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LA CERÁMICA DE LOS SIGLOS XVI-XVII DEL ÁREA FLAMENCA Y DE LA PICARDÍA DOCUMENTADA EN EL FONDEADERO DE BAIONA (PONTEVEDRA). UN AVANCE EN EL ESTUDIO PARA SU CATALOGACIÓN. Miguel San Claudio Santa Cruz Raúl González Gallero
INTRODUCCIÓN
Con este artículo se pretende dar a conocer las producciones cerámicas de época
moderna procedentes de la zona de influencia flamenca (territorios flamencos y
la Picardía) localizadas durante los trabajos arqueológicos del puerto de Baiona,
que fueron sufragados por el ente público PORTOS DE GALICIA entre los años
2007 y 2008.
Las producciones cerámicas, son durante todas las épocas históricas de carácter
omnipresente y atesoran múltiples variables dependiendo del contexto espacial y
cronológico en que son producidas. Estas características implícitas a la cerámica
la convierten en un indicador cronológico potencialmente excepcional, ya que
además de encontrarse muy representada en el registro arqueológico, su
conservación normalmente posibilita analizar la mayoría de sus características.
Queremos ir más allá del mero ejercicio taxonómico. Obligándonos a tratar de
comprender lo que se esconde tras la cerámica, podremos convertirla en un
instrumento que además de proporcionar dataciones más o menos precisas, sirva
para generar Historia. Por ello queremos dar dos enfoques distintos al estudio:
- Clasificar las producciones a partir de unos criterios tipológicos.
- Entender el significado histórico del objeto.
Conocer los pormenores del contexto cultural en el que se generó el registro
arqueológico. “La cultura material no existe porque sí. Alguien la produce. Y es
producida para algo” (Hodder, I., 1994, p. 20).
El período que corresponde con estas producciones relaciona a Baiona como
puerto de escala de los buques comerciales y convoyes militares que durante los
siglos XVI y XVII iban y venían de los territorios flamencos y colindantes, que en
esta época pertenecían a la corona española.
Los trabajos arqueológicos realizados en el puerto de Baiona los últimos años han
puesto de manifiesto toda una serie de materiales de vidrio, de cerámica, etc.
procedentes del Mediterráneo, del norte y el centro de Europa y de Oriente que
muestran el dinamismo de una ciudad abierta al mundo. El estudio de estos
materiales nos va a ayudar a comprender parte de los episodios de la historia de
la villa en particular, de Galicia y el territorio español y de la navegación por el
Atlántico en general.
Hasta hace muy poco, en nuestro país, los materiales de época moderna y
contemporánea no se consideraban, objetos de estudio en la actividad
arqueológica, siendo en la mayoría de los casos desechados en las terreras de las
excavaciones. De ahí la poca información y publicaciones existentes de esta
época en la bibliografía española.
Con una serie de artículos, que comenzamos ahora, queremos poco a poco dar a
conocer las producciones documentadas durante el proceso de seguimiento del
dragado ejecutado en el puerto de Bayona. Estos artículos pretenden establecer
una base para posteriores estudios.
“… es singular que haya existido desde los años 70 una dependencia científica/…
/con respecto a los Estados Unidos de América en ciertos aspectos de la
arqueología postmedieval sevillana (fund. Ss.XVI-XVIII)[española en general]. Ha
sido el desarrollo de la arqueología sobre las colonias españolas en el área
caribeña y del Sur de EEUU el que ha producido avances muy significativos sobre
las series cerámicas… (Amores, F. & Chisvert, N. ,1993)”.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Desde inicios de la Edad Moderna, producto de las relaciones comerciales entre
Europa, América y posteriormente Asia, se detecta un clima de bonanza
económica que se traduce en un conjunto de transformaciones, las cuales
afectarán a la villa de Baiona, en numerosos campos, llevándose a cabo un
desarrollo de la villa de Baiona bastante importante, con la construcción de
numerosos edificios y el desarrollo portuario.
Las producciones cerámicas no se encuentran ajenas a esta renovación, el
desarrollo del comercio marítimo trae influencias y producciones externas, que
quedan reflejadas en el registro arqueológico, mostrando un abanico diverso y
amplio de producciones desde el siglo XVI.
Durante el reinado de Felipe II y tras la victoria sobre los franceses en la Batalla
de San Quintín, se firma el tratado de Cateau-Cambrésis (1559) en los que España
se anexiona los territorios de la Picardía francesa, situados en la frontera con
Flandes. Y no es hasta 1654, durante la guerra hispano-francesa que pasa
definitivamente a Francia. Las producciones cerámicas provenientes de la
Picardía francesa de la segunda mitad del siglo XVI y primera mitad del siglo XVII,
por ello son estudiadas en este artículo, como área de influencia de los
territorios flamencos y en los que se documentan producciones muy similares.
El puerto y la villa de Bayona se hallan protegidos al pie de la fortaleza de Monte
Real, situado en el promontorio conocido como monte do Boi. Esta fortaleza fue
escenario de numerosas pugnas por su dominio que abría la posesión de la propia
villa y de su Hinterland. Así Alfonso V durante su visita ordena la restauración de
la fortaleza no recuperada de los daños sufridos desde su toma por los árabes en
el año 967.
La principal defensa de la fortaleza lo era frente a los asaltos llegados desde el
mar, ya fuera como simple elemento disuasorio, aunque esta vocación básica no
le impidió en diferentes momentos ser protagonista de las pugnas entre
castellanos y portugueses. La primera de estas disputas se produce en el año
1130 cuando don Alonso Enríquez, infante de Portugal decide incorporar Galicia a
su reino. Es el propio Alfonso VII el que toma parte en la defensa de la plaza
apresando al invasor portugués al que hace firmar un tratado de paz que
finalizara el conflicto en términos muy favorables a los castellanos.
De seguir algunas de las teorías acerca de la fundación por parte de los monarcas
castellanos de la villa de Baiona con ánimo de fomentar el comercio francés; este
hecho quedaría documentado por la presencia de numerosos ejemplos de
producciones cerámicas del área del Canal de la Mancha. Acerca de la entidad
de estos contactos hemos de tener en cuenta la escasa superficie estudiada en la
presente intervención y el elevado número de piezas recuperadas. Tal cantidad
de materiales sólo puede explicarse con la presencia de unas fuertes relaciones
entre el puerto gallego y la ruta comercial atlántica.
En el año 1201 el rey Alfonso IX de León firmó en las islas Cíes una Carta-Puebla
en la que otorgaba a Erizana el nombre de Bayona y concedía a sus habitantes
fueros y privilegios para el comercio marítimo. Baiona se convertía así en un
enclave estratégico muy importante en relación con la navegación atlántica en
manos de la corona castellana.
Por su condición de realengo – en una Galicia dominada por señoríos – fue uno de
los pocos puertos a los que se benefició en las Cortes de Jerez de 1268 con la
concesión de licencia para efectuar operaciones de carga y descarga de
mercancías procedentes del exterior, gracia que se ratificará en 1425.
La actividad pesquera en el puerto bayonés ha sido destacada desde siempre y
aunque esta actividad se encuentre en la actualidad en franca regresión, no deja
de ser significativo el volumen de esta actividad.
Tras el establecimiento de las relaciones comerciales atlánticas, especialmente
en la Baja Edad Media, aparecerán fenómenos de naturaleza pirática y
merodeadora que ensombrecerán durante gran tiempo las relaciones entre los
países que se asoman al Atlántico y más allá a través del Canal de la Mancha y el
estrecho de Gibraltar. Estas actividades en ocasiones estaban amparadas por los
propios monarcas, en otras buscaban resarcirse de anteriores insultos por las
partes atacadas y en otras finalmente estaban animadas únicamente por
intereses particulares en busca de botín. Éstos ataques, pese a cometerse
básicamente contra la navegación no desdeñaban, si la ocasión lo permitía,
atacar establecimientos y villas costeras, así por ejemplo la toma y destrucción
de Poole en Inglaterra por el capitán castellano Pero Niño en 1405 en venganza
por la andanzas del pirata local Harry Paye en las costas españolas que tuvieron
como consecuencia la quema de Finisterre y Gijón.
Sin embargo no se puede calificar a esta población de agente pasivo en estas
circunstancias de inseguridad atlántica, pues la propia villa armaba sus naves y
ejercía el pillaje sobre las embarcaciones que circulaban sobre estas costas
empleando su situación estratégica como apoyo en estas correrías. Esta tradición
de ataques al comercio marítimo no lo perdería esta villa (ni otras gallegas) hasta
el fin de las guerras napoleónicas.
Antes Bayona había sufrido ataques de los portugueses en 1331, poco después, en
1370, Fernando I de Portugal se proclama rey de Castilla y fija su residencia en la
fortaleza del monte Boi, hasta que es derrotado por las tropas castellanas. El
duque de Lancaster desembarca en La Coruña en el año 1388. Llega con
intención es reclamar el trono de Castilla para su mujer, doña Constanza,
heredera legítima al trono según las Cortes de Sevilla. Bayona, Compostela y Vigo
son tomadas y sólo tras un tratado matrimonial entre Enrique III, hijo de Juan de
Castilla (de 10 años) con Catalina hija del duque de Lancaster (de 14)se
restablece la paz. Tras la aceptación de la propuesta Lancaster instituye el título
de Príncipes de Asturias como émulo del británico principado de Gales que
ostentarán por primera vez Enrique y Catalina. Bayona queda arruinada y no será
hasta el siglo siguiente cuando recupere pujanza. En el año 1425 sólo La Coruña
y Bayona están autorizados en Galicia a importar mercancías extranjeras.
Una nueva desgracia se cierne sobre la villa y su puerto cuando es tomada en el
año 1474 de manera sangrienta por Pedro Álvarez de Soutomaior, más conocido
como Pedro Madruga, noble feudal gallego.
Un año más tarde, los habitantes de Baiona toman partido por Alfonso V, rey de
Portugal, en lucha contra los Reyes Católicos. Tras un prolongado asedio, el
monarca luso y los baioneses, defendidos por la fortaleza de Monte Boi, deciden
rendirse.
Aún volvió a tentar las defensas de Monte Boi en 1478 Pedro Madruga, pero se vio
obligado a desistir ante las fuerzas reales.
De la importancia alcanzada a partir de entonces por la villa en el tráfico
comercial atlántico, da cuenta el hecho de que fue la villa elegida por Martín
Alonso Pinzón para arribar a Europa con las primeras noticias del descubrimiento
de América, el 1 de marzo de 1493.
La fortaleza del monte do Boi pasa a denominarse Monterreal a partir del
momento en que los reyes Católicos dictan una serie de normas para hacer que
los vecinos habiten en la protección de sus muros, esto se produce en 1497,
momento en el que además se les otorgan diferentes privilegios como la exención
de servir en la Armada de Castilla y la licencia para emprender por su cuenta la
guerra en corso, tradición esta que debía estar muy arraigada y que explica la
fuerte implicación de la villa en este “negocio” a lo largo de los tres siglos
siguientes. Probablemente la exención de servir en la Armada Castellana era
compensada sobradamente con esta guerra irregular realizada con fondos
privados. Felipe II, confirmará posteriormente este privilegio en
El desplazamiento del interés de la corona española del Mediterráneo al Atlántico
tras el descubrimiento del nuevo continente, no detuvo en modo alguno las
acechanzas sobre la villa de las otras potencias atlánticas en pugna, ahora por
algo más que el comercio intereuropeo. Bayona era la villa más importante del
sur de Galicia y por lo tanto objetivo de cualquier rapacería.
En el siglo XVI comienza la Edad de Oro bayonesa, el comercio y las relaciones
del Imperio Español desde sus múltiples posesiones europeas pasaban
necesariamente frente a la villa pontevedresa y sus comerciantes, pescadores y
marinos se aprovechaban de su situación geoestratégica. La presencia además de
una fortaleza de primer orden como era la de Monterreal, ofrecía seguridad
frente a posibles ataques por mar además de refugio a las naves que se
desplazaban por el Atlántico que aquí podían recibir refugio de los elementos y
protección frente a los enemigos.
Los asedios y ataques se suceden, en 1533 son los franceses quienes mediante
una flota de 56 barcos intenta expugnar la plaza, los sigue en 1585 el, a la sazón
simple pirata, Francis Drake, que con 1500 hombres ataca la fortaleza defendida
por Diego Sarmiento de Acuña, asistido por las milicias de los contornos, quien lo
obliga a retirarse en una de las muchas derrotas que el inglés sufrirá a manos de
las armas españolas.
Felipe II en un intento de meter en cintura a los numerosos merodeadores que
asedian las costas de Galicia, para desde esta situación amenazar al comercio
atlántico, dominado en esos momentos por el Imperio y sus aliados, concentra en
la bahía Bayonesa una armada de 17.000 hombres.
Es a partir del declive del poderío español en el Atlántico, o mejor dicho, del
surgimiento de nuevos poderes que a través de este piélago van a comenzar a
recorrer el camino para el dominio del mundo, cuando va a alcanzar Bayona el
culmen de su actividad corsaria, enfrentada en todo momento a las potencias
enemigas de España. De entre todas estas naciones destaca, como no podía ser
de otra manera, Inglaterra como cabeza de las naciones que verán alcanzado su
dominio a partir de comienzos del siglo XIX, justo cuando decae el dominio
español en el Atlántico con la Independencia de la mayor parte de la América
española.
DESCRIPCIÓN DE LAS PRODUCCIONES DOCUMENTADAS
La muestra cerámica seleccionada procede de un total de más de 3 toneladas de
material, que contienen más de 35.000 fragmentos cerámicos, cuyo estudio lleva
elaborándose desde hace 2 años y aún no ha concluido. Con ello este trabajo
quiere ser un avance en el estudio del mismo, y no cierra capítulo, ya que es
posible que puedan ser documentadas más piezas relacionadas con las
producciones aquí estudiadas.
El material cerámico rescatado y documentado en los trabajos arqueológicos de
Baiona se haya bastante bien conservado, de forma que en gran cantidad de
casos se ha podido reconstruir formas enteras, lo que ha sido útil a la hora de
poder identificar las diferentes producciones. Cabe decir que sorprende, dadas
las características de la zona de trabajo, (un área de 25 x 80 metros alejada
bastantes metros de la costa histórica, la diversidad tipológica y cronológica,
muy superior a la que pudiéramos encontrar en contextos urbanos para
momentos coetáneos, y en un volumen mucho mayor.
Dividimos en dos tipos de producciones las cerámicas estudiadas procedentes de
territorio flamenco: cerámica de cocina y vajilla de mesa.
CERÁMICA DE COCINA
Estamos ante la producción cerámica más representativa de la zona de
producción. La característica común que los identifica y los hace reconocibles es
que poseen todos los materiales aquí estudiados de este grupo, son los mangos
de sección circular y huecos y las formas con trípode anexo a la base. Dentro de
este último grupo podemos morfológicamente establecer varios subgrupos: cazos,
marmitas, jarritos de cocina con asas verticales y ollitas.
Cazo
En el ámbito flamenco y de la Picardía francesa se denominan sartenes/cazos de
tipo trípode. Son formas muy comunes de hallar en el ámbito de los Países Bajos
durante la época moderna. Su evolución está bastante bien estudiada en la zona
flamenca de la que es originaria su producción desde finales de la edad media
hasta el siglo XVII.
Tienen una pasta fina de color anaranjado, muy depurada. Se caracterizan por
tener carena en su parte inferior, labio triangular exvasado, y pico vertedero. El
primer ejemplar, el nº 117 (LÁMINA 1), el más completo conservado, presenta un
vidriado melado al interior y en el borde; la pieza nº 371, vidriado marrón sólo al
interior; y la pieza nº 364 presenta el vidriado tanto en la parte interior como en
la parte exterior en uno de los ejemplares. El mango arrancaría de la mitad del
cuerpo casi en 45º y suelen ser de sección circular y huecos.
Existen documentados paralelos en yacimientos de Cortrique, Tournai, Bruselas,
Beauvais, Lille y Gante para un contexto de mediados y finales del siglo XVI.
Cuenco con asas verticales o jarro de cocina.
Pequeña vasija con una carena bastante marcada en su parte inferior, cuerpo
globular y base convexa con trípode, el asa es vertical y de sección circular (nº
365). No sabemos si este ejemplar poseía una o dos asas, en cualquier caso
ambas tipologías, con algunas variaciones, han sido documentadas en multitud de
yacimientos de la zona flamenca en los contextos del siglo XVI (ejemplo:
Bruselas, Lille, Beauvais). La pasta es fina de color anaranjado, con desgrasantes
finos y medios. Presenta vidriado de color melado al interior, asa y parte
superior externa.
Marmitas
Las marmitas trípode son formas bastantes conocidas a finales del la Edad Media
y en los comienzos de la época Moderna en los territorios flamencos. Según una
de las investigadoras de la zona “Tienen una capacidad muy superior a las demás
ollas. Tal vez se debería ver el comienzo de un nuevo arte culinario que
desarrolla desde el Renacimiento a siglos posteriores” (Marie-Christine Lacroix,
1997a).
De esta tipología hemos documentado cuatro ejemplares. Dentro este grupo
podemos diferenciar dos formas con respecto a sus bases: con base globular
carenada (nº 369 y 370), tipología OVEN D-15; y con base globular sin carena,
tipología OVEN C-7 (nº 367 y 368). La base en ambos casos es convexa y con el
apoyo de tres pies de base cilíndrica. Suelen tener asas verticales, aunque hasta
el momento no hemos podido reconstruir una pieza al completo. Tienen una
pasta de color anaranjado, con desgrasantes medios y finos.
Potes
Se trata de un modelo de pequeño, de 12 cm en su parte más ancha, perfil
globular con acanaladuras en el cuerpo central. Presenta una pasta de granulosa
color grisáceo y con desgrasantes medios y finos. La base es convexa y apoya en
tres patas bastante alargadas (nº 366).
Este pote tipo trípode, del que no conservamos el borde ni el mango se puede
fechar en la segunda mitad del siglo XV o siglo XVI, según los paralelos
encontrados en Lille, Aisne y Oise (Picardía francesa).
Sartenes
Las formas que suelen tener mangos de sección circular huecos son del tipo,
sartenes y cazos. Las sartenes (o cazuelas con mango) se diferencian de los cazos
por tener un diámetro de boca superior y ser más bajas en sus paredes, así
mismo poseen base de tipo globular (no poseen trípode).
05
cm.
364
371
117
365
366
367
368
369
370
TIPO
LOG
ÍA F
OR
MA
S TR
ÍPO
DES
MA
RMIT
AS
CAZO
S
JAR
RO
DE
CO
CIN
A
POTE
CU
ER
PO
GLO
BU
LAR
BA
SE C
ON
CAR
ENA
Hemos hasta el momento documentado dos ejemplares, que se caracterizan
ambos por tener una pasta con bastantes desgrasantes de tipo grande, medio y
fino. El vidriado es solamente al interior de color verdoso en ambos casos. El
borde es exvasado y de sección triangular, cuerpo globular y mango que arranca
del cuerpo superior pero sin engullir al borde.
Están documentados en toda la zona de influencia flamenca en un contexto que
va desde el siglo XVI al siglo XVII.
Asas huecas
Dentro del material estudiado hemos recuperado bastantes asas circulares
huecas típicas de esta región europea. Que se pueden adscribir a contextos del
siglo XVI y XVII en conexión con el resto de los materiales documentados.
372
0 5 cm.
373
TIPOLOGÍA CAZUELA
VAJILLA DE MESA
Destacamos una serie de platos procedentes de varias producciones distintas de
la región flamenca:
Platos con base de pellizcos
Tenemos documentados tres ejemplares (nº 343, 344 y 393). La pasta es de color
anaranjado amarillenta, y muy depurada; decoración vidriado al interior en
verde con el ala en melado (números 343 y 344, LÁMINA 2), la decoración del
ejemplar 393 (LÁMINA 3) es vidriado melado al interior con decoración en
amarillo con líneas y ondas en disposición radial. El borde es de sección
triangular y posee un ala marcada. La base se caracteriza por tener varios pies
modelados a mano, con huellas de digitación o pellizcos inclinados al exterior
(para dar más estabilidad). Son característicos de la Región Norte-Paso De Calais
(Lille, Picardía francesa).
Platos técnica Sgraffito
Tenemos documentados seis piezas decoradas con la técnica conocida como
sgraffito. Se caracterizan por tener una pasta amarilla blanquecina muy
depurada. Los motivos decorativos en general son florales y círculos
concéntricos, presentan vidriado al interior; a excepción de un ejemplar que
presenta motivos reticulados en vez de vegetales (nº 324, LÁMINA 4). Tienen la
base plana y borde exvasado de sección triangular o circular según las piezas.
0 5 cm.
343
344
TIPOLOGÍA PLATOS BASE DE PELLIZCOS
393
0 5 cm.
321
324
322
323
329
351
TIPOLOGÍA PLATOS DECORACIÓN SGRAFFITO
Esta producción es típica de la zona de Beauvais; muestran un patrón de hojas
lanceoladas grabados en el ala, mientras que otra escena que pueden ser motivos
figurativos o vegetales, adornan la parte inferior (nº 321, 322, 323 329 y 351;
LÁMINAS 5 y 7). Las hojas es el tema de esta zona más representativo y
común. La cronología de su producción se establece en la segunda mitad del siglo
XVI.
El vidriado suele ser rojizo en la parte interna, con el esgrafiado en color
amarillo. Excepto la pieza nº 321 (LÁMINA 6) que el vidriado es de color verde y
el esgrafiado en manganeso.
0 5 cm.
318
319
320
TIPOLOGÍA PLATOS DECORACIÓN A PEINE
Decoración en peine
Son tres platos caracterizados por tener una decoración en peine con motivos en
ondas concéntricas que recuerdan a motivos solares. Tienen una pasta amarilla
blanquecina y muy depurada. Dos de las piezas presentan un vidriado al interior
en color melado, los nº 319 y 320; y una de ellas en verde, el nº 318 (LÁMINA 8).
Hemos documentado paralelos en Limburgo (Países Bajos) y en Frechen (ciudad
alemana cercana a los países Bajos). Ambos paralelos sitúan a esta producción en
la primera mitad del siglo XVII.
CONCLUSIONES
Los conjuntos cerámicos presentados contribuyen en gran medida a comprender
la dinámica del puerto de Baiona en época moderna, al tiempo que aportan
interesantes datos a la reflexión sobre la importancia de las comunicaciones
marítimas que conllevó a la creación de importantes puertos a lo largo del
Imperio Español.
La universalidad es el rasgo más característico del registro cerámico hallado en
los niveles arqueológicos del fondeadero de Baiona. La variedad de formas y
producciones es enriquecedora a la hora establecer relaciones comerciales y
hechos históricos en los que se vio envuelta la villa.
El material estudiado en el presente artículo se inscribe dentro de una tradición
cerámica homogénea que arranca desde la Edad Media y llega hasta el siglo XVII,
en un espacio geográfico correspondiente a la antigua Flandes y a la Picardía
francesa (que corresponde actualmente con el extremo norte de Francia, los
territorios flamencos y los Países Bajos). Territorios de posesión española
durante la segunda mitad del siglo XVI y primera mitad del siglo XVII.
Las relaciones comerciales entre los puertos del norte de España y Flandes son
muy anteriores a la época de Carlos V. Mintz señala en su obra que: "los
mercaderes que comerciaban en Flandes poseían ya un gremio en 1336". El gran
desarrollo que adquiere la Mesta durante el siglo XVI aviva el tráfico comercial
entre España y los territorios de Europa del Norte. Una buena parte de la lana
obtenida era exportada a través de los puertos nórdicos españoles con destino a
Burdeos, Nantes, La Rochelle, El Havre, Amberes, Brujas y los de la Hansa. El 60
por 100 de la lana exportada se transportaba a Flandes. Hasta el último cuarto
del siglo XVI el comercio de la región castellana del norte era el de mayor
incidencia en la economía española. El pujante comercio de las lanas tenía como
flete de retorno grandes partidas de trigo y bastimentos navales procedentes del
norte de Europa, así como productos manufacturados: tejidos, tapicerías, libros,
naipes, papel, etc. Se exporta también cochinilla, añil, y cueros procedentes de
las Indias. Tras la muerte de Carlos V se produce un descenso de este comercio,
pero no desaparece totalmente hasta la pérdida de los territorios.
El registro cerámico aquí estudiado documenta un período en el que las
relaciones con Flandes y sus territorios aledaños eran importantísimas para la
corona española, y que gracias al comercio marítimo y al traslado de
aprovisionamientos y tropas (los tercios) hemos podido documentar la huella
dejada por las producciones provenientes de los alfares de la zona, lo que, por
otra parte, confirma la vinculación de la villa con la estrategia logística de la
época, como importante puerto en los movimientos de tropas de la corona.
La cantidad y cualidad de las piezas documentadas no hace pensar que la propia
cerámica fuese un cargamento en sí, sino que esta debía pertenecer a los enseres
del pasaje y la tripulación de los mercantes y buques que precedían de estos
territorios.
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