Cada día de nuestra vida, cada amanecer, gocemos de la dicha de estar vivos, de estar sanos, de tener la oportunidad de crear, de amar, de servir. Demos gracias por ello… vivamos el “hoy” intensamente, porque mañana, mañana puede ser demasiado tarde.

La constante en nuestras vidas es ésta: Cada amanecer trazamos planes y proyectos… inmediatos y a futuro… estudiar, trabajar, tomar vacaciones, ir de compras, el deseo de cambiar de residencia, de comprar una nueva casa, etc. y llega de repente una enfermedad que trunca nuestra vida, nuestros planes… mirando un futuro incierto; nos invade el desaliento, porque …

La noticia llegó en el peor momento, cuando querías volar,

cuando querías lograr tus sueños.

Te queda poco tiempo, poco aliento, fueron las palabras

que acabaron con tus sueños.

Y en tu habitación ocultas esas lágrimas

de aquéllos que te vieron siempre fuerte

Y llegó el temor a lo desconocido,

al proceso de partir eternamente.

Al cruzar por este valle, con Su mano te guiará

Y verás a tu maestro y el temor disiparás.

Desde hace tiempo ha preparado para ti una gran mansión.

Un lugar no hecho de manos que será tu habitación.

“Al atardecer de nuestras vidas, seremos examinados en el Amor”

San Juan de la Cruz

El atardecer de nuestra vida, nos lleva inmediatamente al amanecer eterno de nuestra existencia.

Un amanecer lleno de luz y esplendor, lleno de Dios

“Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mi” (Juan 14: 6)

“En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo diría, porque voy a prepararos el lugar. Cuando yo me haya ido y os haya preparado el lugar, de nuevo volveré y os tomaré conmigo, para que donde yo estoy, estéis también vosotros.” (Juan 14: 2-3)

En memoria de mi hermano, a un año de haber tenido él la experiencia más bella de su vida: el feliz encuentro con Su amado Jesús en la casa del Padre, donde vivirá eternamente en el gozo de Su Presencia. (12 Feb. 57 - 23 Jul. 06)

“Nos has hecho para Ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti.” San Agustín.