Post on 19-Mar-2016
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Los personajes son la savia vital de un relato. Es fácil decidir un trasfondo,
pero poblar ese trasfondo con personajes vivos conlleva un complejo
proceso.
Podemos hablar de dos tipos de escritores, unos escriben directamente
acerca del personaje y piensan en él ante todo, desarrollan líneas
arguméntales a partir de los caracteres de estos. Los otros seleccionan un
escenario y un período y después deciden qué personajes encajarán en
este marco.
Precisamente, lo bueno de la escritura es la
posibilidad que ofrece de elegir entre
numerosas opciones. Pero nunca debes
olvidar que por muy dramática que sea tu
prosa, las emociones son tanto o más
efectivas a través de los ojos de tus
personajes. Se trata de una historia y tú eres
únicamente quien la transmite, viéndola a
través de los ojos y contándola a través de sus voces.
El lector necesita participar de la historia, implicarlo pronto a partir de su
interés por los personajes es implicarlo durante el resto del libro.
Conflicto y motivación:
Para mostrar al lector pendiente de los sucesos que les toca vivir a los
personajes, estos tendrán que enfrentarse a problemas y conflictos.
Una fórmula eficaz es ver a estos personajes enfrentados. Si estos
personajes no están metidos en algún tipo de conflicto, serán como de
cartón o de piedra, unidimensionales, carecerán del relieve necesario para
ofrecer interés.
Para ello los conflictos deben provenir de distintos factores:
- El mundo interno del personaje, su propia conciencia.
- El enfrentamiento con otros personajes
- La sociedad
- El conflicto con su entorno
En la ficción, el conflicto verbal es evidentemente el modo más fácil y
efectivo de mostrar la tensión entre los participantes del relato,
especialmente cuando se trata de algún tipo de enfrentamiento. No hay
nada como una discusión agresiva para dotar de vida a los personajes.
Nunca te reprimas al desarrollar una discusión importante en un relato.
Escribe con la máxima potencia, empleando el mayor número de palabras
posibles emotivas a tu alcance.
Pero debes recordar que dicha discusión debe ser relevante para el
conjunto del relato, no debe estar incluida porque sí.
Una técnica para intensificar la tensión son frases cortas y diálogo en
“staccato” (frases cortas no terminadas; cierre de la boca del personaje).
Los conflictos entre personajes deben
surgir de la naturaleza misma de los
personajes y de las situaciones en las
que los haces participar.
Dichos componentes deben presentar
marcadas diferencias que habrás
señalado previamente en su ficha. De
nada sirve tener dos personajes de
temperamento tan similar que nunca
lleguen a discutir.
Decidas lo que decidas como autor
acerca de tus personajes, apréndete
esto de memoria: Sin conflicto no hay
relato.
La motivación debería ser una prioridad al crear tus personajes. Eso se
resuelve preguntando ¿Por qué….? Un personaje hace lo que hace.
El autor de ficción nunca debe perder la curiosidad infantil hacia la gente,
sobre lo que les rodea, lo que les gusta y el por qué de sus acciones.
Las razones por los que tus personajes actúan como lo hacen deben estar
claras en tu mente, porque ninguna acción de los personajes debería
quedar sin explicación.
El lector puede exasperarse y abandonar el libro si se encuentra con que
los personajes hacen cosas ajenas al contexto que actuaban hasta ese
momento. Manipular a los personajes para que se comporten como
deseas, no significa que les hagas participar en escenas de las que nunca
participarían o hacerles pronunciar palabras que no dirían.
Si has sido capaz de llegar a conocer a cada personaje en profundidad
antes de empezar a escribir y has crecido mentalmente con ellos mientras
escribías, rechazarás las falsas acciones o los falsos parlamentos como un
hecho matemático y normal.
Es en el relato, como mundo completo desde la motivación, donde los
personajes desempeñan un papel esencial
El argumento no existiría si tus personajes no tienen una motivación vital
para sus acciones, si no calculas que cada fase de comportamiento debe
llevarles más lejos. De este sistema complejo depende el desarrollo de
cada argumento. Las acciones principales del personaje dependen de una
motivación (justificación o causa).
Esta serie de motivaciones debe ser tan coherente como para establecer
naturalmente una cadena. La cadena debe constituirse entre las
motivaciones, es la base que sostenga el desarrollo del argumento.
No es necesario que el personaje conozca claramente sus motivaciones;
quien debe conocerlas eres tú como autor.
Ficha de personaje; protagonistas y secundarios
No olvides que el personaje central del relato tiene que dominar las
páginas hasta el punto de que cualquier otro personaje quede supeditado
a él.
Crear al personaje o los personajes principales a partir de una idea que se
va perfilando en tu imaginación es un buen camino, si respetas el hilo que
te permite construir el personaje de un modo coherente.
Para ello puedes recurrir a:
-Fotografías
-Confeccionar un inventario de las características del personaje. Lo
que llamamos ficha de personaje.
Te será útil confeccionarla, aunque cuando desarrolles la historia sólo
utilices una pequeña parte de la ficha, esta te dirá mucho acerca de la
personalidad del protagonista
Ejemplo de personaje:
• Antonio Gómez Herrado
• Cuarenta y dos años
• Militar retirado, desea que su hijo siga sus pasos.
• Pinta cuadros mientras se cura de su enfermedad.
• Proviene de un pueblo de Teruel.
• Vive con su mujer, su hijo pequeño y un gato. Hace tres años que no
sabe nada de su hijo mayor.
• Se encarga de las plantas todas las mañanas
• Pelo moreno corto, bigote recto, suele ir vestido con ropa masculino
desfasada un par de temporadas. Alguna vez se pone corbatas de
colores cuando quiere ser informal.
• Se crió con su padre, pastor, que le enseño todos los rudimentos del
pastoreo, las tareas del campo y a leer y escribir. A los doce años
parte hacia la capital de la provincia para ir a un colegio mayor.
• Fue herido durante unas prácticas en la pierna. Cobra una pensión
del ejército.
• Su forma de hablar parca y seca hacen creer a la gente que siempre
está de mal humor. Tiene pocos amigos igual de serios que él.
• Le cuesta mucho entablar amistades. A pesar de que lleva diez años
yendo al mismo bar todavía no conoce el nombre del camarero y de
ninguno de los clientes.
• Sueña con hace una gran exposición en el museo militar.
• Se siente más exaltado cuando se toma un par de copas de ron.
• Recuerda constantemente a su padre como un ejemplo del trabajo
duro y de la honradez.
Considera a los personajes como principales, secundarios y figurantes.
- Los principales son aquellos que llevan el peso de la acción.
- Los secundarios complementan al principal y deben restringirse a
su papel.
- Los figurantes tienen momentos esporádicos para realzar un
momento del relato.
Ocurre que los personajes no viven ni deberían vivir aislados. Tienen toda
una historia personal antes de que el relato empiece. Todos tienen una
serie de relaciones con su entorno que debe quedar claro para el autor.
Una de las cosas más complicadas es saber cuántos personajes hay que
incluir y qué importancia hay que otorgarles. Hay dos reglas:
1) Cuanto más corta es la pieza de ficción, menos personajes.
2) Cada personaje debe tener una función insustituible.
Algunos autores presentan la lista de personajes y de la relación entre
ellos en la primera página, como si fuera el reparto de una película o una
obra teatral.
Si bien no es algo habitual, podrías usarlo como método previo a la
escritura de una novela con muchos personajes para poder ver el reparto
de un vistazo y decidir con más seguridad cómo moverlo de capítulo en
capítulo.
Los personajes secundarios rodean y apoyan a los personajes principales,
participan de forma decisiva en el relato y provocan ciertas reacciones y la
consecuente acción en el relato. Tienen un papel breve y útil.
Una de las mayores dificultades es establecer la verdadera frontera entre
personajes principales y secundarios.
Puedes encontrarte con dos protagonistas luchando por el papel principal
en el relato, cuando uno de ellos había sido al principio un secundario.
Es una manera de comprobar que tus personajes ya no están tan bien
definidos como al principio. Es como cuando el escritor dice “los
personajes cobran vida propia y es como si estuvieran actuando por su
cuenta”. Es bueno, por un lado, porque los personajes han adquirido
profundidad pero la trama se ha ido de las manos. No hay que permitir
que los personajes secundarios se superpongan a los principales.
Los figurantes, su función es la de secundarios en ciertos episodios.
Raramente tienen nombre. El lector no necesita saber su nombre ni sus
atributos, básicamente son extras.
Puede ser una tentación incluir personajes innecesarios así como es una
tentación incluir en el relato ciertos detalles de cada participante que
puedan ser interesantes pero prescindibles. Recuerda que las referencias
triviales hacen que el lector pierda de vista el verdadero objetivo.
No es difícil insertar situaciones en las que se necesite a un figurante pero
también debe ser posible hacerle desaparecer sin que afecte al
argumento, ni a los personajes principales, porque el papel de un
figurante consiste en pasar desapercibido.
Voces y diálogo:
Es sabido que el diálogo es una conversación entre dos o más personajes.
En la vida real, está constituido por frases entrecortadas e incluye el
discurso cotidiano y trivial. Pero en la ficción no hay lugar para frases que
no sean significativas, incluso en la
conversación más intrascendente debe
mostrar algo de los personajes
implicados.
Un objetivo ineludible es conseguir que
se expresen de acuerdo a su
personalidad.
Tras decidir su nombre, puede ser
conveniente darle una voz a cada
personaje. Una voz única. Aférrate a ella
e identifica a tus personajes con la voz
“·$%$·$%”
que le has dado. Imagina esa voz. Es más, así ya no te olvidarás a mitad del
relato de cuál era la impresión que querías dar con ese personaje, ni le
cambiarás la personalidad por accidente.
La impresión que provoca la voz del personaje no debe subestimarse.
Aunque el modo en que tu personaje hable cambie dependiendo del
interlocutor. Si el personaje está bien caracterizado, la voz siempre será la
misma.
Lo que no hay que hacer
Lo que tu personaje dice y cómo lo dice puede darle o quitarle credibilidad
al texto. Es fácil escribir un mal dialogo, en el que no está diciendo algo
realmente de interés.
Reiterar algo cuando se sobreentiende o incluir explicaciones ajenas a la
misma, así como discutir sobre temas mundanos son las causas de un
dialogo débil y pobre.
Es imprescindible que otorgues a tus personajes un modo de hablar
natural. No hace falta especificar cada línea de dialogo entre dos
personajes claramente diferenciados.
Consideraciones finales:
- Los dialectos son difíciles de leer
- Una sola palabra puede caracterizar a un personaje
- Las variantes “dijo él” y “dijo ella”, hay que usarlas con moderación
- A cada clase social, un modo de expresarse.
Sé sincero con los personajes, tienes que eludir tus prejuicios y prestar
atención a los mínimos detalles.
Por ejemplo:
Parecía como si hubieran estado volando en su avión supersónico durante
horas. Por fin la batalla había terminado. El alivio se asomaba en sus
rostros, y Tom habló animadamente a su artillero.
-Qué contento estaré cuando lleguemos a casa después de esta misión,
Richard, seguro que el domingo me preparan una buena en casa; olvídate
de buscar aviones enemigos durante un tiempo.
-¡Tú y tu comida del domingo! Es un milagro que quepas en la cabina con
todo lo que comes. Tu mujer se merece una medalla por alimentarte
como lo hace.
-Mira Richard ahí viene uno de esos malditos, directamente desde el sol
como de costumbre, los astutos diablos. ¡Atácalo, Richard!
El diálogo anterior tiene un serio problema: no se puede identificar a los
personajes por la forma en la que hablan. A pesar de ser el artillero,
Richard habla a Tom como a un subordinado.
Desarrollo del personaje
Un relato se compone de muchos elementos y para determinar la
resolución del conflicto, no debes pensar exclusivamente en el personaje
principal y la acción que realice.
Pero sobre todo no debemos permitir que se desvíen de la ruta que
hemos planificado para ellos.
Por mucho que creas que conoces a tus personajes, la verdadera
construcción tiene lugar a medida que avanza tu escritura.
Puede desarrollarse mentalmente o físicamente, pero lo principal es no
perder de vista los posibles cambios experimentados por los personajes.
Para que el personaje resulte consistente debe estar desarrollado
respondiendo a la motivación que le hace actuar y pensar de determinada
manera en su primera aparición.
Una condición fundamental es que los cambios surgido por el personaje
de cómo resultado un carácter coherente. Para ello es conveniente que
diseñes un plan de trabajo para no descuidar la información. Preguntarse:
- ¿Cómo sobrellevaron las crisis?
- ¿Cómo reaccionaran al afrontar situaciones límite?
- ¿Cómo afrontaran una situación inesperada?
- ¿Cómo acataran las situaciones naturales, como la muerte?
Lo importante es diseñar un
cambio o un crecimiento del
personaje y desarrollar el
relato de modo que el lector
perciba que el personaje
cambia en algún sentido
(puede también no cambiar
porque el relato lo exige). El
personaje puede saberlo o no.
Prescindibles son los personajes de los que se necesita disponer en una
parte del relato y prescindir en determinado momento, eliminarlos del
argumento de una lógica y eficiente.
Si no eliminamos los personajes prescindibles, estos desarticularan la
trama y restaran intensidad al conjunto.
Lo fundamental es saber cuándo y cómo hacerlo, en que momento y
mediante qué tipo de escenas.
Norma: Implícate con los sentimientos de tus personajes y también los
lectores lo harán.
Escritura visual
Se trata de utilizar las palabras más apropiadas dentro del contexto
gramatical y sintáctico dispuesto a las descripciones más emotivas.
¿Cómo debes proceder a la práctica?
Releer tu relato tantas veces como sea necesario hasta detectar si el uso
de palabras cotidianas habituales en el discurso diario, los errores
tipográficos, ortográficos, de puntuación o sintácticos obstaculizan la
visión de las escenas. Si es así dedícate a corregir este problema.
Al contar o al expandir, durante la corrección, el objetivo último es la
claridad en la exposición.
Cuando la revisión se refiere específicamente a los personajes se trata de
controlar las formas lingüísticas.
Utiliza las palabras visualmente más significativas para describir a los
personajes, las que definan y destaque su personalidad.
En todos los casos lo que diferencia a los personajes y hace que algunos
llamen la atención dentro del conjunto puede ser alguno de los siguientes
aspectos:
- Su actitud
- Sus accesorios
Existen modos clásicos de convertir a un personaje corriente en alguien
distinto. Uno de estos modos es la lucha interna del personaje que se
enfrenta y vence a sus propias contradicciones en una situación límite.
Otro método es el uso del color en el personaje que facilita y potencia la
descripción, para ello debes conocer los matices y el significado real o
simbólico de estos.
El lenguaje corporal es sumamente útil para destacar rasgos de
personalidad en un personaje. Tomar nota de los movimientos corporales
que frecuenta y aclara en que momento social o individual corresponde
cada movimiento observando, es un truco muy útil para explicar.
Los adornos y accesorios materiales que lleva tu personaje también dirán
mucho acerca de ellos, como:
- Accesorios
- Medios de transporte
- Uniformes
- Rasgos corporales
- Animales domésticos
Debes conocer todos los detalles posibles sobre tus personajes,
incluyendo la comida y bebida que prefieren y utilizar una buena cantidad
de ellos.
Puedes otorgarles además distintas profesiones, estilos de vida más allá
de los vividos sucesos y de los incidentes que protagonizan. Así como
vivencias dramáticas personales. Es aconsejable que tengan su espacio
propio en el cual los otros personajes puedan entrar o no, que aunque no
aparezca, debes construir. También se desprende de allí ciertas reacciones
del personaje.
El objetivo principal y último que debes perseguir es conocerlos y
comprenderlos para que ellos mismos te digan cómo pueden actuar y qué
cosas les puede pasar. Los personajes que viven y respiran en tu mente te
mostraran claramente cómo quieren afrontar las situaciones que inventes
para ellos.