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Notas de divulgación sobre Banca y Finanzas
La actividad bancaria y el crecimiento
económico:
Teoría y evidencia internacional y española
Monografía nº 1
Febrero, 2019
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ÍNDICE
0. Presentación .......................................................................................................... 3
1. La banca en el sistema financiero: teoría y evidencia internacional ............... 4
1.1 Bancarización y desarrollo económico ....................................................... 4
1.2 Bancos versus mercados: teoría y evidencia internacional ...................... 5
2 La banca en España: transformaciones tras la crisis ....................................... 8
2.1 Tres décadas acompañando/facilitando el crecimiento ................................ 8
2.2 Apelando al ahorro externo para complementar el interno: excesiva
vulnerabilidad financiera ...................................................................................... 11
2.3 Crisis, rescate, y daño reputacional generalizado ................................... 12
2.4 Aportación del sistema a la superación de la crisis ................................. 13
2.5 Internacionalización bancaria española .................................................... 15
2.6 Presión regulatoria en respuesta a la crisis: exigencia de bancos
solventes y rentables ............................................................................................ 16
2.7 Respuestas de la banca adecuándose al nuevo entorno ............................ 17
2.8 La banca y las pymes ................................................................................. 23
2.9 Síntesis y retos de futuro ........................................................................... 25
3 Bibliografía ......................................................................................................... 26
Anexo
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0. Presentación
Es evidente que el entorno actual es poco favorable para la actividad bancaria. A la
reducida rentabilidad derivada de un entorno financiero adverso (reducido crecimiento
del volumen de negocio y márgenes presionados por tipos cero durante un largo periodo
de tiempo), se añade un entorno regulatorio que ha multiplicado sensiblemente las
exigencias en todos los ámbitos del negocio, y un entorno competitivo caracterizado por
un claro exceso de capacidad, facilitando la entrada de nuevos competidores, favorecido
por los avances tecnológicos, con claras asimetrías en cuanto a las exigencias
regulatorias.
En un entorno semejante, al que cabe añadir un deterioro reputacional tras la crisis que
dista mucho de superarse, no son pocas las dudas que emergen sobre el futuro de la
banca y la necesaria transformación de su modelo de negocio. Esas dudas no deben
ser óbice para reconocer las importantes funciones que la actividad bancaria
cumple en muy diferentes ámbitos del crecimiento y desarrollo de la economía y
de la sociedad.
Es en dicho contexto que iniciamos una colección de breves notas divulgativas sobre
esas funciones de la actividad bancaria, con la primera de ellas dedicada a una visión
estructural de amplio alcance sobre el papel que la banca ha jugado en España (y en el
mundo) en apoyo al crecimiento económico.
A esta seguirán otras notas, acotadas a ámbitos más específicos, como el apoyo de la
banca al acceso a la vivienda, o su importancia como principal financiador de las
ppymes y micro-ppymes, su papel en la inclusión financiera, o su posicionamiento
y liderazgo en la transformación digital de la sociedad.
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1. La banca en el sistema financiero: teoría y
evidencia internacional
1.1 Bancarización y desarrollo económico
El papel de los bancos en los sistemas financieros y en la financiación de la economía
está suficientemente documentado en la literatura teórica y empírica, como también lo
está la continua adaptación que los mismos han realizado a cambios en el entorno, y en
las demandas de la sociedad, para prestar de forma eficiente unos servicios cuya
naturaleza ha ido cambiando de forma continua, y sin duda lo seguirá haciendo incluso
a un ritmo mucho más acelerado.
En esa capacidad de adaptación de la banca, nada más paradigmático como la frase
que hace casi tres décadas pronunciaba Bill Gates, fundador y presidente de Microsoft
“banking is necessary, banks are not”, poniendo de manifiesto que la actividad de
intermediación bancaria podría ser realizada por entidades diferentes de los bancos tal
como tradicionalmente se les conocía. Esa frase fue sin duda demasiado temprana, por
cuanto no sería hasta dos décadas después cuando nuevos entrantes (FinTech, y sobre
todo BigTech) comenzarían a desarrollar actividades en las cercanías de la
intermediación bancaria y el sistema de pagos.
Por otra parte, sin embargo, esa frase de Bill Gates no anticipó la capacidad de
adaptación de los bancos, y la de impulsar actividades más allá de la tradicional
intermediación entre depósitos y préstamos. Muy especialmente de soporte y/o nexo de
unión o complemento con los mercados de capitales, de tal manera que bien podría
darse la vuelta a la frase de Bill Gates y concluir que en muchos casos los bancos
subsisten realizando actividades que no son intermediación bancaria, y sí la prestación
de servicios basados en una combinación entre confianza, regulación y tecnología.
Estados Unidos es el mayor ejemplo de país donde los bancos no hacen únicamente
banking, entendido como “intermediación entre depósitos y préstamos”. Baste resaltar
que en ese país los bancos generan más ingresos de la prestación de servicios que de
la intermediación financiera tradicional.
Con independencia de un mayor o menor peso de bancos o mercados de capitales, lo
cierto es que las tres últimas décadas han asistido a un creciente peso del sistema
financiero en las economías más desarrolladas, en una especie de mecanismo
autoalimentador: el sistema financiero apoya al crecimiento económico, y este se
traduce en crecientes capas de la población con necesidades de servicios financieros.
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Esa es la conclusión que emerge del análisis transversal que el Banco Mundial realiza
sobre una amplia muestra de países con diferentes grados de desarrollo económico,
como muestra el Gráfico 1 adjunto.
Gráfico 1. Bancarización y desarrollo económico (% s/ PIB, datos de 2012)
Fuente: Worl Bank- Global Financial Development Database
Del mismo se deriva una estrecha correlación directa entre bancarización y desarrollo
económico, correlación que probablemente encierra una doble dirección de causalidad:
un mayor desarrollo bancario actúa como impulsor (financiador) del crecimiento
económico, y a su vez un mayor desarrollo económico (PIB per cápita) se traduce en
una mayor demanda de servicios financieros, y entre ellos los suministrados por la
banca.
1.2 Bancos frente a mercados: teoría y evidencia internacional
En la literatura sobre sistemas bancarios comparados es ya clásica la distinción entre
sistemas financieros en los que domina el canal bancario (“banking oriented”) como
mecanismo de financiación de la economía, frente a sistemas en los que por el contrario
domina la canalización directa de fondos a través de los mercados de valores (“market
oriented”).
En el primer sistema, los bancos juegan el papel clave en la canalización de fondos
desde los ahorradores hacia los demandantes de fondos y, especialmente, las
empresas no financieras. La función de intermediación financiera llevada a cabo por los
bancos permite agrupar ahorros (depósitos) de pequeño importe, y a plazos reducidos,
en préstamos de importe más elevado y a plazos más dilatados. Al realizar dicha
intermediación los bancos llevan a cabo, por cuenta de los depositantes, una
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permanente función de “monitorización” de los prestatarios por los prestamistas, función
que no podría llevarse a cabo de forma aislada por cada uno de dichos depositantes
(Boot y Thakor (1997)). Frente a ese papel de pivote de los bancos, en un sistema
orientado a mercados predomina la emisión de valores (acciones, bonos, etc.) por las
empresas. Esos títulos son adquiridos por los ahorradores directamente (o a través de
redes de distribución, bancaria o no bancaria), sin que ningún intermediario financiero
altere la naturaleza del valor emitido.
Evidentemente, ambas formas de financiación coexisten en todos los países, y estos se
diferencian por el mayor o menor peso específico de cada uno de ellos. A modo de
indicadores sintéticos para determinar dicha especialización se suele utilizar, por un lado
el saldo vivo de crédito bancario al sector privado, y por otro el valor de mercado de los
valores, tanto de renta variable (acciones) como de renta fija (bonos y obligaciones)
emitidos por empresas privadas. Y a efectos de poder comparar entre países, esos
importes se suelen relativizar por alguna magnitud macroeconómica, como el Producto
Interior Bruto (PIB).
En este sentido, el Gráfico 2 refleja la situación para una muestra de países (más de
100), al cierre de 2012, en un amplio ejercicio de caracterización de sistemas financieros
llevado a cabo por el Banco Mundial1.
Gráfico 2. Sistemas financieros: Bancos frente a mercados
(% s/ PIB, datos de 2012)
Fuente: Global Financial Development Database
1 Global Financial Development Database, 2013
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Del mismo se deduce una extraordinaria dispersión entre países, detectándose un claro
sesgo hacia financiación bancaria en Europa, en oposición a lo que ocurre en Estados
Unidos. En todo caso, y sin menoscabo de esa especialización, el propio gráfico 2 ilustra
que hay una correlación positiva entre ambos indicadores en relación al PIB,
poniendo de manifiesto que el grado de desarrollo financiero suele traducirse en
contribuciones al crecimiento económico tanto en una como en otra forma
(bancaria y mercados) de financiación de la economía, como en su día concluyese
Levine (1997) en su ya clásico trabajo.
En un trabajo posterior el propio Levine (2002) se plantea si alguna de las dos
especializaciones domina a la otra, en términos de apoyo al crecimiento económico. Los
argumentos teóricos a favor de un sistema financiero basado en bancos enfatizan el
papel de dichas entidades en la adquisición de información sobre las empresas, y en el
“monitoring” de las mismas, así como en su capacidad de forzar un mejor gobierno
corporativo en las mismas, con los correspondientes efectos positivos sobre la inversión
empresarial y el crecimiento económico.
Frente a ello, argumenta que los mercados se hallan mucho mejor predispuestos a
financiar actividades con un alto componente innovador, y con mayor potencial de
crecimiento asumiendo mayores riesgos. Allen y Gale (2000) por su parte argumentan
que bancos y mercados proveen diferentes servicios financieros, y una mezcla de
ambos es necesaria para el crecimiento económico: las proporciones de uno y otro
pueden variar en función del grado de desarrollo económico, pero también de aspectos
como el marco legal. La respuesta a la cuestión de cuál de los dos modelos es más
apropiado debe dejarse, en todo caso, a la evidencia que pueda obtenerse de estudios
comparativos internacionales.
Entre estos, probablemente el de mayor alcance es el llevado a cabo por Demirguc-
Kunt, Feyen, Levine (2012) analizando más de 100 países durante más de tres décadas,
y controlando efectos espurios. En dicho estudio se concluye que conforme las
economías avanzan en su grado de desarrollo, se incrementa el uso de los
mercados de valores, en detrimento de la intermediación bancaria, sin menoscabo
de que una parte muy importante de los servicios relacionados con los mercados
de valores es realizada por los bancos.
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2 La banca en España: transformaciones tras la crisis
2.1 Tres décadas acompañando/facilitando el crecimiento
Las últimas tres décadas, coincidiendo con la incorporación de España a las Unión
Europea, han asistido a la mayor transformación histórica del país, tanto económica
como socialmente, convergiendo en los parámetros de bienestar europeos.
En términos puramente económicos, ese salto relativo de la economía española se pone
de manifiesto al analizar su convergencia con la media de la Unión Europea. Dicha
convergencia ha permitido corregido en más de 6 puntos porcentuales la brecha en tres
décadas, bien es cierto que con un importante punto de inflexión en torno a la crisis:
previamente a la misma la convergencia había sido de 17%, registró un serio retroceso
entre 2009 y 2015, y en los tres últimos años hemos vuelto a cerrar la brecha con la UE.
Gráfico 3: PIB per cápita de España en comparación con la media de la
Unión Europea
Fuente: Afi, Comisión Europea (AMECO)
En esa transformación económica y social en España, la banca ha estado presente
acompañando y financiando el crecimiento y la modernización, con una oferta de crédito,
y servicios financieros en general, apropiados a las nuevas necesidades que esa
transformación ponía de manifiesto.
78%
84%
50%
55%
60%
65%
70%
75%
80%
85%
90%
95%
100%
199
5
199
6
199
7
199
8
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200
0
200
1
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2
200
3
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4
200
5
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8
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0
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1
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2
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España
España
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Este acompañamiento se aprecia cuando se analiza el total del activo del sistema
bancario español que representaba un 101% del PIB en 1995, y que llegó a alcanzar el
300% en los años previos a la crisis. Tras el ajuste y saneamiento derivado de la crisis,
los activos bancarios en España representan unos 2.700 miles de millones de euros, lo
que representa más del 230% del PIB.
Si en vez de activos bancarios nos ceñimos al crédito al sector privado, magnitud mucho
más cercana a la actividad productiva y privada que el activo, el acompañamiento de la
banca al crecimiento también es destacable. Si hace tres décadas el crédito vivo apenas
alcanzaba el 60% del PIB, actualmente ese crédito vivo supone actualmente un 105%
del PIB, incluso tras el severo saneamiento realizado tras la crisis
Gráfico 4: PIB, Crédito y Coste de intermediación en tres décadas
Fuente: Afi, BdE.
Ese acompañamiento con oferta de crédito y de servicios, se ha realizado con
recurrentes ganancias de eficiencia que eran trasladadas a los usuarios mediante una
sistemática reducción de los costes de intermediación (diferencia entre el coste de los
préstamos y la retribución a los depósitos). En este sentido, el margen de
intermediación ha pasado de representar algo más del 4% en 1987 sobre los
activos totales medios a representar escasamente el 1% en 2018.
Si hacemos este mismo análisis sobre PIB, que vendría a representar lo que le cuesta
a la economía la intermediación bancaria, ese coste de intermediación sobre PIB ha
pasado de representar más de un 5% a escasamente un 2,5%, que compara
favorablemente con el 2,7 que actualmente se observa en la media de países de la
UE.
Crédito (MM €)
270.000 1.200.000
1990 Actual
vs
Crédito/PIB (%)
60% 105%
1990 Actual
vs
Margen de intereses/PIB
5,2% 2,5%
1990 Actual
vs
PIB (MM €)
460.000 1.170.000
1990 Actual
vs
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Gráfico 5: Coste de la intermediación bancaria s/PIB
Fuente: Afi, BCE, Eurostat
Por otro lado, comparando el sistema bancario español al resto de Europa en la
actualidad España es uno de los países con mejor relación calidad-precio de los
servicios transaccionales básicos, según el informe de Ceca y Deloitte (2018). En
particular, se pueden sacar las siguientes conclusiones comparativas:
España es el segundo país más barato de Europa en la prestación de servicios
básicos (transaccionales) a sus clientes, con un precio un 58% menor a la media.
España es también el segundo país más barato de Europa para clientes de
banca digital de las Entidades incumbentes, con un precio 67% menor a la media
de países analizados.
España es el país que ofrece un mayor número de servicios bancarios
(transaccionales y no transaccionales) a sus clientes (+41% frente a la media
europea que ofrece 82).
De igual forma, España destaca ampliamente por ser el país que ofrece un
mayor número de servicios gratuitos (el 76% de sus servicios son prestados
gratuitamente). Adicionalmente, existen servicios relevantes que solamente se
ofrecen en España y además de forma gratuita, como el anticipo de la nómina,
la retención de recibos hasta existencia de saldo en cuenta, etc.
Por último, el número de canales a través de los cuales puede operar el cliente
español está muy por encima del de los vecinos europeos (el 79% de sus
servicios se proporcionan a través de canales tradicionales y el 73% a través de
los digitales). De hecho, la banca española proporciona una oferta móvil líder en
el ámbito mundial a nivel de funcionalidades.
1990s 5,2%
Actual
España
2,5%
UE Actual 2,7%
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2.2 Apelando al ahorro externo para complementar el interno:
excesiva vulnerabilidad financiera
En ese proceso de acompañamiento y de oferta de crédito para financiar el crecimiento,
cabe reconocer que se cometieron algunos excesos, que posteriormente aflorarían con
la emergencia de la crisis financiera internacional.
Esos excesos comenzarían a larvarse desde finales de los 90, al confirmarse la
incorporación de España a la eurozona. La percepción de una mayor estabilidad
económica otorgaba unas expectativas de crecimiento mucho mayores a la economía
española, en un proceso natural de convergencia con sus socios europeos. Al tiempo,
una moneda única eliminaba los riesgos cambiarios asociados a la inversión exterior en
España, provocando un fuerte incremento de la misma, especialmente en el segmento
inmobiliario, convirtiéndose nuestro país en el destino preferido para segunda residencia
de numerosos países europeos
Junto a ello, el contar con unos tipos de interés (2% en el nacimiento del euro)
extraordinariamente reducidos para los estándares españoles (nunca en las décadas
anteriores habían estado por debajo del 10%), generó una especie de inagotable
autoalimentación entre demanda y oferta crediticia, especialmente en los segmentos
relacionados con el sector inmobiliario e hipotecario
En esos momentos donde la demanda de crédito pasó a superar ampliamente a la
capacidad de ahorro de la economía española, la banca fue la encargada de cubrir ese
“gap” mediante la apelación al ahorro exterior como se puede observar en el Gráfico 6.
Merced a esa apelación por parte de la banca a los mercados exteriores (con emisiones
de cédulas hipotecarias, y otros bonos emitidos por los bancos en los mercados
internacionales, sobre todo europeos), el sistema bancario español pudo financiar una
concesión de crédito que excedía en una gran proporción a la capacidad de ahorro de
la economía.
En este acercamiento del ahorro exterior al crédito nacional, que la banca desempeño
automáticamente, la banca quedó expuesta (fue la cara visible) de la economía
española ante los mercados internacionales, de tal manera que el cierre de los
mercados en los primeros compases de la crisis (finales de 2008 y principios de 2009)
dejó a la banca expuesta a una incapacidad de refinanciar ese ahorro externo que, visto
con la perspectiva “a posteriori”, probablemente fue excesivo.
En esa excesiva asunción de financiación para financiar una concesión de crédito que,
también desde una perspectiva ex post, cabe catalogar como excesivamente rápido, y
con excesiva concentración sectorial (inmobiliario), es donde radica el principal error
“sistémico” del conjunto del sistema bancario español, en su acompañamiento a una
economía española cuyo modelo de crecimiento era altamente consumidor de crédito,
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con un peso de la construcción (sobre PIB, o empleo) que duplicaba al registrado en
otros países europeos.
Gráfico 6: Crédito y depósitos del sistema bancario español (MM €)
Fuente: Afi, BdE
2.3 Crisis, rescate y daño reputacional generalizado
La posición del sistema bancario como eslabón entre la economía española y los
mercados financieros internacionales, le situaba como el sector más vulnerable ante la
crisis, inicialmente en términos de liquidez (cierre de los mercados), y posteriormente en
términos de solvencia (necesidades de capitalización).
Concretamente, la intensa expansión crediticia, no acompañada de crecimientos
similares ni en depósitos ni en capital, generaría unos desequilibrios de liquidez y de
solvencia que finalmente se declararon insostenibles cuando estalla la crisis bancaria
internacional de 2007-2008. No obstante, en España esa crisis saldría a la luz con tres
años de retraso, lo cual iba a condicionar la capacidad de nuestro país para afrontar la
misma por sus propios medios. La necesidad de ayuda externa (el rescate bancario de
2012) no iba a ser gratuita, sino que se traduciría en importantes condicionalidades,
tanto para las entidades necesitadas de salvamento con capital público, como para todo
el marco regulatorio y supervisor.
0
200
400
600
800
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1.200
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1.600
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Crédito Depósitos minoristas
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En un contexto semejante, el conjunto del sistema bancario registra un importante
deterioro en su reputación, alcanzado sus niveles mínimos de reputación en 2013,
desde los que ha ido recuperando posteriormente, aunque todavía lejos de los niveles
pre-crisis, siendo esta una de las principales asignaturas pendientes del sistema
bancario.
Gráfico 7: Evolución de la reputación por industria en España
Fuente: Reputation Institute y elaboración propia Afi
2.4 Aportación del sistema a la superación de la crisis
Ese deterioro reputacional del sistema bancario fue generalizado y no tuvo en cuenta
las aportaciones positivas que desde el mismo se realizaron para la propia superación
de la crisis.
En primer lugar, de las ayudas concedidas a las entidades con problemas (bien
mediante capitalización, o concesión de garantías y/o esquemas de protección de
activos), que el Banco de España cifra en algo más de 64.000 millones de euros, el
propio sistema bancario aportó más de un tercio de dicha cifra a través del Fondo de
Garantía de Depósitos (FGD), como ilustra el gráfico adjunto.
59,759,0
55,7
53,0
42,5
45,4
50,9
53,553,0
40
45
50
55
60
65
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75
2008 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
Sector bancario
Retail - Comida
Retail - General
Energía
Telecomunicaciones
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Gráfico 8: Ayudas a entidades con problemas
(neto de recuperaciones, estimaciones BdE)
Fuente: Afi, BdE
Pero no fue esa la única contribución de la banca a la digestión de los costes de la crisis,
de una situación que también afectó de forma muy intensa a la capacidad de
financiación del Tesoro Público en los mercados financieros internacionales.
Concretamente, los inversores extranjeros dejaron de comprar Deuda Pública española,
e incluso se desprendieron de una parte importante de la que tenían comprada, en los
peores momentos de la crisis. En esos momentos la banca española actuó como
contrapeso al abandono de la Deuda Pública española por parte de los
extranjeros, y compró más de 200.000 millones (aproximadamente el 20%) de
Deuda Pública española cuando los inversores extranjeros dejaron de comprar
Deuda Pública española en los momentos más duros de la crisis.
64.350 MM €
42.020 MM €
FROB
22.330 MM €
FGD
Sector público Sistema bancario
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Gráfico 9: Porcentaje de tenencias de Deuda Pública española sobre el total
emitido
Fuente: Afi, BdE
2.5 Internacionalización bancaria española
Si los principales factores explicativos de la intensidad de la crisis bancaria en España
tienen que ver con un crecimiento excesivo y desequilibrado del crédito, en términos de
rentabilidad, liquidez, y capital, así como su elevada concentración sectorial
(inmobiliario), es evidente que un factor mitigador de esa crisis iba a ser la
diversificación, tanto geográfica como sectorial.
Por ello, no sorprende que hayan sido los bancos más internacionalizados los que han
podido afrontar la crisis con un menor impacto adverso, pues contaban con mayores
márgenes en sus operaciones internacionales, así como un perfil de riesgo mucho más
diversificado, tanto geográfica como sectorialmente.
Ese proceso de internacionalización bancaria fue iniciado a finales de los 90 por los dos
mayores grupos bancarios españolas con una orientación preferente hacia
Latinoamérica, y recientemente otras entidades han realizado operaciones de
implantación de menor alcance cuantitativo y geográfico.
En conjunto, puede afirmarse que la banca ha sido uno de los principales sectores (junto
con otros como telecomunicaciones, energía, infraestructuras, textil etc.) en cuanto a
realización de inversión directa en el exterior (IDE), representando casi un 15% del total
de IDE realizada por empresas españolas.
Desde dicha constatación, bien podría decirse que la internacionalización bancaria,
además de suponer un factor mitigador de la crisis bancaria en España, ha actuado
como un elemento clave en el impulso de la “Marca España”.
0%
20%
40%
60%
% d
e D
P s
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l d
e D
P e
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cir
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lació
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Bancos españoles
Extranjeros
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Gráfico 10: IDE (Inversión Directa Exterior) de las empresas españolas
Fuente: Afi, ICEX
2.6 Presión regulatoria en respuesta a la crisis: exigencia de bancos
solventes y rentables
La constatación de que en el origen de la crisis había, además de errores de gestión,
importantes lagunas regulatorias, provocó que los principales organismos
internacionales (G20, FSB, CSBB)2 acometiesen una transformación en profundidad de
la regulación bancaria.
El nuevo marco regulatorio impone unas mucho mayores exigencias de capital para las
entidades, que se multiplican por 2 o por 3 en el caso del capital de mayor calidad y
capacidad de absorción de pérdidas (ver Gráfico 11).
Al mismo tiempo, y en aras de mejorar la gobernanza de las entidades, se ha
intensificado la presión para someterse al escrutinio de los mercados, mediante la
cotización en bolsa y/o emisión de valores de renta fija en mercado, como es el caso
con las emisiones requeridas para cumplir con los requerimientos (MREL)3 de
instrumentos capaces de absorber pérdidas en casos de resolución.
Esa necesidad de apelar a los mercados para atraer capital, y en general el escrutinio
del mercado en todos sus aspectos, impone sobre las entidades una presión para
alcanzar unos parámetros de eficiencia y rentabilidad suficientes como para atraer ese
capital sin el cual no va a ser posible operar ni prestar los servicios de intermediación
tradicional.
2 G-20: Grupo de los 20 (países industrializados y emergentes) FSB: Financial Stability Board. Comité de Estabilidad financiera de Basilea CSBB: Comité de Supervisión Bancaria de Basilea 3 MREL: Minimum Requirement Elegible Liabilities
485.000 Mill. €Total
inversiones
70.000 Mill. €Sistema
Financiero
~ 15%
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Gráfico 11: Incremento de necesidades de capital
Fuente: Afi, BdE.
Bajo dicha premisa, es obvio que un sistema bancario débil, o sin capacidad de generar
rentabilidad de forma recurrente, no cumpliría las exigencias regulatorias, ni sería capaz
de realizar las funciones de intermediación financiera y concesión de crédito bajo
parámetros de estabilidad financiera.
Esa necesidad de bancos solventes y rentables, para poder cumplir con su función
básica, en muchas ocasiones no es suficientemente entendida, convirtiendo a la misma
en foco de numerosos ataques por su exceso de rentabilidad. Y sin embargo esa
rentabilidad, acorde al riesgo asumido, es una precondición para captar ese capital que
la regulación exige, y sin el cual no sería posible realizar la actividad bancaria.
La exigencia de contar con bancos solventes, rentables, eficientes y capaces de
conceder crédito con criterios de racionalidad y de adecuada mezcla entre riesgos
asumidos y condiciones de financiación, claramente exige una gestión con criterios de
racionalidad, dejando escaso margen para planteamientos de banca pública, salvo en
ámbitos muy específicos relacionados con el impulso al desarrollo y promoción
empresarial.
2.7 Respuestas de la banca adecuándose al nuevo entorno
La banca ha respondido al nuevo entorno regulatorio, económico, y social, que se ha
desarrollado tras la crisis. De hecho, en numerosos ámbitos el posicionamiento de la
banca ha sido incluso anticipativo de esas tendencias que conforman el nuevo marco
estratégico de la actividad bancaria.
Comenzando por los ámbitos sociológicos y demográficos, cabe resaltar que los
avances tecnológicos han traído consigo nuevos competidores que impulsan a la banca
Basilea III Basilea II Multiplicador
Capital ordinario 4,5% 2,0% x 2,25
Capital ordinario de Nivel 1 + colchón de
conservación de capital + colchón de
entidades sistémicas
8,0% 2,0% x 4,00
Capital de Nivel 1 6,0% 4,0% x 1,50
Capital de Nivel 1 + colchón de
conservación de capital + colchón de
entidades sistémicas
9,5% 4,0% x 2,38
Capital de Nivel 1 + Nivel 2 >8,0% > 8,0% x 1,00
Capital de Nivel 1 + Nivel 2 + colchón
de conservación de capital + colchón
de entidades sistémicas
> 11,5% 8,0% x 1,44
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a cambiar sus modelos de negocio tradicionales, con una mayor orientación hacia la
inversión de tecnología y demandar puestos más cualificados.
Dicho aumento de la competencia empuja hacia nuevas tendencias sociales y
tecnológicas, impactando de forma directa en la demanda de los nuevos clientes. La
conjunción de estos factores culmina en una nueva realidad financiera donde el cliente
se convierte en el centro de la actividad bancaria. El gran desafío de los bancos es la
creación de un nuevo modelo bancario basado en un enfoque customer centric y este
reto es alcanzable solo a través una herramienta fundamental como es la transformación
digital. Alcanzar niveles competitivos en los temas de la innovación, la digitalización, la
transformación tecnológica tiene que ser el reto principal de las entidades crediticias,
comenzando por la formación de las personas.
La modernización de la banca ha llegado hasta nuestros días, con una incorporación
progresiva y masiva de todas las disrupciones tecnológicas, para adaptar la banca a las
necesidades de sus clientes: una oferta de servicios interactiva, rápida y ágil, con fuerte
reducción de los costes de transacción.
Esa adaptación, y anticipación a los cambios sociológicos y demográficos, los ha
realizado la banca al mismo tiempo que restauraba sus parámetros de eficiencia y
rentabilidad, para adecuarse a esas nuevas exigencias regulatorias, y sobre todo para
ser competitiva en un marco, el europeo, en el que estamos inmersos desde que a
finales de 2014 se pusiese en marcha la Unión Bancaria, aunque fuese de forma gradual
e incompleta.
Sin menoscabo de esas necesidades de perfeccionamiento de la Unión Bancaria, lo
cierto es que los cuatro años transcurridos en el marco de la misma han aportado un
importante factor de credibilidad para el sistema bancario europeo, especialmente el
español, que ha podido aprovechar, en términos de eficiencia y rentabilidad, los
importantes esfuerzos de reducción de capacidad y de costes llevados a cabo en el
marco de la reestructuración bancaria.
Como ilustración de esos esfuerzos, en el Gráfico 12 se presentan, para los principales
sistemas bancarios del área euro, los ajustes realizados en capacidad, con reducción
en número de empleados y de oficinas, así como en número de entidades.
Puede comprobarse cómo los esfuerzos han sido más intensos en España que en los
principales países europeos, con la excepción de Holanda, que ha realizado ajustes
incluso mayores que España, sobre todo en términos de reducción del censo de
entidades de crédito.
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Gráfico 12: Ajustes de capacidad tras la crisis: España vs Europa
Fuente: Afi, BCE Statistical Data Warehouse, Eurostat
Esos mayores esfuerzos de reducción de capacidad en España, en gran medida
asociados a las severas exigencias que el programa de asistencia financiera impuso a
las entidades capitalizadas con fondos europeos, tienen su traslación en la eficiencia
operativa (“cost to income”, o gastos de explotación sobre margen de explotación),
ámbito en el que la banca española presenta unos registros muy favorables,
comparativamente con los principales países europeos, como puede comprobarse en
el Gráfico 13 , que ilustra la comparación de dicha ratio entre los principales países
europeos, así como con la media agregada de la Eurozona, al cierre del primer semestre
de 2018.
España 2017 Var (%) 2007-17
Oficinas 27.480 -38,2%
Empleados 183.016 -31,6%
Entidades 206 -42,3%
Portugal 2017 Var (%) 2007-17
Oficinas 4.696 -28,1%
Empleados 46.238 -24,9%
Entidades 141 -19,4%
Italia 2017 Var (%) 2007-17
Oficinas 27.430 -19,4%
Empleados 281.865 -12,8%
Entidades 546 -33,5%
Alemania 2017 Var (%) 2007-17
Oficinas 32.026 -17,6%
Empleados 619.059 -8,1%
Entidades 1.632 -19,4%
Holanda 2017 Var (%) 2007-17
Oficinas 1.619 -48,4%
Empleados 75.215 -31,6%
Entidades 92 -73,0%Francia 2017 Var (%) 2007-17
Oficinas 37.209 -2,9%
Empleados 404.001 -3,1%
Entidades 422 -47,8%
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Gráfico 13: Eficiencia comparada España frente a Europa (datos a junio 2018)
Fuente: Afi, EBA Risk Dashboard, 2018
Así, España presenta una ratio de eficiencia mucho mejor que la media de la eurozona
(51,7 frente a 63,8), y muy especialmente frente a los dos grandes países de la misma,
donde los gastos de explotación llegan a absorber el 73% del margen en el caso de
Francia, y nada menos que el 82% en al caso de Alemania, sin duda el país europeo
con peor eficiencia operativa.
En la misma dirección cabe contemplar el contraste en términos de rentabilidad sobre
el capital invertido, conocida como el ROE por sus siglas en inglés (Return on Equity),
parámetro en el que la banca española aparece también como claramente mejor que
sus homólogos europeos, como ilustra el gráfico 14.
Gráfico 14: Rentabilidad sobre el capital (ROE) España frente a Europa (junio 2018)
Fuente: Afi, EBA Risk Dashboard, junio 2018
81.89
73.12
63.39
56.86 55.9451.77
DE FR IT NL PT ES
Eficiencia
63,77
10,01
8,92
7,376,98
5,94
3,11
NL ES IT FR PT DE
7,22
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Ese favorable posicionamiento de la banca española en términos de eficiencia y
rentabilidad en gran medida responde a los intensos esfuerzos de reducción de gastos
y capacidad acometidos en respuesta a la crisis, mucho más severa en nuestro país
que en las otras grandes economías europeas.
Pero esa misma especial intensidad de la crisis en España es la que ha dejado algunos
legados que todavía no han sido suficientemente digeridos, como es una morosidad
algo más elevada, aunque con una fuerte caída acumulada en apenas cuatro años
desde sus máximos de principios de 2014 (recorte de un 63%) y ya inferior a la media
de la zona euro, y unas ratios de capital algo más reducidas, como se puede observar
en el Gráfico 15.
Gráfico 15: Tasa de morosidad
Fuente: Afi, ECB
En la misma línea de saneamiento tras la crisis, cabe resaltar el importante esfuerzo de
recapitalización realizado por el sistema bancario español, que ha incrementado su
coeficiente de solvencia de primer nivel (CET1, o capital del máximo nivel, como
porcentaje sobre los activos ponderados por riesgo, o APR) en casi un 50%, hasta
acercarse al 12%, desde el escaso 8% con que afrontó la crisis.
Ese coeficiente de solvencia es actualmente algo inferior en España al registrado en la
media europea, como puede comprobarse en el gráfico 17 (izquierda), lo que contrasta
agudamente con el denominado ratio de apalancamiento (Capital sobre activos totales,
sin ponderar), a la derecha del mismo gráfico, y en el que la posición española es
claramente mejor que la de la media europea.
La diferencia entre ambas medidas de solvencia se refiere al denominador, que en el
segundo caso recoge los activos totales, y en el otro a esos mismos activos ponderados
por riesgo. De la comparación entre ambos gráficos se deduce que el sistema bancario
español tiene una ponderación por riesgo más intensa que la media europea, fruto de
7,91
3,80
5,95
3,93
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
España (Con) EUR28
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un modelo de negocio más orientado a financiar hogares y pymes, que tienen
ponderaciones más elevadas a afectos de solvencia que las posiciones en grandes
empresas o en contrapartidas interbancarias, en las que la banca europea se ha
focalizado más.
Gráfico 16: CET 1 y ratio de apalancamiento
Fuente: Afi, ECB
Gráfico 17: Solvencia y apalancamiento- España frente a Europa (junio 2018)
Fuente: Afi, EBA Risk Dashboard, junio 2018
11,9%
6,4%
0%
2%
4%
6%
8%
10%
12%
14%
200
8
200
9
201
0
201
1
201
2
201
3
201
4
20
15
20
16
1S
17
20
17
1S
18
CET1 Apalancamiento
Ratio CET 1 fully loaded Ratio de apalancamiento
16,0915,39
13,90 12,75
11,8711,07
NL DE FR PT IT ES
7,28
5,36 5,21 4,84 4,68
4,39
PT ES IT FR DE NL
14,26
5,12
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En todo caso, y con independencia de cuál de las dos medidas de solvencia refleja mejor
la situación patrimonial, lo cierto es que cuando la misma se considera conjuntamente
con la eficiencia y rentabilidad, sitúa a la banca española en mejor posición que la
europea ante hipotéticos escenarios adversos, como se desprende del último ejercicio
de resistencia llevado a cabo por la Autoridad Bancaria Europea sobre los 28 mayores
bancos europeos, entre ellos 4 españoles. En dicho ejercicio, y como puede consultarse
en AFI (2018), la banca española afrontaría un hipotético escenario adverso en un
horizonte de tres años con una menor merma de su posición de capital que la mayoría
de sistemas bancarios analizados.
2.8 La banca y las ppymes
En los análisis comparativos entre los sistemas financieros europeos (y entre ellos el
español) y el de Estados Unidos se suele poner de manifiesto que en los primeros tiene
lugar un peso preponderante la intermediación bancaria, mientras que en Estados
Unidos cobra un peso mayor la financiación a través de mercados de valores.
Desde dicha constatación, y en aras de facilitar un mayor desarrollo de los mercados de
capitales en Europa que nos acerquen algo más al modelo estadounidense, la Comisión
Europea lanzó en 2014 la iniciativa en torno a la Capital Market Union.
Dicha iniciativa es muy loable, en su intento de facilitar un mayor acercamiento de
empresas y particulares a los mercados de valores, y con ello ampliar la gama de
instrumentos financieros en los que poder invertir y/o financiarse.
Pero hay que reconocer que el tejido empresarial español se caracteriza por una
mayoritaria presencia de empresas de muy reducida dimensión y con una muy débil
estructura financiera. El Cuadro 1 siguiente ilustra la estructura empresarial por tamaños
en España y la Unión Europea, tanto en términos de peso sobre el empleo, como sobre
el valor añadido. En el agregado de la Unión Europea las pymes representan un 67%
del empleo total y un 57% del valor añadido. En España esa presencia relativa de pymes
es superior a la media europea, y el sesgo se hace todavía más patente si se
circusnscribe a las microempresas. Las pymes en España representan el 73% del
empleo y el 62% del valor añadido; y en el caso de las microempresas, representan en
España el 41% del empleo y el 26% del valor añadido, porcentajes ambos muy
superiores a los registrados en la media de la UE.
Con una estructura empresarial tan dominada por empresas de muy reducida
dimensión, es extraordinariamente difícil que las mismas apelen de forma generalizada
a los mercados de capitales, en los que los elevados costes fijos de emisión, y
exigencias administrativas, informativas, etc., actúan como elementos disuasorios en
dicho tipo de empresas.
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Cuadro 1: Contribución de pymes al empleo y valor añadido (2016, España y UE)
Fuente: Extraído de Comisión Europea (2017b): “Annual report on European SME´s
2016-2017”, noviembre
En un marco empresarial semejante, es obvio que la financiación bancaria se erige
como la principal (casi la única) fuente de financiación de las pymes en España, por lo
que es muy importante que la banca mantenga su vocación de financiar a dicho
segmento empresarial, y de hacerlo en las condiciones más favorables.
Eso es lo que se desprende del análisis comparado, entre España y los principales
países europeos, de los tipos de interés en la concesión de préstamos a pymes. De
unos niveles muy superiores a los europeos en medio de la crisis de 2012 y 2013, los
tipos de concesión a ppymes en España han ido reduciéndose sistemáticamente, hasta
completamente converger con los principales países europeos.
Gráfico 18: Tipos de interés en nueva concesión a ppymes
Fuente: Afi, BCE
España UE España UE
Total pyme 73% 67% 62% 57%
Microempr. 42,20% 29,80% 25,90% 20,90%
Pequeñas 18,30% 20,00% 18,10% 17,10%
Medianas 14,10% 16,70% 17,80% 18,20%
Aportación a Empleo Aportación a Valor Añadido
Tipo de nueva concesión de PYME’s (%)
0
1
2
3
4
5
6
7
2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
España Francia Alemania Italia Área Euro
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2.9 Síntesis y retos de futuro
El sistema bancario español ha registrado una profunda transformación durante las tres
últimas décadas, muy especialmente tras la grave crisis que afectó a un elevado número
de entidades, representando un 30% de los activos totales del sistema.
En el proceso de crecimiento y modernización de nuestro país, impulsado por nuestra
incorporación a Europa, la banca ha acompañado en ese crecimiento, facilitando el
crédito necesario y en unas condiciones sistemáticamente mejores que la media
europea, trasladando a los usuarios de servicios bancarios las ganancias de eficiencia.
En ese acompañamiento con crédito abundante, en buena medida financiado con
apelación al ahorro exterior, el sistema bancario asumió una posición de vulnerabilidad
por su dependencia de los mercados financieros exteriores, y por su concentración
sectorial de riesgos, vulnerabilidad que afloró con toda su crudeza tras la crisis
internacional de 2008.
Las importantes necesidades de capital público para sanear a algunas entidades, así
como la aparición de situaciones sociales de vulnerabilidad financiera (endeudamiento
excesivo en hogares muy golpeados por la crisis) se tradujeron en importantes
deterioros reputacionales que afectaron de forma generalizada al sector, sin discriminar
entre entidades.
Sin menoscabo de asumir los excesos sistémicos cometidos, cabe reconocer la
contribución que el conjunto del sistema realizó para la propia superación de la crisis.
Por un lado, aportó (a través del FGD) un tercio del total de ayudas financieras que se
necesitó para sanear las entidades más problemáticas. Y por otro, actuó casi como
único financiador del Tesoro Público cuando, en los momentos peores de la crisis, los
inversores extranjeros dieron la espalda al mercado español de Deuda Pública.
Mucho han cambiado las cosas en la banca española tras esa crisis, bien en respuesta
a las elevadas exigencias regulatorias, o bien con actuaciones propias de las entidades,
encaminadas a recuperar reputación y a adaptarse a un entorno mucho más
competitivo, incluyendo nuevos competidores no bancarios (BigTech), así como a
nuevas demandas y hábitos por parte de los usuarios de servicios financieros.
Tras esas adaptaciones, hoy la banca es mucho más solvente y resistente (ha
incrementado en más de un 50% sus ratios de solvencia), más regulado y supervisado
(en un marco común europeo), con mayores exigencias de eficiencia, rentabilidad,
gobernanza y escrutinio por el mercado. Y junto a esos parámetros económicos y
financieros, la banca ha asumido un liderazgo en innovación en aras de ganar eficiencia
y sobre todo cercanía y flexibilidad para los clientes; y asume unos valores de banca
responsable y sostenible, que impregnan a todas las personas integrantes de sus
organizaciones, y por supuesto están presentes en sus relaciones con los clientes y la
sociedad en general.
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3 Bibliografía
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resultados.
- ALLEN, F. y GALE, D. (2000), Comparing Financial Systems MIT Press,
Cambridge, MA. 2000
- BERGES, A; GUILLEN, M.; MORENO, J.P.; ONTIVEROS, E, (2014) A
new era in banking- The landscape after the battle. Bibliomotinon Inc,
Massachussets.
- BOYD, J. H. y PRESCOTT, E., (1986), Financial intermediary-
coalitions, Journal of Economic Theory, 38, issue 2, p. 211-232.
- DEMIRUG-KUNT, FEYEN, LEVINE (2012) “The Evolving Importance of
Banks and Securities Markets.” World Bank Economic Review.
- HALDANE, A. (2010), What is the contribution of the financial sector:
Miracle or mirage? The future of finance. The London School of
Economics and Political Science.
- LEVINE, R. (1997): Financial development and economic growth: views
and agenda. Journal of Economic Literature. Vol. XXXV (June 1997), pp.
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- LEVINE, R. (2002). Bank-Based or Market-Based Financial Systems:
Which is Better?, William Davidson Working Paper Number 442, feb 2002
- LEVINE, R. (2004): Finance and growth: theory and evidence. National
Bureau of Economic Research. Working paper 10766.
- MERTON, R.C. y BODIE, Z. (1995): A Framework for Analyzing the
Financial System. Crane et al., Eds., The Global Financial System: A
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- ROLDAN, J.M. y CARO, A. (2018): Las entidades financieras en España.
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- TURNER, A. (2010). What do banks do? Why do credit booms and bust
occur and what can public policy do about it? The future of finance. The
London School of Economics and Political Science.
- WORLD BANK- Global Financial Development Database, 2013
- ZINGALES, L. (2015): Does finance Benefit Society? Harvard University,
NBER and CPER.
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Anexo – La banca acompañando al crecimiento: síntesis
La banca ha acompañado al
desarrollo económico en España
Mejorando sistemáticamente las
condiciones de concesión
Permitió apelar al ahorro externo para cubrir el déficit de
ahorro interno, asumiendo excesiva
exposición a los mercados exteriores
Esa exposición colocó al sector en el
epicentro de la crisis, lo que produjo un
fuerte daño reputacional…
…pese a que no todas las entidades necesitaron
apoyo , y el propio sistema contribuyó al
saneamiento mediante el FGD
En el peor momento de la crisis, la banca se convirtió en casi el
único financiador del Estado
Frente a ese daño reputacional, la banca necesita recuperar la
confianza
Con un fuerte incremento de la
presión regulatoria (más capital,
gobernanza, y escrutinio por el
mercado de valores)
La banca española es hoy más eficiente y
rentable que la media europea
Internacionalización bancaria: posición
financiera más diversificada y
saneada, e impulso a la "Marca España"
Un tejido productivo tan intensivo en Pymes
como el español, descansa mucho más
en la financiación bancaria
Compromiso con innovación,
responsabilidad social y sostenibilidad:
trasladando al cliente las mejoras de eficiencia