Post on 11-Mar-2020
UNIVERSIDAD 'DE MEXICO
MISDE
-j Vayámonos!-j Vayámonos!- repite Pound, ale-
gre de veras, como si la invitación se pudiera realizar ahora mismo. Con la pintora al brazo, nos acompaña hasta la puerta de acero que nos franquea un guardavestido de blanco. Bajamos las escalerasrápidamente, subimos al automóvil quepongo en marcha hasta trasponer la rejadel hospital de Congress Heights, D. e,donde Ezra Pound, el mayor poeta contemporáneo, sigue elaborando los inmortales testimonios de su encierro.
ces, aunque me mantenía fácilmente altántó de la vida fran~esa. I.,;os artículosque se suponen escritos en París van firmados. con los seudónimos "Pedro Cuenca" o "As" y aparecieron todos en ElHeraldo de México, de 1918 a 1919. Losfechados en Madrid se publicaron a vecesen El Sol, en Las Novedades de NuevaYork, y los más en El Heraldo de M éxico, y uno en El Universal de México..
D) Varia
1. Daba gusto colaborar en cualquieraforma con Joaquín García Monge y ayudarlo por poco que fuera en sus preciosascolecciones de literatura escogida. Aquellugarcito de Costa Rica, alejado del tráfago de las grandes editoriales, de donderegularmente nos llegaban y nos seguíanpor todas partes los cuadernos del Repertorio Americano, era un recatado centrode cita para algunos amigos. Publicar allá,confiándolo a' tan buenas manos, algúnopúsculo o breve ensayo, era un asueto,no un trabajo; nos aliviaba de las tareasinmediatas, parecía una tregua. Yo lo había probado ya con la primera salida demi Visión de Anáhuac, el año de 1917,y me complacía convidar a otros para quehicieran lo. mismo.
Así, había yo obtenido de Eugeniod'Ors que autorizara la reproducción enCosta Rica de su conferencia Aprendizajey heroísmo, publicada por García Mongeel año de 1916, con unas palabras preliminares de José Ingenieros, y otras mías,las cuales fueron incorporadas en los Cartones de Madrid ("Estado de ánimo").En el capítulo anterior de esta historia.me he referido ya a los tomitos de Arévalo Martínez, Torri y Henríquez U reña,(cuya Antología de la versificación rítmica fué reproducida al ario siguiente porla Colección Cultura, de México, NI? x.2). Ahora, en 1919, el Convivio reeditóDisciplina y rebeldía, de Federico deOnís, con algún pasaje mío, luego incorporado en el "Diario de un joven desconocido" (El cazador); y José MaríaChacón y Calvo, su H er111,anito menor,dibujos de R. Estalella, en cuyas primeraspáginas hay algún fragmento de otra carta mía a J. García Monge. Las conferencias de d'Ors y de Onís arriba mencionadas fueron 'leídas respectivamente en1914 y 1915 (Residencia de Estudiantesde Madrid) y publicadas primeramente enediciones madrileñas. (Ver "Estado deánimo", en mis Carton.es de Madrid.)
De una vez puedo adelantar que, en1920, el Convivio publicará la Sala de retratos de Enrique Díez-Canedo (preliminares: recado mío a J. García Monge yunas líneas de.~edro HellFtqt.¡ez Urffia»y Artículos de José Vasconcelos, en cu-Lírica Me:ricana
JOAQUÍN GARCÍA MONGé:
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l.E(;,\UÓN Dn ,1f:x¡coCe>, )10'1\'0 oe LA FIESTA
PE LA RAZA
Por Alfonso REYES
12 DE OCTUBRE DE 1919
su arte. En este país, a pesar de su obra·y debido a su obra, no es más que uningente absurdo. En México nació JoséClemente Orozco, el autóctono. Pero' enlos Estados nidos hay ciertas cosas imposibles, Sherri Martinelli es una de ellas.
Ha terminado el período de visita enS1. Elizabeth's Hospital. Los locos estánquietos al fondo de la crujía; siguen lasperipecias de un juego de fútbol americano en la pantalla de un televisor.' Apenass'e dan cuenta de nosotros. Sherri echa eLbrazo por la cintura de Pound y le dice:
DOCUMENTAL
LIBROSHISTORIA
IX EL AÑO DE 1919
de sus cuadros. La pintora es menuda,frágil. o podemos dejar de pensar en laaparente incongruencia entre la pintoray su obra. Apreciamos también la mismafalta de correspondencia entre el nombrey el tipo de la ~rtista, par~ce Sherr! másirlande a amencana que Italoamencana.Como quiera que sea, reflexionamDs, ni lapintora ni su obra tienen mucho que vercon lo Estados Unidos fuera del accidente de haber nacido aquí. Asombra queno haya nacido en México. En Méxicoería posible la realización completa de
(Segunda parte)
C) Crítica y periodismo
1. A. N ervo, El diamante de la inquietud. Madrid, Biblioteca Nueva. S. A.(1919). Contiene: El diamante de la inquietud, El diablo desinteresado, Amnesiay Un sudio, con un prólogo mío quetambién se usó después para el tomoXIV de las Obras com.pletas de N ervo,publicadas por la misma Biblioteca 1 uevay cuyo cuidado me confió José Ruiz Castillo. Este prólogo, "El camino de AmadoN e¡;vo", aparece también en la terceraserie de mis Simpatías :y diferencias., primera edición (1922) Y fué suprimido enla segunda edición (1945), por haber sido anteriormente incorporado en el libroT"ánsito de A1'1wdo Nel'vo. Santiago deChile, Ediciones Ercilla. 1937.
2. "l.as mesas de plol11o" es una colección de artículos en torno a la historiadel periodismo que estuve publicando enEl Sol por el año 1918 y que aún no serecogen en un libro.
3. "Historia de un siglo", artículossobre el siglo XIX también publicados enEl Sol y tampoco recogidos hasta hoy (nvolumen, es una serie interrumpida queva desde 1919 hasta 1920 y luego se hacompletado con otros capítulos posteriores a la guerra austroprusiana, aunque nollegan a cubrir del todo los últimos añosde ese siglo. Puede considerars.~ comoapéndice final el "Indice de la GuerraEuropea" que dí también a El Sol en Sde diciembre de 1918.
4. La coleccién "De servicio en BurJeas", incorporada como una sección deLas vispems de Espa¡¡a (1937), es también una colección de artículos enviadosdesde Burdeos a El Sol de Madrid elaño de 1919. Dejo para más adelante elreferir la ocasión de este yia ie a Burd:osen compañía de "Azorín"..
5. En la primera serie de Si·mpat·ías JIdiferencias (1921), aparece fechado en1919 el artículo "Sobre Montalvo", y e:lla tercera serie (1922). los siguientes:"En memoria de José de Armas" y "Sobre una epidemia retórica", al parecer elprimero publicado antes en E(Sol y losotros dos en revistas amel-icanas. Es posible que haya otros fragmentos no fechados Cju correspondan al mismo año de1919.
6. Re pecto al tomo _-lqul.'llos días, Santiago de Chile, Editorial Ercilh, 1938,donde se han recogido artículos fechadosde 1917 a 1920, en París y en Madrid,tomo mencionado ya en mi anterior capítulo, quiero añadir ahora que todo él seescribió en Madrid. Allí vivía yo enton-
Gmpo de Burdeos
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yas primeras páginas hay también algúnpasaje del ensayo antes mencionado(" ostros") que se reabsorbió en el Pasado inmediato.
. 2. Luis G. Urbina era Primer Secretario de nuestra Legación en Madrid, bajoel ministro don Eliseo Arredondo. . eacercaba el 12 de octubre, fiesta de laRaza. Urbina tuvo la buena idea de quenuestra Legación señalara la fecha conalguna publicación literaria. De aquí elvolumen Lírica mexicana, A,ntología 1mb!icada por la Legación de- México COI!
motivo de la Fiesta. de la Raza, 12 dr octubre de 1919, Madrid, Imprenta Jiménezy Malina, en que naturalmente Ltiis cstableció el criterio, yo me limité al papelde colaborador secundarie· v amanuense,y Roberto Montenegro, que- por entonces·vivía en España., contribuyó con la elegante ornamentación.
Como Luis G. Urbina estaba fuera delas modas, no creo que esta .:mtología haya merecido toda la consideración quemerece. Acaso se encuentre en sus páginas algún poema ya olvidado, pero nopor eso digno de olvido. Con fiflSO, porejemplo, que haJlo -en su estilo y suépoca- muy encomiable el soneto "ALelia" del modesto Francisco Sosa, donde. se da la respuesta a Horacio y su orguJlosa amenaza para el porvenir que espera a la amante ya envejecida (Odas, I,xxv) :
Cuando todos te olviden ...entonces, Lelia, ven: mi hogar estrechocontigo partiré; que no lo es tantoque en él no quepan tu dolor y el mío.
La antología está dividida de esta suerte: época gongorina, época neoclásica,transición, época romántica, época moderna, la cual comienza con Pagaza y Jlega hasta los poetas más jóvenes de aqueJlos días. U rbina ha demostrado en suslibros ser un excelente crítico y gustadorde la literatura mexicana.
Yo estaba alejado de nuestro serviciodiplomático. Pero de' mis buenas relaciones con sus funcionarios queda memoriaen el fragmento "Sobre un espadín"( Cortesía), referente a la compra y reventa de este adminículo (eluni forme fuedespués suprimido) entre don EliseoArredondo y yo, 1918 Y 1920. Don EliseoArredondo y yo -sin ningún otro secretario de su Legación- pasamos juntos eldía primero del año de 1919, y juntosadmiramos y disfrutamos el baile del Teatro Real.
Y ahora que ha pasado el tiempo. puedo contar que, aunque don Eliseo meofrecía alguna compensación por mi trabajo en la antología, contrarié un poco ami inolvidáble y admirado Luis, porque noquise cobrar nada. Tal vez lo recuerdaGabriel' Alfara que, si no me en~año, eraSegundo Secretario en Madrid.
E) Traduccio1les
1. Lawrence Sterne. Via/e se1ltimrntal.por Francia e Italia, Madrid-Barcelona,Calpe, 1919, núms. 76-77 de la ColecciónUniversal. He declarado las principaleserratas en nota a mi ensayo De la traducción (Contemporáneos, México, 1931, IX,
N0 3, pp. 174-184, luego recogido en mitomo La experiencia literaria), y aJlí heexplicado también, ante una objeción quese me hizo, que la abrematura "p ... ss",puesta por Sterne en lugar de un verbofrancés, no .se debe a que yo haya tra.ducido a Sterne sobre una traducción france-
sa, sino que así, con referencia al francés (puesto que se trataba de un viajepor Francia y de una dama france a) Jopuso Sterne dentro de su contexto inglés.También, sobre las dificultades comparadas de traducir a Chesterton y a Lawrence Sterne, he contado mi conver ación con
RETRATO DE STERN E
L. STERNE. ["iaje sentilllental
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H. G. WeJl , a quien un día expliqué,en Madrid, que para el estilo de Chesterton hay (má amenos) antecedente enla lengua española del Siglo de Oro, mientra que no los hay para Sterne. ("Huéspede : \VeJl en Madrid", Los dos caminos. )
2. Precisamente entonces, mis traduccione. de Chesterton destinadas a la casaCalleja estaban en pleno desarroJlo: Elhombre que fue jueves se preparaba de de1918, y fue entregado por mí a los editores el 11 de junio de 1919; poco después, entregué el prólogo respectivo. Eltomo ólo aparece en 1922. la Pequeiiahistoria de hlglo/erra estoy poniendo nota a media los de 1919, y el volumen alea las libreria por noviembre ele 1920. Enfebrero de 1919, Rafael alleja me habladel Candor del P. B1'C7CJ1'I como ele cosa enmarcha, aunque consta por mi corre pondencia que apenas estoy corrigiendo pruebas el 5 de enero de 1921.
E) N o/as finales
l. El 15 de abril de 1919 llegó a Madrid Artemio de Valle Arizpe, trayéndo111" encargos ele mi familia. y e incorporó,como Segundo Secretario, en nuestra Legación de España. Al año siguiente, pasaría a formar parte, en mi compañía, dela Comisión Histórica "Paso y Troncoso"presidida por don Francisco A. de Icaza,para reintegrarse luego a aquella Legación, donde yo también volví a ser llamado poco antes (1920), pri meramente conmi antiguo grado de Francia -SegundoSecretario- y pronto como Primer Secretario y Encargado de Jegocios ad-int.
2. A mediados de junio de 1919, siendo "Azorin" Subsecretario de InstrucciónPública y Bellas Artes, discurrió presentar una exposición de pintura española enBurdeos y llevar consigo un confel-enciante que hablara, en general, sobre el Artey las letras hispánicas. Miembro de ungobierno conservador, no podía invitar aun izquierdista. Y -me dijo- "los mejores intelectuales españoles son gente deizquierda. Por eso lo invito a Ud., mexicano y aj eno a nuestra discordias políticas, pero con derecho a la ciudadaníaliteraria entre nosotros." Acepté, pues mehonraba y complacía la idea de hablar enesta ocasión sobre España, siendo hispanoamericano y con base en el comúndenominador de nuestra cultura. Fuimosjuntos a Francia. Dí dos conferencias enel Anfiteatro Montaigne, Facultad ele Le-
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Libre'ría General de México: Conferenda de Urbil1a
tras de Burdeos, los días 3 y 4 de juliode 1919, una sobre Gaya, con referenciasgenerales a la pintura espaf:ola, y otrasobre la actual literatura de España, conreferencia al panorama general que le haprecedido. De aquí las notas "De servicioen Burdeos", a que aludo arriba (C, 4),y que son unas meras crónicas del viaje,sin relación con el texto de mis conferencias, salvo los cuatro últimos fragmentos, que publiqué después en Nosotros, Bueno Aires, abril de 1937.
El resto de mis con ferencias (en sumayor parte charlas en español, tras unosbreves resúmenes en francés, y sin apoyoen textos escritos), ha desaparecido naturalmente, como cosa que se lleva el viento. Además de las mencionadas crónicassobre el viaje a Burdeos, véanse la "N0
ticia" que precede a Las vísperas de EspaFia y la nota núm. 7, en la página 276de este libro.
3. Pedro Henríquez Ureña ya habíahecho un viaje anterior a España. Habíallegado a Barcelona el 10 de julio de1917, y a la semana siguiente estaba enMadrid. Allí permaneció hasta mediadosde septiembre. Hacia el 20 de este mesembarcó en Vigo, y regresó a los EstadosUnidos. Era catedrático en la Universidad de Minnesota.
Ahora, en 1919, hizo un segundo viajea España. El 21 de noviembre estaba en
París. Se trasladó a Madrid para Navídad, donde permaneció hasta mediados deseptiembre de 1920. Volvió a Francia, yel 11 de septiembre embarcó nuevamentepara lo,~ Estados Unidos a bordo del "Lafayette .
4. Alcance all mio de 1917. El InstitutoFrancés de Madrid, formado por unaasociación de las Universidades de Tolosa y Burdeos, aquélla representada porErnest Mérimée y ésta por Pien'e Paris-dos nombres ilustres-, tenía sobre todouna vida primaveral. En mis Simpatías JIdiferencias he dejado reseña de algunasconferencias que escuché en el InstitutoFrancés. El año de 1917, una comisión deacadémicos franceses visitó a España(pmpaganda no bélica) y el 2 de mayofue recibida por el Instituto Francés. Lapresidía Henri Bergson, acompañado, entre otros, de Etienne Lamy, SecretarioPerpetuo de la Academia Francesa, delmúsico 'Nidor y algunos que ahora norecuerdo. El Ateneo abrió sus salonespara las conferencias de los emisariosfranceses. Estos, en general, se mani festaban muy empeñados en demostrar alpúblico madrileño que los franceses también eran buenos católicos, y, en la recepción que ellos a su vez ofrecieron el día8 de mayo, algún personaje español, en- 'cargado de saludarlos, les hizo ver muydiscretamente que no hacían falta estas
explicaciones previas y que Francia, azotada entonces por la guerra, contaba conla amistad de muchos y de muy bueno~
españoles.El filósofo Bergson presentó en el Ate
neo ur;a síntesis verbal de su sistema, quefue cuidadosamente recogida por unotaquígrafos e impresa en edición no venal por Manuel Azaña, Secretario delAteneo. Pero Bergson siempre fue pocoafecto a las repeticiones (en sus disposiciones testamentarias, aún dejó dicho quesu obra estaba completa como él la dejaba y que no se publicaran sus' notas)y rogó que no se hiciera circular ese tomo.Algunos privilegiados, sin embargo, pudimos contar con un ejemplar. verdaderajoya bibliográfica. Al volver a México,en 1924, presté el mío a Antonio Caso.que no llegó nunca a devolvérmelo, y miejemplar se ha perdido entre los restosde la que fue su "librería" personal. Entodo caso, no me fue posible dar con élen la biblioteca "México", donde han idoa parar sus libros. Por los días dé España,Carlos Pereyra, decidido germanófilo, comentaba humorísticamente la conferenciade Bergson, asegurando que había ido aEspaña para demostrar "la inmortalidaddel alma de los franceses". Amado Nerva quedó sencillamente fascinado al escuchar a Bergson.
Yo, el 3 de mayo, dirigí al gran filósofouna carta en francés, con el propósito dellamarle la atención sobre cosas de nuestro México. He aquí la traducción deesa carta:
Muy respetado maestro:Allá por 1910 recibió usted de México un
volumen de Conferencias del Ateneo de taJuventlld, consagrado a las vidas y obras dealgunos poetas y escritores de América. Eramos, entonces, una pequeña pléyade que apenashabía iniciado sus trabajos. Las perturbacionessubsecuentes habían de interrumpirlos. En estevolumen de conferencias habrá usted podido versu nombre citado con frecuencia. ya en las páginas de Antonio Caso sobre Eugenio M. deHostos -el educador de Santo Domingo-, yaen las de Pedro Henríquez Ureña sobre JoséEnrique Rodó, el ilustre ensayista uruguayo, ysobre todo, en las de José Vasconcelos sobreGabino Barreda, el filósofo mexicano discípulode Comte, reformador de la enseñanza públicasegún los principios liberales que el presidenteBenito luárez acababa de hacer triunfar enla política.
Para esos días, ya habíamos comenzado -yVasconcelos lo deja entender en su conferencia- una campaña contra el "positivismo oficial" de nuestros inmediatos predecesores, <ennombre de las nuevas filosofías. El mayor denosotros era todavía muy joven, y nuestro movimiento parecía una desobediencia. Pero se dira que aún no hemos conquistado el secreto
CASOMURGuÍA
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verdadero de la cultura -la continuidad- y quenuestros regímenes intelectuales proceden porcontradicciones, así como nuestros regímenespolticos se suceden por revoluciones. Aquellosmaestros predecesores habían dejado de interesarse por lo que pasaba en el mundo de lasideas: ya no leían, y sólo se percataron de nuestra "desobediencia" cuando ya agmpábamos entorno a nosotros a las juventude~ universitarias.El nombre de usted habia ven:do a ser parauosotros un santo y seña. Poc::> desDués, noshicimos cargo de las cátedras cn la Escuela deAltos Estudios. Todo iba bien, pero sobrevinola revolución.
Con todo, y en medio de los contratiempos.la obra ha continuado. 1\ fines de 1913 y comienzos del siguiente año (yo me hallaba entonces en París, en func'ones diplo:lláticas),mis amigo organizaron un:,. nueva serie de conferencias, y esto en plena revolución y, lo quees todavía más simpático, en una librería, laLibrería General de Enrique del Moral. Antonio C~so expuso entonces la "filosofía de la in·tuición". Acompaño a esta carta un ejemplarde la revista estudiantil N 050/1'05 (título hartoexpresivo), donde nodrá usted ver !::I conferencia de Caso y acompaño también unas fotografías de la Librería Gcneral y del grupo en (Iueaparece el conferenciante, "ntonces Director <lela Escuela de Altos Estudios.
La librería ya no existe, y no estoy cnteramente tranquilo respecto a la suerte de la escuela.
Permítame usted que le ofrezca, a título demexicano y de modesto colaborador en aquellareforma intelectual, este recuerdo de su in fluencia en un país distante y sufrido. Me parece undocumento humano no exento de valor en cuanto a las posibilidades del espíritu ante los embates de la sombra.
H ENRT BEllG~ON
Acepte usteel, respetable maestro, las expresiones de mi más profunda admiración y mi muyalta consideración.-A. R., ex Secretario ele laEscuela de Altos Estudios ele México, y fundador, en la misma escuela de la cátedra de historia de la lengua y la literatura españolas.
El 8 de mayo, en la recepción de losa~adémicos, el filósofo preguntó por mí,11I~o un aparte en mi compañía, y durantema de media hora me interroO'ó con vivo. , '"lIltercs sobre todos los extremo de lacarta anterior. "Mi. mejore 'votos -medij~ tendiéndome la mano- para el porvenIr de la inteligencia mexicana."
A título de recordación. ponO'o aquí elprograma de las con ferencias inaugurada en la Librería General I 22 d no"iembre de 1913: la Litrratura mexicanapor Luis G. Urbina. Director de la Bi~IJlioteca Nacional; la FilOSOfía de la il1tuición, por Antonio Caso. Director dla Escuela de Altos Estudios; Don JuanRuiz de Alauón (c<Jnferencia célebre enlos fastos de la crítica mexicana), por Pedro Henríquez Ureña, catedrático de laEscuela de Altos Estudios; La músicame:ricana, por Ma'}uel M. Ponce, iJrofesor del Conservatorio Nacional; El últimolib1'o de Maeterlinck, por el P. ManuelDiaz Rayón, S. J.; Ul1 epicúreo, porGonzalo de Murga; La novela mexicana,por Federico Gamboa, C. de la Real Academia Española; La. arquitectura colonialrn México, por Jesús T. Acevedo, profesor en la Escuela de Arquitectos y Academia de Bellas Artes.
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Por Manuel TA.GÜEÑA.
Su campo de acción, su impO?'lanciaen la investigación científica y pn laenseFicmza.
BIOFISICA
LA IMPORTANCIA de la Física y la
Quíntica para las Ciencias Biológicas es hoy indiscutible. La Química Biológica o Bioquímica ha
conquistado hace tiempo sus derechos óedisciplina independiente. Sin embargo. laFísica Biológica o Biofísica, de origenmás reciente, no tiene sus fronteras biendelimitadas y no está incorporada en lamedicla necesaria a los planes de estudioy de investigación. Itimamente aparecencon frecuencia en las revistas cientí ficas,trabajos en los que se discute el p3peIque debe jugar la Biofísica especialmellt.~· en la enseñanza.
La. Física Biológica fué definida .hace
]. T. ACEVEDO
mecat1lca es la base del estudio del movimiento y del equilibrio de los organismos (la Biomecánica del aparato de susten tación y locomoción del hombre, la delaparato dIgestivo, etc.). La elasticidad ysu límite se aplica al estudio de los distintos tej idos en cuanto a su resistenciaa los agentes mecánícos, como en el casode l::rs fracturas óseas. La hidrodinámicay la viscosidad intervienen en 'la cjrculación de la sangre. La aeromecánica y ladifusión de los gases tienen su importancia al tratar de la respíración. Lo mismopuede deci rse de la energética en la acumulación, cambio y liberación de energíapor los organismos. La terminología explica los cambios caloríficos y la regulación física de la temperatura en los organismos. La tensión superficial altera lacirculación en los capilares. Las vibraciones mecánicas y las ondas sonoras explican la fonación. La física coloidal, la ósmosis, los fenómenos de superficie y loselectrolitos se relacionan con el problemade permeabilidad en células y membranas. La distinta concentración de' los iones
EL P. DÍAz RAYÓN
ya tiempo por BUl'lIS como la aplicaciónde las leyes físicas y físico-químicas enlas acciones de los organismos vivos. Mástarde fué creciendo y ampliándose unnuevo aspecto de la Biof-ísica; la acciónde los agentes físicos sobre los organismos. En los tratados lJiofísicos modernos,como' los de Stu.h.h11.an, Lea, Darmois yStacy ocupan las influenci::rs físicas, principalmente de las radiaciones, un lugarpreferente. Hay. además. un gran número de aparatos y de métodos de investigación físicos de gran utilidad en Biología.I.a importancia creciente de estos potentes auxiliares exige cada día más de losbiólogos, el ¡:;oscer profundos conocimientos físicos.
Al emplear las I yes físicas en la interpretación de las funciones vitales delos organismos, la Física ayuda eficazmente a la Fisiología. Todos los problemas físicos están aquí representados. La
HENRÍQUEZ REÑAGAMBOA
LA