Post on 02-Dec-2015
Ingeniería del delito: Innovación tecnológica en el marco de redes ilegales del narcotráfico y la guerrilla en Colombia
como problema para los Estudios Sociales de la Ciencia
Yuri Jack Gómez-Morales Universidad Nacional de Colombia,
sede Bogotá País: Colombia
yjgomezm@unal.edu.co 57+1+3165000 Ext. 16244
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Resumen:
La pregunta que este ensayo quiere tematizar es la de cómo comprender la innovación en
contextos locales, periféricos si se quiere, y caracterizados por su alto grado de
informalismo e ilegalidad.
Salvo por la creciente literatura sobre crimen informático enfocada básicamente sobre su
detección y monitoreo, o por recientes trabajos sobre firmas basadas en la necesidad
publicado por la Universidad Nacional, que inspiran este proyecto (Dosi, 1991; Hernández,
2008), e intentos por conciliar las perspectivas evolucionistas y constructivistas desde
perspectivas localizadas (Thomas, 2008), son pocas o prácticamente inexistentes las
aproximaciones al problema de los procesos de cambio técnico, de apropiación tecnológica
en las redes del informalismo y la ilegalidad; esto es así, en parte, por que hacerlo comporta
algo de oprobio, pero también porque, al menos en Colombia, no se concibe que los
procesos de contextualización, apropiación por adaptación y adopción de tecnologías en
uso constituyan propiamente algo innovador. En Colombia, y en amplios sectores
académicos y de la política científica de América Latina, la noción de innovación está
asociada a tecnologías de punta y a la existencia de sistemas de ciencia y tecnología
estructurados y medianamente robustos.
El objetivo es entonces proponer una discusión en torno a unos lineamientos teóricos que
permita caracterizar la actividad innovadora que tiene lugar en contextos
informales/ilegales, no tanto por su contenido espectacular/escándaloso, ni por su contenido
técnico/cognitivo como tal, sino por lo que los procesos de identificación, contextualización
y uso de estas tecnologías en uso nos dicen de la sociedad en que este tipo de innovación
tiene lugar.
Descriptores: Innovación, informalismo, ilegalidad, tecnologías en uso, economía
evolucionista,
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Innovación tecnológica en el marco de redes ilegales de narcotrafico y guerrilla en
Colombia como problema para los Estudios Sociales de la Ciencia
Resulta interesante constatar el paralelismo entre la emergencia del problema de la
innovación en la política científica colombiana, la "industrialización" de la producción de
cocaína en el país, y la aún no muy bien documentada "industria militar" de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP). No se precisa una extensa revisión de
literatura sobre el narcotráfico o sobre los grupos
armados ilegales en Colombia para constatar que, en efecto, a comienzos de la década de
1980 la producción de cocaína en el país experimentó un incremento substancial1. Una
década más tarde, los colombianos fuimos introducidos en el mundo de las bicicletas
explosivas, los cilindros bomba, los tracto-tanques, y terminando ya el siglo supimos de la
existencia de "La Indumil de las Farc, dotada con tecnología de punta y considerada la
primera de su clase en caer en poder de las autoridades que operaba en el corazón de la
zona industrial de Cali"2.
Menos populares son, sin duda, los contenidos y logros de la política de innovación
tecnológica y las características de las empresas innovadoras en Colombia. Pero un indicio
del estado de cosas resulta ser el denodado énfasis de la política reciente sobre la
promoción de formas de asociación más consecuenciales entre universidad y empresa en
procura de la competitividad, objetivo presente en los últimos planes de desarrollo. Qué tan
competitivas hayan llegado a ser las empresas colombianas y qué responsabilidad le cabe a
la política de innovación en la consecución o no de este objetivo es un asunto sujeto a
debate; pero de una cosa no cabe duda, durante las últimas tres décadas, la industria del
narcotráfico en Colombia ha dado suficientes pruebas de su competitividad y éxito
comercial a escala global. En cuanto a la industria militar de las FARC, no se puede afirmar
que fuese competitiva y exitosa en términos comerciales3. Sin embargo la gran ofensiva
militar emprendida por esta organización durante la década de 1990 pone de presente su
eficacia militar durante ese periodo y sugiere la pregunta de hasta qué punto esta ofensiva
estuvo soportada por la existencia de aquella industria militar ilegal de producción de
armamento y material de intendencia.
El interés que reviste entonces este paralelismo gira en torno de un concepto que creemos
unificador entre política científico-tecnológica, emprendimientos ilegales y conflicto
armado interno: la innovación tecnológica. Este es pues el centro de gravedad en torno al
cual gravita el presente ensayo; un punto de vista enteramente inédito en la literatura
nacional e internacional que sólo hasta hace muy poco comienza a ser avizorado.
1 Un tráfico que se incrementó entre 5 y 10 veces para finales de la década de 1980 (Lee, R. W.
1998); un incremento que parece no detenerse como el Reporte Mundial de la CIA (2010:4) sugiere, que considera al país (Colombia) como el principal cultivador de coca del mundo (167mil hectáreas en 2007 lo que representa un incremento del 6% frente al 2006) y como principal productor de cocaína (535 toneladas métricas en 2007). El reporte de 2012 mueve estas cifras de la introducción al capítulo Colombia, pero las mantiene. 2 El Tiempo, Marzo 2, 1999.
3 Aunque hay quienes sostienen que las FARC tienen o tuvieron una participación importante en el
"negocio" ver por ejemplo, Rensselaer W. Lee (1998) y CIA (2010).
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En términos generales el ensayo sugiere la necesidad de realizar investigaciones que
especifiquen la naturaleza del cambio tecnológico generado por y dentro de estas cadenas
productivas ilegales y de manera más específica, que examinen los procesos de innovación
tecnológica y sus resultados en el marco de este tipo de organizaciones, mediante estudios
de caso que documenten ejemplos sobresalientes de este tipo de desarrollos: los
laboratorios y submarinos construidos y utilizados por los traficantes colombianos, la
industria militar y refinerías portátiles de las FARC.
Ciertamente no son estos los únicos sistemas/objetos técnicos que podrían estudiarse en
estas cadenas productivas, ni que estas actividades ilegales sean las únicas en las cuales se
pueden documentar procesos de innovación, pero creemos que los cuatro señalados son
significativos; bien por la naturaleza, nivel y requerimientos de construcción de
capacidades sociotécnicas locales; bien por su centralidad en las actividades de los dos
tipos de organizaciones, bien porque la incidencia en la vida nacional del conflicto armado
y su relación con la producción y tráfico de estupefacientes es mayúscula.
Para cerrar este exordio llamo la atención sobre la afirmación de política de ciencia y
tecnología según la cual "la valoración de los colombianos sobre la importancia de
producir, adaptar, transformar, modificar y usar el conocimiento es aún muy baja"
(Colciencias, 2008), la política parece haber identificado como el factor más determinante
del desarrollo de la cultura científico-tecnológica nacional "la escasa confianza de los
empresarios colombianos en el papel del conocimiento como fuerza motriz de sus empresas
y de sus negocios" (Colciencias, 2008). Este ensayo llama la atención, sin caer en la
apología, sobre algunos casos de desarrollo tecnológico exitoso basados en un modelo de
apropiación de tecnología más que en uno de investigación y desarrollo. Entender las bases
sociales de estos procesos de innovación tecnológica exitosa podrá quizás darnos algunas
claves para un planteamiento diferente de las políticas científico-tecnológicas y de las
estrategias empresariales innovadoras en el marco de la legalidad y la informalidad.
Coincidimos con Edgerton (1999) en su crítica a los estudios de la innovación en los
que se le atribuye a ésta el carácter distintivo de lo "nuevo" sin tomar en consideración que
no toda innovación, por más novedosa que sea, resulta de utilidad, esto sólo es posible
cuando la innovación logra introducirse con relativo éxito en una cadena productiva. De
hecho muchas innovaciones nunca logran un tránsito efectivo a estas cadenas y aquellas
que logran incorporarse tienen un ciclo de desarrollo tecnológico más o menos largo
dependiendo del sector productivo en el que se inserten y de variables socio-cognitivas. En
efecto, sostiene Edgerton, el mayor impacto de una técnica nueva sobre las tasas de
crecimiento coincidirá con el momento de su más rápida difusión, y esto suele ocurrir
mucho después de su emergencia como innovación. La electrificación, por ejemplo,
alcanzó su mayor impacto sobre la productividad industrial en EEUU en la década de 1920,
y no en la de 1860 cuando ocurre el interesante "múltiple" tecnológico del electromotor4.
Esta fascinación por lo "nuevo" en los estudios sobre innovación, concluye Edgerton,
termina por confundir la historia de la innovación con la historia de las técnicas en uso.
Sin negar el valor y los aportes que la perspectiva de la innovación como novedad ha
realizado a través de innumerables estudios empíricos sobre la biotecnología, la
nanotecnología, las tecnologías de la información y las comunicaciones, etc., es importante
4 Protagonizado por Werner von Siemens y Charles Wheatstone.
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señalar que las innovaciones sólo adquieren importancia económica en función de su
introducción y difusión extendida. Las mejoras en productividad y calidad, y por tanto en
bienestar económico y en rendimiento empresarial e industrial, no están en función de la
tasa de desarrollo de nuevas tecnologías, sino de la velocidad y alcance de su aplicación en
las cadenas productivas (Stoneman y David, 1986, Rosenberg, 1982t).
El escenario industrial colombiano, como lo sugiere el resultado de la clasificación por tipo
de empresa innovadora, es uno donde coexisten las industrias de baja y media tecnología
con la de alta tecnología. Sin embargo, la recomendación habitual de política es la de
invertir en y enfocarse sobre los sectores intensivos en alta tecnología, con total
desconocimiento de los procesos propios de los sectores de baja y media tecnología y de su
estructura productiva (Hernandez, 2008; Edgerton, 1999).
Un punto de vista alternativo y consonante con esta crítica a los estudios "tradicionales"
sobre la innovación fue el propuesto por las encuestas de desarrollo tecnológico realizadas
en el país en 1996 y 2005. La novedad de estas encuestas fue su enfoque sobre los
establecimientos industriales, que son el lugar donde la innovación prueba su efectividad
para la mejora de la productividad y la calidad. La otra novedad, fue el sistema mismo de
clasificación de estas industrias de acuerdo a sus capacidades innovadoras (Bonilla,
2000:1). Sin embargo, retomando a Edgerton, un tema subyacente a la clasificación
utilizada por estas encuestas, y compartido con las explicaciones corrientes sobre el proceso
de
innovación tecnológica del cual el instrumento quería distanciarse, es justamente, el de la
definición de la empresa innovadora en "sentido estricto" como una en la cual el proceso
creativo se basa en el conocimiento científico (Pavitt, 2003) y/o en aplicaciones novedosas
de nuevas tecnologías (Pérez,1986). Bajo esta definición, 8 de cada cien empresas en 1996
y 6 de cada cien en 2005, pueden considerarse como innovadoras en “sentido estricto”
(OCyT, 2008: 64). Aunque es posible que la presencia de este modelo lineal subyacente
obedezca más a razones políticas que analíticas, como se sugiere más atrás, lo cierto es que
toma como punto de arranque del proceso de innovación tecnológica la generación de
nuevo conocimiento. La misma definición de rubros en los cuadros de ejecución
presupuestal de Colciencias, son consistentes con este modelo lineal que ahora se persigue
bajo la forma de alianzas estratégicas universidad-empresa (OCyT, 2009: 112).
Puestos en este contexto local, y estando advertidos de que la difusión y uso de nuevas
técnicas es tanto o más importante que la génesis de su origen para entender la naturaleza
del cambio tecnológico en una sociedad, quisiéramos especificar mejor nuestro
planteamiento inicial del problema como uno que se ocupa de los procesos de innovación
en las cadenas productivas de la industria del narcotráfico y la industria militar de las
FARC desde la doble perspectiva de sus orígenes (transferencia, trayectoria, estilo
tecnológico) y sus procesos de difusión. En efecto, siguiendo a Edgerton, lo que nos
proponemos estudiar son algunas de las tecnologías en uso dentro de estas cadenas
productivas y representadas aquí por los cuatro estudios de caso que mencionamos en la
introducción de este ensayo.
Ahora bien, el impacto de los procesos de cambio tecnológico generados desde estas
cadenas productivas ilegales es innegable, considerable y ampliamente estudiado por todo
tipo de literaturas que van desde la médica sobre el uso y abuso de estupefacientes, hasta la
literatura sobre el impacto de estas actividades en la macroeconomía del país; desde los
estudios sobre la corrupción de las instituciones y la cultura nacional, hasta los reportes de
inteligencia de agencias locales y extranjeras; desde los abundantes y abultados expedientes
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judiciales, hasta todo un nuevo género literario que podríamos denominar como la "nueva
novela criminal colombiana" que nutrió y todavía lo hace, el imaginario colectivo con
representaciones sobre las formas de ser y de actuar de un cierto tipo social oriundo de las
tierras colombianas: el traqueto, el narco, el mágico, y sus mujeres. Pese a lo abultado del
cuerpo literario mencionado y aún por revisar, creemos que es muy poca la atención que en
esta literatura se presta al tema de la innovación tecnológica en aquellas cadenas
productivas ilegales.
Para efectos de esta presentación se destacan sin embargo algunos trabajos recientes que
han reconocido la naturaleza innovadora de los emprendimientos ilegales desde dos
perspectivas. Primero, una perspectiva general en donde la innovación se concibe como un
comportamiento enmarcado por y resultado de procesos económicos y sociales
caracterizados por la inequidad en la distribución del ingreso y las oportunidades
(Hernandez, 2008); y segundo, una perspectiva más específica enfocada sobre la capacidad
de aprendizaje de las organizaciones de narcotraficantes y sus procesos de innovación
asociados (Kenney, 2000).
El trabajo de Hernández (2008) constituye un esfuerzo por conceptualizar la innovación en
economías emergentes que intenta distanciarse de la manera tradicional de conceptualizar
la innovación a partir de realidades ajenas a las economías emergentes y de visiones
relacionadas con una comprensión simplista de la transferencia tecnológica. Según
Hernández la innovación en las economías emergentes es un comportamiento social cuyo
carácter creativo o destructivo se juega en un rango de correlaciones entre las metas
individuales y las metas colectivas que economistas de los 70s (Hirschman y Rothschild,
1973) definieron como la “variabilidad de la tolerancia frente a la inequidad en el curso del
desarrollo económico”.
Analíticamente, una correlación positiva es aquella en la cual las metas individuales
dependen de que otros puedan también conseguir las suyas; una negativa es aquella en la
que la consecución de las metas individuales depende de que otros NO puedan conseguir
las suyas. En la práctica lo que se encuentra en las economías es una co-producción entre
metas correlacionadas positiva y negativamente que en unos casos pude generar innovación
creativa y en otros innovación destructiva.
Según el Global Entrepreneurship Monitor (2007), Latinoamérica es la región del mundo
con mayor grado de actividad empresarial creativa pero advierte que, especialmente en
países andinos y algunos centroamericanos, la intolerancia a la inequidad ha nutrido de
manera exponencial la actividad empresarial destructiva. Este tipo de actividad destructiva
tiene su base social en el aumento de los denominados emprendimientos "por necesidad",
es decir, en empresas fundadas por personas desempleadas que deciden trabajar por "cuenta
propia". Para Ivan Hernández, miembro de nuestro equipo, el interés de este tipo de firmas
que emergen como una salida innovadora al desempleo, es que pueden llegar a generar
capacidades propias para su expansión y desarrollo. Sin embargo, la proliferación de este
tipo de empresas por necesidad entraña también un enorme desafío pues dependiendo de la
manera como la política pública y privada se relacionen con ellas, positiva o
negativamente, la canalización de la actividad innovadora de este enorme sector económico
informal se dirigirá hacia lo creativo o hacia lo destructivo, hacia una mayor y mejor
integración con las empresas basadas en oportunidad (sector formal) o hacia un crecimiento
de los emprendimientos de tipo ilegal, como en efecto lo señala el Programa de Desarrollo
de las Naciones Unidas cuando afirma que Latinoamérica es la región del mundo con las
más altas y crecientes tasas de crimen y corrupción (Hernández, 2009).
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Importa señalar en este punto que nuestra propuesta no sugiere en ninguna forma que los
emprendimientos ilegales sean idénticos a los emprendimientos informales, aunque
creemos interpretar correctamente que existe una relación evolutiva entre ellos, como que
emergen de una misma situación anómica que en unos casos produce desviación, pero en
otros, no conformidad con un estado de cosas, y por esta vía, innovación.
Habiendo hecho esta claridad, queremos destacar dos elementos en esta aproximación
evolucionista en relación con el tema que promueve el presente ensyo. En primer lugar
llamamos la atención sobre el potencial que Hernández identifica en las cadenas
productivas del sector informal de la economía para generar capacidades propias, expansión
y desarrollo (Hernández, 2008). Si, por hipótesis, al menos algunas de las formas evolutivas
que puede asumir el emprendimiento por necesidad es la ilegalidad, cabría entonces
preguntar por la existencia de estas mismas capacidades de expansión y desarrollo en
sectores organizados de la ilegalidad, basadas en procesos de "transferencia", aprendizaje y
apropiación tecnológica. Por otra parte, así como Hernández subraya el importante papel
que puede jugar la política pública y privada en la integración real y productiva de los
sectores informales y formales, de las empresas de alta tecnología con las empresas de
media y baja tecnología, investigaciones sobre el cambio técnico y la innovación en redes
ilegales podría llegar a plantear recae sobre la efectividad y conveniencia de la agenda
política internacional antinarcóticos para contener un proceso evolutivo cuyas causas
estructurales permanecen intactas y cuya demografía va en aumento5. Creemos entonces
que así como el potencial innovador creativo de algunos emprendimientos informales
señala caminos de acción para la política industrial, establecer la existencia y caracterizar
estos mismos potenciales en los emprendimientos ilegales podría dar luces para una política
antinarcóticos más creativa que genere dinámicas tal vez no de integración pero si de
reincorporación productiva mediante nuevos procesos de transferencia y adaptación de
individuos, conocimientos, y capacidades tecnologías desde la ilegalidad hacia la
legalidad/formalidad. Finalmente resulta de interés explorar la posible aplicación de los
conceptos de innovación creativa y destructiva ya no dentro del campo de tensión entre la
economía formal e informal, sino dentro de las propias cadenas productivas y las redes
socio-técnicas de la ilegalidad.
Este último punto nos permite introducir el tercer elemento del encuadre teórico de
que el presente ensayo propone y tomado del sugestivo trabajo de Kenney (2000) sobre las
capacidades de aprendizaje de las organizaciones colombianas de narcotráfico. En efecto,
aunque hace mucho tiempo se reconoce la flexibilidad adaptativa de estas organizaciones,
Kenney afirma que todavía no se han hecho intentos por desarrollar una explicación
sistemática y basada en el aprendizaje, de la manera cómo estos emprendimientos ilegales
responden a las políticas y estrategias nacionales e internacionales antinarcóticos, ni del
impacto de estas innovaciones adaptativas sobre el propio desarrollo tecnológico de los
5 El historiador económico Paul Gootenberg (1999; 2007; 2008) ha publicado un conjunto de
trabajos donde muestra que el tráfico de coca y la producción de cocaína no son un fenómeno reciente. Más aún, Gootenberg documenta esta historia desde finales del siglo XIX y demuestra que la industria de la cocaína había consolidado ya importantes cadenas productivas entre Latinoamérica, Europa y los Estados Unidos. Muestra igualmente de qué manera la política de prohibición de los Estados Unidos en la década de los 1920, termina poniendo del lado de la ilegalidad esta actividad industrial e induciendo su reconfiguración, en esas condiciones, a comienzos de la década de los 1970 y desplazando su epicentro geopolítico sobre Colombia.
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organismos de control, en una suerte de correlación negativa de metas que induce
innovación destructiva y creativa en los extremos de esta red, como sugerimos antes.
De acuerdo con Kenney, las empresas delictivas organizadas cambian su comportamiento
en respuesta a las experiencias pasadas y la información nueva, conservan este
conocimiento tanto en las rutinas y en los procedimientos como en la memoria colectiva de
los miembros de las organizaciones y escogen y conservan las innovaciones que les
producen resultados económicos satisfactorios, como sugiere Edgerton (1999). Estas
organizaciones "aprenden" y en ese proceso se van haciendo más eficaces y más difíciles de
eliminar.
Aprender es algo que todas las organizaciones hacen. Una organización puede adquirir
conocimiento a través de su propia experimentación de prueba y error o a través de las
experiencias de otras organizaciones o, ciertamente, a través de actividades de I+D. Las
organizaciones buscan información o conocimiento cuando se ven enfrentadas a situaciones
problemáticas o a "desajustes" es decir, cuando los resultados reales de la acción de la
organización fallan y no se producen los esperados. En un cierto sentido entonces, el
aprendizaje de la organización se refiere al proceso por medio del cual se identifican y se
corrigen los desajustes. Pero convertir los desajustes en adaptaciones implica más que la
adquisición de información. Una organización tiene que, además, interpretar o darle sentido
a la información, conservarla de manera que les permita a sus miembros utilizarla cuando la
requieran, codificarla en forma de prácticas y procedimientos que guíen comportamientos
posteriores. Pero el aprendizaje es empresarial sólo hasta cuando el conocimiento y la
información se integran a las rutinas y se conserva en las "memorias" empresariales. Las
rutinas incluyen las reglas, los procedimientos, las convenciones y las estrategias que
configuran el comportamiento empresarial, las memorias incluyen los archivos, los
manuales, las bases de datos, las cuentas financieras que registran la información y la
experiencia, y también los "entendimientos compartidos entre los miembros". Las
memorias empresariales se transmiten con el tiempo a través de la socialización (Kenney,
2000:45). Tanto las rutinas como las memorias son "independientes de los actores o
personas que las ejecutan y tienen la capacidad de sobrevivir la rotación importante de cada
uno de los actores específicos" (Levitt, Barbara y March, James 1998:320) Aunque
Krauthausen (1998) pone en duda que las organizaciones de narcotraficantes sean tan
centralizadas y tan grandes como Kenney parece sugerir, coincide ciertamente en el papel
que jugaron ciertas organizaciones dentro de la red como coordinadores de la misma y es a
estas organizaciones a las que con propiedad debería denominarse como crimen organizado
en sentido estricto. Krauthausen considera que la existencia de carteles fue más un asunto
mediático que nada tiene que ver con las características y funciones que tienen otros
carteles en una economía, como por ejemplo, la control de precios que ejerce el cartel de la
OPEP o los carteles de la Thomson o la Elsevier. Quizás sea más realista considerar como
lo sugieren Clawson y Lee que la industria altamente fragmentada de los años sesenta y
setenta dio paso a lo que se describe como "una estructura de mercadeo internacional
integrada y eficiente" (Clawson y Lee, 1996:40), una cadena productiva, una red en la que
diferentes tipos de organizaciones (de diferentes tamaños, y en actividades diferentes)
correlacionan positivamente metas, cooperan de manera más o menos coordinada en la
consecución de un objetivo y donde existe, como sugiere Krauthausen, una coordinación
relativamente centralizada, pero no una estructura jerárquica única que controla a todos los
miembros de la red y todos los procesos productivos de la cadena. Esto nos permite pues,
para finalizar, proponer que nuestro foco de atención prioritario será una de estas formas o
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estructuras organizacionales dentro de la cadena productiva, justamente, aquella(s)
encargadas de los procesos técnicos y tecnológicos, y que son lugar privilegiado para
intentar este estudio: la planta o fábrica. La planta como la unidad de análisis para este
estudio resulta estratégica por cuanto es allí donde se convierten los desajustes de los que
habla Kenney en adaptaciones, donde tienen lugar los procesos de adaptación/apropiación y
aprendizaje tecnológico y donde tienen lugar procesos de estandarización, normalización y
codificación de procesos que nutren el aprendizaje empresarial de este tipo de
organizaciones.
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