Post on 27-Nov-2018
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Una melancólicaconsideración sobre el
tiempo
En este siglo la Iirica brasileña ha contribuido significativamente a la formación de la nueva poesía latinoamericana. Si bien. como explica Angel Crespoen la introducción de su Antología de lapoesía brasileña. el interés por esta lírica se despertó entre los lectores de lengua castellana en la década de los 40.ahora. en nuestros días. son frecuenteslos juicios que señalan la riqueza no sólo de la poesía sino de la literatura brasileña en general. En México. pesea losensayos y artículos que hacen menciónde la importancia de esta literatura. aúnpermanecemos en el nivel de las referencias ya que el principal obstáculoque enfrentan las obras en lengua'por tuguesa es la casi inexistencia de traducciones al español. De ahí que las recientes publicaciones que ha realizadoPremiá sobre poetas de trayectoria notable como son Manuel Bandeira. Cabral de Mela Neto. Carlos Drumond oLedo Ivo (a esto hay que agregar la contribución de algún material de lectura(UNAM) y la aparícíén esporádica decuentos y poemas en suplementos y revistas culturales). constituya un esfuerzo apreciable que empieza a acercarrealmente a nuestro público lector auna literatura casi desconocida.
La poesía brasileña contemporánease inicia propiamente con el Modernismo. Este movimiento tuvo distintasetapas que acogieron diversos grupos ytentativas y en los que la activ idad másradical y prolífica estuvo a cargo depoetas. es decir que en estos periodosno abundan las poetas. salvo CeciliaMeireles (1901-1964) cuya obra merece figurar junto a la de los exponentesmodernistas. y de quien se ha editadouna antología que reúne una serie depoemas bajo el título de La materia deltiempo.
.. Cecilia Melrel..: L. mlltWúl tM/ tJ.mpo.PremiA. M'xico. 1983 . ITraduccl6n: MaricalaTerlln.1
La materia del tiempo está const ituida por poemas que pertenecen a laproducción madura de Meireles queparte de Viaje (t 939) y se prolonga enlos años 40. 50. 60 -por ejemploVaga música (1942). Mar absoluto yotros poemas (19451. Canciones(1956). Metal rosicler (1960). Solombra (1963) .
Si comparamos este libro con cualquiera de las anteriores antologías depoetas modernistas que han sido publi cadas por la misma editorial. encontramos en sus textos una atmósfera espiritual y una tónica diferentes. Sucedeque Cecilia Meireles fue contemporánea del movimiento modernista pero nouna autora modernista. Como se sabeel Modern ismo brasileño fue el equivalente de la vanguardia europea en losaños 20 y 30. Y respondió. sobre todo.a la necesidad de encontrar una ident idad cultural propia. Los poetas moderonistas fundaron una estética nueva quealentó la innovación del lenguaje poét ico. la recuperación del léxico coloquial .el uso del verso libre. la exploración dela sensibilidad urbana y el rompimientocon las estructuras arcaizantes del sigloXIX. a la vez que intentó establecer unaconsonancia entre la literatura y losnuevos problemas nacionales (concretamente la floreciente modernizaciónindustrial del Brasil). El Modernismoasumió una actividad más crítica queculminaría en la poesía concreta de ladécada de los 50.
Cecilia Meireles no participó del programa modernista. Heredera de las tradiciones simbolistas y neo-parnasiana-cuyas influencias están vivas en los libros iniciales Nunca más . . . y Poemade poemas (1923). Baladas para el rey(1925)- y afiliada en los primeros añosal movimiento espiritualista que buscaba la renovación de las letras siguiendolos principios "pensamiento filosófico" ."tradición" y "universalidad". Meirelestransformó las influencias recibidas enun estilo que comunicó la trágica paradoja de sus anhelos. Considerando allenguaje cotidiano insuficiente para laconstrucción del mensaje poético. noutilizÓ las posibilidades líricas del portu gués coloquial que tanto exaltaba~ losmodernistas. pero tampoco acepto lasformas tradicionales sin el cuestionamiento. adaptando los medios a sus
- preocupaciones metafísicas. En realidad profesó un eclecticismo que se nutrió de fuentes tan diversas como pue-
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den ser las conceptualizaciones barrocas. las sugerencias simbolistas o lacontención justa del equilibrio clásico.
En los poemas de La materia deltiempo dos aspectos predominan. porun lado la act itud mística de la autora.que propone una revalorización de laexperienc ia cot idiana; y por otro. laconciencia angust iosa de que la temporalidad de la vida es insuperable. Laconc iencia de la fugacidad se convierteen el eje principal de la poesía de Meireles y es por la manera como asumeeste confl icto -contraparte de la contemplación que asimila un mundo enperpetuo movimiento- que su obra sesitúa dentro de la moderna poesía brasileña.
Preocupada por la fragil idad de unamateria pronta a desgastarse. la sensibilidad de Meireles se afana por aprehender el espectáculo del universo. Enuna entrevista Cecilia Meireles recordócómo en su infancia solitaria y silenciosa fue descubriendo las áreas mágicasde la realidad y cómo ejercitó. por medio de esa visión infanti l. la aprehensiónsiempre nueva de la naturaleza. los cielos estrellados. los frutos maduros o ellimo de los estanques. Y es la visión delmundo " visto a través de un prismade luz" la que su poesía conserva. Cecilia Meireles es una poeta sensualistaaten ta a los estímulos externos queprov ienen de los múlt iples aspectos dela vida. sea vegetal. humana o animal.En su poesía la naturaleza se erige enconcie rto de sutiles matices que sintetiza colores. olores. asociaciones visuales y auditi vas:
Me enredé en florestasentre cánt icos y musgos.Posé mis ojos en el eléctricomar azul. lleno de músicas.
(p. 16. Viaje)
I Hoy día de sol y de brumacon este silencioso color sobre las
piedras y las hojas
(p. 51 . Elegía)
El ser más diminuto. la piedra detenida.el color de la rosa. la muerte. el golpe dela lluv ia sobre las hojas. la ausencia.Dios. todo es materia de poesía. A esterespecto Darcy Damascenoha serialadolos complejos procedimientos que dan ala realidad física del poema lafuerza sen-
sitiva de la percepción del mundo circundante. A pesar de que los sentidos sonlos principales catalizadores de la realidad. el conocimiento en Meireles no seextingue en la turbada intuición del almaexaltada sino que permanece en la inteligencia. Después del primer deslumbramiento en que objeto y sujeto puedenconfundirse. Meireles considera e interpreta al objeto en sus elementos mássignificativos e imperceptibles y construye esa misma realidad bajo una nuevaluz enriquecida por la actividad de su visión amorosa.
Puse mi sueño en un navíoy el navío sobre el mar :abrí luego el mar con las manose hice a mi sueño perderse.
Aún están mojadas mis manosde un azul de entreabiertas notasy el color que escurren mis dedostii'\e las arenas desiertas.
(p. 20. Viaje)
La captación física simple se recomponemediante el procedimiento de la sustitución de la cosa por el atributo. En lugar deutilizar el sustantivo agua. la poeta se refiere o nombra este elemento con su ca-
Manuel Bandeira
RESEÑAS
racterística primordial "azul".después ladenominación "azul" se convierte en latotalidad"color" ;1 el resultado es la aguda impresión visual que recibimos.
El interés panteísta de la poesía deCecilia Meireles se funda en la idea deque el poema esel único medioque fija loque hay de permanente en cada transfiguración ("Mas la vida. la vida. la vida/lavida sólo es posible reinventada"; p. 28.Vaga música); el poema sustrae la belleza del instante y eterniza al objeto en suplenitud al mismo tiempo que comunicasu ininterrumpida mutación:
Me gusta la gota de agua que seequilibra
en la hoja lisa. temblando al viento.
Todo el universo secreto vibra en el .océano del aire:
y la gota resiste en su aislamiento.
Su cristal simple reprime la forma enel incierto instante
pronto a caer. pronto a quedar limpioy preciso.
1 Este ejemplo es citado por Darcy Damascenoen la Introducción del libro Cecilis Me¡reles, Florde poemes. Editora Nova Fronteira. Brasil. 1972:4a. edi<:io. 30S pp.
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y la hoja es un pequeño desiertopor la inmensidad del acto
(p. 21. Viaje)
Unas veces lírica-sensible y otras másconceptual. la expresión luminosa de lanaturaleza física se encuentra enindisoluble relación con la presenciahumana. pues ambas se integran porigual al flujo vida/muerte:
Un jardinero desconocido seocupará de la simetría
de ese pequei'lo mundo en que estás.
Sus manos vivas caminarán sobrelas tuyas. en descanso
ILas tuyas que sembrabanprimaveras y ctoños,
cerradas en semillas y escondidas enla flor!
(p. 45. Elegía)
Pero no era sólo esto. el crep\Jsculo :Faltan tus dos brazos apoyados en
una ventana. entre flores.
y entre tus manos tu rostroaprendiendo con las nubes la suerte
de las transformaciones.
(p. 49. Elegía)
La conciencia estética de Meireles estáimpregnada de un profundo deseo detrascendencia incapaz de consumarse.A diferencia de los poetas modernistasque se preocupan por problemas deíndole secular. Cecilia Meireles participade un lirismo religioso que se debateentre lo efímero y lo eterno. En algunaocasión Meireles aseguró que : "La noción o sentimiento de la transitoriedadde todo es el fundamento de mi personalidad". esta certeza tiene que concretizarse en la búsqueda del absoluto.Pero el absoluto tiene su vía en el mundosensible. es entonces necesaria la re- ¡fcreación de la naturaleza; Meireles ve en ícualquiera de las manifestaciones delmundo natural una presencia que continuamente se repite. A medida que laconciencia de lo finito se va imponiendo.el desengai'lo -la imposible permanen-cia de los seres- se transforma en un escepticismoquesi bien se manifiesta en laobra de los años 40.
Aunque Dios conmigo no habla, yosé que me conoce.
A antiguos vientos brindé mi llanto.Laestrella sube, la estrella baja. . .espero mi propia llegada.
alguien cuenta mi historiay alguien, a los personajes mata.
(p. 30, Vaga música)
en los poemas de lOS años 50 y 60 seconsuma por completo. Con frecuencialos textos pertenecientes a estosperiodos terminan con una reflexióndolorosa.
No tenemos bienes, no tenemostierra
y no vemos a ningún pariente.Losamigos, difuntos,y el resto insensible e incierto.Entre voces contradictoriasDios es omnipotente:Dios respondía en el pasadoy hoy ya no responde.
Soñamos ser. Mas ¡ayl ¿Quiénessomos
en esta alucinada muchedumbr~
(p. 86 , Metal rosicler)
La obra poética de Cecilia Meirelestestimonia un irresoluble dilema: elsentimiento de la orfandad cósmica y eldeseo de una sacralidad imposible. Latemporalidad encarnada en el ciclorepetitivo del nacer, crecer y morir,reitera la incapacidad de abarcar elabsoluto al igual que reafirma lanecesidad que de él tenemos. El únicoconsuelo que queda es el poema, puntomediador entre vida y tiempo. Queda elcanto, testimonio permanente denuestro fugaz paso sobre la tierra.
Canto porque el tiempo existey está completa mi vida.No soy alegre ni amargo:soy poeta.
Séque canto. Y la canción es todo .El ritmo del ala tiene sangre eterna.y un día sé que estaré mudo:ya nada.
(p. 23, Viaje)
Rocío Montiel
Una muestradispareja
Era necesaria una muestra actualizadade lo que es, o mejor: lo que fue la poesía española de postguerra. España hasido siempre para Latinoamérica unamuestra extraña de seducción y desencanto. Lo primero es comprensible : esel modelo metropolitano que trata portodas las formas de incidir ideológicamente en sus neocolonias. Esto es tancierto que la verdadera cultura latinoamericana (incluyendo a Brasil. por loque es pasible de ser ampliado el modelo a lo ibero) siempre ha sido una alternativa crítica a los patrones europeos, cuando no verdaderos gestos dedevorac ión antropofágica de los valoresestablecidos por la metrópoli . Hay doscasos paradigmáticos alternativos a la
Ji¡,. José Olivio Jiménez / Dionisio Cailas : 7poetas españoles de hoy. Editorial Oasis , México, 1983.
Jaime Gil de Biedma
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influencia crítica en lo que se refiere anuestra poesía: los de Sor Juana y Rubén Darío. De manera que era de esperarse una puesta al día en lo q~e concierne a la poesía de postguerra española como adelante de una puesta aldía totalizadora de la poesía espai\ola.De ahí que José Dlivio Jiménez y Dioni·sio Cañas han reunido en un solo volu;men a siete poetas de la llamada generación de postguerra : por orden deaparición. José Hierro, Carlos Bousollo,Angel González, Jaime Gil de Biedma,José Angel Valente, Francisco Brinas yClaudio Rodríguez.
Un rasgo se hace evidente a losojosdel crítico en forma inmediata en lapoesía de estos siete poetas, que tocaatodos por igual: la huída más queobviade todo tipo de experimentalismo. Eneste aspecto. esta poesía de postguerrase opone a ciertos credos de la generación del 27 . que había patentado unpurismo que en el plano del lenguaje,seveía a través de una intensa búsqueda