Post on 29-Apr-2018
Universiteit Gent
Faculteit Letteren & Wijsbegeerte
Academiejaar 2012-2013
El espionaje femenino entretejido con la
historia europea del siglo XX en la novela
española contemporánea
Un estudio comparativo de El tiempo entre costuras (2009) de María Dueñas y
Dime quién soy (2010) de Julia Navarro
Masterproef ingediend tot het behalen van de
graad van Master of Arts in de Taal- en
Letterkunde: Latijn-Spaans
door Dorien Boermans
Promotor:
Prof. Dr. Elizabeth Amann
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Agradecimientos
En primer lugar, doy las gracias a mi directora de tesis, la profesora Elizabeth Amann, por los
consejos y la libertad que me dio durante el proceso de escritura, al igual que por el libro que
me prestó. Asimismo quisiera agradecer a Carlos Gutiérrez García y a Raquel Escobar
Molina, por haberme ayudado con la corrección de la gramática española y por ser los
lectores críticos que necesitaba. Además de esto, estoy agradecido a mis padres, y en
particular a mi abuela, por siempre haber confiado en mis capacidades y por haberme apoyado
realizar mis estudios a la Universidad de Gante.
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Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.
Antonio Machado, Proverbios y cantares XXIX (1912)
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Índice
1. INTRODUCCIÓN ......................................................................................................................... 6
2. PRESENTACIÓN DE LAS NOVELAS Y DE SUS AUTORAS ............................................... 9
2.1. EL TIEMPO ENTRE COSTURAS .................................................................................................... 9
2.1.1. Sira Quiroga: entre espía y modista .................................................................................. 9
2.1.2. María Dueñas ................................................................................................................... 10
2.2. DIME QUIÉN SOY ..................................................................................................................... 11
2.2.1. Amelia Garayoa: espía, amante y aventurera.................................................................. 11
2.2.2. Julia Navarro ................................................................................................................... 12
3. ANÁLISIS COMPARATIVO .................................................................................................... 15
3.1. LAS AUTORAS ......................................................................................................................... 15
3.1.1. Formación, generación y género ..................................................................................... 15
3.1.2. El papel del espionaje ...................................................................................................... 17
3.2. LA DEFINICIÓN DE LOS PERSONAJES ....................................................................................... 20
3.2.1. Las protagonistas: Sira vs Amelia ................................................................................... 20 3.2.1.1. Formación ................................................................................................................................................. 20 3.2.1.2. Carácter ..................................................................................................................................................... 23 3.2.1.3. Relaciones con los hombres ...................................................................................................................... 34
3.2.2. Personajes secundarios .................................................................................................... 41 3.2.2.1. Los personajes ficticios en El tiempo entre costuras ................................................................................. 41 3.2.2.2. Personajes eclécticos en Dime quién soy ................................................................................................... 44
3.3. EL ESPACIO ............................................................................................................................. 48
3.3.1. Escenarios en El tiempo entre costuras ........................................................................... 48 3.3.1.1. El Norte de África: ¿exotismo? ................................................................................................................. 48 3.3.1.2. Madrid y Lisboa ........................................................................................................................................ 51 3.3.2. Paneuropeísmo en Dime quién soy ............................................................................................................... 53
3.4. LA RELACIÓN ENTRE LA TRAMA Y LA HISTORIA ..................................................................... 57
3.4.1. Contexto histórico: la neutralidad española en la Segunda Guerra Mundial ................. 57
3.4.2. Aparición de personajes históricos en El tiempo entre costuras ..................................... 58 3.4.2.1. Juan Luis Beigbeder y Atienza .................................................................................................................. 58 3.4.2.2. Rosalinda Powell Fox ................................................................................................................................ 60 3.4.2.3. Alan Hillgarth ............................................................................................................................................ 62
3.4.3. Perspectiva: elección del período histórico ..................................................................... 63 3.4.3.1. El tiempo entre costuras: la Guerra Civil vista desde África y la Segunda Guerra Mundial en España .... 63 3.4.3.2. Dime quién soy: inserción de tres hitos en la historia del siglo XX ........................................................... 65
3.5. ESTRATEGIAS NARRATIVAS .................................................................................................... 68
3.5.1. La estructura, el tiempo narrativo y el uso de una yo-protagonista en El tiempo entre
costuras ......................................................................................................................................... 68
3.5.2. Narración marco y pluralidad de perspectivas en Dime quién soy ................................. 70
4. CONCLUSIÓN ............................................................................................................................ 73
5. BIBLIOGRAFÍA ......................................................................................................................... 76
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1. Introducción
En los años 2009 y 2010 se publicaron en España dos novelas que tuvieron un gran éxito en
las listas de venta: El tiempo entre costuras, de María Dueñas, y Dime quién soy, de Julia
Navarro. Inmediatamente se convirtieron en best-sellers y fueron traducidas a varias lenguas,
extendiéndose al extranjero, donde también fueron bien recibidas. ¿Cuál fue la razón de este
impresionante éxito? Se puede considerar que las cautivadoras tramas han tenido un papel
fundamental en la valoración positiva de las obras. Ambas novelas tratan del espionaje en la
convulsa época del siglo XX y, por encima de todo, están protagonizadas por dos valientes
mujeres que viven aventuras apasionantes. El espionaje es el tema central de ambas novelas y
resulta relevante que sean dos mujeres españolas las autoras de las mismas. La novela de
espionaje siempre ha tenido mucho éxito: la trama intrigante, los personajes misteriosos y el
fondo de los servicios secretos contribuyen a una lectura interesante para el gran público.
Pensemos por ejemplo en el éxito del espía más famoso en la literatura y en el cine, el
británico James Bond. El interés en el género únicamente decayó tras de la Guerra Fría, pero
los ataques terroristas de este siglo devolvieron al lector el interés por profundizar en el
mundo del espionaje. Así, el éxito del espionaje, contado a través de la novela, ha irrumpido
con fuerza entre los lectores. En el caso de la literatura española, no es fácil asociar el
concepto del espionaje con autores españoles. Sin embargo, veremos en nuestro trabajo que
España sí fue bastante importante en las misiones de los espías e incluso ocupa un papel
fundamental en nuestras novelas elegidas. Además, si pensamos en la Segunda Guerra
Mundial o en la Guerra Fría, tampoco pensamos inmediatamente en España. Es cierto que
este tema no es habitual en la literatura española; sin embargo, Dueñas y Navarro muestran
que sí es posible: insertan en sus obras la época más convulsa de nuestra historia reciente, a
través de dar la voz a espías femeninas que están rodeadas por trampas, secretos y personas
misteriosas.
Es llamativo que estas autoras escribieran sus novelas con unas tramas tan parecidas, motivo
por el cual nos pareció interesante profundizar en ellas. Así, este estudio gira en torno a un
análisis comparativo entre El tiempo entre costuras y Dime quién soy. Merece la pena
comparar cómo las tramas de ambas novelas se parecen y cómo difieren. Además es
interesante ahondar en cómo estas autoras presentan la historia de aquella época y qué
recursos literarios emplean para dar forma a sus novelas originales.
A modo de introducción ofreceremos un resumen de las novelas, así como la presentación de
sus autoras. Puesto que se trata de novelas muy extensas, no seremos capaces de ofrecer un
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resumen detallado, no obstante, en ocasiones, tendremos que explicar una parte del contenido
para que el análisis sea comprensible.
El primer capítulo del análisis contiene una comparación entre las autoras, que, como
veremos, comparten muchas semejanzas. Aparte del hecho de que ambas escribieran sobre el
tema del espionaje, también observamos analogías en cuanto a su formación, su generación y
su género. Luego pasaremos a la comparación propiamente dicha entre las novelas,
empezando con el capítulo más extenso, es decir la definición de los personajes. Primero
estudiaremos a las protagonistas de nuestras novelas, Sira Quiroga y Amelia Garayoa.
Investigaremos su formación, su carácter y sus relaciones amorosas para ver en qué medida
difieren y cómo esto afecta al desarrollo de la trama. La segunda parte de la comparación de
los personajes consiste en el estudio de los personajes secundarios. Veremos que también en
este aspecto podemos encontrar algunas semejanzas llamativas entre ambas novelas. Nos
limitaremos a los personajes más significativos, puesto que no todos son importantes para
nuestro análisis.
En el siguiente capítulo nos centraremos en el espacio de ambas novelas, lo que es un aspecto
de suma importancia. Ambas autoras escogieron escenarios muy específicos para desarrollar
sus novelas: Dueñas utilizó el ambiente exótico de Marruecos, mientras que Navarro describió
un número copioso de lugares en su trama. En este capítulo examinaremos por qué las autoras
eligieron justamente estos lugares y qué efecto tuvieron éstos dentro de la trama.
En nuestro penúltimo capítulo discutiremos la relación entre la trama y la historia en ambas
novelas. Como veremos, las autoras coinciden en algunos aspectos en cuanto a la
representación de la historia, pero no en todos. Ambas abordan la Guerra Civil y la Segunda
Guerra Mundial, pero observaremos que no siempre lo hacen de la misma manera, así que
tendremos que matizarlo. Además, Navarro incluye un periódo histórico más amplio en su
trama, ya que también escribe sobre la Guerra Fría en su obra. Asimismo estudiaremos la
aparición de unos personajes históricos en El tiempo entre costuras, una particularidad que
distingue esta novela de Dime quién soy. Otro objeto de estudio en este capítulo será la
comparación de las perspectivas en ambos libros: ¿cuáles son los puntos de vista frente al
periódo histórico y por qué las autoras escogieron esta perspectiva?
En nuestro último capítulo, el más breve, trataremos la comparación de las estrategias
narrativas: ¿qué recursos literarios están presentes en las novelas y cómo sostienen la trama?
Con ese apartado terminaremos nuestro análisis comparativo.
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Antes de empezar con nuestro estudio, conviene destacar que no somos capaces de elaborar
todos los datos que aparecen en nuestras obras elegidas. Dado que se trata de dos novelas muy
extensas, tendremos que delimitar nuestro tema de investigación, aunque generalmente sí
podremos ofrecer un análisis completo, centrándonos en los elementos más fundamentales de
ambos libros. Sin embargo, siempre hay que tener en cuenta que existen otros datos
interesantes que, por falta de espacio y de importancia, no podemos incluir en nuestro estudio.
Ahora pasamos a la primera parte de nuestro trabajo, es decir la introducción general a las
novelas y a sus autoras.
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2. Presentación de las novelas y de sus autoras
2.1. El tiempo entre costuras
La primera novela que utilizaremos en este análisis se titula El tiempo entre costuras (2009),
escrita por la autora María Dueñas. En este primer apartado presentaremos un breve resumen
del contenido, seguido por unas notas sobre la autora y el éxito que ha tenido con su novela en
los últimos años.
2.1.1. Sira Quiroga: entre espía y modista
El tiempo entre costuras narra la historia de Sira Quiroga, una joven modista madrileña que
vive tranquilamente con su madre y su novio Ignacio en los meses previos a la Guerra Civil.
Un día conoce a un hombre encantador, Ramiro Arribas, por el cual decide dejar a su novio.
Viviendo una vida de lujo al lado de su nuevo amor, se deja convencer para acompañarlo a
Marruecos. Se trasladan a Tánger y posteriormente a Tetuán, la capital del Protectorado
Español (cf. 3.3.1.1.). En poco tiempo se descubre el carácter de Ramiro, un mero charlatán
quien abandona a Sira, dejándola sola y embarazada en un país desconocido. Después de
haberse recuperado de este abandono, además perdió al hijo que esperaba, Sira es recibida en
la pensión de Candelaria, con la que mantiene un vínculo estrecho durante su estancia en
Marruecos. Gracias a esta mujer, Sira logra fundar un taller de alta costura en Tetuán para
obtener ingresos. Rápidamente se convierte en la modista preferida de las mujeres de la clase
alta de Tetuán, incluso de la británica Rosalinda Powell Fox, la amante del Alto Comisario
Juan Luis Beigbeder (cf. 3.4.2.). Entretanto ha comenzado la Guerra Civil en España y Sira
está preocupada por su madre, quien todavía vive en Madrid. Gracias a Rosalinda, se conoce
al periodista británico Marcus Logan, que ayuda a trasladar a la madre de Sira a Marruecos.
Pronto Sira siente atracción por este hombre amable, pero un romance entre ellos resulta
imposible: él debe volver a su país y, después de la guerra, Sira también volverá a Madrid.
Una vez allí, abre un nuevo taller, a petición de Rosalinda, para recibir a las esposas de
alemanes influyentes. La tarea de Sira consiste en escuchar sus conversaciones y transmitir la
información relevante a una persona de contacto. En otras palabras, Sira se convierte en una
espía para los británicos, un cargo que implica mucha responsabilidad. Al principio se resiste
a ello pero finalmente, convencida por su madre, decide aceptar esta misión arriesgada. Tiene
que cambiar de identidad, a partir de ahora se llamará Arish Agoriuq, y aprender las reglas del
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espionaje. En su taller obtiene mucha información valiosa sobre los planes de los alemanes en
la Segunda Guerra Mundial, a través de las conversaciones de las esposas. Además recibe el
encargo de arreglar un asunto importante en Lisboa: tiene que espiar a Manuel Da Silva, un
portugués que es sospechoso de colaborar con los alemanes, aunque tiene relaciones con los
ingleses. Resulta que Da Silva en efecto es un hombre peligroso, que casi logra matar a Sira
cuando se entera de que ella es una espía. En Lisboa Sira encuentra de nuevo a Marcus Logan
y, gracias a él, consigue escapar de las manos de los ayudantes de Da Silva.
La novela tiene un final abierto, en el cual Sira tiene una relación secreta con Marcus y
además, sigue trabajando como espía. Entraremos más en detalle sobre este recurso literario
en el último capítulo de nuestro análisis.
2.1.2. María Dueñas
María Dueñas (1964) es doctora en filología inglesa y profesora titular en la Universidad de
Murcia, además de haber impartido docencia en universidades norteamericanas. Es llamativo
que nunca escribiera una novela antes de redactar El tiempo entre costuras: “Ni era escritora
ni lo quería ser. La profesora de inglés María Dueñas escribió una novela por placer”
(Sánchez-Mellado, 2011). En otras palabras, no tuvo ninguna experiencia previa y argumenta
que nunca tuvo grandes ambiciones de ser una escritora, sino que en algún momento de su
vida, cuando ya tuvo cierta estabilidad profesional y personal, decidió hacer algo distinto y
empezó un nuevo proyecto (Cohen, 2012). Su primera novela ha tenido un éxito inmenso y el
hecho de que se haya convertido en uno de los libros más vendidos de los últimos años
sorprendió a la editorial, a los libreros e incluso a la propia Dueñas (Fernández Etreros, 2010).
La difusión tan rápida del libro se debe sobre todo al boca-oreja entre los lectores, las diversas
críticas publicadas en internet y en los periódicos, la influencia de los blogs y finalmente
gracias a la agencia Antonia Kerrigan. Las críticas han sido muy positivas, aunque
naturalmente se han publicado unas opiniones más negativas. Sin embargo, parece que la
propia autora no hace caso de esas críticas: “¿Que dicen que es un libro de consumo? Me da
exactamente igual. Estupendo. Que se consuma más, por favor” (Dueñas, 2011).
La redacción de la novela le llevó aproximadamente un año y, además de esto, previamente
tuvo que consultar archivos, testimonios, biografías y documentos históricos sobre la historia
de aquella época. La primera fase de la redacción se centró en la elección del ambiente, es
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decir el Protectorado Español de Marruecos. Los motivos de por qué Dueñas escogió
justamente este lugar serán discutidos más adelante. Posteriormente, durante el proceso de
documentarse, encontró los personajes que quiso utilizar. Una pareja que le pareció
interesante fueron Juan Luis Beigbeder y su amante Rosalinda Powell Fox: “Me entusiasmó
la historia de ellos dos porque inicialmente resultaba increíble que en aquellos momentos
pudiesen vivir un romance como el que vivieron" (Dueñas, 2010).
Cabe añadir que la cadena de televisión Antena 3 va a estrenar una serie basada en el libro,
con la actriz Adriana Ugarte como protagonista en el papel de Sira. Dueñas es consciente de
que la adaptación no puede ser una copia fiel a su novela, pero confía en que se hará un buen
trabajo.
Para concluir con este apartado sobre la autora, quisiéramos mencionar que, además de El
tiempo entre costuras, Dueñas acaba de publicar una nueva novela, titulada Misión olvido
(2012).
2.2. Dime quién soy
La segunda novela que analizamos en este estudio es Dime quién soy (2010) de Julia Navarro.
A pesar de su voluminoso contenido, es considerada un best-seller, al igual que El tiempo
entre costuras. Abarca diversos temas y acontecimientos importantes del siglo XX, desde la
Guerra Civil hasta la caída del Muro de Berlín. En el primer apartado resumiremos la novela,
para facilitar el posterior análisis. Enseguida discutiremos brevemente las motivaciones que
tuvo la autora para escribir esta novela.
2.2.1. Amelia Garayoa: espía, amante y aventurera
Dime quién soy narra la vida de Amelia Garayoa, una mujer valiente que vivió en uno de los
períodos más convulsos del siglo XX. Fue la bisabuela del joven periodista Guillermo Albi,
quien siguió sus pasos por encargo de su tía y luego de Laura, la prima de la protagonista.
Amelia desapareció antes de la Guerra Civil abandonando a su familia, a su marido y a su hijo
Javier, el abuelo de Guillermo. Desde entonces no se supo mucho de ella y la tarea de
Guillermo consiste en averiguarlo. Cuanto más avanza en su investigación, nota que su
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bisabuela tuvo una vida muy movida: viajó por muchas ciudades de Europa, e incluso de
América, conoció a gente muy diversa y llegó a ser espía para los británicos. Investigando la
vida de su bisabuela, Guillermo recibe la ayuda de varias personas que conocieron
directamente a Amelia o que tuvieron algún vínculo con esta misteriosa mujer. Amelia tuvo
hombres importantes en su vida, de los que hablaremos más en detalle en otro capítulo (cf.
3.2.1.3.). Siendo espía, pasó muchas vicisitudes en aquellos años: fue detenida y torturada
varias veces, estuvo en un campo de concentración y perdió a muchas personas queridas.
Como consecuencia de estos acontecimientos acaecidos en su vida, pasó de ser una joven
inocente sin preocupaciones a una mujer herida por todas las experiencias desagradables.
Sobrevivió a las crueldades de los nazis durante la Guerra Mundial y se mantuvo fuerte en la
situación polémica del Berlín de la Guerra Fría. La historia de Amelia termina con la caída del
Muro en 1989, después de la cual regresó con su familia en Madrid. Asimismo Guillermo
pone fin a su investigación, lo que significa el final de la novela. No sabemos lo que pasa con
Guillermo desde entonces, dado que le despidieron ya que estaba más preocupado por el
proyecto de su bisabuela que por su trabajo como periodista. De Amelia, al contrario, nos
enteramos de que vivió sus últimos días en paz, rodeada por los suyos. Al final de la novela,
resulta que fue por encargo de ella que alguien reconstruyera su historia: la propia Amelia
tuvo Alzheimer y no se acordaba de todo lo que pasó en su vida, así que Guillermo tuvo que
seguir sus pasos. Además, constatamos que este giro en la trama explica el título de la novela.
En otro capítulo entraremos detalladamente en la caracterización de los personajes, los lugares
y el contexto histórico en el que se sitúa la novela. Puesto que se trata de una trama muy
detallada, no hemos incorporado todos estos contenidos en este breve resumen.
2.2.2. Julia Navarro
Julia Navarro (1953) contaba con una dilatada experiencia en el periodismo, disciplina que
tendrá una gran repercusión en la creación de esta obra. Durante mucho tiempo, su carrera
literaria se limitó a textos básicamente periodísticos, pero en el año 2004 se atrevió a escribir
por primera vez una novela. Seis años más tarde, después de haber escrito tres novelas más1,
publicó Dime quién soy. Los críticos han sido generalmente positivos, aunque algunos opinan
que utiliza un lenguaje poco literario: “Dime quién soy es un libro para leer en la playa o en el
1 La Hermandad de la Sábana Santa (2004), La Biblia de barro (2005) y La sangre de los inocentes (2007).
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avión, que no solicita nunca el ingenio del lector; es decir que es todo menos literatura. Las
críticas elogiosas de la prensa siguen siendo un misterio...” (Aranzueque-Arrieta, 2010). Sin
embargo, la propia autora valora su libro como un gran éxito, dado que engancha a mucha
gente. Además, la alta cifra de ventas muestra que gran cantidad de personas saben apreciarlo.
Navarro considera Dime quién soy como la novela más emocionante que ha escrito en su
carrera profesional y define su propio libro como “una novela de personajes que, sin renunciar
a la aventura ni a la historia, retrata la memoria del siglo XX y la identidad de esas personas
anónimas que lo protagonizaron” (Velasco, 2010).
Hay motivos justificados por los que la autora decidió escribir sobre una época tan convulsa,
sangrienta y dolorosa de nuestra historia. Su primera motivación fue recuperar, de forma
novelada, la tragedia del siglo XX: comienza poco antes de la Guerra Civil, pasando por la
Segunda Guerra Mundial y terminando con la Guerra Fría. No obstante, aunque la intención
de Navarro consiste en rescatar estos acontecimientos del olvido, no hay duda de que estas
guerras son temas todavía muy actuales y por lo tanto en absoluto olvidados. La Guerra Civil
es un ejemplo de un acontecimiento del que los españoles todavía tienen memoria y es
justamente por esta razón que muchas personas van a sentir Dime quién soy como una novela
muy cercana (Viñas, 2010). La novela es “una búsqueda de una identidad de un siglo terrible
que ha dejado cicatrices en todas partes” (Viñas, 2010). Como es lógico, destaca la
importancia de conocer el pasado: “El pasado tenemos la obligación y el derecho de
conocerlo. Me parece imprescindible. No podemos saber quiénes somos ni entendernos si no
sabemos de dónde venimos” (Serna, 2010).
De esta cita podríamos deducir que es por esta razón por la que el personaje de Guillermo
hace una búsqueda inmensa para reconstruir la vida de Amelia. Saber lo que pasó con su
bisabuela, una de las raíces de su familia, le facilitará comprender su propia existencia.
Un tema importante vinculado con las guerras de aquel período es el del totalitarismo. El
objetivo de Navarro consiste en denunciar el estalinismo, el fascismo y el nazismo del siglo
XX, dándoles un papel importante y a menudo negativo en la vida de sus protagonistas:
“Considero que es un grito contra el estalinismo, el nazismo y el fascismo. En mi opinión, es
una novela claramente contra los totalitarismos” (Viñas, 2010).
El segundo tema principal que destaca en la novela es el periodismo, lo que podemos asociar
con la profesión de la propia Navarro, como ya hemos señalado anteriormente. Este tema lo
vemos personificado en el personaje de Guillermo, quien, como acabamos de decir, es un
joven periodista que es despedido por descuidar su trabajo:
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[el personaje de Guillermo] “es una llamada de atención sobre los periodistas jóvenes,
los que sufren más esta mediatización, pues a los sueldos bajos y los contratos
precarios, suman el miedo a perder el empleo que les lleva a ser más silenciosos y
menos rebelde de lo que debieran” (García, 2010).
A lo largo de la novela, constatamos que Guillermo encuentra dificultades trabajando como
periodista. Además de estar mal pagado, no recibe muchas oportunidades y es precisamente
por esta razón que acepta el desafío de investigar la vida de su bisabuela. La inserción de este
personaje es una denuncia indirecta a todos los periodistas jóvenes que sufren el mismo
destino.
En conclusión, Navarro tuvo dos razones principales para escribir esta novela: la recuperación
de los acontecimientos del siglo XX y el periodismo. Los aspectos más importantes para el
análisis, es decir, el tratamiento de los personajes, el espacio y la historia, los discutiremos
más adelante, cuando realicemos el análisis comparativo entre ambas novelas.
15
3. Análisis comparativo
3.1. Las autoras
Antes de comenzar con el análisis propiamente dicho, es necesario hacer una comparación
entre las autoras de las novelas estudiadas, María Dueñas y Julia Navarro. Muestran unas
semejanzas llamativas, tanto en sus vidas personales como en sus libros. Empezamos con el
primer aspecto, comparando su formación, la generación a la que pertenecen y finalmente su
género (3.1.1.). Enseguida seguiremos con el tema más importante que comparten ambas
novelas, es decir el espionaje (3.1.2.).
3.1.1. Formación, generación y género
Primero advertimos una similitud con respecto a su formación: aunque ambas se dedican a
otra profesión, Dueñas es profesora y Navarro periodista, como ya hemos señalado antes,
destaca el hecho de que ambas hayan tomado un giro inesperado en su carrera profesional.
Comenzaron a escribir una novela, una actividad con la que antes no tuvieron ninguna
experiencia. Es evidente que ya estaban acostumbradas al acto de escribir, si bien de manera
más académica o periodística. Por ello no cabe duda de que tienen talento para la escritura,
aun así, no hay que olvidar que la manera de escribir una novela es totalmente diferente de la
redacción de un artículo científico o periodístico. Parece que ambas han conseguido su
objetivo con bastante facilidad y nadie esperó que estas novatas tuvieran tanto éxito:
sorprendieron a mucha gente y sus novelas, accesibles para un gran público, inmediatamente
se convirtieron en best-sellers. Hay que señalar que El tiempo entre costuras fue la primera
novela de Dueñas en su carrera como autora, mientras que Navarro ya había escrito otras
novelas antes de la redacción de Dime quién soy. Por lo tanto, en comparación con la novela
de Dueñas, Navarro ya tenía más experiencia cuando empezó a escribir el libro estudiado en
este trabajo.
La segunda semejanza es que las autoras pertenecen a la misma generación. Como acabamos
de señalar, se trata de dos novatas: Dueñas publicó su novela en el 2009 y un año más tarde,
en el 2010, Navarro siguió con la publicación de Dime quién soy. En una entrevista con
Dueñas, se observa que es muy inusual que los críticos se vuelquen con una novata, al que
responde la autora:
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“Me llaman de todo: debutante, primeriza…, lo de advenediza sólo lo digo yo, en
broma. Pero me encanta lo de debutante, porque suena al primer baile, como si ahora
me pusiera de largo… Es cierto, resulta algo extraño que alguien como yo, que no
conozco a nadie en este mundo, y que vengo de un entorno totalmente ajeno, adquiera
de pronto este protagonismo.” (Pascual, 2010)
Se trata entonces de autoras de la literatura reciente y es notable que surgieran dos novelas
con una trama parecida en un mismo período. Además, los libros tienen un lenguaje más bien
sencillo, así que no se puede dudar de que atraigan al mismo público. Como consecuencia,
existe la posibilidad de que se establezca una comparación entre ambas autoras, algo sobre lo
que reflexiona la propia Dueñas en una entrevista: [sobre Navarro] “ella es un encanto. Lo
hemos hablado ella y yo muchas veces porque ella no sabía lo que yo escribí, ni yo sabía lo
que ella escribía, obviamente” (Dueñas, en la entrevista de Cohen, 2012). Basándonos en esta
cita, podemos excluir la posibilidad de que Navarro se haya inspirado en la obra de Dueñas.
En la misma entrevista Dueñas menciona que “al leer una, el lector se anima a leer a la otra.
Aunque los dos libros no tienen nada que ver, sí comparten las circunstancias, los momentos
y la figura de una mujer activa y comprometida en los tiempos en que las mujeres no tenían
esta oportunidad” (Dueñas, en la entrevista de Cohen, 2012). Dicho de otro modo, las
semejanzas en la trama, es decir el espionaje, el período tratado y una mujer como
protagonista, son probablemente casuales, aunque nos parecen semejanzas muy llamativas.
Esta última observación, es decir la aparición de una mujer como protagonista, nos permite
elaborar otra semejanza llamativa, esto es el papel fundamental del género. Ambas novelas
fueron escritas por mujeres y además tratan de dos mujeres valientes. En general vemos que, a
lo largo de las novelas, la mujer tiene un papel fundamental, puesto que muchos personajes
son mujeres fuertes: en El tiempo de costuras encontramos a Candelaria y a Rosalinda y en
Dime quién soy a la diva Carla Alessandrini. Esta es una similitud muy llamativa, aunque no
se puede comprobar si las autoras lo han hecho de forma intencionada. El hecho de que las
novelas tengan el punto de vista de protagonistas femeninas parece más lógico si tenemos en
cuenta que también fueron dos mujeres las que crearon estos personajes. No obstante, cuando
se le pregunta si es una novela para mujeres, Dueñas destaca que El tiempo entre costuras no
sólo está dirigida a un público femenino: “Yo creo que no, en absoluto. De hecho, son
muchos los lectores hombres que me escriben o se dirigen a mí en encuentros para decirme lo
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mucho que han disfrutado la novela” (Dueñas, en el artículo de Fernández Etreros, 2010).
Además de esto, hay que mencionar la semejanza entre El tiempo entre costuras y una novela
anterior, también situada en Marruecos, del escritor Ángel Vázquez, titulada La vida perra de
Juanita Narboni (cf. 3.3.1.1.). Es significativo que también este libro es narrado por la voz de
una mujer. Sin embargo, sabemos que Dueñas no se ha basado en este libro para escribir su
novela, por lo tanto no podemos asumir que haya elegido Sira como protagonista por
influencia de este autor.
En conclusión, observamos que en este nivel existen bastantes similitudes entre ambas
autoras. No obstante, la mayor semejanza se encuentra en el nivel de la trama, como veremos
a continuación.
3.1.2. El papel del espionaje
Uno de los temas principales en la trama de ambas novelas es el espionaje, ocupando un papel
fundamental dentro de los dos relatos. La vida de tanto Sira como Amelia cambia a partir del
momento en el que entran en el mundo del espionaje. Además, ambas luchan contra el
nazismo durante la Segunda Guerra Mundial dado que pertenecen al servicio de inteligencia
de los británicos. En ambas obras aparecen muchos datos sobre los servicios secretos y su
papel en la historia: el SIS, el SOE, el OSS, el KGB, el Stasi, etc2. Dado que se trata de una
gran cantidad de información no somos capaces de entrar más en detalle sobre este aspecto en
nuestro trabajo. Lo que sí haremos es comentar el papel de España como lugar estratégico de
espías durante la Segunda Guerra Mundial (cf. 3.4.1.). Los servicios secretos de máxima
importancia en nuestras novelas son el SIS y el SOE: el SIS (Secret Inteligence Service) es el
servicio de inteligencia exterior del Reino Unido, mejor conocido como MI6, lo que nos
recuerda a las novelas y las películas de James Bond. El SOE (Special Operations Executive)
fue una organización durante la Segunda Guerra Mundial, creada por Churchill, “to set
Europe ablaze” y llevó a cabo espionaje y sabotaje.
Cabe destacar, en primer lugar, la particularidad de que ambas novelas no tratan de espías
masculinos, sino de espías femeninas. Esta observación es muy importante, puesto que
existen muy pocos ejemplos de mujeres que trabajaran como espías y por lo tanto es llamativo
2 De los servicios secretos mencionados sólo trataremos el SIS y el SOE. El OSS (Office of Strategic Services),
fue el servicio de inteligencia de los E.E.U.U. durante la Segunda Guerra Mundial. El KGB fue la agencia de
inteligencia de la Unión Soviética y el Stasi fue el órgano de inteligencia de la República Democrática Alemana.
18
que ambas autoras eligieran una mujer como protagonista. No obstante, aunque se trata de un
caso excepcional, sí existían espías femeninas, como muestra el libro Mujeres espías: Intrigas
y sabotaje tras las líneas enemigas (2008) de Laura Manzanera. La espía más conocida es sin
duda Mata Hari3, con la que podemos comparar Amelia, como veremos más adelante.
En su introducción, Manzanera inmediatamente declara lo siguiente:
“Por lo mismo que la mayoría de las guerras y revoluciones han sido diseñadas y
ejecutadas por varones, resultaría lógico pensar que también el espionaje ha estado
monopolizado por ellos. Sin embargo, no ha sido así. [...] Desde la Antigüedad hasta
hoy, las féminas han formado parte del amplio universo de los servicios secretos,
animadas por los más diversos motivos: patriotismo o defensa de unos ideales
políticos o sociales, ansia de aventura, amor o sed de venganza, miedo, dinero, el afán
de poder, [...].” (Manzanera, 2008:13)
En segundo lugar destacamos el motivo por el cual ambas protagonistas comienzan con el
espionaje. En general, el argumento que las estimula es el mismo: ambas temen que una
nueva guerra pueda destruir a España, así que quieren evitarla cuanto pueden. Se dan cuenta
de que las huellas que dejó la Guerra Civil todavía no han desaparecido.
En el caso de Sira es su amiga Rosalinda Fox quien, ya siendo una espía para el servicio de
los británicos, le ofrece a la modista la posibilidad de participar en el espionaje. Cuando
propone que Sira abra un taller en Madrid con el objetivo de coser ropa para las mujeres de
los nazis, la española no se lo puede creer: “La garganta se me obstruyó, y el trago de whisky
que iba ya camino abajo retornó a la boca y salió disparado en mil salpicaduras. Me limpié la
cara con el dorso de la mano. Cuando por fin conseguí articular palabra, sólo salieron tres. –
Estáis locos perdidos” (Dueñas, 2009:364). Está convencida de no hacerlo, hasta que escucha
los argumentos de su madre:
“Ve con ellos, hija. Ayuda, colabora. Nuestra pobre España no puede entrar en otra
guerra, ya no le quedan fuerzas” [...]. Si yo fuera tú, ayudaría a los ingleses, haría lo
que me pidieran. Ellos trabajan en su propio beneficio, de eso no te queda duda: todo
3 Una famosa bailarina que fue condenada a muerte por espionaje en 1917. Su nombre verdadero fue Margaretha
Geertruida (Griet) Zelle.
19
esto lo hacen por su patria, no por la nuestra. Pero si su beneficio nos beneficia a
todos, bendito sea Dios.” (Dueñas, 2009:375)
Finalmente, acepta la misión, para la cual adopta una nueva identidad. A partir de este
momento, se llamará Arish Agoriuq y trabajará para el SOE como el agente Sidi: “Y respecto
a su adscripción al Servicio Secreto británico, a partir de este momento usted, para nosotros,
deja de ser la ciudadana española Sira Quiroga o la marroquí Arish Agoriuq. Será tan sólo la
agente especial del SOE con nombre clave Sidi y base de operaciones en España” (Dueñas,
2009:403).
Amelia al contrario, decide aceptar inmediatamente el encargo cuando Lord James4 le
pregunta si quiere participar en las operaciones del Almirantazgo5. Aunque Albert protesta,
Amelia está convencida de hacerlo, pero antes de acceder a la propuesta, necesita saber lo
siguiente:
“-Quiero saber si el fin de Hitler puede suponer que las potencias europeas decidan
restablecer la democracia en España. Quiero saber si van a seguir apoyando y
reconociendo a Franco.
A lord James le sorprendió la pregunta de Amelia. Era evidente que la joven sólo
colaboraría si creía que eso podía beneficiar a España, de manera que se tomó unos
segundos mientras buscaba las palabras adecuadas para responder a Amelia.
-No puedo asegurarle nada. Pero una Europa sin Hitler sería diferente. La posición del
Duce no sería la misma en Italia, y en cuanto a España... es evidente que para Franco
supondría un duro revés no contar con el apoyo germano. Su posición sería más débil.
-Bien; si es así, creo que estaría dispuesta a colaborar contra Hitler.” (Navarro,
2010:508-509)
Resumiendo, ambas mujeres deciden convertirse en espía por motivos patrióticos: sólo están
dispuestas a cooperar contra los nazis si el resultado beneficia también a España.
4 El tío de uno de sus amantes, Albert James (cf. infra).
5 Forma parte de La Marina Real de los británicos y también llevó a cabo actuaciones en España.
20
3.2. La definición de los personajes
Este capítulo de nuestro análisis gira en torno del estudio de los personajes en ambas novelas.
Primero haremos una comparación entre las protagonistas, Sira y Amelia, para investigar
cómo difieren con respecto a su formación (3.2.1.1.), su carácter (3.2.1.2.) y sus relaciones
amorosas (3.2.1.3.). En la segunda parte, analizaremos la importancia de ciertos personajes
secundarios en las novelas (3.2.2.).
3.2.1. Las protagonistas: Sira vs Amelia
3.2.1.1. Formación
Comparando la formación de ambas mujeres, notamos que este aspecto muestra una de las
mayores diferencias entre las dos. Percibimos un contraste enorme entre las clases sociales a
las que pertenecen: Sira es de origen humilde mientras que Amelia proviene de una familia
burguesa. Así pues, vemos que las protagonistas difieren en este aspecto fundamental, aunque
ambas terminan siendo espías profesionales.
El primer capítulo de El tiempo entre costuras presenta la vida de Sira: “Crecí en un entorno
moderadamente feliz, con más apreturas que excesos pero sin grandes carencias ni
frustraciones” (Dueñas, 2009:4). Su único familiar es su madre Dolores, una modista humilde
que trabaja en un taller de costura. A su padre apenas le conoce: es un hombre próspero que
tuvo una relación secreta con la modistilla de su familia, es decir, la madre de Sira. A causa de
la diferencia entre las clases sociales, el romance fracasó y durante su juventud Sira no supo
mucho de su padre, lo que no la parecía afectar. Sin embargo, a lo largo de la novela, lo
encuentra otra vez y observamos que la relación mejora con el tiempo. En cuanto a su
formación vemos que Sira sigue los pasos de su madre y empieza a trabajar como modista: “A
los doce años acabé mi formación y me incorporé en calidad de aprendiza al taller en el que
trabajaba mi madre. Mi suerte natural” (Dueñas, 2009:4). Además, se aprecia claramente que
Sira vive en un mundo distinto al de los ricos, al que pertenece Amelia:
“Contemplé sin apenas ser vista a las señoras más refinadas, a sus hijas y maridos. Y
como un testigo mudo, me adentré en sus casas burguesas, en palacetes aristocráticos
21
y en los pisos suntuosos de los edificios con solera. En algunas ocasiones no llegaba a
traspasar las zonas de servicio [...] pensando en lo extraña que sería la vida en un
universo como aquél.” (Dueñas, 2009:5)
A los veinte años conoce a su novio Ignacio, con el que ya se imagina su vida futura. Ya
tiene la edad adecuada para casarse, lo que es normal para las muchachas como ella, “sin
apenas oficio ni beneficio, [a quienes] no quedaban demasiadas opciones más allá del
matrimonio” (Dueñas, 2009:8). En otras palabras, el futuro de Sira ya parece estar
determinado: se va a casar con Ignacio y seguirá trabajando como modista. Sin embargo,
dadas las circunstancias cambiantes en Madrid, se ve obligada a dejar este oficio y se propone
ser funcionaria, como Ignacio. Es justamente esta decisión la que marca el final de su futuro
previsible, como muestra la primera frase de la novela: “una máquina de escribir reventó mi
destino” (Dueñas, 2009:3), es decir, buscando una máquina de escribir encuentra a Ramiro
Arribas, el hombre por el que deja Ignacio.
Viviendo con Ramiro, Sira descubre la vida lujosa y se aprovecha a menudo de esta nueva
manera de vivir: “Con él conocí otra forma de vida. Aprendí a ser una persona independiente
de mi madre, a convivir con un hombre y a tener una criada. […] Y conocí también a otro
Madrid: el de los locales sofisticados y los sitios de moda; el de los espectáculos, los
restaurantes y la vida nocturna” (Dueñas, 2009: 26). En otras palabras, empieza a llevar una
vida muy diferente a la que estaba acostumbrada. Sin embargo, todavía tiene que aprender
muchas reglas para comportarse de manera adecuada en esta nueva vida. Vemos que su amigo
Félix (cf. 3.2.2.2.) tiene que enseñarla la etiqueta: “Me instruyó Félix también en algunas
cuestiones protocolarias. […] Y listo como un zorro, así que, recurriendo a una fuente u otra,
no le costó el menor trabajo hacerse con las herramientas necesarias para adiestrarme y
convertirme en una elegante invitada sin sombra alguna de falta de pedigrí” (Dueñas, 2009:
291). En este sentido vemos otra diferencia con Amelia: Sira no está acostumbrada a este tipo
de situaciones y tiene que aprender cómo comportarse bien, mientras que Amelia ya conoce
estas reglas desde su niñez.
Amelia, al contrario, proviene de una familia burguesa madrileña feliz. Tiene muchos
familiares, entre los cuales destacan su hermana y sus tres primos, con los que tiene una
relación estrecha. Obviamente tienen un ama de casa, Amaya, que vive con sus hijos Aitor y
Edurne en la casa de los Garayoa. Los padres de Amelia son republicanos y, aunque no de
22
izquierdas, sí son demócratas. En su casa discuten mucho sobre la política y por ello los
intereses políticos de Amelia se estimulan desde muy pronto: “[...] me interesaba más lo que
hablaban mi padre y su amigo. No entiendo mucho, pero me gusta la política” (Navarro,
2010: 49). En una entrevista se pregunta a Navarro si es a causa de este ambiente que Amelia
se convierte en una anti-fascista visceral, a la que contesta: “[...] por dos razones: por la
educación que recibe y por las consecuencias de la Guerra Civil, que en la familia de Amelia
causa los mismos estragos que en todas las familias españolas” (Astorga, 2010). Como
acabamos de mencionar, la vida de Amelia es muy distinta a la de Sira. Ella sí tiene la
oportunidad de estudiar y recibe una formación muy cuidada:
“Por lo visto, el padre de Amelia insistía en que sus dos hijas estudiaran y obtuvieran
una buena formación; Ambas iban a las teresianas, y recibían clases de francés y de
piano. Mi tatarabuelo debió de ser un personaje un tanto especial porque de vez en
cuando viajaba con su familia fuera de España. Amelia contaba en su diario sus
impresiones sobre Múnich, Berlín, Roma, París, ..., relatos de una niña llena de ganas
de vivir.” (Navarro, 2010: 45)
Dicho de otro modo, Amelia recibe una educación mucho mejor que Sira, puesto que vive en
un ambiente que le permite desarrollarse más. Gracias a su formación y al trabajo de su padre,
quien viaja frecuentemente por su dedicación al comercio, Amelia ya tiene un conocimiento
amplio a una edad muy temprana. Desde su niñez ya sabe hablar español, francés e inglés, y a
lo largo de la novela descubrimos que tiene un talento para los idiomas. Es capaz de aprender
nuevas lenguas sin grandes dificultades, tales como el ruso o el árabe. En ocasiones esto
resulta poco verosímil, puesto que Amelia parece ser una mujer perfecta (cf. 3.2.1.2.).
Otro momento en el que destaca la diferencia entre la clase alta a la que pertenece Amelia y la
clase más baja, es cuando se encuentra con su amiga Lola. La última, perteneciendo a otra
clase social, tiene un sentimiento de inferioridad:
“Con el tiempo he comprendido que [Lola] sentía una secreta envidia por ella. Amelia
era guapa, elegante, afable, tenía cierta cultura, y sobre todo la pátina que le da a uno
haber crecido rodeado de cosas bellas, libros, cuadros, muebles... Lola [...] era lo que
era: una proletaria llena de ilusiones, convencida de que había llegado la hora de
quienes, como ella, nada tenían.” (Navarro, 2010: 171)
23
En conclusión, a pesar de que ambas mujeres son presentadas como espías valientes dentro de
las novelas, su origen es totalmente distinto. Resulta que Sira tiene que ascender de grado para
llegar al mismo estatus al que pertenece Amelia desde su juventud, es decir la imagen de una
mujer educada y cultivada. Es evidente que esta diferencia se refleja también en su carácter,
como veremos en el siguiente apartado.
3.2.1.2. Carácter
Si hacemos un estudio del carácter de las protagonistas, encontramos tanto semejanzas como
diferencias. Antes de empezar, cabe destacar que las mujeres evolucionan en el transcurso del
relato, pasando por unos momentos cruciales en los que tiene lugar un cambio en su vida y
asimismo en su carácter.
En cuanto a las semejanzas, destacan tres aspectos importantes, la mayoría de los cuales se
encuentra al inicio de esta evolución personal. Observamos que tanto Sira como Amelia
todavía son jóvenes inocentes, contentas con la vida que llevan y felices con sus novios. A
primera vista las dos parecen tradicionales, puesto que tienen la intención de casarse pronto.
Sin embargo, en este momento de su vida vemos que ambas toman una decisión muy drástica:
abandonan toda su vida conocida en Madrid, es decir sus novios y su familia, y prefieren vivir
un romance con otro hombre. Esta decisión muestra que ambas jóvenes son muy
influenciables por los hombres atractivos y encantadores, una característica que retomaremos
en el apartado siguiente (cf. 3.2.1.3.).
Además, la pérdida de su familia no parece afectarlas tanto: Sira deja sola a su madre,
sabiendo que ella no tiene otra persona que su hija, y Amelia es capaz de abandonar a su hijo.
Esto se debe probablemente al hecho de que todavía sean ingenuas y no conscientes de la
repercusión de sus acciones en los demás. En este sentido, podemos considerar que muestran
un comportamiento egoísta, puesto que están interesadas únicamente en su nuevo romance:
“[cuando se despide de Ignacio] Apenas un minuto después de desvanecerse su
presencia, yo también me levanté del banco y me marché. Atrás dejé todo mi pasado
mientras yo emprendía un nuevo tramo de mi vida; una vida que intuía luminosa y en
cuyo presente inmediato no concebía más gloria que la de los brazos de Ramiro a
cobijarme” (Dueñas, 2009:25).
24
Asimismo, en el caso de Amelia, el amor es el factor más influyente para tomar sus
decisiones:
“[la prima Laura a Amelia] Y para eso tienes que dejar a tu marido y a tu hijo?
-¡No me lo digas así! No soportaría que tú también me lo reprocharas, que no me
entendieras. Estoy enamorada, no sabes cuánto. Sólo cuento los minutos para estar con
Pierre.
-¡Amelia, no puedes abandonar a tu hijo!” (Navarro, 2010:128)
Sin embargo, a lo largo de las novelas, sí es obvio que ambas se arrepienten de sus decisiones
anteriores. Se dan cuenta de que no se puede deshacer el pasado y como consecuencia deben
aceptar el peso de la conciencia. Así, intentan rectificar en el presente los errores que han
cometido: "[Sira es] una mujer fuerte, con determinación y responsable que, después del
primer tropezón de su vida, no estaba dispuesta a volver a fallar ni a su familia, ni a su país"
(Dueñas, en el artículo de Intxausti, 2010). Vemos una tendencia parecida en el
comportamiento de Amelia: “Es una mujer que intenta retomar las riendas de su vida pero
nunca lo consigue. Vive en una huida permanente y atormentada por el peso de la conciencia
por cometer errores que ella misma no se perdona.” (Navarro, en la entrevista con Viñas,
2010). Por decirlo con las palabras de la propia Amelia: “No puedo lamentarme por lo que
hice en el pasado porque no tengo poder para cambiarlo, pero sí para ser dueña de mi futuro”
(Navarro, 2010:292).
Además, a pesar del egoísmo de su juventud vemos que Sira y Amelia sí se preocupan por sus
familiares. A lo largo de la novela notamos que sus familias ejercen un papel muy importante
dentro de sus vidas. Sira logra traer a su madre a Marruecos, a pesar de las dificultades del
transbordo, dado que España está en estado de guerra. Además, retoma el contacto con su
padre cuando está trabajando como espía en Madrid. Amelia también intenta ayudar a sus
familiares al ofrecerles apoyo económico mediante un trabajo de secretaria. No obstante,
Amelia se atreve a hacer cosas mucho más arriesgadas para ayudar a su familia, lo que Sira
probablemente nunca haría. Por lo tanto vamos a elaborar esta observación más en la parte de
las diferencias entre ambas protagonistas (cf. infra).
Otra semejanza es el primer momento crucial que cambiará sus vidas: este momento es
parecido en ambas novelas y tiene lugar cuando Sira y Amelia son engañadas por Ramiro y
25
Pierre respectivamente, los amores de su juventud. Son los hombres por los que ellas han
cambiado toda su vida, a los que han amado incondicionalmente, pero al final han sido ellos
los que dejaron cicatrices en el alma de las dos jóvenes. Una consecuencia de este engaño es
que se vuelven desconfiadas hacia los hombres a los que conocen posteriormente. Además, es
un momento de reflexión personal, una primera situación en la que se dan cuenta de lo que
hicieron. Sira, después de ser abandonada por Ramiro, despierta desorientada en un hospital:
“Aquellas semanas inmovilizada en el Hospital Civil de Tetuán sirvieron para poner algo
parecido al orden en mis sentimientos y para sopesar el alcance de lo que los últimos meses
habían supuesto” (Dueñas, 2009:65). Quiere volver a Madrid, dado que es el único lugar que
conoce, pero esto es imposible: se ha declarado el estado de guerra y el tránsito está
interrumpido. Por consiguiente, Sira tendrá que seguir viviendo en Marruecos y aceptar las
consecuencias de su propia decisión.
Asimismo, Amelia es engañada por Pierre, el amor de su vida, que sólo utiliza su relación
como coartada para cumplir sus asuntos de espionaje en Buenos Aires. Amelia, al contrario,
piensa que realmente va a empezar una nueva vida en Argentina. Viviendo un tiempo en la
capital, Pierre recibe la visita de su jefe, Ígor Krisov. Amelia escucha la conversación
mantenida entre los dos hombres a escondidas y se entera de que Pierre trabaja como espía y
además que ella es una espía ‘ciega’6. La joven está muy conmocionada por lo que oye: “De
repente los dos hombres se dieron cuenta de que Amelia estaba en el umbral muy quieta,
pálida, con los ojos arrasados por las lágrimas” (Navarro, 2010: 283).
Después de todas estas revelaciones, Amelia ya no se siente la misma: “Se encogió de
hombros con indiferencia; sentía que ya nada la ataba a aquel hombre por el que tanto había
sacrificado” (Navarro, 2010:286). El efecto que tuvo el engaño de Pierre en Amelia produce
en ella un cambio que no pasa inadvertido a sus amigos:
“-¿Has dejado de querer a Pierre?
-Puede ser... En realidad, si miro hacia atrás me sorprende haber tomado la decisión de
fugarme con él, incluso de haberle querido. [...]
A Gloria le impresionó escuchar a Amelia hablar de aquella manera; de pronto la
pareció una mujer madura y no la chiquilla dulce y amable cuya compañía todos
buscaban.” (Navarro, 2010:292)
6 Una persona que trabaja como espía sin efectivamente saberlo.
26
En resumen, después de haber perdido la inocencia juvenil, las protagonistas maduran y
reflexionan sobre los errores cometidos en el pasado. La primera cosa que ambas quieren
hacer después del desengaño, es regresar a España. Sin embargo, como acabamos de señalar,
esto no es tan fácil dado que ha empezado la Guerra Civil.
Esta observación nos permite mencionar la última semejanza importante entre ambas mujeres:
ninguna de ellas vive esta guerra de manera directa, es decir, ni Sira ni Amelia se encuentran
en España en aquel momento. Es obvio que sí quieren volver, pero al final ambas tienen que
quedarse en el extranjero. Por lo tanto, no están acostumbradas, ni conocen de primera mano
las pésimas situaciones vividas por sus familiares; un aspecto que trataremos más en detalle
en el apartado de los personajes secundarios (cf. 3.2.2.).
A continuación, nos centraremos en la gran cantidad de diferencias entre Sira y Amelia.
Como hemos comentado, las mujeres se quedan sin sus familiares en un país desconocido y
por eso no tienen otra opción que valerse por sí mismas, lo que las hace más independientes.
Apreciamos que ambas se convierten en mujeres fuertes y valientes, con mucha
determinación, no obstante, dos mujeres bastante diferentes. Advertimos cinco diferencias
destacables en cuanto al grado de autonomía y de audacia, el retrato de las mujeres a lo largo
de las dos novelas, el comportamiento frente a los familiares y el peso de la conciencia.
Primero constatamos que Amelia es más independiente que Sira. Esto no quiere decir que Sira
no sea una mujer fuerte, pero se hace más hincapié en esta característica en el personaje de
Amelia. En general, ella es una chica muy lista e inteligente y ya desde joven salta a la vista
que es una persona muy despierta. Además, gracias a ella, los negocios de su padre se salvan
puesto que, mediante el matrimonio con Santiago, las dos familias mantienen buenos
contactos. Dicho de otro modo, una chica que aún no ha cumplido los veinte años ayuda a su
familia:
“No podía verle el rostro, pero no me costó imaginar que en aquel momento Amelia
estaba tomando una decisión: ser ella quien venciera las resistencias de Santiago para
salvar a su familia de las dificultades económicas que afrontaban. Amelia era muy
novelera, se veía a sí misma como las heroínas de las novelas que leía, y sus padres,
sin saberlo, le estaban dando la ocasión de demostrarlo” (Navarro, 2010:65).
27
Además, queda patente que Amelia es una mujer con sus propios ideales políticos, a los que
defiende con mucha convicción, y por tanto no se deja caracterizar como una mujer
reprimida: [a Santiago] “¿Crees que le quiero menos por asistir a reuniones políticas? A lo
que aspiro es ayudar a construir un nuevo mundo en el que Javier no tenga que sufrir ninguna
injustica. ¿Eso te parece tan malo como para recriminármelo?” (Navarro, 2010:115).
Amelia es retratada como una chica sensible y emocional con ideales románticos, pensando
que puede mejorar el mundo con el comunismo. Esta convicción es una característica que no
encontramos en el personaje de Sira, ella carece de ideales políticos. Esta diferencia
probablemente se deba a su formación: al contrario de Amelia, Sira nunca tuvo una formación
refinada ni estuvo en un ambiente donde pudiera despertar algún interés político.
Pasamos a la segunda diferencia entre las dos protagonistas. Como ya hemos señalado
anteriormente, Amelia resulta una mujer capaz de todo: parece que sabe solucionar todo tipo
de problemas, apoyar a su familia y al mismo tiempo trabajar como una espía profesional,
desarrollar muchos talentos, etcétera. Esta imagen nos da a menudo una impresión de
inverosimilitud. Sira, al contrario, es retratada como una persona más humana, es decir,
parece más verosímil.
En cuanto al talento de ambas mujeres, vemos que Sira tiene un talento notable, es decir la
costura. Conviene mencionar por qué Dueñas justamente escogió esta profesión para su
protagonista:
“Necesitaba a una protagonista que pudiera ser económicamente autónoma en los años
30 y 40, cuando las mujeres carecían de opciones en la inmensa mayoría de los
ámbitos fuera del hogar y la familia. La costura me ofrecía potencial para que Sira
pudiera sobrevivir sin ataduras, y a la vez me permitía usar su taller como enclave para
acceder a señoras de otro ambiente y nivel social, y utilizar el oficio de la costuras
como tapadera para otras acciones clandestinas.” (Dueñas, en la entrevista con F.
Etreros, 2010)
Sira es una costurera de gran talento y tiene mucho éxito con su taller. Al abrir su negocio
Madrid, es consciente de que necesita ayuda y recurre a ella, lo que muestra su lado más
humano: “Ganaba mucho, sí, pero llegó un momento en que no pude dar más de mí y así se lo
tuve que hacer saber a Hillgarth a través del patrón de una hombrera. [...] El último mensaje,
28
distinto, transmitía algo más personal: ‘Demasiado trabajo. Sin tiempo para todo. Menos
clientas o buscar ayuda. Informe por favor’ ” (Dueñas, 2009: 412-413).
Sira consigue ser una exitosa costurera mientras que Amelia, al contrario, alcanza sus éxitos
por su belleza física, como se describe en la novela, con la que consigue atraer a los hombres:
“Pues yo, amigo mío, le envidio, es muy bella. Le será útil a donde va, su inocencia es un
buen parapeto. Pero tenga cuidado, no es tonta, y algún día puede salir del letargo de la
melancolía...” (Navarro, 2010:233)
En ocasiones, la belleza de Amelia es utilizada para atraer a hombres poderosos, como a los
nazis, semejándose así a una femme fatale. En este sentido, conviene mencionar la semejanza
con la espía Mata Hari: es considerada como el estereotipo de la femme fatale, así que la
similitud entre nuestra protagonista y ella es significativa. Además, unos críticos denominan a
Amelia como una segunda Mata Hari: “Amelia es una mezcla de Mata Hari, Indiana Jones y
Aviraneta; de temeraria espía, seductora aventurera e infatigable conspiradora” (Sanz
Villanueva, 2010). El ejemplo más claro lo encontramos cuando la española logra matar al
coronel Ulrich Jürgens de las SS 7, quien quiere acostarse con Amelia y ella, sin ningún
reparo, le dispara:
“Amelia le sonrió y le pidió que la besara. Iba a hacerlo, pero no le dio tiempo. Fue un
segundo lo que tardó en darse cuenta del frío cañón de la pistola que se apretaba contra
su vientre y del dolor agudo que le desgarró las entrañas. Cayó al suelo arrastrando a
Amelia, apretando su cuerpo como si quisiera llevársela con él.” (Navarro, 2010:832)
De este fragmento vislumbramos la tercera diferencia importante, es decir el grado de audacia
de ambas espías. Amelia se arriesga con situaciones mucho más peligrosas y por ello es más
aventurera que Sira. Durante su carrera como espía, se mete en situaciones muy arriesgadas,
como ilustraremos brevemente aquí. Primero, durante la Guerra Mundial, es detenida en
Varsovia por ayudar a gente en el gueto y es enviada a la prisión de Pawiak. Allí ve morir a
unos de sus amigos y este suceso, aparte de las torturas que ella misma sufre, ejerce un gran
impacto en Amelia. Max, su nuevo amor, sabe liberarla, pero el destino prepara otro
acontecimiento horrible para Amelia cuando es enviada al campo de detención Ravensbrück.
7 Las SS, también conocido como Schutzstaffel, fue una organización militar, policial y de seguridad en la
Alemania nazi.
29
Vive en condiciones horribles con una salud muy precaria, como afirma un testigo: “Estaba
extremadamente delgada y tenía el cuello y la espalda surcada por las huellas de los
instrumentos de tortura” (Navarro, 2010: 909). Afortunadamente, Max consigue nuevamente
salvarla, provocando un cambio en el comportamiento de Amelia que es observado por las
demás prisioneras:
“De repente se puso alerta, había algo en el general inválido que parecía atraer su
atención. Recuerdo verla correr hacia él gritando ‘¡Max, Max, Max!’ [...] Todas
nosotras mirábamos asombradas la escena, no entendíamos nada. La española no había
dicho ni una palabra desde su llegada a Ravensbrück” (Navarro, 2010, 914).
Después de aquel período negro, la vida de ambos cambia por completo: viven juntos en
Berlín con el hijo de Max, Friedrich, en una casa pequeña. La guerra destruyó a estas dos
personas tan fuertes, a causa de un atentado (cf. infra) y la estancia en Ravensbrück: se
amargaron y aceptaron su destino, que sería vivir el resto de su vida como un par de
miserables mutilados. Sin embargo, Amelia debe emprender un nuevo encargo: es pedida
encontrar a Winkler, otro coronel malicioso de las SS y un gran peligro para la seguridad de
Amelia. Éste ha desaparecido después de la guerra y ahora se está intentando localizarlo.
Primero Amelia rechaza la petición, no quiere volver a ningún tipo de trabajo que se asemeje
al espionaje, pero finalmente acepta y se traslada a El Cairo durante unos años. Ahí, encuentra
a Winkler, que se sorprende de que Amelia aún esté viva. Finalmente Amelia logra matar
también a Winkler, señal inequívoca de su fortaleza y coraje.
Durante la Guerra Fría, Amelia se mete en situaciones arriesgadas por última vez: ayuda a
escapar a personas de un lado a otro del muro de Berlín, a través de las cloacas:
-¿Sabes, Amelia?, me sorprende que no estés aterrada andando por este lugar, yo he
tenido ganas de gritar unas cuantas veces – admitió Garin.
-No es la primera vez que ando por las cloacas...llegué a conocer muy bien las de
Varsovia. Unos amigos me enseñaron a no tener miedo.
-Siempre logras sorprenderme. Viéndote... bueno... nadie diría que eres capaz de hacer
nada de lo que haces.” (Navarro, 2010: 1060).
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No obstante, después de un tiempo, es consciente de la peligrosidad de sus acciones y decide
concluir con ellas.
Resumiendo, tenemos la impresión de que Sira, aunque pasó por momentos difíciles y
peligrosos, nunca se hubiera atrevido con aquellos encargos encomendados a Amelia, ni
sufrió tanto como ella. Además, la pérdida de personas queridas, influyó decisivamente el
carácter de Amelia. No obstante, cabe destacar otra vez que parece poco verosímil que ella
sufriera todos estos sucesos sin perder la esperanza: la mayoría de sus amigos y conocidos
murieron en los campos de concentración o durante la guerra, pero Amelia sobrevivió. Sí
vemos que ha cambiado definitivamente después de su estancia en Ravensbrück. Esto refleja
otra característica propia de Amelia: a causa de toda la miseria en su vida se ha hecho una
persona de sangre fría, alguien que ya no se deja afectar por todo lo que pasa a su alrededor.
Friedrich toma nota de esta característica:
“Estaba asustado, y mucho. De repente me daba cuenta de lo cerca que había estado
del abismo y admiré aún más a Amelia por su sangre fría. Desde pequeño supe que
ella era especial y que hacía cosas especiales, pero ahora descubría hasta dónde era
capaz de llegar, y sobre todo me asombraba su frialdad.” (Navarro, 2010:1054)
La cuarta diferencia entre Sira y Amelia es su comportamiento hacia sus familiares. Como ya
hemos señalado anteriormente, es cierto que ambas mujeres se preocupan por su familia. Sin
embargo, tenemos la impresión de que Amelia se preocupa y se vuelca más que Sira
ayudando a sus familiares. Un ejemplo concreto permite ilustrar esta idea: su tío, estando en la
prisión por no defender los intereses de los nacionales durante la Guerra Civil, es liberado
gracias a Amelia. No obstante, debe hacerlo de una manera repugnante: tiene que acostarse
con un comisario y es violada por él. Para Amelia, sus familiares son de suma importancia y,
justamente por esta razón, le resulta tan difícil aceptar que perdió el derecho a ver a su hijo.
Amelia no puede estar en Madrid sin intentar ver a su hijo Javier, lo que va contra la voluntad
de la familia de Santiago: “-Sí, me atrevo a decirte que no grites al niño y también suplicarte
que hables conmigo, que lleguemos a un acuerdo que le permite a Javier saber quién soy y
cuánto le quiero. -Márchate, Amelia, y no vuelvas a acercarte a nosotros o lo pagarás”
(Navarro, 2010: 765).
31
Sólo al final de la novela, vemos que Amelia acepta que nunca conocerá a su hijo por sus
propios errores en el pasado: “No hay un solo día que no piense en mi hijo, en mi hermana, en
mis tíos, en Laura... pero no puedo dar marcha atrás. El día en que me fui con Pierre... ese día
terminé con lo mejor de mí misma” (Navarro, 2010:1069). En otras palabras, durante toda la
novela Amelia está dividida entre la preocupación por su familia y su vocación política: viene
a Madrid para ver sus familiares pero luego se va de nuevo para emprender otro encargo. Esta
actitud vacilante no la encontramos en la personalidad de Sira: ella es más equilibrada, sabe
dividir su tiempo entre su familia y su trabajo de una manera más adecuada.
En cuanto a la última diferencia, el peso de la conciencia, parece que Amelia tiene más
dificultades intentando superar el pasado. Como acabamos de decir, le cuesta mucho aceptar
que nunca formará parte de la vida de su hijo. En lugar de cambiar totalmente su vida y dejar
atrás el pasado, constantemente vuelve a Madrid, no sólo para ver su familia, sino también
para ponerse en contacto con Javier. Así, su pasado siempre está presente en su vida actual.
Sira, al contrario, puede continuar más fácilmente, dado que adopta una nueva identidad. Sin
embargo, hay dos momentos en los que se enfrenta a su vida anterior: primero cuando tiene
lugar el reencuentro con su padre (cf. 3.2.2.1.) y luego cuando vuelve a ver a Ignacio. Este
último encuentro consigue impactar en Sira y es confrontada otra vez con lo que ha hecho en
el pasado:
“[...] tú no eres nadie para decirme si te gusta o no el hombre en el que me he
convertido. Tú no puedes darme a mí lecciones morales, Sira, porque si yo soy malo,
tú eres aún peor. [...] No eres más que una egoísta que habita una casa inmensa en la
que se mastica la soledad por las esquinas; una desarraigada que reniega de sus
orígenes y es incapaz de pensar en nadie que no sea ella misma.” (Dueñas, 2009:455)
Así pues, este reencuentro con Ignacio es un ejemplo del peso de su conciencia. Cabe
mencionar que, a pesar de esos encuentros, parece que Sira puede tener una nueva vida sin
muchas interrupciones de las consecuancias de sus cometidos errores.
A modo de conclusión de este apartado, hacemos referencia a aquellos momentos cruciales en
los que vemos cambiar a las protagonistas. Empezamos con Sira, quien, como ya hemos
mencionado más arriba, cambia por primera vez después del engaño de Ramiro. El segundo
momento crucial que se menciona en la novela, es cuando tiene que traer unas pistolas a
32
cambio de dinero para fundar su taller. Es una propuesta de Candelaria con la que Sira se
siente muy asustada. No obstante, después de haber terminado su misión con gran éxito, se
siente orgullosa, sorprendida de ser capaz de realizar semejantes cosas. Decide que es la hora
de adoptar una nueva identidad, más firme y valiente:
“Con intención de dar la espalda a un bagaje tan patético, resolví afrontar el porvenir
tras una máscara de seguridad y valentía para evitar con ella que se entrevieran mis
miedos, mis miserias y la puñalada que aún seguía clavada en el alma. Decidí
comenzar por el exterior, hacerme con una fachada de mujer mundana e independiente
[...] Decidí transmutarme y mi elección fue la de adoptar la apariencia de una mujer
firme, solvente, vivida. Debería esforzarme para que mi ignorancia fuera confundida
con altanería, mi incertidumbre con dulce desidia.” (Dueñas, 2009: 144)
Dicho de otro modo, Sira vacila entre dos lados: externamente comienza a crecer, pero
interiormente sigue siendo una joven insegura. Sin embargo, es un primer paso hacia la
consecución de una personalidad más adulta y fuerte y el comienzo de su éxito en el taller.
La próxima etapa en la que la vida de Sira cambia radicalmente es cuando entra en el mundo
del espionaje. En la novela se enfatiza considerablemente en el cambio de su identidad, no
sólo psicológicamente, sino también oficialmente: recibe un nuevo pasaporte con una nueva
identidad y, como ya sabemos, se llamará Arish Agoriuq. Trabajando como espía, Sira se
convierte en una mujer nada comparable con la joven que era al inicio de la novela. La
culminación de esta evolución se constata después de su misión en Lisboa:
“Quizá la palabra que mejor encajara en el sentimiento que me invadía fuera orgullo.
Por primera vez en mucho tiempo, tal vez por primera vez en toda mi vida, me sentía
orgullosa de mí misma. Orgullosa de mis capacidades y de mi resistencia, de haber
superado airosamente las expectativas que sobre mí existían. Orgullosa al saberme
capaz de aportar un grano de arena para hacer de aquel mundo de locos un sitio mejor.
Orgullosa de la mujer que había llegado a ser.” (Dueñas, 2009:594)
Por tanto, el carácter de Sira sufre una transformación durante toda la novela y al final vemos
que se ha convertido en una mujer totalmente diferente a la chica que era al inicio.
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Pasamos a los momentos cruciales en la vida de Amelia, que son más numerosos que en el
caso de Sira. No obstante, esto es lógico dado que la novela sigue sus pasos durante toda su
vida, mientras que la historia de Sira termina después de la Guerra Mundial. Además de sus
estancias en Pawiak y Ravensbrück, hay tres momentos que impactan a Amelia y que la
obligan a tomar un giro en su vida.
El primer acontecimiento es cuando sus padres fallecen en la Guerra Civil. Amelia se da
cuenta de que ya no quiere fallar a su familia y desde este momento decide apoyar más a los
suyos, como hemos señalado más arriba.
Otro momento importante es cuando su amiga Carla Alessandrini es ahorcada. Carla era,
además de una persona muy estimulante, una segunda madre para ella. Amelia se enfada tanto
que está decidida a matar a Jürgens, el personaje que encarna el mal y uno de los responsables
de la muerte de Alessandrini.
Finalmente, el último suceso de gran relevancia es el atentado contra uno de los convoyes de
militares alemanes, entre los cuales se encuentra también Max, que resulta gravemente herido
como consecuencia del accidente y sufre mutilaciones por la vida. Este accidente la hace
reflexionar: siendo una cómplice en el atentado, Amelia se siente culpable de este drama y
está resuelta no seguir con el espionaje. Después de este acontecimiento es enviada a
Ravensbrück y, cuando está recuperada, ya no quiere trabajar como espía. Sin embargo,
Amelia nunca es capaz de dejar el espionaje del todo, ya que sigue trabajando durante la
Guerra Fría (cf supra). El momento crucial en el que decide terminar definitivamente su
carrera, es cuando lee en un periódico que hay también ex-nazis que trabajan a su servicio.
Dado que esto va en contra de sus principios políticos, está decidida acabar con el espionaje
para siempre.
En conclusión, apreciamos que Sira y Amelia muestran semejanzas llamativas: ambas son
mujeres valientes de gran determinación y además, sus familias tienen un papel muy
importante dentro de su vida. Además parece que se convierten en espías profesionales con
bastante facilidad. Sin embargo, hemos observado que existen también diferencias: Amelia es
retratada como una mujer más independiente que puede hacer de todo y que se atreve a hacer
cosas muy peligrosas, lo que a menudo resulta inverosímil. El carácter de Sira es bastante
opuesto, ya que ella tiene sus defectos, lo que le da una apariencia más normal. No obstante,
con respecto a su origen, Sira tuvo que andar un camino más largo para obtener el mismo
estatus que Amelia, es decir el estatus de una mujer educada y elegante con mucho coraje. En
34
este sentido, podemos considerar que el crecimiento personal de Sira es equivalente al
desarrollo de Amelia, aunque no podemos olvidar que esta última pasa por situaciones aún
más desagradables.
3.2.1.3. Relaciones con los hombres
En este apartado estudiaremos las relaciones amorosas que Sira y Amelia tuvieron a lo largo
de sus vidas y en qué medida los hombres impactaron en su desarrollo personal.
Comenzamos con Sira, quien tenía tres hombres importantes, siendo estos Ignacio Montes,
Ramiro Arribas y Marcus Logan. Ignacio es el hombre que simboliza la primera etapa en la
vida de la joven modista, es decir, su juventud tranquila antes de empezar a evolucionar. Es
un tipo simpático y Sira se siente segura a su lado, pero llevan una vida poco apasionante:
“El hombre de mi vida, pensé entonces. El muchacho tranquilo que intuí destinado a
ser el buen padre de mis hijos. [...] No me llevó a él una pasión turbadora, pero sí un
afecto intenso y la certeza de que mis días, a su lado, transcurrirían sin pesar ni
estridencias, con la dulce suavidad de una almohada.” (Dueñas, 2009:7-8)
Es obvio que se queda con Ignacio sólo porque éste la adora, y además porque no tiene
conciencia de un amor más intenso: “Yo era su cielo y las estrellas, la más guapa, la mejor.
Mi pelo, mi cara, mis ojos. Mis manos, mi boca, mi voz. Toda yo configuraba para él lo
insuperable, la fuente de su alegría. Y yo le escuchaba, le decía tonto y me dejaba querer”
(Dueñas, 2009:9). Así, cuando conoce a Ramiro Arribas, la decisión de dejar Ignacio no la
resulta muy dura. Cabe añadir que Ignacio aparece de nuevo en la vida de Sira, lo que es un
encuentro chocante para ella, como ya hemos mencionado. Se puede considerar que en esta
reunión Ignacio representa la conciencia de Sira, ya que en este momento revive el pasado.
Ramiro es el hombre que representa la etapa más errónea en la vida de Sira, sin embargo,
admite que podría cometer el mismo error otra vez:
“¿Qué tenía Ramiro, qué me dio para poner mi vida patas arriba en apenas un par de
semanas? Aún hoy, tantos años después, puedo componer con los ojos cerrados un
catálogo de todo lo que de él me sedujo, y estoy convencida de que si cien veces
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hubiera nacido, cien veces habría vuelto a enamorarme como entonces lo hice.”
(Dueñas, 2009: 26)
Se puede considerar a Ramiro como el error juvenil de Sira, quien deja cicatrices
permanentes en el alma de la joven modista. Así podemos considerar que es responsable del
cambio en la personalidad de Sira, ya que ella, a partir de entonces, no confía en los hombres
tras lo ocurrido con Ramiro.
El siguiente hombre que consigue embelesar a Sira se llama Marcus Logan, un periodista
británico que la ayuda a trasladar a su madre a Marruecos. Sira no confía en el británico y
esta sospecha se debe probablemente a la inseguridad que le había causado Ramiro: “Si
analizaba la situación con frialdad, era consciente de que no había nada que temer: todos mis
miedos carecían de fundamento y aquella espera no era más que una demostración absurda de
mis inseguridades” (Dueñas, 2009:281). Además, Marcus es el primero que involucra a Sira
en espiar a alguien, puesto que, durante una recepción, tiene que averiguar de lo que está
hablando un grupo de alemanes.
Cuanto más pasa el tiempo, más confía Sira en Marcus y poco a poco se siente atraída a él:
“Nos atrajimos Marcus y yo, sí, mucho, y no faltaron ocasiones para que aquello se
convirtiera en algo más. [...] Pero yo me esforcé por amarrar mis sentimientos; me negué a
avanzar más y él lo aceptó” (Dueñas, 2009:330). No obstante, Marcus debe marcharse puesto
que, una vez que la madre de Sira está en camino, su tarea ha concluido.
Inesperadamente, Sira vuelve a ver a Marcus, sí bien en condiciones no muy óptimas dado
que ella está en Lisboa para arreglar el asunto de Manuel Da Silva. Este reencuentro la
transporta al pasado, un pasado que era mejor que la situación actual: “Quise abrazarle,
decirle sí, Marcus, soy yo. [...] volver a Marruecos, olvidar que existía algo que se llamaba
Servicio Secreto, ignorar que tenía un turbio trabajo por hacer y un Madrid triste y gris al que
regresar” (Dueñas, 2009:512). No obstante, vuelve a verlo y al final de la misión en Lisboa es
Marcus el que la libera de las manos de Da Silva, quien, después de haberse enterado de que
Sira le está espiando, quiere liquidarla. Volviendo a Madrid en coche, ambos se sienten
incómodos:
“-Gracias por protegerme, Marcus – musité entonces.
No le engañé. Ni le engañe, ni le enternecí, ni le conmoví con mi falso candor.
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-¿Con quién estás en esto, Sira? – preguntó lentamente sin despegar la vista de la
carretera. Me giré y contemplé su perfil en la penumbra. La nariz afilada, la mandíbula
fuerte; la misma determinación, la misma seguridad. Parecía el mismo hombre de los
días de Tetuán. Parecía.
-¿Con quién estás tú, Marcus?
En el asiento trasero, invisible pero cercana, se instaló con nosotros una pasajera más:
la suspicacia.” (Dueñas, 2009:583)
Al final de la novela, todo se resuelve: Marcus también es un agente para los británicos y todo
está aclarado así que Sira finalmente puede confiar en él por completo. Se da cuenta de que su
relación no va a ser fácil, pero sí se atreve a hacerlo:
“-Sabes a lo que nos enfrentamos ¿verdad? Lo sabía. Claro que lo sabía. Nos
movíamos en pantanos de aguas turbias, en una jungla de mentiras y engranajes
clandestinos con aristas capaces de cortar como cristal. Un amor encubierto en tiempo
de odios, carencia y traiciones, eso era lo que teníamos por delante” (Dueñas, 2009:
607).
Sin embargo, Sira está convencida que todo saldrá bien: “tuve la certeza rotunda de que
tampoco en esa misión íbamos a fracasar” (Dueñas, 2009: 607). Dicho de otro modo, es obvio
que Sira ha crecido dentro de la novela: al final está muy segura de sí misma, sabiendo que no
va a fracasar en los objetivos que quiere lograr. En cuanto a sus relaciones amorosas, resulta
que también se ha desarrollado de dos formas. Primero vemos que es capaz de confiar de
nuevo en los hombres ya que se atreve a empezar una relación con Marcus en tiempos
convulsos. Además de esto, resulta que Sira no se enamora otra vez de un hombre malo y
atractivo, dado que no se deja impresionar ni decepcionar por el charlatán Manuel Da Silva.
Esto quiere decir que también ha aprendido de su error en el pasado, que fue enamorarse de
Ramiro.
Si observamos la vida amorosa de Amelia vemos que hubo más hombres en comparación con
la vida de Sira, cada uno con un papel particular dentro de la trama así como en la vida de la
mujer bella. Al inicio de la novela, el hombre principal es su primer novio formal que viene a
ser su marido, o sea Santiago. Luego está con Pierre Comte, el hombre de su vida pero a la
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vez el que más la hiere. Después vemos Amelia al lado del americano Albert James y por
último está con el barón Max von Schumann. En una entrevista de El Imparcial, Navarro
explica qué representan esos hombres:
“Gracias a Santiago, el marido de Amelia, relato el final de la II República; Pierre me
sirve para describir lo que significó la Revolución Soviética y el estalinismo; con
Albert James sitúo la escena en la Europa de entreguerras; con Max hablo de la II
Guerra Mundial; y, por fin, con Friedrich [el hijo de Max] cuento lo que fue la Guerra
Fría. De manera que he tratado de narrar la historia de varios hombres cuyas vidas
nunca habrían tenido ningún punto en común salvo Amelia.” (Navarro en El
imparcial, 2010)
Dicho de otro modo, Santiago, Pierre, Albert y Max representan, cada uno de ellos, tanto un
período en la vida personal de Amelia como una época en la historia de Europa.
Comentaremos cómo es la relación entre Amelia y estos hombres y cómo influyen en el
desarrollo de su personalidad.
Primero apreciamos que ya en su relación con Santiago, Amelia, todavía siendo una
joven, es bastante autónoma: como hemos mostrado más arriba, tiene una opinión muy clara.
Podemos asimilar el personaje de Santiago a Ignacio, en el sentido de que ambos hombres
aman más a las protagonistas que al contrario. Es cierto que Amelia también quiere a
Santiago, pero resulta que el francés Pierre Comte sabe conquistarla: es un hombre atractivo
con muchos intereses e ideales políticos y eso atrae a Amelia. En cuanto a su relación con
Santiago, quisiéramos añadir que Amelia vuelve a verlo a lo largo de su vida. Como ya
sabemos, hay un enfrentamiento entre Santiago y Amelia cada vez que está en Madrid, ya que
ella no parece entender que tiene que distanciarse de su hijo por las decisiones que ella tomó
en el pasado.
En su relación con Pierre, notamos que Amelia sí es ingenua e influenciable, ya que
adopta las mismas opiniones políticas que su nuevo amor e, influenciada por él, decide dejar
su mundo seguro para luchar en favor del comunismo. En este período de su vida la vemos
retratada como una niña que es dominada y engañada por un hombre. No tiene aspecto de la
mujer poderosa en la que va a convertirse y que, en el fondo, ya es. Podemos comparar a
Pierre con Ramiro, puesto que ambos tienen malas intenciones con las jóvenes, es decir
utilizarlas para sus propios negocios. Sin embargo, Pierre no es tan cruel Ramiro: después de
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haber engañado a Amelia, se da cuenta que no puede vivir sin ella y que la quiere mucho.
Además, Pierre nota la joven española ella ha cambiado por el dolor que le causó: “Pero
Amelia ya no era la dulce joven que había conocido Pierre y le respondió con brusquedad,
defendiendo su recién iniciado camino hacia la independencia” (Navarro, 2010: 294). En otras
palabras, después del engaño de Pierre, Amelia pierde toda la fe en los ideales que tenía. No
obstante, cuando Pierre debe ir a Moscú para su trabajo de espía, Amelia, sabiendo que está
muy atemorizado, quiere estar a su lado: “Te he querido mucho, Pierre, y a pesar del daño que
me has hecho, no soporto verte en el estado en que te encuentras” (Navarro, 2010, 310-311).
Este comportamiento muestra que Amelia es una persona muy indulgente: está siempre a
disposición de la gente que quiere, incluso cuando esas personas la trataron mal. Estando en
Moscú, Pierre es aprisionado y es torturado hasta que fallece, lo que afecta enormemente a
Amelia. A pesar de que el francés la ha manipulado y engañado, Amelia nunca ha querido, ni
va a querer, tanto a ningún hombre:
“Se abrazó al cuerpo inerte de Pierre. El cuerpo de un anciano. El cuerpo de un
hombre torturado. Albert James se acercó a la cama e intentó que Amelia se soltara de
Pierre, pero ella no quería hacerlo, necesitaba sentir aquel cuerpo pegado al suyo y
murmurarle que nunca jamás volvería a querer a nadie como le había querido a él.”
(Navarro, 2010: 368)
La muerte de Pierre implica una nueva etapa en la vida de Amelia, en la que entra otro
hombre, Albert James, un periodista norteamericano de origen irlandés. Años antes, ya
conoció a Albert cuando estaba en una cena en París con Pierre, y de inmediato lo encontró un
hombre simpático. Albert vuelve a aparecer en la vida de Amelia en Moscú, cuando Pierre ya
se encuentra encarcelado, y gracias a su ayuda, el francés es liberado.
Al principio Albert no es nada más que un amigo, apoyándola en un período difícil: después
de haber perdido a Pierre, Amelia se entera de que sus padres fallecieron en la Guerra Civil.
Albert es un hombre muy simpático y además es un gran apoyo para Amelia. Pronto se
convierten en amantes y, aunque su relación es a disgusto de la madre de Albert, el americano
decide quedarse con Amelia ya que la quiere mucho. Amelia, al contrario, no está tan
enamorada de él, así que en esta relación resulta otra vez que el intenso amor del hombre no
es correspondido, como nota también su amiga Carla: “En cuanto a Albert... no te propondría
que te quedaras si supiera que estás enamorada de él, pero no lo estás, le quieres, sí, pero no
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como quisiste a Pierre” (Navarro, 2010, 608). A lo largo de su relación con Albert, vemos una
Amelia que nuevamente se vuelve más autónoma, capaz de tomar sus propias decisiones. Un
ejemplo nos permite ilustrar esta evolución: cuando el tío de Albert pregunta si quieren
trabajar como espías (cf. supra), Amelia toma una decisión sin consultarla con él. Ella quiere
convertirse en una espía, mientras que Albert lo rechaza vehementemente. Trabajando como
espía, Amelia descubre un nuevo mundo en el que se está alejando de Albert. Puesto que no le
quiere tanto, prefiere su trabajo como espía y la decisión de dejarlo no es difícil. Al principio
todavía duda, pero finalmente vence su obsesión por el espionaje y esto supone el final de su
relación con Albert: “[...] Para mí es compatible ese compromiso con mi relación contigo... –
Lo siento, Amelia. Si esa es tu última palabra, lo siento pero no podemos seguir” (Navarro,
2010: 619).
El último hombre importante en la vida de Amelia es el barón Max Von Schumann, un
médico militar. Es el hombre con el que Amelia se puede calmar, pero antes pasan por
muchas dificultades. Max ya aparece en la vida de Amelia en Buenos Aires, cuando ella
todavía está con Pierre: “Amelia impresionó a Max Von Schumann. Le conmovía su
fragilidad, la tristeza que emanaba de toda su persona” (Navarro, 2010: 298). Sin embargo, en
aquel entonces Max está prometido y Amelia sigue siendo una mujer casada además de tener
una relación con Pierre. Ambos se dan cuenta de que una relación no es posible, pero aún así
les resulta difícil aceptarlo. Notamos que cada vez vuelve el problema de que Amelia es una
mujer casada y eso refuerza el peso de la conciencia que está siempre presente: “Amelia sintió
que le ardía el rostro. Se sentía avergonzada, como no había estado desde que abandonó a su
familia para irse con Pierre.” (Navarro, 2010: 308).
Años después, Max aparece de nuevo en su vida. Trabajando como espía, Amelia debe
obtener información sobre los alemanes, y su amistad con Max le resulta muy útil para
conseguir este objetivo. Max y su esposa tienen problemas conyugales, así que a Amelia le
resulta fácil entrar en la vida del barón y pronto se convierten en amantes. En su relación con
Max, observamos una Amelia aún más independiente, por ejemplo cuando fotografía los
documentos de Max para que los británicos sepan cuáles son los planes de los alemanes. En
este sentido, vemos una inversión de los papeles, ya que ahora ella es la persona que engaña al
hombre que quiere:
“Amelia solía aprovechar para fotografiar los documentos cuando Max dormía o se
duchaba. Temblaba pensando el daño irreparable que le haría si un día le descubría.
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Porque Max estaba enamorado de ella como nunca lo había estado de ninguna mujer.
Amelia le correspondía aunque no con tanta intensidad, se decía a sí misma que había
gastado lo mejor de su amor entregándoselo a Pierre.” (Navarro, 2010:658)
Conviene mencionar que este comportamiento es éticamente incorrecto, pero no cabe duda de
que Amelia es una buena espía: siempre es profesional y no se deja influenciar por sus
propios sentimientos. En general vemos que Max está muy enamorado de Amelia y está
dispuesto a hacer todo por ese amor. Incluso se las ingenia para liberarla dos veces: la primera
vez de la prisión de Pawiak y luego en Ravensbrúck, como ya hemos señalado en otro
apartado. En este sentido podemos comparar el personaje de Max con Marcus Logan en El
tiempo entre costura puesto que ambos salvan la vida de sus amantes. Además son ellos con
los que termina la historia amorosa de ambas protagonistas, ya que en el caso de Dime quién
soy Max fallece al final y Navarro no dice más sobre otras supuestas relaciones amorosas de
Amelia.
Podemos concluir que Sira y Amelia guardan semejanzas en cuanto a sus relaciones con los
hombres. Primero vemos que ambas han aprendido y crecido mucho en sus relaciones
anteriores, en particular de la relación fracasada con Ramiro y Pierre. Deben aprender de
nuevo cómo confiar en los hombres, lo que vemos cumplido hacia el final de las novelas. A lo
largo de sus vidas se hacen cada vez más independientes, pero también más frías.
Como diferencia conviene mencionar que Amelia nunca volverá a amar tanto a alguien como
a Pierre, ni siquiera a Max, mientras que en el caso de Sira vemos que sí es más feliz con otro
hombre después de su fracasada relación con Ramiro. Otra diferencia es que, como hemos
mostrado en esta parte, Amelia resulta más independiente en sus relaciones amorosas, excepto
en el caso de Pierre. Además notamos que los hombres se sacrifican para estar con ella, dado
que es hermosa y encantadora.
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3.2.2. Personajes secundarios
3.2.2.1. Los personajes ficticios en El tiempo entre costuras
En El tiempo entre costuras Dueñas construye tanto personajes ficticios como históricos.
Puesto que esta última categoría es más importante en otro apartado (cf. 3.4.2.), no vamos a
elaborarla aquí. No obstante, la mayoría de los personajes son inventados, entre los cuales los
más significativos serán tratados en esta parte.
La primera persona importante en la vida de Sira es su madre, Dolores. Sin embargo, como
ya sabemos, Sira es capaz de dejarla por una vida de lujo con Ramiro. Estando en Marruecos,
se arrepiente de lo que ha hecho y siente la necesitad de tener a su madre a su lado. Cuando se
entera de que se ha sacado gente de zona roja8, Sira quiere hacer lo mismo con su madre.
Como ya hemos dicho, logra trasladar a su madre gracias a la ayuda de Marcus Logan.
Cuando por fin llega su madre en Marruecos, Sira nota que ha cambiado totalmente:
“Llegó ella esquelética una tarde de nubes, con las manos vacías y el alma baqueteada,
sin más equipaje de su viejo bolso, el vestido que llevaba puesto y un pasaporte falso
prendido con un imperdible al tirante del sostén. Sobre su cuerpo parecía haber caído
el peso de veinte años: la delgadez le marcaba las cuencas y los ojos y los huesos de
las clavículas, a las primeras canas aisladas que yo recordaba eran ya mechones
enteros de pelo gris. Se adentró en mi casa como un niño arrancado del sueño en la
mitad de la noche: desorientada, confusa, ajena.” (Dueñas, 2009:335)
Podemos decir que Dolores representa la Guerra Civil, o mejor dicho, los efectos que tuvo
esta guerra en la gente. Se nota claramente que ha sufrido y por consiguiente es opuesta a
Sira, que tiene una vida segura, lujosa y ajena a la miseria en la que se encuentra su país. Es
obvio que ella no se da cuenta de lo cruel que había sido este período para los españoles que sí
vivieron en España en aquel entonces.
Así, el reencuentro con su madre la asusta mucho y es distinto de lo que esperaba: “En mi
imaginación había previsto aquel reencuentro tan ansiado como un momento de alegría sin
8 Denominación del territorio bajo el control de los republicanos durante la Guerra Civil.
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contención. No fue así. Si hubiera de elegir una palabra para describir la estampa, sería
tristeza” (Dueñas, 2009:335). Las cicatrices que este período dejó nunca desaparecerán y Sira
nota que su madre ha cambiado para siempre:
“Quería que volviera la madre de siempre [...] Quise encontrar de nuevo a la Dolores
firme de mi infancia: la prudente, la resolutiva, la que siempre sabía lo que estaba bien
y lo que estaba mal. La que me crió marcando el camino recto al que un mal día yo di
esquinazo. Pero el mundo había cambiado no sólo para mí: los puntales de mi madre
también eran ya otros” (Dueñas, 2009:374).
Sin embargo, vemos cambiar Dolores a lo largo de la historia: ayuda a Sira en el taller y poco
a poco vuelven sus ganas de vivir. Cuando su hija tiene que regresar a Madrid para fundar un
nuevo taller, Dolores le asegura que sabrá sobrevivir en Tetuán: “Yo me quedaré aquí y
sacaré el taller adelante. Buscaré a alguien para que me ayude, tú por eso no te preocupes. Y
cuando todo acabe, Dios dirá” (Dueñas, 2009:376). Así vemos que los caminos de la madre y
de la hija se separan otra vez, pero en este caso sabemos que Dolores no va a correr peligro.
Otro personaje importante en la vida de Sira es su padre, Gonzalo Alvarado. Aunque
al inicio de la novela destaca el hecho de que no tengan una buena relación, notamos que ésta
cambia a lo largo de la trama. Gonzalo aparece de nuevo en su vida cuando Sira está de vuelta
en Madrid: un día, una de las ayudantes de su taller, Martina, le presenta a su suegro y resulta
que es el padre de Sira:
“Cuando tomó mi mano y se la acercó a la boca para saludarme con un amago de beso,
nadie en aquel salón, sin embargo, podría haber siquiera llegado a imaginar que los
cinco dedos que estaba sosteniendo eran los de su propia hija.” (Dueñas, 2009: 465)
Después de haberlo discutido, deciden guardar silencio sobre el hecho de que ya se conocen.
A lo largo de la novela resulta problemática su relación, ya que Gonzalo está en la lista de los
aliados y Sira debería asociarse solo con los germanófilos. Solo al final de la novela, en el
desenlace, Sira confiesa a los demás cómo es la verdadera relación entre Gonzalo y ella. En
cuanto al personaje de Gonzalo podemos concluir que, aunque al principio no tiene mucha
importancia, pronto resulta que sí es una persona fundamental para el desarrollo de la trama.
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Otros dos llamativos personajes ficticios que aparecen en la vida de Sira durante su
estancia en Marruecos son Candelaria Ballesteros ‘La Matutera’ y Félix Aranda. La primera
recibe a Sira en su casa cuando la española no conoce a nadie, en el momento después de
sufrir el engaño de Ramiro. Es como una segunda madre para Sira, ya que su madre biológica
no está a su lado en aquellos momentos difíciles en Tetuán. A primera vista parece una mujer
un tanto extraña: es la dueña de una pensión en la que recibe a todo tipo de personas. Además
siempre se mete en negocios oscuros:
“Candelaria Ballesteros, más conocida en Tetuán por Candelaria la matutera, tenía
cuarenta y siete años [...] decidió alquilar una casa y montar en ella una modesta
pensión. No por ello, sin embargo, cesó de esforzarse por comprar, vender, recomprar,
revender, intercambiar, porfiar y canjear todo lo que caí en su mano. [...] (Dueñas,
2009:86-87)
Así, no hay que sorprenderse de que Sira se meta en uno de estos negocios de Candelaria: a
propuesta de ella, Sira decide abrir su propio taller de costura en Tetuán. Como siempre
Candelaria sabe la manera de conseguirlo y, como ya sabemos, esta será la primera misión
arriesgada de Sira. Cuando por fin está lista para empezar su trabajo en el taller, los caminos
de Sira y Candelaria se separan, ya que no es una buena idea asociarse por si acaso alguien se
entera del asunto de las pistolas. Despidiéndose de Candelaria, Sira se da cuenta que le
recuerda a su madre: “La miré en silencio y frente en ella, inesperada, se cruzó la sombra de
mi madre. Muy poco tenían que ver Dolores y la matutera. Mi madre era todo rigor y
templanza, y Candelaria, a su lado, pura dinamita. [...] pero, por primera vez, aprecié entre
ellas una cierta sintonía” (Dueñas, 2009:150). Sira sabe que a partir de este momento
empezará una nueva etapa en su vida, en la que ya no va a vivir con Candelaria. Sin embargo,
“las dos sabíamos que, hasta el fin de los días, nos uniría algo de lo que jamás nadie iba a
oírnos hablar” (Dueñas, 2009:150). En otras palabras, el personaje de Candelaria ha evocado
algo en Sira que no sabía que fuera posible y, por ello, podemos considerar que es gracias a
esta mujer por la que Sira comienza a crecer.
Finalmente, hablaremos del personaje de Félix, el vecino de Sira que se convierte en un buen
amigo. Desde el inicio, Félix la ayuda con varias cosas y así empiezan una estrecha amistad:
44
“A lo largo de ellos, mi vecino Félix Aranda se fue convirtiendo en una presencia
cotidiana. Además de la proximidad de nuestras viviendas, también comenzó a unirme
a él otra cercanía que no podía medirse por los metros que separaban los espacios. Su
comportamiento un tanto particular y mis múltiples necesidades de ayuda
contribuyeron a establecer entre nosotros una relación de amistad que se forjó a
deshoras y se extendió a lo largo de las décadas y los avatares que nos tocó vivir.”
(Dueñas, 2009:181)
Cabe mencionar que hay otros personajes secundarios en El tiempo entre costuras, pero estos
no nos parecen tan interesantes para desarrollar aquí, así que los dejamos al margen de
nuestro estudio.
3.2.2.2. Personajes eclécticos en Dime quién soy
En Dime quién soy aparece un número copioso de personajes secundarios entre los cuales no
todos son significativos para ser abordados en este trabajo. Así, sólo vamos a tratar a aquellos
personajes que son cruciales en la vida de Amelia o en el desarrollo de la trama. Antes de
empezar, es importante distinguir personajes a dos niveles, puesto que Navarro utiliza el
recurso literario de una narración marco (cf. 3.5.1.). La investigación de Guillermo se
encuentra al nivel de esta narración marco, dentro de la cual se sitúa el segundo nivel, es decir
la historia de Amelia. Primeramente trataremos los personajes en el nivel de la historia de
Amelia y seguimos con el nivel de la narración marco.
Primero observamos que los familiares de Amelia ocupan un papel esencial dentro de la
trama. Esto se debe al hecho de que, como ya hemos mostrado, la familia de la protagonista es
muy importante para ella. Después de su primer error ya no vuelve a fallar a sus familiares y
esto es sostenido por la alta frecuencia e importancia de esos personajes en la novela.
En cuanto a sus padres, cabe resaltar que representan el mismo aspecto que la madre de Sira,
es decir la Guerra Civil. En este caso, los efectos son incluso peores ya que los padres de
Amelia no sobreviven a la guerra. El contraste con la vida madrileña a la que Amelia estaba
acostumbrada es enorme. Por ello podemos decir que la guerra también ha tenido un efecto en
ella misma, ya que perdió a muchas personas queridas: “El grito de Amelia fue desgarrador.
Se dobló por la mitad y yo pensé que iba a caerse. La sujetamos entre el portero y yo. Se
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quedó inerte, temblando, y a pesar de que no hacía ni pizca de frío, le castañeteaban los
dientes” (Navarro, 2010: 414-415). En este sentido, Amelia se opone a Sira: aunque la
segunda también nota cómo ha cambiado su madre a causa de la guerra, no pierde a ningún
familiar.
Después de la muerte de sus padres, su tía se encarga de los hijos de la familia. Esto implica
otra diferencia entre ambas mujeres puesto que su madre es la única pariente de Sira, mientras
que Amelia tiene más familiares. Además tiene buenas conexiones con el ama de casa,
Amaya, y sus dos hijos, Edurne y Aitor. Amelia es consciente de que esas personas no
pertenecen a la misma clase social que ella, pero esto no la retrae de tener una buena relación
con ellos. Con respecto al personaje de Edurne, notamos que, aunque Amelia tiene una
relación de amistad con ella, siempre hay un aspecto de inferioridad presente: “[Edurne]
procura estar atenta al menor de mis deseos” (Navarro, 2010:47). En cuanto a Aitor, vemos
que es un joven inteligente, interesado en la política y además está enamorado de Amelia:
[Edurne] “Yo sabía que mi hermano estaba enamorado de Amelia, aunque nunca se atrevería
a decírselo, y también sabía que Aitor a ella no le era indiferente” (Navarro, 2010: 59). A lo
largo de la novela siguen apareciendo esos personajes: Amelia ve a Edurne cada vez que
vuelve a Madrid y a Aitor lo ve casualmente en diferentes lugares del mundo.
Otro familiar que debemos mencionar es el hijo de Amelia, Javier. Aunque aparece varias
veces en la novela, nunca tiene voz propia, es decir, siempre se queda en la sombra y no es
construido como personaje principal, aunque sí se trata del hijo de la protagonista.
Además de los familiares de Amelia, también aparecen otros personajes llamativos en la
novela, que clasificamos aquí en las siguientes clases: los amigos, los adversarios y los
conocidos de Amelia.
En la primera categoría destacan los personajes de Lola García y Carla Alessandrini. Amelia
conoce a Lola al inicio de la novela y su importancia consiste sobre todo en sus ideales
políticos explícitos que infectan a Amelia: “Lola era una socialista ferviente y hablaba de
derechos e igualdades con una pasión que logró contagiar a Amelia” (Navarro, 2010: 89). La
influencia de Lola es algo que preocupa a Santiago, pero Amelia está tan obsesionada por el
socialismo, e incluso por el comunismo, que los avisos de su marido no sirven de nada.
Cuanto más avanza la trama, notamos que Amelia ya no tiene contacto con Lola. De todos
modos, su amistad siempre se ha basado en falsas pretensiones, ya que Lola sintió envidia por
aquella chica guapa y rica, mientras que ella pertenece a una clase social más baja (cf. supra).
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Otra amiga de Amelia, que se puede considerar más bien como una verdadera amiga,
es la cantante italiana Carla Alessandrini. Se conocen en el barco viajando a Buenos Aires y
casi inmediatamente se convierten en amigas. Además, podemos comparar el personaje de
Carla con Candelaria de El tiempo entre costuras, ya que ambas representan la figura de una
segunda madre: “[...] y así para cuando llegaron a puerto, Amelia creía haber encontrado en
Carla una segunda madre y ésta a la hija que nunca había tenido” (Navarro, 2010: 236). Por
otro lado, también es posible equiparar a Carla con el personaje de Rosalinda Fox (cf.
3.4.2.2.), ya que las dos mujeres representan las mejores amigas de las protagonistas, en las
que siempre pueden confiar. Carla es retratada como un talento insuperable, la gran diva del
buen canto, rebosante de vitalidad. Siendo una amiga tan importante en la vida de Amelia, no
hay que sorprenderse de que la muerte de Carla tenga un gran impacto en ella. No sólo pierde
a una persona querida, sino que también sufre una gran transformación: se vuelve más
indiferente y el momento culminante en que muestra este comportamiento es cuando se venga
asesinando al coronel Jürgens.
Así llegamos al grupo de personajes que hemos denominado como adversarios, que son los
comandantes de las SS, Jürgens y Winkler. Ambos son dos hombres que encarnan el mal,
representando las crueldades del nazismo de aquel entonces. En este sentido, cabe recordar
una de las motivaciones por las que Navarro escribió esta novela, que fue la denuncia del
totalitarismo. Desde el inicio Jürgens molesta a Amelia: “Pensaba investigar quién era la
joven, a la que no podía dejar de admirar por su belleza” (Navarro, 2010:656). A lo largo de la
novela, destaca el hecho de que este alemán sea un peligro constante para la seguridad de
Amelia. Estando en Roma, después del incidente en Pawiak, se entera de que Jürgens está
también allí: “Rememoraba [...] la risa helada del entonces comandante Jürgens, el suelo frío
de su celda en Pawiak, [...] Y ahora Vittorio le decía que el demonio volvía a hacerse
presente, porque Ulrich Jürgens estaba allí, en Roma” (Navarro, 2010: 791). Después de haber
asesinado a este horrible individuo, surge otro alemán que quiere convertir la vida de Amelia
en un infierno, es decir Winkler. Siendo el responsable de haberla enviado a Ravensbrück,
Amelia no duda en matarlo cuando tiene la oportunidad: “El coronel deseaba matarme
personalmente y no iba a esperar a averiguar si le había reconocido o no. Él sabía que sí, de
manera que necesitaba matarme cuanto antes. Si yo no le llego a matar, usted me habría
encontrado muerta” (Navarro, 2010: 976). El hecho de que Amelia mate a esos dos individuos
significa que de algún modo también sabe vencer, o por lo menos oponerse a, el nazismo.
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Conviene mencionar el tercer grupo de personajes, que son los conocidos. Dado que
Amelia ha viajado por muchas partes del mundo, el libro contiene un gran número de
personajes secundarios con menos importancia. Los conocidos más llamativos son Igor
Krisov, el jefe de Pierre Comte, Grazyna, su amiga polaca que representa el período cruel de
Pawiak y finalmente Garin, Iris y Konrad, representantes de la Guerra Fría en Berlín.
Otro personaje importante que merece atención es Friedrich Von Schumann, el hijo de Max y
su esposa Ludovica. Después de la Guerra Mundial, Max y Amelia viven juntos en Berlín,
educando a Friedrich, ya que su madre falleció durante la guerra. El chico, que se convierte en
un adulto con sus propios intereses políticos durante la Guerra Fría, tiene una relación
estrecha con Amelia. Siempre ha admirado a la amante bella y fuerte de su padre, hasta el
momento en el que se entera que ella era responsable del estado mutilado de su padre. En
aquel momento, se produce una pérdida de confianza entre los dos:
“La odiaba, la odiaba con toda mi alma, y me odiaba a mí mismo por quererla. [...]
Hasta aquella noche había creído que les unía un amor que no conocía límites, pero
ahora sabía que lo que les unía era más fuerte y doloroso que el amor.” (Navarro,
2010: 1070-1071)
Sin embargo, Friedrich sigue visitando a su padre e incluso a Amelia, pero cuando Max
fallece, Amelia por fin vuelve a España y ya no hay contacto entre ellos.
Finalmente comentamos los personajes en el nivel de la narración marco, es decir, en la
investigación de Guillermo. Vemos que algunos personajes que aparecen en el otro nivel
confluyen también en esta trama, ya que algunas personas de las que vivieron con Amelia
cuentan ahora su historia. Uno de estos personajes es Pablo Soler, el hijo de Lola, que
conoció a Amelia cuando él era un niño. Ahora se ha convertido en un historiador y es un
testigo directo para contar los azares de la vida de Amelia. Además notamos la presencia de
Edurne y Laura como importantes portavoces para contar la vida de la misteriosa espía. El
personaje más importante en este nivel es el periodista Guillermo Albi. Teniendo problemas
en su trabajo, decide aceptar el encargo de la investigación sobre su bisabuela, pero resulta
que este estudio no beneficia a su carrera periodística, como ya sabemos: su jefe le despide
por descuidar su trabajo. No sabemos lo que pasa con Guillermo al terminar la novela, pero sí
es cierto que se siente orgulloso por sí mismo de haber realizado esta investigación.
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Así pues, concluimos que en ambas novelas hay también una gran cantidad de personajes
secundarios, entre los cuales es difícil encontrar semejanzas. Las únicas observaciones
llamativas que hemos realizado, son las similitudes entre los personajes de Ignacio y
Santiago, Ramiro y Pierre y por último entre Candelaria y Carla. Sin embargo, estas
semejanzas sólo se encuentran al nivel de la relación entre las protagonistas y los personajes y
no tienen mucho en común fuera de esta relación.
3.3. El espacio
Aunque ambas novelas comienzan y terminan en Madrid, es llamativo que gran parte de los
relatos se desarrollen fuera de España: en El tiempo entre costuras el Protectorado Español de
Marruecos ocupa un papel fundamental dentro de la trama, mientras que en Dime quién soy
Amelia vive en diversas partes del mundo. En este apartado, estudiaremos por qué Dueñas y
Navarro escogieron un espacio diferente o incluso exótico para sus protagonistas españolas.
3.3.1. Escenarios en El tiempo entre costuras
3.3.1.1. El Norte de África: ¿exotismo?
“Tuvo claro el escenario, Tánger y Tetuán. Y luego fueron los personajes los que casi sin
quererlo fueron apareciendo y tomando el protagonismo que debían” (Intxausti, 2010). Esta
cita muestra que ya desde el inicio la autora había decidido qué lugares iba a utilizar para su
novela. Nos preguntamos por qué la selección de ciudades como Tánger y Tetuán, ciudades
exóticas y alejadas de la vida madrileña, fue tan rotunda. ¿Es simplemente un ejemplo de
exotismo o tenemos que profundizar más? Se puede considerar que Dueñas utilizó este
ambiente como un fondo exótico para sus personajes típicamente europeos con el objetivo de
crear una novela más atractiva para su público. Sin embargo, veremos que existen varios
elementos que nos obligan a repensarlo mejor. L. Ellison (2012) opina que el África de El
tiempo entre costuras no es tanto una reflexión histórica, sino más bien una construcción
discursiva que sirve como una exposición de la nostalgia del Oeste. Esta nostalgia está
vinculada con el período colonial en Marruecos, como veremos enseguida. Además,
menciona que África tiene un papel importante en la conceptualización de la identidad
49
española: “Africa serves to reconceptualize the patria, Spain, from the vantage point of North
Africa.” (Ellison, 2012: 31)
Ahora bien, antes de pasar al análisis espacial de la novela de Dueñas, es importante saber por
qué el norte de África tuvo un papel tan fundamental en la historia de España y qué afinidad
tuvo la autora con esta región. El lugar crucial en esta cuestión es el Protectorado Español, un
territorio bajo un régimen de protectorado que existió desde 1912, después de los franco-
españoles, hasta 1956, cuando Marruecos obtuvo la independencia. La capital del
Protectorado era Tetuán, una ciudad muy importante en la vida de Sira en El tiempo entre
costuras. El Protectorado consistía en dos territorios del Marruecos actual: las regiones del
Rif y Yebala en el norte, y la provincia Taryafa (anteriormente llamada ‘Villa Bens’) en el
sur. Otra parte de Marruecos, con capital en Casablanca, estaba bajo el poder de Francia. Con
respecto a la ciudad Tánger, otro lugar importante en la nueva vida de Sira, cabe mencionar
que era independiente de ambos protectorados. En cuanto a la forma de gobernar, leemos lo
siguiente en el blog de Dueñas: “El régimen administrativo del Protectorado mantenía una
dualidad formal de autoridades: la administración marroquí, al frente de la cual se encontraba
el jalifa que ejercía por delegación del sultán, y la española, a cargo del correspondiente alto
comisario” (Dueñas, 2009). Uno de los alto comisarios importantes en el Protectorado fue
Juan Luis Beigbeder (cf. 3.4.2.1.).
Con respecto a nuestra novela, es importante saber que hubo una tasa alta de migración desde
España a Marruecos en el período entre la Guerra Civil y el declive de las colonias
marroquíes. Es obvio que la fuga de la guerra fue un motivo importante para la emigración.
Ellison observa una relación entre este período negro en la historia española y la elección del
ambiente marroquí en la novela de Dueñas: “[...]Spain now struggles to redefine itself in the
face of changing demographics and increased inmigration from Africa, some contemporary
authors are returning to the period of heightened Spanish immigration to Africa for setting
and inspiration” (Ellison, 2012: 23). Así pues, podemos considerar que Dueñas escogió
Marruecos por razones nostálgicas, pero vemos que hay más razones: la preferencia específica
de Dueñas se explica por el hecho de que la propia autora tuviera un lazo familiar con el
Protectorado. Su madre vivió ahí durante varios años:
“Por razones familiares yo quería recuperar el escenario del antiguo Protectorado
Español en Marruecos [...] Mi madre fue la quinta hija de aquel matrimonio. Todos los
50
hermanos eran tetuaníes, y allí vivieron hasta el año 58, dos años después de la
independencia de Marruecos.” (Dueñas, en la entrevista de Pascual, 2010)
El objetivo principal de Dueñas fue rescatar este ambiente del olvido: “parecía haberse
desvanecido de la memoria de los españoles y apenas había sido tratado en nuestra narrativa
contemporánea. Y decidí usarla para trasladar aquel mundo a una novela” (Dueñas, en una
entrevista de Etreros, 2010). Gracias a su madre, tuvo información de primera mano y para
documentarse más viajó varias veces a Marruecos. Hasta ese momento, había sido un
escenario poco usado en la literatura española contemporánea: “los escenarios de la presencia
española en el norte de África durante cuarenta y tres años han sido prácticamente ignorados
por la narrativa española” (Belló Aliaga, 2011).
Este sincretismo de dos culturas diferentes sí ha sido considerado como fuente de inspiración
en otros países. Pensemos por ejemplo en la famosa película Casablanca9, cuyo ambiente es
parecido al de El tiempo entre costuras. El hecho de que Dueñas utiliza este escenario poco
frecuente en la literatura española, sea justamente la razón por la que destaca con su novela.
Así se puede considerar que la autora tuvo motivos muy personales para la elección de
Marruecos y por lo tanto no sólo podemos considerarlo como una forma de exotismo. Para
concluir la parte relatada a la historia, conviene mencionar que algunos autores españoles
anteriores ya intentaron recuperar este espacio, en particular la aventura colonial en el Rif 10
.
La novela La vida perra de Juanita Narboni (1976) de Ángel Vázquez merece una atención
especial en este sentido, ya que además de situarse en Marruecos, también utiliza una mujer
como protagonista, lo que ofrece unas llamativas semejanzas con El tiempo entre costuras.
Ahora llegamos al papel que tiene este ambiente dentro de la trama, es decir en la vida de Sira
y su desarrollo personal. Como acabamos de mencionar, muchos españoles huyeron a
Marruecos para escapar de la Guerra Civil y en el Protectorado encontraron una residencia
segura. Esta tendencia la vemos reflejada también en la vida de Sira, quien se va a Marruecos,
aunque no podemos olvidar que estaba influenciada por Ramiro y que esta decisión no fue
sólo para fugarse de Madrid. Sin embargo, su padre ya la avisó de una manera explícita:
9 Una película estadounidense de 1942 dirigida por Michael Curtiz. Tiene como escenario el ambiente de la
ciudad marroqui Casablanca, bajo el control del gobierno de Vichy y tuvo un éxito enorme.
10 Referimos a la importancia de la Guerra del Rif, un enfrentamiento causado por la sublevación de las tribus
rifeñas (la región montañosa del norte de Marruecos) contra la ocupación colonial española y francesa.
51
“Bueno, pues mi consejo es el siguiente: marchaos de aquí lo antes posible. Las dos,
lejos, tenéis que iros cuanto más lejos de Madrid, mejor. Fuera de España a ser
posible. A Europa no, que tampoco allí tiene buena cara la situación. Marchaos a
América , si se os hace demasiado lejano, a África. A Marruecos; iros al Protectorado,
es un buen sitio para vivir.” (Dueñas, 2009: 42)
Resulta que en Tetuán tuvo más posibilidades para desarrollarse, lo que era casi imposible en
la España de aquel entonces. Esta es una observación fundamental: así vemos que el ambiente
de Marruecos figura como un estímulo importante para el desarrollo de Sira y por lo tanto
también para el avance de la trama. Hay una gran diferencia entre la Europa de este período y
África, como afirma Ellison: “Europe is unstable and dangerous, in Africa lies the opportunity
and tranquility that contrasts sharply with the crumbling West” (Ellison, 2012: 29). Sabemos
que, en Tetuán, Sira se ve obligada a aprender a vivir sola y como consecuencia también tiene
la posibilidad de descubrirse a sí misma: “Africa becomes a territory of opportunity and self-
discovery” (Ellison, 2012: 28). Además, no podemos olvidar que ahí funda su propio taller y
que conoce a Rosalinda Fox, lo que tendrá consecuencias importantes para el resto del relato.
En otras palabras, es en gran parte gracias a su vida en Marruecos que Sira puede evolucionar
en la mujer fuerte que es al final de la novela, espía y modista al mismo tiempo.
En conclusión, podemos considerar que el espacio del Norte de África constituye un punto
positivo en la novela, no sólo porque el ambiente es renovador y poco usado en la literatura
española, sino que también porque resulta de importancia crucial para posibilitar el desarrollo
personal de la protagonista.
3.3.1.2. Madrid y Lisboa
Otros escenarios importantes en El tiempo entre costuras se sitúan en la Península Ibérica, lo
que resulta más lógico puesto que muchos personajes provienen de esta zona.
En cuanto a Madrid, cabe destacar que hay dos partes diferentes de esta ciudad dentro de la
novela: el de la Segunda República y el de después de la Guerra Civil. Dado que Sira no vivía
en su ciudad natal durante la guerra, los cambios le saltan a la vista aún más cuando vuelve
después de su estancia en Marruecos. Además, observamos que las condiciones de vida de
52
Sira han cambiado también en su vida madrileña antes y después de Tetuán. Ahora se ha
convertido en una mujer cosmopolita quien tiene la posibilidad de asistir a las fiestas más
exclusivas, como Nochevieja en el Casino, así como vivir en una casa con dimensiones
inmensas: “Cuando entré por primera vez en el gran piso de Núñez de Balboa todo estaba
listo, esperándome. Las paredes pintadas en blanco satinado, la tarima de roble del suelo
recién pulida” (Dueñas, 2009: 405).
Durante la Segunda Guerra Mundial el relato sí tiene lugar en Madrid, lo que es llamativo ya
que la ciudad, y España en general, haya sido más bien neutral durante este período. Podría
ser un intento de Dueñas para incluir a su país dentro de esta parte de la historia para que
también tenga un papel significativo. En este sentido, muestra una semejanza con Julia
Navarro, como veremos más adelante. No obstante, hay que resaltar que, en aquella época,
España era un nido de espías para los servicios secretos, sobre todo de los británicos (cf.
3.4.1.). El lugar más importante para el espionaje en Madrid era el salón de té ‘Embassy’, que
aún existe hoy en día, un lugar de reunión de personas importantes. El Embassy aparece
varias veces en El tiempo entre costuras, es donde tienen lugar los encuentros clandestinos
entre Sira y su jefe Alan Hillgarth (cf. 3.4.2.3.): “[...] Embassy a la una del mediodía será el
lugar donde entrar en contacto conmigo cualquier día de la semana. Digamos que es mi lugar
de encuentro encubierto con varios de nuestros agentes: es un sitio tan descaradamente
expuesto que resulta dificilísimo que levante la menor sospecha” (Dueñas, 2009:392).
Además de este salón en Madrid, aparecen algunos hoteles reales en Marruecos y Lisboa,
entre los cuales se destacan El Minzah en Tánger y el Do Parque de Estoril, donde Sira reside
durante su misión en Lisboa. Estos lugares dotan de una imagen más verdadera a la novela,
puesto que han existido, o todavía existen, en realidad. Además, mediante las fotos de estos
lugares que ha puesto Dueñas en su blog, el grado de veracidad se incrementa.
Lisboa, el último escenario importante en la novela, también fue un lugar neutral durante los
años de la guerra: “Me fascinó Lisboa, una ciudad ni en paz ni en guerra: nerviosa, agitada,
palpitante” (Dueñas, 2009: 493). Resulta que Portugal fue, así como que España, de suma
importancia para el comercio de wolframio y por lo tanto también en la guerra (cf. 3.4.3.1.).
En conclusión, podemos decir que las ciudades la sirvieron para la reconstrucción de una
época importante en la historia: “[...] el Madrid de la República, el Marruecos español del
Protectorado, Tánger y Tetuán, el Madrid de la posguerra, Lisboa, fascinante y decadente
nudo de espías y desterrados en el juego de la Segunda Guerra Mundial [...]” (Dueñas, en la
entrevista con Belló Aliaga, 2011).
53
Además, los escenarios de la novela tienen un papel fundamental en el desarrollo personal de
Sira, como la propia autora afirma mediante una cita:
“Sira va avanzando por estas ciudades a medida que su vida va cambiando. En Madrid
y en los primeros tiempos de Marruecos la encontramos inocente, insegura y
vulnerable. En Tetuán empieza a crecer, a tomar las riendas de su vida. Y finalmente
en Lisboa la vemos convertida en una mujer plena y dueña de su propio destino.”
(Dueñas, en una entrevista en Marruecos Digital, 2010)
3.3.2. Paneuropeísmo en Dime quién soy
En esta novela, la protagonista Amelia, al igual que su bisnieto Guillermo, pasan por muchas
ciudades diferentes en Europa e incluso por otros continentes. Así como en El tiempo entre
costuras, la narración comienza en Madrid, antes de pasar respectivamente a París, Barcelona,
Roma, Buenos Aires, Moscú, México, Londres, Berlín, Milán, los Estados Unidos, Varsovia,
Atenas y Cairo. Además, como ya sabemos, la española tiene un talento innato para los
idiomas, así que es caracterizada como una mujer paneuropea (cf. 3.4.3.2.).
Sin embargo, esto conlleva un mayor grado de inverosimilitud, lo que en esta novela es un
problema que ya hemos señalado antes. El hecho de que Guillermo viaje a diferentes partes
del mundo para saber lo que pasó con su bisabuela ofrece un relato interesante pero a la vez
poco verosímil. Está tan obsesionado con Amelia que descuida su trabajo y las relaciones con
sus familiares. Además, no le parece molestar tener que desplazarse a Barcelona, Buenos
Aires y otra vez a Barcelona en una sola semana para averiguar lo que fue el paso siguiente en
la vida de la misteriosa mujer. Puesto que tenemos que delimitar nuestro estudio, no somos
capaces de entrar en detalle sobre todas estas ciudades, aunque tampoco podemos subestimar
la importancia de las mismas.
Vemos que Madrid y Berlín parecen los lugares principales en la vida de Amelia a lo largo de
toda la novela: en Madrid comienza y termina su historia, mientras que en Berlín reside
durante la Guerra Fría y en la Guerra Mundial se encuentra también, sea recluida, en
Alemania. Ahora bien, ¿por qué incluye Navarro tantas ciudades en su novela y por qué le da
a Amelia una personalidad paneuropea? Respondiendo a esta pregunta podríamos encontrar
una semejanza con Dueñas: igual que ella, Navarro otorga un papel crucial a su protagonista
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española en la historia de la Europa del siglo XX con la intención de que la España neutral
pudiera desarrollar una función más notable.
A pesar de la inverosimilitud que provoca la cantidad de ciudades, aparecen algunos lugares
verdaderos, importantes en aquella época, que confieren una imagen más verosímil a la
novela. Se trata de la prisión Pawiak en Varsovia y el campo de concentración Ravensbrück,
dos sitios que reflejan el horror de aquel entonces. Navarro trata de presentar las horribles
situaciones que vivieron las personas en estas prisiones a través del punto de vista de Amelia.
No disponemos de una bibliografía utilizada por la autora para documentarse durante la
redacción, lo que sí sucede en el caso en la novela de Dueñas (cf. 3.4.), pero sí es cierto que se
documentó profundamente. Como ya sabemos, Amelia es enviada a Pawiak por ayudar a las
personas en el gueto de Varsovia, después de haber sido detenida por la Gestapo:
“Para Amelia supuso un alivio que la enviaran a la cárcel. Al menos allí no la
torturaban sistemáticamente como habían hecho los hombres de la Gestapo. A la
sección de mujeres la llamaban “Serbia”. Allí compartía una celda húmeda y llena de
pulgas con varias mujeres, algunas de ellas condenadas a muerte por asesinato.”
(Navarro, 2010: 708)
La prisión de Pawiak, construida por los rusos entre 1830 y 1835 e inicialmente usada como
campo de transferencia para los condenados de deportación a Siberia, se convirtió en una
prisión alemana de la Gestapo después de la invasión de Polonia. Allí fueron ahorcadas
muchas personas, hombres y mujeres, sobre todo presos políticos: “Todos los días ejecutaban
a decenas de presos en la calle Smocza, al lado da Pawiak. Hombres, mujeres, incluso
adolescentes... A los nazis tanto les daba” (Navarro, 2010:713). Amelia y los demás presos
viven bajo condiciones de insistente pavor:
“Amelia se incorporó y apoyó la cabeza contra las paredes de piedra mientras
murmuraba una oración pidiendo a Dios que no se abriera la puerta de la celda.
Escuchaban el ir y venir de los pasos, los gritos de algunas mujeres a las que
arrastraban hasta el patíbulo [...] Otras en cambio caminaban en silencio, con la cabeza
alta, intentando mantener la dignidad en lo que sabían eran los últimos minutos de su
vida.” (Navarro, 2010: 713)
55
El estado físico y mental de Amelia se vuelve cada vez peor en la prisión: “Lo que no sabía es
que Amelia estaba enferma; cuando tosía, escupía sangre, y además padecía anemia.”
(Navarro, 2010:717). Sin embargo, lo que es característico para la personalidad fría de la
española, es que a ella ya no parece perturbarle su estado físico: “Pero para Amelia lo peor
que le pudo pasar no fue luchar contra la fiebre, ni contra las pulgas que martirizaban su
cuerpo o los piojos que aún encontraban acomodo entre los poco cabellos que le quedaban. Lo
peor para Amelia fue sobrevivir al asesinato de Ewa [una amiga suya]” (Navarro, 2010: 717).
Así vemos que Amelia pasa por un período muy duro en Pawiak que cambia
definitivamente su persona, como ya hemos señalado. Sin embargo, es liberada gracias a Max,
quien se convierte en su última esperanza durante su estancia en la prisión: “No sabía nada de
Max, pero sí seguía viva era gracias a él” (Navarro, 2010: 709).
Lamentablemente, Amelia vuelve a ser recluida en el campo de concentración de
Ravensbrück:
“Al día siguiente la metieron en un tren de ganado. Winkler se ocupó personalmente
de que la enviaran al campo de Ravensbrück, que estaba situado a 90 kilómetros al
norte de Berlín. Las instrucciones del coronel respecto a su prisionera fueron muy
precisas: si en seis meses no le enviaba aviso de que Amelia estaba en disposición de
hablar, entonces la prisionera debía ser ahorcada.” (Navarro, 2010: 898)
Ravensbrück fue el mayor campo de concentración de mujeres durante la Segunda Guerra
Mundial, construida en 1939 por laS SS. Muchas personas murieron de hambre o de
enfermedades y es importante saber que se hicieron experimentos médicos que resultaron
fatales para muchas presas. Este último aspecto lo encontramos también en la novela de
Navarro: “El doctor Kiefner era un sádico que, al igual que Schaefer, violó a muchas mujeres
del campo. Le gustaba llevar a cabo lo que él calificaba como ‘sus experimentos’ para
comprobar cuánto dolor podía soportar un ser humano, pero sin causarle la muerte” (Navarro,
2010: 908). Parece casi imposible que Amelia sobreviviera a este horror, pero resulta que no
es completamente inverosímil: existen otros supervivientes del campo que fueron evacuados
por la Cruz Roja Internacional poco antes de terminar la guerra. En el caso de Amelia es,
como ya sabemos, otra vez Max quién logra liberarla. Sin embargo, si Pawiak dejó cicatrices
permanentes en la espía físicamente y psicológicamente, Ravensbrück casi la destruyó;
cuando sale del campo es sólo una sombra de la mujer que había sido antes.
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Para su investigación, Guillermo debe ir a Jerusalén, donde se encuentra el Museo del
Holocausto que contiene en su archivo los nombres de los supervivientes. Gracias al
testimonio de una superviviente ficticia, Sofía, se entera de lo que pasó con su bisabuela en
Ravensbrück: “Era un saco de huesos y creo que aunque hubiera estado en mejor estado,
mucha carne no le habría sobrado. Mi madre la llamaba ‘la muñeca rota’” (Navarro,
2010:911).
Parece que Navarro quiere impactar al lector aportando descripciones horribles de la vida en
aquel campo, sobre todo en cuanto a los experimentos médicos: [el doctor Kiefner] “ – No,
aquí no habéis venido a gozar, sino a pagar por vuestros crímenes, de manera que evitaré que
sintáis placer – decía mientras preparaba el material con el que nos cosía. Nos mutiló a todas,
también a Amelia, y algunas murieron por la infección” (Navarro, 2010:912). Pensando que
Max ha muerto en el atentado que causó ella misma, Amelia ya no tiene esperanzas de salir de
Ravensbrück, lo que sí fue el caso en Pawiak. Sofía ve empeorar cada vez más el estado de
Amelia: “Durante varios días luchó entre la vida y la muerte, y mi madre pensó que no
sobreviviría. Tenía las piernas y los brazos rotos, los pies aplastados y no había un solo
centímetro de su piel sin huellas y quemaduras de cigarrillos” (Navarro, 2010: 911). Sin
embargo, como ya sabemos, Max todavía está vivo y la libera, lo que parece un milagro:
“Pero a pesar de su estado, sobrevivió. Fue un milagro. Y eso que un día se presentó en el
campo aquel coronel que tenía cuentas pendientes con ella” (Navarro, 2010:911).
Concluyendo la parte analítica del espacio, podemos observar que la elección del ambiente ha
sido totalmente diferente en ambos libros: Dueñas escogió el escenario exótico del
Protectorado de Marruecos por razones más bien personales, mientras que Navarro utilizó una
gran cantidad de lugares para dar una imagen paneuropea y cosmopolita a su protagonista.
Una semejanza que sí podíamos encontrar es la intensión de dar un papel más transcendente a
la España neutral dentro de la historia europea del siglo pasado, una observación que veremos
más en detalle en lo que sigue.
57
3.4. La relación entre la trama y la historia
En este capítulo estudiaremos en qué medida está presente la historia en nuestras dos novelas
ficticias. Veremos que ambos libros muestran diferencias bastante grandes en este aspecto.
Aunque ambos indiscutiblemente están basados en datos históricos del siglo XX,
mostraremos que El tiempo entre costuras contiene más elementos fidedignos a la historia.
Antes de empezar el análisis, realizaremos brevemente una exposición del contexto histórico.
3.4.1. Contexto histórico: la neutralidad española en la Segunda Guerra
Mundial
En nuestra exposición del espionaje, ya hemos mencionado la importancia de los servicios
secretos británicos, el SIS y el SOE, dentro de nuestras novelas. En este apartado
explicaremos brevemente la importancia de España como nido de espías durante la Segunda
Guerra Mundial. Se puede considerar que las actividades del SIS y el SOE en España fueron
muy intensas durante aquellos años y, dada la importancia estratégica de la Península Ibérica,
la preservación de la neutralidad española era de suma importancia para los ingleses (Alpert,
2002). Como consecuencia, su objetivo principal consistió en mantener a España neutral, para
preservar así la seguridad del paso del estrecho de Gibraltar. Además, intentaron
desenmascarar las actividades del Abwehr 11
, cuyos espías se encontraron también en España.
El objetivo primordial de los alemanes, al contrario, fue la conservación de una España unida
al Eje, para asegurar el uso de los puertos en el Atlántico y de sus minas de wolframio (Belló
Aliaga, 2011). Sobre todo esta última observación, la del wolframio, es importante en relación
con nuestro análisis, como veremos más adelante.
En conclusión, advertimos que España sí tuvo una importancia significativa durante la
Segunda Guerra Mundial y es justamente esta observación que Dueñas y Navarro parecen
destacar en sus novelas, lo que mostraremos en la segunda parte de este capítulo.
11
El organismo alemán de información durante la Segunda Guerra Mundial.
58
3.4.2. Aparición de personajes históricos en El tiempo entre costuras
En la novela de Dueñas, encontramos unos personajes principales llamativos que existieron en
realidad. Se trata de la británica Rosalinda Powell Fox, su amante Juan Luis Beigbeder, y
Alan Hillgarth. Fueron personas importantes en su época, pero hoy en día sus nombres han
quedado en el olvido. Dueñas tuvo un motivo muy claro para incluir a estos personajes en su
trama, es decir, rescatarlos del olvido: “quería a mi protagonista casi como una excusa para
que [...] nos acercara a conocer a esos personajes que yo quería sacar a la luz, Rosalinda Fox,
Juan Luis Beigbeder, Alan Hillgarth, porque aunque son personajes históricos reconocidos,
aunque no por el gran público” (Cohen, 2012). Se interesó en especial por la pareja Beigbeder
y Rosalinda, como ya hemos señalado anteriormente. Así pues, vemos que la construcción de
los personajes, después de la elección del ambiente, fue uno de los aspectos más importantes
al escribir su novela. Empezamos con el personaje de Beigbeder, vinculado a Rosalinda Fox y
por último trataremos a Alan Hillgarth.
3.4.2.1. Juan Luis Beigbeder y Atienza
Como Dueñas afirma en una entrevista, Beigbeder (1988-1957) fue su personaje favorito y
por consiguiente tiene un papel fundamental dentro de la trama: “me parecía que era un
personaje que valía la pena recuperar, que había caído en el olvido a pesar de haber tenido una
vida de película, en lo personal, en lo privado, en lo oficial, en lo público…, en todos los
ámbitos” (Dueñas, en el artículo de Pascual, 2010). La autora se interesó por este hombre por
casualidad, después de haber leído un artículo sobre él en el internet. Fue una persona muy
enigmática de quien no parecemos saber mucho, sin embargo, Dueñas intentó hacer un retrato
detallado de su vida. Como ya hemos señalado, Beigbeder era Alto Comisario en el
Protectorado durante la Guerra Civil, el cargo más alto con la máxima autoridad española. La
Alta Comisaría era el órgano que controló la acción política de España en el Protectorado y
era responsable de todas las órdenes.
Un dato llamativo en la biografía de Beigbeder es que conoció personalmente a Franco,
puesto que ambos se conocieron siendo militares en Marruecos. En un artículo de Tusell
(1994), se hace una comparación entre los dos hombres, pero Tusell opina que hay que
matizar las semejanzas entre ambos. El interés de Franco en el país se limitó al género de
59
guerra del Ejército de Marruecos, mientras que Beigbeder “era un apasionado de Marruecos
por sí mismo; [...] Era quizá ese interés por lo marroquí lo que le dio unas peculiares
características a Beigbeder” (Tusell, 1994:326). Notamos que Beigbeder es retratado como un
‘peculiar africanista’, denominado como ‘un viajero romántico de otros tiempos’ (Tusell,
1994: 326) y este retrato también es utilizado por Dueñas: “[Beigbeder sobre Franco] El gran
general africanista, el insigne e invicto caudillo de España [...] ni entiende al pueblo marroquí,
ni le importan todos ellos lo más mínimo. A mí sí. A mí sí me importan, me importan mucho.
Y me entiendo con ellos porque son mis hermanos” (Dueñas, 2009: 426).
La autora lo representa como un español simpático y carismático e incluso Sira se siente
intrigada por él: “Me pareció un hombre peculiar, quizá un tanto pintoresco. [...] había en su
actitud algo un poco teatral que, sin embargo, no parecía fingido: sus gestos eran refinados y
opulentos a un tiempo, su risa expansiva, la voz rápida y sonora” (Dueñas, 2009: 303).
En 1939, fue nombrado Ministro de Asuntos Exteriores bajo el gobierno franquista. La
función supuesta de estos ministros era el mantenimiento de la neutralidad española, pero
Tusell opina que “la política española en torno a la guerra mundial dependió en un elevado
grado de las circunstancias porque nunca España pudo condicionar los resultados de la
contienda por sus propias fuerzas militares o por su potencia económica [...]” (Tusell, 1994:
323). Beigbeder sólo ocupó este cargo hasta 1940, cuando fue sustituido por el cuñado de
Franco, Ramón Serrano Suñer. La supuesta razón por su destitución fue su actitud demasiado
anglófila en una Europa cada vez más germanizada y Serrano, como conocido germanófilo, se
convirtió en el nuevo ministro.
Además, como se menciona en una crítica británica de nuestra novela, es fundamental la
influencia de su amante Rosalinda: “It was speculated that Rosalinda, a British citizen, had
great influence over Beigbeder and may have played a role in his support of the British”
(Berry, 2011). La crítica de Franco Salgado-Araujo12
refuerza esta suposición: “Beigbeder,
con sus zalamerías y su carácter simpático para los moros, no lo ha hecho mal de Alto
comisario; pero será un mal ministro de Asuntos Exteriores dada su debilidad por las mujeres,
y en especial por las señoras exóticas"13
. Dueñas asimismo menciona estas recriminaciones
que lo caracterizan como un mujeriego, aunque parece que no está totalmente de acuerdo:
12
El primo de Franco.
13 Francisco Franco Salgado-Araujo. Mis conversaciones privadas con Franco , 5 de octubre de 1954.
60
“Soy como todos, pero ellos se han encargado de colgarme la etiqueta de vividor
frívolo embrujado por el veneno de una inglesa. Hace falta ser imbécil. Querían mi
cabeza para mostrar su lealtad a los alemanes [...] No sólo no me han hecho el menor
caso, sino que, además, me han acusado de demencia por pensar que no debemos
plegarnos ante un ejército que se pasea victorioso por toda Europa.” (Dueñas, 2009:
427)
Una aversión muy pronunciada viene de Ignacio: “Beigbeder es un cretino. Es un traidor
vendido a los británicos; un demente encoñado con una zorra inglesa” (Dueñas, 2009: 449).
Así pues, se nota claramente que los franquistas tienen una imagen negativa de Beigbeder y
quizá es justamente por esta razón por la que este notable personaje casi haya desparecido de
la memoria española. En la novela, Beigbeder desaparece después de su dimisión, pero no
cabe duda de que ha dejado su impronta en la trama.
Podemos considerar que Dueñas está principalmente interesada en Beigbeder por su relación
con Rosalinda Powel Fox, que, como los fragmentos anteriores muestran, no deja una
impresión positiva en todos los españoles. En lo que sigue, tratamos la importancia de esta
mujer particular.
3.4.2.2. Rosalinda Powell Fox
La británica enigmática Rosalinda Fox fue, al igual que su amante Beigbeder, una persona
que cayó en el olvido bastante rápido. Tuvo una vida movida y por lo tanto fue una fuente
interesante para la construcción de El tiempo entre costuras. Ocupa un papel primordial en la
novela, siendo la mejor amiga de Sira que estimula a la joven modista a convertirse en una
espía. La propia Rosalinda asimismo fue una espía, aunque lo niega a menudo en su biografía
The Grass and the Asphalt (1997). Sin embargo, se puede leer de manera implícita que fue al
contrario: “página tras página se adivina entre líneas una especie de secreto placer en sugerir
que ha sido lo que dice que no fue” (Domingo del Pino Gutiérrez, 2005).
Rosalinda pasó su juventud en la India, donde se casó muy joven con un hombre que la dejó
después de que los médicos constataron que la inglesa sufrió de tuberculosis bovina. Regresó
a Inglaterra con su único hijo, donde su familia cuidaba de ella. Su médico pronosticó que
nunca llegaría a una edad avanzada, pero a pesar de todas las expectativas cumplió los 96
61
años. Después del negativo pronóstico decidió trasladarse a Portugal y a España. En 1936,
conoció a Beigbeder en los Juegos Olímpicos en Alemania, con quien empezó un romance en
1938 cuando llegó a Marruecos. Según Myra Caecilia, una de las amigas de Rosalinda, es
indudable la influencia que la británica ejerció en la política de Beigbeder. Incluso la célebre
frase de Winston Churchill muestra que la señora Fox ha sido de suma importancia en la
historia europea: “the war might have taken a very different course where it not for
Rosalinda” (citado por Myra, 2009). La Gestapo ya comenzó a perseguirla y después de la
dimisión de Beigbeder como Ministro de Asuntos Exteriores en 1940, Rosalinda tuvo que
volver a Portugal puesto que España se volvió un país peligroso para ella. Beigbeder fue
puesto bajo arresto domiciliario en Ronda y cuando Rosalinda le volvió a ver encontró a un
hombre “roto y enfermo” (citado por Domingo del Pino Gutiérrez, 2005).
Vivieron sus últimos momentos juntos en una casita en Guadarranque, desde donde pudieron
ver su querido Marruecos, lo que fue el último deseo de Beigbeder. Rosalinda vivió en esa
casa hasta su muerte, después de la cual pareció perder su importancia, como se observa en El
mundo: “poca gente sabía que aquella viejecita frágil y nonagenaria pudiera haber tenido
influencia en la política europea en los años previos al estallido de la Segunda Guerra
Mundial” (B. González, 2009).
Sin embargo, Dueñas ha logrado retratar a Rosalinda como la mujer que probablemente era:
cosmopolita, influyente y siempre rodeada de un toque de glamour, paseándose en su Rolls-
Royce. Cuando Sira la ve por primera vez, queda muy impresionada:
“A su lado apareció entonces una mujer rubia delgadísima con todo el aspecto de no
ser tampoco un producto nacional. Calculé que tendría más o menos la misma edad
que yo pero, por la desenvoltura con la que se comportaba, bien podría haber vivido ya
mil vidas enteras del tamaño de la mía. Me llamaron la atención su frescura
espontánea, la apabullante seguridad que irradiaba y la elegancia sin aspavientos con
la que me saludó rozando sus dedos con los míos mientras con un gesto airoso se
retiraba de la cara una onda de la melena.” (Dueñas, 2009: 197)
Además, retoma algunos de los acontecimientos importantes de la vida de Rosalinda y los
entreteje en su novela, como su encuentro con Beigbeder, su enfermedad y su fuga de la
Gestapo: “Averiguamos que Rosalinda estaba en sus listas por una filtración. En una noche
62
preparó sus cosas y voló a Portugal, todo lo demás se lo enviamos después” (Dueñas, 2009:
429).
Así pues, vemos que Juan Luis Beigbeder y Rosalinda Powell Fox fueron dos personas
importantes en la historia española, no obstante, demasiado olvidados posteriormente, y es
justamente por esta razón que Dueñas los quiso rescatar.
3.4.2.3. Alan Hillgarth
El tercer personaje histórico importante en El tiempo entre costuras es Alan Hillgarth (1899-
1978), el capitán de navío y persona de confianza de Churchill. Alpert (2002) nos informa en
su artículo que Hillgarth tuvo un papel importante en el espionaje británico, puesto que
transmitió valiosa información desde Mallorca a Inglaterra durante la Guerra Civil. Fue
agregado de marina en Madrid y tuvo que coordinar las actividades de la Información Naval
con las de la SIS y el SOE. Además, tenía la responsabilidad de sobornar a personajes
importantes.
Hillgarth es sobre todo importante en la novela de Dueñas por ser la persona de contacto de
Sira cuando ella trabaja como espía. Es retratado como un hombre fuerte e infalible:
“Rostro ancho, frente despejada y pelo oscuro, con raya rectilínea y peinado hacia
atrás con brillantina. Se acercó vestido con un traje de alpaca gris cuya calidad se
intuía aun en la distancia. Caminaba seguro, sosteniendo un maletín de piel negra en la
mano izquierda” (Dueñas, 2009:379).
Hillgarth es también el personaje que la informa del funcionamiento de un servicio secreto y
por lo tanto podemos considerar que asume el papel de mentor de Sira.
Con este personaje terminamos el apartado de los personajes históricos en El tiempo entre
costuras. Quisiéramos concluir observando que en este aspecto no podíamos encontrar
ninguna semejanza con Dime quién soy: en esta última novela no hay apariencia alguna de
personajes históricos ya que todos son ficticios. La novela de Dueñas presenta una
63
combinación minuciosa de personajes tanto ficticios como reales y esto lleva a un
enriquecimiento del libro, como destaca también la crítica de Berry: “mixing the non-fictional
back-story and setting with the fictional life of Sira makes for a deeper and more detailed
novel” (Berry, 2011).
3.4.3. Perspectiva: elección del período histórico
En este apartado estudiaremos la importancia de los acontecimientos históricos en las dos
novelas: ¿por qué las autoras han intercalado este período y desde qué perspectiva lo
presentaron? Además tocaremos algunos acontecimientos llamativos vinculados a esta época
a los que Dueñas y Navarro se refieren.
3.4.3.1. El tiempo entre costuras: la Guerra Civil vista desde África y la
Segunda Guerra Mundial en España
Como ya sabemos, aparecen dos guerras importantes de la historia reciente en la novela de
Dueñas, es decir la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial. Es llamativo que ninguna de
las dos es narrada desde la perspectiva esperada: la Guerra Civil es vista a través de
Marruecos en lugar de España y la vida de Sira durante la Guerra Mundial tiene lugar en la
Península Ibérica en vez de, por ejemplo, Alemania. Ahora bien, la respuesta más lógica a
nuestra pregunta no parece ser tan difícil de encontrar. Como hemos señalado antes (cf. supra,
3.3.), la elección del ambiente de Marruecos está claramente motivada por Dueñas. Con
respecto a la trama, quisiéramos repetir que es indudable que no podría haberse desarrollado
como hizo si la vida de Sira durante la Guerra Civil hubiera tenido lugar en Madrid y no en
Tetuán: Sira, viviendo en condiciones de guerra, nunca hubiera sido capaz de convertirse en
una modista de alta costura ni en una espía. Por lo tanto podemos considerar que la
perspectiva de Marruecos, aparte de los motivos personales de Dueñas, es utilizada por
Dueñas como un recurso obligado para que la trama pueda desarrollarse de manera deseada.
En cuanto a la perspectiva de la Guerra Mundial, referimos otra vez al papel de España en
este período (cf. 3.4.1.). El hecho de que el país fuera más neutral durante esta guerra, podría
ser la causa de la intensión de Dueñas de situar a una española en los acontecimientos de esta
época, o al revés: insertar la historia de la guerra en una novela española. Sin embargo, como
quisiéramos mencionar otra vez, es importante recordar que España sí tuvo cierta importancia
64
en el espionaje. De este modo surge otra posibilidad, es decir la intención de Dueñas para
presentar en su novela esta escena menos conocida de espionaje.
Pasamos a las alusiones a acontecimientos históricos, que son muchas en esta novela. Se
refiere a menudo a la situación política de aquel entonces, lo que ofrece una imagen más
verídica de la trama. No obstante, Dueñas destaca en una entrevista que la historia no puede
sobrepasar la ficción: “Mi intención ha sido que la historia no se coma la ficción” (Dueñas, en
una entrevista en Marruecos Digital, 2010). Quiso más bien obtener un equilibrio entre los
dos extremos: “Mi interés fue construir una historia interesante, mezcla de realidad y ficción,
con unos escenarios y momentos históricos muy especiales como trasfondo. De ella prefiero
destacar el equilibrio entre lo histórico y lo puramente ficcional” (Dueñas, citado por Javier
L.R., 2010).
Quisiéramos destacar dos ejemplos de hechos históricos concretos que aparecen a menudo en
la novela. El primero es la emigración de gente española a Marruecos durante la Guerra Civil.
En El tiempo entre costuras, el motivo de esta migración es simbolizado por Dolores. Sira se
entera de este procedimiento a través de unos vecinos que fueron capaces de traer sus
familiares desde la zona roja. Pregunta a Candelaria si sabe más sobre este asunto: “No he
podido enterarme bien de todos los detalles, pero parece que en España la cosa se mueve a
través de la Cruz Roja Internacional. Localizan a la gente en zona roja y, de alguna manera, la
consiguen trasladar hasta algún puerto de Levante, no me preguntes cómo porque no tengo ni
pajolera idea. Camuflados, en camiones, andando, sabe Dios” (Dueñas, 2009: 225). Sira
absolutamente quiere traer su madre a Tetuán, pero “antes de hablar con nadie, lo primero que
hay que hacer es tener disponible un buen montón de billetes” (Dueñas, 2009: 225). Como ya
sabemos, Marcus Logan consigue ayudarla realizar este deseo.
Otro asunto al que se refiere en la novela, es la importancia del wolframio durante la Guerra
Mundial. Es un material fundamental para templar el acero y a partir de la Segunda Guerra
Mundial ha sido uno de los productos más demandados. En el artículo de Caruana y Rockoff
(2001), nos enteramos de que el wolframio tuvo un valioso papel para la fabricación y el
comercio de armas. Al principio, la exportación del metal a Alemania vino sobre todo de
China, pero al comienzo de la guerra el wolframio ibérico se convirtió en un producto
deseado por los alemanes: “German demands for the Iberian wolfram escalated rapidly once
the war began. The British naval blockade made it difficult to bring in wolfram by the sea,
and an overland route to China, the major war supplier, was imposible after the attack on the
Soviet Union in June 1941” (Caruana & Rockoff, 2001: 10). Esta importancia del wolframio
65
en la Alemania de la Guerra Mundial también queda reflejada por Dueñas, en especial en el
episodio de la misión en Lisboa. Sira, espiando Manuel Da Silva, se entera de que es un
hombre poco fiable que quiere colaborar con los alemanes en relación al wolframio:
“Aunque no acababa de tener una idea completa de todo lo que allí se estaba
negociando, sí pude absorber una gran cantidad de datos sueltos. Galerías, espuertas y
camiones, perforaciones y vagonetas. Wolframio libre y wolframio controlado.
Wolframio de calidad, sin cuarzo ni piritas. Impuesto sobre exportaciones. Seiscientos
mil escudos por tonelada, tres mil toneladas por año. […] Y entonces, al fondo, en al
lado masculino del salón, estalló una gran carcajada colectiva. Después vinieron
choques de manos, abrazos y parabienes. El trato estaba cerrado.” (Dueñas, 2009: 567-
568)
En resumen, vemos que Dueñas incorpora a menudo datos históricos en la trama de su novela,
pero hay que destacar que todo se expresa a través de un relato ficticio. Nos hemos
circunscrito a estos dos ejemplos y ahora seguimos con el estudio de la perspectiva y el
tratamiento de la historia en Dime quién soy.
3.4.3.2. Dime quién soy: inserción de tres hitos en la historia del siglo
XX
Como ya hemos mencionado, Navarro escribe sobre un período histórico muy amplio: el
relato empieza antes de la Guerra Civil y sólo termina después de la caída del Muro de Berlín.
Así pues, vemos que el tiempo en el que desarrolla la trama es mucho más extenso que el de
El tiempo entre costuras. Se puede considerar que el lector, al leer la novela, recibe una
imagen amplia de esta época, pero esto no necesariamente conlleva un enriquecimiento del
libro. Al contrario, puesto que visita tantas ciudades y pasa por tantas desgracias en su vida a
causa de las guerras, la historia de Amelia pueda resultar un tanto excesiva. Es decir, en lugar
de delimitar el período histórico y el número de ciudades, Navarro parece extenderlos todo
cuanto puede. Aunque al final de la novela tenemos la impresión de haber reconstruido la vida
entera de la española, parece que la trama no siempre es verosímil, lo que sí sucede en la
novela de Dueñas. En la parte del espacio ya hablamos de la presentación paneuropeísta de
Amelia: no sólo es una española, sino que también tiene características alemanas, italianas,
inglesas, etc. Ahora bien, ¿por qué utiliza Dueñas una representación paneuropeísta y por qué
66
recurre a un período tan amplio? Respondiendo esta pregunta podemos encontrar otra
semejanza con Dueñas: Navarro también quiere dar más protagonismo a la España neutral en
la historia de la Guerra Mundial, mediante el enfoque de una protagonista española que espía
y sufre las crueldades de este período.
En cuanto a la época de la Guerra Fría, observamos la misma tendencia: parece que Navarro
quiere insertar a España en un episodio de la historia mundial en el que este país no tuvo tanta
importancia. Es llamativo que la perspectiva de la Guerra Civil difiera del punto de vista
lógico de España, igual que en El tiempo entre costuras: Amelia está en el extranjero en lugar
de en España durante este período de horror. Sin embargo, en el caso de la Guerra Mundial y
la Guerra Fría, sí vemos que tienen presencia en el ambiente esperado: Amelia pasa gran parte
de la Guerra Mundial en una prisión o en un campo de concentración y durante la Guerra Fría
se encuentra en Berlín. Así pues, vemos que existe una semejanza entre ambas novelas en
cuanto a este aspecto, pero conviene destacar que también hay algunos matices.
Igual que en El tiempo entre costuras, en Dime quién soy aparecen referencias a las
situaciones políticas de aquel entonces, así como unos acontecimientos históricos conocidos.
En lo que sigue comentaremos brevemente algunos ejemplos de estas alusiones. No obstante,
por falta de espacio no somos capaces de discutir todas las referencias que ocurren en el libro.
Naturalmente destaca la caída del Muro, que tiene lugar al final de la novela: “No podíamos
creer lo que estábamos viendo. Eran miles de personas acercándose al Muro, muchos llevaban
en las manos picos, martillos y cinceles, y comenzaban a golpearlo con fuerza ante la mirada
de los soldados” (Navarro, 2010: 1085). Asimismo aparecen alusiones a operaciones
específicas en la Guerra Mundial y, siendo espía, Amelia se entera de información valiosa en
cuanto a estas acciones. La primera operación llamativa es el Plan Madagascar, una idea de
los nazis para enviar a todos los judíos a la isla14
:
“[...] ese plan descabellado para deportar a los judíos fuera de Europa. [...] En realidad
quieren convertir aquella isla en una gran prisión. Mi amigo cree que el plan es
descabellado pero me asegura que Hitler en persona ha dado su bendición y ha
conminado para resolver cuanto antes los problemas logísticos de la operación.”
(Navarro, 2010:544)
14
Finalmente, el plan nunca ha sido llevado a cabo efectivamente.
67
Otra alusión a un hecho importante de la Guerra Mundial es la Batalla de Grecia (la invasión
de Grecia por las fuerzas del Eje), de la que sólo se menciona el inicio en la novela, o sea la
invasión italiana: “[...] Guido, a preguntas de sus amigos, hizo una revelación que puso alerta
a Amelia. – El Duce ha dicho a su yerno, nuestro querido Galeazzo, que está pensando a dar
una buena lección a Grecia. Pero caballeros, les pido discreción. Nuestro Duce pretende
sorprender a Hitler” (Navarro, 2010: 595).
Incluso el trágico episodio en el que Amelia participa en el bombardeo del convoy alemán,
donde se encuentra también Max, es una alusión a un acontecimiento histórico. En esta
operación, Amelia es encargada de conducir un camión de explosivos, para impedir que los
alemanes lleguen a Yugoslavia, donde planean una invasión: “Necesitamos armas para la
Resistencia. Dentro de unos días saldrá hacia el norte un convoy alemán con tanques y armas
pesadas, van a reforzar la frontera de Yugoslavia con Italia. Nosotros haremos que no lleguen
a su destino” (Navarro, 2010:885).
En resumen, aparecen varias alusiones a acontecimientos reales que aumentan el grado de
verosimilitud de la novela. Sin embargo, igual que en El tiempo entre costuras, es importante
saber que los hechos históricos nunca se sobreponen a la ficción.
Concluyendo esta parte, quisiéramos constatar dos observaciones importantes. En primer
lugar, hemos visto que ambas autoras han intentado dar un papel más relevante a España
dentro de la historia europea del siglo pasado, mediante la inserción de sus protagonistas
típicamente españolas en escenarios no hispánicos. Sin embargo, hay unas diferencias de
matices, dado que Navarro intenta ser aún más paneuropeísta que Dueñas, quien se limita a
Marruecos y la Península Ibérica.
En segundo lugar, es importante saber que el grado de veracidad en El tiempo entre costuras
es mayor que en Dime quién soy. Esto no sólo se debe a la aparición de personajes históricos,
como hemos visto en este capítulo, sino que también se debe a la bibliografía que introduce
Dueñas al final del libro. Contiene todas las fuentes utilizadas por la autora para documentar
su novela, lo que aumenta la fidelidad de los datos históricos contenidos en el libro.
68
3.5. Estrategias narrativas
En el último capítulo de nuestro estudio comentaremos las estrategias narrativas utilizadas por
ambas autoras, para ver cómo difieren y en qué medida sostienen la trama. Analizaremos los
aspectos peculiares en cada novela, empezando con la estructura, el tiempo narrativo y la
focalización en El tiempo entre costuras.
3.5.1. La estructura, el tiempo narrativo y el uso de una yo-protagonista en
El tiempo entre costuras
En cuanto a la estructura de la novela, vemos que Dueñas ha dividido la trama en cuatro
partes, cada una respondiendo a una etapa de la vida de Sira: la primera parte se centra en
juventud en Madrid y sus primeros meses en Marruecos, la segunda narra su nueva vida en
Tetuán hasta la llegada de su madre, la tercera gira en torno a sus primeras experiencias como
espía y termina con el reencuentro con Ignacio, y la última parte incluye el reencuentro con su
padre, la misión en Lisboa y el desenlace de la novela. Así pues, vemos que empieza una
nueva parte cada vez que tiene lugar un momento clave dentro de la vida de Sira. Al final del
libro encontramos una nota de la autora, en la que Dueñas ofrece sus palabras de
agradecimiento y además da una explicación de las fuentes utilizadas. Como ya hemos
señalado, incluye una bibliografía al final del libro, lo que añade un mayor grado de veracidad
a la novela.
En lo que se refiere al aspecto temporal de la novela, observamos que en general la trama se
desarrolla de manera cronológica. No obstante, notamos que la perspectiva de la protagonista
muestra una temporalización retrospectiva: narra su vida desde el presente contemplando el
pasado. Esta tendencia vemos reflejado claramente al inicio y al final de la novela:
“Visto desde hoy, desde el parapeto de los años transcurridos, cuesta creer que un
simple objeto mecánico pudiera tener el potencial suficiente como para quebrar el
rumbo de una vida y dinamitar en cuatro días todos los planes trazados para
sostenerla.” (Dueñas, 2009: 3)
69
“Esta fue mi historia o al menos así la recuerdo, barnizada tal vez con la pátina que las
décadas y la nostalgia dan a las cosas.” (Dueñas, 2009: 607)
Leyendo estos fragmentos, queda claro que la protagonista quiere destacar el hecho de que su
historia pueda ser deformada a causa de sus propios sentimientos y, sobre todo, a causa de los
años interpuestos. En otras palabras, se señala que su historia no ha sido completamente
objetiva. Sin embargo, no debemos olvidar que la misma Sira es un personaje ficticio, como
nos muestra el último párrafo del libro: “En cuanto a Marcus y a mí, y los demás cercanos a
nosotros, nuestra historia no quedó recogida en ningún sitio” (Dueñas, 2009:608). Como
consecuencia no hace falta que ella cuenta la verdad, puesto que su propia existencia es
basada en la ficción. En este sentido, se opone a los personajes históricos, cuyos rastros “se
encuentra[n] en los libros de historia, los archivos y las hemerotecas” (Dueñas, 2009: 607).
Con respecto a la focalización de la novela, notamos que toda la historia es narrada a través de
los ojos de la propia protagonista. En otras palabras, Dueñas utiliza una yo-protagonista para
dar voz a su novela, como afirma en una entrevista: “Me parecieron unos personajes
fascinantes [Beigbeder y Powell Fox] y decidí escribir sobre ellos, aunque preferí no hacerlo
con una voz omnisciente, sino a través de los ojos de Sira” (Dueñas en una entrevista de
Carga de libros, 2010).
Esta estrategia podría mostrar un vínculo con nuestras observaciones anteriores en cuanto a la
veracidad: la narración desde el punto de vista de la propia protagonista ofrece al lector una
impresión de proximidad a los hechos narrados, por lo que aumenta la credibilidad de la
historia. Aunque la protagonista sea ficticia y aunque reconoce que su historia pueda ser
pintada, el uso de la primera persona, en lugar del uso de la tercera, da una imagen más
fidedigna de lo narrado. Esta es una diferencia con Dime quién soy, como veremos más en
detalle en el siguiente apartado: Dueñas concibe su novela como si fuera una autobiografía, es
decir, Sira es la portavoz del libro narrando su propia vida. En Dime quién soy al contrario, se
tiene más bien la impresión de que se lea una biografía (cf. infra). Sin embargo, conviene
destacar que sólo es una impresión, siempre hay que tener en cuenta que se trata de obras de,
casi, pura ficción.
Otra estrategia que encontramos en El tiempo entre costuras es el uso de un final abierto. El
relato termina con el desenlace en el cual Sira organiza una reunión con unas personas
importantes en su vida, como su padre, Hillgarth y Marcus. Aclara cómo es la relación con
cada uno de ellos, puesto que hubo confusión. Al final, como ya sabemos, empieza una
70
relación con Marcus, pero no sabemos exactamente lo que pasa después. En el caso de Dime
quién soy, al contrario, la historia de Amelia sí se ha acabado completamente al final de la
novela.
A modo de conclusión, quisiéramos mencionar que el lenguaje en El tiempo entre costuras no
es muy complicado, pero en comparación con Dime quién soy, sí es más literario.
3.5.2. Narración marco y pluralidad de perspectivas en Dime quién soy
Navarro utiliza la narración marco, una estrategia narrativa peculiar que hace que Dime quién
soy difiere de la novela de Dueñas. En el nivel más alto, la historia propiamente dicha,
encontramos la investigación de Guillermo. Como ya sabemos, durante la búsqueda de la
identidad de su bisabuela, habla con muchas personas, cuyos relatos se encuentran al segundo
nivel de la novela. Estas narraciones muchas veces no tienen nada en común a pesar de la
persona de Amelia, así que este nivel contiene la historia de nuestra protagonista. En cuanto a
la estructura vemos que los dos niveles se alternan de manera libre. La novela está dividida en
cinco partes, cada una llevando el nombre de uno de los hombres importantes en la novela. La
primera parte lleva el título ‘Guillermo’: contiene la presentación del personaje de Guillermo
y el inicio de su investigación. Las demás partes son tituladas ‘Santiago’, ‘Pierre’, ‘Albert’,
‘Max’ y finalmente ‘Friedrich’. Como ya hemos dicho (cf supra, 3.2.1.3.), cada uno de estos
hombres simboliza un período en la vida de Amelia así como en la historia europea. Como
consecuencia advertimos el uso de una estructura lineal de la historia de Amelia, contada
desde una perspectiva retrospectiva, es decir, la perspectiva desde el nivel de Guillermo.
Sería lógico suponer que cada parte representa la visión del hombre de quien se trata, no
obstante, siempre hay otros personajes que tienen la palabra. Esta observación nos permite
comentar otra estrategia, es decir la focalización particular en Dime quién soy. Antes que
nada, cabe destacar que casi nunca percibimos el punto de vista de la propia protagonista, lo
que es una gran diferencia con Sira en El tiempo entre costuras. Esta última sí narra su propia
vida, mientras que la vida de Amelia no es narrada desde su propia perspectiva, sino por otros.
En este sentido, es importante saber que en el caso de Sira sólo oímos una voz, o una
focalización, mientras que en Dime quién soy encontramos una pluralidad de perspectivas. En
el nivel de la investigación de Guillermo es el periodista el narrador, mientras que en el nivel
de la historia de Amelia hay un mayor número de narradores: Edurne, Lola, Pablo Soler, etc.
Esta pluralidad contribuye a una novela diversa, pero a la vez también más confusa, puesto
71
que en ocasiones no se sabe quién está hablando. Además, con cierta frecuencia, el punto de
vista de la persona que tiene la palabra se pierde y es constituido por un narrador más bien
omnisciente, incluyendo, entre otros, los sentimientos de la propia Amelia: “Amelia rompió a
llorar. De repente se daba cuenta de las consecuencias que había desencadenado su fuga. No
había querido pensar en lo que dejaba atrás, prefería pensar que todo seguiría igual, que nada
cambiaría” (Navarro, 2010:195). En otras palabras, los puntos de vista no siempre son
consecuentes a lo largo de la novela.
Ahora bien, ¿por qué Navarro utiliza esta pluralidad de voces en su novela? Podríamos
considerar que esta estrategia contribuye a la pluralidad en la novela en general, lo que hemos
designado anteriormente como paneuropeísmo. Esto es reflejado también en la focalización,
dado que Navarro recurre a varios narradores con diferentes entornos para narrar la vida de la
polifacética Amelia. En este sentido, se puede considerar la historia de Amelia como un relato
biográfico, ya que otras personas reconstruyen su vida. Sin embargo, queda vigente la
observación que ya hemos mencionado en el apartado anterior: esta novela sin duda es una
obra ficticia, aunque el lector a veces tiene la impresión que Navarro lo presenta como una
biografía.
Para concluir, quisiéramos mencionar que el lenguaje en Dime quién soy no es muy literario y
por lo tanto es más accesible para el gran público. Sin embargo, esto también puede dar pie a
críticas más negativas que ponen en duda la calidad literaria de la novela, como muestra la
cita siguiente del crítico Aranzueque Arrieta:
“El libro carece de interés literario y los diálogos o relatos orales son poco
convincentes. La construcción narrativa es muy básica y sin ambiciones literarias (un
amante por período) y cuando leemos el libro tenemos la impresión de seguir el plano
de escritura de Julia Navarro: 1a-Amelia adolescente; 1b-Amelia y Santiago; etc.”
(Aranzueque Arrieta, 2010)
En conclusión, las estrategias narrativas muestran dos diferencias en cuanto al tratamiento del
narrador. En primer lugar, hemos constatado que El tiempo entre costuras es narrado
mediante la perspectiva de la protagonista misma, mientras que en Dime quién soy la
perspectiva es la de otros. En segundo lugar, hemos detectado que Sira es la única portavoz en
la trama, mientras que en la novela de Navarro encontramos una pluralidad de narradores.
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Con respecto al aspecto temporal en los libros, destaca que ambos son narrados desde una
perspectiva retrospectiva.
73
4. Conclusión
En este trabajo hemos contribuido al estudio de dos novelas de la literatura española
contemporánea, El tiempo entre costuras y Dime quién soy. A primera vista, son obras muy
parecidas y mediante nuestro análisis comparativo hemos investigado, en mayor profundidad,
aspectos como sus semejanzas y sus diferencias. Además, hemos analizado otros elementos
fundamentales, tales como los personajes, el espacio, la relación entre la trama y la historia y
finalmente las estrategias narrativas. Ahora somos capaces de emitir nuestras conclusiones en
cuanto a la relación y la valoración de ambas novelas. Ambas muestran bastantes semejanzas
al nivel de la trama, sobre todo con respecto a los personajes, en particular las protagonistas.
Sira y Amelia son mujeres valientes, espían para los británicos y tienen un lazo íntimo con su
familia. No obstante, también hubo muchas diferencias, como su origen, su grado de
independencia y las situaciones peligrosas en las que estaban inmersas. Estas observaciones
nos llevan a afirmar que las dos mujeres son parecidas, pero en el fondo sus caracteres son
bastante diferentes. Esto se debe probablemente a su origen diferente, como hemos afirmado
en nuestro estudio. Además, hemos visto que el retrato de ambas protagonistas difiere entre
ellas: Sira es retratada de una manera más verosímil, mientras que Amelia, a menudo, pareció
a una mujer muy excepcional, lo que disminuyó la calidad verídica de la novela. En cuanto a
los personajes secundarios, se muestran semejanzas significativas entre ambas novelas, en
particular los personajes de Ramiro y Pierre, Candelaria y Carla Alessandrini, y también
Rosalinda y Carla Alessandrini. Sin embargo, como hemos destacado, es importante tener en
cuenta que esas semejanzas sólo se encuentran en la relación entre estos personajes y las
protagonistas. Otra observación importante en cuanto a los personajes, es que Dueñas realizó
de manera minuciosa una combinación entre personajes ficticios e históricos. Este recurso,
comparado con los personajes en la novela de Navarro, es un punto a favor de El tiempo entre
costuras.
A primera vista, las novelas no mostraron ninguna semejanza en cuanto al aspecto del
espacio: el escenario específico de Marruecos en El tiempo entre costuras nos pareció
completamente diferente del paneuropeísmo utilizado por Navarro en Dime quién soy. Sin
embargo, al investigarlo más detalladamente, pudimos apreciar que el uso de esos lugares
tuvo unos efectos similares. Así, la vida en el extranjero les sirvió a las protagonistas como un
refugio adecuado para la Guerra Civil: tanto Tetuán como Buenos Aires dieron a Sira y a
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Amelia la oportunidad de desarrollarse más, lo que España no les pudo ofrecer en ese período.
Además, los escenarios en ambas novelas reflejaron muy bien el ambiente cosmopolita en el
que se encontraron las protagonistas. Cabe mencionar que también con respecto al uso de los
escenarios, la novela de Navarro nos pareció menos verosímil: la cantidad de lugares
contribuyó, a veces, a la disminución de la calidad de la novela.
En cuanto a la relación entre la trama y la historia, podíamos encontrar unas observaciones
significativas. Como ya sabíamos al iniciar la lectura, Dime quién soy abarca un período más
amplio que El tiempo entre costuras, lo que ofrece una imagen total pero a la vez excesiva a
la novela. Es llamativo que Navarro introdujera una protagonista española, sea con un carácter
paneuropeísta, en un período de la historia en la que España tuvo una importancia menos
destacada. Esta observación nos llevó a suponer que la autora quiso incluir a su país en la
historia de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. En el caso de Dueñas, podríamos
aplicar la misma interpretación, puesto que también narra de la Guerra Mundial, pero la idea
no es tan acuciante como en Dime quién soy. Además, hemos visto que ambas autoras
utilizaron un escenario menos conocido en sus novelas, es decir el Madrid como nido de
espías durante la Segunda Guerra Mundial. El hecho de que lo hayan utilizado en sus tramas
lleva a un enriquecimiento del contenido, puesto que se trata de un escenario poco frecuente
en la literatura española. Con respecto a la Guerra Civil, es llamativo que este período no
fuera reflejado de manera directa, no obstante, podemos concluir que sí tuvo una gran
importancia dentro de los relatos.
En cuanto a las estrategias narrativas que utilizaron las autoras, podemos concluir que las
novelas no pertenecen a un alto nivel literario, pero esto es compensado por la riqueza de las
tramas originales. Conviene resaltar que, en general, hemos observado que Dueñas sí emplea
un lenguaje más refinado que Navarro.
En resumen, podemos asumir que ambas novelas tienen sus propias calidades. En cuanto a la
calidad literaria y la veracidad, concluimos que El tiempo entre costuras tiene más puntos a
favor. En el caso de Dime quién soy al contrario, a veces se tiene la impresión que Navarro ha
creado una novela demasiado extensa, tanto en el espacio como en la elección de períodos
históricos. Por otra parte, la Guerra Fría es una época menos utilizada en la literatura
española, así que la elaboración de ese período por Navarro fue una idea original.
A pesar de que las novelas no pertenecen al nivel de literatura elevada, sí podíamos encontrar
mucha información histórica sobre el convulso siglo XX. No obstante, conviene mencionar
que ambas autoras nunca han dado la impresión de que la historia podía predominar a la
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ficción. En este estudio, sólo nos hemos centrado en un número restringido de esas alusiones
históricas, aunque conviene destacar que hay mucha información digna de ser estudiada. Sirva
como ejemplo los diferentes servicios secretos que aparecen en las novelas, sería interesante
investigar cómo son representados en la literatura.
Otro aspecto fundamental presente en las novelas, pero no tan elaborado en nuestro trabajo, es
la importancia de la mujer: en ambos libros, hemos encontrado protagonistas femeninas en un
mundo típicamente masculino y además aparecen otras mujeres con un papel importante
dentro de la trama. El hecho de que Dueñas y Navarro escogieran dos espías femeninas para
protagonizar sus novelas sigue siendo un dato muy llamativo. Por lo tanto, una pregunta
interesante sería: ¿por qué este tema de espionaje, y sobre todo la aparición de protagonistas
femeninas ha sido tan exitoso en la literatura española contemporánea? ¿Este éxito se limita a
nuestras novelas estudiadas o seguirán otras novelas con un tema parecido, dado que el interés
en la novela del espionaje es incesante? Esta es una pregunta difícil de contestar, pero sí
merece la pena ser estudiado.
De todas maneras, mediante nuestro estudio hemos intentado mostrar que dos best-sellers son
dignos de ser estudiados en mayor profundidad. Hemos encontrado observaciones interesantes
no sólo en cuanto a las tramas similares, sino que también con respecto a la manera de reflejar
un período histórico en la literatura, incluyendo unos escenarios poco conocidos. A fin de
cuentas, podemos asumir que las obras de Dueñas y Navarro son novelas históricas, políticas,
de aventuras y de espionaje, pero por encima de todo, son novelas de superación personal y
es sin dudar esta combinación la que causó el gran éxito de ambos libros.
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