Post on 24-Apr-2015
Teoría y Análisis Literario “C” – Universidad de Buenos AiresProfesores: Jorge Panesi; Ariel Schettini.Florencia Skoropad CalloriPrimer cuatrimestre de 2013
“La Bilbioteca de Babel” como anti-utopía
Uno de los hábitos de la mente es la invención de imaginaciones horribles. (…) Yo he procurado
rescatar del olvido un horror subalterno: la vasta Biblioteca contradictoria, cuyos desiertos
verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman, lo
niegan y lo confunden como una divinidad que delira.
“La Biblioteca Total” – Jorge Luis Borges.
En “La Biblioteca de Babel”, de Jorge Luis Borges, en un procedimiento clásico de su
bibliografía, se cristalizan en realidad los conceptos hipotéticos, teóricos, planteados en otro
texto: “La Biblioteca Universal”, de Kurd Lasswitz. Mientras que a simple vista se pueden
observar las diferencias en el modo que se elige para desarrollar el concepto de Biblioteca
Total – Lasswitz elige, como se dijo, el planteamiento teórico, mientras que Borges opta por
volverlo un mundo real, con todas las consecuencias inherentes que eso conlleva- puede
notarse también, incluso a un nivel muy superficial, la diferencia de apreciación con la que los
autores expresan este concepto. Lasswitz elige para acompañar a Biblioteca, el adjetivo
Universal: si bien durante el cuento la biblioteca se muestra como no deseable, es
mayormente debido a su inutilidad; la Biblioteca es una simple recreación matemática y como
tal su valoración es neutra, no conlleva necesariamente connotaciones negativas. Borges, por
el contrario, prefiere adjudicarle a la Biblioteca la cualidad de ser “de Babel”; un lugar en el
que reinan la confusión y el desorden y, también, siguiendo la referencia bíblica, un lugar en el
que se rompen los acuerdos y la hermandad de los hombres. Borges convierte a la Biblioteca
ns un hecho social, ya que en ella viven los hombres y, como tal, es inherentemente conflictiva
y es requisito que se realice sobre ella un juicio de valor. Cabe mencionar el artículo de Borges
La Biblioteca Total, en el que la valoración es más cercana a la propuesta por Lasswitz; el
artículo presenta los antecedentes históricos y literarios de la idea de Biblioteca Total, Borges
no realiza un juicio sobre cómo sería este mundo hasta el final del artículo, como se muestra
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en la cita que antecede, y por este motivo puede permitirse no realizar una valoración desde el
adjetivo que selecciona para ella.
Nos centraremos, entonces, en la valoración de este mundo hipotético- pero que se
muestra funcionando con sus propias leyes y su propia historia, es decir, con estructura de
mundo real- que se realiza en “La Biblioteca de Babel” e intentaremos relacionarlos con los
conceptos de utopía y distopía.
Históricamente, los términos utopía y distopía fueron acuñados en un texto anónimo
de 1747, y sendas notas al pie daban sus definiciones como “a happy or blessed country” y “an
unhappy contry”, respectivamente. Sin embargo, la definición actual de distopía dada por el
Oxford English Dictionary, “An imaginary place or condition in which everything is as bad as
possible”, demuestra el modo en el que se utiliza el término desde John Stuart Mill, en 1868,
en adelante.
En primer lugar, si no se tuviese contacto con el cuento de Kurd Lasswitz, que se
encarga minuciosamente de eliminar toda esperanza de que se trate de un proyecto realizable
y, aún más, útil, la idea de un mundo de conocimiento perfecto, en el que no todo está hecho,
pero existe la forma de saberlo todo, podría pensarse como un mundo ideal, es decir, utópico:
“No había problema personal o mundial cuya elocuente solución no existiera: en algún
hexágono”1. La utopía como concepto presenta cierto conjunto de características o patrones
que se repiten en su aparición en textos literarios, que intentaremos contrastar con las
características de esta sociedad que se nos presenta.2 Desde su definición intrínseca, la utopía
plantea una sociedad en la que la armonía es el valor dominante. Como vimos, la Biblioteca,
que es de Babel, y en la que la probabilidad de encontrar el libro deseado es computable en
cero, es el opuesto absoluto de armónica. Sin embargo, el bibliotecario que funciona como
narrador, teoriza que la Biblioteca debe ser ilimitada (lo cual es demostrado incorrecto en La
1 “La Biblioteca de Babel”- Jorge Luis Borges2 Cabe aclarar que se limitará el análisis a la “sociedad” que existe dentro de la Biblioteca, ya que no se sabe demasiado de la sociedad externa a la Biblioteca, que sin embargo les envía viajeros e inquisidores. Cabría plantearse si, cómo y por qué esta sociedad externa puede funcionar como otra clase de sociedad, ignorando a la Biblioteca en sí misma.
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Biblioteca Universal) y periódica: “(…) los mismos volúmenes se repiten en el mismo desorden
(que, repetido, sería un orden: el Orden).” Sin embargo, como las cantidades y los tamaños de
la Biblioteca se encuentran por completo fuera de la comprensión y la capacidad de cualquier
hombre, sólo pueden resultar de utilidad o belleza para el Dios; la organización puede ser
perfecta y armónica para la divinidad, pero definitivamente no lo es para el hombre, que
frente a la imposibilidad de lidiar con la organización de la Biblioteca, sucumbe frente a la
depresión, el bandolerismo, las disputas, los asesinatos, los suicidios.
En segundo lugar, la utopía, por su propia definición, es la realización de felicidad,
placidez y satisfacción para el hombre. En La Biblioteca de Babel, se presentan como
habituales y recurrentes los suicidios y se habla, literalmente, de que se vive una gran
depresión: todo el conocimiento, pero especialmente el conocimiento del destino de los
hombres (las Vindicaciones) existe, pero es inaccesible, ya que su organización y distribución,
su mera existencia, no resultan racionales en el esquema de comprensión de los hombres.
Además, es fundamental aclararlo, aunque este conocimiento fuese de fácil acceso, una gran
proporción de los hombres serían incapaces de acceder a él, ya que no pueden leer; el
conocimiento, los libros, se adoran de forma bárbara, en lugar de intentar accederse a ellos a
través de la lectura o el aprendizaje. En resumidas cuentas, la estructura de la idealidad existe,
pero no está puesta al servicio de los hombres y no sirve para su realización. La Ciencia no nos
hará felices, porque la ciencia no puede existir sin hombres que la lleven a cabo.
La utopía se caracteriza también por la existencia de una verdad única y absoluta, que
es la que lleva a la felicidad; en la Biblioteca, en cambio, existen versiones de todo: cada
ejemplar es único e irremplazable, pero de cada ejemplar hay, también, miles de versiones
imperfectas. En este sentido, la verdad no existe; nos dice Burkel en “La Biblioteca Universal”:
“Sería imposible separar lo cierto de lo falso, lo que tuviera sentido de lo que no lo tuviera”. No
existe la verdad, y junto a la pérdida de la escritura, esto provoca que se pierdan la memoria,
la historia, la cultura, todos rasgos que humanizan al hombre. No se posee ni siquiera el poder
de la palabra que se dice, toda palabra es ambigua porque “un número n de lenguajes usa el
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mismo vocabulario; en algunos, el símbolo biblioteca admite la correcta definición ubicuo y
perdurable sistema de galerías hexagonales, pero biblioteca es pan o pirámide o cualquier otra
cosa, y las siete palabras que la definen tienen otro valor”3. Todos los significantes pueden
adquirir todos los significados, y de este modo, cualquier forma de comunicación pierde
sentido y razón de ser. La Biblioteca, monstruosa y absoluta, impide al hombre funcionar como
tal.
Esto conduce a mencionar, también, que la utopía es, básicamente, la felicidad
alcanzada por los hombres para los hombres. La negación de la utopía que se realiza en “La
Biblioteca de Babel” radica en que el hombre está a merced del Dios-Biblioteca. Una forma
notable en la que se muestra esto en el texto es que los bibliotecarios no tienen nombre, o al
menos no uno que se nos informe. Los únicos entes cuyo nombre se escribe con mayúsculas
(es decir, se les da entidad de nombre propio), más allá de ciertas menciones históricas (Beda,
Basilides, Tácito) son: la Biblioteca, Dios, las Vindicaciones, los Purificadores, el Hexágono
Central, el Hombre del Libro/Él (que es “análogo a un dios”), Tú (referido al Dios), el Orden.
Cabe mencionar que las mayúsculas son signos que han sido eliminados de los libros y, por lo
tanto, de la escritura de nuestro narrador; además, el Dios escribe dentro del libro, mientras
que los pocos hombres que escriben quedan relegados a las tapas, el exterior, lo superficial;
los hombres no pueden aspirar a lo grande, para ellos sólo queda lo pequeño y la miseria:
están condenados a dormir de pie y su otra única necesidad básica que se considera es la del
baño. La Biblioteca reduce al hombre al mínimo porque podría prescindir de él: “Quizá me
engañen la vejez y el temor, pero sospecho que la especie humana- la única- está por
extinguirse y que la Biblioteca perdurará”4; no queda claro a lo largo del texto qué función
cumplen los bibliotecarios, qué es lo que se espera de ellos. Esto se relaciona con el modo en
el que Borges concibe en general las bibliotecas en sus textos: “antes que un lugar de
conservación, un museo o una cripta, que solo cobran vida cuando alguien los visita, la
biblioteca es un espacio de apareamiento, de cópula y reproducción, una fábrica extraña y
3 “La Biblioteca de Babel”- Jorge Luis Borges4 “La Biblioteca de Babel” – Jorge Luis Borges
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constante donde se procrean las maravillas y las aberraciones que después ensimisman a los
hombres.”5
Sin embargo, pese a todas las diferencias ya mencionadas, es necesario recalcar que
hay un aspecto que la Biblioteca comparte con la utopía: el recelo a la imaginación. En un
mundo donde ya está todo dicho, y se recela de los hombres que plantean al menos intentar
volver a crear al conocimiento que existe, pero está más allá del alcance de los hombres, la
creatividad se encuentra completamente cercenada; “(…) esa Biblioteca inhumana, que
organizaría el azar que eliminaría la inteligencia.”6 El hombre no tiene como función leer, ni
escribir, ni pensar; es un mero observador de la existencia perfecta de la Biblioteca.
Llegados a esta primera conclusión, puede plantearse, entonces, si la sociedad que se
nos presenta se condice con una realidad distópica. Se comparten ciertas características:
suceden en espacios cerrados/claustrofóbicos, existe pérdida de la individualidad (fenómeno
acontecido con los nombres propios), el mundo en sí mismo es un mundo no deseable. Sin
embargo, difieren en su forma y su finalidad. “La distopía deduce un mundo futuro de pesadilla
a partir de la extrapolación de realidades presentes”: los textos que presentan realidades
distópicas se utilizan en general como formas de advertencia, estas realidades están
profundamente arraigadas en las condiciones sociales y políticas del presente que las produce,
pero se muestran proyectadas hacia un futuro en el que el presente potenciado se vuelve
indeseable. “La Biblioteca de Babel”, en cambio, no se basa en el presente en el que el cuento
fue escrito, ni siquiera en un presente posible; se basa en una hipótesis, como ya se ha
mencionado, en recreaciones matemáticas. No puede funcionar como advertencia de algo que
esta fuera del alcance del hombre producir. Por este motivo, si se nombrase a La Biblioteca de
Babel como distopía, podría suponerse que eso le adjudica ciertas características propias que
suelen compartir los textos que se nombran como tales que en realidad este no posee.
5 “El factor Borges” - Alan Pauls6 “La Biblioteca Total” – Jorge Luis Borges
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En conclusión, pese a presentar un concepto – la Biblioteca total, por ende el
conocimiento total y, en consecuencia una sociedad en la que existen al menos el cómo, el por
qué y el para qué de todo- que en un principio podría pensarse como ideal, deseable y hasta
perfecto, Borges, al cristalizarla como sociedad y de este modo poner en juego los intereses y
el bienestar de los hombres, en contraposición al Dios que se supone creador de la Biblioteca,
decide plantearla como un modelo anti-armónico, caótico y no favorable a la hora de jugar un
papel proclive a la felicidad de los hombres. Por este motivo, es incompatible considerar esta
sociedad como una utopía, pese a la idealidad hipotética que podría llegar a significar desde el
punto de vista teórico. Sin embargo, pese a que comparte ciertas características con los textos
que presentan realidades distópicas, tampoco sería correcto considerarlo como tal, ya que las
motivaciones y las finalidades de ambos son muy diferentes. Por este motivo, decidimos
considerarlo finalmente como una anti-utopía, ya que el término distopía tiene un valor
agregado por el uso y la costumbre que difiere de ser el simple antónimo de utopía.
Bibliografía
“El factor Borges” – Alan Pauls
“Distopía: otro final de la utopía” – Estrella López Keller
“La Biblioteca total” – Jorge Luis Borges
“Dystopia: an earlier eighteen-century use”
“La Biblioteca Universal” – Kurd Lasswitz
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