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EL DESARROLLO HISTÓRICO DE LA UNISON*
José Raúl Rodríguez Jiménez**
En octubre del próximo año la Universidad de Sonora (UNISON) cumplirá sus
primeros 60 años de existencia. En este tiempo la UNISON se ha convertido en el más
importante establecimiento de educación superior del estado. Su población, puestos
académicos y oferta educativa son los más numerosos de la entidad. Pero su importancia no
sólo radica en sus magnitudes. La UNISON ocupa una posición relevante en el tejido social
de la entidad, alrededor de ella se juegan proyectos, imágenes y valores de distintos grupos
sociales. Para llegar a la posición que actualmente ocupa la institución tuvo que transitar por
distintas etapas; primero como una institución de apoyo al desarrollo del estado, más
adelante como un establecimiento con alto grado de politización y actualmente como una
compleja, amplia y variada institución de educación superior. Este trabajo trata justamente
de reconstruir la trayectoria histórica de la institución con el fin de (re)conocer cómo ha sido
su conformación.
Las transformaciones en la sociedad sonorense, 1930-1940. El contexto social
para el surgimiento de la UNISON
Hasta finales de la década de 1920, la sociedad sonorense estuvo sostenida
básicamente sobre dos pilares. Por una parte la economía estuvo ligada a la explotación de la
gran minería, sobre todo cuprífera, y a la ganadería, ambas asociadas a los mercados
internacionales. Por otra parte, el triunfo de los militares sonorenses en la revolución
mexicana sentó las bases para lograr sólidos arreglos políticos en la entidad. Estos dos
pilares contribuyeron decisivamente para que el estado tuviera un desarrollo estable durante
este tiempo.
* Para este realizar este trabajo se recuperaron, sobre todo en la primera parte del documento, las ideas generales expuestas en el escrito Origen y desarrollo de la educación superior en Sonora (Rodríguez, 1997). ** Profesor investigador, Departamento de Sociología y Administración Pública, Universidad de Sonora
A fines de la segunda década del siglo anterior, este esquema de desarrollo llega a su
fin. Justamente los dos factores que propiciaron la estabilidad en el estado -la economía de
exportación y los acuerdos políticos entre los jefes revolucionarios- presentan signos de
fractura. En el primer caso, la gran crisis del capitalismo estadounidense en 1929 quiebra la
economía estatal. La caída en los precios internacionales de los productos generados en la
entidad, principalmente cobre, grafito y ganado vacuno, es la causa del cierre de las
principales empresas económicas. En el aspecto político, el asesinato de Álvaro Obregón y
las posteriores disputas por la presidencia del país, rompen las antiguas alianzas entre los
grupos sonorenses de poder, sobre todo entre callistas y obregonistas.
En este contexto los esfuerzos de la sociedad sonorense están dirigidos básicamente
hacia la recuperación económica y la creación de una nueva estructura política. La respuesta
en materia económica es la instrumentación de un amplio proyecto montado en la
producción agrícola. Los rasgos más sobresalientes de este proyecto son la apertura de
grandes extensiones de tierra a la agricultura, sobre todo en el sur del estado, la
construcción de vías de comunicación, considerables apoyos financieros al campo y el
patrocinio de asociaciones de productores agrícolas (Cornejo, et.al., 1985). Por lo que toca
al ámbito político, la estrategia de los grupos locales de poder es establecer acuerdos con la
clase política nacional, sobre todo con el cardenismo, al parejo que se logran alianzas con
diversos actores conectados al poder local. En este sentido, la integración de los obreros en
sindicatos, la reapertura de los templos -clausurados durante el radicalismo antirreligioso,
1932-1935-, el reparto de tierras en el sur del estado, la pacificación de las étnias yaqui y
mayo, la expulsión de los chinos del estado y el apoyo a la educación figuran entre las
acciones más destacadas en la rearticulación de la política sonorense.
Los esfuerzos desplegados por la sociedad estatal tienen resultados positivos en el
corto plazo. En la siguiente década la entidad no sólo ha logrado superar la crisis
económica, sino que empieza a figurar entre las regiones de mayor desarrollo agrícola en el
país. Lo mismo sucede en la esfera de la política, las frecuentes y en ocasiones sangientas
disputas por el poder son substituidas por negociaciones y acuerdos entre los distintos
grupos. Pero las acciones para superar la crisis tienen efectos de mayor amplitud. Junto con
la transformación en las actividades económicas -de la minería y ganadería a la agricultura-
el estado altera su distribución poblacional. Las poblaciones ubicadas en la parte serrana de
la entidad pierden importancia, sobre todo por la reorientación económica, su lugar será
ocupado por asentamientos localizados en los valles y la costa del estado, los cuales dan un
especial impulso para que estas poblaciones se conviertan en las más importantes ciudades
del estado. Acompañan a las transformaciones los primeros rasgos de nuevo imaginario
social, donde el progreso y la modernización figuran como principios clave.
La magnitud y profundidad de los cambios permiten sostener que durante el período
comprendido entre 1930 y 1940, el estado de Sonora presenta una ¨refundación¨ (Almada,
1993). Es aquí, en este proceso por redefinir la trayectoria social estado, donde se ubican las
condiciones para la creación de la UNISON.
Los orígenes de la UNISON, el complicado proceso para la creación del
establecimiento escolar, 1928-1942
El proyecto de redefinición de la sociedad sonorense contempla, entre otras
acciones, la creación de una institución de educación superior que contribuya al desarrollo,
sobre todo con la formación y capacitación de cuadros profesionales. De ahí que los grupos
políticos y sociales más destacados -gobierno del estado, empresarios e intelectuales-
conciban la idea de creación de un establecimiento educativo de este nivel. No obstante que
la idea cuenta con el respaldo social, deberá transitar por un prolongado y difícil período de
disputas, negociaciones y acuerdos antes de su concreción.
Los orígenes del proyecto de creación de un establecimeinto de educación superior
en Sonora datan de finales de la segunda década del siglo pasado. En 1928, grupos políticos,
encabezados por el gobernador del estado, en conexión con la asociación de estudiantes
sonorenses radicados en la cd. de México, impulsan la creación de la Universidad del
Noroeste, con sede en Sonora. El objetivo de este proyecto es la creación de una institución
educativa que contribuya al desarrollo del estado (Gurrola y Larios, s/f). Pese a que la idea
genera expectativas positivas, la creación de la institución tiene que ser postergada debido a los
conflictos políticos nacionales y estatales. En este sentido la sucesión presidencial en 1929, el
levantamiento en armas de los jefes militares de varios estados del país (plan de Hermosillo) y la
recomposición de los grupos políticos estatales impiden continuar con el proyecto.
A fines de la siguiente década resurge la idea de creación de un centro de educación
superior en el estado. En esta ocasión se tienen mejores posibilidades para llevarla a cabo. En
agosto de 1938, el gobernador del estado, Román Yocupicio, constituye el Comité Profundación
de la Universidad de Sonora, encargado de los trabajos previos para la creación de la universidad.
Este Comité está integrado por Herminio Ahumada, Gilberto Suárez, Francisco Duarte Porchas y
Domingo Olivares, todos ellos interesados desde años antes en la creación de una universidad
(Castellanos, 1991). Ese mismo año se integra, por invitación expresa del Comité, José
Vasconcelos, quien se encargará de la organización técnica del proyecto*.
De entre las actividades realizadas por el Comité Profundación destacan la elaboración
del proyecto de la Ley de Enseñanza Universitaria, aprobada por el gobierno del estado en 1938,
el nombramiento del Comité Administrativo de la Universidad de Sonora y el diseño de algunos
planes de estudio. La Ley de Enseñanza Universitaria, además de operar como marco jurídico
para la creación de la universidad, contiene los principales objetivos de la futura institución:
impartir educación a los jóvenes sonorenses para que no tengan que desplazarse a otros sitios del
país donde adquieren teorías y doctrinas ¨exóticas¨ que nada benefician al estado; difundir la
cultura al pueblo en general, ello a través del Departamento de Acción Social, especialmente
mediante la impartición de cursos de cocina, corte y confección, economía doméstica y música;
finalmente la institución deberá ser financiada por la sociedad estatal, a través de la integración de
un grupo de notables sonorenses, personas todas ellas de probada solvencia moral y económica
(Ley de Enseñanza Universitaria, s/f: 7, 8).
Con el fin de obtener y administrar los recursos financieros del proyecto, el Comité
Profundación designa un Comité Administrativo. A su vez este Comité se liga estrechamente a la
Junta de Beneficencia Privada, encargada de recabar fondos financieros para la creación de la
institución, y cuyos miembros son preferentemente empresarios y comerciantes de la ciudad de
Hermosillo.
Por lo que toca al diseño de los planes de estudio, el Comité Profundación encarga a José
Vasconcelos la elaboración de la propuesta. Vasconcelos considera que la institución debería
estar estrechamente ligada a las necesidades de la sociedad local, por ello se deben ofrecer
* Durante su vida José Vasconcelos mantuvo una estrecha relación con el estado de Sonora. Primero, durante su infancia vivió algunos años en el estado; más adelante, en 1929, realizó en el estado una buena parte de
estudios profesionales (abogacía, medicina o ingeniería), pero también carreras y cursos cortos
(enfermería, peritaje en agricultura, cocina, música y corte y confección) (Castellanos, 1991: 7).
En este sentido Vasconcelos no solo presenta las propuestas de planes de estudio al Comité
Profundación, sino que realiza una intensa campaña para dar a conocer la orientación de la futura
universidad, en la que destacan las reuniones públicas en los parques de la ciudad de Hermosillo,
visitas a diversas poblaciones de la entidad y reuniones con diferentes asociaciones locales.
En la segunda mitad de 1938, y durante todo el siguiente año, el proyecto de fundación
de la universidad se torna altamente conflictivo. Las disputas de los diferentes grupos políticos
por definir el rumbo del estado afectan el proceso de fundación de la universidad. El conflicto
tiene una doble expresión: por una parte disputas en torno a los recursos financieros y por otro
lado conflictos relacionados con la orientación del proyecto educativo. En el primer caso el punto
de debate es la participación de la Junta de Beneficencia Privada en la toma de decisiones del
proyecto universitario. En relación al proyecto educativo las posiciones se dividen entre quienes
consideran a la universidad como institución estrechamente ligada a la sociedad local -
Vasconcelos y el Comité Profundación- y quienes sostienen que la universidad debe de contribuir
con sus estudios al desarrollo económico del estado -principalmente el Comité Administrativo y
la Junta de Beneficencia Privada. (Castellanos, 1991) (Cornejo, et.al., 1985) (Gurrola y Larios,
s/f). Ante esta situación el gobierno del estado decide, presionado por los grupos empresariales,
suprimir el Comité Profundación y dejar en manos del Comité Administrativo y de la Junta de
Beneficencia Privada la conducción del proyecto de fundación de la universidad. El resultado de
estas medidas es la renuncia de algunos miembros del Comité Profundación, entre ellos Herminio
Ahumada y José Vasconcelos.
Una vez resueltos los conflictos en favor del Comité Administrativo y de la Junta de
Beneficencia Privada se afinan los últimos detalles para la apertura de la institución, destaca aquí
la obtención de líneas de financiamiento, especialmente la creación de un impuesto estatal del 5%
para el sostenimiento de la universidad, esta medida queda sancionada en la Ley No 8 del
gobierno del estado.
Así, el 15 de octubre de 1942 se inaugura oficialmente la Universidad de Sonora. Los
cursos ofrecidos por la naciente institución son en los niveles medio y medio superior: secundaria,
su campaña por la presidencia de la república; por último, mantuvo lazos de parentesco con Herminio Ahumada,
preparatoria y normal. La matrícula para ese año es de 326 estudiantes, concentrados
preferentemente en la escuela secundaria (Moreno, P., 1991). La institución también ofrece, tal y
como lo concibió Vasconcelos, cursos de cocina y economía doméstica.
Los primeros diez años de la UNISON, 1942-1952
Durante sus primeros diez años de existencia, la UNISON es un establecimiento
relativamente pequeño, con carencias en su infraestructura y orientado preferentemente a la
instrucción media y media superios. De ahí que durante esta década los esfuerzos
institucionales estén dedicados a la construcción de la planta física y al afianzamiento de la
matrícula.
En el primer caso destacan la adquisición de gran parte de los terrenos donde
actualmente se ubica el campus universitario, localizado en el centro de la ciudad de
Hermosillo; la construcción de aulas, talleres y laboratorios para las escuelas secundaria,
preparatoria y normal; y la edificación de una biblioteca y museo universitarios. Estas obras
pueden llevarse a cabo con los recursos económicos obtenidos de la recaudación del
impuesto estatal del 5% destinado al sostenimiento de la UNISON y en menor medida con
aportaciones de los gobiernos federal y estatal, estos últimos destinados sobre todo a las
escuelas secundaria y normal (Castellanos, 1991: 18-19).
Por otra parte, en este período la matrícula constituye un serio problema para la
naciente institución. La población estudiantil no registra incrementos importantes durante
estos años, además de que se concentra en la secundaria y preparatoria, lo que hace dudar
de la pertinencia del proyecto universitario. Frente a este problema las autoridades de la
UNISON, especialmente su Comité Administrativo, impulsan acciones para incentivar y
diversificar la matrícula, sobre todo a través del otorgamiento de becas para estudiantes de
escasos recursos y la ampliación de la oferta educativa. En este último sentido se crean las
escuelas de enfermería (1944), superior de comercio (1944), farmacia (1945), ingeniería
(1948) y la academia de dibujo y pintura (1950). Pese a los esfuerzos institucionales, la
población estudiantil continua concentrándose en los niveles medio y medio superior.
quien estuvo casado con una de sus hijas (Almada, 1993) (Cornejo, et.al, 1985).
De acuerdo a la distribución de su matrícula y oferta educativa, ambas localizadas
preferentemente en la secundaria y preparatoria, y menor en medida en la instrucción
normalista, la UNISON no puede ser considerada como un establecimiento universitario. Es
lógico que así suceda, el estado de Sonora aún no cuenta con un mercado de consumidores
en el nivel de la educación superior.
Hacia la consolidación institucional 1952-1967
Entre 1950 y 1967, la UNISON presenta un proceso de fortalecimiento que la coloca
como el establecimiento educativo y cultural de mayor importancia en el estado. La
consolidación institucional se sustenta en tres aspectos: la reorientación institucional, la
obtención de fuertes líneas de financiamiento y el establecimiento de relaciones de
complementariedad entre la institución y la sociedad local.
La reorientación institucional
A partir de los primeros años de la década de 1950, la trayectoria seguida por la
UNISON cambia de dirección, los esfuerzos de la universidad se orientación hacia los
estudios de nivel superior y hacia la diversificación de las actividades institucionales.
Uno de los rasgos más claros de la reorientación institucional fue la ampliación y
diversificación de la oferta educativa Con este fin se crean las escuelas de derecho (1953),
agricultura y ganadería (1953), ingeniería civil (fundada en 1952, cerrada durante dos años y
reabierta en 1958), altos estudios (1963), que agrupa las licenciaturas en física, matemáticas
y letras, y la escuela de trabajo social (1965), esta última en nivel medio superior. Además,
las escuelas superior de comercio y farmacia se transforman respectivamente en las escuelas
de contabilidad y administración, y ciencias químicas. La fundación de estas escuelas le
permiten a la institución generar una oferta educativa de más de quince opciones
profesionales, sobre todo en el campo de las profesiones, donde sobresalen abogacía,
ingenierías agronómica y civil, contaduría, administración, química, ingeniería química e
ingeniería industrial
La configuración de los estudios en la UNISON obedece principalmente a dos
factores: el desarrollo económico de la región y la instrumentación de políticas públicas
nacionales. Así, por ejemplo, la rama de las ingenierías, en especial agronómica, civil e
industrial, los estudios de contaduría y administración, y la licenciatura de leyes están
vinculados a las sólidas actividades agrícolas y ganaderas de la región, a la naciente planta
productiva y a la terciarización de la economía sonorense. Otros de los estudios ofrecidos
por la UNISON tienen origen en la instrumentación de políticas educativas nacionales, este
es el caso de física, matemáticas y letras, que surgen en la órbita de la regionalización de la
educación superior nacional, programa instrumentado por la Asociación Nacional de
Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES) a inicios de la década de los
sesenta (Castellanos, 1993).
El proyecto de reorientación institucional es de mayor amplitud que la apertura de
escuelas y carreras profesionales, comprende la fundación de planteles escolares en el sur y
el norte del estado, el fomento a la investigación y el apoyo al extensionismo universitario.
En la línea por ampliar su cobertura educativa la UNISON establece tres unidades
académicas fuera de la cd. de Hermosillo. En 1964, crea la escuela preparatoria de Navojoa,
al sur del estado; en 1965, la escuela preparatoria en Magdalena y la escuela técnica de
administración de ranchos en Santa Ana, ambas localidades ubicadas al norte de la entidad.
Respecto al fomento de la investigación la universidad funda los siguientes centros:
el instituto de investigaciones económicas y sociales (1960), el centro de investigaciones
científicas y tecnológicas de la Universidad de Sonora (CICTUS) (1962), la unidad
experimental del CICTUS (1965), ubicada al norte del estado, en Puerto Peñasco, y el
departamento de investigación agrícola y ganadera (1965), dependiente de la escuela de
agricultura y ganadería. Conviene mencionar que la investigación, sobre todo agrícola y
tecnológica, estuvo patrocinada por diversas agencias nacionales e internacionales: las
Secretarías de Educación Pública y Agricultura y Ganadería, la ANUIES, la Fundación
Rockefeller y la Universidad de Arizona (Castellanos, 1993) (Ramos, 1987).
En lo que toca al extensionismo universitario se crean la imprenta universitaria
(1962), una estación radiofónica (1962) y el canal de televisión universitaria (1965).
Además, la UNISON organiza la presentación de conciertos, recitales y obras de teatro;
patrocina concursos de oratoria y competencias deportivas. Conviene mencionar aquí que
estas actividades tienen un gran respaldo entre la sociedad sonorense, sobre todo en la cd.
de Hermosillo. Un caso ilustra lo anterior: a fines de 1957, la exposición y feria ¨Sonora en
Marcha¨, fue llevada a cabo en las instalaciones de la universidad y reunió gran parte de los
habitantes de la capital del estado (Castellanos, 1993).
La reorientación institucional no solo permite a la UNISON un rápido y fuerte
crecimiento escolar, en quince años la universidad incrementa notablemente su matrícula,
pasando de los 735 estudiante en 1952, a poco menos de 5 mil alumnos en 1967, sino que
además la convierte en la institución académica y cultural más importante del estado.
El financiamiento universitario
El acelerado crecimiento de la UNISON no hubiera sido posible sin la obtención de
fuertes líneas de financiamiento. En este período los recursos financieros provienen
principalmente de tres fuentes: el impuesto estatal para el sostenimiento de la institución, los
subsidios de los gobiernos estatal y federal y las aportaciones y donaciones de asociaciones y
organismos privados.
Durante las primeras etapas de desarrollo de la UNISON, la fuente principal de su
financiamiento proviene de la recaudación fiscal del 5% sobre toda actividad comercial en el
estado. En 1953, las autoridades universitarias solicitan al Congreso del Estado incrementar
este impuesto. La petición está acompañada de planes y proyectos de desarrollo
institucional, donde figuraban la adquisición de terrenos para la edificación de la ciudad
universitaria, la apertura o ampliación de escuelas, la construcción de aulas, laboratorios y
bibliotecas, y la edificación de instalaciones deportivas. En septiembre de 1953, después de
revisar la propuesta universitaria, el Congreso del Estado aprueba la Ley No. 45, que fija el
impuesto especial para el sostenimiento de la UNISON en 10%. Los fondos generados por
la recaudación de este impuesto constituyen la principal fuente de sostenimiento económico
de la institución, representan más del 80% de sus ingresos económicos en estos años
(Castellanos, 1993) (Díaz, R., 1987) (Moreno, P., 1991).
Los gobiernos estatal y federal contribuyen con otra parte del presupuesto
universitario. El primero aporta cerca del 10% y el segundo aproximadamente el 6% de los
recursos financieros que consume la UNISON. Además de estos subsidios los gobiernos
apoyan el desarrollo de la institución con el financiamiento de programas especiales, así por
ejemplo, en 1956, la ampliación de la escuela preparatoria recibe fondos de la federación; en
1958, parte de los campos de prácticas de la escuela de agricultura y ganadería son
adquiridos con recursos provenientes del gobierno estatal; en 1965, el departamento de
investigación agrícola y ganadera recibe fondos federales y estatales para su creación y
operación.
Las aportaciones y donaciones de asociaciones privadas representan otra de las
fuentes del presupuesto universitario. Aun cuando no es posible calcular el monto de estas
aportaciones, se tiene conocimiento de su participación en algunos proyectos institucionales.
La escuela de agricultura y ganadería nació con el apoyo de los agricultores y ganaderos de
la entidad, quienes en 1960 acordaron pagar voluntariamente un peso por cada paca de
algodón producida, por cada tonelada de trigo cosechada o por cada cabeza de ganado
exportada para el sostenimiento de la mencionada escuela (Castellanos, 1993:44-45) Otro
caso de participación de asociaciones privadas es el financiamiento a la experimentación
agrícola, al respecto la Asociación de Productores de Semillas de Hermosillo aportó en
1958, 60 mil pesos y la Fundación Rockefeller realizó una aportación de 160 mil dólares
entre 1961 y 1963 para el desarrollo de proyectos de investigación.
Los recursos económicos obtenidos por la UNISON tienen origen en dos puntos.
Primero, la economía estatal se encuentra en una fase de crecimiento, sus principales
indicadores económicos reportan incrementos notables, lo que permite canalizar recursos a
programas sociales, entre ellos a la UNISON (Vázquez, et.al., 1993). En segundo lugar, el
proyecto universitario genera una imagen positiva entre los actores relacionados con la
UNISON, los servicios ofrecidos por la institución son acordes al desarrollo del estado.
Las relaciones de la UNISON con la sociedad.
A excepción de los problemas iniciales por la orientación y dirección del proyecto
universitario, durante sus primeros 25 años la UNISON no presenta ningún conflicto
institucional de consideración. Por el contrario, en este período, conocido entre los
investigadores locales como la ¨época dorada (Moreno), la universidad es una institución
estable que logra establecer fuertes relaciones de apoyo con la sociedad local. Estas
relaciones se tejen con hilos políticos y económicos, pero también con fibras simbólicas.
Durante 25 años, desde sus orígenes y hasta fines de la década de 1960, la UNISON
ha sido una institución estrechamente vinculada a los grupos políticos sonorenses. Como se
anotó en páginas anteriores, en sus primeros diez años de existencia la UNISON contribuye
a la ¨refundación¨ del estado, particularmente a la unificación de los intereses de los grupos
de poder en Sonora. Ciertamente la UNISON reúne a destacadas figuras de la política, la
industria y el comercio estatales. Ello puede observarse a través de la composición de su
Comité Administrativo, instancia clave en la toma de decisiones universitarias hasta la
década de 1950. En este Comité destacan los políticos Horacio Sobarzo, Ignacio Soto,
Domingo Olivares y Carlos Balderrama. Los dos primeros llegarán a ser gobernadores del
estado, mientras que los dos últimos serán presidentes municipales de la cd. de Hermosillo.
Los banqueros Rodolfo Tapia y Federico Valenzuela, socios mayoritarios en dos bancos
estatales. Y los empresarios Ramón Corral, René Martínez de Castro, Manuel Puebla y José
S. Healy, propietarios de importantes comercios en la localidad (Castellanos, 1991).
A partir de la década de los cincuenta las relaciones de la UNISON con los grupos
de poder se estrechan aún más. Los cambios en la Ley Orgánica universitaria en 1958
suprimen el Comité Administrativo, en su lugar se crea el Patronato Universitario,
responsable de la administración de los recursos financieros. Este Patronato está integrado
por empresarios de las ciudades de Hermosillo, Obregón, Guaymas, Navojoa, Huatabampo
y Nogales (Castellanos, 1993), con lo cual la universidad se conecta a los grupos de poder
más destacados en el estado.
La acción de los actores universitarios no se reduce a la obtención de recursos
financieros o la administración académica, sino que también incluye la instrumentación de
estrategias políticas. En este sentido el fortalecimiento institucional en la décadas de los
cincuenta y sesenta del siglo pasado es interpretado como un éxito de los grupos políticos
conectados a la institución, lo que les vale negociar puestos de primer nivel en la estructura
de gobierno estatal. El caso más notorio es el de Luis Encinas J., rector de la universidad en
el período de 1958-1961, quien asciende a la gubernatura del estado a fines de 1961. Pero
los canales políticos presentan un flujo inverso, esto es, miembros de la clase política estatal
ingresan a la UNISON ocupando altas posiciones en la estructura universitaria, así, por
ejemplo, Moisés Canale accede a la rectoría en 1961 por su cercanía con el gobernador del
estado Encinas J., de la misma manera, Francisco Navarro pasa de la jefatura de irrigación
del gobierno del estado a la dirección de la escuela de agricultura y ganadería.
Además de ser utilizada como vía para la ocupación de puestos de primer nivel, la
UNISON cumple el papel de formar a líderes políticos para el partido oficial. Este es el caso
de algunos miembros de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Sonora (FEUS),
de manera especial los ¨jilguerillos¨ quienes tendrán una destacada carrera política en el
estado (Cornejo, et.al., 1985).
Por otro lado, uno de los mecanismos de vinculación entre la institución y la
sociedad se encuentra en el tipo de estudios ofrecidos por la UNISON. La oferta educativa
de la institución presenta tres características que la hacen atractiva a los grupos sociales de
la entidad. Primero, las opciones profesionales son acordes con el desarrollo económico del
estado, lo que contribuye a que sus egresados obtengan empleos. En segundo lugar los
estudios ofrecidos por la universidad cubren los niveles medio, medio superior y superior, lo
cual conforma una oferta educativa de amplio espectro. Por último, la UNISON mantiene
planteles escolares en el norte, centro y sur del estado, lo que le permite atender a grupos
poblacionales en gran parte de la entidad. De esta forma la UNISON está en las expectativas
educativas de importantes núcleos de población en el estado de Sonora.
Al amparo de estas relaciones la UNISON construye una fuerte imagen social en la
entidad: la universidad es la creación de la sociedad sonorense y por tanto está vinculada a
mayoría de sus actores sociales. Esto puede ser advertido no solo a través de sus recursos
financieros, oferta educativa, matrícula o de sus relaciones con los grupos de poder, sino
también por el impacto de sus conciertos musicales, concursos de oratoria, competencias
deportiva o bailes universitarios, todos ellos con gran respaldo de la sociedad estatal.
La primera crisis universitaria, 1967
Como se anotó más arriba, durante sus primeros 25 años la UNISON es una
institución estable, estrechamente vinculada a la sociedad local. Este patrón de desarrollo se
quiebra abruptamente a fines de la década de 1960 dando lugar a una prolongada crisis
institucional. ¿Cuál es el origen de la crisis universitaria?, ¿de qué naturaleza son los factores
que afectaron tan profundamente a la institución? Las respuestas a estas interrogantes se
localizan inicialmente fuera de la UNISON, en el contexto social.
A partir de la segunda mitad del siglo pasado, el estado de Sonora inicia un proceso
de ¨modernización¨, prácticamente todos los ámbitos sociales presentan modificaciones de
importancia. Así pues, y sólo para ilustrar las transformaciones, la demografía sonorense
registra incrementos notables en su población, entre 1950 y 1990, el número total de
habitantes se multiplica por un factor superior a tres, pasa de 510,607 hbts. en 1950 a
1'832,606 hbts. en 1990. Estos nuevos habitantes se concentran, a diferencia del pasado, en las
ciudades, con lo cual los espacios urbanos se consolidan como los de mayor importancia. La
mismo sucede en la economía, las actividades agrícolas, base del desarrollo estatal durante varias
décadas, van a ser desplazadas por los sectores de terciario y secundario. Estos cambios iniciden
en la redefinición de los patrones culturales, la vieja imagen de comunidad, en la cual la
pertenencia al grupo tenía un enorme influjo de cohesión social, es substituida por la imagen de
sociedad, donde los sujetos e intereses son heterogéneos y fragmentarios. La expresión más clara
de los cambios sociales se presenta en la quiebra de la unidad política, en el año de 1967.
En este año el estado de Sonora prepara el proceso electoral para renovar las
presidencias municipales, el Congreso del Estado y la gubernatura. Tradicionalmente la
postulación de los candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sobre todo del
aspirante a la gubernatura del estado, es el resultado de acuerdos entre los grupos
económicos y políticos de la entidad, el gobernador, la dirección general del PRI y el
presidente de la república (Cornejo, et.al. 1985: 224). Durante décadas este mecanismo
operó satisfactoriamente, sin embargo en 1967 el proceso desborda los límites establecidos.
Los sectores representativos del PRI no logran acuerdos para designar candidato a la
gubernatura del estado, más aún, los grupos locales dividen su postura entre dos figuras del
ámbito político: Fausto Acosta R. y Faustino Félix S. El primero con el apoyo de importante
comerciantes y empresarios, sobre todo del norte del estado, y el segundo con el respaldo de los
grandes agricultores del sur de la entidad. Pese a que Acosta R. genera mayores simpatías entre
la población estatal, el Comité Ejecutivo Nacional del PRI designa a Faustino Félix como su
candidato.
La manera como se toma la decisión, con la exclusión de algunos importantes grupos
locales de poder, y los métodos utilizados por Faustino Félix, los cuales van de la manipulación
de asambleas a la represión de organizaciones políticas estatales, genera un fuerte rechazo,
primero entre los miembros del propio partido oficial, más adelante en el grueso de la sociedad
civil.
Uno de los discursos utilizados por el grupo de apoyo de Acosta R. es la democratización
de las prácticas políticas, discurso que impacta a la sociedad civil. A través del imaginario de la
democracia se tejen una serie de relaciones de grandes alcances, en este sentido sujetos antes
excluidos de la estructura política, por ejemplo, amas de casa o los consumidores, se reúnen
ahora con los tradicionales grupos de poder del centro y norte de la entidad. Solo mediante este
imaginario es posible comprender que el descontento alcance grandes dimensiones populares.
Así, en los primeros meses de 1967 las ciudades más importantes del estado registran el
surgimiento de comités, asociaciones y frentes por la defensa de los derechos civiles.
Justamente, a través del imaginario de la democracia la UNISON ingresa al conflicto
político de 1967. El 26 de febrero de 1967 los contendientes a la gubernatura del estado realizan
concentraciones populares en lugares cercanos al campus universitario. De los discursos los
manifestantes pasan a los insultos y las agresiones, lo que provoca, después de varias horas de
disturbios, la intervención de la fuerza pública. Los simpatizantes de Acosta R. se refugian en la
UNISON y hasta ahí penetra la policía en busca de ellos. El saldo de ese día son varios heridos y
detenidos (Moreno, A., 1985). Este acontecimiento marca la intervención de la UNISON en el
conflicto político. Al día siguiente la Federación de Estudiantes de la UNISON (FEUS) protesta
por la violación a la autonomía universitaria. Más adelante, en el mes de marzo, la FEUS declara
la huelga de actividades académicas de manera indefinida. La huelga universitaria tendrá un gran
respaldo en todo el estado. A mediados de abril el grueso del sistema escolar, desde los jardines
de niños hasta la educación superior, ha sido paralizado por completo; el comercio y,
eventualmente, la industria realizan paros de labores. En general, en las ciudades más importantes
del estado se producen constantes y concurridas manifestaciones políticas. Las demandas del
movimiento popular en este momento han pasado de la democratización de la política a solicitar
la renuncia del gobernador del estado.
Para las autoridades estatales la situación es insostenible por lo que el gobernador del
estado, Luis Encinas J., solicita la intervención del ejército. Así, el 17 de mayo de 1967 el ejército
y las policías judicial y municipal ocupan la universidad. En la siguiente semana se producen los
arrestos de los líderes populares y estudiantiles.
Con la represión policiaca concluye la protesta popular. Sin embargo el descontento
social encuentra otras formas de manifestación. Según algunos estudiosos del movimiento
político de 1967, en las elecciones de ese año los candidatos del Partido Acción Nacional
obtienen triunfos (no reconocidos oficialmente) en la mayoría de los puesto de elección,
incluyendo la gubernatura del estado (Moreno, A, 1985) (Cornejo, G. et. al., 1985) (López, M.,
1989).
Al concluir la protesta popular parecería que la UNISON puede retornar a su antigua
trayectoria, caracterizada por sus vínculos de complementariedad con la sociedad estatal.
Sin embargo, el tejido que sostenía las relaciones entre la universidad y la sociedad se ha
desgarrado. A partir de ese tiempo, la UNISON será vista como una institución conflictiva,
de difícil conducción, con sujetos no asimilables a los intereses de la clase política estatal.
La represión a la huelga universitaria en el año de 1967 no logra terminar con el
movimiento estudiantil, por el contrario refuerza su presencia y organización en los
siguientes cinco años. Organizados en una fuerte asociación (la FEUS) los estudiantes
desarrollan un programa tendiente a transformar la universidad. El programa es un amplio
proyecto de reforma institucional, comprende transformaciones académicas, la creación de
un sistema de becas para estudiantes de bajos ingresos, así como mayor representación
estudiantil en los órganos de gobierno. No obstante la amplitud del proyecto, la FEUS
orienta sus acciones hacia la arena política, sobre todo al gobierno universitario* . La
orientación política se explica por la ideología adquirida por la FEUS, sobre todo a partir del
año de 1972, una ideología marcadamente maxista. Desde aquí la universidad es concebida
como un centro preferentemente político desde el cual iniciar cambios radicales en la sociedad.
Para cumplir este objetivo es imprescindible el control sobre la institución, de ahí que la FEUS
revise la situación de la universidad, sobre todo lo relativo a los órganos de gobierno. De este
análisis surge, en 1972, la discusión y propuesta de reformar la Ley Orgánica de la UNISON.
Conviene mencionar que la propuesta de transformación del marco jurídico institucional está
acompañada por frecuentes protestas (huelgas, paros) que tienen la intención de presionar a las
autoridades pero también de mostrar el potencial de convocatoria de la organización estudiantil.
Las presiones de la FEUS llegan a su punto más alto en marzo de 1973 cuando se obliga,
mediante la paralización de actividades, a renunciar al rector en turno, en su lugar es nombrado
Alfonso Castellanos I. En mayo se envía al Congreso del Estado el texto de reforma de Ley
Orgánica formulado por el Consejo Universitario. Este documento respeta de manera general la
propuesta de la FEUS, sobre todo lo que refiere a la participación de estudiantes y académicos en
la toma de decisiones. Finalmente en agosto del mismo año el Congreso del Estado aprueba un
nuevo marco jurídico para la UNISON, la Ley Orgánica 103. Aun cuando el texto aprobado por
los diputados conserva el espíritu de la propuesta original, la FEUS ve en ello una ¨traición¨ a sus
propósitos, por lo que llama a huelga en el mes de septiembre de 1973. Frente a este llamado las
autoridades universitarias y gubernamentales endurecen posiciones. En lo que resta del año y
principios del siguiente el movimiento estudiantil es desmembrado por la acción policiaca. Los
líderes estudiantiles son acusados de estar ligados al consumo y tráfico de drogas, además se les
señala como miembros de grupos guerrilleros, sobre todo vinculados a la Liga 23 de Septiembre.
La estabilidad autoritaria
Con la desactivación del movimiento estudiantil y bajo el marco de una nueva estructura
jurídica, la UNISON trata de recuperar la estabilidad perdida por los conflictos anteriores. Con
este fin la administración universitaria, encabezada por su rector, Alfonso Castellanos,
instrumenta un programa que tiene dos objetivos: el control sobre el gobierno universitario e
impulsar una reforma académica.
A partir de la aprobación de la Ley Orgánica 103, la estructura de gobierno en la
UNISON queda compuesta por dos órganos básicos: el consejo directivo y el consejo
universitario. El primero es un colegiado responsable de sancionar las decisiones en las escuelas,
está integrado paritariamente por estudiantes y profesores, además del director de la escuela. El
consejo universitario, máximo órgano de gobierno en la UNISON, tiene bajo su responsabilidad
la conducción y orientación de la institución, entre sus funciones destacan la aprobación del
* De acuerdo a Joel Verdugo (.... ), la radicalización de la FEUS es un complejo proceso que sintetiza
presupuesto anual, la aprobación de planes de estudio y la elección del rector. Este órgano lo
integran básicamente un representante estudiantil y un representante académico de cada una de
las escuelas de la universidad, los directores de las escuelas y el rector.
La estratategia desplegada para controlar estos órganos de gobierno consiste en
negociaciones y alianzas con los representantes, la imposición de autoridades, la no renovación
de los miembros de los consejos y, en casos extremos, el uso de grupos de choque. Estos
recursos producen resultados positivos para la rectoría, la UNISON recobra temporalmente la
estabilidad, sobre todo en la toma de decisiones, aunque la estabilidad sea lograda mediante el
uso de métodos ¨duros¨.
Pese al control autoritario de la institución, la UNISON registra la emergencia de un
nuevo sujeto, se trata del sindicalismo universitario. Entre 1976 y 1980 se crean cinco
organizaciones gremiales, tanto de trabajadores y empleados como de personal académico*. Dos
de estos sindicatos representan fuertes problemas para la administración universitaria, el Sindicato
de Trabajadores y Empleados de la UNISON (STEUS) y el Sindicato de Trabajadores
Académicos de la UNISON (STAUS), las otras organizaciones gremiales fueron auspiciadas por
las propias autoridades universitarias para hacer frente al sindicalismo independiente (Larios y
Gurrola, 1986). Tanto el STEUS como el STAUS oponen resistencia a las políticas
institucionales, sobre todo en lo que se refiere a la permanencia en el empleo. La acción
sindicalista tiene como expresión movimientos huelguísticos, primero por el reconocimiento
oficial de sus organización y, más adelante, por la administración y revisión de los contratos
colectivos de trabajo.
El segundo objetivo de la rectoría es la implementación de un reforma académica en
la universidad. Esta reforma presenta dos fases: la primera, en 1975, es la desincorporación
de las escuelas secundaria y preparatoria, con lo cual la UNISON atiende preferentemente
estudios en el nivel superior. La segunda fase, implementada en 1978, es la reorganización
académica de la institución.
las aspiraciones culturales y políticas de una parte de la juventud de ese tiempo. * Las cinco organizaciones gremiales son: el Sindicato de Trabajadores y Empleados; el Sindicato Independiente de Trabajadores y Empleados; el Sindicato de Empleados y Maestros; el Sindicato de Trabajadores Académicos; y el Sindicato Independiente de Personal Académico. Estas dos últimas organizaciones agrupan exclusivamente personal académico.
Hasta fines de la década de 1970, la organización académica en la UNISON estaba
dada por la escuelas, donde el eje de articulación era la enseñanza de las profesiones, lo que
daba lugar al asilamiento de las licenciaturas. La departamentalización parte del supuesto
que los estudios universitarios, así como las funciones y actividades administrativas, pueden
ser ordenados por campos o áreas de conocimiento, en los cuales la disciplina opera como
punto de enlace. Pese a que la definición y fundamentación de los campos o áreas de
conocimiento presentan serias deficiencias en el proyecto, la UNISON decide reorganizar la
institución en departamentos, así en 1978 se crean seis departamentos: ciencias químico
biológicas, ciencias químicas, ciencias e ingeniería, ciencias económico administrativas,
humanidades y ciencias sociales. Junto con la departamentalización, se crean tres nuevas
licenciaturas: sociología, administración pública y lingüística.
Rápidamente el proceso de reforma académica revela serias deficiencias. En el año
de 1980, la comisión del consejo universitario responsable del análisis de la
departamentalización apunta los siguientes problemas: las escuelas no han sido substituidas,
por el contrario tienden a reforzar su presencia; dificultad para decidir la adscripción de los
académicos; planes de estudio inciertos, sobre todo en las licenciaturas que comparten un
tronco común; y el no reconocimiento oficial de las nuevas carreras.
Pese a la importancia de los problemas generados por la departamentalización, la
institución no incluye en su agenda la revisión de la reforma académica, la administración
universitaria está dedicada a mantener la estabilidad. Además, el período del rector
Castellanos está por llegar su fin, con lo cual se inaugura un nuevo ciclo en la UNISON.
La segunda crisis universitaria, el proceso de politización interna, 1982-1991
En 1982, después de nueve años como rector y cuando las relaciones entre la
universidad y el gobierno estatal presentan fricciones, la administración del rector
Castellanos llega a su fin. El rector saliente deja una institución con problemas en su
organización académica, con fuertes asociaciones gremiales y, sobre todo, con un vacío de
poder.
En este escenario, la nueva rectoría, encabezada por Manuel Rivera, inicia su gestión
con apoyos limitados, sobre todo por dos cuestiones. Primero, durante los nueve años anteriores
los principales grupos universitarios tejieron una estructura de poder alrededor de la figura de
Castellanos, aun cuando éste ha concluido su gestión, los grupos conservan suficiente presencia
en el escenario institucional para dificultar la acción de la nueva administración. Por otro lado, la
rectoría no cuenta con un fuerte equipo de colaboradores para iniciar su gestión. En una situación
de este naturaleza el objetivo principal de la rectoría consiste en afianzar su presencia en la
institución. Para ello establece alianzas con los grupos opositores a la anterior administración;
apoya las demandas los sindicatos administrativo (STEUS) y académico (STAUS), este último
logra la titularidad del contrato colectivo de trabajo (1984) con el apoyo de la rectoría; incorpora
exlíderes estudiantiles en puestos administrativos; y fomenta la creación de nuevas plazas
académicas. Esta estrategia produce resultados positivos. En menos de dos años la
administración se encuentra en franca consolidación. Al mismo tiempo, estas acciones generan
rápidamente fuertes estructuras de corporativización, donde los grupos implicados conceden
apoyo a cambio de la participación en la toma de decisiones.
La corporativización en la UNISON obliga a sus integrantes a un constante juego de
alianzas y negociaciones. Esto puede ser advertido a través de la renovación de los órganos de
gobierno universitario. Cada año los grupos de poder en la institución disputan los espacios
disponibles en los consejos universitario y directivo, más aún cuando de estos órganos dependen
las principales decisiones en la universidad.
Esta situación conduce hacia la fragmentación de los grupos universitarios. Durante toda
la segunda mitad de la década de 1980 no existe grupo o corriente alguna que logre imponerse
sobre los demás actores universitarios. Frente a esta situación el mecanismo usado con mayor
frecuencia para dirimir las disputas es la votación. Prácticamente toda decisión importante es
sometida a votación en los órganos de gobierno, si no es que en asambleas estudiantiles o de
personal académico. El mejor ejemplo de lo anterior es la elección de rector en los años de 1987,
1988 y 1989. En cada uno de estos procesos electorales concurren cinco candidatos, ninguno de
ellos logra obtener más de la mitad de los votos del padrón electoral, integrado por el total de
estudiantes, profesores y trabajadores.
A finales de la década de los años ochenta la UNISON es un establecimiento bloqueado
por la acción de los grupos universitarios, con serios conflictos internos, sobre todo en la toma de
decisiones y con una imagen social deteriorada por sus constantes disputas. Así, la UNISON
parecería que ha perdido la capacidad de autogobernarse. Esta situación cambiará drásticamente
a inicios de la siguiente década, cuando distintos grupos de actores traten de ¨recuperar¨ la
institución.
La nueva modernización institucional, 1991-2000
En el año de 1989, Marco A. Valencia asume la rectoría de la UNISON. Su elección
es producto de una compleja y delicada alianza entre varias corrientes universitarias. A los
pocos meses de haber asumido la rectoría, las alianzas muestran su fragilidad, uno de los
grupos rompe con la rectoría por desacuerdo en la toma de decisiones. Sin el apoyo de este
grupo, con un consejo universitario integrado preferentemente por corrientes adeversas a la
rectoría y con el mayor déficit en la finanzas universitarias, Valencia tiene ante sí una
situación altamente problemática para conducir la institución.
Además de las turbulencias internas, la UNISON está ante dos factores que
complican aún más su desarrollo inmediato. La imagen de la UNISON ante la sociedad local
es marcadamente adversa, vista como una institución de dudosa reputación, los grupos de
poder dudan de la pertinencia de la universidad como proyecto educativo. Por otro lado, la
llegada a la gubernatura de Manlio F. Beltrones, en 1991, modifica las relaciones del
gobierno del estado para con la universidad, que hasta ese momento habían sido de
tolerancia. En ese mismo año el gobernador convoca al Congreso del Estado a estudiar y
modificar la Ley Orgánica de la UNISON.
La propuesta de modificación al marco jurídico gana rápidamente simpatizantes tanto
al interior de la universidad como hacia su exterior. En la propia UNISON, desde años atrás,
algunos de los grupos consideran que los problemas de la universidad -políticos, académicos
y administrativos- pueden ser resueltos mediante la modificación de la Ley Orgánica. Entre
estos grupos se encuentra la rectoría y ciertos académicos, sobre todo aquellos ubicados en
los centros de investigación. En el exterior, diversas asociaciones de empresarios,
comerciantes y profesionistas señalan que es necesario ¨recuperar¨ la universidad, mediante
la modificación de su estructura jurídica, para que contribuya al desarrollo de la sociedad.
De esta manera, en medio de una evidente inestabilidad institucional, con el apoyo de
minoritario de la comunidad universitaria y con el impulso del gobierno del estado, el
Congreso del Estado aprueba en 1991 una nueva Ley Orgánica para la UNISON. Este
nuevo marco jurídico presenta modificaciones en varias zonas de la institución, sobre todo
en el gobierno universitario, organización académica y en la estructura política de la
institución.
En la estructura de gobierno los cambios más importantes son la creación de los
consejos divisional y académico, el colegio académico y la junta universitaria. Los tres
primeros tienen bajo su responsabilidad sancionar las decisiones en la división, unidad
regional y universidad, respectivamente. Estos órganos están integrados por académicos,
estudiantes y autoridades, aunque en el colegio académico las autoridades tienen mayor peso
en las decisiones. La junta universitaria, máxima autoridad en la institución, es responsable
de las decisiones de mayor trascendencia en la institución: elección de rector y vicerrectores,
aprobación del presupuesto anual de egresos e ingreso, y aprobación del plan de desarrollo
institucional. La junta la componen 14 miembros, de los cuales 5 son académicos de la
propia institución, el rector es miembro exoficio durante el periodo de su gestión y el resto
lo integran personas externas a la institución. La inclusión de este tipo de personas se
justifica en la idea que no están ligadas a intereses de grupos universitarios, por lo cual sus
decisiones pueden ser imparciales.
La Ley Orgánica define con claridad las facultades y responsabilidades de cada uno
de los órganos de gobierno. Lo mismo sucede con las autoridades, marca sus atribuciones,
responsabilidades y terrenos de competencia. Justamente mediante la definición de
competencias y responsabilidades, el nuevo marco jurídico concede mayores facultades en
las instancias superiores de la estructura de gobierno, en especial a la junta universitaria y el
rector, lo cual supone facilitar la toma de decisiones institucionales (Acosta, 2000: 213).
La organización académica también ha sido modificada por la Ley Orgánica. La
UNISON ha sido estructurada básicamente en tres niveles de ordenación: Unidad Regional,
División y Departamento. La Unidad Regional es el nivel de mayor amplitud en la
organización académica, comprende los planteles que mantiene la institución en distintas
ciudades del estado: Hermosillo, Navojoa y Caborca. Cada una estas unidades es
independiente, tanto académica como administrativamente. El siguiente nivel lo integran las
divisiones, compuesto por conjuntos de departamentos agrupados por campos disciplinarios.
Finalmente, en la base de la organización académica, aparece el departamento, responsable
de las funciones de docencia e investigación en áreas específicas de conocimiento.
A diferencia del pasado, la actual organización académica incorpora y reconoce
todas las unidades académicas de la universidad, p.e., antaño los centros de investigación o
los planteles de Navojoa y Caborca no tenían plena representatividad en los órganos de
gobierno, cuestión que ha sido coregida en la actual organización.
La zona que mayores cambios registra es la política. La estructura actual de gobierno
generó una nueva arena política, en ella los tradicionales grupos de poder institucional han
visto declinar su presencia, mientras que otros han emergido con suficiente fuerza. Entre los
grupos de ¨perdedores¨ se encuentran el sindicalismo universitario y las corrientes y
asociaciones ideológicas de académicos y estudiantes, los cuales controlaban los antiguos
órganos de gobierno; entre los ¨ganadores¨ destacan los funcionarios universitarios, en
especial aquellos ubicados en las instancias superiores, rector, vicerrector y directores de
división. No obstante, ni ganadores ni perdedores han obtenido victorias o derrotas
absolutas, más bien se han situado en otras partes del tablero institucional. Así, quienes han
visto declinar su presencia institucional se han ubicado en niveles de menor amplitud, sobre
todo en las academias -colegiados académicos, responsables de sancionar la productividad
de los profesores en los departamentos- y por su parte los nuevos grupos de poder se
apoyan en las redes de los antiguas de las corrientes universitarias.
Más allá de la manera en que esté operando la política en la UNISON, conviene
destacar el afianzamiento de los funcionarios, lo ha permitido que la toma de decisiones
institucionales sea mucho más fluida que antaño, con lo cual la institución ha ganado una
cierta estabilidad. Justamente la estabilidad institucional, sobre todo en sus órganos de
gobierno, ha sido el argumento más socorrido para sostener que la UNISON ha cambiado en
los últimos diez años. Pero una institución de educacion superior no se reduce
exclusivamente, por más importante que sea, a su estructura de gobierno. En otras esferas
de la vida institucional, los cambios de la reforma universitaria no se han producido o mejor
aún, no se han producido rápidamente. Lo cual invita a reflexionar si un cambio de Ley
Orgánica genera en cascada cambios de mayor envergadura, la experiencia tenida en la
UNISON en los últimos diez años apunta hacia una respuesta negativa.
Los saldos de la historia de la UNISON
El desarrollo histórico de la UNISON ensayado aquí muestra, de manera general, las
etapas más significativas en la evolución de la institución. Acerca de esta evolución pueden
destacarse varios aspectos que son de interés para compreder el decurso tomado por la
universidad, pero también para que los esfuerzos futuros puedan madurar en cambios de
mayor profundidad.
1. La creación de la UNISON es el esfuerzo de la sociedad sonorense para edificar
una institución de educación superior que apoyara el desarrollo económico y político de la
entidad. Durante sus primeros veinticinco años, la UNISON cumplió satisfactoriamente
estas expectativas, de ahí su estrecha vinculación con los actores más importantes de la
localidad. Una vez que la sociedad estatal tiende a la diversificación de grupos e intereses la
universidad no responderá completamente a las variadas exigencias sociales, lo cual explica
la inestabilidad institucional a fines de la década de 1960 y principios de la siguiente.
2. A lo largo de su desarrollo, la UNISON ha generado estrechas relaciones con la
sociedad local. En sus primeras décadas de existencia los vínculos operan como un
importante apoyo para el desarrollo de la universidad, más adelante, sobre todo a partir de la
década de 1980, las relaciones se tornan asperas y difíciles. La vínculos establecidos entre
universidad y sociedad indican una institución sensible a factores externos, más aún, al
menos dos de las transformaciones institucionales tienen origen en grupos e intereses
externos, lo cual señala el peso de la dimensión social en el desarrollo de la UNISON.
3. La inestabilidad en la UNISON ha tenido como constante expresión la disputa
política por el poder institucional, sobre todo por el control de los órganos de gobierno. Los
mayores conflictos institucionales registrados en la historia, en especial los de 1973 y 1991,
tienen como punto de conflicto el control sobre el gobierno universitario.
4. En las tres últimas décadas la respuesta que ha tenido la sociedad y los propios
universitarios a los conflictos institucionales ha sido la modificación al marco jurídico de la
UNISON. De esta manera, los problemas universitarios han sido entendidos y atendidos
como asuntos preferentemente jurídicos, de ahí el énfasis en los cambios a la legislación
institucional.
5. El resultado de las modificaciones jurídicas ha sido parcial. Las reformas jurídicas
de 1973 y 1991 han propiciado una cierta estabilidad institucional, sobre todo en la esfera
del gobierno universitario, sin embargo en otros horizontes institucionales los cambios han
sido de menor magnitud y profundidad, de manera especial en la esfera académica, núcleo
que sostiene la institución.
6. Al tener como foco de atención la legislación universitaria, en especial el
funcionamiento de los órganos de gobierno, las reformas institucionales han colocado los
aspectos académicos, ya sea la maduración de sólidos cuerpos académicos o el
mejoramiento de la enseñanza, en lugares secundarios de la agenda institucional.
7. Finalmente, está pendiente de diseño e instrumentación una amplia y profunda
reforma académica. Una reforma que tenga como horizonte transformaciones de largo
aliento, sobre todo en la esfera académica.
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