Post on 08-Apr-2016
Estructura comunicativa de los seres humanos
Edward Stivent Roa Ballesteros
Corporación Universitaria Escuela de Artes y Letras
Técnico Profesional en Diseño Gráfico
Bogotá – Colombia
2014
Estructura comunicativa de los seres humanos
Edward Stivent Roa Ballesteros
Historia del diseño y la publicidad
Claudia Marcela Molina
Corporación Universitaria Escuela de Artes y Letras
Técnico Profesional en Diseño Gráfico
Bogotá – Colombia
2014
Estructura comunicativa de los seres humanos
La evolución del hombre nos ha permitido establecer elementos y situaciones en las que con
el paso del tiempo hemos podido segmentar y esclarecer cada una de las etapas que conciernen a
este proceso evolutivo. La aparición de elementos propios de la naturaleza y la interpretación que
el hombre les fue dando, hacen parte de una primera etapa de interacción de la raza humana con
su entorno, lo cual le permitió generar signos y canales de comunicación que poco a poco fueron
evolucionando permitiéndole al hombre desarrollar un lenguaje y medios de comunicación
diferentes a los de otras especies animales.
El lenguaje no verbal es la primera manifestación de este desarrollo a nivel comunicativo del
hombre, al no existir una estructura gramatical o fonética que permitiera un único uso de
lenguaje entre todas las especies el ser humano interactuaba con su entorno a partir de
movimientos o gestos, que desde una perspectiva psicológica, le permitían al hombre transmitir
lo que sentía o la necesidad que apremiaba. Pero ¿Cómo surge esta necesidad de comunicar? ¿A
partir de que momentos o hechos el ser humano siente ese impulso o iniciativa de darlo a
conocer?
A partir de los elementos gráficos e ideas principales de la filmografía vista (10.000 ac – la
guerra del fuego – Rapa Nui), varios son los elementos que encontramos y que nos permiten
establecer una estructura comunicativa en los seres humanos, partiendo del desarrollo de la
comunicación no verbal.
La estructura de la comunicación del ser humano parte de su correlación con el otro y de la
interacción con su medio (naturaleza), la cual se complementa con la interpretación que el
hombre haga de esa relación que entabla con el otro, a partir de estos elementos surgen unos
canales de comunicación que le permiten al hombre posicionar su raza y a la vez generar campos
de acción para suplir sus necesidades. Dentro de estos canales de comunicación que el hombre ha
establecido, se pueden diferenciar dos tipos de comunicación, la verbal y la no verbal. Esta
última se define como un “lenguaje complementario al de las palabras que se forman a partir de
los gestos, las posturas, miradas que utilizamos consciente o inconscientemente, para expresar
estados de ánimo o sentimientos de manera habitual” (Capítulo 4 la comunicación no verbal,
mcgrawhill, pag. 72). Esta definición nos permite determinar que la comunicación no solo es un
acto de tipo externo, sino que también es un proceso de carácter interno que define la
personalidad de quien la desarrolla y a su vez connota el principio de muchas de sus necesidades
que luego se hacen visibles en una comunicación externa.
A partir de esto varios son los elementos que encontramos en Rapa Nui, 10.000 ac y la Guerra
del Fuego, que nos permitirán definir y estructurar el lenguaje humano a partir de su
comunicación no verbal, apoyados en la época y contexto en el que se desarrollaron.
En la Guerra del Fuego la necesidad de la especie se desarrolla a partir del posicionamiento y
consecución de recursos para su sobrevivencia. El fuego surge como una nueva herramienta y
elemento significativo que con el tiempo fue interpretado como una deidad y que fue clave en el
proceso de comunicación de la misma especie. Su preservación y consecución condujo al avance
de dos momentos importantes en el desarrollo comunicativo, el primero corresponde a un
proceso onomatopéyico, entendido como una imitación lingüística o representación de un sonido
natural o de otro fenómeno acústico no discursivo, el cual está enmarcado por formas gestuales,
gemidos, gritos y gruñidos. El segundo hace parte ya de un proceso de comunicación verbal, el
cual no nos compete por ahora.
La guerra por el fuego, la preservación de la especie, la lucha entre tribus y el sobrevivir a
grandes cambios climáticos, le permitió a esta primera especie humana generar un proceso de
comunicación con una estructura particular, partiendo de las necesidades mencionadas
anteriormente; el receptor manifestado en los demás miembros de la tribu y la interacción con
otras tribus y el mensaje que se refleja en la autoridad y el deseo de poder. Este último refleja la
comunicación interna del sujeto, donde es capaz de reflejar sus sentimientos y emociones.
En la película de Rapa Nui surgen nuevos elementos que connotan otra serie de escenas que
nos permiten complementar el desarrollo estructural de la comunicación del ser humano. La
esclavitud, la lucha de entre tribus, la adoración a un dios y el amor, son nuevos elementos que
se relacionados entre sí le han permitido a la raza humana generar unos nuevos signos de
comunicación no verbal a partir de cada una de sus vivencias.
El poder por el fuego quedó a un lado, ahora la lucha está por el honor y la permanencia de las
tribus que dominan grandes poblaciones, generando esclavitud y opresión ante el más débil, que
emocionalmente se siente afectado y sufre el no poder hacer parte de la tribu predominante, pero
a su vez siente rabia debido al mal trato que reciben de los otros. Todo esto lleva al hombre a
ubicarse desde dos puntos de vista totalmente distintos.
El primero de ellos es el que hace parte de la tribu que predomina, sus intereses están puestos
en su relación con los dioses y el deseo de agradarlos a partir de esculturas y ritos. El segundo
grupo hace parte de quienes son esclavizados y a quienes les resulta difícil creer la existencia de
un dios, debido a su condición. De esta manera existe un punto medio entre estos dos grupos, el
primero está condicionado por la relación sentimental que existe entre el hombre de la tribu que
domina y la mujer que sufre la esclavitud, que para los demás es una relación que no es
permitida y que va en contra de sus principios; el segundo corresponde al rompimiento de una
amistad y la lucha por una sola mujer.
Varios signos comunicativos enmarcan estos sucesos, pero quisiera hacer mención a la
relación y comunicación que se genera con la naturaleza, la importancia de las 6 lunas, el barco
blanco y las esculturas, reflejan un tipo de comunicación externa e interna a la vez, ya que le
permiten al hombre un proceso de trascendencia y de ubicación espacio temporal para que
asimile su diario vivir con fenómenos propios de la naturaleza, que permiten el esquema de un
estilo de vida y de un orden jerárquico en cada una de las tribus.
El segundo signo que me parece relevante es la relación que anualmente posee en la
competición por el huevo del ave, carrera que lleva a los más valientes a una preparación física y
psicológica, ya que el premio será el poder, el liderazgo en la tribu superior. El hombre
encargado no solo dispondrá de una comunicación externa a partir de su preparación física, sino
que existe un gran campo en la comunicación interna, su disposición y estado de ánimo. No solo
la fuerza hace al guerrero, su sintonía y su estado de ánimo son fundamentales, porque una sana
relación entre si le permite generar seguridad y confianza. O sino traigamos a la mente la última
parte de la carrera, quien iba liderándola solo pensaba en ganar y obtener el premio, la mujer y el
poder, pero el ir de primeras no fue suficiente, ya que un factor externo le impidió llegar al final,
el que venía de segundo tenía un factor positivo a favor, aunque su afán era ganar siempre
conservo la calma consigo mismo y viendo al debilidad del otro pudo lograr lo que anhelaba, su
mujer.
Rapa Nui desarrolla una estructura de comunicación no verbal a partir de su relación con su
entorno y con el deseo personal de cada uno de sus personajes. Cada quien vive su historia y
posee deseos totalmente distintos, algunos logran una sana relación entre sí, otros solo logran
factores externos y la clave de la comunicación está en saber compensar lo externo con lo
interno, lo verbal con lo no verbal.
10.000 ac, establece unos criterios de comunicación a partir de su interacción con su entorno,
la naturaleza es el principal escenario donde el hombre lucha por su sobrevivencia y la de los
suyos, así mismo la caza del gran mamut se convierte en el mayor de los signos de comunicación
ya que la consecución de éste da el liderazgo de la tribu y el reconocimiento como al gran
cazador. Que desde una perspectiva no verbal refleja la satisfacción del poder y la lucha por el
mismo. De igual forma, es importante resaltar el papel que juega la visionaria o la anciana de la
tribu que mediante sus sueños y profecías refleja un tipo de comunicación no verbal y que es de
mucha importancia para los suyos, ya que su organización depende del resultado de dichas
profecías. El sufrimiento encarnado en ella a raíz de las vivencias de los suyos mediante las
travesías nos permiten determinar esa correlación entre sujeto y deidad, que sin establecer una
relación verbal, desarrolla un tipo de comunicación prioritario que se fundamenta en la vivencia
de los suyos.
Los signos se complementan con el recorrido de cada uno de los escenarios, el primero de
ellos es la llegada de aquella joven de ojos claros, que con su mirada transmite una nueva
generación, un nuevo mensaje y el cumplimiento de una profecía. A partir de ella la historia da
un vuelco total, ya que todo, trascurre en torno a ella. La salida de los cazadores manifiesta un
desprendimiento de los suyos y el deseo de alcanzar un tesoro valioso.
La guerra, la alianza y el descubrimiento de nuevas culturas y nuevos desafíos, nos permite
generar unos nuevos signos de comunicación, ya que a partir de cada uno de estos momentos el
hombre toma confianza de sí, es consciente de lo que quiere, de lo que desea, por eso la travesía
se interpreta como ese proceso interno de arraigo hacia sus deseos y lucha por los mismos. El
culmen de esta comunicación interna que vive el hombre, no se da en el haber encontrado a la
joven de los ojos claros, sino el vencimiento de sus temores y de sus luchas internas que no lo
dejaban alcanzar la tranquilidad. Liberar ese miedo se manifiesta en el encuentro que posee con
el tigre colmillos de sable, animal que para la época era considerado una deidad, el poder, el más
grande de los desafíos, que estaba inscrito en las profecías de muchas culturas. De ahí que el
vencer este miedo, le da la oportunidad al hombre de liberarse, de transmitir una comunicación
totalmente nueva a su ser y generar nuevas estrategias, partiendo desde la confianza en sí y el
trabajo en común, que sin importar las distancias lucha por sí mismo, por sus máximos deseos.
No se puede entender la comunicación si no existe una necesidad de por medio, el hombre
vive la lucha exterior ante grandes desafíos, su logro se manifestará en adquirir el poder y el
reconocimiento de los suyos; pero el proceso que vive desde su interior, lo lleva a vivir luchas
aun un poco más densas, donde el resultado no es el poder pero si la fluidez de su estado de
ánimo.
Sabemos que el hombre está en proceso de evolución y para muchos hablar de comunicación
no verbal es cuento del pasado, porque creemos que ya sabemos comunicarnos verbalmente,
pero con los avances de la tecnología hoy hemos perdido espacio y terreno en la comunicación
personal, creemos que con poner un estado o un hashtag estamos siendo activos verbalmente,
pero la realidad es otra, cada vez el lenguaje y la comunicación se van perdiendo entre pantallas
táctiles y computadores barrio.
La comunicación no verbal debe seguir siendo la primera en todo, ya que a partir de ella,
somos capaces de darnos a conocer, manejamos nuestra parte interna y es esta comunicación la
que nos permite reflejar quienes somos y que anhelamos. Por eso, no podemos desconectarnos
ante un mundo sofisticado, al contrario, debemos hacer uso de lo que los avances nos ofrecen y
complementar nuestra condición humana, de tal manera que seamos capaces de saber comunicar
y saber reconocer lo que el otro me dice a través de sus gestos.