BARAJA LIBROS FRANCESE S · neros: ensayo y crítica de arte, novela, prosa lírica, poesía de va...

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lO

ky (Apollon Ml/sagete, OedipusRex).

La erudición de Highet no esaplastante ni fastidiosa. Su libroes equilibrado y ameno, y consti­tuye un precioso panorama de lainfluencia clásica en el mundo li­terario moderno, una ojea.da deconjunto destinada al lector gene­ral y, en algunos pasajes, al espe­cialista. Enamorado como está desu tema, no es de extrañar que aveces exagere la magnitud de nues­tra deuda para con Grecia y Roma."Jmaginémonos, dice, que se des­truyen todos los libros, dramas ypoemas que el1 todas las lenguaseuropeas se han escrito bajo lainspiración directa de los clásicos.. o sólo desaparecerían casi todaslas obras más excelentes -la C0­

media. de Dante, las tragedias deShakespe<tre, gran parte de la me­jor poesía del 'siglo XIX-, sino quevarias zonas integras de la literatu­ra europea desaparecerían por com­pleto de nuestra mirada, como ciu­dades tragadas en un terremoto,sin dejar tras sí nada más que unaspocas florecillas creciendo en elborde de la gríeta, aquí un relatode aventuras caballerescas v alláuna cancioncilla de amor, 'aquí unlibro de cartas y más allá una far­sa". Pero esta hipérbole no dañaal conjunto del libro, casi siempremoderado y justo. Evidentemente,ni la Divina comedia ni el Quijoteni Hallllet ni el Fausto ni losHerlllanos Karalllá:::ov se compu­sieron "bajo la inspiración directade los clásicos", aunque en Dantey en Cervantes, en Shakespeare yen Goethe abunden las reminiscen­cias clásicas. Con todo, es lo ciertoque más que 'el influjo individual ydirecto vale en esas obras el m­flujo, más imperceptible, de la tra­dición. El escribir relatos, el contaraventuras el componer poesías, elmeditar s~bre el destino humano, elburlarse de las cosas mezquinas oidiotas no es invención de los grie­O'os ni de los romanos, ni de ningúnpueblo determinado. Son ac.tivida­des innatas y universales. Pero losgriegos y romanos dieron forma,de manera suprema, a muchas deesas actitudes elementales y eter­nas, y la tradición grecolatina hasido un poderoso fremento y unafecunda inspiraciilll.

Cualquiera que sean los defec­tos de apreciación del libro de Gil­bert Highet, cualquiera que seansus puntos flacos -¿ y qué obra deinvestigación literaria no los tie­ne ?--,--, en nada restan su valor esen­cial. Ojalá este magnífico estudiotenga todo el buen éxito que semerece.

NINA CABRERA DE TABLADA,

José Juan Tablada C1t la inti­midad (con cartas JI poemasinéditos). . Serie Letras, 1 5.Impr'enta Universitaria. Mé­xico; 1954. 220 pp.

La autora, esposa de José JuanTablada, nos ofrece la imagen desu marido en mangas de camisa enel mundo de la vida diaria, ya co­cinando un plato exútico en la in­timidad y tedio del domingo, yacomprometido en la trivialidad deuna disputa doméstica, ya en susensimismamientos, ya ejerciendo la

piedad búdica con los animales,,:;-)su sentido del humor con sus se:mej antes; además nos presenta al­gunos aspectos literarios y cultura­les del introductor del hai-kai enoccidente, que son de lo más va­riado v difícil de valorar; a veces,la fig~lra del maestro divulgadorempaña a la del literato, ya quefue un gran poeta -hasta hoy in­justamente postergado-- que ayudóa muchos jóvenes artistas a encon­trar su camino. Tablada, hombrede excepcional cultura, viaja decontinuo como embajador del artemexicano:'en Kueva York da aconocer a Orozco y a otros mu­chos artistas y literatos mexicanos;en varios países sustenta conferen­cias sobre arte mexicano, y sobreel mismo tema escribe artículos 'pa­ra los periódicos extranjeros; cuan­do regresa a la patria trae ideas yconsej os para los jóvenes. Comoliterato practica casi. todos. los gé­neros: ensayo y crítica de arte,novela, prosa lírica, poesía de va­rias medidas y tendencias, poemassintéticos v ultraístas. Intenta eléxito en las artes plásticas, llegan­do a exponer algunas de sns pintn­ras. Como pensador se inclina ha­cia la teosofía (que él llama susestudios espiri tualistas), que poneen práctica con un espíritu de cari­dad cristiana. Las ca¡!tas y lospoemas inéditos aumentan el inte­rés del libro.

c. V.

JOAQUÍN ANTONIO PEÑAL()SA,

Francisco Gonzá'lez Bocane­gra. Su vida y su obra. SerieLetras, 16. Imprenta Univer­sitaria. México, 1954, 488 pp.

Su vida: nace en San Luis Po-tosí en 1824. Cnando aun es muvniño lo llevan a España, donde in;"­cia sus estudios y transcurre snprimera infancia, a los trece añosregresa a México. Se radica en lacapital; buscando un ambiente pro­picio para sus estudios literarios,concurre a la Academia de Letrány al Liceo Hidalgo. Toma parteactiva en el mundo literario de sutiempo: su nombre era indispensa­ble en los programas de las festi­vidades patriótico-literarias, cola­hora en algunas revistas literarias,desempeña el puesto de censor deteatros, culmina su carrera con elhimno nacional. En 1854 se casa,muere eu 1861.

Su obra: escribe poco y publicamenos. Aunque conservador en pó­litica, es romántico en literatura.Escribe en total sesenta y un poe­mas, más en el camino de la "vena"que en el del "arte"; sus fuentes deinspiración son la mujer y la pa­tria; toda su poesía lírica es auto­hiográfica, directa, variaciones deltema erótico, lugares comunes delos enamorados; en los poemas cí­vicos cree en la providencia o des­tino que vela por la patria; todolo ve y califica con ojos románti­cos, ampara sus faltas al buengusto en la sinceridad; su valor noes otro que el de estar a la modade su época. Escribe además dosdramas en verso: Faltas y e:rp·ia­(ión, que no llega a terminar, y¡'asco NIÍJle::: de Balboa, histórico,caballeresco, que parece gustar, ensus dos únicas representaciones, alpúblico, y disgust;¡r a los críticosque no son de su parcialidad. Pero

:omu ·censor de teatros es severoen la estétip y en la moral, respe­tando solamente a los que consideramaestros, como el poeta cómico'Bretón de los Herreros. En suDiscurso sobre la poesía mexicana,manifiesta poseer una regular cul­tura literaria.

Peñalosa, además de sus acerta­dos juicios críticos sobre la vida yla obra, reúne todos los trabajosinéditos y ya publicados de Boca­negra; en conj unto, este libro re­sulta ser el único completo que so­bre el autor se ha publicado hastala fecha.

c. V.

ABEl.ARDO CARRILLO y GARIEL,

Autógrafos de pintores colo­niales. Instituto de Investiga­ciones Estéticas, U. N. A. Im­prenta Universitaria. México,1953. 174 pp.

Este libro de Carrillo y Gariel,cuya publicación filé patrocinadarol' el Instituto de JnvestigacionesEstéticas, reúne una colección defi rmas de pintores coloniales me­xicanos, copiadas directamente delos cuadros; añade una lista deautógraf<;>s de pintores coloniales,recopilada por Manuel Toussaintde varios manuscritos; así comouna N ó11lina gelle1'01 de p·intoresroloniales, que puede ser guía defuturas investigaciones.

En el prólogo, el autor exponela manera como realizó su trabajoy la utilidad que represellta tene;a la mano un catálogo de signatu­rás para reconocer la autenticidado la falacia de las originales, asícomo los datos pertinentes a suidentidad: lugar en que están colo­cadas, sus variantes caligráficas,'.u color, su configuración física,rraqueladu1'Os, y otras varias· ca­racterísticas.

c. V.

SOCIEDAD FOLKLÓRICA DE MÉ­XICO, Aportaciones a la inves­tigación folklórica de Mpxi­co. Cultura Mexicana, 2. Im­prenta Universitaria. México,1953. 120 pp.

El objeto de este libro es ayudara los folkloristas en sus investiga­ciones, proporcionándoles, en unaserie de artículos, observacionesútiles a sus propósitos, y a la vezofrecer un resumen de las activida­des folklóricas en México durantelos últimos cincuenta años. 1)1'1'0.)' Benwrd·illo de SahaglÍn. Re­lación de los tl'xtos que no aprove­rhó en su· obra. Su m/otodo deinvestigación. Angel María Gari­hay K., en este artículo analizael método que usó Sahagún pararedactar su Historia gene1'01 de lascosas de la Nueva F:spaita, inspira­do en Plinio. 2) La invesfigac'iónfolklórico I'n el campo. Mis expl'­j·inlcias. Virginia R. R. de Mendo­za, se ocupa de la forma adecuadade recolectar datos entre el pueblo,de las cualidades y conocimientosque debe teEer el recolector queviaja en busca de materiales, deleqnipo, y de todo lo relativo a las

. investigaciones folklóricas en elcampo. 3) La serción dI' 'investirla­riones '/I/usicales dl'l Insfifuto Na­cional dI' Bellas A rtl's l' SI(. laborfolklórica. Baltasar San1per, relata

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U.NIVER'SIDAD. DE:" Mf;XICO'

como se formó el archivo musicalfolklórico, ylas diversas expedicio­nes efectuadas entre indios y crio­llos.. 4) La in.veStigación folkló­rico-ml/sical. Vicente T. Mendoza,muestra el proceso que ha seguidoen sus estudios, que abarcan va­rias regiones de México y algunasdel sur de los Estados Unidos. 5)La investigación folklór.ifa en bi­bliotecas y arc/¡jv'os, por ErnestoMejía Sánchez. Los estudiosos queno puedan salir de viaje encontra­r~n en este artículo conocimientosprácticos que les pueden auxiliaren su labor de escruti,¡tio en docu­mentos de toda índole. 6) CinCltell­fa mi.os de' invesfigacionl's folkló~ricas al México. Vicente T. Men­daza, es el encargado de elaborarel resumen histórico de esta nnevaciencia, que en MéXico s'e halla enuna etapa- inicial, pero promete je­ner un desarrollo intenso.

c. V. ;

EZEQUIEL CORNEJO CABRERA,

Estudio de psicología experi­1I1ental en algunos grupos ill­dígenas de México. CulturaMexicana, 6. Imprenta Uni­versitaria. México, 1953. 16 g

pp.

El fin que persigue este ensayoes estudiar la psique del joven in­élígena mexícano en forma comple­ta. El material humano se seleccio­nó en internados indígenas y es­cuelas rurales, entre niños de am­bos sexos, nativos de casi jodas losestados de la república, de diver­sos grupos indígenas, alumnos deprimero a cuarto año de enSeñanzaprimaria, sus' edades fluctuabanentre los diez y los diecinueveaños; a los jóvenes de las escuelasrurales se les interrogó en náhuatl,y a los de los internados indígenas,en español, a fin de con trolar lasvariaciones que el uso de idiomasdistintos marca en la psique del in­dígena. El método de investigaciónque se siguió, "de acuerdo con lasdoctrinas de la psicología experi­mental, fué el de los tests psico­métricos, apoyando los resultadosen el método estadístico para calcu­lar los índices que acercan a larealidad. Después (le numerosaspruebas (varios miles, individualesy colectivas) de las funciones deentender, percibir-, recordar, imagi­nar v asociar ideas, se llegó a for­mar' el esquema psíquico del indí­gena. Algunas de las conclusionesa que llega el autor son: el indíge­na es distraído, sugestivo, de me­moria deficiente, imaginativo, ex­trovertido v muy inteligente; elaborigen ~iénte preferencia por elpasado; el factor idioma hace va­riar su funcionamiento psíquico;el cambio de medio ambiente ma­di fica su mentalidad: no exist~ in­ferio'ridad alguna del indio frenteal mestizo. Algunas'de estas obser­vaciones son sorprendentes: vancontra nuestros prejuicios; los da­tos cientí ficos demuestran que nues,tras apreciaciones a simple vistason falsas; el indio en igualdad decircunstancias econ'ómico-socialessería iglial o snperior al resto delos mexicanos, v muchas de sus de­ficiencias sólo ¡as determina el me­dio adverso en que vive.

c. V.

BARAJA D E LIBROS FRANCESE SPor Martín PALMA

TRISTAN CORBIERE, Les 01l101lrsjaulIes. Gallimard.

"... era un bretón, un marino yel desdeñoso por excelencia". Así

pinta Verlaine a Tristan Corbiere,en los primeros renglones de susPoetas malditos:' Hoy podríamosagreg~r mayores prodig,ios. Losm~de~nos -Pound y Eliot, muypnnc¡pa!mente- nos han descu­bierto en aquel violento solítario

a un precursor, realizador ya, de laversi ficación más audaz.

He aquí, de nuevo, su obra únicay suficiente. La enmarca un acepta­ble aparato crítico, e incluye algu­nos poemas póstumos y dos prosas.Luego, teidos quedarán complaci-

dos: el arqueólogo hallará datos,el aficionado 'medio podrá poseerun libro hasta ahora confinado a lasbibliotecas especialistas o ele lujo,v IlIlO que otro lector se embriaga­~á de mar, fuerza expresiva y rit­mos fecundos.

:UNlVERSIDAD DE MEXICO

MAX PICARD, Le /llande du si­lence. Presses Universitaires.

Páginas sueltas, mejor que librohecho, sobre un generoso tema; pá­ITa fas cortos y reiterados que ha­blan, par;ldójicamente, del silencio.Gabriel Marcel trata. desde el pró- .log-o. y en vano, de justi ficar su'calidad filosófica a una luz "exis­tencial". Nadie negará, sin embar­go, v;;¡rios halla..zgos notables. y unaprosa c~ rgada, a su modo; de ciertavaga delicadeza.

~HARLES PÉGUY) Leitres et en.­. tretiens. Editions de Paris.

¡ Confieso que el .~ulto de Péguy

11le despIerta reacclOlies encontra­las. Por una párte, recelo de eS<t

'eyenda, fácil y heroica. de que las~Ios últimas décadas lo han ro­;deado. Quisiera, mejor, toparmealgún día con el estudio sereno(¡ue su obra merece; con la com­prensión madura. que viniera, delIlla vez. a superar el interminable

anecdotario. De otro lado ... t caliría ,arrancar al encendido autor deN otre' 'jellnl!sse esta aureola -tem­poral, familiar, afectiva- que leva como anillo al dedo? ¿Qué im­presión causaría, en sus muchosdevotos, un Péguy desnudo de suhabitual vestidura de patriarca, desus cosas intimas, de sus couflictospersonales? Acaso, después de to­do, convenga transigir. Hay tiempopara meditar sobre las palabras úelos libros, y tiempo para veuerarlas menudencias de la vida. Y yase sabe que el eterno· dreyfusardenlazó siempre vida y palabras, den­tro de un solo drama ejemplar. N oregatearé, pues, semejante unidadmoral (unidad que sólo el farisai­co- purismo de un Julien Benda seatreve a empequeñecer). y menosque nunca podría profanarla anteel despliegue de documentos e ico­nogra fía que aquí se ofrece. N o:a fin de cuentas, no es la divulga­ción incesante de papeles menores,ni el sostenido homenaje de losamigos y los hijos, lo que me re-

gna un poco. Es, simplemente,la ostensible descompensación. Allado de tanto legítimo cuchicheQ,siento que falta aún quien haya in­tentado universalizar sin demasia­dos adjetivos sentimentales la tre­n;enda lección humana del autén­tico Charles Péguy.

MARCEL A YM'É, Les quatre '1lé­

rités. Grasset.

Quizá no sea posible del todojuzgar una obra de teatro a travésde la sola lectura. Pero en la medi­da en que si lo sea, ésta que acabode leer y que jamás he visto re­presentar me parece desconsolado­ra. N o alcanza, a lo que yo colum­bro, el nivel de las ~nteriores piezasde Aymé: las otras, con todos susinnegables defectos, emitían, cualmás, cual menos, eficaces destellos;herían; subian y bajaban con pa­reja dignidaú. Les quatre vh··itésno pasan de ofrecer un primeracto 'decoro,o (i pero t~n lejano deaqucl magni fico primer acto ele La

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téte des aHtres, que lograba salvarla obra entera!). Lo demás se an­toja voelevil, melodrama ... qué séyo. Cualquier cosa mClIOS la tramay el diálogo que eran de esperar;sede un Marcel Aymé; págano, bur­lón camal, mas lIttllca, antes, tor­pe ~n el manejo de su pluma. Aquíno hay fanlasia, ni poesía, ni hu­mor; no hay ni siquiera cruelúad.Hay, sólo, cuatro episodios: UlIO

en que se plantea el asunto (ciertoprofesor obtiene Ull<t d raga que, al,er inyectada, produce un deseofrenético de la verdad; la conductade su esposa provoca sus cefos yél decide hacer uso de la drogapara aclarar las sospechas que ellapretende in fundadas'; la esposa,después de una tenaz oposición,

. ~~cepta a condiciún de que todossean inyedados al mismo tiempo,ella, él y los padres de ella); ytres más, que desaprovechan peno­samente, salvo las divertidas esce:nas que inician el segundo, las. po­cas o muchas, posibilidades de eseasunto.

EZRA POUND, The Cal1tos (Fa-'ber, London). Por Carlos FUENTES

ANGLOBIBLIOGRAFIA

Claro, Pound es un genio. Ciara,ningún poeta contemporáneo ha lo­grado esta forma milagrosa de ir~e

haciendo, irse descubriendo, su poe­ma. Claro, Pound ha su frido (j go­zado !) la influencia de-'Ios simbo­listas, "aspira a la condición 'de lamJÍsica". Claro, con Pound los exé­getas salen sobrando: aquí estáuno de los libros permal)entes delsiglo.

WILLlAM FAULKNER, AFable'(Random House, New York).

El nuevo libro 'de Faulkner -fru­to de nueve años de trabajo- re­crea la última semana de la vida deCristo dentro del marco temporalde la guerra de 1914-18. Los sol­dados de todas las naciones se amo­tinan en el frente, rehusando pro­seguir la guerra, mientras los altosmandos respectivos se alían paraimpedír que una situación de bo­nanza para estadistas, generales,mercaderes y la Patria, termine.Un soldado francés analfabeta,acompañado por doce discípulos, re­corre los campos de batalla predi­cando paz y piedad: será ejecutadoen compañía de dos ladrones, des­pués de haber rechazado la opor­tunidad de huir. La lenta y macizalección de hermandad y misericor­.dia de Faulkner, inmersa en aquellaprosa que sabe hacer de sus defec­tos de oscuridad virtud última delucidez, se funda en su visión sincontingencias ni odios pasajeros, laexpuesta por el autor al recibir elPremio Nobel de Literatura: "Creoque el hombre no sólo' permanece­rá: prevalecerá. Es inmortal ....porque posee un alma, un espíritucapaz de compasión y sacrificio yresistencia." No lo han entendidoasí algunos criticas norteamerica­nos, sorprendidos de ~Jue Faulknerno sepa distinguir entre "una gue­rra sin sentido" y otra dictada porla "necesidad". ¡Ay!

]OHN STEINBECK, SU/eet Thurs­da)' (VikingPress, NewYork).

Mr. Steinbeck retorna a CanneryRow, reiterando su ecuación favo­rita (prostitutas, gigolós, jugado­res: ángeles, santos y mártires). Elpersonaje central es nuevamenteDoc, depositario de una saludableautosuficiencia negativa que le per­mite aceptar y disfrutar el.mundo

,órdido de Cannery Ro\V. Reitera­dos también, el sexo y la dulzuraunidimensionales, y el profundo des­preCio de' Steinbeck por una formaque contenga sus poco desprecia­bles facultades de pícaro, hermanoy reportero.

E. E. CUMMINGS, Six Nonlecitt­res (Oxford).

Seis no-conferencias dictadas porel poeta norteamericano en la Uni­versidad de Harv¡¡rd. La melanco­Ha del intelectual norteameric;:noque perdió su oportunidad de re­belión: la reafirmación, ya yerma,de la actitud que, mejor que na­die encarnó Vachel Lindsay cuan­do' ciertas corrientes de la vida1!orteamericana todavía no se con­gelaban: "Quiero saber de la gen­te que da coces, quiero saber de lagente que ofrece compasión". De­fensa de Ezra Pound. Memoriasde la niñez en New Hampshire.Nueva exposicióu de la verdad poé­tica de Cummings (el Isness) : "Sila poesía es tu met<!, debes olvidartodo lo que sepa a recompensas ycastigos y obligaciones auto-estili­zadas y deberes y responsabilida­des, etcétera, ad infinitum y re­cordar sólo una cosa: que eres tú-nadie más- quien determina tudestino y decide tu fe".' Recital delos favoritos de Cummings: Dan­te, Shakespeare, Keats, John Don­ne, Swinburne. y la mímica tristedel mundo que 1.0 rechazó, que re­chaza, y etel cual no puede despren­derse:

"Juan, viii, 7."Así que ahora 'hablemos deotra cosa. Este es un país librepor la educacióu obligatoria.Este es un país libre porquen;;die está obligado a comer.Este es un país libre porqueningún otro país jamás es oserá libre. Así que ahora sabéisy saber es poder ... Un datointeresante y objetivo es quela gente sencilla ama las cosascomplejas. Pero la coinciden­cia extraordinaria es que lagente mediocre ama las cosasde primera calidad. Esta ex­plicación no se entiende si lascosas complejas son sencillas.Se entiende porque la gentemediocre es de primera cali­dad ... y ahora· seamos tontosy vámonos al Diablo".

ROBERT GITTINGS, folm Keals:The Living Year (Heinemann,Londres) .

Entre el otoño de 1818 y el de1819, Keats vive, escribe y mueresu gran poesía: Hyperion., The Eveof Sto Agnes, Ode to Psyche, LaBelle Dame Sa.lls Merei, Song ofFoiw Fa.iries, 'Ias odas To a Nighl­lingale y On a Grecian I!n" La111ia.En el invierno de 1819, Keats su frela hemorragia que anuncia su fin,y éste llega a principios de 1821,sin que el poeta hubiese escritonna línea más. El excelente ensayode biogra fía y critica de Gittingssc ciñe al año en que Keats, penasy amores, lecturas que se. hacensangre. paseos y cartas. anhelo ynostalgia, crea su obra. Casi al mi­nuto, Gittings signe la sombra del·poeta menos interesado en señalarcausa~ y efectos qué en dar exis­tencia a la ligazón metálica entrela experiencia de Keats y su obra,a la transformación inmediata a lapoesía que toda fijación en la pla­ca de vida de Keats provocába, alas lecturas que, acaso como enninguna otra vida poética, iban ha­ciéndose día a día carne en el ver­so, a la llama de acero que mantu­vo a Keats, en su breve paso,Betwi:rt Da/llna.tion and

(impassion'd doy

BERTRAND RUSSELL, Human So­ciety in Ethies and Polities(Allen and Unwin, London).

El Satán de los suburbios con­testa a las críticas de racionalismoque se le han formulado. La ra­zón -dice con Hume- sólo es ydebe ser la esclava de las pasiones:éstas dictan los problemas que larazón atiende, las pasiones señalanlos fines, fa razón explora los me­dios; y la razón no puede operarconsiderando fines. Russell cree yama en la verdad y la bondad, peroéstas, en tanto ideales, las percibeRusell al través de una lupa mate­mático-cienti fica: de ahí el autén­tico susto, la ojiabierta perplejidaddel filóso fa -siempre firme en suvicio original: seguro de que todoproblema ético puede probarse conargumentos a priori- cuando nose puede demostrar que la crueldades mala de la misma manera enque se establece un dato cientí fico.Aferrado a la distinción entre jui­cios puros de valor (que establecen·

finc,) y operaciones racionales(que calculan medios aplicables)Hertrand Rusell se niega a percibirla fluidez desordenada úe la exis­tencia, q'tle implica un decidir yun escoger continuos: en esta re­novación reiterada, van moldeándo­se los valores, y no en un teoremaab in.itio. Por otra parte, "razón"en Rusell vive teiíida de "raciona­lismo": andamos bien lejos de laRazón humana -verdad, comuni­cación y amor- que entiende KarfJaspers. La segnnda parte de estenuevo libro de Rusell, deJata uncierto desencanto con su propia fi­losofía, i acaso la imaginación, poé­tica e histórica, sea más persuasivaque el argumento matemático abs­tracto! Y aquí está, entre las dostapas, y pese a todo, una personali­dad generosa y lúcida, capaz -es­to es lo importante- de preocupa­ción profunda frente a la injusticia,la persecución y el su f rimiento.

ARNOLD J. TOYNBEE y VERO­

NICA TOYNBEE, Hitler's Eu:rope: Survey of Internati01zalAffairs, 1936-46 (Oxford).

Chatham Honse, con el auxiliodel profeso Toynbee, prosigue suhistoria de la guerra que todavíano admite fechas. En su breve in­troducción, Toynbee desprende lamoraleja de la tiranía hitleriana:será una servidumbre semejante laque los pueblos de Europa tendránque otorgar a otra dictadura si nose unen voluntariamente "eu unaépoca atómica que obliga, comoúltimo recurso, a pagar la unidada cualquier precio como única al­ternativa de la autodestrucción". Elcontenido del volumen poue de re­lieve la absoluta falta de metas yorganización, .a largo plazo, delnacismo: el único objetivo concretode la politica europea de Hitlerfué la exterminación de los judíos,Y. accesoriamente, mantener lo ad­quirido por el Reich en una estáticade sepulcro.

LUCIEN PRICE, Dialogues of Al­fred North Whitehead (Li­ttle, Brown and Co., Boston).

Lucicn Price, del Boston Globe,goz,', de la conversación continuade Wltitehead durante los veintitan­tos años de I residenci a norteame­ricana del filósofo, imponiéndosela tarea de transcribir las pláticas,todavía frescas, a un diario. Elresul tado es este volumen vivo depercepción, curliosidad y humor.El interés de Whitehead abarca'