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Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de
Broca: un estudio longitudinal
Trabajo de fin de grado
Grado en Estudios de Inglés y Español
Departamento de Filología Española
Autora: Paula Martínez Bielsa
Tutora: María Jesús Machuca Ayuso
Curso 2019/2020
ÍNDICE
Introducción ...................................................................................................................... 1
1. Estado de la cuestión ................................................................................................. 2
1.1. Las oclusivas sordas en español ........................................................................... 4
1.2. Las oclusivas sordas en hablantes con afasia de Broca ........................................ 8
1.3. Patrones de mejora en pacientes con afasia ........................................................ 11
2. Metodología ............................................................................................................ 12
2.1. Sujeto de estudio ................................................................................................. 12
2.2. Grabaciones y corpus .......................................................................................... 13
2.3. Procedimiento de análisis fonético y estadístico ................................................ 14
2.4. Hipótesis ............................................................................................................. 15
3. Resultados ............................................................................................................... 16
3.1. Hipótesis (a): valores de duración según la sesión ............................................. 16
3.2. Hipótesis (b): errores de sonorización y fricativización según la sesión ............ 17
3.3. Hipótesis (c): valores de duración según el contexto precedente ....................... 18
3.4. Hipótesis (d): valores de duración según el punto de articulación y el proceso . 19
4. Discusión de los datos ............................................................................................. 21
5. Conclusiones y futuras líneas de investigación ....................................................... 24
Referencias bibliográficas .............................................................................................. 26
Anexos ............................................................................................................................ 31
1. Informe logopédico ............................................................................................. 31
2. Número de casos por sesión, punto de articulación y parámetro temporal ........ 32
Agradecimientos
Me gustaría agradecer a quien fue mi profesora y es hoy tutora del presente estudio,
María Machuca. Gracias, en primer lugar, por darme la oportunidad de trabajar con
este magnífico corpus y abrirme la puerta a la lingüística clínica. Gracias, también, por
guiarme y ayudarme en todo momento, por creer en mí y en la investigación y por tu
entrega como tutora. Ha sido un placer.
También quería mostrar mi más sincero agradecimiento a J. por prestarnos su voz con
tanta constancia y ánimo a lo largo de veintidós meses. Tanto tú como María habéis
hecho posible la realización de este trabajo.
Agradecer también a todos los docentes que me han impartido clases de fonética y
fonología inglesa y española a lo largo de la carrera. Entre todos me habéis ayudado a
encontrar mi vocación.
Finalmente, me gustaría mostrar mi gratitud a mi familia, pareja y amigos por su
paciencia y apoyo incondicional durante mis cuatro años de carrera.
Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
1
Introducción
En el proceso evolutivo de la comunicación humana, el habla ha adquirido un papel
fundamental como instrumento principal de expresión. Los hablantes son capaces de
modelar y coordinar sus gestos articulatorios y ajustar los sonidos a lo que deseen
transmitir y a la situación comunicativa en la que se produce un determinado acto de
habla. No obstante, las capacidades lingüísticas de los hablantes pueden verse
notablemente dañadas cuando sufren lesiones o deterioros neurológicos. En
consecuencia, las características articulatorias y acústicas de los segmentos que
articulan también se ven afectadas.
En este sentido, el presente trabajo se propone realizar un estudio longitudinal de
las producciones de [p, t, k] en el habla espontánea de un hablante con afasia de Broca
en tres momentos diferentes de su enfermedad, desde el inicio hasta veintidós meses
después de haber seguido un tratamiento logopédico. El objetivo principal es analizar
las características acústicas de estas consonantes en relación con la duración segmental,
del VOT y de la fase de oclusión, a fin de comprobar su nivel de deterioro fonético y
evolución en comparación con su producción en condiciones normales.
La estructura del trabajo consta de cinco apartados. Primero, en el estado de la
cuestión se determinan las principales características de la afasia, las características
acústicas de las oclusivas sordas en hablantes sin y con patología y los patrones
generales de mejora en la afasia. El segundo apartado está dedicado a la metodología de
trabajo. Se explican las características principales del habla del sujeto según la
exploración logopédica inicial, los intervalos temporales entre grabaciones, el corpus
con el que se ha trabajado, el procedimiento de análisis tanto fonético como estadístico
y, por último, las hipótesis. En tercer lugar, se presentan los resultados, que van
seguidos por la discusión de los datos en el cuarto apartado. Finalmente, se recogen las
conclusiones a las que se ha llegado dando respuesta a las hipótesis planteadas al
principio y se sugieren diferentes líneas para futuras investigaciones.
1. Estado de la cuestión
2
1. Estado de la cuestión
Desde la neurolingüística, la afasia se ha definido como un déficit adquirido del
lenguaje resultado de una lesión focal en el cerebro. Según algunos investigadores
(Gorno Tempini y Santos Santos, 2015, por ejemplo), son tres las áreas cerebrales
relacionadas con síndromes afásicos determinados: los deterioros a nivel del lóbulo
frontal izquierdo posterior y en la región insular suelen resultar en una afasia no fluente
o agramatical, las atrofias bilaterales en el lóbulo temporal anterior se relacionan con las
afasias semánticas y las lesiones a nivel temporo-parietal izquierdo con la variante
logopénica de la afasia. De este modo, todos los componentes lingüísticos (fonético,
fonológico, morfológico, sintáctico y pragmático) pueden verse dañados, así como las
habilidades de expresión y comprensión a nivel tanto oral como escrito (González
Lázaro y González Ortuño, 2012; Papathanasiou et al., 2017).
Así pues, a la hora de tratar la afasia es importante determinar qué funciones
lingüísticas están preservadas o afectadas, ya que es concluyente para el diagnóstico que
se debe aplicar en cada una de las variantes afásicas. A pesar de la variada clasificación
que sigue el modelo de Geschwind1, el presente trabajo se centrará en caracterizar
únicamente la afasia de Broca por ser esta la diagnosticada en el hablante sujeto de
estudio. La mayoría de los autores (Basso, 2003; Potagas et al., 2017; González Lázaro
y González Ortuño, 2012; Helm-Estabrooks y Albert, 2005) coinciden en que la afasia
de Broca sucede, principalmente, tras una lesión en el área de Broca, i.e. la parte inferior
del lóbulo frontal izquierdo. Se trata, pues, de una variante no fluente de la afasia. Estos
hablantes carecen de fluidez, su expresión oral se basa en frases cortas y esforzadas y
puede presentar parafasias a nivel tanto fonológico –sustituciones, omisiones,
transposiciones o adición de fonemas– como fonético –errores en aquellos sonidos que
conlleven la coordinación de varios articuladores como los sonoros o nasales, por
ejemplo (Blumstein, 1998)–. Consecuentemente, la estructura suprasegmental también
suele verse afectada. Destaca, igualmente, el agramatismo oral y escrito basado en la
omisión sistemática de palabras con categoría funcional, el uso alterado de la
morfología flexiva y derivativa, la falta de subordinación oracional o los errores
1 Esta metodología taxonómica, asociada al modelo neoconexionista de Norman Geschwind y
colaboradores, es la más aceptada y utilizada en el actual panorama científico de occidente (Basso, 2003;
Helm-Estabrooks y Albert, 2005). No obstante, Basso (2003) avisa que «there is no absolute relationship
between the locus of the cerebral lesion and the pattern of cognitive impairments» (p. 38), por lo que es
necesario atender a la sintomatología particular de cada hablante en el momento del estudio o diagnóstico.
Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
3
ortográficos como las omisiones o sustituciones de letras. En cuanto a la comprensión,
se suele hablar de una función bien preservada.
Debido a esta dificultad articulatoria, la afasia de Broca va con frecuencia
acompañada por apraxia del habla (AOS), un trastorno adquirido que impide la correcta
planificación y coordinación de los movimientos necesarios para realizar secuencias
fónicas (National Institute of Deafness and Other Communication Disorders [NIDCD],
2017). Debe entenderse que la deficiencia no es el resultado de un daño directo a los
músculos articulatorios, sino que la naturaleza del problema es neurológica. Según
Basilakos (2018), la expresión de los hablantes se caracteriza por una falta de fluidez, es
forzada y suele presentar prolongaciones, interrupciones y repeticiones sistemáticas,
como resultado de la dificultad del hablante para producir un determinado sonido. Por
otro lado, la apraxia, a diferencia de la afasia, se singulariza por presentar sonidos
distorsionados que dan lugar a sustituciones y adiciones. Es por ello que hacer
diagnósticos diferenciados entre apraxia y afasia suele ser una tarea difícil para los
terapeutas, no solo por la coincidencia en muchos aspectos sintomatológicos, sino
también porque ambos trastornos suelen darse conjuntamente tras la emergencia de un
accidente cerebrovascular (ACV), conocido también como ictus.
En este sentido, son diversas las causas que pueden provocar dicha lesión:
accidentes cerebrovasculares, responsables de aproximadamente la mitad de los casos
de afasia; traumatismos; crisis (infecciones, epilepsias, etc.) y tumores, además de los
trastornos neurodegenerativos progresivos, como la enfermedad de Alzheimer (Helm-
Estabrooks y Albert, 2005).
Por último, la afasia de Broca se subdivide en dos tipos en función de la extensión y
la severidad de la lesión: afasia de Broca tipo I, caracterizada por secuelas leves en la
articulación, una recuperación rápida y un agramatismo muy moderado y afasia de
Broca tipo II, en la que la lesión se extiende más allá del área de Broca provocando
secuelas severas y una recuperación lenta (Basso, 2003; González Lázaro y González
Ortuño, 2012).
El presente trabajo se centrará en analizar una clase de sonidos determinados, las
oclusivas sordas en español, realizadas por un hablante con afasia de Broca en
diferentes momentos de su enfermedad: desde que empieza a hablar después de sufrir
un ictus, hasta los dos años de tratamiento logopédico. Por ello, en primer lugar se
caracterizan dichos sonidos a partir de diferentes estudios en los que se han utilizado
1. Estado de la cuestión
4
hablantes del español en condiciones normales, esto es, hablantes sin patologías; para
hacer referencia, después, a estudios en los que se consideran producciones de sujetos
afásicos. Por último, se realiza un breve repaso a los pronósticos de recuperación a lo
largo del tiempo de pacientes con afasia a fin de considerar las posibles mejoras o
deterioros en el habla del paciente sujeto de estudio.
1.1. Las oclusivas sordas en español
Desde un punto de vista articulatorio, las consonantes oclusivas orales sordas se
caracterizan por presentar un cierre en algún lugar del tracto bucal, seguido de una
explosión abrupta que libera el aire contenido por dicha oclusión. De este modo,
Hidalgo Navarro y Quilis Merín (2004) reconocen tres fases diferenciadas en la
articulación de estos sonidos: la implosión, la oclusión y la explosión. En cuanto a la
oclusión, cabe recordar que los articuladores implicados en el cierre pueden ser varios:
los labios /p/, el ápice de la lengua y la cara interna de los incisivos superiores /t/ o el
posdorso de la lengua y el velo del paladar /k/. Asimismo, las cuerdas vocales
permanecen bastante próximas –aunque no cerradas– y sin vibrar, lo que los distingue
de la serie pareja /b, d, g/2.
Los correlatos acústicos de estas tres fases se reflejan en el espectrograma mediante
rápidas transiciones de los formantes de los sonidos anteriores y posteriores, una zona
blanca sin energía que coincide con el cierre de los articuladores y una barra vertical
con concentración de energía a diferentes frecuencias correspondiente a la separación
abrupta de los articuladores, es decir, a la fase de explosión (Quilis, 1981).
En relación con la caracterización y distinción de las oclusivas, Martínez Celdrán y
Fernández Planas (2007) aceptan que las tres fases son pertinentes para su estudio
acústico3. Empezando por la fase de oclusión, es imprescindible considerar varias de las
investigaciones de Martínez Celdrán respecto a los valores de duración del silencio
como elemento pertinente para diferenciar oclusivas tensas y laxas. En un primer
estudio de 1993, el autor analiza la percepción [p], [pp] y [β] en las secuencias [kapa],
[kappa] y [kaβa] y concluye que los valores intermedios de duración de la oclusión son
2 Algunos autores han argumentado que la sonoridad no es un factor distintivo del aspecto sordo-sonoro
en las oclusivas orales y han apostado por otros elementos más prácticos como la duración. Para una
discusión más amplia sobre el tema véase Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007) o Martínez
Celdrán (1993, 1997). 3 A pesar de la importancia de las transiciones en el análisis discriminatorio de las oclusivas, no se
abordará su estudio en el presente trabajo por no atender a los objetivos planteados.
Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
5
de 70 a 140 ms para la labial sorda e inferiores a 70 ms para la sonora. En cuanto a la
geminada, la duración mínima del cierre es de 150 ms pudiendo prolongarse en el
tiempo. Más adelante, en su estudio de 1997, el autor vuelve a obtener intervalos
medios similares (silencio sordas: 75-79 ms; silencio sonoras: 28-31 ms) y destaca la
influencia de la oclusiva en la duración de la nasal precedente: a mayor tensión, menor
duración de la nasal. Por su parte, Villamizar (2002) indica que la duración de la fase de
silencio del español de Venezuela en cada una de las realizaciones sordas tras nasal es
menor que en español peninsular ([p]= 46,51 ms; [t]= 44,7 ms; [k]= 46,96 ms), aunque
guarda las diferencias cuantitativas que establece Martínez Celdrán entre tensas y laxas.
Se entiende, pues, que /p, t, k/, frente a /b, d, g/, poseen los valores más largos de
duración de las fases de cierre de los articuladores.
En cuanto a la fase de explosión, cabe decir que muchos estudios han considerado el
VOT (Voice Onset Time) en español –definido como «la duración del tiempo que media
entre la barra de explosión y el comienzo de los pulsos glotales» (Martínez Celdrán y
Fernández Planas, 2007, p. 66)– como índice capaz de evaluar la sonoridad de los
segmentos oclusivos (Castañeda Vicente, 1986) o de distinguir su lugar de articulación
(Asensi et al., 1997; Castañeda Vicente, 1986; Martínez Celdrán y Fernández Planas,
2007; Villamizar, 2002; entre otros). Atendiendo a los resultados de todos los autores
recogidos en la Tabla 1, se observa que el VOT aumenta sus valores a la vez que se
atrasa el punto de articulación (PA).
Autores Posición [p] [t] [k]
Asensi et al. (1997) Inicial absoluta e intervocálica 14,7 20,2 35,4
Castañeda Vicente (1986) Inicial absoluta 6,5 10,4 25,7
Martínez Celdrán y
Fernández Planas (2007) (no especificado) 14 20 35
Villamizar (2002) Después de nasal 17,54 20,77 32,46
Inicial absoluta 17,43 19,22 32,24 Tabla 1. Valores medios de duración en ms del VOT de [p, t, k] de acuerdo con su posición segmental y
según los resultados de diferentes estudios para el español.
También se destaca que Asensi et al. (1997) advierten que el sexo de los hablantes tiene
una influencia sobre la duración. Así, la voz femenina muestra unos valores de duración
de VOT más altos que la voz masculina. Sin embargo, ni estos autores ni Villamizar
(2002) encuentran que la distribución de los sonidos o su contexto segmental altere los
valores de duración del VOT. A pesar de ello, Castañeda Vicente (1986) observa en sus
datos cierta influencia tanto del timbre de la vocal siguiente como del acento: los
1. Estado de la cuestión
6
valores de VOT se elevan si la sílaba en la que se encuentra la oclusiva es átona y si le
sigue una vocal posterior (cuanto más posterior sea la vocal, más altos serán los valores
de VOT).
Otra cuestión que debería considerarse es cómo la velocidad de elocución afecta a
la duración del VOT. Miller et al. (1986) estudiaron la producción de las secuencias
/bi/-/pi/ a diferentes velocidades para el inglés (rápida= 100-300 ms; media= 300-500
ms; lenta= 500-700 ms) y concluyeron que, naturalmente, a medida que disminuye la
velocidad de elocución, aumenta tanto la duración silábica como el valor de VOT, sobre
todo del segmento sordo /pi/.
Finalmente y respecto a la relación con la sonoridad, Castañeda Vicente (1986)
argumenta que los índices de polaridad del VOT serán bien positivos bien negativos en
función del momento en el que empieza la barra de sonoridad: si se inicia antes de la
explosión, el segmento será sonoro y, por lo tanto, los valores del VOT serán negativos;
mientras que si se inicia después, la realización será sorda y los valores positivos.
En cuanto a la duración total de los segmentos, se entiende que el hecho de que el
silencio de las oclusivas sordas sea el más duradero implica, consecuentemente, que su
duración consonántica será también la mayor. Esta premisa ha quedado suficientemente
demostrada en Gibson et al. (2015), cuyos resultados a inicio de palabra son de 89 ms
para las oclusivas sordas y de 69 ms para las sonoras, o en Villamizar (2002) quien, en
ataque silábico tras nasal, obtiene 52,35 ms para las sordas y 30,34 ms para las sonoras.
De forma parecida, tanto los trabajos de Gibson et al. como los de Villamizar
subrayan una ligera influencia del punto de articulación en la duración segmental de
cada consonante: cuanto más posterior es el PA, mayor duración de la consonante. El
trabajo de Gibson et al., que únicamente estudia las realizaciones labiales y velares,
documenta una media situada entre los 85-90 ms para las primeras y entre los 100-105
ms para las segundas4; mientras que el de Villamizar muestra valores de duración de los
segmentos tras nasal de 48,72 ms para [p], 52,38 ms para [t] y de 55,97 ms para [k].
En lo referido a los valores de las oclusivas sordas en habla espontánea, Machuca
(1997) encuentra unos valores similares a los presentados anteriormente para el habla de
4 Dado que Gibson et al. (2015) no presentan datos exactos para las duraciones de [p] y [k], sino un
gráfico espaciado con 10 ms, se han delimitado los intervalos a 5 ms de manera aproximada con el
objetivo de precisar los datos extraídos. Así pues, se entiende que los valores medios exactos se
encuentran entre los intervalos proporcionados.
Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
7
laboratorio. Según sus resultados, los valores medios de duración del VOT de las
oclusivas sordas en cuatro informantes son de 12,63 ms para [p], 18,47 ms para [t] y
27,69 ms para [k].
En cuanto a la duración segmental, sus resultados también se acercan a los ya
comentados para el habla de laboratorio, aunque en este caso se destaca la influencia
regular del contexto precedente en la duración total de la consonante. Tal y como se
observa en la Tabla 2, hay una «reducción en la duración de la oclusiva sorda cuando
esta aparece precedida de una nasal, y un alargamiento cuando el contexto precedente es
una obstruyente o una fricativa» (p. 148). Sin embargo, no se observan diferencias
significativas en los valores de duración según los diferentes puntos de articulación. De
la misma manera, sus resultados señalan que la complejidad de la rima no tiene una
influencia en la duración consonántica, aunque sí en la de la sílaba.
Contexto precedente [p] [t] [k]
Nasal 56,25 56 60,25
Líquida 75,25 72,5 70
Fricativa 75,5 72,75 73
Obstruyente 63 90,25 90
Vocal 71,25 68,25 67,75 Tabla 2. Valores medios de duración consonántica en ms de [p, t, k] en función del contexto
precedente y de acuerdo con los resultados extraídos de Machuca (1997, Anexos, pp. 1, 23, 43,
63).
Con todo, la autora concluye que puede establecerse una correspondencia entre sus
resultados para el habla espontánea y los indicios acústicos que diferencian punto y
modo de articulación propuestos para el habla de laboratorio.
En último lugar y en relación con la distribución de /p, t, k/, algunos autores coinciden
en que su realización es explosiva [p, t, k] cuando se encuentran en posición prenuclear
(Quilis, 1981; Hidalgo Navarro y Quilis Merín, 2004) mientras que, en posición
postnuclear la producción varía considerablemente. No obstante, en su estudio Machuca
(1997) indica que en ataque silábico estos sonidos no solo se realizan de forma
mantenida –esto es, guardando la correspondencia con los fonemas /p, t, k/– sino que
también pueden presentar debilitamiento, lo que resulta en una producción sonora,
aproximante o fricativa. Según sus resultados, la realización tiende a ser sonora cuando
los sonidos están en posición intervocálica o precedidos por una nasal, aproximante
cuando se encuentran entre vocales y fricativa cuando siguen una consonante fricativa
velar o cuando son simplemente velares, sin la necesidad de encontrarse en un contexto
1. Estado de la cuestión
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fricativo. En cuanto a la duración consonántica y los valores del VOT de los sonidos
debilitados, la autora observa una reducción respecto a la realización sorda que procede
de un proceso de mantenimiento, aunque se siguen observando unos valores superiores
a la de las realizaciones sonoras que proceden de fonemas sonoros y, por lo tanto, de un
proceso de mantenimiento.
1.2. Las oclusivas sordas en hablantes con afasia de Broca
Tal y como se ha comentado con anterioridad, los errores en la producción del habla
para un hablante con afasia pueden tener un carácter tanto fonológico, como fonético.
Por este motivo, la afasiología ha puesto gran empeño en estudiar qué tipo de errores
están más o menos presentes de acuerdo con el tipo de lesión y trastorno que presenta el
hablante. Según Blumstein (1998), mientras que las parafasias del tipo fonológico
aparecen en la mayoría de las afasias, especialmente en las fluentes, aquellas de carácter
fonético están más extendidas en las afasias anteriores, en las que hay más dificultad
para ejecutar la articulación de sonidos de forma coordinada y fluida. En este sentido, a
lo largo de los años una manera de determinar con precisión el tipo de deficiencia–
fonética o fonológica– propia de cada afasia ha sido mediante el estudio del VOT en los
segmentos oclusivos, dada la dificultad de producir sonoridad a la vez que se mantiene
el cierre de los articuladores en la cavidad oral.
En primer lugar, como ya se ha visto, en condiciones normales el VOT de las
oclusivas presenta valores positivos o negativos con una mínima superposición según si
el segmento es sordo o sonoro. Los errores fonéticos se caracterizarán por presentar
valores fuera de lo esperado o aceptable, aunque sin alcanzar los niveles de la categoría
opuesta (Blumstein et al., 1980). Así pues, numerosos estudios han cerciorado la
presencia de errores fonéticos en pacientes ingleses con afasia de Broca manifestados en
superposiciones de los valores sordos y sonoros (Baum et al., 1990; Blumstein et al.,
1980; Tuller, 1984). Esto mismo también se observó en otras lenguas como el tailandés,
el turco o el taiwanés (Tsiara, 2019), además de para los pacientes con apraxia del habla
(Basilakos, 2018). No obstante, es importante apuntar que esto no implica que ambas
categorías se hayan unido o combinado a nivel fonológico, tal y como demuestra Tuller,
sino que simplemente ratifica la presencia de grandes deficiencias de coordinación a
nivel motriz.
Aun así, esta superposición no parece darse en todas las lenguas. Tras estudiar el
VOT en las producciones de afasia no fluentes en griego, Tsiara (2019) encuentra solo
Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
9
una mínima superposición en la realización oclusiva labial y ninguna en la coronal o en
la velar. De forma similar, un estudio relativamente reciente de Marczyk (2015) para el
español tampoco encuentra superposición de los valores del VOT para estas mismas
afasias, sino que los parámetros se mueven alrededor de franjas positivas o negativas
según si la producción es sorda o sonora, tal y como se espera en condiciones normales.
Algo que también se menciona en el trabajo de Marczyk (2015), al igual que en todos
los autores citados anteriormente, es un aumento en la duración del VOT en las
producciones afásicas, sobre todo, en las realizaciones sordas. Blumstein et al. (1980)
indican que, a pesar de hallar un incremento en la duración, el valor del VOT de las
realizaciones sordas en afasia de Broca no supera los 150 ms, parámetro que las
distingue de aquellas propias de las disartrias, i.e. trastornos del lenguaje que resultan de
lesiones en los articuladores (Blumstein, 1998). En lo referido a las realizaciones en
español, Marczyk registra una diferencia de unos 5,6 ms aproximadamente entre las
producciones del grupo de control y el grupo de Broca. Según sus datos, en contexto
inicial absoluto, el VOT medio de las oclusivas sordas se eleva a 10,91 ms para el grupo
de control y a 15,04 ms para el de Broca, mientras que en ataque silábico acentuado el
primer grupo obtiene 11,88 ms de media y el segundo aumenta a 19,04 ms.
Considerando, ahora, los diferentes puntos de articulación, Marczyk y Machuca
(2018) analizan los parámetros temporales de obstruyentes intervocálicas en hablantes
españoles con afasia de Broca y apraxia del habla. Tal y como sucede en los estudios ya
citados, las autoras documentan valores medios de duración del VOT ligeramente más
elevados para los hablantes con la patología que para el grupo de control: patología,
[p]= 15 ms; [t]= 19 ms; [k]= 37 ms vs. control, [p]= 12 ms; [t]= 20 ms; [k]= 30 ms.
Por su parte, Baum y Ryan (1993) estudiaron cómo dicho aumento puede verse
afectado por varianzas en la velocidad de elocución y concluyeron que los valores del
VOT para cada segmento aumentaban a medida que disminuía la velocidad, siendo las
realizaciones sordas y velares las que presentaban mayores duraciones. Además,
también advirtieron que los errores fonéticos en afasia de Broca suelen agravarse a
velocidades más rápidas y que dichos hablantes son capaces de modificar su velocidad
de elocución, aunque en menor grado que en condiciones normales.
El hecho de que los valores de duración del VOT aumenten en los hablantes afásicos
comporta que la duración segmental también se incremente. En este caso, los resultados
de Marczyk y Machuca (2018) confirman que las oclusivas sordas son las que presentan
1. Estado de la cuestión
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las duraciones más largas en los pacientes con patología, con una media de 200 ms para
las sordas y de 144 ms para las sonoras. Aún más, Marczyk (2015) observa que son los
pacientes con afasia de Broca los que presentan los datos más elevados (con una media
de 109,20 ms para las sordas entre segmentos sonantes y de 120,41 ms en ataque
silábico), frente a los grupos con afasia de conducción (71,80 ms y 84,13 ms) y los de
control (105,17 ms y 98,9 ms). Cabe mencionar que la autora únicamente encuentra
significativos aspectos de la metodología utilizada como factores influyentes en la
duración segmental: las oclusivas tienden a ser más largas en las tareas de lectura que en
las de repetición, tal y como certificaron Williams y Seaver (1986) para el habla
espontánea en su estudio sobre la duración de consonantes y vocales en diferentes tipos
de afasia: «although the spontaneous speech of Broca’s aphasics is typically perceived
as labored, such is not always the case for single-word productions» (pp. 178-179).
Por último, en cuanto a la distribución de errores, la mayoría de los autores coincide en
que los hablantes con afasia de Broca tienden a presentar un mayor número de fallos en
los ataques silábicos, sobre todo en posición inicial absoluta, como consecuencia de su
dificultad para iniciar el discurso (Marczyk, 2015; Tuller, 1984), al igual que de una
tensión articulatoria inadecuada (Marczyk y Baqué, 2015). Según estas mismas autoras,
el tipo de errores más comunes observados en dicha posición son las sustituciones
segmentales, representando más del 50% de los casos documentados, seguidas de
elisiones, distorsiones, sustituciones contextuales y adiciones. En cuanto a las
sustituciones, destacan especialmente los casos de ensordecimiento de las oclusivas
sonoras en contraposición a las sonorizaciones y espirantizaciones, que parecen ser
menos comunes. Esto también se corrobora en el estudio de Marczyk (2015). En primer
lugar, indica que las probabilidades de que se dé un error asociado a la sonoridad son de
un 2,5% y solo un 0,2% de los casos serán, probablemente, ejemplos de sonorización.
Aun así, la autora indica que la mayoría de los errores en los pocos casos advertidos se
dan en posición inicial. Del mismo modo, para las sustituciones de modo de
articulación, documenta 89/260 (34,2%) casos de espirantizaciones de oclusivas y
apunta que la probabilidad de encontrar este tipo de errores disminuye
considerablemente al 1,9% frente al 10% de las oclusivizaciones.
Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
11
1.3. Patrones de mejora en pacientes con afasia
Para poder hacer un seguimiento del habla de pacientes con afasia, es necesario
considerar los patrones de mejora que suelen presentar dichos hablantes en función del
tiempo y tratamiento recibido. En primer lugar, se suele hablar de varios factores que
influyen en los pronósticos de recuperación de los pacientes, aunque en la mayoría de
los casos es difícil establecer una pauta clara. Según González Lázaro y González
Ortuño (2012), son cuatro las categorías que recogen las variables que pueden afectar al
ritmo y a la evolución del paciente: el daño cerebral, los antecedentes personales, el
entorno y aspecto emocional y la rehabilitación lingüística. Sin embargo, el grado en el
que cada factor puede afectar a la recuperación de la afasia es motivo de discusión en la
bibliografía (véase, por ejemplo, Basso, 2003).
En segundo lugar, se ha comprobado que iniciar la terapia logopédica durante el
periodo de recuperación espontánea puede tener efectos beneficiosos en la recuperación
del paciente, pues es en estos primeros 2-6 meses desde que se inicia el trastorno cuando
se produce gran parte de la mejora de la afasia (Basso, 2003). Tal y como apunta Taylor
Sarno (1998), la mayoría de las investigaciones documentan progresos significativos en
aquellos pacientes que, tras su ACV, empiezan tratamiento durante este periodo con
mejoras que pueden continuar hasta los doce meses desde el inicio del trastorno.
Opuestamente, pueden observarse efectos perjudiciales en caso de que el tiempo desde
el accidente hasta el principio de la terapia se extienda demasiado, i.e. se espera que
solo un 5% de dichos pacientes presenten mejoras significativas (Basso et al., 1979).
Es por ello que González Lázaro y González Ortuño (2012), Papathanasiou et al.
(2017) y Basso (2003) defienden la importancia y validez de la terapia en el tratamiento
de la afasia e incluso se afirma que, frente a la afasia no tratada, cualquier tipo de
terapia –profesional o no profesional– es más eficaz. En estos casos, la frecuencia e
intensidad de dicha terapia parece ser un factor decisivo para la recuperación: a mayor
tiempo e intensidad, mayor pronóstico de mejora (Worrall et al., 2017). A pesar de ello,
todavía no es posible fijar la cantidad óptima de sesiones, por lo que siempre deben
establecerse según las necesidades y particularidades de cada paciente. En este sentido,
destaca el estudio de Basso et al. (1979) en el que se documentan 281 casos que, aun
habiendo iniciado el tratamiento tras el periodo de recuperación espontánea, mejoraron
sus capacidades lingüísticas en mayor o menor grado con una terapia de entre tres a
cinco sesiones por semana durante al menos seis meses. De acuerdo con sus resultados,
el 59% de los pacientes con afasia no fluente moderada mejoraron sus habilidades para
1. Estado de la cuestión
12
expresarse oralmente, mientras que solo el 13% de los pacientes no fluentes severos
pudieron recuperarse a este nivel. Con todo, los autores demuestran los beneficios de la
terapia en las afasias, aunque también destacan los efectos negativos de la severidad del
trastorno y del tiempo transcurrido desde que este se produce hasta que se inicia el
tratamiento, tal y como se ha comentado anteriormente.
Relacionado con esto, los datos de Basso et al. (1979) revelan que los pronósticos
de mejora para la expresión oral suelen ser peores que para la compresión, aspecto al
que también apuntan Taylor Sarno (1998) y Basso (1992). En una investigación con tres
grupos de sujetos con afasia por ACV (fluentes, no fluentes y mixtos), Prins et al.
(1978) confirmaron que, efectivamente, los mayores índices de mejora a lo largo de
doce meses se dieron en las actividades de comprensión frente a las de habla
espontánea. Además, los análisis de articulación y parafasias fonémicas revelaron que la
evolución media de los tres grupos fue mínima y no significativa e incluso se observó
un empeoramiento en las funciones de preservación de fonemas.
2. Metodología
A continuación, se explicará el diseño experimental llevado a cabo en este trabajo. Al
ser un estudio longitudinal, solo se ha grabado a un paciente en diferentes fases de su
enfermedad.
2.1. Sujeto de estudio
El presente estudio se basa en las producciones de un hablante de 44 años de edad,
nativo de español, diagnosticado con afasia de Broca severa y apraxia del habla tras
sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) en enero de 2017. Según la exploración
sintomática inicial registrada en el informe logopédico (véase Anexo 1), el hablante
presentaba alteraciones en el lenguaje oral, carecía de fluidez y basaba sus respuestas en
los monosílabos sí/no. La comunicación más eficiente se producía mediante la escritura.
Inmediatamente después del ACV, el hablante inició tratamiento logopédico con
una frecuencia de dos horas a la semana hasta la actualidad, tres años después de
haberse producido el derrame cerebral. En enero de 2018, después de doce meses de
tratamiento, se observó una reducción en los síntomas afásicos iniciales basada en una
mejora de la comunicación oral y de la capacidad de crear y estructurar un discurso.
Aun así, los agramatismos y las parafasias fonéticas seguían presentes, por esta razón se
continuó con el tratamiento logopédico.
Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
13
2.2. Grabaciones y corpus
Para poder hacer el estudio longitudinal se realizaron tres sesiones de grabaciones
correspondientes a momentos diferentes del tratamiento en la sala anecoica del Servei
de Tractament de la Parla de la Universitat Autònoma de Barcelona: la primera tuvo
lugar en junio de 2017, cinco meses después de que el hablante padeciera el ictus e
iniciara el tratamiento; la segunda se grabó en febrero de 2018, después de trece meses
de terapia; y la tercera, en octubre de 2018, después de veintidós meses. El periodo entre
grabaciones fue de ocho meses desde la primera a la segunda y de nueve desde la
segunda a la última. En cada sesión se realizaron diferentes tareas de producción oral:
descripción de láminas, lectura, repetición de palabras aisladas y conversación entre
investigador y paciente sobre temas cotidianos durante aproximadamente 45 minutos.
En lo que concierne al presente trabajo, únicamente se han tenido en cuenta las
tareas de conversación, dados los objetivos establecidos. En concreto, el análisis se ha
centrado en la duración de las consonantes oclusivas sordas en ataques silábicos
simples. No se han considerado los ataques complejos porque los errores en la
producción de grupos consonánticos para este tipo de pacientes son de otro tipo. Se han
descartado los segmentos léxicos en los que el hablante titubea o tartamudea, así como
aquellos donde hay superposición en las voces de los interlocutores. Con todo, se ha
obtenido un total de 726 registros. Cabe decir que ni la duración consonántica ni la
duración de la fase de silencio se han podido analizar en 148 oclusivas, ya que aparecían
precedidas por pausa y es imposible delimitar esta fase en ausencia de un contexto
precedente. Asimismo, en el estudio de la duración del silencio también se han
descartado 7 casos de oclusivas fricativizadas5 y 4 que presentaban silencios audibles
con sucesivas explosiones. Así pues, la duración total de las consonantes se ha
analizado en 578 casos y la de la fase de silencio en 567. En cuanto al VOT, el número
total ha sido de 719, puesto que también se han descartado las 7 oclusivas fricativizadas
presentes en los 726 registros iniciales6. Por último, se ha observado que el número de
casos de la primera sesión es ligeramente menor al del resto. Esto resulta, simplemente,
de los minutos dedicados a cada conversación, siendo la primera la más corta de las tres,
seguida de la tercera y, por último, de la segunda, que fue la más larga.
5 Se han encontrado siete oclusivas con ruido de fricción en las que ni la fase de silencio ni la de
explosión estaban presentes. Por ello, estas oclusivas solo se han tenido en cuenta en el análisis de la
duración total de las consonantes y se han descartado del estudio de la fase de silencio y del VOT. 6 Véase Anexo 2 para una muestra más detallada del número de casos en función de las sesiones, el punto
de articulación de las oclusivas y los parámetros de duración.
2. Metodología
14
2.3. Procedimiento de análisis fonético y estadístico
La segmentación de las muestras de habla se ha realizado mediante el programa de
análisis del habla Praat (Boersma y Weenink, 2019). Los parámetros etiquetados en la
señal han sido los de la sonoridad de la consonante, el contexto precedente y el punto de
articulación. El etiquetado se ha organizado en tres tiras en las que se ha marcado el
punto de articulación de la oclusiva (Tira «phones»), el contexto precedente y la
sonoridad (Tira «oclusivas») y la fase de silencio y el VOT (Tira «parámetros»). En esta
última tira también se han marcado aquellas oclusivas que presentaban fricción o breves
oclusiones sucesivas en la fase de silencio. Este etiquetado se ilustra en la Figura 1 con
la segmentación de una oclusiva velar sonorizada.
Una vez etiquetado el corpus, se ha procedido a extraer los datos de duración
mediante un script que permite llevar a cabo esta tarea de forma automática. De cada
tira, se han extraído los parámetros de duración total de la consonante, duración de la
fase de silencio y duración del VOT. Como puede apreciarse en la Figura 1, la duración
consonántica se ha medido desde el inicio de la zona blanca sin energía correspondiente
al cierre de los articuladores, hasta el inicio de los pulsos glotales de la vocal siguiente.
La fase de silencio se ha marcado desde el principio hasta el final de esta zona sin
resonancias y, por último, la medición del VOT comprende desde el inicio de la fase de
explosión hasta el inicio de los pulsos glotales de la vocal que sigue.
En cuanto a los parámetros de sonoridad, se ha considerado que la oclusiva estaba
sonorizada cuando se ha observado una prolongación continuada de la curva melódica
Figura 1. Segmentación de la oclusiva velar sonorizada en ataque silábico simple de la palabra explicarle.
Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
15
por todo el segmento oclusivo llegando hasta la vocal siguiente (véase Figura 1). En
caso contrario, habiendo ausencia de estas variaciones del f0 en algún punto del
segmento, se ha concluido que la oclusiva era sorda y que, por lo tanto, se había
mantenido.
Por último, se han detectado variaciones en el modo de articulación cuando la
consonante oclusiva había perdido sus características acústicas propias y se producía
con ruido de fricción. Tales ejemplos se han considerado fricativizaciones en los que
únicamente se ha podido analizar la duración consonántica.
En cuanto a las variables de análisis, se ha considerado, por un lado, la
categorización fonética de estas consonantes a partir de las características acústicas
observadas en el espectrograma y, por otro lado, los valores de duración en función del
punto de articulación, el contexto precedente, los procesos de mantenimiento o
debilitamiento de la sonoridad y la sesión.
Una vez extraídos los datos de duración, se han realizado una serie de test ANOVA con
el programa RStudio (RStudio Team, 2015) a fin de analizar los valores de
probabilidad, medias y varianzas de las variables consideradas. En este caso, se ha
estudiado el grado de influencia de las variables independientes (i.e. el contexto
precedente, el punto de articulación, el proceso y el número de sesión) sobre las tres
variables dependientes estudiadas (duración de la consonante, de la fase de silencio y
del VOT). Así, el análisis estadístico se ha estructurado en cuatro grupos diferenciados
en función de las variables independientes especificadas. Finalmente, se ha llevado a
cabo una prueba de chi-cuadrado de Pearson (ꭓ2) para detectar la relación entre tres de
las variables categóricas independientes (número de sesión, proceso y punto de
articulación).
2.4. Hipótesis
A partir de la información presentada en el estado de la cuestión se plantean las
siguientes hipótesis de trabajo:
(a) Se espera un descenso en los valores de duración de la oclusiva, de la fase de
silencio y del VOT desde la primera muestra de habla hasta la última, i.e. cuantos más
meses de tratamiento logopédico, más bajos serán los valores de duración y menor
diferencia respecto a los valores de habla normal. Eso significaría una mejora en la
expresión oral del hablante desde la primera sesión hasta la última.
2. Metodología
16
(b) El mayor índice de errores (sonorizaciones y fricativizaciones) se encontrará en la
primera grabación e irá en descenso a medida que el hablante avance en su tratamiento.
Aun así, no se espera encontrar un alto porcentaje de sonorizaciones en ninguna de las
grabaciones dada la dificultad en estos hablantes para producir realizaciones sonoras.
(c) Se prevé que el contexto precedente afecte a la duración total de las consonantes,
siendo aquellas precedidas por segmentos nasales las que menor duración tengan, frente
a las precedidas por obstruyentes, que tendrán los valores más altos.
(d) Los valores de duración consonántica y del VOT dependerán del punto de
articulación y del hecho de que se den procesos de mantenimiento o de debilitamiento
de la sonoridad, de acuerdo con lo que se indica en la bibliografía consultada. Por
extensión, se espera que la duración de la fase de silencio sea menor en aquellas
realizaciones debilitadas frente a la de las que se han mantenido como sordas.
3. Resultados
A continuación, se presentan los resultados de los valores de duración en función de la
sesión, el contexto precedente, el punto de articulación y el proceso siguiendo las
hipótesis de trabajo presentadas. También se comenta el porcentaje de errores por sesión
de acuerdo con la hipótesis (b).
3.1. Hipótesis (a): valores de duración según la sesión
Duración consonántica
Los valores medios y desviaciones de la duración consonántica considerando la sesión y
el punto de articulación se presentan en la Tabla 3. Se observa una disminución
progresiva de los valores medios de duración desde la primera sesión a la última tanto
para la realización bilabial como para la dental. La oclusiva velar, en cambio, sufre un
ligero aumento de los valores de la primera a la segunda sesión y una disminución de la
segunda a la tercera. Además, aunque se advierte una influencia significativa de la
sesión en la duración de las oclusivas (F(2, 576)= 8,817, p < 0,05), las diferencias
relevantes solo se aprecian para la realización bilabial entre la primera y la tercera
sesión (F(4, 574)= 3,017, p < 0,05) y entre la segunda y la tercera (F(4, 574)= 3,017, p <
0,05). Para la realización dental y velar, las diferencias de valores entre las tres sesiones
no son significativas (p > 0,05).
Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
17
[p] [t] [k]
media sd media sd media sd
Sesión 1 144,2 68,5 103,1 46 98,4 31,2
Sesión 2 129,6 45,6 102,5 34,5 113,5 40,5
Sesión 3 105,5 38,5 91 34,6 100,6 33,4
Tabla 3. Valores medios y desviaciones en ms de la duración consonántica en función del punto de
articulación y la sesión analizada.
Duración de la fase de silencio
Los resultados de duración de la fase de silencio recogidos en la Tabla 4 muestran un
descenso muy significativo en los valores de [p] desde la primera sesión a la tercera
(F(4, 563)= 3,217, p < 0,05). En cuanto a [t] y [k], se observa un leve aumento (p >
0,05) de sus valores entre la primera y la segunda sesión, así como un descenso no
significativo (p > 0,05) entre la segunda y la tercera. De nuevo, la oclusiva bilabial es la
única en la que se advierten valores con diferencias relevantes.
[p] [t] [k]
media sd media sd media sd
Sesión 1 131 67,6 79,5 43,8 70,4 27,9
Sesión 2 111 40,8 79,7 35,9 83,2 38,7
Sesión 3 90,4 38,5 67,4 34,5 70,4 30,6 Tabla 4. Valores medios y desviaciones en ms de la duración de la fase de silencio en función del punto
de articulación y la sesión analizada.
Duración del VOT
En relación con la duración del VOT, no se han encontrado diferencias significativas
entre las tres sesiones en los diferentes puntos de articulación (F(4, 715)= 1,251, p >
0,05). Esto es, el VOT de [p], [t] y [k] mantiene sus valores a lo largo de las tres
sesiones, tal y como muestra la Tabla 5.
[p] [t] [k]
media sd media sd media sd
Sesión 1 15,5 6,4 23,1 14,8 32,2 10,5
Sesión 2 18,9 9,5 23,3 8,3 31,9 10,1
Sesión 3 16 6 24,4 12 31,4 10 Tabla 5. Valores medios y desviaciones en ms de la duración del VOT en función del punto de
articulación y la sesión analizada.
3.2. Hipótesis (b): errores de sonorización y fricativización según la sesión
Los resultados obtenidos muestran que el índice total de sonorizaciones ha sido del
18,3%. En cuanto a su distribución a lo largo de las sesiones, se advierte una diferencia
significativa entre la primera y la segunda sesión (p < 0,05), siendo la primera la que
3. Resultados
18
presenta el mayor número de sonorizaciones (39,4%) y la segunda el menor (12,3%). En
cuanto a la tercera, hay un ligero aumento (p > 0,05) del 2,8% respecto a la segunda
sesión, aunque el porcentaje sigue siendo significativamente menor (p < 0,05) al
observado en la primera. En general, el porcentaje de sonorizaciones para cada una de
las oclusivas en las tres sesiones sigue la tendencia que se acaba de explicar, sin
diferencias destacables entre ellas (Figura 2).
Por otro lado, el índice total de fricativizaciones es del 1,21% y únicamente para la
oclusiva dental. Su distribución entre las tres sesiones es bastante similar a la observada
para los errores de sonorización: en la primera sesión el porcentaje ha sido del 1,9%, en
la segunda del 0,8% y en la tercera del 1,2%. Igualmente, se destaca que en un 71,4% de
los casos en los que el hablante ha producido ruido de fricción, la oclusiva aparecía
precedida por una consonante fricativa. En el resto, ocupaba una posición postvocálica.
Por último, se han observado casos con breves explosiones sucesivas en las fases de
silencio de [t]. Sin embargo, este tipo de realizaciones solo se han dado en la primera
sesión y no superan el 0,7% del total de casos analizados.
3.3. Hipótesis (c): valores de duración según el contexto precedente
Duración consonántica
En la Figura 3 se muestran los valores medios de la duración de las consonantes y sus
desviaciones en función del contexto precedente. Se observa que tanto la realización
bilabial como la dental tienen una duración significativamente menor cuando están
precedidas por una consonante nasal en comparación a cuando se sitúan tras una vocal
(F(8, 570)= 1,715, p < 0,05). No obstante, no se observan variaciones relevantes en la
duración de ambas oclusivas al compararse el contexto nasal con el resto de los
contextos consonánticos (F(8, 570)= 1,715, p > 0,05). En el caso de [k], los resultados
0,00%
25,00%
50,00%
75,00%
100,00%
[p] [t] [k] [p] [t] [k] [p] [t] [k]
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3
Mantenimiento Sonorización
Figura 2. Porcentaje de casos de mantenimiento y sonorización según el punto
de articulación y la sesión analizada.
Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
19
muestran que el contexto vibrante –que no nasal– influye en una menor duración de la
oclusiva cuando se compara con los valores obtenidos en posición postvocálica (F(8,
570)= 1,715, p < 0,05). Por último, se observa que la duración de [p] y de [t] alcanza los
valores más altos después de una vocal, aunque la diferencia no es significativa (p >
0,05). Por su parte, [k] presenta las duraciones más largas cuando se encuentra tras una
consonante lateral. A pesar de ello, los valores tampoco son significativos (p > 0,05).
3.4. Hipótesis (d): valores de duración según el punto de articulación y el proceso
Duración consonántica
En primer lugar, se observa una influencia del punto de articulación en la duración total
de las oclusivas (F(2, 576)= 16,84, p < 0,05), siendo la bilabial la que presenta los
valores más altos y la dental los más bajos: [p], M= 123,2 ms; SD= 50,4 > [k], M= 105
ms; SD= 36,3 > [t], M= 98,1 ms; SD= 37,1. No obstante, los resultados de duración en
cada una de las sesiones recogidos en la Tabla 3 muestran que solo hay diferencias
significativas (F(4, 574)= 3,017, p < 0,05) entre los valores de [p] y de [t] en las dos
primeras sesiones y entre los de [p] y de [k] en la primera. En la tercera sesión, en
cambio, los valores de duración entre las tres oclusivas se aproximan de forma
considerable (p > 0,05), a pesar de seguir manteniendo el esquema [p] > [k] > [t].
En segundo lugar, se advierte una clara interrelación del proceso y la duración de la
consonante (F(1, 577)= 17,66, p < 0,05). En total, la duración media de las oclusivas
sordas en un proceso de mantenimiento es de 110,1 ms, mientras que aquellas que se
han sonorizado alcanzan los 91,6 ms de media. La Figura 4 muestra que las diferencias
en la duración de las consonantes según el proceso se mantienen en las tres
realizaciones y en todas las sesiones. A pesar de ello, solo la bilabial en la primera
12
1,9
28
,9
89
,2
39
,2
10
4,4
30
,3
12
3,9
40
,8
93
,9
37
,7
13
0,8
55
,3
96
,9
34
86
,9
32
,8
10
3,3
34
,2
11
8,3
58
10
4,8
28
,9
81
,3
19
,6
13
0,1
55
,2
11
2,5
35
,7
11
0,8
37
,4
0
50
100
150
media sd media sd media sd
[p] [t] [k]
Fricativa Lateral Nasal Vibrante Vocal
Figura 3. Valores medios y desviaciones en ms de la duración consonántica en función del punto de
articulación y el contexto precedente.
3. Resultados
20
sesión presenta unos valores significativos (F(4, 574)= 1,009, p < 0,05). En el resto de
oclusivas y sesiones, los valores de cada proceso tienden a aproximarse (p > 0,05), a
pesar de que las producciones que se han mantenido como sordas siguen presentando
valores más altos que las sonorizadas.
Duración de la fase de silencio
En cuanto a la duración del silencio en función del punto de articulación, la Tabla 4
muestra una diferencia notable de los valores de [p] frente a los de [t] y [k] en todas las
sesiones (F(4, 563)= 3,217, p < 0,05): [p] es la realización que presenta las duraciones
más largas de la fase de silencio. Por otro lado, los valores de [t] y de [k] en las tres
muestras de voz grabadas son casi equivalentes (p > 0,05), por lo que no parece que la
duración del silencio sea un factor que distinga estas dos consonantes. Los valores
medios obtenidos para cada una de las consonantes son de 107 ms para [p], de 74,8 ms
para [t] y de 75,1 ms para [k].
Considerando la influencia del proceso, los resultados de duración del silencio son
equivalentes a aquellos vistos para la duración consonántica. Por un lado, se reconoce
una interacción del proceso en los valores de duración (F(1, 566)= 12,34, p < 0,05),
siendo las consonantes que se mantienen como sordas las que presentan fases de
silencio más largas frente a las sonorizadas: mantenimiento, M= 85,7 ms; SD= 43,9 vs.
sonorización, M= 70,0 ms; SD= 23,2. Por otro lado, se observa que los valores
significativos (F(4, 563)= 1,223, p < 0,05) únicamente se dan en la oclusiva bilabial en
la primera sesión, mientras que en el resto de sesiones y oclusivas, las diferencias son
mínimas (p > 0,05). A pesar de ello, se sigue observando el esquema duración
mantenimiento > duración sonorización.
16
5
10
8,9
11
5,8
84
,9 10
0,6
95
13
3,8
10
6,1
10
5,9
80
,6 11
5,2
96
,1
11
0
90
,4
91
,7
85
,5 10
2,7
87
,7
0
50
100
150
200
Mantenimiento Sonorización Mantenimiento Sonorización Mantenimiento Sonorización
[p] [t] [k]
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3
Figura 4. Valores medios en ms de la duración consonántica en función del proceso observado, el punto
de articulación y la sesión.
Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
21
Duración del VOT
Según los datos extraídos, el punto de articulación (PA) ejerce una influencia clara en la
duración del VOT (F(2, 717)= 135,4, p < 0,05): la bilabial es la que presenta los valores
más bajos (M= 17,1 ms; SD= 7,8), seguida de la dental (M= 23,7 ms; SD= 11,0) y de la
velar (M= 31,8 ms; SD= 10,1). Las variaciones en la duración del VOT según el PA se
han observado en las tres sesiones con valores significativamente diferenciados en todos
los casos (F(4, 715)= 1,251, p < 0,05). El esquema [p] < [t] < [k], presente en todas las
sesiones, puede observarse en la Tabla 5.
En relación al proceso, la Figura 5 muestra que la duración del VOT de las
oclusivas que se mantienen como sordas es mayor que el de las sonorizadas (F(1, 718)=
4,869, p < 0,05): mantenimiento, M= 25,1 ms; SD= 11,7 vs. sonorización, M= 22,5 ms;
SD= 10,2. No obstante, las variaciones según el proceso y el punto de articulación a lo
largo de las tres sesiones son mínimas (F(4, 715)= 0,924, p > 0,05). Destaca, sobre todo,
la ligera inversión (p > 0,05) del esquema de duración según el proceso (i.e. duración
sonorización > duración mantenimiento) en la producción de [p] en la tercera sesión y
de [k] en la segunda.
4. Discusión de los datos
Los resultados del trabajo muestran que los valores de duración de las oclusivas sordas
en un hablante con afasia de Broca son ligeramente mayores que los observados en
hablantes sin patología, tal y como advierten Marczyk (2015) y Marczyk y Machuca
(2018). Esto puede observarse especialmente en los valores de duración consonántica,
según los cuales la realización afásica alcanza los 108,8 ms de media, frente a los 89 ms
(Gibson et al., 2015) o los 52,35 ms (Villamizar, 2002) obtenidos en condiciones
normales. Asimismo, este aumento también se observa individualmente en cada uno de
16
,1
14
25
,4
19
,2
33
,9
28
,2
19
,4
14
,3
23
,5
21
,5
31
,9
32
,1
15
,5 19
,2 24
,8
20
,9
31
,5
31
,4
0
10
20
30
40
Mantenimiento Sonorización Mantenimiento Sonorización Mantenimiento Sonorización
[p] [t] [k]
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3
Figura 5. Valores medios en ms de la duración del VOT en función del proceso observado, el punto de
articulación y la sesión.
4. Discusión de los datos
22
los puntos de articulación7: patología, [p]= 123,26 ms; [t]= 98,14 ms; [k]= 105 ms vs.
condiciones normales, [p]=68,25 ms; [t]= 71,95 ms; [k]= 72,2 ms (datos extraídos de
Machuca, 1997).
En cuanto a la duración de la fase de silencio y del VOT, cabe decir que el aumento
es poco acentuado. La fase de silencio de nuestro hablante alcanza los 85,64 ms de
media, frente a los 75-79 ms registrados en Martínez Celdrán (1997). Por su parte, el
VOT de las tres oclusivas dura 24,17 ms, mientras que la duración media que presentan
los diferentes autores citados en el estado de la cuestión es de 21,44 ms (Asensi et al.,
1997; Castañeda Vicente, 1986; Martínez Celdrán y Fernández Planas, 2007;
Villamizar, 2002). En este caso, los valores de duración del VOT del habla afásica se
asemejan considerablemente a los obtenidos en Marczyk y Machuca (2018) para los
hablantes con patología: 23,67 ms.
En relación con el punto de articulación, los datos coinciden con la bibliografía en
que cuanto más posterior, mayor duración del VOT. El esquema [p] < [t] < [k] en los
valores del VOT se ha observado en todas las sesiones. No obstante, en el caso de la
duración del silencio y de la consonante el esquema observado ha sido distinto. La
duración de la fase de silencio de [p] es siempre mayor que la del resto de oclusivas
(silencio de [p] > silencio de [t] y [k]), es decir, podría considerarse un factor distintivo
de [p] frente a [t, k] en el hablante sujeto de estudio. Esto se contrapone a lo expuesto en
Villamizar (2002), quien no observa diferencias significativas en la duración del
silencio entre las tres realizaciones en habla normal: [p]= 46,51 ms; [t]= 44,7 ms; [k]=
46,96 ms. De igual modo, ya se ha visto que la duración segmental de [p] es siempre
mayor que la de [t] y de [k] en nuestro hablante y que los valores de [t] tienden a ser
menores que lo de [k], hecho que se aleja de los datos presentados en Gibson et al.
(2015) y Villamizar (2002) en los que el esquema [p] < [t] < [k] sigue dándose también
para la duración consonántica.
En cuanto a los procesos de sonorización y de mantenimiento se puede afirmar que
en general, la duración de las oclusivas que se mantienen como sordas es mayor que la
de las realizaciones sonorizadas, de acuerdo con lo que se expone en Machuca (1997)
para el habla espontánea sin patología. Esta diferencia se observa en todos los
7 Aunque los promedios de duración del habla patológica y sin patología muestran grandes diferencias, la
duración de [k] obtenida en el presente trabajo es equivalente a los valores presentados por Gibson et al.
(2015) para el habla normal: patología, 105 ms vs. sin patología, 100-105 ms. Esto, no obstante, es algo
exclusivo de [k], pues dicha semejanza no se observa en [p], la oclusiva más larga en el hablante afásico:
patología, 123,26 ms vs. sin patología, 85-90 ms.
Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
23
parámetros de duración analizados –fase de silencio, VOT y consonante–, a pesar de
que se han observado casos en los que el VOT de las realizaciones sonorizadas eran
mayores o bastante semejantes a aquellas que se mantenían como sordas. En este
sentido, sería interesante establecer una comparativa entre estos resultados y los
patrones de duración de las oclusivas sonoras y las que se han ensordecido en el mismo
hablante en una futura investigación.
En lo referido a la influencia del contexto precedente, los datos de [p] y [t]
coinciden con Machuca (1997) en que hay una reducción de la duración de la
consonante cuando aparece precedida por una nasal. En el caso de la velar, los
resultados muestran que la reducción en la oclusiva se produce tras una consonante
vibrante y no nasal en este hablante. No se ha observado un aumento en la duración de
las oclusivas cuando van precedidas por consonantes fricativas, en contra de lo que lo
que se indica en Machuca (1997).
Los patrones de mejora observados siguen tendencias diferentes en función de las
variables consideradas. Por un lado, los valores de duración consonántica y de la fase de
silencio muestran mejoras significativas para la oclusiva bilabial desde la primera sesión
–cinco meses después del inicio del trastorno– a la tercera –veintidós meses después–.
Estos datos confirman que las mejoras en la producción oral de los pacientes con afasia
pueden llegar a extenderse hasta los doce meses desde que se dio el ACV (Taylor Sarno,
1998). En este caso, las mejoras se han observado hasta veintidós meses después. No
obstante, la tendencia observada en las oclusivas dental y velar se acerca más a los
resultados de Prins et al. (1978), quienes documentan mejoras mínimas y deterioros en
sus pacientes a lo largo de doce meses de tratamiento.
Por otro lado, los porcentajes de sonorizaciones y fricativizaciones presentan un
descenso de la primera a la segunda sesión y un aumento de la segunda a la tercera, lo
que indica que gran parte de la mejora se ha producido durante el periodo de
recuperación espontánea, de acuerdo con Basso (2003), y ha continuado hasta trece
meses después del ictus. No obstante, una vez pasado este tiempo, no se aprecia una
mejora notable.
Por último, la producción de fricativizaciones ha sido mínima (1,21%) y bastante
menor al 34,2% de casos registrados en Marczyk (2015), lo que indica que la
realización oclusiva de las consonantes está bastante preservada en el hablante. En
relación son las sonorizaciones, se destaca que el porcentaje observado en este trabajo
es mucho mayor al presentado por Marczyk: 18,3% vs. 0,2%. Esto podría indicar la
5. Conclusiones y futuras líneas de investigación
24
presencia de parafasias del tipo fonológico en el hablante, pues en caso de presentar
grandes deficiencias a nivel motriz, la acción simultánea de las cuerdas vocales y los
articuladores orales (necesaria para producir sonoridad) hubiera sido más dificultosa
(Blumstein, 1998) y el índice de sonorizaciones hubiera sido más bajo, posiblemente.
No obstante, debería examinarse el porcentaje de ensordecimientos de las oclusivas
sonoras en un futuro estudio para poder confirmar el patrón observado.
5. Conclusiones y futuras líneas de investigación
De acuerdo con los resultados obtenidos y las hipótesis de trabajo planteadas, pueden
establecerse las siguientes conclusiones. En primer lugar, a partir de la hipótesis (a), se
afirma que hay una mejora en la producción de la oclusiva bilabial sorda a lo largo de
las tres sesiones, evidenciada por el descenso de los valores de duración de la fase de
silencio y de la duración segmental. Sin embargo, no puede afirmarse lo mismo para las
oclusivas dental y velar, cuya mejora es mínima y no significativa. Quizá esto tenga que
ver con la ley del contraste máximo a la que se refería Jakobson (1974) por la que la
adquisición de las consonantes empieza con las oclusivas, concretamente con la bilabial
/p/. De la misma forma, cuando se ha perdido la producción de estas consonantes y
vuelve a recuperarse debido a trastornos como la afasia, es posible que sea la oclusiva
bilabial sorda la que ofrezca mejores resultados. En cuanto a los valores del VOT, se
mantienen casi invariables durante todas las sesiones y con valores ligeramente más
altos que los que presentan los hablantes sin patología.
En segundo lugar, no se puede afirmar que los errores de sonorización y
fricativización han ido en descenso desde la primera a la tercera sesión, tal y como
proponía la hipótesis (b). En este caso, las principales mejoras se han producido durante
el periodo de recuperación espontánea y hasta los 13 meses de tratamiento (de la
primera a la segunda sesión). Después de la segunda sesión, no se han encontrado
mejorías notables, sino todo lo contrario. Asimismo, se ha observado un alto índice de
sonorizaciones, en contra de lo expuesto en la hipótesis.
En tercer lugar, puede observarse una ligera influencia del contexto en la menor
duración de [p] y de [t] cuando aparecen precedidas por una nasal. No obstante, los
resultados no son lo suficientemente significativos ni consistentes para ratificar la
influencia del contexto precedente en la duración total de las oclusivas, tal y como
planteaba la hipótesis (c).
Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
25
En cuarto lugar y de acuerdo con la hipótesis (d), se afirma que la duración de las
oclusivas sonorizadas es menor que aquellas que se han mantenido como sordas, sobre
todo en la oclusiva bilabial. También se confirma la influencia del punto de articulación
en la duración del VOT en el hablante con afasia, tal y como sucede en condiciones
normales. En cuanto a los valores totales de las consonantes, podría afirmarse que el
punto de articulación afecta a su duración en el sentido de que es la realización bilabial
la que presenta los valores más altos, frente a los de la dental y la velar. Esta tendencia
se diferencia de lo anteriormente expuesto en el estado de la cuestión y es atribuible a la
prolongación en el cierre de los articuladores en la producción de [p] en este hablante.
A partir de los resultados y de los patrones observados, se advierte una división en la
producción de estos sonidos de acuerdo con las características acústicas vistas para cada
una de las oclusivas. Por un lado, la realización bilabial tiene las duraciones
segmentales más largas, así como las de la fase de silencio en todas las sesiones.
Además, es la única que presenta patrones de mejora significativos, pues la evolución
de [t] y [k] tiende a ser mínima o invariable. Del mismo modo, las diferencias en los
valores de duración de las oclusivas que se mantienen como sordas y las sonorizadas
son especialmente significativas en la producción bilabial, sobre todo en la primera
sesión, frente a la dental y a la velar. Al no disponer de grabaciones del hablante previas
al ictus, es imposible determinar con exactitud cuál fue el nivel de deterioro que
sufrieron las tres realizaciones en el momento inicial. No obstante, en comparación con
los valores presentados en el estado de la cuestión para el habla sin patología, se observa
que las características acústicas de la bilabial son las que más variaciones han sufrido
inmediatamente después del ACV, así como a lo largo del tratamiento. Parece existir,
pues, una división entre la realización labial y la dental-velar que está especialmente
acentuada en la primera sesión y que va volviéndose menos clara a medida que el
hablante avanza en el tratamiento.
Deberían realizarse futuras investigaciones para poder reafirmar las diferentes
tendencias encontradas en el trabajo. Las investigaciones deberían considerar las
producciones sonoras de las consonantes oclusivas para comparar su duración con la de
las oclusivas sordas sonorizadas, confirmar el tipo de parafasias presentes en el hablante
y determinar la presencia o ausencia de una posible división en la evolución acústica de
los sonidos según su punto de articulación. Se sugiere, además, incluir los sonidos
nasales [m, n, ŋ] en el análisis a fin de confirmar esta última observación.
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Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
31
Anexos
1. Informe logopédico
A continuación, se muestra una copia del informe logopédico que recibió el hablante en
enero de 2018, un año después de padecer el ictus y de empezar una primera etapa de
tratamiento logopédico. En él se recoge la sintomatología que presentaba el paciente
inmediatamente después de sufrir el ACV, las mejoras y dificultades aún observadas
después de un año de tratamiento y el tipo de ejercicios que estuvo realizando durante
una segunda etapa de tratamiento (desde enero de 2018) en un centro diferente al
primero.
Exploració inicial del Pacient:
Pacient amb alteracions de llenguatge oral, no fluent (OD: Afàsia de Broca greu).
Respostes si/no amb ajuda gestual. Manté preservada la comprensió oral simple.
Orientat en temps i espai. No pot repetir. Apràxia. Es comunica mitjançant
l’escriptura amb pissarra. Conscient de les dificultats. Es recomana tractament
logopèdic.
Exploració al inici del tractament:
Pacient amb afàsia no fluent (afàsia motora) i amb gran reducció que ha anat
millorant.
En aquest moment presenta llenguatge comunicatiu i amb contingut informatiu,
bastant estructurat i amb capacitat de fer discurs. Presenta encara anòmies,
agramatisme i parafàsies fonètiques.
La comprensió està preservada.
Test de comprensió TOKEN= 34,5 (36-29: alt. nul·la) (test de screening)
En ordres complexes i material ideatiu complexa encara hi ha alguns erros
TRACTAMENT
Va iniciar tractament el mes de gener de 2018
S’ha treballat:
- Vocabulari i accés lexical
- Discurs, narració i comprensió amb tasques de lectura i escriptura com a
Anexos
32
facilitació, treballant exercicis de respostes de texts de complexitat creixent,
fent resums dels texts escrits i posterior narració, fent exercicis de
gramaticalitat, fent correccions fonèmiques...
- Narració d’històries temporals per potenciar estructura del discurs i corregint
l’agramatisme
- Producció de sons (triangle alveolar: l-d-r, grups consonàntics...) i evocació
formal
- Treball de memòria.
- Càlcul numèric
- ...
2. Número de casos por sesión, punto de articulación y parámetro temporal
En las siguientes tablas se muestra en detalle el número de casos que se han analizado
en el presente trabajo en función de la sesión, el punto de articulación de la oclusiva y el
parámetro temporal.
n duración consonántica
[p] [t] [k] Total
Sesión 1 27 39 38 104
Sesión 2 59 97 80 236
Sesión 3 53 87 98 238
Total 139 223 216 578
Tabla 6. Número de casos (n) de duración consonántica según la sesión y el punto de articulación.
n duración de la fase de silencio
[p] [t] [k] Total
Sesión 1 27 33 38 98
Sesión 2 59 95 80 234
Sesión 3 53 84 98 235
Total 139 212 216 567
Tabla 7. Número de casos (n) de duración de la fase de silencio según la sesión y el punto de
articulación.
Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio longitudinal
33
n duración del VOT
[p] [t] [k] Total
Sesión 1 41 40 56 137
Sesión 2 87 107 94 288
Sesión 3 87 90 117 294
Total 215 237 267 719
Tabla 8. Número de casos (n) de duración del VOT según la sesión y el punto de articulación.
Facultat de Filosofia i Lletres
Grau: Estudis d’Anglès i Espanyol
Curs acadèmic: 2019/2020
L’estudiant Paula Martínez Bielsa amb NIF 53837605-X
Lliura el seu TFG “Las oclusivas sordas en un hablante con afasia de Broca: un estudio
longitudinal”
Declaro que el Treball de Fi de Grau que presento és fruit de la meva feina personal,
que no copio ni faig servir idees, formulacions, cites integrals o il·lustracions diverses,
extretes de cap obra, article, memòria, etc. (en versió impresa o electrònica), sense
esmentar-ne de forma clara i estricta l’origen, tant en el cos del treball com a la
bibliografia.
Sóc plenament conscient que el fet de no respectar aquests termes implica sancions
universitàries i/o d’un altre ordre legal.
Bellaterra, 08 de juny de 2020