Post on 26-Mar-2016
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COLORÍN COLORADO…COLORÍN COLORADO…COLORÍN COLORADO…COLORÍN COLORADO…
¡¡¡ESTOS CUENTOS HAN CAMBIADO!!!
ÍNDICE
El ratoncito presumido 1
Caperucita roja 7
La flauta de colores 13
El ratoncito cocinero 17
Blancanito y las siete enanieves 24
Rapunzel 31
Cenicienta 36
Hänsel y Gretel 43
Las dos cerditas, el cerdito
y el lobo feroz 54
Los dos mellizos durmientes 62
AGRADECIMIENTOS
Es al alumnado de primaria y secundaria, así como
a sus respectivos tutores, a quien debo agradecer este
libro.
Habéis sido vosotros y vosotras sus autores e
ilustradores.
Habéis sido vosotras y vosotros los que habéis
hecho realidad una idea que surgió desde el Plan de
Igualdad, allá por el mes de septiembre de 2011.
A todos y a todas, gracias y hasta siempre.
PRÓLOGO
Sabía que leerías esta historia. ¡Hola, soy el
prólogo!... Sí, ya sé que soy esa teórica parte del libro
que muchos se saltan y otros leen lo más rápido posible
para empezar a leer lo verdaderamente importante: el
libro.
También imagino que a estas alturas habrás
pensado que es la primera vez que te habla un prólogo.
Entiendo que estés cuanto menos extrañado, pero es
que este libro es diferente a los demás y, por tanto, yo
soy diferente a los demás.
Aquí vas a encontrar diez historias de toda la vida
pero de una forma diferente a como te las contaron.
Porque mi idea, bueno perdón, la idea de este libro es
que no solamente leas lo que está escrito, sino que
crees tu propia historia, verás que todo lo que a veces
piensas que es inalterable, no lo es.
Diez historias para ver que no hay diferencias por
ser diferente. Que ser diferente no es ni mejor ni peor,
sino... simplemente diferente.
Eso sí, te aseguro que cada una de esas historias te
darán un punto para que tú y sólo tú consigas el diez.
La matrícula de honor queda reservada para tu historia
particular, no sé si mejor o peor... pero tuya.
Al final, ya sabes, tan diferentes y tan iguales como
dos gotas de agua. Disfruta de tu matrícula de honor.
¡Ah!, y como prólogo te diré que he estado
encantado de conocerte y de que me hayas leído.
“EL RATONCITO PRESUMIDO”“EL RATONCITO PRESUMIDO”“EL RATONCITO PRESUMIDO”“EL RATONCITO PRESUMIDO”
(Adaptación del cuento “La ratita presumida” (Adaptación del cuento “La ratita presumida” (Adaptación del cuento “La ratita presumida” (Adaptación del cuento “La ratita presumida”
realizada por 1º A)realizada por 1º A)realizada por 1º A)realizada por 1º A)
Érase una vez un ratoncito chiquitito muy
presumido.
Un día, barriendo la calle ("tralará...larita...barro
mi casita") se encontró una moneda de oro. Al cogerla
pensaba:
- ¿Qué me compraré con esta moneda? ¿Un
caramelo? No, no, no, que es muy dulce. Mejor otra
cosa... ¡Un broche! No, no, no... que si me pincho me
va a doler un montón... ¡Ya lo tengo! Me compraré un
lazo para estar guapísimo.
Se fue a la tienda y se compró un lazo.
Al volver a casa pensó donde ponerse el lacito y, al
final, decidió ponérselo en la cola. Le quedaba
precioso. Se asomó a la ventana con su lacito en la cola
para ver a la gente que por allí pasaba.
Al poco tiempo se acercó una perra, que al verlo
dijo:
- Ratoncito, qué guapo estás... ¿Quieres casarte
conmigo?
A lo que el ratoncito le contestó:
- ¿Y por las noches qué harás?
- ¡Guau, guau!”, -contestó la perra.
- ¡Uy, no, no, que me asustarás! Vete, vete...
Y la perra se marchó.
Más tarde se acercó una gata que al verlo dijo:
- Ratoncito, qué guapo estás... ¿Quieres casarte
conmigo?
A lo que el ratoncito contestó:
- ¿Y por las noches qué harás?
- ¿Yo? miau, miau”, - contestó la gata.
-¡No, no, no, que me asustarás! Vete, vete...
Y la gata también se marchó.
Más tarde apareció una ratita que al verlo dijo:
- Ratoncito, qué guapo estás. ¿Quieres casarte
conmigo?
A lo que el ratoncito le contestó:
- Pero... tú por las noches ¿qué harás?
- ¿Yo?, dormir y callar”,- contestó la ratita.
- ¿Sí? - volvió a decir el ratoncito. - Pues contigo
me he de casar.
Se casaron y vivieron muy felices.
Y colorín colorado, este cuento, se ha acabado
“CAPERUCITA ROJA”“CAPERUCITA ROJA”“CAPERUCITA ROJA”“CAPERUCITA ROJA”
(Adaptación del cuento “Caperucita Roja” (Adaptación del cuento “Caperucita Roja” (Adaptación del cuento “Caperucita Roja” (Adaptación del cuento “Caperucita Roja”
realizada por 1º B)realizada por 1º B)realizada por 1º B)realizada por 1º B)
Érase una vez que se fue y que nunca volvió, una
niña que estaba jugando al fútbol con sus amigos.
Cuando escuchó la voz de su papá diciendo:
- Caperuza llévale esta sopita calentita a tu abuela
que esta malita.
Y Caperuza salió a casa de su abuela con su chándal
rojo y su gorra roja.
Por el camino se encontró al lobo y le dijo:
- ¿Dónde vas, Caperuza?
- Y a ti que te importa Lobo Cotilla-dijo Caperuza.
- Nada, es que me ha dicho un pajarito que tu
abuela está mala.
- No, está de vacaciones en la playa con sus amigas.
El lobo no se creyó lo que le dijo Caperuza, y fue a
comprobarlo. Cuando llegó a casa de la abuela vio a
Caperuza y a su abuelita tomando una sopa deliciosa.
El lobo rompió la puerta enfadado con ganas de
comerse a las dos.
Cuando se acercó a ellas, Caperuza le puso la
zancadilla y la abuela hizo un triple salto con patada
karateka y dejó al lobo inmovilizado viendo las
estrellas.
El lobo creía que Caperuza y su abuela al ser
mujeres se morirían de miedo al verlo, pero se
equivocó.
Así, acabó con tres dientes menos y pidiendo
perdón a las dos.
FIN
“LA FLAUTA“LA FLAUTA“LA FLAUTA“LA FLAUTA DE COLORES”DE COLORES”DE COLORES”DE COLORES”
(Adaptación del cuento “El flautista de (Adaptación del cuento “El flautista de (Adaptación del cuento “El flautista de (Adaptación del cuento “El flautista de
Hamelin” realizada por 2º)Hamelin” realizada por 2º)Hamelin” realizada por 2º)Hamelin” realizada por 2º)
Érase una vez que había una flauta de colores
tirada en el suelo en medio de un frondoso bosque.
Una mujer que por allí paseaba la encontró, la cogió,
la tocó y dijo:
- ¡Qué bien suena!
Después, se fue con ella a un bonito pueblo donde
había un enorme pantano y al lado del pantano había
muchas ranas. Cuando croaban todas juntas
molestaban a los habitantes del pueblo, que ya estaban
hartos de tanta rana.
La flautista se ofreció a la alcaldesa para llevarse a
todas las ranas del pueblo, aunque la alcaldesa dudaba
de que la mujer lo consiguiera, aceptó. La flautista
empezó a tocar la flauta mágica y todas las ranas la
siguieron hasta otro pueblo. Pero en ese pueblo no
había pantanos, ni ríos, ni ningún sitio donde las ranas
pudieran mojarse. Entonces, ¿sabéis qué hicieron las
ranas?
Pues todas se metieron en las casas de los
habitantes del pueblo, ocuparon las bañeras, los
lavabos, los fregaderos y todos los sitios donde podía
haber agua. Los pueblerinos no podían bañarse,
lavarse, ni fregar los platos…
La flautista empezó otra vez a tocar la flauta
mágica, pero esta vez las ranas no le hicieron caso, no
querían irse porque el agua estaba muy calentita. La
flautista toco y toco y toco hasta que por fin las ranas
decidieron seguirla. Cuando por fin salieron de las
casas, la flautista las llevó al bosque y allí se quedaron
para siempre porque no molestaban a nadie. La
flautista volvió al pueblo de Güéjar, que era donde
estaba el pantano.
“EL RATONCITO COCINERO”“EL RATONCITO COCINERO”“EL RATONCITO COCINERO”“EL RATONCITO COCINERO”
(Adaptación del cuento “La (Adaptación del cuento “La (Adaptación del cuento “La (Adaptación del cuento “La ratita presumida”ratita presumida”ratita presumida”ratita presumida”
realizada por 3º de primaria)realizada por 3º de primaria)realizada por 3º de primaria)realizada por 3º de primaria)
Érase una vez, un ratoncito que era un estupendo
amo de casa. Un día el ratoncito estaba barriendo su
casita, cuando de repente en el suelo ve algo que
brilla... una moneda de oro.
El ratoncito la recogió del suelo y se puso a pensar
qué se compraría con la moneda.
- “Ya sé, me compraré caramelos... ¡uy!, no, que
me dolerán los dientes. Pues me compraré pasteles...
¡uy!, no, que me dolerá la barriguita. Ya lo sé, me
compraré un libro de recetas de cocina.”
El ratoncito se guardó su moneda en el bolsillo y
se fue a la librería. Una vez en ella le pidió al librero un
libro de recetas de cocina. Lo compró y volvió a su
casita.
Al día siguiente cuando el ratoncito se levantó se
puso a practicar con su nuevo libro de recetas. Preparó
muchos tipos de comidas diferentes, todas riquísimas,
hasta que se convirtió en un magnífico cocinero.
En eso que aparece una gallina y le dice:
- “Ratoncito, ratoncito tú que eres tan buen
cocinero, ¿te quieres casar conmigo?”.
Y el ratoncito le respondió:
- “No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido
haces?”
Y la gallina le dice:
- “Cloclocló”.
- “¡Ay!, no, contigo no me casaré que no me gusta el
ruido que haces”.
Se fue la gallina y apareció una perrita.
- “Ratoncito, ratoncito tú que eres tan buen
cocinero, ¿te quieres casar conmigo?”.
Y el ratoncito le dijo:
- “No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido
haces?”.
- “Guau, guau”.
- “¡Ay!, no, contigo no me casaré que ese ruido
me asusta”.
Se fue la perrita y apareció una cerdita.
- “Ratoncito, ratoncito tú que eres tan buen
cocinero, ¿te quieres casar conmigo?”.
Y el ratoncito le dijo:
- “No sé, no sé, ¿y tú por las noches qué ruido
haces?”.
- “Oink, oink”.
- “¡Ay!, no, contigo no me casaré que ese ruido es
muy ordinario”.
La cerdita desaparece por donde vino y llega una
gatita blanca, y le dice al ratoncito:
- “Ratoncito, ratoncito tú que eres tan buen
cocinero ¿te quieres casar conmigo?”.
Y el ratoncito le dijo:
- “No sé, no sé, ¿y tú qué ruido haces por las
noches?”.
Y la gatita con voz suave y dulce le dice:
- “Miau, miau”. “¡Ay!, sí, contigo me casaré que tu
voz es muy dulce.”
Y así se casaron el ratoncito cocinero y la gatita blanca
de dulce voz.
Los dos juntos fueron felices y comieron perdices.
Por supuesto unas perdices al horno buenísimas
cocinadas por el ratoncito.
Fueron felices porque el ratoncito se encargaba de
las tareas de la casa mientras que la gatita trabajaba de
bombera apagando fuegos.
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
“BLANCANITO Y LAS“BLANCANITO Y LAS“BLANCANITO Y LAS“BLANCANITO Y LAS
SIETE ENANIEVES”SIETE ENANIEVES”SIETE ENANIEVES”SIETE ENANIEVES”
(Adaptación del cuento “Blancanieves y los siete (Adaptación del cuento “Blancanieves y los siete (Adaptación del cuento “Blancanieves y los siete (Adaptación del cuento “Blancanieves y los siete
enanitos” realizada por 4º A)enanitos” realizada por 4º A)enanitos” realizada por 4º A)enanitos” realizada por 4º A)
Había una vez en los tiempos de María Castaña
un zagal guapo, chiquitajo y debilucho, llamado
Blancanito. Vivía junto a su familia adoptiva en una
casita de campo. Tenían muchos animales pero su
favorito, era un ´´toperro`` de grandes orejas, patas
cortas, pelo marrón, listo y de buen corazón.
En el colegio había un grupo de siete amigas, se
hacían llamar las siete enanieves: Sabia, Mocosa,
Gruñona, Mudita, Perezosa, Feliz y Tímida.
Blancanito tenía un secreto, que le gustaba Feliz,
era su mejor amiga a la que le contaba todos sus
sueños, esperanzas e ilusiones, pero también sus
pesadillas, sus temores y miedos.
Blancanito vivía en un continuo infierno, sus
padres adoptivos le hacían limpiar la cuadra, tenía
que lavar la ropa, todo esto, además de ir al colegio y
estudiar.
Llevaba tiempo rondándole una idea en la cabeza,
escaparse de casa. Feliz conocía sus planes, pero no
era la única, pues su padre biológico llevaba toda la
vida buscándolo y observándolo por el espejo mágico.
Un día sus padres adoptivos decidieron comprar
más ganado y viendo que le aumentaba el trabajo
decidió marcharse.
- Ha llegado el momento de irme de irme de aquí -
pensó Blancanito - no puedo aguantar más esta triste
vida.
El joven zagal se marchó en busca de mejor suerte y
al cabo de dos días llegó a Bosquealegre, un pueblo de
montaña cerca de Granada.
Buscó dónde quedarse a vivir sin tener que gastar
apenas dinero y encontró una casa deshabitada, pero
suficientemente cómoda.
Sus padres biológicos lo estaban contemplando
sorprendidos. Aquella casa deshabitada era de… sus
abuelos.
Blancanito ya no trabajaba tanto, pero se sentía
solo. Un buen día, cogió su mochila y salió a pasear
para conocer aquellos lugares y la vida le dio una grata
sorpresa: se encontró con los compañeros y
compañeras de su antiguo colegio que habían ido de
excursión.
Enseguida buscó a ver si veía a las siete enanieves.
Y sí, allí estaban, pero faltaba una.
Él se acercó a hablar con ellas, éstas le contaron que
Feliz estaba muy triste desde el día que él se fue y que
desde entonces no quería hablar con nadie. Por eso
estaba sola sentada a los pies de uno de los árboles.
Feliz vio a Blancanito y le propuso merendar
juntos. Como Blancanito no había traído nada para
comer, le preguntó a Feliz:
- ¿Tienes algo de comer?
Feliz dijo que no. Entonces los dos cogieron una
manzana que había en el árbol bajo el que estaban
sentados.
Resulta que esa manzana era la manzana de la
alegría y resultó que como los dos la comieron de la
misma manzana se llenaron de alegría.
Los abuelos de Feliz, la estaban buscando y se
encontraron a las seis enanieves, ellas les dijeron que
la habían dejado sentada en un árbol con Blancanito.
Cuando encontraron a Feliz y a Blancanito, todos
se fueron para la casa de los abuelos de Feliz.
¿Y adivinad quiénes eran sus vecinos?... ¡los
verdaderos padres de Blancanito!
Cuando descubrieron que los vecinos eran los
padres de Blancanito, las dos familias se hicieron muy
amigas y con los años Feliz y Blancanito se
construyeron una casa donde vivieron juntos.
Y COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO
SE HA ACABADO.
“RAPUNZEL”“RAPUNZEL”“RAPUNZEL”“RAPUNZEL” (Adaptación del cuento “Rapunzel” (Adaptación del cuento “Rapunzel” (Adaptación del cuento “Rapunzel” (Adaptación del cuento “Rapunzel”
realizada por 4ºB)realizada por 4ºB)realizada por 4ºB)realizada por 4ºB)
Érase una vez un hombre que tras quedarse viudo y
no sabiendo cómo cuidar a la hija de su mujer, decidió
abandonarla.
Rapunzel, que así se llamaba la niña, llamaba la
atención pues tenía una larga melena, el cabello le crecía
más que a cualquier persona pues cuanto más se lo cortaba
más rápido le crecía.
Rapunzel estuvo varios días vagando por el
bosque, cuando de pronto una luz la envolvió y sin
saber cómo, se encontró encerrada en un castillo con
sus dos mascotas; un cocodrilo llamado “Patosín” y un
tigre llamado “Rayitas”. Al menos no estaba sola.
Los secuestradores eran unos seres extraños, se
parecían a los extraterrestres de los cuentos, y no sabía
cómo comunicarse con ellos.
Rapunzel tenía poco que hacer, así que pasaba la
mayor parte del tiempo asomada a la ventana peinando
su larga melena.
Pasaron los años y un día vio pasar a un joven al
que le pidió ayuda, pero los “extraterrestres” viendo las
intenciones del joven lo encerraron también.
Durante muchos días estuvieron pensando cómo
escapar, pero la verdad es que la cosa pintaba mal. Por
fin, se les ocurrieron un par de ideas. El plan A era
utilizar el pelo de Rapunzel como cuerda, dejándolo
caer por la ventana primero descendería el joven y una
vez abajo bajaría Rapunzel. Pero Rapunzel no pudo
soportar el dolor de cabeza que le ocasionaba el peso
del joven, así que abandonaron esa idea.
A la noche siguiente intentaron el plan B: Patosín,
el cocodrilo y Rayitas, el tigre, serían sus salvadores.
Entre los dos mediante bocados y zarpazos excavarían
un túnel por donde escapar.
Se aseguraron de que los vigilantes estaban bien
dormidos y con mucho cuidado y silencio fueron
cavando. Necesitaron varias jornadas hasta que por fin
un día, próximo el amanecer, consiguieron salir lo
suficientemente lejos del castillo para que no los vieran
los vigías desde las almenas.
Una vez libres se despidieron con un gran abrazo y
se desearon suerte.
Rayitas y Patosín se fueron con Rapunzel, que con
el paso de los años se había convertido en una joven
valiente y decidida capaz de vivir por sí misma. Lo que
sí tenía muy claro es que no volvería a querer saber
nada de su padrastro.
“CENICIENTA”
(Adaptación del cuento “Cenicienta” realizada (Adaptación del cuento “Cenicienta” realizada (Adaptación del cuento “Cenicienta” realizada (Adaptación del cuento “Cenicienta” realizada
porporporpor 5º de primaria)5º de primaria)5º de primaria)5º de primaria)
Cenicienta era una joven rebelde de un pequeño
pueblo, que decidió dejar los estudios. Sus padres, que
siempre habían deseado que sus tres hijas hicieran
buenas carreras, decidieron buscarle trabajo, no
pensaban dejar que estuviera en casa todo el día
jugando con el ordenador o chateando con las amigas.
Por eso, como era la época de recoger la aceituna allá
que la mandaron.
Cenicienta estaba harta, nunca había imaginado
que trabajar fuese tan duro así que en cuanto reunió el
dinero suficiente decidió irse a América a ganar
dinero.
Había visto muchas películas y pensó que en
Hollywood se podría hacer famosa. Pero la vida no es
tan fácil como la pintan en las películas, así que estuvo
un tiempo buscando trabajo hasta encontrar uno como
Disc Jockey (DJ) en una discoteca, eso sí, era una de las
discotecas más conocidas de Hollywood.
Cada mañana al salir del trabajo y antes de entrar
en casa, desayunaba en una cafetería cercana. Allí a
diario coincidía con un muchacho, bastante atractivo
por cierto.
El joven se encontraba buscando trabajo, quería ser
actor, era su ilusión, Todos los días miraba los
anuncios de la prensa por si encontraba algún casting
al que presentarse. Ya se había presentado a varios y
había hechos sus primeros pinitos en algunos anuncios
para la televisión, pero nada serio.
Un día en la discoteca de Cenicienta se iba a
celebrar una gran fiesta a la que acudirían muchas
personas famosas y Cenicienta puso un cartel en la
cafetería.
El joven vio el cartel y pensó que podía ser una
buena oportunidad para contactar con gente
importante.
La fiesta fue impresionante, acudió toda la jet:
cantantes, actores, deportistas…
Cenicienta pasó prácticamente toda la noche
intentando hacerse fotos con todo el que pillaba para
subirlas al Facebook y así sus hermanas y todas sus
amigas del pueblo se murieran de envidia cuando las
vieran.
Por su parte, el joven no dejaba de entregar tarjetas
de visita a todo aquel representante de famosos que
reconocía, a ver si alguno le daba una oportunidad.
La fiesta acabó a altas horas de la madrugada y fue
de vuelta a casa cuando Cenicienta se dio cuenta de
que había perdido el móvil. ¡TODAS SUS FOTOS!
Sentada en la mesa de la cafetería, más seria y triste
que nunca, estaba tomando un café cuando se acercó el
joven que siempre se sentaba en la otra mesa. Y le
preguntó:
- ¿Puedo sentarme?
Ella un poco asombrada, pues nunca antes le había
dirigido la palabra, le invitó a sentarse.
Pero su asombro fue aún mayor cuando él puso un
móvil igualito al suyo encima de la mesa, y le dijo:
- Creo que esto es tuyo.
Ella no podía creérselo, era su móvil.
- ¿Pero cómo ha llegado a tus manos? ¿Dónde lo
has encontrado?
- Anoche estuve en una fiesta, fui el último en
marcharme y lo encontré. Me permití mirar las fotos y
te reconocí en todas ellas. Sabía que desayunabas aquí
todos los días, me había fijado en ti ya hace tiempo. Y
lo tuve fácil.
Desde entonces cada día los dos desayunaban
juntos en la misma mesa.
“HÄNSEL Y GRETEL”“HÄNSEL Y GRETEL”“HÄNSEL Y GRETEL”“HÄNSEL Y GRETEL”
(Adaptación del cuento “La casita de chocolate” (Adaptación del cuento “La casita de chocolate” (Adaptación del cuento “La casita de chocolate” (Adaptación del cuento “La casita de chocolate”
realizada por 6º de primaria)realizada por 6º de primaria)realizada por 6º de primaria)realizada por 6º de primaria)
Junto a un bosque muy grande vivía un pobre
leñador con su mujer y sus dos hijos; el niño se llamaba
Hänsel y la niña, Gretel.
Estaba el leñador una noche en la cama,
preocupado y dijo suspirando a su mujer:
- ¿Qué va a ser de nosotros? ¿Cómo alimentar a
los pobres pequeños, puesto que nada nos queda?
- Se me ocurre una cosa – respondió ella-.
Mañana, de madrugada, nos llevaremos a los niños
para que nos ayuden en el bosque y así nos paguen más
dinero por la leña que recojamos.
A la primera luz del día, la mujer fue a llamara a los
niños:
- ¡Vamos, niños precioso, levantaos! Hemos de ir
al bosque por leña-. Y dando a cada uno un pedacito de
pan, les dijo:
- Esto es para el mediodía, pero no os lo comáis
antes, pues no tenemos más.
Emprendieron los cuatro el camino del bosque.
Cuando estuvieron en medio del mismo, dijo el padre:
- Recoged ahora leña, pequeños. Os encenderé
un fuego para que no tengáis frío.
Hänsel y Gretel reunieron un buen montón de leña
menuda. Prepararon una hoguera, y cuando ya ardió
con viva llama, dijo la mujer:
- Poneos ahora al lado del fuego, chiquitillos, y
descansad, mientras nosotros nos vamos por el bosque
a cortar leña. Cuando hayamos terminado vendremos
a recogeros. Los dos hermanitos se sentaron junto al
fuego, y al mediodía, cada uno se comió su pedacito de
pan. Y como oían el ruido de los hachazos, creían que
su padre estaba cerca.
Pero, en realidad, no era el hacha sino una rama
que golpeaba a un árbol seco y que el viento hacía
chocar contra el tronco.
Al cabo de mucho rato de estar allí sentados, el
cansancio les cerró los ojos y se quedaron
profundamente dormidos. Despertaron cuando ya era
noche cerrada. Entonces Gretel le dijo a Hänsel:
- Vamos a esperar un poco a que brille la luna para
encontrar el camino de vuelta a casa.
Y cuando la luna estuvo alta en el cielo, los niños
sin ningún temor comenzaron a andar. Pero por más
que andaban no encontraban su casa. Entonces Gretel
y Hänsel decidieron dormir en una cueva tapándose
con hojas que encontraron, esperando a que llegara el
nuevo día.
A la mañana siguiente, Gretel fue a pescar a un río
que había cerca y Hänsel preparó la comida.
Por la tarde vieron un hermoso pajarillo, blanco
como la nieve, posado en la rama de un árbol; y
cantaba tan dulcemente, que se detuvieron a
escucharlo. Cuando hubo terminado, abrió sus alas y
emprendió el vuelo, y ellos lo siguieron hasta llegar a
una casita, en cuyo tejado se posó.
Y al acercarse vieron que la casita estaba hecha de
pan y cubierta de bizcocho, y las ventanas eran de puro
azúcar.
- ¡Mira, qué bien! - exclamó Hänsel. – Yo comeré
un pedacito del tejado.
- Pues yo probaré la ventana que parece estar muy
rica – dijo Gretel.
Se encaramó el niño al tejado y rompió un trocito
para probar a qué sabía, mientras su hermana
mordisqueaba en los cristales.
Entonces oyeron una voz suave que procedía del
interior: - ¿será acaso la ratita la que roe mi casita?
Pero los niños respondieron: - es el viento, es el
viento que sopla violento-. Y siguieron sin
desconcertarse.
Hänsel que encontraba el tejado sabrosísimo,
desgajó un buen pedazo y Gretel sacó todo un cristal
redondo y se sentó en el suelo, comiendo a dos
carrillos.
Entonces la puerta se abrió y salió una mujer
bellísima que les dijo:
- Hola pequeñines, ¿quién os ha traído hasta mi
humilde casita? Entrad y quedaos conmigo un rato.
Y cogiéndolos de la mano, los introdujo en la casita
donde tenía servida una apetitosa cena: leche con
bollos azucarados, manzanas y nueces.
Después los llevó a dos camitas con ropas blancas,
y Hänsel y Gretel se acostaron en ellas. La joven era
muy buena, se llamaba Ágata.
A la mañana siguiente llegó un ladrón muy
buscado por la justicia, que había oído hablar de esa
casita de caramelo, para esconderse. Entró en ella,
despertó a Ágata y la encerró en una habitación de la
casa que era toda de chocolate. El ladrón no vio que los
niños estaban allí.
Al despertarse los niños, Gretel le dijo a su
hermano que algo raro estaba pasando porque la joven
no estaba en la casita, y entre los dos idearon un plan
para rescatar a la dueña de la casa.
Gretel era muy fuerte y rompió la pared de
chocolate amargo, mientras Hänsel ayudaba a Ágata a
salir de su encierro. Los tres se escondieron en la
cocina mientras volvía a entrar en la casa el ladrón que
traía un gran cofre lleno de joyas y monedas de oro.
El ladró quiso ver cómo estaba la joven y cuando
abrió la puerta saltaron sobre él y lo encerraron.
El ladrón sintió frío y decidió encender la
chimenea. Pero no se acordaba de que la habitación
era de chocolate y que con el calor se iba a derretir.
Así fue como murió el ladrón.
Días después los niños se marcharon de la casa de
Ágata con el cofre del tesoro para dárselo a sus padres.
Y así pudieron vivir todos felices y comer muchas
perdices.
LAS DOS CERDITAS, EL LAS DOS CERDITAS, EL LAS DOS CERDITAS, EL LAS DOS CERDITAS, EL
CERDITO Y EL LOBO CERDITO Y EL LOBO CERDITO Y EL LOBO CERDITO Y EL LOBO
FEROZFEROZFEROZFEROZ
(Adaptación del cuento “Los tres cerditos” (Adaptación del cuento “Los tres cerditos” (Adaptación del cuento “Los tres cerditos” (Adaptación del cuento “Los tres cerditos”
realizada por 1º de ESO)realizada por 1º de ESO)realizada por 1º de ESO)realizada por 1º de ESO)
En una gran pradera vivían dos pequeñas cerditas y
un cerdito, muy diferentes entre sí; mientras el
hermano y la hermana más pequeños se pasaban el día
jugando y cantando, la hermana mayor, por el
contrario, era más seria y trabajadora.
Un día la hermana mayor dijo:
- Estoy muy preocupada por vosotros, porque no
hacéis más que jugar y cantar y no tenéis en cuenta que
pronto llegará el invierno. ¿Qué haréis cuando lleguen
las nieves y el frío? Tendríais que construiros una
chabola para vivir.
El pequeño y la pequeña agradecieron el consejo de
la hermana mayor y se pusieron a construir la chabola.
La más pequeña de los tres, que era la más
juguetona, tenía pocas ganas de trabajar y se hizo una
chabola de chucherías.
El otro cerdito juguetón trabajó un poco más y se
hizo una chabola de tela y chocolate. La mayor se hizo
una bonita chabola de ladrillos, cemento y nubes del
cielo.
Pasó por aquella pradera el lobo feroz, que era un
animal muy malo con los cerditos. Al ver a la más
pequeña de los hermanos, decidió capturarla y
comenzó a perseguirle. La juguetona y rosada cerdita
se refugió en su casa temblando de miedo. El lobo, al
ver la chabola de chucherías, comenzó a reírse.
- ¡Ja, ja! Esto no podrá impedir que te agarre -
gritaba el lobo mientras llenaba sus pulmones de
fuego.
El lobo comenzó a echar el fuego con tanta fuerza
que las chucherías salieron quemándose y volando. Al
ver esto, la pequeña corrió hasta la casa de su hermano.
Como era una chabola de tela y chocolate, se sentían
un poco más seguros creyendo que el lobo no podría
hacer mucho
- ¡Ji, ji! Esto tampoco podrá impedir que os agarre,
enanos - volvió a susurrar el malvado lobo.
El ansia le lleno y se comió el chocolate. Todas las
telas salieron por los aires, mientras el cerdito y la
cerdita huyeron muy deprisa a casa de su hermana
mayor.
- No os preocupéis, todo tiene su recompensa, he
trabajado mucho en esta casa para estar segura - afirmó
la mayor
El lobo se colocó ante la casa y llenó, una vez más,
sus pulmones de aire.
Sopló y resopló, pero la casa ni se movió. Volvió a
hinchar sus pulmones hasta estar muy colorado y luego
resopló con todas sus fuerzas, pero no logró mover ni
un solo ladrillo de todo el chocolate que había comido
su panza estaba llena y cayó al pozo que había al lado
de la casa de la mayor.
Desde dentro de la casa se podía escuchar cómo
cantaban las dos cerditas y el cerdito de felicidad:
- ¿Quién teme al lobo feroz, al lobo, al lobo?
¿Quién teme al lobo feroz? - cantaban alegremente.
Esta canción enfureció muchísimo al lobo, que
intentó salir del pozo para comérselos y al final lo
consiguió.
Las dos cerditas y el cerdito reían dentro de la casa
pues no sabían que había salido, tanto que el lobo se
puso muy rojo de enfadado que estaba.
Fue entonces cuando, al malvado animal, se le
ocurrió una idea: entraría por el único agujero de la
casa que no estaba cerrado, por la chimenea. Cuando
subía por el tejado el pequeño y la pequeña tenían
mucho miedo, pero la hermana mayor les dijo que no
se preocuparan, que darían una gran lección al lobo.
Pusieron mucha leña en la chimenea y le
prendieron fuego. Así consiguieron que el lobo huyera.
El cerdito y la cerdita aprendieron después de esta
aventura una gran lección que:
SI PONES EMPEÑO PUEDES CONSEGUIR LO
QUE TE PROPONGAS
““““LOS MELLIZOS LOS MELLIZOS LOS MELLIZOS LOS MELLIZOS DURMIENTESDURMIENTESDURMIENTESDURMIENTES””””
(Adaptación del cuento “La Bella Durmiente” (Adaptación del cuento “La Bella Durmiente” (Adaptación del cuento “La Bella Durmiente” (Adaptación del cuento “La Bella Durmiente”
realizada por 2º de ESO)realizada por 2º de ESO)realizada por 2º de ESO)realizada por 2º de ESO)
Érase una vez... una reina que dio a luz unos
mellizos muy hermosos, un niño y una niña. Al
bautizo invitó a todas las hadas y magos de su reino,
pero se olvidó, desgraciadamente, de invitar al mago
más malvado. A pesar de ello, este mago maligno se
presentó igualmente en el castillo y, al pasar por
delante de las cunas de los pequeños, dijo despechado:
- "¡A los dieciséis años os pincharéis con un huso y
moriréis!"
Un hada buena que había cerca, al oír el maleficio,
pronunció un encantamiento a fin de mitigar la
terrible condena. Al pincharse, en vez de morir, los
muchachos permanecerían dormidos durante cien
años y sólo los besos de unos jóvenes nobles los
despertarían de sus profundos sueños.
Pasaron los años y los principitos se convirtieron
en el muchacho y la muchacha más hermosos del reino.
El rey había ordenado quemar todos los husos del
castillo para que los príncipes no pudieran pincharse
con ninguno. No obstante, el día que cumplían los
dieciséis años, el príncipe y la princesa acudieron a un
lugar del castillo que todos creían deshabitado, y donde
un viejo sirviente, desconocedor de la prohibición del
rey, estaba hilando. Por curiosidad, los muchachos le
pidieron al hombre que les dejara probar.
- "No es fácil hilar la lana"- les dijo el sirviente, -
“mas si tenéis paciencia os enseñaré."
La maldición del mago malvado estaba a punto de
concretarse. Los príncipes se pincharon con un huso y
cayeron fulminados al suelo como muertos.
Médicos fueron llamados a consulta. Sin embargo,
ninguno logró vencer el maleficio. El hada buena
sabedora de lo ocurrido, corrió a palacio para consolar
a su amiga la reina.
La encontró llorando junto a la cama llena de flores
donde estaban tendidos los príncipes.
- "¡No morirán! ¡Puedes estar segura!" - la
consoló- "sólo que por cien años ellos dormirán".
La reina, hecha un mar de lágrimas, exclamó:
- "¡Oh, si yo pudiera dormir!"
Entonces, el hada buena pensó:
- “Si con un encantamiento se durmieran todos,
los príncipes al despertar encontrarían a todos sus
seres queridos en su entorno.”
La varita dorada del hada se alzó y trazó en el aire
una espiral mágica. Al instante todos los habitantes del
castillo se durmieron.
- "¡Dormid tranquilos! Volveré dentro de cien
años para vuestro despertar" - dijo el hada echando un
último vistazo al castillo, ahora inmerso en un
profundo sueño.
En el castillo todo había enmudecido, nada se
movía con vida. Péndulos y relojes repiquetearon hasta
que su cuerda se acabó. El tiempo parecía haberse
detenido realmente. Alrededor del castillo, sumergido
en el sueño, empezó a crecer como por encanto, un
extraño y frondoso bosque con plantas trepadoras que
lo rodeaban como una barrera impenetrable.
Con el transcurso del tiempo, el castillo quedó
oculto entre la maleza y fue olvidado por todo el
mundo. Pero al término del siglo un joven caballero y
una joven dama de familia noble, que perseguían a un
jabalí, llegaron hasta sus alrededores.
El animal herido, para salvarse de sus
perseguidores, no halló mejor escondite que la
espesura de los zarzales que rodeaban el castillo. Los
nobles descendieron de sus caballos y, con sus espadas,
intentaron abrirse camino. Avanzaban lentamente
porque la maraña era muy densa.
Descorazonados, estaban a punto de retroceder
cuando, al apartar una rama, vieron un puente levadizo
que estaba bajado. Llevando sus caballos sujetos por
las riendas, entraron, y cuando vieron a todos los
habitantes tendidos en las escaleras, en los pasillos, en
el patio, pensaron con horror que estaban muertos,
Luego se tranquilizaron al comprobar que sólo
estaban dormidos.
- "¡Despertad! ¡Despertad!"- chillaron una y otra
vez, pero en vano.
Cada vez más extrañados, se adentraron en el
castillo hasta llegar a la habitación donde dormían los
príncipes. Durante mucho rato contemplaron aquellos
rostros serenos, llenos de paz y belleza; sintieron nacer
en sus corazones el amor que siempre habían esperado.
Emocionados, se acercaron a los príncipes,
tomaron sus manos y delicadamente las besaron... Con
aquel beso, de pronto el príncipe y la princesa se
desperezaron y abrieron sus ojos despertando del
larguísimo sueño.
Al ver frente a ellos a esos fantásticos nobles,
murmuraron:
- ¡Por fin habéis llegado! En nuestros sueños
acariciábamos este momento tanto tiempo esperado."
El encantamiento se había roto. Los príncipes se
levantaron y tendieron sus manos a los nobles.
En aquel momento todo el castillo despertó. Todos
se levantaron mirándose sorprendidos y preguntándose
qué era lo que había sucedido. Al darse cuenta,
corrieron locos de alegría junto a su príncipe y su
princesa, más hermosos y felices que nunca.
Al cabo de unos días, el castillo, hasta entonces
inmerso en un profundo silencio, se llenó de cantos, de
música y de alegres risas con motivo de sus bodas.
Y colorín colorado este cuento también se ha
acabado.