LA ILUSTRACIÓN SEGÚN KANT Y HABERMAS.docx

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LA ILUSTRACIN SEGN KANT Y HABERMASAngelina Uzn OllerosHabermas le dedic parte de uno de sus libros a las objeciones hechas por Hegel a Kant; en sus Escritos sobre moralidad y eticidad. Pero lo que pretendemos es: diferenciar la crtica idealista al idealismo kantiano a las aporas (antinomias irresolubles) que presenta su teora en la prctica, de la clausura postmoderna al pensamiento de la ilustracin, la autonoma y la integridad del sujeto. Los principales representantes de la postmodernidad enfocan sus dardos al pensamiento de Kant echando por tierra todos sus postulados."El objeto filosfico, reducido a su ms simple expresin, quedar en el 'espritu objetivo' bajo la forma de Idea reguladora que indica una tarea infinita; as se habla hoy entre nosotros de la 'Idea kantiana', o entre los alemanes de la Weltanschauung de Fichte. Es que una filosofa, cuando est en plena virulencia, nunca se presenta como una cosa inerte, como la unidad pasiva y ya terminada del Saber; ha nacido del movimiento social, es movimiento ella misma, y muerde en el porvenir: esta totalizacin concreta es al mismo tiempo el proyecto abstracto de continuar la unificacin hasta sus ltimos lmites; as considerada, se caracteriza la filosofa como un mtodo de investigacin y de explicacin; la confianza que pone en s misma y en su desarrollo futuro no hace ms que reproducir las certidumbres de la clase que la lleva; toda filosofa es prctica, aunque en un principio parezca de lo ms contemplativa; el mtodo es un arma social y poltica: el racionalismo analtico y crtico de grandes cartesianos los ha sobrevivido; naci de la lucha y se volvi sobre ella para iluminarla; en el momento en que la burguesa empezaba a minar las instituciones del Antiguo Rgimen, atacaba a los significados periclitados que trataban de justificarlas; ms adelante sirvi al liberalismo y dio una doctrina a las operaciones que trataban de realizar la 'atomizacin' del proletariado.Entonces la filosofa sigue siendo eficaz mientras mantiene viva la praxis que la ha engendrado, que la lleva y que ella ilustra. Pero se transforma, pierde su singularidad, se despoja de su contenido original y con fecha, en la medida en que impregna poco a poco a las masas, para convertirse en ellas y por medio de ellas en un instrumento colectivo de emancipacin." (19)El idealismo es revolucionario, destaca la posibilidad de pensar un mundo posible, ms all de la esclavitud del presente. La educacin debe ser la que posibilite esa praxis transformadora teniendo como herramienta la crtica, que es conocimiento, es examen y es reflexin. Recuperar el concepto de ilustracin, an en la diversidad de lecturas, expone la esperanza que depositamos en la capacidad de crear y transformar el mundo que tenemos los seres humanos. Adoptamos la definicin de Sartre y decimos que la educacin debe ser "un instrumento colectivo de emancipacin"; esto es en definitiva el programa de la Ilustracin como poca, pensamiento y accin.

La Ilustracin como uso pblico de la razn.En el peridico alemn Berlinische Monatschrift, durante el ao 1784, se public una respuesta de Kant a la pregunta Was ist Aufklrung? (Qu es la Ilustracin?). Una costumbre de los diarios del siglo XVIII era el dejar abiertas preguntas que an no tenan respuesta.Para Kant la ilustracin es "salir de la minora de edad". Esta minora radica en la incapacidad de servirse del propio entendimiento, dejando de lado la direccin de otro. La divisa de la ilustracin es la de tener el valor de servirse del propio entendimiento, de la propia capacidad de pensar.Segn Kant la mayora de los mortales permanecen en la minora de edad a causa de la pereza o de la cobarda. Pensar por s mismos quiere decir, en definitiva, ser libre para expresar nuestros pensamientos, fijar una posicin, defender nuestros principios, pero esto exige valenta; para ser autnomos debemos estar dispuestos a pagar un precio por disentir en vez de repetir lo que dice el otro.El uso pblico de la razn siempre debe ser libre, y es el nico que puede producir la ilustracin de los hombres. Nadie est obligado a cumplir una orden o a defender una postura que repugne su conciencia moral. Este es el uso que hacemos en cuanto doctos, es decir en la medida en que nos atrevemos a pensar desde nuestra propia conciencia."Kant enuncia que el ciudadano que paga impuestos, el oficial que da la orden, el cura que ensea catecismo, todos ellos deberan estar habilitados para hacer pblico su razonamiento sobre sus funciones o roles. La estrategia militar, las creencias religiosas, los impuestos, pueden hacerse pblicos en las expresiones pblicas de los diarios. Esto es la Ilustracin". (20)

Nadie puede impedir este uso pblico de la razn, aunque al interior de las instituciones predomine el uso privado, por ejemplo, el cura, el soldado, el contribuyente pueden ver restringida su posibilidad de opinar sobre las cuestiones de gobierno institucional dentro del mbito privado; pero ninguna ley puede prohibir que ellos tengan la posibilidad de exponer sus ideas en los medios de comunicacin, o en un mbito pblico cualquiera.Por supuesto que Kant advierte los riesgos de poner en marcha este uso pblico de la razn; quien expone su punto de vista puede ser despedido, excomulgado, multado, excluido. Pero el riesgo es an mayor cuando los hombres - por temor o cobarda - se privan de ello.Si la libertad est dada por naturaleza, si los hombres pueden ser libres, entonces deben ser libres. Negar el uso pblico de la razn, es negar la libertad. Y el alcance de esa prohibicin no es individual sino social."Una poca no se puede obligar ni juramentar para poner a la siguiente en la condicin de que le sea imposible ampliar sus conocimientos (sobre todo los muy urgentes) purificarlos de errores y, en general, promover la ilustracin. Sera un crimen contra la naturaleza humana, cuya determinacin originaria consiste, justamente en ese progresar." (21)La Ilustracin es el paso del lector al autor, es la conversin de la simple interpretacin a la produccin. Ser autoridad requiere de esta autonoma de la razn, poder pensar sin tutores. Cada uno de nosotros est arrojado a la aventura de su propia razn, cada uno y todo un pueblo debe construir la razn de su propio proyecto. El proyecto ilustrado es el proyecto de la emancipacin, es el de la educacin entendida como proyecto emancipatorio.Ser sujetos ilustrados significa ser sujetos capaces del ejercicio de libre pensamiento, que no quiere decir cualquier pensamiento, sino el de llevar adelante la crtica de las instituciones en trminos del examen permanente de las prcticas que ellas generan y los comportamientos que propician.Nos queda por responder en adelante esta pregunta: es sta una poca de ilustracin? O podemos transformar nuestro presente en un futuro ilustrado? En Habermas y en Foucault se expresan dos interpretaciones acerca de la ilustracin en Kant, tema que era motivo de un encuentro y un debate entre estos filsofos contemporneos pero que qued frustrado por la muerte de Michel Foucault.La Ilustracin como racionalidad comunicativa.Jrgen Habermas fue galardonado por la ciudad de Frankfurt con el premio "Theodor W. Adorno", en ocasin de recibirlo en septiembre del ao 1980 dio una conferencia bajo el ttulo "La modernidad un proyecto incompleto", en l resulta evidente el destino de la alocucin.Comienza diciendo que el diagnstico de nuestro tiempo es que la "postmodernidad se presenta claramente como antimodernidad".En primer lugar, se dedica a reconstruir los intentos de diferenciarse de los clsicos o la antigedad clsica, ser moderno requiere de esa distincin. Pero este esfuerzo ha sido llevado adelante con mayor tenacidad por la historia del arte; esto hace que la relacin entre lo clsico y lo moderno haya perdido una referencia histrica fija. Las vanguardias estticas deben aventurarse a lo desconcertante, a la exaltacin del presente en una conciencia cambiada del tiempo."La modernidad se rebela contra las funciones normalizadoras de la tradicin; la modernidad vive de la experiencia de rebelarse contra todo lo que es normativo. Esta revuelta es una forma de neutralizar las pautas de la moralidad y la utilidad. La conciencia esttica representa continuamente un drama dialctico entre el secreto y el escndalo pblico, le fascina el horror que acompaa el acto de profanar y, no obstante, siempre huye de los resultados triviales de la profanacin." (22).Inspirado en el surrealismo esttico el filsofo Walter Benjamin construye una relacin entre historia y modernidad en trminos de una "actitud posthistoricista". Pero la existencia de una postvanguardia, en expresiones de crtica del arte, no debe llevarnos necesariamente a un perodo de postmodernidad.Los neoconservadores preocupados por las manifestaciones culturales llevadas a cabo por el modernismo se plantean la pregunta acerca de cmo es posible que surjan normas en la sociedad que limiten el libertinaje, el hedonismo y que restablezcan "la tica de la disciplina y el trabajo". Para Daniel Bell la solucin estara dada por un renacimiento religioso que restablezca los valores tradicionales del esfuerzo y el orden social.Mientras que, para los neoconservadores, las normas a rescatar estn guiadas por una racionalidad econmica y administrativa; para Habermas "Las tareas de transmitir una tradicin cultural, de la integracin social y de la socializacin requieren la adhesin a lo que denomino racionalidad comunicativa". (23)En definitiva los neoconservadores ven en las dificultades que aparecen en la cultura moderna la necesidad de arribar a una posmodernidad o tirar por la borda la misma modernidad.Las principales tesis que defienden los neoconservadores son: que la ciencia queda excenta de sentido para la orientacin de masas; la poltica debe mantenerse alejada de la justificacin moral o prctica y, que la pura inmanencia del arte pone en tela de juicio que tenga un contenido utpico.En sntesis, en el horizonte neoconservador, la esfera tica queda separada de la actividad cientfica y del desempeo poltico; lo que deja imposibilitado al campo de la razn prctica de llevar a cabo ninguna evaluacin en trminos tico-polticos de las actividades cientfico-tcnicas.Para Max Weber la modernidad cultural es la separacin de la razn sustantiva expresada por la religin y la metafsica en tres esferas autnomas: la ciencia, la moralidad y el arte. Con relacin a estas aparecen las "estructuras de la racionalidad" las que a su vez se encuentran bajo el control de especialistas, estas son la congnoscitiva - instrumental; la moral - prctica y la esttica - expresiva.Estas racionalidades al estar separadas entre s y al encontrarse en manos de especialistas, provocan una separacin discursiva en trminos de lenguajes tcnicos, llevando la incomunicacin entre ellas a que se encuentren en proyectos paralelos. De seguir as, no sera posible el proyecto que propone Habermas, de universalizar reglas en trminos de accin comunicativa, para unificar el proyecto moderno de la razn prctica (tico -normativa).El arte burgus tuvo al menos dos aspiraciones, una era la necesidad de educarse que tena el lego que gozaba del arte para transformarse en un experto; la otra era que deba comportarse como un consumidor competente de obras de arte para vincularlas desde la experiencia esttica con los problemas de su propia vida.Para Habermas la recepcin del arte es slo uno de al menos tres de los aspectos de la cultura moderna; por lo que considera que el proyecto de la modernidad an no se ha completado. Ya sea a travs de la consigna esttica "no hay nada nuevo por hacer" o por medio de la crtica radical de la razn; se paga un alto precio al despedirse de la modernidad en trminos normativos.El programa de Kant, segn Habermas, pone a la base de sus tres crticas un planteamiento articulado en trminos de filosofa de la reflexin. "Por va de crtica, la razn fundamenta la posibilidad de conocimiento objetivo, de inteleccin moral y de evaluacin esttica, cerciorndose no slo de sus propias facultades subjetivas - no se limita slo a hacer transparente la arquitectnica de la razn - sino adoptando tambin el papel de un juez supremo frente a la cultura en su conjunto". (24)Pero la filosofa deslinda entre s las esferas culturales que son la ciencia y la tcnica, el derecho y la moral, el arte y la crtica del arte bajo puntos de vista formales. La crtica de la crtica toma la obra de Kant por separado, y es ms recurrente el ejercicio crtico a la crtica del juicio que a la de la razn prctica. Kant no ve las separaciones impuestas por el principio de la subjetividad, para l son diferenciaciones que se producen dentro de la razn, pero esta separacin que desgarra el mundo de la vida lo advierte Hegel en su crtica al idealismo subjetivo."Pues si la modernidad ha de fundamentarse a partir de s misma, Hegel no tiene ms remedio que desarrollar el concepto crtico de la modernidad a partir de la dialctica inmanente al propio principio de la Ilustracin."En Kant se expresa la autocomprensin de la modernidad, aunque l no pudiera ver el desgarramiento del mundo moderno al separarse la esfera del saber, de la esfera de la fe, y el comercio social de la convivencia cotidiana. Volver a reunir la ciencia, la moral y el arte, puede significar la apuesta a comprender el mundo en cuestiones de verdad, de justicia y de gusto a travs de una convencin que "globalice" la igualdad de oportunidades en vez de globalizar el privilegio de unos pocos a vivir bien, a costa de las inequidades propias de las reglas de mercado puestas en el centro de la escena poltica.

Citas textuales

(18) Varios Autores. La ciencia y el imaginario social. Editorial Biblos. Bs. As. 1996. Juan J. Colella y Silvia D. Maeso. "El conocimiento en Kant". Pg.71.

(19) Sartre, J.P. Crtica de la razn dialctica. Tomo I. Buenos Aires. Losada. Pg. 16.

(20) Douailler, Stphane. El pueblo de los emancipados. Conferencia del Seminario Internacional de Apertura. Facultad de Ciencias de la Educacin. UNER. 20 y 21 de Abril de 2001.

(21) Kant, Inmanuel. Filosofa de la historia. Mxico. Fondo de Cultura Econmica. 1941. Pgina 61.

(22) Habermas, Jrgen. La modernidad un proyecto incompleto. En VVAA La posmodernidad. Barcelona. Kairs. 1986. Pgina 22.

(23) Habermas, Jrgen. Obra citada. Pgina 26.

(24) Habermas, Jrgen. El discurso filosfico de la modernidad. Buenos Aires. Taurus. 1989. Pgina 31.