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GARANTÍAS CONSTITUCIONALES EN EL NUEVO PROCESO PENAL” Guillermo Evaristo Medina Sanjinez1. I. introducción, II. Consideraciones Generales, III. Garantías. IV. Garantías Constitucionales en el Proceso Penal. 4.1. Garantías Genéricas. 4.2. Garantías Específicas. V. Garantías de la Jurisdicción. VI. Garantías Internacionales sobre Derechos Humanos. I- INTRODUCCION:
En nuestro país se esta aplicando de manera progresiva un nuevo
orden institucional, con clara vocación democrática y de profundo respeto
por las garantías constitucionales conforme a las condiciones de un estado
derecho. Es por eso que según algunos el Nuevo Proceso Penal Peruano
es en la actualidad, el centro de atención de la sociedad peruana e incluso
de la comunidad internacional.
Pues la reforma del Proceso Penal ha dejado de lado al Código de
Procedimientos Penales que tenia características inquisitivas (reserva del
proceso, donde prima la escritura), al contrario del nuevo proceso penal con
rasgos acusatorio - garantista (publicidad del proceso donde prima la
oralidad) que va a conllevar a estar acorde con la Constitución y las Normas
Internacionales ratificados por el Perú conforme a ley.
Con la llegada de la reforma del proceso penal esto va a significar
cambios importantes, ya que los principios consignados en el nuevo
proceso penal tienen connotación constitucional, hecho que va a favorecer
para que se respeten las garantías constitucionales en el proceso penal y
cualquier otro acto que implique el respeto de los derechos constitucionales
de las personas que estén de una u otra manera inmersos en un proceso
penal.
Es muy usual que en los textos jurídicos se señale conceptos como
Derechos Fundamentales, Derechos Fundamentales Procesales, Derechos
Humanos, Principios Procesales, Garantías Institucionales, entre otros
conceptos, para referirse por lo general a lo mismo a: “Las Garantías
Procesales Penales Constitucionales”, que se encuentran inmersas
dentro de la normativa que regula el nuevo proceso penal con rasgos
acusatorio adversarial
Guillermo Evaristo Medina Sanjinez, Abogado egresado por la Universidad Privada San Pedro,
especialización en Argumentación Jurídica y Litigación Oral por la Corporación Americana de Desarrollo- CAD, Abogado Asistente de la Oficina de Asesoría Legal de la Universidad Los Angeles de Chimbote, miembro asociado del Instituto de Investigación Jurídica “IURIS PERT TOTEM”.
Las garantías constitucionales se encuentran previstas y reguladas en
el título preliminar y los demás articulados del Nuevo Código Procesal
Penal, además toda la normatividad que regula en proceso penal se
encuentra sistematizado en un solo cuerpo normativo que garantiza la
uniformidad y coherencia de su contenido, de donde se aprecia claramente
un contenido respetuoso de la Constitución Política del Estado y Tratados
Internacionales de los Derechos Humanos que nuestro país de encuentra
suscrito y ratificado. II- CONSIDERACIONES GENERALES:
El proceso penal constituye el medio para que el Estado a través del
Ius Puniendi y mediante un procedimiento donde se respeten las garantías
constitucionales de los individuos que forman parte de la relación procesal,
se sancionen conductas que vulneran bienes jurídicos penalmente
relevantes protegidos por el Estado para evitar que atenten contra la
convivencia social.
Claus Rocín, considera que el derecho procesal penal es el
sismógrafo de la constitución del Estado, reside en ello su actualidad
política, la cual significa, al mismo tiempo, que cada cambio esencial en la
estructura política (sobre todo una modificación de la estructura del Estado)
también conduce a transformaciones del proceso penal2.
Debemos ser concientes que el poder político una vez que toma
posición en el Estado, para poder gobernar siempre realiza cambios, tales
como modificar leyes, reglamentos y otros; pues lo que no se debe de
perder como sendero es que todo cambio de normativa tiene que tener
legitimidad social, y ser siempre concientes de la gran importancia y
necesidad del respeto de los derechos de las personas que viven en un
espacio territorial dividido por líneas imaginarias que constituyen un estado.
El respeto de las garantías constitucionales, es el reflejo de un estado
moderno y democrático, donde los derechos fundamentales consagrados en
la constitución y tratados internacionales suscritos y ratificados por los
países primen por encima de cualquier decisión política, y se respete la
independencia de la estructura del Estado, donde ninguno incida sobre las
decisiones del otro.
Nuestro país ha empezado a tomar conciencia de la necesidad de
incorporar en nuestra normatividad aquellas garantías previstas en nuestra
Constitución Política del Estado, y con ello hacer presente a los aplicadores
del derecho que estos derechos no deben 2 Roxin, Claus; Derecho Procesal Constitucional, 3ra Reimpresión, Editores del Puerto s.r.l., Buenos Aires,
2006, p. 10.
ser conculcados ni violentados, por cuanto constituyen garantías de los individuos que son parte de una relación procesal.
El nuevo proceso penal es una clara evidencia del cambio de
paradigmas que se esta suscitando en nuestro país, y la manera como las
garantías constitucionales son los pilares del cual se ha elaborado,
demostrándose de este modo que la mejor manera del Estado de brindar
seguridad jurídica es impartiendo una administración de justicia donde se
respeten las garantías de los ciudadanos. III- GARANTÍAS:
Institución procedimental de seguridad y de protección a favor
del individuo, la sociedad o el Estado para que dispongan de medios que
hagan efectivo el goce de los derechos subjetivos frente al peligro o riesgo
de que sean desconocidos.
Entonces, una garantía puede proteger al individuo de castigo del
Estado, o puede también proteger a la sociedad o al Estado de las actitudes
del individuo que pudieran desestabilizar el régimen establecido.
Constituye un mecanismo jurídico dirigido a hacer realidad el
cumplimento efectivo de toda la constitución como un todo unitario en
general (garantías Constitucionales), y el cumplimiento efectivo sólo de una
parte de la misma, precisamente recoge los derechos de las personas
(garantías de derechos constitucionales)3. IV- GARANTÍA CONSTITUCIONAL DEL INDIVIDUO EN EL PROCESO PENAL:
Institución procedimental de seguridad y de protección creado a favor
de las personas que enfrentan un proceso penal para que dispongan de
medios que hacen efectivo el goce de los derechos subjetivos frente al
peligro o riesgo de que sean desconocidos4. La Constitución, al tiempo de reconocer una serie de derechos constitucionales, también ha creado diversos mecanismos procesales con el objeto de tutelarlos. A la 3 Castillo Córdova, Luis, Los Derechos Constitucionales, Elementos para una Teoría General, Tercera
Edición, Palestra Editores, Lima, 2007, p. 403. 4http://ermoquisbert.tripod.com/ Garantías Constitucionales del Individuo en el Proceso Penal.
condición de derechos subjetivos del más alto nivel y, al mismo tiempo, de
valores materiales de nuestro ordenamiento jurídico, le es consustancial el
establecimiento de mecanismos encargados de tutelarlos, pues es evidente
que derechos sin garantías no son sino afirmaciones programáticas
desprovistas de valor normativo. Por ello, puede decirse que detrás de la
constitucionalización de procesos como el hábeas corpus, el amparo o el
hábeas data, nuestra Carta Magna ha reconocido el derecho (subjetivo
constitucional) a la protección jurisdiccional de los derechos y libertades
fundamentales5.
Nuestra Carta Magna ha incorporado un conjunto de garantías
genéricas y una extensa relación de garantías específicas. Como garantías
genéricas se consideran la presunción de inocencia , el derecho de defensa,
el debido proceso y el derecho a la tutela jurisdiccional; estas garantías
refuerzan e incluso dan origen a las específicas como la garantía del juez
natural, de la publicidad, de la pluralidad de instancia, de cosa juzgada,
etcétera6. 4.1. GARANTIAS GENERICAS: 4.1.1. Presunción de Inocencia.
La Presunción de Inocencia es la máxima garantía del imputado y uno
de los pilares del proceso penal acusatorio, que permite a toda persona
conservar un estado de “no autor” mientras no se expida una resolución
judicial firme. La afirmación de que toda persona es inocente mientras no se
declare judicialmente su responsabilidad es una de las mas importantes
conquistas de los últimos tiempos.
A la presunción de inocencia le podemos dar triple significación,prim
ero, que nadie tiene que construir su inocencia; segundo, que la
culpabilidad se declara a través de un sentencia firme que cumpla con las
condiciones de una resolución judicial;Te rc e ro , 5 Tribunal Constitucional. Caso Tineo Cabrera. Exp. Nº 1230-2002-HC/TC, 20 de Junio del 2002.
6 Cubas Villanueva, Víctor. El Nuevo Código Procesal ¿Revolución Penal? Justicia Viva, Pág. 30.
4.1.2. Derecho de Defensa:
Esta garantía se encuentra consagrado expresamente en el artículo
139º inciso 14 de la CPE, y prevista en el CPP en el artículo IX del Titulo
Preliminar. Pues figura como uno de los principios rectores del proceso, de
no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del proceso, que
toda persona será informada inmediatamente y por escrito de la causa o las
razones de su detención, del derecho a comunicarse personalmente con un
defensor de su elección y a ser asesorada por este desde que es citada o
detenida por cualquier autoridad.
Es el derecho a defenderse de la demanda de un tercero o acusación
policial, fiscal o judicial, mediante la asistencia de un abogado. Este derecho
a su vez se descompone en el derecho a ser oído, derecho a elegir a su
defensor, obligatoriedad del defensor y si es el caso de contar con un
defensor de oficio y con una defensa eficaz, facultades comprendidas en el
inciso 14 del artículo 139' de la Constitución.
Se entiende por derecho de defensa a la garantía constitucional que le
asiste a toda persona que posea un interés directo en la resolución jurídica
del proceso penal para poder comparecer ante los órganos de persecución
pertinentes, a lo largo de todo el proceso, a fin de poder resguardar con
eficacia sus intereses de juego.
En esta perspectiva amplia todos los sujetos participantes del proceso
penal, sean imputados o no, poseen una garantía constitucional de defensa.
Siendo eso si necesario advertir que el Ministerio Publico no posee un
derecho de defensa, sino un conjunto de facultades o armas para cumplir
con su función persecutoria.
La regulación que hace el nuevo Código permitirá superar las
deficiencias y las limitaciones actuales. No habrá pretextos para que
policías, fiscales y jueces, según un mal entendido concepto de reserva,
secuestren los expedientes y con ello vulneren el ejercicio de este derecho
fundamental.
Debe terminar también la mala costumbre de los secretarios de
preguntar al imputado si desea ser asesorados por un abogado y, sin
siquiera esperar su respuesta, anotar: “Contesto que no, por estar en
capacitado para hacerlo por si mismo”. Esto ocurre debido a que el artículo
121º del CPP permite renunciar a la asistencia de abogado, cuando la
defensa es un derecho irrenunciable.
También debe terminar la práctica inquisitiva de pretender arrancar el
procesado una declaración autoinculpatorio. El imputado tiene el poder de
decisión sobre su propia declaración; solo él determinara lo que quiere o lo
que no le interesa declarar; luego, del silencio del imputado; de su negativa a
declarar o de su mentira no se pueden extraer argumentos contrario sensu.
El imputado puede negarse a declarar; sin que su silencio produzca efecto
alguno sobre el proceso; también podrá declarar cuantas veces quiera,
porque es el quien domina la oportunidad y el contenido de la información
que desea introducir. 4.1.3. Derecho a la Tutela Jurisdiccional Efectiva: Esta garantía se encuentra consagrada
en el Inc. 3 del art. 139 de la Constitución Política de 1993. Se trata de una
institución procesal de reciente data en el derecho comparado. Su origen se
encuentra en el inc. 1 del art. 24 de la Constitución Española de 1978.
Lo reciente de su historia a hecho que, en un inicio, su contenido no
se encuentre determinado con precisión; siendo merito del Tribunal
Constitucional Español la paulatina fijación de sus alcances. Sin embargo,
incluso ahora no existe un total acuerdo respecto de su real contenido,
sobre todo en cuanto se le pretenda distinguir del otro baremo central de los
sistemas procesales de influencia hispánica en el que coexisten ambos
derechos, el derecho a un debido proceso.
Este derecho comprende: i)
El derecho de acceso a los tribunales, ii) El
derecho a obtener una sentencia fundada en derecho, iii) El derecho a la
efectividad
de las resoluciones judiciales,iii i) El derecho a un recurso legalmente
efectivo.4.1.4. Derecho al Debido Proceso:
El debido proceso tiene su origen en el due proceso of law anglosajón,
se descompone en: el debido proceso sustantivo, que protege a los
ciudadanos de las leyes contrarias a los derechos fundamentales y, el
debido proceso adjetivo, referido a las garantías procesales que aseguran
los derechos fundamentales. Su incorporación al constitucionalismo
latinoamericano ha matizado sus raíces, señalando que el debido proceso
sustantivo se refiere a la necesidad de que las sentencias sean valiosas en
sí mismas, esto es, que sean razonables; mientras que el debido proceso
adjetivo alude al cumplimiento de ciertos recaudos formales, de trámite y de
procedimiento, para llegar a una solución judicial mediante la sentencia.
Por su parte la doctrina y la jurisprudencia nacionales han convenido
en que el debido proceso es un derecho fundamental de toda persona -
peruana o extranjera, natural o jurídica- y no sólo un principio o derecho de
quienes ejercen la función jurisdiccional. En esa medida, el debido proceso
comparte el doble carácter de los derechos fundamentales: es un derecho
subjetivo y particular exigible por una persona y, es un derecho objetivo en
tanto asume una dimensión institucional a ser respetado por todos, debido a
que lleva implícito los fines sociales y colectivos de justicia.
Nuestra doctrina acepta que el debido proceso legal es la institución
del Derecho Constitucional Procesal que identifica los principios y
presupuestos procesales mínimos que debe reunir todo proceso
jurisdiccional para asegurar al justiciable la certeza, justicia y legitimidad de
su resultado
- Que la composición del órgano judicial venga determinada por Ley,
siguiéndose en cada caso concreto los procedimientos legalmente
establecidos para la designación de sus miembros8. 5.3. Imparcialidad e independencia judicial: El derecho del procesado a ser juzgado por
jueces imparciales esta consagrado en diversos tratados internacionales y
es reconocido como constitutivo de la jurisdicción, ya que la esencia misma
de esta supone que el juez no puede ser parte en el conflicto que se somete
a su decisión. En toda actuación jurisdiccional deben existir dos partes en
conflicto, que acuden a un tercero imparcial que es el titular de las
potestades, es decir, el juez o magistrado. Esta calidad de no parte ha sido
denominada imparcialidad.
La condición de tercero es uno de los requisitos básicos estructurales
que debe cumplir cualquier juez para ser considerado como tal. La
imparcialidad es exigencia ineludible para desempeñar un papel
superpartes como corresponde al juez en esta formula heterocompositiva de
resolución de conflictos.
La independencia del juez significa, además, que este solo esta
sometido a la Constitución, a la ley y a su criterio de conciencia. Esto ocurre
porque el Poder Judicial, en esencia, tiene una función de equilibrio entre
los otros poderes y esta facultado para controlar y limitar el ejercicio del
poder del Estado, por ello se le otorga la facultad de control constitucional
difuso como consecuencia de reconocer la supremacía de la Constitución
sobre las demás normas legales. Un Juez en el Perú, esta obligado por
mandato imperativo a declarar inaplicable una ley que viole la. Constitución,
conforme a lo dispuesto por los artículos 51º y 139º de la Carta Magna. La independencia jurisdiccional de los jueces, establecida en los artículos 139º inciso 2 y 186º de la Constitución y de la LOPJ, respectivamente, significa que ninguna 8 Estos presupuestos han sido establecidos en la sentencia del TC español 54/1987Ctr. Pico Junay Joan: Las Garantías Constitucionales del proceso Barcelona Bosch, 1987.
autoridad, ni siquiera los magistrados de instancias superiores, puede
interferir en su actuación. Estas disposiciones complementan las normas
antes citadas pero la independencia en el ejercicio de la función
jurisdiccional esta muy lejos de alcanzarse en nuestro país. Para reforzar
esta garantía, se ha establecido como derecho de los magistrados gozar de
inamovilidad en el cargo. El ascenso, traslado o cambio de colocación debe
hacerse con su conocimiento y consentimiento. VI- GARANTIAS INTERNACIONALES SOBRE DERECHOS HUMANOS:
En primer lugar toda norma internacional que represente la afectación
de derechos fundamentales de las personas debe ser garantizada o mejor
dicho ratificados por nuestra Constitución Política de 1993 El articulo 55 de nuestra ley fundamental señala que “los tratados celebrados por el Estado y en vigor forman parte del derecho nacional”. Asimismo, el articulo 56 del mismo cuerpo normativo nos menciona que “los tratados deben ser aprobados por el Congreso antes de su ratificación por el Presidente de la Republica, siempre que versen sobre las siguientes materias: 1) Derechos Humanos.
De estos artículos se deduce que las normas internacionales
ratificados por el Perú forman también parte de nuestro ordenamiento
jurídico y por ende deben de ser observados por nuestros jueces penales
cuando estén frente a un caso que represente la restricción de la libertad o
derecho al libre transito de cualquier ciudadano que se encuentre dentro de
un proceso penal. 6.1. CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS: Suscrita en San Jose de Costa Rica el 22 de Noviembre de 1969, en la conferencia especializada interamericana sobre derechos humanos.
El artículo 8 de la presente convención nos señala algunas garantías
judiciales que va a representar algunas nociones al respeto que tiene todo
procesado cuando se encuentre inmerso en un proceso penal.
* Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su
inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el
proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes
garantías mínimas: •
concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa. •
derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor. •
derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el
Estado, remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se
defendiere por sí mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido
por la ley; •
derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y •
derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior. * La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza. * El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos. * El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de la justicia.
6.2. La Declaración Universal de Derechos Humanos: Suscrita y proclamada en Paris el 10 de Diciembre de 1948 por la Asamblea General de la ONU y aprobada por resolución legislativa 13282 del 15 de Diciembre de 1959. 6.3. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: Adoptado y abierto a la firma, ratificación y adhesión por la ONU mediante resolución 2200 A (XXI) del 16 de Diciembre de 1966, y aprobado por decreto ley 22128 (12 de abril de 1978). 6.4. La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre: Aprobada en la novena Conferencia Internacional Americana de Bogota el 2 d mayo de 1948.
6.5. La Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes: Adoptada y abierta a la firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General de la ONU el 10 de diciembre de 1984 y aprobada por resolución legislativa 24815 del 12 de mayo de 1988. 6.6. La Convención Americana para Prevenir y Sancionar la Tortura: Suscrita en Cartagena de Indias, Colombia, el 9 de diciembre de 1985 y aprobada por resolución legislativa 25286 del 4 de diciembre de 1990.