El amor trinitario

Post on 20-Jun-2015

287 views 4 download

description

El amor trinitario

Transcript of El amor trinitario

34. La revelación del Amor trinitario de Dios está unida a la revelación de la vocación de la persona humana al amor.

Esta vocación ilumina la dignidad y libertad del hombre y su intrínseca sociabilidad. “Ser persona a imagen y semejanza de Dios, comporta existir en relación al otro ‘yo’ ” (MD 7).

“El Señor, cuando ruega al Padre que todos sean uno, como nosotros también somos uno (Jn 17, 21-22), demuestra

que el hombre es la única criatura terrestre que Dios ha

amado por sí mismo, y no puede encontrar su propia plenitud, si no es en la entrega sincera a los demás” (GS 24).

35. La revelación cristiana proyecta una luz nueva sobre la identidad, la vocación y el destino último de la persona y del género humano.

Se realiza entretejiendo múltiples relaciones de amor, de justicia y de solidaridad con las demás personas, mientras va desarrollando su multiforme actividad en el mundo.

36. Las páginas del Génesis (Gn 1, 28) muestran claramente la identidad y

vocación de la persona humana : hombre y mujer, cumbre de la creación, son el tú creado por Dios con libertad e inteligencia, para que, en reciprocidad y complementariedad ordenen la naturaleza creada según el designio

divino de amor, de solidaridad y de salvación.

37. El Génesis propone algunos fundamentos de la antropología cristiana : + Inalienable dignidad de la persona humana. + Sociabilidad constitutiva del ser humano, con el prototipo en la relación hombre – mujer, expresión primera de la comunión de personas humanas.

Significado del actuar humano en el mundo, ligado al respeto por las leyes naturales, para habitar el mundo y custodiarlo según el proyecto salvador de instaurar todas las cosas en Cristo.

38. La salvación es universal e integral. Concierne a la persona en todas sus dimensiones : personal y social, espiritual y corpórea, histórica y transcendente.

Comienza a realizarse en la historia, pero su cumplimiento tendrá lugar en el futuro que Dios nos reserva en el fin del mundo, en la resurrección de los muertos y en la comunión eterna de vida con el Padre, en el gozo del Espíritu Santo.

39. La salvación que Dios ofrece a sus hijos, requiere su libre respuesta y adhesión. En esto consiste la fe, por la cual el hombre se entrega entera y libremente a Dios, respondiendo a su Amor, con el amor concreto a los hermanos y con la firme esperanza en las promesas del cielo.

40. El nexo entre la relación con Dios y la relación con los hermanos se explica por la universalidad e integridad de la salvación ofrecida por Cristo.

El mismo Cristo responde al escriba que le pregunta sobre cuál es el primero de todos los mandamientos (Mt 12, 29-31).

“El primero es ‘Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.

El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos”.

41. La vida personal y social, así como el actuar humano en el mundo, están siempre asechados por el pecado. Pero Cristo “padeciendo por nosotros, abrió el camino, con cuyo seguimiento la vida y la muerte se santifican y

adquieren nuevo sentido” (GS 22).

El discípulo de Cristo se adhiere al misterio pascual mediante la fe y a través de los sacramentos, de modo que su hombre viejo está crucificado con Cristo, y es capaz, mediante la gracia, de caminar según una vida nueva.

Este nuevo caminar vale no solamente para los cristianos, sino para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón, obra la gracia de modo invisible y desconocido.

42. La transformación interior de la persona, en su progresiva conformación con Cristo, es el presupuesto esencial de una renovación real de sus relaciones con las demás personas, obteniéndose cambios sociales que favorezcan la vida humana según el plan de Dios.

43. “No es posible amar al prójimo como a sí mismo y perseverar en esta actitud, sin la firme y constante determinación de esforzarse por lograr el bien de todos y de cada uno, porque todos somos verdaderamente responsables de todos” (SRS 38).

44. También la relación con el universo creado y las diversas actividades que el hombre dedica a su cuidado y transformación, diariamente amenazadas por la soberbia y el amor desordenado a sí mismo, deben ser purificadas y perfeccionadas por la cruz y la resurrección de Cristo.

“ Dándole gracias al Bienhechor por las criaturas, usando y gozando de ellas en pobreza y con libertad de espíritu, entra de veras en posesión del mundo, como quien nada tiene y es dueño de todo” (1 Co 3, 22-23).

45. El misterio de la salvación muestra que lo humano, cuanto más se contempla a la luz del designio de Dios, y se vive en comunión con Él, tanto más se potencia y se libera en su identidad y en la libertad que le es propia.

Esta perspectiva orienta hacia una visión

correcta de las realidades terrenas y de su autonomía, es decir, que las cosas creadas y la sociedad misma gozan de propias leyes y valores que el hombre ha de descubrir, emplear y ordenar poco a poco.

“Es absolutamente legítima esta exigencia

de autonomía, que debe ir acompañada del reconocimiento de la metodología particular de cada ciencia o arte” (GS 36).

46. No existe autonomía absoluta del hombre respecto a Dios, pues somos criaturas que provienen de un Creador, ni existe conflictividad entre Dios y el hombre …

… sino una relación de amor en la que el mundo y

los frutos de la acción del hombre en el mundo, son objeto de un don recíproco entre el Padre y los hijos, y de los hijos entre sí, en Cristo Jesús. Todo, ordenado al amor universal en Dios.

47. La persona humana transciende el horizonte del universo creado, de la sociedad y de la historia, pues su fin último es Dios mismo, que se ha revelado a los hombres para invitarlos y admitirlos a la comunión con Él.

Por lo que el hombre no debe darse a un proyecto solamente humano de la realidad, sino que debe darse a otra persona, a otras personas, y por último, a proyectos que transciendan al hombre mismo, orientados a Dios.

48. La persona no puede ni debe ser

instrumentalizada por las estructuras sociales, económicas y políticas, porque todo hombre posee la libertad de orientarse hacia su fin último.

… y porque toda realización cultural, social, económica y política, debe considerarse siempre como realidad relativa y provisional, en una relatividad escatológica o en relación al cielo, y en una relatividad teológica o en relación al don de amor recibido de Dios.

El Amor Trinitario

Departamento de Catequesis Familiar

Oficina de Matrimonio y Respeto a la Vida

Carmen Portela, Director Liderazgo Parroquial - español Teléfono: 602-354-2031

Email: cportela@diocesephoenix.org

Presentación Multimedia y diseño

José Antonio Martínez Jefe de tecnología de Newconn jmartinez@nuconntek.com

Versión 1.0 Copyright © 2008 Módulo II: Respeto a la Vida

Fuente: Compendio Doctrina Social de la Iglesia.