Post on 24-Oct-2015
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Instrumento para valorar la INVESTIGACIÓN GRUPAL
I Ciclo- 2012- Grupo 13 TEMA: Vigencia del pensamiento de Carlos Monge Alfaro acerca de los Estudios Generales INTEGRANTES: Alejandro Gómez Murillo Jeffrey Miranda Brenes Josué Viera Ríos Randall Chávez Cordero
AVANCES (nota grupal) Primer avance 5%...............______ Segundo avance 5%..........______ INFORME ESCRITO (Nota grupal) Total de puntos: 100 Porcentaje 10% Puntos Obtenidos ___ Porcentaje obtenido_____ PRESENTACIÓN ORAL (Participación individual en el foro) Total de puntos: 50 Porcentaje 5% Puntos Obtenidos _____ Porcentaje Obtenido _____ Nota final + + =
Facultad de Educación Escuela de Formación Docente
Departamento de Educación Secundaria Curso: FD – 0548 Introducción a la Pedagogía
Profesora: Roxana González Rodríguez
OBSERVACIONES GENERAL: ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ___________________________________________________________ ________________________________________________________________________________________________________________________
Instrumento para valorar la INVESTIGACIÓN GRUPAL
25%
PRESENTACIÓN ORAL 5%
Aspectos por evaluar 100 Obtienen Aspectos Generales 20 Nitidez en la presentación física del trabajo impreso 5 Redacción 5 Ortografía 5 Bibliografía. (aplicación de APA) 5 Aspectos de contenido 80 Portada 2 Tabla de contenidos 2 Presentación 5 Capítulo 1: El problema y su importancia 1.1-Justificación del tema (Tema y pregunta generadora) 1.2-. Objetivos 1.2.1. Objetivo General 1.2.2. Objetivos Específicos
20 11
3 6
. Capítulo 2: Marco de referencia
25
Capítulo 3: Hallazgos significativos
21
Capítulo 4 : Referencias bibliográficas y anexos 4.1. Referencias bibliográficas 4.2. Anexos
5
Total 100
Aspectos por evaluar 50 pts Obtienen Expresión oral (elocuencia, coherencia, fluidez, entonación)
5
Pertinencia del Material didáctico de apoyo 20 Dominio del tema 20 Respeto al tiempo asignado ( 30 MINUTOS grupal) 5
Total 50
Vigencia del pensamiento de CARLOS MONGE ALFARO
acerca de los Estudios Generales
Alejandro Gómez Murillo, A52384 Jeffry Miranda Brenes, B24161
Josué Viera Ríos, B06815 Martín Chaves Cordero, 970962
estudiantes
Reporte escrito de investigación presentado como proyecto semestral al
DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA para el curso de
INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA, FD-0548 G05
M.Sc. Roxana González Rodríguez profesora
UNIVERSIDAD DE COSTA RICA Facultad de Educación, Escuela de Formación Docente
Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, San Pedro de Montes de Oca, San José, Costa Rica
27 de junio de 2012
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Tabla de contenidos
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Presentación
La realización de cualquier trabajo intelectual va necesariamente dirigida a la
consecución de un fin. Este trabajo no es la excepción. Se tratará en él de exponer los resultados
de una investigación bibliográfica acerca de la vigencia de las ideas con las que Carlos Monge
Alfaro influenció la creación de la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa
Rica. La vigencia de tales ideas se analizará con respecto a la actividad que en la actualidad lleva
a cabo la Escuela de Estudios Generales, en particular la actividad docente.
Para lograr lo anterior se ha divido este trabajo en tres capítulos, cuyo contenido se
describe a continuación.
Se abrirá el primer capítulo con razones que expongan la importancia de este tema y que
generen una pregunta central cuya respuesta será desarrollada por medio de cada apartado en esta
investigación. También, se delineará el marco en el cual se desarrollará la investigación a través
de ciertos objetivos puntuales.
En el desarrollo del segundo capítulo se expondrá cómo fue la participación de Carlos
Monge Alfaro en la creación de la Escuela de Estudios Generales de la UCR. El período
histórico en el cual Carlos Monge Alfaro está contextualizado comprende, entre muchos eventos
significativos, dos guerras mundiales, el levantamiento y caída de múltiples dictaduras
latinoamericanas y europeas, y la pugna violenta tácita de ideologías que poco a poco fueron
modelando el resultado final del siglo XX. El contacto que tuvo Monge con la sociedad chilena
durante sus estudios es otro factor importante a tomar en cuenta. Su regreso a Costa Rica resulta
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en el encuentro de una sociedad pasiva y dejadera que está permitiendo la dominación por medio
de la ignorancia y la ausencia de una casa de estudios superiores.
Por otra parte, la educación costarricense presentaba una gran deficiente en la formación
de profesionales integrales con perspectiva crítica y capacidad de razonamiento ideológico con
bases firmes. Se expondrá, entonces, la participación de Carlos Monge Alfaro en la creación,
tanto de la Universidad de Costa Rica como también de la Escuela de Estudios Generales en la
misma.
Finalmente, en el tercer y último capítulo se abordará la cuestión de cuál es el papel de
los Estudios Generales dentro de la Universidad de Costa Rica y a nivel del país actualmente,
haciendo énfasis en la cuestión principal del trabajo, que es el análisis de la vigencia del
pensamiento de Carlos Monge, destacando si ese papel actual aun mantiene los propósitos y la
visión del momento de creación o si por el contrario han variado.
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1. El problema y su importancia
1.1. Justificación del tema
En no pocas ocasiones, ante los diversos problemas que enfrenta Costa Rica, se escucha
el comentario halagador del pasado en contraste a una actualidad en detrimento. Se afirma
popularmente que “hace algunos o muchos años, las cosas eran diferentes, eran mejores”. Entre
las justificaciones usadas para respaldar dicha afirmación, una de las más comunes es calificar a
las personas de antaño como “más honestas y trabajadoras, con más entereza de carácter”; se les
considera “mejores personas” que las de ahora. Sin embargo, es de común consenso que
ciertamente en “aquellos tiempos” hubo también personas inescrupulosas y no todo estuvo bien.
Ante esta realidad, se suele apresurar el recuerdo de algunos personajes relevantes de la época en
discusión y se destaca que estos “grandes hombres y mujeres nos legaron lo bueno que aún
queda”.
No es la intención de esta investigación decidir la superioridad de las épocas; esta es una
discusión fútil y relativa, sin importancia alguna. Sin embargo, el análisis y estudio de los
personajes que han marcado de alguna forma el curso de la historia resulta ser de mucho
provecho para construir, o continuar construyendo, sobre sus aciertos y errores. Carlos Monge
Alfaro es, precisamente, uno de estos grandes personajes que han dejado un legado de tal
magnitud que resulta importante estudiar.
No es en vano que la biblioteca más emblemática de la Universidad de Costa Rica lleva
el nombre de Carlos Monge Alfaro. Sus aportes a esta casa de estudio han sido trascendentales
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en el desarrollo de la misma. Es la intención de esta investigación centrarse en un aporte
específico: la creación de la Escuela de los Estudios Generales en la Universidad de Costa Rica.
Siendo la Escuela de los Estudios Generales en la Universidad de Costa Rica la base de
toda carrera impartida en dicha universidad, es de suma importancia mantener una constante
revisión de los lineamientos de esta escuela, de modo que el propósito original no se diluya con
el paso del tiempo. Sin embargo, para poder presentar una mirada vigilante a dichos
lineamientos, es necesario entender el pensamiento de Carlos Monge, uno de los mayores
propulsores de la creación de esta escuela. No solo se trata de conocer el pensamiento de este
gran personaje; se trata, mas bien, de entenderlo situándolo en su contexto sociocultural
histórico.
Todo lo anterior, conduce al planteamiento de la siguiente interrogante: ¿Están vigentes
los lineamientos de Carlos Monge Alfaro, en la actividad que desarrolla la Escuela de Estudios
Generales de la Universidad de Costa Rica?
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1.2. Objetivos
1.2.1. Objetivo general
Investigar la vigencia de los lineamientos de Carlos Monge Alfaro en la creación de la
Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica.
1.2.2. Objetivos específicos
• Analizar cómo influye el contexto histórico y social en el forjamiento del
pensamiento de Carlos Monge Alfaro.
• Determinar la participación de Carlos Monge Alfaro en el surgimiento de la
Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica.
• Descubrir el papel de la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de
Costa Rica en la actualidad en dicha universidad y en el país.
• Destacar la vigencia, o falta de la misma, de los lineamientos del pensamiento de
Carlos Monge Alfaro en la actualidad de la Escuela de Estudios Generales de la
Universidad de Costa Rica.
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2. Marco de referencia
2.1. Influencia del contexto histórico y social sobre el pensamiento de Carlos Monge
Carlos Monge Alfaro nació en Cervantes de Cartago en el año 1909. En esta provincia
recibió su educación primaria. Luego, su familia se trasladó a San José, lo que le permitió
ingresar al Liceo de Costa Rica. Para aquel entonces, el Liceo de Costa Rica impartía seis años
de humanidades, los cuales cursó, graduándose como bachiller en 1926. Fue así, durante su
educación secundaria, que se da un primer acercamiento con el enfoque humanista que luego él
mismo promovería. Al año siguiente de su graduación del Liceo de Costa Rica, inició su labor
docente; primero en una escuela rural de Escazú y luego en escuelas de la capital.
Durante su juventud, entró en contacto con corrientes social demócratas. Fue impactado a
temprana edad por acontecimientos como la dictadura de Federico Tinoco, el auge del Partido
Reformista y los enfrentamientos por el precio del café. Un año más tarde, en 1928, se le otorgó
junto a otros jóvenes, una beca para estudiar en el Instituto Pedagógico de Chile, en su caso,
pedagogía en Historia y Geografía. Es importante recordar que para ese entonces no existía una
universidad en Costa Rica, de manera que la única opción de cursar estudios universitarios era en
el exterior. En Chile obtuvo el título de “Profesor de Estado en Historia, Geografía y Educación
Cívica”. Su paso por este país y el análisis de los hechos vividos durante su estancia, marcaron
en buena medida su pensamiento.
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Asimismo, el estudio de la Historia de Chile de la década de los años 20 en adelante, le
hizo notar la influencia del aparato militar en la designación y permanencia de los gobernantes,
así como la concentración de los recursos naturales y la riqueza en pocas manos.
Por otra parte, algunos de sus profesores fueron perseguidos por las opiniones expresadas
en sus cátedras. Hicieron eco en él las palabras de personajes como su profesor Darío Salas, uno
de los líderes del movimiento social y el sacerdote Guillermo Viviani Contreras, que en su obra
“Sociología chilena. Nuestro problema social” realizaba una serie de agudas críticas, entre ellas
al sistema político, que en teoría era democrático, pero no así en la práctica. Sin embargo, quien
ejerció la mayor influencia sobre él sería el profesor Luis Galdames, con quien mantendría una
excelente relación y compartiría un ambicioso proyecto más tarde en Costa Rica.
Desde luego que ante tales acontecimientos Carlos Monge no permaneció indiferente.
Según relata Isaac Felipe Azofeifa, su compañero de estancia en Chile, para ambos era chocante
la visible desigualdad de clases, que no era tan acentuada en Costa Rica.
El contemplar el activo papel que jugaba su universidad en el difícil contexto social
chileno de la época, propició en Carlos Monge una visión de universidad como actor social,
involucrado críticamente desde los estudiantes hasta los profesores.
Además de la realidad chilena con que entró en contacto, algunas corrientes de escala
internacional que de alguna forma también influenciarían el pensamiento de Carlos Monge
fueron, la tendencia a la organización de la educación superior y de la investigación científica
luego de la Segunda Guerra Mundial. En América Latina, el Positivismo en la Educación y el
Reformismo Pedagógico, Funcionalismo y Planificación Educativa.
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Todos los elementos sociales y políticos mencionados, se vieron aumentados por el auge
del capitalismo, que causó cambios económicos en nuestra sociedad latinoamericana. Esto
también impulsó a Carlos Monge a pensar en la universidad como instrumento de respuesta a
esos cambios.
A su regresó a Costa Rica en 1934, continuó su labor docente, esta vez en el Liceo de
Costa Rica. También impartió cursos de Historia en otras instituciones como el Colegio Superior
de Señoritas, el Colegio Seminario y el Metodista.
Además, su labor como profesor de Historia en esas instituciones de secundaria le
permitió una visión reflexiva de los problemas que aquejaban a la educación costarricense así
como una óptica más humanista y culturalista para el posterior desarrollo de su corriente
pedagógica.
El pensamiento o ideología de Carlos Monge es permeado por tres fuertes corrientes en
América Latina, las cuales son: El Positivismo en la Educación y El Reformismo Pedagógico, el
Funcionalismo, y la Planificación Educativa. Toda esta serie de elementos sociales y políticos
antes mencionados, entre ellos el capitalismo, causaron cambios económicos en la sociedad
latinoamericana contextual de Monge, lo que le impulsó a pensar en la universidad como
instrumento de esa modernización o cambio.
Con los actuales adelantos tecnológicos, es común que nos enteremos con gran rapidez de
eventos que suceden en lugares distantes a nuestro país y que de hecho podamos darle
seguimiento a la evolución de ciertos acontecimientos, como por ejemplo la reciente “primavera
árabe” o las elecciones en algún otro país. Esto ha acercado a los seres humanos y ha propiciado
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de alguna forma que su foco de atención ya no esté exclusivamente en sus propias comunidades
o países, sino también allende sus fronteras. Ahora, es importante dimensionar la situación antes
descrita, que se ha intensificado y masificado desde la aparición de internet, pero que sin
embargo se empezó a gestar, aunque reducida a grupos más particulares, desde tiempo atrás,
incluso desde la época en que Carlos Monge Alfaro empezaba a formar su visión de mundo.
Y es en cuanto a esto que podemos empezar a vislumbrar un pensamiento de avanzada en
Carlos Monge, pues para él, ya en su época era de gran importancia tener una visión global del
mundo, más que particular de solo un país. Ciertamente llevaba la delantera a la mayoría de
personas de la actualidad, que apenas empiezan a expandir sus horizontes por la “insistencia” de
la tecnología y la mercadotecnia, para él fue posible, desde mucho antes, vislumbrar ese
horizonte por otros motivos. Lo anterior queda bien reflejado en el siguiente extracto del prologo
redactado por Isaac Felipe Azofeifa al ensayo “Carlos Monge Alfaro: El hombre y su tiempo”
(Cazanga Moncada & Reyes Meza, 1988) y que dice “El hombre de nuestro siglo es cada vez
más hombre de su mundo que de esa pequeña partícula “insular” que es nuestro país”. El mismo
Monge Alfaro afirmaría alguna vez: “El mundo es cada día más universal, es más mundo”.
Es enmarcado en esta visión, que el abordaje que nuestro pensador da a sus inquietudes
no es desde una óptica meramente nacional, sino por el contrario, global, trazando las relaciones
existentes entre las tendencia internacionales y lo sucedido en nuestro país.
Todo lo anterior toma especial importancia al verse reflejado en hechos concretos. Carlos
Monge Alfaro vivió el período entre guerras, le tocó ser testigo de la formación de movimientos
radicales y dictaduras, tanto en Europa como en América Latina, así como del iluso beneplácito
o el complaciente silencio con que algunos de los pueblos que sufrieron esos flagelos les
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permitieron instaurarse en el poder. Pero también de los engaños subrepticios con que tanto en
alguna medida en Costa Rica como en otras latitudes se deformaban y desaparecían instituciones
sociales que procuraban un mundo más justo, todo al amparo, en muchos casos, de la
mansedumbre de la ignorancia.
2.2. Participación de Carlos Monge en el surgimiento de los Estudios Generales en la
UCR
Ya en el apartado anterior se había examinado que para la época en que Carlos Monge
había realizados sus estudios universitarios, no existía una universidad en Costa Rica, además de
otros aspectos del contexto histórico y social que le enmarcaron. Es preciso ahora ahondar un
poco en esto, para poder entender la concatenación de hechos y razones que finalmente deriva en
el surgimiento de la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica.
Los aspectos históricos y sociales antes mencionados llevaron a Carlos Monge Alfaro a
pretender un mejoramiento de la educación, pero no solamente en cuanto a las áreas particulares
del conocimiento, sino también a un muy importante complemento de estas, a una educación que
permitiera una amplia visión del mundo, una posibilidad de crítica y autocrítica, una educación
activa y no meramente pasiva, pero sobretodo integral, que no se limitara a aspectos técnicos
dejando de lado los humanistas. Una educación que permitiera una participación real en la
sociedad y esto sería posible solo conociendo y entendiendo el funcionamiento de esta sociedad.
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Desde luego, esta visión se concretaría con mayor fuerza si era institucionalizada, y esto
precisamente fue a lo que se abocó Carlos Monge Alfaro con su participación en el surgimiento
de los Estudios Generales en la Universidad de Costa Rica. Así, se concibió a este como un
espacio para que los futuros profesionales pudiesen obtener una visión más crítica de la Historia,
así como de las circunstancias actuales, tanto nacionales como internacionales, visión desde
luego estimulada desde una perspectiva filosófica humanista.
En 1843 se funda la primera casa de enseñanza de estudios superiores en Costa Rica,
llamada Universidad de Santo Tomás, que funcionó hasta 1888, cuando fue clausurada mediante
un controvertido decreto, emitido por el entonces secretario de Educación General, Mauro
Fernández. A pesar de tan lamentable situación, la formación de profesionales continuó,
mediante la Escuela de Derecho, el Seminario Mayor de San José, la Escuela de Farmacia, luego
la Escuela Normal, la Escuela de Agricultura y la Escuela de Bellas Artes.
Así, la ausencia en Costa Rica de una universidad provocó que Carlos Monge partiera a
realizar estudios superiores en Chile; a su regreso, Costa Rica mantiene la misma condición. Tal
situación le causaba una gran preocupación, en especial porque durante sus años universitarios
había llegado a valorar cabalmente la importancia de tal institución en la vida social, política y
económica de un país.
Ante tal panorama, Carlos Monge dedica esfuerzos, junto a otros intelectuales que
compartían su inquietud, para lograr la creación de una universidad en Costa Rica.
El primer paso concreto se dio en 1939 con la contratación por parte del gobierno de
Ricardo Jiménez Oreamuno, de una misión pedagógica chilena que estudiaría el sistema
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educativo costarricense, siendo Luis Galdames, el ex profesor de Carlos Monge, encargado del
estudio de un proyecto para la formación de una universidad. Durante la realización de tal
estudio, Carlos Monge trabajo de cerca con su ex profesor, hasta presentar el informe al Ministro
de Educación Teodoro Picado, sin embargo, a pesar de muchas voces favorables,
lamentablemente el proyecto topó con oposición en la Asamblea Legislativa y fue archivado.
A pesar de esto, Carlos Monge y otros de los propulsores de la creación de la universidad,
se mantuvieron abogando a su favor, en especial desde las aulas en su posición de profesores de
secundaria. En 1939, Carlos Monge junto a León Pacheco, René Van Huffel e Isaac Felipe
Azofeifa, presentaron al entonces Ministro de Educación Luis Demetrio Tinoco un nuevo
proyecto para la creación de la universidad, que el gobierno de Rafael Ángel Calderón Guardia
acogió y envío al Congreso, donde fue finalmente aprobado y convertido en ley de la República
el 26 de agosto de 1940.
De esta forma nace y empieza a desarrollar su actividad la Universidad de Costa Rica.
Como es entendible, el quehacer universitario está en constante construcción, no llega a ser
nunca un “producto acabado”. Por esto, con el transcurrir del tiempo se empiezan a señalar
aspectos que deben ser mejorados. Uno de estos aspectos y de gran importancia para nuestro
trabajo, es la falta de unidad de la actividad desarrollada por cada una de las Escuelas y
Facultades de la Universidad, lo cual era una herencia del período de 1888 a 1940, en que
muchas de ellas habían trabajado en forma independiente sin estar adscritas a una misma
institución, como sí sucedía ahora. Queda esta situación plasmada en las palabras de Rafael
Ángel Herra (1965) cuando dice que la Universidad “mostro rápidamente, en la desarticulación
de los estudios, una especie de ‘pecado original’, las Facultades desarrollaban sus actividades
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académicas y pedagógicas en forma de archipiélago, sin una columna vertebral que las
unificara”.
Carlos Monge era consciente de esta situación, que de hecho contrariaba su ideas acerca
de lo que debería ser una universidad. Para él, si bien es cierto un propósito fundamental era el
de formar a los estudiantes en los conocimientos técnicos para el desempeño de las profesiones,
no menos importante era la formación del espíritu por medio de una visión amplia de la
sociedad, su cultura, historia y pensamiento, así como del ser humano que la compone, siempre
desde una perspectiva humanista.
Es por esto que se debe evitar la formación de especialistas desprovistos de interés por la
cuestión social, ajenos al problema de los valores humanos, de espaldas a la cultura general. En
esta idea radica el énfasis de Carlos Monge, quien desde todas las posiciones que ocupó en la
Universidad, estuvo siempre preocupado por la dicotomía cultura general - cultura profesional,
que el identifica como la formación del hombre y del especialista.
“Poner la formación personal, cultural, social y ciudadana antes de la formación
profesional, la que vendría a constituirse, no más en la razón exclusiva de ser de la
institución, sino en el punto de llegada, después de haber cumplido ciertas etapas
fundamentales. Las profesiones son, es innecesario reiterarlo, muy importantes, pero son
algo instrumental, y para su correcto y fértil ejercicio deben afinarse con esmero y
energía las calidades humanas, culturales y sociales de quienes van a usar tal
instrumento”. (Monge Alfaro, 1962)
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No pasó mucho tiempo después de la creación de la Universidad de Costa Rica para que
varios de sus dirigentes, profesores y estudiantes empezaran a notar el gran faltante de cursos de
cultura general y de énfasis humanista y así lo expresaran públicamente, incluido como se ha
hecho notar Carlos Monge. En 1946 Abelardo Bonilla y Enrique Macaya presentan una
propuesta para la creación de un curso humanístico general, que generó la instalación de una
comisión para su estudio, sin embargo, esta no trascendió en hechos concretos. En 1949, una vez
libre de sus compromisos como constituyente suplente y mientras ejercía el cargo de Decano de
la Facultad de Letras y Filosofía, Carlos Monge prepara, basado en la anterior, una nueva
propuesta que presenta al Consejo Universitario y que incluye un anteproyecto de plan de
estudios para una Facultad de Humanidades. Para Carlos Monge tal idea no era nueva, pues la
propuesta realizada por Luis Galdames algunos años atrás ya contemplaba tal Facultad. Tal era
su convicción al respecto que viajó a presentar la idea a algunos países centroamericanos. Una de
las primeras acciones concretas para solucionar esta situación fue la designación hecha por el
Consejo Universitario al entonces rector de la UCR Rodrigo Facio, Carlos Monge, José Joaquín
Trejos y Claudio Gutiérrez para que analizaran el establecimiento de una Facultad de
Humanidades.
Las discusiones y propuestas realizadas a lo largo de más de una década se concretizan
finalmente con la reforma de 1957, de la que florece la Facultad Central de Ciencias y Letras y
dentro de esta, la Escuela de Estudios Generales. Ese mismo año Carlos Monge asume la vice-
decanatura de la nueva Facultad con el propósito de supervisar personalmente la puesta en
marcha de un proyecto por el que tanto había luchado.
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Otro de los aportes de Carlos Monge Alfaro a la educación costarricense y que está
estrechamente ligado al establecimiento de un ciclo de Estudios Generales en la UCR, es la
preocupación por la vinculación entre la educación secundaria y la universitaria, que según su
visión no debían tenerse como aislada o lejana una de la otra, sino por el contrario, como partes
de un proceso continuo. Mientras fue Secretario General de la Universidad, fue así mismo su
representante ante el Consejo Superior de Educación, dando, junto con José Joaquín Trejos, un
fuerte impulso a este organismo para la creación de un proyecto de Ley fundamental de
Educación, entregando una definición de plan de estudios.
“Un plan de estudios no es solo una lista de materias; es eso y algo más. Es un
conjunto de experiencias, contenidos y actividades que se ofrecen a los estudiantes con el
objeto de contribuir al desarrollo de su personalidad y de ajuste con las circunstancias
históricas y con la comunidad en que viven”. (Universidad de Costa Rica, 1956)
18
3. Hallazgos significativos
3.1. Papel de los Estudios Generales en la Universidad de Costa Rica y en el país
Fue siempre la intención de Carlos Monge, como se percibe en lo expuesto
anteriormente, el dotar al particular sector de la población universitaria, con herramientas de
discernimiento ante las situaciones políticas y sociales, y con una sensibilidad que les permitiera
adoptar las posturas necesarias para perseguir, tanto en su quehacer particular como en su
quehacer social y político, los caminos más adecuados para el mejoramiento de las condiciones
de vida de la mayor cantidad posible de personas. Esto en buena medida, mediante el ejercicio
democrático, del que era firme creyente y defensor.
Es así que el papel de los Estudios Generales en la Universidad de Costa Rica ha sido el
de brindar un más amplio espectro del ser humano y del mundo al estudiante, pero más
importante aun, el de incentivar en los estudiantes posturas críticas hacia todo aquello con que se
entre en contacto.
Consecuente con tal papel, ha sido a través de la Escuela de Estudios Generales y de
profesores y cursos particulares que se han externado posiciones críticas a políticas universitarias
y en particular gubernamentales de diferente envergadura. Es probable que el ejemplo reciente
más emblemático sea la lucha en contra del Tratado de Libre Comercio ente Estados Unidos y
Costa Rica, en que la Universidad de Costa Rica fue un actor de primera línea y en que dentro de
esta tuvo gran relevancia la participación de la Escuela de Estudios Generales. Sin embargo, este
es solo un ejemplo concreto del llamado al análisis y la crítica que hace la Escuela especialmente
a través de los cursos que imparte.
19
Bien sabemos que una sociedad sin posiciones encontradas y sin conflictos sociales no es
más que una utopía, al igual que lo es una clase gobernante que no pretenda más que el bienestar
de los ciudadanos. Ante este realista panorama, la actitud vigilante y crítica de las personas será
siempre necesaria y siendo tal actitud fomentada en buena medida por instituciones como la
Universidad de Costa Rica a través de la Escuela de Estudios Generales, es clara su importancia
actual y futura.
Sin embargo, de acuerdo con el discurso de Soto en el 50 aniversario de los estudios
generales de la Universidad de Costa Rica (2007), la vocación humanística que la Universidad de
Costa Rica predica no es tarea exclusiva de la Escuela de Estudios Generales. Si bien, está
comprendido ampliamente en el espectro de áreas que abarca el programa, desde el Curso
Integrado de Humanidades, los Repertorios, las Actividades Artística y Deportiva y los
Seminarios de Realidad Nacional hasta los cursos especializados, no se puede limitar a dicho
ámbito. Cada carrera universitaria debe continuar con el legado que se ha iniciado, promoviendo
una visión humanista del mundo y la vida, integrando humanísticamente el pensar, el sentir y el
hacer en un balance equilibrado dentro de la comunidad y a nivel personal. Este discurso de Soto
va más allá de las palabras y sentimientos personales y, citando a José Joaquín Trejos, aclara que
la labor de la Escuela de Estudios Generales no tiene como intención convertir las cátedras en
posiciones de prédica moral y de buenas costumbres, sino de fomentar y cimentar la formación
humanística y general en los valores para dar sentido a la existencia misma de profesionales.
20
3.2. Vigencia del aporte de Carlos Monge Alfaro en la Escuela de Estudios
Generales de la Universidad de Costa Rica
La concepción del humanismo que presenta la Escuela de Estudios Generales de la UCR
tiene como punto de partida, en su paradigma axiológico, la tolerancia. (Soto Valverde, 2007)
Este valor es, en efecto, el punto de partida de cualquier empresa y accionar humano. No se trata
de indiferencia y apatía, o la justificación para ignorar la solidaridad. Se trata del desenfoque
individualista y la apertura a los demás; de identificación de los demás como diferentes, pero
humanamente dignos y legítimos.
Ver el humanismo desde este punto de vista holístico, lleva intrínseco en sus
lineamientos, una idea de educación muy afín al pensamiento de Carlos Monge. Él consideraba
que la visión humanista no debía ser impartida exclusivamente por la Escuela de Estudios
Generales, sino también por todas la unidades académicas involucradas en el proceso de
formación profesional. No solo esto, sino que además, Monge consideraba de gran importancia
la dedicación exclusiva del primer año universitario a la formación ofrecida por la Escuela de
Estudios Generales, manteniendo luego, en los cursos a lo largo de toda la carrera, la visión
humanista que se había cimentado durante el primer año. Sobre esto, Monge, citado por Cazanga
& Reyes, precisó con cierto desdén, que estos estudios no son “unos cursitos colocados al
margen de los planes de las escuelas profesionales”, sino, más bien, consideraba que lo más
conveniente era que “se dedicara el primer año únicamente a ofrecer a los alumnos ese tipo de
experiencias de finas y ricas motivaciones para que, en función de estas, alcanzaran un
conveniente grado de madurez antes de empezar los estudios profesionales”. (1988, p. 172)
21
Esta necesidad de la que Monge hace mención, no fue exclusiva de su tiempo. Más bien,
la importancia de generar esa visión más amplia en los estudiantes, así como la de incentivar un
nivel de madurez suficiente para enfrentar el resto de sus estudios universitarios, se mantiene
actualmente. A pesar de lo anterior, no existe consenso siquiera en la misma comunidad
universitaria acerca de los Estudios Generales.
Por esto, no es posible afirmar que los Estudios Generales en la UCR se hayan
consolidado, como bien lo afirman Cazanga & Reyes (1988). Esto es así principalmente porque
son una “piedra en el zapato”, son “incómodos” y “generadores de problemas”, desde luego que
en especial desde la óptica de los receptores de sus críticas. Y es que los receptores de tales
críticas, utilizan en muchas ocasiones un discurso a favor de los Estudios Generales, pues es lo
“políticamente correcto”, mientras su pensamiento real y acciones van encaminadas en el sentido
contrario. He aquí uno de muchos engaños subrepticios que está llamada a descubrir la Escuela
de Estudios Generales.
Pareciera ser que aun tantas décadas después, las preocupaciones de Carlos Monge
Alfaro continúan vigentes, el mundo sigue siendo un lugar convulso y de constante cambio y
ahora tanto o más que en el momento en que surgieron los Estudios Generales, está
interconectado en casi todo nivel. Así las cosas, la necesidad de una visión global y crítica se
mantiene vigente y proporcionar tal visión continúa siendo el objetivo de los Estudios Generales,
tal como lo fue en sus inicios, bajo la decisiva influencia de Carlos Monge Alfaro, cuyas
pretensiones entonces, hemos de concluir que también continúan vigentes.
A pesar de la gran importancia de los estudios generales que se ha resaltado, la reforma
llevada a cabo durante la administración de Luis Garita (1990 – 1998) eliminó el padrón de
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estudiantes propio de la Escuela de Estudios Generales. (Carvajal Alvarado, 2004 [i.e. 2005], p.
49) Esto representó una desviación significativa del lineamiento original propuesto por Carlos
Monge, ya que los Estudios Generales, inicialmente exclusivos al primer año de carrera, dejaron
de serlo. Aunado a esto, el propósito inicial del primer año de carrera, dedicado solamente a los
Estudios Generales, se vio desvirtuado puesto que, en la actualidad, los programas de todas las
carreras contemplan cursos propios de las mismas desde el primer año de estudios.
Finalmente, se desprenden de esta investigación el planteamiento de dos interrogantes
sobre el papel de los Estudios Generales en la actualidad. De acuerdo al pensamiento y los
lineamientos de Carlos Monge, en la actualidad, ¿cumplen los Estudios Generales el propósito de
incentivar una actitud madura en los estudiantes para abordar sus estudios universitarios? ¿Está
presente aún la visión humanista que propugnan los Estudios Generales en el resto del
currículum?
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Referencias bibliográficas
Soto Valverde, G. A. (2007). 50 aniversario de los estudios generales de la Universidad de Costa Rica: documentos fundamentales. San José, Costa Rica: Editorama.
Carvajal Alvarado, G. (2004 [i.e. 2005]). Los estudios generales en la Universidad de Costa Rica (1era edición ed.). San José, Costa Rica: Librería Alma Mater.
Cazanga Moncada, O., & Reyes Meza, J. (1988). Carlos Monge Alfaro, el hombre y su tiempo: ensayo histórico (1era ed. ed.). San José, Costa Rica: Guayacán.
Cazanga Moncada, O., & Reyes Meza, J. (1986). Aportes de Carlos Monge a la educación costarricense. San José, Costa Rica: UCR, Vicerr. de Investigación.
Herra Rodríguez, R. Á. (1965). Carlos Monge Alfaro: la filosofía de la educación y la Universidad. San José, Costa Ria: Universidad de Costa Rica.
Universidad de Costa Rica. (1956). Año 1955. Anales de la Universidad de Costa Rica , p. 146.
Monge Alfaro, C. (1962). Año 1961. Anales de la Universidad de Costa Rica , p. 128.