Post on 29-Mar-2016
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Calles que no callan
Presentado por:
Sandra Manrique Amado
Universidad Pontificia Bolivariana
Medellín
2013
[2]
Haciendo un recorrido por calles de Medellín y su historia, se encuentran datos, nombres,
narraciones que enriquecen la ciudad, como por ejemplo, el surgimiento de esas vías y la
importancia que han tomado a lo largo del tiempo para la ciudad.
Calle Colombia
Además de llevar el nombre de este país, esta calle es una de las primeras de la ciudad,
cuyo nombre inicialmente (puesto por los fundadores de la Villa) era La Alameda. Es uno
de los ejes viales más importantes de la ciudad, cuya nomenclatura (aunque no muy
conocido) según la distribución de la ciudad es la calle 50.
Noticia
Diario El Correo, miércoles 1 de julio de 1950
El campeonato nacional Croydon se iniciará en Medellín el 18
Calle Colombia 1950
[3]
Este torneo se inició el 18 de julio de 1950 en Medellín y finalizó el 25 del mismo mes, en
un partido disputado entre Croydon y el Cid, donde Croydon fue el ganador.
[4]
Calle Colombia en la actualidad
Tal vez por su historia, por su relevancia dentro de la ciudad o por ser un eje vial, esta calle
casi no permanece sola, sea de día, de noche, domingo o martes, la calle 50 a Colombia
(como mejor se conoce) es transitada por gente, carros, bicicletas. Este es un tramo del
puente que desemboca en el centro. Desde allí se divisa un parte de la zona de edificaciones
conocida como Suramericana. Según las personas que transitan a diario por este puente (ya
que tiene un pedazo peatonal o que los peatones usan para caminar sobre él) el lugar es
poco seguro, ya que abundan los atracos sin importar la hora del día, por tal motivo, la
gente camina rápido, mira a sus costados constantemente, se ve temerosa si camina sola,
caso contrario si va en compañía de amigos o conocidos.
Cabe resaltar que aunque la zona por donde pasa la calle y donde está ubicado el puente, es
de un lado, estrato cuatro y cinco y de la otra estrato tres, las personas que se ven caminar
por allí tienen apariencia de vivir en estratos diferentes (más bajos) a los habitantes de los
barrios aledaños mencionados.
[5]
Esta es otra imagen del puente pero desde el otro costado, en la anterior se puede apreciar la
vía que va a dar al centro de la ciudad y en esta, la que viene desde el centro. A pesar de
que es una zona de la ciudad muy extensa (casi de la longitud de Ayacucho, según el libro
escrito por Pedro Rodríguez Mira, Significado histórico del nombre de algunas calles y
carreras de la ciudad de Medellín) y como se ha dicho, muy transitada, llama la atención
que ni en horas pico (de la tarde o de la mañana) este puente de ve embotellado, es decir, la
afluencia vehicular es constante, incesante.
Desde este lado del puente se observa una parte del edificio del Sena, así como uno de los
lugares de referencia o de ubicación al terminar el puente, es el barrio Carlos E. Restrepo,
lugar frecuentando por jóvenes sobre todo los fines de semana.
Las rutas de buses que pasan por el sitio son variadas, desde Laureles, Belén Santra,
Belencito Corazón, Calazans Boston, hasta Robledo, hace que el bullicio al igual que el
movimiento no pare.
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En esta fotografía se evidencia una de las razones de la importancia de la Calle Colombia,
el hecho de que se ubiquen establecimientos de comercio, bancarios o de educación, bien
sea sobre toda la calle, a sus costados o muy cerca de ella. Por lo cual, se encuentra en
buena parte de la imagen una de las sedes del banco más grande del país, Bancolombia.
Además de esto, se observa la congestión vehicular propia del acontecer diario en esa parte
de la calle (cerca al Parque Berrío), en donde automotores de servicio público o particular
se guerrean un puesto para llevar la delantera por una misma vía; compuesta por tres
carriles, se convierte en algunos momentos del día (más que otros) en un hervidero de
carros y de gente, todos con afán, todos impacientes, todos con un mismo fin, el llegar a su
destino o salir de ese trancón.
Precisamente en esa congestión, en ese caos, se generan también (como en la parte del
puente) atracos en su mayoría por carteristas, que aprovechan el descuido de transeúntes o
pasajeros para extraer de sus bolsos objetos como celulares, billeteras o algún dispositivo
que esté al alcance de sus manos en el momento.
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Se ha venido haciendo una descripción de un tramo representativo de esta calle (ya que es
muy extensa), en donde se inicia con el puente, luego, una de sus desembocaduras (el
centro) y ahora otra de ellas (la zona Suramericana y Carlos E. Restrepo). En esta parte de
la vía hay zonas arborizadas o pequeños partes a un lado y otro de Calle Colombia, también
se encuentran establecimientos de comercio, el señor - cerca al reloj digital del puente –
quien todos los días vende guarapo o jugo de caña. Se ve también a los vendedores
ambulantes y los que limpian los vidrios a cambio de monedas. El señor que vende dulces
al descender de las escaleras del puente peatonal.
Caso curioso es, que a pesar de tener dos parques a los lados de las vías, no se ve gente
haciendo deporte, también se ven muy pocos adultos mayores en el sector; en cambio, se
observa una serie de personas conocidas como “gamines” que hacen de las aceras o
andenes sus camas diurnas, resguardándose del sol. Los niños tampoco son habitantes de
esta zona o las mascotas como perros y gatos, se observa la presencia abundante de adultos
jóvenes y adultos, bien sean estudiantes o trabajadores del sector.
[8]
Esta última imagen de la secuencia presentada, en la cual se muestra esta emblemática calle
que atraviesa buena parte de la ciudad de Medellín, representa otro pedazo de la vía donde
abundan más la empresas o establecimientos en vez de los lugares residenciales. Es una
zona (como casi por no decir toda Calle Colombia) llena de tráfico y de personas, pero en
donde se agrupan, una abundante y evidente cantidad de limpiavidrios, los cuales no tienen
ningún reparo o disimulo en consumir drogas en la vía pública, a vista de todo quien vaya
pasando; se los ve con sus “pases” de perico y acomodando sus narices en repetidas
ocasiones.
Además de este tipo de público, también se ven ciclistas, recicladores, deportistas (ya que
sobre esta calle está ubicado un centro de acondicionamiento físico llamado Animal X); se
ven centros automotrices, ventas de comida, carros y motos parqueados, un CDA,
estudiantes de la Universidad Nacional o gente que viene o va hacia el metro, la línea B,
más exactamente la estación Suramericana.
Como se ha visto, esta calle guarda historia, secretos, guarda recuerdos de miles de
personajes que la recorren o la recorrieron alguna vez de su vida.
[9]
JUNÍN
Esta calle antiguamente llamada “El Resbalón” debido a una danza popular de antigua data,
pasó a llamarse Junín, en honor a la batalla del 6 de agosto de 1824 en una planicie de ese
nombre en tierra del alto Perú
Noticia
Periódico El Heraldo, lunes 2 de enero de 1928
Las finanzas de 1928 en los Estados Unidos
Junín 1928
[10]
En ese artículo de prensa se habla de una economía estadounidense quebrantada, la que dio
paso a la recesión de 1929, cuya finalización abrió el camino a una sólida nación, la más
poderosa financiera y bélicamente del mundo en la actualidad.
Junín en la actualidad
La carrera Junín es uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad de Medellín, ya que
guarda un legado histórico que ha trascendido a lo largo de varias generaciones. Allí se
encuentran los pasos de antepasados, desde la construcción de la calzada sobre la quebrada
Santa Elena a finales del silgo XIX, pasando luego por los campesinos que pisaban ese
suelo con sus alpargatas, ataviados con sus sombreros aguadeños y sus ruanas, por esa calle
que duró empedrada desde 1910 a 1930 (aproximadamente, según registros fotográficos )
las procesiones del Corpus Cristi en décadas del 50 y el 70, el bullicio y movimiento
actuales, la gente, distinta toda y a la vez semejante.
Junín ha sido no la carrera 49, según la nomenclatura urbanística, sino simplemente Junín,
adornada en el cruce con la Playa del imponente edificio Coltejer.
[11]
Hay, como casi todos los días gente, mucha gente, unos de aspecto cansado, los que tal vez,
terminan su jornada laboral y se despojaron de los ánimos mañaneros al trazar el mismo
recorrido pero de regreso a casa. Sobre la Playa, los vehículos pasan, pasan y pasan; los
peatones se arriesgan a cruzar cuando no deben, pareciera como si el automotor fuera el
protagonista o dueño de la calle y el peatón un objeto más, carente de importancia, a quien
no se le debe respeto. Es evidente que los conductores no disminuyen la velocidad de su
vehículo para dejar que pasen la calle los de a pie, quien realizan maniobras peligrosas para
conseguir alcanzar el otro lado de la calzada. Se debe resaltar, que tanto Junín como la
Playa resultan estrechos para el flujo tanto peatonal como vehicular que transita
diariamente por allí.
Un panorama de alguna manera antónimo de lo que se vivía en lustros anteriores, “En los
años 30 Junín nacía en el Parque de Bolívar y sólo llegaba hasta Maturín. En los años 20 en
la esquina nor-oriental de Junín por La Playa se construyó el edificio Gonzalo Mejía, donde
estaba el Teatro Junín y el Hotel Europa”
Junín es sinónimo de hechos, de historias, de personajes, de edificios o construcciones que
dejaron huellas y que pocos aún siguen vigentes. “Durante muchos años fue el eje
comercial de lujo de la ciudad, antes de la aparición de los centros comerciales, y era el
boulevard preferido para callejear, ir de compras, almorzar o tomar "el algo".
La arquitectura que se aprecia en Junín también pertenece a épocas que guardan secretos
como el edificio de Fabricato que fue muy importante a finales de los 50’s por su
imponencia, porque allí se alojaba la sede administrativa de esa gran empresa y que hoy ha
perdido protagonismo tanto el edificio como la organización. Don está ubicado hoy en día
el Coltejer (referencia geoespacial tanto para locales como para visitantes) estaba el teatro
Junín, construcción antigua en donde se llevaba a cabo diferentes actos tanto culturales
como sociales, artísticos, políticos. Este edificio, inaugurado en 1924, “el mejor hotel de la
ciudad, un café elegante, almacenes en la planta baja, y oficinas en los pisos superiores. La
fachada era bellísima, de estilo francés con arcos y adornos de cemento, muchos vidrios y
techos de tableta negra, con domos redondos en las esquinas” (Mejía, 1984).
[12]
El sol que cae fulgurante sobre la ciudad es un aliciente para los vendedores de guarapo, los
cuales se desplazan entre carros, cuando el semáforo está en rojo, con bandejas sobre las
cuales reposan fríos unos cuantos vasos de este refresco tradicional. Son las dos de la tarde
y Junín es Junín, sin embargo y luego de variadas visitas, observaciones hechas mientras
recorro paso a paso esa histórica peatonal, reflexiono sobre un hecho que me causa
curiosidad, por esa calle por donde transita un centenar de personas diariamente, se ven
muy pocos o contados niños. Ni siquiera se alcanzan a divisar los hijos de los vendedores,
apostados tanto en almacenes como en casetas o sobre la vía, por Junín no transitan niños, y
si lo hacen tal vez frecuenten, inconscientemente en otras horas del día, en otros días de la
semana, diferentes a los visitados.
Incluso, si se observan los retratos de la Junín de antaño, donde se ven los transeúntes, no
se aprecian niños, son los adultos, los adolescentes, los ancianos los que visitan, recorren o
permanecen en la carrera 49.
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Es interesante tener la oportunidad de hacer una observación actual para tener bases con las
cuales comparar el mismo sitio pero en décadas anteriores. Antes de esta época, Junín era
una vía por donde había tránsito vehicular, cuya cotidianidad era interrumpida solamente
por la procesión de Corpus Cristi en semana santa, en donde se apreciaban mares de gente,
vestida con sus más elegantes atuendos, siguiendo a la comitiva eclesiástica por calles del
centro en donde primaba el paso por Junín, al lado del majestuoso Teatro Junín (demolido
en 1968, para dar paso a la construcción del edificio Coltejer) “Este es el mayor crimen
perpetrado contra el patrimonio arquitectónico de Medellín, la destrucción del hermoso e
imponente Edificio Gonzalo Mejía que albergaba al Hotel Europa y al sin igual Teatro
Junín, esta imagen fue captada el 12 de marzo de 1968 por el fotógrafo Diego García
Galeano – DIGAR”
Como se ha podido apreciar, esta calle (que en verdad es carrera) tiene una riquísima
historia tanto positiva como negativa, que deja recuerdos plasmados en fotos y en unos
pocos habitantes que pudieron presenciar su esplendor en la antigüedad.
LA ORIENTAL
Esta es una de las avenidas o calles menos antiguas de la ciudad, cuya construcción data de
finales de los años 60. Conocida como La Oriental, tiene diversos nombres entre los que se
cuenta el de Avenida Jorge Eliécer Gaitán, en honor a este político asesinado en 1948.
La Oriental 1976
[14]
Noticia
Periódico El Correo, jueves 1 de julio de 1976
Zonificación urbana frena construcción
A diferencia de lo que dice el titular de la noticia, la zonificación en el centro de la ciudad
no frenó la construcción, era una predicción que hacían algunas constructoras frente a la
medida de la alcaldía.
La Oriental en la actualidad
Como se mencionó anteriormente, esta vía no es ni la más antigua ni la más emblemática
de Medellín, sin embargo, es una de las calles principales de la ciudad, cuya característica
es su enorme congestión diariamente, todos los días del año.
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Además de ser una importante vía, es también un referente de ciudad, ya que es
precisamente esta avenida y más aún, esta iglesia (la iglesia de San José) la que sirve como
punto de encuentro para muchas personas a diario.
Cabe mencionar que ese sitio, esa esquina donde se ubica la iglesia es también centro de
atracos constantes, allí se agolpa gran cantidad de gente que busca cruzar la calle o
simplemente esperar el bus o encontrar a alguien previamente acordado. Como se puede
observar por La Oriental, se ve flujo de buses urbanos y ahora precisamente del Metroplús,
ya que están haciendo la prueba piloto para que estos vehículos que hacen parte del sistema
integrado de transporte, hagan una parte de su recorrido por allí.
Es precisamente estos buses (los del Metroplús) los que hoy causan que el embotellamiento
en la vía sea mayor, ya que ya estaba bastante copado el espacio y la administración
municipal decidió ponerlos en funcionamiento por el sitio, aunque sea temporal, ya que la
idea es sacar o desviar rutas de diferentes empresas para dar paso casi exclusivo por la zona
a este sistema integrado.
La lista de nombres que tiene o ha tenido esta avenida es larga, en la que se cuentan
Palencia N2, Calle San Félix, calle Caldas, Calle de la Unión Fraternal, Calle Lidice, Calle
de San Martín o la mencionada con anterioridad, Avenida Jorge Eliécer Gaitán.
Además de su variado repertorio de nombres, La Oriental cuenta con una gran presencia de
edificios en donde funcionan importantes empresas antioqueñas, nacionales e
internacionales como la Clínica Medellín, la Clínica Soma, el Éxito, la Cámara de
Comercio de Medellín, Bancolombia, Colpatria. Centros comerciales como Camino Real,
el Punto de la Oriental, construcciones reconocidas por los medellinenses como el edificios
de los espejos, entre otros.
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Esta avenida sirve también como un escenario para eventos de ciudad como el desfile de
Mitos y Leyendas (que recorre la Playa pero cruza por La Oriental), alumbrados en
diciembre, etc.
Cabe resaltar que no solo es importante dicha calle si no las que las circundan como El Palo
o diferentes lugares como el parque San Antonio, el edificio Coltejer, el edificio de la tan
nombrada Interbolsa, lo cual se encuentra ubicado muy cerca de calles y carreras
importantes y forma el sector conocido como el centro de Medellín.
Por esta larga avenida que luego del puente que desemboca en San Diego se convierte en
avenida El Poblado, está habitada por numerosos indigentes, los cuales no desaprovechan
cualquier paso de peatones para pedir alguna moneda, también se visualizan diferentes
tipos de automóviles, camionetas, personas de distintas edades, desde niños hasta ancianos.
La Oriental es una calle del centro de Medellín cuyos antepasados erigieron complejos
habitacionales donde vivía la élite de la ciudad. Ahora, queda muy poca de esa clase alta,
quienes se desplazaron a diferentes partes como El Poblado y en vez de eso, la gente que
habita el centro (sobre todo en la noche) es de las que la sociedad señala de reputación
dudosa, peligrosa.
Como se evidencia en la imagen, La Oriental es un sitio de gran afluencia de personas, la
cual está llena (los andenes o senderos peatonales) de ventas ambulantes o casetas, gritos,
olor a pollo frito revuelto con el olor que despiden las paredes que han sido orinadas por
innumerables personas en igual cantidad de veces; de gente que mira raro, de los que hacen
las veces de vigilantes, de los que ofrecen porros armados o los desprevenidos turistas que
van de paso o a conocer.
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Medellín es una ciudad de contrastes, como por ejemplo el que se alcanza a observar en la
fotografía. Por un lado están los imponentes edificios creados por empresarios que desean
evidenciar su poder y monetizar sus negocios, en donde la calle está separada por frondosos
árboles, por otro lado, en la montaña, se ve a lo lejos una de las comunas que aparecen en
los noticieros y no siempre por su progreso, sino porque ha sido estigmatizada y
protagonista de la violencia de la ciudad, tal vez sea Castilla.
La Oriental se ve linda desde las alturas pero no todo el mundo se siente cómodo con el
bullicio que se vive o la inseguridad que asecha día tras día, esta calle conocida por
muchos, visita por muchos pero amada por quién sabe cuántos, es una conectora, una de las
llamadas arterias viales que alimentan a la ciudad desde su creación hasta la actualidad.
[18]
Adornada por un sendero de árboles que pareciera guiar el camino de los que por ella
transitan, se puede apreciar los decibeles que forman una hilera de edificios y casas donde
no habita gente sino trabajan muchas personas a diario. Esta carrera, la número 46 según la
nomenclatura municipal, ha pasado por muchos aciertos y desaciertos, por hechos
lamentables como la bomba que hizo colapsar ese edificio que se divisa, el de los espejos,
cuyos cimientos fueron reconstruidos como se reconstruyen en esta ciudad las esperanzas
resquebrajadas de sus habitantes.
La Oriental es símbolo de Medellín, de ese del cual se sienten orgullosos sus habitantes, de
ese que se cae y se levanta, del que las huellas del pasado se sienten pero se sobrellevan.
Esta calle, al igual que muchas otras de esta ciudad ha sido testiga de innumerables
acontecimientos, esta calle cuenta historias, en cada esquina, con cada cambio, esta calle no
se calla.
Palacé
Esta carrera existe desde que existe Medellín, su nombre lleva el mismo y en su honor, la
primera batalla en territorio colombiano entre patriotas y realistas en la guerra de
independencia en 1811.
Palacé 1970
[19]
Noticia
Periódico El Correo, jueves 1 de octubre de 1970
Por obras públicas adelantarán pavimentación en los barrios
Debido a que se iban a adelantar obras públicas en la ciudad, se adelantó la pavimentación
de algunos barrios de estratos bajos, ya que los habitantes carecían de recursos para pagar el
gravamen de pavimentación.
Palacé en la actualidad
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Hay una palabra que describe fehacientemente a esta carrera de la ciudad y es caos. El caos
reina en Palacé, hay caos en la mañana, hay caos en la tarde y sigue habiendo caos en la
noche. La calle es muy angosta, el tráfico es mucho, el ruido ensordecedor. Aunque existen
paradas establecidas para que los buses dejen o recojan pasajeros, eso no es respetado y los
conductores paran donde ellos creen conveniente o simplemente, donde les de la gana.
Así como conductores de bus que paran en cualquier sitio, también hay particulares o taxis
que parquean, dejan o recogen pasajeros en cualquier lugar, lo que ocasiona, la gran
mayoría de las veces un trancón gigante que lo sigue una lluvia de pitazos desenfrenados y
enfáticos, no siendo suficiente con esa escena, el conductor que genera el trancón, se hace
el indignado y se queda estacionado por más tiempo del que debería ser prudente.
Irremediablemente los ánimos se caldean y las máquinas son un reflejo del estado anímico
de los conductores.
Palacé es un calle antigua, con una gran y rica historia, sin embargo, lo que le sobre en
historia, le falta en anchura. Esta calle o carrera que ostenta el número 50 en la
nomenclatura de la ciudad, se queda pequeña para ser una vía con tantos vehículos,
vendedores, motocicletas, ciclas, transeúntes, negocios, andenes angostos, intransitables, ya
que además de su tamaño, la gente tiene diferentes ritmos de caminar, unos lentos, los otros
más rápido y esto ocasiona que también haya embotellamiento de peatones. Sumado a lo
anterior, está el hecho de que los automotores, para evitar cualquier inicio de trancón,
aceleran su automotor sin importar la vida de quienes lo rodean.
La carrera 50, muy cerca de su vecina La Oriental tiene grandes diferencias con ella, ya que
el espacio es diferentes, el contenido visual, ya que Palacé tiene de todo, pero muy
desordenado, desde talabarterías, pasando por misceláneas, cacharrerías, venta de jugos, de
comida, de calzado, de ropa, de teléfonos, entre otros.
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Como se ha mencionado con anterioridad esta zona de la ciudad está no concurrida, sino
atestada de todo, además de que el bullicio es insoportable. Caso contrario de lo que se
vivía con anterioridad, cuando lo antiguo de la calle es también la de la ciudad. Palacé tenía
el nombre de San Roque, debido a que cerca de la plazuela que hoy es la “Uribe Uribe”
existió una capilla destinada al culto de San Roque. De allí el nombre de toda la calle.
Ahora, lo que se ve es más que un lugar a donde la gente va a hacer oración, es un sitio de
afluencia, mediada por los olores de cientos de transeúntes, el humo de los carros y los
tejados en donde se ve las gotas de agua cayendo de quién sabe dónde o qué procedencia
sobre las aceras o cabezas de peatones descuidados.
San Juan
Esta calle en los años 30 del siglo XIX era el corredero del río del Medellín
Calle San Juan 1965
[22]
Noticia
Periódico El Correo, viernes 1 de octubre de 1965
Movimiento de opinión para ofrecer la candidatura a Carlos Lleras Restrepo encabeza
Lleras Camargo
Esta noticia hace referencia a la candidatura de Carlos Lleras Restrepo quien luego llegó a
ser Presidente de la República.
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San Juan en la actualidad
San Juan es otra calle muy importante dentro de la ciudad, ya que es una vía de acceso y
que alimenta otras vías, llegando hasta al centro de Medellín.
San Juan pasa por el centro administrativo de la ciudad llamado la Alpujarra, donde se
encuentra la sede de la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín entre otras
dependencias.
Esta ancha vía atraviesa gran parte de la ciudad, por ejemplo acá se puede observar además
de la Alpujarra, el parque de las luces, antigua plaza Cisneros, junto a la cual se encuentra
la biblioteca de EPM. Al fondo de divisa el edificio inteligente.
[24]
Luego de que la plaza Cisneros dejara de funcionar como centro de abastecimiento de
alimentos o plaza de mercado, allí se apostaban decenas de niños, jóvenes o adultos que
iban a drogarse y que tenían ese lugar como su lugar de “residencia”.
Al ver esto, la Alcaldía (ya que esa situación pasaba frente al centro administrativo de la
ciudad) se hizo un “rescate” del sector, incluyendo la calle de Carabobo, el resulto es la
peatonal que tiene Carabobo y por supuesto, el parque de las luces.
San Juan es una de las calles donde se nota mucho la actividad comercial en algunos de sus
puntos a lo largo de su longitud, donde se evidencia también mucha variedad de
establecimientos como de bicicletas, estaciones de gasolina, droguerías, almacenes de ropa
para hogar, almacenes de cadena como el Éxito, Carrefour, Makro, entre otros; además se
aprecian tiendas de mascotas, gimnasios, consultorios odontológicos y demás variedad de
mercados para todas las edades y todos los gustos.
Cabe mencionar (como ya se ha hecho en las demás calles y carreras expuestas) que San
Juan es también un calle insegura. A lo largo de ésta, se encuentran ladrones buscando sus
víctimas, gente consumiendo drogas, en su mayoría donde inicia el puente de San Juan que
va a dar al sector conocido como Barrio Triste.
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En la imagen se aprecia no solo la calle, sino un pedazo del edificio de Edatel, así como el
antiguo DAS, pero más allá de eso, se puede apreciar, la estación del Ferrocarril de
Antioquia, otro punto emblemático de la ciudad, por su representación histórica, así como
el hecho de que es uno de las pocas edificaciones antiguas que han sobrevivido a la
demolición, incendios o el paso del tiempo. Allí, en la actualidad, funcionan diferentes
tipos de oficinas o locales como Santa Elena o la Cooperativa Financiera de Antioquia
(CFA).
Esta calle, también congestionada por la cantidad de automotores, como se puede apreciar
en la fotografía, tiene gran espacio por donde circulan dichos vehículos, paradas muy
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visibles, además de cámaras de foto multas que están listas a captar cualquier infracción
que cometan los conductores.
Ahí radica la gran diferencia con la calle anterior, Palacé, ya que en ella no hay ese grado
de vigilancia, ni el espacio apropiado para poder transitar la gran cantidad de autos que la
recorren a diario.
[27]
Bibliografía
Rodríguez Mira, Pedro, Significado histórico del nombre de algunas calles y carreras de la
ciudad de Medellín
Cronicones e historias del Medellín antiguo, volumen 1 hasta el 4
Fotos antiguas de Medellín, Brand page de Facebook
Archivo de periódicos, Sala Antioquia, Biblioteca Pública Piloto
Ortiz Arango, Rafael, Cronicones e Historias del Medellín Antiguo, Medellín. Alcaldía, Secretaría
de Hacienda Municipal, 1999, tomo I