Post on 17-Feb-2016
description
Como afecta la globalización la pequeña empresa
Se puede definir la Globalización como una mega tendencia en el mundo de los
negocios en donde cada vez existen menos compañías participantes en una
determinada industria, terminando esos pocos jugadores ganando participaciones de
mercado significativas a nivel global, pero, teniendo todos una misma característica que
los identifica: saber hacer negocios en cualquier parte del mundo independientemente
de barreras culturales, políticas o económicas.
La globalización no solo afecta a las empresas medianas y grandes sino también
a las pequeñas, basta con observar cómo se han ido acabando las tiendas familiares
de abarrotes reemplazadas por grandes cadenas internacionales de supermercados,
los “negocitos” de máquinas tragamonedas por los grandes establecimientos de
apuestas, las pequeñas firmas de contadores por los grandes consorcios globales
multiservicios, entre otros varios ejemplos.
Implicaciones principales para los negocios
Los mercados y las economías mundiales se interconectan, una crisis
económica en un continente lejano puede desquiciar el mercado local.
Los competidores se hacen más grandes, generan economías de escala,
pueden ganar dinero a precios increíblemente bajos, incrementando sus
habilidades para competir. Los tamaños relativos cuentan, los grandes
tienden a comerse a los chicos.
Los proveedores se consolidan, adquieren a otros más pequeños, la oferta
tiende a disminuir, se hacen más grandes por tanto ganan poder de
negociación.
Los espacios de competencia se reducen, los competidores globales juegan
con una canasta de márgenes de manera que pueden ganar menos en un
mercado y más en otro, inclusive perder en alguno, buscando así ser
rentables en el consolidado y de paso quitarse de encima algún competidor
incómodo.
Los jugadores locales están obligados a ganar en su único mercado para
subsistir, no tienen margen de maniobra.
La mano de obra calificada tiende a irse a trabajar a las llamadas empresas
grandes que les ofrecen más incentivos, los profesionistas se ven
deslumbrados con las compañías multinacionales que les ofrecen la
oportunidades crecer y conocer otros entornos.
Efectos de la globalización en las pequeñas y medianas empresas
Aun cuando el proceso de globalización puede ofrecer oportunidades a la PYME,
no garantiza la no-existencia de consecuencias desfavorables para la permanencia de
muchas de las empresas que conforman este segmento. Por una parte, los procesos
de apertura han permitido revitalizar el rol del estado en la economía de los países, a
través de la consecución de impuestos aduanales especiales, el financiamiento
preferencial, la asistencia tecnológica, entre otras ventajas; pero por la otra parte, se
evidencian las amenazas representadas por la incertidumbre y las deficiencias
gerenciales en cuanto a la utilización de instrumentos de dirección acertados.
Al respecto, la incorporación del benchamarking (estrategia gerencial) en la
política empresarial, pudiera fomentar en los directivos de las pequeñas y medianas
empresas el visionar hacia fuera de sus organizaciones, es decir, identificar a sus
competidores; para así aprovechar el saber colectivo de otras organizaciones, con el
firme propósito de fortalecer su propia empresa.
Principales ventajas de la globalización
La razón principal para cualquier negocio que existe es aumentar las ventas y
los beneficios. Cuando te vuelves global, entonces la probabilidad de aumento de
ventas aumenta a medida que abres tu mercado a los consumidores de todo el mundo.
Esto le permite a las empresas reducir la dependencia de sus economías locales y
nacionales.
Con el número de usuarios de Internet en aumento, las empresas globales son
capaces de hacer negocios a todas horas del día con los consumidores de todos los
puntos del mundo. El potencial de expansión para las empresas aumenta a medida que
entran en más mercados.
Principales desventajas
Al entrar en el mercado global, las empresas deben ser conscientes de que las
ganancias pueden no verse a corto plazo. Puede que pasen muchos años antes de que
empiecen a cosechar los frutos de sus esfuerzos.
Otra desventaja es que tienen que contratar personal adicional para ayudar a
poner en marcha sus empresas en los mercados globales en los que se expanden. Las
empresas suelen tener que modificar sus productos y envases para adaptarse a la
cultura local, las preferencias e idioma del nuevo mercado.
Los gastos de viajes seguros aumentarán para el personal administrativo, ya que
ahora se espera que viajen por todo el mundo para supervisar sus lanzamientos
comerciales en otros países. Además, las empresas necesitan conocer los reglamentos
y las leyes fiscales de los países extranjeros, lo que requiere tiempo y dinero, y es
posible que necesiten contratar profesionales de esos países para ayudar con asuntos
legales y financieros.
Oportunidades de las empresas
Las empresas pequeñas obtienen ventajas de la vinculación con empresas
transnacionales por medio de acuerdo de licencia o de franquicia, acuerdos de
subcontratación o hasta alianzas.
Si bien los datos sobre empresas mixtas y cooperación sin aporte de capital son
limitados, está claro que este es un medio cada vez más utilizado para la cooperación
mundial y la transferencia de tecnología, aunque hasta la fecha el grueso de estas
actividades se ha hecho en forma de vinculaciones entre empresas de economías
desarrolladas.
Dado que las empresas de los países en desarrollo tienen poco que ofrecer en
términos de tecnología, las alianzas que vinculan a las empresas de la OCDE con las
de economías en desarrollo tienden a centrarse en el acceso a los mercados o toman
la forma de relaciones que procuran mejorar la eficiencia, como las de subcontratación.
En este caso, la empresa de la OCDE espera sacar provecho del empleo de mano de
obra a un costo relativamente bajo en el país en desarrollo.
Aun los países en desarrollo de bajos ingresos han logrado sumarse al proceso
de mundialización, especialmente en subsectores como los textiles y las prendas de
vestir, pero también integrándose en la economía mundial como subcontratistas o
mediante otras formas de participación sin aporte de capital.
Se ha dicho que la era de la mundialización ofrece oportunidades sin
precedentes a los países en desarrollo, que en su mayoría iniciaron una liberalización
unilateral a mediados de los años 80.
América Latina, Europa oriental y central y el Asia central están clasificadas
como integradores contingentes, en los que el proceso de posterior integración estará
impulsado por las corrientes de capital.
Las perspectivas de los principiantes están mejorando, a medida que los propios
países en desarrollo más avanzados pasan a ser ellos mismos fuentes de IED hacia el
exterior, principalmente en los conglomerados regionales de Asia. A medida que
aumentan los salarios y los ingresos por habitante y que se estrechan los mercados
laborales, estos países en desarrollo se desplazan hacia actividades de mayor valor
agregado y reubican sus operaciones de elevado índice de mano de obra en
economías de ingresos más bajos.
Reto de la pequeña empresa ante la globalización
Según Landerretche (2004), el principal reto ante la globalización tiene que ver
con el desarrollo de agrupamientos de empresas similares y de proveedores
especializados y relacionados con éstas, lo cual permita la articulación horizontal
–entre las empresas en un mismo rubro– y, vertical –entre proveedores y clientes–, de
manera que se aprovechen las ventajas de las “economías de escala”.
Estos agrupamientos permiten, además, el compartir recursos, entre los cuales
se destacan los recursos humanos calificados, y aprovechar economías de escala, todo
lo cual permitiría desarrollar núcleos productivos dinámicos en localidades y regiones.
En una perspectiva más amplia, la asociatividad garantiza el desarrollo de
prácticas dinámicas y descentralizadas que involucran a una variedad de actores y que
trasciende a los encadenamientos productivos más directos. Estos núcleos productivos
dinámicos aseguran la proyección de la PyME a largo plazo y, permiten la generación
de políticas descentralizadas relacionadas con la vinculación con universidades,
gremios, cámaras empresariales o de comercio y agencias de desarrollo local.
Acuerdos de Libre Comercio
A partir de la década de los noventa, el Gobierno de la República Dominicana
conduce importantes reformas en la política comercial con el objetivo de incrementar la
competitividad de la economía y lograr una mayor participación en los mercados
internacionales. Es por ello que se han adoptado un sinnúmero de medidas de
liberalización comercial, y se han eliminado una amplia variedad de restricciones
arancelarias y para-arancelarias que contribuyen a ampliar y fortalecer la capacidad
exportadora del país. Dado lo anterior, la República Dominicana mantiene un papel
activo en las negociaciones comerciales con el objetivo de diversificar el mercado
internacional para sus productos.
Actualmente, la República Dominicana se beneficia de diversos esquemas de
programas preferenciales unilaterales y acuerdos de libre comercio.
Acuerdo de Libre Comercio entre Centroamérica y República Dominicana (Centroamérica - RD).
En 1998, la República Dominicana firmó con los países Centroamericanos
(Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua) el Tratado de Libre
Comercio de Bienes y Servicios. Este Acuerdo abarca el comercio de bienes, servicios,
inversiones, propiedad intelectual y compras del sector público. A su entrada en
vigencia, las Partes se comprometen a la apertura recíproca a sus respectivos
mercados para la casi totalidad del universo arancelario, con algunas excepciones que
estarán sujetas a su incorporación progresiva al libre comercio.
Este Acuerdo es uno de los primeros de esta naturaleza del cual la República
Dominicana haya formado parte. En términos comerciales, significa un mercado
potencial de cerca de US$30,000 millones con más de 40 millones de consumidores.
Acuerdo de Libre Comercio entre la Comunidad del Caribe y República Dominicana (CARICOM - RD).
En agosto de 1998, la República Dominicana firmó un Acuerdo de Libre
Comercio con la Comunidad del Caribe (CARICOM). Este Acuerdo establece un área
de libre comercio de bienes y servicios, inversiones y cooperación. En materia de
reducción arancelaria, se contemplan las diferencias entre los países involucrados
llevándose a cabo la apertura en las islas más grandes (Barbados, Jamaica y Trinidad
y Tobago) y un tratamiento diferenciado para los países de menor desarrollo relativo
(miembros de la Organización de Estados del Caribe Oriental).
Este Acuerdo, también incluye un plan de acción que establece la libre movilidad
de los factores productivos de la región, personas y capitales. Esto implica la apertura
de un mercado potencial de alrededor de 8 millones de personas para la República
Dominicana.
Acuerdo de Libre Comercio entre los Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana (CAFTA-RD) pendiente de entrar en vigencia.
El Acuerdo de Libre Comercio de América Central, Estados Unidos y República
Dominicana (CAFTA-RD) fue firmado en agosto de 2004 y actualmente está siendo
negociado por las Partes involucradas para su entrada en vigencia.
El propósito de este Tratado es ampliar el mercado de las mercancías y servicios
producidos en los respectivos países, con la finalidad de estimular la expansión del
comercio y aumentar las oportunidades de inversión en la Región.
En materia de reducción arancelaria, existirá un acceso preferencial de la
eliminación de los aranceles de todos los bienes al entrar al mercado de los Estados
Unidos. Con el CAFTA-RD se consolidarán los beneficios otorgados por los programas
preferenciales del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) y el Acuerdo de
Asociación Comercial de los Estados Unidos de la Cuenca del Caribe (CBTPA).
TLC y competitividad en República Dominicana
La nueva economía mundial requiere que todos nos preparemos para competir
efectivamente y de manera sostenible en los mercados internacionales. Para eso,
debemos aumentar nuestra competitividad, que es la capacidad de ofrecer un
producto o servicio con la mejor calidad posible, al mejor precio y en los
mercados con mayor poder de compra, para generar más riqueza que nuestros
competidores, por un periodo de tiempo mayor. De esta manera se aumenta asimismo
el nivel de vida de nuestra población, a través, por ejemplo, de la generación de más y
mejores empleos.
Desde que RD inició sus aprestos integracionistas con Centroamérica, Panamá,
Estados Unidos y CARICOM, el sector productivo nacional y el gobierno impulsaron
una serie de iniciativas para adecuar nuestro aparato productivo a las nuevas
realidades comerciales.
Ciertamente la tarea no ha sido fácil. Arrastramos lastres económicos y
sociales que afectan a nuestras empresas y que impiden sacarle provecho
exitoso a nuestras ventajas comparativas y competitivas. Pero hacernos
competitivos implica cambiar actitudes muy enraizadas en nuestra cultura, que
dificultan la cooperación y la asociatividad para poder alcanzar economías de
escala que generen competitividad. El reto de nuestro país y del gobierno es impulsar
políticas que aprovechen los mercados internacionales como forma de balancear y
diversificar nuestra oferta exportable.
La suscripción y puesta en vigor de los acuerdos comerciales es el primero de
los pasos que requiere la liberalización económica, pero, el verdadero reto del
desarrollo comercial, tras este punto de partida, se pone a prueba en la manera en que
los países reestructuran, adaptan y optimizan sus sectores productivos, sus
beneficios de una manera sostenible, efectiva, progresiva, e incluso con equidad
distributiva. En otras palabras, la capacidad competidora y emprendedora para
obtener provechos óptimos de la manera más rentable posible, es la parte más
difícil de la administración de los tratados comerciales.
Si bien algunos países gozan de ciertas ventajas, el éxito del comercio exterior
depende tanto de las voluntades como de las capacidades. Así concebida, la
competitividad puede verse como el catalizador de las primeras y herramientas
transformadoras de estas últimas.
DR-Cafta
El DR-Cafta se negoció aproximadamente en tres meses durante 2004. El
equipo dominicano se unió a las negociaciones que los países de Centroamérica y
Estados Unidos tenían por más de dos años.
Son muchas las razones por las que el Estado dominicano negoció el DR-Cafta,
pero básicamente, pudiéramos decir que la razón principal fue evitar que el país se
viera perjudicado de los efectos del fenómeno de la “desviación del comercio” que
sucede cuando en una región un grupo de países se integran comercialmente y solo
tienen comercio entre ellos y no con los que no se integraron. Entonces, creo que
entramos al DR-Cafta para evitar que nuestros exportadores no tuvieran los mismos
privilegios que los centroamericanos y nos quedáramos fuera del campo de juego y
competencia.
En el marco del DR-Cafta no solo negociamos el comercio de bienes; también
hicimos serios compromisos en materia de apertura del mercado para la inversión
extranjera (por ejemplo: banca, telecomunicaciones, seguros y otros). Asimismo se
negoció la apertura al mercado de servicios, profesionales americanos y
centroamericanos podrán suministrar sus servicios en el territorio dominicano siempre y
cuando cumplan con las debidas reglas y requisitos, pero todo se negoció caso por
caso, lo que obliga a ver cuál fue el resultado en cada caso en particular. Hay casos
como los servicios profesionales de contadores públicos autorizados y los notarios
públicos que no fueron negociados y solo podrán ser ejercidos por los nacionales
dominicanos.
Para la puesta en vigencia del DR-Cafta el país se abocó a un proceso de
reforma legal y reestructuración institucional del cual resultaron modificadas más de 40
leyes, reglamentaciones o decretos y en el cual se crearon nuevas dependencias
gubernamentales para la administración y seguimiento de cuestiones especiales
convenidas en el acuerdo.
Resultados más positivos del DR-CAFTA
El DR-Cafta ha traído para República Dominicana muchos beneficios, entre los
que podemos resaltar que el acuerdo consolida y garantiza a las exportaciones
dominicanas un acceso preferencial y libre de arancel desde el primer día a
prácticamente el 100% del mercado americano; segundo, incide muy positivamente en
el fortalecimiento institucional de las entidades gubernamentales llamadas a administrar
o trabajar por el aprovechamiento del acuerdo, y tercero, en muchos casos mejora los
marcos legales existentes y el respeto de las leyes, pues los compromisos no solo
fueron asumidos en el texto del acuerdo, sino que se modificaron las leyes locales para
que fueran compatibles con lo acordado.
Resultados más negativos
Así como ha traído muchos resultados positivos, también el mismo ha
conllevado malestares, decepciones y efectos negativos al país. A la hora de abordar
las cosas negativas del DR-Cafta nadie se debe sentir mal. Han incidido muchos
factores para que el tratado en sus primeros años no haya llenado las expectativas
generadas. Por ejemplo muchos de los bienes importados no han bajado de precios a
pesar de que pagan menos arancel o que muchos ya no pagan. Otra cosa es que para
exportar a Estados Unidos los productos dominicanos deben cumplir con reglas y
condiciones muy serias a las que no todos tienen forma de cumplir.
Para entender lo que ha sucedido en el DR-Cafta he recurrido a leer y a
consultar expertos economistas en el tema. Hay muchas razones para tratar de
entenderlo; por ejemplo el Gobierno dominicano ha reestructurado su esquema de
recaudación fiscal (como es el caso de los vehículos con la creación del pago de la
primera placa); otro factor es la grave crisis económica internacional de los años 2008-
2010; también por el encarecimiento de los costos de producción de bienes
industriales; el aumento de los precios de los alimentos, y otra causa pudiera ser que
como sostienen algunos expertos en los mercados donde hay empresas importadoras
monopólicas estas no rebajan sus precios porque no tienen competencia.
Si analizamos la relación entre las exportaciones y las importaciones podemos
comprender cuánto puede pagarse de las importaciones con las exportaciones
realizadas, si es mayor a la unidad indica que las exportaciones son mayores que las
importaciones. Por ejemplo, para 2011 el ratio fue de 1.758, lo que indica que por cada
dólar que recibimos por la venta de nuestros productos a Estados Unidos gastamos
1.76 dólares comprando los suyos.
En términos de balanza comercial con Estados Unidos, República Dominicana
ocupa el último lugar con relación a los demás países del acuerdo con un déficit de
-2,903,797 de acuerdo con las informaciones disponibles en la web del Departamento
de Comercio de Estados Unidos, pero cuando se habla de balanza comercial no se
puede ver solo en cifras. Hay que ver caso por caso qué es lo que componen esas
exportaciones e importaciones, e identificar por rubros si hay productos que antes no
se exportaban o que ahora se están exportando más.
¿Cómo se pueden las PYMES beneficiar? si ya no se paga arancel por exportar a los estados unidos ¿por qué las PYMES dominicanas no están exportando?
Las Pymes dominicanas gozan de un acceso preferencial libre de arancel a todo
el universo de productos, del que destaco nuestra potencialidad de exportar al mercado
americano nuestros productos nostálgicos como los dulces, alimentos, sazones,
condimentos, cosméticos, belleza y muchos otros más.
El sector debe asumir una cultura exportadora, ver más allá de las fronteras,
producir para exportar. Las que decidan aprovechar el DR-Cafta deben cumplir con una
serie de requisitos obligatorios de tipo sanitarios y fitosanitarios, de inocuidad
alimentaria, etiquetado, higiene, embalaje, transporte, normas técnicas y reglas de
origen.
A manera de resumen solo basta decir que cientos de bienes intermedios y
productos importados desde Estados Unidos a la fecha de hoy ya entran al país sin
pagar arancel, así como que todos los productos industriales estarán libres de arancel
en el año 2016 y todos los agrícolas estarán libres de arancel, cuota, contingente y
cualquier otra traba en el año 2026, lo que sin dudas expone a la producción nacional a
una competencia total frente a las importaciones procedentes de los países miembros
del acuerdo.
El presidente de la Cámara de Santo Domingo (CCPSD), Pedro Pérez González,
defendió el valor de un tratado comercial como el DR-Cafta que expone la economía
dominicana a un mercado de más de 350 millones de personas, no sin antes advertir
que el aparato productivo dominicano requiere políticas sanas y coherentes para ser
aún más competitivo.
La Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo CCPSD y Fedocámaras valoran las
oportunidades del DR-CaftaPedro Pérez González, quien también es presidente de la Federación
Dominicana de Cámaras de Comercio, FEDOCÁMARAS, habló en presencia del
Ministro de Industria y Comercio, José Del Castillo, del embajador de Estados Unidos
en el país, James Brewster y de otras personalidades en ocasión del Lanzamiento de la
Estrategia de Difusión del DR-CAFTA 2015.
El presidente de la CCPSD fue enfático a propósito de las ventajas de ese
tratado comercial con Centroamérica y los Estados Unidos, de posibilidades
insospechadas, “en un marco de referencia de seguridad jurídica que convierte al país
en terreno fértil para la inversión extranjera, la generación de empleos y de riquezas”.
Tras ocho años de vigencia del DR-Cafta, las autoridades gubernamentales, con
la colaboración del sector privado, analizan cómo la República Dominicana debe
prepararse para la próxima entrada en vigencia en 2016 de nuevas categorías de
productos al esquema de desgravación arancelaria y cuotas con arancel cero, en
particular, con la anunciada estrategia del MIC.
De su parte, Pedro Pérez González contextualizó dicha estrategia haciendo valer
que el comercio bilateral como porcentaje del PIB entre la República Dominicana y
nuestros socios comerciales experimenta una tendencia preocupante a la baja que hay
que revertir. A modo de ejemplo refirió que nuestro país, en relación a Estados Unidos,
ha experimentado una disminución al pasar de un 25% del PIB en 2007, a menos de un
19% en el año 2013. Y el déficit comercial creciente entre ambos países ha pasado de
US$1,800 millones a US$3,000 millones en igual período de tiempo.
En conclusión, afirmó el presidente de la CCPSD y de FEDOCÁMARAS,
“tenemos que exportar más de lo que importamos, para lograr una balanza comercial
positiva”.
Para lograrlo, insistió en el valor de la recién anunciada estrategia
gubernamental y la indispensable colaboración de los sectores público y privado como
aval de la implementación de dicha estrategia. Y, en particular, abogó por identificar las
necesidades en otros mercados, definir nuevos modelos de negocio y de producción,
mejorar los estándares de calidad de los productos, la capacitación del recurso
humano, y mejorar el acceso al financiamiento y a nuevas tecnologías. Todo lo cual no
debe pasar por alto la reducción del costo país por concepto de altos costos del
servicio energético y la simplificación del régimen tributario en el país.
Pérez González resaltó también: “La Cámara de Santo Domingo, al igual que
todas las cámaras provinciales integradas en Fedocámaras, están en la mejor
disposición de colaborar en la formulación de políticas y programas para superar
cuanto obstáculo enfrente la nación dominicano para competir dignamente en el
mercado internacional”.