Post on 25-Oct-2015
ienvenido a la fiesta
Veracruz es una fiesta donde confluyen lo sagrado y lo profano, la solemnidad y la alegría, las diversas facetas
de una cultura rica y compleja. La fiesta es un espacio de encuentro y convivencia donde cíclicamente las
culturas veracruzanas se reconocen y reproducen, cambian y perviven.
Cada región tiene sus tiempos de fiesta, con sus ritmos, colores y aromas, y cada fiesta es resultado de
procesos de larga duración. Sin duda, el ciclo de siembra y cosecha de maíz es el que más ha aportado
símbolos y rituales a las fiestas tradicionales; pero las fiestas también nacen y se enriquecen con el culto a
los santos patronos y a los antepasados, con sucesos históricos, con eventos fundacionales, con todo aquello
que impacte en la memoria colectiva y propicie la necesidad de celebrar, de convivir, de señalar y resaltar lo
que nos identifica y cohesiona socialmente.
Ese es el objetivo de esta obra. Veracruz, fiesta viva, es un esfuerzo exhaustivo y único por documentar la
diversidad cultural del estado a través de sus fiestas y de todas las manifestaciones que concurren en ellas:
música, danzas tradicionales, bailes populares, fandangos, ferias, artesanías, ceremonias, peregrinaciones,
gastronomía, tradición oral, y otras expresiones socioculturales que dan contenido a nuestras identidades.
En las fiestas se come y se bebe, se canta y se baila, se juega y compite; son tiempos en que la sociedad se
mueve, en que el tejido social se reconstruye. De todo eso damos cuenta en este trabajo, por eso decimos
que Veracruz es una fiesta viva.
Esta obra es, en consecuencia, más que un inventario y una guía, mucho más que un registro actualizado, es
la visión integral del pasado y el presente de las fiestas veracruzanas, pero también es la experiencia cercana,
el acompañamiento, la convivencia y reflexión de un gran equipo de investigadores y fotógrafos que nos da
una visión desde fuera y desde adentro, desde el pasado y el presente, que nos acerca a la gente, que tiende
puentes y traza senderos que nos permiten llegar al corazón del Veracruz profundo.
¿Quiere acompañarnos? En Veracruz la fiesta viva, cálida y diversa, lo espera.
Fidel Herrera Beltrán
Gobernador del Estado de Veracruz, MéxicoNiñas totonacas de la danza de La Malinche, Coyutla, Veracruz.
B
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P ensar Veracruz, es pensar en el mar, playas y palmeras. Pero Veracruz como estado, es también
historia, tradición, costumbres, y fiesta.
En Veracruz nace el mestizaje, y es aquí donde irrumpe un intercambio sin igual de culturas: indígenas,
negros, criollos, y más adelante, con el advenimiento de las luchas armadas y el establecimiento del México
independiente, europeos y asiáticos de múltiples nacionalidades.
Al mirar hacia atrás, nos damos cuenta que nuestro estado es un profundo y complejo campo para la di-
versidad y para los procesos de cambio. Así, a medida que el tiempo y sus vicisitudes han ido conformando
nuestra identidad, apreciamos con mayor claridad
lo que somos: un pueblo sumamente arraigado a nuestras costumbres, a nuestras tradiciones milenarias, a
nuestro afán por no dejar morir lo que nos define y, sobre todo, nos reconforta como individuos pertenecien-
tes a determinada comunidad cultural.
Es entonces cuando percibimos nuestro presente y avizoramos mejor el futuro. Vemos en la danza de San-
tiagos, en un huapango o zapateado, en una ofrenda, en una rama, en un aguinaldo, en unas décimas, en
una celebración a la Virgen o al Santo Patrón, en una representación de la lucha entre el bien y el mal…, una
razón de ser y un sentido de pertenencia.
La Universidad CEUNICO, en su labor permanente de promoción de la cultura, se ha sumado al financiamien-
to para lograr la publicación: Veracruz, Fiesta Viva. Que sirva esto de aliciente para que la iniciativa privada
se sume cada vez más a los proyectos culturas y turísticos que promuevan nuestras fortalezas al interior del
estado, en el país y en el mundo.
Juan Manuel Reyes Saiz
Director General del CEUNICO
| Ceunico | | Veracruz · Fiesta Viva |
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L a empresa financiera del sur ”Cofisur”, les da la más cordial bienvenida a este recorrido por el
Veracruz desconocido.
Con más de 700 kilómetros de costa y 212 municipios, la entidad veracruzana ha recibido más del 60 % de
los procesos migratorios del país. Por el estado se adentró el nuevo mundo occidental y con ello su cultura y
cosmovisión. Pero sobre todo fue el asentamiento de tres grandes culturas: la Olmeca, la Huasteca y la Toto-
naca, siendo la Olmeca la cultura madre de Mesoamérica, la primera civilización de la que se tenga registro.
El resultado de esos ires y venires de dichos procesos de fusión cultural prehispánica, hispánica y contem-
poránea, dan como resultado lo que ahora somos: una sociedad marcadamente pluriétnica y, por lo tanto,
pluricultural.
Por eso los veracruzanos tenemos diversos matices de acuerdo a donde nos ubicamos geográficamente.
Y aquello que a simple vista indujera a creernos distintos, con visiones contrarias de nuestro entorno, en
realidad se suma para enriquecer la cultura de este estado que por sí solo encierra una maravillosa nación.
Así, estamos hablando de los veracruzanos de la Huasteca, del Totonacapan, de la sierra de Zongolica, de
la mixteca, del Sotavento, de los Tuxtlas, y de quienes sobrepasan los límites administrativos del estado e
invaden regiones completas con Puebla, Oaxaca, Hidalgo, Tabasco, San Luis Potosí y Tamaulipas.
Considerando este enorme potencial de culturas, era imposible quedarse al margen de apoyar esta iniciativa
por realizar la publicación Veracruz, Fiesta Viva.
Este libro es un documento histórico, y COFISUR quiso estar presente para dejar testimonio de la grandeza
de Veracruz.
Pedro Martínez Escudero
Director General del COFISUR
| Cofisur | | Veracruz · Fiesta Viva |
V eracruz, Fiesta Viva, es un reconocimiento a expresiones festivas no tan conocidas de Veracruz,
y que a través de este libro nos dejan testimonio de su riqueza.
La cultura del centro ha sido tan fuerte, que ha eclipsado al norte, al sur, y a los otros centros del estado. Por
ello el trabajo de investigación, registro gráfico y diseño de la presente obra, sirve como un equilibrio para
mostrar los otros veracruces, donde aún prevalecen las danzas de conquista, de creación mítica prehispá-
nicas, de reminiscencias coloniales, lugares algunos sin gran infraestructura pero con un gran esplendor en
sus fiestas.
Esta investigación multidisciplinaria nos permite una visión más amplia de las culturas de un estado, que
necesita conocerse y reconocerse como mega diverso y, por ello, con identidades distintas, lo que fortalece
la riqueza de Veracruz.
Las fiestas documentadas no están sujetas a trienios o sexenios, siempre suceden; no importa qué día sea
la fecha de la fiesta, ésta siempre se celebra. Han durado y perdurado, han sobrevivido los embates de la
globalización, afianzando aún más sus procesos de celebración. Y es que cada vez hay más niños y jóvenes
en las danzas, en los rituales, lo que alienta su duración por varias generaciones.
Ello exhorta a impulsar aún más la cultura popular, a diseñar políticas públicas que permitan preservar y pro-
mover estas festividades. Por ello se destaca el impulso del Gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien sumando
a la iniciativa privada (CEUNICO y COFISUR), hicieron posible el financiamiento de este trabajo histórico que
nos permite ahora conocernos mejor a lo largo y ancho del estado.
Este primer esfuerzo, inacabado, documenta las fiestas de septiembre al 6 de enero, que fueron selecciona-
das de acuerdo a criterios antropológicos.
Gracias a los antropólogos Román Guemes, Alfredo Delgado, Lorena Acosta, Héctor Parra, Erik Alí, Rocío
Aguilera, a los fotógrafos Cristóbal Trejo, Antonio Jiménez y Salvador Flores, así como al trabajo de diseño
editorial de Alberto Hernández y la labor de corrección de Edgar Aguilar.
Gracias también al apoyo de las Casas de Cultura, de los cronistas, de los danzantes, mayordomos, autori-
dades municipales, promotores culturales, y a todos los que de alguna manera participaron en este proyecto;
gracias por mantener viva la cultura de Veracruz, que con esta fortaleza da paso a una etapa de turismo
internacional sustentable, y sin duda, todavía viene lo mejor.
Agustín Dany
Editor
Leocadia Cruz Gómez (Tejedora de Cosoleacaque) - Premio Nacional de las Artes -
| Veracruz · Fiesta Viva |
O tatitlán es el santuario más importante del sur de Vera-
cruz y regiones vecinas. Allí se adora a un Cristo Negro
al que la religiosidad popular atribuye fama de milagroso. Miles de pe-
regrinos llegan desde los cuatro puntos cardinales a visitar Otatitlán en
dos fechas especiales: el 3 de mayo y el 14 de septiembre. El Cristo
Negro es una imagen de madera oscura del señor crucificado que re-
basa los dos metros de altura. La tradición oral dice que la escultura
fue tallada por un par de ángeles. Otra versión afirma que el Cristo cru-
por Excelencia · OTATITLÁN
El Santuario
Miles de peregrinos llegan desde los cuatro puntos cardinales a visitar Otatitlán en dos fechas especiales:
el 3 de mayo y el 14 de septiembre
cificado fue tallado junto a otras tres imágenes iguales por mandato del
rey español Felipe II, destinándose uno para Chalma, otro a Esquipulas,
Guatemala, y el tercero a Putlancingo, pueblo mazateco que se localiza
corriente arriba del río Papaloapan. En 1597, debido a una epidemia,
agravada por una inundación, los habitantes de Putlancingo bajaron por
el río para fundar un nuevo pueblo, hasta que un remolino los detuvo
junto con la imagen frente a Otatitlán, al lado de un añejo tamarindo;
eso sucedía un 14 de septiembre.
Investigación: Alfredo Delgado | Fotografía: Salvador Flores | Diseño editorial: Alberto Hernández
Los peregrinos ofrecen su sacrificio al Cristo Negro de muchas maneras a fin de purificar sus almas, lograr los favores pedidos o agradecer los dones recibidos
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| Otatitlán |
La festividad más concurrida es la de mayo, cuando se celebra a la
Santa Cruz. Desde el 29 de abril inicia la llegada de los peregrinos y
se instala una feria. Miles de mestizos e indígenas mazatecos, chinan-
tecos, zapotecos, nahuas y popolucas llegan para cumplir promesas,
llevar ofrendas o efectuar compadrazgos. Un galerón ubicado en la
parte trasera de la iglesia recibe a los peregrinos, quienes se tienden
en cobijas y petates a descansar; otros se quedan a dormir dentro de
la iglesia. El bullicio en el pueblo es constante. A todas horas llegan ca-
ravanas de peregrinos a caballo, en bicicleta, en autobuses especiales
o en vehículos particulares. El centro del pueblo se satura de juegos
mecánicos, puestos de dulces típicos y artesanías, carpas de cerveza y
expendios de oraciones e imágenes religiosas.
La música sagrada y profana llena el ambiente. Los puestos que ven-
den discos de música moderna ponen sus aparatos a todo volumen.
Hay bailes populares; llegan bandas de viento oaxaqueñas, marimbas
cuenqueñas, mariachis, grupos norteños y jaraneros de todos los confi-
nes del Sotavento profundo. Las noches son de fandango, el tradicional
fandango jarocho que permite bailar hasta el amanecer. La tarima se
acomoda a un costado del parque, en los portales de alguna antigua
casa con techo de tejas o en la casa de algún personaje respetable.
Desde hace más de una década son infaltables los encuentros de ja-
raneros, que congregan a soneros y versadores de diferentes estilos y
regiones.
Día y noche suben los peregrinos al Camerín, un altar especial ubicado
atrás del altar mayor de la iglesia donde está una imagen de Cristo en
la escena del Monte Calvario. En el Camerín se acumulan los votos, ex
votos y ofrendas que solicitan o agradecen favores divinos y milagros.
Frente a la imagen se ramean o la tocan. Es común que algún adulto
presente a un niño levantándolo y rameándolo. Ese acto en sí establece
relaciones de padrinazgo. La rameada tiene como finalidad eliminar
el cansancio acumulado en el camino y purificarse. Para este fin los
tuxtecos usan ramas de arrayán, aunque los pajapeños prefieren las
ramas de cocuite, pero también puede usarse romero, albahaca y otras
yerbas. La gente se ramea en el Camerín, y en las cruces que reciben
a los peregrinos en los cuatro puntos cardinales del pueblo. Además de
las personas también se ramea a los caballos.
En la madrugada del 3 de mayo se cantan las mañanitas al Santo Cris-
to, llamado también el Señor Santuario. De hecho se le llama Santuario
tanto al pueblo como a la imagen. Ese día se hace una imponente pe-
regrinación encabezada por los coheteros y las autoridades civiles y re-
ligiosas, seguidos por los cantores y rezanderos, las bandas de viento,
los representantes de los diferentes grupos de peregrinos portando los
estandartes que los identifican, miles de gentes a pie, jinetes y ciclistas.
La procesión parte de la iglesia hacia el Monumento, un lugar que se
ubica en las afueras del pueblo, hacia el norte, junto al río Papaloapan.
El Monumento es una tumba vacía que conmemora un hecho histórico:
allí fue decapitado el Señor Santuario por un grupo de agraristas radi-
cales un 8 de septiembre de 1931, durante los conflictos religiosos que
tuvo la jerarquía católica con el gobernador Adalberto Tejeda. Los agra-
ristas robaron la imagen y le prendieron fuego a la orilla del río, pero la
escultura no ardió. La cabeza desprendida fue devuelta años después.
La escultura se lleva varios kilómetros río arriba para retornar
acompañada de decenas de lanchas, bongos y cayucos
Miles de mestizos e indígenas mazatecos,
chinantecos, zapotecos, nahuas y popolucas llegan
para cumplir promesas, llevar ofrendas o efectuar
compadrazgosEl Señor Santuario llega a Otatitlán flotando por el río Papaloapan y es recibido en el malecón por una multitud devota
Durante el recorrido por las calles del pueblo muchas personas se acercan a tocar la escultura y frotan ramos de flores que, por el hecho de haber tocado la sagrada imagen, son considerados como reliquias
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En el Monumento los peregrinos rezan, cantan y escarban para llevarse
cada quien un puño de tierra. Allí la imagen derramó su poder al ser
serruchada la cabeza. Por ello, esa tierra es sagrada y milagrosa; se le
usa para remediar algunos males, para echarla en los pozos y ojos de
agua y garantizar así que el vital líquido siga fluyendo, o para asegurar
la fertilidad de las tierras de cultivo. La cabeza original del Cristo se
encuentra en una urna especial dentro de la iglesia; la que hoy porta el
Cristo Negro se dice que fue esculpida por Olaguibel, el escultor de la
famosa Diana Cazadora que adorna la avenida Reforma de la Ciudad
de México.
Además del Monumento la procesión toca también la Cruz del Perdón,
la Cruz del Cristo Negro, el Altar de la Virgen de Guadalupe y la Capilla
del Tamarindo, que son otros tantos puntos de la geografía sagrada de
Otatitlán. La capilla del Tamarindo es el lugar original donde el Señor
Santuario recaló cuando llegó a Otatitlán por vez primera. Hoy el río se
ha alejado y en el lugar una capilla recuerda su lejano arribo. El día 4 de
mayo se hace una misa de despedida y los grupos de peregrinos salen
por los distintos rumbos, tomando como punto de partida las cruces y
capillas que rodean al pueblo. Previo a la salida se ramean y ramean a
los caballos para darles la fortaleza necesaria para el retorno, perdién-
dose en los inmensos platanares que cubren la cuenca del Papaloapan.
La celebración de septiembre es similar. Los días 13 y 14 de ese mes
se celebra la llegada del Cristo Negro a través del río. Para tal fin se
recrea ese pasaje mítico histórico. La escultura se lleva varios kiló-
metros río arriba para retornar acompañada de decenas de lanchas,
bongos y cayucos. Decenas de jóvenes se suman montando matas de
plátano que flotan como improvisados salvavidas en cámaras de aire
de camiones y en troncos de madera ligera. La imagen flota en una
balsa especial, hecha de otate, rodeada por los peregrinos fluviales. En
Otatitlán miles de personas esperan la imagen en un pequeño malecón
a la orilla del río para recibirla con música, cohetes, cantos y rezos, para
enseguida ir en peregrinación alrededor del pueblo. Para esta fecha
bajan muchos indígenas nahuas de la zona de Orizaba.
El fervor de los fieles es patente, y todos tratan de acercarse a la escul-
tura y tocarla, impregnarse de su poder y bendiciones. También pasan
sobre el Cristo ramas de albahaca o de flores para guardarlas como
ramos benditos. Es común que la gente lleve la ropa o fotografías de
algún ser querido o de un enfermo para frotarlas en la imagen. Se hace
lo mismo con veladoras, pañuelos y otras prendas que de esa manera
absorben los poderes divinos de la efigie. Hombres y mujeres buscan
el privilegio de cargar al Cristo durante el recorrido por las calles. En la
procesión la gente va cantando con fervor, acompañados por mariachis
o por alguna banda de viento, mientras se lleva en andas la imagen
entre una lluvia de confeti y una densa nube de incienso.
Tanto la llegada del Cristo Negro a través del río como su decapitación
por los agraristas están representadas en sendos murales que fran-
quean la entrada de la iglesia. En el atrio hay una cruz donde también
se establecen relaciones de compadrazgo y padrinazgo, donde igual-
mente se ramean y donde los curanderos suelen hacer ritos para algu-
nos enfermos. Otros espacios u objetos que cumplen estas funciones
son el Camerín, ya mencionado, la cabeza original del Cristo Negro y
la imagen del Santo Entierro, que también se encuentra dentro de la
iglesia.
A Otatitlán llegan miles de peregrinos de todo el centro y sur de Vera-
cruz, del norte de Oaxaca y del suroeste del estado de Puebla, pero so-
bresalen especialmente las peregrinaciones de Santiago Tuxtla, Coso-
leacaque, Sayula, Pajapan, Acayucan y Maltrata, que por décadas han
mantenido esta devoción. Los peregrinos que van por cumplir alguna
“manda” deben hacerlo por cuatro o cinco años consecutivos. A estos
peregrinos se les llama santuareños.
Mientras esperan la llegada de la imagen flotando por el río, grupos de religiosos cantan y oran
En el interior de la iglesia el santo Cristo se expone para que los fieles lo toquen libremente, froten ramos de flores o hierbas olorosas, e incluso para que lo acaricien con fotografías y ropa de personas enfermas que no pudieron llegar, pero que esperan un milagro
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| Otatitlán |
información
Destino: Otatitlán
Ubicación: Cuenca del Papaloapan
Altitud: 10 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 18° 11” latitud norte y 96° 02” longitud oeste
En el camino hay una geografía mítica que también va revalidando costumbres y enseñanzas. Son lugares
especiales como peñascos, arroyos o árboles donde se cuentan leyendas sobre peregrinos que se arrepintie-
ron y regresaron, sobre espantos y entes mágicos, sobre compadres pecadores y otras historias que llevan
implícita una enseñanza. De regreso, a su paso por los pueblos y rancherías, es común que los niños pidan
a los peregrinos “un santuario”. Se les da un rosario, un escapulario o alguna pequeña imagen previamente
bendecidos por el cura. Al entregarla, se persigna con la reliquia al solicitante, quien la recibe de rodillas. Este
acto establece relaciones de padrinazgo.
Otatitlán fue un santuario importante durante toda la época colonial. Allí se congregaban miles de indígenas de distintas etnias y miles de negros,
pardos y mulatos que en el Cristo Negro veían a un dios con el cual se podían identificar. Por ello las fiestas del Señor Santuario fueron un crisol
donde se empezó a forjar la cultura jarocha
La iglesia de Otatitlán data de tiempos coloniales y es una de las más antiguas de la región. El culto al Cristo Negro convoca a miles de fieles y tianguistas que se acomodan en sus alrededores
Clima: templado-húmedo-regular con una temperatura promedio de 18° C
Aeropuerto: Heriberto Jara del puerto de Veracruz
Central camionera: Cosamaloapan, Ver.
Referencia: Acceso por la caseta de cobro “Cosamaloapan” de la autopista
del sureste
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La suelta
· SAN ANDRÉS TUXTLA
de Globos
Investigación: Alfredo Delgado | Fotografía: Salvador Flores | Diseño editorial: Alberto Hernández
El lanzamiento de globos aerostáticos es una costumbre que identifica a San Andrés Tuxtla. Cada 16 de septiembre los sanandrescanos sueltan cientos de globos elaborados en papel de china que inundan de colores el cielo tuxteco
| Santiago Tuxtla |
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Es común la competencia entre barrios para ver quién hace el
globo más grande o la ilama de más picos. Hay ilamas de 20, 40,
80 o hasta 120 picos
Desde el 14 ó 15 de septiembre se empiezan a ver los globos en el cie-
lo tuxteco, pero el 16 es el día más importante. Sin embargo, la suelta
de globos depende del clima que prive en ese momento, pues al ser
plena temporada de lluvias, suele suceder que el evento se posponga
para el domingo siguiente.
La confección de globos de cantoya es una actividad familiar, que
requiere de un gran sentido estético, habilidades especiales y cono-
cimientos de geometría y simetría para buscar el equilibrio de estos
gigantes mientras se elevan. Es común la competencia entre barrios
para ver quién hace el globo más grande o la ilama de más picos. Hay
ilamas de 20, 40, 80 o hasta 120 picos. También son numerosas las
escuelas de todos los niveles que participan en la suelta de globos,
elaborando cada grupo entre uno y tres globos de diferentes tamaños,
algunos de ellos con los colores patrios, otros representando a perso-
najes populares de la cultura juvenil.
En cada barrio hay alguna familia que destaca en la elaboración de
globos. Desde meses antes se preparan con materiales y maquetas
para tenerlos listos los días previos al evento. Si el clima es propicio
miles de personas se congregan en la Plaza del Parque Lerdo, en el
campo Primero de Mayo, en el Boulevard del Ferrocarril o en los ba-
rrios Belem Grande y Campeche. El espacio donde tradicionalmente se
soltaban los globos es la esquina de las calles González Bocanegra y
Boulevard Cinco de Febrero pero, debido a que eso implica detener el
tráfico de la carretera federal, en los últimos años se han buscado otros
espacios. También hay suelta de globos en algunas colonias como Los
Manguitos, La Esperanza y Emiliano Zapata. En ocasiones hay familias
que prefieren elevar globos desde el patio de sus casas.
La suelta de globos es otro arte. Previamente se revisa el globo con
cuidado y se reparan las roturas. Doblado, se traslada al lugar don-
de será elevado. Se debe tener un amplio espacio, libre de cables y
árboles. Desde el techo de una casa o desde una altura apropiada se
sostiene el globo con una larga vara de otate y se va llenando de aire
con la ayuda de potentes ventiladores. Mientras se va inflando, hay que
ver las posibles fugas e ir parchándolas. En la parte inferior del globo un
aro de alambre con una cruz en medio forma una boca y en su centro
sostiene una tea hecha a partir de estopa empapada con aguarrás.
Con mucho cuidado el mechón se enciende y el aire caliente poco a
poco va aligerando el peso de esta frágil estructura. Hay que saber
soltarlo en el momento apropiado. Las demoras imprevistas, el viento,
los nubarrones que amenazan con lluvia, crean tensión en el ambien-
te. Un suspiro colectivo y aplausos estruendosos rubrican la elevación
pausada del globo. Una corriente de viento inesperada o la falta de
estabilidad del globo pueden hacerlo oscilar y provocar su prematuro
incendio, ante el desencanto colectivo. Algunos se queman antes de
elevarse, pero varios cientos de globos logran ascender suavemente
en un espectáculo inolvidable. Cuando termina el día y aún hay globos
elevándose, el fuego en su interior les da un aspecto formidable entre
las sombras de la noche.
Cuando el combustible se acaba y el aire en su interior se empieza a
enfriar, las ilamas van cayendo majestuosamente. Ese es otro espectá-
culo digno de verse. En medio de una gran algarabía, cientos de chiqui-
llos corren buscando el lugar donde caerán para llevarse los pedazos.
El récord de globos soltados en una sola jornada es de 1,300 y se logró en
septiembre de 1995
E l lanzamiento de globos aerostáticos es una costumbre
que identifica a San Andrés Tuxtla. Cada 16 de septiem-
bre los sanandrescanos sueltan cientos de globos elaborados en papel
de china que inundan de colores el cielo tuxteco. La suelta de glo-
bos sólo se hace en esta ciudad del sur veracruzano y conmemora las
fiestas de Independencia, pero también es común que los hagan para
recibir a algún personaje importante, en algún torneo especial, o en
alguna fecha significativa.
Estos globos, llamados de cantoya, tienen múltiples formas, que van
desde los tradicionales trompos y perinolas, pasando por las cruces,
cubos, balones, o personajes de caricatura. Pero sin duda que los más
famosos son las ilamas, esferas con decenas de picos a manera de im-
ponentes piñatas. Hay globos de diversos tamaños, que van desde los
sencillos, en forma de cubo, que miden apenas unos 80 centímetros,
hasta los gigantescos, que rebasan los 10 metros de altura.
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Santiago Tuxtla |
El récord de globos soltados en una sola jornada es de 1,300 y se logró
en septiembre de 1995, y desde entonces cada administración mu-
nicipal se afana por superarlo. En aquella ocasión participaron 3,900
personas y se utilizaron 35,400 pliegos de papel china, 195 kilos de
estopa y 325 litros de aguarrás, además de los cientos de metros de
alambre y las miles de horas de trabajo invertidas.
Los globos de cantoya recibieron este nombre por el primer aeronauta
mexicano, don Joaquín de la Cantoya y Rico, quien en pleno régimen
porfirista provocaba la admiración en la ciudad de México al elevarse
en la canastilla de un globo aerostático forrado de terciopelo rojo con
flecos dorados. En cambio, la variante local de los globos, las ilamas,
son llamadas así por su parecido a una fruta tropical, similar a la gua-
nábana, pero con suaves picos en su corteza. La palabra ilama viene
del idioma nahua, y significa “vieja”, ya que el fruto de la ilama recuerda
la cabeza de una anciana.
La tradición oral sostiene que la suelta de los globos de cantoya es una
tradición heredada de migrantes chinos y que rebasa los 200 años de
antigüedad. Es difícil confirmar esta versión, pues la presencia china en
la región data de 1882, cuando empezaron a llegar por cientos para
trabajar en el tendido de las vías del Ferrocarril Nacional de Tehuante-
pec y en las plantaciones de la cuenca del Coatzacoalcos. Pero su pre-
sencia fue exigua en Los Tuxtlas, y en las ciudades con más población
china, como Minatitlán, Coatzacoalcos y Jesús Carranza los globos de
cantoya no tienen ningún significado especial.
Cualquiera que haya sido su origen, lo cierto es que se trata de una
tradición centenaria, ya que consta que en 1892, en la celebración de
los 400 años del descubrimiento de América, el programa de los feste-
jos de San Andrés Tuxtla incluyó la elevación de globos de papel china,
aunque las crónicas no precisan qué formas tenían. En los eventos
especiales posteriores, como las ferias agrícolas y ganaderas de 1944
y 1945 los globos de papel tuvieron un lugar especial.
El caso de las ilamas es diferente, pues sí tienen un autor conocido. Se atribuye a don Carlos Chávez Mundo,
poblador de esta región, el haber adaptado los globos de cantoya para darles la forma de las llamativas
ilamas. Eso sucedía por primera vez en 1927 y desde entonces son infaltables en las fiestas patrias. También
confeccionaba globos con forma de animales o de personajes fantásticos. Por décadas se pensó que las
ilamas no podían rebasar las 18 puntas, hasta que el ingenio tuxteco pudo resolver esta limitación y hoy
llevan decenas de picos. Incluso se han planeado ilamas que rebasan las 600 puntas. Por años las ilamas de
don Carlos fueron las más vistosas y las más esperadas, hasta que en 1991 don Carlos Chávez finalmente
también elevó su espíritu por los cielos tuxtecos. Otros muchos han conservado la tradición para admiración
de los visitantes, para orgullo de los sanandrescanos y para regocijo de todos.
Participaron 3,900 personas y se utilizaron 35,400 pliegos de papel china, 195 kilos de estopa y 325 litros de aguarrás, además de los
cientos de metros de alambre y las miles de horas de trabajo invertidas
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| Veracruz · Fiesta Viva | | Santiago Tuxtla |
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información
Destino: San Andrés Tuxtla
Ubicación: Región de los Tuxtlas
Altitud: 300 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 18° 27” latitud norte y 95° 13” longitud oeste
Clima: cálido-regular con una temperatura promedio de 23.8° C
Aeropuerto: Heriberto Jara del puerto de Veracruz y Canticas en Minatitlán
Central camionera: San Andrés Tuxtla
Referencia: Acceso por la autopista del sureste a la altura de la caseta de
Cosamaloapan, Ver., en la desviación a Isla, Ver.
Acceso por la carretera Veracruz – Alvarado – Tlacotalpan
Acceso por Acayucan, Ver.
| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Coxquihui |
A San Mateo · COXQUIHUI
| Coxquihui |
Fiesta titular en honor
Los danzantes son los que llegan primero
Investigación: Héctor Parra | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
Danza de los Tejoneros
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| Coxquihui |
Eran las 4 de la madrugada cuando empezaron a tronar los cohetes, y el repique de las campanas se escuchaba sin cesar, anunciado la hora de acercarse a la iglesia para dar inicio a la fiesta en honor a San Mateo, patrono de Coxquihui, lugar situado en la sierra totonaca
os danzantes son los que llegan primero, conformados
por los voladores, los quetzales, los negritos, los tejone-
ros, así como los toreadores, que son acompañados por sus respecti-
vos músicos, quienes caminan por el pasillo central bailando algunos
de sus sones. Entran y se arrodillan frente al altar mayor donde los es-
pera San Mateo, se persignan y depositan una vela, la cual encienden
después de hacer una reverencia al Santo Patrón del pueblo, dando así
gracias por las buenas cosechas y por una año más de vida.
L
Músicos y danza de los Tejoneros
Perro, personaje de la danza de los Tejoneros
Danza de Voladores (de la costa)Danza de Quetzales
| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Coxquihui |
Aún con sueño y frío se acercan a la iglesia los feligreses, pues celebraran del 20 al 23 de
septiembre su fiesta patronal; no importa qué día caiga, la festividad siempre se celebra en
las mismas fechas
Y así, mientras el pueblo sigue despertando lentamente, aún con sueño
y frío se acercan a la iglesia los feligreses, pues celebraran del 20 al 23
de septiembre su fiesta patronal; no importa qué día caiga, la festividad
siempre se celebra en las mismas fechas. Al poco rato, la gente va
llegando silenciosamente a la iglesia para presenciar la ceremonia de
los cuatro puntos cardinales, así como cantar las mañanitas dedicadas
al Santo Patrón, en un acto donde todo es música y religiosidad; poco
a poco la iglesia se encuentra cada vez más concurrida. Se escucha ya
el murmullo de la gente, las voces agudas de los niños y el rechinido
de las bancas que van siendo ocupadas por los fieles. No pasa mucho
rato cuando aparece el sacerdote, dando con ello inicio a la celebración
donde toda la gente participa, junto con el mayordomo, que se hace
acompañar de su familia e invitados, realizando cantos y rezos, sin fal-
tar las veladoras encendidas y el incienso que purifica a las personas
ahí presentes.
Personaje de danza de Tejoneros
Procesión en el interior de la iglesia franciscana de Coxquihui
| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Coxquihui |
Los danzantes en la madrugada, mientras termina la ceremonia religiosa, salen de la iglesia e
interpretan algunos sones en el atrio
Danza de Tejoneros
Danza de Quetzales
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| Coxquihui |
Coxquihui al amanecer
Sombreros de la danza de Negros Reales Danza de Tejoneros
Danzante de Tejoneros descansando en la madrugada afuera de casa del mayordomo
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| Coxquihui |
Al poco rato, ya de día, la gente va saliendo de la iglesia y se encamina
junto con los danzantes a casa del mayordomo, donde la cera está co-
locada para rendir culto a San Mateo. Posteriormente llega el momento
del descanso y la convivencia con sus hermanos.
En el patio de la casa hay mucha gente en movimiento. Los familiares
del mayordomo y otras personas se ocupan de atender a los que vie-
nen llegando, aun a los extraños, ofreciendo pan y champurrado para
recuperar las energías.
Los invitados se acomodan en algún lugar de las banquetas fuera de
las casas del vecino para disfrutar del baile de los danzantes, mientras
platican y conviven entre ellos, saboreando los alimentos que el mayor-
domo les ofrece, y de esta forma darles las gracias por acompañarlo
en este día de fiesta.
Danza de los Negritos (de la costa) con la maringuilla
Danzante de Negros Reales, con niñas que harán su primera comunión
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Coxquihui |
Terminado el convite algunos danzantes emprenden nuevamente el
regreso a la iglesia por las calles del pueblo, ya que se acerca la hora
de la misa, que será a las doce del medio día, donde se realizan confir-
maciones y bautizos. La gente camina con sus mejores galas tratando
de llegar temprano y así ocupar un buen lugar para la ceremonia; los
cohetes retumban en el cielo con su ruido atronador. A las doce la
iglesia está llena y el atrio también. Todos los danzantes ahí reunidos
comienzan a bailar entre la muchedumbre; se escucha el rasgueo del
violín y de las guitarras huapangueras, así como el sonido de la flauta
y del tambor de la danza de los voladores. Los espectadores se reúnen
alrededor de cada danza.
Dentro de la iglesia ya no cabe la gente; sólo se percibe el llanto de
los niños y el murmullo de los fieles. La ceremonia da inicio. La plaza
está llena. La gente va y viene en espera de que termine la ceremonia
para ir a la casa del festejado con los invitados y disfrutar de la comida,
donde se convida mole de guajolote, barbacoa, refrescos y cerveza,
acompañada la reunión por música de huapango. Todo es alegría y
convivencia con la familia.
Terminado el convite algunos danzantes emprenden nuevamente el regreso a la iglesia
por las calles del pueblo
Músicos de las danzas en procesión
Procesión del Santo Patrono con elotes, chiles y cera artesanal
Banda de viento en procesión
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| Coxquihui |
El Cohetero
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| Coxquihui |
Danza de los Voladores (de la costa)
Los Voladores
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información
Destino: Coxquihui
Ubicación: Totonacapan
Altitud: 280 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 20° 11” latitud norte y 97° 35” longitud oeste
Clima: cálido-regular con una temperatura promedio de 24° C
Aeropuerto: Tajín, Poza Rica, Ver.
Central camionera: Papantla, Ver.
Referencia: Acceso por Papantla, Ver.
Acceso por Cuetzalan, Puebla.
Finalmente llega la noche y con la quema del castillo, los lugareños dan rienda suelta a su alegría por tanta
luz originada por los cohetes. La fiesta culmina con un baile popular. Al siguiente día todo vuelve a la calma
en espera de un largo año para celebrar nuevamente a San Mateo, patrono del pueblo de Coxquihui.
Danza de los Negros Reales y la maringuilla
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| Coxquihui |
San Mateo Apóstol · COXQUIHUI
| Coxquihui |
Mayordomía de
Investigación: Erik Alí| Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
Campanero convocando a misa
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| Coxquihui |
n la iglesia de San Mateo Apóstol, cada primer día de enero se reúne toda la estructura del
sistema de cargos: fiscales, mayordomos, topiles, catequistas y diáconos. La reunión tiene la
finalidad de calendarizar la entrega de mayordomías durante los próximos meses del año. Así también, tiene
el objetivo de dar a conocer un nuevo listado que contiene el nombre de las familias que recibirán a los San-
tos, resguardados en la iglesia local. Todos los Santos tienen su propia mayordomía. Los Santos entregados
el día primero de enero son: La Virgen de Guadalupe, San José, Divino Niño Jesús, Santísimo Sacramento, la
Virgen de la Candelaria, Santiago Apóstol, San Miguel Arcángel, y Niño de la Salud.
En la iglesia. construida a finales del siglo XVIII, existen tres imágenes del Santo Patrón. Éstas son otorgadas
a tres mayordomos principales y la realización de su fiesta será del 19 al 29 de septiembre, siendo la fecha
principal o día mayor el 21 del mismo mes. A partir de este momento, los mayordomos que reciben su
nombramiento tendrán la tarea de organizar, trabajar y ahorrar dinero. Este capital guardado permitirá llevar
a cabo la mayordomía en donde proporcionarán alimentación, y en ocasiones, si su economía les accede,
recibirán en su hogar a distintas danzas existentes en la localidad, como lo es la danza de los Voladores,
Quetzales, Negritos, Tejoneros, o Toreadores.
El cargo de mayordomo requiere de un compromiso religioso, económico y social, que se realiza durante
cuatro años o más. Un dato importante que mencionar respecto a la importancia que tienen estos cargos
religiosos se observa en el fenómeno de la migración. Algunos emigrantes son mayordomos o danzantes que
se desplazan de la localidad en busca de un empleo que les permitirá sustentar económicamente el compro-
miso adquirido. Al aproximarse la fecha de la mayordomía, en sus trabajos solicitan permiso para regresar y
E
Danza de la Tejoneros
Danza de Tejoneros en procesión
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| Coxquihui |
cumplir la responsabilidad adquirida con su Santo Patrón y la comunidad. Esta acción de los emigrantes al
regresar a sus comunidades podría definírsele como “Cordón culturumbilical”, precisándola como ese vínculo
cultural difícil de separar del individuo que alimenta e influye en su forma de concebir el mundo, aun estando
lejos del lugar en el que creció e interactuó. La participación que adquiere el mayordomo o danzante está
relacionada con su pertenencia al grupo étnico. Y será la propia comunidad la que distinga quién pertenece
a ésta.
En la madrugada del 21 de septiembre, incesantemente las campanas de la iglesia no dejan de repicar. Los
topiles son personajes que realizan esta tarea y quienes ocupan el primer lugar en la estructura del sistema
de cargos. Las campanas en Coxquihui tienen su código sonoro. La forma en que se tocan denota si alguien
ha muerto, implica un llamado urgente, de alerta o celebración. En algunos municipios vecinos, como el de
Filomeno Mata, no dejan de sonar durante todo el transcurso del día. Aquí las campanas invitan a la población
a despertar y acompañar a su Santo, llevándole las tradicionales “mañanitas”. Durante la madrugada del día
principal o mayor la población acude a la iglesia. El estallido de cohetes irrumpe el silencio, acompañado de
un denso olor a pólvora.
Transcurren las horas; los grupos de danzantes, con su colorida vestimenta, llegan paulatinamente. Así
también la población cristiana, que al momento de entrar a la iglesia se persigna. Algunos creyentes colocan
frente al altar diferentes tamaños de veladoras, las cuales son encendidas acompañadas de una oración.
Enfermos, mujeres embarazadas y campesinos que esperan una buena cosecha para la próxima fiesta de
los fieles difuntos, oran y piden la bendición de su santo, San Mateo Apóstol. El altar principal de la iglesia es
adornado con hojas de tepejilote y mazorca de maíz.
Llegada la fecha del compromiso, el mayordomo junto con su familia esperará la asistencia de los fiscales en
casa para hacer entrega de la cera. Ahí el altar principal es adornado con mucho esmero. El primer plato de
alimento deberá ser colocado en el altar. Esta misma comida se reparte al término del rosario que realizan los
fiscales. Cada asistente a esta mayordomía prueba una parte del alimento ofrendado, sea así una pequeña
pieza de pan o un fuerte trago de refino o aguardiente. Año tras año las relaciones se fortalecen al brindar
ayuda o asistencia en la casa del mayordomo. Al aproximarse el mes de cosecha, es buen momento para los
totonacos que practican la mano vuelta asistir y auxiliarse. La mano vuelta podría entenderse como la partici-
pación de mutua ayuda y solidaria entre los habitantes de la comunidad. El auxilio se hace entre compadres,
vecinos, amigos y familiares. Al iniciar el ciclo de siembra o cosecha, el dueño de la milpa invita a sus seres
más allegados para trabajar con él; algunos de ellos acuden, sabiendo de antemano que su colaboración no
será remunerada económicamente, pero se tiene la certeza que será apoyado de igual manera por aquella
persona que lo convocó . Esta acción también la vemos en la construcción de sus viviendas.
Enfermos, mujeres embarazadas y campesinos que esperan una buena cosecha para la próxima fiesta de los fieles difuntos, oran y piden la bendición de su santo, San Mateo Apóstol
Danza de los Negros Reales
Juegos pirotécnicos
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| Coxquihui |
Al llegar los fiscales, los danzantes y músicos que acompañan al ma-
yordomo guardan silencio. Junto con su familia da la bienvenida en el
umbral de la puerta. Son los fiscales que en idioma totonaco mencionan
sentirse honrados por la aceptación del Santo, la cual brindará de ben-
diciones a todos los que ahí habitan. De igual manera, se manifiesta el
sacrificio y esmero con el que se guardó y protegió la imagen de San
Mateo Apóstol. Antes de bajar las ceras del altar se reza un rosario. Al
inicio todos los que asisten a esta mayordomía se persignan, y en cierto
momento, con sus manos, persignan a la “madre tierra”. Al terminar
el rosario, se pide al mayordomo que conceda las ceras a su familia
y a otros seres queridos. En la cosmovisión local se cree que la cera
representa la vida, “la cera ilumina y es la esperanza”, “es la bendición
que recibimos del Santo Patrono”. En la comunidad existen alrededor
de ocho personas dedicadas a la realización de la cera. Los trabajos
son realmente todo un arte, cuyo conocimiento de realización se ha
otorgado de generación en generación. El número de ceras por entre-
gar dependerá de los recursos de los mayordomos, pero en promedio
son 12 ceras las que se entregan.
Durante el trayecto hacia la iglesia, el mayordomo se acompaña de la
familia y los danzantes. Los cohetes son lanzados por personas espe-
cialistas; estos artefactos son de gran tamaño y su estallido se escucha
por todos los cerros frondosos que rodean la comunidad. La imagen
de San Mateo es cargada durante la procesión por el mayordomo y
los familiares; junto a ellos se trasladan cuatro bases de madera en el
que se colocan las ceras principales. Al inicio de la procesión se ubican
los danzantes, seguidamente el mayordomo, y al final, en ocasiones, la
música de viento. Es durante el traslado del Santo que se ve el sacrificio
efectuado por el mayordomo. Aquí se identifica quién inicia en este
proceso religioso y se otorga a su vez el prestigio social-religioso.
Al llegar a la iglesia la imagen es recibida por el sacerdote. Él es quien
da la bendición y bienvenida al mayordomo. De manera ordenada, con
melodías de cantos religiosos, se dirigen hacia el al altar principal ador-
nado con mazorca de maíz. Ahí esperaran que culmine la misa y será
hasta ese momento que se entregue la cera. De manera simultánea,
en el atrio se reúnen diferentes danzas, mientras la gente se distrae
observándolas. Existe un deleite visual por la confección y los distintos
colores que conforman cada una de las vestimentas.
Entre las danzas representativas que brindan sus pasos en esta fiesta
patronal son las danzas de los Voladores, Negritos, Tejoneros, Torea-
dores y la danza de los Quetzales. Esta última está integrada por 18
elementos, dos caporales y dos músicos que llevan el compás y el ritmo
de la danza. Cuatro días antes de la fiesta patronal, los danzantes se
reunirán para ensayar todos los sones que tiene esta danza en la casa
del “casero”. El “casero” puede ser cualquier persona o mayordomo de
la comunidad que esté dispuesta a dar alimentación y hospedaje a los
18 elementos durante el tiempo que dure la fiesta patronal.
A partir del inicio de la fiesta patronal, todos los elementos con los que
se integra esta danza entrarán en un “ciclo de purificación”, donde la
abstinencia sexual es parte de ello. Si no se llevase acabo el ritual del
abstencionismo, es probable que los espíritus de los caporales falleci-
dos se molesten con aquel que no cumpla su promesa, y en señal de su
desagrado, los danzantes tendrían espantosas visiones; así, podrían ver
cómo un remolino de colores los atrae hasta llevárselos y jamás volver.
Danza de Quetzales
Danza de Tejoneros
Danza de Quetzales
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| Coxquihui |
Su desobediencia también provocaría enfermedades como fiebres muy
altas, vómito y muchas otras alucinaciones.
El último día de la fiesta patronal está dedicado a los danzantes. Se
hace una misa en la que el sacerdote agradece todo ese entusiasmo,
dedicación, y promesa espiritual. Este día los danzantes lucen lo mejor
que pueden: sus trajes pulcros, las botas muy bien lustradas. El flautis-
ta de esta danza toca con gran armonía, y el señor del tamborcillo lleva
el compás y el ritmo. Todos sonríen; saben que han logrado algo im-
portante, y que son ejemplo para sus hijos, su familia y su comunidad.
Terminada todas las actividades, la cruceta será llevada a la casa del
“casero”, ya que ahí estará guardada durante un año. Para llevarla
es necesario que se dance alrededor de ella al ritmo y compás de 12
sones, en los que se muestra agradecimiento a los antepasados por
haber cuidado de todos. Cuando se llega a la casa del “casero” todos
por última vez danzarán, para que finalmente la cruceta se coloque en
forma de cruz y sea guardada nuevamente.
Durante la fiesta patronal se preparan también bautizos y comunio-
nes; éstas se efectúan dos o un día antes del 21 de septiembre. La
realización del bautismo en esta comunidad representa una relación
de compadrazgo. Después del ritual de levantamiento del recién na-
cido, algunos padres de familia, a los tres meses, inclusive algunos
años más, bautizan a sus hijos. Ellos buscarán como padrinos perso-
nas que representen un equilibrio económico y una referencia social
incuestionable en la comunidad. Por ejemplo, son buscados maestros,
comerciantes, personas que tienen algún cargo público, médicos de la
clínica, enfermeras, entre otros. Todo ello con la finalidad de cuidar y
velar el crecimiento de este nuevo ahijado. Aceptar ser padrino es un
compromiso que se adquiere con responsabilidad y seriedad.
En la fiesta de San Mateo Apóstol se refrenda la solidaridad, los lazos
socioculturales y religiosos. Se recibe con gran entusiasmo a extraños,
migrantes y habitantes de pueblos vecinos.
Danzante de Negros Reales, viendo el ritual de los Voladores
Danza de los Voladores Danzantes de los Tejorenos, viendo a los Voladores
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Los músicos
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información
Destino: Coxquihui
Ubicación: Totonacapan
Altitud: 280 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 20° 11” latitud norte y 97° 35” longitud oeste
Clima: cálido-regular con una temperatura promedio de 24° C
Aeropuerto: Tajín, Poza Rica, Ve
Central camionera: Papantla, Ver.
Referencia:Acceso por Papantla, Ver.
Acceso por Cuetzalan, Puebla
Danzante de Negros Reales
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| NAOLINCO |
¡Viva San Mateo! · NAOLINCO
| NAOLINCO |
A escasos 17 kilómetros de Xalapa, rumbo a la sierra de Chiconquiaco-Misantla, se accede a la ciudad de Naolinco, población de agradable hospitalidad y singular tradición, donde se confeccionan zapatos y se celebra como Santo Patrono a San Mateo
Investigación: Lorena Acosta | Fotografía: Cristóbal trejo · Salvador Flores | Diseño editorial: Alberto Hernández
Pilatos, personaje principal de la danza de Santiagos
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| NAOLINCO |
n torno a esta celebración se construye gran parte de la
identidad de los naolinqueños. Es el punto de referencia
que año con año los habitantes recrean, dando cuerpo así a una de las
manifestaciones más palpables del patrimonio cultural inmaterial: las
festividades religiosas y sus celebraciones. Lo que implica, a su vez,
la unión de voluntades y esfuerzos entre familiares y vecinos, donde
la creatividad, el color, el ritmo y el sabor se concretizan en la fiesta.
Aunque esta celebración tiene su punto álgido los días 20 y 21 de
septiembre, su transcurso previo y posterior hace que culmine hasta la
festividad de Todos Santos. Uno de sus elementos representativos son
las danzas tradicionales: de Pilatos y negros. Por su espectacularidad
son indispensables para cada fiesta, ocupando un lugar especial para
cada día. Así, el 20 de septiembre estas danzas van al frente de la pro-
cesión que inicia el recorrido en la capilla del Calvario y en la avenida
Revolución, en punto de las cuatro de la tarde. Gran cantidad de flores
amarillas enmarcan la imagen del apóstol Mateo en esta pequeña er-
mita, en la que un centenar de hombres y mujeres se congregan para
iniciar la peregrinación. Cuatro varones cargan a San Mateo, seguidos
de los Pilatos, que, solemnes, producen rítmicos movimientos debido al
compás de la flauta y el tambor.
Conforme se avanza por las estrechas y empedradas calles, se su-
man a este cortejo más y más personas para encaminarse a la ca-
pilla azul. También se incorpora la banda de viento, que se intercala
entre las crecientes filas, dejando que el Pilatos y su gran espada, en
la que puede leerse “Viva San Mateo”, encabece el recorrido, seguido
inmediatamente por el señor Santiago, montado en su blanco corcel, y
flanqueado por los sabarios, caínes y demás personajes que integran
la danza, quienes solemnes y atentos permiten que de manera inter-
mitente algunas personas se intercalen entre ellos para que el santo
“los vea”, como si quisieran garantizar que éste les anote con su pluma
dorada en su visible libro.
Así transcurre el tiempo. No importa la lluvia; poco a poco se incor-
poran más niños, hombres y mujeres, que de capilla en capilla van
recorriendo gran parte de la ciudad. De manera ocasional el estruendo
de los cohetes interrumpe las notas musicales, pero eso no importa, el
ritmo se retoma de inmediato. Muchos del grupo que acompañan a la
imagen se conocen entre sí, se saludan y gustosos avanzan compar-
tiendo la ruta que los encamina a la iglesia principal. El santo reposará
E
en el templo, rodeado de enormes arreglos florales, que en conjunto
ofrecen vistosidad, colorido y aroma al recinto. Antes de depositar la
magnífica escultura los encargados de los festejos religiosos cambian
los atuendos en privada ceremonia y, después de unos minutos, apa-
rece impecable, iniciando así la celebración religiosa en punto de las
siete de la noche.
Quienes no pueden ingresar aprovechan el atrio parroquial para des-
cansar, o bien, caminar por el parque o por las calles que están llenas
de vendimia, de juegos mecánicos y estruendosos aparatos de sonido
que programan géneros musicales tan diversos o anuncian la cualidad
de sus productos. Es posible disponer de una gran oferta comercial
en zapatos, bolsos, así como una gran variedad de artículos de piel.
El mercadeo se extiende hasta llegar a la alfarería tradicional de San
Miguel Aguasuelos, comunidad del municipio que se ha destacado por
su producción artesanal, dándole renombre a sus mujeres que hábil-
mente confeccionan tinajas, apaxtles, lebrillos, cascoyos y otros en-
seres domésticos, que combinan con piezas de ornato, de pequeño y
gran formato, como iglesias, muñecas campana, nacimientos y tantas
otras figuras alusivas a la flora, la fauna o las actividades cotidianas.
Con técnicas ancestrales de amasado, modelado, pastillaje, engobe y
bruñido, permiten la creación individual de cada artesana, ofreciendo al
visitante el sello e identidad de la población.
El señor Santiago y su ejército (danza de Santiagos)
El Pilatos de la danza de Santiagos encabeza la procesión de San Mateo. En su recorrido, se va
nutriendo de más y más gente
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| NAOLINCO |
Mirar y descubrir una expresión particular y a la vez tan diversa de una
región se hace inevitable en esta celebración. Así, en la fiesta patronal
de Naolinco podemos encontrar a un danzante, una máscara tallada en
madera, una fachada tradicional, un altar, un delicioso dulce de leche
de pepita con caprichosa forma de cochinito, una fotografía antigua,
una pieza de alfarería, un enorme árbol de jinicuil o una tradicional
leyenda. Todo ello es parte del patrimonio cultural del que los naolin-
queños se sienten tan orgullosos, al igual que de su exquisito mole, sus
chiles rellenos y de su fiesta en general vestida con el fervor religioso,
con la alegría y colorido en sus danzas, haciendo de ella un elemento
importante en la comunidad: ser y sentirse parte del rito festivo.
El festejo continúa y a la par de él se celebra la liturgia. Se escenifica
la lucha del ejército del señor Santiago contra el Pilatos, donde éste es
el personaje principal. Cientos de personas se congregan para admirar
la representación. Mientras la noche avanza el programa artístico se va
nutriendo a través de la participación de bailes folclóricos, conjuntos
musicales, artistas regionales y otros espectáculos, lo que hace que las
familias permanezcan en estos foros mientras los hijos comen las go-
losinas típicas de fiesta: algodones, elotes asados, helados, fresas con
cremas, cocadas, cacahuates tostados o garapiñados, enormes paletas
de caramelo macizo y un sinfín de dulces. Es también la ocasión espe-
cial para lanzar gran cantidad de burbujas de jabón que chocan entre sí
para confundirse con la densa neblina propia de las noches de otoño.
De igual forma, todos esperan el tradicional castillo, que al filo de la una
de la mañana se enciende para dar forma a los fastuosos y caprichosos
colores que brotan de la pólvora en perfecta alquimia. Así, el espectador
emite sorprendentes expresiones de júbilo.
Si ese primer día de fiesta fue de algarabía, para el siguiente se des-
bordan las emociones. La atención se centra en la danza y los negros,
especie de comparsas disfrazadas, que por barrios se organizan para
dar batalla a los santiagos, comandados por el caballo. Estos negros
se unen al Pilatos, y forman verdaderos ejércitos para librar una ba-
talla campal. Todo inicia alrededor de las once de la mañana, cuando
aparecen los negros ataviados en trajes tan vistosos y confecciona-
dos exclusivamente para la ocasión. Si la comparsa la integran cinco,
diez o veinte, todos van idénticamente vestidos, portando máscaras de
madera elaboradas por artesanos locales, quienes tallan y esculpen el
equimite para dotar de rasgos malévolos y únicos a cada pieza, que al
haber sido labrada es diestramente pintada. Así, la máscara muestra un
acabado perfecto que permite a los conocedores saber la manufactura
a través de los rasgos que cada maestro artesano produjo.
Como para ir “calentando el ambiente”, estas comparsas van y vienen
por las calles y barrios, haciendo que chicos y grandes los persigan.
El conglomerado empieza a crecer; pronto suman cientos de negros y
los espectadores son cada vez más. La expectación aumenta cuando
por fin aparece el señor Santiago en su corcel blanco, seguido de sus
huestes… Pero cuando Pilatos llega triunfal, todos al mismo tiempo
se abren porque intempestivamente aparecen los negros, quienes a
fuerza bruta intentan montar el caballo, acto que repelen los sabarios
y soldados de la fe, para lo cual hacen uso de sus machetes y tlapal-
tontes (especie de pequeños escudos de madera), que sin miramientos
se utilizan para agredir a los oponentes. Se escuchan los planazos y la
concurrencia celebra las hazañas de los negros, a quienes de vez en
cuando identifican por sus trajes de enfermeras diabólicas, princesas
galácticas, luchadores, payasos o quinceañeras que ocultan su iden-
tidad varonil detrás de la máscara y del atuendo que permite la tras-
gresión sexual. Esta batalla se prolonga durante dos horas aproxima-
damente, tiempo en que los contrincantes quedan exhaustos y resulta
vencedor el ejército de los santiagos, como símbolo del bien.
Se escuchan los planazos y la concurrencia celebra las hazañas de los negros, a quienes de vez en cuando identifican por sus trajes de enfermeras diabólicas, princesas galácticas, luchadores, payasos o quinceañeras que ocultan su identidad varonil detrás de la máscara y del atuendo que permite la transgresión sexual
Comparsa de Negros. El danzante muestra las marcas de la batalla entre el bien y el mal, representada en la
danza de Santiagos
Danza de Santiagos contra comparsa de Negros (lucha entre el bien y el mal)
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La algarabía se desborda. Los apaleados negros son vitoreados, el Pila-
tos grita “¡Viva San Mateoooo!”, y la gente le corea: “¡viva!”. Los negros
se dispersan de la misma forma en que llegaron. Se quitan la ropa
dejando al descubierto sus magullados dorsos que muestran enormes
verdugones como símbolo de su valentía y virilidad.
Terminada la representación, familiares y amigos son invitados a comer
a las casas donde se sirven variedades de platillos de la gastronomía
local: el mole de Naolinco, con su almendrado y dulzón sabor, los chiles
chipotles rellenos, los embutidos con estilo local, la barbacoa de bo-
rrego y su consomé, los chilealotes, los chocos, el arroz, las patitas en
escabeche, los tamales y su gran variedad de postres que van desde
el manjar, la natilla, el guayabate, los higos rellenos, las masafinas,
merengues y otros platillos elaborados para la fiesta y servidos a los
invitados que acuden para disfrutar la celebración de San Mateo, vi-
sitantes de otros municipios como Jilotepec, Banderilla, Miahuatlán,
Yecuatla, Actopan, Alto Lucero, Xalapa, Misantla, Tepetlán, Juchique de
Ferrer, Cihiconquiaco, Acatlán y otros tantos, donde la distancia no es
impedimento para convivir y disfrutar de una fiesta tan singular.
A partir de este día el Pilatos seguirá apareciendo por las calles, invi-
tando a los negros a seguir la batalla. A los ocho días, en el siguiente
domingo, y aunque ya no están todos los negros, se repite la contienda.
Nuevamente hay expectación en torno a ellos; el pueblo sigue festejan-
do. Otra vez las viandas de comida agasajan a los invitados, aquellos
familiares y amigos que no pudieron asistir, o los que sí lo hicieron
renuevan su interés por la danza y los símbolos. De esta forma cada
tarde seguirán apareciendo los negros, aún sin tener contrincantes o
adversarios, por lo que la agrupación se reduce hasta desaparecer en
los albores de Todos Santos, festividad a la que antecede esta celebra-
ción. Así se retoma el carácter festivo de Naolinco, lugar de los cuatro
movimientos del sol.
Pilatos, personaje principal de la danza de Santiagos
Danza de Santiagos
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información
Destino: Naolinco
Ubicación: Centro montañosa del estado
Altitud: 1,540 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 19° 39” latitud norte y 96° 52” longitud oeste
Clima: templado-húmedo-regular con una temperatura promedio de 16° C
Aeropuerto: El Lencero, Xalapa (ciudad capital), Ver., y Heriberto Jara en el
puerto de Veracruz
Central camionera: Xalapa, Ver.
Gran escenario natural es cada una de las fachadas de las viviendas ataviadas con imágenes del santo, ricamente
adornadas con listones y gasas rojas, amarillas y doradas, lo que da la sensación de reverencia cortesana
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San Miguel Arcángel · ZOZOCOLCO
Fiesta de
Los San Migueles (ángeles totonacas), son la danza más relevante por estar dedicada al Santo Patrono, y
se han preparado para la contienda con el mal, por lo que han ayunado, no han tocado a sus mujeres, van
armados y protegidos
Investigación: Héctor Parra | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
Danza de San Miguelitos
| Zozocolco |
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La iglesia, cuyo origen franciscano se remonta alrededor de 1600, y que por estar sobre la cima de un cerro, destaca como un gran mirador
lo largo y ancho de la superficie que ocupa el estado de Veracruz, podemos encontrar un sin
número de parajes de exquisita belleza que hacen de él una de las regiones más hermosas
de nuestro país.
Este es el caso de Zozocolco, que se encuentra enclavado en la sierra totonaca. Su fundación se remonta
a varios años antes de 1400 por un grupo de totonacas adoradores del Sol, llamado por ellos Chichini, y
conquistados en 1450 por los mexicas.
Este rincón veracruzano surge entre su cuna natural y nos ofrece un singular espectáculo por la blancura
de sus casas de piedra de laja y el rojo techado, sobresaliendo por sus bien trazadas calles empedradas
y banquetas en ambas aceras que nos permiten apreciar hermosas y sólidas construcciones. Al norte de
la población se encuentra el edificio destinado al palacio municipal y la iglesia, cuyo origen franciscano se
remonta alrededor de 1600, y que por estar sobre la cima de un cerro, destaca como un gran mirador, con
sus dos altas torres en las que se encuentran las campanas de un teñir sin igual, así como el viejo reloj que
es orgullo y testigo del pasar del tiempo del pueblo.
ARetablos históricos y ceras artesanales
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La fiesta de San Miguel en Zozocolco se centra, entre muchas cosas más, en la representación de la lucha sostenida por el Arcángel contra Lucifer
Zozocolco aún conserva su herencia religiosa en su más puro misticis-
mo, por lo que celebra con gran veneración al Santo Patrón del pueblo,
San Miguel Arcángel, del 28 de septiembre al 3 de octubre, siendo el
día principal el 29 de septiembre. La fiesta de San Miguel en Zozocolco
se centra, entre muchas cosas más, en la representación de la lucha
sostenida por el Arcángel contra Lucifer.
La gente se prepara con anticipación realizando sus compras para es-
trenar durante los distintos eventos religiosos que se llevarán a cabo
durante la celebración: bautizos, confirmaciones, comuniones, así
como en los bailes populares. De igual forma, adquieren las especias
necesarias para la comida tradicional de estos días, como es el mole
de pavo acompañado con arroz. Destaca dentro de los ingredientes la
pimienta, que en Zozocolco tiene un sabor muy singular, y que parte
de su economía gira alrededor de su producción (antes era la vainilla).
El pueblo se torna diferente durante la festividad. Por el día hay juegos
mecánicos, juegos de azar, venta de toda clase de artículos para el
hogar y también llegan los merolicos, aquellos que traen hierbas medi-
cinales que curan todo y que juntan más gente a su alrededor que un
mitin (es muy singular su retorica); en las tardes la gente va de un lado
a otro por las calles y por la noche hay teatro del pueblo. Los cohetes
truenan en el cielo a cada momento dejando una gran estela de humo,
lo que anuncia la llegada de la fiesta del Santo Patrón del pueblo. Así,
la vida diaria se interrumpe y la gente suspende su trabajo para unirse
a la celebración.
Danza de San Miguelitos
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La elaboración de las velas (ceras) que serán llevadas a la iglesia para
el Santo Patrón son hechas por manos artesanas en casa del mayordo-
mo, donde se coloca un aro de bejuco o de alambre, del cual penden
varios pabilos para irlos engrosando hasta llegar a su tamaño normal.
Se utiliza cera amarilla de parafina para los adornos, que es derretida
en cazuelas de barro. Una vez terminado este proceso, los pabilos son
bajados y colgados para posteriormente adornarlos con figuras elabo-
radas con parafina blanca y colocados en moldes de madera. Se pue-
den usar también aros forrados con papel de china o crepé de varios
colores, de preferencia chillantes, confeccionando en ellos figuras de
angelitos y escarchados con diamantina.
La elaboración de las velas (ceras) que serán llevadas a la iglesia para el Santo Patrón son hechas por manos artesa-nas en casa del mayordomo
| Zozocolco |
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Son varios mayordomos que entregan cera durante la festividad. La pri-
mera es entregada el 28 de septiembre a partir de las cinco de la tarde
al salir de la casa del mayordomo, quien junto con sus familiares cargan
a San Miguel en andas y en procesión recorriendo las principales calles
del pueblo, acompañados por las diferentes danzas, los Santiagos, los
huehes, los negritos, los quetzales, los moros, los españoles y los vo-
ladores, sin faltar la danza principal: la de los San Migueles, haciendo
gala de sus sones y el colorido de sus trajes.
Los cohetes truenan a lo largo del recorrido hasta que el nutrido grupo
llega a la iglesia, donde los participantes son esperados por el párroco,
quien bendice a todos y los invita a pasar a colocar cada una de las
velas en el pasillo principal para ser encendidas por todo el resto del
día. Cada una de las danzas entra en su momento para hincarse frente
a San Miguel y dar gracias por otro año más de vida y pedir por su
familia. Al siguiente día, por la mañana, la cera es sacada por el mismo
mayordomo, quien es acompañado en procesión por la gente del pue-
blo y las danzas para llevarla a casa del mayordomo del año entrante,
quien con anticipación se ha preparado confeccionando en su casa un
altar: una mesa con un arco forrado con tepejilote que lleva al frente,
sobre el piso, un petate donde van colocadas las ceras que le son
entregadas por el mayordomo saliente. Sobre el altar hay imágenes de
algunos santos, principalmente la de San Miguel. Al llegar la cera todos
son recibidos con pan y café.
Sin faltar la danza principal: la de los San Miguelitos, haciendo gala
de sus sones y colorido de sus trajes y sombreros
Son varios mayordomos que entregan cera durante la festividad. La primera es entregada el 28 de septiembre a partir de las cinco de la tarde
Ceras artesanales de gran tamaño
Procesión de Tejoneros y San Migueles
Danza de Santiagos
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Al amanecer del día 29 los cohetes truenan nuevamente retumbando
el cielo; también las campanas de la iglesia repican en todo momento
anunciando la hora para que la gente se acerque y así cantar las maña-
nitas a San Miguel Arcángel, que son con músicos del pueblo. Algunas
danzas llegan y bailan algunos de sus sones en el atrio.
La vela principal es la que se entrega este día; es la de mayor rele-
vancia ya que es cuando se festeja a San Miguel. Nuevamente otro de
los mayordomos entregará las ceras acompañado de danzas y amigos,
recorriendo las calles del pueblo en una gran procesión hasta llegar a la
iglesia para ser entregadas al Santo. Así sucede durante toda la fiesta.
En este día hay ceremonias litúrgicas como bautizos, confirmaciones
y comuniones. En el atrio de la iglesia las danzas bailan sus sones to-
cados por los músicos que los acompañan. En la mayoría de las casas
hay mole para recibir a los familiares, amigos y gente de otros pueblos
que los visiten.
Durante este día aparece el diablo, persona vestida de ese personaje,
quien insulta a la gente en su propia lengua y anda por las calles del
pueblo hasta llegar a la iglesia, donde es esperado por los San Mi-
gueles, que son la danza más relevante por estar dedicada al Santo
Patrono y que se han preparado para la contienda con el mal, por lo que
han ayunado, no han tocado a sus mujeres, van armados y protegidos.
Durante el desarrollo de la danza se exponen aspectos de la leyenda,
lucifer entra en combate y después de luchar por un momento con San
Miguel es sujetado y así da inicio la verdadera fiesta.
El pueblo conmemora el triunfo de su Santo Patrono con quema de co-
hetes y toritos, bailes populares y huapangos, donde la gente participa.
Todo es regocijo, el mal ha sido simbólicamente controlado, proliferan
las bendiciones en los bautizos, las confirmaciones y las bodas.
Danza de Quetzales. Los Quetzales de Zozocolco son los que tienen las coronas
más grandes del Totonacapan, alcanzando un diámetro mayor a los dos metros
Durante este día aparece el
diablo, persona vestida de ese
personaje, quien insulta a la
gente en su propia lengua
Diablo de las danza de los San Miguelitos
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| Zozocolco |
| Veracruz · Fiesta Viva |
información
Destino: Zozocolco
Ubicación: Totonacapan
Altitud: 280 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 20° 08” latitud norte y 97° 35” longitud oeste
Clima: cálido-regular con una temperatura promedio de 22° C
Aeropuerto: Tajín, Poza Rica, Ver.
Central camionera: Papantla, Ver.
Referencia: Acceso por Papantla, Ver.
Acceso por Cuetzalan, Puebla
La gente de los pueblos cercanos regresan a sus casas cansada y agotada, pero contenta a la vez por haber cumplido su compromiso con el Santo PatronoSan Miguel Arcángel
Danza de los Tejoneros
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Mayordomía de
· MECATLÁN
San Miguel Arcángel
En lo alto del cerro se oyen los cohetes que dejan una gran estela en el cielo, anunciado así que ha llegado el día de agradar al Santo Patrón San Miguel Arcángel
Investigación: Héctor Parra | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
Mayordomo en procesión con ceras
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| Mecatlán |
i realizamos un recorrido partiendo del centro donde se
encuentra Xalapa, la capital del estado, y nos dirigimos
al norte, llegaremos a la zona del Totonacapan, región de singular be-
lleza y cuna de la cultura totonaca, famosa en el mundo por sus caritas
sonrientes y los intrépidos Voladores de Papantla. En esta zona, donde
se bordan hermosas leyendas y los ritmos acompañan a antiquísimas
danzas ancestrales que guardan nuestras más profundas raíces, se
encuentra el municipio de Mecatlán.
Este alto rincón veracruzano, que en su zona serrana colinda con el
estado de Puebla parece haber detenido el tiempo, ofreciéndonos un
singular espectáculo con la celebración de su fiesta principal dedicada
al Santo Patrón San Miguel Arcángel, la cual se festeja del 28 al 30 de
septiembre, siendo el día principal el 29 de este mes.
En lo alto del cerro, se oyen los cohetes que dejan una gran estela en
el cielo, anunciado así que ha llegado el día de agradar al Santo Patrón
San Miguel Arcángel.
Banderitas hechas de plástico y de múltiples colores adornan la iglesia
y el atrio para recibir a las danzas. Por las calles la gente camina de un
lado a otro. Las campanas de la iglesia no dejan de tocar. Son alrede-
dor de las once de la mañana. Por fin aparece el Chimeko, personaje
vestido de charro y que usa una máscara, quien participa de todas las
danzas al saber ejecutar todos los pasos; atrás de él vienen los tejo-
neros, la primer danza que aparece. Éstos interpretan algunos de sus
sones con violín y jarana recorriendo algunas de las principales calles
del pueblo hasta llegar al atrio de la iglesia, donde bailan algunos de
sus sones para posteriormente entrar en ella.
Banderitas hechas de plástico y de múltiples colores adornan la iglesia y el atrio para recibir a las danzas
S
Atrio de la iglesia, en la parte más alta de Mecatlán
Danza de Moros y Españoles Danza de Tejoneros
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| Mecatlán |
A diferencia de otras festividades del Totonacapan, las danzas llegan
cada quien por su lado y en distintos horarios; puedes observar des-
de la iglesia, ubicada en la parte más alta de Mecatlán, cómo vienen
danzando desde lejos. El paisaje verde de montaña y de colores de los
trajes de las danzas, diseñan un arcoiris cultural.
Dentro de la iglesia sólo hay dos hileras de bancas pegadas a la pared,
una para hombres y otra, en el otro extremo, para las mujeres. El espa-
cio dentro de la iglesia se deja totalmente para que bailen las danzas,
quienes portan unos trajes de gran color y manufactura, son lugares y
personas donde la fiesta es lo más importante para ellos, es su fiesta,
que les simboliza todo.
Dentro de la iglesia sólo hay dos hileras de bancas pegadas a la pared, una para hombres y otra para las
mujeres. El espacio se deja totalmente para que bailen las danzas
Danza de Tejoneros
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| Mecatlán |
Junto a la iglesia, en una inclinada, está la escuela
primaria que cada vez que pasa una danza, salen los niños despavoridos de su
salón a ver a los danzantes, a sumarse un pedacito a la
caminata o a la misma danza y regresar después a su clase. Muchos de ellos,
después de su escuela, se transformarán en danzantes y serán como los que vieron
pasar: son niños que ven y siente su cultura viva
Niños de la danza de Toreadores
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| Mecatlán |
El mayordomo, acompañado de su familia y gente del pueblo, lleva la cera a la iglesia en procesión para
ser entregada a San Miguel Arcángel y así dar gracias por todos los beneficios obtenidos
a lo largo del año. Los danzantes, junto con el mayordomo y
personas que los acompañan, danzan alrededor del Santo Patrón, cargando las ceras
para luego salir y dirigirse a la casa del mayordomo, donde
disfrutarán de los sagrados alimentos que éste les ofrece
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| Mecatlán |
Por fin hace su aparición la danza de los toreadores vestidos de cha-
rros, quienes con gran gallardía portan su traje, y que junto con la
Maringuilla (personaje vestido de mujer) vienen bailando algunos de
sus sones. Cuando llegan a la iglesia entran y bailan antes de persig-
narse ante el Santo Patrón, para después salir al atrio y nuevamente
bailar. Poco a poco las demás danzas van haciendo su aparición: los
moros y españoles, los negritos y los tejoneros, que dan gracias por los
favores recibidos y por las buenas cosechas obtenidas durante el año.
Finalmente, todos bailan en el atrio, al tiempo que los asistentes se
congrega para verlos danzar.
Danza de toreadores
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| Mecatlán |
La fiesta continua todo el día, las danzas no tienen horario de llegada,
pueden arribar en cualquier momento, puedes quedarte en el atrio de
la iglesia a esperar venir las danzas todo el día y a contemplar el paisaje
que desde esa altura se ve. Es una fiesta donde la paciencia tiene su
recompensa.
La gente se siente contenta por los bienes recibidos durante este tiem-
po y pensar ya, en los nuevos propósitos que van a pedir para el
siguiente año, pues han cumplido su compromiso con la celebración
a San Miguel.
Payasos de la danza de los Tejoneros
Danza de Moros y Españoles
Danza de los Tejoneros
Danza de los Tejoneros
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información
Destino: Mecatlán
Ubicación: Totonacapan
Altitud: 860 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 20° 13” de latitud Norte y 97° 41” de longitud oeste
Clima: cálido-regular con una temperatura promedio de 25.5º C
Aeropuerto: Tajín, Poza Rica, Ver.
Central camionera: Papantla, Ver.
Referencia: Acceso por Papantla, Ver.
Acceso por Cuetzalan, Puebla
Danza de los Negros Reales
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· MECATLÁN
Investigación: Erik Alí | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
Payasos de la danza de Tejoneros
San MiguelArcángel
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L a fiesta patronal en Mecatlán se desarrolla durante la úl-
tima semana del mes de septiembre, pero el día mayor
o celebración patronal es el día 29 del mismo mes. Las relaciones so-
ciales y religiosas entre los municipios cercanos pueden apreciarse por
medio de las peregrinaciones y las mayordomías en honor a sus santos.
En la región del Totonacapan es muy importante la que se realiza en
honor a San Miguel Arcángel. Esta peregrinación se lleva a cabo año
tras año, el 29 de septiembre. La finalidad es visitar al Santo Patrón
de esta comunidad, y tiene como objetivo afianzar las relaciones con
los habitantes de los pueblos circunvecinos y ampliar redes sociales
con otros, que de alguna manera se encuentran intercomunicados a
través de diferentes rituales como los de compadrazgo, padrinazgo y
cuestiones de residencia.
Las comunidades que visitan al Santo Patrón San Miguel Arcángel en
Mecatlán son los municipios de: Filomeno Mata, Coahuitlán, Coyutla, y
las localidades de La escalera, Rancho Alegre, Cuhuixanat, Entabladero,
Puxtla y Naranjales. Los peregrinos que se dirigen a esta celebración se
reúnen en un punto estratégico, llamado el “Crucero”, que es la desvia-
ción de la carretera que dirige al municipio de Filomeno Mata. En este
lugar sagrado se encuentra construida una pequeña capilla con la ima-
gen de la Virgen María, en donde también se le lleva flores y ofrendas.
Al llegar el sacerdote de Mecatlán bendice y da la bienvenida a las
comunidades hermanas. La gente le saluda con entusiasmo y narra sus
experiencias durante el transcurso de su procesión. Cada comunidad
lleva un icono de su Santo Patrón de la localidad a la que pertenece.
Por ejemplo, la población de Filomeno Mata porta una imagen de su
Santo Patrón, que es Santo Domingo, así como la imagen de Santa
Rosa de Lima. La población de Coahuitlán lleva consigo un estandarte
de la Virgen María. Los fiscales, quienes son la máxima autoridad en la
estructura del sistema de cargos, son los encargados de recibir a los
visitantes con el estandarte de San Miguel Arcángel.
Una vez reunidos todos los peregrinos de las distintas comunidades, se
dirigen a la iglesia. El fiscal, durante toda la peregrinación, tocará una
pequeña campana. Al mismo tiempo, las campanas de la iglesia repi-
carán muy fuerte, en señal de que se aproximan a ella. El estandarte de San Miguel Arcángel siempre irá al
inicio de esta peregrinación. Las mujeres cubren su rostro con un velo blanco; algunas con encaje blanco. En
el patio de la iglesia son lanzados numerosos cohetones, indicando así a todo el pueblo que las comunidades
vecinas, como en años anteriores, han llegado. Antes de entrar a la iglesia se camina alrededor del atrio en
referencia a los cuatro puntos cardinales: norte, sur, este, y oeste.
En las puertas de la parroquia el sacerdote da la bendición y ofrece palabras de bienvenida. Sus palabras
son escuchadas por aquellas personas que vienen en la peregrinación. Se observan rostros agotados, rostros
de edad avanzada, pero el compromiso espiritual y emocional que conlleva el sacrificio sanan por completo
dicho cansancio. Una vez realizado este acto, el primer fiscal de la iglesia tocará la pequeña campana que
trae en su mano derecha. Poco a poco se avanza hacia el altar de la iglesia. Tres comunidades caminan jun-
tas, los mayordomos de Filomeno Mata, Coahuitlán, y Mecatlán. El coro entona diversos cantos de alabanza
mientras estas comunidades entran. El olor a incienso acompaña sus pausados pasos. Los mayordomos que
vienen de las diferentes comunidades vecinas colocarán las imágenes de sus Santos Patronos cerca del altar
en donde se encuentra San Miguel Arcángel.
Es importante mencionar que existen tres imágenes de San Miguel Arcángel dentro de la iglesia católica en
Mecatlán, distribuidas de la siguiente manera:
Músicos de la danza de Tejoneros
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Personaje de danza de Tejoneros
Primera imagen de San Miguel Arcángel. Esta imagen es la principal,
y es colocada en el altar mayor. No deberá ser tocada ni movida de su
lugar por ninguna persona, salvo en casos excepcionales, como por
ejemplo, cuando exista una sequía o alguna enfermedad que ataque a
toda la comunidad. Sólo así, bajo esta circunstancia, se realizará una
procesión y el Santo Patrono será bajado y llevado a las cuatro cruces
ubicadas en los cuatros puntos cardinales de la comunidad. Se tiene la
creencia de que si San Miguel Arcángel fuese bajado o tocado, sin mo-
tivo alguno, habría una tempestad que desencadenaría fuertes vientos
y tormentas que azotarían esta localidad.
Segunda imagen de San Miguel Arcángel. Esta imagen se localiza de-
bajo de la imagen principal. Al igual que la imagen anterior, permanece
dentro de la iglesia, pero a diferencia de la anterior, puede ser tocada
sin ningún impedimento.
Tercera imagen de San Miguel Arcángel. Un estandarte es la tercera
representación de San Miguel Arcángel de esta comunidad. La ima-
gen es la de un ángel. En su mano derecha levanta una espada; en
su mano izquierda lleva una balanza. Sus pies son cubiertos por unas
botas de color rojo. Lleva puesta una falda color azul. El cabello rubio
le cae hasta los hombros. Bajo sus pies se encuentra el diablo, total-
mente derrotado, que es consumido por las llamas del infierno; parte
de su rostro lo cubre con su mano izquierda, mientras que la derecha
pareciera pedir misericordia, Las uñas de sus manos parecieran las de
un ave de presa.
El estandarte de San Miguel Arcángel es la única imagen que sale fuera
de la iglesia, cuando se llevan a cabo las mayordomías en esta comu-
nidad. Así, el estandarte es trasladado a la casa del mayordomo por los
fiscales, para que aquél, al momento de dirigirse a entregar la cera,
lleve en sus manos la imagen de su Santo Patrón. Algunas personas se
hincan frente a San Miguel, le rezan, oran, ruegan, o le encienden una
veladora. Los pabilos de las velas crean la atmósfera y ese ambien-
te espiritual-religioso. Algunos peregrinos encienden una vela ante la
imagen de San Miguel. La misa comienza con las siguientes palabras
del sacerdote:
“Debemos glorificarte, Padre Santo,
por que tú eres un Dios de vida;
por ti existimos,
por ti estamos en el mundo.
Gracias señor por la oportunidad
que tú nos das de celebrar
estas fiestas patronales
en honor de San Miguel Arcángel,
que le dan la fuerza y la unidad a nuestros pueblos
del Totonacapan”.
“Gracias por toda esa espiritualidad
que tienen nuestros pueblos
y que nos ayudan a ubicarnos
en el trabajo, en el servicio,
en el amor hacia los demás.
Gracias por los elementos
que son vida para nuestro pueblo,
el buen aire, la lluvia, la madre tierra,
que dan frutos; por eso
y por tantas cosas más
te agradecemos y te cantamos juntamente
con los ángeles el himno de alabanza”.
Parte de la celebración consiste en realizar la misa fuera de la iglesia.
Para ello se construyen cuatro estaciones hechas con una estructura
de palos y ramas de diversos árboles, adornadas con flores de agra-
dable aroma. Aquí se ora y se expone el Santísimo Sacramento. La
finalidad de esta acción en estos pequeños espacios sagrados es la de
bendecir a la comunidad. El sacerdote cada vez que bendice levanta el
Santísimo, y forma una cruz refiriéndose siempre a los cuatro puntos
cardinales. La misa concluye esperando que por la tarde sea la entrega
de la mayordomía principal. Danza de Moros y Españoles
Danza de Toreadores
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La estructura religiosa que existe en Mecatlán se encuentra establecida
de la siguiente manera: un sacerdote, tres fiscales, siete mayordomos,
y dos topiles. Cada cargo asignado requiere de un compromiso religio-
so y moral con la comunidad. Para ocupar el papel principal, que es
el de fiscal, habrá que desempeñar y cumplir las funciones otorgadas
a todos los cargos en el sistema, desde la tarea y compromiso de ser
topil, quien se dedica al cuidado de los santos, tocar las campanas
de la iglesia, su cuidado y mantenimiento, hasta llegar y desempeñar
las funciones de un fiscal, que es básicamente organizar junto con los
mayordomos las celebraciones del calendario ritual-religioso en la co-
munidad.
Alcanzar la autoridad reconocida, legítima, implica invertir tiempo y re-
cursos para cumplir durante buena parte de la vida funciones que la co-
munidad considera necesarias. Al mismo tiempo que asciende en el es-
calafón, se gana experiencia; así, quienes han hecho todo el recorrido,
son los que conocen cómo deben llevarse a cabo las cosas públicas, los
que pueden garantizar la continuidad y hacer frente a las contingencias
colectivas. Son además, probadamente, los capaces para orientar, cu-
yos consejos, aun en el orden de la vida personal, están avalados por
una trayectoria de mérito reconocido (Bonfil Batalla, 1994).
Para una persona con una visión occidental la realización de una fies-
ta no tiene sentido; el derroche económico en algunos participantes,
como lo es en el caso de los mayordomos en esta localidad totonaca,
es para esta visión algo ilógico y sin beneficio. Pero la perspectiva de
quien participa en el desarrollo de la fiesta tendrá siempre una res-
puesta diferente.
En Mecatlán existen siete mayordomos, quienes durante la semana en
que se desarrolla la celebración de la fiesta patronal entregarán la ma-
yordomía. Se simboliza con la entrega de cera, que desde la visión local
representa la vida y la luz de la esperanza en la familia y la comunidad.
El constituirse como mayordomo implica un sacrificio económico que
muchas veces no comprendemos, y ha dado a algunos estudiosos en
el tema en llamársele “gasto suntuario” o “de prestigio”.
El día que se entregue la cera, el mayordomo deberá recibir en su
hogar a todo aquel visitante que llegue a acompañarlo. Él y su familia
ofrecerán alimento, bebida, pan, café y chocolate. Ese día la familia,
vecinos y visitantes, conversarán, reirán y beberán del aguardiente o
“refino” que el mayordomo les brindará. En estas mayordomías las re-
laciones de compadrazgo y padrinazgo se refuerzan o se crean nuevos
lazos sociales. Los familiares que asisten ayudan aportando su fuerza
para matar aves que servirán en mole o caldo como ofrenda en el altar
principal; también se organizan para otorgar la comida a todos los ahí
reunidos. En muchas casas las mujeres preparan tortillas a mano. La
leña poco a poco se consume debajo de un gran comal de barro que
es improvisado fuera de la casa. Los hombres brindan la fuerza física
para construir mesas donde las mujeres cocinarán, mientras que ellas
otorgan la mano de obra en la elaboración de los alimentos. Las danzas
también acuden, brindan sus pasos frente al altar principal de cada
mayordomo.
El fiscal, al llegar a la casa del mayordomo, le hace entrega del estan-
darte con la imagen de San Miguel, el cual es recibido y colocado en el
altar principal de la casa. Después de esta acción ritual, el fiscal dará
inicio al rosario. La gente se reúne alrededor del altar para comenzar
las oraciones y cantos religiosos. Al terminar, el fiscal llamará al ma-
yordomo y a su familia. En ese momento son bajadas y entregadas las
ceras a cada integrante de la familia; en promedio son doce ceras. Sin
embargo, quienes tienen mayor posibilidad económica podrán entregar
24 ó 36 ceras.
Al salir de la casa hacia la iglesia para la entrega de la mayordomía, se
escucha el estallido de cohetones, así también los sones de las danzas
que acompañan al mayordomo. La cera es llevada por los familiares
del mayordomo, mientras que él cargará en sus manos el estandarte
de San Miguel Arcángel durante todo el camino. Debido a la orografía
las veredas son muy inclinadas y los pasos poco a poco se vuelven
lentos y cansados. Al escuchar la música de las danzas y el estallido de
cohetes, la gente que no participa en la ceremonia sale al patio de sus
casas para observar.
Subiendo a la iglesia
Atrio de la iglesia
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| Mecatlán |
Al llegar a la iglesia, las campanas repican muy fuertemente, más co-
hetones son lanzados al aire y los pasos se apresuran. Como norma no
debe entrarse directamente a la iglesia; deberá caminarse alrededor
hacia los cuatro puntos cardinales antes de entrar. El sacerdote recibe
y da la bendición al mayordomo y a su familia en las puertas principales
de la iglesia. El coro los recibe con cantos religiosos. El sacerdote co-
mienza la misa agradeciendo la participación de todas las personas que
realizan las mayordomías, porque “esta forma de celebración da unidad
a los pueblos del Totonacapan”. Es al final de la misa que la familia y el
mayordomo hacen la entrega de la cera. Se puede cumplir esta tarea
hasta varios años consecutivos. La familia es bendecida y agradecida
por conservar la cosmovisión de los pueblos indígenas.
Las danzas juegan un papel importante dentro del desarrollo de la fiesta
patronal. Cada danza y danzante durante la fiesta realiza el ritual de
la abstención sexual; al no cumplirse, pondría en peligro de manera
individual y colectiva a los grupos dancísticos. Por ejemplo, se tiene la
creencia de que los danzantes de los toreadores, al no cumplir el ritual,
ven visiones: un gran toro los persigue, además de que llegan a enfer-
marse de temperatura y es posible la muerte en ciertos casos. Algunos
mayordomos brindan espacio en sus viviendas durante una semana, lo
que dura la fiesta. El mayordomo tendrá que proveer de alimentación
y hospedaje a todos los miembros de la danza que reciba en su hogar.
Algunas danzas que intervienen en la fiesta patronal de San Miguel
Arcángel son las siguientes:
Danza de los negritos. Esta danza cuenta con 17 integrantes: un capo-
ral, una maringuilla, un xocotillo y 14 negritos. La vestimenta consiste
en un sombrero con espejuelos, al cual le incluyen grandes plumas
de diferentes colores y flores artificiales. El rostro no se distingue muy
bien debido al fleco de hilo color amarillo que colocan alrededor de su
sombrero, de donde sobresalen también listones de color rojo, verde y
blanco. Los pañuelos de distintos colores, que cubren sus hombros y
otros que sostienen en sus manos, marcan el movimiento de su cuerpo,
al igual que sus marcados pasos. El pantalón que llevan es color negro,
y la tela con que está hecho es de terciopelo. Algunas de sus ropas
están muy gastadas; los bordados que tienen hechos con lentejuela se
ven desgastados y poco apoco se han ido cayendo de su despintado
pantalón negro.
Al centro de estos 16 danzantes se encuentra la “maringuilla”, quien
viste un vestido blanco y lleva un rebozo amarillo, con el que cubre un
costado de su espalda y cintura. Los grandes lentes oscuros que casi
cubren su rostro es parte de su accesorio. Los integrantes de esta
danza son acompañadas en sus sones por tres huapangueros, quienes
interpretan los 15 sones de esta danza. Una guitarra, un violín y una
jarana son los instrumentos musicales.
Danza de San Miguel Arcángel. Esta danza se integra de la siguiente
manera: San Miguel Arcángel, San Cristóbal, San Gabriel, ocho San
Migueles más, cinco Malitzin (actúan como angelitos), un Diablo, un
violinista, un jaranero y un guitarrista.
Los San Migueles visten con una especie de falda, que baja un poco
más a la rodilla. Las telas de colores llamativas y formas con lentejuela
bordadas hace que fácilmente llame la atención a nuestra vista. La
camisa de manga corta, en algunos de ellos, lleva una estrella. Colores
azules, rojos y amarillos resaltan ese color moreno en la fisonomía de
los danzantes. El casco de madera, que por su forma nos recuerda a
los soldados españoles en la época de la conquista, es adornado con
flores hechas a mano de papel aluminio de diversos colores (azul, rojo,
verde, amarillo y morado). En las espaldas llevan colocadas alas de
cartón cubiertas con pedacitos de papel de muchos colores, simulando
ser las plumas. Cada San Miguel porta en su mano derecha una espada
(machete), con la cual vencerán al demonio.
En esta danza se acompañan de niñas llamadas malitzin; su papel es
la de actuar como angelitos. Ellas danzan 15 sones de los 40 aproxi-
mados en esta danza. Las malitzin visten un vestido largo, casi hasta los talones. La tela es de encaje blanco
como símbolo de pureza. En las muñecas de sus pequeñas manos sujetan un par de pañuelos; su cuello es
adornado por brillantes collares de fantasía. La característica principal, junto con su falda larga, es el adorno
que llevan en sus cabezas: flores de papel hechas delicadamente a mano. El mal siempre se representa por
la oscuridad, por lo que el diablo viste totalmente de negro. La máscara que representa su rostro tiene dos
cuernos y unas orejas rojas. La danza de los San Migueles representa la lucha entre el bien y el mal: San
Miguel, San Cristóbal y San Gabriel combatirán contra el demonio hasta vencerlo.
Danza de los moros y españoles. La vestimenta de los moros se compone de tres partes: pantalón, saco y
sombrero. El pantalón es de color negro. La tela con la cual se diseña es de tercio pana. A la altura de la
pantorrilla y la rodilla llevan unos flecos de color amarillo hechos de hilo, que al bailar se mueven como si
fueran medusas de mar. El saco es de color negro también; los flecos amarillos van a la altura de los brazos
y es abierto del pecho. Lentejuelas de color azul, rojas, blancas y verdes son bordadas al frente. El sombrero
es adornado con una gran pluma y cubierto de flores artificiales, y es de color negro.
En las muñecas llevan atados un par de pañuelos de distintos colores. En el costado derecho de la cadera
llevarán siempre el machete, con el cual combatirán y se defenderán de los españoles. Los toscos botines
siempre se escucharán al marcar los pasos de esta danza. La vestimenta de los españoles es de una sola
pieza, y se asemeja a un vestido. La característica de éste es que tiene flecos a partir de la parte media de
la cadera hacia abajo.
Finalmente, tenemos a los we-wes o tejoneros. Cincuenta personas integran esta danza (varía en ocasiones
el número). El traje que utilizan los danzantes puede compararse quizá con la ropa que usan los “payasos”.
Portan unas máscaras de viejitos. Los sones son interpretados por dos guitarras y un violín.
Danza de ToreadoresDanza de Toreadores
Danza de Toreadores
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Mecatlán |
información
Destino: Mecatlán
Ubicación: Totonacapan
Altitud: 860 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 20° 13” de latitud Norte y 97° 41” de longitud oeste
Clima: cálido-regular con una temperatura promedio de 25.5º C
Aeropuerto: Tajín, Poza Rica, Ver.
Central camionera: Papantla, Ver.
Referencia: Acceso por Papantla, Ver.
Acceso por Cuetzalan, Puebla
Mayordomo en procesión con comitiva
| Veracruz · Fiesta Viva |
100
C omo tantos otros sitios prehispánicos, Coatepec basa su
toponimia en vocablos del náhuatl: coatl, serpiente; te-
petl, cerro, y el locativo co, “en el cerro de la serpiente”. Se sabe que
existió un asentamiento previo al que actualmente ocupa, en el lugar
denominado “Coatepec el Viejo”, donde se pueden apreciar restos de
antiguas construcciones. Para 1560 se formalizó la construcción del
asentamiento de indios denominado San Jerónimo Coatepec, ubicado
en la parte alta de la localidad. En 1702 se hizo la segunda congrega-
ción de indios, convocada por el cura don Pedro Jiménez del Campillo,
en la residencia actual. En esa época se inició también la fundación del
templo en honor a San Jerónimo.
· COATEPEC
San Jerónimo
La ciudad de Coatepec, con su título de
Pueblo Mágico, acoge importantes
tradiciones, entre las que cobra gran
relevancia el ahora llamado Festival San
Jerónimo, que tiene sus antecedentes en la
fundación del otrora pueblo
Festival
Investigación: Lorena Acosta | Fotografía: Antonio Jiménez · Carlos Caravantes | Diseño editorial: Alberto Hernández
Arco floral a base de cucharilla
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| Coatepec |
La tradición oral refiere que en el primer pueblo habitaba San Jerónimo en una cueva custodiada por una
serpiente, siendo dueño de las tierras que comprendían ese primer paraje, así como de las que ahora forman
la actual ciudad. De igual forma, se dice que cuando se construyó el nuevo pueblo también los lugareños
hicieron un gran templo dedicado a él. Sin embargo, la imagen no quería permanecer allí, pues todas las
noches desaparecía de su nicho y se trasladaba a su antigua morada, en “Coatepec el Viejo”. Se cuenta
que repartió las tierras a sus hijos —así se autodenominaban los propios pobladores respecto a su Santo
Patrón— y les encomendó que construyeran una capilla en su honor, en el actual barrio de San Jerónimo, y
que con el producto de las cosechas organizaran cada año una fiesta para celebrarlo.
Actualmente se conoce con ese nombre al barrio que comprende las
calles de Arteaga, Hernández y Hernández, Quintana Roo y Los Carriles;
el templo ahí edificado es el dedicado a dicho santo. Mención especial
debe darse al hecho de que en la puerta lateral que da a la calle Jimé-
nez del Campillo están colocadas las fauces de una serpiente, como
custodiando la entrada, haciendo remembranza a la antigua morada del
santo. También se cuenta que desde su construcción, año con año se
realiza una fiesta en su honor y que nunca ha dejado de celebrarse, ni
siquiera en el tiempo en que se prohibieron los culto católicos.
De lo más destacado de la ceremonia está la elaboración de arcos
florales, que tienen su origen en los antiguos grupos nahuas prehispá-
nicos, para quienes era costumbre común adornar los pórticos de los
templos durante las ceremonias a sus deidades. Con la construcción
de los templos católicos continuó la tradición de adornar las fachadas
de las iglesias en las festividades.
Los adornos consistían en colocar enramadas siguiendo el contorno de
los pórticos, casi siempre en un arco de medio punto, y para su confec-
ción se usaban ramas y flores de la temporada. En algunas ocasiones
traían materiales de zonas muy alejadas. Con los años, los adornos se
fueron haciendo más altos, llegando a cubrir casi por completo el frente
de los templos. Esta costumbre ha pasado a las actuales generaciones
y en muchos pueblos del centro de Veracruz, por lo que los arcos flo-
rales se han vuelto indispensables para la celebración de una fiesta en
honor a algún Santo Patrón en la región.
De lo más destacado de la ceremonia está la elaboración de arcos florales, que tienen su origen en los antiguos grupos nahuas prehispánicos, para quienes era costumbre común adornar los pórticos de los templos durante las ceremonias a sus deidades
Alfombras de aserrín por donde hace su recorrido la procesión
Danza de banda cruzada
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Coatepec |
Así, y desde hace 6 años, del 23 al 30 de septiembre se realiza el
Festival San Jerónimo, que basa su celebración en aquella antigua en-
comienda a “los hijos” de San Jerónimo. Comprende varias actividades
culturales en distintos espacios y foros. Para los lugareños lo más sig-
nificativo lo constituyen los retablos florales. Desde mediados de sep-
tiembre inician con la adquisición de materiales para su construcción.
Para ello los mayordomos, encargados de la confección de los arcos,
invitan a familiares y amigos para que les apoyen a elaborarlos. Este
trabajo inicia con la búsqueda de la flor a tierras lejanas de las faldas
del Cofre de Perote, cerca de las lagunas de Alchichica, en el estado de
Puebla, y las partes altas del municipio, para concluir con la artesanal
elaboración de enormes retablos con variadas iconografías cristianas
que hábilmente surgen de entrelazar blancas flores de cuchara, ro-
jos tenchos, verdes ramas de pino y bejucos locales, creando así esos
enormes regalos que el pueblo hace a su Santo Patrón.
De esta forma, en las calles y barrios se instalan enormes talleres don-
de los mayordomos dirigen la labor de los vecinos, familiares y amigos
que se congregan para hacer los arcos, siguiendo la guía establecida
para ello. Aunque la tarea es fatigante, todos gustosos cooperan en las
faenas; inician preparando la enorme base de madera que soportará
gran cantidad de peso y volumen, y que será trasladada por cientos de
varones. Hombres, mujeres y niños trabajan afanosos durante días y
noches, intercalando las jornadas con la convivencia, mientras disfru-
tan de ricas bebidas calientes o refrescantes, según lo apetezca cada
quien. En algunos improvisados talleres hay grupos musicales que ani-
man las faenas y ahuyentan el cansancio. Asimismo, se sirven humean-
tes platillos o tamales para convidar a los participantes del regalo que
hará cada mayordomo. Cuentan los pobladores que los mayordomos
nunca han dejado de adornar y honrar a su santo, ni siquiera cuando
limitaron los cultos católicos, por lo que se recuerda con mucho cariño
al señor Hilario Huesca, quien toda su vida la dedicó a ser mayordomo.
En los años recientes se han incorporado más elementos a la festividad.
Tal ha sido el caso de los préstamos culturales de Huamantla, Tlaxcala
y Apizaco, Puebla, de donde se ha retomado la colorida costumbre de
hacer tapetes de aserrín por donde pasa el cortejo del santo. Pronto
esta práctica fue aceptada por los coatepecanos y se la apropiaron, im-
primiendo diseños iconográficos locales, y así integrarla a los trabajos
colectivos y vecinales de los festejos.
Majestuoso arco floraldedicado a San Jerónimo,
patrono de Coatepec
Bajada del arco floral
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| Veracruz · Fiesta Viva | | Coatepec |
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Por la tarde del 28 de septiembre se dan los últimos toques a los ar-
cos, y si no hay más arreglos que hacer, se velará toda la noche y la
madrugada, mientras los cohetes anuncian que se han concluido las
labores. Durante la mañana del día 29 se trasladan todos los arcos a
Los Carriles, donde el párroco ofrece una misa y da la bendición a los
enormes regalos. A las 5 de la tarde, más cohetes indican “la bajada de
los arcos” rumbo a la iglesia. La imagen de San Jerónimo va al frente
de la procesión, acompañada de un séquito de religiosos, danzantes,
músicos y el pueblo en general, quienes pausadamente inauguran los
tapetes de aserrín, mientras la gente espera impaciente los pesados
arcos florales que son trasladados por varias docenas de hombres, por-
tando distintivas playeras que identifican la procedencia de cada arco.
Una situación curiosa que se ha dado en la celebración es que, por ser
septiembre mes de lluvias, es común que durante el trayecto de los
arcos se presente una tupida llovizna. Pero si por alguna eventualidad
atmosférica no se hiciera presente el agua, de las azoteas de las casas
se vierten pequeñas cantidades del líquido para animar a los faeneros.
La procesión continúa desbordando entre el público la fe y la devoción
por su Santo Patrón, a quien dedican las jornadas artísticas y cultura-
les del festival. Como cualquier manifestación cultural esta celebración
evoluciona, conserva reminiscencias del original festejo, integra nue-
vos elementos, desecha aquellas prácticas que le resultan obsoletas
y renueva año con año sus costumbres y tradiciones mediante viejas
formas organizativas o a través de nuevos procesos, que aunque pudie-
ran resultar efímeros u obedecer a la temporalidad administrativa local,
aportarán lucimiento a la fiesta.
La procesión continúa desbordan-do entre el público la fe y la
devoción por su Santo Patrón, a quien dedican las jornadas artísticas
y culturales del festival
La participación de los niños
contribuye a la continuidad de
la danzaNiños de la danza de banda cruzada Payasos, quienes por su continuidad y participación en la fiesta se están convirtiendo en una danza
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| Coatepec |
Alfombras deAcerrín
| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Coatepec |
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información
Destino: Coatepec
Ubicación: Zona montañosa central del estado
Altitud: 1200 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 19° 27” latitud norte y 96° 58” longitud oeste
Clima: templado-húmedo-regular con una temperatura promedio de 19.2° C
Aeropuerto: el Lencero, Xalapa (ciudad capital), Ver.
Central camionera: Xalapa, Ver.
Lo que siempre prevalecerá será la conmemoración a San Jerónimo, ya que en él los pobladores basan su existencia como pueblo y cohesionan sus vínculos sociales
| Veracruz · Fiesta Viva |
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L a fiesta es parte del ciclo patrimonial del pueblo: permite
la renovación de los vínculos con el terruño, fortalece los
lazos de identidad y da prestigio a cada región. Su ámbito puede ser re-
ligioso o cívico, pero el fin es el mismo. En este último contexto se ubica
la Conmemoración de la Ruptura de sitio de Coscomatepec de Bravo, y
su celebración se desarrolla del primero al 5 de octubre. Es una conme-
moración exclusivamente cívica, que la distingue de otros festejos; se
enmarca con el carácter de una feria y posee varios momentos festivos:
bailes populares, teatro del pueblo, juegos pirotécnicos y mecánicos,
torneos deportivos y cabalgatas. De éstos, el más trascendental es la
DE SITIO Ruptura
· COSCOMATEPEC DE BRAVO
representación de la ruptura de sitio, que se realiza el 3 de octubre, y
es a través del teatro comunitario donde 130 actores en escena reviven
los pasajes de la historia que los llena de orgullo, y por eso le han dado
en la región la categoría de Histórica Coscomatepec de Bravo.
Cogerás la jaula porque el pájaro ha volado
“El talayote”, canción popular
Investigación: Lorena Acosta | Fotografía: Salvador Flores | Diseño editorial: Alberto Hernández
Teatro comunitario representando la Ruptura de sitio
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| Coscomatepec |
La plaza central, ricamente ataviada con luces tricolores: verde, blanco
y rojo, poco a poco se conforma en un gran teatro popular. Cada una
de las bancas dispuestas en los jardines, fuentes, el kiosco central y
cualquier espacio disponible se improvisan como butacas. Las calles
que convergen en el parque central son un verdadero afluente para los
miles de espectadores, que desde las primeras horas de la noche ocu-
pan sus lugares para apreciar la representación histórica. El escenario
se ubica en la fachada principal del Palacio Municipal, donde una gran
manta pintada refleja aspectos del paisaje natural, destacando el Ci-
tlaltépetl, más conocido como el Pico de Orizaba. De manera contigua,
se improvisan algunas casuchas de madera y paja, cuyo destino será la
culminación de la puesta en escena.
130 actores en escena reviven los pasajes de la historia que los llena de orgullo, y por eso le han dado
a la región la categoría de Histórica Coscomatepec de Bravo
El teniente Heredia, segundo en el mando del General Nicolás Bravo,
conduce las tropas
Cinco pantallas gigantes dispuestas estratégicamente son colocadas
con la finalidad de proyectar en circuito cerrado lo que ocurra en el es-
cenario, logrando que cada espectador aprecie los momentos de la tra-
ma. Algunos actores cruzan entre la muchedumbre y por su vestuario
avivan el interés del público, que identifica a los personajes. Mientras
tanto, decenas de técnicos instalan el sonido, las cámaras, adaptan
micrófonos inalámbricos, revisan las luces, demarcan el escenario y
batallan con los curiosos.
Hay un ambiente alegre y las pláticas entre los asistentes giran en torno
a la importancia de la fiesta, la riqueza y organización. Lo comentan
con sus hijos, amigos y familiares, afianzando así la tradición oral de la
historia local. La mayoría ha presenciado el espectáculo muchas veces
y lo seguirá haciendo cada año. Los habitantes del pueblo lo esperan
anualmente, y quienes han emigrado regresan para ello, mientras que
los que radican en las congregaciones y rancherías del municipio se
trasladan ex profeso. Ningún coscomatepecano quisiera faltar.
La representación se realiza desde hace más de cien años; los Clu-
bes Nicolás Bravo y Fundadores se ocupan de la gala, por ello buscan
patrocinio y se coordinan con el Ayuntamiento, y para alcanzar su fin
recurren a las crónicas de la historia y a las nuevas tecnologías. Más de
cien actores se preparan con días de antelación.
A las nueve de la noche se anuncia la primera llamada. Los espec-
tadores se apresuran para definir su espacio; los niños suben a los
hombros de sus padres, sacan sus cámaras de video y los celulares
para registrar los instantes culminantes. Cada quien se ubica donde
mejor pueda apreciar la representación, bien sea de frente al escenario
o a las enormes pantallas. La segunda llamada permite que los actores
tomen sus lugares en el orden de aparición. Cuando se da la tercera
llamada las luces de las calles y la plaza se apagan, al tiempo que se
encienden las pantallas y se proyecta una película con los antecedentes
del movimiento de independencia, destacando también la situación de
la época y así se contextualiza el problema social de la región. Así, se
aprecia el momento en que los ciudadanos acuden al general Morelos
en busca de su apoyo y cómo éste, a través de Vicente Guerrero, desig-
na a Nicolás Bravo Rueda como jefe de la independencia en Veracruz.
Este opening va retomando fragmentos de la historia. Sus locaciones
fueron hechas en la región y en las viejas casonas de la localidad, lo
que produjo gran aceptación entre los asistentes, quienes se afanaron
por definir dónde y cuándo se hicieron las tomas.
Aproximadamente a las nueve treinta de la noche, y ubicando el mo-
mento en que Bravo (representado por Marcos Moreno Nolasco) y el
teniente Heredia llegan a Coscomatepec, es cuando da inicio la repre-
sentación teatral. Situada en 1813, la historia cuenta que luego de la
derrota de la batalla del Chiquihuite, donde el objetivo era interceptar
los convoyes que subían del puerto de Veracruz a la capital de la Nueva
España, comienza la disputa entre los ejércitos realistas e insurgentes,
comandados por los generales Conti y Bravo, respectivamente. Según
narra la obra, desde el mes de agosto Bravo instaló su cuartel general
en la casa que ahora se conoce como “El baluarte”. La trama conduce
al momento en que el mayor Cándano sitia totalmente a los insurgentes
y a los lugareños. La resistencia de 33 días trajo consigo numerosas
consecuencias: el hambre y las enfermedades, falta de municiones y
El General Nicolás Bravo encabezando la Ruptura de sitio
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Coscomatepec |
Los caballos llevan en sus cascos pedazos de trapo para amortiguar el ruido; la tropa acarrea sus instrumen-
tos de labranza y otros enseres domésticos. Las mujeres cargan con los hijos, las gallinas y hasta el perico.
Cierra la fila el general Viviano, acompañado de los rancheros de lugares aledaños. Para hacer creer a los
sitiadores que las fuerzas insurgentes permanecen en sus lugares, dejan prendidas todas las fogatas de las
trincheras, mientras algunos hombres del general Viviano se quedan avivando el fuego y cantando “El tala-
yote”, canción popular que a la letra dice:“cogerás la jaula porque el pájaro ha volado”, en tanto amarraron a
unos perros a los badajos de las campanas de la iglesia, que en su desesperada intención de zafarse hacen
sonar las campanas, creando en los realistas la idea de que todo el pueblo había sido convocado al templo,
por lo que no se extrañaron al ver las calles vacías.
Relata la obra que cuando llegó el amanecer los sitiadores se percataron de la huida de las fuerzas de
Bravo; marchado rumbo a Medellín, donde encontraron refuerzos y continuaron la lucha por las causas de
la independencia. El desenlace alude a que los realistas enfurecidos no encontraron más que a un par de
ancianos, quienes no alcanzaron a salir y burlonamente entonaban la estrofa de “El Talayote”, y de inmediato
fueron asesinados. Así las casuchas son incendiadas y el fuego acaba con todo lo que a su paso encuentra.
la merma en las huestes, hicieron que la situación se tornara angustiosa para los sitiados, al grado de que
el general Bravo determinó romper el sitio pues era imposible sobrevivir sin alimentos, ya que sólo disponían
de chayotes para alimentar a la tropa y a la población. Esa noche, luego de enterrar lo que quedaba de la
artillería y las municiones, reunió en la plazuela a todo el pueblo para darle a conocer su determinación de
salir del lugar al filo de las 2 de la madrugada.
La conclusión de esta puesta en escena se presenta cuando un soldado
del batallón de Asturias dice: “se salieron los de Coscomatepec y se
llevaron hasta las gallinas verdes”, en alusión a que cargaron hasta
con el perico.
La euforia se desborda. Los espectadores se abren hacia los lados para
dar paso a los caballos, carretas y actores, que de acuerdo a las cir-
cunstancias del espectáculo se apropiaban de las calles aledañas al
Palacio Municipal. En estos momentos los actores invaden por com-
pleto el foro. Aplauden, gritan y festejan la ruptura del sitio y la hazaña
heroica.
Así llega la hora de compartir con el público chayotes hervidos, uno de
los principales productos agrícolas cultivados en el municipio, y que la
historia refiere fue alimento de los soldados defensores de la indepen-
dencia de México.
Mientras se reparte el chayote hervido, se prepara la gala de los jue-
gos pirotécnicos, que orgullosamente los artesanos de la localidad han
preparado para esta ocasión tan especial. Varias torres de madera co-
locadas a un costado de las instalaciones municipales son encendidas
una a una, dejando intervalos para que los cohetones y bombas mul-
ticolores cubran el cielo de tonos matizados, que producen entre los
asistentes el asombro y la algarabía al invadir el ambiente un fuerte
olor a pólvora.
De esta manera, una de las torres ofrece una gama de figuras creativas
que van alumbrando la penumbra. La gente no deja de admirar la ma-
gia producida por estos fuegos artificiales; se forman grecas, rehiletes,
alcatraces y dibujos animados en movimiento conforme se incendian
sus bases. Nuevamente bombas y cohetes son quemados; su presen-
cia brilla en el cielo oscuro. Así, las figuras van desapareciendo con
colores fosforescentes, provocando en los mirones un mayor asombro.
No podía faltar el cuescomate, que da origen a la toponimia de Cosco-
matepec, como tampoco su leyenda de pueblo mágico o el rostro de
Nicolás Bravo Rueda. Todo un derroche pirotécnico para el deleite visual
creado en el taller “El polvorín”, comandado por el maestro artesano
en pirotecnia Genaro Hernández López, quien con sus 17 ayudantes
hicieron posible el festín de magia y multicolor.
La escena representa la salida del pueblo en apoyo al General Nicolás Bravo
Escena que representa el apoyo del pueblo al General Bravo y a la causa
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| Veracruz · Fiesta Viva | | Coscomatepec |
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información
Destino: Coscomatepec
Ubicación: Zona montañosa central del estado
Altitud: 1520 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 19° 04” latitud norte y 97° 03” longitud oeste
Clima: templado-húmedo-regular con una temperatura promedio de 19.6° C
Aeropuerto: Heriberto Jara del puerto de Veracruz
Central camionera: Coscomatepec, Córdoba y Orizaba
En ese espacio se vive la fiesta con una intensidad distinta a la que se generó en la plaza de armas, donde el sentido de pertenencia culminó con el
orgullo de ser de Coscomatepec de Bravo y de revivir cada año la gesta que les confiere el título de Heroica
ciudad, otorgándoles prestigio en la región y que les permite recrear pasajes de su historia local
El ejército realista quema las viviendas al encontrar el pueblo vacío
| Veracruz · Fiesta Viva |
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y a la Sociedad PudienteMofa a la Cabalgata
· EL ENCIERRO DE BURROS EN ALVARADO
En Alvarado cualquier actividad cotidiana adquiere el carácter festivo y bullanguero, desde las tareas domésticas, hasta las recreativas y productivas
Investigación: Lorena Acosta | Fotografía: Cristóbal Trejo · Salvador Flores | Diseño editorial: Alberto Hernández
| ALVARADO |
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M uy al estilo de las poblaciones de la costa, en Alvarado
cualquier actividad cotidiana adquiere el carácter fes-
tivo y bullanguero, desde las tareas domésticas, hasta las recreativas y
productivas. Sus habitantes son poseedores y transmisores del humor
lleno de gracia y simpatía del pueblo que se levanta con el sol para des-
empeñar sus labores bajo su abrazadora calidez. Su carácter festivo les
ha conferido espontaneidad para llevarla a cualquier situación, desde
las individuales o familiares hasta las más colectivas.
Tal es el caso de la celebración popular conocida como el encierro de
burros, que es una representación, a manera de burla, de lo que la
sociedad pudiente de principios del siglo pasado realizaba en la cabal-
gata, recorrido en el cual las mujeres de las principales familias lucían
sus mejores atuendos de jarochas para pasearse por las principales
calles del puerto montadas en finos corceles y ataviadas de finas joyas
y alhajas. Las clases populares arremedaban este hecho, y trasladando
la acción a lo chusco, intentaron emular la cabalgata al usar a burros
para exhibirse. Los varones se vestían de mujeres portando llamativos
vestidos, en su mayoría maltrechos o harapientos, para recorrer las
principales calles del puerto.
Cuenta la gente que dicha parodia fue de gran aceptación y poco a
poco se le fueron incorporando otros seguidores a este divertido hecho
de burla, trayendo burros de las rancherías y congregaciones, prin-
cipalmente de Mandiga y Cardón, pues en el puerto estos animales
escaseaban. Durante esos primeros años congregaron a los burros en
una de las partes bajas del río, en la vega de Tua, apodo con el que se
conocía a un poblador de aquella época. A esa primera concentración
de jumentos se le llamó el encierro de burros, en alusión a que perma-
necían recluidos antes de iniciar el gracioso simulacro. De esta forma,
para el siguiente año y los años subsecuentes, a esta actividad se le
denominó formalmente el encierro de burros.
Poco a poco esa particularidad festiva fue adquiriendo mayor acepta-
ción entre los lugareños, debido en parte a las condiciones sociales de
la época, y a través del tiempo llegó a convertirse en toda una tradición.
Así, en un acto colectivo y tácito, aceptaron “festejar” el hecho el se-
gundo domingo de octubre, coincidiendo con los festejos cívicos de la
defensa heroica del puerto de Alvarado, llevados a cabo el 3 de octubre,
o con los religiosos en honor a la Virgen del Rosario, el 7 del mismo
mes. A pesar de la simultaneidad en las fechas de realización cada
celebración conserva su propio carácter y sentido.
Con el transcurso de los años se ha prescindido de los burros para
la realización de las actividades diarias, lo que ha dado como efecto
que tanto los animales como el encierro estén desapareciendo de la
conmemoración, no así la acción de pasearse los hombres ataviados
de mujer, pues continúa vigente con el mismo ánimo en las personas.
Es en el segundo domingo del mes de octubre cuando cientos de va-
rones inician una “transgresión sexual”, en la que vestirse de mujer no
los conduce necesariamente a ostentar preferencias sexuales diversas.
Es conocido por todos los lugareños que es la manera de burlarse de
una sociedad cada vez más dominante. De esta forma, en muchos de
los hogares alvaradeños hay entusiasmo y apoyo a los hijos, hermanos,
esposos o padres que se “vestirán” para salir a la calle. En algunos ba-
rrios se organizan comparsas que lucirán sus vestuarios de acuerdo a
una temática especial, como ocurre en el barrio de “La Fuente”, donde
grupos de amigos se apoyan para arreglarse, así como para hacerse
cargo de peinar las pelucas que usarán por la fresca tarde de octubre.
En muchos de los hogares alvaradeños hay entusiasmo y apoyo a los hijos, hermanos, esposos o padres que se “vestirán” para salir a la calle
Es en el segundo domingo del mes de octubre cuando cientos de varones inician
una “transgresión sexual”, en la que vestirse de mujer no los conduce
necesariamente a ostentar preferencias sexuales diversas
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| ALVARADO |
Desde las primeras horas del día, en las salas de las casas se apre-
cian los trajes, adornos, sombreros o zapatos que se utilizarán; algunos
hombres depilan sus piernas, el bigote y su barba para que esa hombría
pase inadvertida entre la multitud. Empiezan los trabajos de maquillaje,
que es vistoso y llamativo; se colocan pestañas postizas, extensiones de
cabellos, y usan los mejores accesorios para mostrase como una mujer
lo haría, aunque de todos es conocido que esto será un simulacro.
Ver el entusiasmo y la espontaneidad con aquellos hombres que han
participado tiempo atrás denota que ésta es una tradición para com-
partir. Es el caso de Macaje, de oficio panadero, quien a sus 63 años
de edad refiere que lleva 35 de vestirse. El año anterior lució como
Macajita, la señorita Alvarado, quien, con una botella de cerveza en la
cabeza, bailó al compás de alegres ritmos, y con el aplauso entusiasta
de la gente recorrió las calles alvaradeñas.
Al filo de las 5 de la tarde, cuando el sol empieza a bajar y la suave brisa
del mar refresca el ambiente, inicia la congregación. El punto de partida
es El yankee, un establecimiento comercial situado cerca del muelle.
Así, de distintos rumbos, calles y callejones se distinguen grupos de
“mujeres”; llevan chanclas, zapatillas y sandalias, vestidos brillosos,
bolsos, sombrillas, capas y escarolas. Hay quienes portan atractivos tra-
jes de fantasía, cual mariposas luminosas, sirenas tornasoladas, reinas
egipcias, jarochas, negritas cucurumbé, enfermeras, galácticas, chicas
ye ye, ángeles, gitanas, hawaianas, caperucitas, vaqueras, diablas, y
hasta las que nos refieren a series televisivas de moda o personajes
de la política local, estatal y nacional, por lo que se puede apreciar
una verdadera gama de vestuarios elaborados con la creatividad del
alvaradeño.
Cuando inicia la pasarela, avanza por la calle Hermenegildo Galeana,
y al contingente lo componen unos 800 participantes, aunque en el
trayecto se incorporan aún más. Hay aparatos de sonido colocados
estratégicamente para amenizar la fiesta; se escuchan las canciones
de moda y los animadores invitan a presenciar el evento, que alientan
a disfrutar el momento, a sacar sus mejores pasos de baile, a desin-
hibirse por completo. De inmediato las calles son flanqueadas por un
público ávido que aplaude a los participantes, de reconocer quién se
muestra tras los disfraces y para admirar los trajes bellamente confec-
cionados. Miles de espectadores ríen a carcajadas, gozan la parodia y
disfrutan el espectáculo. No falta quien saca las mecedoras y sillas a
los corredores y portales de sus tradicionales viviendas; otros miran
desde los balcones y azoteas para tomar fotografías y videos, como si
así quisieran inmortalizar el momento.
El punto de partida es “El yankee”, un establecimiento comercial situado cerca del muelle. Así, de distintos rumbos, calles y callejones se distinguen grupos de “mujeres”; llevan chanclas, zapatillas y sandalias, vestidos brillosos, bolsos, sombrillas, capas y escarolas
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| ALVARADO |
El contingente avanza por la calle Ignacio de la Llave; circulan las cervezas como elixir para estimular el en-
tusiasmo. Cada comparsa lleva sus aguadores y ellos distribuyen las bebidas, recogen los recipientes vacíos,
y están pendientes de que todos sus participantes estén bien atendidos. Las esposas, madres, hermanas
o hijas los acompañan durante el trayecto, ya sea cuidando que el vestuario vaya bien colocado, portando
alguna pancarta que indique la procedencia, o verificando la música que de los aparatos de sonido se escapa.
El ánimo aumenta a cada momento, la euforia crece y todos disfrutan al máximo: los aplausos se intensifi-
can, se escuchan vivas, porras y una enorme cantidad de palabras altisonantes revestidas con esa gracia
picardienta de los alvaradeños.
Los participantes están alegres, animados y se apresuran uno a uno o en grupos a posar ante las cámaras
fotográficas, momento en que advierten que se han quedado a la zaga; entonces se apresuran a alcanzar al
contingente y en su desesperada carrera hay quien actúa de forma chusca por no saber caminar con tacones
o con los apretados vestidos, situación que causa enorme gracia entre la muchedumbre. No faltan los que se
animan a bailar con ellas al ritmo de salsa, merengue, reggaetón, cumbia o cualquier otro género musical
escapado de los aparatos de sonido, que en camionetas y vehículos particulares son trasladados.
La comitiva avanza por muchas cuadras de la ciudad, y al llegar a la calle Juan Soto emprende el retorno al
yankee. Cerca del establecimiento se instalaron previamente los juegos mecánicos y los escaparates ofrecen
golosinas y premios por practicar y ganar en algunos de los juegos de azar o destreza. Es posible comprar
alimentos, bebidas refrescantes o cualquier otro producto propio de la región. En otros espacios públicos
hay bailes populares y concursos de belleza entre la comunidad gay. Algunos espectadores piden tomarse
fotografías para el recuerdo, que servirán para la mofa o para presumir el encierro de burros, que dicho sea
de paso, en el último año que se realizó sólo contó con dos jumentos. ¡Pero eso es lo de menos! Lo importante
es el momento de jolgorio que, durante las cuatro horas de recorrido, se desborda a través del disfrute por
una celebración que no representa el carácter religioso o cívico de otras festividades, sino la singularidad
de un pueblo bullanguero que destaca por la forma de ser de su gente, que ha conservado sus expresiones
gracias a la repetición constante de lo que ellos han considerado es parte de su carácter. Asimismo, cada
celebración ha permitido que retornen aquellos que por distintos motivos ya no viven aquí, pues hasta los
que no son nativos de Alvarado llegan a compartir y reírse y mofarse de aquella y de esta sociedad, de cada
situación colectiva vivida a diario en nuestro complejo territorio.
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| ALVARADO |
información
Destino: Alvarado
Ubicación: Cuenca del Papaloapan
Altitud: 10 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 18° 46” latitud norte y 95° 46” longitud oeste
Clima: cálido-regular con una temperatura promedio de 26.1° C
Aeropuerto: Heriberto Jara del puerto de Veracruz
Central camionera: Alvarado y puerto de Veracruz
Algunos espectadores piden tomarse fotografías para el recuerdo, que servirán para la mofa o para presumir el
encierro de burros
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E l Istmo veracruzano se caracteriza por su diversidad cul-
tural. Por siglos, ha sido un lugar de paso y asentamiento
de diversos pueblos y culturas debido a su posición estratégica. Una de
las ciudades más representativas de esa pluralidad sin duda es Coat-
zacoalcos. Como un reconocimiento y homenaje a los inmigrantes que
allí se han asentado, desde el año 2005 se celebra el Festival Mosaico
de Culturas.
de Culturas · COATZACOALCOS
Investigación: Alfredo Delgado | Fotografía: Chata Tubilla · Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
Mosaico
Coatzacoalcos es, desde hace siglos, un espacio plural, rico en re-
cursos naturales e importante ciudad por su posición geográfica. Hoy,
como hace 24 siglos, es un puerto petrolero. Las excavaciones arqueo-
lógicas que se realizaron durante la construcción del dique seco, donde
se harían las secciones del túnel sumergido, pusieron al descubierto
que desde el siglo IV aC había un puerto olmeca en la margen derecha
del río, frente a la antigua estación del ferrocarril. Ese asentamiento
comerciaba fundamentalmente chapopote y productos del mar.
Comunidad istmeña de Coatzacoalcos
| Coatzacoalcos |
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Con el paso del tiempo ese puerto arqueológico creció y se convirtió en
un lugar de enlace entre los dos grandes imperios de la época clásica:
el teotihuacano y el maya. Pero como todo puerto importante, también
fue un lugar cosmopolita, como lo atestiguan vestigios de otras culturas
hallados durante las excavaciones: vasijas y figurillas totonacas y ma-
yas, adornos teotihuacanos, artefactos zoques y fragmentos de figuras
de la cultura Remojadas. Esos fueron algunos de los indicios arqueoló-
gicos de la actividad de ese primer puerto de Coatzacoalcos, que siguió
siendo comercial y pesquero en los siglos posteriores.
Para el momento de la Conquista española, dice Bernal Díaz del Cas-
tillo, Coatzacoalcos era la cabecera de un señorío que abarcaba casi
todo el sur de Veracruz y parte de Tabasco, Oaxaca y Chiapas. Allí se
asentaron la “flor de los caballeros”, venidos de España, y se convirtió
en la cabecera de una alcaldía mayor bajo el nombre de Villa del Es-
píritu Santo. El puerto que se estableció al abrigo del río nunca pudo
sobresalir, pues siempre se privilegió el comercio y tratos con el puerto
de Veracruz. Para fines del siglo XVI Coatzacoalcos era una pequeña to-
rre de Babel donde habitaban españoles, mestizos, indígenas de varias
etnias, portugueses, franceses, negros, mulatos, pardos, lobos, zambos
y gente “de tanta variedad de naciones, sin freno y sin ajustamiento...
sospechosas y de malas costumbres”, según decían los inquisidores.
La Villa del Espíritu Santo Coatzacoalcos (Guazacoalcos le decían en-
tonces) fue abandonada a mediados del siglo XVII y la cabecera de la
alcaldía mayor se trasladó a Acayucan. El espacio costero de Coatza-
Comunidad China
Comunidad Japonesa
Comunidad Coreana
| Coatzacoalcos |
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coalcos permaneció deshabitado por siglos, hasta que en 1825 el presidente Guadalupe Victoria fundó de
nueva cuenta, por decreto, el puerto de Coatzacoalcos, en un lugar distinto al ocupado originalmente y con
nueva población que nada tenía que ver con el Coatzacoalcos prehispánico y colonial. Entre 1829 y 1832 lle-
garon a la región cientos de colonos franceses, pero su proyecto de establecerse permanentemente fracasó.
Con más pena que gloria el nuevo puerto sobrevivió hasta que en 1879 se empezó a construir el Ferrocarril
Nacional de Tehuantepec. La posición estratégica de Coatzacoalcos, en un extremo del Istmo, a un lado del
río y a mitad del Golfo de México, le convertían en un eslabón indispensable para unir ambos océanos y reac-
tivar el puerto. Para hacer los trabajos llegaron norteamericanos, ingleses y especialistas de otras naciones.
El caserío de Coatzacoalcos entonces se llamaba La Barra. Con el tendido de vías férreas el pueblo creció
rápidamente, de modo que en diciembre de 1882 un decreto lo elevó a la categoría de cabecera del nuevo
municipio de Coatzacoalcos, tomando La Barra el mismo nombre. Las distintas compañías que construyeron
y rehabilitaron la vía transístmica entre 1879 y 1914 mandaron trabajadores de varios países, entre ellos
cientos de chinos y japoneses. Al mismo tiempo que se construía el ferrocarril, se establecieron decenas de
plantaciones de café, naranja, plátano, caña de azúcar, tabaco y algodón en la cuenca del río Coatzacoalcos,
y se perforaron los primeros pozos petroleros. A esas labores se sumaron decenas de norteamericanos,
ingleses, franceses, italianos, alemanes, libaneses, cubanos, jamaiquinos, guatemaltecos y gente de otras
naciones, así como migrantes de los vecinos estados de Tabasco, Oaxaca y Chiapas. Sin duda que el contin-
gente de zapotecos del Istmo oaxaqueño fue el que más destacó en este intenso tráfico humano, ya que su
identidad y cultura son muy fuertes y las asumen y ostentan orgullosamente.
Para 1914 el ejército carrancista envió a miles de soldados norteños a la región, además de los “arribeños”
(poblanos, michoacanos y guanajuatenses), que ya estaban establecidos como comerciantes desde tiempos
de don Porfirio. De esa manera el mosaico cultural de la región se fue haciendo más complejo.
Migrante Italiano y su nietaMigrante Griego
Comunidad Inglesa
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También el régimen cardenista dejó su impronta en la diversidad cultural de esta zona. Al consolidarse la
expropiación petrolera, el boicot de los Países Aliados obligó a México a vender hidrocarburos a los Países
del Eje y estrechar relaciones comerciales con ellos. Así llegaron cientos de japoneses, italianos y alemanes a
los puertos del golfo y a los campos petroleros, pero finalmente fueron confinados en los campos de concen-
tración de Perote y Temixco cuando los alemanes hundieron varios barcos petroleros mexicanos. Al salir, mu-
chos de esos prisioneros se quedaron a vivir en la región, pues sus países estaban destrozados por la guerra.
Como resultado de la política internacional de gobierno del general Lázaro Cárdenas, Coatzacoalcos también
recibió a cientos de refugiados españoles que huyeron del régimen franquista. Igualmente, el reparto carde-
nista de los latifundios sureños atrajo a miles de agraristas jalicienses y michoacanos que habían luchado
contra los cristeros, aunque también llegaron gentes de otros estados, como Guerrero e Hidalgo, a colonizar
las selvas del alto Coatzacoalcos.
Hoy Coatzacoalcos es la ciudad más importante del sur de Veracruz y una de las principales entidades del
estado. El gran desarrollo de la industria petroquímica, la intensa actividad portuaria y el tráfico ferroviario
y carretero, la han convertido en uno de los mayores focos de atracción de inversionistas, comerciantes,
obreros y profesionistas de otras naciones y estados del país. Por todo ello, por su historia profunda y por su
presente promisorio, Coatzacoalcos es un crisol de culturas.
Eso es lo que busca reflejar el evento Mosaico de Culturas, la diversidad y tolerancia que han caracterizado
a Coatzacoalcos. Cada año, entre los meses de octubre y noviembre, se dedica una semana a este festival
que da a conocer la variedad de culturas asentadas en la ciudad y la región. Hasta ahora la sede principal
del evento ha sido el Centro de Convenciones, aunque también se realizan actividades en otros espacios.
Cada país es representado por un pabellón donde muestran los elementos más representativos que los ca-
racterizan. Son 14 los países representados: Alemania, Brasil, Canadá, China, Corea, España. Francia, Grecia,
Holanda, Inglaterra, Italia, Japón, Líbano y México, además de los descendientes y residente de otros estados,
como Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Campeche, Puebla, Estado de México, Distrito Federal, Coahuila y otros.
Pero la lista no se agota con ellos, pues comúnmente hay otros países invitados. Hay exposiciones y venta
de libros y artesanías, muestras gastronómicas, conferencias, mesas redondas, presentación de películas
y videos, exposiciones fotográficas, muestra de trajes típicos y espectáculos de música y baile, entre otras
actividades relevantes.
Comunidad LibanesaComunidad Libanesa
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Pero el festival también es el marco idóneo para mostrar las dos matri-
ces culturales más importantes de Coatzacoalcos, la jarocha y la istme-
ña. Ambas comunidades se esmeran por dar a conocer las culturas
locales: hay fandangos jarochos, regadas de frutas, música istmeña,
degustación de antojitos y otros eventos. Igual sucede con las comuni-
dades procedentes de otros estados del país, como Tabasco y Chiapas.
El festival es una fiesta de la hermandad y diversidad, un derroche de
cultura que satura los sentidos y enriquece nuestros conocimientos. Es
tal su trascendencia que el 29 de diciembre fue declarado Patrimonio
Cultural de Veracruz por decreto del gobernador del estado.
Comunidad Francesa
Comunidad Alemana
Comunidad Inglesa
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Es de bien nacidos ser agradecido
Refrán español
El evento Mosaico de Culturas ha logrado reintegrar a la sociedad
hispano-mexicana de Coatzacoalcos que fundara don Valentín Mullor
Singla, inmigrante español que llegara “al Puerto de la Esperanza”,
como lo bautizaron los 600 exiliados que llegaron en el vapor Saint
Domingue, el 26 de julio de 1940. Hecho documentado en el libro de
Alfonso Vera Canales que lleva por título ese mismo nombre, del cual
me permito citar un texto que lo dice todo:
“Llegamos a Coatzacoalcos y la mayor alegría que pudo significar todo
para nosotros fue que en Coatzacoalcos no se veía el puerto, no se
veían las casas, no se veía nada. Toda la gente de Coatzacoalcos, pe-
troleros, vendedores, comerciantes, los civiles, los albañiles, todo el
mundo vino a recibirnos con banderas, a hacernos una gran recepción.
Y fue algo tan bonito llegar a México, pues, ¿qué nos debía a nosotros
México? Nada, y sin embargo, nos lo daba todo.” Domingo Lacasa.
Las familias que integran el Pabellón Español, en su mayoría descen-
dientes de los refugiados de la guerra civil española que encontraron un
“refugio” en estas tierras, se organizan año con año para manifestarle
su agradecimiento a la ciudad de Coatzacoalcos –el puerto que les
abrió los brazos de la esperanza– en el Mosaico de Culturas.
Rosa Lotfe
Comunidad Española
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Coatzacoalcos ha sido el puerto de llegada de infinidad de hombres y mujeres que emigraron en busca de
una mejor calidad de vida... Hoy día, los descendientes de estas familias convivimos en armonía, formando
un eslabón importante y fuerte... en nuestra sociedad porteña.
Queremos que MOSAICO DE CULTURAS sea un evento donde todos participemos. Es una oportunidad de
acercarnos a tradiciones y costumbres de otros países y regiones que nos permitan enriquecer nuestro
espíritu y nuestro conocimiento.
Este evento nos ha permitido construir lazos con diversos países, proyectando a nuestro Coatzacoalcos a un
nivel Nacional e Internacional.
Georgette Goraieb de González
Presidenta de la A.C. Mosaico de Culturas Coatzacoalcos
Comunidad Colombiana
Comunidad Cubana
Comunidad Brasileña
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| Coatzacoalcos |
| Veracruz · Fiesta Viva |
información
Destino: Coatzacoalcos
Ubicación: Sur de Veracruz
Altitud: 10 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 18° 09” latitud norte y 94° 26” longitud oeste
Clima: cálido-regular con una temperatura promedio de 25.6° C
Aeropuerto: Canticas, Minatitlán, Ver.
Central camionera: Coatzacoalcos, Ver.
Comunidad Holandesa
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El Istmo veracruzano se caracteriza por su diversidad cultural. Por siglos, ha sido un lugar de paso y
asentamiento de diversos pueblos y culturas debido a su posición estratégica
Xantolo · TEMPOAL
Xantolo es el nombre del Día de Muertos en la Huasteca. Es un término que deriva de sanctórum, asimilado sobre todo por la lengua náhuatl, aunque también se le conoce como xantola, ó santorom –como en el caso de los tének–, pero indica precisamente Todos Santos, designación dada a la festividad huasteca en su conjunto
Máscara llamada “La Bocona”
De acuerdo con los antiguos mascareros tempoalences, como Modesto Sánchez Vázquez, la Bocona representa a un muerto; estaríamos hablando entonces de la auténtica máscara de muerto, y por tanto, de la máscara de la muerte 139
Investigación: Román Güemes | Fotografía: Antonio Jiménez | Diseño editorial: Alberto Hernández
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xisten otras voces, más antiguas, como mihkailwitl (fiesta de los muertos), que nos hablan de
una forma muy particular de recordar a las almas de los ancestros en las comunidades rurales.
Con el tiempo, el Xantolo y toda la tradición de muertos logró equilibrar los elementos propios derivados de
las culturas indígenas y aquellos traídos por la conquista española, expresados hoy en estos ceremoniales tan
significativos para los huastecos del 31 de octubre al 3 de noviembre, fecha en que las almas están en casa.
Actualmente, el huasteco vive y siente el Xantolo como algo muy suyo, como un elemento fundamental de
su identidad, además de ser la tradición más esperada de su ciclo festivo. Esta celebración significa, asi-
mismo, un largo periodo de ahorro y de constancia. Todo implica trabajo y esfuerzo cotidianos. Se tiene que
E
ahorrar, de manera especial en los últimos tiempos, para comprar la
flor, el chocolate, el pan y todo lo que la ofrenda requiere. Es también
un periodo de tres o cuatro días de asueto, pues no se puede hacer
ninguna clase de trabajos ya que lo que está en riesgo siempre será la
salud. Según la creencia, trastocar este principio conlleva a una serie
de lamentables sucesos.
El Xantolo cobra fuerza, además de lo antes señalado, porque en el
pensamiento del pueblo están presentes, entre muchas otras, las si-
guientes cuestiones: De la ofrenda, consistente en distintas viandas,
especialmente tamales, pan y chocolate, las ánimas o almas única-
mente toman el sabor y el aroma. En los días próximos a la celebración
se sueña con los difuntos y aparecen moretones en el cuerpo, sobre
todo en brazos y manos (aunque en Ahuateno-Chicontepec, Veracruz,
se diga que esto sucede porque no se debe comer limas antes de
ofrendarlas); si no se ofrenda lo prometido, o simplemente no se ofren-
da, puede suceder una desgracia familiar. Y las almas que no fueron
llamadas a la ofrenda, en especial la de parientes cercanos, retornan
tristes al panteón. Por otra parte, si muere alguien en las fechas próxi-
mas al Xantolo o durante la celebración, se va “de cargador” de las
demás almas. Todo esto vigoriza y le otorga sentido a la tradición y
unifica a las familias y vecinos; hay intercambio de ofrendas y el 2
de noviembre se realiza la visita a los padrinos, a quienes se les lleva
ofrendas en morrales y canastas.
Máscaras del carnval de Huayacocotla
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El 2 ó 3 de noviembre se visita el cementerio. Ya se han limpiado y adornado las tumbas con sempoalxóchitl
o flor de muerto; ya se ha prendido el aromático copal; se ha ofrendado y compartido la comida ritual (el
maíz es la semilla que significa la vida. Por eso a la fiesta también se le nombra “día de los chihchiquilis”, por
la abundancia de tamales, alimento que representa a las cosechas), y se han escuchado los vinuetes y los
mihkasonas (sones de muerto); finalmente, se han hecho alabanzas y se ha rezado el rosario para recordar
y visitar a los muertos.
El Xantolo en la Huasteca Veracruzana
La Huasteca abarca porciones considerables de los actuales estados de Veracruz, Hidalgo y San Luis Potosí, y
minoritariamente de Tamaulipas, Querétaro y Puebla, lo que le confiere gran riqueza humana y cultural. Ahí se
asientan, además de las comunidades mestizas, las etnias originales: huastecos o tének, nahuas (masewal-
meh), otomíes n’yuhú o hñahñú, masihpihní o tepehuas, totonacas (tutunakú) y los pames o xi’iuy, que no
obstante compartir rasgos culturales comunes, poseen su propia lengua y cultura. De estas seis etnias, cinco
están presentes en la Huasteca Veracruzana.
Aunque el día de muertos, con un trasfondo común, sea una celebración de alcances nacionales, existen
regiones donde posee matices propios que, lejos de diversificarla, la enriquecen. Tal es el caso de la Huasteca La Ranchera o la Dama
Máscaras de madera para el “Xantolo”
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Veracruzana, que comprende la parte septentrional y la meridional, es
decir, norte y sur. En el sur, la manera de celebrar el Xantolo se dife-
rencia sólo por la aparición de la danza de muertos. En el norte bailan
las cuadrillas o comparsas de enmascarados conocidos como kolimeh,
viejos o viejada, mientras que en el sur no bailan ésta, sino los kwane-
gros (cabezas negras), llamados “pañuelitos” entre los tének, cuya dan-
za se efectúa el 30 de noviembre, día de San Andrés. En el norte, el día
de San Andrés marca la hora del destape (ixtlapus para los nahuas) de
las cuadrillas o comparsas de la viejada, en el cual se realiza una gran
fiesta. En otras comunidades, los mekohmeh también tienen su desta-
pe (quitarse ritualmente la máscara) y le llaman tlaxolewa (desbaratar)
Sin embargo, en el sur la misma danza de kolimeh o viejada aparece
en el carnaval con el nombre de mekohmeh o los mecos, a quienes
en algunos lugares también llaman viejos; estos mekohmeh confor-
man dos segmentos: los disfrazados y los tiznados, también llamados
Negros. Como si se tratara de un estira y afloja cultural, el norte (sólo
en algunos pueblos y comunidades), para la celebración del carnaval,
también cuenta con mekohmeh o mecos, pero éstos son una agrupa-
ción de personas que se tiznan y embarran arcilla en el cuerpo y hacen
malabares. Todos estos danzantes, kolimeh o viejada y mekohmeh, bai-
lan de casa en casa a cambio de una paga en dinero o en especie. Y
tanto en los kolimeh como en los mekohmeh, en un momento especial
de su baile, salen los comanches, que son tres personajes: dos de ellos
vestidos con pantalón y enagüillas, penachos, arco y flecha; y el tercero,
llamado perrero, carga una ardilla disecada.
Los dos grupos, pero sobre todo los mekohmeh, curan (limpian con
hiervas, huevos y velas) tanto a humanos como a animales, aunque
sólo los mekohmeh tienen rituales para las máscaras y las diferentes
deidades tradicionales. No obstante, la caballería (un sinfín de jinetes)
está presente en las dos celebraciones: el 2 de noviembre en Xantolo
y el martes de carnaval. Ambas tradiciones están relacionadas porque
celebran a los ancestros y son inicio y terminación de los dos ciclos
agrícolas huastecos: el carnaval festeja a los ancestros negativos (re-
presentados por los mekohmeh y los diferentes diablos) y marca el
inicio de la siembra de Tonalmili o milpa de sol o calores; mientras
que el Xantolo tributa a los ancestros buenos (representados por los
kolimeh o viejada y el caporal) y recibe los frutos de Xopanmili o milpa
de lluvias o temporal. Son celebraciones cuyo contenido se acerca y se
vincula, pero no se mezcla. Cada una de ellas tiene su propia época y
su proceso.
Antes del 31 de octubre, o aún en este día, se realiza la Plaza Grande
de Xantolo para suministrarse de todo lo necesario para la fiesta. La
plaza se hace en la fecha acostumbrada, y se llama “grande” porque
cubre más espacio y cuenta con más mercancía de la habitual. En
ella se adquieren los productos de los que no abastece la milpa. Los
pobladores se surten de cacao, azúcar y canela para la elaboración del
chocolate; velas suficientes para las ánimas que se esperan, velado-
ras, papel de china, copal, nueces, cacahuates, cerámica ceremonial
(potrillos, porrones, sahumerios, ocarinas y floreros, todo esto traído de
Chililihco, Hidalgo), morrales, ropa, zapatos, sombreros, cohetes y fruta,
entre otras cosas. En ocasiones, cuando las aguas no han llegado a
tiempo, se compra maíz, frijol chichimequetl (caxtilán o zarabanda), la
propia flor de muerto (sempoalxóchitl) y hasta las hojas para los ta-
males. Así, es en esta plaza o mercado donde se invierte casi todo lo
ahorrado durante el año.
Una vez adquirida la mercancía, se procede a moler el cacao y a la
elaboración de las tablillas que se irán guardando en un recipiente con
tapa o envolviendo en papel de china, que servirán para la elaboración
del chocolate. Ya para el 31 de octubre, muy de madrugada, comienza
la matanza de cerdos, gallinas y guajolotes, cuya carne hará más ape-
titosos los chihchiquilis, tlapepecholes y demás tamales de Xantolo.
Pasada la fiesta se realizaba la plaza muerta, es decir, una plaza triste,
con pocos puestos, sola y con pocos compradores. La gente se gastó
sus recursos económicos en el Xantolo y todavía le han quedado algu-
nos tamales y algo de chocolate. Es hasta la siguiente semana cuando
las cosas se normalizan. Pero la celebración sigue: habrá ochavarios
o chicontis; vendrá San Andrés y, en algunas comunidades, el Xantolo
culmina pasado el 24 de diciembre.
Mostraremos, de un modo muy general, la manera en cómo se vive el
Xantolo en algunos lugares de la Huasteca Veracruzana.
Xantolo en Tempoal
Tempoal se encuentra ubicado en la zona norte del estado de Veracruz,
en la Huasteca, y se ha caracterizado siempre por mantener la tradi-
ción viva y genuina del Xantolo para fortalecer su identidad a ritmo de
los sones interpretados por el trío huasteco, compuesto por un violín,
una jarana huasteca y una guitarra quinta huapanguera. Este Tempoal,
donde el queso de bola tiene su cuna, ya tenía desde antes fama de
bailador en día de muertos, y ha logrado mantenerse fuera del alcance
de otras celebraciones ajenas a la idiosincrasia huasteca, además de
instituir en los últimos años el Festival Xantolo, Tempoal, cuyo lema es
“Ríe, baila y llora con los muertos”.
Los pobladores se surten de cacao, azúcar y canela para la elaboración del chocolate; velas suficientes para las ánimas que se esperan, vela-doras, papel de china, copal, nueces, cacahuates, cerámica ceremonial (potrillos, porrones, sahumerios, ocarinas y floreros, todo esto traído de Chililihco, Hidalgo), morrales, ropa, zapatos, sombreros, cohetes y fruta, entre otras cosas
La Bocona La Muerte La Hippie y la Muerte
La Negra
| Veracruz · Fiesta Viva | | Tempoal |
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Es a partir del 1 de noviembre que en los patios de las casas se en-
sayan las comparsas de la viejada. Los participantes se congregan en
la casa del empresario. Este personaje sabe todo cuanto se necesita
para estar al frente de esta misión: conoce los sones, es depositario
de las coreografías, cuenta con un patio o, en su caso, hace suya la
calle; también tiene algunos ahorros para los refrescos y el pago de los
músicos, además de poseer el carisma suficiente como para aglutinar
en torno a una máscara a los jóvenes y adultos de su colonia. Aquí
se reúnen ahora para danzar un poco mientras la discada está lista.
Algunas personas ayudan al empresario. Se reparten las cervezas, los
refrescos, el agua embotellada y, unos sones después, se disfruta la
comida. Posteriormente se visten, y ya con los disfraces bailan son tras
son, hasta que el empresario se convence de que su comparsa hará
bien las cosas.
De esta forma, los danzantes esperan un poco para luego salir a la
calle. Bailan tres o cuatro sones en cada casa. Se les retribuye con
algunas monedas; ellos saben que están en su colonia, cerca de sus
familiares que les aplauden y los animan. Por otra calle, más allá abajo,
viene don Lino Sánchez, viejo entre la viejada, vaquero de sus últimos
gozos porque ahora, dice, ya está cansado. Más allá, en otra calle y
distinta casa, la familia entera baila los sones de Xantolo. No es un error
decir que todos saben bailar cada uno de los sones de muerto. Mujeres,
jóvenes, adultos y niños participan de la fiesta. El Xantolo tiene una
singular importancia: el ambiente eminentemente familiar en que se
celebra a los ancestros. Al menos por cuatro días, que además son de
asueto, se salta a la fiesta comunitaria donde las máscaras, disfraces y
la música ritual colman de vida las calles y los patios.
El Xantolo Tempoalense
Un domingo antes del 31 de octubre se lleva a cabo la Plaza Grande.
La gente acude a realizar las compras de todo lo que, por tradición,
sabe que va requerir para preparar la ofrenda. La festividad inicia el
31 octubre con la aparición de las comparsas y la viejada, y concluye
el 3 de noviembre, aunque periódicamente, a lo largo del mes, se van
realizando ceremonias ligadas con la fiesta, tales como los ochavarios,
que son la ofrenda –y renovación de las flores del altar– que se efectúa
a los ocho días del término del 1 y 2 de noviembre; es decir, ochavario
para las ánimas los niños y el correspondiente a los adultos. Actual-
mente se ha ido marginando esta costumbre y se considera propia “de
los ranchos”
En el Día de Muertos o de Todos Santos, se cree que llegan las ánimas
de los muertos desde el lugar en que se encuentran a comer lo que los
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vivos les vayan a ofrendar; se les pone comida y con esa ofrenda se
les espera. El ofrecerles a las ánimas se explica a través de un mito,
que por el espacio no es posible narrar, pero se tiene la certidumbre
de que los animales que con anterioridad se destinan para estos días
como ofrenda a las ánimas tienen por fuerza que sacrificarse, porque
se piensa que de todas maneras ese animal se morirá, porque ya está
ofrecido, “está dado”, y si no se mata las ánimas de todos modos “ha-
cen que se muera”.
Para que las ánimas lleguen a la tierra y se introduzcan a los hogares
de sus familiares, se les hacen caminos de pétalos de flor de muerto
o sempoalxóchitl. Se forman largas hileras de pétalos, partiendo de la
entrada principal de la casa hacia diferentes rumbos, “para que las
ánimas vean que en la casa ya hay entradas y no se pierdan… Para
que sepan que entran con permiso. Son caminos por donde llegan y
por donde se van”.
Los arcos y altares se construyen el 30 de octubre por la tarde. Se
detonan cohetes y hay convivencia familiar. En ocasiones viene un ar-
quero a ayudar a confeccionarlo. Antes, hace unos 10 años, todavía se
cortaban las varas para el arco en los solares; ahora ya las venden en
la plaza, traídas por campesinos, quienes las ofertan en las banquetas.
El altar y el arco son considerados el sitio sagrado donde permanecen
las ánimas durante esta sentida y profunda convivencia.
En el altar habrá tantas velas como muertos en la familia. Por eso es
común ver los altares repletos de velas adornadas con papel oropel de
colores y con incisiones. A todos los difuntos se les destina una vela en
el altar, la cual muere con la festividad. También hay velas destinadas
para los muertos en general. Si queda un cabo de alguna vela, es de
buena suerte. “Sirve para hacer limpias y es como bendita”. Actual-
mente las veladoras están destituyendo a las velas.
Los arcos son estructuras de madera flexible, esto es, de varas. A este
tipo de varas se le conoce como vara sol (rama de cocuite), que se
cubre con hojas de un árbol llamado rama iglesia, aunque en algunas
ocasiones se forra con heno. Los arcos se adornan con flor de sempoa-
lxóchitl y mano de león y bojolito o bojolillo (sempiterna) carmesí, que
se confecciona en el lugar que ocupa el altar que permanentemente
está en la casa. Aquí se cuelgan frutas diversas (naranjas y mandarinas,
así como pequeñas canastas de barro en las que se colocan nueces,
dulces, cacahuates y galletas). Este arco está ofrecido a los ancestros
mayores. Junto a este arco, en un rincón, se hace un arco pequeño
dedicado a las ánimas de los niños, a los angelitos. Aquí se les ofrenda
a los muertos pequeños. Se ponen velas pequeñas y muchos dulces
Se forman largas hileras de pétalos, partiendo de la entrada principal de la casa hacia diferentes rumbos,
“para que las ánimas vean que en la casa ya hay entradas y no se pierdan… Para que sepan que
entran con permiso. Son caminos por donde llegan y por donde se van”
Bocona y trío huasteco, de la colonia Quinta Colón
Comparsa de Viejada
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y juguetes. Con la elaboración de este altar, de manera tácita se está
entrenando a los menores para continuar y sustentar a esta tradición
de honda raíz prehispánica.
El arco, como lo indica el término, es redondo, no muy alto ni muy
ancho, que ocupa el espacio de una mesa para cuatro personas. El
altar en conjunto representa al cosmos: la parte correspondiente al
arco florido es la bóveda celeste; la parte de en medio (la mesa con
las ofrendas y las velas) es el plano terrenal donde vivimos, y la parte
inferior señala al inframundo. En los tres niveles se pone ofrenda. La
parte baja es considerada el mundo de los ancestros nefastos, por lo
que las ofrendas se colocan al revés, casi enterradas, para mantener el
necesario equilibrio y no perturben la fiesta.
La ofrenda que se les coloca a los muertos en el altar es como una
muestra de cariño y de recuerdo. Se ofrenda porque “vienen a ver qué
les da uno”. Hay que atenderlos bien para que se vayan con gusto y
sientan que uno se acuerda de ellos. De esta forma se llama al ánima
y se prende una vela que para ella está dedicada. Esta ofrenda puede
ser algo en especial que alguno de los muertos le haya gustado en vida.
Así, en el altar se ponen los tamales de carne de puerco, de picadillo, de
calabaza y palmito, de pollo y de dulce; dulce de papaya, de cuahuayo-
te, yuca enmielada, dulce de pipián, frutas diversas (manzanas, naran-
jas, mandarinas y plátanos), pan, pemoles, alfajores, café y chocolate,
así como aguardiente, cigarros, cerveza y refrescos.
La ofrenda se sahúma con copal. Existe la creencia de que las ánimas
toman de los alimentos ofrendados únicamente el sabor. La gente co-
menta que el chocolate o cualquier otro alimento que ya se haya ofren-
dado, al momento en que uno lo ingiere, ya no tiene el mismo gusto.
Y se piensa que los líquidos, además de perder su sabor, reducen su
volumen. Terminando de incensar la ofrenda, y una vez que los vivos
comieron de ella, se apagan las velas con dos flores de sempoalxóchitl
y se vuelven a encender a la hora siguiente. No se debe apagar las
velas con el aliento “porque se van las ánimas”.
El 31 de octubre, día de los chiquitos, en el altar pequeño se pone
comida propia para niños, es decir, que no contenga chile, sino que
sea comida dulce. A partir del 1 de noviembre se ofrendan tamales y
comida con chile, porque ya los niños se fueron y es día de los grandes.
El 3 de noviembre todas las personas asisten al cementerio a llevarles
flores a los difuntos. Allí se reza, se hace ofrenda de tamales, chocolate
y bebidas alcohólicas, y llega también la viejada y bailan en el panteón.
También llevan tríos de huapangueros, que cantan en las tumbas a
solicitud de los deudos.Personaje de carnaval incluido en la Viejada
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Por la noche del 3 de noviembre, se pone a la orilla del camino una
pequeña ofrenda en una silla y se enciende una vela; la ofrenda está
dedicada para el ánima sola, que en el mundo terrenal, “por un peca-
do cometido”, mereció el castigo de penar; se dice también que es el
ánima de los que fueron solos y ahora no tienen quien les ofrende. La
ofrenda que se coloca a esta ánima deberá ser recogida por cualquier
transeúnte, pensándose que a través de éste el ánima sola se lleva la
ofrenda.
La viejada, a pesar de que la fiesta es para los muertos, es el centro de
atención en estos días. Cada colonia organiza su comparsa de danzan-
tes o la viejada a fin de darse a notar en dicha celebración. Todas las
personas del pueblo que quieran disfrazarse pueden hacerlo, aunque
lo correcto es integrarse a la comparsa correspondiente, participando
en los ensayos que se realizan diariamente durante los quince días
anteriores a la fiesta.
El 31 de octubre es el primer día en que sale la viejada. A veces cada
una de las comparsas alcanza más de cien integrantes. Todas las co-
lonias participan en la fiesta. De las comunidades cercanas a Tempoal
también vienen comparsas a bailar al pueblo: de El Ranchito, Tanche-
che, Buenavista, etcétera.
A los danzantes se les llama los viejitos o los viejos. A la comparsa en general se le denomina la viejada,
integrada por músicos de violín, guitarra huapanguera y jarana, el empresario y el caporal, así como los
disfrazados mismos. A los danzantes, es decir, a los viejos, los acompañan individuos que se han disfrazado
de mujer y que forman un sinnúmero de parejas. El empresario es el encargado de velar por el orden dentro
de la comparsa, y cada una de ellas tiene su propio empresario, quien además es el responsable de dirigir
los ensayos, de guardar el dinero recabado y, por último, de organizar el baile de destape de la comparsa.
Son diversos los disfraces que para esta ocasión se utilizan, aunque la mayoría están relacionados con
personajes como el diablo, el duende, el vaquero o caporal, la ranchera, los payasos, el toro, los inditos, los
comanches, las boconas, entre otros, surgidos del ingenio de los participantes. Pero lo más común es el uso
de la máscara tradicional de madera de cedro o de madera de pemuche.
En el baile, el caporal va al frente de la comparsa vestido de vaquero; trae reata de lazar, sombrero ribeteado,
chaparreras, espuelas, chirrión y máscara con bigotes. Va tocando un cuerno de buey. La explicación que se
le da al hecho de llevar puesta una máscara con motivos monstruosos o de otro género, es que ésta “sirve
para espantar a las ánimas que vienen a ver a quién se llevan”, o también “se baila con máscara para alegrar
a las ánimas y hacerles ver que uno está viviendo contento”. En las comunidades indígenas la persona dis-
frazada no debe ser identificada por ningún individuo, “ya que no es bueno porque le puede suceder alguna
desgracia al bailador”. Para evitar ser identificados intercambian entre sí las ropas o se las ponen al revés.
La danza se inicia bailando “El son del pajarito verde”, que es algo así como un saludo a los dueños de una
casa, mientras que al finalizar la bailada se interpreta “El son de la salida”. Así, el caporal dice que viene “de
muy lejos” y pide trabajo “para él y sus compañeros”. Cuando toca el cuerno es señal de que en la casa han
aceptado que la viejada baile. Al terminar de bailar reciben de la familia, a través del caporal, una determina-
da cantidad de dinero, tamales, pan, u otro alimento. El dinero se guardará para organizar el baile de destape
y los tamales son comidos por los danzantes. Todo lo que dan en la casa en donde se baila es como un pago
por los trabajos realizados.
Es costumbre que la persona que se inicia en la viejada lo haga durante siete años consecutivos; si los ter-
mina y quiere continuar deberá completar catorce años. Pero en ambos casos, el no cumplir implica contraer
una serie de supuestos males en su vida “por no haber respetado la costumbre”.
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Algunos sones (sones de muerto) que se tocan en estas fechas son: “El
pajarito verde”, “El palomo”, “Son de cuatro vueltas”, “El zopilote”, “El
paseadito”, “La piececita”, “Cada quien la suya”, “La polla pinta”, “La
banca”, “El caballito”, “La patita (este son lleva un recitado en décima,
octava o sexteta, y en ocasiones los danzantes gritan porras)”, “El pe-
cecito”, “Los enanos”, “El agachadito”, “El tapado”, “El toro negro (aquí
el empresario baila con cada uno de los integrantes de la comparsa de
manera muy similar a como los sotaventinos ejecutan. El son del toro
zacamandú’)”, “El brincadito”, “El venado”, “El burro”, “La media na-
ranja”, “El volteadito”, “La mexicanita”, “El santo patrón”, “El sombrero
concho”, “El jabalí”, “El gallo”, “La pulga”, “El guajolote”, “El coyote”,
“La salida”, entre otros.
El 3 de noviembre, como ya se comentó, la viejada asiste al cementerio.
Este día es conocido como tlamakauali, “despedida”, “conmemoración”
o “responso”. Al llegar las distintas comparsas bailan en el descanso
del panteón como una señal de “saludo a todos los muertos”. Después
las comparsas se diseminan por todo el cementerio para ser contrata-
das por los deudos y bailen en las tumbas sobre las lozas o en el inte-
rior de los mausoleos. Todo a zapatazo limpio, con reverencia, aunque
parezca lo contrario. Los deudos que llaman a determinada comparsa
para que baile sobre la tumba le van indicando al caporal qué sones
tienen que bailar. Generalmente en cada tumba se bailan los sones
que más agradaban al difunto, y si éste en vida participó en alguna
comparsa, “se le baila por más tiempo, en señal de pena y de respeto”.
El 30 de noviembre, día de San Andrés, se ofrenda de nuevo a las
ánimas y la viejada hace también acto de presencia en el pueblo. En las
comunidades se bendicen las semillas y las mazorcas que se utilizarán
para las siembras del año. Este día también se efectúa la fiesta de
destape, donde cada comparsa hace su propio baile con los fondos
económicos colectados. El baile de destape es un cumplimiento del
empresario, pues “es su obligación organizarlo después de pasar Todos
Santos”, a decir de los pobladores. Así, todos los danzantes vuelven a
ponerse su disfraz y el ceremonial comienza cuando la comparsa se
inicia a bailar. Bailan durante una hora aproximadamente y los baila-
dores se quitan la máscara y se la colocan a un lado del rostro, “como
anunciando que ya se destapó, que ya está limpio y ya es la persona de
antes…” En ocasiones cada uno de los bailadores lleva una madrina y
ésta tendrá que darle algún obsequio al momento de destaparse, algún
perfume, un pañuelo o cigarros.
En las comunidades indígenas el baile del destape se hace depen-
diendo de la cantidad de dinero, aguardiente o semillas que lograron
recabarse. Si el dinero es suficiente como para hacer un baile, éste se
realiza; si no, se llevará a cabo únicamente un brindis, pero en ambos
casos vuelve a bailar la comparsa. Para destaparse preparan el baile;
ejecutan la viejada, y después los participantes se van al monte a qui-
tarse las máscaras, se pone cada uno su respectiva ropa y regresan al
baile. Las máscaras las guarda el empresario para la próxima fiesta.
Los nahuas llaman a esta ceremonia o baile de destape ixtlapus, que
significa “abrir los ojos, abrir o destapar nuestro delante”, y para ello
arrojan con la boca aguardiente a los ojos del disfrazado al momento
de apartarse la máscara de la cara.
Se piensa que quien no se destapa anda siempre con máscara y que
por tal motivo no puede ser él en realidad, pues es un “desconocido”
por tener otra cara, siendo presa fácil “de algún mal que le cause la
muerte”, mal enviado por las ánimas. Al morir no será aceptado (por su
cara de palo) en el cielo y se irá derecho al infierno. El destape también
es señal de respeto a las ánimas. “Es señal de que ya se quitó la cara
con que uno animó un poquito la fiesta y para que las ánimas queden
invitadas a venir año con año”.
Con la fiesta de destape se da por terminada toda la celebración del
Día de Muertos o Todos Santos, Xantolo, Xantola, o Santoro. Quedan
santificadas –allá en Alto del Ojite– las semillas de maíz que se desti-
narán para la siembra… ”Después se pone una mazorca en la entrada
de la casa; ahí se cuelga, para que se dé con mayor fuerza la milpa”.
| Veracruz · Fiesta Viva | | Tempoal |
información
Destino: Tempoal
Ubicación: Huasteca (norte de Veracruz)
Altitud: 50 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 21° 31” latitud norte y 98° 23” longitud oeste
Clima: cálido-extremoso con una temperatura media anual de 24.1° C
Aeropuerto: Tampico, Tamaulipas
Central camionera: Pánuco, Ver., y Tampico, Tamaulipas
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| Veracruz · Fiesta Viva |
Cuadrillas y cabalgata
· PLATÓN SÁNCHEZ
De Xantolo
Investigación: Román Güemes | Fotografía: Antonio Jiménez | Diseño editorial: Alberto Hernández
Detalle de un arco · Fotos de los difuntos, flores de bojolillo (sempiterna); cuelgan limas del arco y las dos canastas de barro contienen dulces, cacahuates y nueces
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| Platón Sánchez |
L a hacienda El Capadero, por decreto de diciembre de
1868, se erige en municipio con el nombre de Platón
Sánchez, como tributo a este ilustre militar veracruzano. Rafael Platón
Sánchez, siendo Teniente Coronel de infantería, presidió el Consejo de
Guerra que sentenció a muerte a Maximiliano de Habsburgo, Miguel
Miramón y Tomás Mejía, el 14 de junio de 1867. El Coronel nació aquí,
el 15 de diciembre de 1831, y murió asesinado el 30 de noviembre de
1867 en Nuevo León.
Este municipio huasteco adquirió fama, a finales de los 60 y principios
de los 70, por ser uno de los principales productores de tabaco en
el estado. Actualmente esta actividad agrícola, aunque ha disminuido
considerablemente, sigue siendo una fuente importante de ingresos
para muchas familias platonenses. La ganadería, por su parte, continúa
manteniendo su rango, gracias a que es, ante todo, una actividad regida
más por la tradición, la costumbre y la identidad, que por la tecnología.
Uno de los privilegios mayores de este pueblo es el Río Calabozo, tri-
butario del Pánuco, en cuyas riveras la agricultura florece y sus frutos
son arrancados a la tierra por manos laboriosas. Aquí, la producción de
maíz es asombrosa. Las vegas son interminables y su bondad abraza
al hombre como quien se anuda un pañuelo al cuello; surcos y surcos
ofrecen sus entrañas a las humildes semillas que habrán de germinar bajo el rigor de los intensos soles de
esta tierra caliente.
El trazo del pueblo es de envidiarse: las rectas y exactas calles, como dicen los paisanos, hacen que cada
quien viva donde dice… Los solares arbolados y las casas antiguas convierten a Platón Sánchez en un
pueblo apacible, donde se puede caminar y disfrutar de la cordialidad y hospitalidad de sus habitantes, gente
alegre, despierta y hospitalaria. Acá todo es verde y abundante. Y un pueblo así también tiene su mundo, y
hasta huesos, volverían a decir los platonenses, tan dados a la talla y al albur.
Los campesinos indígenas llaman al pueblo Pulato; “nia Pulato”, “yo voy a Platón”. De las muchas tradicio-
nes que guarda este municipio, tenemos el carnaval indígena (mekohmeh), diferentes danzas (xochitinih,
kwaxompiahtineh, Guadalupana), el huapango y Todos Santos o Xantolo, entre otras.
Xantolo o Todos Santos
El Xantolo o fiesta de Todos Santos inicia el 29 de septiembre, día de San Miguel, con una ofrenda sencilla. Se
estallan unos cohetes para que “se abra el cielo y bajen las ánimas”. Se ofrenda pan, tamales, chocolate, y se
colocan veladoras y velas. A partir del mes de octubre “se está soñando a los difuntos” porque se considera
que ya van llegando sus ánimas.
El 18 de octubre, día de San Lucas, es la segunda ofrenda. Se realiza la cosecha de plátano y cuahuayote
para hacer el dulce de conserva. Una semana antes del 31 de octubre se compra el cacao y se entablilla.
Los campesinos indígenas llaman al pueblo Pulato; “nia Pulato”, “yo voy a Platón”. De las muchas tradi-
ciones que guarda este municipio, tenemos el carna-val indígena (mekohmeh), diferentes danzas (xochiti-nih, kwaxompiahtineh, Guadalupana), el huapango y
Todos Santos o Xantolo, entre otras
Máscaras de las cuadrillas de viejos
Pan de muerto a base de huevo
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| Platón Sánchez |
Todas las mujeres, incluyendo las niñas, llevan a cabo este trabajo, aunque también algunos varones partici-
pan. Se preparan los chiles en vinagre (para acompañar los tamales) y algunas familias elaboran los dulces
en conserva.
Un domingo antes del 31 de octubre se realiza la Plaza Grande. Aquí se compra todo lo necesario para la
ofrenda. De esta forma se adquiere, entre otras cosas, el cacao, que se limpia y se dora; se dora también la
canela, las galletas (rosca o pan tostado), se le pone azúcar, se muele en molino de mano y se hacen tablillas
con un vaso chico. Las tablillas se preparan con leche para el chocolate… El pan se consigue también en la
Plaza Grande. Se vende pan de huevo, pemoles, roscas, pasteles de leche, queso y piña…
El 30 de octubre, por la tarde o noche, se construye el arco, y la población ya se está preparando para realizar
las ofrendas del Xantolo. Cuando se hace la ofrenda se prenden las velas y cada una de ellas está dedicada
a un muerto en particular; al encenderlas, se dice el nombre de la persona. Cuando se termina de levantar
la ofrenda se apagan las velas con dos flores, ya que “no se pueden apagar con el aliento porque las ánimas
se enojan y se van”.
El 31 de octubre llegan los chiquitos y se van al medio día del 1 de noviembre. Para las ánimas chiquitas
se acostumbra hacer un arco pequeño junto al arco grande. Se prende una veladora. Se preparan dos ollas
como de 200 tamales, que son para los niños y los grandes, aunque la comida de niños es sopa de fideo. Se
les ofrenda y se les dice que pasen a tomar la ofrenda y a recibir su luz. Ya ofrendando y habiendo prendido
el copal, se sahúma todo y se espera un rato para que las ánimas coman; después, se invita a todos los niños
a comer de la ofrenda.
Para las ánimas chiquitas se acostumbra hacer un arco pequeño junto al arco grande. Se prende una veladora. Se preparan dos ollas como de 200 tamales, que son para los niños y los grandes, aunque la comida de niños es sopa de fideo. Se les ofrenda y se les dice que pasen a tomar la ofrenda y a recibir su luz
Cuadrilla bailando en Xantolo
Niños bailadores de la cuadrilla
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| Veracruz · Fiesta Viva | | Platón Sánchez |
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El 1 de noviembre llegan los grandes y se les ofrenda mole, tamales
y chocolate dulce en conserva. Los tamales son los llamados tamales
de salpicón, porque contienen pollo, puerco, zanahoria, papa, chiles en
vinagre, aceitunas y tomate. Estos tamales se envuelven en hojas de
plátano o papatla. A los grandes se les pone copal para que pasen. Este
día los señores y los muchachos recorren el pueblo a caballo. Es día
de la caballería. Los jinetes deambulan por el pueblo en grupos. Es un
gusto propio de la gente de aquí. Alistan sus cabalgaduras con tiempo:
las hierran y las cuidan de todo para que luzcan. Durante todo el Xanto-
lo pueden observarse jinetes en las calles y caminos. El caballo, pese a
los cambios actuales, aún tiene presencia en el pueblo, particularmente
en este tipo de celebraciones.
El 2 y 3 de noviembre es día de los grandes. Se ofrendan tamales y
mole. Posteriormente, se va al panteón a oír misa solamente. Para el
4 de noviembre se visita el camposanto y se lleva la ofrenda. Allá se
come. En la actualidad algunas familias acostumbran llevar sólo flores
en lugar de ofrenda. Va la cuadrilla de viejos y bailan a los muertos en
sus tumbas. Se rezan rosarios y se arreglan las cruces. Se colocan
coronas de papel sobre las tumbas. La banda de viento empieza a to-
car. Durante todos estos días se intercambian las ofrendas entre los
vecinos, que se obsequian con gusto y alegría y se recibe todo lo que
traen a cambio.
En esta región de la Huasteca, a diferencia de otras partes, no se acos-
tumbran los octavarios. En San Andrés se prenden las velas y se les
ofrendan a las ánimas que ya se van. Es el día de la despedida y del
destape de las cuadrillas de viejos.
Las cuadrillas de viejos, huehues o coles
Las cuadrillas son grupos de personas de un mismo barrio o colonia
que se organizan para danzar durante el Xantolo, regidos solamente
por la tradición. La obligación que cada uno de los danzantes contrae al
integrarse a una cuadrilla es cumplir con los ensayos, tener su disfraz
y su máscara, además de saber el lugar que ocupa en la fila, conocer
cada uno de los sones y sentir como algo suyo todo lo que esto signifi-
ca, es decir, integrarse al rito y a la costumbre. A las cuadrillas también
se les llama coles (de koli, viejo, abuelo); pero es una palabra propia
de los ranchos.
Los danzantes utilizan máscaras de madera de pemuche y las mujeres
máscaras de manta cruda, bordadas en el contorno de los ojos y la
boca, aunque algunos usan máscaras de plástico o hule. Antes, la ropa
de los personajes que interpretaban el papel femenino tenía que ser
de una difunta, y si recientemente había fallecido, mejor… Traen unos
carrizos, como palos de lluvia, en cuyo interior les meten alfileres y
espinas de coyol y piedrecillas y los hacen sonar mientras bailan.
El vaquero es el capitán (llamado también empresario) y sostén de una
cuadrilla; va al frente, ordena las filas, y sabe los pasos de cada son.
Hay varias coreografías que van desde líneas, círculos, cruces, o por
parejas; los pasos o pasillo son muchos: zapateados, escobillados,
remates y otros más. Hay como 15 pasillos distintos. Los sones son
reveladores, pues acusan diversas procedencias; pero el son platonen-
se es más rápido, más tupido… La danza refuerza la identidad de la
colonia; hace sentir a los integrantes de una cuadrilla como miembros
de una cultura y una comunidad. Al pertenecer a una cuadrilla ya son
algo ante su pueblo.
Las cuadrillas son grupos de personas de un mismo barrio o colonia que se organizan para danzar durante el Xantolo,
regidos solamente por la tradiciónLa dama o ranchera, personaje de la cuadrilla
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Platón Sánchez |
El destape
En San Andrés se celebra el ritual para el destape, es decir, el momento
en que los danzantes que representaron a los ancestros buenos se des-
pojan de sus máscaras públicamente y, en general, de su disfraz. Para
esto se busca un padrino o madrina de cuadrilla dentro de las personas
más viejas de la colonia, y cada disfrazado, por su parte, selecciona,
entre las señoritas de su barrio, a una madrina que va acompañarlo
durante este ardoroso lance. Antes de iniciar esta práctica, la cuadri-
lla hace un recorrido por el pueblo y con esto anuncian e invitan a la
celebración.
El destape sucederá en casa del capitán de los viejos, enmascarados
o disfrazados, coles o huehues, o en casa del vaquero. Ahí, a medio
patio, se hace un arco, se enflora, se tiende un petate y se arregla un
altar con la imagen de la Virgen de Guadalupe, patrona del pueblo.
Se forman frente al arco en parejas, acompañados de su respectiva
madrina y encabezados por unos novios y, al ritmo del canario (un son
viejo), se hincan uno por uno sobre el petate a medio arco. Al momento
de descubrirse el rostro, la madrina de la cuadrilla le arroja unos bu-
ches de aguardiente en la cara. Es cuando la madrina del danzante le
hace entrega de un rosario de sempoalxóchitl (o un listón) y una vela.
La máscara y el rosario son colgados en el arco y la vela la encienden
frente al altar.
Una vez que todos pasaron por esta expiación, el capitán de la cuadrilla
guarda las máscaras. Después se reúnen en el centro del patio, donde
han de disfrutar de una gran mesa con canastas de tamales, jarras de
atole, botellas de aguardiente, cerveza y vino dulce que degustarán los
limpios integrantes de la cuadrilla. Se cree que con las máscaras se
escondieron de la muerte y representaban a las ánimas de los difuntos
y, como ya se fueron hoy, es el momento de quitárselas y guardarlas.
Danzante que no se destape, si muere antes del siguiente Xantolo, no lo
reconocerá Dios porque con el disfraz va representando a otra persona.
La cabalgata
El caballo tiene un especial sitio en la mentalidad de los platonenses.
Es su apoyo en los trabajos del campo, en las faenas del potrero y la
campeada, así como, en algunos casos, su único medio de transporte y
su compañero de viaje. Desde la mañana del 1 de noviembre empiezan
a aparecer en escena los jinetes: hombres, mujeres y niños montados
en caballo de todo tipo. También llegan carros con vagones especiales
para transportar caballos de aquí mismo o de otros lugares, como de
Tempoal, Ozuluama, Tanquián, Tampico y otros, que se dirigen a Zaca-
tianguis, comunidad de Platón Sánchez.
Zacatianguis (cuya traducción sería: “mercado techado con zacate”) es
una pequeña comunidad de Platón Sánchez, limítrofe con el estado
de Hidalgo. La mayoría de los habitantes son parientes entre sí y se
dedican a la agricultura y a la ganadería. Está ubicado en una loma y se
puede apreciar desde la parte más alta el paisaje azuloso de la sierra
hidalguense, donde sobresale la imponente imagen del Cerro Talol de
San Felipe Orizatlán, llamado Sanhuatita por los indígenas de estos
alrededores.
En esta comunidad se reúnen cerca de 100 jinetes, cifra que irá au-
mentando a medida que se le unan los jinetes que vienen a lo largo
de la carretera y los que están esperándolos en la entrada de Platón
Sánchez y en el pueblo mismo. Van junto con los adultos, niños y seño-
ritas. Arranca la cabalgata y, a lo lejos, forman una gran fila que resulta
asombrosa, impulsados por la pasión del Xantolo. El sonido desatado
por los cascos que se impactan contra el asfalto de la carretera, a pesar
del aparente desorden, tiende a uniformarse y tomar un ritmo seductor.
Es una estampa realmente única aquí en los lindes de Amoxoyahual.
La cabalgata seguirá esta carretera hasta Platón. Hay mucha gente que
detrás de los jinetes viaja en sus automóviles. Llegando al pueblo, atra-
viesan una de las calles principales y se trasladan a un rancho ganade-
ro, donde se realizan carreras de caballos. En los días subsiguientes de
Xantolo siguen estando presentes los jinetes, como una muestra más
de que, a caballo, también se ofrenda a las ánimas.
Al momento de descubrirse el rostro, la madrina de la cuadrilla le arroja unos buches de aguardiente
en la cara
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| Platón Sánchez |
Cuadrilla de viejos en el Xantolo
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Platón Sánchez |
información
Personajes de una cuadrilla de viejos
Destino: Platón Sánchez
Ubicación: Huasteca (norte de Veracruz)
Altitud: 60 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 21° 16” latitud norte y 98° 22” longitud oeste
Clima: cálido-extremoso con una temperatura promedio de 24.1° C
Aeropuerto: Tampico, Tamaulipas
Central camionera: Pánuco, Ver., y Tampico, Tamaulipas
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en el panteón · TANTOYUCA
La Viejada
Vela tradicional de Xantolo
Investigación: Román Güemes | Fotografía: Antonio Jiménez | Diseño editorial: Alberto Hernández
| Tantoyuca |
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C omo todas los pueblos y ciudades de la Huasteca Vera-
cruzana, Tantoyuca (del tének, tan, “lugar de”, y tuyik,
“cera”: Lugar de la cera) celebra el día de Todos Santos o Xantolo de
una manera muy particular, que inicia el 31 de octubre y culmina el 2
de noviembre. En esta festividad sobresale, entre un sin fin de activi-
dades, la visita al panteón y la función de la viejada en este lugar “de
descanso”.
El municipio de Tantoyuca limita al norte con Tempoal y Ozuluama, al
este con Chontla e Ixcatepec, al sureste con Chicontepec, al sur con
el estado de Hidalgo, y al oeste con Platón Sánchez. Fue elevada a la
categoría de ciudad el 25 de julio de 1901; actualmente, la cabecera
municipal cuenta con una población de 23,893 habitantes. A la ciudad
se le llama “La Perla de las Huastecas”, título que ostenta con dignidad.
Días antes del 31 de octubre, en la plaza principal se observa ya el
continuo movimiento de personas, además del gran número de comer-
ciantes que expenden sus productos, mayoritariamente artesanía. Se
trata de artículos de palma, ixtle o zapupe y piel. También se reserva un
espacio dedicado a la venta de máscaras. Pero sobre todo, hay mucha
mercancía relacionada con el Xantolo: flores, veladoras, coronas, dul-
ces, pasta para pascal, frijol en vaina (frijol de chivo) para tamales, cho-
colate molido, y cerámica de Chililico, Hidalgo, especialmente ocarinas
o kokowilotl. En la entrada principal del palacio municipal se construye
un enorme arco, que deberá quedar listo un día antes del 31. En los
corredores cuelgan unos muñecos muy grandes que representan a los
viejos de cuadrilla.
En la parte baja de la terraza que forma el parque, se levanta otro
estrado para que todas las cuadrillas de viejos que se reúnen por la
noche pasen a danzar y a destaparse. Durante el 31 de octubre y el 1
de noviembre las cuadrillas recorren las calles de la ciudad; numerosas
comparsas de viejos o enmascarados danzan al compás del violín, la
jarana huasteca, la guitarra quinta huapanguera y, en ocasiones, del
tambor o bongó. Cada cuadrilla puede estar integrada por más de cua-
renta parejas que bailan formando dos líneas paralelas, que son la base
para realizar diversas coreografías. Asimismo, cada cuadrilla pertenece
y representa a una colonia en particular.
Las cuadrillas cuentan con diversos personajes, entre los que sobresa-
len el vaquero, el diablo, la mujer embarazada y la muerte, y están inte-
gradas por hombres, niños y, actualmente, mujeres. Recorren la ciudad
danzando desde muy temprano hasta el atardecer. Al frente de cada
cuadrilla se encuentra el vaquero con un cuerno que pita para advertir a
la cuadrilla que va a dar una orden, para iniciar un son o concluirlo. Las
máscaras que utilizan los danzantes deben ser de madera de pemuche,
aunque muchos usan las de plástico.
Vaquero pitando el cuerno, que llama a la cuadrilla de viejos en el panteónLa muerte
Pan de muñecos
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| Veracruz · Fiesta Viva | | Tantoyuca |
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El 2 de noviembre, a partir del medio día, los pobladores asisten al panteón, donde habrá visita de los deudos
y estarán las diversas cuadrillas de viejos o viejada. Camino al cementerio, van bailando las cuadrillas de
viejos. A ambos lados de la calle se colocan puestos de comida, de flores, cerveza, refrescos, nieves y agua.
Hay hombres, mujeres y niños sentados en la banqueta con coronas, ramos de flores y algunas cruces. Así,
al llegar al panteón, la gente limpia las tumbas y pone los floreros. Algunas señoras enfloran las lápidas. En
el descanso hay un grupo de jovencitas, todas de negro, en cuyas playeras tienen inscrita la frase “Xantolo”.
Ellas están para apoyar la celebración.
En el descanso del panteón se hace un arco muy bien adornado y el altar luce impecable. Muchas personas
se sientan alrededor de la mesa del descanso, mientras esperan a las cuadrillas de viejos. Van llegando
músicos con violín, jarana y huapanguera. Atrás viene la cuadrilla. Se oye un aplauso… Se presentan tres
vaqueros con grandes cuernos llamadores y empiezan a pitarlos; de pronto aparece una cuadrilla muy nu-
merosa, de variados disfraces y máscaras muy bien confeccionadas. “Muévanse, muévanse…”, ordena uno
de los vaqueros. Posteriormente, de entre la multitud de disfrazados, aparece el personaje que representa a
la muerte, quien vestido de mujer y con traje negro sube a la mesa del descanso… Se aparta la máscara,
pero lleva otra de tela que le permite ser escuchado, mas no reconocido. Se dirige a los asistentes; habla en
nombre de su cuadrilla:
“Muy buenas tardes tengan todos ustedes. Una vez más la cuadrilla de viejos enmascarados hace acto de
presencia aquí, en este panteón municipal, donde están los que parece que ya se fueron, pero que viven
en nuestra mente y en nuestros corazones. Esos son los que hacen esta fiesta. Por eso nosotros nos dis-
frazamos; por eso nosotros ofrendamos; por eso nosotros estamos aquí. Con todo gusto y con todo placer
es para los que no son de casa; para los que vienen por primera vez
a esta tierra tan hermosa, hay explicarles que esta danza es en honor
a los muertos, en honor a los que ya no están con nosotros, pero que
viven dentro de nosotros, dentro de nuestros recuerdo. Quiero decirles
que esta cuadrilla la componen, como ustedes pueden darse cuenta,
los cuatro personajes principales: el diablo, que significa la maldad; la
muerte, que significa el fin de todas las cosas; la mujer embarazada,
la vida nueva; y no podría faltar el vaquero, quien rige el destino de la
cuadrilla y el que nos comanda a nuestro destino. Esto que estamos
viendo es nuestro; es huasteco, que nada tiene que ver con el ha-
lloween que nos quieren imponer. Yo invito, de todo corazón, a todas las
personas que no se congregaron para bailar en este año con nosotros,
que lo hagan todavía. Hay mucho tiempo. Nos queda mucha vida por
delante para poder refrendar nuestras tradiciones. Pido un minuto de
silencio, no sin antes agradecer a todas aquellas personas, que de una
manera u otra, pues nos ayudaron para que esto sea mucho mejor.
Las ofrendas que nosotros vamos a colocar en el altar, que año con
año aquí se ofrece, pues son un tributo, como dije, a las personas que
ya nos dejaron. Pido a mi compañero, el vaquero, que toque el cuerno
y esperemos un minuto de silencio para que, posteriormente, sea un
minuto de aplauso, para todas aquellas personas que estuvieron aquí
y que ya nos dejaron...”
Huichol musical, personaje de una cuadrilla de viejosCuadrilla de viejos en el panteón
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| Tantoyuca |
Tocan un minuto dos cuernos y las ocarinas. El hombre disfrazado se baja de la mesa y, después, viene un
nutrido aplauso y gritos de alegría. Suenan con más fuerza las ocarinas. Se colocan las flores en el altar del
descanso y danza la cuadrilla. Danzan un largo son de muerto. Una vez colocada la ofrenda floral, siguen
aplaudiendo. Los danzantes gritan. Esas voces encerradas en las máscaras se difunden por el cementerio
y suenan hueco, hondo, y se van transformando en eco... La danza se retira. Los asistentes, por su parte,
empiezan poco a poco a tomar su camino. Afuera del panteón, al ritmo de huichol musical, una comparsa
baila en círculo de una manera muy entusiasta. La gente se arremolina alrededor…
Se vuelve por la misma ruta hacia el centro de la ciudad. En el mercado danzan varias cuadrillas y, al igual
que en la comunidad de Tempoal, empiezan a sumarse a la cuadrilla de viejos algunos personajes de otra
tradición, que se embarran tizne o pintura negra. Por la noche todas las cuadrillas se reúnen en la plaza
central; suben al entarimado a bailar y se realiza el ritual del destape. Por último habrán de quitarse las
máscaras públicamente y, de esta forma, reintegrarse a la vida normal, con la satisfacción plena de los que
han cumplido ante su pueblo y ante su barrio.
Huichol musical, personaje de una cuadrilla de viejos
Diablo y calavera
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| Tantoyuca |
información
Destino: Tantoyuca
Ubicación: Huasteca (norte de Veracruz)
Altitud: 140 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 21° 21” latitud norte y 98° 14” longitud oeste
Clima: cálido-extremoso con una temperatura promedio anual de 23° C
Aeropuerto: Tampico, Tamaulipas
Central camionera: Pánuco, Ver., Tantoyuca, Ver., y Tampico, Tamaulipas
Los tiznados, integrados a la cuadrilla de viejos
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· CHICONTEPEC
Y Xantolo
Antes del Xantolo hay ciertas señales en la naturaleza: florea el cuahuencho, flor solferina que crece en los montes; el aire fresco trae un olor especial; se sueña con los difuntos más apreciados
Mihkailwitl
Investigación: Román Güemes | Fotografía: Antonio Jiménez | Diseño editorial: Alberto Hernández
Flor de mano de león o Kwapelexochitl (flor del gallo)
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| Chicontepec |
P ese a toda esta elegante arquitectura de la diáfana lengua
náhuatl, por tradición, a este municipio veracruzano se
le conoce también como Chicón, enclavado en la imponente falda del
cerro San Miguel, lo que ha dado lugar a numerosas leyendas, dentro
de las que figura la famosa y amenazante piedra atada con cadenas.
Este municipio se encuentra ubicado en la zona norte del estado. Limita
al norte con Tantoyuca e Ixcatepec, al este con Temapache y Tepetzintla,
al sur con Ixhuatlán de Madero y Benito Juárez, y al oeste con el estado
de Hidalgo. Su vida económica y social está regulada por la agricultura,
la ganadería y el comercio. El verde tonal de sus alrededores es un gozo
para la vista y el espíritu, y esta magnificencia puede apreciarse desde
sus calles y miradores naturales, lo que le ha merecido el bien ganado
título de Balcón de las Huastecas, donde la presencia indígena tiene un
peso considerable en la conformación de la cultura local.
Antes del Xantolo hay ciertas señales en la naturaleza: florea el cu-
ahuencho, flor solferina que crece en los montes; el aire fresco trae un
olor especial; se sueña con los difuntos más apreciados, y el chichime-
kaetl-chichimequetl o chichimequel (cierta variedad de frijol que se corta en ejote) florea. Hay cierta alegría
entremezclada con algo de nostalgia; y como ya se ha venido ofrendando desde hace un mes, el ambiente
huele a copal. Esta resina (kopali) o su corteza (popochtli) tienen un alto significado en las comunidades.
También se dice que los tamales preparados en otras fechas hierven bonitos, muy parejos, pero en Xantolo
empiezan a hervir por un rato y luego se apagan y vuelven a hervir de nuevo. Los pobladores se dan cuenta
de que son las ánimas que ya vienen, pues se anuncian en el fuego y en la comida.
Compra de flor para altares
Día de la flor
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Chicontepec |
De este modo, uno va adentrándose, palmo a palmo, a otra de las
grandiosas celebraciones que acá en la región de Chicontepec o Huas-
teca Meridional tiene un enorme significado. La fiesta de muertos (mi-
hkailwitl) y su interpretación híbrida Xantolo o Todos Santos, es una
tradición muy arraigada tanto en las comunidades indígenas como en
las urbanas, preponderantemente mestizas. Varios de los elementos de
esta tradición nos muestran fuertes raíces prehispánicas.
La idea central de que las almas de los difuntos llegan para convivir
unos días a sus antiguas moradas terrenas, es hoy día una forma más
de vivir con la esperanza puesta en un ciclo biológico-cultural incesan-
te. En el mihkailwitl comunitario o xantola se retiran los santos del altar
y se ponen los retratos de los familiares más cercanos; son ellos los
que ocuparán el sitio más importante del hogar. De ahí la ofrenda, en
la que los primeros en pasar a la mesa son nuestros abuelos y abuelas
y los amigos muertos, sin quienes la vida no tiene sentido. Finalmente,
la indestructibilidad del ser, pensar en el resurgimiento después de la
muerte, sigue siendo una idea central en el pueblo mexicano.
Con una semana de anticipación se muele el café, se bordan las ser-
villetas para adornar el altar y las tumbas, se recolecta el copal, se
consiguen las papatlas (hojas para los tamales), se desgrana el maíz
o se compra, se limpia el frijol, se adereza el ajonjolí para el pascal y
los tamales, y se muele el cacao. Para estas actividades, y para todas
las demás, se debe estar alegre, con ánimos y con humildad para que
todo salga sabroso y bonito. Se debe platicar con las ánimas de los
difuntos cercanos, sobre todo si se trata de padres o hermanos. Si se
está triste o de mal humor, no se pueden conformar las tablillas, bolitas
o tortillitas del cacao. Todo se hace polvo, se desarregla, por más pan
que se agregue.
Se empieza a ofrendar desde el 29 de septiembre, día de San Miguel.
San Miguel es uno de los encargados de liberar las ánimas. Se ofren-
dan tamales, chocolate, pan, agua, refrescos y comida. Desde este día
todas las ánimas son consideradas como sagradas. Después sigue la
segunda ofrenda, el 18 de octubre, día consagrado a San Lucas, quien
se encarga de mandar a las ánimas a la tierra y es el día dedicado a
los muertos en desgracia, ahogados o muertos por rayo. Para este día
ya se ofrendan los famosos tamales de San Lucas y se realiza una
visita al panteón, y es cuando la fiesta empieza a cobrar presencia. Se
dice que este santo “es el que libera a los difuntos para que vengan en
Xantolo…”, de tal suerte que cada difunto recordado será llamado o
“liberado” mediante una ceremonia, que en las comunidades se llama
tlachikontilistli (acto de los siete días).
Continúan las ofrendas el 28 de octubre, día de San Judas Tadeo y de
San Simón, santos que, según la creencia, trabajan juntos; es el día de
los matados o ahorcados. Algunas familias acostumbran parar las ollas
de tamales desde este día hasta la culminación de la fiesta. Se cree
que durante todo octubre los muertos están en la tierra y ayudan a los
vivos en sus tareas y les otorgan sabiduría, ya que son toteixmatkawah
(nuestros ancestros). Estas fechas son desde frescas hasta muy frías,
con algunas lloviznas, nortes y lluvias. Hay neblina y humedad. Esta
atmósfera envuelve al Xantolo, lo que hace más apetitosa la ofrenda.
Antes del 31 de octubre se espera ya la famosa Plaza Grande o weyi-
tiankistli. Llegando el momento, se consigue en esta engalanada plaza
o tianguis todo lo necesario para la fiesta. Con todo lo adquirido, los
hogares ya están preparados para los siguientes pasos de la tradi-
ción. Esta Plaza Grande ya suele efectuarse en cualquier día cercano al
Xantolo, aunque por costumbre, el día de plaza en Chicontepec sea el
domingo. Pasado el xochitonali (día de cortar la flor), quienes no tienen
milpa la adquirirán aquí. Emparejada a la flor viene toda la demás mer-
cancía: chichcimequel en rollos, cilantro, hierba buena, chunacate, ajo,
cebolla, papatlas (hojas para tamales), diferentes clases de chile, frijol,
copal, yuca, akexilotl (cierta raíz comestible llamada también perritos),
tomate, café, cacao, azúcar, canela, pan, palma, estrellas de motehtli o
motahtli (cardón), plátano, cañas, cítricos, nueces, cacahuates, cerámi-
ca ceremonial, morrales, cestos, veladoras, velas y demás productos.
Flor de chía (chiaxochitl)
Expendio de flor de olokxochitl (flor de olotillo de colores magenta, blanca y rosada) e izote para atar
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| Chicontepec |
Días del Xantolo
29 octubre. Es xochitonali, día de la flor. Se corta la flor para adornar el altar: sempoali, mano de león,
oxochitl, chiaxochitl (flor blanca para el aroma) y los otates y varas flexibles para hacer el altar. En algunas
comunidades también es día de desgranar el maíz (tlaoyali) para las diversas paradas de tamales. Desgranar,
ahora, ya no es aquella rutina de frotar la mazorca contra la olotera; constituye todo un ceremonial en torno
al maíz-padre-madre (chikomexochitl). Se encienden las velas y se inciensan las mazorcas y se invoca con
palabras tristes, pues se recuerdan a los antepasados que se nutrieron de la poderosa semilla. Se echan
cohetes para que los demás vecinos sepan que acá se desgrana también.
30 de octubre. En Chicontepec, a este día se llama Día de la Flor. Se arma el arco durante todo el día y se
viste con palmilla y flores. Es el día del ornato (Tlachihchiwali). Se construyen los arcos en base a estructuras
de otate y varas flexibles y se van adornando con senpoalxóchitl, chiaxocitl, oloxochitl y kwapelechixochitl o
mano de león. Ya a casi todos los arcos lo complementan con estrellas de palma o de motehtli.
Las medidas de los arcos y altares varían de acuerdo a las dimensiones de la mesa o la altura del techo.
En la parte baja del arco, se hace otro pequeño, dedicado a las ánimas de los niños. Una vez concluido el
arco, se le ponen las naranjas, mandarinas, plátanos, manzanas, el pan muñeco (kwakokonepantsih) y dos
macetas con maíz germinad, además de colgar los morrales nuevos. Posteriormente, a un pedazo de tallo
de plátano se le ponen cuatro patas de madera y se le hacen unas incisiones para poner las velas, una para
cada difunto recibido u una para todos los demás. Este artefacto, llamado burrito, se coloca frente al altar.
Toda esta laboriosa construcción será el sitio donde moren las ánimas y el ejemplo más fervoroso con que
se pueda expresar una bienvenida.
Fuera de la casa, en el patio, se construye un altar más sencillo, con una base de madera donde se coloca
la ofrenda para recibir al ánima sola, es decir, a aquellas ánimas sin familiares y que vienen de muy lejos.
La combinación del amarillo y el morado le proporcionan al altar la gracia de la fiesta, y es cuando más luce
adornado y vivo. Terminado de construir los arcos (que son rectangulares, pero las esquinas son redondea-
das) se detonan cohetes, anunciando el hecho. El altar simboliza el mundo real y el mundo espiritual; es la
representación del cosmos y sus distintos lugares sagrados. Una vez terminado todo esto, se prenden unas
cuantas velas y se inciensa.
31 de octubre. Día de los chiquitos o Pascal. Por la madrugada se sacrifican los animales (guajolotes, pollos
y puercos). En la noche se preparan tamales. Se ofrenda desde las 7 de la mañana. Hay que salir de la casa
con una canasta con pétalos de sempoali, con agua vendita y el incensario (popochkomitl), y se realiza el
primer camino florido desde el patio al altar. Se dice que se va por las ánimas de los muertitos. Ahora se
hace el pascal (patskali) con hierbabuena, xonacate (cebolla regional muy pequeña), chichimequel o frijol de
chivo y ajonjolí; también se prepara arroz blanco. Por la tarde se elaboran los tamales con ajonjolí. Una vez
hervidos se ofrendan unos pocos en el altar. Hace una cuatro décadas, los niños llamaban a las ánimas de
los angelitos con una ocarina de barro llamada kokowilotl (paloma tórtola). En este día todo está dedicado a
las almas de los niños.
1 de noviembre. Hasta el medio día se realiza vigilia o ayuno (Mosawali).
Se ofrenda caldo para los angelitos, ya que no comen picoso, además
de chocolate, café con pan, dulces de chayote, dulce de calabaza, yuca
enmelada, dulces comerciales, naranjas, mandarinas, limas, pan, caca-
huates, nueces, camote, agua natural y refrescos.
A medio día se despiden las ánimas de los niños y llegan las ánimas
grandes. Desde el 31 de octubre, por la noche, se preparan los tamales
para las ánimas grandes, o en su defecto, se elaboran en la tarde del
día 1 de noviembre. Estos tamales pueden ser de carne de puerco,
de pollo, de guajolote, de ajonjolí con frijol (de xala), Se preparan los
tamales llamados tlapepecholi y los demás tamales de ajonjolí. Por lo
que concierne al tlapepecholi, es uno de los tamales más grandes de
la fiesta, y se come de manera ceremonial y colectiva. En la casa se
ofrenda tres veces, por la mañana, al medio día y en la noche.
2 de noviembre. Día de ánimas grandes, bendición o la despedida
(tlamakawali). En el hogar las ofrendas continúan y también se va al
panteón. La ofrenda que se lleva al cementerio es puesta antes en el
altar de la casa, pues se dice que adquiere otro sabor. Allá se adorna
la tumba, se hace el arco florido con sempoali que se apartó para este
momento y se deposita una ofrenda parecida a la del altar de la casa.
Se lleva el tamal grande y se pone en la tumba, sobre una servilleta
bordada. También se ofrenda chocolate, refrescos, cervezas, pan y fru-
tas. Se asperja la tumba con agua bendita y se inciensa. También se
llevan cruces nuevas. El humo del copal invade el espacio… Cuando se
visita el panteón se va temprano y se retorna como a las 5 de la tarde,
después de hacer rosarios y de haber compartido la ofrenda. Cualquie-
ra puede disfrutar de la comida. En algunas rancherías la despedida se
celebra el 3 de noviembre.
En ambos casos todo consiste en asistir al panteón con muchísimas
flores, copal, velas y música ritual. Se elaboran los arcos y se les llora a
los muertos recientes. Antiguamente, antes de asistir al cementerio, un
grupo de jóvenes y señores recorrían el rancho haciendo bailar a dos
mojigangas llamadas mikistli (muerte), una en forma de mujer y la otra
Desde el 31 de octubre, por la noche, se preparan los tamales para las ánimas grandes, o en su defecto, se elaboran en la tarde del 1 de noviembre. Estos tamales pueden ser de
carne de puerco, de pollo, de guajolote, de ajonjolí con frijol (de xala). Se preparan los tamales llamados tlapepecholi y los demás tamales de ajonjolí.
Altar de Sasaltilla
Pan hecho en figuras (pan de muñeco)
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| Chicontepec |
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de hombre (la antigua dualidad prehispánica). Al terminar, quemaban
los dos enormes monigotes construidos con deshechos de las matas
de plátano.
Por la tarde del 2 de noviembre empieza la visita a los padrinos o com-
padres. La ahijada les lleva a sus padrinos una canasta nueva con un
tamal grande, 12 tamales chicos, 2 velas, aguardiente, diversas frutas,
pan y café en una jarra, todo cubierto con una servilleta bordada y col-
mada de pétalos de sempoali. Para esta visita, el padre de los ahijados
lleva una mata de caña de azúcar, consagrada con una vela que se
adhiere a la mata y, en ocasiones, lleva el cesto de la ofrenda. Si se da
el caso de que sólo concurren los ahijados, entonces es la muchacha
la que lleva su canasta. La mata de caña se usa a guisa de bordón
y significa tomar el mejor de los caminos. La madre de los ahijados
llevará la jarra de café. Los ahijados varones no llevan nada, porque ya
han conseguido, desde antes, la leña, las papatlas y han ayudado a los
padrinos en algo.
Al llegar a la casa del padrino se prenden las velas y se ponen en el
altar; la ofrenda se deposita en el suelo, frente al altar; la caña a un
lado del arco. Saludan y conversan largo rato y levantan la ofrenda del
altar… La madrina recibe la ofrenda y a su vez obsequia de los que ella ha preparado, sobre todo tamales.
Restituye la mitad de la ofrenda que ha recibido. El padrino obsequia una mata de caña y ropa nueva para los
ahijados. Terminando esto, recogen el cesto y la mata de caña e inician la retirada.
Son muchas las comunidades chicontepecanas que todavía celebran a sus muertos siete días después de
pasado el 2 de noviembre, en una ceremonia sencilla llamada chicontis (tlachikontilistli), ochavario o novena.
Lo hacen en Ahuateno, La Puerta, Acatitla, Tecomate-Granadilla, entre otras. El ritual señala que a finales de
noviembre (día de San Andrés) es cuando se despiden los muertos. En la comunidad es tiempo de estrenar
todo lo nuevo que fue ofrendado a los difuntos: un morral, sobreros, cestos, ropa o calzado, con la convicción
de que con esas mismas cosas los muertos retornaran a sus sitios, llevándose la esencia solamente.
Al altar se le cuelgan frutas y pan, y se le amarran coronas, morrales y plátanos
Popochtlero o popochckomitl (incensario)
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Chicontepec |
información
Destino: Chicontepec
Ubicación: Huasteca (norte de Veracruz)
Altitud: 520 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 20º58” de latitud norte y 98º10” de longitud oeste
Clima: cálido-extremoso con una temperatura promedio de 22º C
Aeropuerto: Tampico, Tamaulipas
Central camionera: Chicontepec, Ver., Pánuco, Ver., Tantoyuca, Ver., Tuxpan,
Ver., y Tampico, Tamaulipas
Con todo este despliegue de imaginación y de unidad comunitaria, culmina un ciclo más de la vida cultural de nuestro pueblo. Un ciclo agrícola que se prolonga, a veces hasta diciembre, cuando allá por el 24 se cambian las autoridades comunales y se ponen en regla las cosas
Acatitla, Chicontepec, fabricante de estrellas de palma
| Veracruz · Fiesta Viva |
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L a celebración del Día de muertos o Todos Santos corres-
ponde al cierre de los calendarios ritual y agrícola que
preceden a la cosecha de maíz. Es un festival que ofrece la oportunidad
para compartir con los ancestros esos frutos que la tierra otorga. Es,
asimismo, un principio de reciprocidad que convierte a las ofrendas en
una retribución simbólica. Fiesta de gran arraigo entre la gente, en la
que se mezcla lo cotidiano con la religiosidad, así se define su particular
forma de celebrar relacionada con el inicio del ciclo, que abarca los días
que anteceden a las fechas marcadas en el santoral católico.
Todos Santos · NAOLINCO
La celebración en Naolinco, pueblo de origen totonaca, ha cobrado
singular renombre y se inicia a partir de la fiesta patronal en honor
a San Mateo Apóstol, el 21 de septiembre, cuando aparecen los pila-
tos, danza tradicional, y los negros, comparsa que libra batallas con el
señor Santiago y su ejército. Es a partir de esta fecha cuando las dan-
zas anuncian el inicio de Todos Santos, tiempo en que las actividades
agrícolas se intensifican, anunciando la cosecha de variados productos
como maíz, calabaza, frijol, flor de muerto o cempoalxóchitl. Las labores
productivas y comerciales aumentan.
Investigación: Lorena Acosta | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
Arte de calaveras en papel maché que se pone en casas y negocios
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| Naolinco |
Los naolinqueños, presurosos, se arremolinan en las intrincadas calles, aún adornadas con los pequeños
altares en honor a San Mateo. Poco a poco se observa a la gente construyendo estructuras de metal para
revestirlas con papel y engrudo, dando forma a las calaveras hechas con gran habilidad y destreza, que van
adquiriendo artísticos atavíos de papel, brillantina y cualquier cantidad de parafernalia. Así, empiezan a surgir
osamentas que poco a poco se convierten en catrinas, muchas de ellas al estilo de aquellas que elaboraba
don Guadalupe Posadas, caracterizadas con sus particulares rasgos y poses, o bien, relacionadas con un
oficio.
Los espacios domésticos se modifican: las mujeres, día a día, aumentan el ritmo de su trabajo, ya sea en
la preparación del mole y en la elaboración de dulces y jamoncillos, vinos con frutas locales, picando papel
china, haciendo flores para las coronas, vistiendo calaveras, o acondicionando la sala donde colocarán el
De las añejas viviendas surgen olores para fundirse en el frío ambiente del otoño, con sus densas neblinas o el tupido e insistente chipi chipi: olor a chile tostado, a pepita de calabaza, a higos en almíbar, cocadas, mole dulzón y almendrado, pan de huevo, de granillo, de anís, de canela y de manteca; parafina y cera caliente, engrudo, pieles curtidas…
altar y la ofrenda, así como limpiando y pintando sus viviendas. Misma
estampa ocurre en los comercios, en los talleres zapateros o talabar-
teros, en centros culturales y educativos, en el Palacio Municipal, el
hospital y el panteón.
Todo el pueblo se transforma y se engalana, viste de fiesta y color, y se
impregna de olores y sabores distintos. Basta permanecer durante las
tardes de octubre para iniciarse en el arte de la confección del papel
picado, el papel maché, o para trabajar en los talleres de pintura o es-
cultura de la Casa de Cultura o en los Talleres Libres de la Universidad
Veracruzana, donde todas las actividades se desarrollan en torno a esta
temática. Niños, jóvenes y adultos producen las cientos de esculturas
de papel que se colocarán en los espacios abiertos para que el visitante
las disfrute y conozca el ingenio y creatividad plasmados de humor y de
audacia con que los lugareños tratan la muerte. Las escuelas de todos
los niveles incluyen en sus actividades extraescolares la construcción
de altares, calaveras y catrinas para recrear la tradición y el culto por
aquélla.
Cuando se acercan los últimos días de octubre crece el ajetreo. Se
improvisa un tianguis de productores de flor de cempoalxóchitl, moco
de pavo y tepejilote; llegan a Naolinco para llenar las calles con gran
cantidad de productos provenientes de comunidades del municipio
como San Pablo Coapa, Las Haldas, Tepetates, Espinal, La Concepción,
El Cafetal, o San Miguel Aguasuelos. De esta forma, los naolinqueños
mercan las frutas y flores para ser colocadas en la ofrenda. En esta
plaza improvisada se obtienen velas, veladoras, incienso, papel picado,
dulces, panes, y todos los enseres indispensables para el arreglo del
altar.
En oportuna información, María Ortega Flores y Pascuala García, origi-
narias de San Pablo Coapa, describen el proceso para cultivar la flor,
esa que tiñe de un amarillento aspecto la cañada localizada kilómetros
antes de llegar a Naolinco. Ellas refieren cultivar la tierra en unidades
domésticas extensas, donde el trabajo familiar aligera la labor que inicia
el 24 de junio, cuando se riega la semilla, y para el 15 de agosto inician
la resiembra luego de haber arado la tierra. Así, las tareas agrícolas se
extienden hasta finales de octubre, cuando empiezan a cortar la flor.
Este trabajo constituye el sustento de muchas familias de la comuni-
dad, y con verdadero reconocimiento comentaron que con el apoyo de
las autoridades municipales recibieron el subsidio para iniciar la siem-
bra, y que en la temporada de cosecha les es comprada la mayoría de
su producción con el fin de adornar el pueblo, además del permiso para
vender el excedente en la plaza comunitaria.Arte de calaveras en papel maché que se pone en casas y negocios
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| Naolinco |
Este mercadeo congrega a la mayoría de la gente, que desde el día 28
de octubre empieza a montar sus altares. Se observa la intensa acti-
vidad en las calles y las mujeres transitan cargando con rollos de flor
de muerto, tepejilote y rama tinaja, que surcan las empedradas calles.
Hay cuadrillas de trabajadores de distintas áreas del Ayuntamiento, que
visten de verde y naranja cientos de estructuras metálicas en forma
de arcos para colocarlos en todas las calles y boca calles y así indicar
la ruta de la cantada y las calaveras. Trayectos que ofrecen a la venta
pan de muerto, vinos tradicionales, dulces, artesanías de piel y zapatos,
máscaras de madera que portan los danzantes, y una enorme gama de
adornos para el altar, desde canastas y flores de papel, hasta cruces y
coronas para llevar al panteón.
El panteón es otro punto de referencia importante en esta festividad:
será el sitio de partida para iniciar con los alabados y la cantada.
En este lugar se aprecia gran ajetreo durante el arreglo de criptas y
tumbas; docenas de varones realizan labores de limpieza, los jóvenes
retocan la pintura y cambian los vidrios rotos; los adultos mayores per-
manecen por largos ratos frente a las tumbas, como si dialogaran en
silencio con el deudo. El enorme camposanto, con su alta fachada, da
la impresión de haber ido creciendo a través del transcurso de los años;
se aprecian bardas indicándonos que antaño ése era el límite. Aun con
estas secciones adicionales, las bardas son muestra de la traza urbana
del cementerio, donde destacan tumbas y fosas bien alineadas, como
si señalaran que hasta para morirse habría que guardarse el orden y las
formas. Esculturas de ángeles y arcángeles, vírgenes, cruces y mau-
soleos construidos de los más diversos materiales, desde la madera,
cemento, mármol, aluminio y granito, que refieren la época, el estilo y
las posibilidades económicas del difunto y sus familiares. Las distintas
secciones denotan períodos y permiten ubicar líneas consanguíneas,
reconocer los apellidos vigentes, identificar los rangos de morbilidad y
hasta reconocer qué familias han desaparecido o emigrado, esto debi-
do al abandono de sus tumbas. Calaverasrepresentadasen este singular arte, inspirado en el trabajo artístico de José Guadalupe Posadas
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| Naolinco |
La noche cae y el ambiente dulce con olor de pan y majestuosidad de las criptas da una sensación muy
especial: de misticismo y religiosidad, donde el ruido del trabajo perseverante y gustoso es mezclado con
el cariño y afecto de hombres viejos, mujeres afanosas y locuaces chiquillos. Conforme van llegando, se
saludan afectuosos, diciéndose entre ellos dichos locales, con ese tono grave y pausado que los caracteriza
cuando hablan. Pronto se suman al ciento de personas que arreglan sus panteones; y así van llegando con
cubetas, brochas, pintura, escobas y cepillos. Uno al otro se intercambian herramientas, se invitan agua y
refrescos, y sin importar la hora siguen afanosos cumpliendo con sus tareas.
En determinado momento se escucha el repicar de las campanas de la iglesia contigua. Anuncia que alguien
murió: “Pobrecillo, se irá de burro”, dicen, en alusión a que el reciente difunto cargará la ofrenda que los otros
se llevarán. “A él no le toca este año, será para el siguiente”, comenta Don Abel Cuevas Salazar, tlacuachón
auxiliar del cronista municipal.
Otro escenario se implementa para los altares: grandes mesas, biombos, repisas y escalones son colocados
con sumo cuidado; se instalan en la sala o en la mejor ubicación de las casas, y son distribuidos desde el
piso hasta el techo, respetando que conserven los niveles ascendentes que lleven hacia una bóveda celeste
ricamente ornamentada con papel multicolor finamente picado. Estos niveles permiten la unión entre lo te-
rrenal y lo divino, de los hechos producidos en cada uno de los dos planos: la tierra y el cielo, convirtiéndose
el altar en punto de unión entre una constelación celeste y la tierra como albergue de los difuntos. Una vez
instaladas las estructuras que brindarán soporte se coloca el follaje de ramas de tinaja y tepejilote, en el
que se acomodará la flor cuidadosamente dispuesta y ensartada una a una, formando cadenas floridas, que
en caprichosas siluetas enmarcan los arcos y los respaldos. La mesa y los otros niveles son cubiertos por
manteles bordados, sobre los que se disponen imágenes de santos y fotografías de los familiares difuntos.
La ofrenda es tan amplia como las posibilidades económicas de cada familia: plátanos, tejocotes, peras, na-
ranjas, limas, limones, berenjenas, manzanas, uvas, guayabas, mole, arroz, pollo, variados adobos, tortillas,
tamales, chayotes hervidos, pan de huevo, de manteca, de grano, de anís; chocolate, natillas, guayabate,
arroz con leche, dulces de calabaza, cacahuate, pepita, membrillo, jaleas de leche y canela; cocadas, maca-
rrones, alfajores, peritas de coco; agua, atoles, café, refrescos, cervezas, cigarros, vinos…. Todo cuidadosa-
mente distribuido sobre la enorme estructura iluminada por gran cantidad de veladoras y decorada con papel
picado, majestuosamente elaborado para esta ocasión, así como canastitas de papel china picado, rehiletes
multicolores o incensarios, candelabros, macetas y macetones, en perfecta armonía de color.
Una vez instaladas las estructuras que brindarán soporte se coloca el
follaje de ramas de tinaja y tepejilote, en el que se acomodará
la flor cuidadosamente dispuesta y ensartada una a una, formando
cadenas floridas, que en caprichosas siluetas enmarcan los
arcos y los respaldos
Altar para los muertos de gran tamaño
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| Naolinco |
Concluidos todos los preparativos, llegan los días principales. Para el primero de noviembre todo está debida-
mente instalado: los altares llenos de ofrendas dentro de los hogares, las calaveras y catrinas en los negocios,
casas y avenidas; los arcos en todas las calles y el panteón pulcramente acondicionado. Los familiares y
amigos empiezan a llegar, provenientes de distintos rumbos y lugares y arriban a la casa de los anfitriones.
Quien no tenga un punto de llegada pronto encontrará una cálida bienvenida. En la Casa de Cultura pueden
observarse desde tradicionales altares, muestras artísticas y la recreación de una fiesta de pueblo con sus
juegos tradicionales, vendedores de dulces, banda de viento, y todo artísticamente confeccionado con huesu-
dos esqueletos. La muestra es una oportunidad para conocer otras actividades cotidianas a través del talento
de los artistas locales. Cada rincón ofrece el deleite de magia y creatividad de todo un pueblo que se empeña
en recibir con los brazos abiertos a quien se anime a visitarlos. Regala al visitante majestuosas esculturas
que representan a los voladores de Papantla, a músicos tradicionales, a enamorados en el parque o cualquier
otra situación desprendida de la vida cotidiana.
Las calles se van llenando de visitantes, quienes gustosos se toman fotografías con las esculturas, o con
los jóvenes caracterizados de catrines y catrinas. Pronto se forman rutas que conducen a la escuela pre-
paratoria, donde puede observarse una muestra de altares, calaveras, salones y patios adaptados en salas
museográficas con el tema de la festividad tradicional. Caminar por cualquier calle empedrada es un agasajo.
Todas ricamente adornadas con arcos florales, las casas dejan ver sus esplendorosos altares y los negocios
exhiben sus catrinas y calaveras. Conforme avanzan las horas y cae la noche el visitante debe planear su
tiempo porque la oferta cultural es amplia: obras de teatro, representaciones cotidianas con mimos, como la
del Taller de Sóstenes, exposiciones de arte plástico y de altares, recorridos guiados, degustación de platillos
exquisitos, compra de productos artesanales, o la visita al panteón.
A las 9 de la noche inicia la cantada en el panteón, antigua tradición
en la cual se interpretan alabanzas a los difuntos en cada una de sus
tumbas, donde en grupos se reúne la gente y con entonados cánticos
elevan plegarias por su eterno descanso. La tradición ordena condu-
cirse posteriormente a los altares de los hogares, que con sus puertas
abiertas reciben a los visitantes para dar los alabados y la cantada.
Grupos numerosos de familiares y amigos ingresan a las viviendas y
se sitúan de frente al altar lleno de ofrendas. Luego de reverenciar
a las imágenes, interpretan las composiciones religiosas que el resto
de los asistentes corea con singular entonación. Estos cantos cuentan
pasajes de la vida del beato Darío Acosta Zurita, mártir del movimiento
cristero, originario de Naolinco. Una vez concluida la participación, los
anfitriones ofrecen una pequeña copa de algún vino tradicional o de
rompope, así como un bocadillo de la cocina tradicional. Estos grupos
van cambiando de escenario, y a cada altar van llegando nuevos visi-
tantes y a todos se les recibe de la misma manera. Pronto los coros
comparten los altares y el visitante puede darse el gusto de acompañar
y pasar por cada casa, donde las puertas permanecen abiertas para la
contemplación del altar y sus ofrendas.
Miles de asistentes atestan las calles para disfrutar las puestas en es-
cena de las calaveras o para cantar los alabados, y así poder disfrutar
de una tradición de gran arraigo de un pueblo ingenioso, creativo y
hospitalario. La fiesta se prolonga durante toda la noche para recibir el
Día de Todos Santos, el 2 de noviembre. Este día, con gran solemnidad,
se dedica a visitar el panteón y llevar las ofrendas florales a los difun-
tos, además de compartir con familiares y amigos exquisitos guisados
preparados para tan especial ocasión.
Caminar por cualquier calle empedrada es un agasajo. Todas ricamente adornadas con arcos florales, las casas dejan ver sus esplendorosos altares y los negocios exhiben sus catrinas y calaveras
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| Naolinco |
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información
Así concluye una celebración que llevó varios días de preparación. Es la larga historia que ha distinguido a
todo un pueblo, que invita a compartirla y que se aferra por conservarla, porque sabe que en ella está
el entusiasmo comunitario, y que con ello se empieza a detonar un turismo cultural que une a la tradición
con la fe y la religiosidad popular
Destino: Naolinco
Ubicación: Centro montañosa del estado
Altitud: 1,540 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 19° 39” latitud norte y 96° 52” longitud oeste
Clima: templado-húmedo-regular con una temperatura promedio de 16° C
Aeropuerto: El Lencero, Xalapa (ciudad capital), Ver., y Heriberto Jara en el
puerto de Veracruz
Central camionera: Xalapa, Ver.
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Día de
· ZOZOCOLCO
Muertos
Día de muertos, conocido entre los totonacas como Nanin, significa tiempo de muertos
Investigación: Héctor Parra | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
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sta tradición, de mucho arraigo entre los indígenas de
Zozocolco, es digna de apreciarse por las relaciones so-
ciales que cumple. El altar ocupa un lugar especial en los días de Todos
Santos, ya que es el sitio de veneración y donde se ofrenda a los muer-
tos. Son estos días los que se dedican a ellos por venir a visitarnos.
S
E
Durante el 30 de octubre, y los días 1 y 2 de noviembre, encontramos en todas las casas vistosos altares llamados también ofrendas, adornados con papel de china de varios colores, hojas de tepejilote y estrellas de palma en las que se depositan los alimentos que se preparan para la celebración, como son los sabrosos tamales, mole de pavo, gallina o puerco, arroz, atole, pan de muerto, dulces de pepita, chocolate y frutas de temporada: naranjas, plátanos, guayabas y manzanas
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El copal o incienso se coloca en los copaleros hechos de barro, los cuales despiden humo que se esparce
y se impregna en el ambiente de toda la casa, al tiempo que se escapa de entre las rendijas de las casas
hechas de palos; las velas flamean de un lado a otro por el viento frío que azota en estos días. Por la tarde
y noche los jóvenes se divierten al jugar una especie de “guerrita”, ya que se colocan en los portales del
pueblo echando cohetes al centro de la calle, formando así una gran humareda. De esta manera anuncian la
estancia de los muertos en el pueblo.
Los jóvenes y niños tienen como costumbre aventar globos durante estos días que ellos mismos elaboran con
anticipación. Estos globos se pueden apreciar en forma de estrella, trompos, cubos y otras figuras vistosas;
los hay pequeños de tres o cuatro pliegos, u otros muy grandes que pueden llegar a tener hasta tres mil
pliegos, todos ellos de gran colorido. Una vez terminada su elaboración son llevados a los patios. Ahí se llenan
de humo y “se sueltan”, elevándose al cielo. Quienes los elaboraron se ponen felices y contentos al ver que
su globo se elevó llenando de gran colorido el cielo y por donde pasan. Los jóvenes y los niños corren tras el
globo cruzando patios y brincando cercas al tratar de alcanzarlo, pero sin dejar de ver hacia qué dirección va.
Una vez que el globo cae y es alcanzado lo recogen y lo llevan de nuevo al patio de la casa, donde es revisado.
Si está roto, sencillamente le colocan un parche de papel de china y otra vez lo devuelven al espacio.
Estos globos se pueden apreciar en forma de estrella, trompos, cubos y otras figuras vistosas; los hay pequeños de tres o cuatro pliegos, u otros
muy grandes que pueden llegar a tener hasta tres mil pliegos, todos ellos de gran colorido
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| Zozocolco |
Actualmente estos globos son elevados en el atrio de la iglesia, ya que
por su gran tamaño no caben en los patios de las casas. Es así como
mucha gente se reúne en las escalinatas del atrio para divertirse al ver
cómo se elevan y surcan el cielo, dando un bello espectáculo. Según
la gente del pueblo, estos globos representan las almas de los difuntos
que están entre nosotros, y que durante la festividad juegan con ellos
no dejándolos partir.
Estos globos son elevados durante los días que dura la fiesta, pero una
vez llegado el 2 de noviembre los dejan partir sin ser correteados, pues
son las almas de los fieles difuntos que van de regreso al cielo para
llegar a su eterno descanso y ahí esperar todo un año para poder volver
a estar con nosotros. Por la tarde las familias llevan la ofrenda al pan-
teón: flores y coronas, así como comida para convivir con sus difuntos.
También es usual hacer intercambio de ofrendas con los compadres,
amigos y vecinos que vienen a reunirse con sus muertos.
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Los Voladores
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| Zozocolco |
información
Destino: Zozocolco
Ubicación: Totonacapan
Altitud: 280 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 20° 08” latitud norte y 97° 35” longitud oeste
Clima: cálido-regular con una temperatura promedio de 22° C
Aeropuerto: Tajín, Poza Rica, Ver.
Central camionera: Papantla, Ver.
Referencia: Acceso por Papantla, Ver.
Acceso por Cuetzalan, Puebla
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San Martín Caballero · ATLAHUILCO
La Mayordomía de
Investigación: Lorena Acosta | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
Reyes de la danza de Negritos
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ara los nahuas de la Sierra de Zongolica, región central del estado donde se localiza Atlahuilco,
que en lengua materna se traduce como en el agua clara o iluminada, la tradición de la mayor-
domía es el conjunto de prácticas llevadas a cabo por un grupo de individuos, quienes se hacen responsables
de la celebración de las fiestas en honor a las imágenes de algunos santos católicos. Esto ha implicado una
secuencia de ceremoniales que se realizan en el domicilio de los mayordomos y en el interior de los templos.
En sí es una responsabilidad moral, personal y colectiva que se adquiere de manera voluntaria y con devoción
hacia una imagen religiosa.
En Atlahuilco se celebran cuarenta y dos mayordomías. La preparada en honor de San Martín Caballero,
patrono del pueblo, alude de igual forma a San Martín Obispo, y está considerada como la fiesta principal;
anualmente una comitiva releva a la otra para hacerse cargo de la celebración que iniciará desde un año
antes, cuando se recibe la imagen, y durante todo el ciclo litúrgico se llevan a cabo distintos ceremoniales
que culminarán el 12 de noviembre, dando paso así a una siguiente comitiva.
Por su relevancia en la comunidad, es necesario solicitar la fiesta a las autoridades del pueblo con varios años
de anticipación, mínimo quince, tiempo que da oportunidad para preparar el intrincado sistema de cargos
tradicionales y, asimismo, aprovisionar los recursos económicos y materiales para la celebración.
P
La mayordomía inicia cuando el mayordomo, después de recibir la
imagen, hace la invitación a sus colaboradores, para lo cual meses
anteriores debió prepararse comprando los productos, que obsequiará
como parte del protocolo de invitación, el mawisotl (regalo sagrado o
solemne). Así, requerirá de un tlayekanketl (guía, jefe. El que va ade-
lante), adulto conocedor de la conducción de los rituales de la ma-
yordomía; después de los teachkamej (los anteriores o jefes), jefes de
familia que ayudarán económicamente, y finalmente de los tlatekimaitl
(los ayudantes), colaboradores especiales que financiarán la danza, la
música, los cohetes o la flor.
De esta forma, el futuro mayordomo, junto con su cónyuge, acude a la
casa de los posibles colaboradores para invitarlos y hacerles la propo-
sición. Les llevan mawisotl, según el rango que ocuparán en la próxima
fiesta: al tlayekanketl se le visita obsequiándole una canasta nueva con
más de veinte piezas de pan de dulce, una caja de cervezas, una caja
de chocolates, dos kilos de azúcar y un litro de licor o aguardiente; a los
teachkamej les llevarán menos cantidad de pan, dos cervezas y dos re-
frescos, mientras que a los tlatekimaitl les ofrecen mayores cantidades
de pan, cervezas, azúcar, chocolates, refrescos, vinos y aguardientes,
cuidando siempre que el ofrecimiento se entregue en canastos nuevos,
cubiertos de elaborados manteles.
Danza de los Tokotines
Niños y niñas de la danza de los Negritos
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| atlahuilco |
Después de que los colaboradores hayan aceptado los presen-
tes sellan el compromiso, para posteriormente reunirse y recibir
la imagen y sus adornos el día de la víspera, esto es, el 10 de no-
viembre, fecha en la que el mayordomo saliente concluye el ciclo y
los otros comenzarán. Este día en la sacristía, el elector o presi-
dente eclesiástico recolecta los enseres que custodiará por todo el
año la nueva mayordomía. Entonces la comitiva se dirige a la nue-
va morada de San Martín, donde son recibidos con copal e incien-
so, y durante la bienvenida les colocan xochikoskamej, collares
de flores y guirnaldas a la imagen, a sus mayordomos, a los
tlayekankamej, a los teachkamej, a los tekimaitl, y a otros mayordomos
e imágenes. De igual forma, se les entrega xochimanalmej, pequeños
ramilletes de flores y hojas de naranjo y les riegan xochipayanali (flores
desmenuzadas), pétalos de flores. Así se sacraliza el recibimiento.
El cortejo se conduce al santohkali, casa de los santos, donde se dispo-
ne de un altar en el que se coloca a la imagen principal en compañía de
sus “invitados”, todas ricamente ataviadas con xochikoskamej, median-
te un lento y parsimonioso ritual desarrollado por varios minutos, pues
el tlayekanketl y su esposa reciben cada uno a los santos, mientras que
sus mayordomos los sahúman, les colocan adornos florales elaborados
el día anterior, y rezan las oraciones en lengua materna para saludar a
cada uno con un abrazo. Concluido este recibimiento, se sirve el ban-
quete con diversos platillos, como arroz, frijoles, chilcaldos (caldos con
chile y con carnes), con carnes, tortillas y café para todos los invitados.
Mientras comen, un grupo de músicos interpreta sones ceremoniales
tocando sus instrumentos de cuerda, y posteriormente, con una danza
ceremonial se simbolizará la aceptación de la encomienda y su com-
promiso para realizar todas las fases necesarias; de inmediato se les
invita cervezas y aguardiente de caña. De esta manera da inicio el ma-
sewalson (baile indígena) o baile, el cual dura hasta que llega la noche.
Es San Martín Caballero quien desde la iglesia da la bienvenida a los
feligreses: su imagen se encuentra ricamente ornamentada con colla-
res de flores y majestuosamente instalado en la puerta principal, donde
se ha colocado un colosal arco floral hecho a base de cucharilla y flor
de sempoalxochitl. Adentro hay un ambiente místico; hay fe y devoción
en los rostros; así se les percibe su religiosidad. En el atrio, apostadas
en los costados, hay dos agrupaciones musicales, una de música de
viento y otra de cuerdas; también se encuentra un grupo de danzantes
llamados negritos a la espera de que concluya la misa para iniciar el
mihtotihkej (baile), que es la conjunción de música y danza. Si no se
dispone de una plaza pública, en el atrio se congregan los asistentes,
quienes, dispersos por los pasillos, sortean una llovizna tupida, se re-
fugian en los tendajones, en los bajos del Palacio Municipal y alguna
que otra cornisa.
Mientras esto sucede, seis coheteros preparan los toritos y el castillo a
quemarse la noche siguiente. Así, los niños curiosos quieren observar
todo el proceso; los jóvenes se ubican en los dos o tres puestos de azar,
como si éstos compitieran en la venta con otros puestos pequeños de
ropa, comida o dulces. Unos metros más arriba se escuchan los pre-
parativos del baile popular. Cae la fría noche y con ella las pequeñas
calles se atestan de visitantes. Pero eso no importa, es la fiesta patronal
y por eso la gente ha bajado de los parajes y rancherías a engrosar el
ambiente de fiesta que continúa toda la noche. Después de misa, la
mayoría de fieles se dirige al baile. Avanzan las horas y los cohetes y
campanadas anuncian el alba. Es hora de llevar mañanitas al santo.
Hay frío en el amanecer. La mañana aparece lenta.
La vivienda tradicional se integra por dos o tres habitaciones separadas entre sí, y una de ellas es la dedicada a los santos, que en lengua
náhuatl se le llama Santohkali
El santo patrono, recibe a sus invitados
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Desde temprano las mujeres de la casa del nuevo
mayordomo han preparado las tortillas, y unos doscientos
kilogramos de maíz se han cocinado
En casa de los mayordomos se intensifica el ajetreo. Es el día del baile
del Xochikoskatl (collar florido), ceremonia en la que se retirarán las
guirnaldas de las imágenes y se da por concluido el periodo de un
mayordomo; es la etapa de transición, de la renovación de los cargos
tradicionales. Desde temprano las mujeres de la casa del nuevo mayor-
domo han preparado las tortillas, y unos doscientos kilogramos de maíz
se han cocinado. En enormes ollas de barro, colocadas en improvisadas
fogatas, humean el café o los frijoles. Afuera, varios hombres “la hacen”
de nakateros (carniceros) sacrificando cerdos, borregos y muchas aves
de corral. De otros rumbos llegan mujeres bien dispuestas a trabajar
en la cocina, ya sea haciendo las tortillas, moliendo en el metate los re-
caudos y condimentos para los guisos, o bien pasando el nixtamal para
tamales, tostando maíz para pinole u otra actividad para la preparación
de este gran banquete. El trajín es inmenso e intenso. Se escuchan
indicaciones en náhuatl de los tekitlahtomej (hombres de la palabra
y el trabajo), quienes coordinan el trabajo; sus esposas son las guías
de las faenas en la cocina, dan la indicación a cada grupo de mujeres:
a las que hacen tortillas, a las que cuidan el café, a quienes reparten
bebidas y comidas, a cada responsable de otras tareas y todos gustoso
cooperan y acatan la indicación.
Poco a poco músicos, danzantes, autoridades tradicionales y demás
mayordomos, se dirigen al paraje donde vive el nuevo mayordomo. El
sonar de los cascabeles de bronce indica su rumbo, apreciándose el
colorido traje de cada personaje: reyes, maringuilla, correo, capitanes y
vasallos en compañía de sus músicos… Presurosa y alegre, la comitiva
avanza por las pequeñas veredas rodeadas de milpas.
Avanza la mañana, se va sirviendo de almorzar y la pareja de tlaye-
kankamej procura que el santohkali (casa del santo o capilla domés-
tica), esté ordenado y limpio, se reavivan las brazas del sahumerio
y se acercan las canastas para depositar los xochikoskamej (collares
floridos) que retirarán de las imágenes y el aguardiente que distribuirán.
Los invitados empiezan a llegar, los músicos inician sones ceremoniales
y cada funcionario teachkamej y tekimaitl, junto con sus parejas, van
saludando a los tlayekankamej (plural de tlayekanketl) y a los mayordo-
mos, entregándoles una botella de vino, que inmediatamente después
es depositada en el altar..
Al finalizar se colocan los collares de flores que fueron retirados de
las imágenes y colocados en una canasta nueva; una vez concluido
este nuevo recibimiento son servidos guisos caldosos acompañados de
café, cervezas, refrescos y tortillas, mientras la música se sigue escu-
chando. Cuando todos comieron, el mayordomo saliente entrega una
caja de cervezas al nuevo mayordomo y éste a su vez le retribuye con
un obsequio igual. De frente al altar reafirman el intercambio material y
espiritual, para el que han convidado a familiares y amigos. Después de
las cervezas intercambian botellas de vino, que de inmediato reparten
entre los asistentes.
Mujeres esperando las instrucciones para participar en la preparación de los alimentos para la mayordomía
Mujeres listas para la fiesta
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Entonces inicia el baile del xochikoskatl. Se turnan en grupos de tres para bailar la canasta que contiene co-
llares de flores y una botella de aguardiente; otro de los bailadores portará el sahumerio con copal, mientras
el tercero cargará una caja de cervezas. Quienes inician el baile son los mayordomos salientes acompañados
de uno de sus hijos; siguen los nuevos mayordomos, y bailarán con un hijo o familiar; posterior a ello gozarán
del baile los mayordomos del siguiente año y así los demás que representan a las cuarenta y dos imágenes
que se veneran, dando oportunidad para que todos participen. Mientras reparten la cerveza y el aguardiente,
la euforia aumenta y la algarabía crece al ritmo de santos sones, que poco a poco se vuelven menos rituales
y más festivos, mostrando el gusto de recibir la imagen y a sus invitados. Danzantes, músicos, la comitiva
de la mayordomía, autoridades civiles y eclesiásticas, así como invitados de otras poblaciones, poco a poco
se congregan. Este episodio termina cuando han agotado las botellas de vino. Entonces, entrada la noche,
la gente empieza a retirarse y los últimos en marcharse son los futuros mayordomos, luego de haber sellado
el compromiso.
Al día siguiente los mayordomos que llevaron sus imágenes para acompañar a San Martín regresan a la casa
del mayordomo saliente, y se encaminan al domicilio del nuevo mayordomo, donde permanecerán prestando
compañía durante el año que inicia. Cuando el nuevo mayordomo llega ofrece una comida para sus huéspe-
des, quienes reposarán en el nuevo satohkalli.
Será después de una semana cuando el nuevo mayordomo ofrezca una
comida a su comitiva. Con ello finalizará la ceremonia de recibimiento
y dará inicio otro periodo de la mayordomía, enmarcado en un cíclico
continuo y festivo, tiempo en el que se afirma el sincretismo religioso
de un pueblo poseedor de fuertes lazos de cohesión social a través de
las fiestas religiosas y sus precisos momentos rituales.
Adentrarse a la intricada trama de la organización social requiere
permanencia. Es necesario participar en las distintas fases de cada
celebración para llegar a su compresión; se precisa seguir las nor-
mas establecidas, mantener las pautas de conducta y de etiqueta, ser
respetuoso con las costumbres y tradiciones de este pueblo, que por
cientos de años ha conservado su arraigo en expresiones tan vivas
como las mayordomías, que más que implicar una fiesta, denotan la
esencia de una cultura ancestral.
Niño de la danza de los Tokotines
Tigrillo, personaje de la danza de los Negritos
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Máscaras
Reyes de la danza de Tokotines
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información
Destino: Atlahuilco
Ubicación: Sierra de Zongolica
Altitud: 1,760 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 18° 42” latitud norte y 97° 05” longitud oeste
Clima: templado-extremoso con una temperatura promedio de 12° C
Aeropuerto: Heriberto Jara del puerto de Veracruz y Aeródromo de la Luz,
Córdoba, Ver.
Central camionera: Orizaba, Ver.
Mujeres ataviadas con traje de uso cotidiano en procesión con el Santo Patrono
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Santa Cecilia · EL NIGROMANTE, PLAYA VICENTE
Investigación: Alferdo Delgado | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
Danza de San José
| EL NIGROMANTE |
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E l Nigromante es un pueblo zapoteco que acaba de cum-
plir cien años. Cada 22 de noviembre celebra a su Santa
Patrona, que es Santa Cecilia, la Virgen patrona de los músicos. Su
festividad destaca porque en ella es palpable la cultura de la sierra
oaxaqueña. Ello se debe a que El Nigromante fue fundado en 1908
por grupos de familias procedentes principalmente de los pueblos de
Yalalag y Betaza, en la sierra de Juárez. Originalmente, el pueblo se
llamaba Lo’ ozoga’, que en zapoteco quiere decir “El Encinal”. Era un
paraje fértil y propicio para la cacería y allí se quedaron los pobladores,
pues además se localizaba a la vera del camino que desde tiempos co-
loniales bajaba de Villalta a Cosamaloapan. Por allí se transportaban la
grana cochinilla y los productos que los pueblos de la sierra de Juárez
tributaban a la Corona española. El espacio estuvo en litigio por varios
El Nigromante es un pueblo zapoteco que acaba de cumplir cien años. Cada 22 de noviembre celebra a
su Santa Patrona, que es Santa Cecilia, la Virgen patrona de los músicos
Danza de San José Danza de San José
siglos, pues se lo disputaban tanto la alcaldía mayor de Villalta, Oaxaca,
como la alcaldía mayor de Cosamaloapan, en Veracruz, hasta que final-
mente a fines del siglo XIX el Laudo de Baranda determinó que quedaba
en territorio veracruzano. Hoy pertenece al municipio de Playa Vicente.
El Encinal cambió su nombre a Santa Cecilia, y como tal fue conocido
por varios años, hasta que en 1932 el gobernador Adalberto Tejeda
emitió un decreto suprimiendo los nombres de pueblos que tuvieran
connotaciones religiosas. Así, por ejemplo, Santa Lucrecia mudó su
nombre por Jesús Carranza; San Juan Sugar se convirtió en Juan Díaz
Covarrubias; San Juan Evangelista se transformó en Santana Rodrí-
guez, y Santa Cecilia cambió su nombre por El Nigromante. Algunos
pueblos, como San Juan Evangelista, se resistieron y finalmente se
quedaron con su nombre antiguo; El Nigromante no lo hizo, pero sigue
celebrando a su Santa Patrona, cuyo nombre llevaba originalmente.
Hoy el camino colonial que baja de Villalta pasa por Xochiapan, El Ni-
gromante, Playa Vicente, y se pierde entre los pueblos que se asientan
en la ribera del río Tesechoacán. Ha quedado reducido a un camino de
terracería venido a menos, ya que las modernas carreteras han despla-
zado su función primordial.
Esta es una zona pluricultural por excelencia. Aquí había zapotecos,
mixes y mixtecos desde el momento mismo de la conquista española;
luego llegaron zapotecos de la sierra de Juárez y finalmente se asen-
taron pueblos nahuas, mazatecos y chinantecos a consecuencia del
reacomodo que se hizo al inundarse los valles del alto Papaloapan por
la construcción de grandes presas.
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Las fiestas de Santa Cecilia inician desde la noche del 20 de noviembre, en la antevíspera, con un paseo
por las calles del pueblo encabezado por las bandas de viento, los danzantes, algunas mojigangas, llamadas
también marmotas, y una serie de farolas de papel china con una vela encendida en su interior. Este paseo
es conocido como la Calenda, y recorre las calles de El Nigromante, deteniéndose de cuando en cuando en
alguna casa para que la banda toque algún son o jarabe que bailará la multitud que desfila.
La calenda termina por la madrugada en la casa del mayordomo. Durante los días que dura la fiesta el ma-
yordomo da de comer a todas las personas que lleguen, sin distinción alguna y sin importar la hora que sea.
Para lograr este cometido el trabajo comunitario es fundamental, pues se matan, aliñan y preparan varias
reses, cerdos, gallinas y guajolotes, para dar de comer barbacoa, caldo, mole, chicharrón y otros platillos. Los
hombres se encargan de la matanza mientras que las mujeres preparan la comida, sirven y hacen las tlayu-
das, tortillas delgadas de maíz de unos 50 centímetros de diámetro. Para solventar los gastos es fundamental
la cooperación de todo el pueblo, pero también el apoyo de los migrantes establecidos en los Estados Unidos,
pues un alto porcentaje de jóvenes trabaja en “el otro lado”.
El día 21, la víspera, se reúnen en la iglesia católica del lugar entre tres y seis bandas de viento, cada una de
las cuales está conformada por entre 15 y 40 elementos. Los músicos invariablemente saben leer y escribir
notas musicales. Una característica que los distingue es que además componen música, sobre todo sones,
jarabes, marchas y danzas. Entre su repertorio incluyen desde los sones yalaltecos y betaceños más tradicio-
nales, hasta las melodías de moda. Una institución comunitaria indispensable para que la música tradicional
se fortalezca es la escoleta, escuela de música que normalmente es costeada por el pueblo o por los padres
de los niños que aprenden a tocar. Casi cada pueblo de esta región cuenta con una o dos bandas de viento
y varios de ellos tienen escoleta.
Las bandas tocan en la iglesia, en la casa del mayordomo y en el parque. Comúnmente asisten también
algunas danzas tradicionales del pueblo y de los lugares vecinos, como las danzas de la Malinche y la de
San José. Invariablemente la banda acompaña a la danza y debe saber cada uno de los sones y bailes que
la conforman. Son danzas vistosas que combinan baile y una especie de representación teatral. Cuando se
desplazan entre uno y otro lugar lo hacen bailando, acompañadas por la música de banda. En el camino
suelen unírseles algunos pobladores o visitantes. El día 21, la víspera, se reúnen en la iglesia católica del lugar entre seis y diez bandas de viento, cada una de las cuales está conformada por entre 15 y 40 elementos
Banda de viento
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En el parque y en la casa del mayordomo tocan las bandas para que baile la gente. El baile tradicional de la
región se llama brincadillo, y se baila en parejas, ya sea hombre y mujer o mujer con mujer. Las edades no
importan, pues pueden bailar parejas de la misma edad, niños con adultos o jóvenes con viejos. Este baile es
multitudinario y llegan a congregarse hasta doscientas parejas. Al mismo tiempo, la noche del 21, también se
realiza un baile, con algún conjunto tropical o norteño de moda, pero el brincadillo le hace una fuerte compe-
tencia y ha llegado al caso de que el baile tropical se tenga que suspender por falta de bailadores, aunque a
veces el conjunto tiene tal arrastre o fama que puede revertir la situación.
En el centro del pueblo, a un lado del parque, se arma un corral de toros para hacer el tradicional jaripeo.
Mientras se monta o torea tocan alternadamente las bandas de viento. Entre los vaqueros es posible ver
los típicos sombreros jarochos de cuatro pedradas, pues en sentido estricto aquí se traslapan los límites
culturales de la zona jarocha y las montañas oaxaqueñas. Todavía hace
algunos años el fandango jarocho tenía también su espacio en la fiesta,
y aún quedan algunos jaraneros desbalagados en el pueblo, pero ya no
hay grupos. Sólo bailan el fandango jarocho cuando llega algún grupo
invitado de Playa Vicente, Isla o Acayucan.
A la media noche del día 21 las bandas se congregan en la iglesia para
dar conjuntamente las mañanitas a Santa Cecilia. El ensamble musical
es impresionante, pues son de 50 a 100 músicos tocando simultánea-
mente con gran maestría.
Al otro día, los festejos continúan con bandas, danzas, brincadillo, co-
mida en la casa del mayordomo, jaripeo, rezos y una procesión con la
imagen de Santa Cecilia por las calles del pueblo. Ningún visitante se va
decepcionado, pues en general todos los habitantes de El Nigromante
muestran empatía a las personas foráneas y es frecuente que los con-
viden a comer a sus casas, pues esos días también preparan algunos
de sus alimentos tradicionales para compartir con los invitados, como
el mole amarillito, que se come con un tamal simple llamado pata de
burro, la rellena elaborada con una receta local, o los picosos tamales
de tres picos.
Danza de San José
Banda de viento
En el parque y en la casa del mayordomo tocan las bandas para que baile la gente. El baile tradicional de la región se llama brincadillo, y se baila en parejas, ya sea hombre y mujer o mujer con mujer. Este baile es multitudinario y llegan a congregarse hasta doscientas parejas
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La Tuba Los músicos invariablemente saben leer y escribir notas musicales. Una institución comu-nitaria indispensable para que la música tradicional se fortalezca es la escoleta, escuela de música que normalmente es costeada por el pueblo o por los padres de los niños que aprenden a tocar. Casi cada pueblo de esta región cuenta con una o dos bandas de viento y varios de ellos tienen escoleta
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| EL NIGROMANTE |
información
Destino: Nigromante, municipio de Playa Vicente
Ubicación: Sotavento, en el sur de Veracruz
Altitud: 50 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 17° 50” latitud norte y 95° 49” longitud oeste
Clima: cálido-húmedo con una temperatura promedio de 27° C
Aeropuerto: Heriberto Jara del puerto de Veracruz y Canticas en Minatitlán.
Central camionera: Tuxtepec, Oax., y Acayucan, Ver.
Referencia: de la Ciudad de México y del centro del país, el acceso es por
Tuxtepec, Oax., y del sureste de México, el acceso es por Acayucan, Ver.
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| Amatlán |
Encuentro de las huastecas · AMATLÁN
| Amatlán |
Fiesta anual del Huapango
EL HUAPANGO O SON HUASTECO: MÚSICA Y GUSTO DE NUESTRO PUEBLO
Niños del taller de huapango del grupo cultural Huitzitzilin del municipio de Tepetzintla
Investigación: Román Güemes | Fotografía: Antonio Jiménez | Diseño editorial: Alberto Hernández
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U no de los géneros musicales más conocidos y difun-
didos de la Huasteca es el huapango o son huasteco,
música que, si bien está relacionada directamente con los mestizos,
no es ajena a las comunidades indígenas, de las cuales muchas han
contribuido eficazmente a su desarrollo. Así, influido al menos por tres
tradiciones culturales (la hispana, la indígena y la africana), el huapango
se eleva hoy como todo un portento en la tierra huasteca que le dio
forma y sentido.
El huapango tiene varias expresiones íntimamente ligadas: la música,
el canto, el baile, la poesía y el ambiente que todo esto conforma. En
cuanto a la música, su estructura rítmica es muy rica, difícil de eje-
cutar porque se trata de una estructura abierta y sincopada rica en
compases, predominando el 6/8, así como el 3/4 y el 5/8. La dotación
instrumental actual es un trío compuesto por un violín, una jarana huas-
teca y la guitarra quinta huapanguera. El violinista, virtuoso por natu-
raleza, se encarga de realizar la parte melódica, mientras el jaranero
y el guitarrero o quintero ejecutan la parte rítmica mediante una serie
de mánicos (movimientos de mano) como azotes, caprichos, floreos,
redobles y claves.
En lo que al canto se refiere, señalaremos que tiene como característica
regional el falsete, que es la proyección de la voz a un tono muy agudo.
Cuando el cantor no logra realizar plenamente el falsete, se limita a algo
que localmente se conoce como fuerza de voz.
Se canta en varias formas poéticas, conocidas popularmente como
versos o coplas. Las más usuales son: la quintilla, la sexteta o sistina,
la seguidilla, el estribillo o tirada, y la décima, que a últimas fechas
está resurgiendo. De todas estas estructuras poéticas, la quintilla es
la reina. Esta poesía popular también se improvisa; el poeta trovador
puede desarrollarla al momento y entablar trovadas y piques con otros
poetas por muchas horas.
Pero el huapango o son huasteco también se baila, ya sea en un patio,
en una enramada o en una galera. El zapateado es constante y muy
vigoroso, con descansos al momento en que el violinista da la entra-
da al cantor para que desarrolle su verso y poesía. Se baila hasta el
amanecer.
Trío cantores de Vichin: don Porfirio Martínez (Violin), don Zosimó Núñez Mar (jarana huasteca) y Rafael Piñeiro González (el güero Piñeiro, con la guitarra quinta o guapanguera)
Sombreros fabricados en Tancoco, Ver.
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| Amatlán |
Amatlán
Amatlán, hasta 1937, fue cabecera del municipio de Amatlán-Tuxpan, y el año siguiente recibió el nombre de Amatlantépetl (Cerro de los amates).
A partir de 1941, y por diversas razones, entre ellas el auge petrolero, los poderes pasan a la congregación Los Naranjos, que más tarde, por
decreto del 22 de junio de 1996, se denomina Naranjos-Amatlán. Esta comunidad se encuentra asentada en las estribaciones de la Sierra de
Otontepec, en las faldas del Cerro de la Cruz, lo que le permite gozar de un paisaje verde y de una franja de selva muy bien conservada, a pesar
de ser constantemente azotada por los fuertes nortes.
Su nombre, en lengua náhuatl, significa “Lugar del papel”: de amate (amatl) deriva la palabra papel, puesto que con su corteza aún fabrican papel
en muchas comunidades mexicanas; y de –tlah, sufijo abundancial. Algunos prefieren llamarle Oselo-amatl (amate del ocelote), que designa una
de las tantas especies de este vegetal fecundo de la familia de las moráceas.
El Amatlán actual es una comunidad de no más de 2000 habitantes, dividida en dos secciones: el Centro y el Barrio Huasteco, tajados por una zanja
que escurre de la Sierra de Otontepec y que se ha hundido por muchos metros para hacer más cruenta la división social de mestizos e indígenas
tének. Los moradores del Centro generalmente se dedican a la ganadería y al comercio. Los tének son jornaleros, campesinos y empleados. Asi-
mismo, Amatlán ha cobrado fama por su queso, chorizo y longaniza; su
carne enchilada de cerdo y sus chicharrones. Aquí se habla la lengua
huasteca o tének; la mayor parte de las personas del Barrio Huasteco la
emplean para comunicarse entre ellos y en el ceno familiar.
Amatlán y el Huapango
Amatlán, apacible y hospitalario, ha sido un ámbito donde la danza
tradicional y el huapango son parte importante de su identidad. Aquí
se conservan con orgullo las danzas de Monarca, el Toro, El rebozo y
Los Negros Pañuelitos, que van apareciendo, a lo largo del año, para
engalanar la tradición y cumplir con el ciclo festivo comunitario.
La danza es parte fundamental de la vida comunitaria, y al igual que a
la milpa, se le cuida y protege, porque, se dice, alimenta al alma, como
el maíz nutre a nuestros cuerpos. La danza es una actividad eficaz para
mantener saludable el cuerpo. Por su parte, el huapango también es
danza, es alegría, gusto por la vida. El huapango es poesía, música, y
ese ambiente lleno de magia que, lentamente, nos envuelve y trans-
forma.
No se puede concebir a la Huasteca sin huapango. Ya es parte integral
de ella y la ha dibujado para no perder la memoria, esta memoria histó-
rica que nos habla de los palmares primorosos, los cantos de las aves
y el paisaje de ensoñación que vimos al nacer. Los que nacieron aquí
fueron afortunados dueños de ríos, serranías, caminos cautivadores, de
lagunas inquietas, esteros sosegados, montañas azules y de un cielo
que, de tan azul y tan combo, se abre y se rompe como una burbuja…
Trío de huapango con cantora, en la periquera o Kwatlapechtli o Tapeste (estrado con techo) Goyo Melo y su nieto, ocupando la periquera del tablado exterior del festival
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| Amatlán |
Antes de 1990, al menos en la Huasteca veracruzana, el huapango
estaba arrumbado en varios lugares, pero arrumbado al fin; poco se
oía de él y lo que se hacía y programaba involucraba más a ciudades
y escenarios ajenos que a la propia tierra Huasteca que lo vio nacer.
Para esas fechas, el huapango se desarrollaba sólo entre las familias
tradicionalmente huapangueras y de manera ocasional. No había talle-
res ni lugares donde se pudiera aprender. Los viejos morían sin haber
trasmitido sus conocimientos a los jóvenes. Cuando eso sucedía, la
experiencia moría con ellos, sin dejar semilla para propagarse.
Las estaciones de radio, con sus programas vespertinos, eran el úni-
co medio de contacto con el huapango: La Huasteca canta, Atardecer
Huasteco… Ahí participaban los tríos de moda, de los cuales algunos
crearon escuela y tuvieron seguidores. Sólo en las comunidades más
apartadas se seguían amenizando los festejos con huapango y, donde
ya no había galeras, se escogía cualquier lugar para parar el palco o la
periquera, es decir, el entarimado alto para el trío huapanguero.
Ya para esas fechas habían declinado muchos huapangos de rancho,
como los huapangos caseros de la sierra chicontepecana; además,
muchas prácticas rurales, como los famosos reclamos o kwatsahtsili,
habían puesto pies en polvorosa. Si bien los instrumentos no se habían
guardado del todo, sí es verdad que ya se tomaban con cierta cautela,
pues resultaba hasta “insultante” tocar huapango, pues se consideraba
“algo propio de rancheros”. Este era el escenario que, ahora, recorda-
mos no sin cierto dolor.
Así, a principios de 1990, se decidió crear la Casa de la Cultura e
impulsar la Fiesta Anual de Huapango, con la participación de todos
los estados con territorio huasteco: Hidalgo, Puebla, Querétaro, Tamau-
lipas, San Luis Potosí y Veracruz; razón por la cual, más tarde (1992),
a la Fiesta se le denominó “Encuentro de las Huastecas”. Con esto se
pretendía fortalecer la identidad del pueblo huasteco mediante un ele-
mento importante de la cultura: la música, en este caso, el huapango, y
los méritos de músicos y bailadores de Huapango.
De esta forma, en la fiesta patronal de Amatlán que se realiza el 3 de
mayo, día de la Santa Cruz, se llevó a cabo el primer encuentro de tríos
y bailadores de huapango. Para junio del mismo año dieron inicio los
talleres de huapango (baile) en la Casa de la Cultura Amateca. Además
de esto, se desarrollaron actividades con los danzantes de Danza del
rebozo y Monarca, y se realizó un concurso de altares y arcos de Todos
Santos o Xantolo. Con esos antecedentes, apoyados por Pemex, se hizo
el primer ensayo de lo que más tarde sería La Fiesta Anual del Hua-
pango “Encuentro de las Huastecas” de Amatlán-Naranjos, Veracruz.
Se desarrollaron actividades con los danzantes de danza del Rebozo y Monarca, y se realizó un
concurso de altares y arcos de Todos Santos o Xantolo
Grupo de huapango tradicional indígena
Pareja de huapango tradicional indígena
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En esa ocasión, debido a la escasa experiencia en el terreno de la pro-
moción cultural y desconociendo los verdaderos alcances del huapan-
go, se tuvo muy poca participación de tríos huapangueros, de parejas
de baile, y ya no se diga de poetas y trovadores. Sin embargo, este
esfuerzo posibilitaría más adelante vincular el arte popular con la cultu-
ra misma que lo producía. Prueba de ello es que ya se estaban desa-
rrollando, a la par del huapango, mesas redondas para hablar, discutir y
conocer la cultura huasteca como sustrato del huapango y otros géne-
ros musicales ligados a él, como son los sones tradicionales indígenas.
Para organizar la Segunda Fiesta se trabajó durante todo un año. Se
nombraron coordinadores regionales en Xalapa, Ciudad de México,
Querétaro y Tamaulipas, que desde sus lugares de residencia pudieran
difundir, allegarse fondos y pensar de qué manera se podrían mejorar
las cosas. Los resultados fueron halagadores, porque también se logró
involucrar directamente a la comunidad Amateca en la organización
y apoyo de la fiesta que, finalmente, era de ellos, puesto que en la
dirección no había ningún amateco de origen. Se trabajó de la mano
con las autoridades comunitarias, de tal modo que la Segunda Fiesta
(realizada únicamente el 30 de noviembre de 1991) se llevó a efecto
exclusivamente con fondo y apoyo total y decidido de la comunidad.
Así, el evento se engalanó con la asistencia de 9 tríos huapangueros,
15 grupos de danza y tres trovadores. La asistencia fue de más de dos
mil personas.
En 1992, gracias a un intenso trabajo, junto con los amigos huapan-
gueros que se iban sumando y por la participación de la comunidad,
se determina la fecha para la realización de las posteriores fiestas: el
último fin de semana de noviembre. Se edita también el primer núme-
ro de Huasteca Linda, periódico que informa sobre esta celebración y
sobre el huapango.
Bailadoras con Petob (trenzado con hilos de colores en el cabello)
Grupos de bailadores de huapango, luciendo el traje creado en 1961 por el Maestro Rodolfo Valdeosera Berman
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| Amatlán |
Del 27 al 29 de noviembre de 1992 se efectúa la Tercera Fiesta Anual
del Huapango, con la participación de 9 tríos huapangueros, 15 grupos
de danza, 6 trovadores y 37 parejas de baile. Asimismo, se otorgan por
vez primera las Medallas al Mérito Huapanguero.
1993 es un año exitoso para la Fiesta. El 3 de octubre se funda el
Patronato Pro Huapango y Cultura Huasteca A.C. Amatlán, Veracruz.
En este evento asistieron grandes personalidades de la cultura y des-
tacados miembros de grupos empresariales. La comunidad organizó
un delicioso banquete donde el mole huasteco fue el platillo principal.
Y para amenizar la reunión, se presentó nada menos que el Trío Loas
Caimanes de Tampico. Para marzo se realiza un ciclo de conferencias
en Tampico denominado Historia viva del huapango, en el que participa
la Universidad Veracruzana.
En esta fecha se crea la Presea Sol Poniente de Amatlán, máximo re-
conocimiento al mérito huapanguero. Se trata de una réplica en bronce
(30 centímetros de altura) del monolito Sol Poniente (monolito de 1.70
metros de altura, encontrado en 1900 en una finca cercana a Amatlán)
ubicado en la plazoleta de la comunidad, al cual llaman el mono (en
épocas de sequía se le azotaba para que trajera la lluvia), y que forma
parte de la vida cotidiana. Este mismo año se fundan también los talle-
res de versería, laudería, zapateado huasteco e instrumentación (violín,
jarana y guitarra quinta huapanguera).
Del 26 al 28 de noviembre se realiza la IV Fiesta Anual del Huapango
“Encuentro de las Huastecas” de Amatlán. Sin duda, fue la mejor. Parti-
ciparon músicos nacionales e internacionales y el público huapanguero
fue en ascenso. Según las encuestas, ya se calculaba un aforo de más
de 9 mil personas durante los tres días de fiesta huapanguera. Se cuen-
ta con la participación de 20 grupos de baile, 8 trovadores, 40 parejas
de baile de huapango y de 10 tríos huapangueros, y se entregaron 10
preseas Sol Poniente de Amatlán a destacadísimos músicos y parejas
de baile.
De este periodo en adelante las cosas han ido progresando. La orga-
nización fue madurando y dando sus frutos. Así, la Fiesta ha llegado a
su XX Aniversario gracias a los trabajos y desvelos del pueblo amateco
y sus autoridades, así como a los presidentes del Patronato y Cultura
Huasteca de Amatlán, A. C.
La Décima en Amatlán
En Amatlán se conformó todo un movimiento artístico en torno al hua-
pango y la cultura huasteca. Músicos, poetas, trovadores, escultores,
fotógrafos, pintores, promotores, gestores, bailadores, cineastas, inge-
nieros de sonido, antropólogos, historiadores, sociólogos, geógrafos, ar-
queólogos, artesanos, coreógrafos, en fin…, todos han puesto lo mejor
de sí para la fiesta huapanguera.
Julio y Jacobo en la trovada que se desarrolla dentro de las tiendas de Amatlán
Un quintero o ejecutante de la guitarra quinta huapanguera
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| Amatlán |
Aquí se ha reconocido el talento de huapangueros huastecos, de hua-
pangueros arribeños (ancestros del huapango huasteco) y de músicos
de huapango jarocho, porque son géneros musicales que en alguna
esquina de la vida se encuentran y se hermanan, además de impul-
sar la lírica popular, coplas, versos y toda la poesía relacionada con el
huapango.
La tradición literaria encuentra en Vicente Martínez Espinel (1550-
1624), músico y escritor español que añadió la quinta cuerda a la gui-
tarra y que escribió La vida del Escudero Marcos de Obregón, el mérito
de establecer la estructura definitiva de la décima, al publicar, en 1591,
su obra Diversas Rimas, en la que utiliza una estrofa con el metro y la
rima que caracteriza a la actual décima.
La décima fue introducida en América por los frailes evangelizadores,
y ya para el Siglo XVII formaba parte del repertorio popular, y posible-
mente desde estos tiempos fue difundida y asimilada en la Huasteca,
región donde aún subsisten algunas variantes antiguas, con estructuras
y metros diferentes: ABBAACCDCD y poesía decimal de varias medidas
(verso doble, semidoble, etcétera).
En la Huasteca Veracruzana, concretamente, la décima está estrecha-
mente ligada al son huasteco o huapango, tal vez más antes que ahora,
y es el trovador quien la cultiva y desarrolla. Muchos trovadores eran
iletrados y su obra quedó en el olvido o únicamente se recuerdan al-
gunos versos sueltos de los tantos que cantaron o recitaron debajo de
las enramadas, en las galeras o en los patios huapangueros. Quienes
sabían escribir, dejaron sus testimonios en algunos cancioneros o libros
que hoy son unos tesoros.
De estos antiguos y talentosos poetas podemos citar a don Hilario
Meníndez Peña (Tempoal, Veracruz, 1880-Poza Rica, Veracruz, 1967),
Bernabé del Ángel Molar (Mincuiní, Tantoyuca, Veracruz, 1910-Poza
Rica, Veracruz, 2001), Juan Francisco Nieto Gómez (Ozuluama, Vera-
cruz, 1910- Poza Rica, Veracruz 1998), Víctor Samuel Martínez Segura
(La Llave, Ozuluma, Veracruz, 1923-Tampico, Tamaulipas 2009), Sotero
García González (Ozuluama, Veracruz, 1919-1998), entre otros.
Ya en el huapango, y al compás del fandanguito, el rey de los sones,
el decimista, cuando él lo decida, grita: “¡Alto la música!” Y declama
sus décimas. Al terminar, dice: “¡Siga la música!”, y continúa el son...
Actualmente, y gracias a las fiestas y festivales de huapango, la décima
se levanta de nuevo y camina.
Banda de viento
Pareja de bailadores de huapango
Niña violinista integrante de trío huasteco
Grupo de teatro representando una ceremonia fúnebre con motivo de la culminación de la fiesta de Xantolo
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información
Destino: Amatlán, municipio de Naranjos
Ubicación: Huasteca (norte de Veracruz)
Altitud: 60 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 21° 21” latitud norte y 97° 41” longitud oeste
Clima: cálido-regular con una temperatura promedio de 23.5° C
Aeropuerto: Tampico, Tamaulipas
Central camionera: Tuxpan, Ver., Tampico, Tamaulipas y Naranjos, Ver.
Trío tenek (huasteco) Los Microsónicos
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| Coyutla | | Coyutla |
· COYUTLA
Fiesta patronal en honor deSan Andrés Apóstol
Investigación: Rocío Aguilera | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
Danza de Santiagos
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| Coyutla |
L a señorial Coyutla recibió de las huestes mexicas el nombre
que hoy ostenta con orgullo. Originalmente, su denomina-
ción era “donde abundan los coyotes” del náhuatl coyotl y co. Aunque
el nombre náhuatl coyotl, del cual proviene el nombre Coyutla, también
se interpreta como “aquel que lleva el mando”, que paralelamente y en
totonaco significa “puxko” o “hermano mayor –el que manda–”.
Las características de su entorno natural, con abundantes recursos
alimenticios, tierras generosas, maderas finas, abundante agua y su
situación en la cuenca de ríos como el Tecolutla y el Panorama, hicieron
crecer al pueblo y aglomeraron población venida de lejos como nahoas
de occidente, otomíes de la huasteca y totonacas del entorno. Esta
confluencia étnica explica el origen del nombre otorgado en lengua ná-
huatl y la antigua tradición serrana del uso de los dos idiomas, náhuatl
y totonaco, costumbre que hoy en día se ha venido perdiendo pero
que rememora que los personajes de alcurnia y los designados para el
mando o el seguimiento de costumbres civiles y religiosas, mantenían
este bilingüismo.
Así pues, Coyutla, como población de paso a los asentamientos se-
rranos de más lejanía, se constituye como el más importante centro
económico rector aun antes del contacto cultural con grupos domi-
nantes, tanto mexicas como evangelizadores. En el periodo colonial se
convierte en el obligado paso de viajeros que se dirigen a las partes
más altas de la serranía totonaca.
Las estancias cafetaleras le dan a la población un entorno mágico de
bosques de mediana altura, protegidos por las altas frondas de espe-
cies madereras de calidad conocidas como maderas preciosas: cedro,
caoba, ébano, palo de rosa, alzaprima, chijol, y otras. En esta comuni-
dad la floresta se mantiene siempre verde y el suelo contiene el humus
que le da la riqueza productiva a estas tierras.
Aún hoy, y a pesar de haberse retirado las compañías habilitadoras para
la producción de café, los coyutecos mantienen pequeñas plantaciones
de este grano que se extienden a plantas cultivadas en traspatio, café
nativo de alta calidad que se degusta cotidianamente en este rincón
serrano.El señor Santiago (danza de Santiagos)
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Coyutla |
La existencia de maderas preciosas, que potencializan el trabajo de
una importante cantidad de carpinteros, dan cuenta de la forma y di-
mensiones de muebles tallados a mano. Los muebles tradicionales son
las butacas, manufacturadas de una sola pieza con asiento de piel, y
los baúles labrados con representaciones de elementos de la flora y la
fauna de la región. Otra actividad relacionada con la presencia de la
madera es la laudería.
La fiesta patronal en honor de San Andrés Apóstol y fechada el 30 de
noviembre de cada año, se inicia en la víspera, el día 29 del mismo
mes, con la velación al santo. En esta festividad se llevan a cabo bau-
tismos, matrimonios y confirmaciones. Como fiesta mayor se mantiene
por varios días y concluye los primeros días de diciembre.
Las autoridades eclesiásticas y civiles confluyen en sus acciones para
realizar esta fiesta con el lucimiento que merece Coyutla, también
conocida como La Perla de la Sierra, en donde encontramos danzas
tradicionales, fervor religioso, gastronomía indígena, así como un
asombroso tianguis en el que se pueden adquirir las más variadas ma-
nufacturas artesanales, objetos antiguos perdidos en el tiempo, alimen-
tos elaborados a la usanza serrana –olorosos a leña–, frutos de la tierra
recién cosechados, además de asistir a la procesión, a las comidas
comunitarias, exposiciones culturales, tradiciones rancheras como el
jaripeo, comulgar en las misas de la patronal, observar las indumenta-
rias indígenas y vivir la costumbre.
El tianguis coyuteco es un continuo ir y venir de mercancías y mar-
chantes locales y del estado de Puebla; lo mismo se puede encontrar
botines de piel que hierbas medicinales de la región. El kiosco del par-
que central, los arcos del ayuntamiento y la calle principal en parte aún
empedrada, se llenan de marchantes, compradores y vendedores que
preguntan y ofrecen, se hace la “merca”, se pide rebaja o se da el pilón.
La carne seca se mide por cuartas, y el café se pesa en báscula de
mano –de jícaras y piedra–. Los viejos escalones de acceso que llevan
rumbo a la iglesia sirven de descanso y acomodo para quienes gustan
de comer tamales o pulaclas, la pulacla elaborada con frijol, calabaza,
pipián, chile, acoyo y masa de nixtamal, todo ello aliñado sobre hojas de
plátano y cocido al vapor. Es el sello gastronómico de Coyutla.
Quienes van a arreglar su altar, compran papel de china para picar o
bien papel de china picado, hojas de plátano o totomoxtle para tamales,
flores, palmilla, fruta, sal, panela de caña en mancuernas, miel de caña
en topos o medidas cercanas al medio litro, frijol y arroz en cuartillos,
aguardiente, carne, pescado, camarón y burritos o cozoles de río, fruta
para preparar en dulce…
También hay quienes venden café, vainilla en vaina, aguardiente prepa-
rado con pericón, hierbas medicinales y productos del campo frescos
como el frijol de vaina y la miel virgen de monte, o bien alimentos
preparados como carnitas, calabaza, yuca o camote en dulce… Nunca
faltan los que venden fierros nuevos o viejos, libros y revistas de uso,
animalitos para crianza, además de jarcería, mercería y telas.
La parroquia de Coyutla, de estilo colonial, construida de piedra laja
y revocada con argamasa, cuenta con una nave principal llana y la
adición de dos torres que sirven como campanario, adosadas de tal
forma que se integran al cuerpo de la iglesia; las torres, con un estilo
neocolonial, se construyen posteriormente con ligeras columnas en la
cúspide filigranadas, que adquieren una ligereza y belleza notables. La
entrada a la nave es un arco de roca sedimentaria con su bloque de
toque en el vértice superior que lo mantendrá firme por muchos años
más. El atrio, otrora de lajas rústicas, hoy luce un firme de cemento
amplio que protege la antigua bóveda subterránea de la cisterna de
agua de manantial que dio vida al pueblo mucho tiempo.
Al interior de esta iglesia, tallas de madera representan iconos de san-
tos, de diversos estilos y épocas. Son interesantes las tallas hechas por
indígenas, las cuales son características por el tamaño de las cabezas
poco proporcionadas al cuerpo. La pila bautismal y la sacristía se en-
cuentran en anexos de posterior construcción, mientras que la antigua
estancia dedicada al refrectorio, descanso y albergue de monjes y ca-
minantes, es utilizada como oficina y espacio de usos múltiples.
La fiesta patronal dedicada a San Andrés apóstol se empieza a organi-
zar desde el momento que concluye la patronal del año anterior; ese día
los mayordomos y cofrades reciben su encargo y dan inicio al trabajo
para la fiesta del año por venir.
Danza de Santiagos
Danza de Moros y Españoles
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Coyutla |
Para la tradición indígena, la patronal en honor a San Andrés tiene su
importancia porque, según la creencia, es este santo quien tiene en-
comendado encaminar a los difuntos en su regreso al kalinin o paraíso
totonaca después de la celebración de Todo Santos o fiesta conocida
en la sierra como Santujni, en la sierra del totonacapan. De esta for-
ma, San Andrés es el encargado de llevar a los muertos a su morada
eterna porque se dice que él fue el primer apóstol en morir después de
Jesús y, por lo tanto, es quien mejor se sabe el camino al paraíso y al
descanso eterno.
La festividad se inicia con la velación al santo el 29 de noviembre y el
recibimiento con mañanitas en la madrugada del día 30, momento en
que se queman los primeros cohetones para dar inicio a la celebración
y avisar a los difuntos que deben empezar a despedirse porque San
Andrés apóstol ya los va a encaminar, que viene por ellos, que recojan
todas sus pertenencias y sus ofrendas.
Por eso el día de San Andrés es cuando se hace la última ofrenda a
los difuntos, se arreglan los altares familiares y confluye la ocasión de
La patronal y Santujni para la preparación y consumo de los platillos
tradicionales de la región: mole de guajolote o puerco, tamales de di-
versas clases, bollitos de chicharrón o de anís, pulaclas de calabaza,
de chayote o de hongo, capitas dulces de frijol, pescado y acamayas
ahumados, y sabroso pan de rancho preparado con huevo de gallinas
de patio y manteca de cerdo: revueltas, mestizas, marquesotes, batidas
y panecillos rellenos de queso o dulce de calabaza.
Danza de Quetzales
Personaje de la danza de Moros y Españoles
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Coyutla |
El sonido del trueno de los cohetones tiene la misión de congregar
a la población, a los participantes y a los visitantes en la iglesia para
trasladarse a la entrada del pueblo e iniciar la magna procesión de
danzantes, mayordomos portadores de las ceras sagradas, coheteros
y encargados del recorrido del Santo Patrón. Las antiguas calles em-
pedradas que aún subsisten se llenan de miradas, pasos, sonrisas y
ritmos coloridos. Los danzantes avanzan ejecutando los sones propios
de su cuadrilla; la gente se arremolina en torno al santo con el roce
de la ropa nueva y olorosa a fresco, a flores de patio, a fogón y a cera
virgen. Los chiquillos de ojos grandes y gran sonrisa –como se estilan
en la sierra de Papantla– siguen la procesión entre gritos, correteos y
algarabía, perseguidos y asustados continuamente por los Pilatos de
las danzas, con muecas enmascaradas de gesto eterno.
Las máscaras de los danzantes representan diablos, coyotes, payasos,
damas, catrines, viejos, negros, barbudos, perros, bigotones, persona-
jes adecuados a la danza que se trate, ya sean negros reales, ormegas,
toreadores, voladores, negros amarillos y xcutis, llamados también tejo-
neros, interpretados por quienes en la vida cotidiana trabajan el campo,
el maíz, el café, la vainilla y las maderas preciosas.
Es costumbre que en la procesión se lleven, además de las ceras sa-
gradas, pequeñas velas encendidas que son parte de la ofrenda, ya
que alguna de las velas que lleva cada persona representa la luz de los
difuntos que se despiden precisamente ese día dedicado a San Andrés,
custodio de los difuntos.
Las ceras sagradas que se elaboran a mano a partir de aromática cera
virgen y pabilos de algodón, se mandan hacer a la casa del cerero,
quien utiliza en promedio de 18 a 20 kilos de cera por cada ornamento
moldeado y labrado. Las ceras se llevan a las casas de los mayordo-
mos; éstos las colocan junto al altar familiar hasta que son trasladadas
a la iglesia el día de la velación del santo, es decir, el 29 de noviembre.
Las ceras labradas son cirios de mediano grosor, armados en una o tres
puntas generalmente; en el centro llevan el ornamento que representa
la santa custodia, llamada también “el ojo de dios”, mientras que abundantes flores de cera moldeadas
y decoradas con diamantina y papel metálico de colores, son distribuidas por todo el cuerpo del cirio.
Los cirios se clasifican como sencillos, de guía y compuestos, esto es, de lo más simple a lo más elabo-
rado; el tamaño de las ceras sagradas varía de los 40 centímetros al metro y medio. Sus ornamentos son
grandes o pequeños de acuerdo al tamaño de la cera.
Estas ceras son la ofrenda sagrada de la fiesta y marcan la continuidad de la celebración patronal. Cada
mayordomo sale de su casa con la cera de compromiso acompañado por sus familiares y demás perso-
nas rumbo a la iglesia, donde el cirio será bendecido para participar en la procesión que, a su vez, tendrá
su destino final en el altar mayor de la iglesia; allí será expuesto hasta la culminación de la fiesta y se
entregará al siguiente mayordomo que recibe con la cera el compromiso de La patronal del próximo año.
Así, Coyutla se anochece de poco a poco dibujando las tejas de los techos al trasluz del sol que se oculta
lentamente, como si se quisiera quedar a los días de fiesta de San Andrés, que terminará cada día 3 ó 4
de diciembre de cada año.
Niñas de la danza de la Malinche
Procesión
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| Veracruz · Fiesta Viva |
251
información
Destino: Coyutla
Ubicación: Totonacapan
Altitud: 160 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 20° 15” latitud norte y 37° 39” longitud oeste
Clima: cálido-regular con una temperatura promedio de 24.9° C
Aeropuerto: Tajín, Poza Rica, Ver.
Central camionera: Papantla, Ver.
Referencia: Acceso por Papantla, Ver.
Acceso por Cuetzalan, Puebla
Sombrero de la danza de Santiagos
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| Tuxpan |
· TUXPAN
| Tuxpan |
una celebración TuxpeñaEl Niño perdido
Investigación: Román Güemes | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
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| Tuxpan |
L a ciudad de Tuxpan de Rodríguez Cano está asentada en
la margen izquierda del río Tuxpan, inmenso caudal que
se forma al unirse el río Pantepec con el Vinazco o Jabonera, en tierras
del municipio de Álamo, Veracruz. Sus dos riveras están comunicadas
por un majestuoso puente que es orgullo de los tuxpeños, desde donde
se tiene una espléndida vista de la ciudad y de las transparentes aguas
que, río arriba, todavía fluyen libres de contaminantes y que significan
el sustento de varias familias que, como actividad secundaria, practican
la pesca. Los atardeceres tuxpeños han inspirado tanto a poetas como
a trovadores; dentro de estos últimos figuran Nicandro Castillo Gómez,
Lino Chávez Zamudio y Floro Quintero Gómez.
Tuxpan es una de las más bellas provincias de la República Mexicana.
Prehispánica y moderna, enclavada estratégicamente en el litoral del
Golfo de México, es punto clave de entrada a la Huasteca Veracruzana;
está custodiada por cuatro ricos y prósperos municipios: al norte Tami-
ahua, al sureste Tihuatlán y Cazones, al este por las tibias aguas del
Golfo de México, y al oeste por Álamo-Temapache. Hay que recordar
que de la rivera derecha, en noviembre de 1956, zarpan 81 cubanos,
comandados por Fidel Castro, a bordo del Granma, para iniciar la Re-
volución cubana.
Esta ciudad del norte del estado tiene el privilegio de dar a sus moradores la prodigiosa exuberancia del
trópico: campos de tierra fértiles que lo convierten en extraordinario vergel de abundantes y exóticos frutos;
playas de serenas aguas y aperladas y finísimas arenas; ríos, esteros y lagunas de abundante pesca que
propician la práctica de los deportes acuáticos más sofisticados.
Tuxpan parece enmudecer con los vestigios de la cultura Huaxteca, que prolonga su misteriosa presencia a
través de los siglos. Lugar de mágico encanto que atesora celosamente sus costumbres y tradiciones para
celebrarlos en su día con dignidad y orgullo.
Dentro de las tradiciones más importantes del puerto de Tuxpan, se encuentra la del Niño Perdido, que se
fundamenta en un pasaje bíblico emanado del Evangelio de San Lucas, que se refiere a Jesús cuando tenía
12 años, separado del grupo con el que había partido a Jerusalén a las fiestas de Pascua. De regreso a
Nazaret, sus padres, creyéndolo integrado en la comitiva, se dan cuenta de que no viene con ellos y regresan
a buscarlo. Al tercer día lo encuentran en el templo de Salomón, en medio de los doctores de la ley, dando
muestras de su sabiduría.
En base a este episodio bíblico, el 7 de diciembre de cada año, a las siete de la tarde, con una exactitud
asombrosa, miles y miles de velas se encienden en las aceras, calles, bardas, viviendas, comercios y azoteas
para alumbrar el camino del Niño Dios, de acuerdo a la creencia de muchos tuxpeños.
Con una exactitud asombrosa, miles y miles de velas se encienden en las aceras, calles, bardas, viviendas, comercios y azoteas para alumbrar el camino del Niño Dios
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Tuxpan |
En este suceso se comprometen firmemente tanto las familias como
las escuelas, autoridades y empresas locales. En algunas ocasiones el
Ayuntamiento y los propios negocios se encargan de obsequiar gran
cantidad de velas para que la celebración se continúe y se fortalezca.
Las calles del centro, los parques y las colonias son el escenario favo-
rable para que Tuxpan sea lo que sus propios habitantes la consideran:
la ciudad que ilumina al mundo…
Efectivamente, nos sorprenden los destellos de gran cantidad de velas
encendidas que forman un solo resplandor, que se va avivando y multi-
plicando conforme nos vamos acercando a ellas.
Lo que parecía una sola luz, de pronto se abre en mil caminos de hileras
e hileras de destellos que se agitan con el viento fresco que nace del
río. Ambas orillas del río se ilumina con las velas. Es un espectáculo
único por el reflejo de las velas en el río. En cada fila de velas, armonio-
sas algunas, otras más desniveladas por las características del terreno,
la luz nos dibuja la silueta de las personas que vigilan y hacen suyo
este momento…
El ambiente es de paz y tranquilidad. La luz, de algún modo, halla cabi-
da en el corazón de cada persona. En las banquetas, junto a las hileras
de velas, los niños jalan sus carritos de cartón con su vela encendida.
Pasean en la calle y son conducidos por sus padres.
Estos carritos son fabricados por los papás (actualmente ya existen
personas que se dedican a la elaboración de estos objetos y los venden.
También en el CERESO los fabrican; pero lo más importante es hacerlos
en casa porque eso refuerza los lazos familiares) y se preparan con
anterioridad porque se debe de cuidar cada detalle. Se van escogiendo
los modelos, aunque muchos respetan las formas tradicionales. Y como
la ciudad se ha ido modernizando, pues se van integrando nuevos dise-
ños, al gusto y preferencias de los niños.
Las familias nos refieren esta tradición como algo que viene de sus
abuelos; que desde niños han participado y que lo mismo les inculcan
a sus hijos: que no olviden este día del Niño Perdido. Aunque aceptan
que la fiesta ya se celebra en otros municipios aledaños, la consideran
propia de Tuxpan, originaria de este lugar, y conforme se extienda, más
certera se hace la frase de: “Tuxpan ilumina al mundo, porque cada
pueblo que se integre hace avanzar la luz…”
La tradición oral refiere lo siguiente: “Jesús se perdió cuando tenía 12
años, por eso se prenden las luces para ver si lo encuentran. Se les
hacen los carritos a los niños porque pasearán en el carrito una velita
para encontrar al niño Jesús, nada más en la noche; la búsqueda es
a las 8 de la noche. También se hace eso en los ranchos. Había misa
para encontrar al niño. En Poza Rica también prenden velas y en las
escuelas también les piden sus velas. Y se ilumina la noche con las
velas… Las velas se ponen en la orilla del camino y se prenden velas
chiquitas para que se apaguen solas. No tienen hora para apagarse,
pero se prefieren las velas chicas para que se acaben en media hora o
cuando mucho una hora”.
Independientemente de lo que suceda en cada colonia, en cada calle,
también es usual que las familias se reúnan en el centro de la ciudad,
frente al Palacio Municipal, acompañando a sus hijos pequeños para
que paseen su carro iluminado con velas. Los carros son hechos de
cartón (antes eran sólo cajas de zapatos), muy bien diseñados, que
representan varios modelos, desde los muy antiguos hasta los más mo-
dernos. Son jalados con hilo, cuidando de que la velas no se apaguen.
Aquí en esta plaza se pueden organizar concursos de carritos. El juego
consiste en que paseas y compites para ver quién lleva el mejor carro,
el más elaborado o el más bonito, el más grande.
A un costado de la iglesia se encuentra un callejón oscuro donde está
la escultura al Niño Perdido. Es un rincón de la ciudad que guarda ele-
mentos importantes del pasado. Las casas son de madera y de techo
de lámina; los cercados son de madera y la calle está bien cuidada. El
callejón desemboca en una explanada pequeña donde hay bancas para
descansar. En este apacible lugar suelen reunirse los tuxpeños y visi-
tantes una vez consumidas las velas, mientras recuerdan: “Y alguien…,
ese alguien cuyo nombre se pierde en el tiempo, nos cedió como her-
mosísimo tesoro encender velas en las calles para alumbrar el camino
de Jesús; deslumbrante espectáculo que disipa la oscuridad del paisaje
dando a las almas el inmaculado regocijo de la edad primera; simbo-
lismo de avasalladora fuerza espiritual que inflama los corazones de
los hombres consumiéndolos en el más puro y codiciado amor filial.
Invaluable costumbre que se repite de generación en generación; es
nuestra herencia, este es nuestro día: 7 de diciembre. Continuemos con
la noble tradición, legítimo legado de los tuxpeños que causa deleite y
admiración al mundo”.
Sus propios habitantes la consideran la ciudad que ilumina al mundo…
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| Veracruz · Fiesta Viva |
257
información
Destino: Tuxpan
Ubicación: Huasteca (norte de Veracruz)
Altitud: 10 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 20° 57” latitud norte y 97° 24” longitud oeste
Clima: tropical con una temperatura media anual de 24.1° C
Aeropuerto: El Tajín, Poza Rica, Ver.
Central camionera: Tuxpan, Ver.
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| Coscomatepec |
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E n las faldas del Pico de Orizaba, cerca de Huatusco y de
Fortín de la Flores, en plena zona de altas montañas, se-
ñorial y majestuoso se erige Coscomatepec de Bravo, pintoresco en su
paisaje y ancestral en sus costumbres. De exclusivo carácter religioso,
los cerritos guadalupanos forman parte de la conmemoración de la
aparición de nuestra señora de Guadalupe. Tradición de gran arraigo
popular en todo el pueblo mexicano, en esta localidad adquiere singular
representación, pues hace uso del teatro comunitario para revivir las
escenas que consolidaron el culto a la Virgen María de Guadalupe.
| Coscomatepec |
La Guadalupana · COSCOMATEPEC
A partir del 1 de diciembre inician las procesiones a la Virgen, que salen
de las distintas calles y barrios rumbo a la iglesia principal. El trayecto
comienza a las 6 de la tarde. Sus protagonistas son por género, por
barrios, por oficios y gremios, por edades y hasta por localidades cerca-
nas. Estas peregrinaciones van acompañadas de danzas tradicionales,
de bandas de viento y de representaciones de la Virgen y Juan Diego.
Para ello cada comité organizador echa mano de distintos elementos
decorativos, luces y demás accesorios que permitan el lucimiento de
su procesión.
Niños integrantes de la danza de Negritos
Investigación: Lorena Acosta | Fotografía: Cristóbal Trejo · Salvador Flores | Diseño editorial: Alberto Hernández
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| Veracruz · Fiesta Viva | | Coscomatepec |
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Las peregrinaciones son similares a las que se practican en cualquier región del estado. Sin embargo, el
más significativo elemento lo componen los cuatro cerritos guadalupanos que se realizan en los barrios del
Panteón, Ticujapa, La Palma y Perote. En cada uno de ellos los vecinos se organizan para llevar a cabo la
escenificación de la aparición de la Virgen. Entre 10 y 15 actores se aprenden los parlamentos basados en
el Nicanmopohua; otros vecinos acondicionan los tres escenarios: el jacalito de Juan Diego, en Cuautitlán;
el cerrito del Tepeyac y la iglesia de Tlatelolco, que se instalan en las azoteas o en improvisados templetes,
donde se acondicionan verdaderos escenarios con iluminación, sonido y escenografías tan elaboradas que
requieren el uso de modernas tecnologías como grúas, luces incandescentes o micrófonos inalámbricos.
También se crea un espacio donde los narradores van contando las secuencias, al tiempo que se ambienta
musicalmente o con efectos sonoros cada una de las escenas que se presentan durante la trama.
Desde las 10 de la noche el público se sitúa en la calle donde se han
instalado los escenarios, mismos que se irán moviendo según lo vaya
requiriendo cada momento teatral. El gran contexto lo dan las brillantes
estrellas que destacan en la noche fría de finales de otoño. Los asisten-
tes, muy bien abrigados, esperan impacientes a que den las 11 e inicie
propiamente el cerrito. Mientras tanto, disfrutan de los antojitos y bebi-
das calientes que se expenden en las puertas de las casas que perma-
necen abiertas, así como de admirar los luminosos altares dedicados
a la Virgen de Guadalupe y que han sido colocados en las fachadas de
las viviendas. Se saludan afectuosos, intercambian las experiencias de
los otros cerritos; ansiosos y friolentos se preparan para el espectáculo,
mientras escuchan las interpretaciones musicales de alguna banda de
viento o el sonsonete de los cascabeles de bronce de los santiagos,
integrantes de la danza del mismo nombre. Finalmente se apagan las
luces de todas las viviendas y de los postes del alumbrado público, y el
barrio entero queda en penumbras. Las estrellas adquieren magnitud
en el despejado cielo. Ha llegado el momento en que la obra iniciará.
Peregrinaciones de la Virgen de Guadalupe por calles y barrios
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| Veracruz · Fiesta Viva | | Coscomatepec |
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Los narradores dan el contexto; empiezan poco a poco a aparecer los
actores. Juan Diego y su tío, desde su humilde jacalito, inician los diá-
logos, y con ello se da la primera aparición de la Virgen en el Tepeyac.
Las luces hacen gala de la tecnología: se proyectan luminosos rayos,
destacando el resplandor y el rostro de la Virgen, mientras controlan la
intensidad en otros espacios del escenario. Así, la trama continúa. Juan
Diego emprende su recorrido por el alto sendero que le conduce a la
iglesia de Tlatelolco, en busca de los más altos mandatarios religiosos.
Los espectadores se van posicionando frente a cada espacio; escu-
chan atentos el diálogo y se sorprenden de la sofisticada tecnología
que enmarca cada escena. La trama transcurre durante más de 1 hora,
hasta que Juan Diego convence a los sacerdotes católicos de la iglesia
de México al mostrarles las rosas que llevaba en su tilma, estampada
por la imagen divina de la Virgen de Guadalupe. De esta forma, ante el
espasmo y la incredulidad de los religiosos, Juan Diego los conduce por
los estrechos caminos hasta el lugar de la aparición, donde el Arzobispo
de México, en compañía de Fray Juan de Zumárraga y el padre Martín
Toribio, reconocen el milagro y aceptan edificar el templo en honor a la
Virgen María de Guadalupe, patrona de los mexicanos.
Con ello concluye la obra. Los aplausos no se hacen esperar y los es-
pectadores entonan cantos y alabanzas; se lanzan cohetes de arranque
y de luces. La algarabía contagia a todos los asistentes. Los danzantes
emprenden frenéticas vueltas, luciendo sus atuendos de cristianos,
moros, pilatos o santiagos; sus espectaculares y brillosas coronas
llevan insignias de la Virgen, así como luces que las iluminan y gran
cantidad de adornos que compiten con la sonoridad de sus cascabeles.
La gente empieza a dispersarse, inundando en su totalidad la calle.
Los vecinos ofrecen bebidas calientes y tamales a los participantes;
invitan amablemente un ponche o un café a familiares, amigos y vi-
sitantes en general. Hay quienes se organizaron especialmente para
atender a los danzantes, a los músicos, a los actores o a los técnicos,
por lo que se percibe una gran organización vecinal.
Teatro comunitario representando las apariciones de la Virgen de Guadalupe, en los distintos barrios de
Coscomatepec (Barrio de la palma)
| Veracruz · Fiesta Viva | | Coscomatepec |
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No se tiene la cuenta exacta de cuándo iniciaron los cerritos, pero se
lleva el registro de que el barrio de La Palma, para el 2009, celebraba
la representación número setenta y tres. Así lo comenta uno de los
organizadores, el ingeniero Honorato Domínguez Vargas, quien des-
taca que los vecinos cooperan para sufragar los gastos del montaje,
el sonido, la iluminación y los alimentos que ofrecen, además de que
cada barrio compite sanamente por destacar en su cerrito. José Eras-
mo Loyo Ramos, encargado de la danza de los santiagos, refiere que
ellos también se organizan renovando su vestuario y parafernalia, y
ensayan los pasos y sones desde semanas antes por varias horas al
día para así aguantar las largas jornadas que se intensifican el 11 de
diciembre, pues además de la peregrinación y el cerrito participan en
el alba, que consiste en danzar desde las 3 de la madrugada, esperar a
que amanezca y se oficie la primera misa del día, para posteriormente
mantenerse en vigilia todo el día 12.
Como si todo el pueblo permaneciera en vela, llega el amanecer con su
heladísima alba. Todos se reúnen en las puertas de la iglesia, esperan-
do el momento en que abran sus puertas para entonar las mañanitas
y retirarse con cada una de sus imágenes a sus calles y barrios a
continuar la celebración o permanecer en la misa de 7 de la mañana.
Los peregrinos y danzantes sólo harán un breve receso, pues a las 12
del día inicia la peregrinación a la barranca, paraje ubicado a unos 5
kilómetros de la población, donde se localiza un pequeño santuario a la
Virgen de Guadalupe, y se dirigirán a él a rendir tributo a la madre de
México, como lo hacen año con año.
El 12 de diciembre por la noche implementan el último cerrito, el del barrio de Perote, el cual tiene momentos
similares a los otros, pero incluye la confección de una alfombra de aserrín por donde caminará la procesión y
que fue diestramente confeccionada por artesanos locales, quienes le dan un toque iconográfico que denota
características del pueblo y del barrio. Este es otro gran acontecimiento comunitario que fortalece las rela-
ciones familiares y vecinales. La peregrinación de este barrio congrega a los varones de diferentes gremios
y oficios: talabarteros, panaderos, choferes, carniceros, carpinteros, albañiles y comerciantes, entre otros.
Así, y después de 12 días de festejos, concluyen los cerritos guadalupanos, quedando patente la capacidad
organizativa de todo un pueblo que centra sus actividades en su religiosidad popular, que la vive de manera
muy particular, la recrea anualmente y en ella sustenta su tradición guadalupana para uso y disfrute de su
propia gente.
Corona con virgen de Guadalupe de un moro de la danza de Santiagos
Moro de la danza de Santiagos
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Representación de la batalla del Pilatos y el Señor Santiago, que simbolizan la lucha entre el bien y el mal
Pilatos en juego con los asistentes
Niños de la danza de Negritos
| Veracruz · Fiesta Viva |
información
La vistosidad de la corona es parte del atractivo de la danza de Santiagos
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Destino: Coscomatepec
Ubicación: Zona montañosa central del estado
Altitud: 1520 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 19° 04” latitud norte y 97° 03” longitud oeste
Clima: templado-húmedo-regular con una temperatura promedio de 19.6° C
Aeropuerto: Heriberto Jara del puerto de Veracruz
Central camionera: Coscomatepec, Córdoba y Orizaba
H ueycuatitla es una congregación de poco más de mil
habitantes que pertenece al municipio de Benito Juárez,
Veracruz, distante 4 kilómetros de la cabecera municipal. El topónimo
refiere a “monte grande”, sin duda porque los atónitos ojos de los que
bautizaron a este espacio observaron detenidamente el paisaje y se
detuvieron en las maravillosas formas del Capemuch, del Temazolintli,
y lo que ahora se llama Tres Pocitos, cerros de ceremonias y culto.
· BENITO JUÁREZ
Hueycuatitla es una comunidad que se dedica a la siembra de maíz,
frijol, cacahuate y chile, mientras que la ganadería juega un papel im-
portante como actividad económica. Sus festividades más importantes
son el Xantolo, el carnaval, y la celebración de la Virgen de Guadalupe
el 12 de diciembre, que es la que nos ocupa. Hueycuatitla también
es una población de artesanos y bordadoras. Aquí se elaboran cestos,
blusas y toda una serie de prendas de vestir sustentadas en diseños
tradicionales.
en HueycuatitlaLa Guadalupana
Investigación: Román Güemes | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
Mujeres hueycuatecas colocando los tamales en una de las pailas para la fiesta
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| Benito Juárez |
Gracias a su estricta organización comunal y a su constante empeño
por mejorar sus condiciones de vida, Hueycuatitla se distingue por ser
una de las comunidades más importantes de la Huasteca Meridional.
El usufructo de la tierra tiene como base la propiedad comunal, ko-
montlali, que se ha negado a pulverizarse y convertirse en propiedad
privada individual. Esta característica ha hecho al hueycuateco dedicar-
se en cuerpo y alma a transformar en comunal todo aquello de lo que
disponen. Así, podemos encontrar un komonpotrero (potrero comunal);
komontoros (ganado vacuno comunal); komonmili (milpa del komon);
clínica del komón; komonkali (la agencia municipal); komonsinkali (casa
del maíz comunal), komongalera (galera pública), etcétera.
El komontlali se apoya en formas y estructuras sociales tradicionales
con las que guarda una estrecha relación no perceptible a simple vis-
ta. Nos referimos al kaltokahyotl (nombre de la casa), institución india
relacionada con el domicilio, con el hogar y la familia, y que se expresa
también como unidad de producción. El kaltokahyotl permite además
el reconocimiento de cada unidad familiar a través de un nombre es-
pecífico surgido a partir de las características físicas del terreno, a los
oficios desempeñados, y a la procedencia de los ancestros. A través del
kaltokahyotl se distribuye la tierra.
De esta forma, Komontlali y kaltokahyotl se complementan con la forma
del gobierno tradicional que representan los Tetahmeh (Viejos o Conse-
jo de ancianos). Hueycuatitla es una de las pocas comunidades donde
todavía existe el Consejo de ancianos como base de su organización
política. Esta forma de gobierno únicamente es reconocida y valorada
dentro de la comunidad y está totalmente desaprovechada fuera de
ella; sus bondades declinan donde termina el limite del komontlali. Los
Tetahmeh son reemplazados cada vez que ocurre el cambio de Repre-
sentante de Bienes Comunales, y esto sucede cada tres años, aunque
antes de 1987 el cargo era vitalicio. Antiguamente el Consejo se com-
ponía de 10 miembros; ahora son 6 u 8 personas sus integrantes.
Son muchas las funciones de los Tetahmeh, pero una de las más so-
bresalientes es hacer justicia, es decir aplicar la ley de la comunidad
al posible infractor. La aplicación de esta ley siempre va acompañada de un largo discurso y de profundos
consejos, concluyendo casi siempre en una sanción humana y conciliadora. Antes, para la aplicación de
sanciones o para el nombramiento de autoridades, se acostumbraba fumar tabaco. La tradición de fumar era
todo un ritual. Se fumaba también cuando elegían al agente municipal, y esto tenía que ser antes del 12 de
diciembre, día de la Guadalupana, patrona de la comunidad.
De los Tetahmeh, siguen en categoría el agente municipal, llamado también Tekichihketl o Errehidor; el juez
o (Ihwes), y el representante de bienes comunales, también llamado Tlaltekiwah o Comisariado. Continúan
en importancia el Escolar o Comité de Escuela o Sociedad de Padres de Familia, y el catequista, entre otros
muchos. Al final de toda esta estructura figuran los tekiwahkemeh, aquellos jovencitos que aún no recupera-
dos del reciente casamiento, se les ve ir y venir dando mensajes, avisos y corriendo casi siempre. Ellos son
los ayudantes, topiles, auxiliares de cada autoridad mayor. De toda esta sorprendente organización política
tradicional, la fiesta recae en dos pilares comunitarios: el agente municipal y el catequista.
El agente municipal es el intermediario legalmente aceptado entre la comunidad y el municipio. El agente
cuenta con el apoyo de 3 tekiwahkemeh. Es responsable de casi toda la organización de la fiesta. Cita para
que, a través del komontekitl o faena, se limpie el potrero, así como para hacer la milpa del común y de esta
forma haya maíz para las fiestas y convivios. A estos convivios se les llama tetlamakalistli (acción de dar
comida a la gente). El agente es nombrado por los ancianos y ratificado por la asamblea de vecinos. Dura
en funciones un año y el día último de cada año deja el puesto y entrega públicamente, de acuerdo a un
inventario, los bienes materiales comunales. Para cualquier cosa pita su cuerno de bovino y en fracción de
segundos moviliza a la comunidad a través de sus “menudos ayudantes”. Los menudos ayudantes (que son
5 incluyendo los dos del ihwes) van de casa en casa dando el aviso. La comunidad se divide en 5 fracciones Imágenes de la virgen morena
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| Benito Juárez |
o sectores o pitsahtekiwahkalpah (cierto número de casas –que forman
un sector– correspondientes a cada ayudante).
Por su parte, el cargo de catequista se desempeña voluntariamente.
Puede recibir –de hecho recibe– línea del cura de Juárez, y es ayu-
dado por 2 a 10 ayudantes. Dura en el puesto el tiempo que quiera.
Anteriormente era nombrado por la comunidad y ésta decidía el plazo
de su cargo. Esta autoridad consulta a los ancianos, quienes lo pueden
destituir si se rebela. El término “catequista” se refiere a la llegada de
la religión católica a la comunidad en 1957. Los mismos promotores
de la religión católica, una vez bautizados, se nombraron catequistas,
quienes posteriormente reforzaron a los Tétame en distintas tareas.
La organización de la fiesta
Existen diferentes maneras de enfrentar los problemas de organización
de la fiesta patronal dedicada a la Virgen de Guadalupe. La suerte de
la celebración depende de los acuerdos a que se lleguen en la reunión
anterior al 18 de octubre, día de San Lucas, que es cuando se limpia
el panteón para la ofrenda al Santo Patrón. Terminando la faena se
celebra una reunión donde participa el catequista. El catequista debe
preguntar a los demás vecinos si se va a realizar la fiesta y si se va a
quemar castillo. Entonces la comunidad es quien decide, y si la res-
puesta es positiva, pues ya empiezan a moverse, organizándose todos
para sacar adelante los compromisos.
La costumbre es planear la fiesta con el apoyo de la autoridad comuni-
taria, porque hay otras comunidades que no cuentan con la autoridad.
Aquí el agente municipal, junto con el catequista, el juez, el Escolar y
el Comisariado, son los que guían la festividad y sacan la cooperación,
apoyándose entre todos. Si el presupuesto es elevado, las autoridades
tendrán que sufragar una parte apoyándose en los fondos comunitarios.
Se nombran las distintas comisiones y se espera el día. Las autoridades
y el catequista van siempre unidos, pues tienen que buscar la banda
de viento, los coheteros, y preparar un sin fin de actividades más…
Se acostumbra que en el tlamakawali (despedida de las ánimas en el
panteón), el 3 de noviembre, cuando se reúnen en el panteón, se nom-
bran las comisiones. Las comisiones parten a los destinos señalados a
buscar a los coheteros para que hagan el castillo, la kwaxilona (mestiza
de palo) y los toritos; otros van a contratar a la banda de viento. Salen
de madrugada para traer las noticias a la junta de vecinos que se cele-
brará ese mismo día a las 5 de la tarde.
Quince días antes de la fiesta, el catequista y las autoridades se re-
únen para resolver los detalles que siguen. Hay que preguntarles a las
ancianas cuánto se tiene que comprar de condimentos, chile y todo lo
relacionado con los recaudos. Hacen una lista de compras y el agente,
junto con el catequista, van a la plaza a comprar todo lo que se necesita
para la elaboración de la comida ceremonial. Después, el catequista
busca la manera de realizar el novenario (ya ahora casi no lo hacen);
todo depende de su empeño. Para el novenario hay un libro sobre la
Guadalupana; se trata de temas a cerca de las apariciones (las cuatro
apariciones) para desarrollarlos diariamente durante nueve días.
En ocasiones, cuatro días antes del 12 de diciembre, se hacen pere-
grinaciones por barrios; la comunidad se divide entonces en cuatro
sectores, y a cada parte le corresponde realizar la peregrinación un día
determinado. Las peregrinaciones son muy llamativas, ya que las velas
son el elemento más importante en ellas. También se celebran misas.
Si la fiesta está bien organizada, la gente participa decididamente. Se
hacen las invitaciones a las demás comunidades, aunque ahora ya mu-
chas de ellas celebran su propia Guadalupana. Sin embargo, el éxito
de la fiesta y su lucimiento depende del catequista y de la coordinación
que la capilla tenga con la comunidad. Con esto se llega el día de la
fiesta y el fervor guadalupano en Hueycuatitla.
Preparación del arco exterior con estrella de cucharilla de sotoli, cempoalxóchitl y mano de león
Arco interior con cucharilla de sotoli, cempoalxóchitl y palmilla
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Desde el cielo una hermosa mañana
La primera fiesta Guadalupana que se recuerde es la celebrada en
1961, un año después de construida la primera capilla, y año en que
decididamente penetró la religión cristiana a las comunidades indíge-
nas de la región. En 1963 se integró la danza de las Niñas Guadalu-
panas o Inditas Guadalupanas con las muchachas del grupo de niñas
pastoras que un año antes habían participado en la primera peregrina-
ción en el rancho, y que, antes de cada rosario, bailaban y cantaban
el xochipitsawak a la entrada de la capilla llevando cada una un ramo
de flores.
Llegado el 11 de diciembre, los miembros del Consejo de ancianos,
auxiliados por otros veteranos o jubilados (a los 60 años culmina su
obligación ante la faena), se encargan de matar los puercos a las tres
de la mañana. Después se preparan los chicharrones para darles el
desayuno a las personas que decoran la capilla y para los demás que
están trabajando para la fiesta. Las autoridades, junto con el catequista,
se ponen de acuerdo para adornar la capilla, es decir, hacer los arcos
para la entrada y el arco grande para el interior de la misma.
A las siete de la mañana se realiza el primer tetlamakalistli o banquete.
En unas tarimas altas de madera se coloca la comida, las tortillas y las
jarras de café. Ahí están los platos y tazas en canastas y cubetas. El
chile molido se coloca en unos platos hondos. Todos comen parados
(esta es una peculiaridad de las fiestas hueycuatecas). Comen chicha-
rrones. Este primer banquete inaugura un ir y venir de distintos tipos de
comida que acabará hasta que la fiesta termine. Se puede decir que la
fiesta también es una repartición de dones, de los dones obtenidos de
la tierra, representados por el maíz.
Hay muchas ancianas ayudando en la cocina, ya que ellas son invitadas
por las autoridades para que vengan a auxiliar con sus conocimientos a
las demás mujeres. Generalmente se trata de viudas, que con este tra-
bajo subsanan su deuda con la faena o trabajo comunal. También están
presentes las esposas de las autoridades. Ellas van por delante y son
las encargadas de traer los trastes para la fiesta: platos, cucharas, ca-
zuelas, la molendera o una tlacualera… Esto es lo que les corresponde
poner a las autoridades, desde el agente hasta el tequihua.
El agente municipal toca su cuerno cuando desea reunir a los tequi-
huas. Después del primer banquete continúan con los arcos. Para
construir los arcos se usan varas de otate, mucha palmilla, sempoa-
lxóchitl y mano de león. Sobre la base de palmillas van ensartando las
flores y utilizando para los amarres tiras de izote. El arco de afuera, que
se coloca en la puerta de acceso a la capilla, es de palmilla con tapi-
zado con sempoalxóchitl, mano de león, y con 9 estrellas de cucharilla
sotoli. El arco del interior, colocado en el altar mayor, es muy grande. La
base es la palmilla y lleva dos ribetes de sempoalxóchitl y 17 estrellas.
Los arcos se empiezan a construir muy temprano y pasado del medio
día ya deben estar colocados en sus respectivos lugares.
Después del medio día llega la banda de viento y empieza la música. Se
detonan varios cohetes durante el día. Hay mucha actividad en la galera
comunitaria que está a un costado de la capilla. Al fondo se encuentra
el sinkalko (casa del maíz) y una gran cocina donde varias mujeres
realizan varias actividades relacionadas con la comida: hay muchos
metates para moler el nixtamal; en varios fogones hierven las pailas
con carne y con café. A un lado otra paila para los chicharrones. Los
varones acarrean la leña para los fogones; traen hoja de papatla para
los tamales y atienden un poco las pailas. Otros rajan leña con hacha.
Algunos más están sentados en las bancas esperando una orden del
agente municipal o del catequista. A cada momento ofrecen comida.
Las plataformas para el banquete siempre están ocupadas. Los miem-
Mujeres elaborando los tamales para la fiesta; entre ellas están las esposas de las autoridades y las viudas, que al no tener esposo que participe en el trabajo comunitario, tienen la obligación de colaborar en la preparación de la comida de todas las festividades de la comunidad
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bros del Consejo de ancianos están sentados frente a la capilla. Obser-
van y opinan sobre lo que se tiene que hacer. Por la tarde y noche se
realizan misas. En la galera baila la danza Inditas Guadalupanas de aquí
de la comunidad. Es una organización que está bajo la responsabilidad
del catequista y sus ayudantes.
Transcurre la noche al ritmo de la banda y del son de las Inditas Guadalupanas. Se mantienen las mesas
ocupadas, todos comiendo de pie. Esta costumbre se debe básicamente a que sentados no caben muchos
comensales. Pasada la media noche se le prende fuego a una kwaxilona y a un torito. La banda de viento
siempre ha tocado para homenajear este momento. La gente, desde la galera, observaba atenta la manera
en cómo de una chispa nace tanto colorido y tanta potencia. La gente no se irá de aquí sino pasadas las
mañanitas. La banda ameniza el desvelo. Los metales entonan un viejo huapango, un zapateado huasteco
o unos sones…
Al fin llega el 12 de diciembre. Es el día de la patrona de Hueycuatitla, la Virgen de Guadalupe, la virgen more-
na del Tepeyac. Son las 5 de la mañana. Hace frío y el café caliente alimenta el alma junto con la música que
no ha parado. Suenan las campanas y la gente entra a la capilla. La danza sigue, las Inditas Guadalupanas
danzan y cantan a su patrona:
Hay visitantes que llegan a la capilla. La gente trae rosas. Las rosas
están asociadas con la Guadalupana y aquí se les considera sagradas
y fecundas porque sus ramas retoñan fácilmente en esta tierra húmeda
de Hueycuatitla. Truenen los cohetes y se hace el rosario. La banda
de viento entra a la capilla y toca las mañanitas y luego otros sones
guadalupanos. Termina la misa. Se inician los banquetes.
Casi al medio día se elabora el mole y los tamales. Se preparan bas-
tantes tamales y mucho mole para atender a toda la gente que llegue
en las peregrinaciones. Se vuelven a hacer chicharrones. A las siete de
la tarde las autoridades se dirigen a la entrada de la comunidad para
recibir a las peregrinaciones. Va la banda por delante y llevan los estan-
dartes de la capilla. Vienen peregrinaciones de la comunidad de Chila,
de Calaco, de Cuachumo, de Terrero, de La Lima… Todos muestran
sus estandartes, la carta de presentación de sus capillas.
Kemah pewa tlatsilini
Ipan ni altepeyak
Keh ya tlanestiwala
Ne tonana waltemok
Ipan iaya ne San Juantsih
Monextiko moixpantsinko
Tonana Wadalupana
Nel kwahkwaltsih moixkopinka
Ika miak pitsawak xochitl
Tiwalawih timitstsahtsilikoh
Ne ihnalok selik xochitl
Ne tonana waltemok.
Cuando empieza a sonar la campana
Aquí en el Tepeyac
Cuando viene amaneciendo
Nuestra madre bajó
Al ayate de San Juanito
Se estampó en su presencia
Nuestra madre Guadalupana
Tu imagen es verdaderamente hermosa
Con muchas flores delicadas
Venimos a llamarte
Temprano, en las tierna flores
Nuestra madre descendió.
Niño con luz de bengala
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Vienen peregrinaciones de la comunidad de Chila, de Calaco, de Cuachumo, de Terrero, de La Lima… Todos
muestran sus estandartes, la carta de presentación de sus capillas. Traen sus danzas de muchachas y sus
músicos de son tradicional. Los de Chila vienen con la Danza Nepaltinih, o Danza del Nopal, donde los Kwane-
gros también aparecen… Los de Cuachumo arremeten con su Banda Sabanera; Calaco con sus soneros
tradicionales. Se les recibe, pasando por un gran arco florido y se les encamina con música de banda y sones
tradicionales a la capilla. Han encendido sus ceras. Estallan los cohetes. Comienza la parte más fuerte de la
fiesta: el encuentro con la luz y los destellos…
La misa oficial de la celebración se realiza hasta la llegada del sacerdote; se hace muy tarde porque hay
muchas comunidades con la misa patronal de Guadalupana este día, y el sacerdote atiende primero a las
comunidades más distantes. Así, el padre llega alrededor de las 11 de la noche y con ello se inicia la misa.
Bailan otra vez las danzas y toca la banda. Una vez concluida la misa se lleva a cabo la gran procesión. Va la
banda por delante y luego los estandartes hueycuatecos, seguidos de los invitados y de toda la comunidad.
En cada tramo pasa la procesión por distintos arcos floridos... Así, con cantos, música, velas, copal y
alabanzas se recorre la comunidad. Se pasan puentes donde antes eran barrancos; la luz de las múltiples
velas crea una atmósfera penetrante y profunda.
Finalmente, se retorna a la iglesia, dispersándose la multitud. Los dan-
zantes son llevados a las mesas del banquete, donde comen tamales
y toman café. Pasan los músicos y todos los invitados. La danza sigue.
Las bandas de viento tocan más fuerte; compiten entre sí. Se trata de
músicos que no alcanzan los 30 años pero ya son excelentes ejecutan-
tes. Todo esto sucede en la galera pública. A las dos de la mañana se
queman los gigantes o kwaxilonas y los toritos. Después se quema el
castillo. Es un enorme castillo que se consume en 40 minutos, mientras
del techo de la capilla salen luces artificiales. Terminado de arder el
castillo la gente se retira a sus casas.
Magna procesión en honor a la Guadalupana
Danza Nepaltinih o Nepaltekinih (cortadores de nopal)
Danza Guadalupana
Violinista de la danza del Nopal
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información
Destino: Hueycuatitla, municipio de Benito Juárez
Ubicación: Huasteca (norte de Veracruz)
Altitud: 260 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 20° 53” latitud norte y 98° 12” longitud oeste
Clima: templado-húmedo con una temperatura promedio de 23.1° C
Aeropuerto: El Tajín, Poza Rica, Ver., y Tampico, Tamaulipas
Central camionera: Chicontepec, Ver.
El torito es un momento esperado en la fiesta, y su paseo es celebrado por la banda de viento con un son especial llamado “son de la quema
del toro” o “son del torito”
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L a rama es una de las tradiciones con más arraigo en el
Sotavento. En esta región se “saca la rama” desde tiem-
pos inmemoriales. La rama puede verse prácticamente en todo el sur
de Veracruz, tanto en la cuenca del Papaloapan como en Los Tuxtlas,
en el corredor industria de Minatitlán-Coatzacoalcos, y en los llanos de
San Juan Evangelista y Acayucan, aunque también se acostumbra en la
región de Tuxtepec y en algunos lugares del istmo oaxaqueño. Al igual
que gran parte de los elementos culturales que nos dan identidad, esta
tradición es producto de la fusión de indios, negros y españoles.
· VERACRUZ
La Rama
No hay una fecha definida para pasear la rama. En algunos lugares se
saca a partir del 16 de diciembre, aunque en otros lo hacen hasta el
día 25 de ese mes, pues la rama anuncia el nacimiento del Niño Dios.
En otros lugares se saca la rama del 16 al 24 de diciembre, y a partir
de esa fecha se sustituye por los portalitos. El ciclo se cierra hasta el 6
de enero, el día de Reyes.
Investigación: Alfredo Delgado | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
Rama en Santiago Tuxtla
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| Veracruz |
La rama puede ser de distintos tipos de árboles pero, según la región
de que se trate, se prefieren las ramas de paraíso, otate, naranjo, pino
o yuale. La rama debe tener un peso suficiente para que pueda ser car-
gada por una sola persona. Invariablemente se adorna con cadenas de
papel china, banderitas de papel, serpentinas, flores naturales, paxtle,
globos, frutas de temporada o faroles de papel de diferentes colores y
tamaños, a los que se agrega una vela en medio, procurando que no se
quemen. También son típicas las naranjas matecas vaciadas, en cuyo
interior se coloca una pequeña vela. En los últimos años también se les
han agregado esferas o adornos propios del árbol de Navidad, aunque
hay personas que no aceptan este tipo de ornato. También se solía
colocar una estrella en la punta o sustituir la rama por una gran estrella
de papel de china con estructura de carrizo, con una vela adentro, a
manera de farol. Esto en la actualidad casi no se hace.
La rama jarocha se ha extendido a otras partes del estado de Veracruz
e incluso a partes de los estados de Oaxaca, Chiapas y Tabasco. A
veces en lugar de la rama se saca la casita o portalito, que es, como su
nombre lo indica, un pesebre en miniatura con un nacimiento adentro.
Si sale antes del 24 no lleva al Niño Dios; después de ese día nece-
sariamente debe incluirlo. Esta última forma es la más conocida en la
costa del Golfo, en los estados de Campeche y Yucatán, donde a esta
tradición se le llama aguinaldos.
Las ramas de los niños sólo llevan como acompañamiento musical la-
tas vacías llenas de piedrecillas, corcholatas aplastadas ensartadas en
un alambre, panderos, sonajas, güiros o algún otro objeto que pueda
ser percutido. En cambio, las ramas de los grandes deben llevar por
lo menos una jarana primera, segunda o tercera, y una bandola, un
requinto o una leona, aunque en algunos lugares también se incluye
un arpa.
Si me dan licencia
para comenzar
yo y mis compañeros
podemos cantar.
Otros versos de inicio muy comu-
nes son los siguientes:
Buenas noches damas,
buenas caballeros,
alegres cantamos
al Dios verdadero.
Alabando a Dios
en primer lugar,
después de alabado
podemos cantar.
Comienzo la historia
con mucha alegría,
esta es la memoria
del hijo de María.
Después del primer verso, se
canta el estribillo a coro, el cual
se repetirá después de cada verso
cantado:
Naranjas y limas,
limas y limones,
Niños de los talleres de la casa de cultura de Alvarado, en la Rama Pareja de jóvenes bailadores de son jarocho, en la Rama
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más linda es la virgen
que todas las flores.
Cuando en vez de la rama se saca
el portalito el coro puede ser:
En un portalito
de cal y arena
nació Jesucristo
en la Nochebuena.
Las ramas grandes procuran im-
provisar y adecuar versos según
la casa a la que lleguen, aludien-
do al origen del dueño o al apelli-
do de la familia, por ejemplo:
Quién cortó el cogollo,
de la verde rama
y don Juan Resendiz,
príncipe de España.
Por arroyo de piedra
venimos andando
y a don Luis Ochoa
venimos buscando.
A veces sólo son versos genera-
les que aluden a los habitantes de
la casa:
Desde Arroyo en Caña
venimos andando,
a este caballero
venimos buscando.
Alabando a dios
quítense el sombrero
porque en esta casa
vive un caballero.
Vive un caballero,
vive un general,
si nos dan licencia
para comenzar.
Los versos siguientes pueden
ser variados, y tratan sobre el
nacimiento de Cristo, la Navidad,
la Pasión o sobre el entorno del
lugar:
A la media noche
un gallo cantó
y en su canto dijo:
“¡Ya Cristo nació!”
Si me dan licencia
paso para adentro,
para ver al niño
en su nacimiento.
En un portalito
triste y desdichado
nació el Niño Dios
de ángeles rodeado.
Abran esas puertas
rompan esos quicios
por que ya nació
nuestro Jesucristo.
Abran esas puertas
con mucha victoria
por que ya nació
el rey de la Gloria.
Nació de María,
refulgente estrella,
a voces digamos
que quedó doncella.
Nació de María
con dichosa fe,
hijo del patriarca
señor san José.
Señor san José,
noble carpintero,
le hizo una corona
al rey de los cielos.
Rama de Santiago, con viejos y jóvenes soneros de los Tuxtlas
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Las aves del campo
dicen a una voz,
que viva la virgen
y el Niño Dios.
Y de rama en rama,
y de flor en flor,
pajaritos cantan
rendidos de amor.
Los versos de la rama son infi-
nitos, y podría hacerse un com-
pendio muy extenso de ellos.
Además, cada uno de los versos
tiene sus variantes. Cuando se
considera que ya se ha cantado
suficiente se puede cantar una
cuarteta introductoria, anuncian-
do que ya se preparaban para
retirarse y pedir el aguinaldo:
Dejo lo divino,
me voy a lo humano,
perdonen señores
por mi canto errado.
Por aquella calle
vive un ermitaño
con su tamborcito
pidiendo aguinaldo.
Denme mi aguinaldo
si me lo han de dar
que la noche es corta
y tenemos que andar.
Por su parte, los versos de las
ramas de los niños son más sen-
cillos y hasta ingenuos.
Arre borriquito
vamos a Belem,
a ver a la virgen
y al niño también.
Arriba del cielo
hay un portillito
por donde se asoma
el niño chiquito.
Zacatito verde,
lleno de rocío,
el que no se tapa
se muere de frío.
Desde hace algunos años los
niños han venido cambiando los
versos, incluyendo en ellos a per-
sonajes de la televisión o versos
chuscos:
Arriba del cielo
hay un palo mocho
por donde se asoma
el Chavo del Ocho.
El Chavo del Ocho
y la Chilindrina
se estaban peleando
por una gallina.
Arriba del cielo
tiraron maíz,
el señor san Pedro
se fue de nariz.
Arriba del cielo
hay un palo hueco
por donde se asoma
la mujer del teco.
Arriba del cielo
tiraron un huevo
y todos dijeron
feliz año nuevo.
Soneros de Santiago Tuxtla en Rama
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Incluso para pedir el aguinaldo,
los niños también han cambiado
la versada:
El diablito tiene un diente,
tiene un diente,
y la muerte tiene dos,
si no me dan mi aguinaldo,
mi aguinaldo,
ya lo pagarán con Dios.
A los niños antes sólo se les daba
galletas, pan, dulces, frutas o
algunas monedas. Hoy sólo se
les dan monedas. A las ramas
grandes se les invita de beber, se
les da comida, o se les da dinero.
Anteriormente la comida consis-
tía en tamales, buñuelos rociados
con miel de trapiche y toritos de
limón, jobo o guanábana. Para
terminar, si se les dio el aguinaldo
a satisfacción, la rama canta:
Ya nos despedimos
porque ya nos vamos,
yo y mis compañeros
tus manos besamos.
Ya nos despedimos
al pie de la cruz,
hasta el año entrante,
si Dios da salud.
Ya se va la rama
muy agradecida
por que en esta casa
fue bien recibida.
Si no se les dio nada o no quedan
satisfechos se suele cantar algu-
na de las siguientes cuartetas:
Ya se va la rama
muy desconsolada
por que en esta casa
no les dieron nada.
Ya se va la rama
por todo el alambre
por que en esta casa
están muertos de hambre.
Ya se va la rama
con todo y bandera
por que en esta casa
tienen cagalera.
En las ramas grandes es frecuen-
te que los jaraneros declamen dé-
cimas a lo divino, teniendo como
tema central el nacimiento o in-
cluso el drama del Calvario. Estas
décimas son llamadas justicias y
sólo se cantan los dos primeros
versos y el último, los cuales se
repiten en la declamación. En al-
gunas regiones se declama y sólo
se canta la última palabra y se re-
pite cantando el verso completo.
Con mucho gusto y contento
venimos a venerar
a este lindo nacimiento
del Niño Dios inmortal,
porque se vino a encarnar
en el vientre de María,
esto ya bien se sabía
porque fue profetizado
que a este mundo vendría
a salvarnos del pecado.
Oh! divino Redentor
fruto de la virgen pura,
eres nuestro salvador
y hoy ensalzo tu hermosura
porque se ve la dulzura
en tu rostro sacrosanto,
pues el Espíritu Santo
te fundó lleno de gracia,
Niños de los talleres de son jarocho de la Casa de Cultura de Alvarado
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por eso con mucho encanto
cantamos con eficacia.
En todo el orbe cristiano
te veneran sin cesar,
porque del género humano
eres extra singular,
que no hay con qué comparar
tu justicia y tu poder.
Naciste de una mujer
llamada Santa María;
líbranos de Lucifer
Oh piadosísimo Mesías.
Del mundo eres la delicia,
Rey de la sabiduría.
Herodes por su injusticia
persecuciones te hacía.
Después con cruel tiranía
te quiso sacrificar,
con necio y tan vil maltrato
sin prever un buen recato
te mando a sentenciar
con el rey Poncio Pilatos
Poncio Pilatos temía
sentenciarte oh rey divino.
Su esposa Claudia decía
Pilatos, yo a ti te estimo,
por ese hombre yo opino
lo dejes en libertad,
no se le encuentra maldad,
juzgo que en él no hay delito,
será el Redentor bendito
de toda la humanidad.
El pueblo mucho exigía
y al fin tuvo que cumplir,
aunque ya bien lo sabía
en lo que iba a delinquir,
al Señor hizo sufrir
de acuerdo con lo profano,
después se lavó las manos
para quitarse esa mancha
y por procedimientos vanos
hizo su culpa más ancha.
De ti niño me despido,
ya no hago más alusión,
te aclamo con devoción
y solamente te pido
que me des tu bendición.
Padre celestial querido,
eres de nuestra alma abrigo,
eres nuestro galardón,
y solamente te pido
de la culpa el perdón.
Muere la luz amorosa,
muere el autor de la vida.
Hay que pena tan crecida,
que pena tan lastimosa,
su madre triste y llorosa,
caído tres veces le ve,
su pesar muy grande fue,
que tanto el alma le duela
y ninguno la consuela
ni quien la mano le dé.
Adiós rutilante estrella
que al niño Dios alumbraste.
Veo que en ti se destella
la clara luz con que guiaste
a los reyes que invitaste
para ser tu adoración.
Y ese dios de gran virtud
cariñoso y verdadero
nos concederá salud
para el año venidero.
Grupo de son jarocho tradicional de la Casa de Cultura de Ángel R. Cabada
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Estas décimas se llaman justi-
cias, probablemente porque el
tema central es el príncipe de paz
y justicia. Entre las justicias más
conocidas tenemos la siguiente:
Bueno el gallo que cantó
anunciando al mundo entero
que había nacido el cordero
diciendo “Cristo nació”.
Si éste de alegría cantó,
de los hombres qué sería,
al ver que al mundo venía
Jesucristo al mundo pues
por eso digo que es
noche de mucha alegría.
Terminando las justicias suele
venir una fuga, que no es otra
cosa que un son jarocho. Con
este son da inicio el fandango, o
sólo se zapatean uno o dos sones
para que luego la rama prosiga su
camino. Las pascuas, justicias y
fuga no necesariamente se dan
juntas en todos los casos, ya que
pueden cantarse también sólo los
versos de las pascuas, sólo las
pascuas y fuga, o únicamente
pascuas y justicias.
Hace varias décadas las Pascuas
se dividían en tres partes: Las que
se daban los días de las posadas
eran las primeras; las segundas
iban desde el día 25 hasta Año
Nuevo, y las terceras se daban
de Año Nuevo hasta el Día de Re-
yes. Las terceras pascuas tenían
como tema solamente al Niño
Dios y a los Reyes Magos:
La tercera pascua
venimos a dar,
con ella la historia
vamos a acabar.
Acá esta noticia
se llegó a aceptar,
que tres reyes magos
fueron a adorar.
Formaron camino
Melchor y Gaspar,
en busca del otro
que era Baltasar.
Miren esa estrella
dijo Baltasar,
su luz refulgente
nos alumbrará.
La estrella de pronto
empezó a alumbrar
y les dio el camino
que habían de tomar.
Estas terceras pascuas suelen
ser muy extensas, ya que toman
una forma narrativa y van deta-
llando diversos pasajes del reco-
rrido de los Reyes Magos y de la
adoración en el portal de Belem.
Con ellas termina el ciclo decem-
brino de fiestas del Sotavento.
El Maestro René Beltrán, director de Casa de Cultura de Ángel R. Cabada en Tarima
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| Veracruz |
información
Piñata en Rama de Ángel R. Cabada
Destino: Alvarado, Tlacotalpan, Lerdo de Tejada, Ángel R. Cabada, Santiago
Tuxtla
Ubicación: Cuenca del Papaloapan, los Tuxtlas y el sur de Veracruz
Clima promedio: cálido-regular con una temperatura promedio de 26.1° C
Aeropuerto: Heriberto Jara del puerto de Veracruz
Central camionera: Veracruz puerto, Alvarado, Tlacotalpan, Santiago Tuxtla
y Acayucan
| Veracruz · Fiesta Viva |
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E l acarreo de niños en Santiago Tuxtla forma parte de
los festejos del fin de año y el ciclo navideño que inicia
con el canto de alabanzas frente al nacimiento y la imagen de la Virgen
de Guadalupe el 12 de diciembre. Luego sale la rama el 16 del mismo
mes; el 24 se hace el primer acarreo de niños y el 25 inicia el fandan-
go de la rama . La quema del viejo se realiza el 31 a medianoche, al
terminar el segundo acarreo de niños, mientras que los fandangos se
efectúan diariamente hasta el 6 de enero y de manera intermitente
· SANTIAGO TUXTLA
hasta el 2 de febrero, día en que se lleva a cabo el último fandango y se
arrulla al niño para que quede dormido. Es al siguiente día que se guar-
da el nacimiento. El ritmo de vida actual, el ciclo escolar y los horarios
laborales, no permiten que las fiestas se extiendan tanto y actualmente
concluyen el 6 de enero en la mayoría de las casas.
de NiñosAcarreo
Investigación: Jessica Gottfried | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
El acarreo de niños en Santiago Tuxtla forma parte de los festejos del fin de año y el ciclo navideño que inicia con el canto de alabanzas frente al
nacimiento y la imagen de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre
Generaciones de soneros acompañan el acarreo del Niño Dios
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| Santiago Tuxtla |
El acarreo de niños forma parte del ciclo de navidad, pero no es un
festejo convocado por la iglesia, pues quien lo lleva a cabo es la pobla-
ción, los músicos y las madrinas, así como las mujeres que ponen sus
nacimientos. El parque central de la pequeña ciudad de Santiago Tuxtla
se llena de mujeres y niñas de todas las edades que llevan en sus bra-
zos a un niño Dios decorado con escarcha, esferas u otros accesorios
brillantes y coloridos. Los grupos de músicos pueden ser jaraneros, gui-
tarreros tipo rondalla o de guitarra con pandero, intérpretes de marimba
y, ahora que las norteñas están de moda, se pueden escuchar también
pascuas en acordeón con guitarra. Los músicos van al parque, donde
no falta quién les pida que lleven a su niño Dios a casa de su comadre.
Así, en las calles se da un maravilloso entrecruzamiento de grupos de
músicos seguidos por mujeres y niñas que juntos entonan las pascuas
correspondientes a cada fecha.
Llegando a su destino las mujeres entran a la casa. La que lleva al niño
en brazos lo deja en el nacimiento y entonces, en el caso de los jara-
neros, se arranca un son jarocho con alegría en el que no faltará quien
se ponga a zapatear. Luego salen los músicos y toda la concurrencia a
la calle nuevamente, dirigiéndose a la siguiente casa. Esto dura unas 6
ó 7 horas. Algunos músicos se reúnen en el parque desde las 5 de la
tarde y los últimos niños se estarán entregando en las casas pasando la
medianoche. En el acarreo del 31 de diciembre es importante terminar
antes de las 12, antes de que reviente el Viejo. Los músicos caminan
apresuradamente de un barrio a otro entregando niños.
El niño Dios se representa en figuras de yeso, porcelana, o recuadros
del Santo Niño de Atocha. Unos días antes del 24 de diciembre se
entrega a una madrina que se hace responsable de comprar galletas,
rompope, tamales, dulces, agua de horchata u otros alimentos para
ofrecer a los que la acompañan a dejar al niño en su pesebre. Las
madrinas pueden ser nietas, hijas, vecinas, amigas o comadres de la
dueña del nacimiento, y puede haber diez u once niños Dios por cada
nacimiento, aunque cada niño tendrá una madrina. La madrina decora
el cojín donde carga al niño y lo lleva a los puntos de reunión tácita-
mente acordados por los pobladores de la ciudad. El lugar principal es
el parque central.
El niño Dios nace en la Nochebuena, el 24 de diciembre. Por estar
recién nacido, el niño no va vestido y sólo usa un listón amarrado en la
cintura. Al llegar a su pesebre se le coloca acostado. Esta es la noche
más concurrida, y los coros de las pascuas pueden ser uno de los
siguientes versos:
Viene Nochebuena
Ya viene llegando
Por eso nosotros
Alegres cantando.
En un portalito
De cal y de arena
Nació Jesucristo
En la nochebuena.
Naranjas y limas
Limas y limones
Más linda es la Virgen
Que todas las flores.
Toda la concurrencia responde al coro correspondiente de cada fe-
cha mientras uno de los músicos entona el pregón de las pascuas, en
las cuales se narra la historia de la navidad y el nacimiento de Cristo
(Anexo núm.1).
Puede haber diez u once Niños Dios por cada nacimiento, pero cada niño tendrá una madrina
La que lleva al Niño en brazos lo deja en el nacimiento y entonces,
en el caso de los jaraneros, se arranca un son jarocho con alegría
en el que no faltará quien se ponga a zapatear
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El 31 de diciembre el niño Dios va vestido con prendas que elabora la madrina, quien nuevamente lo lleva a
su nacimiento, donde ahora se le coloca sentado. En esta fecha se pueden cantar los versos que comienzan
con “Naranjas y limas…” o “En un portalito…”, pero también existe un verso que alude específicamente a
esa fecha:
Ya viene año nuevo
Ya viene llegando
Por eso nosotros
Alegres cantando.
Esta noche hay mucha actividad en el acarreo de niños. Sin embargo, no hay tantos conjuntos ni tantas
madrinas como el día 24. El entorno sonoro de esta noche es más bullanguero que en la Nochebuena. Las
calles de los barrios suenan a euforia; cada familia festeja con su género musical predilecto y, conforme se
acerca la medianoche, el volumen y la variedad de músicas en las calles, los callejones y los puentes va en
aumento. Los músicos van apurados a entregar a cada niño, no vaya a ser que no alcancen a terminar antes
de la medianoche.
Según la costumbre, el último acarreo de niños se realiza el 2 de febrero, y ya en el nacimiento se le cantan
arrullos (Anexo núm. 2) para que el niño Dios quede dormido. El coro de las pascuas puede decir el siguiente
verso:
Naranjas y limas
Limas limonarias
Estas son las pascuas
De la Candelaria.
El último acarreo de niños ya casi no se lleva a cabo, pues la mayoría de los jaraneros se van a la fiesta de
la Candelaria en Tlacotalpan. Así, recorriendo las calles de la ciudad en 2 de febrero, se podrán escuchar
en escasas casas el canto de los arrullos y las alabanzas que terminan el ciclo navideño. La mayoría de las
familias habrán guardado ya su nacimiento desde el 6 de enero, y ya para inicios de febrero la vida laboral,
los calendarios oficiales, y todo lo que implica la cotidianidad dejan a un lado el cierre ritual del antiguo ciclo
navideño.
Las madrinas pueden ser nietas, hijas, vecinas, amigas o comadres de la dueña del nacimiento
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Anexo núm. 1
PASCUAS DE NAVIDAD
(Autor anónimo, recopilado por Clemente Campos Carvajal)
El día veinticuatro
de diciembre helado
el niño mesías
al mundo ha llegado.
Al mundo ha llegado
en un paraíso
un ángel enviado
repartió el aviso.
Repartió el aviso
el profeta Elías
rumoró noticias
del rey que venía.
Del rey que venía
sin decir a dónde
que sólo sería
salvación del hombre.
Salvación del hombre
y nadie sabía
que venía educado
por José y María.
Por José y María
que fue para bien
y también sería
nacido en Belén.
Nacido en Belén
San José ha tenido
la dicha y fortuna
del bastón florido.
Del bastón florido
por quien dominó
y por ser cumplido
la dicha alcanzó.
La dicha alcanzó
de ver en alturas
porque se casó
con la Virgen pura.
Con la virgen pura
que dio luz al niño
y sufrió amargura
como peregrino.
Como peregrino
pasando desiertos
en lejos caminos
de aromas cubiertos.
De aromas cubiertos
de Herodes huían
por selvas y bosques
la Virgen dormía.
La Virgen dormía
porque oían rumores
que los perseguían
con grandes rigores.
Con grandes rigores
muy desesperados
hasta que en Belén
fueron refugiados.
Fueron refugiados
San José y María
y también al niño
que en brazos tenía.
Que en brazos tenía
el divino infante
y con esa guía
seguiré adelante.
Seguiré adelante
niñito mesías
tu luz brillante
me sirva de guía.
La madrina decora el cojín donde carga al niño y lo lleva alos puntos de reunión tácitamente acordados por los pobla-
dores de la ciudad; el lugar principal es el parque central
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| Santiago Tuxtla |
Anexo núm. 2
ARRULLO
(Autor anónimo, recopilado por Clemente Campos Carvajal)
A la rorro niño
a la rorro ro
duérmete mi niño
duérmete mi amor.
Noche venturosa
noche de alegría
bendita la dulce
divina María.
De los soberanos
tu dueño y señor
naces entre pajas
sólo por mi amor.
Cándido cordero
celestial pichón
te ofrezco el abrigo
de mi corazón.
Los amantes brazos
de una Virgen pura
son los que te sirven
de primera cuna.
Duerme niño amado
duerme tierno niño
sírvete de cuna
mi filial cariño.
Tu preciosa sangre
con divino amor
en rescate ofreces
por el pecador.
Cierra esos ojitos
de color del cielo
que son de los hombres
amparo y consuelo.
Salve niño amado
que con tanto celo
a salvar el hombre
bajaste del cielo.
Dichoso mil veces
el pueblo cristiano
que le reconoce
por su soberano.
Coro:
A la Rorro niño
a la rorro ro
que viniste al mundo
sólo por mi amor.
Arrullos como éste se cantan a partir del 6 de enero hasta el 2 de febrero o días próximos
Viejos y jóvenes soneros de la región de los Tuxtlas
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| Santiago Tuxtla |
El Huapango
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| Veracruz · Fiesta Viva | | Santiago Tuxtla |
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información
Destino: Santiago Tuxtla
Ubicación: Región de los Tuxtlas
Altitud: 200 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 18° 28” latitud norte y 95° 18” longitud oeste
Clima: cálido-húmedo-regular con una temperatura promedio de 24.3° C
Aeropuerto: Heriberto Jara del puerto de Veracruz y Canticas en Minatitlán, Ver.
Central camionera: Santiago Tuxtla y San Andrés Tuxtla
Referencia: Acceso por la autopista del sureste a la altura de la caseta de
Cosamaloapan, Ver., en la desviación a Isla, Ver.
Acceso por la carretera Veracruz – Alvarado – Tlacotalpan
Acceso por Acayucan, Ver.
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| Sur de Veracruz |
C ada fin de año el sur de Veracruz se llena de viejos. Es-
tos viejos son muñecos del tamaño de una persona real,
vestidos con ropas usadas y rellenos de paja, aserrín, papel periódico u
hojas secas de plátano. La cabeza se les rellena del mismo material y
se les moldea la cara en forma de anciano o se les pone la máscara de
algún personaje de moda. También pueden llevar sombreros, gorras de
béisbol o cascos industriales. Desde el día 16, pero sobre todo después
de Navidad, y hasta el 31 de diciembre, es común ver a miles de viejos
del Viejo · SUR DE VERACRUZ
| Sur de Veracruz |
La Quema
Estos viejos son muñecos del tamaño de una persona real, vestidos con ropas usadas y rellenos de paja, aserrín, papel periódico u
hojas secas de plátano
sentados frente a las casas y negocios, la mayoría de las veces con
envases de licor y cerveza vacíos, dando a entender que son viejos bo-
rrachos, o que están celebrando su despedida. Prácticamente en cada
pueblo, ranchería o calle de las ciudades sureñas, es común ver a los
viejos; también se les representa en las regiones vecinas de los estados
de Oaxaca y Tabasco. Los viejos serán quemados durante los últimos
minutos del año.
Investigación: Alfredo Delgado | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
Es frecuente que a los viejos se les ponga un letrero sobre el pecho con su nombre, la fecha en que va a ser quemado o un testamento chusco
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| Sur de Veracruz |
Estos muñecos representan al año que termina, al año viejo. En algunos
lugares se les coloca un letrero en el pecho con su nombre, que gene-
ralmente es el nombre de algún personaje de la política, artista o depor-
tista destacado, o alguna persona de la región a la que se quiera criticar
o que haya realizado algo relevante en el año. También es frecuente que
se les ponga un testamento chusco, en prosa o en verso, que hace un
recuento de lo bueno y lo malo que dejó de herencia el año que termina.
El año viejo recibe diferentes nombres. En Comoapan, municipio de San
Andrés Tuxtla, se le conoce como Chalom, mientras que en Oluta se le
llama Chenu o Sancuchi. Se dice que Juan Chenu fue un personaje
real que vivió más de cien años y se llamaba Juan Nepomuceno, por
lo que se tomó su nombre para representar al año viejo. El antropólogo
Roberto Williams opinaba que el año viejo debía tener reminiscencias
olmecas debido al nombre, presuntamente popoluca, que se le da en
Oluta, sancuchi, que traducen como vejestorio o viejo inútil, que para
Williams puede tomarse como tiempo transcurrido o computado. Para
él, Chenu viene del idioma chinanteco y significa José Antonio, de Che,
José, y Ndu, Antonio.
Después de Navidad salen las comparsas del viejo. Se trata de un gru-
po de personas disfrazadas que recorren las calles llevando a uno de
los muchos muñecos que representan al viejo. Como tradición, deben
llevar por los menos a un niño, o a un adulto disfrazado de niño, que re-
presenta al año nuevo, a otro disfrazado de viejo, a varias viudas, a una
mujer embarazada (frecuentemente un hombre vestido de mujer), a la
muerte, al diablo, al médico, al abogado (que leerá un testamento pica-
resco), y a los personajes que la imaginación y el argumento de la farsa
les dicte. Es una comedia teatral que se representa en barrios y colo-
nias, aunque a veces sólo se limita a recorrer las calles, bailando con
música viva la conocida conga del viejo. Estas comparsas se pueden
acompañar de jaraneros, marimba, instrumentos de viento o percusión
o incluso con grabadoras. Van bailando de casa en casa pidiendo su
aguinaldo. Los versos más famosos de la conga mencionada son:
Una limosna
para este pobre viejo,
una limosna
para este pobre viejo,
que ha dejado hijos,
que ha dejado hijos,
para el año nuevo,
para el año nuevo.
Una limosna
para este pobre viejo,
una limosna
para este pobre viejo,
que anda todo roto,
que anda todo roto,
por comer totopo,
por comer totopo.
Es tradicional la comparsa del pobre viejo, que satiriza lo sucedido en el año que termina
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| Sur de Veracruz |
En Oluta el año viejo toma características particulares, pues la farsa teatral más bien parece pastorela, ya que
participan San Rafael, San Miguel, Satanás y Caifás, junto con el año viejo, llamado Juan Chenu, además de
viudas, chinas poblanas y jarochas, que en realidad son hombres vestidos de mujer. Esta representación es
una combinación de teatro y danza y es conocida como la Danza del Chenu o Danza Diabólica. Aunque ante-
riormente era representada el 31 de diciembre, últimamente se ha optado por representarla en algún fin de
semana de enero. La danza recorre las calles del pueblo por la noche enarbolando antorchas y acompañada
de una banda de viento o de jaraneros.
Una variante de esta comparsa sale los últimos días del año en varios pueblos de los municipios de San Juan
Evangelista, Hueyapan de Ocampo, Juan Rodríguez Clara y Acayucan. Un grupo de danzantes disfrazados
de mujeres, animales o monstruos salen a pedir aguinaldo bailando de casa en casa o en los cruceros de
las carreteras. Estas comparsas incluyen necesariamente a un oso, que suele simular su pelambre con ixtle
deshilachado o con paxtle, aunque en los tiempos recientes usan un traje de peluche. También se incluye a
la muerte, al diablo, al vaquero, al torito y al muñeco. En algunos lugares se les conoce como La mojiganga
y puede reunir hasta 30 elementos. Puede haber más de una mojiganga por pueblo. En sentido estricto, esta
es la misma danza de los viejos o lakakgolo que se baila en Navidad en el pueblo de Coxquihui, al norte del
estado. En ella el oso representa al viejo o dueño del monte que llevó a los animales a danzar cuando supo
que había nacido Jesucristo.
Para Antonio Salazar Páez, cronista estatal, la tradición del año viejo, tal y como la conocemos hoy, inició en
1875 en el puerto de Veracruz y fue tomada de los aguinaldos de Cuba con carácter de protesta social. Según
su versión, fue iniciada por un grupo de estibadores y mulatos dirigidos por M. A. Brovil, quienes recorrían
los patios golpeando latas y cencerros, pidiendo aguinaldo a sus patrones. Quienes acompañaban al viejo
recibían botellas de licor, alimentos o ropa vieja (sobre todo chalecos y bombines) que lucían en las fiestas
organizadas en los patios de vecindad del puerto; rara vez recibían dinero.
Un grupo de danzantes disfrazados de mujeres, animales o monstruos salen a pedir aguinaldo bailando de casa en casa o en los cruceros de las carreteras
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| Sur de Veracruz |
Resulta interesante que en las culturas mesoamericanas también se celebrara el fin de año quemando la
estatua de un viejo, en este caso la del dios del fuego, Xiuhtecutli, a quien estaba dedicada la última fiesta
anual. Xiuhtecutli significa literalmente señor del año, y es una de las advocaciones de Huehueteotl, el dios
viejo del fuego, que era representado como un anciano con un gran brasero sobre la cabeza. Según las cró-
nicas de fray Bernardino de Sahagún, la escultura se hacía de varas, mantas, plumas y papel, y se le ponía la
máscara de un viejo. Y frente a ella, en una hoguera, a la media noche del último día del año, se quemaban
pequeñas presas de cacería que cobraban los niños.
Entre los popolucas de la Sierra de Soteapan el fin de año se celebraba a la medianoche del 31 de diciembre
llevando a bañar al río sus figurillas o esculturas arqueológicas que guardaban como amuletos, esto con el fin
de aumentar su poder y garantizar un mejor año nuevo. Con respecto al año viejo, su muerte era conmemo-
rada hasta hace algunos años, igual que la muerte de una persona, haciendo una “velada” la noche del 19 de
enero para amanecer el 20. Esta ceremonia, poco conocida, solía realizarse en la casa de los curanderos u
hombres rayo y era muy parecida a la que se lleva a cabo a los 20 días de que fallece una persona, cuando
se presenta la Danza del Muerto.
Las ceremonias celtas de fin de verano celebradas el 1 de noviembre,
que son el antecedente del actual Halloween, contienen elementos muy
parecidos a nuestra celebración de fin de año. Para los celtas el año
nuevo comenzaba precisamente en noviembre, y se consideraba que
esta circunstancia era aprovechada por los espíritus para regresar a la
tierra. Asociadas a la fiesta celta de fin de año estaban las hogueras
que encendían el último día de otoño, en torno a las cuales se reunían
las familias y los muñecos hechos con ropa vieja, rellenos de paja y con
la cabeza formada por una calabaza hueca dentro de la cual encendían
una vela. Estos grandes muñecos, llamados Juan de la Linterna, se
ponían en la entrada de las casas y se esperaba que espantaran a los
malos espíritus que merodearan. En esta costumbre celta se conjugan
varios elementos presentes en nuestra quema del viejo: el término del
año, los grandes muñecos hechos de ropas viejas y rellenos de paja, y
las hogueras, pero no tenemos ninguna certeza de su asociación con
nuestra “quema del viejo”.
En algunos países de Sudamérica se hacen unos muñecos gigantes,
parecidos a nuestras mojigangas, representando al año viejo, pero con
los rasgos de personajes famosos, mismos que son quemados el último
día del año.
Cualquiera que sea su origen, lo cierto es que el 31 de diciembre las
familias se reúnen para cenar, mientras los niños rellenan al viejo de
cohetes. En los últimos años se ha vuelto común que las familias sa-
quen a pasear sus viejos sobre el cofre de los autos, en caravana, por el
centro de los pueblos y ciudades, como sucede en Acayucan. Minutos
antes de la media noche el año viejo es quemado entre el estruendo
de los cohetes que estallan y el bullicio de chicos y grandes, mientras
se quema toda clase de fuegos pirotécnicos. Reducidos a cenizas tanto
el viejo como su herencia, sólo queda brindar porque el nuevo año sea
próspero y venturoso, y dar un abrazo de bienaventuranza a los seres
queridos presentes.
En esta costumbre celta se conjugan varios elementos presentes en nuestra quema del viejo: el término del año, los grandes muñecos hechos de ropas viejas y rellenos de paja, y las hogueras, pero no tenemos ninguna certeza de su asociación con nuestra “quema del viejo”
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información
Destino: Alvarado, Tlacotalpan, Lerdo de Tejada, Ángel R. Cabada, Santiago
Tuxtla
Ubicación: Cuenca del Papaloapan, los Tuxtlas y el sur de Veracruz
Clima: cálido-regular con una temperatura promedio de 26.1° C
Aeropuerto: Heriberto Jara del puerto de Veracruz
Central camionera: Veracruz puerto, Alvarado, Tlacotalpan, Santiago Tuxtla
y Acayucan
Referencia: Recorrido de Acayucan a Catemaco (los Tuxtlas) por la vía libre,
a la altura de la comunidad de los mangos, permitiendo ver en los últimos
días del año a los grupos de viejos, con sus distintos personajes, a orilla de
carretera
Estas comparsas incluyen necesariamente a un oso, que suele simular su pelambre con ixtle deshilachado o con paxtle, aunque en los
tiempos recientes usan un traje de peluche, e incluso han cambiado al oso por un hombre lobo
| Veracruz · Fiesta Viva |
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E n los últimos días de diciembre en Oteapan se realiza
el Tradicional concurso del pobre viejo. Desde 1984 el
evento congrega a una multitud de habitantes de Oteapan y la región.
Se procura que el acto se lleve a cabo el último fin de semana del año,
especialmente el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes.
Durante los meses previos decenas de jóvenes se preparan para par-
ticipar. Hay comparsas de niños y adultos. Según el número de partici-
del Pobre viejo · OTEAPAN
Tradicional concurso
pantes, el evento puede durar entre 2 y 6 horas. Se necesita de un gran
escenario para las comparsas y un espacio amplio para el público, pues
el concurso llega a reunir hasta tres mil asistentes. Antes del evento
las comparsas hacen un desfile carnavalesco por las calles del pueblo
con todos sus personajes y escenarios, en medio del relajo y gritería
de la gente.
Investigación: Alfredo Delgado | Fotografía: Salvador Flores | Diseño editorial: Alberto Hernández
La “bailarinas” que acompañan a las comparsas participantes esperan pacientes su turno para concursar
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| Oteapan |
Cada grupo concursante debe tomar un nombre para su viejo, el cual
puede ser el de un personaje famoso o de un político local a quien se
quiera ridiculizar. La imagen del viejo se hace de papel maché y se
complementa con escenografía acorde al tema. Uno por uno los grupos
participantes van subiendo al escenario. La primera parte consiste en
representar una parodia. Necesariamente debe contar con un guión
teatral basado en un hecho real o ficticio sucedido durante el año que
termina, el cual puede ser ajustado a personajes de la cultura pop. Las
situaciones se exageran y nutren de chismes y críticas, tanto de la si-
tuación social municipal y regional como nacional. Normalmente todos
los participantes van disfrazados y llevan máscaras, usando vestuarios
extravagantes. Después de la parodia la segunda parte es un baile con
melodías de moda y se toca la conga del viejo acompañada de can-
tos en cuartetas octosílabas que con sentido crítico retoman la sátira
representada. Estos bailes son amenizados por “sensuales” bailarinas
vestidas en paños menores, como odaliscas, angelitas u otros disfra-
ces, pero que en realidad son hombres trasvestidos.
La música que acompaña a las comparsas debe ser en vivo y sólo se admiten pistas para los efectos especiales. Los músicos deben ir de
acuerdo a la categoría en que concursen: las comparsas de niños llevan músicos niños y los jóvenes y adultos con músicos de esas edades. La
instrumentación empleada es lo de menos: pueden ser teclados, baterías, instrumentos de viento, marimba, jaranas u otros
Cada participación de las comparsas debe incluir necesariamente un baile y cantos de la conga del viejo adaptados al tema presentado
La “viuda” llora la muerte del viejo, mientras se frota el vientre por el hijo que viene en camino, el año nuevo
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| Veracruz · Fiesta Viva |
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| Oteapan |
información
Destino: Alvarado, Tlacotalpan, Lerdo de Tejada, Ángel R. Cabada, Santiago
Tuxtla
Ubicación: Cuenca del Papaloapan, los Tuxtlas y el sur de Veracruz
Clima: cálido-regular con una temperatura promedio de 26.1° C
Aeropuerto: Heriberto Jara del puerto de Veracruz
Central camionera: Veracruz puerto, Alvarado, Tlacotalpan, Santiago Tuxtla
y Acayucan
Referencia: Recorrido de Acayucan a Catemaco (los Tuxtlas) por la vía libre,
a la altura de la comunidad de los mangos, permitiendo ver en los últimos
días del año a los grupos de viejos, con sus distintos personajes, a orilla de
carretera
| Guía de Festividades |
La gente aprueba o desaprueba las críticas con aplausos, baila, festeja ocurrencias y chistes, reclama y se involucra en la trama representada. Los elogios a personajes o
partidos políticos no existen. Es un desahogo y un desquite popular festivo. Al final se premian las comparsas que elige el jurado y se celebra un monumental baile en el centro
del pueblo. En los días siguientes las comparsas pasean a sus viejos por las calles y los queman a las doce de la noche del 31 de diciembre
Las comparsas toman personajes de la cultura pop para criticar a personas reales. Con el fin de que sean identificados por el público llevan un cartelón sobre el pecho con sus nombres o apodos
| Veracruz · Fiesta Viva |
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E l municipio de Los Reyes, conjuntamente con otros 13 municipios, integra la denominada Sierra
de Zongolica, donde en perfecto nudo montañoso colindan los estados de Puebla, Oaxaca y
Veracruz. La porción correspondiente al territorio veracruzano es una gran extensión serrana ocupada mayo-
ritariamente por población nahua, que física y culturalmente conforman una región de refugio. Zona de altos
contrastes físicos y económicos, data su historia de tiempos inmemoriales.
Estos 14 municipios formaron en la época colonial el Partido de Zongolica, integrado por las provincias
de Tequila y Zongolica, las que comprendían pueblos sujetos llamados estancias. De la Independencia al
Porfiriato constituyeron el Cantón de Zongolica. Posteriormente fueron conformándose en municipios libres.
Como en todos los municipios de la Sierra de Zongolica, su toponimia común aglutina elementos prehispáni-
· LOS REYES
de los Reyes MagosMayordomía
Tigrillo, Negrito y Correo, personajes de la danza de Negritos
Investigación: Lorena Acosta | Fotografía: Cristóbal Trejo | Diseño editorial: Alberto Hernández
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| Los Reyes |
cos y católicos. La insistencia en utilizar la etnodenominación reafirma el sentido de pertenencia a Coscatlán,
nombre de la sede principal de una de las provincias del imperio tolteca, localizada en el Valle de Tehuacán,
Puebla. Se cree que este Coscatlán recibió el nombre en honor a Xelhuan, probablemente de donde provenía
alguno de los jefes guerreros que los condujo hasta estos territorios.
Retomando la interpretación de “lugar de collares de piedras preciosas, joyas, lugar de riquezas”, este atri-
buto le permite el sincretismo con los Reyes Magos, a quienes la tradición judío cristiana describe como
portadores de riquezas. Probablemente en este hecho se base el nexo.
Las fuentes históricas mencionan a Reyes Cozcatlán a partir de 1713 como parcialidad de Zongolica. En
1806 ya aparece como república de indios con un alcalde y un regidor. Fue en 1824 cuando adquirió su
municipalidad como Coscatlán de los Reyes, reduciendo su nombre en 1827 a Los Reyes.
Toda esta tradición histórica y cultural ha ido conformando la identidad actual del pueblo, dando forma a una
abigarrada estructura social y religiosa que no sólo se basa en su pasado mesoamericano, sino en su fusión
con la religión católica y su actual interpretación, conjugado todo ello en un sincretismo religioso que pudiera
resultar difícil de comprender si no se tienen todos los elementos informativos que le dan sustento y vigencia.
La estructura religiosa está compuesta por relaciones de orden ascendente, que inicia con cargos como el de
topil (ayudante) de iglesia, hasta llegar al de mayordomo de las principales imágenes religiosas. Este proceso
implica una serie de compromisos y obligaciones políticas, sociales y económicas que otorgan prestigio y
poder, donde la distinción entre cargo político y cargo religioso no tiene peso, ya que constituyen una misma
unidad, valiéndole una cualidad preternatural que se adquiere lentamente a través de la vida mediante el
servicio a la comunidad. Quien alcanza la dignidad principal llega a sustentarla, aun después de haber acu-
mulado en su persona la condición de sacro y la aptitud en ella inherente para señorear. Sólo los que han
ocupado todos estos cargos tienen tal prestigio.
Aquí se celebran 35 mayordomías, que son cofradías encargadas de venerar a cada una de las imágenes
que representan. Se facultan de la continuidad de creencias, ritos y ceremonias tradicionales vestidas con
indumentaria cristiana, donde se aferra la organización sacerdotal indígena y se mezclan procesiones, can-
tos, rezos y otras formas de culto. La mayordomía principal es la dedicada a los santos patronos: Los Reyes
Magos, del 5 al 12 de enero; le siguen en el santoral católico: San Antonio Abad, Santo Entierro, la Virgen
de la Candelaria, San José, San Ramos, la Virgen de la Soledad, Domingo de Ramos, Sábado de Gloria, San
Marcos, Santa Cruz, San Isidro labrador, Señor del Recuerdo, Espíritu Santo, Corpus Christi, Sagrado Corazón
de Jesús, San Antonio de Padua, San Juan Bautista, San Pedro y San Pablo, Señor del Calvario, Virgen del
Carmen, Santa María Magdalena, Padre Jesús, Virgen de la Asunción, Virgen de la Natividad, Virgen del
Rosario, San Lucas, San Andrés, Virgen de la Concepción, Todos los Santos, Virgen de Juquila, Virgen de
Guadalupe, Nacimiento del Niño Dios, Año Viejo y Año Nuevo.
Procesión de los Reyes Magos con mayordomos y su comitiva
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Cada una de estas celebraciones queda en manos del pueblo; la iniciativa la llevan los mayordomos y sus
comitivas. Su magnitud está en función de la importancia de las imágenes. Así, la de los Santos Patronos
representa un coste más alto y proporciona mayor renombre.
El pueblo comprende la cabecera y sus congregaciones, mientras que el mayordomo puede ser de aquí o de
alguna comunidad, siempre y cuando haya escalado los peldaños de otros cargos, así como desempeñado
puestos en el gobierno comunal, civiles o religiosos, y haber servido a la comunidad mediante su participa-
ción en otros cargos y/o mayordomías menores. Los cargos tradicionales en la mayordomía son duales y a
cada funcionario le corresponde su contraparte femenina. La conformación de la comitiva inicia un año antes
de la celebración, aunque la denominación del mayordomo se da unos 10 años antes.
Los preparativos de la celebración inician un año antes, cuando se recibe la encomienda del mayordomo
saliente, en importante banquete con comida ceremonial, bebidas y santos sones. Por existir la petición con
antelación, el nuevo mayordomo asiste ya en compañía de quienes le apoyarán. Para ello debió realizar una
serie de acciones de invitación a sus colaboradores, visitándoles en sus domicilios con obsequios especiales
para la ocasión. En este momento ya acuden en conjunto e inician las funciones previas. Pasados 8 días
asistirán nuevamente a casa del mayordomo, donde les entregarán la parafernalia de los Santos Reyes en
importantísima ceremonia presidida por el xochitlale, sacerdote indígena que conduce el ritual.
Están congregados todos los integrantes de la mayordomía saliente, con sus esposas, las autoridades civiles
y religiosas, el nuevo grupo mayordómico, sus consortes, su xochitlale, músicos que interpretan sones cere-
moniales, familiares y amigos de ambas comitivas, así como los integrantes de las otras 34 mayordomías.
En conjunto dan carácter festivo y solemne a la ceremonia de cambio de mayordomos. Sirven guisados
especiales a base de carnes de pollo, cerdo, borrego o res, que se van intercalando con café, aguardiente
y cervezas. Todo sucede en el Santohkale, casa de los santos, donde frente al altar principal sellan el com-
promiso, teniendo como testigos a las 35 imágenes religiosas que han sido trasladadas a la morada de los
Reyes Magos y recibidas con total solemnidad, como verdaderos huéspedes distinguidos. Para ello les dieron
la bienvenida con inciensos y collares de flores, y cual joyas preciosas les fueron colocadas a cada una. Trato
semejante recibieron los miembros de las comitivas.
La casa se encuentra ricamente adornada con un arco floral a base de cucharilla, así como con gran cantidad
de adorno sequial, que hábilmente fue cortado en lienzos de papel de oropel, empleando iconografías católi-
cas en contraste con elementos de la fauna y la flora local, dispuestos sobre el enorme altar de tal forma que
semejan retablos ricamente ataviados de color y formas. Cruzando la estancia, inmediatamente del techo co-
locaron pequeños lienzos de papel picado semejando constelaciones, aves, ángeles, entre otros diseños que
enmarcan el espacio en armoniosas líneas multicolores que ondean incesantes. Con ese escenario concluye
una mayordomía e inicia otra, con una serie de ritos de recibimiento, de entrega, de saludo, todo en náhuatl
reverencial, con total respeto y solemnidad.
Danza de Concheros, ofreciendo su ritual a los Reyes Magos
Danza de Santiagos y Concheros
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A partir de que se recibió la mayordomía, la comitiva se organiza para
preparar la fiesta que les corresponde. Cada integrante buscará a sus
colaboradores, les hará la invitación de acuerdo a las normas estableci-
das siguiendo las reglas de etiqueta propias del pueblo. Se irán prepa-
rando para conseguir la música, las danzas, los cohetes y el castillo, así
como arcos florales, animales para las comidas, recaudos y condimen-
tos, maíz, bebidas, leña, enseres y utensilios de cocina, adornos para
la iglesia, ceras y una interminable lista de provisiones que harán de la
celebración todo un derroche de esfuerzos y recursos para honrar a los
Reyes Magos. Mientras más se invierta en la fiesta, mayores serán los
dones que se recibirán; mayor será a su vez el prestigio del mayordo-
mo, su esposa, su comitiva y sus parentelas.
La fiesta en sí inicia un día antes, en la víspera. Los cohetes suenan al
alba, al medio día, en la tarde y en la noche. En la casa del mayordo-
mo hay un intenso movimiento de mujeres y hombres que reciben las
indicaciones de cada xochitale. De las veredas llegan cargando fardos
de leña, maíz, chile o aves de corral para ser sacrificadas. Músicos y
cervezas convidan a colaborar. A todos los asistentes se les atiende.
No hay ninguno que no coopere con su trabajo, con sus productos, con
su presencia.
La iglesia, ubicada sobre un pequeño montículo, también presenta gran
ajetreo. La están vistiendo de gala, con el enorme arco floral confeccio-
nado con cucharilla y cempoalxóchitl. Los danzantes van y vienen en
espera de que les den la indicación de iniciar. Los encargados de este
espacio se organizan, dialogan en su lengua materna, siempre en agra-
dable tono. Aquí se apoyan de don Margarito Tequiliquilihua, consejero
civil y religioso conocedor de la costumbre; él permanece en el templo,
dispuesto a cuidar que todo se haga conforme lo indica la tradición.
Así avanzan las horas. Todo está listo para el día grande que comienza
con el alba; le siguen la procesión formada por los mayordomos, sus
mayores, menores, servidores, xochitlale, tekitlahto y ayudantes. Tam-
bién van las autoridades municipales, las diputadas indígenas ante los
Congresos local y federal, quienes son parte de la estructura mayordó-
mica. De los municipios vecinos llega mucha gente, principalmente de
Zongolica, Tequila y Atlahuilco; también hay gente de Orizaba.
Las bandas de viento, los danzantes y todo el pueblo acompañan a los
Santos Patronos, que majestuosos portan sus xochikoscamej, collares
de flores, tal como lo hicieron los pobladores originales de estas tierras.
Guía el cortejo un sacristán que sahúma el ambiente con nubes blan-
cas de copal, mientras otro hace sonar una campanilla anunciando la
marcha. Prácticamente todo el pueblo se integró y acompañan a los
Reyes Magos.
Las condiciones climáticas de la región y la temporada no se hacen
esperar. La densa neblina parece ganarle luz a la tarde. Empieza a os-
curecer. La lluvia finamente cae sobre los que marchan, que arropados
en mangas de lana (jorongos confeccionados en telar de cintura), rebo-
zos o chales, parecen no inmutarse por las inclemencias del tiempo. La
llegada a la iglesia se anuncia con cohetes y platillos metálicos que las
bandas de viento percuten. La cantidad de feligreses rebasa la capaci-
dad del atrio de la iglesia; pareciera que los acantilados que le rodean
se han estrechado. Las imágenes han ingresado: los tres Reyes Magos
están en sus aposentos, dando así comienzo la celebración litúrgica.
Terminada la misa, los cofrades y convidados hacen una colecta de
dinero para sufragar los gastos de la iglesia.
Las danzas de tokotines, concheros, negritos y santiagos llenan de co-
lorido la noche. Al compás de violines, guitarras, flautas, tambores o
teponaztles, los danzantes desarrollan sus coreografías, donde diestra-
mente manejan los machetes, portan las llamativas plumas, las más-
caras felinas, las enormes coronas brillosas o los pesados cascabeles
de bronce que llevan en sus piernas. Sus movimientos parecen ligeros,
aunque resulta un gran esfuerzo bailar, portar trajes, máscaras y ador-
nos tan pesados. Según sus propias palabras, “danzar implica un sa-
crificio; es una manda que se hace para recibir beneficios divinos”. La
fiesta sigue, hay baile, quema de castillo y toritos. Se vive un ambiente
propio de una celebración de este tipo.
El banquete en casa del mayordomo también refleja la estratificación
social: a cada cual se le sirve de acuerdo a su jerarquía, sea ésta po-
lítica, civil o religiosa. Aunque a todos se les atiende como es debido.
Pilatos de la danza de Santiagos
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Circula la comida, la bebida, la música y el baile. Así reciben el siguiente
día. Ocho días más se prolongará la mayordomía. La octava será la fase
con la que se cierre este ciclo y se inicie el siguiente. Suceden una serie
de eventos que en conjunto se integran a todo el proceso. Para este
día asiste el obispo y realiza el sacramento de la confirmación. Para ello
se hacen ritos específicos como el de xochikoscatl o de los collares,
que representa el respeto por el compromiso que se adquiere. Éste se
celebra en la iglesia, previo a la misa. Los que fungirán como padrinos
llegan portando collares y coronas de flores, dispuestos en canastas
especiales o acomodados sobre pequeñas varas, evitando que se mal-
traten; también integran xochimanale, pequeños ramilletes de flores
y hojas, y llevan xochipotonale, una especie de flores desmenuzadas.
Unas religiosas asisten respaldando lo que ahí ocurre. Los sacerdotes
indígenas inician el proceso, mientras los músicos ejecutan sones ce-
remoniales. Los asistentes son tantos que sólo los ahijados y padrinos
alcanzan a ingresar al templo. Impacientes, los demás familiares espe-
ran en el atrio, mientras transcurren las horas. De las 9 de la mañana a
las 12 de la tarde todos permanecen atentos; los danzantes aguardan
la llegada del obispo, que pasado el medio día arriba, saluda y bendice
a todos. Al ingresar al templo, donde oficia la solemne misa, el obispo
recuerda pasajes bíblicos donde se mencionan a los Reyes Magos; a
continuación realizará el rito de la confirmación a los cientos de niños,
jóvenes y adultos que se prepararon para recibir el sacramento.
Concluida la ceremonia religiosa se dirigen a la casa parroquial, donde
ofrecen un banquete para las autoridades eclesiásticas, acompañadas
de las autoridades civiles; allí los servidores dan viandas con comida
y café, en tanto los danzantes ofrecen sus coreografías, destacando,
por lo llamativo de sus atuendos, la danza de los santiagos, que desde
Coscomatpec se han trasladado a la Sierra de Zongolica.
Danza de Negritos Danza de Tokotines 326
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Muchos escenarios se dan simultáneamente: en casa del mayordo-
mo saliente, en la del próximo, en la casa parroquial y en casa de los
padres de los confirmados, donde se desarrolla una ceremonia muy
especial: el tlamatekilistli o lavamanos, que simboliza el respeto por
el compadrazgo que se ha adquirido. Este rito inicia inmediatamente
que concluye la misa. La comitiva de padrinos, padres y demás pa-
rientes se enfilan al domicilio del ahijado; allí son recibidos por los ca-
seros, su xochitale y toda la parentela. El sacerdote indígena indica el
procedimiento, sahúma a cada uno de los recién llegados con copal,
coloca vistosos collares de flor de cempolaxóchitl, y hace oraciones y
rezos en náhuatl. Concluido este recibimiento los invitados ingresan a
la casa donde está dispuesto el altar. En toda la habitación hay tiras de
papel picado que de pared a pared adornan el techo. Gran cantidad
de alcatraces y lilis reposan conjuntamente con veladoras, creando un
conjunto de gran ritualidad.
Una vez dentro, la ceremonia continúa lentamente. Cada miembro de
la familia saluda, abraza y recibe a los padrinos y su comitiva. Los
padrinos entregan al ahijado pidiendo perdón por si no han sabido con-
ducirse adecuadamente, o por si faltaron a algunas de las reglas; los
padres aceptan las disculpas y agradecen la distinción. Todo esto lo
dicen en su lengua materna, muy reverencialmente. Así, los padrinos
reciben de su xochitlale las ofrendas, consistentes en ejemplares de la
biblia, velas y rosarios, que besan y depositan en el altar. En algún mo-
mento aparece una mujer con una humeante olla con una infusión de
hojas de naranjo; otra mujer trae unas jícaras, toallas, jabones de baño
y pañuelos. Todo es nuevo y viene en pares. A los padrinos se les sienta
en unas pequeñas sillas, casi a ras del suelo, siguiendo las indicaciones
del sacerdote indígena. Cada uno de los padres lava las manos a los
compadres, primero con las calientes y aromáticas hojas de naranjo, y
después con el jabón; luego las secan cuidadosamente con la pequeña
toalla, vacían el agua utilizada y envuelven cuidadosamente el jabón
con el pañuelo. Todo se guarda en las jícaras y se les entregan a los
padrinos como símbolo del compadrazgo.
El xochitlale de los padrinos, entre tanto, ha decorado una gran mesa
con 4 floreros, 4 velas colocadas en botellas, y 2 botellas de vino ador-
nadas con pequeños collares de flores; asimismo, ha regado sobre el
mantel gran cantidad de pétalos de flores, xochipotonale, y ha sacado
de una canasta nueva varios collares y coronas de flores, que colocó
sobre la mesa, conjuntamente con los xochimanale, pequeños ramille-
tes de flores rodeados de 4 hojas de naranjo. Ambos sacerdotes inter-
cambian palabras en su lengua materna y el oficiante de los caseros
saca de su morral una jícara decorada, 2 paliacates nuevos y unos
rosarios coloridos. Inician otra fase de la ceremonia, rezan, sahúman y
parsimoniosamente van colocando los otros collares. Al padrino le colocan los paliacates terciados sobre los
hombros; a la madrina le ponen la jícara sobre la cabeza y coronan a ambos con más flores. A ambos les
entregan los ramilletes de flores y los rosarios y les avientas pétalos.
Los caseros nuevamente pasan a saludarlos, se abrazan, intercambian frases, les invitan a sentarse en esta
florida mesa. Entre tanto, hacen su aparición unos músicos con sus instrumentos de cuerda, que inician algu-
nos sones ceremoniales como el Xochikoskatl (collares de flores), kafenxochitl (flor de café), masatl (venado),
xochipotonale (flor desmenuzada), o tlahkotigoni tlahkonigoni (la mitad me tomo, la mitad te tomas). Empiezan
un baile ritual, donde cada uno de los caseros baila con la canasta donde han colocado las bebidas. Así van
pasando todos los familiares del confirmado, hasta que concluyen el ritual.
Para ello transcurrieron unas 3 horas más. La noche parece avecinarse. La lluvia ha estado presente durante
todo el día y el frío se intensifica. Sirven café caliente, cervezas y variados platillos a base de carnes. Desde
la cocina se escucha el palmear de las tortillas y el ruido de los platos y pocillos que traen en canastas nue-
vas; se colocan en la mesa y empiezan a comer y a beber. Bailan ahora otros sones, más festivos, menos
sacros. El efecto de las bebidas los pone alegres, ríen, departen, convidan a todos a comer y a festejar su
compadrazgo.
En muchas casas se repite esta ceremonia. Pronto todo el pueblo está de fiesta nuevamente; las danzas van
y viene de casa del mayordomo a casa de los padrinos, y los músicos hacen semejante recorrido. Hay un in-
cesante ir y venir. Así reciben el siguiente día y con ello finalizan la octava, con lo que cierran la fiesta patronal
y se preparan para la siguiente mayordomía, el 17 de enero, día de San Antonio Abad. De esta manera se
sucederán las demás celebraciones, donde el elemento indispensable serán los collares.
Arco floral en casa de un integrante de la mayordomía
Danza de Negritos en procesión
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El Niño Tigrillo(Danza de Negritos)
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El Cohetero
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información
Destino: Los Reyes
Ubicación: Sierra de Zongolica
Altitud: 1,640 metros sobre el nivel del mar
Coordenadas: 18° 40” latitud norte y 97° 02” longitud oeste
Clima: frío-húmedo con una temperatura por medio de 17° C
Aeropuerto: Heriberto Jara del puerto de Veracruz y Aeródromo de la Luz,
Córdoba, Ver.
Central camionera: Orizaba, Ver.
Procesión de la mayordomía de los Reyes Magos
Istmeñas de Coatzacoalcos
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