KARMA MIGYUR LING: cuento sobre tres mariposas

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KARMA MIGYUR LING Cuento sobre tres mariposas budistas Un regalo para Lama Teunsang

Había una vez un bosque encantado…

Protegido por miles y miles de flores rosas, blancas,

amarillas, azules, rojas y violetas

que conducía a un delicioso Paraíso

Llamado Karma Migyur Ling, una fortaleza inexpugnable de las enseñanzas

de Budha en las Tierras del Occidente. Las enseñanzas de Budha se conocen con el

término de “Dharma”.

Y bueno, allí transcurre nuestra historia… Pero por favor, siéntense en este banco verde

mientras les relato este sencillo cuento durante un rato…

Érase una vez un pie acompañado de otro pie que buscaban el Árbol de la Vida, un refugio donde resguardarse desde los Tiempos sin

principio hasta el Infinito. En otras palabras, un refugio atemporal donde pudieran ser

felices para Siempre Jamás.

Por ello, lo primero que hizo esta pareja de pies fue invocar a los Cuatro Elementos del Aire,

del Agua, del Fuego y de la Tierra. El objetivo era que el Señor de los Árboles pudiese

entender su lenguaje y escuchar su petición.

Y así fue. Su oración fue escuchada. El Señor de los Árboles los condujo a un trocito de

Dewachen aquí en la Tierra; un paraíso que se encontraba en un onírico valle, al NE de Francia, cerca del Aeropuerto de Lyon.

Lo primero que divisaron fue Siete

Estupas acompañadas por una octava

distinta y los pies pensaron: “estamos

en el camino correcto, lo estamos”.

Y empezaron a rodear las estupas recitando el mantra de Chenrézig o

Budha de la Compasión:

OM MANI PADME HUNG

Pero cuál fue su sorpresa cuando al girar

la primera vuelta…

Se encontraron a una discreta mariposa

meditando en una de las Estupas… Y el pie

derecho le preguntó a la mariposa: ¿Qué debe hacer una buen hijo

para adiestrarse en el camino del Dharma? Y la

mariposa le contestó: “Primero debes tomar refugio en Budha, en el

Dharma y en la Sangha y especialmente en los Lamas Preciosos”.

Y los pies le preguntaron al

unísono: ¿Y qué es eso de tomar refugio

exactamente? Y la mariposa canturreó: “Pues es aprender a

recordar en cada situación que pese a

la impermanencia y la muerte de todo y

todos, existe algo que escapa a los látigos

del Señor del Tiempo. Es atemporal.

-En mi jardín diríamos que es la excepción que confirma la regla -les susurró la mariposa monocolor. Y continuó aclarándoles la duda: Adivina adivinanza qué puede ser. Pues es la Mente. Pero para llegar a desarrollar el potencial de vuestra Mente debéis practicar mucho, mucho, mucho algunas de las 84.000 enseñanzas que Budha nos transmitió.

Los pies sintieron que debían trabajar duro si no querían retroceder y renacer como una vaca

en la próxima vida. Tenían que aprovechar su preciosa vida

humana. Ahora era el momento de estudiar y practicar. Ya no podían seguir siendo

perezosos.

Y los pies sintieron que una linda ventana se había entreabierto. Ahora tenían esperanza de

hallar las Tierras Puras del Paraíso de Dewachen.

Y en esa ocasión los pies se transformaron en tiernos gatitos y empezaron a asomarse por

todas las ventanas del lugar… Ésta ventana era la de la tienda de los objetos y

libros del Dharma.

Ésta era la ventana que tenían a su izquierda cuando practicaban la meditación del Refugio

que la mariposa les había enseñado. Esta vez la energía de las postraciones era lineal

como la propia ventana.

Y ésta triangular tan singular la tenían al frente como una rosa de los vientos

con las 10 direcciones. Desde allí divisaban el amanecer cada día.

Pero de todas ellas, ésta era su favorita porque al ser oblicua sólo apuntaba hacia el Cielo

como una radiante Estrella Fugaz.

Estas tres últimas ventanas custodiaban dieciséis estandartes, uno para cada uno de nuestros Dieciséis Karmapas pasados. Eran dorados como la dulce miel

Un Karmapa es un Budha de los Tres Tiempos: pasado, presente y futuro.

Y entonces se dirigieron hacia la Gran Estupa de ojos penetrantes y juguetones… pero sigilosamente

porque los principios siempre requieren espacio y silencio.

Cuánto más se acercaban, más sentían las bendiciones de Ella.

Alrededor de Ella encontraron mágicas estelas de piedra con figuras búdicas, mantras,

gotitas de agua y …

descubrieron una rueda de oraciones con las 21 Taras y se preguntaron: ¿cuántos miles de

mantras contendrá esta rueda?

Se encontraron con dos monjes que la estaban haciendo girar. Y los pies presintieron que eso

sería un buen presagio en su camino.

Mientras tanto la Señora de la Noche, ya presente, se hizo aún más presente.

La Señora de las Estrellas empezaba a acariciar a los pies con sus aterciopelados rayos.

En ese momento, el pie izquierdo decidió encender una vela para que sus plegarias

siguieran siendo escuchadas… Los principios son importantes pero, aún más lo son los caminos del medio, los intermedios y

los anuncios de los intermedios.

Otros pies y manos hicieron lo mismo. Cada uno o una pedía algo para ser más feliz. Por ello, los personajes-pies de nuestra historia desearon que todos los seres fueran felices

para siempre jamás.

Y los deseos obtuvieron alas para llegar al Cielo. Tal vez Amitabha, el Budha de la Luz

Infinita, escuchase sus plegarias.

A la mañana siguiente, volvieron a la pequeña gompa del ático porque allí había unos pies

dorados que les daban inspiración para seguir caminando. Era el Templo del Budha de la

Compasión de los 1000 brazos.

Se encontraban muy “agustito” y meditaron y meditaron con perseverancia y diligencia, tal y

como sugería el sabio Bodhisattva Shantideva.

Después conocieron a Damián y sus simpáticas manos. Era un voluntario de la Asociación de Bérou Kyentse Rinpoché. Estaban recaudando

fondos para una clínica en el Tíbet. Todas las manos eran pocas.

Y prosiguieron su búsqueda hasta que repentinamente escucharon un sonido. Alguien estaba haciendo sonar las caracolas como un

instrumento y fue en ese momento cuando encontraron…

El Templo de los 1000 Budhas

Un trocito de Cielo aquí en la Tierra, tanto durante el

Día como durante la Noche.

Sin duda era un faro que alumbraba sus trayectorias.

Y los pies anhelaron lo

siguiente: “Que gire la rueda de las

Enseñanzas del Dharma. Que gire”.

Allí encontraron maravillosas prácticas budistas cantadas del Linaje Kagyu.

Cada pie tenía su mini-escritorio, donde colocaban las prácticas junto con las

imágenes que les inspiraban.

Allí había pies y manos que estaban sedientos por aprender. Incluso había otros pies y manos que tenían el coraje de realizar un retiro de tres

años. Pero éstos estaban en un anexo separado del resto.

Las enseñanzas estaban por doquier. Parecía como si los templarios muros

transpirasen prácticas cantadas.

Todo estaba muy organizado siguiendo las directrices del calendario lunar.

Y tan ordenado.

Por fin, los pies empezaban a hallar su lugar en el mundo-mundial.

Un lugar donde aprender…

Cómo florecer para convertirse en un Budha. Budha significa “el despierto”.

Al día siguiente volvieron a meditar alrededor de las

Estupas y otra vez tuvieron una agradable sorpresa.

Pues al realizar su segunda vuelta se encontraron con una bellísima mariposa

bicolor. Y el pie izquierdo volvió a preguntar: “¿Qué debe hacer un buen hijo para seguir

adiestrándose en el Camino del Dharma?

Y la mariposa les propuso: “Debéis

aprender a despertar algo que está dormido en vuestro interior. Y ¿cuál es ese tesoro que cada uno o una lleva escondido? La

respuesta es: el deseo de ayudar a los

demás. Esto se conoce como Bodhichitta. En resumen: el nosotros

debe estar por encima del yo”.

Tras esta charla, los pies se fueron a meditar y entonces encontraron al Gran Mago que había hecho posible ese lugar paradisíaco. Allí estaba

él tras su humildad y su buen humor.

Lama Teunsang

Allí estaba nuestro mago Lama Teunsang recibiendo a otros grandes magos,

como Bhérou Kyentse Rinpoché. (esta foto ha sido cedida por Robert)

Y es que no podía ser de otro modo. Porque por definición, un “bosque encantado” es

el lugar de encuentro de los magos.

He de deciros que esta historia no acaba aquí. Al contrario, sólo acaba de

comenzar. Porque el último día que los pies estaban en el Templo, hallaron una

mariposa de alas doradas.

Acababa de morir pero seguía irradiando tanta luz…

Era la mariposa más bella que habían visto jamás.

Entonces los pies le suplicaron a Tara que esa mariposa renaciera

en un bebé precioso sonriente.

Era tiempo de marcharse. Pero los

pies habían aprendido mucho y habían

recibido bendiciones de dos magos. Y sobre todo, habían echado raíces en Dewachen.

Tenían una sonrisa en su interior.

Los pies abandonaron KML de madrugada. Una espesa niebla blanquecina recorría la parte baja del valle. Y un blanco conejo se asomó para despedirlos. Aunque los tres

sabían que volverían a encontrarse…

Fin del Capítulo 1 Autora: Ana M. C. Martí Baile

El siguiente capítulo versará sobre otro Paraíso.