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PLESIOSAURIO Primera revista de ficción breve peruana

Lima – Perú

PLESIOSAURIO Primera revista de ficción breve peruana

Año VI, Nº 5, Vol. 2. Lima, enero de 2013.

Dirección: Rony Vásquez Guevara Edición: Dany Doria Rodas Carátula: Alessandro Pucci

Ilustraciones: Dany Doria Rodas (dibujos vectoriales)

© Plesiosaurio Av. Santa Elvira, Urb. San Elías, Mz. «A», Lote 3, Lima 39

Teléfono: 51-1-5289229 Celular: 997254851 / 996308452

Web: http://revistaplesiosaurio.blogspot.com E-mail: plesiosaurio.peru@gmail.com

Facebook: www.facebook.com/RevistaPlesiosaurio

© abismoeditores, 2013 Jr. Pablo Risso 351, Lima 30

Web: http://abismoeditores.blogspot.com E-mail: abismoeditores@gmail.com

Facebook: www.facebook.com/abismoeditores

ISSN 2218-4112 (en línea)

Incluye Vol. 1

Impreso en Perú – Piru llaqtapi qillqasqa – Printed in Peru

Todos los textos son de pertenencia exclusiva de sus autores.

El bolo alimenticio

En este número… Cinco años después. 7 Gabriela Aguilera (Chile) 9 María Belén Aguirre (Argentina) 13 David Arce (Perú) 17 Germán Atoche Intili (Perú) 21 Pía Barros (Chile) 25 Alberto Benza (Perú) 29 Paulina Bermúdez Valdebenito (Chile) 33 Ricardo Calderón Inca (Perú) 37 Lorena Díaz Meza (Chile) 41 Santiago Eximeno (España) 45 Hiram Heredia (México) 49 Ana María Intili (Argentina / Perú) 53 Fernando Iwasaki (Perú) 57 Paola Monti (Chile) 61 Pedro Novoa (Perú) 65 José Manuel Ortiz (México) 69

6 PLESIOSAURIO

Julia Otxoa (España) 73 Estefanía Páez Jiménez (Argentina) 77 Alessandro Pucci (Perú) 81 María Isabel Quintana (Chile) 85 Óscar Ramírez (Perú) 89 Nana Rodríguez (Colombia) 93 Susana Sánchez (Chile) 97 David Slodky (Argentina) 101 Laura Elisa Vizcaíno (México) 105

Cinco años después.

Con un poco de retraso, Plesiosaurio Nº 5 ya

está en sus manos… (!), o mejor habría que

decir: ya está ante sus ojos, con la vitalidad de

siempre, ofreciendo, en este volumen, a los

miniaturistas que participaron en el Coloquio

Internacional de Minificción «Homenaje a Dr.

David Lagmanovich», que organizó nuestra

revista en octubre del año pasado en la ciudad

de Lima. Asimismo, incluimos a los

seleccionados por medio de la usual

convocatoria anual.

Como se dice en la presentación del

volumen 1, los variados eventos de

minificción realizados en nuestro país han

demostrado el dinamismo de este género en la

tradición literaria peruana. A ello hay que

agregar que, en el ámbito de la investigación,

destaca el libro de Rony Vásquez Guevara,

Circo de pulgas, que da cuenta de la prolífica

producción de minificción que ha habido en

nuestro país desde su aparición.

8 PLESIOSAURIO

No queda más que agradecer a nuestros

seguidores y a todos nuestros amigos, que nos

brindan su apoyo para continuar con esta

empresa pese a las dificultades que aparecen

en el camino.

Bienvenidos.

Dany D’Oria Rodas

GABRIELA AGUILERA

10 PLESIOSAURIO

Gabriela Aguilera (Chile, 1960). Estudió Antropología en la Universidad de Chile e hizo un diplomado en Estudios Mexicanos en la UNAM. Narradora y profesora en talleres literarios. Ha publicado cuatro libros de cuentos y microrrelatos, algunos de los cuales han sido recogidos en diversas antologías. Miembro de editorial Asterión, de Santiago de Chile desde 2007. Ha colaborado en el programa literario de radio USACH (2005 y 2006) y es directora del proyecto Letras en el Liceo de Letras de Chile. Prepara un libro de microrrelatos titulado Fragmentos de espejos, acerca del divorcio en la sociedad chilena.

PLESIOSAURIO 11

Reparto a domicilio A Juan Epple, por un mail inspirador

El corazón estaba sobre la mesada de la cocina, algo grisáceo luego de tantos días en el congelador. Tomó el cuchillo eléctrico y lo cortó porcionándolo en lonjas gruesas que puso en bandejas de aislapol y selló con alusaplast. Fue una operación limpia y perfecta. Se sintió satisfecha de su obra. Abrió la hielera portátil, metió las bandejas con cuidado, unas sobre otras y salió a entregarlas. Una para cada amante que su esposo tuviera en vida. Se merecían un pedazo de su corazón.

12 PLESIOSAURIO

El Baño

Allá va el vestido, cayendo despacio desde los hombros hasta el suelo y luego las medias y la enagua. La piel lechosa queda expuesta, abarcando el espacio. El vapor del agua caliente llega hasta la mujer de pie en el cuarto. Por un segundo, su respiración se agita y voltea la cabeza sólo un poco, antes de soltarse el pelo que cae, pesado, negro, y lame sus tobillos, ocultándola de toda vista. La mujer entra en la tina y bajo el agua, sus manos palpan la dimensión del cuerpo, rodeado del pelo flotante. Luego se incorpora y mira fijo a la puerta, a la cerradura sin llave, tras la que está el ojo parpadeante del esposo, el corazón encabritado, la mano presta, preparándose para terminar aquel juego en el instante en que ella se digne a llamarlo.

MARÍA BELÉN AGUIRRE

14 PLESIOSAURIO

María Belén Aguirre (Tucumán, 1977). Escritora, guionista, gestora cultural independiente y editora. Estudió cine en la Escuela de Cine de la Universidad Nacional de Tucumán. Fundadora y directora de la Biblioteca Parlante Haroldo Conti. Desde 2002 ha obtenido diversos premios y menciones en concursos de cuento y poesía. Ha publicado novelas y poemarios. Ha antologado, reseñado y compilado la antología sonora del Noroeste Argentino «Autores y/o textos inéditos por sí mismo» (2011). Su obra ha sido traducida a varias lenguas.

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Anaïs Mienten los que dicen que mi padre me abandonó. También los que aseveran que me he quedado sola. Los que obstinadamente elucubran hipótesis sobre las causas, mienten también. O se equivocan. Todas son falsas. Jamás hubiera permitido que un hombre como él me abandonara. Ni que dilapidara en otras, lo que ha sido destinado para mí. Por eso lo hice.

16 PLESIOSAURIO

Desayuno Mirá, mi amor, dijo, un poema de Prévert. Y comenzó a llover sobre la taza de café con leche.

DAVID ARCE

18 PLESIOSAURIO

David Arce Martino (Piura, 1964). Médico cirujano especializado en Psiquiatría por la UNMSM. Ha obtenido algunas distinciones en Concursos de cuento y fotografías, y ha publicado cuentos en diversas revistas y medios electrónicos.

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El cumpleaños Cerré la puerta lentamente, sin hacer ruido. Acababa de convertirme en asesina. Afuera, silencio absoluto. Momentos antes parecía que el estropicio despertaría a todo el mundo. Sólo después, mirando los restos de sangre salpicada por doquier, me di cuenta de que tuve suerte al no haber sido descubierta. Limpié y dejé todo como si nunca hubiera sucedido nada. Marita no se despertó a pesar del alboroto. Cuando terminó el almuerzo de cumpleaños, quiso llevarle maíz a Moquillo, el pavo engreído. Sus ojitos aguados se desesperaron buscándolo por todo el corral. Al descubrir la cabeza cercenada, no gritó. Solamente me miró y me mató para siempre con su mirada.

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Revelación En la penumbra del minúsculo cuarto, alumbrado apenas por la luz mortecina de un pequeño foco rojo, David Arce sintió el bombo acelerado de su corazón al ver, desnudo sobre la cama, el cuerpo perfecto de la mujer de su vida. Al quitarse la camisa retocó un pequeño detalle: sobre los labios carnosos de higo maduro, un pequeño lunar. Prendió la luz blanca y quedó satisfecho, mirando la fotografía de Eva secándose.

GERMÁN ATOCHE INTILI

22 PLESIOSAURIO

Germán Atoche Intili (Lima, 1982). Director del sello Edita El gato descalzo, que publica semanalmente un libro para descarga gratuita. Desde 2005 administra el blog Cosas que (me) pasan, (http://xurl.es/d3g7v). Ha publicado Alargoplazo. M i c r o f i c c i ó n (2012), además de poemas, cuentos y ensayos. Compilador de Somos libres. Antología de literatura fantástica y de ciencia ficción peruana (2012).

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Babel1 Pusieron los primeros ladrillos en su lugar. La construcción avanzaba a buen ritmo. A pocos metros de tocar el cielo un Ángel les notifica que no pueden edificarse obras de tal envergadura sin la respectiva licencia. Por hacer caso omiso, Dios les impuso una exorbitante multa y destruyó todo con un rayo. Para que los hombres no pudieran demandarlo por uso de fuerza excesiva, sobornó a los líderes sindicales. El resto fue fácilmente convencido de buscar sustento en una obra más afortunada y menos bíblica.

1 Publicado originalmente en el libro Alargoplazo. M i c r o f i c c i ó n (Edita El gato descalzo, 2012), descárgalo gratis en: http://wp.me/pjTg-1PF

24 PLESIOSAURIO

Técnica para sobrevivir a un salto en paracaídas2 Paso uno: saltar al vacío. Paso dos: en el momento adecuado jalar la cuerda que abrirá el paracaídas. Paso tres: no perder la calma si fallara, aún queda el de reserva. Paso cuatro: en caso los dos no funcionen, encomendarse a la divinidad de su preferencia. Paso cinco: rogar que esto sea solo un sueño.

2 Publicado originalmente en el libro Alargoplazo. M i c r o f i c c i ó n (Edita El gato descalzo, 2012), descárgalo gratis en: http://wp.me/pjTg-1PF

PÍA BARROS

26 PLESIOSAURIO

Pía Barros (Santiago). Ha sido miembro del directorio de la Sociedad de Escritores de Chile. Es directora desde 1976, de los Talleres Ergo Sum y de las Ediciones Asterión. Ha publicado una treintena de libros-objeto con material literario ilustrado por destacados artistas gráficos del país. Profesora de Técnicas Narrativas, en la Escuela de Periodismo de la Universidad Bolivariana.

PLESIOSAURIO 27

Muchacha llorando en un tren Enrielados Las muchachas tristes son las más codiciadas por los escritores jóvenes. Las buscan en las mesas apartadas de los cafés, en la barra del bar, en los parques de lluvia. A veces las encuentran y se dejan arrastrar por su tristeza. Dura años esa unión, hasta que los poetas compran corbatas, acuden a empleos y pagan créditos. Ellas se quedan para siempre en su papel de tristes, las greñas canosas, deambulando por plazas vacías.

28 PLESIOSAURIO

Desexilios Algunas retornan al pueblo, contando que con los hijos, los amores y el ruido de la felicidad, no les fue posible escuchar la memoria, olvidaron el silencio de las tristes y regresan, para poner algo de eso en una cajita y olvidarla en sus casas. Saben que la soledad vendrá y añoran su corazón de muchachas tristes. Creen que la cajita las protegerá de la vejez vacía.

ALBERTO BENZA

30 PLESIOSAURIO

Alberto Benza Gonzáles (Lima, 1972). Ha seguido cursos de escritura en el Taller de hiperbreves de la escritora argentina Clara Obligado en España. Autor de los volúmenes de microcuentos A la luz de la Luna (2011) y Señales de humo (2012). Textos suyos se encuentran antologados en ediciones de diferentes países. Encargado de la sección «El microcuento de la semana» en el Suplemento cultural Solo 4 del diario Correo de Huancayo. Director y fundador del Grupo literario Micrópolis, que ha organizado las dos ediciones de la Jornada peruana de minificción, el Coloquio Internacional de Minificción y el concurso nacional de microcuento Premio Solo 4. Director de Editorial Micrópolis.

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Ascensor Sótano 1: La vio pasar rumbo al ascensor. Primer piso: Le da los buenos días. Segundo piso: Ella le guiña el ojo. Tercer piso: Él se acerca, la toma de la cintura y ella le roba un beso. Cuarto piso: Se abre el ascensor. No se miran ni se despiden. Se van con sus parejas.

32 PLESIOSAURIO

El globo Un niño salió rumbo al campo buscando el contacto con la naturaleza y creía que, exhalando, todo lo malo de su cuerpo se purificaría. Tomó un globo, lo infló con toda su fuerza. El globo se tornó de color negro y siguió creciendo. Al final, el niño soltó el globo y este se elevó. A los minutos estalló y la ciudad quedó sumida en una gran oscuridad.

34 PLESIOSAURIO

Paulina Bermúdez Valdebenito (Viña del Mar, 1983). Pedagoga Teatral por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Ha participado en compañías de teatro y conducido varios talleres y cursos. Ha sido ponente en diversos encuentros y congresos de minificción chilenos e extranjeros, y organizado seminarios de literatura contemporánea. Es miembro activo de la corporación Letras de Chile desde 2009, donde ha

contribuido a potenciar su área de microcuento.

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Baila Dijo que a sus 67 años jamás había tenido un orgasmo. Por eso cuando su compañero la atrajo hacia sí, no supo explicar el calor que la recorrió. Pensó que debía ser producto del tango.

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Cautiverio

A Marcial le quebraron las alitas. Desde los 8 meses tuvo que aprender a dar pequeños saltitos para desplazarse dentro de la jaula ínfima y alcanzar el agua y las semillitas que constituían su alimento. Un día la comida faltó durante horas y el agua escaseó, Marcial se puso débil. A la mañana siguiente la jaula se abrió y así mutilado lo echaron a volar.

RICARDO CALDERÓN INCA

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Ricardo Calderón Inca (Trujillo, 1986). Egresado de Lengua Nacional y Literatura de la Universidad Nacional de Trujillo. Miembro fundador del grupo literario Pluma de Carne. Ha sido finalista y recibe menciones honrosas en diferentes certámenes literarios. Sus textos, narrativos y poéticos, han sido publicados en diversas revistas literarias nacionales y extranjeras. Produce y dirige, junto con Oscar Ramírez, el programa cultural «A través del espejo».

PLESIOSAURIO 39

El fantasma —Yo no sé por qué mi hermana se oculta de mí, si a las finales, es ella quien está muerta.

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Sopa de letras A nombre de sus demencias

y bestias desnudas.

Oscar, al ver que no pudo aprobar el examen de literatura, tomó al pie de letra las sabias palabras de Gonzalo. — Cómete los libros pe muchachón. Horas más tarde fue hospitalizado de emergencia. Al interior de Oscar yacían papeles y mariposas en total armonía

LORENA DÍAZ MEZA

42 PLESIOSAURIO

Lorena Díaz Meza (Santiago de Chile). Narradora y microcuentista. Licenciada en Letras y en Educación. Profesora, gestora cultural y monitora de talleres literarios. Investiga en microficción, género negro y literatura femenina. Ha publicado Existe, Bajo llave y en diversas antologías y libros objeto del taller Ergo Sum. Ha recibido por tres años consecutivos el primer lugar en los concursos literarios de Gendarmería de Chile y menciones honrosas en otros certámenes literarios. Actualmente realiza talleres literarios en la cárcel de Puente Alto y en la Municipalidad de Maipú. Es directora de Letras de Chile.

PLESIOSAURIO 43

Cuestión de manzanas Adán escribió una carta a Eva para saber, después de tantos años, cómo estaba y qué había sido de su vida. Eva le contó de sus hijos, de su esposo, de la casa que habían comprado en la playa, de su nuevo empleo y de lo feliz que era en sus viajes por el mundo. También lo dejó invitado a que fuera un día a visitarla. Adán no volvió a escribirle. Por fin la soledad le había ayudado a recocer su parte del error.

44 PLESIOSAURIO

Los zapatos de Corin Con su primer sueldo se compró los zapatos blancos que la escritora mencionaba en su novela rosa. Al principio le quedaban grandes, casi tanto como los de mamá, cuando papá la hacía ponérselos y jugar a que era la esposa, casi tan grandes como le quedaba la casa que le dio acogida como empleada cuando arrancó a pie pelado por entre los cerros de Valparaíso hasta llegar a Santiago. Ya no le quedaban grandes, había aprendido cómo y cuándo poner el pie encima.

SANTIAGO EXIMENO

46 PLESIOSAURIO

Santiago Eximeno (Madrid, 1973). Ha publicado novelas, libros de relatos y en diferentes antologías y revistas. Ha sido traducido a varios idiomas y ha ganado varios premios. En los últimos años sus inquietudes artísticas se han volcado más hacia la ficción mínima, el cómic y los juegos de mesa. Miembro de la Asociación Cultural Xatafi.

PLESIOSAURIO 47

Tiempos revueltos Mario abraza a la joven. Ella llora, él le entrega su pañuelo. Mario sube al tren. Ella se seca las lágrimas, intenta sonreír. Los últimos cuatro días han sido maravillosos. Enamorarte de un soldado durante la guerra solo te traerá tristeza, recuerda que le decía su madre. Cuando el tren abandona la estación ella continúa en el andén, agitando su pañuelo. A Mario le quedan treinta días de permiso. En el vagón cuenta los pañuelos que guarda, suficientes para la media docena de estaciones en las que el tren se detendrá antes de llegar al frente. (Finalista VI Certamen de Relato Breve Renfe Cercanías 2012)

48 PLESIOSAURIO

Todas las noches Todas las noches mi padre entra en mi cuarto. Lo hace en silencio, consciente de lo malsano de su acto. Arrastra hasta mi cama su hedor y se queda allí, de pie. Antes no dudaba en tocarme, ahora se limita a contemplarme. Cree que yo no sé que está ahí. Cree que duermo, ajena a su presencia. No es así. A veces abro los ojos. Veo cómo extiende sus brazos y trata de asir la colcha. Veo cómo recorre el contorno de mi cuerpo con sus dedos. Sonríe, pero es una sonrisa vacía, sin vida. Me aterra. Quiero gritar. Suplicarle que se marche, que me deje sola. No lo hago. Si lo hiciera, despertaría a mi madre. Ella no lo entendería. ¿Cómo podría? Lo descubrió hace un año y hundió un cuchillo en su pecho. Defensa propia, alegó. Tras oír mi testimonio, le creyeron. ¿Cómo podría explicarle que desde ese día me visita todas las noches?

HIRAM HEREDIA

50 PLESIOSAURIO

Hiram Heredia (Sinaloa, 1989 – 2012). Joven promesa de la literatura sinaloense. Fue estudiante de la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Publicó en varias revistas literarias de México y participó en el Congreso de minificción celebrado en Hermosillo.

PLESIOSAURIO 51

Eva, ventrílocua

I Ella es la imagen pero no es lo que representa. Desde el principio, Él, masculino para variar, la ha dotado con todo lo que puede pedir salvo con lo que realmente quiere elegir: elegir elegir. ¿Qué es ella si no es lo que piensa? Despierta y sueña entre miedos y secretos que a través de siglos que son días y días que son nada ha ocultado a base de sombras sin saber que lo que llaman infierno es la incertidumbre que le habita. Esa es la excusa que expone ante el tribunal que la juzga y ante el cual no ganará porque la serpiente no habla, simplemente un reptil mudo más, y obviamente si no habla no puede seducirla. Y así, cuando es condenada al vacío se ríe pues al final es lo que ha elegido y lo que elige es lo que la hace ser ella misma. No obstante, le atormenta preguntarse ¿Cuántas veces se repetirá la historia?

52 PLESIOSAURIO

Culpa de Eva

II La serpiente ahora anda arrastrándose aunque le duela mucho más que andar erguida; todo por vergüenza. No puede confesar que ella misma había sido cómplice de Eva y su plan de rebelión, y aunque ya siente el desprecio y el odio de los seres inexistentes, al final decide no hablar nunca. Y hasta la fecha no lo ha hecho. Eva, madre de la ironía

III

Mientras Eva, condenada por pensar en lo prohibido cae del cielo al infierno que bautizará como tierra se sigue horrorizando de la respuesta tan dispar a sus interrogantes. ¿Cuántas mujeres asesinarán a un hombre? ¿Cuántos hombres asesinarán a una mujer? Y claro que se lamenta, que no es lo mismo que arrepentirse, en este caso de saborear la manzana. Es entonces cuando se redescubre a sí misma preñada de una criatura que sabe llamará Caín. Ahí surge, sin el dedo de Dios y no en otro instante eterno, la creación de la ironía. No obstante, hay cosas que la ironía jamás podrá tocar. Mujer, madre del hombre que le condenará.

ANA MARÍA INTILI

54 PLESIOSAURIO

Ana María Intili (San Miguel de Tucumán, 1950). Reside en Lima desde 1975. Su obra poética se encuentra reunida en Niña de San Miguel. Mereció el auspicio de la Academia Iberoamericana de Poesía. Mención Honrosa en el concurso estudiantil Poesía Romántica Latinoamericana de Tucumán (1965). Recibió las Palmas Municipales de Huamanga, con Mención en Poesía, Ayacucho (Perú) 2005. Parte de su obra ha sido traducida al italiano por la poeta Gladys Basagoitia y publicada por la Asociación Cultural Comitato Internazionale 8 Marzo-Donne del Mondo (Italia).

PLESIOSAURIO 55

Bio data esencial

Desde niño me llaman el cojo de Le Panto, simplemente porque me falta una pierna. No puede negarse que es un nombre histórico y distinguido. Cuando fui al colegio me sentí importante. Me llamaban el Sin Cabeza, pues también nací sin ella. Lo que me molestó fue cuando mis compañeros de la secundaria me apodaron el De Capitado. ¡¡Tamaña insolencia!! Me privaré de la Universidad para no exponerme. De lo que no me privaré es de postular a la Asamblea General. Allí me veré normal.

56 PLESIOSAURIO

La justicia tarda… llega

Castigaba severamente al niño. Desde que la justicia le cercenó ambos brazos todo cambió. Ahora le quita las uñas una por una. Sólo las saca el día del cumpleaños. El niño muy contento y agradecido se las coloca rápidamente. Sabe que su regalo durará un día.

FERNANDO IWASAKI

58 PLESIOSAURIO

Fernando Iwasaki Cauti (Lima, 1961). Narrador, ensayista, crítico e historiador. Autor de novelas, libros de cuentos y microrrelatos (Ajuar funerario). Ha sido profesor en la Universidad Católica del Perú y en la Universidad del Pacífico de Lima. Ha trabajado en algunas fundaciones. Ha sido columnista en importantes diarios. De 1996 a 2010 dirigió la revista literaria Renacimiento de Sevilla y de 2003 a 2010 dirigió el Aula de Cultura de ABC de Sevilla. Actualmente es candidato a doctorado Historia y Literatura.

PLESIOSAURIO 59

La casa de reposo La madre superiora miró hacia el cielo como buscando una señal divina, y en sus ojos desvelados de oraciones reverberó cristalina una lágrima. —¿Y dice usted que el viejo profesor se niega a ir a misa, hermana? —Así es, reverenda. Y maldice y ofende a María Santísima. —No importa, hermana. Llévelo entonces a dar un paseo por el huerto. —Sí, reverenda. —Hermana… —¿Sí, reverenda? —Que parezca un accidente.

60 PLESIOSAURIO

Remake «Viudo, europeo, culto y de buena posición económica, busca institutriz que cuide de sus catorce hijos, siete del primer matrimonio y siete del segundo. Imprescindible alemán, buena presencia, ame los niños, gusto por la música, vida al aire libre y mucha disciplina. De preferencia ex-novicia, numeraria o similares. Ofrezco casa, amistad y lo que surja. Si canta bonito, posible película. Preguntar por Capitán Von Trapp»

PAOLA MONTI

62 PLESIOSAURIO

Paola Monti (Santiago de Chile, 1966). Pedagogía Media en Lengua Castellana por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Escritora, dramaturga, directora de Letras de Chile. Ha publicado Tránsitos Urbanos (2009).

PLESIOSAURIO 63

La pieza diecisiete El timbre anuncia tu llegada. Te esperaba, sabía que vendrías. Apareces como siempre un poco nervioso e intentando bromear para calmarte. Adelante, te digo ceremoniosa y te beso en la mejilla. Entras, cruzamos pocas palabras y sin más te recuesto. Te miro tendido, pasivo, entregado. Sé que cada vez que vienes a verme, sientes miedo. Acerco mi cara a la tuya y comienzo a jugar con tu boca. Boca salivosa y lengua resbaladiza que intento doblegar sin lograrlo. Minuciosa, recorro tus dientes, tus encías. Intentas hablar, pero emites sólo sonidos. Sigo trabajando sin descanso en ese espacio húmedo, hasta que me doy cuenta de que se hace tarde y debo terminar. Me separo de ti sin miramientos. Me preguntas anhelante que cómo te encontré. Todavía falta un poco respondo. La otra semana vamos a obturar la pieza diecisiete. Y la veinte, necesita tratamiento de conductos.

64 PLESIOSAURIO

Juego de roles

A Malú le gustaba llevar un bebé en el vientre. Se ponía almohadas, muñecas, globos que abultaran bajo sus ropas. ¿Cómo me veo, papi? Paría muñecas a diario, amamantaba, mudaba. Era su entretención preferida. Hasta el día en que las manos la tomaron, la elevaron por los aires y la depositaron sobre unas sábanas sucias. Ella recuerda con nostalgia cuando cambiar pañales era tan sólo un juego.

PEDRO NOVOA

66 PLESIOSAURIO

Pedro Félix Novoa Castillo (Huacho, 1974). Escritor y profesor licenciado de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional Federico Villarreal. Ha sido ganador, recibido menciones honrosas en diferentes concursoso literarios. En 2012 obtuvo el Premio Internacional de Novela «Mario Vargas Llosa» con Maestra Vida.

PLESIOSAURIO 67

Serás feliz Ayer serás feliz. Un idiota te dirá que no creas en los fantasmas y que si vez alguno le digas terminantemente que no existe. Soñarás que los sueños tampoco existen y encontrarás un paisaje en blanco y negro que colorearás junto a la hija que tendrás dentro de cinco años. Despertarás y encontrarás a una mujer que no buscabas. Ella te dirá que eres el hombre que siempre quiso tener aunque nunca te haya pensado. Reirás, le contarás lo del paisaje, lo de la niña y de la imposibilidad de volverla real sin ayuda femenina. Ella te aceptará como quien acepta una locura por lo razonable. Retozarán y verán juntos la felicidad flotar en el aire. Ayer serás feliz, hoy serás feliz y mañana desde luego que también serás feliz, aunque el mismo idiota de los fantasmas te dirá que la felicidad no existe y que cuando la veas tan cerca le asegures que no está.

68 PLESIOSAURIO

Asesino En la esquina, al cruzar la pista, se le pudo notar el paso inconfundible de quien escoge el lugar menos sucio para morir. Era cuestión de verle la cara para saber que minutos antes había sido apuñalado. ¿Acaso los ojos azorados no delataban aquello? Acaso, aquella desorbitada mirada no ofrecía desesperación en todos sus ángulos y resquicios. Claro que sí, tú lo sabías y ahora también lo sabes muy bien. Aquellos ojos habían pertenecido a un miserable cuerpo que en vida habité. Inútil sería prolongar este relato. Tú y yo sabemos lo estúpido que son los rodeos cuando de una muerte se trata. En la esquina, al cruzar la pista, se te notó hasta en la sombra que tú fuiste, que tú me mataste. Y tus ojos, esos que siguen leyendo estas últimas líneas, fueron los mismos que buscaron con un puñal, un espacio tibio entre mis costillas, mi corazón y este papel.

JOSÉ MANUEL ORTIZ

70 PLESIOSAURIO

José Manuel Ortiz Soto (México, 1965). Médico pediatra y cirujano pediatra. Ha publicado poemarios. De formación predominantemente autodidacta, ha tomado talleres de narrativa con Agustín Cadena y Alberto Chimal, y de minificción en la Marina de Ficticia. Participa en la web con diversos blogs, de los cuales destaca Médicos mexicanos por la cultura y el arte, que incentiva y da a conocer el quehacer artístico de la comunidad médica mexicana. Coordina la Antología virtual de minificción mexicana. En el 2012, publicó El libro de los seres no imaginarios (Minibichario).

PLESIOSAURIO 71

Genealogía El enorme cerdo, de voz grave y ancestral, se dejó escuchar: —Mi casta se remonta a la Odisea. Desciendo de los marineros hechizados por la bruja Circe. ¿No tienes suficiente? Mi tatatatatarabuelo fue filósofo en la célebre piara de Epicuro ―gruñe, hunde la trompa en el comedero, vuelve a gruñir—. Pero… ¿y tú quién eres?, ¿de qué puedes presumir? De semblante generalmente frío y parco, el cuchillo soltó una estrepitosa carcajada.

72 PLESIOSAURIO

Eclipse Una sombra se extiende sobre la ciudad. Es melancolía, dice la gente y agacha la cabeza. Los días pasan. El sol, borroneado, expele una luz grisácea, como fina ceniza, que se adhiere firmemente al cuerpo. La noche se ha ido; el día también. Por las calles vagan hombres oscuros, de rostro transparente y voz de silencio.

JULIA OTXOA

74 PLESIOSAURIO

Julia Otxoa (San Sebastián, 1953). Poeta y narradora, su creación se extiende al campo de la poesía visual, la fotografía y las artes plásticas en general. Su obra literaria con más de treinta títulos publicados en poesía y narrativa ha sido traducida a varias lenguas e incluida en diferentes antologías de poesía, poesía visual y microrrelato, en España y América.

PLESIOSAURIO 75

Filosofía de la cebolla Aquel filósofo tenía por cabeza una dorada cebolla y sus escritos naufragaban siempre en un llanto sin remedio que inundaba hasta el último rincón de la ciudad. Sin embargo, aquel hombre era venerado por todos como un mensajero de los dioses, el motivo no era otro que estando la ciudad levantada en una zona de feroces sequías, los libros del filósofo eran gozosa lluvia de llanto recogida en vasos y cubos, cisternas y grandes depósitos que hacían posible la vida en la gran urbe, abasteciendo a los ciudadanos con bellísimas perlas de tristeza con la que cocer los alimentos, asearse o regar los inmensos sembrados de cebollas que rodeaban la ciudad.

76 PLESIOSAURIO

Ceremonia Murata Takarai decidió quitarse la vida, su amante le había abandonado. Así que comenzó los preparativos de su muerte, convocaría a sus amigos más íntimos alrededor del té en el jardín para despedirse. Pero, ¿a qué amigos consideraba íntimos? ¿Qué clase de té sería el adecuado? Conocía más de cien clases diferentes. ¿Y el lugar del jardín? Murata Takarai dedicó el resto de su vida a preparar la ceremonia del té para anunciar su muerte a sus amigos. Murió ya muy anciano de muerte natural. Hoy se le venera en Japón como a uno de sus más grandes estetas.

ESTEFANÍA PÁEZ JIMÉNEZ

78 PLESIOSAURIO

Estefanía Páez Jiménez (Santiago del Estero). Tiene diecisiete años de edad y ya publicó su primer libro de microrrelatos titulado Los filos de la culpa.

PLESIOSAURIO 79

Temor Cada noche, cuando cerraba sus ojos, Omar le pedía a Dios que no lo dejara morir, le temía infinitamente a la muerte. Una de esas noches, se durmió sin rezar, se olvidó de pedir inmortalidad y tuvo un sueño. En ese sueño vio a un ángel y le contó sobre su temor, éste pareció no escuchar lo que le había dicho, y de pronto, andando ese camino estrecho, le preguntó:—¿Cómo te sientes ahora mismo? Omar se quedó en silencio, en medio de esas nubes blanquísimas no había qué lo perturbara. ―Siento paz‖, le respondió. ―¿Ves que no tenías a qué tenerle miedo?‖, dijo el ángel.

80 PLESIOSAURIO

Terremoto Estaba en hora de clase, la profesora de geografía daba un tema –que hasta el momento desconozco- en un idioma extraño. Sólo yo percibí el movimiento inverosímil del banco que se tambaleaba sin razón aparente, antes de que cualquiera lo notara. Atiné a esconderme bajo el escritorio, antes de que el techo se derrumbara sobre nosotros. Después del descalabro, salí de mi escondite y vi, con horror, a mis compañeros yaciendo ensangrentados, entre escombros. Ninguno parecía estar vivo. Intenté salir de la destruida aula por un agujero que se había formado en la pared, entonces escuché la voz débil de mi compañera de banco llamándome desde un lugar lejano; y desperté cuando sonaba el timbre y todos mis compañeros salían alborotados al recreo.

ALESSANDRO PUCCI

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Alessandro Pucci (Lima, 1983). Egresado de la carrera de Dirección Cinematográfica de la Universidad del Cine de Buenos Aires. En 2012 publicó la obra de ficción Conejeras & camaleones. Textos suyos han aparecido en Creación Literaria 2003, y Circo de pulgas. Como director de fotografía, su obra ha paseado por festivales internacionales de cine como en Huelva (2009), Huesca (2009), La Habana (2009), República Checa (2009), Milán (2009) y Cannes (2009).

PLESIOSAURIO 83

La ropa en los roperos Los huéspedes se entienden con la ropa en los roperos. Los vestidos largos son, por su tendencia a colgar dócilmente, los más propicios. Aquellos se los prueban cuando las puertas se cierran y uno no está viendo. Los zapatos son acariciados. La lencería es admirada. Los sombreros de fieltro se balancean de las perchas. Ahí dentro de los roperos los huéspedes se sacuden las polillas de encima; al final de la noche, su piel huele a nuestra piel. Y, en invierno, al saltar de la cama, al caminar al ropero, al lanzarse encima lo primero que hay, una extraña sensación de cordialidad persistente nos recuerda de la algarabía que ocurre dentro de los roperos cuando uno no está viendo.

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Novak y el alce Novak despierta con resaca en su apartamento en la ciudad para descubrir que anoche yen un rapto delirante él ha cubierto de ladrillos las ventanas y la puerta. Se necesitan dos brigadas de bomberos y cinco horas para sacarlo. Y, cuando lo hacen, encuentran a Novak bebiendo Earl Grey con un alce que dice ser el hijo bastardo del Papa. ¿Qué se va a hacer?

MARÍA ISABEL QUINTANA

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María Isabel Quintana (Chile). Ha publicado El

último dinosaurio & otros cuentos (2000). Ha sido antologada en Cien microcuentos chilenos compilada por Juan Armando Epple. En 1999 obtuvo la Beca de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura.

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El ultimo dinosaurio a R.O.

Fue necesario un solo corte. El cuchillo era grande y afilado. Lorena, desde pequeña supo que existían, y conocerlos fue inevitable. La primera exhibición de un dinosaurio le fue hecha por su padre adoptivo. Pronto vinieron otros y otros más. A corto plazo fue una jauría de ellos que la acosaban a toda hora y en cualquier lugar. Lorena odiaba los ridículos animalejos de cuello largo que habían convertido su vida en un eterno huir. Decidió que esta vez sería el último y con la fuerza que le daba la furia fue necesario un solo y certero corte. El hombre con los ojos desorbitados, por el dolor y el ultraje, no vio cómo ella sonreía con inocencia al pensar, que al fin y al cabo, los dinosaurios eran una especie en extinción.

88 PLESIOSAURIO

Patio 27 El hombre más temido del penal se paró en la puerta llenando con su humanidad aquel vacío que me permitió medir su altura y corpulencia. En forma violenta depositó a mis pies un canasto con ropa, y sin preámbulos exigió:

¡La quiero lavada y tendida, cabrito! La O rebotó en el suelo donde yo estaba sentado. Subió por mis rodillas hasta mi garganta y salió por mis asombrados ojos. Deambuló por veinte pares de ojos espectantes, se adentró en las arrugas y los ceños fruncidos de algunos, escudriñó las cicatrices y las heridas de otros tantos y se quedó suspendida, sin poder transpasar el aire denso del patio 27, como esperando mi respuesta. Mi metro ochenta se alzó desafiante sobre mis

piernas exageradamente abiertas y los músculos tensos de mis brazos colgando en estado de alerta. —¡Si querís también te la plancho! Esta vez la O se acomodó a la perfección en mis labios contraídos y se la lancé al rostro, casi como un escupitajo. Su desconcierto duró el tiempo suficiente para que yo volviera a sentarme.

OSCAR RAMÍREZ

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Oscar Ramírez (Lima, 1984). Es docente de la especialidad de Lengua y Literatura. Reside en Trujillo y dirige Ediciones OREM. Ha obtenido diversos premios, nacionales y extranjeros, por su obra literaria, entre los que destacan. Sus textos se encuentran en publicaciones virtuales y físicas de varios países. Ha publicado el poemario Arquitectura de un día común (2009). Recientemente se ha editado su segundo poemario Cuarto Vecino (2010).

PLESIOSAURIO 91

El intruso Le había dado como siete vueltas a la manzana, hasta que decidió entrar. —¡Mamá! —gritó el niño—, ¡esta manzana está podrida!

92 PLESIOSAURIO

Boleto de viaje Tenía el dinero en el bolsillo, la maleta hecha, los boletos en la cartera. Poco antes de salir, una llamada. Colgó, dejó las cosas, se puso el mandil y volvió a la cocina a prepararle la cena.

NANA RODRÍGUEZ ROMERO

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Nana Rodríguez (Colombia). Ha publicado los libros de minifición: La casa ciega y otras ficciones, El sabor del tiempo, Efecto mariposa y el estudio Elementos para una teoría del minicuento. Invitada a varios encuentros de escritores y poetas en varios países. Seleccionada para varias antologías colombianas y extranjeras en poesía y minificción. Becaria del Ministerio de Cultura y ganadora del Premio Nacional de poesía Ciro Mendía 2008. Es docente de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.

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Borges y los gatos Jorge Luis Borges amaba a los tigres y sentenció que Dios creó al gato para que el hombre pudiera acariciar al tigre. Es así que bajo la caricia de la lengua áspera de los pequeños felinos en sus manos, conoció la secreta escritura, el enigma que guardan en el fondo de sus ojos, la adoración que provocaron entre os faraones del antiguo Egipto. Mi gato sube cadencioso las escaleras del altillo, se acerca, lame las manos del retrato de Borges, me mira, se acuesta a sus pies, y para mi asombro, forma un círculo frente al sendero de miradas que se bifurcan.

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Paraíso americano Américo Vespucio creía que la tierra de Indias era la sede del muy conocido paraíso terrenal, pero tres cosas le sembraron la duda: Hasta ese momento, Eva no le había ofrecido la fruta y eso que andaba por ahí toda desnuda y provocativa; la serpiente era tan monstruosa que fue capaz de comerse al padre Adán, y la gran riqueza de la fauna le hizo pensar que todos esos animales no podrían haber cabido en el arca de Noé.

SUSANA SÁNCHEZ BRAVO

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Susana Sánchez Bravo (Valparaíso). Estudió en el Pedagógico Técnico de la ex Universidad Técnica del Estado. Su área de competencia es la Publicidad y la Comunicación. Se ha desempeñado como docente en universidades chilenas y extranjeras. Sus trabajos literarios han sido publicados en antologías y traducidos a varias lenguas. En Chile, sus cuentos han sido publicados en los libros objetos de la Editorial Ergo Sum que dirige la escritora Pía Barros, donde es profesora suplente de Taller. Ha publicado también novelas. Es miembro del Comité Editorial de EDICIONES ASTERION.

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Por falta de romance La última mujer fértil sobre la faz de la tierra sintió que tocaban a su puerta. No abrió.

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Reconocimiento —Disfrutamos tanto juntas a pesar de la diferencia de edad. Vamos de compras y compartimos secretos. ¿Nos habremos conocido en otra vida? Quiero decirle que la quitaron de entre mis piernas un jueves terrible a mis quince años, que me tomó veinticinco años encontrarla y trabajar junto a ella. Odio ser vaga al contestarle: —También yo siento que te conozco desde siempre.

DAVID SLODKY

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David Slodky (Salta, Argentina). Licenciado en Psicología por la Universidad Nacional de Córdoba. Ha publicado Las fronteras (cuentos), Carmen Puch de Güemes. Al encuentro de la heroína (ensayo histórico), Travesías (cuentos), Tres relatos bíblicos y otros cuentos y Parpadeos (minificciones).

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El amor y la muerte —¡No se encariñen tanto con Boby, que después, cuando los perros se mueren, se sufre muchísimo!- dijo la madre a sus pequeños hijos. —Qué tontería —dijo el de 7 años, mirándola—: es como decirnos que no te queramos a vos, porque algún día te vas a morir. La madre calló, azorada. Acarició luego al perro.

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La valija Se fue al atardecer, con el alma en un puño. Al día siguiente, pasada la noche mitad insomnio y mitad pesadilla, volvió. Temblando, buscó la nota donde seguramente ella le diría que no se la preparó, que no se fuera, que la esperara, que tenían que hablar, que no podían tirar así años de devoción. Miró absorto su ropa, cuidadosamente doblada en la valija. Se sintió desfallecer. Ella estaría en su trabajo, allí, donde conoció al otro. Ya sin alma se fue, con la valija en un puño.

LAURA ELISA VIZCAÍNO

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Laura Elisa Vizcaíno Mosqueda (México, 1984). Licenciada en Literatura Latinoamericana por la Universidad Iberoamericana. Maestría en Letras Mexicanas por la UNAM. Cursó una estancia de investigación en la Universidad de Buenos Aires. Ha publicado Brevextos y distintas minificciones en importantes blogs, revistas y antologías. Ha participado en distintos congresos de minificción en diferentes países. Actualmente es tallerista en Ficticia y asistente editorial en CONACULTA.

PLESIOSAURIO 107

Medicina interna Diagnóstico: corazón roto. Indicaciones: meter su propia mano por la boca, atravesar la garganta y dirigirse un poco a la izquierda hasta llegar al corazón; dar suaves masajes a éste, limpiarlo de las secreciones acumuladas por años y, finalmente, apretar hasta que cierre la llaga. Riesgos: intensos dolores. Es probable que tenga que realizar la curación durante meses o años para que pueda reparar el órgano herido.

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En la playa —Disculpa, ¿quieres bailar? —Pero no traigo zapatos, ¿le importa? El caballero cambió su sonrisa por una cara de asco y se marchó. La hermosa sirena bajó de la silla y con el coraje que genera una ofensa regresó a su espacio marino, ejecutó los movimientos más armónicos, imposibles de realizarse sobre la tierra, y nunca más paró de bailar.

PLESIOSAURIO Primera revista de ficción breve peruana

se terminó de editar en los talleres gráficos

de abismoeditores el 31 de enero de 2013, día de San Juan Bosco.

Jr. Pablo Risso 351, Lima 30.