Post on 12-Jan-2016
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República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Defensa
Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada
Núcleo Portuguesa
BACHILLERES:
CARLA
MANZANILLA
CI:
MARIAN VANEGAS CI: 21.526.317
OSBEL LUQUE CI:
ALEXIS LEO CI:
RAMIRO
SAAVEDRA
CI:
ANIBAL GALENO CI:
CI:
PROF.: GENESIS MEJIAS
ING. CIVIL “A” VIII SEMESTRE
JUNIO 2015
Introducción
Los eventos naturales siempre han producido temor e inquietud en el
hombre, porque significan el enfrentamiento con lo desconocido, a fuerzas que,
una vez desatadas, resultan incontrolables: terremotos, tsunamis, inundaciones,
erupciones volcánicas, huracanes, tormentas eléctricas, aludes torrenciales y
deslizamientos.
La distribución de terremotos en la región venezolana pone de manifiesto la
actividad y la concentración de focos sísmicos en la región norte-costera,
originada por la liberación de energía producto del contacto entre las placas
tectónicas Caribe y suramericana.
A pesar de la demanda de material informativo sobre terremotos por parte
de docentes, universitarios, profesionales y público en general, con poco
conocimiento sobre estos eventos, hay una carencia de libros de fácil lectura y
comprensión sobre este tema. La finalidad de este trabajo es proporcionar una
descripción sencilla y actualizada sobre la sismología venezolana, así como
familiarizar al lector con la cultura sísmica, con la intención de que conozca las
medidas a tomar antes, durante y después de un terremoto.
MAGNITUD E INTENSIDAD
La magnitud de un sismo es una medida de su tamaño. Es un dato objetivo,
es decir, es el mismo en cualquier parte del mundo donde se calcule. Por el
contrario, la intensidad es una medida de los efectos de un sismo sobre un área
determinada. La intensidad es una medida subjetiva y conforme uno se aleja del
epicentro, esta tiende a disminuir.
MAGNITUD:
La magnitud de un sismo corresponde a la energía liberada por la rotura o
el desplazamiento de rocas en el interior terrestre. Se mide mediante la escala de
Richter; es una escala objetiva porque se basa en los datos extraídos del registro
de sismógrafos.
La magnitud más conocida es la propuesta por Charles Richter y lleva su
nombre. Richter fue un científico que observó que la amplitud de las ondas
sísmicas tendía a disminuir en forma predecible con la distancia. Él elaboró una
ecuación para relacionar tanto la distancia como la amplitud de la onda S en un
tipo de sismógrafo ampliamente utilizado en California y así fue como nació la
“Escala de Richter”.
La escala de Richter es logarítmica, lo cual significa que si se produjeran
dos sismos en un mismo sitio una distancia de 100 km con una amplitud máxima
de 1 mm el primero y de 10 mm el segundo, la magnitud de los mismos sería 3 y 4
respectivamente. Si la amplitud de la traza fuera de 100 mm, entonces el sismo
sería de magnitud 5. En otras palabras, un sismo de magnitud 4 es diez veces
más grande que uno de magnitud 3 y un sismo de magnitud 5 sería cien veces
más grande que uno de magnitud 3
Si asumiéramos que un sismo de magnitud 1 corresponde al tamaño de una
canica, entonces uno de magnitud 2 sería equivalente al de una bola de golf, uno
de magnitud 3 sería equivalente a una toronja y uno de magnitud 4 a una pelota
de baloncesto.
Aunque la escala de magnitud de Richter es la más conocida, en sismología
se prefiere utilizar la escala de magnitud momento o Mw. Al igual que
la magnitud de Richter, la magnitud momento es también logarítmica, pero en
lugar de basarse en la amplitud máxima del movimiento del terreno, la magnitud
momento relaciona el área de ruptura de la falla que causa el sismo y su máximo
desplazamiento.
Para que se produzca un terremoto, es necesario que exista ruptura de las
rocas de la corteza. Sin embargo la corteza de la Tierra posee una profundidad
finita (alrededor de 30 km). Un terremoto de magnitud 4 por ejemplo, podría
suceder en cualquier parte del planeta sin mayores inconvenientes ya que no
rompería un área demasiado grande y siempre estaría comprendido dentro de la
corteza. Sin embargo, para que sucediera un sismo de magnitud 8, sería
necesario que la falla rompiera todo el espesor de la corteza y aun así que la
ruptura se extendiera por varios cientos de kilómetros de largo
Con la magnitud momento es posible estimar qué tan grande podría ser un
terremoto con solo conocer el área que éste pudiera romper y el desplazamiento
relativo entre los bloques de la falla.
ESCALA DE MAGNITUD.
Para un sismo dado, la magnitud es una constante única que representa una
medida cuantitativa del tamaño del sismo, independientemente del sitio de
observación. La magnitud se determina midiendo la máxima amplitud de las ondas
registradas en el sismograma correspondiente al evento. Una escala estrictamente
cualitativa, que puede ser aplicada en sismos de regiones habitadas o no
habitadas, fue ideada en 1931 por Wadati en Japón y desarrollada por Charles
Richter en 1935 en California. Richter definió la magnitud de un evento local como
el logaritmo en base a diez de la amplitud máxima de una onda sísmica registrada
en un sismógrafo patrón (Wood – Andenson o su equivalente) a una distancia de
100 kilómetros del epicentro del terremoto. Esto significa que siempre que la
magnitud aumenta en una unidad, la amplitud de las ondas sísmicas aumenta 10
veces. Existen diferentes tipos de magnitud, destacando las siguientes:
o Magnitud de Ondas de Cuerpo Mb: Medida de magnitud basada en la
amplitud máxima de las ondas de cuerpo con periodos cercanos a 1,0
segundo.
o Magnitud de Ondas de Superficie MS: Medida de magnitud basada en la
amplitud máxima de las ondas de superficie con períodos de
aproximadamente 20 segundos.
o Magnitud Momento Mw: Medida de magnitud basada en el momento
sísmico Mo de la fuente generadora del sismo; es una escala de
magnitud establecida por H. Kanamori.
o Magnitud Richter M: Magnitud medida en la escala establecida por Ch.
Richter en 1933, llamada también magnitud local Ml.
ESCALA DE RICHTER
MAGNITUD EN
ESCALA RICHTER
EFECTOS DEL TERREMOTO
Menos de 3.5 Generalmente no se siente, pero es
registrado.
3.5 - 5.4 A menudo se siente, pero sólo causa
daños menores.
5.5 - 6.0 Ocasiona daños ligeros a edificios.
6.1 - 6.9 Puede ocasionar daños severos en
áreas donde vive mucha gente
7.0 - 7.9 Terremoto mayor. Causa graves
daños.
8 o más Gran terremoto. Destrucción total a
comunidades cercanas.
INTENSIDAD:
La intensidad de un sismo corresponde a los efectos producidos por la
acción de las ondas superficiales. Se puede medir mediante la escala MSK o
mediante la escala de Mercalli. Las dos son medidas subjetivas porque dependen
de la apreciación de las personas.
La escala de intensidad fue propuesta por primera vez en Italia por el
científico Giuseppe Mercalli. La escala original constaba de diez grados y la que
se usa actualmente, que se llama escala de Mercalli modificada, consta de doce
grados.
A diferencia de la magnitud, la intensidad se relaciona con los efectos sobre
las personas y el grado de daño sobre las estructuras. Los valores bajos por lo
general están asociados con la forma como las personas sintieron el sismo,
mientras que los valores altos con la forma como fue afectado el paisaje o las
construcciones hechas por el hombre.
Luego de la ocurrencia de un terremoto, se realiza una encuesta,
generalmente por vía telefónica, preguntando a las personas como fue percibido el
sismo. Dependiendo de las respuestas y de acuerdo a la siguiente tabla, es como
se le asigna un valor de intensidad específico al sitio donde se hace la consulta.
ESCALA DE MERCALLI MODIFICADA (MM)
ISacudida sentida por muy pocas personas en
condiciones especialmente favorables.
II
Sacudida sentida sólo por pocas personas en reposo,
especialmente en los pisos altos de los edificios. Los
objetos suspendidos pueden oscilar.
III Sacudida sentida claramente en los interiores,
especialmente en los pisos altos de los edificios,
muchas personas no lo asocian con un temblor. Los
vehículos de motor estacionados pueden moverse
ligeramente. Vibración como la originada por el paso de
un carro pesado. Duración estimable.
IV
Sacudida sentida durante el día por muchas personas
en los interiores, por pocas en el exterior. Por la noche
algunas despiertan. Vibración de vajillas, vidrios de
ventanas y puertas; los muros crujen. Sensación como
de un carro pesado chocando contra un edificio, los
vehículos de motor estacionados se balancean
claramente.
V
Sacudida sentida por mucha gente; muchos despiertan.
Algunas piezas de vajilla, vidrios de ventanas, etcétera,
se rompen; pocos casos de agrietamiento de
aplanados; caen objetos inestables. Se observan
perturbaciones en los árboles, postes y otros objetos
altos. Se detienen de relojes de péndulo.
VI
Sacudida sentida por muchas personas; muchas
personas atemorizadas huyen hacia afuera. Algunos
muebles pesados cambian de sitio; pocos ejemplos de
caída de aplanados o daño en chimeneas. Daños
ligeros.
VII
Advertido por todos. La gente huye al exterior. Daños
sin importancia en edificios de buen diseño y
construcción. Daños ligeros en estructuras ordinarias
bien construidas; daños considerables en las débiles o
mal planeadas; rotura de algunas chimeneas. Estimado
por las personas conduciendo vehículos en
movimiento.
VIII
Daños ligeros en estructuras de diseño especialmente
bueno; considerable en edificios ordinarios con
derrumbe parcial; grande en estructuras débilmente
construidas. Los muros salen de sus armaduras. Caída
de chimeneas, pilas de productos en los almacenes de
las fábricas, columnas, monumentos y muros. Los
muebles pesados se vuelcan. Arena y lodo proyectados
en pequeñas cantidades. Cambio en el nivel del agua
de los pozos. Pérdida de control en las personas que
guían vehículos motorizados.
IX
Daño considerable en las estructuras de diseño bueno;
las armaduras de las estructuras bien planeadas se
desploman; grandes daños en los edificios sólidos, con
derrumbe parcial. Los edificios salen de sus cimientos.
El terreno se agrieta notablemente. Las tuberías
subterráneas se rompen.
X + Destrucción de algunas estructuras de madera bien
construidas; la mayor parte de las estructuras de
mampostería y armaduras se destruyen con todo y
cimientos; agrietamiento considerable del terreno. Las
vías del ferrocarril se tuercen. Considerables
deslizamientos en las márgenes de los ríos y
pendientes fuertes. Invasión del agua de los ríos sobre
sus márgenes. Casi ninguna estructura de
mampostería queda en pie. Puentes destruidos.
Anchas grietas en el terreno. Las tuberías subterráneas
quedan fuera de servicio. Hundimientos y derrumbes en
terreno suave. Gran torsión de vías férreas.
Destrucción total. Ondas visibles sobre el terreno.
Perturbaciones de las cotas de nivel (ríos, lagos y
mares). Objetos lanzados en el aire hacia arriba.
A partir de estos datos se pueden generar mapas que muestran las zonas
que fueron movidas con mayor intensidad. En la Figura 4 se muestra el mapa de
intensidades obtenido por la Red Sicológica Nacional (RSN) para el terremoto de
Limón (22 de abril de 1991) donde se aprecia claramente cómo, conforme nos
alejamos de la zona epicentro (Valle de la Estrella), los valores de intensidad son
cada vez menores
FALLAS EN VENEZUELA
Ante todo es importante aclarar qué es una “falla” desde el punto de vista
de la geología, bien, se conoce como “falla” a la discontinuidad que se forma por
fractura en las rocas de la corteza terrestre, a lo largo de la cual ha habido
movimiento de uno de los lados respecto del otro. Las fallas se forman por
esfuerzos tectónicos actuantes en la corteza. Los bordes de las placas tectónicas
están formados por fallas de hasta miles de kilómetros de longitud, como la falla
de Boconó.
Las fallas geológicas son condicionantes de la estabilidad o no de la corteza
terrestre, estas fallas presentan constante movimiento de las placas tectónicas, lo
que hace los territorios en donde se encuentran, altamente sísmicos, estos
territorios se denominan “zonas de riesgo sísmico”. La ubicación geográfica de
Venezuela se corresponde con el Hemisferio Norte y su límite sur está muy
cercano a la línea del Ecuador terrestre, lo que hace al país privilegiado en cuando
a su exposición a las fuerzas de la naturaleza, es prácticamente improbable que
podamos padecer huracanes, no formamos parte del sistema monzónico y
tampoco corremos riesgos de padecer los rigores de un tsunami, pero
lamentablemente no podemos escapar de los terremotos, si bien la ubicación del
país nos aleja del llamado “cinturón de fuego del Pacífico”, la zona sísmica más
activa del mundo, estamos inmersos en el sistema sísmico de la Cordillera de Los
Andes (Placa Suramericana) y el sistema del Caribe (Placa del Caribe).
La falla de Boconó forma parte del "sistema sísmico de la Cordillera de Los Andes", la transición
entre la Placa del Caribe y la Placa Sudamericana (En la imagen, el mapa señala las placas
tectónicas de la región)
Así las fallas de Boconó, San Sebastián, El Pilar y Oca-Ancón, conforman la
zona de mayor actividad (desplazamiento) en la interacción de las placas en
nuestro país convirtiéndose así en los rasgos neotectónicos más importantes. En
la actualidad aún no existe un consenso preciso para definir el límite exacto entre
una placa y otra, pudiéndose establecer el norte de Venezuela, incluyendo toda la
cuenca del Lago de Maracaibo, en una zona de transición entre las placas del
Caribe y Suramérica.
EL AMBIENTE TECTÓNICO DE VENEZUELA Y LA FORMACIÓN DE FALLAS
El primero en reconocer la existencia de grandes zonas de fallas, con un
desplazamiento principal rumbo-deslizante, en Venezuela fue Emile Rod, un
geólogo suizo, en 1956. En particular, Rod definió por primera vez las zonas de
fallas de Oca, Boconó y El Pilar, y describió sus características más importantes.
En esa época, el pensamiento geológico en Venezuela estaba dominado por la
concepción clásica de continentes estáticos y desplazamientos verticales en la
corteza, produciendo montañas y cuencas sedimentarias, en las cuales se
acumuló el petróleo, cuyo estudio fue el objetivo fundamental de la gran mayoría
de los geólogos. Al igual que con la tectónica de placas, fue sólo después de que
se publicaron los primeros mapas geológicos, tectónicos y de sismicidad de
Venezuela (por Bucher, Smith y Fiedler, entre 1952 y 1962), cuando se comenzó a
tener una visión de la tectónica venezolana a escala del país y su relación con la
tectónica continental y del Caribe
En la actualidad, y en rasgos muy generales, se considera que el norte de
Venezuela es parte del límite entre las Placas del Caribe y de América del Sur. En
tierra firme y en la plataforma continental de Venezuela, este límite se caracteriza
por un sistema de fallas orientado aproximadamente en dirección este-oeste, a lo
largo de la costa a través de los Andes y las Montañas del Caribe (nombre que en
la literatura geológica venezolana se le ha dado a la Cordillera de la Costa y la
Serranía de Fallas de Boconó-Oca-Morón-El Pilar y, como lo indica su nombre,
está constituido principalmente por las cuatro zonas de fallas que la designan.
El desplazamiento relativo hacia el oeste de América del Sur con respecto
al Caribe, en dirección este-oeste, origina un esfuerzo en la corteza terrestre el
cual consiste de compresión en dicha dirección o este-sureste a oeste-noreste,
con componente diagonales (noreste y noroeste). En otras palabras, a lo largo de
las fallas que conforman el sistema de Boconó-Oca-Morón-El Pilar, la magnitud y
la velocidad del desplazamiento depende de la orientación de las zonas de fallas
con respecto a la dirección principal de esfuerzo este-oeste.
Solamente en una dirección norte-sur podría generarse un esfuerzo de
corrimiento; en las direcciones noreste, noroeste y este-oeste, se generan
esfuerzos parcial o totalmente rumbo-deslizantes. El corrimientos de las montañas
del Caribe hacia el sur, es un desplazamiento más antiguo de la placa del Caribe
sobre América del Sur. Este corrimiento ha sido cortado y desplazado por el
sistema de fallas de Oca-Boconó-Morón-El Pilar, data desde fines del Terciario;
ates de ese tiempo (Cretáceo a Terciario Medio) en la corteza de esta región
tenían una orientación distinta (norte-noroeste a sur-sureste) y se formaron, entre
otras estructuras, las Montañas del Caribe.
FALLAS PRESENTES EN EL VALLE DE CARACAS
El Arco de las Islas del Caribe constituye el borde de la placa móvil que
lleva el mismo nombre; y que se está desplazando hacia el Este y cuyo borde
meridional se encuentra a lo largo de la parte septentrional de Venezuela ; como
consecuencia , la zona de contacto entre la placa del Caribe y la placa Continental
que comprende la mayor parte del país, ha sido y continua siendo una zona
sísmica de mayor importancia en la cual se agrupan los epicentros de,
prácticamente todos los sismos destructivos ocurridos en Venezuela.
Debido a ello todo el norte de Venezuela, así como los estados andinos, se
encuentran desde el punto de vista geológico, en zonas de montañas jóvenes que
están subiendo en relación con el nivel del mar. La cara norte de la Cordillera de la
Costa tiene un ascenso abrupto y rápido. La cara Sur, que mira hacia Caracas,
muestra claramente lo rápido que ha sido el ascenso del cerro del Avila. El perfil
de montaña en el lado de Caracas es escarpado e interrumpido abruptamente por
el valle del mismo nombre, que se extiende de Oeste a Este y paralelo a la Costa.
Hacia el Sur, el valle está bordeado por cerros; éstos se denominan
Serranía del Sur o del Interior. Entre estos dos sistemas de montañas, hay una
inmensa zona de fallas que son consecuencia del movimiento desigual entre
ambos bloques. El Valle de Caracas ocupa en gran parte la zona de fractura al pie
del Avila.
El gran bloque montañoso que constituye la Cordillera de la Costa en la
zona caraqueña está ascendiendo como una cuña entre las rocas de la Serranía
del Interior por un lado y las rocas que forman el fondo del mar Caribe por el otro
lado. Debido al espesor de la corteza terrestre las fallas existentes se extienden a
considerable distancia hacia el Norte, en el mar Caribe, dando lugar a una zona de
focos sísmicos que en las diferentes épocas han sido origen de los sismos que
han azotado a la capital venezolana.
Estudios geológicos efectuados indican que el ascenso de la Cordillera
Andina trajo como consecuencia la formación de grandes fallas al romperse la
corteza terrestre en el proceso de reajuste, estas fallas corren paralelas en ambos
lados y en la parte central de las montañas.
Entre el complejo montañoso formado por la Cordillera de la Costa y la
Serranía del Interior que va de Este a Oeste, y la Cordillera de los Andes que va
en dirección Suroeste - Noroeste y que pertenece a sistemas geológicos distintos
hay una gran ruptura; esta depresión va desde el mar y se conoce con el nombre
de falla de Boconó y es considerada la más importante del país. Esta falla se
extiende desde los Andes a través del valle del río Chama, Barquisimeto y el valle
del río Yaracuy hasta el mar Caribe. La continuación de esta falla paralela a la
Costa y bajo el mar se conoce con el nombre de falla de San Sebastián, situada a
unos 10 Km. al Norte de la Costa, es responsable de la mayoría de los terremotos
que han afectado a Caracas.
Al anterior sistema sigue en importancia el de El Pilar que va hacia el Este,
ha este sistema de fallas se le atribuyen los terremotos ocurridos en el Noreste de
Venezuela. El patrón actual de los Andes Venezolanos corresponde
tectónicamente a un modelo de fallamiento normal e inverso, en el cual destaca la
gran geofractura de Boconó y numerosas fosas y pilares, resultado del
levantamiento y rotación, particularmente en las regiones adyacentes a la falla se
presenta una región de alta sismicidad.
La gran cantidad de sismos destructivos ocurridos en la capital de
Venezuela y de modo particular el ocurrido en 1967, hacen aconsejable tratar con
más detalle las características geológicas de la región. El Sistema Orogénico
Central de Venezuela presenta una gran hendidura axial que define, hacia el
Norte, las elevaciones de la Cordillera de la Costa, la cual esta enmarcada por dos
grandes líneas de falla, la Falla de la Victoria y sus prolongaciones laterales al Sur
y la Falla de San Sebastían (parte integrante del sistema del Caribe) al Norte;
entre ellas se levanta abruptamente la cordillera mencionada cuya culminación se
encuentra en el Pico de Naiguatá, en la Sierra del Avila.
LA IMPONENTE FALLA DE BOCONÓ
De las cuatro fallas geológicas de Venezuela, la falla de Boconó es la más
imponente debido a su longitud y la que mayor riesgo representa para el país. La
falla de Boconó es una falla tectónica que se expande unos 500 km en la parte
central de Los Andes, entre la depresión del Táchira y el mar Caribe. Tiene entre 1
y 5 km de ancho, y corre aproximadamente en dirección nordeste pasando bajo el
pueblo que le da nombre (Boconó, Edo. Trujillo).
Esta se ramifica al este de Morón y a lo largo de la costa del Mar Caribe con
las fallas de Morón y El Pilar. Hacia el suroeste termina en una serie de
corrimientos y fallamientos inversos en la depresión del Táchira en el extremo
norte de la Cordillera Oriental de Colombia. Es la mejor conocida de todas las
fallas de Venezuela porque fue una de las primeras en ser reconocida, y por
poseer una fuerte expresión topográfica. Además, está claramente expuesta a
todo lo largo de su extensión.
De las cuatro fallas geológicas de Venezuela, la Falla de Boconó es la más
imponente debido a su longitud, y la que mayor riesgo representa para el país. La
Falla de Boconó es una falla tectónica que se expande unos 500 kilómetros en la
parte central de los Andes, entre la depresión del Táchira y el Mar Caribe. Tiene
entre 1 y 5 kilómetros de ancho, y pasa bajo el pueblo que le da nombre, Boconó.
En esta foto tomada por un turista en 2001, se pueda apreciar la sorprende ondulación de la falla
(anticlinal en la formación Aguardiente), visible en la carretera Flor de Patria, Boconó, Edo. Trujillo
La mayoría de los grandes terremotos ocurridos en tiempos históricos en el
occidente de Venezuela, han sido asociados con movimientos de este corredor de
fallas. Geomorfológicamente, la falla de Boconó se manifiesta por una serie de
valles alineados, depresiones lineales y otros rasgos alineados en un corredor de
1 a 5 km de ancho, orientado, aproximadamente, en dirección N 45° E, los
científicos estiman que su formación es relativamente reciente y calculan que su
edad es de 5 millones de años aproximadamente. Se dice que esta falla proviene
del Pleistoceno Superior, antes era una gran llanura formada por sedimentos de
algunos ríos (Chama, Mucujún y Albarregas), en cuyo lugar se formó una meseta,
sobre la cual se halla la ciudad de Mérida. Los estudios históricos e instrumentales
indican que la zona de fallas de Boconó debe ser clasificada como muy activa, lo
cual es corroborado por estudios recientes de paleo sismicidad, cuyos resultados
arrojan periodos de retorno del orden de 200 años para eventos de magnitud 7. De
hecho, datos de Funvisis (Fundación Venezolana de Investigaciones
Sismológicas), señalan que en algunas zonas del estado Mérida, incluyendo la
capital, se registran hasta 70 microsismos diariamente (entre 1.5 y 2.1°), lo que
hace a la falla de Boconó la más activa de Venezuela.
EL TERREMOTO DE LOS ANDES DE 1894
El 28 de abril de 1894 sucedió el llamado Gran Sismo de Los Andes,
también se conoce como “Terremoto de Mérida”, es uno de los terremotos más
grandes de los que se tenga registro en la historia sísmica de Los Andes y uno de
los más fuertes que han ocurrido en Venezuela. Hasta hoy es la sacudida más
violenta de que se tenga registro de la falla de Boconó, cuya acción provocó el
devastador terremoto, se cree que la fractura que presenta la falla actualmente se
produjo durante ese terremoto. Se estima que su epicentro ocurrió en el poblado
de Chiguará, al sur del estado Mérida, donde el sismo fue más intenso y sus
réplicas fueron sentidas en varias zonas de los estados Barinas, Zulia y Lara,
fuera del sistema de Los Andes, además de las ciudades de Cúcuta y Pamplona
(Colombia). Su efecto devastador alcanzó de forma directa tres estados: Mérida,
Táchira y Trujillo. Los científicos estiman que pudo ser de 7° de magnitud, sin
embargo, otras investigaciones basadas en los documentos, señalan que pudo
llegar a ser de 8 y hasta 9°.
ÚLTIMOS TERREMOTOS
En Venezuela, los últimos terremotos ocurrieron el 3 de febrero de 1610, 16
de enero de 1674, 26 de diciembre de 1775, en 1801, 26 de marzo del año 1812,
29 de septiembre de 1886, 28 de abril de 1894 (mejor conocido como el Gran
Terremoto de Los Andes), 3 de agosto de 1950, 29 de julio de 1967 y 9 de Julio
del año 1997.
Conclusión
Los conocimientos adquiridos son un aporte valioso en los estudios y
elaboración de mapas de riesgo sísmico en Venezuela, en una mejora de las
normas de construcción sismo resistente y en la elaboración y publicación de
trabajos científicos que podrían ser incorporados en los programas de estudios de
las carreras afines al tema de riesgo, entre ellas, sismología, geofísica e
ingeniería.
Como se ha mencionado Venezuela no escapa de la actividad sísmica,
siendo el norte del país el más afectado por ser parte del límite entre las placas
Caribe y América del Sur, en donde se producen las fallas de Oca-Ancón-Bocono-
San Sebastián-El Pilar .Desde el año 1982, FUNVISIS ha sido el ente encargado
de la instalación y mantenimiento de la Red Sismológica Nacional, la cual ha
brindado valiosos aportes en la ubicación y caracterización de la actividad
sismológica del país desde su instalación en el año 2000, y Una consecuencia
importante del registro continuo de la sismicidad en todo el territorio nacional (y en
algunos casos de la actividad desarrollada en países vecinos como Colombia y
Trinidad).
FUNVISIS nos ofrece las herramientas e información de gran valor cuando
se trata de construir edificaciones resistentes a sismos, ya que podemos contar
con mapas de las principales fallas, mapas de riesgo y la distribución espacial de
la sismicidad en Venezuela, entre otras herramientas.
Referencias
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CAMPO DE ESFUERZO DEL NORTE DE VENEZUELA, FUNVISIS.
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VENEZUELA AND THE CARACAS/VARGAS LOCAL NETWORK, Taller Internacional
“Estudios de métodos y acciones para contrarrestar los efectos producidos por terremotos
en Caracas (1999-2001). Serie Técnica N° 1, pp. 176-180.