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resumen_castSEGURIDAD DEL PACIENTE: ESTANDARIZACIÓN Y RESULTADOS DE
SALUD. 17 DE SEPTIEMBRE 2020 - 17:00 H.
Gana en calidad, seguridad, eficiencia y formación
Estandarización, formación y adecuación del entorno. Medidas
básicas para la prevención del IRAS Marta Piriz. Enfermera de
control de infecciones. Hospital de la Santa Creu i Sant Pau
(Barcelona) Moderadora
En cuanto a las cuestiones lanzadas al inicio y al final de la
sesión, a los más de 100 participantes, se puede extraer las
siguientes conclusiones:
1. El 90% considera imprescindible que los protocolos incluyan
medidas para la prevención de las IRAS, mientras que el 11% asegura
que en su centro de trabajo ya están incluida. Un 3% afirma que es
algo a tener en cuenta, pero hay otros problemas. 2. El 81%
considera muy necesario optimizar los procesos asistenciales en su
hospital. El 17% bastante necesario hacerlo y sólo el 2% lo ve como
algo necesario. 3. El 73% cree que sería muy útil implantar el Plan
PrevenIRAS en su centro de trabajo, el 16% dice que probablemente y
el 10% manifiesta tenerlo ya implantado.
Datos introductorios
El 15% de los pacientes desarrollan una infección mientras están ho
spitalizados. De ellos se calcula que anualmente hay unas 37.000
muertes atribuibles a las infecciones relacionadas con asistencia
sanitaria (IRAS). Esto supone un coste adicional de unos siete
billones de euros al año. Según los datos del Estudio de
Prevalencia de las Infecciones Nosocomiales en España (EPINE),
entre el 7% y el 8% de los pacientes ingresados en un hospital
presentaban al menos una infección relacionada con la asistencia
sanitaria.
Estandarización de procesos asistenciales, medida clave para la
seguridad de los pacientes Mª Carmen Martínez Ortega. Responsable
del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública. Hospital Valle
del Nalón (Langreo- Asturias)
Lema del Día Mundial de la Seguridad del Paciente: “Profesionales
seguros, pacientes seguros”
La pandemia está arrasando en los hospitales y los profesionales no
se han sentido ni han estado seguros en ocasiones, por multitud de
circunstancias. Los contagios son multifactoriales y
multidireccionales puesto que han ido de paciente a profesional, de
profesional a paciente o a otros profesionales, así como a la
comunidad (familia, amigos) o viceversa e incluso se ha producido
trasmisión entre pacientes.
La Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente, creada por la
OMS, inicia su andadura en 2005-2006. La filosofía inicial era “no
dañar al paciente” y se plantearon los primeros retos en torno a un
cuidado limpio y seguro con lemas como: “una cirugía segura salva
vidas”.
No obstante, el origen de la seguridad del paciente tiene su base
en un documento de 1999, titulado ‘Errar es humano’, en el que el
Instituto de Medicina de Estados Unidos refleja con
crudeza los eventos adversos en el ámbito sanitario. En 2001, la
OMS establece un binomio que, desde entonces, es inseparable entre
calidad en la atención y seguridad del paciente.
Los hitos más importantes en el marco internacional de la seguridad
del paciente:
• 2004: Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente (OMS) –
“Ante todo no hacer daño”. • 2006: Recomendaciones del Consejo de
Europa que pide situar la seguridad del paciente en el centro de
todas las políticas sanitarias. • 2009: El Consejo de la UE hace
unas recomendaciones expresas sobre la seguridad del paciente, que
ya incluyen la prevención y el control de IRAS. • 2014: Se une la
prevención y control de las IRAS a la resistencia
antimicrobiana.
Metas internacionales de seguridad del paciente:
1. Identificar correctamente a los pacientes 2. Mejorar la
comunicación efectiva 3. Mejorar la seguridad de los medicamentos
de alto riesgo 4. Procedimientos correctos 5. Reducir el riesgo de
infecciones asociadas a la atención sanitaria 6. Reducir el riesgo
de daño al paciente por causa de caídas
Las IRAS tienen un gran impacto, hasta el punto de que 4 de cada 10
pacientes sufren un daño en la asistencia sanitaria. Se producen
hasta 134 millones de eventos adversos cada año, que ocasionan 2,6
millones de muertes anuales, de los cuales son evitables casi el
50%. Sólo los errores de medicación suponen un coste de 42 billones
de dólares anualmente. Aunque ningún muerto se puede relativizar,
hay que tener en cuenta que los fallecidos por la COVID-19
ascienden, hasta la fecha, a un millón de personas.
La OMS publicó en 2016 el plan 2018-2022 una guía que busca
trasladar la teoría a la acción. Los retos que marca para los
centros hospitalarios son: conocer que sucede, saber qué hacer,
comprobar si se hace y mejorar la implementación de lo que se hace.
Este documento tiene ocho dimensiones, entre ellas destaca la
necesidad de cambiar el sistema mediante la construcción, la
enseñanza y el entrenamiento, ser capaces de monitorizarlo, pero
también de contarlo, de “venderlo” y, por último, de vivirlo de
implantar ese cambio.
En 2007, AHQR dice que es necesario cambiar de estrategia,
identificar los puntos críticos para la vigilancia y el control de
infecciones y centrar los esfuerzos en intervenciones de eficacia
demostrada. Piden pasar de la vigilancia a la intervención. Un
estándar que tampoco es nuevo porque en 1917 el Colegio de
Cirujanos ya establecía marcadores de calidad y seguridad.
La estrategia para prevenir las IRAS pasa por acciones relacionadas
con cuatro grandes grupos de factores de riesgo asociados a la
infección:
1. Infecciones asociadas a la sonda urinaria y catéter 2.
Infecciones derivadas de cirugías 3. Infecciones respiratorias 4.
Infecciones asociadas a procesos mecánicos
Los datos si no se convierten en inteligencia y en acción no sirven
de nada. Durante muchos años se han conocido y monitorizado los
datos, pero sin aplicar los cambios necesarios.
La evolución de las IRAS en las UCI a partir de la aplicación de
cada uno de estos proyectos ha ido bajando en pacientes críticos,
del mismo modo que se ha reducido la densidad de incidencia de IRAS
relacionadas con dispositivos en pacientes UCI. La neumonía es la
que más ha bajado.
Proyecto fzero
Entre el 75 -80% de los pacientes tienen un catéter periférico en
los hospitales. Las medidas son básicas, pero todavía hay muchos
problemas con estos dispositivos. El Bundle incluye la elección
adecuada del tipo de catéter, higiene de manos, preparación de la
piel con Clorhexidina, mantenimiento aséptico de catéteres o
retirada de los catéteres innecesarios. Se alcanzó un 42% de
cumplimiento del Bundle y se detectó que a mayor cumplimiento menor
incidencia. Por ejemplo, se observó que en un 7% de los casos la
higiene de manos a la hora de colocar el catéter no era la
adecuada.
En 2006, el 92% de los hospitales tenía un programa de vigilancia y
control de infecciones (VCIN), sin embargo, solo el 17% tenían una
enfermera de control de infecciones por cada 250 camas y solo el
36% tenía un médico de control de infecciones por cada 500 camas.
Entre 2005 y 2011 se invirtieron 54 millones de euros en seguridad
del paciente, una cifra que los últimos años se ha ido reduciendo y
ahora es prácticamente inexistente.
En el año 2003, la OMS decía que la administración debe asegurar
que los dispositivos que se usen sean de calidad, eficientes y se
realice un correcto mantenimiento de estos.
Otro de los puntos a los que ha hecho referencia son los factores
de riesgo para que el daño llegue al paciente. La falta de
compromiso o de liderazgo en el ámbito asistencial son algunas de
ellas, pero también la deficiente comunicación o la falta de
formación son barreras que incrementan los riesgos. En cuanto al
liderazgo detalla que hay muchos tipos, pero un líder está para
interpretar resultados, analizarlos y compartirlos en equipo,
creando un clima acorde con dedicación y compromiso.
Prácticas seguras simples
Son aquellas que tienen baja complejidad y alto impacto en la
seguridad. Entre ellas, destacan mejorar higiene de manos, medidas
para el control de la realización de procedimientos en el lugar
correcto, medidas para asegurar que todos los cuidados a los cuales
los pacientes estarán sometidos estarán realizados por
profesionales competentes, entrenados y cuando sea necesario,
certificados. La filosofía adecuada pasa implantar prácticas que
tengan un alto impacto, susceptible de ser estandarizado, que sea
una práctica validada, que se pueda generalizar y con beneficios
conocidos.
Superar las barreras de la implantación de este tipo de programas
de prevención de IRAS requiere: escucha activa, conocimiento
preciso del proceso, aportar mejoras y visiones, priorizar y
respeto. De hecho, entre las claves de éxito en la implementación
de este tipo de estos proyectos son muy variadas y van desde hacer
que sea decisión estratégica, hasta incentivos, un alto grado de
compromiso por parte de los directivos y líderes, enfermeras
dedicados de forma exclusiva a estos proyectos o dar criterios
técnicos claros, entre otras. No obstante, la clave indispensable
es que confluya el compromiso y dedicación por parte del equipo de
dirección y elegir muy bien quienes son los lugares naturales más
adecuados para implantar estos planes.
Plan PrevenIRAS, un paso más hacia la prevención de infecciones
Sergi Rabaza. Director División In-Patient. Laboratorios
Hartmann
El plan PrevenIRAS surge en conversaciones con el personal
sanitario que manifiesta que incrementar la higiene de manos es
importante, pero creen que es difícil la reducción de IRAS en los
centros. Se busca trabajar, de una manera ordenada en los procesos
y en los momentos en los que la seguridad en pacientes se puede ver
comprometida. El plan PrevenIRAS nace con el fin de ayudar a que se
puedan realizar los procesos asistenciales de forma segura. Para
ello:
• Es imprescindible tener el dispensador de la solución
hidroalcohólica a menos de un paso.
• Es necesario dar feedback a través de la observación directa, de
forma constructiva. • Tener en cuenta las fases de implantación:
análisis, adecuación del protocolo al entorno, formación y
seguimiento.
Estandarización del proceso del sondaje urinario y formación del
personal a través del plan PrevenIRAS Vanesa García. Supervisora de
Enfermería del Servicio de Urgencias. Hospital de Bellvitge
(Barcelona)
Las infecciones del tracto urinario (ITU) son el tercer tipo de
infección hospitalaria más frecuente en España. Representan entre
el 15 y el 20% de las IRAS. A nivel europeo, hay 4,1 millones de
IRAS al año que representan unos 16 millones de días extras de
hospitalización al año. El 70% se asocian con un catéter uretral
permanente y el 16% de los pacientes hospitalizados son portadores
de sonda uretral en algún momento. El riesgo de infección aumenta a
medida que la persona está más días sondada, por lo que también es
muy importante el mantenimiento.
Hasta el 65-70% de las IRAS se consideran evitables, siempre que se
implementen prácticas de prevención.
A nivel estatal se está llevando a cabo un proyecto que marca cinco
puntos clave para prevenir las infecciones.
• Asegurar la indicación del sondaje uretral • Insertar de forma
aséptica la sonda • Mantener siempre cerrado el sistema • Mantener
el circuito permeable, colocando siempre la bolsa por debajo de la
vejiga • Evaluar diariamente la necesidad del sondaje y retirar
cuando no sea necesario
Acciones que se empezaron a llevar a cabo en el Hospital de
Bellvitge:
1. Estandarización del protocolo de sondaje urinario desde la
óptica de seguridad del paciente, teniendo en cuenta los momentos
clave en los que se pueden evitar estas infecciones. 2. Formación
de los profesionales 3. Adecuación de los materiales y formas de
trabajo por parte de Hartmann
Fases del proyecto:
1. Pre-sondaje: atender a las indicaciones de la inserción de la
sonda. 2. Procedimiento de inserción. En este caso el objetivo era
estandarizar el procedimiento con la formación del personal. 3.
Post-sondaje: definición de indicaciones, mantenimiento y retirada
de la sonda.
Se realizó un estudio observacional para ver el cumplimiento del
protocolo, antes y después de la estandarización y el grado de
satisfacción de los profesionales.
Metodología: Se aplicó en Urgencias del Hospital Universitario de
Bellvitge durante 30 meses. La población participante fue el
personal de enfermería y auxiliares. Se hicieron 50 observaciones
directas y encuestas.
El estudio se estructuró en: análisis de materiales, programas de
formación y revisión del protocolo existente; se creó el protocolo
con los momentos críticos para la seguridad del paciente y se
hicieron las observaciones basales (75 observaciones en 7 meses).
También se impartió una formación en la que participaron 122
enfermeras y auxiliares y se hicieron 109
encuestas. Se realizaron 50 observaciones postintervención y 30
encuestas. Finalmente, se hizo un análisis de resultados y una
difusión de dichos resultados.
Durante el proceso se diseñó una aplicación que los profesionales
llevaban en la Tablet para hacer la recogida directa de datos.
Además, el protocolo con todos los pasos a seguir se plasmó en
infografías que se colocaron en todos los puntos clave de acceso,
tanto para el montaje de material como a la entrada de servicios y
habitaciones como forma de recordatorio.
Uno de los puntos de mejora fue la adecuación de los materiales a
utilizar y la colocación de los productos en el lugar adecuado. Se
empleó el MediSet Advance de Hatmann adaptado a las necesidades de
esta acción, Sterillium Med y el Eurodispender 3 Flex.
Resultados prepublicación de la estandarización del proceso del
sondaje urinario:
• Los protocolos no se realizan tan correctamente como se cree. •
La adherencia en la higiene de manos ha aumentado 17 puntos en los
momentos recomendados por la OMS, llegando a triplicar el
cumplimiento en el momento previo a la tarea aséptica. • Se ha
mejorado 18 puntos de media en la realización de las acciones clave
para la seguridad del paciente. • La estandarización del proceso de
sondaje urinario acompañado de formación continuada y de la
adecuación de los productos mejora el cumplimiento del protocolo,
incrementado la adhesión a la higiene de manos y ayudando a
prevenir las IRAS.
Opinión de los sanitarios:
• El 90% de los profesionales estaba satisfecho con la
implementación del plan y el 100% considera que el plan incrementa
la seguridad del profesional y del paciente. • El 97% recomendaría
la implementación de un programa de estas características y el 85%
podrá en práctica los conocimientos adquiridos.
Conclusiones de la jornada: