Post on 23-Mar-2020
DISCURSO DE INCORPORACION DE LA
DOCTORA SARAH ORESTES DE PARELES
A LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS ECONOMICAS
DE LA ECONOMÍA
De acuerdo con las normas pertinentes, amén delas requeridas por la cortesía, debemos iniciar nuestra intervención rindiendo tributo a la memoria deldoctor Carlos Alberto D'Ascoli, nuestro predecesor.Mandato que cumplimos gustosamente y sin esfuerzo,visto el respeto que nos inspira la trayectoria de esteeminente venezolano.
El doctor Carlos Alberto D'Ascoli se distinguiósiempre por su amor al país, así como por su vocación de servicio, erudición y fe en la democracia. Suinterés por el conocimiento le llevó, allende las fronteras patrias, a Estados Unidos, donde realizó distintos cursos en Economía y Finanzas en la Universidadde Columbia. Posteriormente obtendría el Doctoradoen Derecho en la Universidad de París conjuntamente con el Diploma de la Escuela Libre de CienciasPolíticas de dicha Universidad. En sus tiempos deexilio ejerció igualmente la docencia en diferentespaíses latinoamericanos. A su regreso a Venezuela,compartía su quehacer entre las actividades políticas,destacándose en las filas de quienes luchaban por lainstauración de un Estado progresista y democrático,y el estudio e investigación de los problemas económi-
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cos venezolanos. Sus conocimientos, aunados a sudiligencia y recto proceder, le valieron un reconocimiento merecido que le llevó a representar a Venezuelaen conferencias, foros y organismos internacionales.También se desempeñó como Parlamentario, Ministrode Hacienda y Embajador ante distintos gobiernos extranjeros, a lo cual se suma su destacada actividadcomo docente e investigador, tal como lo compruebala labor realizada al frente de la cátedra de Historiade la Economía Venezolana, de la cual fue fundador,en la naciente Escuela de Ciencias Económicas y Sociales, que apenas un año después, adquiriría el rangode Facultad mantenido hasta hoy. A lo expuesto seagrega el ejercicio del periodismo, desempeñado conla competencia y, sobre todo, con la honestidad y eldesinterés que lo distinguieron, cualidades que convierten su vida en un ejemplo para las generaciones dehoy y de mañana.
Para nosotros es un honor sucederle en estaAcademia. Al aceptar esta responsabilidad, estamosconscientes que debemos honrar este compromiso, yaspiramos cumplirlo. A continuación, con la venia deustedes, leeremos el resumen de la investigación queadelantamos, elaborado conforme a las normas, paraesta ocasión.
DEL PENSAMIENTO MíTICO A LA CONCIENCIA HISTÓRICA:
TIEMPO y ESPAClO
Estamos en el umbral de una nueva era, la cualpuede calificarse como tal porque la visión y las condiciones de la existencia en lo sucesivo serán distintasa las vigentes hasta ahora, según preconizan las expectativas planteadas por la revolución científico-técnicaen marcha.
Para contrastar la validez de esta hipótesis consideramos procedente ponderar, aunque sea someramente
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y sin ningún propósito de clasificación o sistematización, algunos aspectos de la civilización occidental en cuyo marco se ha originado y desarrollado laciencia como la conocemos. Al respecto, de acuerdocon la hipótesis mencionada, el futuro se vislumbracomo algo novedoso en relación con el pasado. Estosugiere una diferencia entre pasado y presente quepuede interpretarse como una confrontación entre loantiguo y lo "moderno". En esa confrontación pareceestar implícita la superioridad atribuida a lo actual,tan en boga en nuestros días, a cuya sombra próspera la convicción de una realidad histórica que debedejar espacio a otra.
Convencimiento responsable, a nuestro entender,de la difusión de las demandas de cambio sustentadas en el presente, particularmente por la joven generación. Con prescindencia de la gratitud debida alpasado que ha nutrido los anhelos cultivados en lainfancia, a lo cual debe cada generación los puntosde referencia y las herramientas que le permiten emprender la acción requerida para asumir la responsabilidad del porvenir. No obstante, al efecto, se proclama, y en algunos casos se exige, la modificación delorden imperante.
Esta posición no es nueva. En el curso del desenvolvimiento de la humanidad, las sociedades se handesarrollado a través de la afluencia ininterrumpida yalternada de un antes y un después, propiciado por labúsqueda de lo mejor. Así, el ayer es hoy, y éste estambién mañana. Como dijera San Agustín en susConfesiones, adelantándose a su época, "sería exactodecir que los tiempos son tres: presente del pasado,presente del presente, presente del futuro. Estas tresespecies del tiempo existen de algún modo en el ánimo[... ] el presente del pasado es la memoria, el presentedel presente es la visión, el presente del futuro es laespera".
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A la luz de esta concepción. entendemos -sinánimo de invadir terrenos que exceden nuestra competencia- que en el pensamiento de San Agustín sepercibe ya un atisbo del análisis que pondrá en evidencia una realidad histórica. esto es. la concienciade la época en la cual se vive y de su inserción en eltranscurso de la existencia. con la convicción de quedicha realidad responde a ciertas circunstancias deespacio y tiempo. que no sólo permiten su identificación sino además determinan su papel en el cursodel devenir. En tal sentido. como sabemos. en la épocapre-helénica. antes de los grandes historiadores griegos. no puede hablarse de una conciencia histórica.porque. cuando los pensadores de entonces comenzaron a plantearse el problema del tiempo. su mirada trascendió los límites de sus deseos y necesidades inmediatas y empezaron a preocuparse por elorigen de las cosas. encontraron un origen mítico yno histórico.
De donde, como señala Ernst Cassirer en su Antropologta Filosófica. "...para comprender el mundo. tantoel físico como el social". tuvieron que "proyectarlosobre el pasado mítico. En el mito es donde encontramos. por tanto, los primeros ensayos para establecerun orden cronológico de las cosas y los acontecimientos". Este orden no representa propiamente unadistinción histórica, pues no nos ofrece una diferenciación entre pasado, presente y futuro. porque ellos.para el pensamiento mítico. forman "una unidad indiferenciada y un todo indiscriminado". Así. el tiempomítico es un "tiempo eterno", no posee una estructuradefinida. Para la conciencia mítica. según Cassirer,"el pasado nunca es pasado, el pasado se halla siempreaquí y ahora".
Cuando el discernimiento entre el pensamientomítico y el histórico. abordado por los historiadoresgriegos, sumado al afán ordenador y la pasión le-
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gisladora del Imperio Romano, impuso un enfoquediferente del acontecer, "la verdad histórica se viobajo un aspecto distinto". Más allá de la concordanciacon los hechos, el historiador se percató que debíahacer las cuentas también con el pasado. Esto no queríadecir que debía "resucitarlo", bastaba sólo con "rememorarlo", esto es, reconstruir el estado de la viday la cultura humanas que le dieron vigencia. Al efecto,se debía descifrar el mensaje simbólico de las huellasmateriales del pasado, cuya gestación no fue ajena alsurgimiento y difusión del cristianismo -que signó elfin de la hegemonía del mundo pagano- analizandolos resultados de las actividades cumplidas en el curso del acontecer de la naturaleza o del hombre. Sinembargo, la historia no se limita a interpretar el pasado.Como destaca Cassirer, " .. .la vida humana es un organismo en el cual todos los elementos se implican yexplican mutuamente".
Por tanto, se comprende por qué, en una épocaposterior, el proceso de secularización concerniente alos aspectos esenciales de la vida y actividad humanas, estimularía una revisión que coincidiría con eladvenimiento de la laicización propiciada por el surgimiento de la cultura urbana. Esta, contrariamente ala agrícola-monástica, surgida después de la desintegración de la centralizada estructura imperial de losromanos y la disgregación cultural que la acompañó,fomentaría una concepción mensurable, racional, deltiempo. A partir de entonces, con la declinación de lahegemonía del latín como lengua dominante, conjuntamente con el incremento de la tensión entre el predominio de la Iglesia y el auge de la actividad mercantil en la culminación del Medievo, en virtud de laflexibilización de las estructuras y las prácticas económicas, se instauraría en occidente la ideología delmundo "moderno", cuyos protagonistas, conforme aldecir de Bernardo de Chartres, destacado representante de su época, tenían el privilegio de conocer "más
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cosas y más lejanas", porque podían valerse tanto delas lecciones de los antiguos como de las nuevas experiencias. De ahí su afirmación: "Nosotros somos como enanos a espaldas de gigantes".
Con esta metáfora, celebrada como la primera dela antigüedad, se esclarece la relación entre lo antiguoy lo moderno, uno de cuyos mejores ejemplos, segúnUmberto Eco, nos lo ofrece el recurso a las "autoritas",esto es, la costumbre de invocar una autoridad anterior tan discutida en el siglo XII por los autores que seconsideraba "hombres nuevos", quienes despertaronuna actitud crítica, porque, aun cuando la relacióncon la antigüedad se mantenía, comenzó a utilizarsesólo como un punto de partida para impulsar el conocimiento. En este proceso tuvo un valor decisivo eldiscernimiento de la relación entre conocimiento ydivulgación, al igual que el surgimiento de escuelasurbanas, que fungieron de centros de transmisión delsaber junto con los libros, considerados como su herramienta. Ambos fundamentos contribuirían a la institucionalización del conocimiento, cuya exaltaciónse confirmaría en el siglo XIII con la instauración dela Universidad. De este modo, la difusión del conocimiento favoreció la emergencia de una civilizaciónuniversal, gracias a la concepción de un pensamientoabstracto.
Al respecto, como se ha constatado para el hombreprimitivo, el espacio estaba vinculado con el sujeto ycon la acción desarrollada por él, en concordanciacon sus necesidades e intereses inmediatos, y por consiguiente, su concepción involucraba concretos sentimientos personales o sociales. De ahí sus limitaciones para trascender las fronteras de su entorno, aunque conocía sus más mínimos detalles, con los queestaba muy familiarizado, y a cuyas posibles modificaciones era bastante sensible. Si bien su representación le resultaba sumamente difícil, porque no te-
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nía una concepción general de sus rasgos, lo cual leimpedía establecer las similitudes y/o diferencias conotros, a los fines de fijar su posición con relación alos mismos, dentro de un sistema general. Para superar estas dificultades el hombre buscó más allá dela concreción de la experiencia sensible e inmediata,abandonando, como sostiene Cassirer, "el espacio dela acción", para acceder a un espacio homogéneo,donde no existiera la variedad y diversidad reveladas por la diferente naturaleza de los sentidos.
BÚSQUEDA DE UN ORDEN CÓSMICO: EVOLUCIÓN DEL
PENSAMIENTO CIENTíFICO
El espacio además de homogéneo devino universal, con la concepción de la existencia de un ordencósmico único, sistemático. Esta generalización, unida al descubrimiento y manejo de un instrumento intelectual, el álgebra simbólica, facilitaría a los babilonios aprehender el sentido y la aplicación de "unsimbolismo abstracto". Una circunstancia muy particular estimularía el uso de un lenguaje simbólico;tal fue la confluencia y colisión de dos pueblos, lossumerios y los acadios, cuyas lenguas no tenían ninguna relación entre sí, pues la de los primeros era deorigen semita mientras la de los segundos no era semita ni indoeuropeo. Por esto, cuando ambos se reunieron, se vieron obligados a desarrollar nuevos recursos intelectuales para resolver los problemas queobstaculizaban su participación en un común desarrollo político, social y cultural.
Se requería, desde luego, algo más que el incipiente pensamiento matemático de los babilonios para traspasar los límites del pensamiento mítico, auncuando esta limitación no les impidió considerar elorden de los fenómenos celestes, pensadores comoPitágoras y sus seguidores tampoco consiguieron su-
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perar tal restricción, y al abordar su teoría del espacio utilizaron un lenguaje mitológico, amén de atribuir a los números un lenguaje mágico y misterioso.Así, el estudio de los fenómenos celestes no pudoindependizarse de la preocupación por las necesidades humanas, si bien los esfuerzos por descubrir lossecretos del cosmos pretendían en realidad obtener laclave para conocer el orden del universo.
Pasarían muchas lunas antes que el predecesorde Newton, Kepler, a quien se reconoce como el fundador de la ciencia astronómica, intentara un análisislógico, fundamentado en razonamientos abstractos, propios de la ciencia pura, para explicar los fenómenoscelestes. Fue a partir de entonces cuando el pensamiento simbólico cobró forma y la astronomía desplazó a la astrología, a un tiempo que el espacio mítico y mágico fuera sustituido por el espacio geométrico. Esto, sumado al descubrimiento de la geometría analítica, revelaría posteriormente la posibilidad de expresar el conocimiento tanto del tiempocomo del espacio con otro lenguaje, el de los números, desencadenante de la expansión científica y laorganización del conocimiento que auspiciaría el cambio de una sociedad "primitiva" a una "civilizada",en evolución iniciada 5000 años a. C. en las orillasdel Tigris, el Eufrates y el Nilo. Dicho cambio significó una revolución, similar a la puesta en marchapor el proceso civilizador constatado en el siglo XIV, gracias a la difusión del pensamiento simbólico fundamentado en el desarrollo de la teoría de los números, cuyo resultado comprueba la expansión registradapor la ciencia a partir de entonces.
En esa forma, tal como ocurre hoy, la expansión de la ciencia y la organización del conocimientogenerado por ella va a auspiciar la emergencia denuevas actitudes, valores e ideas, signando el cursode transformación de la realidad. Como consecuen-
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cia, el hombre se planteará una relación distinta conla naturaleza y procurará liberarse de su dependencia esforzándose por conocer sus secretos a fin detransformar las condiciones que le imponía para tratar de dominarla. Gracias a esta nueva actitud, el hombre multiplicará su actividad, fomentando una civilización distinta a la tradicional, que por oposición aésta, se denominará moderna. Su concreción nos revelará el progreso de la industria, junto con el de laurbanización; el incremento de la alfabetización, laeducación y la riqueza, aunado a la promoción deuna estructura ocupacional más compleja y diversificada, junto con una movilización social más amplia.
Un buen ejemplo de este proceso de modernización nos lo ofrece la historia de occidente en laque estamos involucrados. En tal sentido -es oportuno recordarlo- la civilización surgida en tal ámbito fue la primera en modernizarse, convirtiéndoseen el paradigma de la cultura de la modernidad y, enla medida en que otras sociedades adquirieron características culturales semejantes a las suyas, su modelo se hizo universal. Asimismo cabe destacar cómo la coexistencia de sociedades con distintos niveles de civilización originan un mundo de estructura menos homogéneo. Al efecto es conveniente advertir que damos al término civilización la acepcióncontemporánea que lo identifica con un acervo común, accesible a todas las sociedades gracias a lasfacilidades de comunicación y de intercambio, proyectando la posibilidad de una civilización global pero no uniforme, pues no pueden descartarse las diferencias impuestas por el medio geográfico y la cultura, cuya evolución no se detiene ante las nuevascondiciones sino por el contrario estimulada por ellas.Aspecto digno de reflexión cuando, en el presente, sehabla de globalización e integración económicas. Alfin y al cabo, actualmente no podemos ignorar la coexis-
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tencia de sociedades modernas, avanzadas, junto aotras tradicionales, rezagadas.
En este contexto, en relación con las posibilidades y expectaciones ofrecidas por el desenvolvimientode la ciencia y la tecnología, las sociedades avanzadas tienen más semejanza entre sí que con aquellasrezagadas. Lo cual favorece una mayor comunicacióne interacción entre dichas sociedades, que entre ellasy las tradicionales. A su vez estas últimas, debido asu retraso técnico y/o limitaciones culturales, se identifican más con algún estadio de la sociedad avanzada que con la imagen brindada por éstas en la actualidad.
Posiblemente, como observa Samuel Huntingtonen su libro El Choque de las Civilizaciones, la interacción entre las sociedades modernas no favorezca enlas condiciones actuales la emergencia de una cultura común, sino la transferencia de técnicas, invenciones y prácticas de una sociedad a otra, en un gradoy a una velocidad tales, que no podría alcanzarse entre las sociedades tradicionales. Tanto más cuanto quela evolución de la estructura de una sociedad tradicional a una avanzada plantea en la actualidad el pasode la artesanía a la industria clásica, y de ésta a lapesada, hasta llegar a la producción de servicios yactividades conexas, requeridos para apoyar la industria e impulsar conjuntamente el desarrollo del sector terciario donde se ubican la informática y las comunicaciones.
De acuerdo con la evidencia histórica, mientrasel desenvolvimiento de las sociedades avanzadas seapoya en la industria, el de las sociedades tradicionales se sustenta en la agricultura. Esto promuevealgunas diferencias entre ambas, como se reconoce alcomparar sus características estructurales. En efecto,la sociedad tradicional, a diferencia de la moderna,depende en mayor grado de su geografía: localiza-
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ción, clima, características del suelo, etc., y esto obstaculiza sus posibilidades de elección entre alternativas de desarrollo posibles.
Más aun, la elección entre un cultivo intensivode frutas, por ejemplo, en vez de uno extensivo comoel de trigo o sorgo, estará influida por las condiciones naturales, particularmente por la topografía y lacalidad del suelo, pero no será indiferente a las características de la estructura social e, incluso, de la propiedad y el gobierno. Obviamente, la primera alternativa, que no requiere de grandes extensiones de tierra,favorece la existencia de la mediana propiedad, mientras que la otra estimula la proliferación de grandesplantaciones. En el primer caso, los pequeños propietarios actuando independientemente, podrán asociarse, fomentar cooperativas, propiciar innovaciones,al amparo de la libre asociación y la competenciacon el fin de fortalecer su posición. En cambio, losgrandes propietarios no serán proclives a ninguna expansión o innovación capaz de limitar la influenciaque están en condiciones de ejercer y preferirán, enlíneas generales, mantener el statu quo garante de susprivilegios, a cuyo fin procurarán preservar la estructura tradicional sin menoscabo de la intensificacióndel uso de tecnología y capital, pero en detrimentodel incremento de tierra y mano de obra.
DE LA ECONOMíA: ORIGEN y ALCANCE DE UNA CIENCIA
SEDUCTORA
Es posible, llegado a este punto, que entre quienesnos escuchan, alguien se esté preguntando: ¿adóndenos lleva este discurso?, ¿dónde está la economía?Para responder a estas preguntas quizás sea conveniente aclarar que, al señalar algunos momentos relevantes de la evolución de la humanidad, hemos querido destacar como la misma es resultado de un pro-
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ceso interactivo, en cuyo transcurso el individuo hatomado conciencia de su realidad, o de su existenciaen un ambiente en el cual está inmerso y, por tanto,de su coexistencia en el mismo con seres semejantesy el de los nexos que, en consecuencia, determinansu identificación y auspician su relación con dichoambiente y también con los otros.
Según Freud, para citar una autoridad reconocida, el conocimiento estimula la transformación. Porconsiguiente, comporta el logro de la percepción desí mismo, del conocerse, que conduciría a la transformación del individuo. Esta idea es uno de los fundamentos del pensamiento freudiano, cuya influenciaen nuestra época huelga señalar. Para sus seguidores, Freud buscaba descubrir la verdad. Identificadapor él con el conocimiento de la realidad. El desarrollo de sus ideas le condujo a la concepción de unaterapia dirigida, en opinión de algunos, a la cura detrastornos mentales, aunque en realidad va más alláde este objetivo, pues tal como señalan las interpretaciones más recientes de su teoría, su intención eraayudar al hombre a cobrar conciencia de las fuerzasinconscientes latentes en su interior, para así dominarlas y controlarlas.
El método preconizado por este autor, el psicoanálisis, ha sido uno de los aspectos más discutidos,puesto que, en su propia opinión, para que el análisisfuera lo más eficaz posible se requería pasar añoscon una persona, si fuere necesario, a fin de ayudarla a entenderse a sí misma. Naturalmente, esto carece de sentido, desde el punto de vista de la eficiencia ponderada en términos de pérdidas y ganancias vigente en esa época. El tiempo dedicado a unanálisis tan prolongado se justificaría si se deja dever el valor como una relación entre medios y fines.
La posición de Freud, quien consideró al hombre un ser fundamentalmente egoísta, impulsado por
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la libido, relacionado con los demás sólo por la necesidad de satisfacer deseos instintivos, dividido entre su entendimiento y sus emociones, se inscribe,según análisis idóneos, en el marco del racionalismopromocionado por Descartes, con su exaltación de larazón y la duda metódica como instrumentos para accederal conocimiento.
La difusión del imperio de la razón sostenidopor Descartes marcó un hito en la historia del pensamiento moderno, o más bien contemporáneo o actual,según una difundida tendencia, porque al imaginar elentendimiento como el factor determinante del acontecer, puso de relieve la posibilidad que él le brindaal hombre de influir en el devenir. Por tanto, se comprende que, a partir de la divulgación de sus ideas,aumentase la prioridad concedida al progreso técnicoy el motivo por el que tal tipo de progreso se convirtió gradualmente en el fundamento de la actividadhumana. Quehacer después orientado cada vez másen función de la producción masiva y del incrementodel consumo que la acompaña. Así la técnica ha devenido en la clave de la cultura moderna suscitandola subordinación del ser al tener, de la vida a la propiedad, hasta convertir al hombre en un objeto más.De donde, mientras en los orígenes de la civilización occidental los griegos se plantearon "la perfección del hombre" como el fin de la vida, en el cursodel acontecer, con la progresión de la técnica, eseideal se postergaría, y en su lugar se orientarían losesfuerzos hacia el perfeccionamiento de las cosas yde cómo hacerlas.
He aquí que, glosando al caballero de la Mancha,ahora podemos decir iCon la Economía hemos topado! La Economía, esa ciencia tan conocida, escurridiza y desafiante pero también seductora, que el común supone no requiere de libros sino de prácticaporque, aunque todas las definiciones la relacionan
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con la escasez, ya se piense con Aristóteles que ellímite de sus preocupaciones es lo concerniente a "laadministración de la casa", o "la administración derecursos escasos", como señala Cassel, o bien "el estudio de la conducta humana frente a la escogenciaentre fines múltiples y medios limitados que tienendiversa aplicación", como la concibe Robbins, la mayoría de la gente piensa que su finalidad es "fomentode la riqueza".
Usualmente esta posición se supone estimuladapor las aspiraciones de ganancia de los hombres. Dichasaspiraciones, a nuestro criterio, no obedecen necesariamente a fines egoístas pues, en última instancia,podrían responder al afán de garantizar la seguridaddel individuo, como finalidad cuya validez en nuestros días no necesita demostración, sí tenemos en cuenta la posibilidad de una limitación de los recursosplanetarios planteada por el crecimiento demográficoy/o el indiscriminado e irracional uso de dichos recursos, determinado por la desigual distribución delconocimiento y la tecnología. Estas son cuestiones alas que se dispensa una atención máxima en el presente.
Continuemos con la Economía. Esta, en cuantociencia, o quizás más correcto es decir en cuanto ateoría, es la única a la que se atribuye, hasta dondesabemos, una data exacta y conocida: 1776, año de lapublicación de Investigaciones sobre la Naturaleza yCausas de la Riqueza de las Naciones, de Adam Smith.Es dudoso que este autor, al analizar la conveniencia y los alcances de la división del trabajo, se propusiera crear una ciencia. De hecho, su análisis seconcentra en lo concreto sin perderse en especulaciones. El llamó la atención sobre la importancia dela división del trabajo y los resultados de la producción, tomando como ejemplo la fabricación de alfileres. En el curso de su exégesis nos descubre el va-
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lor de cambio, el plus valor y el funcionamiento delmercado. Además de Smith, sin embargo, otros pensadores se habían esforzado por esclarecer los alcances de la actividad económica, así como su influencia y sus consecuencias en el desenvolvimiento delas sociedades.
A tal fin, tomaron el modelo de las ciencias dela creación inanimada, principalmente de la mecánica celeste, la física y la biología. El resultado fuela visión de un sistema económico plenamente ajustado a un conjunto de conocimientos subyacentes. Asimismo, por analogía, se llegó a la concepción de unequilibrio general. En esta forma, se ha cultivado lailusión de asimilar la ciencia económica a las ciencias fundamentales de la naturaleza, porque en últimainstancia todo 10 que es, podría reducirse a una únicay secreta explicación del cosmos, o ser explicado porél. Pero esta ilusión ha sido vana porque el mundo delos fenómenos económicos, como advierte Shackle,no está encerrado en sí mismo ni es autosuficiente."La economía se ocupa de los pensamientos y lasacciones, no de la química del hombre", nos dice elpropio autor en su Epistémica y Economia. Realmenteexiste una diferencia entre "una ciencia de los efectosde la gravedad, por ejemplo, y una de los efectos delinterés propio de los individuos humanos". La primerano dependería, como la segunda, del conocimientoconsciente, de la memoria, la experiencia pasada, larazón o la imaginación con sus infinitas posibilidades de variación de carácter y combinación.
Por otra parte, la aceptación de la existencia deun plan de la naturaleza en el cual encontraríamos elorigen de todos los fenómenos inherentes a la existencia de la misma, cuya relación puede abordarsemediante un análisis relativamente sencillo que nosofrezca una solución simple y fácil de aplicar, porintermedio, pongamos por caso, del cálculo de sus
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efectos, requiere de algunas consideraciones, pues supone la ponderación de todas las manifestaciones, delas más evidentes a las más sutiles, que dada su interacción, nos ofrecen en conjunto la imagen de una red.
Sin embargo, consideramos no descartable que amenudo se escapen por sus intersticios algunos aspectos de la realidad, puesto que es difícil captarla plenamente, no sólo debido a su complejidad, sino básicamente en razón de su continua modificación. Porlo tanto, el logro de la unificación última, alentadopor la ciencia natural desde siempre, parece fuera delalcance de quienes, como los economistas, se dedican al estudio de los asuntos humanos, como sostieneel autor citado últimamente, en las ciencias naturales,cuando la visión totalizante y unificadora se dificulta,el estudioso puede recurrir a su conocimiento de lasmanifestaciones de la naturaleza, describiéndolas yclasificándolas para captar, por extrospección, la aspiración unificadora y última de la Ciencia Natural."¿Podría la ciencia económica adoptar un procedimiento similar para establecer la supremacía de larazón en los asuntos humanos, en la conducta humana, como parte de un orden natural y proyectar latotalidad como algo inteligible?" Podría ser, pero hastaahora parece sólo una aspiración o un supuesto.
Los ARBITRIOS TEÓRICOS DE LA ECONOMíA
No obstante, la economía tiene sus propios recursos. Aparte de recurrir al arsenal de la matemática se las ha arreglado para esquivar las dificultades lógicas atinentes a su uso, como cuando inventasus propios términos y categorías. Al efecto, cuandonecesitó referirse, por ejemplo, a la cantidad total deproducto obtenido en un país durante un lapso determinado, encontró que debía sumar cantidades de cosas heterogéneas, lo cual violentaba las reglas de la
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lógica matemática. Para superar ese obstáculo, acuñóel término Producto Interno Bruto y lo refirió al valor de tales cantidades, solucionando el problema através de la intermediación de la moneda, competencia que en el presente parece amenazada por la declinación de algunas de sus funciones, como la de "reservade valor" tan venida a menos.
Fue Sir Isahia Berlin, famoso filósofo y pensador inglés contemporáneo ya fallecido, quien advirtió que "no disponemos de soluciones generales paraproblemas específicos o individuales, sólo hay recursos temporales sustentados en la convicción que cadamomento es único y responde a necesidades y demandas concretas de pueblos e individuos", en relación con lo cual citó al poeta griego Arquíloco: "lazorra sabe muchas cosas, pero el erizo sabe una grancosa". Tal como subraya Shackle en su Epistémica yEconomia, "la conducta, los asuntos y la historia humana [... ] no se prestan [... ] a la búsqueda de unagran cosa. Por el contrario nos exigen saber muchascosas".
Según afirma este último autor, los economistaspara analizar los hechos, circunstancias y expectativas que determinan la conducta de quienes tomanlas decisiones en el campo que les corresponde, reúnen en grandes agregados la variedad de datos pertinentes conocidos. Asimismo utilizan nociones matemáticas universales, como las de función y derivadas, vector y matriz, donde las cantidades de porsí, son escalares, se asocian y comparan. El conjuntode actividades a traves de las cuales los medios deproducción se combinan y transforman en productos,y éstos se cambian y consumen, conforma el campobásico de la incumbencia del economista. Dicho campo es simplificado por él, seleccionando un grupo devariables significativas que representan una pequeñamuestra del objeto de estudio, aceptada como típica,
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ya se trate de una empresa u hogar, o una combinación de ellos y de sus actividades, para formar grandes agregados.
Después, ya sea mediante el enfoque microeconómico del equilibrio particular, o el método macroeconómico de las variables agregativas o la utilización de matrices que es una conciliación entre losdos anteriores, debe convertir en escalares los detallesilimitados y las infinitas formas de las cosas. En lapráctica, el cumplimiento de este proceso se fundamenta en el concepto más central y característico detodos los manejados por la economía: la valuacióndel mercado. Criterio al que se otorga una prioridadmáxima en nuestros días pues, supuestamente, por suintermedio es posible alcanzar una valoración objetiva a través de la confrontación de cantidades al margen de la intervención humana.
Esto, a nuestro entender, es discutible porque elhombre es parte del circuito económico y se encuentraen el origen y fin del mismo, no siendo una cajanegra en virtud de su capacidad de innovar. No obstante, ciertamente, por medio del intercambio, las evaluaciones individuales que "constituyen un acto personal y privado se convierten, a través de la experiencia del mercado en un hecho público y objetivo",con lo cual están de acuerdo cuantos participan dedicha experiencia. Ello ocurre gracias al intercambio, que facilita a cada persona ajustar su oferta deuna mercancía a la oferta de otra, hasta tanto la valoración del mercado de una de ellas en término de laotra, sea igual a su propia estimación relativa marginal de los dos bienes. Y cuando todas las valoraciones individuales se hayan ajustado a esa valoración del mercado, que las refleja a todas y es a suvez determinada por todas ellas, insiste Schakle, losprecios de los bienes se reconocerán como preciospúblicos y objetivos, a los cuales por interés propio,
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toda conducta pertinente habrá de ajustarse. "Los precios permiten que los bienes se midan en una soladimensión" y se estimen como si representaran unacantidad escalar. Mediante este procedimiento, "condición previa de la economía", calificado como unacto de magia conceptual", los grandes agregados,ingreso, inversión, ahorro, consumo, pueden considerarse a los fines del análisis correspondiente, como si fuesen una sola variable uniforme y homogénea.
Ciertamente, no se equivoca quien piense que "laeconomía podría definirse casi como el arte de reducirinconmensurables a términos comunes". Al subrayaresto, desde luego, no queremos significar que la economía es sólo una práctica instrumental, por cuantosus alcances van más allá de la concreción, comodemuestran los fines perseguidos por los adalides delpensamiento económico. Cuestión que no está de másponer de relieve, en esta época de turbulencia, estimulada por la difusión de los logros alcanzados porla ciencia, conforme a los cuales, nada es y todo deviene: no hay certidumbre ni determinación. Así se poneen duda la concepción de una realidad externa al hombre y, por consiguiente, la de un observador neutraldel acontecer.
A este tenor, volviendo a los predios de Freud-cosa comprensible cuando se trata de una cienciacuyos orígenes y fines se relacionan con el hombre,sin contar con que después de Piaget debe admitirsecon Lorenz "aquello que es a priori para el individuo es a posteriori para la especie"-, no está demásrecordar que cualquier experiencia puede penetrar enla conciencia humana si, de acuerdo "con las categorías en que está organizado el pensamiento consciente, es comprensible". De hecho, algunas categorías como el tiempo y el espacio son universales ypor tanto perceptibles por todos los hombres. Otras,como las contempladas por la economía, pueden ser
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perceptibles para algunos pero no para todos. Otraspueden ser menos generales porque difieren de cultura a cultura.
Como sea, lo que debemos tener presente es, enopinión de Erich Fromm, que sólo cuando "puede serpercibida, relacionada y ordenada en términos de unsistema conceptual y de sus categorías, la experiencia puede entrar en la conciencia". Afirmación quese corresponde con la evolución social, pues las sociedades por su práctica de vida y modo de relacionarse, sentir y percibir, desarrollan un sistema de categorías que determina las formas de conciencia yeste sistema "funciona como un filtro socialmente condicionado". De modo que la experiencia no puede entrar en la conciencia si no pasa por ese filtro.
En realidad es muy difícil que una experienciapueda ser percibida por la conciencia si el lenguajeno tiene palabras para expresarla, por lo cual el lenguaje tiene una función de filtro. Un ejemplo válidode este fenómeno podemos constarlo hoy cuando vemos cómo, en la medida en que los medios han difundido algunos términos y conceptos reservados hasta ahora a los economistas -inflación, mercado, crisis,devaluación, poder adquisitivo ... -, los individuos hantomado conciencia de los problemas económicos porque los han identificado con su experiencia, sea comoconsumidores, trabajadores, patronos, contribuyentes,etcétera.
Otro ejemplo significativo es el relativo a "lalógica del lenguaje". Generalmente se cree en unalógica natural "común a todas las culturas": lo que esilógico para una, lo sería también para las otras. Sinembargo, para Aristóteles, "la creencia que una cosapertenezca y al mismo tiempo no pertenezca a la misma cosa y al mismo aspecto, es el más seguro detodos los principios, en abierta contradicción con lalógica predominante en el pensamiento chino o hindú
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y, posteriormente, en la dialéctica de Hegel y Marx,para la cual A y no-A como predicados de X no seexcluyen entre sí, e incluso pueden llegar a reconciliarsecomo sucede en la síntesis. Se comprende entoncesque si una persona vive en un medio cultural dondela lógica aristotélica se acepta sin discusión, no puedetener conciencia de las experiencias contrarias a dichalógica, porque para su cultura ellas no tienen sentido.No es imposible encontrar en la realidad actual ejemplos de este filtro. Consideremos al respecto el casode la política de integración económica, admitida porlos europeos como positiva, mientras que en otrasregiones signadas por un pasado colonial los pueblos la ven con gran reserva, como negativa porque,conforme a su experiencia, consideran que acentuarásu dependencia.
Otro tanto ocurre con la privatización y la globalización, difundidas al amparo de la promoción deuna matriz de opinión que les es favorable según lasaspiraciones de ciertos grupos, en contradicción conuna arraigada concepción de soberanía nacional. Igualinterés reviste el "contenido de las experiencias" porcuanto hay cosas que no se hacen y ni siquiera estápermitido pensarlas, por lo que la sociedad excluyeciertos pensamientos y sentimientos, obligando a losindividuos a reprimirlos, como ocurre en el caso delas preferencias sexuales.
Finalmente, en consonancia con lo expuesto, debemos destacar que cualquier sociedad procura moldear, en aras de su sobrevivencia, el carácter de susmiembros a fin de "que quieran hacer lo que tienenque hacer". De este modo los individuos asumen una"función social" que interiorizan y les obliga a actuarcomo se espera de ellos. Evidentemente el hombre,por naturaleza, no posee instintos sociales. Urgidopor las circunstancias -dadas sus relativamente escasas fuerzas físicas- los ha desarrollado y trasmitido a
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sus descendientes, gracias a la tradición y a la educación, que también actúan como filtros, dando lugar ala emergencia del conflicto entre lo individual y locolectivo.
Este asunto es de particular trascendencia en estaépoca de comunicación on fine y realidad virtual, enla que se promueve una globalización forzada y, porconsiguiente, un nuevo orden al amparo del desarrollode la tecnología, la informática y las comunicaciones. Tras cuya máscara, presentada como una oposición entre "lo abstracto y lo concreto", o también"entre lo antiguo y lo moderno", se ocultan las ambiciones de las nuevas fuerzas emergentes del poder, quepretenden manipular los acontecimientos para favorecer sus intereses, validas de las interpretaciones sugeridas por los hechos. Ya se piense en "el principiodel fin", atribuido a la nueva división del trabajo impulsada actualmente por la técnica, la cual para algunos auspiciaría la emergencia de una nueva EdadMedia, o en la promoción de un orden fundamentado en un gobierno mundial, guardián de la paz y laecología, o bien en bloques de poder político-económicoo de Estados región sustentados por el fomento deeconomías interactivas como las que aspiran desarrollar los polos europeo y asiático. Sin duda podemosesperar la ocurrencia de eventos interesantes en eldevenir.
Ha llegado el momento de dar por concluida estaexposición. Invocamos su benevolencia si les ha parecido muy extensa. No hemos pretendido abrumarlos con un conocimiento que lamentablemente no tenemos, sino destacar que la Economía no es una ciencia natural, pues sus leyes no son inmanentes, ella hasido impulsada por y para el hombre, y éste no puedeser indiferente a sus resultados.
Por último, quisiéramos dejar constancia de nuestro reconocimiento al doctor Ismael Puerta Flores,
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representado en este acto por sus familiares y quien,primero con sus enseñanzas y después con sus opiniones y consejos, nos ayudó en los inicios a orientar nuestro trabajo. Igualmente a Héctor Malavé Mata,dilecto amigo, por aceptar acompañarnos en esta jornada, a sabiendas que ello le significaba sacrificar untiempo precioso que avaricia. Y a todos los presentes por la compañía que nos han dispensado en esteacto. A todos muchas gracias.
Señores y señoras
Paraninfo del Palacio de las AcademiasCaracas, 2 de diciembre de 1998.
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