarse en con
sideración, podrían aminorar accidentes en el futuro. Por ejemplo, el
hecho que las regiones extremas del país no tengan aún muchas catástro
fes debidas a deslizamientos, parece relacionarse más con su baja pobla
ción que con la falta de desencadenantes naturales. Tomar en cuenta
este tipo de evidencias podría significar una mayor seguridad para la
instalación de futuros centros poblados y actividades en general.
Por otro lado, la localización de sitios que ya han presentado
desastres ayuda a distinguir los lugares afectados por un gran número de
deslizamientos de aquellos en que son ocasionales. Esta identificación
y clasificación permitirá, a ONEMI, definir nacional y regionalmente áreas
de riesgos y así recomendar medidas adecuadas a cada proceso imperante en
las diversas áreas. Además, estos antecedentes ayudarán tanto en la toma
de decisiones como en la formulación de estudios futuros, más precisos y
locales, que desentrañen las causas específicas que subyacen a los distin
tos eventos.
No es de menor importancia la sugerencia que emerge en cuanto
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a evitar la ocupación y/o construcción de infraestructura en sitios afec
tos a deslizamientos, tales como bases de cerros con pendiente pronuncia
da, cajas de ríos, conos aluviales, y otros. La identificación aquí
detallada de estos puntos y las prohibiciones específicas que se hagan,
ayudarán sin duda a evitar los accidentes o catástrofes por deslizamientos.
De este estudio se desprende, además, que existe la necesidad
de establecer una red de registros en que se consideren conjuntamente los
grados y formas de intervención antrópica y los factores naturales, y de
desarrollar metodologías para detectar procesos de remoción en masa, espe
cialmente cuando ellos aún no son perceptibles en forma evidente.
Finalmente, cabe consignar que la metodología utilizada en
este trabajo ha permitido configurar la distribución espacial y la recu
rrencia de los deslizamientos a nivel nacional. Este catastro es un paso
importante para delinear las investigaciones futuras, y sobre todo, ha po
sibilitado que en un plazo corto de tiempo se tenga un diagnóstico preli
minar de los desastres naturales asociados a movimientos de tierras.