Post on 05-Sep-2015
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Boletn Hijos del Sur, No.0001 Bogot, Colombia Julio de 2015
APRENDIENDO DESDE LA MINA, ESTUDIAN-
DO EN LA CIUDAD.
Por: Julieth Vargas.
Desde Bogot saludamos a todas y todos los mine-
ros, campesinos, afrodescendientes e indgenas de
Colombia, quienes han luchado por la tenencia de la
tierra y por la soberana alimentaria, as como por
el respeto y el derecho a una vida digna. Ustedes que
son un gran ejemplo de lucha para nosotros quienes
desde la ciudad haremos lo imposible por no permi-
tir que se acallen las voces de lucha y de esperanza
que vienen desde sus territorios. Nosotros desde la
ciudad de Bogot entendemos y visibilizamos el he-
cho de que son las regiones agrarias las que han pa-
decido y vivido con mayor intensidad el conflicto ar-
mado, y que es desde all desde donde se deben
construir alternativas hacia la paz con justicia so-
cial. Sus luchas y resistencias nos alientan an ms
y nos llenan de motivos para defender junto a uste-
des la tierra y la vida. Defendemos que la tierra debe
ser para las comunidades, con garantas integrales
por parte del estado. Hacia un territorio de vida, de
dignidad y de soberana.
Junto con ustedes acogemos y respaldamos la exi-
gencia de un modelo de desarrollo que respete los
derechos humanos de las comunidades, la naturale-
za y el buen vivir. Consideramos al igual que mucho
de ustedes, que la distribucin de la tierra es un
pilar fundamental para construir la paz y que
enormes cambios deben materializarse a travs
de una reforma estructural del campo.
Somos un equipo de jvenes universitarios y tra-
bajadores que nos desempeamos en diferentes
disciplinas, como las Ciencias Polticas, la Socio-
loga, la Administracin Pblica, el Derecho, entre
otras. los cuales desde el mbito poltico-
acadmico en universidades y barrios populares
de la ciudad, hemos venido realizando un estudio
a profundidad sobre la temtica minera y el mo-
delo extractivista: legislaciones mineras, tipos de
minera, alternativas de formalizacin, estado ac-
tual de la titularidad, etc., todo esto para dar
cuenta de las reales y desproporcionadas desven-
tajas de dichas leyes y polticas que afectan direc-
tamente a los pobladores tradicionales de los te-
rritorios mineros, con el nico fin de favorecer a
la gran minera multinacional capitalista.
Es por esto que nos hemos dado a la tarea de
programar la realizacin de diversas actividades
como foros, ponencias y sesiones de estudio, don-
de a travs de dilogos reflexivos, podamos cons-
truir propuestas y visibilizar la situacin de la
minera en las regiones, resaltando el papel de las
comunidades y la importancia del territorio como
nico sustento de las comunidades mineras para
solucionar sus necesidades bsicas y derechos
fundamentales que han sido vulnerados por el
Estado colombiano y las trasnacionales. Motiva-
dos, en concreto, por el caso de Mina Walter y de
las familias que habitan en la serrana de San
Lucas, cuya situacin humanitaria es crtica y
donde la agudizacin de los conflictos socioterri-
toriales se intensifica cada da ms.
Es as, como desde los mbitos de la poltica y la
academia nos desenvolvemos en espacios univer-
Contenido
Nacional. Qu pasa
en Mina Walter?
Internacional. Si el
Gobierno es cmplice
de muerte nos corres-
ponde desobedecer.
Anlisis. Minera a
gran escala y paz
exprs.
Caricatura. CareBofe
de potenciar los estudios sobre minera, la visibilizacin de las situaciones humanitarias de las regiones y
la investigacin comprometida desde y con el empoderamiento de las comunidades.
Consideramos que es necesario a mediano plazo crear una escuela de educacin popular que recoja las
necesidades formativas sobre la cuestin minera y en general, poner en discusin las perspectivas hacia
Municipio de Montecristo, Bolvar.
Mas sin embargo y a pesar de toda esta arremetida represiva las comunidades mineras persisten en esta forma de produccin tradicional desde sus padres y abuelos, muchas veces siendo la nica manera ren-table de conseguir su diario vivir. A la par y en contra de esta minera de subsistencia los medios de co-municacin siguen hablando de tomas de tierras tituladas, utilizacin de agentes contaminantes, incur-siones ilegales, favoreciendo as a los ricos que roban las tierras de quienes han vivido all por aos, e im-partiendo toda su maquinaria de guerra y de leyes injustas contra el trabajador minero. Pero acaso hemos pensado detenidamente Qu es lo que realmente pasa con la minera en nuestro pas?, por qu las mal llamadas minas ilegales se encuentran en grandes cantidades por todo el territorio? Existen muchos moti-vos por los que miles de personas encuentran en la minera una salida econmica y a pesar de lo que se piensa, no es exclusivamente por su gran rentabilidad, puesto que existen razones que van desde el patri-monio familiar, hasta encontrar campesinos que han dejado de sembrar sus tierras por lo costoso y poco rentable de su comercializacin para convertirse en mineros. Es por estas circunstancias que han encon-trado en la pequea minera una salida viable para su sustento econmico. Todas estas vivencias, histo-rias y luchas que viven los mineros y campesinos de nuestro pas las encontramos resumidas en una ve-reda llamada Caribona, en el departamento de Bolvar, la que actualmente pasa por una situacin huma-nitaria de gran gravedad.1) Algunos campesinos y mineros del Sur de Bolvar, desde hace ms de 30 aos encontraron minas de oro y empezaron a explotarlas de forma artesanal; explotacin reconocida co-mo minera tradicional. En la actualidad, en Mina Walter ubicada en la Vereda Caribona, en el corregi-miento los Canelos del municipio de Montecristo (Bolvar)), trabaja un grupo de mineros que ha ejercido
Cuando escuchamos hablar de minera artesanal o
tradicional generalmente viene a la cabeza grandes
cantidades de oro, sumas incontables de dinero, da-
os al medio ambiente y por supuesto el famoso tr-
mino que el Estado colombiano ha reforzado en la
mal llamada MINERA CRIMINAL, justificando con
esto indiscriminados ataques militaristas y judicia-
les contra las poblaciones que ven en la minera su
nico sustento. Tras esta tipificacin irresponsable
vemos grandes tragedias: desplazamientos forzados,
rdenes de captura, bombardeos, persecucin, viola-
cin de los derechos fundamentales, que ubican al
sector minero en una grave crisis humanitaria.
formas de desarrollo alternativas, es decir, sobre la gestin de lo comn y la
produccin de la vida en relacin con la naturaleza. Espacios donde se faci-
lite el dilogo de mltiples saberes, la reflexin crtica y se extienda la voz
acerca de las problemticas en torno a la pequea minera, la cual ha sido
criminalizada e ilegalizada histricamente por el estado.
Es por esto que queremos hacer llegar nuestros avances y perspectivas a
travs de este boletn con el fin de tejer un dilogo de saberes diverso y plu-
ral. Sin embargo, consideramos que ante todo es de ustedes, para que cons-
truyamos colectivamente este espacio de difusin a lo largo y ancho del te-
rritorio nacional.
Q PASA EN MINA WALTER?
Por. Liliana Caldern
tradicionalmente actividades de minera de hecho. Estos, se encuentran legalmente constituidos des-de el ao 2006 en la Asociacin de Mineros del Ca-ribona ASOMCA y desde 2010 en la Asociacin de Mineros de Mina Flrez- ASOMIFLORES, entre otras asociaciones; estas asociaciones proveen tra-bajo a aproximadamente 400 mineros, quienes se asentaron con sus familias en los alrededores de los puntos de trabajo de esta Mina, conformando una comunidad de alrededor de 1000 personas. 2) En la zona se conform tambin la Cooperativa Multiactiva Minera del Caribona, por medio de la cual solicitaron ante las autoridades competentes el Ttulo Minero sobre la zona de Mina Walter pero omiti enunciar la existencia de otros mineros en la zona, desconociendo las zonas de trabajo de otras asociaciones de mineros artesanales, como ASOMCA, ASOMIFLORES. 3) Pese a lo indicado en el hecho anterior, la Cooperativa Multiactiva Minera del Caribona obtie-ne el ttulo y posteriormente, ha solicitado el desa-lojo de los dems mineros presentes en la zona que abarca el referido ttulo minero a travs del trmite de amparo administrativo. 4) Mediante Resolucin No. 248 de 2011 expedida por el Grupo de Trabajo Regional de INGEOMINAS Medelln expedida el 26 de abril de ese mismo ao se concedi el amparo administrativo a la empresa COOPCARIBONA.
5) Ratificando esta resolucin, la alcalda de Mon-tecristo expidi el Decreto No. 041 del 5 de Marzo de 2012 en el cual se ordena practicar el desalojo de aproximadamente 1000 personas que confor-man las familias de los mineros tradicionales asen-
tados en Mina Walter. Esta diligencia de desalojo est programada para practicarse el da de maa-na jueves 10 de Mayo de 2012 por funcionarios de la alcalda municipal en compaa de miembros de la fuerza pblica.
Actualmente est activa otra orden de desalojo, o como lo llama el Estado Amparo administrativo. Esos que estn acostumbrados a ser violentos, os-curos, aberrantes, criminales, protegiendo nueva-mente por los intereses de quienes de manera des-carada y traicionera se hicieron acreedores de los ttulos mineros (derechos de exploracin y posterior exploracin del territorio). Es indignante que las necesidades de unos termi-nen siendo aprovechadas por otros, pero es el pan de cada da de este pueblo, que sufre del abandono del estado en cumplimiento de derechos bsicos, servicios pblicos, que sufre de toda la arremetida judicial cuando los derechos de los mismos se ven afectados. Los vacos legales, la falta de acompaa-miento y la interminable violacin de derechos hu-manos son los que permiten que casos como los de Mina Walter se den constantemente. Es por eso que hoy estamos aqu, trabajando de la mano del pueblo Colombiano, buscando alternativas y solu-ciones. Estamos hartos de que pisoteen nuestra cultura, que no respeten nuestras tradiciones y de-rechos al trabajo, y a la vida. Las miles de personas entre los que se encuentran nios, jvenes adultos, y adultos mayores es la poblacin que sobrevive de la minera de una forma artesanal y como tal tiene unos derechos que estn dispuestos hacer valer a toda costa. Sabemos que el estado igual har una arremetida indiscriminada, y temiendo el peor de los casos hacemos el llamado para que se constru-ya salidas consensuadas con la poblacin quienes tienen todo un pliego de peticiones, quienes han construido un sinfn de soluciones, quienes no exi-gen ms all de lo que se es justo. Cuando se ha perdido todo lo material, solo queda luchar por el territorio, por la familia. Por el derecho al buen vivir!
desde mi ingenua
comodidad acadmi-ca, les suplico que no
desalienten en su re-sistencia, ya que son ustedes la nica espe-
ranza de que la rique-za medio ambiental de Colombia perdure
en el tiempo; por eso desobedezcan, cons-
truyan y no teman, porque lo que se hace bien, bien hecho que-
da para siempre.
SI EL GOBIERNO ES COMPLICE DE MUERTE, NOS CORRESPONDE DESOBEDECER. Por: Carlos Cruz
All cuando el amargo de la vida parezca insuperable, es preciso resistir, porque el dulzor vendr enseguida. Desde que en 2006 se dispar la adjudicacin de ttulos mineros por to-do el territorio colombiano, se dio a entender al pas, que la visin de
progreso econmico, poltico y social iba a estar ligada en lo sucesivo, a la destruccin de los ecosistemas (pramos, montaas, ros, cinagas,
serranas, etc.), el aniquilamiento de los recursos naturales y de la vida misma; en fin, el gobierno de turno pretendi desarrollar a Colombia, al precio de desangrar su territorio, convirtiendo nuestra biodiversidad
nica en el mundo, en un recuerdo del pasado, pues donde se han ins-talado los proyectos minero energticos no ha quedado sino desolacin y muerte, all donde antes hubo hermosos paisajes y maravillosas expre-
siones de fauna y flora.
Esta misma direccin la ha seguido el gobierno de
Juan Manuel Santos. Sin embargo, se constata que
las multinacionales acreedoras de los ttulos mine-
ros (Anglo Gold Ashanti, Anglo American, Glencore
Int., BHP Billiton y otras ms) acumulan una ga-
nancia absurda y desproporcionada, que en vez de
ayudar a promover el desarrollo en las regiones de
explotacin, lo que hace es sumirlas en la miseria y
el dolor; por eso resulta lamentable que los munici-
pios con extraccin minera por parte de multinacio-
nales, presenten peores condiciones de vida, que los
municipios sin este tipo de explotacin. As, no re-
sulta una locura afirmar que el progreso y
desarrollo que prometen con estos proyectos mine-
ro-energticos, no pasa de ser una broma a los sec-
tores pobres y marginados (vctimas inmediatas de
estos proyectos) por parte de los funcionarios guber-
namentales.
En este sentido, se hace preciso: plantear una resis-
tencia que desborde los mecanismos consagrados
en la legalidad del pas; es decir, se debe actuar
conforme a las necesidades de sus territorios desco-
nociendo los parmetros legales si es necesario, ya
que estos estn al servicio de las transnacionales
mineras y no del pueblo, como se puede constatar
en la ley 685/2001 -cdigo de minas- o en el Plan
Nacional de Desarrollo. En otras palabras, bajo es-
tas condiciones, la desobediencia civil es ms que
legtima; por este motivo, es necesario que las vas
de hecho les permitan garantizar la vida y continui-
dad de sus pueblos, que subsisten a pesar de la
persecucin y criminalizacin promovida por estas
empresas extractivistas y asesinas (no es el lugar
para tratar de los vnculos entre el paramilitarismo
y estas empresas); slo as como comunidades, po-
drn tener la certeza de la proteccin a sus dere-
chos, ya que los funcionarios del Estado no tienen
inters en hacerlo.
Esta lucha resulta muy dura, claro; tambin lo fue
para David vencer a Goliat. Pero siendo sensato con
la palabra, la nica forma de vencer a un gigante
econmico es poniendo el pecho y el corazn por la
defensa del territorio y la vida, tal como lo vienen
haciendo, aguantando la criminalizacin y la perse-
cucin. Las rdenes de captura son reflejo de la ca-
pacidad de cambio que existe en el seno de sus co-
munidades, ustedes son la esperanza del pas si de-
ciden luchar.
Si observamos el continente, existen varios ejem-
plos de esta ardua lucha. Entre ellos, por solo
mencionar uno, est el pueblo boliviano. Desde la
poca colonial all han sufrido todos los rigores del
extractivismo minero-energtico; casi que la histo-
ria de Bolivia est escrita con sangre de minero,
porque all tambin el Estado ha sido terrorista
con el objetivo de favorecer los grandes capitales;
as lo demuestra la masacre de San Juan, aconte-
cida el 24 de junio de 1967 en los campamentos
mineros del Siglo XX y Catavi en el Departa-
mento de Potos, donde facciones del ejrcito sor-
prendieron en una madrugada de festejos, a las
comunidades mineras con el objetivo de erradicar
de raz un supuesto levantamiento guerrillero
(motivo tan colombiano), que produjo la muerte de
hombres, mujeres y nios.
En Bolivia se han adelantado prcticas de resisten-
cia contra los proyectos mineros (oro, plata, cobre),
que combinan tanto las vas de hecho como las le-
gales. As ocurre en la regin de Coro Coro (Gran
regin de Pacajes) a 60 km de la ciudad de La Paz;
ante la construccin de una hidrometalrgica para
la explotacin de cobre, que invadi 15 hectreas
de la comunidad Huacasayaa y disminuy el
cauce del ro Pontezuelo, sin consultarse los efec-
tos que produca sobre el ecosistema del ro con la
poblacin, se decidi ante la constante negligencia
de las autoridades, restituir el cauce original del
rio Pontezuelo cortando el abastecimiento de agua
a la planta hidrometalrgica. Obviamente, el go-
bierno tild el acto como terrorista; sin embargo, la
medida lo oblig a firmar un convenio con los re-
presentantes de la comunidad, acordando la reali-
zacin del proceso de consulta previa, adems del
resarcimiento de posibles daos, ante las evidentes
Potos, Bolivia.
rios, algunas de las orientaciones del plan nacional
de desarrollo en materia de minera para los prxi-
mos cuatro aos. Como es de esperar, la locomotora
minera an no ha terminado su viaje y bota humo
por todos lados.
El PND presenta un captulo entero para minera.
Sus temas principales son los mecanismos de for-
malizacin, la creacin de reas estratgicas para el
desarrollo minero, la autorizacin de licencias am-
bientales y la clasificacin de los tipos de minera.
Los procesos de legalizacin minera ya no estn en
manos del gobierno nacional. Ahora, esa responsa-
bilidad se desplaza a los concesionarios mineros, es
decir, a los poseedores de ttulos.
Las dos figuras de formalizacin para los pequeos
y medianos mineros, que desde esta alternativa el
plan nacional destaca, son los contratos de opera-
cin y los subcontratos de formalizacin minera. Le-
jos de reconocer la minera tradicional y dar solucio-
nes contundentes a los conflictos de estos sectores,
Gran minera en El Cerrejn.
quedan sujetos a la voluntad de los dueos de t-
tulos, sus nuevos patrones. La formalizacin est
contemplada por un periodo de cuatro aos, don-
de al concluir podrn ser o no prorrogados.
La otra alternativa que en materia de formalizacin
queda formulada en el plan es la devolucin de zo-
nas tituladas. La iniciativa procede con la voluntad
del poseedor de ttulo y lo que se legaliza es el rea
de explotacin. Otra posibilidad que contempla es
el hallazgo de zonas libres de explotacin, cuestin
irrealizable en un pas donde la mitad del territorio
se encuentra concesionada y otra ms en proceso
de solicitud.
violaciones al convenio N 169 de la OIT.
Dichas mesas de consulta no llegaron a instalarse
por agresiones del personal de la hidrometalrgica.
Por la falta de voluntad del gobierno para resolver
las demandas de la comunidad de la Gran regin de
Pacajes, sus autoridades decidieron presentar el ca-
so a la Comisin Interamericana de Derechos Hu-
manos (CIDH), previendo que esta instancia obligue
al gobierno boliviano a cumplir con el derecho de
consulta.
As hay muchos casos ms, como el de la comuni-
dad de Teoponte, en donde el conflicto no se da con
el Estado sino contra la cooperativa minera Relm-
pago, quienes invadieron la propiedad privada de
una familia agropecuaria para la extraccin de oro;
por lo cual, esta familia junto a otros comunitarios
decidieron retener las mquinas de la cooperativa,
hasta tanto esta no desaloje los predios propiedad
de la familia Toledo Medina.
Deben saber que actos de desobediencia civil se
producen a lo largo y ancho del continente, pues la
lucha contra los grandes capitales no es exclusiva
del pueblo colombiano, sino que esta amenaza con-
tra la vida, aparece en cada rincn donde la natura-
leza muestra su riqueza; por esta razn, desde mi
ingenua comodidad acadmica, les suplico que no
desalienten en su resistencia, ya que son ustedes la
nica esperanza de que la riqueza medio ambiental
de Colombia perdure en el tiempo; por eso desobe-
dezcan, construyan y no teman, porque lo que se
hace bien, bien hecho queda para siempre.
PLAN NACIONAL DE DESARROLLO: MI-
NERA A GRAN ESCALA Y PAZ EXPRS
P o r : J u a n D a v i d O s o r i o
El pasado 6 de mayo se aprob en el congreso de
la repblica el plan nacional de desarrollo 2014-
2018 denominado todos por un nuevo pas. Con
una gran resonancia meditica y con afn casi que
idntico a la cita rutinaria de cada cuatro aos, en
tiempo exprs, se le dio curso a la iniciativa.
todos por un nuevo pas ha sido presentado co-
mo el plan de la paz, la equidad y la educacin,
eslogan publicitario que oculta la continuacin de
la poltica de guerra y despojo contra el pueblo co-
l o m b i a n o .
Teniendo en cuenta lo extenso del plan nacional,
quisiramos presentar, en unos cortos comenta-
Cabe agregar un ltimo elemento. Para el otorgamiento
de un ttulo el solicitante tendr que cumplir con el cri-
terio de capacidad econmica y gestin social en la ex-
ploracin, explotacin, desarrollo y ejecucin del pro-
yecto minero. Lo que deja fuera de cualquier posibili-
dad a los mineros que da a da subsisten en el oficio.
Por otro lado, las reas estratgicas para la minera pre-
sentan varios inconvenientes. Se prioriza la continua-
cin del modelo extractivo y del arrasamiento de la na-
turaleza. En primer lugar, queda autorizada la explota-
cin minera en los pramos para las licencias que ha-
yan sido aprobadas antes de febrero de 2010 y que es-
tn vigentes. Lo que significara, segn la agencia nacio-
nal minera, la continuacin de los proyectos de 347 t-
tulos que cuentan con licencia ambiental y se encuen-
tran superpuestos en estas reas, durante 30 aos, que
es lo que comprende la concesin. En segundo lugar, el
trmite para la expedicin de la licencia ambiental es
exprs. De esta forma, se deja en manos de las autori-
dades nacionales y se desplaza a las autoridades locales
en materia de la responsabilidad con la explotacin, los
estudios de impacto ambiental y las licencias.
Todo lo anterior se prepara como antesala a la entrega
de las reas de reserva estratgica mediante convocato-
ria pblica, en lo que se ha denominado la ronda mine-
ra 2015, que no es otra cosa que la entrega del territorio
a las multinacionales. Con nuevas reas de explotacin
en nuevos territorios y con criterios de licenciamiento
ambiental ms flexibles, el gobierno ha terminado por
completar el paquete de beneficios.
Para el cenador Ivn cepeda el plan nacional de desarro-
llo en materia de minera es perjudicial: todo el captulo
de minera es nefasto. Ese artculo de mantener la ex-
plotacin minera en los pramos, la idea de las licencias
exprs, abrir inmensos territorios para convertirlos en
canteras
El plan nacional de desarrollo del gobierno actual, como
se ha podido observar, no es una estrategia poltica para
la paz. Ms bien, es la profundizacin de la guerra, la
agudizacin de los conflictos socioterritoriales y la con-
solidacin de un modelo extractivo de la naturaleza y de
saqueo para las comunidades. No queda ms que la lu-
cha y la dignidad del pueblo colombiano en la construc-
cin de la paz con justicia social. Hay que detener la
mquina y realzar la vida digna.
Boletn Voces Mineras.
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Mordejai Murillo Editorial Julieth Vargas Columnistas
Liliana Caldern Carlos Cruz Juan David Osorio Caricatura
CareBofe
Pero qu burros! Por: CareBofe