Bajo Nivel

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Inspirado en los relatos literarios de Julio Cortazar tejidos con fotografías tomadas en Buenos Aires. Las narraciones detallistas de la travesía de viajar en subte y otras pequeñas historias. Por Stephanie Pinilla

Transcript of Bajo Nivel

Por Stephanie Pinilla

¨Ahora que lo escribo, para otros esto podría haber sido la ruleta o el hipódromo, pero no era dinero lo que buscaba, en algún momen-to había empezado a sentir, a decidir que un vidrio de ventanilla en el metro podía traerme la respuesta, el encuentro con una felicidad, precisamente aquí donde todo ocurre bajo el signo de la más implacable ruptura, dentro de un tiempo bajo tierra que un trayecto entre estaciones dibuja y limita así, inapelablemente abajo.Esa esperanza de una con-vergencia que tal vez me fuera dada desde el reflejo en un vidrio de ventanilla .̈

.̈..con los ojos perdidos en el hastío de ese inte-rregno en el que todo el mundo parece consultar una zona de visión que no es la circundante, salvo los niños que miran fijo y de lleno en las cosas hasta el día en que les enseñan a situarse tam-bién en los intersticios, a mirar sin ver con esa igno-rancia civil de toda apa-riencia vecina, de todo

contacto sensible...̈

¨Cada uno instalado en su burbuja, alineado entre paréntesis, cuidando la vigencia del mínimo aire libre entre rodillas y codos ajenos, refugiándose en France-Soir o en libros de bolsillo aunque casi siempre como Ana, unos ojos situándose en el hueco entre lo verdaderamente mirable, en esa distancia neutra y estúpida que iba de mi cara a la del

hombre concentrado en el Figaro.̈

¨Lo que busca además del transporte esa gente que sube antes o después para bajar después o antes, que sólo coincide en una zona de vagón donde todo está decidido por adelantado sin que nadie pueda saber si saldremos juntos, si yo bajaré primero o ese hombre flaco con un rollo de papeles, si la vieja de verde seguirá hasta el final, si esos niños bajarán ahora, está claro que bajarán porque recogen sus cuadernos y sus reglas, se acercan riendo y jugando a la puerta mientras allá en el ángulo hay una muchacha que se instala para durar, para quedarse todavía muchas estaciones.̈

¨El día en que me tocó viajar de pie en un vagón atestado, y una mano de mujer joven se apoyó sobre la mía y permaneció allí duran-te una fracción de tiempo que rebasaba lo normal antes de retirarse al otro extremo de la barra mientras su dueña se excusaba con un gesto y una sonrisa...

...ese mínimo episodio alcanzó una intensidad de la que hubiera carecido totalmente en un autobús, por la simple razón de que los protagonistas habrían estado más ocupados por su entorno, el roce de sus manos no habría tenido esa sutil transmisión de fuerzas, esa electricidad musgosa que

me llegó tan a lo hondo.̈

“Hoy sé que el trayecto en subte no

duraba más de veinte minutos, pero

entonces lo vivía como un intermina-

ble viaje en el que todo era maravilloso desde el instante de bajar las escaleras y entrar en la penum-bra de la estación”

¨En el principio fueron los olores. Yo tenía

ocho años y desde el suburbio bonaerense

donde vivíamos, mi abuela me llevaba de visita a casa de unos amigos. Primero, un

tren local, luego un tranvía y por fin, desde el centro de la ciudad...

el subterráneo, que los porteños llamaban 'subte'

casi como si le tuvieran miedo a la palabra completa y quisieran neutralizarla con

un corte desacralizador.̈

¨Me sorprendía irónicamente mirando a la gente que me rodeaba en los asientos o se colgaba de las manijas de cuero como reses en los ganchos”.

¨Es bien posible que algo haya terminado por delatarme, y que ellos ya sepan por qué paso tantas horas en el subte, así como yo los distingo inmediatamente entre la muchedumbre apretujada de las estaciones. Son tan pálidos, proceden con tan manifiesta eficiencia; son tan pálidos y están tan tristes,

casi todos tan tristes."

“Entonces empecé a tener miedo de bajar”

¨He pasado una hora en el café sin decidirme a pisar de nuevo el primer peldaño de la escalera, quedarme ahí entre la gente que sube y baja, ignorando a los que me miran de reojo sin com-prender que no me decida a moverme en una zona donde todos se mueven̈ .

Inspirado en Julio Cortazar

“La verdadera explicación sencillamente no se puede explicar. Tendrías que tomar el subte y esperar a que te ocurra”