Aspectos Didácticos de La Lectoescritura

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lectura y escritura

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“Aspectos didácticos de la Lectoescritura”, Galera Noguera, Francisco, Edit. Grupo Editorial Universitario, pág. 17-27, 43-73.

La lectura es hoy no sólo una preocupación de muchos docentes, sino también un problema para miles de estudiantes y adultos en el sentido de constituir su falta de dominio, una barrera que les impide acceder a una mejor formación. No sólo se lee poco, sino que además parece que se lee mal. Esto es preocupante porque no podemos olvidar que la herramienta básica para acceder al conocimiento y a la información en general sigue siendo la comprensión de lo escrito, la lectura. De acuerdo con Isabel Solé (1992:32): “Conseguir que los alumnos aprendan a leer correctamente es uno de los múltiples retos que la escuela debe afrontar. Es lógico que sea así, puesto que la adquisición de la lectura es imprescindible para moverse con autonomía en las sociedades letradas, y provoca una situación de desventaja profunda en las personas que no logran ese aprendizaje.

Para la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo de España (LOGSE) uno de los propósitos es: “proporcionar a todos los niños una educación común, que haga posible la adquisición de los elementos básicos culturales, los aprendizajes relativos a la expresión oral, a la lectura y al cálculo aritmético. La lectura es una preocupación de todos y se desarrolla a lo largo de todas las actividades escolares.

El concepto actual de lectura de acuerdo a Mendoza (1998:170ss): “Leer es bastante más que saber reconocer cada una de las palabras que componen el texto. Leer es básicamente, saber comprender, y sobre todo, saber interpretar. La Lectura no es un acto de decodificación de las combinaciones de letras, sino un proceso complejo apoyado en expectativas y en inferencias personales sobre el significado que establece el lector en función de su intertexto. Saber leer es saber avanzar a la par que el texto e integrar nuestras aportaciones para establecer inferencias de comprensión y elaborar su interpretación. Leer es interaccionar entre los modelos textuales y los saberes del receptor. La recepción de una obra implica siempre una –“actividad de comprensión”- que implica un acto de descodificación del texto; una interpretación”

La comprensión lectora ya no puede ser entendida sólo como una labor de decodificación, traducción o reconocimiento de palabras y frases. Se trata de un proceso interactivo entre la y el conocimiento del texto. Estos dos polos (texto-lector) son los ejes sobre lo que rueda el proceso de la lectura.

El interés que suscita actualmente el proceso lector se debe a que la lectura se ha entendido como actividad básica para la construcción de los saberes, porque integra y reestructura diversidad de conocimientos, exige la participación del lector, que es el responsable de la atribución de significados y de la formulación de interpretaciones, además de ser quien fija la ordenación cognitiva de las estructuras y referentes textuales.

La lectura es un proceso muy complejo, prueba de ello son sus múltiples finalidades (Mendoza, 1998:31-32):

a) Leer para obtener información (aprender y saber, desarrollar los propios conocimientos, investigar, conocer las opiniones de otros, seguir unas instrucciones).

b) Leer para interactuar (conocer las opiniones de otros, participar, actuar, transmitir un texto a un auditorio).

c) Leer para entretenerse (soñar, divertirse, obtener un goce estético, evadirse, disfrutar intelectiva y estéticamente).

En el tema de la enseñanza los estudios son más limitados. Esto se debe a que no todo modelo teórico tiene que dar origen a una práctica educativa; al ser la compresión lectora tan compleja, no es tan fácil aglutinar una metodología concreta, más bien se hacen inferencias al campo de la instrucción pero no como un sistema acabado, sino como sugerencias abiertas.

Antonio de Mendoza (1998ª:172) cree que “a partir de los supuestos, centrados en el enfoque de la recepción, la reorientación didáctica de la lectura requiere análisis de las condicionantes y factores que intervienen en los procesos de comprensión e interpretación, frases claves del proceso lector, sustentadas en la formulación de anticipaciones, expectativas e inferencias. El interés del planteamiento didáctico, basado en la recepción, radica en que permite enlazar los distintos niveles (lingüísticos, estilísticos, literarios) con las habilidades básicas (receptivas, productivas), en combinación con diferentes códigos (Lingüísticos, artísticos)”

LA COMPRENSIÓN LECTORA: MODELOS EXPLICATIVOS

Existen varios modelos distintos que explican el proceso de la lectura. Nosotros (libros) vamos hablar de tres: Modelos ascendentes, modelos descendentes y modelos interactivos. En todos ellos existe un acuerdo común o consenso: La lectura, la comprensión lectora, es un proceso multinivel, que va desde los grafemas hasta el texto como un todo (Alanso y Mateo, 1985). Lo que nadie pone en duda es que la comprensión lectora está dirigida simultáneamente por los datos del texto y por el conocimiento preexistente del lector. Es la convergencia entre lo que el texto dice y lo que el lector predice.

Modelo ascendente (bottom up). Lo fundamental aquí es la decodificación. El lector parte de lo más simple, la letra, hasta llegar a lo más complejo, el texto. En la perspectiva del bottom-up la comprensión lectora queda reducida al resultado. No se tiene en cuenta el proceso. La lectura es una secuencia de eventos que ocurren (procesamiento serial) y en el segundo, la secuencia sigue este proceso: memoria visual, memoria fonológica y memoria semántica. Las enseñanzas específicas referidas a la comprensión lectora no se dan, puesto que para que exista un proceso de enseñanza-aprendizaje hay que incidir en el mismo con el fin de guiarlo hacia unos objetivos determinados. Es la mayor limitación de este modelo desde el punto de vista didáctico

Modelo descendente (top-down). Aquí se considera que el proceso de lectura comienza en el lector, no en el texto. Se postula un procedimiento unidireccional y jerárquico también, pero en sentido descendente. La búsqueda de significación guía las actuaciones del lector durante la lectura. Además se asume que el procedimiento del texto a niveles inferiores se encuentra bajo el control de procesos inferenciales de nivel superior. Aquí el lector crea el texto (Otto, 1982) más que analizarlo. Los conocimientos y experiencias del lector priman sobre el texto o mensaje para acceder a la comprensión lectura. En este modelo el núcleo de la lectura es la comprensión. Lo importante es el lector; lo que el lector percibe es la totalidad, que no se reduce a la suma de las partes. Se asegura el punto de partida del significado, pero esto no quiere decir que se aseguren los medios para conseguir los objetivos de la comprensión. La insuficiencia de estos dos modelos origina un tercero que integra los aspectos positivos de ambos y supera las insuficiencias de los mismos.

Modelo interactivo. Interpreta la lectura como el proceso mediante el cual se comprende el lenguaje escrito. La comprensión está dirigida simultáneamente por los datos del texto y por el conocimiento previo del lector. El proceso de comprensión es un proceso de emisión y verificación de hipótesis. Tiene que haber un equilibrio entre el texto (autor) y la interpretación del mismo (lector). La comprensión es un proceso de construcción de inferencias, caracterizado por la formación y comprobación de hipótesis acerca de lo que trata el texto. De ahí que

la mayoría de los modelos hayan utilizado el constructo de esquema de conocimiento como principio explicativo. Comprender consiste en seleccionar esquemas que expliquen el material sobre el que se trabaja y verificar que esos esquemas realmente lo explican. Para comprender un texto es necesario que el lector posea un esquema que le permita relacionar lo que el lector ya sabe con lo que le aporta el texto. El modelo interactivo ve la lectura como una actividad cognitiva compleja y al lector como un procesador activo de la información que contiene el texto. En ese procesamiento el lector aporta sus esquemas de conocimiento (fruto de sus experiencias e ideas previas) para poder integrar lo que el texto aporta. Pero para que ello sea posible es necesario acceder al texto a sus elementos, a su globalidad.

Antonio de Mendoza (1998b:9) afirma: “Cada texto nos ofrece particulares estímulos textuales y cada uno de nosotros, como lectores, somos los responsables de hacer que el texto cobre vida porque somos los agentes de su actualización. Saber leer es saber interaccionar con el texto, seguir sus indicaciones, observar sus peculiaridades, advertir su intencionalidad y aportar nuestros conocimientos y habilidades para relacionar los aspectos formales y conceptuales que cada obra, cada texto, intenta trasmitirnos.

“ No se pretende ir más allá de lo que es su objetivo fundamental: trazar la línea básica de la naturaleza de la comprensión lectora y extraer las oportunas consecuencias didácticas para ayudar a los alumnos a comprender mejor lo que leen para que no sólo sepan leer, sino que también utilicen la lectura como herramienta básica de aprendizaje.”

FASES Y ASPECTOS DEL PROCESO DE LA COMPRENSIÓN LECTURA.

Para una metodología o didáctica de carácter global, tendremos en cuenta para el desarrollo de las habilidades de comprensión lectura el proceso que