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    ANAGRAMAS - UNIVERSIDAD DE MEDELLIN

    Anagramas Volumen 10, N 20 pp. 19-36 ISSN 1692-2522 Enero-Junio de 2012. 228 p. Medelln, Colombia 19

    Imaginario social, memoria colectivay construccin de territorios en torno a los 30 aos

    del golpe militar en Chile

    *

    Mg. Alberto Javier Mayorga Rojel**

    Mg. Luis Nitrihual Valdebenito***

    Dr. Juan Manuel Fierro Bustos****

    Recibido: 20 de febrero de 2012 Aprobado: 27 de marzo de 2012

    Resumen

    En el presente trabajo se establece la necesidad de reflexionar acerca del proceso deconfiguracin de la memoria colectiva y de los territorios compartidos en tornoal 11 de septiembre de 1973 en el marco de los 30 aos del Golpe Militar en Chiledesde una perspectiva socio-semitica. Por lo tanto, nuestra propuesta establececomo objetivos centrales los siguientes: 1) presentar, por una parte, una descripcin

    y discusin conceptual pertinente acerca de las nociones de memoria colectiva,texto, fronteras y territorios, considerando los planteamientos tericos deMaurice Halbwachs, Manuel Antonio Garretn, Ren Kas, Iuri Lotman, CristinaPeamarn, entre otros. 2) Y por otra, aportar a la reflexin en torno a los conceptosmencionados a travs del anlisis de una prctica discursiva institucional, entrega deresultados y consideraciones finales respecto al objeto de nuestro inters analtico.

    Palabras clave: discurso poltico, sociosemitica, imaginarios sociales, memoriacolectiva, golpe militar en Chile.

    * El presente artculo se suscribe al programa de investigacin en Imaginarios Sociales, Discurso, Cultura y Poder desarrollado en el Grupo

    de Investigacin en Comunicacin y Saberes Crticos del Programa de Magster en Ciencias de la Comunicacin, Facultad de Educacin,Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad de La Frontera (Temuco, Chile). Adems, agradecemos a la Mg. Roco Lpez y Mg. YassnaSeplveda por su dedicacin y participacin en el proceso de anlisis del discurso realizado en el marco del presente artculo.

    ** Magster en Ciencias de la Comunicacin. Acadmico del Departamento de Lenguas, Literatura y Comunicacin. Facultad de Educacin,

    Ciencias Sociales y Humanidades. Universidad de La Frontera. Temuco, Chile. Casilla 54-D. Correo electrnico: amayorga@ufro.cl***

    Magster en Ciencias de la Comunicacin. Acadmico del Departamento de Lenguas, Literatura y Comunicacin. Facultad de Educacin,Ciencias Sociales y Humanidades. Universidad de La Frontera. Temuco, Chile. Casilla 54-D. Correo electrnico: anitrihual@ufro.cl

    ****Doctor en Ciencias Humanas. Acadmico del Departamento de Lenguas, Literatura y Comunicacin. Facultad de Educacin, CienciasSociales y Humanidades. Universidad de La Frontera. Temuco, Chile. Casilla 54-D. Correo electrnico jmfierro@ufro.cl

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    Alberto Javier Mayorga Rojel - Luis Nitrihual Valdebenito - Juan Manuel F ierro Bustos

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    Social Imaginary, Collective Memory,and Construction of Territories after 30 Years

    of the Military Takeover in Chile

    Abstract

    This article deals with the need for making a reflection on the configuration processof collective memory and territories shared in relation to September 11th, 1973after 30 years of the military takeover in Chile, from a socio-semiotic point of view.Therefore, our proposal involves the following main objectives: 1) on the one hand,to present a conceptual description and discussion in relation to concepts such ascollective memory, text, borderlines, and territories, based on the theoreticalstatements of Maurice Halbwachs, Manuel Antonio Garretn, Ren Kas, Luri Lotman,Cristina Peamarn, among others; 2) on the other hand, to make a contribution toa reflection on the already named concepts by analyzing an institutional discourse

    practice, delivering results and final considerations in relation to the purpose of ouranalytical interests.

    Key words: Political speech; socio-semiotics; social imaginaries; collective memory;military takeover in Chile.

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    Imaginario social, memoria colectiva y construccin de territorios en torno a los 30 aos del golpe militar en Chile

    Anagramas Volumen 10, N 20 pp. 19-36 ISSN 1692-2522 Enero-Junio de 2012. 228 p. Medelln, Colombia 21

    Introduccin

    El 11 de septiembre de 1973 no es una fe-cha cualquiera en la historia de Chile y muchomenos para la gran mayora de los chilenos. Porel contrario, el martes 11 de septiembre de 1973es un da significativo en el marco de la memoriacolectiva de un pas y, en trminos polticos, co-rresponde al da en que se observa una rupturaviolenta en el desarrollo democrtico experimen-tado en Chile y, por consiguiente, se evidenciael quiebre del orden constitucional de un pas,producto del golpe de Estado concertado por laslites poltico-militares de Chile y el extranjero.

    As, entonces, este acontecimiento que mar-

    ca la historia de Chile durante la segunda mitaddel siglo XX y que tuvo consecuencias polticas(quiebre del desarrollo democrtico y del ordenconstitucional), sociales (violacin de los dere-chos humanos, aumento de la pobreza y desfrag-mentacin del movimiento obrero y campesino) yeconmicas

    1(aplicacin del modelo econmico

    de libre mercado y reduccin del gasto pblicoen educacin y salud) es un evento significativovigente dentro de las dinmicas tanto sociales,como mediticas y polticas presentes en el Chi-

    le contemporneo. Por tal razn, la intervencinmilitar en el espacio pblico, el derrocamientodel gobierno democrtico de Salvador AllendeGossens y la violacin de los derechos huma-nos corresponden a sucesos que forman partede la memoria colectiva de una nacin y que,30 aos despus de lo ocurrido, se transformanen las figuras determinantes de la dinmica de

    1 En el marco de la crisis econmica (dcada del 80), O`Donnell(1993: 85-86) plantea que pases como Chile, Bolivia y Argentina,compartieron los siguientes rasgos en comn: 1) un Estado que

    como principio del orden tiene una autoridad minscula sobrela conducta de muchos actores (); 2) un movimiento obrerocompletamente derrotado en el sentido de que ya no es capazde oponerse a las polticas neoliberales, excepto con protestasdesagregadas y efmeras; 3) una clase capitalista que sustancial-mente se devor as misma, con los ganadores metamorfosen-dose en conglomerados centrados financieramente y orientadoshacia fuera (); y 4) un sentimiento generalizado de que la vidabajo una inflacin continua e incierta es tan insoportable quecualquier solucin es preferible, incluso si esa solucin ratificaun mundo an ms desigual en el que se han perdido muchasformas de sociabilidad solidaria.

    configuracin de los discursos pblicos. Es decir,imbricacin de enunciados dentro de los relatosacerca de lo acontecido o, mejor dicho, portado-res de imaginarios sociales que se cristalizan enla memoria de un conjunto de individuos inte-

    grantes de una sociedad y que, no menos impor-tante, comparten una experiencia y los recuerdosde un perodo de la historia.

    En este sentido, cabe la necesidad de recal-car que el Golpe Militar

    2de 1973 acontecido en

    Chile es un hecho que marca el fin de un tipode proyecto pas que se vena articulando des-de principios del siglo XX sobre la base de loscambios constitucionales de 1925, un sistemade partidos polticos integrado en los diversos

    sectores sociales del pas, la conformacin de unEstado-nacin, un modelo de desarrollo econ-mico centrado en la industrializacin y moderni-zacin de los sistema de produccin nacional y elauge de una masa intelectual compenetrada conlos problemas del pas y reconocida en el mundo(Gabriel Mistral, Pablo Neruda, entre otros).

    Por lo tanto, asumimos que las distintas ge-neraciones de individuos que forman parte de un

    2 Desde nuestra perspectiva, podemos afirmar que las dictadu-ras en Amrica Latina corresponden a una instancia donde laimplementacin de las reformas neoliberales han configuradola doble dimensin del Estado: 1) Se debilita su capacidad pararedistribuir equitativamente las riquezas, cohesionar a la ciu-dadana a partir de un proyecto comn y gestionar la eficienteparticipacin democrtica (no meramente instrumental) de lasociedad civil. 2) Se fortalece su papel de interlocutor (no inter-ventor) entre el capital internacional y el mercado local, reguladorde la relacin entre el mercado y la sociedad civil, dinamizadorde las relaciones internacionales como mecanismo de compe-netracin econmica-poltica entre los pases industrializados ylas naciones en vas de desarrollo, y, finalmente, facilitador de lasmodificaciones necesarias (desregulaciones) para la subsistenciade determinados sistemas productivos y/o cambios de stos. Porsu parte, Garretn (2000:116) plantea que: El Estado combina,

    por un lado, dimensiones simblicas, institucionales, instrumen-tales, y actorales o de agente relativamente autnomo. Por otrolado, ejerce funciones coercitivas, reguladores, redistributivas,integrativas, dependiendo de qu esfera de la sociedad se trata.En el fondo, para el mencionado autor el Estado es el conjuntode instituciones y organizaciones que tienen el carcter pblicoy que en un espacio territorial determinado poseen el monopoliolegtimo de la fuerza. En este sentido, el Estado cristaliza lasdiversas relaciones de poder y dominacin que se observan enla sociedad y, adems, posee la capacidad de ser un agente dela unidad nacional y el promotor del modelo de desarrollo queimpulsa a la nacin.

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    pas, tambin forman parte de su historia y sereconocen en ella mediante los distintos proce-sos de socializacin y prcticas colectivas. De ahla importancia de comprender que nuestra me-moria colectiva se elabora a partir de un mo-

    mento histrico o punto de inflexin referencialpara la mayora de los chilenos por su relevanciaen virtud de las transformaciones ocurridas enel pas, es decir, nuestra memoria colectiva esproducto de nuestro pasado, es la reconstruc-cin de nuestro pasado mediante la accin co-municativa

    3simblica, y si bien se manifiesta a

    travs de diversas formas, creemos que la prc-tica discursiva en su sentido amplio precisa elestablecimiento de un espacio de encuentro yreconocimiento con el pasado y el conjunto de

    significaciones4 compartidas por los miembrosde un grupo.

    As, el recuerdo y la significacin comparti-da de un periodo o hecho

    5como accin social

    realizada por un grupo o sociedad en el marcode un espacio y tiempo especficos, configuralas bases de la memoria colectiva capaz deenvolver pero no confundirse con ella y muchomenos determinar su significacin absoluta lasmemorias individuales para apropiarse de una

    dimensin temporal esencial del hombre comoes el caso del pasado y, en efecto, mediante eluso de prcticas discursivas instituir imaginariossociales acerca del pasado, pero con la intencin

    3 Para Ren Kas (1996: 177) la memoria colectiva est estrecha-mente ligada a una experiencia vivida integrada a la historia de ungrupo y, por otra parte, se define en relacin con sta. Aquellosque no han compartido esa historia no pueden comunicar conesta memoria.

    4 Respecto a la nocin de significacin, Manuel Antonio Baeza(2003: 85) la entiende como el producto del ejercicio de lafacultad organizadora mental humana frente al problema que leplantea el cosmos, la naturaleza, el mundo social, el tiempo, el

    espacio, etc. No obstante, para que cosmos, naturaleza, mundosocial, espacio, tiempo, etc., tengan existencia real, cada unode ellos debe encontrase dotado de sentido subjetivamenteatribuido.

    5 Utilizaremos el concepto de periodo o hecho histrico enel sentido propuesto por Maurice Halbwachs (2004). Es decir,en el proceso de activacin de la memoria colectiva se asumeque con el pasar del tiempo el recuerdo de los hechos se alejao se tiende a perder precisin (detalles), por tal razn no existeun recuerdo necesariamente exhaustivo de un hecho sinoque por el contrario establecemos un instancia de recuerdo delconjunto.

    de articular un sentido de consenso acerca de loocurrido que permita proyectarnos en el presen-te un futuro cohesionado como pas.

    En este sentido, planteamos nuestro acuer-

    do con lo propuesto por Manuel Antonio Garre-tn (2003: 215-216):

    [] la necesidad de una memoria co-lectiva compartida sobre lo fundamental,aunque se discrepe muy profundamentesobre causas y consecuencias. Y lo ciertoes que nuestro pasado, es decir, nues-tro presente, es decir, nuestra proyec-cin como sociedad o comunidad haciaadelante, nuestro ncleo fundante y lo

    nico comn que tenemos, son ciertascristalizaciones histricas, ciertos hitosconstituyentes.

    Pues bien, durante el 2003 se llev a cabouna diversidad de actos conmemorativos de los30 aos del Golpe Militar en Chile. En el marco deun conjunto de actividades de carcter poltico,social y cultural, donde se manifiesta la memoriacolectiva en torno a este hito trascendental dela historia reciente de Chile, Ricardo Lagos Esco-bar

    6, Presidente de la Repblica en ese entonces,

    pronunci un discurso en el Palacio de la Mone-da con motivo de la ceremonia para recordar los30 aos del 11 de septiembre de 1973. No cabe

    6 Declaracin de Ricardo Lagos producto de una consulta acercade lo que dira en el marco de la conmemoracin de los 30 aosdel 11 de septiembre de 1973. Entrevista completa publicada(domingo 31 de agosto de 2003) por el diario argentino Pgina12.

    Hablar de estos 30 aos. Y tambin de lo que pas all eseda, por supuesto. Estamos trabajando en la apertura de la puertade Morand 80. (Una puerta lateral del palacio de gobierno quePinochet tapi). Le doy un sentido republicano, de apertura. La

    abrir para el 11 de septiembre. Morand 80 era la puerta pordonde entraba el ciudadano presidente a la Moneda y sala dela Moneda. Se construy a comienzos del siglo XX, cuando elpresidente viva en el sector privado del palacio presidencial. As,si el presidente entraba y sala por razones privadas, la guardiano tena necesidad de rendirle honores. Es un simbolismo delsistema democrtico. Y si fuimos capaces el 11 de marzo del2000, cuando asum, de abrir las puertas de la Moneda paraque la gente pudiera transitar por el medio del palacio todoslos das, me pareci que a 30 aos del golpe abrir Morand80 era el smbolo del restablecimiento de nuestras tradicionesrepublicanas.

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    Imaginario social, memoria colectiva y construccin de territorios en torno a los 30 aos del golpe militar en Chile

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    duda de que esta instancia conmemorativa tuvouna gran importancia en trminos polticos ysociales producto del prestigio social y relevan-cia nacional que posee la figura del Presidente dela Repblica para el conjunto de personas que in-

    tegran la sociedad chilena. Por tal razn, en estetrabajo pretendemos analizar una prctica dis-cursiva institucional para reconocer el imaginariosocial del 11 de septiembre de 1973 en el marcode los 30 aos del Golpe Militar en Chile, paralo cual, primero, se presenta una acotada des-cripcin terica de los conceptos de imaginariossociales y memoria colectiva, luego establece-mos la metodologa y el modelo de anlisis quese utilizar, para obtener, finalmente, resultadosy conclusiones respecto al objeto de nuestro in-

    ters analtico.

    1. Texto, frontera y territorio

    La obra de Iuri Lotman se eleva, en la semi-tica, como un territorio propio y nutrido por unainterdisciplinariedad que hace del autor ruso unode esos autores que pueden ser ledos desde ml-tiples posiciones, sin agotar su riqueza como pro-puesta analtica, esttica y, por qu no, poltica.

    Nacido en Petrogrado, Lotman fue profesorde la Universidad de Tart en Estonia donde de-sarroll una extensa obra en campos como la li-teratura, la semitica y la teora cultural. Su obra,en esta medida, avanza desde sus iniciales tra-bajos en literatura rusa del siglo XVIII hacia unaconcepcin de la cultura en trminos de dilogostextuales.

    En este sentido, resulta lgico pensar quesu obra es ms que una semitica especfica, es

    una semitica de la cultura que es la categori-zacin que se le ha dado y que advierte al lectorel sinnmero de objetos que son analizados porla Escuela de Tart-Mosc.

    La cuestin central de la cual parte la obrade Lotman es una redefinicin de la nocin detexto, ya no solo desde un punto de vista lin-gstico, sino como parte constituyente de un

    sistema mayor denominado semiosfera. En estamedida: Todo el espacio semitico puede serconsiderado como un mecanismo nico () Lasemiosfera es el espacio semitico fuera del cuales imposible la existencia misma de la semiosis

    (Lotman, 1996:24).

    De modo que en un sentido amplio, la se-mitica de la cultura se refiere al texto como unacomunicacin construida en un determinadosistema sgnico. En esta medida, se entiende laamplitud de objetos analizables desde esta pers-pectiva: un ballet,una pintura, una pieza musical,un libro, etc.

    El texto visto as es el modo de organizacin

    bsico y fundamental de la vida cultural y no soloun portador informacional. El texto es la expre-sin del devenir temporal y la concrecin del es-pacio. Como ha sealado Julia Kristeva (2007), laidea de texto como un modelo reducido de lacultura es interesante pues transforma al textoen una actividad compleja e interactiva dondesurge el significado. De este modo, el texto ge-nera el significado del lenguaje y no a la inversa.

    Las siguientes son algunas de las funciones

    que Lotman atribuye a los textos:

    1. Entre destinador y destinatario, el texto cum-ple una funcin de portador de informacin.

    2. Entre el auditorio y la tradicin cultural eltexto cumple una funcin de memoria cul-tural cuya funcin es establecer cristalizacio-nes e hitos relevantes.

    3. En el trato del lector con el texto, el texto

    deja de ser un mero portador de informa-cin y deviene un interlocutor con alto gradode autonoma. Sobre este aspecto, Lotman(1996:97) seala: En este punto, el textodeja de ser un eslabn pasivo de la trans-misin de alguna informacin constante deentrada () El deslizamiento entre ordena-mientos estructurales de diverso gnero, leconfiere al texto posibilidades de sentido

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    mayores que aquellas de que dispone cual-quier lenguaje tomado por separado.

    A estas tres funciones que nos interesa re-saltar, habra que agregar una cuarta que resulta

    interesante:

    4. En el trato del lector con el texto, el textono es solo un portador de informacin conalto grado de autonoma sino, tambin, unportador sentimental y un desencadenantesentimental.

    El texto es el origen de la vida cultural y seubica en la semiosfera en coexistencia con otrosmltiples textos al menos en dos sistemas: un

    sistema modelador primario, que corresponde atodos los textos derivados de las lenguas primariasy; un sistema modelador secundario, que son tex-tos como el ballet,la pera o la pintura, entre otros.

    Por otro lado, la existencia de una vida or-ganizada en textos exige como ya hemos sea-lado un material exterior a la semiosfera y queconstantemente est siendo traducido para suasimilacin y para la formacin de nuevos tex-tos. Como seala Peamarn, siguiendo a Lotman

    (1996:143): La cultura, memoria no hereditariade la colectividad, implica la construccin de unsistema de reglas para la traduccin de la experien-cia en texto.

    De este modo, desde la concepcin del tex-to como entidad homognea y estable, surge eltrabajo bajtiniano y postbajtiniano, retomado,entre otros, por Lotman, que destaca el juego l-mite de los textos y su exterior no organizado, ytambin el juego de traducciones entre textos de

    la propia semiosfera.

    Siguiendo esta concepcin, la cuestin de lamemoria es, antes que del hito (el monumento,la biografa, etc.), del procedimiento semiolgi-co mediante el cual se organiza la experienciaen textos, que son organismos plurivoclicos ydialgicos. En esta medida, la memoria no es unmero depsito de saberes sino un dispositivo

    que, como seala Agamben (2003) siguiendo aFoucault, tiene una funcin estratgica concreta,inscrita en una relacin de poder.

    La condicin de la dialogicidad textual es, en

    esta medida, siempre posible y no guarda contra-diccin con la incomprensin, por ejemplo, en-tre dos interlocutores. Esto ltimo tiene relacincon la apertura o no al encuentro y entendimien-to con el otro. Epistemolgicamente el dilogose da entre textos y el proceso de significacinocurre entre emisores y receptores con variadoscdigos. Sostenemos como Peamarn (2006)que el malentendido y el desencuentro parecenser estructurales a toda comunicacin (Peama-rn, 2006).

    La memoria como un dispositivo no es, enesta medida, la enumeracin de hechos y la cris-talizacin de hroes o acciones sino el dinmicoproceso de formacin del sentido, traducido entexto y que interviene en nuestra vida tanto ra-cional como pasional.

    2. Memoria colectiva. Algunas precisionesconceptuales

    Como venimos sealando, la traduccin dela experiencia en textos es una actividad sensi-ble, compleja en la medida que implica una acti-vidad de poder verificable en el continuo despla-zamiento o marginacin de otros sentidos. Ahorabien, si toda experiencia es siempre traducibleen textos, la lucha de poder se centra, ms bien,en el caso de la memoria, en la pugna por cu-les dispositivos se elevan como parte de espaciopblico y de la visibilidad que hegemoniza deter-minadas formas de sentir y observar la realidad.

    En el caso de la memoria, se trata de cons-truir dispositivos que construyan un territoriocompartido que aglutine los sentires y saberes deuna colectividad.

    Con el objeto de avanzar en la descripcinde los conceptos centrales que dan sentido anuestro trabajo, nos planteamos la necesidad de

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    Imaginario social, memoria colectiva y construccin de territorios en torno a los 30 aos del golpe militar en Chile

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    identificar algunas definiciones para comprenderel concepto de memoria colectiva y, a su vez,establecer algunas breves precisiones respectoal mismo concepto desde una perspectiva socio-lgica contempornea.

    Es decir, si bien nuestra intencin no es pre-sentar un desarrollo acabado del concepto, noes menos importante asumir que las ideas pro-puestas acerca de la memoria colectiva, y quemarcan la lgica del presente apartado, se sus-tentan en las reflexiones y propuestas tericastrabajadas por varios autores contemporneos:Maurice Halbwachs (2004), Manuel Antonio Ga-rretn (2000, 2003), Manuel Antonio Baeza (2001,2003) y Ren Kas (2006).

    Conforme a esta breve presentacin de loslmites e intenciones de este punto dentro deltrabajo, quisiramos comenzar por precisar loque entenderemos por memoria colectiva, to-mando como base la propuesta de Maurice Hal-bwachs (2004: 36):

    [] podemos hablar de memoria co-lectiva cuando evocamos un hecho queocupaba un lugar en la vida de nuestro

    grupo y que hemos planteado o plan-teamos ahora en el momento en que lorecordamos, desde el punto de vista deeste grupo.

    Sin embargo, no podemos atribuir a la ac-cin de evocar, enunciar, nombrar o mencionarun hecho del pasado como naturaleza suficienteque permita establecer la memoria colectivade un grupo. Si nos quedamos con esta prime-ra impresin creemos estaramos legitiman-

    do una concepcin de la memoria colectivacomo la mera identificacin e incluso, comosimple enumeracin de hechos histricos queson determinados de forma objetiva productode un rigor cientfico articulado sobre la base deun adecuado tratamiento y anlisis de cualquierhecho histrico. O sea, estaramos negando lacondicin de subjetividad

    7y la condicin polti-

    7 Desde la hermenutica, es posible desarrollar una relacin con

    ca al proceso de configuracin de una memoriacolectiva. De este modo, es posible concor-dar con lo postulado por Maurice Halbwachs(2004: 56):

    Evidentemente, si la memoria colec-tiva no tuviera ms base material que laseries de fechas o listas de hechos hist-ricos, su papel en la fijacin de nuestrosrecuerdos sera slo secundario.

    Por consiguiente, en palabras de Manuel An-tonio Baeza (2003: 99):

    La memoria colectiva no es otra cosaque un conjunto de significaciones social-

    mente compartidas del pasado; no se tratade una coleccin de recuerdos de aconte-cimiento emblemticos, sino de sentidosadosados a tales o cuales hechos que,efectivamente adquieren as un carctersobresaliente.

    Al reflexionar sobre la base de lo menciona-do, podemos asumir a priori que los hechosocurridos a partir del 11 de septiembre de 1973han dejado una marca significativa en la histo-ria de Chile y en los individuos que conformandeterminados grupos sociales. Esto quiere decirque los individuos que forman parte de un grupoestablecen los contenidos y las significacionesen relacin con los hechos del pasado dentro deun plano comn de reconocimiento, o sea, se ar-ticula su memoria colectiva mediante la accinde compartir algo en comn producto de la rela-cin intragrupal que funda una colectividad y surespectiva identidad.

    el concepto de subjetividad y memoria colectiva, es decir, enel marco de esta relacin la denominada cuestin hermenuticanos permite comprender que la existencia de una concienciahistrica y de significacin respecto a dicha conciencia implicael hacer consciente los propios prejuicios (marcos sociales dereferencia) en virtud del encuentro con la tradicin y que guanal individuo en la comprensin de un hecho histrico. Por ende,la experiencia hermenutica, segn las palabras de Gadamer(1998: 218): no consiste en que algo est afuera y tienda aentrar dentro, sino ms bien al hecho de ser captado por algoy justamente en virtud de lo que nos capta y posee, estamosabiertos a lo nuevo, a lo distinto, a lo verdadero.

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    Volvamos nuevamente a Manuel AntonioBaeza (2008: 189 y 190)

    La subjetividad individual responsablede significacin del mundo se revela sin

    embargo insuficiente para estos efectosy, por lo mismo, debe enriquecerse consignificaciones que son, en definitiva,compartidas. [Por tal razn] las figurasimaginario-sociales

    8son algo as y se

    comportan como tales- como una verdadconvenienteque parece satisfactoria a ungrupo social

    Evidentemente, los individuos de un grupose encuentran estrechamente ligados mediante

    la significacin de una experiencia vivida en elmarco de su historia individual y de la historiadel pas donde habitan; por tal razn la memoriacolectiva y la memoria individual se comple-mentan, por un lado, en la medida que la primeralogra sustentar el trabajo de construccin de lasegunda y, por otro, la memoria individual re-quiere muchas veces cuando se trata de hechosocurridos en periodos alejados del presente deenunciacin la colaboracin de las dems me-morias individuales, pero con la condicin de la

    existencia de puntos en comn entre una y otras.Asistimos ac, en realidad, a la investidura de

    relevancia que posee la memoria colectiva paralas diversas sociedades al considerarla como ejecentral, o mejor dicho, como agente vital para lareproduccin de cada una de las sociedades ensu sentido singular o particular.

    De modo que, desde la perspectiva de Ma-nuel Antonio Baeza (2003: 100):

    el tiempo pasado no es histricopor el slo hecho de ser tiempo transcurrido

    9y

    cargado de acontecimientos, o sea tiempo

    8 El concepto de imaginarios sociales, desde un punto de vistafenomenolgico, evoca por ende la facultad social de llevar acabo significatividad con sentido prctico para abordar preci-samente la experiencia existencial compartida, sin olvidar paraestos propsitos, por cierto, aquello que A. Giddens llama unregistro reflexivo (Baeza, 2008: 190).

    9 Las cursivasson nuestras.

    presente que dej de serlo, sino por el he-cho de ser tiempo significadocolectivamente.

    Por consiguiente:

    En realidad esta dimensin del tiempoque es el pasado es uno de los mbitosms asociados al tema de la significa-cin fluctuante. Sin ella, por ejemplo, losacontecimientos trgicos del Chile de los70-80 no tendran ninguna posibilidad derepercutir simblicamente en el presentedel Chile contemporneo y, por supuesto,el pas estara expuesto a revivir pareci-das experiencias sin lecciones del pasado(Baeza, 2003: 100)

    En sntesis, y para concluir el presente apar-tado, diremos que la memoria colectiva corres-ponde a una dimensin vital para la constitucinde los individuos como sujetos sociales, los cua-les construyen o (re)construyen su pasado comobase para la estructuracin de un proyecto pas

    10.

    En consecuencia, siguiendo la reflexin de RenKas (2006), diremos que la memoria colectivaes el conjunto de recuerdos y significaciones deestos, que son transmitidas a los miembros de ungrupo o sociedad y que adquieren sentido pro-ducto del vnculo intergeneracional en un tiempoy espacio determinados.

    3. Propuesta metodolgica

    En el plano epistemolgico, entendemosque la realidad social es construida por los indi-viduos mediante la accin intersubjetiva que searticula producto de las diversas interaccionessociales. Incluso, se asume que en el marco delproceso comunicativo que se atribuye como ac-cin propia de los individuos, estos compartensignificados en comn respecto a la realidad so-

    10 En palabras de Manuel Antonio Garretn (2003: 216): No hayproyecto de pas que ni implique elaboracin de la memoria,aunque sta no agote el contenido de un proyecto. Y la faltaactual de un proyecto de pas o estatal nacional en parte se ex-plica por la amnesia parcial en estos aos. Es slo en este 2003,que parece desgarrarse el tupido velo que habamos tejido sobrenuestra historia contempornea y que comienza a hablarse delos que se ha callado hasta ahora.

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    Imaginario social, memoria colectiva y construccin de territorios en torno a los 30 aos del golpe militar en Chile

    Anagramas Volumen 10, N 20 pp. 19-36 ISSN 1692-2522 Enero-Junio de 2012. 228 p. Medelln, Colombia 27

    cial construida. Por lo tanto, es posible estudiarun fenmeno desde una perspectiva cualitativacompatible con los fundamentos tericos quesustentan el marco comprensivo y descriptivode nuestro estudio, donde adems se asume

    como parte del trabajo de anlisis de un inves-tigador la intencin de objetivar

    11, en la medida

    de lo posible, un fenmeno constituyente de unarealidad social.

    En el mismo sentido y como una manera decomplementar lo anterior, destacamos la rela-cin que existe entre los imaginarios sociales y laproduccin discursiva en toda sociedad moder-na, puesto que dicha relacin nos permite com-prender que el discurso es el reflejo de una lucha

    entre significados dominantes y dominados, en-tre las estrategias de construccin de sentido delos mltiples contenidos expuestos y las variadasinterpretaciones que puede hacer un individuo altomar como elementos referenciales las propiasexperiencias. O sea, se tendr que considerarque la produccin discursiva en diversos mbi-tos sociales y su posterior entrada al juego delas interpretaciones de los individuos faculta a unsector de la sociedad para establecer una estra-tegia de poder mediante el control de la prctica

    discursiva como mecanismo necesario para laconstruccin de una realidad y (re)configuracinde la memoria colectiva.

    As, entonces, para cumplir con el objetivocentral del presente estudio se ha elaborado unmodelo de anlisis sobre la base de las perspec-tivas tericas trabajadas por J. Courts (1995) yJ-C. Giroud y L. Panier (1988), que es empleadoparticularmente para el anlisis de discursos po-lticos, lo que nos permitir establecer la presen-

    cia de figuras, roles, valores temticos, fases na-

    11 Para los fines de nuestra investigacin, se comparte la propuestade Baeza (2008: 45) respecto a la objetivacin entendida enun sentido simple - como un compromiso entre lo materialmentedado y lo subjetivamente entendido como dado; [y] en unsentido complejo como un esfuerzo intelectual riguroso paraconvertir en evidencias aspectos visibles y no visibles de la rea-lidad [] realidad que desde nuestro punto de vista se hacepresente en el discurso, o sea el discurso es un dispositivo quematerializa el imaginario social en el entramado de relacionessociales.

    rratolgicas, contextos que enmarcan el sentidode lo enunciado y elementos de la estructura designificacin que sustentan la lgica del discursopresidencial en conmemoracin de los 30 aosdel 11 de septiembre de 1973.

    En este sentido, la matriz de anlisis pro-puesta nos permite estudiar el discurso presi-dencial de Ricardo Lagos, con la intencin dedescribir el imaginario social construido en tor-no a la conmemoracin de los 30 aos del 11de septiembre de 1973 y, por ende, se estableceun conjunto de categoras de anlisis afines conla intencin de determinar aquellos elementosdiscursivos y las relaciones de significacin quesustentan los constructos de sentido acerca de

    la simblica fecha.

    As, entonces, el material que ser anali-zado en este estudio lo constituye el siguientecorpus:

    IDENTIFICACIN DEL CORPUS

    a) InstitucinPresidencia de la Repblicade Chile

    b) Tipo de texto Discurso Presidencial

    c) Tipo de discurso Poltico

    d) Actor/ Hablante Ricardo Lagos Escobar

    e) Lugar de emisin Palacio de la Moneda

    f) FechaJueves, 11 de septiembre de2003

    g) ContextoActo de conmemoracin delos 30 aos del 11 de sep-tiembre de 1973

    Tabla I. Elaboracin propia. Identificacin delcorpus analizado en el presente trabajo

    En definitiva, si las representaciones discur-sivas estn sustentadas en un principio ideol-gico que logra unificar el sentido de un discurso,entonces se hace evidente la facultad que po-seen los imaginarios sociales para categorizar,

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    rotular, articular y disponer de la construccinsocial de sentido en torno a un colectivo, su-jeto u objeto sobre la base de creencias com-partidas socioculturalmente y, de esta manera,se establece un discurso verosmil capaz de re-

    forzar en la memoria colectiva los imagina-rios que se han transmitido por medio de lasdiversas operaciones socializadoras de cadacomunidad.

    4. Presentacin de los resultados

    4.1 Identificacin de figuras, roles y valores

    temticos

    A continuacin se procede a presentar uncuadro resumen de las figuras, roles y valorestemticos de mayor relevancia, presentes en eldiscurso presidencial de Ricardo Lagos.

    MODELO DE ANLISIS DEL DISCURSO

    NIVEL DE ANLISIS: ESTRUCTURA DEL DISCURSO

    Figuras / Rol Valores temticos Situaciones discursivas

    Consiste en identificarlas distintas figuras(actores, instituciones,tiempo(s), lugar(es)), queaparecen en el discursoy el papel que se lesasigna a cada uno en elrelato.

    Es el sentido que se construye a partir de las rela-ciones entre las figuras y sus recorridos figurativos.Por lo tanto, las figuras tienen un valor a partir de surelacin con otras figuras.

    Todo texto dispone alos actores en un(os)tiempo(s) y en un (os)lugar(es), permitiendoesta disposicin la lec-tura de un texto a partirde la identificacin desituaciones discursivas(relaciones entre figu-

    ras).

    Fase de manipulacin Fase de competencia Fase de performancia Fase de sancin

    Consiste en indicar larelacin entre quienhace-hacer, mediantepersuasin, amenaza,seduccin, promesa,etc., algo a determina-dos sistemas-actores.

    Consiste en identificarlas caractersticas quehacen a un sistema-actor manipular a otro.

    Consiste en identificarlas transformacionesque un sistema-actorrealiza sobre otro.

    Consiste en identificarlas posibles consecuen-cias expresadas en elrelato para lograr la ma-nipulacin de un siste-ma-actor sobre otro.

    NIVEL DE ANLISIS: ESTRUCTURA DE LA SIGNIFICACIN

    Relaciones de contra-riedad

    Relaciones de contradiccin Relaciones de comple-mentariedad

    Relacin lgica entre A yB, y entre NO B y NO A.

    Relacin lgica entre A y NO A, y entre B y NO B. Relacin lgica entre A yNO B, y B y NO A.

    Tabla II. Elaboracin propia. Componentes del modelo de anlisis utilizado en el presente trabajo

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    Imaginario social, memoria colectiva y construccin de territorios en torno a los 30 aos del golpe militar en Chile

    Anagramas Volumen 10, N 20 pp. 19-36 ISSN 1692-2522 Enero-Junio de 2012. 228 p. Medelln, Colombia 29

    Figura Rol Valor Temtico

    Presidente de la RepblicaRicardo Lagos

    (figura / actor)

    Mandatario de la nacin chilena que recuerda y reflexionasobre un hecho ocurrido el 11 de septiembre de 1973 yevala la situacin actual de la nacin. Asimismo, motiva

    a seguir avanzando en la construccin del pas.

    Esta figura tiene elvalor de reflexin, mo-tivacin y evaluacin.

    Presidente Allende

    (figura / actor)

    Referente del que hace uso / mencin la figura del Pre-sidente de la Repblica Ricardo Lagos para evocar unmomento de dolor que marc la historia de Chile.

    Esta figura tiene elvalor de memoria ysacrificio.

    11 de septiembre de 1973

    (figura / tiempo)

    Fecha indicadora de un momento doloroso ocurrido hace30 aos en la historia de Chile.

    Esta figura tiene elvalor de memoria.

    La Moneda

    (figura / lugar)

    Espacio fsico donde se desarrolla el acto reflexivo dela figura del Presidente de la Repblica Ricardo Lagosacerca del momento histrico ocurrido el 11 de sep-

    tiembre de 1973.

    Esta figura tiene elvalor de lugar.

    Chile

    (figura / actor)

    Representacin de los habitantes, territorio y gobiernoque conforman la Nacin chilena afectada por la situa-cin ocurrida el 11 de septiembre de 1973 y que en laactualidad est inserta en un proceso de consolidacindemocrtica.

    Esta figura tiene elvalor de reflexin ydesarrollo.

    Tabla III. Elaboracin propia. Identificacin de figuras, roles y valores temticos

    4.2 Identificacin de fases narratolgicas

    En este nivel de anlisis nos encontramosfrente a un desarrollo ms abstracto donde eltexto se organiza mediante el componente na-rrativo. Aqu, se despliega una serie de situacio-nes (estados) y de acciones (transformaciones)entre esos estados. En este anlisis se clasificanlos enunciados de un texto en dos categoras:los enunciados de estados (ser) y los enuncia-dos de operaciones (hacer), para as establecerrelaciones entre los enunciados de acuerdo con

    determinadas fases.

    1) Fase de manipulacin

    En el proceso de anlisis que corresponde aesta fase inicial del esquema narrativo se identi-ficaron los actantes y papeles actanciales de lasfiguras ms representativas existentes en el niveldiscursivo. De esta forma, la figura del Presiden-

    te de la Repblica Ricardo Lagos es el actante

    destinador (hace hacer) de la manipulacin porpersuasin y desempea un papel actancial delder, que incita a otro a realizar el programa. Asi-mismo, la figura de Chile es el actante sujeto ope-rador (tiene que hacer) quien por voluntad eje-cuta el programa, y posee un papel actancial deNacin. Este actante representa los habitantes,territorio y gobierno que conforman la Nacinchilena afectada por la situacin ocurrida el 11de septiembre de 1973 y que deber construir unpas basado en el bienestar social.

    Cuando un actante lleva a cabo determina-das acciones que hacen actuar a otro actante,se establece la existencia de un sujeto que debealcanzar un objetivo que se denomina programa.En el texto analizado el programa identificadocorresponde a la construccin de un futuro basa-do en la paz, el bienestar y la justicia social, y quela Nacin (sujeto operador) alcanzar a travs del

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    recuerdo y la reflexin sobre un acontecimientocatalogado como doloroso (11 de septiembre de1973).

    2) Fase de competencia

    En esta etapa se observa el desarrollo yadquisicin de las condiciones necesarias paralograr el programa establecido en la fase demanipulacin. As, el papel actancial de Nacin(sujeto operador) en el desarrollo del discursorecuerda reiterativamente el acontecimiento del11 de septiembre de 1973 (memoria), reflexionasobre lo ocurrido (reflexin) y valora las accionesen torno al sacrificio hecho por los chilenos.

    3) Fase de performancia

    Aqu, la accin realizada por el sujeto opera-dor (Nacin) desemboca en el cumplimiento delos objetivos planteados en el proceso de mani-pulacin; es decir, se ha llevado a cabo la accinque transforma la situacin inicial del discurso.En este sentido, la Nacin ha alcanzado un nivelde progreso significativo basado en la reflexinen torno a las experiencias del pasado y ha cons-truido un pas dotado de instituciones renovadas

    y slidas, valorando la integracin de sus institu-ciones militares al orden democrtico.

    4) Fase de sancin

    Una vez alcanzada la transformacin, seencuentran nuevamente el actante destinador(Lder) quien en esta etapa desempea un rolactancial de destinador epistmico, para reali-zar una evaluacin de la accin transformadorarealizada por el sujeto operador (Nacin) y que la

    sanciona en funcin de un sistema de valores. Enel caso del discurso, la Nacin (sujeto operador)recibe un reconocimiento (recompensa) de partedel destinador epistmico (Lder) por las compe-tencias y performancia alcanzada, situacin quese traduce en la valoracin de la reconstruccinde la democracia, del afianzamiento de las liber-tades pblicas, convivencia basada en el plura-lismo, tolerancia, respeto y unidad del alma na-

    cional. Lo anterior se enmarca en el programa,donde se entabla la construccin de un pas entorno a la obtencin de la paz, el bienestar y lajusticia social.

    4.3 Identificacin de situaciones discursivas

    A travs de la lectura y el anlisis del texto esposible identificar situaciones discursivas dondelas figuras existentes en l poseen recorridos fi-gurativos que al mismo tiempo configuran valo-res temticos especficos articulados entre ellos.

    La primera situacin discursiva existente enel texto se elabora en un primer momento con elsaludo protocolar del Presidente Ricardo Lagos

    a diferentes autoridades y a todos los miembrosdel pas, estableciendo con ello una relacin en-tre el lder y la Nacin; entre la figura del Presi-dente de la Repblica Ricardo Lagos y la figurade Chile.

    Fragmento 1: Seor Nuncio, seoresmiembros del cuerpo diplomtico, seorCardenal, autoridades religiosas, autori-dades civiles, amigos y amigas, chilenosy chilenas

    En la segunda situacin discursiva se incor-pora la figura del Presidente Allende a la relacinestructurada en la primera situacin. As, estanueva figura (actor) es empleada por el presiden-te Ricardo Lagos para identificar un momentodeterminado de la historia de Chile y entablaruna relacin de recuerdo (memoria) que conlle-va un acto de reflexin a desarrollar por la figurade Chile, entendida esta con la misma dimensinfigurativa descrita anteriormente; es decir comoNacin.

    Fragmento 2: Recogimiento en primerlugar ante un acto grande, muy grande: elsacrificio supremo de un Presidente de LaRepblica en cumplimiento de su deberante la legtima investidura que ostentaba.Un acto de total renunciamiento personal,tal cual lo hicieron otros Jefes de Estadoen nuestra historia patria.

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    Imaginario social, memoria colectiva y construccin de territorios en torno a los 30 aos del golpe militar en Chile

    Anagramas Volumen 10, N 20 pp. 19-36 ISSN 1692-2522 Enero-Junio de 2012. 228 p. Medelln, Colombia 31

    Fragmento 3: Reflexin de un pasdonde cada da ms ese dolor se convier-te en memoria, en memoria de todos loschilenos, en memoria compartida, aunquenecesariamente comn, porque es natural

    que existan versiones diversas de lo acae-cido hace 30 aos.

    Asimismo, se observa una situacin discursi-va en la que aparece la figura de tiempo del 11 deseptiembre de 1973 (representado por lo acae-cido hace 30 aos) y la figura de espacio de LaMoneda para as determinar la relacin existenteentre las figuras propuestas en las situaciones an-teriores (las figuras del presidente de la RepblicaRicardo Lagos, de Chile y del presidente Allende).

    En el texto la figura de La Moneda indica el lugardonde se desarrolla la accin discursiva; es decir,el acto de conmemoracin de los 30 aos del 11de septiembre de 1973. Por su parte, el 11 deseptiembre corresponde a una figura de tiempoque representa un acontecimiento consideradorelevante en este discurso y evoca en la memoriade la Nacin un momento de dolor.

    Fragmento 4: Reflexin de un pasdonde cada da ms ese dolor se convier-te en memoria, en memoria de todos loschilenos, en memoria compartida, aunquenecesariamente comn, porque es naturalque existan versiones diversas de lo acae-cido hace 30 aos.

    Fragmento 5: Reflexin, eso s, de unpas que manifiesta su voluntad de que ellono debe volver a ocurrir en nuestra historia.Es un da de invocacin espiritual ampliay ecumnica, como lo ha expresado esteacto aqu en La Moneda.

    La siguiente situacin discursiva correspon-de al momento en que la figura del presidente dela Repblica, Ricardo Lagos, establece una rela-cin entre la figura del presidente Allende y la fi-gura de Chile en torno a los ideales plasmados enlas ltimas palabras del presidente Allende (paz,justicia social y bienestar) y que son los pilaresfundamentales para la realizacin de un objetivo.

    Fragmento 6: Las ltimas palabras delPresidente Allende no fueron expresionesde clera, menos de resentimiento. Fueronexpresiones que aludieron a un futuro depaz, bienestar, de justicia social. Por ello

    permanecieron, por ello hoy tienen sentidotanto para sus partidarios como para susdetractores. Por eso esas palabras estndirigidas a todos los chilenos y todos loschilenos debemos hacerlas nuestras paraconstruir ese futuro.

    Este sentido alcanza toda su plenituden la medida que hace ms grande y ge-nerosa el alma de Chile, en la medida quehace ms grande y generosa nuestra Patria.

    En una posterior situacin discursiva desapa-rece la figura del presidente Allende y es posibleidentificar una relacin de liderazgo entre la figuradel Presidente Lagos y la figura de Chile que esoriginada por las situaciones discursivas dondese describe la relacin entre las figuras del presi-dente Allende, el 11 de septiembre de 1973 y deChile que es originada por la situacin discursivadonde se describe la relacin entre la figura delpresidente Allende y el 11 de septiembre.

    Fragmento 7: Y construir ese futuro es

    nuestro deber y nuestra tarea. Construirun Chile donde no vuelva a ocurrir jamslo que hace 30 aos ocurri. Donde jamslos chilenos se vean entre s como enemi-gos, donde las diferencias sean parte dela normalidad democrtica y no trincherasenfrentadas. Esa es nuestra misin, la detodos nosotros.

    Se puede destacar la presente situacin dis-cursiva a partir del valor de progreso evidente en

    la figura de Chile, como consecuencia de la ac-cin evaluadora que ejerce la figura del presiden-te de la Repblica Ricardo Lagos en el discurso.

    Asimismo, la figura de la Moneda es utilizada enla presente situacin discursiva como un referen-te de la confirmacin de la democracia.

    Fragmento 8: Misin que por fortuna,como todos sabemos, est en curso y a la

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    que por lo tanto, no tenemos hoy que darinicio, sino que tenemos que continuarllevndola adelante.

    Fragmento 9: Lo avanzado en nuestra

    convivencia no es slo mrito de quieneshemos ejercido el Gobierno del pas enestos aos. Es mrito de todos los chi-lenos y chilenas, de sus trabajadores yde sus emprendedores, del conjunto delas instituciones, de las fuerzas morales,intelectuales y creativas del pas, muchosde cuyos representantes estn hoy aqu ynos acompaan en este acto.

    Fragmento 10: Ese Chile libre quecristaliza en la apertura de las puertas deLa Moneda y donde hoy se ha restablecidola tradicional puerta que simboliza nuestrosello republicano.

    Finalmente, encontramos una situacindiscursiva donde la relacin de la figura del pre-sidente de la Repblica, Ricardo Lagos, y la fi-gura de Chile est mediada por la figura del 11de septiembre de 1973 y por los objetivos plan-teados en la cuarta situacin discursiva (paz,justicia social, pluralismo, afianzamiento de las

    libertades, etc.) y que estructuran el programadel texto.

    Fragmento 11: As y slo as esesacrificio de hace 30 aos cobrar todosu sentido. Slo as las anchas alamedasfinalmente se abrirn para todos los hijosde esta tierra.

    Chile con su memoria completa y nofragmentada ser cada vez ms un pas mshumano, ms unido, ms confiado.

    Ser un Chile mejor.

    Ser un Chile, como dice la cantataen su coro que acabamos de escuchar,una ciudad yo quisiera/ construida en li-bertad/ un mundo ancho y abierto/ dondepodamos amar.

    5. Conclusiones del trabajo

    A partir de los resultados obtenidos pode-mos concluir que existe una representacin or-denada y lgica del texto analizado a partir de

    los enunciados que se construyen en referenciaal acontecimiento histrico del Golpe Militar de1973 en Chile y que, por lo dems, ha determina-do una cristalizacin dicotmica acerca del even-to histrico en la memoria colectiva del pas. Loanterior se observa con claridad, en la medidaque el discurso presidencial logra reconstruc-cin las redes de significacin y los recorridoshistricos mediante relaciones de contrariedad,de contradiccin y de complementariedad paraesbozar as el sentido del discurso.

    De este modo, el anlisis del discurso pre-sidencial establece las bases de un imaginariosocial (sistemas de significacin subyacentes) entorno a los 30 aos del 11 de septiembre de 1973,a partir de una trada de oposiciones existentesen el nivel lgico-semntico y que corresponde alas siguientes relaciones:

    Fig. I. Elaboracin propia. Relaciones semiticas en torno a los 30 aos del Golpe Militar en Chile

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    Imaginario social, memoria colectiva y construccin de territorios en torno a los 30 aos del golpe militar en Chile

    Anagramas Volumen 10, N 20 pp. 19-36 ISSN 1692-2522 Enero-Junio de 2012. 228 p. Medelln, Colombia 33

    La oposicin designada como Memoria-Ol-vido tiene un valor de significacin fundamentalen el discurso, ya que la figura del presidente de laRepblica, Ricardo Lagos (nivel discursivo), en eldesarrollo del texto relaciona las figuras del pre-sidente Allende y la figura del 11 de septiembrede 1973 para apelar a la memoria colectiva quese tiene de un acontecimiento y, de esta manera,emprender la reflexin que permita construir unpas basado en las ideas de paz, bienestar y jus-

    ticia social.12

    .

    Por su parte, en el nivel narrativo esta opo-sicin se caracteriza por la relacin en la fase dehacer-hacer, en la cual el sujeto operador del dis-curso tiene que cumplir con el programa deter-minado que se sustenta en el valor de memoria

    12 Fragmentos (F) del discurso presidencial en conmemoracin de los 30 aosdel 11 de septiembre de 1973.

    (F1) Es un da para la memoria, para hacernos cargo con

    madurez de aquel momento de nuestra historia que tanto dolornos ha causado.

    (F2) Recogimiento en primer lugar ante un acto grande, muygrande: el sacrificio supremo de un Presidente de la Repblicaen cumplimiento de su deber ante la legtima investidura queostentaba. Un acto de total renunciamiento personal, tal cuallo hicieron otros Jefes de Estado en nuestra historia patria.

    (F3) Reflexin de un pas donde cada da ms ese dolor seconvierte en memoria, en memoria de todos los chilenos, enmemoria compartida, aunque no necesariamente comn, porquees natural que existan versiones diversas de lo acaecido hace 30aos.

    como eje articulador de las dems figuras y pa-peles actanciales.

    Otra oposicin presente en el texto analiza-do es la de Reflexin-Inconsciencia

    13, que funcio-

    na de forma dependiente de la relacin anterior,ya que su significacin en el texto est dada porla presencia de la figura del 11 de septiembre de1973 y la del presidente Allende que es empleadapor la figura del presidente de la Repblica, Ri-

    cardo Lagos, para evocar el recuerdo y la accinreflexiva como forma de motivar e impulsar eldesarrollo del pas, de manera que ese momentocobre un sentido completo en la historia de Chile.

    13 (F4) Reflexin de un pas donde cada da ms ese dolor seconvierte en memoria, en memoria de todos los chilenos, enmemoria compartida, aunque no necesariamente comn, porquees natural que existan versiones diversas de lo acaecido hace 30aos.

    (F5) Reflexin, eso s, de un pas que manifiesta su voluntadde que ello no debe volver a ocurrir en nuestra historia. Es unda de invocacin espiritual amplia y ecumnica, como lo haexpresado este acto aqu en La Moneda.

    (F6) Es tambin un da de valoracin de quienes a partir deesos momentos de dolor y de tragedia encarnaron lo mejor delser humano, protegieron a los perseguidos, lucharon por losderechos humanos.

    (F7) Es tambin un da de reflexin sobre el sentido de esesacrificio. Y este sentido no puede ser ni de rencor ni de divisin.

    (F8) Construir un Chile donde no vuelva a ocurrir jams loque hace 30 aos ocurri. Donde jams los chilenos se veanentre s como enemigos, donde las diferencias sean parte dela normalidad democrtica y no trincheras enfrentadas. Esa esnuestra misin, la de todos nosotros.

    Fig. II. Elaboracin propia. Relaciones semiticas en torno a los 30 aos del Golpe Militar en Chile

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    Finalmente, se observa en el discurso laoposicin de Desarrollo-Estancamiento

    14que da

    cuenta del efecto discursivo que surge a partir delas lgicas alcanzadas en las oposiciones ante-riores. De esta forma, se establece la relacin en-tre la memoria, recuerdo de un momento hist-rico de Chile, y el proceso reflexivo permanentesobre dicho momento. Alcanzar esta relacin lepermite a Chile encauzar un camino de desarrollosustentado en la reflexin y la memoria, situacinque evidencia en el discurso una relacin entrelas figuras identificadas en el plano discursivo yel proceso de estas figuras en las cuatro fases del

    nivel narrativo.

    14 (F9) Lo avanzado en nuestra convivencia no es slomrito de quienes hemos ejercido el Gobierno del pas enestos aos. Es mrito de todos los chilenos y chilenas, desus trabajadores y de sus emprendedores, del conjuntode las instituciones, de las fuerzas morales, intelectualesy creativas del pas, muchos de cuyos representantesestn hoy aqu y nos acompaan en este acto.

    (F10) En este da el mundo vuelve sus ojos hacia estelugar, que remeci la conciencia de la humanidad hace30 aos. Pero a la vez podemos hoy mirar al mundo paramostrar un pas que est en la senda de la esperanza, de la

    fraternidad y de la justicia a la que se refiri el Presidentemrtir.

    (F11) En unos das ms, al inicio de la primavera,estaremos celebrando 15 aos del triunfo que nos pusonuevamente a caminar y a transitar por los caminos dela democracia que abri paso al Chile de hoy.

    (F12) A ese Chile que goza de un enorme prestigioen el mundo por su progreso, por el ejercicio de suslibertades, por la solidez de sus instituciones, por laplena integracin de sus instituciones militares al ordendemocrtico.

    Referencias bibliogrficas

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    Fig. III. Elaboracin propia. Relaciones semiticas en torno a los 30 aos del Golpe Militar en Chile

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    Imaginario social, memoria colectiva y construccin de territorios en torno a los 30 aos del golpe militar en Chile

    Anagramas Volumen 10, N 20 pp. 19-36 ISSN 1692-2522 Enero-Junio de 2012. 228 p. Medelln, Colombia 35

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