Post on 26-Jan-2020
UNTEMPLO
Palenque, Tikal, Copán, Yaxchilán, Cobá, y más bien se asocian con los grandes centros posclásicos maya-toltecas deYucatán: Chichén-Itzá y Mayapán.También a diferencia de las metrópolisclásicas, las ciudades de la costa del 'actual estado de Quintana Roo se encontraban en pleno florecimiento en la época de la conquista europea; de maneraque , además de los restos arqueológicos ,contamos para reconstruir su grandeza ydecadencia con las cróni cas y relatos delos aventureros españoles, mientras queen el caso de Palenque, Tikal, etcétera,casi sólo sabemos lo que la arqueologíanos revela. De hecho, la "historia occidental " de la civilización maya se iniciaen el Caribe mesoamericano con el encuentro de Colón , frente a las costas deHonduras , en su cuarto y último viaje,con comerciantes y navegantes mayas, ycontinúa con las expediciones descubridoras de Hernández de Córdoba y Grijalva , antecedentes de la de Cortés y dela caída del poderoso imperio mexicanoa manos de los herederos de quienes habían fundado Roma y derribado las murallas de Tro ya.
El estud io de la historia nos permitereconstruir a distancia el escenario, losactos y los actores de lo que un cronistallamó " la mayor cosa después de la creación del mundo, sacando la encarnacióny muerte del que lo crió". Nada cuestaimaginarnos en las tranquilas aguas delGolfo de Honduras, después de una horrorosa tormenta que hizo naufragar diecinueve barcos de la flota de Ovando, gobernador de Santo Domingo, con todo eloro y la plata que, rescatados hasta entonces, anticipaban los tesoros de Méxi co y Perú, al Almirante, a 'su hermanoel Adelantado, a su hijo Fernando y a An-
Por Arturo Gómez
AYAEN EL
CARIBEPara T.e.L.
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Las ciudades mayas de la costa Caribe de Mesoamérica ocupan un lugar pe
riférico y tardío en relación con los grandes centros clásicos de la región del Usumacinta y del Petén guatemalteco, o a lasgeom étricas y barrocas ciudades de laparte norte de la Península de Yucatán,ligeramente posteriores a los portentos de
Fotograffa y dibujo deJoaquínJurado
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tón de Alaminas, asombrados, contemplando una canoa de considerable tama
ño , con unas cuarenta personas a bordo,cargada de elaborados objetos que loseuropeos no habían visto hasta entonces
en diez años de vagabundeo por islas yparte de la tierra firme en el Mar Caribe . Alaminas, más tarde, sería el piloto
de las expediciones de descubrimiento yconquista de México y entre búsquedasde Eldorado, Floridas de perpetuo verano y fuentes de eterna juventud (ademásde esclavos para las plantaciones y paralos "laboriosos infiernos de las minas deoro antillanas"), los aventureros europeos dieron con las luminosas ciudadesmayas de las costas de la Península deYucatán de donde provenían los " fenicios del Nuevo Mundo" que traficabancon los objetos de metal, cerámica, algodón y semillas de cacao que tanto llamaron la atención de los aventureros españoles en el encuentro con la canoa mayadel cuarto viaje del Almirante.
Tulúm, que al momento de ser descubierta fue comparada con Sevilla, sucumbió con las demás ciudades fortificadas de la costa Caribe , como Troya yCartago, al embate de los invasores. Sushabitantes las abandonaron y se refugiaron en la selva y ésta, en pocos años , recobró los territorios ocupados por losotrora impresionantes edificios .
El olvido, cuya eficacia es superior ala del recuerdo, borró la memoria de lasglorias y afanes de quienes habían erigí-
do un emporio marítimo y comercial única en el Nuevo Mundo y sumergi6 en lainsondables y tenebrosas aguas del pasa ·do lo que tanto asombro había causadoa los hombres del Renacimiento. Pir ámides y templos permanecieron ignon dos,olvidados y sepultados bajo centurias devegetación, hasta que desde mediado delsiglo pasado~ .exploradores y arqueó logo
han venido revelándonos el fascinantemundo y original modo de vida de lo habitantes de las ciudades portuarias delCaribe mesoamericano que, a semejan za de Venecia o Cádiz en el Viejo M undo y en la misma época, eran centro culoturales y comerciales que asimilaban y difundían ideas, productos y técnicas de ohacia lugares bastante alejados del árn
bita °de su dominio .Esa magia y misterio que percib imos
los modernos visitantes de esos sitios soncomparables a la inquietud y zozobra queexperimentamos cuando leemos relatosde futuros encuentros con civilizacionesextraterrestres también desaparecidas. SiEgipto y Grecia están constantemente recordándonos que las civilizaciones tam bién son mortales , las ciudades ma yasabandonadas en la selva sobre la que alguna vez reinaron orgullosas, inevitablemente nos recúerdan nuestra propia fugacidad e irremediable fatalidad .
"Dejemos a los troyanos, que sus males no los vimos ni sus glorias . .. " Ensu época de esplendor, los centros urbanos y ceremoniales de la costa Caribe e
producen l pirámide , el tiempo y lo
templo . igue l incapacidad o dificultad para ima gin a partir de eso confuso rest • el o en qu e debió haberirnperado cuando, entre j rdine y e tanques, alin o alrededor de amplias plazas, se levan han eonjunro de templo,
plataformas y pirámide de brillant calores, cornuni por blan calzadas.
E!asombro int 1 iti cuando el interesado recurre fu nres rit enbu de inf rm ién sobre un itio que
parece ha r " o tan impon nte en la
época de I Conqui ; ru réni ni rna-
p de la é breSólo bc: m , rl t relconquistad re , qu lo riy de esa gión nun I
y, cuando lograban derrotarlos , a la pri
mera oponunidad se sublevaban; final
mente , abandonaron las poblaciones,
destruyeron huertos, sembradíos y cuanto pudiera ser de utilidad para los espa
ñoles, y se refugiaron en las umbrosas selvas del interior, donde algunos de sus
descendientes permanecieron hasta hace
pocos años, en poblados casi incontaminados y sin permitir la presencia de intrusos.
E! hábito de eludir a los invasores
abandonando las ciudades de la costa para refugiarse en el interior lo acostumbra
ban los mayas antes de la Conquista y losiguieron poni endo en práctica despuésd ella, an te variados y constantes depredadores. De lo que se cuenta eh una parte
del Chilam Balam de Chumayel, uno de los
escasos libros nativos que sobrevivieron
a la furia y celo de los conquistadores yevangelizadores, los comentaristas infieren que la costa oriental de la Península
de Yucatán era visitada y asolada por indios caribes que cautivaban a los nativos
mayas para esclavizarlos o para hacerlos
partícipes (pasivos) de sus banquetes (caníbal es una derivación de la palabra antillana caribe).
Para cuando los conquistadores europeos arribaron a las costas de Yucatán,ya habían exterminado a los pobladores
aborígenes de las Bahamas (Lucayas) yde parte de las Antillas; a falta de oro yotros tesoros, "saltear" indios mayas para agotarlos en las plantaciones y minasde oro caribeñas era una solución; otra,importar africanos que de esta maneracontribuyeron con su aporte genético algran crisol americano. Piratas y filibusteros ingleses, franceses y holandeses continuaron la tradición de caribes y españoles y, durante los siglos siguientes, aterrorizaron poblados costeros obligando alos escasos indígenas sobrevivientes aocultarse en las selvas del interior. Y para no ser menos, políticos y militares mexicanos prolongaron durante la segundamitad del siglo XIX la costumbre de caribes, conquistadores y piratas de traficar con esclavos mayas para las plantaciones antillanas como represalia a los levantamientos indígenas durante la "guerra de castas".
No debe extrañarnos, entonces, que apesar de todo ese esplendor maya de lossiglos XIV a principios del XVI sóloabandono y silencio encontremos en losposteriores. Apenas una vaga mención deMuyil como poblado indígena hemos localizado en una Relación de finales delXVI, Yotra no menos difusa de mediados del XIX del lugar como bastión de"indios sublevados", practicantes delculto de la "cruz parlante" , originado sinduda en el de los templos oraculares dela época prehispánica y semejante al quese practicaba en el pozo de la Sibila enSicilia o en el Templo de Apolo en Delfos.
El santuario de Nuestra Señora Tonantzin, en lo que hoyes el de NuestraSeñora de Guadalupe y el gran templode Cholula, eran entre otros, santuariossagrados en el México central; en el áreamaya y en la época de la Conquista, Co-
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ente, indicaba la ruta a seguir yavanzada de la ciudad.
Setrata de un edificio rectangularun solopiso, típico ejemplo d 1 iJquitect6nico de la costa oriental , quconserva más o menos en buenaunque cubierto de vegetaci ón. P
.forma en que está distribuida I pdel templo, con un santuario interimo otros edificios parecido en Cozumy otros lugares de la costa, pued l tse de uno de los templos oracul a qaes hemos referido y que fu ronvados y descritos por lo p - I