Post on 14-Jun-2020
Invierno 2008Programa de YucatánProyecto Final
Las abejas nativas sin aguijón
Y la conservación en Yucatán
Introducción:
Yucatán tiene una historia larga de la apicultura con sus abejas nativas sin
aguijón. Los mayas antiguos desarrollaron métodos de sacar las abejas de sus hogares
en los troncos de ciertos árboles y cuidarlas en troncos huecos para que pudieran
cosechar la miel y otros productos de la colmena. Ellos pasaban esta tradición a las
próximas generaciones por siglos pero recientemente la situación empezó a cambiar.
Llegaron abejas extranjeras europeas y, después, africanizadas que sí pican. Estas
abejas producen mucho más miel que las abejas indígenas y los apicultores empezaron a
criarlas. El negocio de la miel yucateca ha crecido mucho pero las abejas extranjeras,
especialmente las africanizadas, han invadido también. Ahora el tipo de abeja indígena
mas valorada, la melipona, se encuentra en peligro de extinción.
Investigué la apicultura de abejas nativas a través de recursos escritos, platicas
con personas que tienen una conexión con la apicultura y mis propias experiencias.
Quería aprender sobre la tradición— ¿cuál es su papel, cómo se cuida las abejas, cómo
se usa la miel?—y también sobre las amenazas a la meliponicultura— ¿por qué se queda
poca gente con abejas nativas, cuáles son las amenazas principales, qué hacen para
promover la meliponicultura? Pero no quería investigar la apicultura en una manera
aislada. Por eso desarrollé la meta de estudiar la apicultura de abejas nativas sin aguijón
en el contexto de la conservación y la sostentabilidad. Investigué cual es el lugar de la
conservación de las abejas nativas en la sostentabilidad y para las personas y los grupos
que trabajan por esta causa. Traté de investigar donde le tema especifica de la
apicultura conoce temas más grandes de la sostentabilidad.
Situación:
Pasé seis días en el pueblo de Yaxunah, Yucatán, cerca de Chichen Itzá, para
hablar con y entrevistar la gente allí sobre la apicultura. Fui a Yaxunah con el resto del
grupo del programa de Yucatán del Colegio del Atlántico (COA) y viví con una familia
durante mi estancia. Quería usar esta experiencia para aprender el papel de las abejas y
la miel en las vidas de la gente de un pueblo. Conduje cuatro entrevistas en Yaxunah en
adición a hablar informalmente con otra gente y observar el papel de las abejas y la
miel.
Yo trabajé en la granja Ya’ax K’iin por un poco más de dos semanas. Viví en la
granja con la granjera Paloma May Gómez y sus padres Doña Ana y Don José quienes
trabajan en la granja también. La granja Ya’ax K’iin está ubicada en el pueblo de
Yobaín, Yucatán, al noreste de Mérida y aproximadamente quince kilómetros del Golfo
de México. La granja es cuatro hectáreas de terreno al alrededor del pueblo y tiene
cinco años de edad. Es parte de la Red de Intercambio Justo Tojil Yambil. Esta red está
hecho de varias granjas, otros grupos y la escuela de agricultura ecológica U Yits Ka’an
en Maní, Yucatán. Durante estas semanas trabajé en la granja, ayudando a la familia
cuidar los animales y la hortaliza y haciendo otras tares necesarias. Adicionalmente usé
el tiempo para hablar con la familia y aprender sus creencias y manera de vida y el
papel de la apicultura en la granja y en sus vidas.
Visité la escuela U Yits Ka’an en el sur del estado con Paloma. Ella estudió en
la escuela por un año antes de empezar su granja. Pasé una noche en la escuela durante
una reunión de los miembros de la red. En este tiempo hablé con Paloma y otras
personas de la red y la escuela para aprender como funciona y cual es la situación con
sus abejas. Hice una entrevista formal y busqué información escrito sobre la apicultura
también.
Métodos:
Empleé varios métodos de recoger información durante mis estancias en los
pueblos. Al principio observé y escuche lo que pasó en el paisaje. Esto incluyó ver el
terreno, el nivel de desarrollo, la relación con el dinero, las personas y la flora y fauna.
También escuché como hablaba la gente sobre ciertos tópicos incluso la naturaleza, la
política y la religión.
Recogí información en maneras más activas también. Hice varias entrevistas en
Yaxunah y una en Maní, hablando específicamente sobre la apicultura. Para preparar
para estas entrevistas escribía listas de preguntas. Unas de las preguntas hacía en cada
entrevista, otras cambiaron cuando pensé en nuevas cosas y omití preguntas que no
funcionaron. Pero cuando hablaba con la gente no usaba mi cuaderno para ver ni
escribir porque quería que las entrevistas pasaran lo más natural posible. Después de
cada entrevista escribía todo lo que podía recordar de la conversación. Por esto las
entrevistas a veces iban en una dirección inesperada, pero trataba de dejar que la gente
hablara sobre lo que era importante para ella. Un desafío más grave de no escribir
durante las entrevistas fue que a veces no podía recordar nombres, especialmente
nombres de plantas en maya. Tenía que investigar o preguntar alguien que conociera
las plantas. A pesar de que solía salir de una entrevista y pensar en más preguntas,
aprendí mucho por ellas. Las entrevistas y el proyecto que hice sobre Yaxunah me
ayudaron a formar más preguntas para mi estancia en Yobaín y mi visita a Maní.
Aunque era visitante en Yaxunah y Maní, quería participar en la granja Ya’ax
K’iin lo más posible. Viví en la granja con Paloma y su familia y traté de participar en
todo lo que podía. Busqué y deshojé plantas, di comida a las aves, ayudé a cuidar a los
carneros y chivos, incluso dar leche a los carneritos cuyas madres no los cuidaban bien,
di comida a los peces, desyerbé y sembré y ayudé a cocinar entre otras cosas. Además
de participar en la granja usé este tiempo para hablar con la familia, aprender como
funciona una granja orgánica y observar y aprender información para mi proyecto.
Aunque las abejas no requerían mucho tiempo en la granja, el trabajo me mostró el
contexto en que ellas viven. Mucha gente con abejas hace otros trabajos
adicionalmente. Es importante saber que por lo menos esta familia está muy ocupada.
En la granja no conduje entrevistas formales sino tenía conversaciones y hacía
preguntas sobre la apicultura, la región y el trabajo. Prefería tener buenas relaciones
con la familia que crear otro nivel de formalidad. Podía hacer preguntas cuando
pensaba en ellas y la familia contestaba amablemente.
Aumenté mis investigaciones por buscar información en el Internet y en libros
para aprender antecedentes e historia. Leyendo manuales de la apicultura me dio otra
perspectiva, la del científico que promueve el uso de nuevas tecnologías para la
meliponicultura. También me ayudó a entender lo que aprendí en mis entrevistas y ver
las diferentes maneras de criar y pensar en las abejas.
Usar información de todas estas fuentes me permitió usar triangulación para
tratar de averiguar la verdad. Esta técnica era especialmente útil cuando estaba tratando
de averiguar información acerca de la división de colmenas y las creencias y
tradiciones. La habilidad de hacer divisiones, hacer nuevas colmenas de las abejas que
uno ya tiene, da un buen ejemplo del uso de la triangulación. En Yaxunah varias
personas me habían dicho que no sabían dividir los jobones de meliponas, entonces
cuando llegué a Yobaín pregunté a Paloma sobre el tema. Ella me dijo que mucha gente
no lo hace porque el interior del jobon es sagrado para ella. Pero esto no me pareció
bien porque los mayas tienen una tradición de apicultura y dudaba que fueran al monte
cada vez que necesitaban un nuevo jobon. Seguía con mis investigaciones y leí un
manual de la meliponicultura. Este manual dijo que los mayas prehispánicos
desarrollaron el primer método de dividir los jobones, pero el anual también describió
nuevas maneras de hacer divisiones. Después de leer el manual y hablar un poco más
con Paloma podía triangular lo que creo que el la situación. Creo que la falta de
conocimiento sí es un problema en muchos lugares incluso Yaxunah. Hay maneras
tradicionales de dividir las colmenas y maneras nuevas y parece que mucha gente no
acepta las nuevas tecnologías porque no son parte de la tradición. Así, usando
triangulación, podía averiguar la situación.
Ejemplos de preguntas de mis entrevistas:
Durante la investigación mis preguntas cambiaron porque aprendí más. Cada entrevista
y platica era diferente, pero esta lista incluye las preguntas más comunes e importantes.
¿Cuántas colmenas tiene usted?
¿Qué tipo de abejas tiene?
¿Cuánto tiempo hace que las tiene?
¿Cómo las cuida y cosecha y con cuál frecuencia cosecha?
¿Quién usa la miel y para qué la usa?
¿Le gusta ser apicultor?
¿Cuál es el papel cultural de las abejas?
¿Hay rituales que tienen que ver con las abejas y la miel?
¿Necesita llevar protección para cosechar?
¿Son importantes las abejas para polinizar unas plantas; qué plantas?
¿Sólo los hombres crían las abejas?
¿Cuáles son las amenazas a una colmena, a las abejas nativas?
¿Cuál es el papel de la apicultura en una granja?
¿Cuál es el estado de su tipo de abeja, está en peligro?
¿Cree que es importante que la meliponicultura continúe?
¿Hay esfuerzas para promover el uso de abejas nativas?
Mi Historia:
Hay varios aspectos de mi vida que influyen mi punto de vista acerca de cómo
alguien se relaciona con su medio ambiente y sus recursos naturales. Al principio,
vengo de Brookline, un pueblo al lado de la ciudad de Boston donde vive mucha gente
de la clase alta o del parte alto de la clase media. Además, el pueblo es muy liberal y la
gente tiene mucha conciencia sobre las amenazas al medio ambiente. La combinación
de estas cosas resulte en una comunidad que apoya varias ONG y que incluye muchas
activistas. Entonces yo he crecido en un lugar donde es normal que la gente espera que
alguien piense en el medio ambiente cuando hace un trabajo. Claro que cada cosa no
tiene un tema ambiental, pero hay una mentalidad de que es la responsabilidad de todos
cuidar y proteger el planeta. Mis experiencias en COA han esforzado estas creencias.
En ambos Brookline y COA, mucha gente tiene una actitud muy positiva acerca
de los animales, incluso a los animales silvestres. Hasta las serpientes son hermosas.
Pero también hay distancia entre los dos lugares y la naturaleza. En Maine no hay
culebras venenosas y en los dos lugares hay muy pocos ataques de animales. La
naturaleza, y específicamente los animales, no es un gran peligro a la vida cotidiana. Es
una diferencia muy importante entre mi vida en los Estados Unidos y las vidas de la
gente en los pueblos de Yucatán. En la península sí hay culebras venenosas y animales
como jaguares que son capaces de atacar y dañar a personas. Para mi la idea del monte
es bueno y necesario, hasta bello, pero es posible que para un campesino sea un peligro.
Otra cosa que afecta mi punto de vista es que yo crecí con la tecnología y una
vida moderna. Siempre me he gustado cosas de baños hasta televisiones y
computadoras. Para mi el desarrollo no es nuevo. He sido enseñado a cuestionar las
cosas en mi vida. ¿Es necesario tener un teléfono celular? ¿Es bueno que pueda
comprar ropa en Wal-Mart que fue hecha en el otro lado del mundo? Valoro mucho el
conocimiento tradicional especialmente de la tierra y la naturaleza. Entonces en mi
mente puede ser una cosa muy triste que gente no quiera aprender las tradiciones de su
cultura y en vez de eso quieran aprender a usar una computadora. Pero creía que había
una gran posibilidad de encontrar una actitud como ésta mientras estaba haciendo mi
proyecto. Algo que me interesa mucho es ver si hay una manera de modernizar y
mantener tradiciones y conocimientos culturales. Pero entiendo que es un tipo de
privilegia poder rechazar aspectos de la vida moderno y el mundo desarrollado.
Otra cosa que traigo a mi proyecto es la manera en que he aprendido a pensar
sobre el papel de las mujeres. Siempre cuando crecía oía que una mujer podía hacer
cualquier trabajo que podía hacer un hombre. Yo sé que ésta es una opinión muy
diferente de las ideas sobre el género que tiene mucha de la gente aquí. Sería una
situación muy interesante para mí si pudiera trabajar en un apiario, un lugar donde
normalmente parece trabajar hombres. Sería raro poder hacer un trabajo que las
mujeres del pueblo no hacen. También sería difícil no decir mis propias opiniones y no
enojarme. Yo sé que no debo impactar a las comunidades en esta manera, pero es muy
difícil para mí ver lo que parece ser injusticia.
Sabía que mis opiniones hacia la religión probablemente iban a impactar mi
proyecto. Mi familia es judía y crecí en un pueblo con una gran población judía. Pero
la religión no tenía un parte muy grande en mi vida. Aunque mi familia tiene un
conocimiento de su cultura y le gusta ser judía, no es muy religiosa. Mis creencias y
opiniones no vienen de mi religión sino de mi familia, mi educación, y mi comunidad.
No confío mucho en la religión y me hace incómoda cuando gente habla de la religión o
dios como si fueran reales. Y en mi pueblo esto es normal y aceptado. Ésta es una gran
diferencia entre mi vida y las vidas de la mayoría de yucatecos. Ya sé que mucha gente
aquí es católica y cree mucha en la religión, y muchas personas nunca han conocido a
un judío. También complica la situación de mi proyecto las creencias tradicionales
mayas. A pesar de que no confío mucho en la religión creo que es importante que la
gente conserve sus tradiciones. Éste me pone en la situación de querer que la gente
mantenga tradiciones y creencias que me hacen incómoda.
Las abejas indígenas de las Américas:
Existen más de trescientas especies de abejas sin aguijón que viven en las
Américas polinizando las flores (Gonzáles Acereto y Araujo Freitas 2005). Este ensayo
se trata de tres especies específicas, las tres que tenía la oportunidad de conocer. La
abeja más importante en la cultura maya y este ensayo es la melipona (Melipona
beecheii), llamada kulej cab o xunan kab en lengua maya. Son las abejas más grandes
de las tres especies y producen la mayor cantidad de miel. La segunda especie se llama
sac xik, o simplemente xik (Trigona nigra). Como sugiere su nombre científico son
negros y son más pequeños que las meliponas. Es posible criarlas para su miel y polen,
pero no hay una tradición de cultivarlas (Gonzáles Acereto y Araujo Freitas 2005). La
última especie de que se trata este ensayo son las abejas bol (Nanotrigona sp.) Éstas
son las más chicas y no producen suficiente miel para cosechar. Sin embargo tienen el
papel de polinizar plantas en algunos lugares.
La historia de la apicultura en Yucatán:
La miel ha sido un parte de la cultura de Yucatán desde antes de la llegada de los
españoles. Los mayas antiguos la usaban para hacer bebidas y endulzar la comida. No
usaban caña de azúcar, entonces la miel era un parte clave de su alimentación. Ellos
sólo usaban miel de las abejas sin aguijón, especialmente de meliponas, porque todavía
no habían llegado las abejas que pican. Además de usarla para endulzar los mayas
usaban la miel de la melipona para medicina, poniéndola en heridas y usándola en
partos. Las meliponas contribuían a la agricultura maya porque comían de las plantas
de maíz y calabaza (Martínez Novelo 2005).
Según varios recursos escritos y del Internet, quedan pocas colmenas de
meliponas en Yucatán y esto es una pérdida ambos biológico y cultural. Según uno,
será posible que desaparezcan en 2008 (aunque este no parece probable). Pero de todos
modos casi no hay meliponas, y esta frase, “casi no hay,” fue repetido mucho durante
mi investigación. Los artículos dijeron que las meliponas también son importantes
porque polinizan a plantas que las abejas africanizadas no visitan y cuando el número de
meliponas disminuye las plantas sufren. También dijeron que hay poco interés entre los
jóvenes en aprender criar meliponas (Lovgren 2005). ¿Qué edad tenían los apicultores
y cómo aprendieron su arte? ¿Los que tienen meliponas tienen otras especies más
productivas también?
El uso de las meliponas ha disminuido desde la llegada de las abejas no nativas
en el siglo diecinueve (Meléndez Ramírez et al 2006). Abejas extranjeras como las
europeas son más domesticadas y pueden vivir en cajas. Además son más productivos,
entonces mucha gente ha cambiado y ahora cría estas abejas (Criar meliponas, un arte).
Las abejas africanizadas, que llegaron a Yucatán en 1986, son una mezcla de abejas
europeas y abejas africanas y pueden producir muchas veces más miel que las
meliponas (Clarke et al 2001, Lovgren 2005). Aún gente que todavía tiene meliponas
cría abejas extranjeras también para ganar suficiente dinero (Criar meliponas, un arte).
Las meliponas actuales miden de 8mm a 2cm. Son amarillas y negras como
otras especias pero sus alas son más cortas que sus abdómenes. Faltan aguijón entonces
usan otros métodos de defensa incluso químicas cáusticas. También muerden sus
enemigos. Las meliponas viven en toda la Península Yucateca y en las costas este y
oeste de México. Como otras especies, sólo la reina puede depositar huevos. Las crías
crecen en compartimentos de cera. Las obreras cuidan la larva hasta que crezca lo más
posible. En este momento, la obrera cierra el compartimiento. La abeja sigue creciendo
y sale del compartimiento cuando es adulta (Criar meliponas, un arte).
Además de la invasión de abejas extranjeras, las meliponas sufren de la perdida
de hábitat y de interés. Sólo viven en árboles vivos, y se están cortando muchos de sus
árboles preferidos. La gente, especialmente los jóvenes parecen tener menos interés en
cuidarlas. Tradicionalmente los apicultores sabían dividir los jobones, pero ahora aun
unas personas que tienen meliponas no saben hacerlo (Lovgren 2005).
Ahora las abejas meliponas están en peligro de extinción. Su principal amenaza
parece ser la deforestación, pero las abejas invasivas y enemigos naturales como
hormigas y mosquitos también son amenazas. Finalmente, unas colmenas sufren
porque los apicultores no tienen suficiente conocimiento para cuidarlas bien (20 mitos o
realidades sobre las abejas meliponas). Unos tratan de ponerlas en cajas donde no
pueden sobrevivir (Lovgren 2005). Aunque las meliponas no han desaparecido como
unos artículos predijeron, es obvio que quedan pocas colmenas y muy poca gente que
sabe bien la arte de la meliponicultura.
Resultados:
Yaxunah:
Yaxunah es un pueblo pequeño y tranquilo con una población de justo menos de
seiscientos setenta personas. Casi toda la gente es artesana. La mayoría talle madera,
pero unas mujeres bordan también. Aunque unas personas venden las artesanías de sus
familias, muchas personas venden a un intermediario quien vende sus productos en
Cancún, Tulum u otro sitio turístico. La gente vive en casas de palos con techos de
huano aunque la mayoría tiene cuartos de cemento también. Las casas tienen patios
tradicionales con árboles de fruta, animales y plantas. Hay muchos perros que caminan
(y defecan) por las calles. Como en Mérida, la gente tira mucha de su basura en las
calles. No hay un servicio que recoge la basura, entonces la gente la quema. Esta puede
causar problemas hoy en día porque mucha de la basura nueva, especialmente plástico,
es peligroso quemar.
Mi grupo visitó una milpa el segundo día de la estancia. Teníamos que caminar
afuera del pueblo por la calle y un sendero. Había una noria y uno de nuestros guías
trajo sus caballos, incluso un bebé, para darles agua. Después ayudamos a recoger y
desgranar maíz de la milpa. El señor quien trabaja en esa milpa nos explicó el trabajo y
nos habló un poco sobre el monte. Dijo que en el pasado había tigres (jaguares) pero
ahora no hay. Igual con serpientes venenosas. Yo pensé que es triste que ahora haya
muy pocos jaguares, pero él habló sobre los beneficios—que la gente y su ganado están
más seguros. Karla había visto una serpiente por la mañana, y la mujer de su casa le
dijo que la matara porque tenía un poco de veneno. Karla no quería hacerlo pero la
mujer la mató y dijo que Karla mate este tipo de serpiente cuando la vea. Y sentí por la
serpiente, pero también entiendo perfectamente que es un peligro de la vida cotidiana
aquí. Me parece que opiniones como éstas son comunes en los pueblos.
La experiencia de estar en Yaxunah da fuerza a las diferentes actitudes hasta la
naturaleza que existen entre la gente que trabajan muy duro con la tierra y la gente que
tiene un poco más distancia. La percepción de la naturaleza y especialmente la fauna
que yo tengo—de respeto y belleza—es muy diferente de la de la gente en Yaxunah. El
padre de mi familia allí me aseguraba que Yaxunah es muy seguro, lo que ya creo por la
mayor parte. Él estaba hablando sobre las culebras venenosas que hay allí. En
comparación dijo que en Quintana Roo hay una culebra muy venenosa que puede entrar
en las casas. Dijo que es una culebra de cuatro narices porque hay cuatro huecos en su
cara.
El ejido todavía es un parte muy importante de la comunidad en Yaxunah.
Muchos de los hombres trabajan en una milpa, cosechando el maíz que usa sus esposas
para hacer tamales. Un aspecto importante del ejido es que provee espacios y recursos
comunes como la noria cerca de la milpa que visitamos. Esta idea contribuye a una
disposición a preservar la tierra para beneficiar a todos. Según Elías, un antropólogo
quien ha trabajado mucho con Yaxunah acerca de desarrollo y preservación de recursos
naturales, hay mucho espacio afuera del pueblo que nadie usa en este momento. No
obstante, la gente piensa que es importante conservar este terreno porque puede ser muy
útil en el futuro. La actitud de pensar en el bienestar de todos y la preservación de la
naturaleza trabajen juntos en esta situación.
Otro parte del ejido es un criadero de jabalí (cerdos del monte) y venado. El
criadero ya tiene veinte años de edad y parece tener éxito, por lo menos con los jabalís.
Los venados son más nerviosos y más difíciles criar; solo hay dos en el criadero en este
momento. El ejido vende los jabalís ambos cocidos y vivos a Mérida. Estos son
especies indígenas que usaban los mayas antiguos. Comen alimentos nativos también,
maíz, ramón y calabaza. El señor que nos mostró el criadero, él destacó que son
animales silvestres, no como los cochinitos que trajeron los europeos.
En contraste al ejido, hay un hotel ecoturístico en Yaxunah. Aunque el hotel,
como el ejido, vale la naturaleza porque la usa, la diferencia entre los dos es que el hotel
es propiedad privada. Creo que es la única propiedad privada en el pueblo, todo el resto
del terreno es parte del ejido. Varias personas quieren que Yaxunah sea un lugar
turístico, pero ahora muy poca gente viene y no es bien conocido. Cuando visitantes se
quedan en el hotel, comen platillos yucatecos y pueden visitar los sitios naturales en
Yaxunah, como la zona arqueológica, el cenote y el sendero ecológico que tiene
información sobre las plantas que se encuentra allí. Porque no hay muchos turistas, la
zona arqueológica no está bien mantenida. Hay ruinas muy interesantes pero es difícil
ver y apreciar todo porque toda la zona tiene muchas plantas silvestres. Yo creo que
esto la hace muy hermosa y tranquila, pero no es un lugar lista para ser una destinación
popular. El hotel también tiene abejas meliponas y visitantes pueden ver el j-men hacer
ceremonias tradicionales y pueden comprar la miel.
Pero todos no están felices con el hotel. Al principio, la comunidad y gente de
afuera que la ayudaba planeaba tener un comité para cuidar y mantener el hotel. La
gente podría cambiar las personas en el comité después de un rato o si alguien no hiciera
buen trabajo. Pero esto nunca pasó y la misma gente permanece en el comité. Son ellos
que benefician del dinero que gana el hotel. La gente que no se beneficia tanto no
parece estar satisfechos con el hotel. Es una situación muy interesante. Por un lado, el
hotel tiene un enfoque en la naturaleza y trata de difundir conocimiento tradicional. Por
el otro lado, va en contra al sistema del ejido que trata de beneficiar a la comunidad.
Entrevista con Pedro:
Yo hablé con un hombre, Pedro, que tiene tres colmenas de abejas europeas, que
él se llama americanas. Sólo hace dos años que él tiene abejas. Al principio, no parecía
tener mucho entusiasmo para hablar, pues era obvio que se sentía más cómodo hablando
en maya. Pero después de un rato, empezó a explicar su trabajo en mucho detalle.
Pedro, como el resto de la gente en Yaxunah con abejas, tiene otro trabajo en
adición. Es artesano, talla madera, y supongo que trabaja en la milpa también.
Aprendió a cuidarlas de su hermano Ramón quien tiene 18 colmenas, también de abejas
americanas. Pedro dijo que al principio tenía miedo de que las abejas lo picaran, pero
después de aprender, su miedo aminoró. Pero todavía hay peligros en la cosecha. Para
sacar la miel es necesario llevar un velo y ropa de manga larga y usar humo para
tranquilizar a las abejas. A pesar de todo eso, las abejas todavía pican porque están
tratando de defender sus recursos. Pican más en las épocas de secas cuando no hay
suficientes flores para hacer miel, pues tienen que proteger su alimentación. Después de
sacar los cuadros de miel y cera tiene que girarlas en una máquina para quitar la miel.
Entonces es posible poner la miel en botellas para vender. Aunque su familia usa la
miel, Pedro vende la mayoría a una persona en un pueblo cercano llamado Popola quien
la vende en Mérida. No descubrí que negocio vende esta miel.
Aun cuando no es época de cosecha Pedro necesita cuidar las colmenas. Tiene
que ir a ver que las abejas no tienen una enfermedad que afecta especies de abejas que
no son nativas. La enfermedad es en forma de bichos que parecen garrapatas y que
paran la producción de miel. Si la colmena tiene esta enfermedad, Pedro le da un
químico, una medicina, y no puede cosechar la miel hasta que la enfermedad
desaparezca. Pedro dijo que esta enfermedad viene de plantas, pero plantas distintas de
las que usan las abejas.
La enfermedad no es el único peligro para las colmenas. Cuando no hay
suficiente lluvia, las flores esenciales no pueden crecer y las abejas no pueden hacer
suficiente comida. En estas épocas, no puede cosechar. Este es un ejemplo de la
conexión entre temas ambientales más amplios y la apicultura. Si no hay lluvia, no hay
mucha miel.
Después de sólo dos años de criar abejas, Pedro las entiende muy bien. Me
explicó que hay cuatro épocas de cosecha durante el año. Cada uno es de miel hecho
con una flor diferente. En enero, cuando nosotros hablamos, no había cosecha y además
era muy seca para tener mucha miel. La próxima cosecha es en febrero y marzo, y es
una de las cosechas más importantes porque la miel está hecha con la flor del árbol
tsitsilché. Esta flor produce una miel muy viscosa y muy rica. Hay cosechas también
en julio y agosto y en noviembre. Otras plantas importantes cuyo néctar comen las
abejas son pajonal y una especie de bejuco con flores blancas. Cuando le pregunté los
usos de la miel, me dijo que además de usarla para hacer dulces de fruta la miel es
buena para la garganta cuando alguien tiene catarro.
Me alegró que Pedro entendiera y respetara las necesidades de las abejas. Me
explicó que ellas siempre necesitan su comida. Cuando está seca, son más agresivas
porque necesitan defender su comida, y en estas épocas no es posible cosechar la miel
porque si lo hiciera no quedaría suficiente comida para las abejas. Normalmente las
abejas comen polen, pero es posible cosechar esto con tal de que deje la miel para que
las abejas la coman. Pedro no cosecha el polen. Lo deja para las abejas porque
entiende que ellas necesitan su comida.
Un día mientras Karla y yo estábamos torteando con la familia de Pedro, Karla
le preguntó por qué no tenía meliponas. Pedro dijo que es demasiado difícil dividir los
jobones de meliponas. A él le gusta sus colmenas y le gustaría tener más. Puede dividir
cada una de sus colmenas en dos o tres, pero no sabe como dividir las colmenas de
meliponas.
El último día de mi estancia en Yaxunah, Ramón y su familia dieron a mi grupo
una cuadra de cera y miel de una de sus colmenas. Todo el grupo empezó a comer la
miel, masticando y escupiendo la cera. En este momento, entendí porque la miel es una
de las exportaciones principales de Yucatán—era la miel más rica que jamás había
comido. Nosotros comimos todo lo posible, y entonces llegaron las abejas y avispas.
Caminaron por la cera y la miel, chupándola. Como dijo Pedro, las abejas necesitan su
comida también.
Entrevista con Don Alejandro:
El próximo día hablé con Don Alejandro, el gerente del hotel ecoturístico en
Yaxunah. Él está encargado de los once jobones que están en el patio del hotel. Estos
jobones son los hogares de colonias de meliponas, kulej cab en lengua maya. Los
jobones se orientan al oriente para proteger las abejas de los vientos fríos que vienen del
norte. Hace cuatro años que tiene estas meliponas y parecen estar de buena salud. Don
Alejandro cuida los jobones pero dijo que el j-men del pueblo hace la mayoría del
trabajo con las abejas, especialmente las ceremonias que a veces hace cuando hay
turistas para que vean una ceremonia maya tradicional. Don Alejandro vende la
mayoría de la miel de estas abejas a las mismas turistas; no parece que los ciudadanos
de Yaxunah usen mucha miel de melipona. Me pareció muy interesante que no tiene
que hacer mucho para cuidar las meliponas además de cosechar la miel. Estas abejas
son menos domesticadas que las otras y esencialmente pueden cuidarse a si mismas.
Los jobones se ven como troncos de árboles que se puede abrir en los dos lados. La
miel está en los dos extremos y la reina y las crías están en la parte en medio. Se abre
los dos lados y se saca la miel. La miel está organizada diferente de en las colmenas en
cajas—está en sacos. No es necesario girar una cuadra, sólo hacer un hueco para que la
miel fluya. Después se puede ponerla en botellas para vender. Las abejas cuidan sus
jobones. Las únicas entradas son pequeños huecos en la madera y cada hueco tiene una
guarda. Cuando la guarda percibe que un extranjero viene los obreros empiezan a cerrar
el hueco mientras la guarda tiene que pelear con el enemigo y morir.
Don Alejandro destacó las diferencias entre las abejas meliponas y las especies
no nativas. Es menos peligroso cuidarlas porque no pican. Tampoco es necesario usar
humo en la cosecha porque no hay que calmar las abejas tanto. Me dijo que las
meliponas sólo comen el néctar de ciertas flores, las de los árboles en que viven cuando
son silvestres incluso el tsitsilché. Según el, las abejas africanizadas comen de todo,
“hasta la caca.” Las meliponas no contraen la enfermedad que tienen muchas abejas no
nativas. Dijo que una razón porque la miel de la melipona es mejor es porque es todo
natural, no es necesario usar una química para quitar la enfermedad. Don Alejandro
sólo cosecha una vez al año, al final de febrero o al principio de marzo. Me dijo que
éstas son las únicas meliponas en Yaxunah, pero el próximo día conocí a un hombre
quien tiene dos jobones.
Hablamos sobre las razones porque más gente no tiene meliponas. Según Don
Alejandro y varias otras personas en el pueblo, es más fácil separar las colmenas de las
abejas africanizadas; las meliponas son más difíciles controlar. En el centro de los
jobones la reina y las futuras reinas comen la comida especial llamada jalea real.
Cuando una reina nueva crece, la reina antigua tiene que salir. Este proceso es lo difícil
de controlar y una de las razones porque muy poca gente allí tiene meliponas.
Era interesante oír cosas que él dijo sólo pertenecen a la melipona, como unos de
los usos medicinales. Además de usarla contra el catarro, la gente usa la miel de la
melipona para medicina para ojos irritados y en partos difíciles. En adición a añadirla a
comida, se la usa en bebidas incluso el café. Parece que partes de la sabiduría sobre la
miel de la melipona han trasferido a la miel en general.
Entrevista con Don Jacinto:
La casa del único j-men en Yaxunah se veía diferente de las otras casas en el
pueblo. Había más cosas tradicionales incluso una canasta completa y otro en que
estaba trabajando. También parecía haber un pequeño altar con una cruz. Pero como la
mayoría de las casas, había una televisión.
Don Jacinto nació en Yaxunah pero vivía en otro pueblo entre las edades de siete
y veintitrés. Allí aprendió a cuidar meliponas, incluyendo cortando el árbol en la cual
estaban viviendo y usándolo para un jobon. Para él cuidar meliponas tenía más que ver
con las ceremonia, o primicias como dijo él, para Muzencab, la diosa de la miel.
Cuando le pregunté sobre la cuida de los jobones o de la cosecha me contestó con
información sobre las primicias. Cada veintitrés de agosto hace una primicia muy
importante que incluye ofrendas de seis pollos y un pavo.
Era una conversación bastante triste porque él es el único j-men en el pueblo.
Cree que los jóvenes no tienen suficiente paciencia para aprender sus varias habilidades.
Un amigo quien también vino a hablar con él le preguntó si tenía esperanza para la
continuación de las tradiciones y dijo que no la tenía. Yo le pregunté por qué más gente
no tiene meliponas y me respondió otra vez con las primicias. Contestó que la gente
tiene miedo de hacer las primicias incorrectas y recibir un castigo de Muzencab. Pero
dijo que este punto de vista no es correcto, que la diosa no la va a castigar. Creo que
esta situación viene de ambos el deseo de ser moderno y la presencia de una comunidad
evangélica en Yaxunah. Mientras la religión católica se incorporó aspectos de las
tradiciones mayas, la otra no los incluye.
Entrevista con Don Miguel:
Don Miguel tiene ambas abejas meliponas y abejas africanizadas. Tiene dos
jobones y cinco colmenas respectivamente. Su padre le dejó los jobones, pero Don
Miguel no sabe hacer divisiones para tener más jobones. Éste parece ser uno de los
problemas más graves con las meliponas—es muy difícil tener más jobones. Aparte del
hotel es el único que tiene meliponas en Yaxunah. Parece que no se cae bien con la
gente del hotel. Según Don Miguel ellos sólo quieren beneficiar a si mismas vendiendo
la miel de las meliponas por un precio muy alto. Dijo que ellos tampoco saben hacer
divisiones. Don Miguel y su familia usan la miel. Vende la miel de las abejas
africanizadas (y creo de las meliponas también) a alguien en otro pueblo quien la vende
en Mérida. Hace varios años tenía hasta veinte colmenas de abejas africanizadas pero
muchos murieron en un ciclón. Me contó que antes de las abejas africanizadas había
abejas europeas, pero muchos murieron y después empezaron a usar las africanizadas.
También dijo que es muy difícil buscar nuevos jobones porque las meliponas viven en
bosque alto y ahora sólo hay bosque bajo porque cortan tantos árboles. Dijo que hay
una persona en un pueblo cercano quien tiene diez jobones y que probablemente sabe
hacer divisiones. Dijo que le gustaría saber hacer divisiones y que cree que más gente
tendría interés en meliponas si supiera hacer divisiones. Cuando le estaba preguntando
sobre el conocimiento de hacer divisiones, dijo que había pensado en preguntar al
hombre en el pueblo cercano (pero hay una pequeña posibilidad que yo le di la idea).
Lo que él y todas las personas con quienes platiqué informalmente han
destacado es el uso medicinal de la miel, especialmente de la miel de la melipona. Don
Miguel me dijo que se usa para cataratas el los ojos y para heridos. Varios me han
dicho sobre su uso en los partos.
La granja Ya’ax K’iin, Yobaín:
Lo primero que vi cuando llegue a la puerta de la granja Ya’ax K’iin (sol verde)
fue mucho verde, la mayoría de la cual venía de los árboles que estaban cerca de la casa.
Una palma con largas hojas verdes atrajo mi vista inmediatamente. Para una persona
nueva la granja podría parecer un poco desordenada porque todo está mezclado, pero
estaba claro que Paloma May Gómez y sus padres la conocían completamente.
Había varios edificios pequeños de cemento para dormir, bañarse, comer y
organizar la hortaliza. Además había una cocina de palos y varias estructuras para las
plantas y animales de la granja. Finalmente, había tres estanques de acuacultura con
peces tilapias grandes y chicos.
Nunca había entendido tan claramente el conocimiento que es necesario para
dirigir una granja orgánica integrada. Hay muchas especies de plantas y animales en la
granja y la granjera tiene que entenderlas todas. Y no es suficiente entender cada
especie, tiene que entender sus interacciones: cuales hierbas les gustan los carneros y
chivos, cuales son venenosas.
El primer día estaba ocupado porque teníamos que preparar las hortalizas para
vender en Mérida el próximo día. Martes es el día de vender. Paloma y otros granjeros
en la Red de Intercambio Justo viajan a Mérida para vender la hortaliza. Venden
directamente a once familias cada uno, incluso unas familias estadounidenses. Aunque
no usaban esta frase es agricultura apoyado por la comunidad.
Pero cuando llegué, Paloma me mostró mucha de la granja. Pasamos por la
hortaliza y ella me preguntó si conocía las verduras. Conocía unas, otras no, y otras
eran familiares pero no sabía sus nombres en español. Había lechuga, cilantro, rábano,
chaya, cebolla, repollo, remolacha, zanahoria, calabaza, maíz, frijoles y más. Había
varios árboles de fruta en la granja incluso palmas, papaya, plátano, limón, lima y otros
cítricos. Pero estas listas no demuestran la variedad de plantas que hay, hay
muchísimas.
Había animales en la granja y cada uno sirve para algo. Los dos gatos cazan, los
cinco perros protegen la granja de animales silvestres. Había pollos, pavos, patos,
gansas, palomas, carneros, chivos y conejos. Los carneros y chivos tenían bebés,
incluso unos carneritos que nacieron el día antes de que llegara. La granja atrae
animales silvestres también. Unos sirven para polinizar, pero otros son peligrosos o
roban de la granja. Serpientes pueden ser un problema aquí ambos por ser venenosa y
por comer pajaritos y sus huevos. La única que yo vi no era peligrosa, pero la mayoría
de historias sobre culebras terminaron con matarlas.
Una de mis tareas el primer día era desyerbar una sección que íbamos a sembrar.
Todo lo que corté fue comida para los carneros y chivos que producen la composta que
deja que Paloma cultive la tierra. Parecía que basura no es muy común en la granja.
Comida que la gente no come va a los animales. Había lombrices para hacer composta
y Paloma tomó tierra de los nidos de hormigas para composta también.
Paloma estudio en el Instituto Tecnológico de Conkal en la carrera de ingeniera
agrícola y participó en un grupo católico por tres años en Pisté. Durante este tiempo
supo de la escuela de agricultura ecológica en Maní. Le interesó la escuela pero su
grupo no le gustó tanto. Entonces cuando terminó con el grupo fue a Maní para asistir a
la escuela. La granja Ya’ax K’iin tiene cinco años.
La tierra en la granja de Yobaín es un tema que podría ser su propio proyecto.
La tierra de Yucatán es poco y no es muy productiva. La tierra de la granja parece
igual, casi roja y llena de piedras. Pero esta tierra produce mucha comida gracias al
trabajo de la familia May Gómez. Sin duda el agua y los pesticidas naturales (como las
hojas de ciertas plantas como el neem) hacen un papel, pero es obvio que estos
granjeros saben su trabajo muy bien.
Doña Ana dijo que todavía hay bastante tierra ejidal en Yobaín pero que cuando
el gobierno permitió la venta de tierra ejidal dio a cada familia diez hectáreas de
terreno. Cuatro de las hectáreas de la familia May Gómez son la granja Ya’ax K’iin y
hay seis más en otro lugar. Están divididos porque Don José ya estaba cultivando las
cuatro hectáreas cuando la situación cambió.
La madre de Paloma mantenía un libro de todo lo que se hace en la granja.
Incluye que hacían todas las personas que trabajaban ese día. Toda la familia de la
granja trabaja mucho. Había más miembros de la familia que trabajaban allí pero por
varias razones, incluso que unos se casaron, dejaron de trabajar y ahora queda sólo
Paloma y sus padres. Las dos mujeres han referido a estos parientes como flojos. Pero
en veinticuatro horas ambos Paloma y su madre dijeron que estaban preocupadas por la
otra. Doña Ana dijo que Paloma trabaja demasiado, aun cuando está enferma. Se
preocupa por ella cuando Paloma trabaja en la granja sola durante la noche. Paloma
quería que yo aprendiera alimentar las gallinas para que su madre pudiera ver a un
médico porque tenía dolor. Después Paloma dijo que su madre trabaja mucho.
Pregunté a Doña Ana si le gustaría que hubiera más gente trabajando en la
granja. Dijo que claro que sí porque sería más fácil para todos. Cuando la granja
empezó otros de sus hijos trabajaban también, había once en total. En este entonces la
granja era más pequeña, no había animales, solo hortaliza. Pero cuando los hijos se
casaron uno tras uno salió, especialmente porque sus esposas dijeron que el trabajo era
demasiado duro y había otras necesidades. Este mismo día el hermano de Paloma
estaba ayudando en la granja con su esposa e hijo de ocho años. Todos dijeron que el
niño era flojo, que no le gustaba este trabajo. La combinación de estas dos cosas me
hizo pensar en la preocupación de mucha gente grande sobre sus tradiciones: que los
jóvenes no tienen interés ni paciencia para aprenderlas. Existe en la apicultura y la
agricultura en general, entre otras tradiciones y conocimiento cultural.
Paloma y Doña Ana hablaban mucho sobre la importancia de cultivar su propia
comida. Doña Ana lamentaba que tanta comida hoy sea comprada. Para Paloma es
muy importante que la granja no esté separada de la casa. Le gusta que su familia pueda
vivir en la granja, que no hay la mentalidad de salir de la casa par ir a trabajo sino de
trabajar su propia tierra. Cree que la producción de comida debe ser así.
El gobierno dio apoyo a las granjas en la red pero hay problemas con su ayuda.
Al principio quería que hubiera seis cabezas de familia involucrados en una granja y
Paloma y otros de la red protestaron porque no es justo para las mujeres ni la gente
soltera quienes pueden trabajar duros también. La red tuvo éxito y el gobierno cambió
la regla. Pero hay problemas con el apoyo del gobierno según Paloma porque la gente
se queja cuando una administración de menos apoyo hasta el punto de dejar de cultivar
sus granjas. Paloma les dice que de todos modos deben trabajar, igual como antes
porque es su trabajo. Parece que unos la escuchan y otros no.
El papel de los géneros es diferente en la granja porque Paloma hace más trabajo
que los otros. Corta hierba y usa un machete. El padre de Paloma trabaja en la granja
pero también ayuda en la cocina picando vegetales. Durante mi estancia ayudaba
mucho en la cocina. Pero hay límites. Don José no cuida la candela y Doña Ana dio un
coco a su esposo para abrir.
En el cuarto que la familia usa para dormir y mirar la televisión hay
varios libros. Muchos se tratan de la agricultura pero hay “La grita mansa” por Paolo
Freire, el Nuevo Testamento y el Chilam Balam también. Tiene sentido tener todos
estos libros en una granja de esta red que trabaja por la justicia social y la conservación
de la tierra y la cultura.
La electricidad es importante en la granja. Hay luces en unos partes de la granja
porque es necesario trabajar por la noche. Hay una refrigeradora que guarda comida y
leche de cabra que dan a los carneritos cuyas madres no les cuidan bien. Perece que
unos de los sistemas de agua usan electricidad. Por fin hay la televisión que la requiere.
Pero la familia no mira tanta televisión como la gente en Yaxunah, solo una telenovela o
el noticiero por la noche.
La lengua maya tiene un papel fijo en la granja. Don José, el padre de Paloma,
habla maya pero las mujeres no. Paloma la había estudiado un poco y tiene libros de
cursos de maya. Pero hay palabras y nombres en aya por todos lados. Unos de los
animales tienen nombres en maya y muchos de los nombres de plantas y aun abejas son
mayas.
Nivel Económico:
Algo importante que observé durante mi estancia fue el nivel económico de la
familia con la cual viví. Es gente del campo por cierto pero no es pobre. Los padres
tenían ocho hijos y varios asistieron a la universidad, incluso a Paloma. Hay un
hermano que trabaja en una fábrica en Mérida y hay otro que es abogado. Paloma tenía
los recursos para estudiar e ir a Pisté para trabajar. Después se fue a Maní (aunque no
creo que la escuela allí cobre). La familia tiene una casa bastante grande en el pueblo y
recursos para vivir en la granja también. Claro que es importante que la granja sea parte
de una red de intercambio justo porque Paloma recibe un buen ingreso para su hortaliza.
La granja tiene electricidad y ambos en la casa y la granja hay libros, muchos que
parecen a Paloma, de sus estudios.
Esto es importante porque dio a Paloma la oportunidad de aprender lo que sabe.
Podía ir a la universidad. Tiene acceso a libros sobre la agricultura. Aunque la escuela
en Maní trata de dar la oportunidad de aprender a todos, no puede alcanzar a todos.
Yaxunah, por ejemplo, no parece haber aprendido los métodos de cuidar las meliponas.
La experiencia:
A través mis experiencias en la granja Ya’ax K’iin aprendí mucho sobre la
manera de pensar de la familia y la filosofía de la granja. Podía ver el cariño y la
atención que dieron a toda la granja.
Había pasado varias horas deshojando una mata de neem, un árbol extranjero
que se puede utiliza como insecticida natural. Me gustaba este trabajo por varias
razones. Al principio el acto es tranquilo y podía hacerlo sentada en la sombra. Pero
también es una tarea importante que requiere tiempo y por eso me sentía útil
haciéndolo. Éste es el trabajo necesario para evitar el uso de las pesticidas industriales.
A veces algo tan sencillo como sembrar puede ser una aventura. Empezó a
lloviznar esa tarde. Habíamos visto las nubes y Paloma y yo deshojamos más neem
para usar. Preparamos las camas para sembrar y trasplantar poniendo composta, ceniza
y polvo de neem. Mientras hacíamos esto vino la lluvia. Al principio era sólo un
poquito pero seguía más fuerte. Apuraos a poner todo lo que estaba secando dentro de
una de las casitas. Después preparamos las semillas para sembrar. A mi me tocó
romper las semillas de cilantro para soltar todas las semillas dentro de la bola. Paloma
tiene que comprar muchas de sus semillas porque unas plantas no producen buenas
semillas. Me sorprendió ver semillas de rábano de California. Mientras preparamos la
lluvia volvió muy fuerte y decidimos cenar porque no era posible sembrar. Cuando
terminamos de comer fuimos a sembrar por la noche con velas y un foco. Trasplantaos
lechuga pero mientras terminábamos la cama la lluvia regresó muy fuerte. Vencidas,
regresamos a la cocina con las luces y las semillas.
Mientras Paloma y yo estábamos en Maní una carnera dio la luz en un día
lluvioso. En contraste con otras madres, ésta no cuida muy bien a sus hijos, no les deja
mamar mucho. Uno de los bebés murió. El otro se quedó débil también y Doña Ana
creía que iba a morir. Paloma y yo ordeñamos la mamá y dimos la leche al bebé en una
botella. No tenía muchas ganas de comer pero seguimos dándole hasta que terminó
toda. Cuando regresamos en la tarde estaba un poco mejor. Por el resto de mi estancia
lo observamos, a veces dándole leche de cabra o forzando la mamá a dejarlo tomar.
Cuando salí de la granja estaba más grande y más fuerte, brincando y jugando con los
otros carneritos.
Nacieron dos carneritas al amanecer dos días antes de que me fuera de Yobaín.
Cuando me levanté Paloma me dijo que había dos más en el rebaño. Son las hijas de
una carnera que se llama Susie, dos hembras pelirrojas. Una tiene una mancha blanca
en su cabeza, la otra tiene toda su cara blanca. Y habían fuertes y estaban mamando
mucho, hasta estaban brincando. Susie era buena mamá y las cuidaba bien.
Aprendí a sembrar maíz con una herramienta que usaba los mayas antiguos.
Valoré aprender cultivar un alimento tan importante en la región. Al final de mi
estancia podía ver los maicitos creciendo entre las piedras.
Hicimos composta en la granja. Tomó bastante tiempo. Recogimos hojas secas
y tierra de los nidos de hormigas. Un hermano de Paloma y su familia vinieron a
ayudar y deshojaron muchas plantas. Pusimos niveles de estierco, hojas secas y hojas
verdes, añadiendo agua a cada nivel. Este proceso tomó la mitad del día pero es muy
importante. Además la granja hace vermicomposta, utilizando lombrices. El día
anterior ayudé a Paloma sacar la tierra de la composta y guardar las lombrices para usar
otra vez. Estaba sorprendida ver el producto de la vermicomposta. En un terreno con
tierra no nutritiva Paloma y las lombrices hicieron tierra nueva oscura y rica para
cultivar comida.
Agua y fuego:
Doña Ana me contó sobre el huracán Isidoro. El huracán ocurrió un poco antes
de que empezaran la granja. Había maíz y varios árboles en el terreno pero el huracán
quitó casi todo. Unos árboles s quedan incluso los de limón y lima, pero todo el resto
de la granja tiene cinco años o menos. Isidoro es un evento muy importante en Yobaín.
Doña Ana dijo que el pueblo fue uno de los más afectados y que tenían que llevar
canoas después para mover por el pueblo. Lo que me impresionó fue que un ciclón
fuerte puede quitar casi todo lo que está creciendo.
El uso de agua es clave en la granja Ya’ax K’iin. Había varios pozos y sistemas
para regar la hortaliza, incluso un pozo de soga y varias mangas y regaderas. Había
agua corriente en la cocina y el baño. Pude ver inmediatamente que el agua es un parte
indispensable de la granja. Además de usarla para beber, cocinar, bañarse, regar y dar a
los animales (incluso los peces) y las plantas, el agua ayuda a prevenir incendios. Estos
meses son la época de secas en Yucatán y no es difícil que un incendio empiece.
Mientras Paloma daba agua a los árboles de limón y lima me contaba que el terreno al
lado de la granja es de otro hombre, pero él no lo mantiene. Así es muy fácil empezar
un incendio y dar agua a los árboles en la granja los protege de un incendio. La madre
de Paloma me dijo que el viento fuerte es peligroso también porque puede propagar un
incendio (aunque se siente muy rico cuando uno está trabajando bajo el sol).
El agua afecta las abejas también. En esta época no hay muchas flores en el
monte. Paloma y su familia riegan la granja y esto atrae muchas abejas que esperan la
primera lluvia del año que causa el tsitsilché a florecer.
Cuando regresamos de Maní llovió un poco más. Había relámpago en el cielo
en varias direcciones. Había llovido mientras estábamos en Maní también. Aunque la
primera lluvia ayudó, más lluvia deja mojada la tierra y no es útil. Paloma dijo que un
grupo de científicos hicieron un estudio y predijeron que en los años que vienen
Yucatán va a tener más lluvia. Según Paloma esto sería mal para la agricultura porque
habría más plagas.
Abejas en la granja:
Hay dos cajas de abejas nativas en la granja, una de xik cerca de los árboles
cítricos y la otra de las pequeñas bol. En la entrada de la colmena de bol hay más o
menos ocho guardias en vez de la una que protege los jobones de las meliponas o xik.
Paloma no cosecha la miel de esta colmena porque las abejas no producen suficiente,
pero si polinizan las flores y por esto están ubicadas cerca de la hortaliza.
En el pasado había meliponas en la granja pero murieron porque hay mucha
contaminación en la región, es la región del estado más contaminada. Ahora quedan las
abejas xik y bol. Dijo que cuando cosechamos las xik es necesario no llevar perfume o
algo que huela porque esto atrae las abejas africanizadas. Hablamos sobre el estado de
las meliponas. Paloma me dijo algo que no había oído. Mencioné que en Yaxunah la
gente no sabía hacer divisiones y ella dijo que para unos es tabú meter con el interior del
jobon porque es sagrado según las creencias mayas. Pregunté cómo obtiene a gente
más jobones, si tienen que ir al monte, pero dijo que ya no hay en el monte. Si la gente
no quiere o no puede hacer divisiones la única opción es comprar jobones y son caros.
Pero después de más investigación parece que estaba hablando de unas de las nuevas
técnicas de dividir porque sí hay maneras de dividir tradicionales. Paloma usó la frase
“están en extinción” para referir a las meliponas y otros animales en peligro. Pero me
dijo que si se puede buscar las xik en el monte y ponerlas en cajas.
Paloma me dijo que había otra colonia de abejas xik en la granja pero que eran
silvestres, no vivían en una caja. Llovió otra vez y Paloma estaba en la casita con la
caja de abejas. Me contó que cuando empezó a llover todas regresaron a la colmena
para no estar en la lluvia.
En el manual de la meliponicultura había mucha información sobre el uso de
nuevas tecnologías en la apicultura y pregunté a Paloma sobre esto. Ella dijo que hay
muchas apicultores tradicionales que no aceptan la nueva tecnología porque para ellos el
interior del jobon es sagrada. Pero el autor del manual, el Profesor Acereto quien da
clases en Maní, ha logrado convencer a algunos que sus métodos funcionan. Pero
todavía hay apicultores irresponsables quienes no cuidan bien sus colmenas y que les
dejan abiertas a los parásitos. Mencionó unas supersticiones también, por ejemplo que
alguien que come la miel de las abejas xik se vuelve loco.
Toma más o menos una hora cosechar la caja de xik que tiene Paloma. En
general la cría de abejas nativas no parece tomar mucho tiempo (especialmente en
comparación con otras tareas en la granja) y esto es bueno porque hay mucho que hacer
en la granja. Los animales requieren mucho tiempo y también hay que sembrar,
cosechar, regar y fumigar la hortaliza. Pero una hora es mucho tiempo en la granja y
Paloma tiene que pensar lo que hay que hacer en la granja en los días que vienen para
escoger un día para cosechar.
Cuando dije a Paloma el tópico exacto de mi proyecto, que se trata de la
apicultura en el contexto de la sostentabilidad, ella respondió en una manera positiva.
Destacó la importancia de las abejas para la hortaliza y los cítricos. Hay un invernadero
en la granja que estaba cubierta en el pasado. Dijo que las abejas bol son buenas en los
invernaderos, que pueden adaptarse de vivir allí. Sin embargo las meliponas y las xik
no pueden sobrevivir, solo pegan la tapa repetitivamente buscando la salida hasta que
mueran. Este es otro ejemplo del conocimiento que es necesario para utilizar y criar las
abejas nativas.
La cosecha:
Paloma y yo cosechamos la colmena de abejas sac xik. Llevamos un cuchillo
para cortar las partes de la colmena con miel, agua para bañar las abejas que se
cubrieron en miel y trastos para guardar la miel y el polen. Mientras caminamos a la
colmena Paloma me mostró una colmena de xik silvestres en unos bloques. Pero uno de
los bloques había sido movido y Paloma tuvo que arreglarlo.
Cuando llegamos a la colmena Paloma buscó tierra para hacer lodo para sellar la
colmena después de la cosecha. También recogió hojas de la planta tajonas que se usa
para quitar el olor de miel y prevenir que vengan los nenem. Dijo que éste era un parte
del proceso que a la gente no le gusta hacer, que dice que es demasiado detallado.
Entonces Paloma bajó la caja y empezamos la cosecha. Requirió esfuerzo abrir la caja
porque era bien sellada. Al principio la abrimos de arriba y podía ver el interior. En los
dos lados había sacos; en un lado de miel y en el otro polen, organizado así por las
abejas. En medio había lo que parecían pequeñas bolas pero que eran donde crecían las
crías. Este día había muchas crías y menos miel que normal, la colmena estaba
creciendo. Las meliponas organizan este parte de la colmena en panales planos, pero las
xik tienen solo una construcción de bolas. Había abejas maduras, como las obreras, con
panzas negras y abejas inmaduras que no volaban con panzas blancas. Vi la reina con
su panzón rayado blanco y café.
Cuando abrimos la caja por un lado un poco de miel empezó a fluir, entonces
teníamos que apurarnos. Paloma cortó las mitades de las secciones con miel y polen.
Dejó las otras mitades para las abejas porque ellas siempre necesitan algo para comer.
Dijo que un compañero con meliponas sacó toda la miel y hacía demasiadas divisiones
de manera que casi todas las colmenas fracasaran.
Pusimos los compartimentos de cera y miel o polen en un traste y empezamos a
quitar las abejas. Bastantes ahogaron en la miel pero otras podían volar y otras
limpiamos en agua y pusimos a secar. Unas murieron en el agua también pero la
mayoría sobrevivieron. Paloma dijo que menos abejas murieron en esta cosecha que
mueren en las cosechas de abejas europeas. Teníamos que poner las abejas inmaduras
en la colmena porque no podían volar para regresar.
Mientras trabajábamos mirábamos para ver si vinieron abejas africanizadas.
Paloma vio una y pensamos que más iban a venir pero no vinieron. Dijo que era porque
había suficiente néctar en el monte. Mientras la caja estaba en otro lugar las xik estaban
volando, regresando al lugar donde debía de estar.
Después de sacar la miel y devolver las abejas que pudimos salvar cerramos la
caja, sellándola con lodo. La colgamos en su lugar y miramos mientras las entraron y
checaron por afuera para ver que la caja estaba sellada. Si o ellas o nosotras vimos que
algún parte estaba abierta añadimos mas lodo. Al final dejamos que las abejas siguieran
con sus vidas y llevamos la miel a la casa.
El próximo día pusimos la miel y el polen en botellas. Al principio sacamos
unas abejas vivas que se habían quedado en el polen. Después los muertos y la cera.
Colamos la miel para sacar un poco más de los pedacitos y añadimos un poco de polen.
Paloma dijo que aún sin el polen el vasito podría costar ochenta a noventa pesos.
Paloma guardó la cera porque las abejas la pueden usar y porque sirve para trastos para
alimentación artificial.
La escuela de agricultura ecológica de Maní:
La escuela U Yits Ka’an está ubicada en Maní. Tiene más que diez años de
enseñar agricultura ecológica y lengua y cultura maya. Cada semana en el año escolar
que empieza en septiembre hay una clase diferente. Puede ser aves, hortaliza, milpa,
meliponas, micro enseñanza o salud, sexualidad y género entre otros. Además los
estudiantes trabajan en la milpa y con la hortaliza y los animales que hay y toman una
clase cada noche sobre un tema cultural (incluso lengua maya y espiritualidad de la
tierra). Hay un enfoque general en la agricultura orgánica y la promoción de las
tradiciones culturales (dicen el padre nuestro en maya). Yo había esperado ver
estudiantes de varias edades pero cuando yo visité la escuela la mayoría era jóvenes de
mi edad o un poco mayor.
Yo visité la escuela con Paloma, quien asistió a clases allí, para una reunión de
consejo de los miembros de la Red de Intercambio Justo. Esta reunión demostró la
relación entre la estructura de organizaciones y las redes sociales. La escuela y red
tienen una influencia de la iglesia católica pues el director es un padre. También hay
conexiones con la Universidad de Chapingo y la Universidad Autónoma de Yucatán
(UADY) porque varios maestros vienen de las dos universidades. Y hay aun más
relaciones con otras organizaciones incluso un grupo de derechos humanos llamado
Indignación. Pues las dos universidades parecen tener las conexiones más fuertes
porque durante la reunión cuando formaron un grupo pequeño se fijaron en incluir
miembros de las universidades y la gente de la iglesia católica.
Es obvio que, como cualquiera organización, ésta no es una comunidad ideal.
Una persona quien trabaja en la escuela mencionó que la gente de Chapingo hace más
que la gente de la UADY.
En la reunión hablaron de todo, desde contar las actividades diarios de las
granjas hasta discutir un Canadiense a quien le interesa apoyar la red hasta hablar sobre
un movimiento llamado “Si no hay maíz, no hay país.”
He visto ambos en la granja y la escuela un enfoque en ser trabajador. Una
estudiante mayor de los demás quejó sobro unos de los alumnos que no trabajaban
suficiente duro.
La escuela es parte de una red internacional. La mayoría de su dinero viene de
una fundación católica alemana llamada Misereor y del gobierno del estado y se lo usa
para mantener la escuela y para no cobrar tuición de los estudiantes. También tiene
conexiones con la Asociación Civil Educación Agrícola Integral, la UADY, la
Universidad de Chapingo y la asociación APIS (Maní, Yucatán: U Yits Ka’an). Es
obvio que la escuela tiene perspectivas de Freire porque está involucrada con la vida
campesina en una manera que promueve el pensamiento crítico. Valora mucho las
tradiciones pero quiere trabajar por justicia social también.
Mis experiencias:
La lluvia nos siguió a Maní. Paloma y yo fuimos a una reunión en la escuela U
Yits Ka’an. En el camino me describió los juntos del grupo. Dijo que discuten, a veces
pelean y a veces tienen argumentos sobre nada. Me parecieron reuniones típicas de una
organización. Llegaos a Maní en un día húmedo. En el centro, mirando la catedral de
piedra, no pude resistir pensar en la historia del pueblo. En mi mente es apropiado que
una escuela que se enfoque en conocimiento cultural y ambiental esté en el mismo lugar
donde Fray Diego de Landa quemó los códices mayas.
La escuela U Yits Ka’an es, como la granja, verde. Hay casitas de cemento con
techos de huano y senderos de cemento que las conectan. Entre los edificios hay césped
y plantas, por la mayor parte árboles de fruta. Hay una biblioteca con libros de varios
temas, la mayoría de que tienen una relación con los temas de la escuela. Encontré un
manual sobre dividir jobones de meliponas.
Paloma y yo caminamos por otras partes de la escuela incluso un área de plantas
medicinales, la hortaliza y los animales. Visitamos los chivos. Para mi fue un momento
satisfecho ver a Paloma y dos estudiantes mujeres trabajar con una chiva con un ubre
herido. Una colgó la chiva mientras otra trajo su nene para tomar. Luego pusieron
medicina en el herido. Visitaos los conejos también donde una estudiante estaba dando
leche a nenes cuya madre había muerto. Yo cargué un nene gris muy suave y precioso.
Mientras cuidamos los chivos empezó a llover con trueno y relámpago. Nos
quedamos bajo el huano con los conejos y después regresamos a la biblioteca. Cuando
llegamos estaba lloviendo muy fuerte.
Las abejas de la escuela U Yits Ka’an:
Paloma y yo visitamos las abejas de la escuela de Maní. Había varios jobones
de meliponas y unos de xik. No estaban muy activas porque era un día nublado y la
lluvia estaba viniendo. Me sorprendió ver unas cajas de meliponas. Eran largas y casi
parecían a jobones. Se puede abrir los lados como un libro y el apicultor puede ver
adentro de la colmena. Como en Yaxunah, las colmenas se orientaron al oriente, no al
norte de donde vienen los vientos fríos. Hablamos sobre las dificultades en criarlas,
especialmente las pesticidas que ataron las meliponas de Paloma. Los xik son más
fuertes y pueden aguantar mejor las condiciones malas.
Entrevista con Adrián:
Hablé con Adrián quien trabaja en la escuela de Maní sobre las abejas allí. La
escuela U Yits Ka’an siempre ha tenido abejas, hasta veinte jobones, pero murieron en
el huracán Isidoro porque la casita se cayo sobre ellas. Ahora hay unas dieciséis
colmenas de meliponas y xik (que no están en peligro de extinción).
Para conseguir nuevos jobones hacen divisiones de tres jobones para hacer uno
nuevo. Él no cree que las cajas sean tan buenas como los jobones porque los jobones
son más naturales. Las abejas tienen que mantener una temperatura con el uso de sus
alas y esto es más fácil en un jobon.
El trabajo de cuidar las colmenas incluye la cosecha, checar que los jobones
están seguros y sin infestación de moscos y la alimentación, especialmente en la época
de lluvia. En esta época aunque hay muchas plantas no hay muchas flores. Las abejas
toman el néctar del tsitsilché pero también de otras plantas aunque Adrián dijo que no
saben exactamente que plantas son.
Dijo que tradicionalmente eran las mujeres que cuidaban las colmenas. Los
nombres mayas de las meliponas vienen de este hecho. Kulej cab refiere a mujer, al
solar donde cuidaban los jobones. Xunan cab refiere a dama, también un significado
relacionado a las mujeres. (Pero sospecho que estos nombres refieran a las abejas
hembras que tienen los papeles importantes en la colmena en vez de las mujeres).
Adrián dijo que las abejas sí tienen interacciones con otras partes de la granja, que se
puede sembrar plantas ornamentales melíferas que las abejas visitan, pero las abejas no
son necesarias para polinizar porque no hay una falta de animales o maneras de
polinizar.
Adrián me dijo los usos medicinales de la miel de melipona. Pero según él,
internacionalmente no se puede llamar a su miel “miel” porque es demasiada húmeda.
En Yucatán se llama la miel de melipona “miel virgen” pero unos venden miel de abejas
extranjeras y se la llaman miel virgen.
Había un programa de la UADY que ya ha acabado. En este programa se dieron
dos jobones a gente que quería tener meliponas y sabían o aprendieron cuidarlas.
Durante un rato las personas cuidaban los jobones y hacían divisiones. Al final
devolvieron los dos jobones originales pero podían seguir usando los jobones que
habían hecho por divisiones. Así consiguió muchas de las abejas de la escuela.
Hablamos sobre la plaga de los moscos que entran por huecos en las colmenas.
Hacen pequeñas trampas para ver cuanta infestación hay. Hacen un huequito pero que
no entra al jobon y cada cinco o seis días cuando van a atender las colmenas checan
cuantos moscos hay en los huecos para ver si hay infestación.
Hay dos maneras de sacar la miel durante la cosecha. La manera tradicional es
dejar que la miel fluya del jobon pero esto resulte en cera y pedacitos del jobon en la
miel. También es posible usar un tipo de aspirador para sacar sólo la miel.
Métodos de la meliponicultura:
Uno de los profesores de la escuela U Yits Ka’an, Jorge González Acereto, es un
profesor de la UADY que enseña y estudia la apicultura y específicamente la
meliponicultura. Ha desarrollado nuevos métodos y tecnología de la meliponicultura
incluso un tipo de caja que se puede usar en vez de un jobon. Su conexión con la Red
de Intercambio Justo permite que los estudiantes de la escuela y los granjeros tengan
acceso a instrucción de la cría de abejas indígenas. Además de dar clases de meliponas
en la escuela, ha publicado varios manuales sobre el arte de cuidar meliponas. La
escuela y la granja Ya’ax K’iin tenían unos manuales que describían maneras
tradicionales y modernos de criar meliponas.
Los mayas prehispánicos buscaban colmenas de meliponas en el monte, en los
árboles de bosque alto en que vivían, una tradición que continúe aunque menos hoy
porque hay pocas meliponas en el monte. Cuando se hace esto es recomendable dejar
las meliponas en el tronco cortado por dos semanas para no impactar las abejas más
después de moverlas. Entonces es posible transferir la colmena a un jobon. Es
necesario proteger la colmena de sus enemigos, especialmente el mosquito llamado
nenem (Pseudohypocera kertesz), pero también un tipo de mustélido llamado cabeza de
viejo (Eyra barbara). Los mayas usaban barreno primitivo y tierra roja para aminorar
el olor de miel y no atraer estos enemigos (Gonzáles Acereto y Araujo Freitas 2005).
Para obtener más abejas es más fácil dividir uno o varios jobones que ir al monte
buscando más, especialmente hoy en día que las meliponas están en peligro. Es fácil
dividir las colmenas de abejas extranjeras porque forman enjambres, grupos de abejas
que incluyen nuevas reinas que salen en busca de una colmena nueva. Pero las abejas
nativas sin aguijón no forman enjambres y hacen nuevas colmenas en una manera más
gradual. Envían abejas exploradoras para buscar un nuevo árbol, guardianas siguen,
trayendo cerumen, una mezcla de cera y resinas. Al final reinas vírgenes, obreras y
machos llegan a la nueva colmena (González Acereto y Medellín Morales 1991). Pero
todavía es posible dividir los jobones.
La manera tradicional maya utiliza sólo un jobon fuerte, que tiene una población
grande. Cortaban el nido de las crías en dos partes, poniendo uno en un nuevo jobon
con cerumen y miel. Ponían el nuevo jobon en un lugar del viejo para que las abejas
regresaran al nuevo. Pero el nuevo jobon crece muy lentamente y el viejo tiene que
recuperar (Gonzáles Acereto y Araujo Freitas 2005). Es mejor usar tres o cuatro
jobones donadores. Estos jobones tienen que estar fuertes también, con muchas crías y
comida. Apicultores pueden sacar uno o dos panales de crías de cada jobon y ponerlos
en un nuevo (González Acereto y Medellín Morales 1991). Para dividir colmenas de
xik es importante transferir unas celdas reales, donde crecen las nuevas reinas, a la
nueva colmena. Una nueva técnica para apoyar nuevas colmenas es dar alimentación
artificial en forma de miel de Apis o a vece jarabe de azúcar, pero a veces eso presenta
la posibilidad de contraer enfermedades de Apis (Gonzáles Acereto y Araujo Freitas
2005).
El calendario de la apicultura es muy importante porque toma en cuento cuanta
comida y cuantos depredadores hay. De octubre a diciembre es la precosecha cuando
las colmenas crecen y se pueden obtener nuevas colmenas y apoyarlas con alimentación
artificial. De enero a mayo es la cosecha es la cosecha; en esta época las plantas claves
tsitsilché y pajonal crecen. De junio a septiembre, la estación de lluvia, es post-cosecha,
un tiempo de menos actividad en las colmenas (Calendario apibotánico). No es
recomendable que los apicultores hagan divisiones en la época de lluvias porque hay
menos comida y más nenem. Aunque unas cosechas están en épocas apropiadas, otras
no lo están porque son parte de alguna tradición religioso. En el pasado no era tan mala,
pero ahora con la deforestación y menos comida cosechar en otra época deja la colmena
vulnerable a ser robado por abejas extranjeras (Gonzáles Acereto y Araujo Freitas
2005). Entonces los apicultores de abejas nativas necesitan tener cuidado de seguir el
calendario y hacer lo que puede para mantener saludables las colmenas, especialmente
con las meliponas que son menos fuertes que las xik. Colmenas fuertes son menos
susceptibles a parásitos como el nenem (Gonzáles Acereto y Araujo Freitas 2005).
Análisis:
Observé varias maneras de pensar en las abejas nativas y su conservación en los
lugares que visité. La contraste entre Yaxunah y los otros dos es el más visible porque
la escuela y la granja, debido a que son parte de la misma red, tienen puntos de vista
más semejantes.
Me parece que la manera de pensar en las meliponas, especialmente como una
especie en peligro, es diferente en Yaxunah que mi manera de pensar en ellas. A mi me
gusta pensar en estos temas del punto de vista del animal. Aunque me interesan muchos
aspectos de la apicultura, incluso su papel en la cultura, mis pensamientos empiezan con
las abejas y sus amenazas. Pero los ciudadanos de Yaxunah parecen pensar más en el
proceso da cuidar las colmenas y cosechar la miel. Está claro que respetan las abejas
pero creo que tienen una actitud más práctica que la mía. Para ellos, las abejas son más
que insectos hermosos y útiles. Son una manera de ganar una vida. La gente de
Yaxunah hace varios trabajos; talla madera, trabaja en la milpa y crían abejas. Es
necesario pensar en cuanto van a cosechar.
Sí vi un conocimiento de las amenazas a las meliponas, pero también en una
manera diferente que mi conocimiento. Para la gente que todavía trabaja con
meliponas, las amenazas a las abejas son parte de una perdida de tradiciones y sabiduría
en general. Don Miguel cuida las meliponas de su padre pero no sabe hacer divisiones.
Pedro dijo que una razón principal por que no tenía meliponas es que no sabe hacer
divisiones tampoco. Don Jacinto lamentó que los jóvenes no tengan interés o paciencia
para aprender la sabiduría tradicional.
La organización social de Yaxunah tiene afectos interesantes en la cuida de las
meliponas. En particular, es muy interesante pensar en el papel del hotel en la
conservación de las meliponas. Por un lado, el hotel tiene muchas más meliponas que
cualquier otra persona en Yaxunah, pues solo una persona más las tiene y sólo tiene dos
jobones. Pero no sé si la situación política con el hotel va a tener un efecto negativo o
positivo para la meliponicultura en general. Por un lado, es bueno que tengan
meliponas y que mantengan la tradición de cuidarlas. Por el otro lado, Don Miguel
opina que la gente del hotel vende la miel muy cara para beneficiar a si mismos. No sé
cuantos más piensan igual, no sé cuan grave es el problema. Pero tampoco es realístico
pensar que todos van a apoyar el hotel y caerse bien con su gerente. Además Don
Miguel por lo menos todavía tiene interés en sus meliponas a pesar de que no le guste el
hotel. Pero es posible también que el hotel toque un papel bueno en promover la
meliponicultura. El hotel representa el desarrollo y el atento de ser moderno (aunque
recibe pocos huéspedes) y tal vez los jóvenes lo vean y piensen que es bueno mantener
este aspecto de la cultura. Pero todavía tengo dudas sobre si la única propiedad privada
en un pueblo que funciona bien con un ejido va a tener suficiente influencia para
difundir el uso de las meliponas, especialmente si éste no es su meta al principio.
Parecía haber menos conocimiento sobre la amenaza de la deforestación. Don
Miguel fue el único que mencionó este tema, pero ni dijo la palabra deforestación;
Habló de “bosque alto” y “bosque bajo.” Antes de este momento no sabía que la
deforestación afectaba las meliponas. También es necesario pensar en que Yaxunah es
una comunidad de artesanías, casi todas la cuales tallan madera. ¿Hay una conexión
entre el negocio de tallar madera, que incluye cortando árboles, para ganar dinero y
modernizar y la perdida de la tradición de meliponicultura?
Los dos miembros de la red Tojil Yambil pensaban en las abejas sin aguijón y la
conservación en una manera diferente de la gente de Yaxunah. La red tiene el enfoque
en la preservación de la cultura, la sostentabilidad y la agricultura orgánica y la justicia
social. Por eso pensaban directamente en temas de conservación. Destacaron las
conexiones entre las tradiciones y la agricultura ecológica. Es más fácil promover el
uso de las abejas indígenas cuando uno lo promueve a un grupo que ya valore la cultura
y la naturaleza. La red también tiene acceso a nueva tecnología a través del profesor
Acerito y su enseñanza.
Pero no todos los estudiantes de la escuela gradúan de allí y empiezan a criar sus
propias meliponas o xik. Unos que gradúan sí tratan de empezar sus granjas y criar
animales, otras empleen unas cosas que aprendieron pero no otros y parece que otros no
usan mucha de la información que aprendieron. La granja Ya’ax K’iin es una de las
granjas con el más éxito de la red. Paloma sí trató de criar meliponas, pero se encontró
otras dificultades. La contaminación en su región mató a sus abejas. Pero seguía
criando xik y bol y le gustaría tener meliponas otra vez si la contaminación aminora.
Un desafío importante de la granja es el tiempo y conocimiento que requiere. La
familia May Gómez está muy ocupada, especialmente ahora que otros miembros de la
granja han salido. Hay mucho que hacer en la granja. Afortunadamente las abejas
requieren mucho menos tiempo que otras partes de la granja como los chivos y
carneros. Pero todavía es necesario saber cuidarlas bien. Otro granjero en la red mato a
muchas de sus meliponas porque hacía demasiadas divisiones en poco tiempo. Aunque
tomó clases de la escuela de Maní no cuidó sus abejas bien.
Pero a fin de cuentos creo que el trabajo de la red de enseñar la cría de las abejas
indígenas es muy importante y muchas veces funciona. Hay acceso a instrucción y
nuevas técnicas de la apicultura (aunque nadie me ha probado que la nueva tecnología
es mejor de verdad). El programa de la UADY de prestar jobones a apicultores para
que empezaran o aumentaran sus apiarios parecía tener éxito también. No averigüé
exactamente porque terminó pero siempre es necesario pensar en los fondos cuando uno
piensa en programas así.
El acceso a estos recursos es muy importante para difundir la meliponicultura.
Los que tienen una conexión a la red tienen la suerte de recibir acceso a la información.
Pero la red no puede alcanzar a todos. No alcanza a Yaxunah donde tal vez tuviera
éxito en enseñar los métodos porque la gente parecía querer criar las meliponas mejor.
No es suficiente simplemente promover tener meliponas, es necesario que la gente sepa
cuidarlas. Los miembros de la red obviamente tenían un entendimiento más claro y
científico de la apicultura porque tenían acceso a clases de este tema.
Aunque Paloma cree que la meliponicultura es importante está muy ocupada y
no puede devotar todo su tiempo a cultivarlas o promoverlas. Es bueno que haya un
profesor de la UADY que sí lo hace (pero él está grande y Paloma quiere que pasé su
conocimiento a otro profesor) pero para continuar la tradición de la apicultura de abejas
sin aguijón es necesario que la gente normal—los campesinos, granjeros y otros—y no
solo los científicos críen estas abejas. Es crítico que la gente de los pueblos sepa esta
tradición porque los científicos no la pueden mantener solos.
Conclusión:
Hay varias conclusiones que puedo hacer después de esta investigación. Para
empezar, los apicultores, por lo menos los con éxito, entendían las abejas.
Especialmente entendían sus necesidades: protección de parásitos y comida. Entendían
que para sostener la producción de las colmenas no pueden sacar demasiados de los
recursos de las abejas.
Observé abejas nativas en lugares con varios métodos de distribuir el terreno.
En Yaxunah la mayoría de la tierra es parte del ejido, pero el lugar con más meliponas
es el campamento, propiedad privada. La granja Ya’ax K’iin es propiedad privada y
creo que la escuela también. Pero el hotel y especialmente la red son propiedades
privadas pero unas que piensan en la naturaleza y la cultura también. No observé
muchas abejas nativas en tierra ejidal ni en granjas más “tradicionales,” pero tampoco
tenía la oportunidad de buscarlas.
Encontré dos tipos de amenazas principales a las abejas nativas. El primer tipo
es lo personal, la falta de interés o conocimiento de la cría de abejas sin aguijón.
Programas como la escuela de agricultura ecológica y el de la UADY ayudan a combatir
esta amenaza, pero más programas son necesarios para alcanzar a más gente y promover
este arte. El segundo tipo de amenaza son las cosas más grandes como la deforestación,
la contaminación y los huracanes. Requerirá más esfuerzo combatir estos problemas
porque tienen una escala más grande. Pero creo que programas que promueven el arte,
la agricultura ecológica o la conservación pueden ayudar con estos problemas también
—la gente con acceso a este tipo de programa, la gente de la red, tenía el mejor
entendimiento de estas amenazas.
La conclusión más importante que puedo hacer es ésta: Los que están más
involucrados y tienen más éxito con criar abejas nativas son los con la mayor conciencia
y pensamiento crítico de los cambios que están ocurriendo. Son los que piensan más en
la conservación de la cultura, la naturaleza y las abejas nativas. Esta conciencia es clave
porque permite que la gente decida que quieren preservar sus tradiciones y su
naturaleza, incluso especies nativas. Observé este tipo de pensamiento más en los sitios
de la red que en Yaxunah y observé una balancea mejor entre lo tradicional y lo
moderno en estos mismos lugares. En Yaxunah muchas familias tenían la televisión
prendida casi todo el tiempo que estaban en casa, aun durante las comidas. En
contraste, la familia May Gómez solo miraba un poco de televisión cada noche en forma
de una telenovela o un noticiero. La familia pasaba mucho tiempo trabajando en la
granja orgánica. Esto no quiere decir que la gente no puede modernizar, al contrario
están tratando de mejorar sus vidas y el mundo (dijeron esto mismo) mientras
conservan sus tradiciones y tierra. Las abejas nativas tienen un parte en esto; son
importantes para ambos la cultura y la naturaleza.
Reflexiones de la experiencia:
El proceso de hacer este proyecto fue increíble. Empecé el programa de Yucatán
con interés el la preservación de ambos la cultura y la naturaleza, descubrí las abejas sin
aguijón y a través de mis investigaciones regresé al misma idea con que empecé.
Aprendí mucho sobre recoger información y pensar en ella críticamente para averiguar
la situación verdadera. Tenía la oportunidad de visitar varios sitios y participar en una
cosecha.
Los puntos altos de mi investigación eran la cosecha y encontrar gente en
Yucatán que trabajan para la conservación y la sostentabilidad. Me gustó mucho que
podía participar en el proceso de cultivar la tierra y ayudar a la familia May Gómez.
Además de aprender sobre la apicultura aprendí mucho sobre tener una granja y cuidar
los animales. Los puntos bajos eran las pláticas en que la gente me dijo que hay muy
pocas meliponas, que hay un peligro verdadero que la tradición de la meliponicultura
termine.
Cuando decidí que quería estudiar las abejas nativas era mi intención trabajar y
estudiar en un apiario, pero no pude encontrar uno en el poco tiempo que tenía. Mis
experiencias en la granja y la escuela eran muy interesantes, especialmente porque los
dos tenían el enfoque de la conservación, pero trabajar en un apiario tal vez hubiera
producido resultados interesantes también. Sí hiciera el proceso otra vez, haría más
preguntas, especialmente en la granja. Suelo no hablar mucho con gente que no
conozco muy bien y esto pasó un poco durante mis estancias. Trataría de usar métodos
diferentes de entrevistar, especialmente de escribir durante una entrevista. También
trataría de hablar con más gente especialmente jóvenes y personas con menos
conexiones con la apicultura para saber sus puntos de vista.
Hay muchas oportunidades de investigar más acerca de estos temas. Sería muy
interesante entrevistar una variedad de personas en los pueblos para aprender sus puntos
de vista. Me gustaría saber más sobre las actitudes de la gente que no tienen conexiones
tan fuertes con organizaciones como la red. También sería bueno estudiar los esfuerzos
que hay para promover la meliponicultura y hablar con la gente que la estudia y
promueve profesionalmente. Estas cosas proveerían un entendimiento mejor del estado
de la apicultura de abejas sin aguijón, una tradición que se debe mantener.
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