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NDICEDECONTENIDOS
ARTCULOS
Apuntes sobre la teora del valor
Rafael Arags Aliaga...........................................................5
Acerca de la tesis de Octavio Pazsobre el n de la idea de arte moderno
Jos Valero Martnez ...........................................................25
Peter Sloterdijk: experimentos con unomismo, ensayos de intoxicacin voluntaria
y constitucin psico-inmunitariade la naturaleza humana
Adolfo Vsquez Rocca.........................................................45
RESEAS
Del saber al poder en Foucault o de ciertasparejas y sus (des)aveniencias
Silvia Castro Garca.............................................................69
Vattimo contra la realidad
Lucas Daz Lpez..................................................................73
Equipo editorial:
Direccin: Lucas Daz Lpez,Guillermo Garca Urea.
Secretaria:Maria Beln CastanMoreschi.
Consejo de Redaccin: SilviaAndrs Balsera, Silvia CastroGarca, Hernn Matzkevich,Ana Mara Carmen Minecan,Abraham Orgaz Mndez, JuanJess Rodrguez Fraile, Josngel Valero Martnez.
Consejo Asesor: Santiago AlbaRico, Gabriel Aranzueque(UAM), Flix Duque (UAM),Carlos Fernndez Lria (UCM),Luis Fernndez Moreno (UCM),Juan Manuel Forte Monge(UCM), Juan Bautista FuentesOrtega (UCM), Miguel ngelGarca-Bar (UP Comillas),Pedro Lomba Falcn (UCM),Pablo Lpez lvarez (UCM),
Felipe Martnez Marzoa (UB),Fernando Ramprez Aldecoa(UCM), Antonio Rivera Garca(UM), Rogelio Rovira (UCM),Nuria Snchez Madrid (UCM),Julin Sauquillo (UAM), Jos LuisVillacaas Berlanga (UCM).
Publicacin de la Universidad
Complutense de Madrid.
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cuaderno.de.materiales@gmail.com
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Cuaderno de Materiales
Nmero 25 (Diciembre 2013)ISSN: 1139-4382Dep. Legal: M-15313-98
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ISSN: 1139-4382
5
La teora marxista del valor representa desde sus comienzos una de las mayores dicultades en
torno a la interpretacin de El Capital. Y sin embargo, la interpretacin (o malinterpretacin) de
este primer captulo suele condicionar en algunas ocasiones toda la lectura de la obra. De una no
siempre clara concepcin de la teora del valor-trabajo han surgido histricamente una multitudde interpretaciones a favor y en contra de Marx. Muchas de esas interpretaciones tienen sin em-
bargo en comn el plantear la argumentacin marxista en el terreno de la losofa en vez de en el
terreno de la economa o la ciencia social en general, como de hecho era la intencin del autor. La
temprana crtica de Eugen von Bhm-Bawerk al Capitaly la casi exclusin de esta obra del debate
de la ciencia econmica han llevado en buena medida a que la crtica econmica de Marx se haya
visto forzada a buscar su refugio en las facultades de losofa del mundo entero. Hubo y hay sin
embargo todava excelentes excepciones, como las de Rudolf Hilferding o Isaak Rubin, en buena
medida autores predecesores de la nueva Marx-Lektreen Alemania por parte de economistas ycientcos sociales como Hans-Georg Backhaus, Eckhard Hein o Michael Heinrich.
Resumen:La teora del valor es una de las cuestiones ms
complejas de la crtica marxista al modo de produccin
capitalista, y sin embargo, una pieza fundamental e
irremplazable del anlisis. En este artculo se expone una
interpretacin general de la teora as como una explicacin
de sus conceptos fundamentales: fetichismo de la mercanca,
medida, forma y sustancia del valor. La comprensin de la
teora del valor como una teora que expone la forma que
adopta el trabajo en una economa de mercado es la clave
de la explicacin propuesta en este artculo. Igualmente y,
en conexin con ello, se profundiza en el signicado de la
crtica de la economa poltica que realiza Marx.
Palabras clave:mercado, valor, fetichismo de la mercanca,trabajo.
APUNTESSOBRELATEORA
DELVALORDEMARX
Rafael Arags Aliaga
Abstract:The theory of value is one of the most difcult
issues in the Marxist criticism of capitalism, and yet, a
fundamental and irreplaceable part of the analysis. In this
article I present a general interpretation of the theory aswell as an explanation of its main concepts: commodity
fetishism, measure, form and substance of value. The
understanding of the theory of value as a theory, which
explains the form that the labour adopts in a market
economy, is the key of the interpretation proposed in
this article. Equally and in connection to it I analyse the
signicance of the critique of political economy that Marx
realises.
Keywords:market, value, commodity fetishism, labour.
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Rafael Arags Aliaga
1. CRTICADELAECONOMAPOLTICA
Sin pretender negar el status losco del Capital, es necesario insistir igualmente en que
Marx pretenda con su obra hacer una crtica de la economa poltica; que por tanto, su
obra entra en discusin irremediablemente con economistas clsicos y que sus argumen-
tos y su signicado no pueden resolverse exclusivamente a partir de la tradicin losca(sea hegeliana o no). Una pregunta que nos puede guiar en la lectura del Capitales en qu
consiste pues la crtica marxista a la economa. La primera respuesta, a mi entender co-
rrecta, que se encuentra al alcance de cualquier conocedor de la tradicin marxista, dice
as: la crtica principal que Marx realiza en el Capitala la economa clsica es la revelacin
de que todo benecio, todo plusvalor, sea en la forma que sea (ganancia, renta de tierra,
inters...) proviene de la explotacin del trabajo. ste es, sin duda, el principal resultado
de por lo menos el primer libro del Capital: la conciencia cientca de la clase trabajadora
de su situacin de explotacin.
Pero la crtica a la economa poltica por parte de Marx tiene tambin otras consecuen-
cias, que quizs no sean tan importantes para la lucha poltica como sta ltima, pero
que son fundamentales para el desarrollo argumentativo de la exposicin marxista de la
economa capitalista. La crtica a la economa poltica signica una crtica a las categoras
de la economa poltica, a aqullos conceptos como valor, capital, trabajo o renta, que la
ciencia econmica a nales del siglo XIX y todava hoy en da, en pleno siglo XXI, toma de
la economa real o del sentido comn sin investigacin previa alguna. Es decir, el econo-mista acrtico, diramos, toma conceptos como el del valor de un determinado producto,
sin preguntarse ni por los lmites de ese concepto, ni por aquello que justica tomar ese
concepto como uno bsico de su ciencia en vez de otro. Que Marx por el contrario realice
una crtica a las categoras de la ciencia econmica signica por tanto no solamente que
Marx dena esos conceptos de una determinada manera, por ejemplo, relacionando valor
con trabajo, o capital con explotacin. Signica ms all y sobre todo, que Marx investiga
porqu se utilizan estos conceptos mismos, en qu reside su uso, y cules son sus lmites
de aplicacin. Una diferencia fundamental por tanto entre la economa poltica burguesa
y la crtica marxista consiste en que Marx no slo nos dene el valor de un producto con
respecto al trabajo materializado en l esto, en denitiva, ya lo haba sostenido Ricardo
, sino que Marx explica, en general,por quse habla si quiera de valor de un producto
y bajo qu condiciones tiene sentido este trmino.
Desde Isaak Rubin sabemos que la estructura fundamental de esta crtica de la econo-
ma poltica se encuentra descrita, aunque no exclusivamente, en el ltimo apartado del
primer captulo del Capital: el fetichismo de la mercanca.(1)
El fetichismo de la mercancatiene una importancia para la interpretacin del Capitalque supera la de un mero excurso
(1) Cfr. RUBIN1974.
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Apuntes sobre la teora del valor de Marx
socio-cultural, ms o menos original, pero que nada tiene que ver con la crtica econ-
mica de Marx. Muy al contrario, la crtica econmica de Marx consiste precisamente en
su ncleo fundamental en el descubrimiento del carcter fetichista de la economa de
mercado y, por extensin, de la economa capitalista. En ese texto se pone de maniesto
cmo el comienzo argumentativo marxista es a partir del trabajo, cmo, aun a pesar deque la exposicin comience por la mercanca, es el trabajo el punto de partida de la in-
vestigacin, un punto de partida completamente abstracto, la actividad primera de toda
sociedad dicho de manera general, y cmo se trata de averiguar cul es la forma que el
trabajo adopta en la sociedad capitalista.
El mtodo cientco de partir de las categoras ms abstractas y generales a las ms
concretas ya haba sido expuesto por Marx como el mtodo de la crtica de la economa
poltica, como el modo en el que el pensar en general se hace cargo de su objeto. La intro-
duccin a la Contribucin a la crtica de la economa polticade 1857 haba dejado claro estehecho(2): lo concreto es tal, porque resulta de la unicacin de mltiples determinaciones.
Es una unidad de lo mltiple, que en la exposicin racional ocupa siempre el lugar de un
resultado. Aunque el valor de cambio sea por tanto el punto de partida desde una pers-
pectiva real o cotidiana, en la que el valor de cambio es lo que est presente, no puede
sin embargo constituir el punto de partida de la ciencia, ya que las categoras concretas
presuponen una multitud de conceptos mucho ms abstractos que han de ser claricados
previamente.
Si bien lo ms abstracto, la sociedad y el trabajo como su actividad primaria, es el punto
de partida, se trata inmediatamente en una exposicin crtica de la economa capitalista
de investigar, cul es la forma concreta que la sociedad y el trabajo adoptan en este modo
de produccin. Para ello, Marx parte nuevamente de una abstraccin: de la produccin
de mercancas, lo que nosotros hoy en da llamaramos la economa de mercado, en este
punto independientemente de las condiciones capitalistas. Esta descripcin de la socie-
dad de mercado, que constituye una abstraccin metodolgica respecto al capitalismo, se
extiende a mi entender durante toda la primera seccin del Capital. En ella se encuentra laexposicin de la teora del valor.
La organizacin de la produccin social en una economa de mercado corre a cargo de
productores privados e independientes de mercancas. En una economa de mercado no
existe ninguna institucin que regule directamente la produccin de la sociedad, sino
que cada productor de mercancas es una empresa libre e independiente, que se ocupa de
su inters y decide libremente sobre el tipo y la cantidad de bienes que quiere producir.
La produccin social aparece por tanto en una sociedad as como desmembrada en una
multitud de clulas productivas, de tal manera que tendra sentido preguntarse, cmo es
(2) Cfr. MEW 13: 631-633.
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est denitivamente acabado. Esto es: las distintas secciones ocupan determinadas posi-
ciones y entran en relacin unas con otras a raz de un plan consciente y concreto.
Dividamos ahora las diferentes secciones de nuestra empresa automovilstica en em-
presas privadas. Todas producen, como antes, piezas de automviles, de tal manera que
el producto nal sigue siendo un automvil. Pero ahora son entes privados, productoresindependientes, que entran en relacin solamente a travs del mercado. Una empresa
produce por tanto ruedas ya no con el n de, en cooperacin con otras secciones, fabricar
automviles, sino simplemente para vender sus productos como mercancas en el merca-
do. Como productor de mercancas su objetivo es la venta de stas y por ende le es indife-
rente el que su comprador sea un empresario automovilstico o no. A la empresa le intere-
sa, simplemente, que su comprador sea propietario de mercancas, en especial de dinero.
Nuestro nuevo productor de mercancas es independiente y libre y no se encuentra en
relacin determinada y ja con nadie ms que consigo mismo. l entra en relaciones deproduccin con otros solamente en la medida en que ambas partes son propietarias de
mercancas y las intercambian.
Las relaciones de produccin dentro de la sociedad siguen siendo, debido a la divisin
social del trabajo, necesarias para producir bienes. Para producir un automvil sigue sien-
do necesario ensamblar las diferentes piezas. Para poner alimentos a disposicin de los
consumidores es necesario unir tierra, trabajadores, camiones para transporte, edicios,
etc. Sin embargo, en la economa de mercado, estas relaciones de produccin, que coordi-
nan y unican los diferentes elementos de la produccin, toman la forma de intercambio
de cosas. Es decir, toda relacin de produccin se realiza a travs de un intercambio de
objetos, de mercancas, de tal forma que es la posesin de objetos lo que posibilita a los
productores entrar en relacin entre s. A raz de este hecho se produce una cosicacin
de las relaciones de produccin, que aparecen como propiedades de los objetos: la cosa
tiene la propiedad especial de poner en relacin a su poseedor con otros. Como en toda
otra sociedad es una condicin para la produccin que los distintos factores de sta, a
saber, tierra, trabajo y medios de produccin entren en contacto. Pero es especco de laeconoma de mercado, el que estos factores se encuentren entre s a travs de propietarios
de mercancas y por medio del intercambio de mercancas. As, la produccin comienza
solamente cuando el capitalista compra fuerza de trabajo y tierra en le mercado. En la
economa mercantil, la nica manera de entrar en relacin de produccin con otras per-
sonas es por medio de la propiedad de cosas.
ste es el punto clave del fetichismo: que en la economa de mercado se cosican rela-
ciones sociales y se personican objetos; que las cosas tienen supuestas propiedades, pro-
piedades que no son ms que sociales, que en el fondo corresponden con el carcter de laproduccin de mercancas en las que las cosas se encuentran. Esas supuestas propiedades
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Rafael Arags Aliaga
son en realidad expresin de relaciones sociales. Por ello escribe Marx concretamente en
relacin al valor en la Contribucin a la crtica de la economa poltica: De suerte que si es
justo decir que el valor de cambio es una relacin entre las personas, se debe agregar: una
relacin disimulada bajo la envoltura de cosas.(4)El valor es por tanto una relacin entre
los diferentes trabajos dentro de la sociedad, una relacin que adopta una forma cosi-cada. Esta es la razn por la que Marx puede decir provocativamente, que la armacin
de que el trabajo es la nica fuente de valor es una tautologa.(5)Pues, como veremos ms
adelante, el valor no es otra cosa que la forma social que el trabajo adopta en la economa
de mercado.
Dado que la posesin de cosas es condicin para entrar en relaciones de produccin,
se explica el porqu necesariamente en la economa de mercado la cosa aparece como re-
vestida de propiedades sociales. Esas propiedades no son ms que expresin de relaciones
sociales. La relacin de produccin se cosica como propiedad de un objeto: valor, capi-tal, renta, inters... todos ellos son conceptos, que en primera instancia hacen referen-
cia a propiedades atribuibles a cosas, pero que esconden en el fondo relaciones sociales.
De esta manera, buena parte de las categoras de la economa poltica son relaciones de
produccin entre individuos que se ven cosicadas en virtud de las caractersticas de la
economa mercantil. La economa poltica, en su vertiente marxista, tiene por tanto como
tarea realizar una crtica a estas categoras, que se presentan en primera instancia como
naturales. La crtica consiste, en trminos generales, en primer lugar en explicar cmo
esas categoras no son naturales o eternas, sino que pertenecen esencialmente a una for-
ma determinada de produccin, la mercantil, y se originan a partir de ella, y en segundo
lugar, en desenmascarar las relaciones sociales que se esconden detrs de esas supuestas
propiedades objetivas de las cosas.
Este planteamiento de la cuestin por parte de Marx marca una importante diferencia
con respecto a la economa burguesa, lo que nosotros hoy conocemos como la economa
delstablishment. Y sta es, bajo mi punto de vista, una de las razones ms importantes que
explican por qu muchos crticos de la teora marxista del valor la malentienden funda-mentalmente. Por un lado, para ellos la forma del valor, el aspecto cualitativo de ste, es
completamente desconocida. Por otro lado, reducen la medida del valor, el aspecto cuan-
titativo del mismo, a una mera explicacin de las proporciones del intercambio de mer-
cancas. De esta manera no llegan a comprender el sentido principal de la teora marxista
del valor como una investigacin de la forma que adopta el trabajo en la economa mer-
cantil. Al no entender este punto central, se contentan con formular agudos argumentos
que, en el fondo, ni siquiera rozan el ncleo fundamental de las ideas de Marx en este
punto. Estos conocidos argumentos suelen basarse en encontrar contra-ejemplos sacados(4) MARX1989: 17. Cfr. tambin MEW 13: 21.(5) Cfr. MEW 13: 21.
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Apuntes sobre la teora del valor de Marx
de productos de la naturaleza, en los cuales no se puede decir de ninguna manera que su
valor corresponda con el trabajo invertido en ellos. Se dice y repite hasta la saciedad como
crtica a la teora del valor-trabajo que productos muy valiosos como el agua, la tierra, las
minas o la lea del bosque no pueden medir su valor con respecto al trabajo invertido en
ellos, pues no son productos del trabajo. En todos estos contra-argumentos se encuentrasiempre la suposicin de que la tarea de la teora del valor de Marx consiste principalmen-
te en la explicacin de las proporciones del cambio entre mercancas. Slo de esta manera
puede uno llegar a la conclusin de que el precio de un terreno contradice la teora mar-
xista del valor, ya que en l no hay trabajo humano alguno cristalizado. A este respecto, lo
principal es entender que desde el punto de vista de la teora marxista del valor el suelo
y otros productos naturales no tienen ningn valor. Esto, a pesar de que a primera vis-
ta parezca sorprendente, es una armacin perfectamente justicada y racional. Hemos
visto ya que cada categora econmica representa simplemente la forma cosicada de unarelacin social de produccin. El mtodo de cada ciencia, y tambin por ende el de la cien-
cia econmica, tiene la obligacin de distinguir cuidadosamente fenmenos diferentes
con ayuda de conceptos y anlisis diferentes, a n de evitar confusiones. En nuestro caso,
el valor es la forma cosicada, social, de las relaciones de produccin entre productores
de mercancas: es la forma general del trabajo en la economa mercantil. Las relaciones
de produccin concretas unican y coordinan las diferentes actividades laborales de los
productores de mercancas, y esta funcin se encuentra en el valor de las mercancas co-
sicada. Si bien es cierto que el suelo est disponible en el mercado para el intercambio y
se le otorga un precio, sigue sin ser producto del trabajo. El precio del suelo ni regula ni
unica el trabajo que se realiza en su rama con el resto del trabajo social, ya que no existe
nada parecido a una produccin de suelo. El suelo, igual que otros recursos naturales,
son factores importantes en la produccin y juegan naturalmente un papel fundamental,
pero la compra-venta de suelo corresponde a una relacin de produccin completamente
distinta a la compra-venta de productos del trabajo. Por este motivo es necesario que la
ciencia se haga cargo de esta diferencia fundamental mediante un concepto diferente delde valor. Aunque el suelo tenga precio, no tiene valor y no es objeto de la teora del valor.
La relacin social que se esconde detrs de la propiedad del suelo tiene unas caractersti-
cas propias que han de ser estudiadas en un anlisis aparte, el de la teora de la renta del
suelo. El hecho, por tanto, de que los crticos de Marx intenten plantear contra-ejemplos
as, deja en evidencia lo poco que delimitan ellos mismos sus conceptos, en este caso el
de valor, y hasta qu punto los asumen acrticamente provenientes del sentido comn.
Tras estas consideraciones generales introductorias a la teora del valor, podemos pasar
ahora a un anlisis un poco ms detallado de la misma. Segn presenta Marx el concepto
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Rafael Arags Aliaga
de valor en el Capital, es necesario distinguir en l tres aspectos diferentes: medida, forma
y sustancia del valor. En lo que sigue tratamos en concreto cada una de estas distinciones.
2. MEDIDADELVALOR
Sin una distribucin del trabajo entre las diferentes ramas de la produccin una eco-noma de mercado es insostenible. Tal economa se encuentra siempre en tensin entre
dos polos. Por un lado, la economa mercantil se encuentra, debido a la divisin social
del trabajo, unicada en un todo. En este sentido, las distintas partes del tejido social se
encuentran interconectadas y se condicionan mutuamente. Por otro lado, la propiedad
privada y la independencia de los productores fragmentan la sociedad en una multiplici-
dad de clulas productivas atomizadas. Slo resta un nico proceso, mediante el cual la
economa mercantil se reunica: el intercambio de productos. Mediante el intercambio
se conectan y coordinan las distintas actividades de los productores de mercancas. Pues
el trabajo de uno inuye en el trabajo de los dems mediante el movimiento de los precios
en el mercado, un movimiento que, abstrayendo tericamente de condiciones capitalis-
tas, es regulado por la ley del valor. La ley del valor arma que el precio de un producto
oscila y tiende a mantenerse alrededor de un punto medio, su valor, y que ste, su valor,
viene determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario invertido en tal pro-
ducto. El valor es por tanto la conexin social entre los distintos productores privados.
Desarrollemos un poco ms este punto.Los productores intercambian regularmente los productos de su trabajo en el mercado,
de manera que no se trata ni mucho menos de un fenmeno arbitrario, que ocurra de vez
en cuando, sino de un proceso social continuo. Cada uno intercambia sus mercancas por
una cantidad dada de otras mercancas o, una vez supuesto un intercambio suciente-
mente desarrollado, por una cantidad concreta de dinero. Por supuesto, ninguno es libre
de determinar a placer la cantidad de dinero por la que l cambia sus mercancas. Esta
proporcin viene dada por el mercado. Cada uno ha de aceptar las condiciones del mismo,
que en unas ocasiones pueden serle favorables, en otras, sin embargo, no. En cualquiercaso, estas proporciones del cambio no son nunca arbitrarias. Los precios uctan, den-
tro de un perodo relativamente largo de tiempo, siempre en torno a un valor medio. Hay
que tener en cuenta que, sin este valor medio o, dicho de otra forma, sin esta regularidad
de los precios, ni la ciencia econmica ni la economa real misma seran posibles, pues el
caos predominara en la sociedad. Esta regularidad en los precios, que se explica con el
concepto de valor, logra la unidad y organizacin en la produccin social de los distintos
miembros. Recordemos que unidad y orden en la produccin no estn dados de antema-no, no en una economa mercantil, sino que surgen primeramente en el mercado, de tal
manera que es all donde el proceso productivo se regula. Las uctuaciones en los precios
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en torno al valor regulan el trabajo de los productores y reparten la totalidad de la masa
de trabajo social entre las diferentes ramas. La cada del precio de la mercanca A bajo su
valor obliga a los productores a disminuir la produccin. Y viceversa, la subida del precio
de una mercanca sobre su valor implica un incremento de la produccin de sta. Las va-
riaciones en los precios suponen una reorganizacin del trabajo social.Segn Marx, la venta de las mercancas segn su valor corresponde con un estado de
equilibrio del mercado.(6)Este equilibrio de mercado corresponde a su vez con un equi-
librio en el reparto del trabajo social entre las distintas ramas de la produccin. En esta
situacin, cada productor entrega a la sociedad la misma cantidad de trabajo, en forma de
productos, que l recibe de ella, igualmente en forma de productos. Este equilibrio entre
ramas dentro del trabajo social se encuentra en el punto en el que la cantidad de trabajo
invertido en una mercanca es equivalente a la socialmente necesaria, lo que depende en
ltima instancia del estado y la distribucin de las fuerzas productivas en la sociedad. Elvalor adquiere la funcin de establecer el equilibrio entre ramas de la produccin, en la
medida en que todo desequilibrio se traduce en un desequilibrio de precios, el cual a su
vez provoca una tendencia de vuelta al valor medio. En este sentido, uno de los objetivos
de la teora del valor es investigar las leyes de distribucin del trabajo en la economa de
mercado, en la medida en que clarica la regularidad en el cambio de productos del tra-
bajo.
La teora del valor reposa, por tanto, en su aspecto cuantitativo, en el concepto de
trabajo socialmente necesario. Cuando toda mercanca es intercambiada segn su valor,
tenemos un estado de equilibrio entre las distintas ramas de la produccin, de manera
que no existe ninguna transferencia de trabajo social entre ellas. Este punto de equilibrio
se explica gracias al concepto de trabajo socialmente necesario. El valor de una mercan-
ca, aquello que marca el punto de equilibrio de la produccin de esta mercanca con
respecto al resto del trabajo social, se encuentra determinado por la cantidad de trabajo
que en una sociedad dada es necesario para la produccin de tal mercanca. Tal cantidad
se mide en tiempo de trabajo y depende, como es conocido, de la evolucin de las fuerzasproductivas. En consecuencia, slo puede tener lugar un cambio en el valor de una mer-
canca cuando las condiciones tcnicas de su produccin se vean modicadas. Tras una
guerra, por ejemplo, pueden encontrarse las fuerzas productivas de un pas extremada-
mente daadas (vas ferroviarias o carreteras deterioradas, fbricas destruidas, medios
de comunicacin inservibles etc.), y de esta manera incrementarse el tiempo de trabajo
necesario para la produccin de una mercancas. Por el contrario, la introduccin de me-
joras tcnicas como el desarrollo de aparatos electrnicos o informticos, as como una
(6) Cfr. MEW 25: 197.
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Apuntes sobre la teora del valor de Marx
cialmente necesaria pierden en el reparto de la plusvala total. La diferencia entre valor
individual y valor comercial es por tanto importante, ya que supone una motivacin para
el progreso tcnico.
Para que el valor comercial surja a partir de diferentes valores individuales es necesa-
rio que se den las condiciones generales del mercado: la libre competencia.(8)
Y la pregun-ta por el surgimiento del valor comercial a partir de valores individuales es en el fondo la
pregunta sobre cmo diferentes trabajos privados se igualan en un trabajo socialmente
necesario. Segn Marx, el valor comercial tiende a igualarse con el valor individual de la
mayora de las mercancas producidas de un tipo.(9)Cuando la mayor parte de las mercan-
cas proviene de empresas con una productividad alta, el valor comercial tiende a igua-
larse con el valor individual de las mercancas producidas por ellas. Si por el contrario
son las empresas con baja productividad las que proporcionan al mercado la mayora de
las mercancas, entonces el valor comercial tiende al valor individual de las mercancasproducidas en peores condiciones. El trabajo socialmente necesario es por tanto aqul que
proporciona la mayor parte de las mercancas al mercado, y puede acercarse tanto al ms
productivo como al menos, dependiendo de cual sea el mayoritario. El trabajo que domina
en una rama es el que determina el trabajo socialmente necesario en ella y el valor de sus
mercancas por su parte el que determina en mayor medida el valor comercial.
Pasemos por ltimo a analizar brevemente cual es el papel de la oferta y la demanda
dentro del aspecto cuantitativo del valor. El precio de un artculo determinado puede
ser mayor o menor que su valor debido respectivamente a una demanda o una oferta
excesivas. En este punto, lo fundamental es comprender que los movimientos de oferta
y demanda y su efecto en los precios son fenmenos que, segn Marx, han de explicarse
por medio de la regularidad del valor y no al contrario, es decir, el valor a partir de las
uctuaciones de oferta y demanda.
Si, por tanto, demanda y oferta regulan el precio de mercado o ms bien lasdesviaciones de los precios de mercado respecto al valor de mercado, as mismo elvalor de mercado regula, por otro lado, la relacin entre demanda y oferta o el centro,
entorno al cual las uctuaciones de demanda y oferta hacen oscilar a los precios demercado.(10)
La demanda no est simplemente determinada por la necesidad dada, sino tambin por
el precio de las mercancas y por el poder adquisitivo de los consumidores. Es decir, exis-
ten tres denitores de la demanda: necesidad social, poder adquisitivo y precio de las
(8) Cfr. MEGA II/15: 180.
(9) Cfr. MEGA II/15: 182s.(10) MEGA II/15: 181, traduccin ma. Original alemn: Wenn daher Nachfrage und Zufuhr den Marktpreisregulieren, oder vielmehr die Abweichungen der Marktpreise vom Marktwerth, so reguliert andrerseits der Mark-twerth das Verhltnis von Nachfrage und Zufuhr oder das Centrum, um das die Schwankungen der Nachfrage undZufuhr die Marktpreise oscilliren machen. Cfr. tambin MEGA II/15: 187.
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mercancas.(11)Si suponemos una necesidad social determinada y un poder adquisitivo,
la demanda es inversamente proporcional al precio de las mercancas. Cuanto ms alto
es el precio, menos compradores hay, hasta llegar a un tope en el que la mercanca slo
se compra por una lite. Al contrario, cuanto ms bajo es el precio, ms compradores
hay, hasta el tope en el que un precio ms bajo no supone una mayor venta. Entre ambosextremos existe una innidad de precios posibles con su correspondiente demanda, de
tal manera que debemos acudir al valor para orientarnos en la determinacin del precio
real, en torno al cual las mercancas se encuentran. Supongamos que el tiempo de trabajo
socialmente necesario para la produccin de un artculo es una hora y que una hora de
trabajo se representa en cinco dlares.(12)Cinco dlares es por tanto el precio medio de
nuestro producto, y todos los dems sern slo precios pasajeros. Pues un precio menor
que se mantenga en el tiempo producir una disminucin de la oferta debido a las prdi-
das, un movimiento de la masa de trabajo social desde esa rama a otras de la producciny un incremento del precio hasta su valor. Y por el contrario, un precio ms alto que se
mantuviese en el tiempo implicara una mayor plusvala, atraera produccin y causara
un aumento de la oferta, lo que hara bajar al precio al nivel del valor. Las fuerzas produc-
tivas marcan el tiempo socialmente necesario para la produccin de una mercanca, lo
que explica el valor de mercado de sta, entorno al cual el precio ucta y para el que el
juego entre oferta y demanda est dado. Es decir, el valor determina en ltima instancia
el precio de la mercanca y, a travs de l, la oferta y la demanda de sta, y no al revs.
Supongamos que la demanda para una determinada mercanca aumenta. Esto es lo mis-
mo que decir que ahora ms personas quieren comprar nuestro producto a un precio ms
alto. Esto es, a cada posible precio de nuestra mercanca se le atribuye ahora un nmero
mayor de compradores. Dado que la oferta y los costes de produccin permanecen inva-
riables, los productores consiguen un benecio extra por esta situacin. Esto les lleva a
ampliar la produccin hasta que el equilibrio con otras ramas se recupere. Se crea una
oferta ampliada para la nueva demanda y el precio vuelve de nuevo a acercarse al valor.
Esto es, un aumento o disminucin de la demanda pueden ocasionar una ampliacin oreduccin de la produccin, o sea, que ms trabajo social se dedique a la produccin de un
determinado artculo, pero no modican en nada el valor real del producto, que se sigue
explicando partiendo de las condiciones tcnicas de produccin.
3. LAFORMADEVALOR
La teora marxista del valor no parte, como ya hemos visto, de una consideracin abstrac-
ta del fenmeno del intercambio, sino ms bien de una forma social concreta, la economa(11) Cfr. MEGA II/15: 188.(12) Se entiende: que el producto de una hora de trabajo de esta mercancas concreta son 5 dlares, no que sean
5 dlares, lo que el trabajador cobra por una hora de trabajo.
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de mercado, e investiga dentro de este tipo de economa la forma que adopta el trabajo
social. Slo partiendo del trabajo pueden explicarse los fenmenos econmicos principa-
les: valor, ganancia, salario, precio, capital etc. La teora del valor es una teora general del
trabajo dentro de la economa mercantil y no una investigacin metafsica sobre el valor
puro de un producto. Pues el valor mismo es una categora que pertenece especcamentea la economa mercantil. El objetivo de Marx no es por tanto aclarar el valor de una cosa
en general, como tampoco es su resultado, el que el valor de una cosa en abstracto sea el
trabajo invertido en ella. Se trata, al contrario, de ver cmo necesariamente los productos
del trabajo aparecen dentro de la economa mercantil como productos de valor y cmo
esto se basa en el hecho de que las relaciones sociales de trabajo se cosican en propieda-
des de los productos del mismo.
Por ahora nos hemos ocupado del aspecto cuantitativo del valor. Hemos visto que el
valor, en tanto que tiene una medida determinada, es el regulador de la distribucin deltrabajo en la sociedad. Pero para Marx el valor no es slo eso; existe otro aspecto igual-
mente importante, el de forma de valor. No todo trabajo crea valor, de la misma manera
que no toda distribucin del trabajo se realiza mediante el intercambio de los productos
del mismo. El trabajo creador de valor es trabajo tomado en una determinada forma so-
cial. Pensemos en un producto cualquiera, por ejemplo, una mesa. Podramos decir que la
mesa est hecha de madera, es grande, redonda y cuesta treinta euros, y con ello pensar
que hemos nombrado cuatro caractersticas suyas. Sin embargo, la ltima de esas carac-
tersticas se distingue fundamentalmente de las otras tres. Las tres primeras caracteri-
zan la mesa como un objeto material, segn ha sido construido, como algo que, adems, es
til. Pero la ltima caracterstica es de naturaleza completamente distinta. Ella no nos da
informacin alguna sobre la mesa misma, sino que arma que sta cuesta treinta euros,
que es una mercanca, que ha sido producida por un productor independiente, que le
pertenece a l, que ste se encuentra con otros productores en relacin de intercambio y
que todo se engloba en una economa mercantil. Los treinta euros nos informan no tanto
sobre la cosa cuanto sobre la relacin de produccin en la que su poseedor se encuentrarespecto a otros individuos. El resultado de Marx no es por tanto la conclusin de que el
trabajo crea valor, sino la respuesta a la pregunta acerca de qu trabajo crea valor, cmo y
por qu el trabajo creador de valor es una forma social especca de trabajo.
La distincin entre el trabajo en sentido tcnico o general y su forma social concreta
es tratada por Marx en el carcter doble del trabajo, el punto, segn l, entorno al cual
gira la comprensin de la economa poltica.(13)La forma de valor es la caracterstica fun-
damental de la intercambiabilidad de los productos del trabajo, es la forma mercanca,
la cual adoptan los productos en una sociedad mercantil. Forma social de mercanca y
(13) Cfr. MEGA II/6: 75.
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forma de valor o forma de la intercambiabilidad son por tanto una y la misma cosa.(14)El
valor, por tanto, y es importante recalcarlo, no es idntico con el trabajo. El valor es la for-
ma de intercambiabilidad, la forma social que el trabajo adopta en la economa mercantil.
Esta forma social implica que el producto del trabajo privado es intercambiable con todos
los dems productos. La forma de valor tiene por tanto como rasgo fundamental la igua-lacin de todos los productores y sus productos. Todo producto del trabajo es mercanca
y, por ende, intercambiable por cualquier otro producto. Ms an: todo trabajo privado
es trabajo productor de mercancas y, en esta medida, conmensurable e igualable a cual-
quier otro trabajo. La forma valor o forma mercanca supone la igualacin de todos los
trabajos concretos de la sociedad.
Contra este punto se dirige una de las crticas ms famosas y recurrentes de la escue-
la neoliberal a la teora marxista del valor. La crtica la formul por primera vez Eugen
von Bhm-Bawerk al respecto de la exposicin del comienzo del Capital.(15)Segn Bhm-Bawerk, Marx concibe al comienzo de su exposicin todo intercambio como una ecuacin
y procede a buscar el factor comn que reside en ambas partes. Esta concepcin del inter-
cambio es para Bhm-Bawerk irreal y completamente errnea, pues donde hay igualdad
y equilibrio exacto, ningn intercambio es susceptible de ocurrir para desequilibrar la
balanza.(16)Si se produce por tanto un intercambio, esto indica ms bien que se parta de
una desigualdad, que motiv tal intercambio en primer instancia. Si bien el argumento
parece a primera vista muy sagaz, tanto ms estril se revela tras pensarlo detenidamen-
te. El argumento parte desde el punto de vista de un intercambio individual, y explica,
que si dos individuos intercambian sus productos, es porque tienen una motivacin para
ello. El propio Marx conoca este tipo de argumentos y se hace cargo de ellos en el Capital.
Detrs de ellos se esconde, en el fondo, la pretensin de explicar la fuente del plusvalor
simplemente gracias al intercambio de mercancas, el intento de maquillar el carcter
explotador de la economa capitalista, y en ellos se mezclan siempre valor de uso y valor
de cambio. Condillac explicaba ya que el valor de las cosas consiste simplemente en su
relacin con nuestras necesidades, que, por tanto, es algo dependiente del sujeto. Lo quevale mucho para alguien, vale para otra persona muy poco. Y lo que no tiene valor para
nosotros, eso lo intercambiamos por algo que s lo tiene. El intercambio es por tanto el
proceso en el cul dos personas se deshacen de productos que tienen poco valor para
ellas y adquieren otros de mayor valor. Se ve claramente como, y esto ya lo indica Marx,
en esta teora se supone inocentemente que en una economa mercantil con una divisin
del trabajo fuertemente evolucionada, los productores de mercancas, sin embargo, se
(14) MEGA II/5: 38. Traduccin ma. Original alemn: Gesellschaftliche Form der Ware und Wertform oderForm der Austauschbarkeit sind also eins und dasselbe.(15) Cfr. BHM-BAWERK1949: 68.(16) Ibidem, traduccin ma. Original ingls: where equality and exact equilibrium obtain, no change is likely
to occur to disturb the balance.
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bastan a s mismos para producir sus medios de subsistencia y slo intercambian aque-
llo que les sobra, esto es, aquello que tiene poco valor para ellos. Esta suposicin es por
supuesto completamente ajena a la realidad de la produccin mercantil y contradictoria
con la divisin social del trabajo que sta implica. A los productores de mercancas no les
sobran sus productos de ninguna manera: sin ellos, en efecto, no podran obtener de losdems las mercancas que necesitan para subsistir. Si bien, como explica Marx, el valor de
uso no es til para el productor de mercancas, s lo es su valor de cambio o su forma en
dinero. Si no, no la vendera.(17) Ya sea para satisfacer directamente sus necesidades o para
intercambiarla por otras, la mercanca es siempre til para su vendedor. Y, en cualquier
caso, si ambas partes se llevaran ms valor por menos valor, ambas acabaran llevndose
lo mismo. Condillac y, despus, Bhm-Bawerk mezclan valor de uso y valor de cambio. Que
un producto sea til para satisfacer las necesidades de otros individuos es una condicin
necesaria para que sea mercanca. Pero la simple utilidad de un objeto no explica su inter-cambiabilidad con otras mercancas, no explica el hecho de que tenga un valor de cambio.
El campesino medieval tambin produca productos tiles para su seor feudal o para la
Iglesia, pero no los intercambiaba con l por otros, sino que los entregaba sin ms. El va-
lor de cambio de una mercanca no se explica por tanto por su utilidad para otros, pues
es un fenmeno que depende exclusivamente de la estructura de la economa mercantil.
Los productos del trabajo, por tanto, no tienen valor de cambio debido a su utilidad para
otros, sino debido a que son productos de trabajo privado dentro de una produccin de
mercancas. Dado que el valor de cambio de una mercanca no depende exclusivamente de
la utilidad que sta tenga para cada comprador, sino que es un valor de cambio concreto
que hace intercambiable a la mercanca con todas las dems, se ve claramente que el valor
de cambio es consecuencia de la forma general de valor o forma de intercambiabilidad
entre todos los productos del trabajo. Esta forma hunde sus races en la estructura de
la economa de mercado misma como una economa compuesta por productores libres,
independientes e iguales. La igualdad entre mercancas es la expresin cosicada de la
igualdad social entre los productores. Por eso arma Marx que el secreto del valor esten la igualdad entre los hombres y que esta igualdad entre todos los hombres ha de estar
extendida lo sucientemente, como para que el producto de sus trabajos privados sea
considerado equivalente, intercambiable y, por tanto, mercanca.(18)
4. SUSTANCIADELVALOR
En la forma general de valor se expresa la igualdad de los distintos trabajos privados de
la sociedad. Slo en la medida en que sus productos adquieren esta forma de la intercam-(17) Cfr. MEW 23: 174.(18) Cfr. MEW 23: 74.
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biabilidad se convierten los trabajos privados en sociales. En el mercado, los productores
de mercancas igualan sus trabajos mediante el intercambio de sus productos como co-
sas de valor. No lo saben, pero lo hacen.(19)Este paso de trabajo privado a trabajo social
consiste en una abstraccin de todas las propiedades concretas de cada actividad laboral
y desemboca en el concepto de trabajo abstracto. El trabajo abstracto es, segn Marx, lasustancia del valor.
La explicacin ms popularizada del concepto de trabajo abstracto suele consistir mu-
chas veces en un parafraseo del texto de Marx del primer captulo del Capital. As, se en-
tiende el trabajo abstracto como el puro gasto de energa humana en sentido siolgico,
como gasto de msculos y cerebro. El mismo Marx da pie a tal interpretacin del trabajo
abstracto cuando escribe:
Si se prescinde del carcter determinado de la actividad productiva y por tanto del
carcter til del trabajo, lo que subsiste de ste es el ser un gasto de fuerza de trabajohumana. Aunque actividades productivas cualitativamente diferentes, el trabajo delsastre y el del tejedor son ambos gasto productivo del cerebro, msculo, nervio, mano,etc., humanos, y en este sentido uno y otrosontrabajo humano.(20)
sta y otras armaciones parecidas pueden despertar la impresin de que el trabajo abs-
tracto es trabajo en sentido general, como gasto de energa humana y que en este senti-
do es este trabajo creador de valor. Un tratamiento cientco de la categora de trabajo
abstracto no puede, sin embargo, contentarse con una denicin as. Pues el trabajo, en
sentido de gasto de energa corporal, prescindiendo del carcter concreto de la actividaden cuestin, es un fenmeno ahistrico. Tanto en la Edad Media como en la moderna so-
ciedad capitalista, los seres humanos han gastado siempre energa siolgica al trabajar.
Sin embargo, el trabajo abstracto ha de ser la fuente del valor, y ste, el valor, es una cate-
gora especca de la economa de mercado.
El dilema es por tanto el siguiente: o bien el valor es un fenmeno social, y por tanto,
el trabajo abstracto, fuente del valor, ha de ser explicado igualmente segn la estructura
social de la economa de mercado; o bien el trabajo abstracto es pura y simplemente gas-
to de energa siolgica, como ha sido siempre el trabajo, y por tanto, siempre ha creadovalor, independientemente de la poca histrica. Es patente que, desde un punto de vista
marxista, slo la primera de las dos alternativas es aceptable. Por ello se hace necesaria
una interpretacin del trabajo abstracto que se base en la estructura social concreta de la
economa mercantil.
Es bien cierto que, desde el punto de vista siolgico, se puede armar una igualdad
de todo tipo de trabajo, dado que todo trabajo supone gasto de energa humana (tanto
mental como fsicamente), y es igualmente cierto que, ms an, esta igualdad siolgica
(19) MEGA II/5: 46.(20) MARX2009: 54.
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de todos los trabajos es una condicin biolgica que hace posible la divisin social del tra-
bajo. Pero no todo gasto de energa humana es trabajo creador de valor. La igualdad, por
consiguiente, entre los distintos trabajos concretos, que se da en la sociedad de mercado,
ha de ser vista como una igualacin social de stos.
Recordemos una de las caractersticas principales de la economa de mercado: no exis-te en tal economa una organizacin previa del trabajo y de la produccin social. Dentro
de una economa de mercado es, por tanto, el trabajo de manera directa trabajo privado,
esto es, una actividad privada, independiente y libre de cada productor. De igual manera
que el trabajo no es directamente social, sino en primer lugar, privado, es el producto del
trabajo no comn, sino privado.
Si el trabajo fuera sin mediacin alguna social, esto es, trabajo en comn, entoncestomaran sus productos el carcter social directo de producto comn para susproductores, pero no el carcter de mercancas para cada uno.(21)
Sin embargo, el trabajo dentro de una economa de mercado es un trabajo productor de
mercancas y, por tanto, en primera instancia, privado. Por este motivo hay que distinguir
en el anlisis el carcter doble que adquiere en esta sociedad.
Todo trabajo es por un lado una actividad concreta encaminada a la satisfaccin de ne-
cesidades humanas. Desde este punto de vista es el trabajo una de las ocupaciones princi-
pales del ser humano, una condicin de su existencia independiente de la poca histrica
en la que ste viva.(22)La evolucin de la tcnica potencia la capacidad del trabajo para
satisfacer cada vez un nmero mayor de necesidades, pero no cambia nada en lo funda-
mental de ste en este sentido. Por otro lado es el trabajo dentro de una economa mer-
cantil una fuente de valor: el trabajo es all trabajo abstracto, y solamente por eso, trabajo
social. En una economa mercantil el trabajo concreto de un ser humano no conecta con
su sociedad ni por la autoridad de un pater familia ni por el dominio de un noble, sino a
travs de una abstraccin social. La forma especca en la que dentro de la produccin de
mercancas el trabajo privado se vuelve trabajo social es el trabajo abstracto. En su forma
inmediata es cada trabajo la actividad de un productor autnomo. Mediante el intercam-bio de sus productos con los productos de los dems en forma de mercancas, iguala el
productor su actividad laboral a la de los dems productores y se integra como parte del
proceso total de produccin social. El trabajo, que originalmente era privado, es abstrado
de todas sus propiedades concretas e intercambiado simplemente como cosa de valor a
cambio de otra cosa de valor equivalente. De esta manera, el trabajo se cosica y, hacien-
(21) MEGA II/5: 41. Traduccin ma. Original alemn: Wre die Arbeit unmittelbar gesellscahftliche, d. h. ge-meinsame Arbeit, so erhielten die Produkte den unmittelbar gesellschaftlichen Charakter eines Gemeinproduktesfr ihre Producenten, aber nicht den Charakter von Waaren fr einander.
(22) CFR. MEGA II/6: 76.
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do abstraccin de todas sus caractersticas concretas, se cristaliza como propiedad de un
objeto. Es por este proceso, por lo que se convierte en una parte ms del trabajo social.
Como se ve, este proceso de abstraccin no tiene nada que ver con un proceso de abs-
traccin mental.(23)Se trata ms bien de un fenmeno real, constitutivo de la economa de
mercado, de una consecuencia de la generalizacin del intercambio como relacin socialprincipal, o como Marx lo llama en el apndice a la primera edicin del Capital, una sin-
gularidad propia del cambio: que el trabajo concreto devenga por medio de la forma de
equivalente abstracto y, con ello, el trabajo privado, social.(24)
El productor de mercancas
elabora su producto, se apresura al mercado y presenta una cosa de valor con un precio
que cambiar por dinero. De esta manera transforma su trabajo en dinero, su actividad
concreta en pura abstraccin, en un universal, que a la vez es concreto. Los diferentes tra-
bajos concretos no se igualan mediante la abstraccin y la reduccin a un factor comn,
sino mediante la contraposicin e igualacin de cada uno de los tipos de trabajo con otrotrabajo concreto que sirve de encarnacin del trabajo en general. El trabajo social total
aparece por tanto como una masa aforme de trabajo humano en general, y el valor de
cada mercanca concreta como una parte de esa masa. La sustancia del valor es por tanto
el trabajo abstracto, esto es, el trabajo socialmente igualado en la forma especca en que
se encuentra en la produccin mercantil. En tanto que abstracto, el trabajo es igualado a
todos los dems, y por ende, encuentra su expresin cosicada ltima en el dinero como
la mercanca equivalente universal.
5. CONCLUSIONES
Paul Samuelson, uno de los economistas del siglo XX ms ledos, dene la economa como
la ciencia de la escasez. La economa es el estudio de cmo las sociedades usan recursos
escasos para producir mercancas valiosas y distribuirlas entre las personas. (25)Sin em-
bargo, desde un punto de vista crtico-marxista, esta denicin por s sola es insucien-
te. La economa, o ms bien la economa poltica, no puede limitarse a ser un clculo de
distribucin de recursos dados. Su sentido y objeto van mucho ms all: se trata de una
(23) Cfr. igualmente MEW 13: 18.(24) Cfr. MEGA II/5: 633-636. Al respecto de este proceso de abstraccin puede encontrarse en la edicin francesa
del primer tomo del Capital, dentro del apartado sobre el fetichismo de la mercanca, un aadido por parte de Marxbastante signicativo. Se trata, en efecto, de la igualacin y reduccin de los diferentes trabajos privados. Marxarma expresamente que esta reduccin no puede consistir en un proceso consciente de abstraccin de todas laspropiedades a excepcin de una comn, de un proceso ms o menos llevado a cabo por el pensar, sino que se tratade un proceso real que es llevado a cabo por medio del intercambio mismo: Lgalit de travaux qui diffrent totocoelo les uns des autres ne peut consister que dans une abstraction de leur ingalit relle, que dans la rduction leur caractre commun de dpense de force humaine, de travail human en gnral, et cest lechange seul qui opre
cette rduction en mettant en prsence les uns des autres sur un pied dgalit les produits des travaux les plusdivers. (MEGA II/7: 55)
(25) SAMUELSON/NORDHAUS2001: 19. Traduccin ma. Original ingls: Economics is the study of how societies usescarce resources to produce valuable commodities and distribute them among diferent people.
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investigacin del conjunto de las relaciones de produccin que conforman la estructura
econmico-social del capitalismo moderno.
Siguiendo a Isaak Rubin podemos tomar como la teora ms general de la economa
poltica a la teora del fetichismo de la mercanca, esto es, la tesis de que las relaciones de
produccin dentro de la economa mercantil adoptan el carcter de propiedades de cosas.El desarrollo de la ciencia consiste por tanto en dar a conocer y analizar las relaciones
sociales que se esconden detrs de las categoras econmicas. ste es sin duda un punto
fundamental de la crtica a realizar a la economa poltica. El valor, como categora econ-
mica, es la relacin entre productores de mercancas en una sociedad en la que la forma
mercanca es la forma general que adoptan los productos del trabajo y en la que toda pro-
duccin es produccin de mercancas. Su carcter central se explica por el hecho de que
constituye la forma general del trabajo en una economa de mercado, siendo el trabajo a
su vez la actividad primaria de toda sociedad. El contenido o substancia del valor es el tra-bajo social, que en tal sociedad, se presenta siempre como trabajo abstracto. Este trabajo
social se presenta en una produccin mercantil fragmentado en una multitud de trabajos
privados y deviene social slo en la medida en que los distintos trabajos concretos-priva-
dos se igualan mediante el intercambio de productos. Esta igualacin supone igualmente
un reparto y organizacin del trabajo social total y sus productos, en la medida en que s-
tos no son simplemente cosas de valor, sino que poseen un valor de cantidad determinada.
La teora del valor analiza el carcter y la organizacin que adopta el trabajo en una
economa de mercado as como las relaciones sociales entre productores de mercancas.
Pero la sociedad capitalista no es simplemente una economa de mercado. Se trata, ms
all de ello, de una forma de produccin, cuyo principal motor es la acumulacin de plus-
vala en todas sus formas. La denicin general de capital como valor con capacidad de re-
valorizarse contiene la relacin entre trabajador y capitalista, que si bien aparentemente
es un intercambio ms entre poseedores de mercancas, en realidadsignica una relacin
de explotacin. Esta relacin social entre trabajo y capital es por tanto el verdadero tema
de la teora del capital. En el tercer tomo de la obra presenta Marx una teora del precio deproduccin como una teora de las relaciones de produccin entre capitalistas, igual que
una teora del inters, de la renta, etc.
Si tomamos el Capital en conjunto, es necesario observar que los conceptos introducidos
paulatinamente no siguen una exposicin deductiva como en un sistema axiomtico. Del
anlisis del valor no se deriva inmediatamente la teora del capital, sino que ms bien es
una condicin inexorable la existencia de dos clases, capitalista y proletariado, para el
estudio de las relaciones sociales entre ellas. Mucho menos puede surgir una deduccin
del precio de produccin a partir del valor. Cada categora de la economa poltica escondecosicada una relacin de produccin entre seres humanos, y el anlisis crtico de Marx
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consiste en investigar las distintas relaciones socio-econmicas que componen el capita-
lismo de una manera paulatinamente ms compleja.
BIBLIOGRAFA:
BHM-BAWERK, E. VON(1949). Karl Marx and the Close of His System. Nueva York: Kelley.
MARX, K./ENGELS, F. (1975): Marx-Engels-Gesamtausgabe (MEGA). Berlin: Akademie-
Verlag.
MARX, K./ENGELS, F.(1987): Marx-Engels-Werke (MEW). Berlin: Dietz.
MARX, K. (1989): Contribucin a la crtica de la economa poltica. Mosc: Progreso.
MARX, K. (2009): El Capital. Crtica de la economa poltica. Tomo I, vol. I. Madrid: Siglo
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RUBIN, I. (1974): Ensayos sobre la teora marxista del valor. Buenos Aires: Pasado y Presente. SAMUELSON, P./NORDHAUS, W. D.(2001): Economics. 18th Edition. Nueva York: McGraw Hill.
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1. LOPOTICOCOMOMANIFESTACINHISTRICA: HACIALADEFINICINDELAFORMAESTTICADELAMODERNIDAD.
Ya en El castillo de la pureza, su primera interpretacin de la obra de Duchamp en 1966, adverta
Octavio Paz a propsito del Gran Vidrioque sta deba ser la ltima obra de Occidente: con ellatermina nuestra tradicin. O sea: con ella y frente a ella deber comenzar la pintura del futuro si
es que la pintura tiene un futuro o el futuro ha de tener una pintura(1). Con ello se anticipaba lo
que en 1972 se presenta en Los hijos del limo bajo la forma de un juicio determinante; hoy somos
testigos de otra mutacin: el arte moderno comienza a perder sus poderes de negacin(2). Un
juicio que, no obstante, como recalcaba el mismo Paz, deba de ser correctamente interpreta-
do: No digo que vivimos el n del arte: vivimos el n de la idea de arte moderno(3); lo que est
en entredicho, en la segunda mitad de nuestro siglo, no es la nocin de arte, sino la nocin de
(1) PAZ1989: 97.(2) PAZ2008: 159.(3) IBD.
Resumen:Segn Octavio Paz la irrupcin del arte de vanguardia
no slo supone una repeticin del gesto del romanticismo, sino
tambin la culminacin y clausura del mismo en tanto que
gesto denitorio del arte moderno. A continuacin se trata de
reconstruir el signicado de la nocin misma de arte moderno
en la obra del escritor mexicano as como delimitar su alcance
dentro de ella. Con vistas a habilitar una discusin en torno a
la idea de su n asumida explcitamente por el propio Paz, se
pone de maniesto en qu sentido la cuestin de la denicin
del arte moderno desborda necesariamente los lmites de una
teora esttica para deslizarse hacia la cuestin ms general del
concepto de modernidad como paradigma de periodizacin de
un presente histrico.
Palabras clave: modernidad, tradicin, negacin, irona,
arte moderno.
ACERCADELATESISDEOCTAVIOPAZ
SOBREELFINDELAIDEADEARTEMODERNO
Jos Valero Martnez
Abstract:According to Octavio Paz the emergence of avant-
garde art means not only a repetition of Romanticisms sign,
but also the culmination and closure thereof as a distinctive
sign of modern art. Therefore it is about reconstructing,the meaning of modern art notion itself in the mexican
writers work as well as dening its scope into it. In order
to enable a discussion about the idea of its end, explicitly
assumed by Paz himself, it becomes clear in which sense
the question of the denition of modern art necessarily
goes beyond the limits of an aesthetic theory to slide to the
more general question about the concept of modernity as a
periodization paradigm of an historical present.
Keywords:modernity, tradition, negation, irony, modern
art.
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Jos Valero Martnez
modernidad(4). Esta precisin nos sita en el horizonte desde el cual Los hijos del limopre-
para su objetivo, a saber, poner de maniesto la forma esttica de la modernidad; el modo
en que ella es capaz de comprenderse e interrogarse a s misma a partir de una potica
propia.Para ello, conviene no pasar por alto cmo a lo largo del recorrido terico de los
aos cincuenta y sesenta Octavio Paz comienza a perlar dicha cuestin.En efecto, el propsito inicial de El arco y la lirade llevar a cabo una interrogacin acerca
de la esencia de la poesa a partir de una fenomenologa del acto potico as como de sus
espacios de manifestacin, terminaba por desbordar los lmites de una mera teora del
poema para desembocar en una problemtica ms compleja acerca de las relaciones entre
poesa, historia y sociedad. La reexin sobre el ser de lo potico no se dejaba plantear
de manera aislada puesto que en ella se hallaba una imbricacin esencial con lo histrico
de la que necesariamente siempre parta y a la que siempre llegaba el anlisis del acto
potico. Tal es la forma de manifestacin de la poesa, que ha de darse siempre como re-creacin de la materia histrica de la que surge y a la que simultneamente transgura
en una imagen(5)a partir de la movilizacin de los sistemas simblicos vigentes de un
lenguaje que condensa la comprensin de un presente histrico. El lenguaje que alimen-
ta al poema no es, al n de cuentas, sino historia, nombre de esto o aquello, referencia y
signicacin que alude a un mundo histrico cerrado(6).
La creacin potica se inicia como violencia sobre el lenguaje. El primer acto deesta operacin consiste en el desarraigo de las palabras. El poeta las arranca de sus
conexiones y menesteres habituales: separados del mundo informe del habla, losvocablos se vuelven nicos, como si acabasen de nacer. El segundo acto es el regreso dela palabra: el poema se convierte en objeto de participacin. Dos fuerzas antagnicashabitan el poema: una de elevacin o desarraigo, que arranca la palabra del lenguaje;otra de gravedad, que la hace volver(7).
Con ello se pone de maniesto la dialctica entre poesa e historia que da lugar a la con-
tradiccin estructural entre la poesa y sociedad; ciertamente, la signicacin de un pre-
sente histrico tiene lugar a travs de la constitucin de una imagen del mismo y por ello
como escisin de una sociedad con respecto de s misma y como puesta en relacin de la
sociedad con algo que no es ella misma. Cmo desde esa experiencia de la otreidad que
(4) PAZ2008: 7.(5) Cf. PAZ1998: 87. Como resulta claro, Paz se nutre en este punto de la nocin de reproduccin mimtica de
los objetos desarrollado en la Potica Aristteles como elemento esencial a la poesa: se puede imitar y representarlas mismas cosas con los mismos medios slo que unas veces en forma narrativa, otras alterando el carcter comolo hace Homero- o conservando el mismo sin cambiarlo, o representando a los imitados cual actores y gerentesde todo (1448,a). En esa posibilidad de la variacin de lo representado aparece el elemento imaginativo del actopotico que la distingue de la narracin histrica: de lo dicho resulta claro no ser ocio del poeta contar las co-sas como sucedieron, sino cual podan haber sucedido y tratar lo posible segn verosimilitud o segn necesidad(1451, b). Atendiendo a estas premisas, es posible comprender en qu sentido la reproduccin mimtica tiene quever antes con una creacin de los objetos dados, que con una repeticin suya y que habra de darse en la forma en
que los acontecimientos son dispuestos en una cadena de sentido determinada. Por tanto, el concepto aristotlicode mmesis ha de ser relacionado con el concepto de mythos que hara referencia al elemento constructivo propiode toda forma de relato, tal y como propone Ricoeur en su lectura de la Potica, cf. RICOEUR2004: 80-85.
(6) PAZ1998: 226.(7) PAZ1998: 55.
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Acerca de la tesis de Octavio Paz sobre el n de la idea de arte moderno
todo acto potico introduce en un presente histrico sea posible una reconciliacin de
ambos factores es justamente lo discutido en Los signos en rotacin, texto que desde 1967
serva de eplogo a El arco y la lira. Pues bien, an permaneciendo en entredicho aquello en
lo que pueda consistir esa reconciliacin, este texto permita localizar en dicha contradic-
cin un inters en la historia inherente a todo acto potico.As, la interrogacin sobre las posibilidades de encarnacin de la poesa no es unapregunta sobre el poema sino sobre la historia: es quimera pensar en una sociedadque reconcilie al poema y al acto, que sea palabra viva y palabra vivida, creacinde comunidad y comunidad creadora? () la imperiosa naturalidad con que apareceal principio y al n de la meditacin, no es un indicio de su carcter central? Esapregunta es la pregunta. Desde el alba de la edad moderna, el poeta se la hace sincesar y por eso escribe; y la Historia, tambin sin cesar la rechaza- contesta con otracosa(8)
La pregunta por la esencia de la poesa es por tanto indiscernible de la pregunta acerca
de la aparicin del apremio humano en comprender su propio presente. Es por ello queel intento de dar respuesta de la forma esttica a la modernidad en tanto que presente
histrico de Los hijos del limo se ha de dar dentro del marco de la interrogacin a propsito
de aquello en lo que consiste ese presente histrico.
2. TRADICINYLEGITIMIDADCOMOPROBLEMTICAMODERNA.
En otro pequeo escrito Poesa de soledad y poesa de comuninOctavio Paz planteabaprobablemente por primera vez la posibilidad de una reconciliacin social de la contra-
diccin estructural entre poesa e historia:
En ciertas pocas la poesa ha podido convivir con la sociedad y su impulso haalimentado las mejores empresas de sta. Poesa, religin y sociedad forman unaunidad viviente y creadora en los tiempos primitivos. El poeta era mago y sacerdote;
y su palabra era divina. Esa unidad se rompi hace milenios () pero la escisin entrepoesa y sociedad nunca fue total. El gran divorcio fue en el siglo XVIII y coincide conel derrumbe de las creencias que fueron el sustento de nuestra civilizacin. Nada hasustituido al cristianismo y desde hace dos siglos vivimos en una suerte de interregno
espiritual(9).
Vemos as anticipado el anlisis de la forma de manifestacin de la poesa en lo que en Los
hijos del limose denomina sociedad primitiva y cuya experiencia de la temporalidad par-
te justamente de una reconciliacin entre poesa e historia expresada en la existencia de
un relato fundacional o mito. Su labor consiste en presentar la imagen de un pasado puro
o tiempo primordial del que emerge todo acontecer histrico y al cual, a su vez, siempre
regresa; se trata pues de una concepcin cclica del tiempo en la cual la historia se inter-
(8) PAZ1998: 305.(9) PAZ1971: 101-102.
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preta a partir de la imagen del pasado en la que se disuelve todo elemento de contingencia
temporal.
De una y otra manera, el pasado arquetpico escapa al accidente y a la contingencia;aunque es tiempo, es asimismo la negacin del tiempo: disuelve las contradiccionesentre lo que pas ayer y lo que pasa ahora, suprime las diferencias y hace triunfar la
regularidad y la identidad. Insensible al cambio, es por excelencia la norma: las cosasdeben pasar tal como pasaron en ese pasado inmemorial(10).
No obstante, lo relevante de esta concepcin cclica del tiempo como forma de manifesta-
cin social de lo potico estriba en la manera en que permite comprender una actualidad
como repeticin o imitacin del tiempo originario y, por tanto, en que la experiencia po-
tica de su presente se realiza bajo la forma de una continuidad, esto es, a travs de una
tradicin.
Una tradicin no es otra cosa que una funcin, una mediacin a travs de la cual, una
sociedad puede identicarse consigo misma a lo largo del decurso de su contingencia his-
trica. A travs de ella, la pluralidad del devenir histrico puede siempre ser reducida a
una unidad de sentido que en su recurrencia mantiene jas las relaciones simblicas que
soportan el vnculo social. Es por eso que este ser social de la poesa asume una tarea
poltica ineludible, es decir, no slo domea la extraeza del cambio disolvindola en la
transparencia de un pasado puro en tanto que historicidad autntica, sino que adems
habilita una experiencia histrica para una sociedad ante las mutaciones que padece. De
ah que si la tradicin constituye la reconciliacin entre poesa e historia en la forma deuna interpretacin del pasado como una continuidad y del presente como una reiteracin
de aquel, lo que la sociedad primitiva o tradicional alcanza es una legitimacin de su pre-
sente dada de antemano. La reunin entre poesa e historia se plasma en la reciprocidad
entre la praxis social y la forma en que dicha sociedad alcanza una imagen de s misma:
la comunidad que ha de construir est ya ejemplicada en el relato de su fundacin que,
a su vez, gura como mediacin en toda prctica social.
Pero la contradiccin entre lo potico y lo histrico que llega a hacerse visible en las so-
ciedades modernas se debe en principio a lo que bien podra ser entendido como una suertede transvaloracin: a la verdad del pasado primordial, oponen la verdad del cambio(11).
La ruptura con los valores vigentes que toda crtica efecta indica una escisin de las
relaciones de signicado cuya unidad siempre haba garantizado una tradicin. Ahora
bien, no se agota en esta oposicin el rasgo caracterstico de lo moderno, pues, como
subraya Paz, en ese sentido hay tantas modernidades como pocas histricas(12). Lo
que lleva a una poca a comprenderse a s misma como especcamente moderna, radica
precisamente en la idea de que su instancia legitimadora no pueda proceder de ninguna
(10) PAZ2008: 20.(11) IBD.(12) PAZ2008: 29.
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Acerca de la tesis de Octavio Paz sobre el n de la idea de arte moderno
estructura tradicional, si bien ello no es bice con que, para comprender su presente, deba
intentar extraer alguna. Es as como el asentamiento de la poca moderna se detecta, no
slo en la destruccin de los mitos, sino tambin y especialmente en la forja de su propio
mito; el futuro como idea de tiempo y la revolucin como forma implcita del presente:
La idea de revolucin, en su signicado moderno, representa con la mxima coherenciala concepcin de la historia como cambio y progreso ineludible: si la sociedad noevoluciona y se estanca, estalla una revolucin. Sin embargo si las revoluciones sonnecesarias, la historia posee la necesidad del tiempo cclico(13).
Es justamente en esta encrucijada donde Octavio Paz plantea la cuestin de la posibilidad
histrica de una manifestacin potica que corresponda a la experiencia moderna de la
temporalidad. En efecto, la explicacin inmanente de la historia ha llevado a cabo una
dislocacin de la instancia mtico-legitimadora. Puesto que descansa en las ideas de pro-
greso y de revolucin, sta deja de plasmarse en la continuidad de un pasado puro parahacerlo en forma de la irrupcin de un futuro novedoso. Pero fundamentalmente, lo que
acontece con semejante fenmeno es que la experiencia moderna de la temporalidad,
movida por el afn crtico de impugnar el mecanismo de justicacin de las tradiciones,
se justica, a su vez, en la funcin destructiva de su crtica. Con ello, la nica imagen ar-
quetpica que queda en pie, es aquella que no rememora ningn hecho fundacional ni se
apoya, por ello, en ninguna tradicin, sino slo aquella que se extrae de la idea misma de
trnsito, esto es, del supuesto progreso social inmanente a la historia. Pues bien, esa auto-
suciencia de la historia para dar cuenta de la experiencia social, tiene como correlato laausencia de espacios para la funcin potica: si el extraamiento del cambio y lo novedoso
ha pasado a ser el fundamento de comprensin del devenir histrico, entonces la funcin
social de la poesa pierde su sentido. Cuando una sociedad se basta con su propia historia
para interpretar su presente histrico, esto es, cuando se comprende a s misma como un
producto del cambio, como el resultado de la crisis de una tradicin, la poesa muda nece-
sariamente su forma de manifestacin.
Toda vez que la historia est reconciliada consigo misma al interpretar el cambio como
ley inmanente y origen de toda forma social y, por tanto, excluyendo toda relacin ima-
ginativa con la misma, la poesa no puede menos que manifestarse como una expresin
extraa y desvinculada del orden social. Podemos ver esta nueva forma de ruptura ex-
presada en trminos de antagonismo entre poesa y religin, entendiendo por sta ltima
una forma de poesa socializada:
La sociedad moderna no puede perdonar a la poesa su naturaleza: le parecesacrlega. Y aunque sta se disfrace, acepte comulgar en el mismo altar comn y luego
justique con toda clase de razones su embriaguez, la conciencia social la reprobarsiempre como un extravo y una locura peligrosa. El poeta tiende a participar en loabsoluto, como el mstico; y tiende a expresarlo, como la liturgia y la esta religiosa.
(13) PAZ2008: 39.
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Esta pretensin lo convierte en un ser peligroso, pues su actividad no benecia a lasociedad; verdadero parsito, en lugar de atraer para ellas las fuerzas desconocidasque la religin organiza y reparte, las dispersa en una empresa estril y antisocial(14).
La poesa en una sociedad que se comprende a s misma como surgida de una ruptura y
como producto de una necesidad histrica, sigue presentndose -como, por lo dems, le
es esencial- como una relacin con lo extrao y como una exaltacin de la otredad expe-
rimentada en el cambio, que, sin embargo, ahora no se enfrenta tanto a ella para resol-
verla, cuanto para rescatarla y reivindicarla frente a la imagen del trnsito autosuciente
con la cual la modernidad pretende hacer frente a su historia. Es por eso que para Paz, la
modernidad no es el despus de una ruptura, sino el espacio de la ruptura; antes que la
irrupcin de lo nuevo, se trata de la heterogeneidad(15)y la dispersin de los mecanismos
expresivos, en los cuales asimismo, es destacable una desmesura entre lo potico y lo his-
trico. La modernidad se entiende a s misma como el resultado de una negacin, pero ellaopera, adems, con respecto de s misma como negacin de su propia experiencia hist-
rica: es ah donde la poesa moderna lleva a cabo su funcin. La modernidad como etapa
crtica ha de ser entendida como un espacio de doble negacin: con su otro (lo tradicional)
y consigo misma como otro.
La modernidad es sinnimo de crtica y se identica con el cambio; no es la armacinde un principio atemporal, sino el despliegue de la razn crtica que sin cesar seinterroga, se examina y se destruye para renacer de nuevo(16).
Fiel a su origen, es una ruptura continua, una incesante de s misma; cada generacinrepite el acto original que nos funda y esa repeticin es simultneamente nuestranegacin y nuestra renovacin(17).
Esta doble negacin como forma esttica especcamente moderna tiene como conse-
cuencia socialmente relevante la emancipacin de la experiencia potica con respecto del
tiempo histrico en el que se ubica. En ello residira, a su vez, la caracterstica principal
del arte moderno. La poesa moderna vendra as a prolongar el ejercicio crtico dentro de
la tendencia de la sociedad moderna a legitimar su presente en su idea de desarrollo y defuturo, aniquilando todos esos intentos de la modernidad por congurar su propio mito.
En ese sentido hay que tomar la poesa moderna como expresin de la actividad crtica
que impugna todos los intentos de la sociedad moderna por encontrar una legitimacin,
adquirindo paradjicamente con ello, la forma de una tradicin; una tradicin que es
otra, por cuanto est hecha de rupturas y por cuanto su n no es la legitimacin del
orden social, sino el cuestionamiento perpetuo del mismo. Ciertamente la modernidad
(14) PAZ1971: 100.(15) PAZ2008: 12.(16) PAZ1998: 36.(17) PAZ1998: 37.
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Acerca de la tesis de Octavio Paz sobre el n de la idea de arte moderno
pudo entenderse a s misma como una tradicin en la medida en que hall en la crtica
de la tradicin de la cual surga su gesto propio. Ahora bien, la actitud crtica, en tanto
que voluntad de no someterse a ninguna tradicin tuvo que verse arrastrada, ya no a una
escisin con su opuesto conforme a una crtica de su pasado, sino ms bien, a una crtica
de s misma y de su presente. Con ello, la experiencia potica que tiene lugar en ella es lade la relacin consigo mismo como si fuera otro, es decir, la de una escisin interna. La
poesa moderna se caracteriza por desplegar esa potencia crtica relacionndose de forma
extraa con lo ya conocido y habitual, distancindose consigo misma y deshaciendo todo
lo por ella construido; en una palabra: irona.
3.LAIRONACOMOFUNCINPROPIADELARTEMODERNO.
El modo especco a travs del cual el arte moderno interroga a su poca toma la forma
de una negacin de su propio presente histrico; el artista no slo no se reconoce como
parte de una tradicin, sino que adems se desvincula de un presente histrico cuya con-
sistencia es puesta en entredicho. La expresin artstica reivindica su propia extraeza
frente al orden histrico del que surge. Desde esta perspectiva examina Paz la regulari-
dad existente entre los gestos iconoclastas del arte de vanguardia y la espiritualidad del
romanticismo para esclarecer la singularidad de su expresin crtica; cmo la ambicin
de cambiar la realidad aparece lo mismo entre los romnticos que en la vanguardia, y enlos dos casos se bifurca en direcciones opuestas pero inseparables: la magia y la poltica,
la tentacin religiosa y la revolucionaria(18). Es por eso que ya desde la nueva sensibilidad
potica del romanticismo plasmada en la exaltacin de nuevas formas de religin indivi-
dual Octavio Paz reconoce la conguracin de un nuevo baluarte crtico que se extender
al arte de vanguardia en sus tentativas de liberacin poltica(19).
Octavio Paz llama la atencin sobre la ambigedad con la que se maniesta el espritu
moderno: por una parte, con entusiasmo ante los nuevos ideales revolucionarios, a travs
de la armacin del nuevo mito del futuro como la recuperacin de la armona social queha de llegar por medio de un trnsito revolucionario; por otra parte, se trata tambin de
un descrdito de esos mismos ideales y de su recalcitrante tendencia al pesimismo ante el
horror y la destruccin que stos han trado consigo. Sobre esa ambigedad, la esfera au-
(18) PAZ2008: 108.(19) A propsito del proyecto poltico general de la vanguardia, Peter Brger, traza una genealoga de la van-
guardia que lejos de consistir en la recuperacin de un gesto de negacin anterior, consistira ms bien en el intentode suturar una escisin entre vida y arte que habra derivado de una idea de un arte emancipado de la praxis social
propia de la sociedad burguesa, la cual desalojaba, con ello, al arte de la esfera de los nes y mediante una reivin-dicacin de una esttica autnoma sublimaba sus propios ideales cf. BRGER1997: 81. La postura de Paz al respecto,quedara ms prxima a la defensa de Adorno de una necesaria independencia como constante de la obra de artemoderna que slo cristaliza como tal en la negacin de su origen y que slo se maniesta en su sociedad pormedio de la no comunicacin ADORNO1992: 14.
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tnoma del arte comienza a provocar una escisin dentro de sus presupuestos culturales.
La irona expresa ese distanciamiento:
revela la dualidad de lo que pareca uno, la escisin de lo idntico, el otro lado de larazn: la quiebra del principio de identidad. La angustia nos muestra que la existenciaest vaca, que la religin es muerte, que el cielo es un desierto: la quiebra de la
religin(20)
.
La irona es un mecanismo de distanciamiento a travs del cual el artista se reconoce in-
dependiente de su tiempo a la vez que se inserta en l. Los ideales del cambio y el progreso
se ven as realizados, si bien, mediante divergencia de la subjetividad con respecto de los
mismos. La intervencin irnica del arte muestra as la condicin perversa que el ideal
arrastra consigo. El procedimiento irnico responde a la misma necesidad de comprender
el propio presente, que sin embargo, se realiza por otros medios: no hay reconciliacin
posible con l, no hay inters en justicarlo, o, mejor dicho, la manera de legitimarlo esdesestabilizndolo, provocando una reaccin que lo ponga en movimiento. Pero con ello
se rearma paradjicamente la actitud moderna, la actitud crtica que ve la verdad en
el cambio. As pues, el nico modo en el que la modernidad alcanza su consistencia es
mediante el elemento destructor de la irona que oblitera constantemente su intento por
reconocerse como una tradicin.
Ese distanciamiento es lo que constituye la manifestacin especca de la ruptura en-
tre el elemento potico de toda creacin artstica y su presente histrico. En esa escisin
especcamente moderna se abre paso la dimensin potica como proceso de enmancipa-cin de sus condiciones sociales y de reaccin contra ellas, slo hasta la edad moderna
los poetas se dan cuenta de la naturaleza vertiginosa y contradictoria de esta idea: escri-
bir un poema es construir una realidad aparte y autosuciente(21). Quizs sea el hallazgo
ms signicativo del romanticismo el modo en que se hace cargo del texto potico, ste
deja de ser un objeto de contemplacin y de gusto y se convierte en una accin perfor-
mativa, una accin mediante la cual se produce lenguaje y se crean de espacios de vida. A
travs de esta nueva concepcin del poema, la relacin potica con el objeto deja de bus-
car la identicacin con el objeto para hacerlo entrar en crisis, y con ello, hacer entrar en
crisis al mismo arte entendido en trminos de contemplacin. El arte deviene entonces
plenamente moderno cuando el artista introduce la singularidad de su percepcin para
poder alterar el estado de cosas que representa. La representacin moderna alberga en
su mirada el descrdito con respecto de todo aquello que representa; es la mirada irnica
que contiene el corrosivo que muestra al objeto en su decrepitud.
As pues, el hallazgo romntico es doble, crtica del objeto de la literatura: la so-
ciedad burguesa y sus valores; crtica de la literatura como objeto: el lenguaje y sus(20) PAZ2008: 53.(21) PAZ2008: 42.
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Acerca de la tesis de Octavio Paz sobre el n de la idea de arte moderno
signicados(22). Es la irona el elemento clave de entre todos aquellos que destaca Octavio
Paz, al menos para poder establecer una relacin entre la emergencia de la actitud mo-
derna y su ocaso. La irona es el elemento destructor de toda semejanza; mediante ella se
reivindica el primado de lo diferente y construye su autntico canon de lo bizarro, no
es la regularidad clsica, sino la originalidad romntica: es irrepetible, no es eterna: esmortal. Pertenece al tiempo lineal: es la novedad de cada da. Su otro nombre es desdicha,
conciencia de nitud(23). A travs de ello, el arte moderno expresa una subjetividad que
ha alcanzado la identidad consigo misma a fuerza de separarse radicalmente de su ac-
tualidad, y con ello libera la doble negacin con la que Octavio Paz caracteriza la actitud
moderna; primero como crtica de su pasado a la que opone la verdad del cambio; segundo
como crtica de su presente al concebirlo como un cambio que se ha estancado, al percibir
la decadencia de su sociedad y la necesidad de que su expresin artstica se separe para
que la autenticidad del su