Función social de la propiedad

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Trabajo: La función social de la propiedad agraria en las nuevas

Constituciones Latinoamericanas. Análisis comparativo con nuestro

sistema legal.

Alumno: Leandro Baschar

Legajo: 113912/2

1- Detalle el tratamiento que en ellas se le da al concepto de “Función

social de la Propiedad”.

Posibles interrogantes: Cómo lo receptan estas constituciones, qué

amplitud tiene, si abarca a la propiedad rural y a la urbana, qué relación

tiene la adscripción a esta ideología con el rol asignado al Estado en

aquellos modelos constitucionales, qué grado de inclusión percibe

respecto de los actores sociales excluídos por el neoliberalismo, etc.

Primeramente, trataré el desarrollo que se le da al concepto de función social

de la propiedad, en la Constitución Boliviana.

La misma, toma un decidido rol social, desde el preámbulo, marcando también,

un posicionamiento con respecto al modelo económico imperante, décadas

atrás:

“…Dejamos en el pasado el Estado colonial, republicano y neoliberal.

Asumimos el reto histórico de construir colectivamente el Estado Unitario Social

de Derecho Plurinacional Comunitario, que integra y articula los propósitos de

avanzar hacia una Bolivia democrática, productiva, portadora e inspiradora de

la paz, comprometida con el desarrollo integral y con la libre determinación de

los pueblos”.

Ya desde el preámbulo y los primeros artículos (como por ejemplo el 2) se

puede ver una gran evocación y consideración a nivel constitucional tanto de

los pueblos originarios, y de esa ocupación precolombina que realizaban de las

tierras del continente, como una real valoración de la tierra y la naturaleza.

Respecto de la propiedad en sí, en la misma, se establece en su artículo 56,

que “Toda persona tiene derecho a la propiedad privada individual o colectiva,

siempre que ésta cumpla una función social.”

Y en el apartado II de ese mismo artículo, “Se garantiza la propiedad privada

siempre que el uso que se haga de ella no sea perjudicial al interés colectivo.”

Se puede observar cómo pondera el interés colectivo por sobre el individual.

Haciendo referencia a la función social en sí, nos encontramos con el artículo

393, que manda: “El Estado reconoce, protege y garantiza la propiedad

individual y comunitaria o colectiva de la tierra, en tanto cumpla una función

social o una función económica social, según corresponda.”

Luego, el artículo 394 y 397 establecen sucesivamente: “El Estado reconoce,

protege y garantiza la propiedad comunitaria o colectiva, que comprende el

territorio indígena originario campesino, las comunidades interculturales

originarias y de las comunidades campesinas. La propiedad colectiva se

declara indivisible, imprescriptible, inembargable, inalienable e irreversible y no

está sujeta al pago de impuestos a la propiedad agraria. Las comunidades

podrán ser tituladas reconociendo la complementariedad entre derechos

colectivos e individuales respetando la unidad territorial con identidad.”

“La función social se entenderá como el aprovechamiento sustentable de la

tierra por parte de pueblos y comunidades indígena originario campesinos, así

como el que se realiza en pequeñas propiedades, y constituye la fuente de

subsistencia y de bienestar y desarrollo sociocultural de sus titulares. En el

cumplimiento de la función social se reconocen las normas propias de las

comunidades.”

Termina luego, sujetando un artículo a referéndum, el 398, en donde se quiere

atender y buscar solución a la problemática de latifundio y de posesión de

grandes territorios en pocas manos, y que los mismos, se tornen improductivos:

Opción A para el Referendo Dirimitorio: Se prohíbe el latifundio y la doble

titulación por ser contrarios al interés colectivo y al desarrollo del país. Se

entiende por latifundio la tenencia improductiva de la tierra; la tierra que no

cumpla la función económica social; la explotación de la tierra que aplica un

sistema de servidumbre, semiesclavitud o esclavitud en la relación laboral o la

propiedad que sobrepasa la superficie máxima zonificada establecida en la ley.

En ningún caso superficie máxima podrá exceder las diez mil hectáreas.

Opción B para el Referendo Dirimitorio: Se prohíbe el latifundio y la doble

titulación por ser contrarios al interés colectivo y al desarrollo del país. Se

entiende por latifundio la tenencia improductiva de la tierra; la tierra que no

cumpla la función económica social; la explotación de la tierra que aplica un

sistema de servidumbre, semiesclavitud o esclavitud en la relación laboral o la

propiedad que sobrepasa la superficie máxima zonificada establecida en la ley.

En ningún caso la superficie máxima podrá exceder las cinco mil hectáreas.

Ahora, haciendo foco en la Constitución de Ecuador, nos encontramos con

pluralismo, medidas tendientes a la inclusión social, y protección especial de

grupos sociales vulnerables, mencionando por ejemplo, medidas en contra de

la violencia o del maltrato.

Este último rasgo, es característico de aquellas constituciones a las que se les

dio el calificativo de “constituciones sociales”, como la que en nuestro país fue

dictada en 1949.

A la vez, y al igual que la Constitución Boliviana, en su preámbulo consagra sus

raíces precoloniales y su culto por la naturaleza: “Nosotras y nosotros, el

pueblo soberano del Ecuador RECONOCIENDO nuestras raíces milenarias,

forjadas por mujeres y hombres de distintos pueblos…celebrando a la

naturaleza, la Pacha Mama, de la que somos parte y que es vital para nuestra

existencia, de religiosidad y espiritualidad…”

Con referencia a su articulado, dispone:

Art. 30: “Las personas tienen derecho a un hábitat seguro y saludable, y a una

vivienda adecuada y digna, con independencia de su situación social y

económica.”

Derechos de las comunidades, pueblos y nacionalidades

“Conservar la propiedad imprescriptible de sus tierras comunitarias, que serán

inalienables, inembargables e indivisibles. Estas tierras estarán exentas del

pago de tasas e impuestos.

Se reconoce a las comunas que tienen propiedad colectiva de la tierra, como

una forma ancestral de organización territorial.

El derecho a la propiedad en todas sus formas, con función y responsabilidad

social y ambiental. El derecho al acceso a la propiedad se hará efectivo con la

adopción de políticas públicas, entre otras medidas.”

Tipos de propiedad

Art. 321: “El Estado reconoce y garantiza el derecho a la propiedad en sus

formas pública, privada, comunitaria, estatal, asociativa, cooperativa, mixta, y

que deberá cumplir su función social y ambiental.”

Ahora, una vez extraído los artículos que hacen referencia a la propiedad, en

cada constitución, mencionaré algunas conclusiones que me despiertan:

Lo que más llama la atención es cómo se tratan diferentemente algunos temas,

en países con una ubicación geográfica cercana y orígenes similares, al menos

hasta sus procesos independentistas.

En nuestra Constitución, la mención de los pueblos originarios se reduce a un

inciso (17) del artículo 75.

Esto no es casual, y marca una clara diferenciación ideológica entre estas

constituciones.

Tanto la Boliviana como la Ecuatoriana tienen muchos más puntos en común

entre sí, que con la Argentina.

Ambas, desde sus preámbulos, hacen mención de sus raíces, dejando en claro

que su historia no se inicia con la conquista del hombre blanco, en sus

tradiciones milenarias, y en el respeto a sus pueblos originarios.

Otro rasgo importantísimo, es que ambas consagran la propiedad colectiva,

comunitaria, rasgo característico de la forma en que los pueblos originarios

entienden y entendían la propiedad.

Esto conlleva a que no haya un choque cultural, y a que cada sector de la

sociedad, pueda desarrollarse y llevar a cabo su actividad, de acuerdo a sus

concepciones sobre la tierra, sobre lo que consideran que les “pertenece” o

sobre lo que consideran “donde pertenecen”.

Debido a esto, las constituciones así incluyen a sectores excluidos por siglos

por el liberalismo, tanto social como económico.

Mientras nuestra constitución mira hacia Europa (art. 25: “el Gobierno federal

fomentará la inmigración EUROPEA”), estas constituciones miran hacia

adentro, hacia las entrañas mismas de los pueblos que habitaban sus territorios

estatales, incluso antes de que los Estados mismos se establezcan como hoy

los conocemos.

Con referencia a la función social de la propiedad, muchas veces lo que se

intenta desde los sectores dominantes, es atemorizar a la población, con ideas

de que se terminará con la propiedad privada, o que el Estado será “dueño de

todo”, o cuestiones por el estilo.

Pero como vemos, tanto en las cartas magnas de Bolivia como de Ecuador, en

ningún lado se establece la abolición de la propiedad privada, y así y todo,

consagran grandes avances en cuanto a la función social de la misma.

Lo que busca la función social de la propiedad es que los bienes sean

productivos tanto para su dueño como a la comunidad, una idea básica para

cualquier sociedad organizada.

La función social de la propiedad también implica un rol activo del Estado en la

regulación de la misma, además que lo faculta para definir los intereses

sociales a los que se subordina. 

Como vemos en la Constitución Boliviana, se busca terminar con el problema

de los latifundios. Quizás, por ser un país con un territorio bastante menor,

comparado con nuestro país, entonces el problema de la concentración de

tierras, se puede visualizar con mayor claridad.

2- Detalle y analice con qué instrumentos específicos operativiza la

aplicación de este derecho (por ejemplo, expropiación de tierras

improductivas, mecanismos de acceso a la tierra, crédito, etc.)

Los mecanismos que operativizan son:

Constitución de Bolivia: establece que la propiedad privada no debe ser

perjudicial para el interés coletivo, y que a la vez, esta función social de la

misma, está dado por un aprovechamiento sustentable de la tierra.

Para un mayor aprovechamiento de la tierra, establece un referéndum que

decidirá qué se establecerá con los latifundios, de ahora en adelante.

Constitución de Ecuador: establece eximir del pago de impuestos y tasas a las

tierras indígenas.

A la vez que el Estado toma un decidido rol activo, marcando que deberá llevar

a cabo políticas públicas para permitir el acceso a la propiedad.

3- Compare estos diseños constitucionales y sus consecuencias jurídicas

con nuestro sistema legal vigente en torno al derecho de propiedad.

En la Argentina, la función social de la propiedad se reconocía en el art. 38 de

la Constitución de 1949, que decía: “La propiedad privada tiene una función

social y, en consecuencia, estará sometida a las obligaciones que establezca la

ley con fines de bien común. Incumbe al Estado fiscalizar la distribución y la

utilización del campo o intervenir con el objeto de desarrollar e incrementar su

rendimiento en interés de la comunidad, y procurar a cada labriego o familia

labriega la posibilidad de convertirse en propietario de la tierra que cultiva.”

Pero luego de la reforma de 1957, no se volvió a dar jerarquía constitucional a

la función social de la propiedad.

Entonces lo que ha quedado establecido en nuestra carta magna, es un claro

sentido liberal y capitalista de la misma.

Con marcado individualismo, solo se encarga de establecer cuándo el Estado

podrá socavar este derecho, por medio de la expropiación, pero nada dispone

sobre la utilización que se le da a la propiedad, ni la función la misma.

Muchas veces, este derecho, se pone por encima de cualquier otro, en caso de

colisión de los mismos.

Como pasa con el trabajo, y otros derechos, la constitución se delimita a

reconocerlos, pero no dice nada de una intervención activa del Estado en vista

del cumplimiento de los mismos.

Otro rasgo de nuestro derecho de propiedad, es que parece impuesto,

implantado.

Ya que no solo esta concepción del mismo va en contra de los pueblos

indígenas que poblaban nuestro país, sino que incluso es contrario a un actor

social típico de nuestra cultura, como lo fue el gaucho.

A éste, como primer acto contrario a sus costumbres y a su vida, se le empezó

imponiendo el alambrado (traído desde Europa).

Paradógicamente, la independencia, trajo para ellos cambios drásticos en sus

vidas, con la aparición de los nuevos dueños de los campos, ley de enfiteusis

mediante, y posteriormente con la sanción de la Constitución de 1853.

El problema que se genera con un concepto tan cerrado de propiedad como el

nuestro, es que cada vez hay una brecha más grande entre los propietarios, y

los que no lo son.

Para entender el por qué de nuestro concepto de propiedad, hay que pensar

que nuestra constitución tiene un concepto de la misma, muy arraigado al de la

revolución francesa.

Concepto que hasta el mismo Artigas dejó de lado en alguna medida, en su

“Reglamento de tierras”, en donde se miraba mayormente a una redistribución

y a un bien común, y hasta en esa reglamentación de 1815, se establece una

propiedad más abarcativa que la que nuestra Constitución de 1853 establece:

“6. Por ahora el señor alcalde provincial y demás subalternos se dedicarán a

fomentar con brazos útiles la población de la campaña. Para ello revisará cada

uno, en sus respectivas jurisdicciones, los terrenos disponibles; y los sujetos

dignos de esta gracia con prevención que los más infelices serán los más

privilegiados. En consecuencia, los negros libres, los zambos de esta clase,

los indios y los criollos pobres, todos podrán ser agraciados con suertes

de estancia, si con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad,

y a la de la provincia.”

Entonces el quid de la cuestión, está en qué tipo de Estado se quiso llevar a

cabo en nuestro país, y qué sectores fueron los históricamente beneficiados.

Es por ello, que en nuestro sistema legal vigente, haría falta una reconstrucción

del derecho de propiedad, con una mayor intervención estatal para dar solución

por ejemplo, a la problemática habitacional, que tanto aqueja a sectores

marginados de nuestra sociedad.