Post on 24-May-2015
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El Rol del Director: Marcando Objetivos
Ismael M. Burone
Miguel Navarro destaca la importancia que tiene el planteo de objetivos. Saber
hacia dónde vamos, tener nuestra “hoja de ruta” debe ser prioridad cuando nos
encontramos frente a la dirección de un centro. El planteo de objetivos claros
es un paso de los muchos que se necesitan para llegar a la eficacia escolar.
Cuando sea plantean los objetivos para nuestro centro estos deben ser
seleccionados después de una correcta planificación y reflexión. En ningún
momento se dijo que es una tarea fácil, al contrario. Los objetivos deben ser
realistas. Esto responde a plantearse objetivos claros. Al estar a cargo de una
dirección debemos saber de primera mano cuales son las realidades del
centro, luego, tenemos que analizar las necesidades, hacia donde queremos
llegar. Una vez que tenemos esos puntos claros, comenzamos a marcar
nuestro camino. Suele pasar, que a veces nos dejamos influir por las
tendencias del entorno. Hoy en día se pueden ver varios centros educativos
(excluyendo a los públicos que ya tienen el Plan Ceibal), que incorporan a las
TIC´s en sus procesos de enseñanza-aprendizaje. Algunos lo hacen bien, otros
invierten en tecnología, cuando la realidad del centro es atender otras
necesidades. En conclusión, no hay que dejarse seducir por las tendencias del
momento. Si son acordes a nuestros objetivos, y nos podemos aggiornar, bien,
en el caso contrario, no hay que hacerlo.
Los objetivos deben ser coherentes con el ideario. Entiendo que este punto en
particular debe ir orientado a aquellas instituciones privadas, en donde cada
una tiene un ideario que la identifica. Ya en el las instituciones públicas se
podría decir que el ideario es común a todas. Por ejemplo, si un centro
educativo se caracterizó en toda su trayectoria a inculcar los valores cristianos,
a través de sus clases de catequesis, y de un día para otro se la saca de su
currícula, el centro le está dando la espalda a su ideario. El centro no puede ser
un camaleón que se va adaptando a las tendencias del momento. Si se tiene
que renovar lo tiene que hacer a partir de sus ideales. La piedra fundamental
es la que nunca se debe mover.
Esto va a traer como consecuencia que los docentes se sientan desorientados.
Un año el centro va para una dirección, al otro año, cambia.
A la hora de plantearnos los objetivos de nuestro
centro, estos tienen que ser pocos. Hay que
crear, lo que llamo, un efecto “dominó”. Un
objetivo debe llevar al otro. Pero es importante
recalcar el plantearse objetivos realistas y que se
adapten al contexto, y sobre todo de que se
puedan evaluar. Cada director puede tomar
intervalos de tiempo diferente para poder
evaluarlos, cada dos meses, semestral, etc. Una vez que tengamos los
resultados, nos van a servir para ver si tenemos que hacer correcciones o no.
Deben ser compartidos. Es decir, debemos buscar la forma de que todos los
integrantes del centro educativo sean partícipes de los objetivos. Cada uno a
su nivel y dependiendo de la función que cumpla, debe de aportar su granito de
arena. Es responsabilidad del director el hacer saber esto. En mi punto de
vista, es recomendable que una vez que los objetivos son planteados,
comunicárselos a todos los integrantes del centro y hacerles saber de qué su
aporte y compromiso diario va a hacer que esos objetivos se cumplan.
Otro punto a considerar es ver con qué recursos contamos para poder llevar a
cabo estos objetivos. Por ejemplo, si decidimos integrar las TIC´s a las aulas,
quizá sea fácil redactar los objetivos, pero tenemos que tener en cuenta todo lo
que eso acarrea. Desde lo tecnológico, como el tener buenos equipos
informáticos, un buen ancho de banda, hasta personal idóneo, que pueda
capacitar a los profesores, etc.
Esto puede ser un gran error que se comete, el lanzarse a un objetivo sin tener
el respaldo suficiente. Después comienzan a surgir los problemas y el objetivo
no se termina cumpliendo. Lo peor, es que no solo va a fracasar el objetivo sino
que como consecuencia de esto va a crear un desgaste en toda la institución,
desde los directores a los docentes, y hasta los alumnos. ¿Por qué afirmo
esto?, porque cuando un objetivo no está saliendo porque nos damos cuenta
de que los recursos están fallando comenzamos a “apagar incendios” y
llevamos el objetivo como podemos. Pero esa no es la solución. De eso se
trata la gestión, de ver que es lo que tenemos y cuál es el mejor provecho que
le podemos sacar.
Para finalizar es importante, tal como lo expresé anteriormente, el poder
evaluar los objetivos. Y es interesante que al evaluarlos los resultados sean
compartidos con todos los que están involucrados en el mismo. El director debe
asumir la responsabilidad de compartirlos aunque sean resultados negativos.
Con esconder resultados no ganamos nada. Debemos ver en que estamos
fallando y a partir de eso reorientar nuestro camino.