Post on 14-Aug-2015
La poesía épica: el Cantar de Mio Cid
- Cantar del destierro
Le hubiesen convidado con agrado, pero ninguno se atrevía;
tan grande era la saña que le había cobrado el rey Don Alfonso.
Antes de anochecer en Burgos entró la carta del rey,
con gran despacho y fuertemente sellada:
" A mío Cid Ruy Díaz que nadie le diese posada.
y aquel que se la diese le daba palabra
de que perdería los haberes, e incluso los ojos de la cara,
y que además (perderían) los cuerpos y las almas".
Gran pesar sentían las gentes cristianas;
se escondían de mío Cid, pues no se atrevían a decirle nada.
El Campeador se adelantó a su posada;
tan pronto como llegó a la puerta, hallóla bien cerrada,
por miedo del rey Alfonso que así lo había dispuesto:
que si no la tiraban, que no se la abriese por nada.
- Cantar de las bodas
"Merced os pedimos como rey y señor:
con vuestro consejo queremos hacerlo,
que nos pidáis las hijas del Campeador;
casar queremos con ellas, para su honra y nuestro provecho."
Por algún tiempo el rey pensó y meditó:
"Yo desterré al buen Campeador;
y haciéndole yo a él mal, y él a mí gran provecho,
del casamiento no sé si gustará;
mas pues vosotros lo queréis, comencemos la plática"
- Cantar de la afrenta de Corpes
"¡Ahora encuentran libres las heredades de Carrión!
Sin vergüenza las casaré, pese a quien pese."
Anduvieron en pláticas los de Navarra y Aragón,
tuvieron su junta con Alfonso de León.
Hicieron sus casamientos doña Elvira y doña Sol:
los primeros fueron grandes, pero son mejores éstos;
las casa con mayor honra de la que antes fue.
Ved cómo aumenta la honra del que en buen hora nació,
cuando señoras son sus hijas de Navarra y Aragón.
Hoy los reyes de España sus parientes son,
a todos alcanza honra, por el que en buen hora nació.
Dejó este siglo mío Cid, de Valencia señor
el día de Pascua de Pentecostés: ¡de Cristo tenga perdón!
¡Así nos haga a todos, justos y pecadores!
Estas son las hazañas de mío Cid el Campeador:
en este lugar se acaba la narración.