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Nº6 / año 2 NOVIEMBRE de 2015
LA TRAMPA DE LOS INGRESOS MEDIOS
Un PROBLEMA DE LA ACUMULACIÓN
Comité EditorRaúl González Meyer
Patricio Escobar Francisco Lira
Marilú Trautmann
La trampa de los ingresos medios:Un problema de la acumulación1
por Patricio Escobar
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La trampa de los ingresos medios: un problema de la acumulación1
Patricio Escobar I. Aspectos generales Según los últimos antecedentes del FMI, disponibles para el año 2014, los chilenos tuvimos un ingreso per cápita de US$22.971.2 Esto nos ubica entre los llamados “países de ingreso medio”, aunque para ser más precisos, entre los definidos como “medio-‐alto”3. Si observamos esta condición como resultado de un proceso dinámico, podemos encontrarnos nuevamente frente a un tema muchas veces visitado: el desarrollo. Junto a él, las interrogantes clásicas que dan cuenta de la promesa de una economía capitalista de mercado, como vía hacia una posición de bienestar general. Los amplios y extensos debates sobre la materia no terminan de establecer si existe realmente un camino al desarrollo, si está eventualmente inscrito en la dimensión virtuosa de la convergencia ricardiana de largo plazo o si incluso el concepto “subdesarrollo” es un estadio previo y que supone una transición ineludible, con la cual solo cabe tener paciencia y de paso aceptar los sacrificios, que con tal de obtener el resultado prometido, bien vale aceptar. Hace medio siglo la discusión iba desde que esa senda exigía industrialización y pactos interclases para fortalecer el desarrollo capitalista en la periferia4 hasta, en la vereda opuesta, que el subdesarrollo era la denominación que recibía la situación de los países pobres en el capitalismo y que en ningún caso suponía algún tipo de trayectoria hacia otra posición. La dependencia era un sino trágico que se cernía sobre los países periféricos, que solo la Revolución socialista podía inhibir.5 Más allá de la discusión teórica que ha continuado alimentándose en las décadas recientes, la evidencia que la sostiene sigue presente y en los últimos años ha entregado una versión remozada del viejo problema. Se ha planteado de modo recurrente y apoyado en estadísticas de crecimiento del PIB per cápita, la existencia de una propensión al estancamiento que sufrirían los países al alcanzar un determinado umbral de desarrollo material, síndrome denominado la “trampa de los ingresos medios”. La visión implícita que le acompaña es que el aumento del ingreso nacional expresa una senda de acumulación de capital que permite proyectar una trayectoria lineal de ese ingreso, pero llegado a cierto nivel esa trayectoria se separa de la tendencia y describe una situación de estancamiento. 1 Este artículo se origina en conversaciones sostenidas con Álvaro Gallegos, quien planteó la idea inicial para el tratamiento del tema, pero que es por completo inocente de los resultados. 2 FMI (2015) “Las américas. El norte se recupera y el sur aún espera” en Estudios Económicos y Financieros. 2 FMI (2015) “Las américas. El norte se recupera y el sur aún espera” en Estudios Económicos y Financieros. Perspectivas Económicas Abril 2015. Pág. 46. 3 http://datos.bancomundial.org/quienes-‐somos/clasificacion-‐paises 4 Véanse los diversos autores ligados a la CEPAL en la época, como también los trabajos de Aníbal Pinto y de Jorge Ahumada. 5 Véanse los autores identificados con la llamada “Teoría de la Dependencia” en la época: André Gunder Frank, Rui Mauro Marini, Fernando Enrique Cardoso, Teotonio dos Santos, etc.
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En torno a esa condición se plantean nuevas versiones de las viejas interrogantes, que vuelven a tener como escenario la situación de América Latina. ¿Por qué algunos países, al llegar a determinado nivel de crecimiento de sus economías, se estancan y no continúan en la senda del desarrollo hasta convertirse en sociedades de altos ingresos? El complemento evidente de esa reflexión es identificar las variables que inciden en que otros sí hayan logrado traspasar ese umbral, en torno a lo cual se menciona recurrentemente el caso de Corea del Sur, que en los últimos 33 años ha multiplicado su PIB per cápita en 3,9 veces, llegando actualmente a US$ 33 440.6 La figura siguiente (tomada de Van Tho, T. 2013) refleja este comportamiento descrito en los distintos momentos del proceso de desarrollo de una economía.7
Figura 1
El segmento A – B refleja la situación de la sociedad tradicional en medio de la trampa de la pobreza. El segmento B – C, la etapa inicial de desarrollo, hasta alcanzar el nivel C de ingreso medio. La etapa posterior se expresa en el segmento C – D, que es la continuación hacia una situación de crecimiento sostenido y altos ingresos. Alternativamente a esta evolución, se da el segmento C – E que refleja el estancamiento y la “trampa de los ingresos medios”. Más allá de constatar que las trayectorias B – D o B – E poseen base estadística, el hecho es que con ella se ha buscado entregar solidez a un mix de recetas bastante heterogéneo, pero en general inscritas en un ideario de desregulación y liberalización de los mercados. En este contexto, y una vez acabado el ciclo de crecimiento fácil de la década del 90 en Chile y en el mundo, y que se apoyaba en una política de dinero barato en los centros financieros, se comenzó a hablar insistentemente de la necesidad de emprender un nuevo ciclo de reformas, que vendrían a ser una suerte de modernizaciones 2.0, para continuar la senda inaugurada en 1981 por la dictadura y que supuso la experiencia temprana de transformaciones de gran calado a nivel macroeconómico.8 Satisfecha esta etapa, llegaba 6 Ver http://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GNP.PCAP.PP.CD?page=4 Medido en US$ PPP. 7 Tran Van Tho (2013) “The Middle-‐Income Trap: Issues for Members of the Association of Southeast Asian Nations” ADBI Working Paper Series. No. 421 May 2013. 8 El periodo ’75 – ’80, corresponde más bien a un ensayo desordenado de liberalización y de acumulación originaria para enfrentar la verdadera reforma que vendría en los años sucesivos.
A
E C
B
D
Tiempo
PIB /H
te.
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la hora de las “reformas microeconómicas”, por las que el mundo conservador ha clamado desde entonces,9 llegando incluso a concebirlas como una verdadera revolución.10 Una de las características del síndrome descrito en la figura 1 y que corresponde a la condición que se observa en el segmento C – E, es que el ingreso per cápita se estanca como resultado de un debilitamiento en la tasa de crecimiento. No es necesaria una crisis o el estancamiento, sino la reducción de la tasa de expansión del PIB. Un crecimiento del 3% promedio anual llevaría a duplicar el ingreso nacional en 23 años, un crecimiento del 5% a que ello ocurra en 14 años y un incremento del 7% lo haría en 10 años. Sin embargo, si consideramos un crecimiento lineal de la población del 1,1% anual, que en la práctica es el que tenemos actualmente en Chile, el ingreso por habitante tardaría en duplicarse en el primer caso (3%) un total de 43 años, en el segundo (5%) 25 años y en el tercero (7%) 17 años. A la luz de esos datos, ¿cuál es el umbral de tiempo que define una situación en que se hace presente la trampa de los ingresos medios? Más allá de los guarismos que ilustran una u otra condición, nos encontramos frente a un problema que la economía política ha enfocado con la óptica de la reproducción del capital. Desde esa perspectiva, existen dos alternativas una vez acabado un ciclo de reproducción, es decir, cuando la mercancía se ha realizado en el mercado. La reproducción simple, en que el capitalista, dueño y organizador de los factores productivos, consume improductivamente el excedente resultante del uso de la fuerza de trabajo que ha comprado en el mercado laboral, y la reproducción ampliada, cuando el mismo capitalista elige transformar ese excedente en capital, mediante su incorporación en un nuevo ciclo de reproducción en la forma de nuevos factores productivos que, por ese efecto, ahora se desarrolla a mayor escala,11 situación que inaugura una senda de acumulación de capital.
Figura 2
9 Cristián Larroulet, http://www.elmercurio.com/blogs/2013/11/01/16573/Reformas-‐microeconomicas.aspx 10 Domper, M., Castro, R. y Flores T. (2003) “Políticas para una revolución microeconómica” Ed. L&D, Santiago, Chile. 11 Marx, C. (1973) “El Capital. Crítica de la economía política” Tomo I, Cap. XXI y XXII. Ed. FCE, México.
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En que: D: Dinero inicial (inversión) M: Factores productivos FT: Fuerza de trabajo MP: Medios de producción P: Proceso productivo M’: Mercancía (bienes producidos) D’: Dinero final incrementado D’ – D = Plusvalor (excedente generado por la acción productiva de la FT)
Una versión inicial de lo que Van Tho (2013) y otros muchos autores llaman la “trampa de la pobreza” y que corresponde en la figura 1 al segmento A – B, se encuentra en la etapa de la reproducción simple. Sea porque la clase empresarial tiene una vocación rentista e intereses en la producción de recursos naturales que generan una sobreganancia -‐en este caso podría no ser particularmente propensa a sacrificar el disfrute de sus ganancias, con el fin de incorporarlas a un nuevo proceso productivo-‐, o sea porque la eficacia del capital está limitada por la disponibilidad de factores -‐ en este caso, la productividad está limitada en razón de la escasez de capital humano, situación que se da en sociedades pobres, con bajos niveles de escolaridad-‐. En nuestros países de la región ambos casos se han presentado en distintos momentos y lugares. Independiente de lo anterior, la trampa de la pobreza refleja la dificultad práctica de la acumulación de capital debido a la escasez de este y/o a una productividad del trabajo insuficiente. Siguiendo la secuencia de Van Tho, el segmento B – C de la figura 1 debiera reflejar una forma clásica de Reproducción Ampliada. En principio, se asume que corresponde a la materialización de la transmutación del plusvalor en capital. Pero también, esa función puede ser reemplazada y/o complementada por el gasto público. El Estado desarrollista latinoamericano y sus antecedentes es un caso clásico de esta vía. Con independencia de la diferenciación anterior, respecto a quién impulsa y/o comanda la acumulación, en principio la trayectoria posterior es, según los distintos autores que tratan el problema, resultado de ganancias de competitividad y sistemáticas políticas de innovación.12 II. El crecimiento en Chile Los antecedentes disponibles nos permiten observar el desenvolvimiento de la economía durante más de medio siglo y sus resultados. En lo inmediato, entre 1960 y el año 2014, el PIB se ha multiplicado por 9,6, pasando de 13 billones a 116 billones.13 Al mismo tiempo y
12Anna Jankowska, Arne J. Nagengast and José Ramón Perea. (2014) “The Middle-‐Income Trap: Comparing Asian and Latin American Experiences” http://www.oecd-‐ilibrary.org/development/the-‐middle-‐income-‐trap-‐comparing-‐asian-‐and-‐latin-‐american-‐experiences_5k8x7gwqsllp-‐en Jesús Felipe, Arnelyn Abdón and Utsav Kumar “Tracking the Middle-‐income Trap: What Is It, Who Is in It, and Why?” http://www.levyinstitute.org/pubs/wp_715.pdf 13 Medido en pesos de 2008.
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dado que la población se ha multiplicado por 2,3 en igual periodo, el PIB per cápita se ha multiplicado por 3,8.14
Figura 3 Figura 4
Fuente: Elaborado con datos del Banco Central de Chile Fuente: Elaborado con datos del Banco Central de Chile
La figura 4, que para nuestros fines es más ilustrativa, muestra con claridad dos periodos. El primero hasta el año 1983, en que se aprecia el impacto en términos de ingreso de las crisis de los años 75, 82 y 83. Su crecimiento total alcanza al 18%, lo que supone una media de 0,8% anual en casi un cuarto de siglo. El segundo se inicia a partir del año 84 y dura hasta el presente, solo interrumpido por contracciones del ingreso per cápita, relativamente menores si las comparamos con las del periodo anterior. En esta etapa el ingreso per cápita se multiplica por 2,1 lo que supone una expansión media del 7,1% anual.
La figura 5 permite inferir que esta significativa variación no se encuentra especialmente asociada a tasas más altas de crecimiento en el segundo periodo respecto al anterior, sino
14 Banco Central de Chile. http://si3.bcentral.cl/Siete/secure/cuadros/arboles.aspx
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Producto Interno Bruto(Billones de pesos de 2008)
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2,00
3,00
4,00
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PIB por Habitante(Millones de pesos de 2008)
-‐15,0%
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-‐5,0%
0,0%
5,0%
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1960
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1986
1988
1990
1992
1994
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1998
2000
2002
2004
2006
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2014
PIB por Habitante(Variación anual)
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más bien a dos factores. El primero es la ausencia de crisis de las magnitudes encontradas en el primer cuarto de siglo, las que han supuesto una pérdida de bienestar material significativa y nos hablan de la eficacia de la política contra cíclica implementada y, el segundo, la mantención durante un periodo más prolongado de situaciones de mejor desempeño. En este último aspecto destaca la década de los años noventa del siglo pasado, en que ese ingreso creció más de un 50%. Este periodo, resaltado en rojo en la figura anterior, solo es equiparable al lapso intercrisis, destacado en verde, pero que se extiende durante un periodo menor de tiempo.
Tabla 1 PIB por Habitante 1960 a 2014
Periodo Crecimiento del Periodo
Crecimiento Medio Anual
60 -‐ 69 21,6% 2,4%
70 -‐ 79 6,5% 0,7%
80 -‐ 89 11,2% 1,2%
90 -‐ 99 50,4% 5,6%
00 -‐ 09 29,2% 3,2%
10 -‐ 14 14,4% 3,6% Fuente: Elaborado con datos del Banco Central de Chile
Los resultados presentados en la tabla 1, están también influenciados por los comportamientos demográficos de nuestra sociedad en cada periodo, lo cual afecta principalmente a las primeras décadas de registro. Mientras la población crecía un 23% en los años sesenta, en la primera década del siglo XXI lo hacía solo un 10%.15 Estos antecedentes, que reflejan los momentos identificados por Van Tho (2013), nos abren la interrogante que se relaciona con los determinantes de ese crecimiento. En ese contexto, una mirada inicial se centra en el comportamiento de la productividad del trabajo, análisis para el cual contamos con antecedentes para poco más del último cuarto de siglo. Para este efecto, la productividad es:
Productividad = (Y1 / Y0) – (L1 / L0)
En que: Y = PIB y, L = Ocupación
. Las variaciones negativas observadas de la productividad, que se aprecian en la figura 5, se relacionan principalmente con el cambio de los precios relativos de los factores en periodos posteriores a las crisis, que develan un exceso de oferta de fuerza laboral en el mercado del trabajo. Con todo, nuevamente la década del 90, aparece como una etapa de particular expansión, lo que es consistente con los resultados observados anteriormente acerca del ingreso per cápita. 15 Ver INE / CEPAL (2006) “Proyecciones y estimaciones de población. Total país 1950 – 2050” en http://www.ine.cl/canales/chile_estadistico/demografia_y_vitales/proyecciones/Informes/MicrosoftWordInforP_T.pdf
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Figura 5
Fuente: Elaborado con datos del Banco Central de Chile Para complementar el tema del crecimiento en el periodo originalmente analizado, podemos observar la evolución de la inversión. La figura 6 refleja tres momentos en el comportamiento de la inversión en términos absolutos: un momento inicial que se extiende hasta 1983 y en el cual la tasa de crecimiento medio es de 0,6%, un segundo momento que va desde el fin de la crisis de la deuda externa en 1984 hasta 1999 -‐en que la media anual alcanza al 21%-‐, y el periodo posterior con un crecimiento promedio del 11%.
Figura 6 Figura 7 Figura 8
Fuente: Elaborados con datos del Banco Central de Chile
Las figuras 7 y 8 mantienen las tendencias descritas para los valores absolutos, contexto en el que resulta muy evidente la inflexión que provoca la crisis de los años ochenta, que empuja hacia nuevos rangos la inversión como equivalente del PIB. En el caso de la figura 9, podemos nuevamente identificar distintos momentos y su punto de inflexión se encuentra en la crisis de los años ochenta. El elemento diferenciador de ambas fases es la profundidad del ciclo, lo que se relaciona estrechamente con la calidad de las políticas aplicadas en cada caso.
-‐4
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0
2
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1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Productividad(Porcentajes)
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5
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1960
1964
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1972
1976
1980
1984
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2004
2008
2012
FBKF(Billones de $ de 2008)
0,00
0,50
1,00
1,50
2,00
2,50
3,00
3,50
4,00
1986
1989
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1995
1998
2001
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2013
FBKF por Ocupado(Millones de $ de 2008)
0%
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1984
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2012
FBKF(Porcentaje PIB)
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Figura 9
Fuente: Elaborado con datos del Banco Central de Chile III. La inserción internacional Un factor que resulta distintivo de la historia económica chilena es el drástico proceso de apertura que comienza a implementarse a poco andar desde la instalación de la dictadura en Chile. Para la estimación de esa apertura, utilizamos como parámetro el nivel de intercambio externo con respecto al producto.
Apertura = ( !!! )!
En que X = Exportaciones totales, M = Importaciones e, Y = PIB.
Figura 10 Figura 11
Fuente: Elaborado con datos del Banco Central de Chile Fuente: Elaborado con datos del Banco Central de Chile
-‐40%
-‐30%
-‐20%
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20%
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40%
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2014
PIB e Inversión(Variación anual)
PIB
FBKF
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2000
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Apertura de la Economía(Equivalente PIB)
-‐1.000
-‐800
-‐600
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Competitividad(1960 = 100)
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La competitividad la hemos estimado como una relación entre el saldo comercial y el volumen de transacciones externas.16 Su expresión es:
Competitividad = !!!!!!
Como en el contexto anterior, nuevamente la crisis de los años ochenta se presenta como un punto de inflexión, tras el intento inorgánico de apertura y desregulación de mediados de los años setenta. Si bien la economía chilena ha sido tradicionalmente un oferente neto de materias primas, es a partir de la década del 80 que se abre plenamente al comercio internacional y ello incrementa la incidencia de la oferta al exterior en el comportamiento del producto.
Figura 12 Figura 13
Fuente: Elaborado con datos del Banco Central de Chile Fuente: Elaborado con datos del Banco Central de Chile
La reducción de la incidencia observada a partir del año 2005 está relacionada con una recuperación de la demanda interna y un deterioro de la competitividad que se relaciona a su vez con la evolución del TCR. En torno al tema de la competitividad, graficado en la figura 11, y que muestra el ciclo completo que abarca 55 años, aparece una primera fase de expansión que está directamente relacionada con el aumento del precio real del cobre, que entre 1960 y 1969 se incrementó en un 102% medido en promedios anuales. Al mismo tiempo, las exportaciones totales del metal aumentaron el 189%.17 El deterioro dramático vivido posteriormente es resultado del boicot del Gobierno norteamericano sobre la economía chilena durante el periodo de Salvador Allende. En esta etapa, en el año 1972, el precio del cobre se había reducido en un 35%. Ello se
16 Van Tho, T. (2013) 17 Ver http://cochilco.cl/estadisticas/precio-‐metales.asp
0%
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Exportaciones(Porcentaje PIB)
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2014
Tipo de Cambio Real(1986 = 100)
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tradujo en que, a pesar del aumento de la producción física del 4,2%, las exportaciones del metal cayeron un 34%.18 La recuperación posterior se da en el contexto de la desregulación intentada a partir de 1975 por parte de la dictadura militar, que lleva la competitividad hasta los niveles del año base. Un papel importante de esta recuperación la cumple el control social y la represión de las organizaciones sindicales. En 1976 el consumo se había reducido en un 29% respecto a 1972, último año de implementación normal del programa de gobierno de la Unidad Popular, lo cual es en gran medida responsable del saldo comercial positivo en el periodo. Lo acontecido desde 1984 en adelante, se muestra como una paulatina recuperación de la competitividad de la economía chilena, iniciada con posterioridad a la crisis de la deuda externa de los años 82 y 83, y que se extiende, con algunos altibajos, hasta el presente. Nuevamente, durante la década del 80, los mecanismos de control social y represión permiten saldos comerciales positivos que inciden decisivamente en la mejora de este indicador. Sin embargo, al modificar el año base de este índice, lo que aparecía como una fase de recuperación, se torna en declive. Para este efecto, hemos tomado tres momentos que podrían, bajo distintos supuestos, actuar como año base. El primero es el año 1975, que marca el inicio de la desregulación. El segundo, asociado a la apertura realizada poscrisis y las reformas estructurales y, el tercero, tomando como base el fin de la dictadura y la búsqueda de una nueva inserción para la economía chilena. En todos los casos la tendencia es declinante.
Figura 14 Figura 15 Figura 16
Fuente: Elaborados con datos del Banco Central de Chile
Un factor que claramente incide en la pérdida de competitividad observada, se relaciona con el comportamiento del TCR (figura 13). Entre el año 1985 y 1997, el TCR era administrado bajo un esquema de banda de precios, buscando que se mantuviera relativamente alto, lo cual favorecía un saldo positivo de Balanza de Pagos como parte de
18 Loc Cit.
-‐100
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Competitividad(1975 = 100)
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Competitividad(1984 = 100)
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Competitividad(1990 = 100)
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los compromisos con el FMI en la época; sin embargo, desde esa última fecha se inició la aplicación del esquema de flotación, que buscaba afirmar el compromiso del emisor, con una meta de inflación más que con un valor del dólar.19
Figura 17 Se ha entendido tradicionalmente que el tipo de inserción internacional de la economía chilena, está indisolublemente asociado al comportamiento de los mercados internacionales de productos mineros, particularmente del cobre. En promedio, durante la década del 60, las ventas de cobre representaban el 69% del total de las exportaciones y la minería en general el 85,6%. En lo que va del presente siglo, el cobre participa en el total de las exportaciones con un 47,5% y la minería en su conjunto con un 55,3%.
Fuente: Elaborado con datos de COCHILCO
Figura 18
Fuente: Elaborado con datos de COCHILCO La década del noventa crea las condiciones para la expansión de la oferta de bienes al exterior, la cual se materializa en el periodo siguiente. En medio siglo, la economía chilena ha vivido un proceso de integración importante. Ha incrementado significativamente su oferta de bienes no mineros, lo que se expresa en la reducción tendencial de la participación de la minería en el total exportado. El cambio de composición de la oferta exportadora que se aprecia durante la década del setenta, no es una reducción absoluta de las exportaciones de cobre, sino el crecimiento de las llamadas “exportaciones tradicionales”. En 1980, las exportaciones de cobre se habían multiplicado por 2,6 respecto a 1970, las exportaciones mineras en general por 2,9
19 Morandé, F. y Tapia, M. (2002) Política cambiaria en Chile: El abandono de la banda y la experiencia de la flotación en “Revista de Economía” Ed. Banco Central de Chile, Volumen 5 N°3. Santiago, Chile.
0
10.000
20.000
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1960
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Exportaciones(Millones de US$)
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Resto
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2014
Participación en el Total Exportado
Cobre Minería Resto
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y las ventas de bienes no mineros se multiplicaron por 12. Sin duda, el régimen dictatorial y su política de apertura inorgánica transformaron el mix de la oferta externa de Chile. No obstante, el importante incremento de su oferta exportadora sigue fuertemente vinculado al devenir del mercado del cobre. En este contexto, la presencia de variables exógenas, como es el desempeño de la economía china, condiciona de manera decisiva la evolución de nuestro sector externo, lo cual se aprecia en distintos periodos y con particular incidencia durante la primera década del presente siglo. III. La contribución del trabajo El análisis de la participación del trabajo en el ciclo de crecimiento de la economía o en la dinámica de la acumulación de capital, desde el punto de vista de la economía política, no es factible de realizar para el periodo completo que venimos tratando, debido a la ausencia de información sobre remuneraciones y principalmente sobre ocupación y desocupación antes de 1986.
Figura 19 A modo referencial para los años anteriores, podemos observar la tasa de desocupación del Gran Santiago, medida por la Universidad de Chile desde 1980. Sin considerar los programas de empleo públicos de emergencia, la desocupación en el Gran Santiago se elevó en el mes de junio de 1983 al 23,8%.20 A nivel nacional, el promedio de desocupación entre los años 1986 y 1989 fue del 10,2%. Recién en la década siguiente fue posible alcanzar cotas de desempleo de un dígito.
Fuente: Elaborado con datos del Banco Central de Chile
Figura 20
Fuente: Elaborado con datos del Banco Central de Chile
20 Banco Central de Chile. http://si3.bcentral.cl/Siete/secure/cuadros/arboles.aspx
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1980
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2014
Tasa de Desocupación en el Gran Santiago
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1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Variación de la Ocupación
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Las altas tasas de variación de la ocupación observadas en la segunda mitad de la década del ochenta, se relacionan con la sobreoferta de trabajo en un mercado aún deprimido por la crisis. Esto se observa complementando las figuras 20 y 21 en los periodos correspondientes.21
Figura 21
Fuente: Elaborado con datos del Instituto Nacional de Estadísticas de Chile
El comportamiento de las remuneraciones reales en los últimos treinta y cinco años, nos muestra el efecto de la crisis en la primera parte de la serie. Este efecto provoca que el crecimiento promedio anual de las remuneraciones reales en la década del 80 sea del 0,9%. Esta misma variable en la década posterior entrega un valor del 3,8%, el cual se reduce en la primera década de este siglo hasta el 2,7% de crecimiento promedio anual y experimenta una notable expansión en el quinquenio reciente, hasta ubicarse en el 4,8%, situación consistente con cotas relativamente bajas de desocupación. En este punto, podemos afirmar que la acumulación de capital es una dinámica que posee la siguiente forma:
Acumulación = KBKF1 + (W1 -‐ W0) Ello significa que se funda sobre el incremento de la proporción de los excedentes de explotación que se destinan a la compra de factores productivos, es decir, la suma de la FBKF más la variación del gasto en remuneraciones en el periodo. Para que ocurra esta acumulación, se requiere que la diferencia entre la productividad del trabajo y los salarios reales sea positiva, lo que en otros términos nos habla de la parte de la productividad del trabajo que apropia el capital y que pasa a estar a disposición de este proceso de acumulación. Dado esta evolución del mercado laboral en las últimas tres décadas, podemos estimar la contribución que el modelo de desarrollo ha hecho a los excedentes de explotación. Para este efecto hemos definido el concepto de condiciones de acumulación, para graficar la apropiación que el capital realiza de las adiciones de productividad que la economía genera. Esto, bajo la siguiente forma:
21 Las remuneraciones reales se han obtenido mediante la variación nominal menos el IPC de cada periodo.
-‐15%
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1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Remuneraciones Reales
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Condiciones de Acumulación = (( 𝑌𝑌! / 𝑌𝑌! ) -‐ ( 𝐿𝐿! / L0)) -‐ ( 𝑊𝑊𝑊𝑊! / 𝑊𝑊𝑊𝑊!) En la que ( 𝑌𝑌! / 𝑌𝑌! ) corresponde a la variación del PIB, ( 𝐿𝐿! / L0 ) es la variación de la ocupación y, en conjunto, representan la variación de la productividad. A esto se resta la variación de Wp, es decir, de los salarios reales. La distribución primaria del ingreso entre trabajo y capital,22 expresa la participación que tienen ambos factores en el Ingreso Nacional, en la forma de remuneraciones pagadas y los excedentes de explotación. Si el incremento del valor creado es lo que entendemos por productividad del trabajo, la figura anterior muestra la evolución del incremento de la parte de la productividad que apropia el capital, el cual debiera contribuir a la expansión de la frontera de posibilidades de producción que enfrenta la economía o lo que conocemos como producto potencial.
Figura 22
Fuente: Elaborado con datos del Banco Central de Chile
La evolución que refleja la figura 21 combina momentos en que la resistencia a la baja que muestran los salarios en el corto plazo, hace que en las etapas de contracción de la actividad económica los salarios reales sean más estables que la actividad. Esto se aprecia especialmente en la etapa final de la década del 80. En el mismo sentido contribuye a un desempeño de ese tipo la restricción de oferta en el mercado laboral, situación que podemos identificar en distintos momentos de los años noventa. Un escenario contrario se ubica durante una parte continuada de esa misma década. Si bien el inverso de esta acumulación debiese corresponder a la participación de las remuneraciones en el producto, la figura 23 resalta el mismo periodo en que se produce la acumulación más continuada, en un contexto de mejora relativa de la participación del trabajo en el producto. 22 Esta distribución funcional presenta dificultades conceptuales y metodológicas para el empalme de distintos datos, que en ausencia de una serie continua y homogénea, solo están disponibles para periodos discontinuos, particularmente respecto a la clasificación de los ingresos del trabajo por cuenta propia. El problema radica en la clasificación de dicho ingreso entre capital o trabajo y, más aún, en que anterior a la década del 90 dicha clasificación no existía.
pág. 15
Figura 23
Fuente: Elaborado con datos del Banco Central de Chile Este es un aspecto significativo de analizar, dado que refleja la no ocurrencia de lo que aparentemente sería un trade off entre remuneraciones y excedentes. Desde el punto de vista de la economía política podemos hallar una explicación más consistente, utilizando el concepto de plusvalor relativo. En él encontramos incrementos de las tasas de beneficios, acompañados de mejoras en el poder adquisitivo del salario; esto como resultado de un incremento en la productividad generalizada a los distintos sectores, en particular a los productores de bienes salarios.23 IV. La senda del desarrollo La literatura provee variadas alternativas para enfrentar la llamada “trampa de los ingresos medios” y ellas van desde las que propugnan la desregulación de los distintos mercados, hasta las que tratan de los déficits de las condiciones de entorno para el funcionamiento de la economía, ámbito que ha recibido especial atención desde las corrientes neoinstitucionalistas en economía, mientras que el primero ha sido desde el enfoque neoliberal. Desde la desregulación y tal como mencionamos al inicio de este artículo, el pensamiento ortodoxo ha planteado en distintos tonos la necesidad de una transformación de gran alcance, caracterizada por el retiro de las restricciones exógenas al mercado y que dificultan la libre operación de la ley de la oferta y la demanda. Esto supone esperar el advenimiento de la promesa del pensamiento liberal y neoclásico, que nos presenta un mundo de competencia perfecta o algo lo más parecido a ello, en que el sistema de precios pueda por fin informar acerca de la escasez (abundancia) y se produzca la asignación óptima de los factores de acuerdo a dicha información. La revolución microeconómica encarna como concepto, el paso necesario para ubicar a la economía en una trayectoria de maximización en el uso de los recursos disponibles, concepto bajo el cual se encuentra la expectativa del desarrollo como meta y que actúa como un “destino manifiesto”, que solo es obstaculizado por las restricciones extramercado que enfrenta el sistema de precios para realizar su labor. 23 Lo anterior, no obstante la tasa de explotación también se incrementa.
30%
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1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Participación de las Remuneraciones en el PIB
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En el segundo caso, la atención se centra en las condiciones necesarias para el funcionamiento de un sistema de mercado. En este caso se mencionan las condiciones de infraestructura, tratándose principalmente de aquellos bienes y recursos que facilitan o permiten la reducción de los costos de transacción en la economía.24 Otro aspecto mencionado es el que se refiere a la acumulación de capital humano, como condición para la maximización de la función de I+D en la economía. En este caso hablamos del funcionamiento y los resultados de los sistemas educacionales, que permiten el incremento continuo de la calidad de la fuerza de trabajo y su productividad. Finalmente, otro de los elementos centrales se refiere a la calidad de las instituciones. En este ámbito, propio del neoinstitucionalismo, nuevamente los costos de transacción cobran relevancia, como desincentivos a la innovación y a la acumulación de capital. Sin embargo, hay también un ámbito ligado a la relación de la sociedad con sus instituciones, lo cual se ejemplifica en la adhesión que tienen los sistemas políticos, lo que es inversamente proporcional al grado de conflictividad que prevalece. En el caso de Chile, casi cuatro décadas de una economía que se autodefine como “de mercado” han evidenciado las dramáticas limitaciones que este modelo de sociedad ha enfrentado a la hora de promover el tránsito a un nivel superior de bienestar. Las propuestas de la “revolución microeconómica” se construyen en la misma lógica que defiende la validez teórica del supuesto de la economía en equilibrio. Cuando se cuestiona, apoyado en evidencia cotidiana, dicho equilibrio, la respuesta es que ello ocurre en condiciones de competencia perfecta y si esa previsión es puesta también en cuestión, la alternativa solo puede ser la existencia de restricciones para el ajuste vía precios, las que generalmente son responsabilidad del Estado. De este modo, la revolución microeconómica fundamenta su necesidad en la idea de que los logros no alcanzados en el mundo del libre mercado, solo se pueden conseguir con más libertad de mercado y no con menos. “…Chile requiere una "revolución microeconómica" que genera un cambio estructural en nuestra economía, de manera de incentivar la iniciativa privada, dando confianza y asegurando el derecho de propiedad. Para alcanzar este objetivo, que claramente debe estar inserto en una agenda pro crecimiento, es preciso revisar cómo están funcionando los mercados en nuestro país y analizar si las regulaciones microeconómicas hoy existentes están cumpliendo el rol que les corresponde en este sentido. Este análisis permite apreciar que las mayores trabas al crecimiento, a los aumentos de productividad y a la competitividad se originan en la falta de reformas adecuadas en el ámbito microeconómico.”25 24 Jankowska, Nagengast y Perea (2014) prestan especial atención a la infraestructura de telecomunicaciones y su impacto en el desarrollo de los mercados, la educación e incluso en las políticas de transparencia de la gestión pública. 25 Castro, R., Domper, M. Flores, T. et All. (2003) “Políticas para una revolución microeconómica” Ed. L&D, Santiago, Chile. Pág. 9.
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Tras estas largas décadas, sin embargo, existe abundante evidencia que prueba la esterilidad de tales propuestas. Probablemente sea la educación el ámbito en que más claro resulta este hecho. Aunque no lejos de ello están los problemas de la salud pública, la seguridad social, los consumidores, etc.26 Más allá de los problemas que podrían abordarse mediante herramientas de la regulación,27 el problema que está en la base es que los agentes privados que participan del mercado, no están llamados a maximizar una función ajena. En este sentido, los déficits que se identifican en infraestructura estratégica, acumulación de capital humano, instituciones de calidad y dotadas de alta legitimidad social, etc., solo son susceptibles de abordar mediante la provisión de bienes públicos capaces de satisfacer esas necesidades, siendo al mismo tiempo poseedores de atributos que permitan que la sociedad los valore positivamente. V. La transición a una condición de ingresos altos La economía chilena ha superado la llamada “trampa de los ingresos medios”. La década de los años noventa marca una inflexión, al multiplicar de manera inédita la tasa de crecimiento medio del ingreso per cápita.28 Sin embargo, lejos de suponer ausencia de riesgos de estancamiento, estos se encuentran plenamente vigentes, puesto que dicha condición de estancamiento y deterioro del bienestar de la población, no es privativa de un nivel específico de ingreso. Como muestra, dos casos:
Figura 24 Figura 25
Fuente: Elaborados con Banco Mundial. BIRF-‐AIF. Data Base Fuente: Elaborados con Banco Mundial. BIRF-‐AIF. Data Base
26 La crítica al funcionamiento y resultados del modelo imperante, se reflejan con bastante precisión en Atria, F., Larraín, G., Benavente, JM y Joignant, A. (2011) “El otro modelo” Ed. Debate. Santiago, Chile. 27 En estricto rigor, la apuesta por una revolución microeconómica es un imperativo, solo que lejos de la liberalización esperada por la ortodoxia neoliberal, consistiría en un gran esfuerzo por identificar las áreas que no están reguladas y lo requieren y aquellas que estando sujetas a regulación, ella resulta ineficaz. 28 Ver tabla 1, pág. 6
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5.000"
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PIB$per$Cápita$de$España$(US$"a"precios"actuales)"
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PIB$per$Cápita$de$Japón$(US$"a"precios"actuales)"
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Figura 26 Figura 27
Fuente: Elaborados con Banco Mundial. BIRF-‐AIF. Data Base Fuente: Elaborados con Banco Mundial. BIRF-‐AIF. Data Base
El primero refleja el impacto de la crisis mundial iniciada el año 2008 en España, que lejos de acabar, al año 2013 se había llevado un 16% del ingreso de los españoles. En este caso resalta el periodo 2000 a 2008 en que el PIB per cápita crece de US$15 000 a US$36 000, valor que hoy está por debajo de los US$30 000. El caso de Japón es más paradigmático: su expansión vertiginosa se da entre 1983 y 1995, cuando el PIB per cápita aumenta de US$10 000 a US$43 000; sin embargo, de allí en adelante, solo ha vivido una situación de estancamiento. Observar la historia económica de Japón en las últimas dos décadas, no llevaría a concebir la idea de un síndrome para los países de ingreso alto, pero sí a desmitificar el punto “C” de la figura 1. Si hoy se presta atención al estado estacionario de muchos países que han alcanzado un nivel de ingreso medio, el complemento necesario de tal mirada es la evolución del bienestar de la población y su distribución. En el caso de Chile, la frontera de posibilidades de la economía se ha visto lastrada en el último medio siglo por un errático comportamiento de la inversión. Existen tres periodos en que se observan valores relativamente altos: la etapa de apertura inorgánica, en que se aprecia una mayor estabilidad; el periodo poscrisis de la deuda externa, que abarca casi dos décadas y se cierra con la crisis asiática; y buena parte de la primera década de este siglo.29 A pesar de este desempeño de la inversión, la productividad se ha mostrado más rígida, solo mostrando expansiones importantes en periodos más acotados. Es el caso de la década del noventa y entre los años 2004 y 2007. Si bien existe una condición demográfica que favorece la oferta de fuerza de trabajo, es el crecimiento de la ocupación el gran factor que subyace. Este aumento de la participación laboral, supone un incremento neto en la creación de valor.
29 Ver figura 9, pág. 8.
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"
PIB$per$Cápita$de$España$(1994"="100)"
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2008
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20
13
PIB per Cápita de Japón (1994 = 100)
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Tabla 2 Crecimiento demográfico
Periodo Población Ocupados
1980 -‐ 1989 16,0% 40,4%
1990 -‐ 1999 15,3% 21,2%
2000 -‐ 2009 9,9% 22,0%
2010 -‐ 2014 3,6% 16,0% Fuente: Elaborado con datos INE y extrapolación para la ocupación de los años 80 a 85 usando datos de la Universidad de Chile.
La gran transformación de la economía chilena en el último medio siglo, está asociada a un drástico proceso de apertura a los mercados internacionales.30 Ello tuvo efectos tanto en la composición de la ocupación como en la vinculación con economías de altos ingresos. El sector de transformación fue el gran perjudicado del proceso de internacionalización, puesto que se vio imposibilitado de competir con una oferta externa de bienes, proveniente de economías que buscaban una mejor inserción mediante incremento de la productividad y la competitividad de su propia industria, como es el caso de los países de Asia. Ello supuso el traslado de la fuerza de trabajo excedente hacia los sectores primarios y a la producción de servicios. El efecto en cuanto a calidad del empleo y protección a los trabajadores fue de una gran precarización, situación derivada de transitar desde un sector con una larga tradición de organización sindical y protección, como era la industria, a sectores emergentes y/o de escasa regulación. Todo en un contexto de reducción absoluta de los derechos colectivos e individuales frente al capital.31 El tipo de inserción resultante adquirió el perfil de los sectores rentistas vinculados a la producción de RR.NN., principalmente del sector minero, y su integración a los circuitos mundiales de comercio tuvo el sello de la ventaja más elemental, la comparativa. La competitividad de la economía chilena quedó asociada, en este contexto, al comportamiento del tipo de cambio y la política que lo guía. El resultado esperable de una política neutral frente al valor de mercado de la divisa, es que la expansión de la oferta exportadora acaba lastrando su propia competitividad, al sobreexpandir la oferta de divisas en el mercado cambiario local, afectando de paso a los sectores no rentistas, que deben basar su inserción en ventajas competitivas. Pasados los años ochenta, las remuneraciones reales tienden a consolidar una senda de recuperación y ello encuentra reflejo en su participación en el PIB.32 Sin embargo, el crecimiento de la participación laboral, comentado anteriormente, no se ha acompañado
30 El coeficiente de apertura de la economía pasó del 24% en 1960 al 82% medio siglo después. 31 Ver figuras 21 y 23 en las págs. 13 y 14. 32 A mediados de la década del 80, las remuneraciones participaban en un 36% del Ingreso Nacional, lo cual se elevó hasta el 42% a fines de la década siguiente. (Ver figura 23, pág. 14)
pág. 20
de una inversión robusta,33 lo cual ha tenido como resultado un nivel de productividad relativamente escaso.34 El problema anterior se expresa en el hecho de que las condiciones de la acumulación de capital se mantengan fluctuantes en torno a cero en su tasa de expansión. Si la acumulación de capital adquiere la forma de la reproducción ampliada, tal como muestra el diagrama de la figura 2, en que los excedentes, o el plusvalor, son transformados en capital mediante su reincorporación al proceso productivo, las condiciones de acumulación corresponden a la parte de la productividad del trabajo que es capturada adicionalmente por el capital. En este caso, ambos, el plusvalor y las condiciones de acumulación, debieran contribuir a la expansión de la frontera de posibilidades. El inicio de la etapa desarrollista en la década del 40, caracterizada por la participación del Estado en la tarea de suplir el rol de una burguesía rentista, frente al desafío de la reproducción ampliada para la acumulación capitalista, marcó el fin de la trampa de la pobreza en Chile. La provisión de bienes públicos en el ámbito de la infraestructura económica y social,35 creó un punto de inflexión que dio paso al crecimiento de la economía en periodos posteriores. Los años ochenta, con un enfoque asociado a un neoliberalismo más pragmático, impulsaron la apertura de la economía, que apoyada en un mercado laboral desprovisto de protección para los trabajadores y un orden represivo en la sociedad, creó las condiciones para un aumento de la inversión y el producto. Sin embargo, en el contexto del inicio de la Globalización, la misma condición dictatorial que permitió la expansión se transformó en un obstáculo. La internacionalización final de la economía chilena, con el incremento de los mercados, el acceso a factores y a financiamiento, requería un orden social distinto. La década posterior conjugó adecuadamente un escenario en que el modelo de desarrollo heredado se complementaba con un orden democrático. La postergación de las principales demandas laborales, en el contexto de una “transición” que se eternizaba, permitió que las ganancias de productividad alimentaran la acumulación, teniendo como resultado un ciclo de expansión inédito en el periodo analizado. Es el momento en que se sientan las bases para transitar del punto C a D, descrito en la figura 1. Entre los factores que participan, ocupa un lugar destacado la calidad de las políticas contra cíclicas. El
33 El año 2012 se alcanza el mayor nivel de la Inversión como equivalente del PIB con 26,6%. (Ver figura 8, pág. 7) 34 En el último tercio de los años 80, la inversión por ocupado creció un 11% como promedio anual. En la década del 90 ese valor fue del 6,4%. Entre el año 2000 y 2009 alcanzó al 5,2%, mientras que en los años recientes se obtuvo un escaso 1,5%. 35 Junto a la energía eléctrica, los puertos, puentes y carreteras, se encontró la masificación de la educación pública, los servicios de salud y la seguridad social. En conjunto crearon las condiciones para el inicio de un proceso de desarrollo capitalista, que si bien a corto andar enfrentó diversos cuellos de botella, constituyó un punto de partida ineludible a la hora de pensar el bienestar y la justicia social.
pág. 21
periodo de más de medio siglo analizado se caracteriza por la ausencia desde mediados de los años ochenta de alteraciones de la gravedad vividas anteriormente, con un impacto en el ingreso per cápita especialmente significativo. VI. Los desafíos del desarrollo Si la década del 90 marcó una inflexión en la trayectoria del ingreso per cápita en Chile, lo cual permitió superar la posición de estancamiento en que han caído muchos países, el presente siglo exige nuevas y distintas condiciones para que esa trayectoria se mantenga. Entre los nudos complejos que una estrategia de desarrollo debiera desatar, se pueden enumerar los siguientes:
• Superadas las complejidades e incertidumbre del 2014, la inversión continuará estando en el centro de la problemática macroeconómica. Con un equivalente PIB del 24% se ve improbable una expansión sensible del producto.
• La desigualdad es el principal lastre que enfrenta la sociedad chilena. El crecimiento de las últimas décadas se ha realizado a costa de profundizar y luego mantener brechas distributivas inaceptables para la sociedad.
• Vinculado a lo anterior, la provisión de bienes públicos resulta totalmente insuficiente a la hora de igualar las oportunidades de progreso de las personas, generando una sociedad de la exclusión en que el bienestar queda atrapado en los sectores de más altos ingresos.36
• Abrir paso a una educación pública, gratuita y de calidad es un componente insustituible de cualquier programa redistributivo; sin embargo, existen otras áreas igualmente sensibles, como es la salud y la seguridad social.
• Largos años de dictadura junto a una primera etapa de la transición, caracterizada por el temor de la elite política a una restauración autoritaria, fue tierra fértil de un ambiente de impunidad. En el mundo económico se tradujo en la desprotección de los consumidores frente a los proveedores de bienes y servicios, de los trabajadores frente a los empresarios y de los ciudadanos comunes frente a los poderosos. En una sociedad que no brinda protección ante el abuso, la respuesta fue una paulatina desafección respecto al sistema político y el descrédito de las instituciones.
Ninguna estrategia de desarrollo es concebible si no contempla el abordaje de estas y otras problemáticas. En dicha tarea, el rol del sector público es irremplazable. Aceptadas las reformas recientes37 (las ya promulgadas y las contingentes), el aporte del Estado a la inversión debiera permitir recuperar tasas cercanas al 26% del PIB de los últimos años. Alcanzar una meta del 30%, similar al que tienen Corea del Sur o la Unión Europea, exige 36 López, R., Figueroa, E. y Gutiérrez, P (2013) “La parte del león: Nuevas estimaciones de la participación de los súper ricos en el ingreso de Chile”. Serie Documentos de trabajo SDT 379. Universidad de Chile. 37 A la reforma tributaria aprobada el año 2014, se suma la reforma educacional y la reforma laboral, ambas en trámite legislativo. Junto a ellas, la elaboración de una nueva Constitución, configura un nuevo marco institucional para Chile.
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el concurso de un sector privado comprometido efectivamente con el desarrollo nacional, más allá de sus intereses individuales. Como esto no es una función que se sientan llamados a maximizar, deben existir los incentivos y disuasivos que orienten su conducta. La desigualdad en Chile tiene su origen en el mercado del trabajo, la distribución primaria que se origina en la relación capital trabajo, debiera comenzar a corregirse con la reforma a la legislación laboral y con las otras modificaciones que eventualmente sean necesarias para asegurar la defensa efectiva de los derechos individuales y colectivos de los trabajadores. Finalmente, una sociedad más transparente, equitativa y en la que la impunidad no es garantía segura para ningún transgresor con poder, es un espacio que será nuevamente poblado por la ciudadanía, en el afán de construir un nuevo modelo de convivencia. Aún no es tarde para este esfuerzo, pero no está todo el tiempo disponible.38
Santiago, mayo 2015
38 Cabe atender el caso de Brasil, país que experimentó una senda de progreso más acelerada que la de Chile, pero hoy afectado por una crisis política mayor y que compromete su recientemente adquirido rol de potencia económica mundial.
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Referencias
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