LA CRUZ SUSCITA CARIDAD.

En este día del Viernes Santo, vamos a acercarnos a la CRUZ, que es la mayor

cercanía entre nosotros, porque es donde el amor manifiesta su mayor

intensidad; porque es donde la fe alcanza el acento más fuerte; porque es en la

Cruz donde se da una entrega a fondo perdido y una espera contra toda

esperanza.

La Cruz es la más intensa cercanía de Dios.

Acerquémonos a ella, que es el paso previo a la resurrección, y hagamos de

“cirineos” con los “des- graciados, des- figurados, des- preciados, des-

estimados”.

Haciendo de “cirineos” acompañaremos a los que sufren ofreciendo

misericordia, esperanza, amaro, salud, consideración, fe, inspiración, agua,

perdón, amor, paz, piedad, consuelo, fortaleza y victoria.

La Cruz suscita caridad porque es amor, alivio, acompañamiento y perdón.

Suscita caridad, porque evita desgarros, magullamientos, arañazos,

aplastamientos o doblegamientos a los débiles, a los enfermos, a los

abandonados o desamparados.

La Cruz suscita caridad y amor, porque purifica, porque ilumina, porque acoge y

abraza, porque perdona y ama.

La Cruz suscita caridad, porque es respuesta de amor, entrega, ofrenda y opción

por la vida.

Seguir a Cristo crucificado significa solidarizarse con los crucificados en este

mundo: “los des- graciados, los des.- preciados, los des- estimados”, los que

sufren violencia y pobreza y se sienten deshumanizados y privados de sus

derechos.

El Dios que se nos revela en la Cruz, es el Dios del amor y de la misericordia.

Es el que suscita caridad porque termina en RESURRECCIÓN

¡Victoria, Tú reinarás. Oh Cruz, Tú nos salvarás!

Gabriel.

Viernes Santo. Ciclo. C. Madrid. 29 de Marzo de 2013.