FIGURA ESPIRITUAL DE DON RÚA TESTIMONIOS EN EL PROCESO DE BEATIFICACIÓN.

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FIGURA ESPIRITUAL DE

DON RÚATESTIMONIOS EN EL PROCESO

DE BEATIFICACIÓN

BREVE PERFIL

DE LA FIGURA DE DON RÚA

A MEDIAS EN TODO Don Rúa nació en Turín el día 9 de junio de 1837. Era el más pequeño de nueve hermanos. Hijo de la segunda mujer del padre. Quedó huérfano a corta edad.

Un día Don Bosco le dijo: “Iremos a medias en todo”. Ingresó en el Oratorio de Valdocco el año 1852.

Fue el primer salesiano formado por don Bosco y estaba en aquel grupo al que propuso formar la Sociedad Salesiana.

MÚLTIPLES CARGOS

Hizo su profesión en 1855, a los 22 años (1859) fue el primer director espiritual de la Congregación y en 1860 fue ordenado primer sacerdote del Oratorio de Valdocco.

A los 26 años (1863-1865) se convirtió en el primer director de la primera casa salesiana fuera de Valdocco (Mirabello).

Dos años más tarde, don Bosco lo llamó, como vicario de Valdocco, con sus 700 alumnos, y más tarde Ecónomo General y Vicario de la Congregación Salesiana.

Fue administrador y responsable de la formación y del personal (1869).

En 1875 se convirtió en el Director General de las Hijas de María Auxiliadora y acompañó a Don Bosco en muchos de sus viajes.

Durante 36 años fue el colaborador más cercano de don Bosco en todas las etapas del desarrollo de la Congregación.

FUE SU “OTRO YO” EN TODO

En la dirección del Oratorio. En la formación de Salesianos. En la visita a las Casas. En la distribución del Personal. En las nuevas Fundaciones.

No pudo más que ser su Primer Sucesor.

PRIMER SUCESOR DE DON BOSCO

En 1884, por explícita petición de don Bosco, el Papa León XIII lo designó su sucesor y en 1888 lo confirmó como Rector Mayor, cargo que desempeñó durante 22 años, el más largo de la historia salesiana.

Don Rua era visto como la “regla viviente” debido a su austera fidelidad; sin embargo, también demostró un espíritu paterno capaz de una gran consideración, tanto que era conocido como el “rey de la bondad”.

CRECIMIENTO EXTRAORDINARIO

Con el crecimiento de los salesianos y el desarrollo de las obras, pudo disponer de ellos para todas las partes del mundo, prestando especial atención a las misiones.

En sus largos viajes por Europa y Medio Oriente, consoló y animó, siempre mirando hacia el Fundador: “Don Bosco dijo… Don Bosco hizo… Don Bosco quería…”.

Cuando murió, el 6 de abril de 1910, a los 72 años, la Congregación Salesiana había crecido de 773 Salesianos a 4.000, de 57 casas a 345, de 6 provincias a 34 en 33 países.

FIEL CONTINUIDAD DEL

ESPÍRITU DE DON BOSCO

Cuando lo beatificó, el Papa Pablo VI dijo: “La Familia

Salesiana le debe su origen a Don Bosco, al Padre Rua su

continuidad… él convirtió el ejemplo del Santo en un

colegio, su Regla en un espíritu, su santidad en un

modelo. Transformó el arroyo en un río”. Sus restos son

venerados en la cripta de la Basílica de María Auxiliadora.

Su memoria se celebra el 29 de octubre.

FIGURA ESPIRITUAL DE

DON RÚA

A TRAVÉS DE LOS TESTIMONIOSEN EL PROCESO DE BEATIFICACIÓN

1. Proceso ordinario y testimonios.

- Proceso ordinario: tiempo, orden, contenidos de los interrogatorios a los testigos.

- Algunos testigos: don Barberis, sor Enriqueta Sorbone, don Francesia, don Cagliero, don Amadei.

2. La fascinación de una personalidad excepcional

- Cualidades humanas, profundidad interior, tensión moral

y acreditada paternidad.

- Constitución física enjuta y sufrida; reservado pero de

trato agradable; profundidad humana.

- Persona cordial, respetuosa y al mismo tiempo

autorizada y penetrante.

- Tranquilo y afable, conservaba inalterable su amabilidad.

3. Tensión mística y vida activa

- Inspirado por una fe profunda, sobrenatural, bajo la presencia y el impulso de una ardiente caridad hacia Dios.

- Unión constante y amorosa con Dios, manifestada en la oración y la predicación.

- Hombre de oración y maestro práctico de oración.

4. Asiduidad en el trabajo y perfección en el cumplimiento del deber

- Actitud que lo acompañó siempre: estima por el trabajo, culto por la perfección operativa y fidelidad a la palabra dada.

- Sistematicidad en el trabajo, fortaleza en los deberes y en la adversidad, guiado por motivos de fe.

- Observante heroico de las Reglas, cumpliendo con exactitud toda prescripción y detalle.

5. Sobriedad y amabilidad, templanza y pobreza

- Hombre sobrio, austero consigo mismo y amable, al mismo tiempo, con todos.

- Dueño de sí mismo, sereno, desasido de las cosas, comedido.

- Riguroso en la pobreza, limpio, ordenado, correcto en el hablar, compuesto en el porte, exigente en cuestiones morales.

6. Ardor apostólico

- Fue sobre todo un evangelizador, con gran fervor y lucidez.

- Confesaba, predicaba, daba conferencias.

- Sabía escuchar a cualquiera que le hablase, participaba de sus problemas y necesidades.

- Gran promotor y organizador de obras apostólicas y educativas.

OTROS RASGOS

DE LA FIGURA ESPIRITUAL DE

DON RÚA

1. Especial relación con Don Bosco

- Comprensión y asimilación del espíritu de don Bosco.

- Fiel discípulo, responsable de la fidelidad y continuidad del maestro.

2. Modalidad de gobierno

- En función del carisma: amable y paterno, acompañado de un gran celo por la observancia y una suma discreción.

- Perspicaz y caritativo en gobernar a los hermanos.

3. Hombre de grandísima humildad

- Hombre reservado que amaba trabajar en la privacidad y sin ostentación.

- Humilde a pesar de sus cualidades humanas e intelectuales y sus grandes dotes organizativas que todos le reconocían.

- Equilibrado sentido de sí mismo, eficaz en la misión salesiana y en la responsabilidad que representaba.

4. Don del consejo y del consuelo

- Acogedor, escuchaba a todos; sabía infundir en

todos una gran serenidad de espíritu.

- Consuelo espiritual para cuantos se encontraban

agitados por la duda, el dolor o la aflicción.

UNA REFLEXIÓN SOBRE

LA EXPERIENCIA ESPIRITUAL DE

DON RÚA

1. Fiel discípulo de don Bosco

- Discípulo en la perspectiva del carisma vitalmente acogido, operativamente interpretado y fielmente transmitido.

- Modelo ejemplar de la santidad salesiana, vivida con amor gozoso y perseverante.

2. Entrega incondicional a Dios

- Realizada como un total desposeimiento de sí mismo, una kénosis de humilde obediencia y un modelado amoroso sobre la figura del fundador.

- Fuerte interioridad fundamentada en el dinamismo de la vida divina.

3. Vida vivida constantemente bajo la mirada de Dios

- Tensión mística, expresada en la oración diaria, en el recogimiento, en el pensamiento elevado frecuentemente a Dios y el fervor eucarístico.

- Dios es la fuente que alimenta el fervor operativo de sus jornadas, que ilumina, da fuerza, infunde esperanza, orienta y motiva su ministerio.

4. Equipamiento de virtudes y sobriedad de vida al servicio de la misión salesiana

- Virtudes y actitudes que subrayan una específica orientación ascética y un estilo de vida sobrio y esencial.

- Ascética estrechamente unida al carisma: expresión de la colaboración existencial e histórica de la obra de la salvación.

CONCLUSIÓN

Hoy, nos damos cuenta de la necesidad de un trabajo de reflexión que permita crear una unión vital entre la historia de la espiritualidad y la hagiografía teológica y fortalezca una contribución útil para alimentar nuestra experiencia espiritual de discípulos de don Bosco, en el encuentro entre la libertad de Dios trinidad de Amor y la libertad del hombre, situado en la propia historia y en las diversas circunstancias culturales, aquellas en las que trabaja la gran Familia Salesiana enraizada en todos continentes.