Post on 22-Jul-2016
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El Estado del Arte*de la RS&S** en
El Sector Agronegocios, Forestales y
Construcción (*) Su origen se le atribuye a Aristóteles en su primer libro de Metafísica. Hace referencia al nivel más alto de
desarrollo conseguido en un momento determinado sobre cualquier aparato, técnica o campo científico plural.
(**) Responsabilidad Social y Sustentabilidad.
SUMARIO
01 ESPECIALES Las Empresas frente al desafío de la Sustentabilidad
Por Pablo Cortínez, Coordinador de Negocios y Ambiente de Fundación
Vida Silvestre Argentina
La Responsabilidad Social en Empresas Forestales Por Jorge Meza, Oficial Forestal Principal de la Oficina para América Latina
y el Caribe de la FAO
“Construir en términos de Sustentabilidad implica Acciones
Responsables” Por Florencia Mercado Luna, Co-fundadora del Equipo de Responsabilidad
Social del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Córdoba Regional 1
02 GESTIÓN “La Relación con nuestros Grupos de Interés es fundamental en la
construcción de Valor Sustentable para el Negocio” Por Ángeles Alonso, Jefe de Comunicaciones Institucionales de Arauco
Argentina
“Nuestro desafío es consolidarnos referentes en la práctica de la
Agricultura Sustentable” Por Matías Sebastián Carozzo, Responsable del Sistema Integrado de
Gestión de Maniagro Argentina
02 GESTIÓN
La Sustentabilidad inserta en el Negocio Por Javier García Moritán, Gerente de Sustentabilidad de Nidera
03 ESCENARIOS Y TENDENCIAS
Los Bosques: Claves para la Sustentabilidad Global Por María Virginia Vilariño, Coordinadora de Energía y Clima del Consejo
Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (CEADS)
“Aplicando Buenas Prácticas Agrícolas, aseguramos una Agricultura Sustentable” Por Federico Landgraf, Director Ejecutivo de la Cámara de Sanidad y
Fertilizantes (CASAFE)
Construcción y Sustentabilidad
Por Adriana Norma Martinez, Docente de posgrado en temáticas
Ambientales, de Turismo y Responsabilidad Social
Por Adriana Rosenfeld, Coordinadora a nivel nacional, regional e
internacional de temas de Responsabilidad Social para IRAM
04 DESTACADOS
RSE: Una Responsabilidad de Todos Por Olga Valle, Coordinadora de Alianzas Corporativas Regionales de
TECHO
05 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Publicaciones Recomendadas, desarrolladas por el IARSE:
El Gran Chaco Americano: Primera aproximación a los Negocios Verdes,
Inclusivos y Responsables. Ulla, Luis y Musso, Natalia (Coordinadores). IARSE,
Fundación AVINA y el Church World Service (CWS). Año 2010, Argentina.
Referencias bibliográficas sobre RSE & Sustentabilidad identificadas por el Programa de Capacitación Ejecutiva en
Responsabilidad Social y Sustentabilidad Empresaria de la
Universidad de San Andrés:
Vinculando RSE y Competitividad en América Latina. Dossier III: Las
Oportunidades del Cambio Climático. CRS Innolabs. Dossier, ForÉtica (versión en
castellano), Madrid. España. Año 2013.
Los temas de Sostenibilidad para los Sectores: ¿Qué quieren saber los Grupos
de Interés? Global Reporting Initiative (GRI). Ámsterdam: GRI. Año 2013.
Voluntariado Corporativo para el Desarrollo. Una herramienta estratégica para
integrar empresa y empleados en la lucha contra la pobreza. Canals, Jordi,
Carlos Costa y otros. Madrid: Fundación CODESPA. Año 2012.
06 DOCUMENTOS RECOMENDADOS
07 SITIOS DE INTERÉS
COMITÉ EDITORIAL
Alejandro Roca
Director Ejecutivo IARSE
Luis Ulla
Director de Investigación + Desarrollo IARSE
Jimena Mercado
Directora Editorial IARSE
Laura Massari
Directora Relaciones Institucionales IARSE
Alicia Rolando
Colaboradora Externa – Experta en Reportes y Fundadora del IARSE
Los artículos y opiniones vertidas en esta publicación son de absoluta y exclusiva responsabilidad
de los autores. Las opiniones expresadas no reflejan necesariamente la visión y el espíritu del IARSE.
ISSN 2451-5787
LAS EMPRESAS FRENTE AL DESAFÍO DE
LA SUSTENTABILIDAD
El avance del consumismo y de modos de
producción que perjudican
innecesariamente la naturaleza no
constituye una novedad. En el año 2008,
la Huella Ecológica mostraba una
tendencia persistente de consumo
excesivo al haber excedido por encima
del 50% la biocapacidad de nuestro
planeta1. Si a esto se le suma el escenario
que, proyectado por WWF a 2050, muestra
una población adicional de entre 2.000 y
3.000 millones, con el 70% del total
viviendo en ciudades y con niveles de consumo crecientes, el
panorama luce poco alentador.
Pero no todas son malas noticias: el Informe Planeta Vivo2, sin dejar de
advertir sobre la dura realidad del estado de la naturaleza, destaca que
estamos a tiempo para revertir las tendencias actuales. Para ello es
necesario situar al mundo natural en el centro de las economías, los
modelos empresariales y los estilos de vida.
Los modelos empresariales determinan en parte el qué, el cómo y
cuánto producir (la oferta de productos), en tanto que la capacidad
adquisitiva y los estilos de vida, entre otros, tienen injerencia en los
productos (y servicios) que los consumidores adquieren (la demanda de
productos). Ahora bien, para que ese mercado exista realmente, oferta
y demanda deben confluir. Esto aplica a los diversos mercados,
incluyendo el mercado de productos sustentables.
1 Área de tierra disponible para producir recursos renovables y absorber emisiones de
CO2 2 WWF, 2012
ESPECIALES
Por Pablo Cortínez, Coordinador de
Negocios y Ambiente de Fundación
Vida Silvestre Argentina
www.vidasilvestre.org.ar
Para esta confluencia, es necesario que varios factores y actores
coincidan. La oferta y la demanda de productos están típicamente
representadas por los productores y los consumidores. No obstante, el rol
del Estado resulta insoslayable. Además de las funciones que le son
propias, en un sentido más amplio, el Estado puede también diseñar
mecanismos para incentivar tanto la producción como el consumo
sustentable.
“…ESTAMOS A TIEMPO PARA REVERTIR LAS TENDENCIAS
ACTUALES. PARA ELLO ES NECESARIO SITUAR AL MUNDO
NATURAL EN EL CENTRO DE LAS ECONOMÍAS, LOS
MODELOS EMPRESARIALES Y LOS ESTILOS DE VIDA”.
Organizaciones de la sociedad civil, por su parte, brindan información y
realizan grandes esfuerzos para sensibilizar respecto de la importancia
de contar con productos sustentables. Los esfuerzos en la
concientización orientada hacia el consumidor son probablemente los
que gozan de mayor visibilidad. Sin embargo, puede ocurrir que esos
consumidores -ya concientizados- no necesariamente encuentren la
oferta de productos acorde. En ese caso, al no existir oferta, el mercado
en sí no existe. La falta de convergencia por razones vinculadas con la
oferta de productos sustentables puede tener origen, entre otros, en la
falta de ciertos productos o en el precio excesivo de los mismos, dado el
poder adquisitivo promedio. Por su lado, el consumidor responsable es
susceptible de recibir gran cantidad y variedad de información que
indican ―prima fascie” que se trata de productos verdes. Es allí cuando
surge la duda respecto de cómo diferenciar un producto realmente
sustentable, de otros que dicen o sugieren serlo. En este caso, así como
las ONG’s han tenido históricamente un rol en cuanto a concientizar al
consumidor, desde hace un tiempo algunas también cumplen el rol de
concientizar al empresario que desea abastecer un (nicho de) mercado
de productos verdaderamente sustentables. Como consecuencia de
todo esto, en los últimos años surgieron una serie de certificaciones de
sustentabilidad que gozan de la credibilidad, tanto de empresarios
como de consumidores.
Consecuencia de largas y complejas negociaciones que involucran una
variedad de actores con intereses diversos, estos procesos han tenido y
tienen lugar con el objetivo de acordar protocolos por tipo de
producto. Con los años, se han transformado en una serie de
certificaciones que gozan de amplio reconocimiento, producto del
consenso alcanzado entre los diversos actores, incluyendo ONG’s
ambientalistas. La más conocida por el público en general es Forest
Stewardship Council (FSC), vinculada al manejo de productos de base
forestal y a su cadena de custodia. Lanzada en 1997, esta certificación
fue la primera de su clase.
La creciente concientización y la cada vez mayor exigencia de los
consumidores; la toma de conciencia por parte de empresas que se
involucran introduciendo cambios transformacionales y a su vez
exigiendo cambios análogos en sus proveedores, sumados a la
credibilidad de las certificaciones, constituyen un círculo virtuoso que ha
logrado que, a enero de 2015, el 54% de la producción de pulpa y
papel reciclado en todo el mundo tenga certificación FSC. Con
relación a la madera, si bien la incidencia ha sido inferior, muestra un
gran crecimiento en el último lustro: pasó de 8,4% en 2009 a alcanzar
14,5% en la actualidad, en ambos casos de acuerdo a información de
WWF.
Resulta oportuno destacar que, sin el apoyo de grandes empresas, el
camino hubiera sido más complejo y más lento. En efecto,
acompañando esta tendencia, y con importante poder para traccionar
en favor de ella a sus propios grupos económicos y a sus cientos de
proveedores, grandes empresas de carácter global han adquirido
compromisos respecto de la adopción de estos estándares. En lo que
respecta a productos forestales, ya en 1999 Home Depot e Ikea, dos
gigantes vinculados con los sectores de la construcción y de los
muebles/decoración, respectivamente, habían anunciado su
preferencia por productos FSC.
Argentina ocupa un lugar destacado en cuanto a cantidad de
certificados FSC, aunque aún existe mucho por hacer y difundir.
Canadá29%
Rusia20%Estados
Unidos9%
Suecia8%
Polonia5%
Brasil4%
Belarus2.1%
China2%
Congo2%
Argentina0.2%
Resto (<1%)14%
FSC: Cantidad de has. por País
Estos estándares son el producto de largos años de negociación de
procesos multi-stakeholder (empresas productoras, retailers, bancos,
ONG’s3). Con el transcurso de los años surgieron certificaciones para
diversos tipos de productos. Existen estándares para otros commodities,
como la soja, azúcar, algodón, pescado, aceite de palma, entre otros,
con diverso grado de desarrollo y penetración en el mercado mundial.
La certificación RTRS (Round Table of Responsible Soy) es de reciente
creación, y se encuentra en pleno crecimiento. En función de la
importancia mundial de Argentina como productor sojero, nuestro país
se encuentra entre los países con mayor cantidad de hectáreas
certificadas. Si bien Brasil produjo en 2014 poco más del 60% del total de
soja certificada RTRS, Argentina en el mimo año casi duplicó su
producción de 2013. A nivel global, y gracias a una considerable
cantidad de compradores de diferentes sectores y latitudes, en 2014 se
alcanzó la compra récord de soja responsable. El volumen comprado
3 Vida Silvestre tiene activa participación en los procesos que conducen a
certificaciones, acompañando desde el inicio los capítulos locales de estos protocolos,
ya sea integrando sus consejos o realizando aportes técnicos.
de soja certificada RTRS creció de 891.000 toneladas en 2013 a más de
1.300.000 toneladas en 2014.
“EN FUNCIÓN DE LA IMPORTANCIA MUNDIAL DE
ARGENTINA COMO PRODUCTOR SOJERO, NUESTRO PAÍS
SE ENCUENTRA ENTRE LOS PAÍSES CON MAYOR
CANTIDAD DE HECTÁREAS CERTIFICADAS”.
En el caso de la carne vacuna, el proceso para lograr acuerdo
internacional/regional entre los diversos actores del sector está en
marcha. A nivel local, con la participación de Vida Silvestre, se ha
logrado establecer un conjunto de buenas prácticas ganaderas que no
sólo garantizan el cuidado de los pastizales autóctonos, sino que
también han demostrado favorecer incrementos en la productividad.
Resulta fundamental que productores y consumidores tengan la
oportunidad de elegir qué y cómo producen y consumen. La existencia
de certificaciones de sustentabilidad dotan de credibilidad los esfuerzos
por producir sin dañar el ambiente. A su vez, permiten diferenciar
productos sustentables, habiéndose transformado en elementos clave
para ingresar o permanecer en ciertos mercados del exterior. Estos
estándares no son un fin en sí mismos. Constituyen una herramienta más
para contribuir a la conservación de la biodiversidad, y el análisis de su
evolución es una manera de medir de manera objetiva su desarrollo a
través del tiempo. Como entidad pionera en nuestro país, Vida Silvestre
continúa trabajando con el objetivo de contribuir a que estas prácticas
alcancen mayor escala, permitiendo generar impactos relevantes que
puedan ser capitalizados por las próximas generaciones.
Pablo A. Cortínez
Lic. en Economía de la Universidad Nacional de Córdoba.
Master en Finanzas de UCEMA. Profesional con amplia
experiencia en el sector financiero (bancos, fondo de
pensión, brokers). Docente en instituciones varias. Consultor
de organismos multilaterales de crédito. Se unió a Vida
Silvestre en 2013 para coordinar el área Negocios y
Ambiente.
LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EN
EMPRESAS FORESTALES
Las empresas pueden ser clasificadas por
el tamaño de su negocio, siendo
grandes, medianas, pequeñas y micro-
empresas, de acuerdo a límites
establecidos en función del ―porte
económico‖, y otros aspectos como el
número de funcionarios, montos de
facturación, nivel de rentabilidad, etc.
Con la amplia difusión del concepto
―sostenibilidad‖, aplicable a casi todas las
actividades humanas, las empresas pueden ser clasificadas utilizando -
además de los parámetros económicos- otros parámetros como los
sociales y ambientales. Mientras los parámetros económicos para
clasificar las empresas, son utilizados por los Estados con fines legales, de
imposición tributaria, de aplicación de políticas públicas, etc., los
parámetros sociales y ambientales son utilizados de manera menos
amplia con dichos fines. La clasificación de las empresas en base a
estos parámetros, corresponde más al ámbito gremial empresarial, del
reconocimiento social, de las organizaciones no gubernamentales y de
empresas certificadoras internacionales.
No existe una definición internacionalmente acordada para el término
―Responsabilidad Social Empresarial‖. En todo caso, las empresas con
responsabilidad social son aquellas que se destacan del conjunto de
empresas, por ciertas prácticas y políticas empresariales que favorecen
-en mayor medida que sus similares- el bienestar social de los
trabajadores, la comunidad local y la población en general. Cuidar del
medio ambiente, protegerlo o recuperarlo, también es parte del
ejercicio de la Responsabilidad Social Empresarial.
Dos aspectos de la responsabilidad social de empresas forestales deben
ser cuidadosamente atendidos: la protección del trabajador y la
conservación del recurso “bosque” y sus servicios ecosistémicos. Es
importante la protección del trabajador, teniendo como base el
cumplimiento de la legislación laboral y de la seguridad en el trabajo,
Por Jorge Meza, Oficial Forestal
Principal de la Oficina para América
Latina y el Caribe de la FAO
www.fao.org
para ir más allá, buscando la generación de bienestar laboral y el
progreso familiar. De la misma manera, en el abastecimiento de la
madera y de productos no madereros del bosque, se debe promover el
cumplimiento de la ley en cuanto a la extracción y movilización del
recurso forestal, y además, el aseguramiento de la sostenibilidad de la
actividad, y conservación de dicho recurso, sobre todo cuando se trata
de bosques naturales. Empresas con responsabilidad social, deberían
incluso exigir al Estado, cuando corresponda, la revisión de los
parámetros técnico-legales de la producción primaria forestal,
buscando la mencionada sostenibilidad del recurso. También es
sumamente importante la reducción de las emisiones, efluentes,
contaminantes y desperdicios, sobre todo en ciertos tipos de industrias
forestales, que generalmente afectan a la población y el medio
ambiente local y global.
Lo anterior implica invertir más en el trabajador y su familia, generando
costos adicionales o repartiendo utilidades (como en algunos países es
posible) y por otro lado, mejorar la eficiencia productiva que se
manifiesta en el incremento de la relación materia prima y producto
acabado, o incluso, limitar las extracciones de bosques naturales,
cuando sea necesario, para atender la sostenibilidad de dichos
bosques. Estas dos acciones implican decisiones que muchas empresas
no están dispuestas a asumir, por el riesgo que genera una posible
reducción de la rentabilidad del negocio forestal.
“DOS ASPECTOS DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE
EMPRESAS FORESTALES DEBEN SER CUIDADOSAMENTE
ATENDIDOS: LA PROTECCIÓN DEL TRABAJADOR Y LA
CONSERVACIÓN DEL RECURSO „BOSQUE‟ Y SUS
SERVICIOS ECOSISTÉMICOS”.
Dependiendo del tipo de empresa, del tamaño del negocio, del
entorno empresarial, de los incentivos del Estado y del mercado;
pequeñas, medianas y grandes empresas, pueden asumir en niveles
diferenciados los costos adicionales que implica una mayor
responsabilidad social. No obstante, el gran promotor de la
responsabilidad social de las empresas forestales es el Estado y el
mercado. Sin adecuados incentivos o mecanismos de fomento por
parte del Estado, será muy difícil cambiar el entorno empresarial para
promover una mayor responsabilidad social. Además de los incentivos
se requieren normas básicas, que en lo laboral por ejemplo, no son
específicas para el sector forestal. Sin estas normas y sin los incentivos, la
responsabilidad social en las empresas forestales se constituirá en un
ejercicio de buena voluntad, en el cual el parámetro de ―lo social‖ será
puesto por el empresario de manera discrecional, en atención a
consideraciones personales o societarias.
El mercado es otro elemento importante. Si bien no es una regla,
grandes empresas forestales con productos con alto valor agregado,
que compiten en un mercado global de productos forestales, están más
dispuestas a promover la responsabilidad social que empresas menores
en mercados nacionales o locales. Estas grandes empresas están
motivadas, sobre todo, por evitar problemas de imagen que pueden
afectar la comercialización de sus productos, o porque efectivamente
están convencidas que políticas empresariales, sociales o ambientales,
pueden mejorar su rentabilidad y competitividad. Empresas productoras
de papel y celulosa para mercados internacionales, pueden llegar a
alcanzar muy interesantes niveles de responsabilidad social en su
actividad productiva.
En un sentido más amplio y global, la responsabilidad del sector forestal
y agropecuario en su conjunto, ha sido fuertemente llamada la
atención por la comunidad internacional, por las emisiones de dióxido
de carbono causadas por la deforestación y degradación forestal. La
extracción de madera de forma no sostenible, y la conversión del uso
del suelo de bosque a otros usos, son dos de las principales causas de
este problema.
“…TRESCIENTOS MILLONES DE PERSONAS, LA MAYORÍA
MUY POBRES, DEPENDEN DE MANERA SUSTANCIAL DE LOS
ECOSISTEMAS FORESTALES PARA SU SUBSISTENCIA E
INCLUSO SUPERVIVENCIA”.
En este contexto, es importante considerar que los bosques proveen
anualmente más de 3,3 billones de metros cúbicos de madera, de los
cuales alrededor de 1,8 billones de metros cúbicos corresponden a leña
y carbón. Este nivel de actividad es el que preocupa al mundo por la
falta de sostenibilidad. El Panel Intergubernamental de Cambio
Climático ha estimado que la deforestación y la degradación forestal
contribuyen con aproximadamente el 17% de todas las emisiones
anuales de gases de efecto invernadero.
Por otro lado, 300 millones de personas, la mayoría muy pobres,
dependen de manera sustancial de los ecosistemas forestales para su
subsistencia e incluso supervivencia; y alrededor de 60 millones de
indígenas son especialmente dependientes de los bosques. La forma en
la cual se está promoviendo el desarrollo forestal y agropecuario,
principalmente en varios países en desarrollo, está afectando de
manera decisiva a esta población.
Aquí tenemos un ejemplo claro en el cual, responsabilidad social y
responsabilidad ambiental van de la mano. Si bien las empresas
forestales no son responsables en su totalidad por el problema
mencionado, es el escenario y el entorno en el cual se desarrollan y
operan, y por lo tanto, es parte de su responsabilidad social, buscar
activamente junto a los Estados y la sociedad civil, soluciones que
promuevan la sostenibilidad y el bienestar de todos.
En un entorno empresarial mundial, se sigue midiendo el éxito o fracaso
de una empresa por la rentabilidad económica o por el precio de sus
acciones, y aún no por el número de empleos generados o por el nivel
de bienestar de sus trabajadores, o por la reducción de sus emisiones o
huella de carbono. Hay que trabajar para cambiar esta medida de
éxito empresarial. En el sector hay importantes retos y oportunidades en
ese sentido.
Jorge Meza
Ingeniero Forestal graduado en la Universidad Federal de
Paraná (Brasil). Especialista en Ingeniería Económica con
Maestría en Silvicultura Tropical por la George August
Universität de Gottingen, Alemania. Se desempeña
actualmente como Oficial Forestal Senior de la Oficina de
FAO para América Latina y el Caribe. Fue Representante de
FAO en Paraguay y ha trabajado como consultor
internacional en temas forestales y recursos naturales para
proyectos de varias organizaciones como el Banco
Interamericano de Desarrollo, la Organización del Tratado
de Cooperación Amazónica, la Agencia de Cooperación
Técnica Alemana, la Organización de Maderas Tropicales,
entre otras.
“CONSTRUIR EN TÉRMINOS DE
SUSTENTABILIDAD IMPLICA
ACCIONES RESPONSABLES”
El término Desarrollo Sustentable se
definió hace ya décadas en un
informe que hacía referencia al
desarrollo ambiental integral y
respetuoso con el presente y el
futuro.
Hablar de Sustentabilidad infiere
vanguardia, pero la realidad es que
la situación requiere de ideas y
nuevas lógicas de acción, donde los conceptos estén internalizados
dentro de los mecanismos de gestión cotidianos. Ser sustentable es ser
responsable y para lograr el deseado equilibrio de las tres esferas de la
sustentabilidad en el contexto actual se debiera hablar de niveles o
grados de la misma.
Ahora bien, actualmente existe un enorme desarrollo de investigación
ligado al tema de la sustentabilidad en la construcción. En ámbitos
académicos se han construido emprendimientos inmobiliarios
embanderados bajo el nombre ―desarrollos sustentables”. Se habla de
bio-construcción, eco-construcción y arquitectura verde. Hay
urbanizaciones que consiguieron incorporar un código de edificación
con pautas ambientales. Existen ya organismos que certifican los
edificios en grados de amigabilidad con el ambiente. Hay desarrollos
arquitectónicos que aplican muchos de estos conceptos y también ya
tenemos en el mercado materiales y tecnologías que generan un gran
aporte en estos términos. Algunos municipios tienen legislaciones que
favorecen a los emprendimientos que generan energías limpias o
prevén un sistema de tratamiento de efluentes que no contamine las
napas.
En fin, estamos en el camino correcto. El paso que sigue es hacer un
cambio consiente y sistemático que incorpore la sustentabilidad como
Por Florencia Mercado Luna, Co-
fundadora del Equipo de
Responsabilidad Social del Colegio de
Arquitectos de la Provincia de Córdoba
Regional 1
meta concreta y realizable. Pensar de manera integral e inclusiva desde
el comienzo. Entonces, ¿qué hacer?
Construir en términos de sustentabilidad implica acciones responsables:
desde la toma de decisiones en la instancia proyectual, hasta la
entrega de la obra, teniendo en cuenta el monitoreo del
funcionamiento de los objetos construidos y sus posibles adaptaciones
para mejorar de manera continua. La difusión de los logros y la
comunicación son herramientas fundamentales que generan impacto
positivo. Entre las principales líneas estratégicas a tener en cuenta, se
pueden mencionar:
Calidad espacial y confort. Cada construcción tiene expectativas
concretas de uso. La percepción de cada espacio depende del
universo sensorial de los usuarios. Habitar espacios útiles, confortables,
acogedores y adaptables sería un buen comienzo. La relación con el
entorno, el dominio de visuales y las transiciones habitables (terrazas,
pérgolas, galerías) potencian la iluminación, ventilación y generan
empatías comunicacionales internas y externas. Tener en cuenta la
calidad espacial es tener en cuenta la calidad de vida. De la
consideración de este punto resultarán espacios confortables; de
formas regulares, colores y temperaturas agradables, de buenas visuales
y de ventilaciones e iluminaciones correctas (no mínimas). Son muy
interesantes las intervenciones de técnicas bioclimáticas para lograr
mejores resultados.
“CONSTRUIR EN TÉRMINOS DE SUSTENTABILIDAD IMPLICA
ACCIONES RESPONSABLES: DESDE LA TOMA DE
DECISIONES EN LA INSTANCIA PROYECTUAL, HASTA LA
ENTREGA DE LA OBRA, TENIENDO EN CUENTA EL
MONITOREO DEL FUNCIONAMIENTO DE LOS OBJETOS
CONSTRUIDOS Y SUS POSIBLES ADAPTACIONES…”
Localización y entorno. La localización de las obras es muy importante
no sólo para los usuarios sino también por el impacto que el edificio
generará en el lugar de su emplazamiento. En situaciones urbanas, es
pertinente pensar en reutilizar espacios construidos y adaptarlos. Este
tipo de intervenciones pueden generar toda una revitalización de un
sector generando impactos secundarios de gran valor. Aquí es preciso
tener en cuenta la actividad que se realizará en el objeto construido y
quiénes serán las personas que lo utilizarán para evaluar las mejores
posibilidades de acceso. Considerar la diversidad y las capacidades
diferentes. Contemplar el impacto de los edificios en el entorno, es mirar
la congestión del tráfico, las sombras arrojadas, las visuales conseguidas
y las obstruidas, las necesidades de conexiones a redes de
infraestructura, etc.
La energía. La situación del país en términos energéticos es un tema de
suma importancia en la agenda. Hay que diseñar de manera
inteligente en términos creativos y tecnológicos. Una obra bien
orientada, aislada y protegida contra los factores climáticos, disminuye
considerablemente la energía que utiliza y aumenta el bienestar interior.
Hay en el mercado materiales y artefactos que favorecen el
aprovechamiento de la energía de la naturaleza.
Materiales. Hacer compras responsables nos permite generar impactos
sociales que superan los alcances de nuestra vivienda. El uso de
materiales (y mano de obra) locales reduce los costos y la
contaminación debidos al transporte y facilita su reposición. Debe
considerarse el ciclo de vida, su procedencia, su empleo en obra, y su
destino como escombro o reciclaje. Tener en cuenta la reutilización de
materiales en obra de remodelación, la incorporación de materiales
reciclados y que los materiales nuevos puedan ser reutilizados o
reciclados para futuros usos. En el caso de la compra de materiales
nuevos es importante tener en cuenta el ―ciclo de vida‖ de cada
componente.
Agua. El ahorro, el reuso y el reciclado son los pilares de la gestión
eficiente del agua. La selección de materiales y técnicas aplicables ―en
seco‖, así como el reuso del agua gris, economizan importantes
caudales de agua potable y son ejemplos de aplicación. El riego es el
sector aliado, donde se puede cerrar el círculo. Se reutiliza el agua que
se desecha por un lado y se reutiliza en sectores verdes de
ajardinamiento que mejoran los entornos en términos estéticos y
climáticos.
“UNA OBRA BIEN ORIENTADA, AISLADA Y PROTEGIDA
CONTRA LOS FACTORES CLIMÁTICOS, DISMINUYE
CONSIDERABLEMENTE LA ENERGÍA QUE UTILIZA Y
AUMENTA EL BIENESTAR INTERIOR”.
Gestión de residuos. Existen medios y métodos para utilizar y disminuir el
volumen de residuos. Todos los residuos generados en obra pueden ser
reutilizados en otros sectores, para compactación de terrenos
mejoramiento de caminos o rellenos. Es importante pensar cuál va a ser
el destino de los materiales seleccionados para que, cuando dejen de
cumplir la función por la cual han sido colocados, puedan ser utilizados
para otra cosa. Por ejemplo, para solados de grandes superficies
exteriores es interesante la colocación de elementos trabados que no
requieran de morteros de asiento u hormigón. Esto permitirá la remoción
-de ser necesario- y así también colaborará a la escorrentía y
escurrimiento de las aguas de lluvia.
Mano de Obra. La idoneidad y la seguridad son prioritarias. Todas las
medidas de higiene y seguridad colaboran a que los usuarios hagan de
manera correcta y segura la tarea, consiguiendo mejores resultados y
más rápidos.
La tendencia es variada aún. Muchos emprendimientos son motivados
por una certificación que califique las obras con niveles de
sustentabilidad. Otros, en cambio, intentan hacer un viraje quizás hacia
un entorno más natural, incluso con técnicas casi artesanales.
Existe un sinnúmero de acciones que, combinadas, devienen en una
gestión sustentable en la construcción. Muchos mecanismos y diversos
motivos. Lo cierto es que todos queremos vivir bien. Todo gesto que
intente hacer una diferencia responsable es pertinente. Es en la suma
de gestos donde estará la diferencia.
Florencia Mercado Luna
Arquitecta (UNC -1999). Magister en Gestión Ambiental del
Desarrollo Urbano (UNC). Se desempeñó como docente
adscripta en las cátedras de Diseño Turístico Sustentable,
Diseño Sustentable, Arquitectura Nivel V y Nivel VI (tesis). Post
Grado en temas de Sustentabilidad, Diseño, Impacto
ambiental, etc. Fue colaboradora en trabajos de
investigación. Fue Directora Técnica del Proyecto ―Desarrollo
de Calentadores de Agua Solares para Sectores Sociales de
Bajos Ingresos‖, con subsidio del Ministerio de Ciencia y
Tecnología de Córdoba. Docente del curso ―Diseño
Sustentable‖ del Colegio de Arquitectos. Co-fundadora del
Equipo de Responsabilidad Social del Colegio de Arquitectos
de la Pcia. de Cba. Regional 1. Actualmente desarrolla su
actividad independiente como arquitecta y consultora en
Diseño Sustentable. Miembro del Equipo de Responsabilidad
Social del Colegio de Arquitectos.
“LA RELACIÓN CON NUESTROS
GRUPOS DE INTERÉS ES
FUNDAMENTAL EN LA
CONSTRUCCIÓN DE VALOR
SUSTENTABLE PARA EL NEGOCIO”
Formamos parte del Grupo Arauco,
una empresa internacional en el
sector foresto-industrial, con un
liderazgo de negocio que implica una
orientación a la sustentabilidad.
Nuestra compañía se caracteriza por
una fuerte presencia territorial en la
provincia de Misiones, que nos vincula
con numerosas comunidades y partes interesadas, un componente
ambiental muy fuerte y un nivel de incidencia en la economía local muy
grande.
Somos un actor relevante en la economía local y regional, y eso nos
genera grandes responsabilidades y desafíos, así como oportunidades
de generación de valor. Por la particularidad de nuestro negocio, la
relación con nuestros grupos de interés es un aspecto fundamental en la
construcción de valor sustentable para la compañía y nuestras partes
interesadas.
Nuestra política de Responsabilidad Social y Sustentabilidad se orienta al
concepto de ―VALOR COMPARTIDO‖. Éste es el desafío que asumimos:
aportar valor a las comunidades, mejorando sus condiciones
económicas y sociales, ya que ello a su vez nos agrega valor al
desarrollo de nuestro negocio.
Por Ángeles Alonso, Jefe de
Comunicaciones Institucionales de
Arauco Argentina
GESTIÓN
Nuestro objetivo consiste en construir relaciones permanentes y de
mutua colaboración con las comunidades en donde se encuentran las
operaciones de la compañía, incorporando sus inquietudes y
necesidades en la toma de decisiones y apoyando su desarrollo.
Trabajamos en conjunto con las comunidades y otros sectores,
buscando alternativas de largo plazo que generen impacto positivo en
la calidad de vida de nuestra gente. Damos lugar a la participación de
otros actores, buscando el esfuerzo compartido y la sustentabilidad,
como eje de las acciones que llevamos adelante.
“NUESTRO OBJETIVO CONSISTE EN CONSTRUIR
RELACIONES PERMANENTES Y DE MUTUA
COLABORACIÓN CON LAS COMUNIDADES EN DONDE SE
ENCUENTRAN LAS OPERACIONES DE LA COMPAÑÍA…”
Hace tres años empezamos a construir un proceso de cambio cultural
transversal en toda la compañía, por ende, en todos los que formamos
parte de Arauco Argentina.
Conscientes del valor de construir buenas relaciones con las
comunidades y actores vinculados a nuestra actividad, en 2012, en
conjunto con una consultora externa, realizamos un diagnóstico, que
nos permitió relevar y analizar de manera profunda y sistemática las
percepciones de los principales grupos de interés de la empresa sobre
nuestro desempeño económico, social y ambiental. Esta iniciativa,
marcó el inicio de la estrategia de relacionamiento con grupos de
interés impulsada por la Gerencia de Asuntos Corporativos. Los
resultados del diagnóstico fueron incorporados y tenidos en cuenta
para las decisiones relativas al relacionamiento con grupos de interés,
los programas de inversión social y la comunicación corporativa, así
como a las decisiones de negocio. Es un proceso progresivo que no
hemos acabado, pero confiamos estar avanzando a un ritmo
considerable.
Desde el 2013 iniciamos un Plan de Relacionamiento con Grupos de
Interés, liderado por la Gerencia de Asuntos Públicos y gestionado en
forma articulada con las unidades de negocio, para alinear y potenciar
nuestros esfuerzos en esta línea. Este proceso, que involucra a toda la
empresa, nos permite identificar mejor a las partes interesadas en
nuestra operación, las influencias mutuas e intereses que existen, y a
partir de allí trabajar en la construcción y fortalecimiento de una
relación basada en el diálogo y la confianza.
Desde la estrategia de comunicación corporativa, se contribuye a
generar espacios de diálogo con las comunidades, estableciendo
contactos uno a uno, con el objetivo de logar vínculos positivos y de
mutua colaboración; identificar preocupaciones y temas clave a
abordar con las partes interesadas; dar a conocer información
relevante y adecuada sobre la operación de la compañía y aumentar y
mejorar el nivel de información a través del diálogo y la apertura.
“DESDE LA ESTRATEGIA DE COMUNICACIÓN
CORPORATIVA, SE CONTRIBUYE A GENERAR ESPACIOS DE
DIÁLOGO CON LAS COMUNIDADES, ESTABLECIENDO
CONTACTOS UNO A UNO…”
Todos los programas y proyectos que apoyamos están orientados a la
empleabilidad y emprendimientos productivos; educación y formación;
salud y calidad de vida; cultura, recreación y deportes; y a la
conservación y desarrollo ambiental.
En 2012 lanzamos nuestro Proyecto Educativo, con el objetivo de
fomentar y promover la participación de los alumnos de escuelas del
norte de Misiones en el cuidado del medio ambiente y la prevención de
incendios rurales, y de esta manera formarse como ciudadanos
comprometidos y responsables con su entorno. A lo largo de tres
jornadas se trabaja sobre el funcionamiento del ecosistema forestal y su
rol en la biodiversidad, los beneficios de la actividad forestal, el
reciclado de basura, el riesgo e impacto de los incendios forestales-
entre otros ejes- acercando a los chicos a temas muy presentes en su
vida cotidiana. El año pasado, 4.131 niños y niñas de 50 escuelas
participaron del proyecto.
Si bien el Programa de visitas a la Reserva San Jorge siempre lo tuvimos,
durante el 2013 decidimos potenciar esta acción con el objetivo de
involucrar a nuevos grupos de interés en la concientización de la
preservación del medio ambiente (Colaboradores y sus familias,
contratistas, alumnos participantes del Proyecto Educativo de Alto
Paraná y otras instituciones interesadas). Este programa permite visitar
uno de los ecosistemas más extraordinarios, conociendo las maravillosas
especies de flora y fauna que allí habitan.
En 2014, encaramos el Proyecto “Nuevos Vecinos”. La idea de este
proyecto fue involucrar a un tercero especialista, la Fundación Sagrada
Familia, para resolver el tema de 200 viviendas, propiedad de la
compañía que representaban un importante gasto y ya no tenían un
valor estratégico. El resultado fue muy exitoso y permitió que 200 familias
puedan tener su casa propia, con el compromiso y esfuerzo que eso
significa, convirtiéndose en protagonistas de su desarrollo.
Este proyecto logró incrementar el protagonismo de los propios vecinos
y mejoró la articulación de diferentes: empresa, Municipalidad de
Wanda, Fundación Sagrada Familia y vecinos. La propuesta permitió el
desarrollo de una metodología de trabajo por consenso, lo que generó
mayor iniciativa de los vecinos, fomentó la conformación de espacios
vecinales con fines de mejora, y generó valor agregado y compartido
para todos los actores involucrados.
Recientemente, en febrero de este año, sumamos un nuevo espacio
para seguir consolidando nuestra presencia y vínculo con las
comunidades del norte misionero. “Mundo Forestal” es un innovador
proyecto con el que buscamos concientizar sobre los desafíos y
beneficios de la actividad forestal a través de una dinámica divertida y
participativa para todas las edades. Es una iniciativa concebida para
poder recorrer la provincia y acercarnos a los habitantes de distintas
localidades, particularmente de aquellas en donde operamos o de las
que nos encontramos alejados de los centros urbanos. Apunta a reforzar
el vínculo con la comunidad en la cual desarrollamos nuestra actividad.
Se trata de una divertida fábula sobre un reino forestal, una
competencia en equipos para poner a prueba ciertos conocimientos
sobre el bosque, sustentados con dispositivos de alta tecnología que
correrán sobre un acoplado de 16 metros ploteado con imágenes de
árboles y animales de la selva misionera.
―Mundo Forestal‖ está pensado para generar un espacio de encuentro
entre Arauco Argentina y sus grupos de interés, y ofrecer una propuesta
didáctica y de entretenimiento sobre la actividad forestal.
Confiamos que a través de este tipo de acciones, estamos
construyendo valor compartido, generando beneficios para la empresa
y también contribuyendo a mejorar las condiciones económicas y
sociales de las comunidades de las que formamos parte. El éxito de
nuestro negocio va de la mano de la conservación ambiental, el
desarrollo de las comunidades donde operamos y la rentabilidad
económica.
Ángeles Alonso
Licenciada en Comunicación Social de la Universidad
Austral. Comenzó su carrera laboral en medios de
comunicación para luego desempeñarse varios años en
consultoría, manejando temas de comunicación y asuntos
públicos de diversas empresas de primera línea.
Actualmente lleva adelante tareas de comunicación y RSE
en Arauco Argentina.
“NUESTRO DESAFÍO ES
CONSOLIDARNOS REFERENTES EN LA
PRÁCTICA DE LA AGRICULTURA
SUSTENTABLE”
Desde MANIAGRO ARGENTINA hace
tiempo que venimos desarrollando diversas
iniciativas vinculadas con una gestión
socialmente responsable. Una de estas
acciones con las cuales empezamos este
camino fue la implementación de un
Sistema Integrado de Gestión (SIG)
certificado bajo los lineamientos de Buenas
Prácticas de Manufactura (GMP), y del
Sistema de Análisis de Peligros y Puntos
Críticos de Control (HACCP), alcanzados
entre 2008 y 2009 respectivamente. El SIG
también se certificó de acuerdo a los
requisitos establecidos en la Norma Mundial
de Seguridad Alimentaria (BRC), recibiendo hasta el día de la fecha
sucesivas auditorías de re-certificación anuales.
La relevancia de estas certificaciones es que a través de ellas
garantizamos la provisión de alimentos inocuos, sanos y saludables,
cuestión de suma responsabilidad por parte de la empresa.
El impacto positivo de estas acciones llevó a la dirección de MANIAGRO
ARGENTINA a realizar en 2012 un viraje necesario, enfocado en una
mejora sustancial de los aspectos relativos a derechos humanos,
derechos laborales, aspectos ambientales y la ética comercial. Para ello
se tomaron como base los 9 Principios establecidos en la Iniciativa de
Comercio Ético (ETI). En consecuencia, se decidió llevar a cabo una
Política de Responsabilidad Social Empresaria (RSE), que actualmente se
encuentra inserta en el Manual de RSE de MANIAGRO ARGENTINA. La
misma establece los lineamientos necesarios para trabajar en el ámbito
cotidiano de la compañía con el fin de crear valor sostenible sobre tres
ejes: el económico, el social y el ambiental.
Por Matías Sebastián Carozzo,
Responsable del Sistema Integrado de
Gestión de Maniagro Argentina
www.maniagroargentina.com.ar
La materialización de la política de RSE se logra mediante el traslado de
los preceptos a la gestión diaria de la empresa. Para ello se tienen en
cuenta las inquietudes y el compromiso social y solidario que comparten
todos los colaboradores, y se revisan continuamente los sistemas de
gestión de procesos para adaptarlos a los cada vez más exigentes
requerimientos normativos. Esto se logra a través de la evaluación de
impactos de nuestras actividades sobre la sociedad y el medio
ambiente. En este sentido, por ejemplo, en 2012 la compañía culminó
con éxito el proceso de Medición de la Huella de Carbono Corporativa
y de Producto, transformándose de esta manera en la primera empresa
del sector en formalizar su inventario de Gases de Efecto Invernadero
(GEI´s). A través del conocimiento de la huella de carbono de producto
podemos ofrecer hoy a nuestros clientes un producto diferencial,
reducido o neutro en emisiones de GEI´s, mediante la compensación
obtenida a través de la adquisición de los denominados bonos de
carbono.
Asimismo y con el objeto de verificar la implementación de cada uno
de los Principios establecidos por el Código ETI, efectuamos en 2012 una
auditoría, cuyos resultados fueron altamente satisfactorios. Muestra de
ello es que la firma obtuvo la Membresía B en SEDEX, una plataforma
basada en internet, desarrollada para compartir y visualizar información
acerca de normativas laborales, prevención de riesgos laborales, así
como sobre el medio ambiente y la ética comercial. Como parte del
compromiso de la empresa con este tema, se elaboró un ―Código de
Conducta Ética‖, el cual fue enviado vía e-mail a la cartera de
proveedores de la firma con el objeto de ser leído y aceptado, de
manera que todas las transacciones comerciales entre las partes sean
regidas por los Principios establecidos en dicho Código.
“A TRAVÉS DEL CONOCIMIENTO DE LA HUELLA DE CARBONO
DE PRODUCTO PODEMOS OFRECER HOY A NUESTROS CLIENTES
UN PRODUCTO DIFERENCIAL, REDUCIDO O NEUTRO EN
EMISIONES DE GEI´S…”
También en el transcurso del año 2012 y a nivel de la producción
primaria, la dirección de MANIAGRO decidió comenzar a trabajar en la
implementación de los lineamientos del estándar GLOBAL G.A.P. Versión
4. Ésta es una norma referida a las Buenas Prácticas Agrícolas, la cual
incluye además numerosos requisitos relacionados al cuidado y mejores
prácticas de gestión ambiental, de higiene y seguridad laboral del
trabajador rural. En este marco, la empresa alcanzó la certificación del
estándar Global G.A.P., convirtiéndose en la primera y única compañía
del sector en contar con dicho reconocimiento internacional,
recibiendo además en el mismo año un premio por los Global GAP
Awards.
Con el objetivo de contribuir a la promoción y difusión del concepto y la
práctica de la RSE, nos sumamos como empresa miembro en 2012 al
Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria (IARSE) para
promover y manifestar nuestro apoyo a que más empresas puedan
conocer y encaminarse en el desarrollo de una gestión socialmente
responsable.
Continuando con la misma visión desde los inicios, la dirección de
MANIAGRO ARGENTINA decidió además fijar como objetivos, a nivel
organizacional, la adhesión y respaldo a los 10 Principios establecidos en
el Pacto Global de Naciones Unidas (ONU). También se fijó formalizar el
aval a la Iniciativa de la Carta de la Tierra Internacional. Todo ello con la
finalidad de continuar contribuyendo a la promoción de valores y de
mejores prácticas empresariales enfocadas en la sustentabilidad
económica, social y ambiental del negocio a largo plazo.
En materia de comunicación con los diversos públicos, MANIAGRO
ARGENTINA ha establecido diversas metodologías con la finalidad de
fomentar la concienciación acerca de la implementación de prácticas
socialmente responsables. Entre estas metodologías pueden
mencionarse diferentes publicaciones en redes sociales (facebook y
twitter), en medios radiales, en su página web, en el blog de la empresa
y a través del uso del correo electrónico. En el mismo sentido, ante cada
visita de clientes actuales y/o potenciales, se procede a la entrega del
―Tríptico sobre Prácticas Ambientalmente Sustentables‖.
Principales Desafíos
A nivel de la producción primaria, los principales desafíos radican en la
consolidación de la empresa como un referente en la práctica de la
agricultura sustentable. Ello implica la reducción en la utilización de
fitosanitarios y agroquímicos; el uso adecuado y eficiente de manejo
integrado de plagas; la disminución en la generación y correcta gestión
de los envases vacíos, así como de otros residuos resultantes de las
operaciones; el desarrollo de nuevas tecnologías y sistemas de laboreo
que reduzcan al mínimo posible la erosión y agotamiento de las tierras
cultivables; entre otras muchas acciones posibles.
“A NIVEL DE LA PRODUCCIÓN PRIMARIA, LOS PRINCIPALES
DESAFÍOS RADICAN EN LA CONSOLIDACIÓN DE LA EMPRESA
COMO UN REFERENTE EN LA PRÁCTICA DE LA AGRICULTURA
SUSTENTABLE”.
A nivel industrial, los principales desafíos pasan por el uso eficiente de la
energía (tanto eléctrica como calórica), ya que ésta es uno de los
principales factores contribuyentes de nuestra huella de carbono
corporativa. En este sentido, la empresa posee un proyecto de
revalorización de la cáscara de maní (biomasa generada en una etapa
del proceso), mediante la cual se pretende cambiar la matriz
energética de la planta industrial por una energía limpia, neutra en
emisiones de GEI´s.
Además, debemos continuar fomentando la separación de residuos
hacia el interior de la planta, con el fin de alcanzar el 100% de residuos
sólidos reciclables clasificados, para su posterior recolección
diferenciada por parte del municipio.
Otro importante desafío en la materia, se centra en la redacción y
publicación de la primera Comunicación de Progreso (CoP). Ésta es una
medida de integridad del Pacto Global de la ONU, de presentación
anual obligatoria, de forma tal de evidenciar las prácticas
implementadas por la organización en pos del cumplimiento de los 10
Principios establecidos por la Iniciativa.
Matías Sebastián Carozzo
Responsable del Sistema Integrado de Gestión de Maniagro
Argentina. Licenciado en Bromatología de la Universidad
Nacional de Entre Ríos (UNER). Especialista en Sistemas de
Gestión Integrados. Auditor Líder-Norma ISO 22000:2005
(Seguridad Alimentaria). Auditor Interno-Norma ISO 9001:2008
(Gestión de Calidad). Auditor Interno en Sistemas de Gestión
de Seguridad Alimentaria. Medición y Análisis de Huella de
Carbono. Disertante en Jornadas sobre Buenas Prácticas
Agrícolas en Cultivo de Maní (organizadas por Delegación
Córdoba de SENASA). Interpretación de las Normas: ISO
14001:2004 (Gestión Ambiental), SA 8000 (RSE), Iniciativa de
Comercio Ético (RSE).
LA SUSTENTABILIDAD INSERTA EN EL
NEGOCIO
En Nidera comprendemos nuestra misión
de acuerdo a la idea de que ―no hay
empresas exitosas en sociedades que
fracasan‖. Es por ello llevamos adelante
una gestión integral de nuestros
negocios en donde tenemos en cuenta
nuestros impactos y buscamos generar
permanentemente contextos más
propicios de desarrollo, tanto dentro
como fuera de la compañía.
Si bien la historia de Nidera en sus más de
80 años en el país, siempre estuvo vinculada con un espíritu de
compromiso comunitario, hace cuatro años iniciamos un nuevo proceso
en materia de gestión responsable, con la creación de una gerencia de
Sustentabilidad. Dado ese paso, nos propusimos sistematizar las
acciones que veníamos impulsando y estructurarlas en función de
políticas corporativas (Código de Conducta, Política de Derechos
Humanos, de Responsabilidad Social, de Medio Ambiente, de Seguridad
y Salud, Estándares para socios comerciales, etc.). Es decir, definimos
lineamientos institucionales para que nuestra gestión no dependa solo
del espíritu o estilo de nuestros líderes locales, sino en función de un
compromiso previamente establecido.
De ahí en adelante, cada año nos vamos proponiendo nuevos objetivos
en materia socio-ambiental, con todos nuestros públicos de interés y
con la intención explícita de converger cada vez más en
Responsabilidad Social y negocios.
“…DEFINIMOS LINEAMIENTOS INSTITUCIONALES PARA QUE
NUESTRA GESTIÓN NO DEPENDA SOLO DEL ESPÍRITU O ESTILO
DE NUESTROS LÍDERES LOCALES, SINO EN FUNCIÓN DE UN
COMPROMISO PREVIAMENTE ESTABLECIDO”.
Iniciativas en marcha
Por Javier García Moritán, Gerente de
Sustentabilidad de Nidera
www.nidera.com.ar
Estamos convencidos de que podemos hacer la diferencia cuando
aportamos nuestro ―saber hacer” y maximizamos las posibilidades de
incidir positivamente en la sociedad. Nuestras semillas (con una
genética de avanzada) son un activo esencial para incrementar la
producción de alimentos, satisfacer las expectativas de nuestros clientes
y también pueden ser un recurso extraordinario para la inclusión de
aquellos productores que van quedando al margen del desarrollo. En el
contexto de un despoblamiento creciente del ámbito rural y sus
implicancias sociales y productivas decidimos poner nuestros recursos al
servicio para implementar un negocio inclusivo, que apunte a revertir
esta tendencia.
La propuesta busca apoyar a los pequeños productores para que
puedan acceder a los insumos que produce Nidera y contribuir a la
seguridad alimentaria. Para esto, la empresa debe ajustar su proceso
comercial, de modo de llevar adelante un negocio que privilegie a
estos agricultores, en contexto de vulnerabilidad económica y social. La
propuesta de la compañía es luchar contra la tendencia, de alcance
mundial, que hace que cada vez más los pequeños chacareros
abandonen sus tierras y migren a centros urbanos.
Para llevar adelante la iniciativa, realizamos una alianza con una
organización de la sociedad civil con trayectoria en la temática como
es Ashoka. Esta ONG, además de ayudarnos a avanzar en este proceso,
permite garantizar la transparencia de una experiencia absolutamente
nueva para nuestra empresa en materia de sustentabilidad.
El programa es reciente pero ya hemos dado varios pasos. Uno de los
ejes principales fue establecer un equipo multidisciplinario dentro de
Nidera para que no sea sólo un proyecto del área de sustentabilidad
sino que realmente esté inserto en el negocio. Así, conformamos un
grupo con profesionales de distintas áreas, todos comprometidos por
igual para el avance del proyecto.
“LA PROPUESTA DE LA COMPAÑÍA ES LUCHAR CONTRA LA
TENDENCIA, DE ALCANCE MUNDIAL, QUE HACE QUE CADA
VEZ MÁS LOS PEQUEÑOS CHACAREROS ABANDONEN SUS
TIERRAS Y MIGREN A CENTROS URBANOS”.
Convencidos de que esta iniciativa agrega valor, nos abocamos a
definir con qué pequeños productores íbamos a trabajar, a quiénes
íbamos a consultar a ver si les interesaba realmente esta propuesta de
Nidera. En un primer relevamiento nos dimos cuenta de que la mayoría
de los pequeños agricultores cercanos a nuestras plantas, en las zonas
más productivas de la Argentina, ya han desparecido. Entonces
empezamos a indagar otras localidades y llegamos finalmente al norte
de la provincia de Córdoba como el lugar para desarrollar el proyecto.
Actualmente nos encontramos en una instancia inicial, en la que
después de haber realizado un mapeo de actores con reuniones junto a
instituciones públicas, privadas y de la sociedad civil, efectuamos
entrevistas a más de 20 productores locales —siguiendo la metodología
de la observación etnográfica— que nos permite arribar a un primer
diagnóstico y avanzar con la implementación.
Con mirada a largo plazo
Nidera es una empresa con una trayectoria de muy bajo perfil que hoy
está experimentando un cambio de cultura en aspectos que hacen por
ejemplo a la comunicación. Sabemos que hay temas sobre los cuales
debemos expedirnos y que si nosotros no lo hacemos, no rendimos
cuentas de nuestro desempeño, van a haber otros que hablen por
nosotros. Estamos convencidos del valor de asumir una política de
responsabilidad social, en su expresión más cabal, que implica, entre
otras cosas, dar cuentas de quiénes somos, hacía donde vamos y cómo
hacemos nuestro trabajo.
En función de ello, recientemente, a partir de una consulta realizada a
los grupos de interés (más de 290 empleados, clientes, distribuidores y
ONG’s), definimos 12 temas centrales de nuestro negocio. Estos temas
surgen del análisis de materialidad que efectuamos y sobre los cuales
vamos a desarrollar la Estrategia de Sustentabilidad 2015-2020. Los
mismos son:
1. Cumplimiento y Gobierno Corporativo.
2. Estrategia para los Mercados Emergentes y la Creciente demanda
de Alimentos.
3. Innovación Agrícola.
4. Gestión Responsable de la Cadena de Valor.
5. Atracción y retención de talentos.
6. Prácticas laborales justas y respeto por los Derechos Humanos.
7. Desarrollo y Seguridad Ocupacional.
8. Aseguramiento de la Calidad de los Productos.
9. Reducción del uso de energía.
10. Gestión de Residuos.
11. Gestión del Agua.
12. Participación y desarrollo de las comunidades locales.
Hoy el gran desafío tiene que ver con alinear nuestros objetivos en
función de los temas materiales y las expectativas de nuestros públicos.
Desafío que no lo hacemos como Nidera Argentina de manera aislada,
sino que trabajamos en el marco de un equipo global. Un reflejo de que
hoy más que nunca que la sustentabilidad está inserta en nuestro
negocio y en la toma de decisiones más alta de la empresa.
Javier García Moritán
Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social de la
Universidad de Buenos Aires, especializado en Educación.
Cuenta con estudios de posgrado en Comunicación
Institucional (Universidad Austral) y RSE (UDESA). Desde hace
más de 10 años lleva adelante procesos de Responsabilidad
Social en empresas multinacionales. Actualmente es
Gerente de Sustentabilidad de Nidera, empresa en la que
trabaja desde 2011. En el plano académico-cultural, es
miembro del Instituto Emmanuel Mounier, colabora con
"Persona. Revista Iberoamericana de Personalismo
Comunitario" y escribe artículos y ensayos filosóficos de corte
humanista. "Acto y potencia" (www.actoypotencia.com.ar)
es su plataforma web desde donde divulga su pensamiento.
LOS BOSQUES: CLAVES PARA LA
SUSTENTABILIDAD GLOBAL
Hay diferentes clases de bosques, desde
los naturales hasta las plantaciones.
Todos son de vital importancia y se
complementan entre sí para satisfacer
diferentes necesidades de la sociedad.
Por ejemplo, la demanda de madera, la
cual se proyecta que se triplicará hacia
2050 superando los 10 mil millones de m3
anuales, cifra equivalente a 4 millones
de piscinas olímpicas llenas de madera
cada año.
Los bosques deben ser manejados y
utilizados sustentablemente para satisfacer esta demanda de forma
responsable, porque las sociedades dependen de los servicios que
proporcionan los bosques: madera, fibras y recursos genéticos para una
amplia gama de productos tradicionales y soluciones innovadoras en
bio-productos. Alimentos y energía renovable. Pero también
proporcionan servicios como la protección de cuencas hidrográficas, la
purificación del agua y el control de la erosión. Son fundamentales para
la producción de oxígeno y la regulación del clima gracias a la captura
y almacenamiento de carbono. Son el hogar del 80% de la
biodiversidad terrestre. Todos servicios que redundan en beneficios y/o
daños evitados para nuestra sociedad.
Es por ello que la gestión sustentable de los recursos forestales ha
cobrado tanta relevancia en la industria forestal a nivel mundial, que
hoy trabaja en múltiples plataformas de colaboración con los grupos de
interés clave de su cadena de valor, para generar soluciones de escala
ESCENARIOS Y TENDENCIAS
Por María Virginia Vilariño,
Coordinadora de Energía y Clima del
CEADS
www.ceads.org.ar
que permitan obtener una mayor productividad y mejorar la eficiencia
de los recursos forestales.
Tal es el caso del Forest Solutions Group del Consejo Empresario Mundial
para el Desarrollo Sostenible (WBCSD), que nuclea a las empresas líderes
del sector foresto-industrial a nivel mundial, junto a entidades científicas/
académicas referentes como The Forests Dialogue (TFD) y el National
Council for Air and Stream Improvement (NCASI). Junto a los principales
actores de su cadena de valor, trabajan para sumar más bosques bajo
un modelo de gestión sustentable, que brinde servicios ecológicos,
beneficios sociales y desarrollo económico sobre la base de recursos
renovables. Y apuntan a expandir los mercados para estos productos
forestales producidos de forma sustentable.
“…LA GESTIÓN SUSTENTABLE DE LOS RECURSOS
FORESTALES HA COBRADO TANTA RELEVANCIA EN LA
INDUSTRIA FORESTAL A NIVEL MUNDIAL, QUE HOY
TRABAJA EN MÚLTIPLES PLATAFORMAS DE
COLABORACIÓN CON LOS GRUPOS DE INTERÉS CLAVE
DE SU CADENA DE VALOR, PARA GENERAR SOLUCIONES
DE ESCALA”.
Entre las herramientas que este grupo promueve para apoyar la gestión
sustentable de bosques, se destaca la ―Guía para compra sustentable
de productos forestales‖, elaborada junto al Instituto de Recursos
Mundiales (WRI). Esta guía es una caja de herramientas diseñadas para
ayudar a los directivos de empresas a tomar decisiones informadas,
comprender los desafíos y encontrar los mejores consejos sobre cómo
comprar productos forestales de fuentes sostenibles, tales como papel o
envases, madera, muebles.
Asimismo, junto a PwC desarrollaron el ―Sustainable Forest Finance
Toolkit‖, un set de herramientas diseñado para apoyar al sector
financiero en la financiación sostenible de las industrias que afectan a
los bosques. Porque esto es un desafío para todos los actores que
participan en la cadena de valor, desde los productores forestales,
comercializadores, procesadores y compradores finales, hasta las
entidades que financian la actividad.
No solo las empresas forestales, sino el sector empresario en general, ha
empezado a hacer la conexión entre la salud de los ecosistemas y la
salud del negocio. El WBCSD hoy tiene identificadas una serie de
soluciones empresariales que contribuirán a la valoración y gestión
sustentable de los ecosistemas. Cada año crece el porcentaje de
directivos empresarios que manifiestan su preocupación por el efecto
de la pérdida de biodiversidad sobre las perspectivas de crecimiento de
sus empresas. Las últimas ediciones de la Convención de Naciones
Unidas para la Biodiversidad han sido testigo de la contribución del
sector empresario no sólo por su activa participación sino también por la
compilación y presentación de numerosos estudios de caso que
muestran cómo las alianzas efectivas de gobiernos y empresas pueden
dar lugar a operaciones de negocios sustentables basados en una
mejor gestión del capital natural. Recientemente, bajo el Convenio
sobre la Diversidad Biológica, se lanzó la Iniciativa sobre Indicadores
Globales de Impacto sobre la biodiversidad para la producción de
commodities, en alianza con WWF, IUCN, WBCSD. Se busca formular
indicadores de performance que permitirán a los productores de
materias primas identificar sus impactos en la biodiversidad y aplicar
prácticas para reducirlos.
“CADA AÑO CRECE EL PORCENTAJE DE DIRECTIVOS
EMPRESARIOS QUE MANIFIESTAN SU PREOCUPACIÓN POR
EL EFECTO DE LA PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD SOBRE LAS
PERSPECTIVAS DE CRECIMIENTO DE SUS EMPRESAS”.
Vemos cómo hoy las empresas cuentan con una serie de enfoques y
herramientas idóneas para evaluar su dependencia de los ecosistemas
como un proceso integrado en sus sistemas existentes de gestión. Y
cómo se siguen desarrollando más y mejores herramientas para medir,
valorar, gestionar y mitigar los impactos y dependencias de los
ecosistemas.
María Virginia Vilariño
Lic. en Ciencias Ambientales con especializaciones en
Políticas e instrumentos de Gestión Ambiental y Evaluación
de Proyectos de Inversión. Coordina el Área de Energía y
Clima del CEADS así como las iniciativas Agro Sustentable y
Ecosistemas de dicha institución. Autor líder y miembro del
grupo de expertos en mitigación del Panel
Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). Miembro
del Stakeholder Advisory Group del World Resources Institute.
“APLICANDO BUENAS PRÁCTICAS
AGRÍCOLAS, ASEGURAMOS UNA
AGRICULTURA SUSTENTABLE”
El sector agrícola es muy dinámico,
debe adaptarse constantemente a
las condiciones climáticas y
reinventarse tecnológicamente para
mejorar la calidad y los rindes sin
afectar al medio ambiente y así
alimentar a un mundo en
crecimiento. En el caso de la
Argentina, se suma que el campo es
un pilar fundamental en la economía
del país.
Respondiendo a este dinamismo y aceptando el desafío que conlleva,
las empresas socias de la Cámara de Sanidad y Fertilizantes (CASAFE)
han avanzado en materia de gestión sustentable desde varios aspectos:
desarrollando nuevas tecnologías cada vez más amigables con las
personas y formando parte los programas de Responsabilidad Social y
Ambiental que lleva a cabo nuestra organización: Depósito OK,
AgroLimpio y Capacitaciones; proyectos que promueven el buen uso
de los productos para la protección de cultivos. Esto es parte del
avance del sector en materia de gestión responsable.
CASAFE, camina a paso firme y considera que el desafío de toda la
cadena agroindustrial es implementar las Buenas Prácticas Agrícolas en
todo el país. Para ello, acompaña todo el desarrollo tecnológico con
capacitaciones, promoviendo el uso responsable de los productos
fitosanitarios. Creemos que las buenas prácticas agrícolas engloban
todo el proceso productivo, con lo cual, además del programa de
capacitaciones para aplicadores, productores y público en general
también trabajamos desde hace tiempo en un programa de
certificación de seguridad de depósitos de fitosanitarios (―Depósito OK‖)
y en AgroLimpio. El desarrollo de estos programas marca parte del
avance en la gestión de sustentabilidad.
Por Federico Landgraf, Director
Ejecutivo de CASAFE
www.casafe.org
La iniciativa denominada “Depósito Ok” fue lanzada en 2003.
Constituye un gran avance en materia de sustentabilidad ya que
certifica y brinda normativas de seguridad para los depósitos que
almacenan productos para la protección de cultivos a fin de evitar
riesgos. El principal objetivo es lograr que los depósitos se constituyan en
centros de almacenamiento seguro, y así resguardar al personal, el
ambiente y toda la comunidad. Este programa se apoya en normas
aplicadas en Canadá, EE.UU. y en postulados de CropLife International.
Con más de 12 años de experiencia, en 2014 auditamos 240 depósitos
para garantizar su máxima seguridad y este año esperamos superar ese
número.
En 2004 CASAFE decidió abordar, en parte, la problemática de los
envases vacíos de los productos fitosanitarios y desarrolló AgroLimpio. Un
programa de Responsabilidad Social y Ambiental destinado a
concientizar y colaborar en la elaboración de un sistema de
recolección y transformación de envases vacíos de plástico rígido que
involucre a todas las entidades civiles, públicas y privadas del sector
agropecuario. El programa se lleva a cabo en las provincias de
Córdoba, Neuquén, Río Negro, Mendoza, San Juan, Corrientes, Chaco,
Buenos Aires, Salta, Jujuy, Entre Ríos, Santa Fe, La Rioja, La Pampa,
Chubut, entre otras.
Cabe destacar que AgroLimpio no se limita solo a la problemática de
los envases. Su objetivo es promover prácticas que neutralicen riesgos
en la manipulación de fitosanitarios, el cuidado de los seres humanos y
el ambiente y la prevención de intoxicación accidental por un manejo
inadecuado.
En este marco, es importante destacar la existencia de un proyecto de
Ley de Envases Vacíos que actualmente se encuentra en el Senado
para su tratamiento. Esto conforma parte de los desafíos del hoy. El año
pasado (2014), por primera vez se puso en importancia la necesidad de
una legislación que regule el posterior tratamiento de envases y la
aplicación responsable de los productos para la protección de cultivos.
Si bien desde CASAFE ya nos mostramos comprometidos con el
tratamiento de envases al desarrollar nuestro Programa AgroLimpio
desde 2004, decidimos acompañar estos avances brindando
información y acercando la experiencia de otros países, como Brasil,
más avanzados en esta materia. De todas formas, desde la Cámara,
trabajamos independientemente para concientizar y mejorar la
aplicación de productos con especial atención en el cuidado de la
salud.
“EL AÑO PASADO, POR PRIMERA VEZ SE PUSO EN
IMPORTANCIA LA NECESIDAD DE UNA LEGISLACIÓN QUE
REGULE EL POSTERIOR TRATAMIENTO DE ENVASES Y LA
APLICACIÓN RESPONSABLE DE LOS PRODUCTOS PARA LA
PROTECCIÓN DE CULTIVOS”.
En cuanto a las capacitaciones, en 2014 llegamos a más de 16.000
personas de todo el país con nuestras diversas charlas que buscan una
mayor concientización y eficiente uso de los productos en el campo,
tocando temas como las buenas prácticas agrícolas, la utilización
responsable de fitosanitarios, legislación sobre estos insumos y
toxicología, entre otros. Respecto al 2013, se aumentó un 23,5% la
cantidad de personas capacitadas y se realizaron 196 jornadas, lo cual
significó un 42% más que en el año anterior.
Los cursos se dictaron a lo largo de todo el país, con principal incidencia
en la provincia de Córdoba, Buenos Aires, zona de Alto Valle, Santa Fe,
Entre Ríos, San Luis, Santiago del Estero y La Rioja. Los principales
asistentes estuvieron representados por grupos de productores (24%),
asesores técnicos (22%) y aplicadores (20%). También se destacó la
presencia de trabajadores rurales, docentes, estudiantes, médicos,
distribuidores y público en general.
En estas acciones impulsadas por la Cámara, se destaca la sinergia
público-privada con la co-organización de las capacitaciones por parte
del gobierno (50%), instituciones públicas (39%) y entidades privadas
(4%).
Para 2015, el programa de capacitaciones va a seguir siendo central en
la estrategia de CASAFE. En este caso se buscará generar un vínculo
con el público para que la concientización sea más profunda y que
ellos mismos puedan ser viralizadores de las buenas prácticas agrícolas.
No dudamos en que alcanzaremos a más productores, técnicos y
público general en los lugares más recónditos del país. Porque no sólo
vemos al agro como la Pampa Húmeda sino que todas las regiones
productivas son importantes para CASAFE.
Nuestro objetivo es seguir avanzando, generando herramientas que
gracias a la tecnología, ayuden al productor argentino a superarse día
a día cuidando los recursos naturales y al medio ambiente.
Federico Landgraf
Licenciado en Administración de Empresas con un Master in
Business Administration, y Especialización en Propiedad
Intelectual en Vegetales y Registración. Se desempeñó
como Responsable del Área de Economía en la
Confederación Intercooperativa Agropecuaria
(CONINAGRO). Actualmente ejerce como Director Ejecutivo
de CASAFE, Cámara de Sanidad Agraria y Fertilizantes.
CONSTRUCCION Y SUSTENTABILIDAD
En la actualidad es imposible pensar en el
desarrollo de cualquier tipo de actividad
sin la incorporación del concepto de
―sustentabilidad‖, que incluye la
consideración de las dimensiones
económica, ambiental y social. Por lo
tanto todo proyecto de construcción,
para resultar sostenible, debe abordarlas.
Integrar los aspectos de la sustentabilidad
supone desarrollar acciones que van más
allá del cumplimiento de las obligaciones legalmente vinculantes. En
materia ambiental, en particular, existe un marco normativo aplicable a
la construcción.
A partir de la reforma constitucional de 1994, nuestro país ha
consagrado el derecho de todos los habitantes a gozar de un ambiente
sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las
actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin
comprometer las de las generaciones futuras, y el correlativo deber de
su preservación. Asimismo, establece la obligación prioritaria de la
recomposición del daño ambiental y la obligación de las autoridades
(nacionales, provinciales y municipales) de proveer el derecho
reconocido. (Artículo 41 CN).
Asimismo, se ha determinado el esquema de reparto de competencias
en materia ambiental, que comprende la distribución de roles y
responsabilidades entre las autoridades de distintos órdenes
gubernamentales en nuestro régimen federal. Las competencias en
materia ambiental son concurrentes entre Nación y provincias, con un
criterio de complementariedad: corresponde a la Nación el dictado de
la normativa que incluya niveles mínimos de protección y a las
provincias las facultades de complementar y enriquecer dicha
normativa, no pudiendo legislar por debajo de estos niveles mínimos de
protección. También se reconocen las facultades de los municipios, en
virtud del poder de policía que les es propio, en el marco de su
autonomía.
Por Adriana Norma Martinez, Docente
de posgrado en temáticas
Ambientales, de Turismo y
Responsabilidad Social
Por Adriana Rosenfeld, Coordinadora a
nivel nacional, regional e internacional
de temas de Responsabilidad Social
para IRAM
En ejercicio de su competencia en la materia, la Nación ha dictado a la
fecha, diez leyes de presupuestos mínimos. Nueve de ellas son
sectoriales y una tiene un alcance general. Ella es la ley 25.675 -Ley
General del Ambiente (LGA). Ésta es una ley marco en materia de
presupuestos mínimos de protección ambiental, establece los objetivos,
principios e instrumentos de la política ambiental nacional; constituye el
andamiaje institucional básico de interpretación de las leyes sectoriales
dictadas y las que se dicten en el futuro; pero también reviste el
carácter de ley mixta, ya que regula la responsabilidad por la
recomposición del daño ambiental de incidencia colectiva.
De acuerdo a la organización federal del Estado argentino, las
diferentes actividades de la construcción quedan regidas por el marco
ambiental nacional, las normativas ambientales provinciales, de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, municipales de aplicación, y aún
de órganos interjurisdiccionales (ejemplo de ello son las facultades
otorgadas a ACUMAR en la materia), según el lugar de radicación de la
empresa y de desarrollo de los distintos proyectos.
Las normas jurídicas de protección ambiental prevén, para el caso de
incumplimiento, sanciones que corresponden a los regímenes de
responsabilidad administrativo, civil y penal.
Es por ello que resulta de fundamental importancia, a los fines de
conocer las responsabilidades que conlleva el desarrollo de sus
actividades y evitar incurrir en incumplimientos que acarreen
consecuencias jurídicas, identificar el marco normativo ambiental
aplicable a cada emprendimiento particular.
La responsabilidad administrativa es la que se deriva de la infracción de
la norma administrativa, sus normas complementarias y su
reglamentación, y se concreta en la aplicación de una sanción
administrativa por la acción u omisión infractora.
La responsabilidad penal es la que se deriva de una conducta
tipificada como delito y se concreta en la aplicación de una pena por
la acción u omisión dolosa o culposa del autor de una u otra.
“…RESULTA DE FUNDAMENTAL IMPORTANCIA, A LOS FINES
DE CONOCER LAS RESPONSABILIDADES QUE CONLLEVA
EL DESARROLLO DE SUS ACTIVIDADES Y EVITAR INCURRIR
EN INCUMPLIMIENTOS QUE ACARREEN CONSECUENCIAS
JURÍDICAS, IDENTIFICAR EL MARCO NORMATIVO
AMBIENTAL APLICABLE A CADA EMPRENDIMIENTO
PARTICULAR”.
La responsabilidad civil es la que surge ante una acción que reuniendo
los presupuestos establecidos por la legislación, provoca una lesión a un
derecho o un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico. En
materia ambiental, el régimen general de responsabilidad civil rige los
supuestos de daño ambiental indirecto o personal (cuando se lesionan
derechos personales o patrimoniales) e impone la obligación de su
reparación, mientras que el régimen especial de responsabilidad
ambiental rige en la especie de daño ambiental de incidencia
colectiva, o daño ambiental directo, que exige la recomposición del
ambiente dañado.
A este respecto, no puede dejar de ponerse de resalto que el nuevo
Código Civil y Comercial de la Nación, establece un régimen general
de responsabilidad civil –al que atribuye función de prevención,
además de la tradicional de reparación del daño- que adquiere
particular relevancia ante el caso de la reparación del daño ambiental
indirecto (en especial al consagrar la responsabilidad por actividades
riesgosas) y mejora la redacción de la normativa anterior en lo
relacionado a las inmisiones. Junto a él, mantiene su vigencia el régimen
de responsabilidad ambiental por daño colectivo, sistema especial
establecido por la citada LGA.
Dado que en la actualidad existen aspectos de la sustentabilidad que
no se encuentran plenamente contemplados en campo obligatorio,
adquiere fundamental relevancia la adopción de normas que integran
el campo voluntario, por parte de todos los actores de la actividad de
la construcción.
Uno de los aportes de la normalización en el campo ambiental, es la
serie ISO 14000. Las normas que integran la serie, una vez
implementadas, resultan una contribución a la adecuada gestión
ambiental de las organizaciones.
El principal aporte de la normalización en el campo de la
sustentabilidad es la Norma Argentina IRAM-ISO 26000:2010 – Guía de
Responsabilidad Social, que tiene por objeto ayudar a las
organizaciones a contribuir al logro del desarrollo sustentable. Es un
documento que condensa acuerdos globales sobre definiciones y
principios de Responsabilidad Social (RS), materias fundamentales y
asuntos a abordarse y orientación sobre cómo integrar la RS en todas las
operaciones.
Las materias fundamentales, entre las que se incluye una
específicamente ambiental, cubren los impactos más probables, tanto
de tipo económico, como ambiental y social que deberían abordar
tanto las organizaciones en general como las empresas del sector de la
construcción en particular.
La actividad de la construcción resulta un actor clave en el avance
hacia el desarrollo sustentable. Es por ello que la integración de la
dimensión ambiental en la operatoria diaria de cada uno de los actores
que la componen, a través del cumplimiento con el marco obligatorio y
de la adopción de normas voluntarias, resulta un paso imprescindible
hacia la incorporación de la sustentabilidad por parte de las empresas
del sector.
Adriana Norma Martínez
Procuradora, abogada y escribana (Facultad de Derecho
de la UBA). Magister en Ambiente Humano (Instituto
Latinoamericano de Políticas Sociales -ILAPS-, U.N.L.Z.).
Posgraduada en el Programa de Actualización en Derecho
de Turismo de la Facultad de Derecho de la UBA.
Posgraduada del I Programa Iberoamericano de Formación
de Formadores en RSE (Fondo Fiduciario España-PNUD y
Escuela de Posgrado de la Fac. de Cs. Económicas, UBA). Se
desempeña en la docencia universitaria desde 1984.
Actualmente es profesora asociada ordinaria y Jefa de la
División Derecho del Depto. de Cs. Soc. de la UNL y adjunta
regular de la Facultad de Derecho y Cs. Soc., Departamento
de Derecho Económico y Empresarial, Cátedra Régimen
Jurídico de los Recursos Naturales y Protección del Medio
Ambiente. Se desempeña como directora y codirectora de
proyectos de investigación interdisciplinarios e integra
equipos que desarrollan actividades de extensión,
vinculación tecnológica y consultorías. Docente de
posgrado en diversas universidades nacionales en temáticas
ambientales, de turismo y responsabilidad social. Autora de
diversas publicaciones. Conferencista en congresos,
jornadas en el país y en el exterior.
Adriana Rosenfeld
Computadora Científica/UBA. Lic. en Información
Ambiental/Universidad Nacional de Luján. Auditora
ambiental/European Organization for Quality. Experta en
26000:2010/IRAM y Formadora de formadores en RSE/Red
Iberoamericana de Universidades por la RSE. En la UNL es
Profesora adjunta ordinaria del Depto. de Cs. Soc.,
Coordinadora de la Lic. en Información Ambiental e integra
equipos interdisciplinarios de investigación, extensión y
vinculación tecnológica. Docente de grado y posgrado en
diferentes universidades en temáticas ambientales y de
responsabilidad social. Autora de libros y artículos en
publicaciones especializadas. Se ha desempeñado como
colíder del equipo encargado del diseño y la
implementación de la política comunicacional del grupo
internacional a cargo del estudio de la norma ISO
26000:2010-Guía de RSE y como integrante del Comité
Espejo Argentino. Actualmente integra el grupo
internacional encargado de velar por el correcto uso de la
ISO 26000:2010, co-lidera el grupo específico para la
Comisión Panamericana de Normas Técnicas y está a cargo
de la coordinación a nivel internacional, regional y nacional
para IRAM.
RSE: UNA RESPONSABILIDAD DE
TODOS
Ciento sesenta y siete millones es la
cifra que entregó la CEPAL sobre la
cantidad de personas que viven bajo la
línea de la pobreza en América Latina.
De los cuales, alrededor de 113 son los
que habitan en asentamientos
informales, sin acceso a agua, luz y
saneamiento y tierra de manera
regular, de acuerdo a lo que alerta
ONU-Hábitat. Es esta situación de
emergencia que enfrentan quienes
habitan en estos espacios lo que
queremos cambiar desde TECHO, pero no solos. Queremos que los
diferentes actores de la sociedad conozcan esta realidad y que
trabajemos en conjunto para cambiarla.
En el marco de los comportamientos socialmente responsables de las
empresas, TECHO invita a las corporaciones a que nos acompañen y
sean parte de la superación de la pobreza a través de alianzas
estratégicas en las que el sector privado realice inversiones sociales de
alto impacto alineadas a sus ejes de RSE y que les permita a su vez
trabajar con todos sus stakeholders.
Para lograr nuestro objetivo a través de alianzas corporativas, nuestro
principal desafío es encontrar la alineación del core business de las
empresas con nuestros programas sociales. También, a involucrar a la
mayor cantidad de grupos de interés en el relacionamiento con la
comunidad y desarrollar programas de voluntariado corporativo
basado en las habilidades profesionales de los colaboradores. Sabemos
DESTACADOS
Por Olga Valle, Coordinadora de
Alianzas Corporativas Regionales de
TECHO
olga.valle@techo.org
www.techo.org
que las empresas las componen las personas y apelamos a su voluntad
para contribuir al desarrollo de sociedades más justas.
Ejemplos que ilustran nuestro modelo de trabajo con la empresa son:
empleados de bancos regionales capacitando a pobladores en
emprendimientos, importantes cadenas de hoteles impartiendo cursos
de gastronomía o compañías de automóviles financiando cursos de
mecánica automotriz. Semana a semana, se desarrollan programas en
las cerca de 400 comunidades organizadas con las que trabaja TECHO.
Algunos ejemplos son: Reforzamiento Escolar, Alfabetización, Inserción
Laboral, Capacitación en Oficios, Desarrollo Empresarial, Microcréditos,
Vivienda e Infraestructura.
Estos programas son desarrollados entre voluntarios y pobladores en
nuestras comunidades, los cuales en gran parte son implementados
gracias al trabaja articulado entre TECHO y el sector privado. De esta
manera hemos llegado a 19.895 participantes en el programa de
educación; hemos construido 523 salones comunitarios, 102.000
viviendas de emergencia y 5.521 definitivas; todo esto gracias a los
610.419 voluntarios movilizados. Es por eso que resulta tan importante
para nosotros que cada día se sumen nuevos actores corporativos a
nuestro trabajo permanente en las comunidades.
“…NUESTRO PRINCIPAL DESAFÍO ES ENCONTRAR LA
ALINEACIÓN DEL CORE BUSINESS DE LAS EMPRESAS CON
NUESTROS PROGRAMAS SOCIALES”.
En los programas de Vivienda e Infraestructura, que se destacan por la
movilización masiva de voluntarios universitarios y corporativos, también
hemos logrado que las empresas impacten desde su core business. El
Grupo Elementia, especializado en materiales de construcción a través
de su Fundación se ha comprometido a apoyar la mejora y el rediseño
de la vivienda de emergencia de 18 m2 que construimos. El cambio de
materialidad que se ha concretado en 3 países de la región (6 más en
pruebas pilotos y evaluaciones) nos ha permitido brindar una solución
habitacional de mayor durabilidad e impermeabilidad y con costos de
mantención bajos. También contamos con un nuevo modelo de
vivienda que alcanza los 25 m2 gracias al apoyo del equipo técnico de
Eternit.
La Fundación Kaluz además se ha comprometido a proporcionarnos los
mejores precios disponibles en el mercado y a retornar un porcentaje de
los montos facturados para poder desarrollar más programas y
proyectos en las comunidades. También a través de nuestro programa
de Voluntariado Corporativo, el grupo ha empezado a involucrar a sus
colaboradores en la construcción de viviendas.
De esta manera, la sostenibilidad ha enmarcado de manera integral la
alianza entre TECHO y Fundación Kaluz, fomentando la mejora de
nuestras viviendas gracias a la asesoría de sus colaboradores,
facilitándonos una oferta comercial acorde a nuestras capacidades,
llevando a sus colaboradores al terreno de trabajo y permitiéndonos
impactar a través de otros programas en las comunidades.
Otro ejemplo es la alianza regional con CATERPILLAR, la empresa
fabricante de maquinaria de construcción más grande del mundo, y
con algunos de sus dealers locales en América Latina (Finning, IIASA,
GECOLSA, GENTRA y COGESA). Gracias al trabajo conjunto con estas
empresas hemos podido construir más de 500 viviendas y recientemente
desde su programa de RSE ―Community Machine‖ se han sumado con
sus colaboradores y sus activos -máquinas- en la construcción de un
parque comunitario en Panamá. El objetivo es que CATERPILLAR desde
la naturaleza de su negocio pueda impactar positivamente en las
comunidades y que TECHO pueda actuar como su aliado en la
identificación de necesidades comunitarias y la gestión de los
proyectos.
Desde TECHO hacemos extensiva la invitación al sector privado a
realizar inversiones sociales que realmente transformen e impacten en
las comunidades, para así hacer de la responsabilidad corporativa una
estrategia transversal a su naturaleza, y no acciones de filantropía
aisladas del core business. Y que de esta manera seamos más los que
trabajemos por la superación de la pobreza en asentamientos, pues
tenemos un reto tan difícil como posible.
Olga Valle
Nicaragüense, 24 años, Ingeniera Industrial y actual
Coordinadora de Alianzas Regionales de TECHO. Participó
como voluntaria en el equipo de TECHO en Nicaragua
aportando al cumplimiento de las estrategias de
sustentabilidad de la organización en el país. Desde 2014
coordina el trabajo de los 19 equipos locales de TECHO en
Latinoamérica para la vinculación con empresas en función
de sus programas de Responsabilidad Social Corporativa.
Informe Planeta Vivo 2014. World Wide Fund for Nature. Colombia. Año
2014.
Abastecimiento Sostenible de Productos Madereros y de Papel. Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD), y el
Instituto de Recursos Mundiales (WRI). Versión 3.1 Actualizada. Diciembre, 2013.
Responsabilidad Social Empresarial en el Sector de la
Construcción. Botero Botero, Luis Fernando. AD-minister, núm. 14, enero-
junio, 2009, pp. 105-123. Universidad EAFIT. Medellín, Colombia. Año 2009.
Carbon Disclosure Project
Forest Stewardship Council (FSC)
Madera Justa
Certificación LEED
Rainforest Alliance
Red Global de Comercio Forestal (GFTN)
Programme for the Endorsement of Forest Certification (PEFC)
Roundtable on Sustainable Biofuels (RSB)
Roundtable on Suntainable Palm Oil
DOCUMENTOS RECOMENDADOS
SITIOS DE INTERÉS
Forest Footprint Disclosure
Diálogo Forestal
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
INTA
Asociación Argentina de Consorcios Regionales de
Experimentación Agrícola (AACREA)
Instituto de Ética y Calidad en el Agro
Argentina Green Building Council
Instituto Argentino de la Construcción Sustentable (IARCOS)
Global Gap
Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (IICA)
Plataforma Tecnológica de Agricultura Sostenible (PTAS)