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María Elena Ruiz Aguilar

Anúlisis preliminar de la lítica de Mundo Perdido, Tikal

Mundo Perdido es un canplejo monumental en e l sector suroeste del cen- t r o de Tikal, ocupando un área aproximada de sesenta m i l metros cuadrados, en donde se localizan cuarenta y dos estructuras y cuatro plazas, explora- do por e l Proyecto Nacional Tikal entre 1979 y 1982.' Se encuentra situa- do en los cuadrantes 5-C, 5-0, 6-C y 6-D de l a s hojas Templo I V , Gran Plaza, Perdido y ~ o r r i e n t a l . 2 Tiene cano vecinos por e l norte e l grupo 5C-VIII, palacio de l a s ventanas o murciélagos; a l este, e l grupo 5D-IX, plaza de los s i e t e templos; y a l sur , los grupos 6C-IC, 6C-X, 6C-XI, 6 C - X I I , 6C-XV y 643-11 (ver los Mapas 1 y 2).

E l presente t rabajo t i ene como objeto ofrecer una visión general del material l í t i c o , de l a s clases que se tallaban y pulían. Se planteará a l a vez una metodología a seguir para la aplicación de una clasificación sistemática, dándose a conocer también, a gWso m&, l as materias primas uti l izadas en la manufactura de los instnmentos. Cake mencionar que éste no e s más que un informe preliminar del material superficial de un estudio

en proceso, que será verificado posteriormente con e l material de lotes sellados.3 D e esta forma podremos canprobar los artefactos procedentes de l o t e s de superf i c i e , a f i n de determinar más exactamente los manentos de aparición y extinción de los tipos, l o que permitirá obtener datos confia-

María Elena miz. de nacionalidad mexicana. es euresada del Centro de Artes y Humanidades 'con una maestría en historia y-crítica del arte. De 1981 a 1983 real izó trabajo de campo y gabinete en Tikal para e l Pro- yecto Nacional Tikal, cano convenio entre e l gobierno de Guatemala y e l I n s t i t u t o de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónana de l46xim.

1 Veáse Juan Pedro Laporte, "Reporte final - Mundo perdido" (manus- cr i to inédito), Proyecto Nacional Tikal, pp. 1-12.

2 Robert F. Carr y James E. Hazard, "Map of the íbtins of Tikal, Fe- t e n , Guatemala", Tikal Reprt No. 11 (Philadelphia: University of Penn- sylvania, 1961 ) .

3 E l l o t e sellado corresponde a una división interna dentro del sis- tema de excavación y recuperación de material que aísla aquellos materia- l e s cubiertos y separados por elementos culturales o estratigráficos, per- mitiendo a s í asignarles una cronología relativa. h cambio, e l lote super- f i c i a l aísla los materiales que proceden de zonas o áreas de excavación en donde no hay elanentos culturales o naturales que permitan indicar una temporalidad dada (debido a dernwbes o a ocupaciones superficiales tar- días) , por l o que pueden presentar mezclas cronológicas impsibles de determinar.

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Lo lítica de Mundo Perdido, Tikol

I c a n t o r a s

-

M3pa 2. Plano de Mundo perdido.

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b l e s para l a reconstrucción de l a h i s t o r i a del instrumental o u t i l l a j e lítico de Mundo Perdido, Tikal.

Los ma te r i a l e s de s u p e r f i c i e anal izados proceden de cuarenta y dos operaciones de excavación, todas correspondientes a l ccaaplejo Mundo Per- dido. El m a t e r i a l ob je to de es te estudio corresponde cronológicamente a l a s f a s e s Imix (590-830 d.C.1 y Eznab 1830-910 d.c.), es decir , a los pe rícdos clásico tardío y terminal.

Para poder l l e v a r a cabo l a clasificación de l material fue necesario r e v i s a r algunos c r i te r ios c las i f icator ios uti l izados para e l material 1í- t i c o de l a s t i e r r a s ba jas mayas. Así, notamos que los primeros trabajos que versan sobre e s t e tema fueron enfocados a l a presentación de piezas individuales o en conjuntos: en alguna ocasión cano breves reportes en los que, b a j o e l muy amplio denaninador de "artefactos", entraba todo género de industr ias en concha, as ta , hueso, madera y otros. Pensamos que e l con - t i n u a r con l o s sistemas de clasificación ya establecidos para l a s t i e r r a s ba j a s nos l l e v a r í a a cometer e l mismo erzor, ennpleando terminologías que ya han t rascendido en l a h i s t o r i a de l o s estudios l í t i cos . Como hemos mencionado anterionnente, existen problemas que e s t r i b a n en l a d i f e r e n t e terminología , provocando entre otras cosas ser ias discusiones en cuanto a l a i n t e r p r e t a c i ó n de l o s instrtanentos, l o que d i f icu l ta comprender cual- q u i e r relación de las actividades socio-culturales en e l área. Li mayoría de estos estudios son descriptivos, algunos de e l lo s con datos re levantes , l o que ayuda en un manento dado a canparar con otros s i t i o s . Sin embargo, no e x i s t e l a idea de una c l a s i f i c a c i ó n y mucho menos de unat ipología fonaal.

Por o t r o lado, s e da e l caso de c l a s i f i ca r e l material l í t i c o mediante r é p l i c a s , es tudios experimentales, en los cuales s e observan l a s diferen- t e s etapas y procesos por los que pasa un ar tefacto a l s e r manufacturado, reconstruyéndose los llamados patrones de ccmportamiento tecnológico. NO

obstante , hemos observado que dichos patrones no resuelven todo e l panora- ma d e l comportamiento tecnológico por individuo, ya que pensamos que no exis te una regla o patrón fonnal para l a elaboración de instnwentos.4

Consideramos enfocar una ser ie de puntos de v i s t a de l a s üiversas cla- s i f icac iones , agregándole un nuevo ordenamiento u organización sistem'itica para obtener un método c l a s i f i c a t o r i o amplio y capaz de a h i t i r nuevos elementos en e l futuro. Concordamos con mmer en que l a h i s t o r i a de l o s e s tud ios l í t i c o s mayas puede dividirse en dos períodos, antes de Kidder y

4 l r v i n g Rouse, Prehistory i n H a i t i : Yale üniversity, 1939).

A Study i n Method (New Haven:

La fítica de Mundo Perdido, Tikal 117

después de m 1947, Kidder llevó a cabo e l primer análisis l í t i co de un s i t i o maya, fMactún, donde ya habían realizado intentos iniciales c m

los de Ricketson y Ricketson, basados en ~ i d d e r . 6 m t e autor decidió ap l ica r e l sistema c las i f ica tor io que había establecido plra Pecos, New Plexico, consistente en estudios paleoetnológicos a los cuales les hizo c i e r t a s modificaciones; separa en general los implementos de empleo ut i l i - tar io y los cergnoniales.7

E s aquf donde debanos actuar con cautela, pues a l dividir los artefao- t o s en uti l i tarios y ceremoniales, suele confundirse l a naturaleza del ha- l lazgo; es decir, que algunos implementos l í t icos como cuchillos, hachas y o t ros , por e l hecho de haber sido hallados en contextos especiales -ofren - das, ent ierros o tumbas- son considerados autdticamente ceremoniales, pero &qué sucede con objetos sanejantes, recuperados fuera de dichos con- textos? A este respecto, Kidder misno nos dice que "no sienpre es posible tener l a certeza de que un determinado espécimen haya sido para un uso ri- t u a l o práctico". De a l l í que se ha venido siguiendo esta clasificación ccino un patrón, repitiéndose en varias investigaciones: Piedras Negras, Mayapán, Barton Ramie, Chiapa de Corzo, Altar de Sacrificios y Seibal, Dzibilchaltfin y Río Bec, y ~ i k a l . 8 m resiwen, podenos decir que Kidder ha s ido hasta l a fecha la influencia más significativa para el estudio de l a l í t i c a maya, y continúa siendo uno de los pocos que intentan una inter-

5 Irwin Ravner , "Lithic Sequences f r m the Maya mwlands" (diserta- ción doctoral, University of Wiscowin, 1975).

6 Oliver Ricketson v E. B. Ricketson. Uaxactun. Guatemiid: Groun E (1926-1937) (Washington, D.- C. : Carnegie ~nst i tu t ion of* Washington, 1937) ; Alfred V. Kidder , Tfie Artifacts of EJaxactun, G u a m a (ashington, D. C. : Carnegie Institution of Washington, 1947).

7 Alfred V . Kidder, "The Art i facts o£ Ii-cos", Papera Southwestern Blpedition - Phillips Acadmy m. 6 (New Haven: Yale University Press , 1932).

8 William R. Coe, Piedras Negras Archaeology: Artifacts, Caches and Butial6 (Philadelphia: University Museum, University o£ Pennsylvania, 19591; Tatiana Proskouriakoff, "%e Art i facts of Mayapan", en Mayapan, Y-tan, U c o , Pollock, Ilo W t h y Proskouriakoff, eds. (Washington, Y' D. C. : Carnegie I n s t i t u t on of Washington, 1962); Gordon Willey, W. R. Bullard, J. B. Glass y J. C. Gifford, Prehistoric Haya Settlement i n the Belize Valley ( Cambridge : Peabody Museiw of Archaeology and Ethnology, HarvKd University, 1963 ) ; Thomas Lee, Jr . , The k r t i f a c t s of Chia a de B C O ~ W , Chiapaa, Mexico (Prow: ñrigham Young üniversity, 1%9); Gor on R. Willey, The Artifacts of Altar de Sacrificios (Cambridge: Peabody Museum of Archaeology and Ethnology, Harvard üniversity , 1972) ; mvner , "Lithic Sequences from the Maya Iowlands"; Hattula mholy-Naggy, "Obsidian a t Ti- kal, Guatemala", en Actas de1 XLI Congreso Internacional de Americanistas (exico: Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1975), 1: 51 1-18.

118 María Elena Ruiz A.

Existen ot ros trabajos que nos han provisto de valiosos datos, aunque aislados, l o que significa un reto para l a identificación e interpretación de los artefactos de Mundo Perdido. mr lo consiguiente, proponemos que l a terminología sea revisada nuevamente, creando a s í una terminología for- mal, aplicable en forma general a l a región maya. Al mismo tiempo, se podría intentar establecer una secuencia tecnológica, tratando de elaborar un patrón de comportamiento con e l material de las varias colecciones que provienen de las t ierras bajas.

Reflexionando sobre los distintos métodos que se han usado anterior- mente, hemos considerado necesaria una reorganización general de nuestros a r te fac tos , ordenando de una manera preliminar las diferentes categorías correspondientes a las clases tallada y pulida, llevando a cabo un experi- mento para l a elaboración de una metodología sistemática en l a clasifica- ción, l a cual por e s t a r en proceso esperamos nos permitirá establecer un sistema tipológico coherente y adecuado, en categorías definibles en las t ierras bajas mayas.

Ahora bien, para es ta primera clasificaci6n hanos. considerado varios c r i t e r i o s , incluyendo los de earcía Qok por su ordenamiento sistemático, l o s de Clark por los problemas de índole tecnológico, y los de Bordes por l a u t i l i zac ión de índices numéricos para aquellos artefactos que se han considerado "problemáticos", l o que permitirá agruparlos para después determinar su f ~ n c i ó n . ~ E s a s í que l a clasificación se basará en rasgos distintivos para diferenciar los diversos artefactos.

Nuestra proposición concreta para una metodología y clasificación par- t e primordialmente de una base tecno-económica. Nuestro punto de partida e s l a materia prima con l a que fueron elaborados los instrumentos, sepa- rando a grandes rasgos (análisis macroscópico) e l conjunto de artefactos

en subindustrias: estas se refieren a l tipo de materia prima empleada. De

donde tendremos l a industr ia l í t i c a y subindustrias, incluyendo cuarzo, pedernal, obsidiana, andesita, arenisca, caliza y otras. Esto es impor- t an t e , ya que l a base de l a economla de un pueblo se debe en parte a l a

existencia o coexistencia del recurso. García Cook nos dice que "el hombre buscará un material que por su consistencia o existencia sea capaz

9 Angel García ~ o o k , " h á l i s i s tipolóqico de artefactos", en ~nves- t igaciones 12 (México: In s t i t u to Nacional de Antropología e Historia, 1967); John E. Clark, "The EKly Preclassic Obsidian Industry o£ Paso de l a Amada, Chiapas, Mexico", en Estudios de Cultura Maya 13 (1981): 1-28: F. Bordes, pologie du Paleolithique Ancient e t myen" Inst i tute de Réhistoire, "&. No. 1 (Bordeaux: Université de Bordeaux, 1b-61).

Lo lítica de Mundo Perdido, Tikal 119

de c w p l i r l a función requerida1*. l2 E s t a s subdivisiones nos facilitan agrupar nuestro material en clases de piedra pulida y ta l lada: e s decir , l a clase nos dirá l a técnica de trabajo empleada.

de trabajo

La técnica es aquella en donde e l haubre impone una serie de atributos a l o que e s t á manufacturando, de acuerdo con sus necesidades, dándole una intención exprofesa para que cunpla con la función requerida. Torres a f i r - ma que "habrá técnicas que requieran de mayor o menor habilidad y creati- vidad del operario, y de conocimientos puestos en juego muy reducidos; en ot ros en cambio, se puede requerir de mayor ingenio y conocimientos tecno- lógicos, pero l a operaci'on puede mecanizarse a un grado t a l que l a habili- dad y creatividad sólo se manifiesta en e l disello y en l a producción de l a matriz. m otros casos se puede encontrar a l mismo tiempo l a habilidad de la ejecucibn con un elevado grado de avance tecnológico'' .l3

E s a s í amo l a tecnología y los diferentes procesos formativos por los que atraviesa un artefacto, nos indicarán e l grado de desarrollo tecnoló- gico de un pueblo, ya sea en forma rudimentaria o avanzada en tiempo y espacio. Es dec i r , que l a técnica del trabajo nos ayudará a deducir en algunos casos l a técnica de empleo o función genérica de ciertos instru- mentos, de t a l manera que podamos agruparlos cano artefactos de cor te , de percusión, de desgaste, etcétera. A esto se l e llama "uso".

Para una mejor idea del artefacto se ha integrado l a técnica de empleo o función específica - denaninada "categoría"- mencionada por Fowler, Lo-

renzo, MacNeish y García Cook, que se refiere a l término con e l cual se asignará a los artefactos que, cunpliendo con los rasgos distintivos ante- r io res , s e perfilan a un paso e~~ecíf ico.14 Corno ejemplos pueden mencio- narse machacadores para los casos de percusión, navajas para los de corte, y piedra de inoler para los de desgaste.

- 12 "Análisis tipológico de artefactos", pág. 40.

13 M. Luis Torres, " E l examen científico de artefactos arqueológi- cos: un cuadro t d r i c o general", Anales be ~ntropología 1 (1 981 ) : 18: 34.

14 M. L. Fowler. "SLmtmarv Remrt of Wdmk Rock Chelter. 1952, 1953. 1955", Report of Investigation *M. 8 (Springfield: Illinois &ate ~useum; 1959); ,José Luis Lorenzo, Tlat i lco: los artefactos (gx ico : Instituto Nacional de Antromloaía e Historia. 1965): Richard S. MacNeish. Prelimi- nary Archaeologicaf Inv&tigations i n the . s ie r ra de ~ a m a u l i ~ a s , Mexico (Philadel ia: Transactions of the merican Fhilosophical Soczety, 19581: García a>og "Análisis tipológico de artefactos".

120 .2faría Elena Ruiz '4.

Por otro lado, de acuerdo con su fonna genérica, todos quedan integra- dos en familias. Este rasgo trata de l a morfología o fonna general del ar -- tefacto. Es a s í que García Cook afirma que "de la técnica dependerá mucho e l rendimiento de l a función de que sea objeto e l artefacto, y por ende nos marcará e l mejor aprovechamiento y rendimiento de la reproducción" .l5

De acuerdo con ello, intentaremos integrar un conjunto de ar tefactos bajo una misma forma general, por medio de índices nd'eriros y figuras gem& tricas establecidas por Bordes y García Cook. 16

Algunos de es tos índices no son funcionales pura aquellos artefactos denominados como "problemáticos" y de uso indeterminado en las t ierras bajas. Consideramos necesario proponer nuevos parámetros en cuanto a . lndices numéricos, basándonos principalmente en Bordes y en mvner.17 Quizá logremos agrupar estos instnnientos en familias nuevas. Dentro de es tas agrupaciones y toaando en cuenta las formas que difieren internamen- te , se encuentran los tipos o conjuntos de elenentos del mismo material , trabajados bajo la mima t6cnica y semejantes en función, forma general y forma específica. l8 Aun puede suceder que estos grupos, con todas las características mencionadas, tengan alguna particularidad menor, l o que se llama variante. Nuestra clasificación será llevada de manento a nivel de categorías, dejando para un futuro l a t ipología, donde se propondrán nuevos parámetros que están siendo elaborados para integrarse en nuestro sistcnia clasificatorio.

Mencionareiios a continuación las generalidades de la materia prima. De acuerdo a nuestro planteamiento en la clasificación empleada, e l material o recurso desenpeña un papel primordial:

e l hombre para l a manufactura de los artefactos l í t icos Útiles a sus necesidades empleó otros materiales, rocas y minerales, en un principio los que encontraba más a su alcance, l a materia prima local: después i n i c ió l a localización de materiales út i les a sus

15 "Análisis tipológico de artefactos", pág. 40.

16 "Ty logie du Paleolithique Ancient e t Byen'' y "Análisis tipoló- f" gico de arte actos", respectivamente.

17 "Typologie du Paleolithique Ancient e t Moyen" e Irwin Iiavner, "An Application of Bordes' Paleolithic Handwe Typology t o the Study of Clas- s i c Maya Lithics" , en Lithic Techtlology 9 (2980), 1: 26; este Último rea- lilá un estudio de hachas bifaciales procedentes de la región maya.

18 mrcía Cook, "Análisis tipológico de artefactos", pág. 37.

La Iítica de Mundo Perdido, Tikai 121

deseos o necesidades, hasta llegar en épocas muy posteriores a un intercambio para la obtención de algunos de e l l o s .~g

Consideramos importante mencionar a grOsSO mOd? l a presencia de estos re- cursos que comprenden la industria l í t i ca de Mundo eerdido. De acuerdo a l a gran variedad de rocas las hemoc subdividido en subindustrias, aqrupárr- dolas de acuerdo a s u orden de clasificación yeolóyica. Miestro material incluye rocas magmáticas, sedinentarias, metam'orficas e indeterminadas (es - t a s últimas se están analizando en e l laboratorio de geología en e l depar- tamento de prehistoria del Instituto Nacional de Antropología e Historia).

Dentro de es tos grupos se advierte l a probable selección de ciertas subindustrias -tales cano obsidiana, pedernal y cuarzo- para l l e v a r a cabo l a manufactura de algunos artefactos diagnósticos de las fases imix-Eznab (590-910 d.c.f. De acuerdo a Mirambell y lorenzo,

l a determinación de esto es de gran importancia, ya que e l empleo de ciertos materiales implica conocimientos a l respecto, aunque quizá simplemente e l gusto de emplear uno u otro, l a existencia de una c i e r t a organización social y económica para que se efectúe e l desplazamiento de grupos de "artesanos" para l a obtención de ellos, de intercambios y posteriormente, hasta ccmercio.. . .20

La selección del recurso puede tener varios objetivos, iguales a los que s e relacionan con la economía de un pueblo. Algunos de ellos podrían de- berse, primeramente, a l a abundancia del material en e l área y, seyundo, a l intercambio o comercio de materiales locales por otros que reúnan una serie de cualidades mecánicas tales cano dureza o textura.21

Por o t ro lado, podríamos decir que la selección de materiales nos da l a posibilidad de producir implementos y herramientas m'& eficientes, au- mentando l a producción, l o que cambia las condiciones socioeconómicas de una e tnia . A l a vez s e contraerán n w a s necesidades que se tendrán que sa t i s facer posteriormente a través de una red de intercambio y comercio a nivel mesoamericano .22

19 Lorena Miranbe11 y Jos"e. Lorenzo, "mteriales 1"licos arqueoló- gicos : generalidades. Consideraciones sobre l a industria l í t ica" , en Apuntes para l a arqueología 4 (1974): 64.

20 "Hateriales l í t icos arqueológicos", pág. 69.

21 Torres, "El examen científico de artefactos", pág. 30.

2 2 Torres, "El examen científico de artefactos", pág. 41.

122 Moría Elenu Ruiz A

Adlisis del sateriai

La técnica del t rabajo presente en Mundo Perdido en l a clase tallada e s l a percusión directa con s u s variantes, l o que indica cierta preferen- c i a por es ta técnica. Sin embargo, a nivel cuitural no implica que la percusión directa requiera de un mayor o menor conocimiento y especializa- ción en e l dcminio de la técnica.23 & l a clase pulida, por e l contrario, s e observan diferentes técnicas de t rabajo para l a manufactura de los diversos artefactos, que canprenden desde la percusión hasta e l desgaste, proceso que incluye tres modos gs icos: abrasión, pulido y briuiido.24

E l to ta l del material analizado fue de 4,933 artefactos, de los cuales 4,152 corresponden a l a clase tallada y 781 a l a pulida. De acuerdo con l a función genérica, se agruparon en artefactos de corte, desgaste, corte- desgaste, punzo-cortante, percusión, corte-percusión y otros. Oonforme a es tos grupos se hicieron otros, los que describiranos por categorías que serán analizados cano hemos planteado en un principio.

Cidse talidda. Los instrunentos correspondientes a esta clase han quedado integrados en las siguientes categorías: nódulos, núcleos, lascas, lascas con uso, navajas, raederas, puntas de proyect i l , raspadores, cuchil los, perforadores, tajadores, hachas bifaciales, cinceles, azuelas, excéntri- cos, artefactos canpuestos e indeterminados .25

Las cantidades con que contamos para cada categoría se presentan en e l Cuadro 1 .26 A s í , los artefactos que por su frecuencia son siynificativa- mente representativos para la época Imix-Eznab son: l as lascas, represen- tadas con e l 45.92 por ciento; las navajas, 15-96 por ciento; los nódulos,

11.05 por ciento; los núcleos, 7.25 por ciento; y las lascas con uso, 6.71 por ciento. No s a h o s todavía si estas categorías se canportan de manera similar en otras épcas de la secuencia cultural de Mundo Perdido.

23 Clark, "?he Early Preclassic Gbsidian Industry", pág. 17.

24 Mirambell y Lorenzo, "&iteriales l í t icos arqueológiws", pág. 5.

25 Se denominan ar tefactos compuestos de cualquier categoría a los que cumplen con dos funciones a l a vez, recibiendo e l primer ncmbre la ca- tegoría predominante. Con respecto a los indeterminados, cano su n d r e indica, son ar tefactos no determinados ni en función genérica n i especí- fica. Sin anbargo, se observa *e fueron trabajados p r el hanbre.

26 Los artefactos canpuestos canprenden los siguientes instmentos: un perforador-raedera. dos n6dulos-percutores, un hacha-raedera y un taja- dor-raedera. Los indeterminados son dos artefactos: una lasca perforada exgxfeso y un fragmento de esfera semiperforada.

Cuadro 2.

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121 María Eleoo Ruiz A.

Subindustrias, clase tallada. Basándonos en l a primera clasificación, nos percatamos de l a presenc ia de ocho subindustr ias , l a s cuales son: pe- dernal, representado con e l 77.33 por ciento; obsidiana, con un 18.40 por c i e n t o : jaspe, 3.85 por ciento;'^ pizarra, cuarzo, calcedonia, basalto, cal iza y materiales indeterminados, con menos del 0.12 por ciento cada uno (ve r e l Cuadro 2 ) . Como puede notarse, e l pedernal predomina sobre l a s o t r a s , advir t iéndose l a presencia de artefactos diagnósticos, t a l e s c m hachas b i f a c i a l e s , tajadores y cinceles, que a l es ta r elaborados exclusi- vamente en es te material los hace representativos.

La obsidiana , aunque ba ja en frecuencia, también e s representativa, por l o que fue dividiüa generalmente por e l co lor en dos grupos, g r i s y verde , con sus respec t ivas var ian tes . E l porcentaje para cada grupo s e c a l c u l ó de acwrdo con el t o t a l por categoría, pudiéndose observar a nivel gene ra l l a proporci6n de l o s grupos. El grupo g r i s cuenta con e l 92.27 por ciento y e l verde con un 7.72 por ciento (ver e l Cuadro 3 ) .

D e acuerdo con e l aná l i s i s efectuado de l a s diferentes proporciones de obs id iana g r i s y verde, pudimos advertir que exis te una previa selección e n t r e los g rups , de sardo con l a manufactura de alqunos artefactos. Es - t o s e observa con claridad en l a predcminación del grupo gr i s : representa e l 93.09 por ciento de l a s navajas; e l 94.04 por c i e n t o de l a s l a s c a s ; y e l 95.83 por c iento de los núcleos. Sin embarw, es Fmportante mencionar que existen otros instnmentos donde e l p r c e n t a j e del grupo verde e s el- vado s i n s e r sobresaliente, entre e l los los cuchillos, con representación de un 70.83 por ciento del gr i s sobre e l 29.16 por ciento de l verde, y las puntas de proyec t i l , con 76.47 por ciento g r i s sobre 23.52 por ciento de l verde. La presencia del grupo verde e s poco f recuente , l o que l o hace importante a nivel cuali tativo, ya que pudría ser significativo para algím conjunto de instrtnnentos .

En resumen, podemos d e c i r que dent ro d e l material de superficie de Mundo Perdido, e l pedernal e s la subindustria n$s socorrida para l a elabo- r ac ión de a r t e f a c t o s , seguida por e l grupo de obsidiana gr i s ; e s to s i n tomar en consideración e l res to del material, incluyendo e l de l a s zonas marginales a Mundo Perdido, Tikal, donde s e observará l a variación a tra- v'es de l tiempo.

Clase pulida. E s t a c l a s e cuenta con l a s siguientes categorías: metates (piedras de moler), manos de metate, morteros, manos de morteros, yunques, machacadores, percutores, maceradores, alisadores, hachas pulidas, c i n c e l e s pulidos, artefactos canpuestos, miscelánea y ar t ículos indeterminados. Contamos con las siguientes cantidades: 291 metates, 283 manos de metates , 8 morteros, una mano de mortero, 10 yunques, 6 machacadores, 33 percu- tores, 12 maceradores, 4 alisadores, 6 hachas pulidas, 5 cinceles pul idos ,

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La Iítica de Mundo Perdido. Tikol 127

1 ) -27 Como hemos podido observar, l a muestra de la clase pulida es bastante

variada. No obstante, l o s ar tefactos que sobresalen ndricamente del resto de los instrmentos analizados son los metates, con e l 37.25 por ciento, y l as manos de metate, con e l 36.23 por ciento. E s oportuno mencio - nar, como sentir personal, que en la miscelánea hanos encontrado implemen- t o s d i f í c i l e s de clasificar, sobre todo porque en la bibliografía wnsul- tada son "bautizados" ambiguamente a nivel subjetivo y, además, aparecen esporádicamente, l o que hace su clasificación pxx> precisa. &te problena deberá resolverse en e l transcurso del ti-, ya que dichos objetos de- bieron tener un uso o función especial.

2MAnduatria, clase pálida. Esta clase la conforma una gran variedad de rocas (ver los C u a b 4 y 5). Por l o tanto, l as subindustrias las hanos agrupado de acuerdo a su orden de clasificación geológica. Así tenanos: rocas magmSticas (ígneas) , determinando e l 24.83 por ciento: rocas sedimen - t a r i a s , 14.46 por ciento: rocas metamórficas, 1.28 por ciento: e indeter- mina-, con un porcentaje de 0.38. Antes de continuar, debemos ac la ra r que tuvimos que separar e l cuarzo y dos de sus variantes por considerarse un mineral y estar incluido en los t res grcyas de rocas.28 ~l cuarm está representado por e l 54.54 por ciento, e l cuarzo-calcedonia por 2.30 por ciento, y e l cuarzo-cuarcita con 2.17 por ciento sobre las otras, l o que l a hace la subindustria más preponderante. Hasta e l m e n t o podanos decir que e l cuarzo y e l grupo de rocas magmáticas son abundantes en las fases l in ix-Ed .

27 Los ar tefactos compuestos comprenden un pulidor-azada, un ma- chacadorpercutor, un percutor-pulidor y un percutor-aguzador. En l a miscelánea s e agruparon 116 artefactos, donde de algunos se desconoce su función genérica específica, siendo lo s siguientes: 25 ulidores, 2 f P bruñidores, 4 a f i adores, 4 macanas, 2 plomadas, 42 discos, 2 esferas, 4 t a b l i l l a s o placas lisas, una tabl i l la o placa con perforación, un metate miniatura, una orejera, un artefacto con incisión, uno en f o m de mango, 2 artefactos en fonna de mango circular, un artefacto fungiforme, uno en f o m de hueso y un "mazo".

28 Se entiende por mineral aquel que está canpuesto de ciertos el? mentos en proporciones fijas. E l cuarzo es un óxido de s í l i ce (ácido sill- cico deshidratado). Los minerales que pertenecen a e s t a familia son lo s más difundidos y abundantes en la corteza terrestre. El cuarzo es sobre todo un elemento constituyente esencial de muchas rocas eiuptivas, meta- mórficas y sedimentarias. Sus propiedades físicas son dureza grado 7 en l a escala de Nohs, densidad de 2.65, incoloro o coloreado, b r i l lo vítreo o graso, fractura concoidea o astillosa: José Sagredo, Diccionario Rioihiero: geología y mineralogía (Sevilla: Editorial Rioduero, 19781, pág. 56.

128 !tíaría Elena Rutz .4

Lo Iítica de ,!fundo Perdido, Tikai 129

Pnkrnal Cuazo SUMA

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SUMA I 3 4 -- % 25 75 1 O0

Cuadro 5. Presencia nmgrica y porcentual de artefactos canpuestos de la clase pulida, por materia prima.

E l propósito de este trabajo fue analizar a nivel general e l material l í t i c o de Mundo Perdido, Tikal. Para el lo fue necesario revisar cuidado- samente varios sistemas clasif icatorios del área, l o que nos ha servido para proponer tentativamente un nuevo método en la clasificación de la piedra para las t ierras bajas mayas. Respecto a los recursos generalmente empleados en los instrumentos o implementos, podemos decir que es bastante variado y la mayoría de ellos no son locales. ün ejemplo es l a subdivisión de l a obsidiana entre verde y gris; esta Última debió ser transportada del altiplano guatanalteco, probableriente desde E l Chayal u o t ras fuentes o yacimientos de las t ierras altas, sobre todo durante los períodos clásico temprano y medio, en los que se observa una fuer te dependencia de E l

~haya l .29 Nelson r e i t e r a en parte l o dicho por estos autores ya que, de acuerdo con los análisis practicados a algunos ejemplares de la península de ~ u c a t á n , es probable que la principal fuente de abastecimiento fueran

29 F. H. Stross, J. R. Weaver, G. E. A. Whyld, R. F. Heizer y J. A. Graham, "Analysis of Wnerican Obsidian by X-Ray Fluorescente and NeUtrOn Activat ion Analysis" , contributions of the University of California Ar- chaeological Research Facility 5 (1968): 59-79; Koholy-Nagy, "Obsidian a t Tikal".

130 .Haría Elena Ruzz A

l a s mismas.30 Sin embargo, menciona que San Martín Silotepeque fue la única fuente o yacímiento durante e l período preclásico medio, mientras que para e l preclásico tardío y e l clásico fue Ei (hayal e l que adquirió importancia, y para e l postclásico tardío fue ixtepeque e l que vino a ser l a principal fuente de abastecimiento. En lo que se refiere a l a obsidiana verde, é s t a procede de Cerro de las Navajas, Pachuca, y aparentaente se da durante e l período c lás ico temprano en Tikal, l o mimo que sucede en s i t ios cano ~dmá y ~obá.31

Hasta e l momento, l a muestra de obsidiana verde en Mundo Perdido es proporcionalmente pequeña para e l clásico temprano, l o que nos parece un poco extraño, debido a que en e s t a Qpoca existían vínculos ccaiierciales fuer tes con e l centro de ~ é x i c o ; podr-ía deberse a l carácter de l a mues- tra.32 La presencia de un número significativo de implementos de pedernal en Mundo Perdido y en varios s i t ios que canprenden las t ierras bajas sugie - r e l a posible existencia de fuentes locales o cercanas para e l abasteci- miento de este recurso. Moholy-Nagy menciona que para T i k a l se distinguen dos clases de pedernal unportado de fina t e ~ t u r a . 3 ~ Uno de ellos, de menor

importancia, es un pedernal bandeado que pudo ser transportado en forma de productos terminados cano las llamadas "dagas" durante e l período preclá- sico. 34 La o t r a c lase de pedernal no tiene bandas y aparece frecuente- mente en objetos del períoao clásico, en f o m de "puntas-cuchillo". Al parecer, ambos materiales son iguales a ciertos nódulos recuperados en Colhá, ~el ice .35

Por o t ro lado, Rovner, quien llevara a cabo estudios de colecciones l í t i c a s en dos regiones de l a penemula de Yucatán, DzibilchaltGn en l a costa norte, y Río Bec en la parte central, l o hacen adquirir un inter6s

30 Fred Nelson, David Phillips, Sr. y Aiñredo Barrera Ihlbio, "hace Elanent Analysis of Obsidian ñrtifacts f r m the Northern Maya Lowlands" , en Investigations a t Edzn?, Cawgeche, Mexim (Provo: New mr ld Archaerr logical Foundation, 1981), pag. 18.

31 Moholy-Nagy, "Obsidian a t Tikal"; con respecto a l-dzná y Cohá, véase Nelson e t al. , "Trace Eiement Analysis of übsidian Artifacts".

32 Nelson e t al . , "Trace ELement Analysis of CIbsidian Artifacts".

33 Hattula Moholy-Naqy, "Sgatial Distribution of Flint and übsidian ñrtifacts a t Tikal , Guat-lái', Maya Lithic Stuciies : Papers f rom the Belize Field Syotposius, T. Hester y N. Hammnd, eds. (San Antonio: Uni- versity of Texas Center for Archaeological Pesearch, 19821, pág. 96.

34 Véase W i l l i a m R. Coe, "A Distinctive Artifact Comraon t o Haiti and Central America", lDnerican Antiquity 22 (1957): 3: 280-82.

35 R. Wilk, "Microscopic Analysis o£ Qiipped Stone mols f r m Barton Ramie, British Honduras", Estudios de Cultura Maya 10 f 1976): 173.

la lírica de Murido Perdido, Tikal 131

e s p e c i a l en l o s artefactos de pedernal, considerándolo un recurso básico, l o que l o l leva a hacer canparaciones con Bel ice , donde l o s complejos i n d u s t r i a l e s parecen e s t a r dedicados a l a producción de i n s t m e n t o s de pedernal, confirmando l a importancia de e s t e recurso pa ra l o s ant iguos mayas. 36 Sin embargo, observa que sus colecciones presentan una marcada diferencia de e s t e material. 37

La ausencia de estudios detallados sobre fuentes de pedernal l o indujo a proponer t r e s zonas de abastecimiento del recurso para l a s t i e r r a s ba-

jas : l o s l í m i t e s e n t r e e s t a s zonas son meras especulaciones, por l o que se rán revisados nuevamente y quizá subdivididos en el futuro.38 La primera zona, denominada A , l a l o c a l i z a a l norte de l a costa de l a penrínsula de Yucatán, zona pobre en pedernal. La segunda zona, denominada B, es tá loca - lizada en l a par te central y sur de l a s t i e r r a s bajas y presenta productos que muestran una calidad regular para l a manufactura de hachas bifaciales y l a s c a s re tocadas. Por último, l a zona C, que s e encuentra en l a costa e s t e de Belice, es similar a l a B, pero se dis t ingue por su a l t a ca l idad de pedernal café y otros recursos (ver e l mpa 3) .

Reflexionando, podemos decir que l a s zonas propuestas por Rovner son de gran importancia para una determinación fact ible del abastecimiento de pedernal a nivel local, y un pos ib l e intercambio r eg iona l de recursos. S in embargo, querenos aclarar que l a muestra de pedernal de Mundo Perdido

es muy variada, ya que contamos con l a presencia de varias clases de dicho ma te r i a l , e n t r e e l l a s e l pedernal bandeado, s i n buidas, incoloro o con co lores d iversos que van d e l blanco n í t i d o ( s í l e x ) a l c a f é en varias

g-- E l ma te r i a l s e encuentra en dos formas: nódulos y productos termina-

dos cano cuchillos, puntas , hachas b i f a c i a l e s y o t r o s a r t e f a c t o s . E s probable que muchos de estos materiales sean locales y de l a s zonas B y C,

pues también contamos con l a evidencia de pedernal café, en forma de cuchi - 110s y puntas , que presentan una magnífica manufactura, l o cual s e puede deber en par te a una a l t a calidad del material empleado, s i n dejar de lado l a habilidad, destreza y creatividad del artesano a l e l a tx~ra r los .3~

36 "Lithic Sequences fran the Maya lowlands" . 37 Irwin Rovner, "Mava Lowlands Chert: Variations in Local Indus-

t r i e s and Re ional =-han& Systems", Revista mexicana de estudios antro- plóqícvs 27 77981): 2: 168.

38 ibvner, "Maya Lowlands Chert", pág. 169.

39 Rovner t r a t a l o concerniente a l a s zonas B y C en ''%ya lowlands Chert" .

mpa 3. ~ i s t r i b u c i ó n de yacimientos de pedernal.

Lo Iítico de Mundo Perdido. Tikal 133

Finalmente, pensamos que e l pc?deinal correspondiente a Mundo Perdido

pudo haber sido transportado de var ias fuentes, incluyendo dos de las zonas propuestas por Rovner. Una parte correspondería a la zona E, que se

encuentra a 188 kilómetros del s i t i o ; o t r a sería la zona C, que está a escasos 144 k i l h t m s del si t io. Aunque creemos que l a mayoría del mate-

r i a l es local, cabe la posibilidad de que se emplearan recursos de o t r a s zonas cercanas a Belice, en las montañas mayas.

Pensamos que los ar tefactos fueron manufacturados ?:n ¿?%U, es decir que e l material era transfomado en forma de nódulos y p re foms hasta Mundo Perdido, donde s e elaboraron. Hacanos esta aseveración basándonos en l a s ca rac te r í s t i cas propias del instrumental, cano se advierte en e l t i po de desechos para l a preparación de núcleos: l a presencia de lascas, navajas primarias y ot ros instrumentos que conservan córtex en ambas caras, además de una manufactura burda.

Ahora bien, desde e l punto de vista tecnológico nos prequntamos que si l a mayor parte del instrumental l í t i co era transportado en f o m de prc-

ductos terminados, ¿cuál sería l a necesidad de artesanos especialistas? y ¿qué papel jugaban en una sociedad tecnológicamente avanzada co~ca, son Tikal , üaxactún y otros? Habría que tanar en cuenta que la mayoría de los productos, como cuchillos y puntas, son frágiles y fáciles de fracturar, l o que implicaría un riesgo para su transporte tomando en cuenta l as

ca rac te r í s t i cas propias de la región. De acuerdo con los datos que tene- mos hasta hoy, no podemos asegurar l a existencia de espec ia l i s tas en l a manufactura de los diversos instrumentos, sean pulidos o tallados. NO obs - t an te , y de acuerdo con la técnica de trabajo, podanos decir que alg~wos de e l l o s (puntas, cuchillos y excéntricos) elaborados de obsidiana verde nos recuerdan e l t i p o de manufactura y técnica del centro de México, sin dejar de ser una probabilidad que será rectificada en un trabajo mayor.

Por Último, consideramos que e l conjunto de material l í t i co nos ofrece datos de gran importancia, los cuales deberán ser estudiados exhaustiva- mente, sobre todo en los casos de artefactos representativos de l a s fases Imix-Eznab, l o que deberá compararse cuantitativamente con e l resto del m a t e r i a l l í t i c o . Confiamos que a l es tudiar e l t o t a l de l a muestra podremos establecer un mayor número de instrumentos diagnósticos para cada

época, l o que nos permitirá conocer l as diversas actividades que realiza- ron los habitantes de Mundo Perdido, Tikal.