Post on 02-May-2020
FEDERACIÓN ORNITOLÓGICA CULTURAL DEPORTIVA DE CASTILLA Y LEÓN
“MACRORHABDUS
ORNITHOGASTER, LAS MAL
LLAMADAS MEGABACTERIAS”
Autor: Juan Diego Refoyo Vizán (Veterinario especializado en exóticos, Clínica Vet.
Sylvestralia)
Ldo. en Biología, Ldo. en Ciencia y Tecnología de los alimentos y Ldo. en Veterinaria.
FIGURA 1: Megabacterias en proventrículo de pollo de canario.
FEDERACIÓN ORNITOLÓGICA CULTURAL DEPORTIVA DE CASTILLA Y LEÓN
INTRODUCCIÓN
Es por todos conocidos la relación existente entre el hombre y los animales extraídos del
medio natural para ser domesticados y mantenidos como “mascotas”, desde tiempos
inmemoriables.
La medicina y clínica de exóticos incluye a todos aquellos animales diferentes de perros y
gatos, y se fundamenta, en animales muchos de los cuales aún no son reconocidos como
animales domésticos, debido simplemente al apelativo que se les aplica de “exóticos”; sin
embargo muchos de estas especies llevan multitud de generaciones criándose en cautividad y
se podría decir que están tan domesticadas como nuestros queridos perros y gatos, tanto es
así, que existen multitud de mutaciones, variedades...
Además si hacemos referencia a la definición de animal doméstico dada por la RAE: “El que
pertenece a especies acostumbradas secularmente a la convivencia con el hombre y no es
susceptible de apropiación”, podríamos considerar que gran cantidad de dichas especies,
como pueden ser los periquitos, ninfas, agapornis, canarios... llevan tal cantidad de
generaciones seleccionándose por parte del hombre para agradar a nuestros sentidos, y están
tan adaptados a la vida en cautividad que implicaría una gran dificultad, por no decir
imposibilidad, un intento de readaptación a la vida silvestre por parte de estos.
Además hemos de decir que en los últimos años gran cantidad de especies principalmente
psitácidas se están comercializando en el ámbito de las “mascotas afectivas”, por su
inteligencia y capacidad para establecer algún tipo de relación afectiva entre el ave y el
hombre, acentuando dicha facilidad para establecer este tipo de relaciones mediante la cría a
mano, modificándose e interviniendo en cierta medida en función de la especie de la que se
trate, en la impronta de dichos animales.
Es por ello que este grupo de animales incluidos por nosotros dentro del grupo de los
“exóticos”, al menos en lo que incumbe a la clínica y medicina veterinaria, han tomado gran
importancia tanto económica como sociocultural en las últimas décadas, y se han abierto un
hueco importante entre los más frecuentes animales de compañía o animales afectivos, hasta
el punto que últimamente se está tratando de legislar respecto a la tenencia, mantenimiento y
cría “de todo un conjunto de lo que consideran exóticos”, aunque de manera no muy acertada.
De esta manera se puede decir que ha ido surgiendo poco a poco una nueva rama de la
veterinaria con múltiples ámbitos de aplicación destinados a este tipo de animales.
Por ello trataremos de aportar en sucesivas ediciones pequeños artículos de divulgación a
cerca de la clínica y medicina aviar, en este caso tratará de las conocidas Megabacterias.
FEDERACIÓN ORNITOLÓGICA CULTURAL DEPORTIVA DE CASTILLA Y LEÓN
TAXONOMÍA
Hasta hace poco se desconocía si se trataba de bacterias o de hongos, de hecho se le aplica
comúnmente el término de megabacterias.
Los primeros indicios que hicieron pensar que deberían incluirse en el Reino Fungi fueron el
descubrimiento de que en su pared celular había elementos formados por celulosa y quitina.
(Ravelhofer-Rotheneder et al., 2000).
La especie tipo es definida por Tomaszewski et. al. 2003 como: células vegetativas alargadas
(2–3 x 8–20 µm) que se dividen por fisión y se pueden encontrar solas o en pequeñas cadenas
formadas por dos a cuatro células.
Tomaszewski et al. (2003) realizaron un análisis filogénetico clasificándolo como un hongo
ascomiceto anamórfico.
CONDICIONES CULTURALES
Actualmente se está avanzando en este campo, y cada vez existen más estudios a este
respecto, aunque se puede decir que aún no existen con certeza unas condiciones óptimas de
crecimiento de estos microorganismos.
Algunos autores sugieren como condiciones óptimas en Medio Basal de Eagle´s, 20% suero
fetal bobino, 5% de glucosa o sacarosa a un rango de pH entre 3 h 4 y condiciones de
microareofilia a una temperatura de 42 º C. (Hannafusa et. al. 2007)
Aunque no está claro el papel del pH en las condiciones de crecimiento de estos
microorganismos en aves sin infección el pH puede variar entre 0.6 y 2,5 y sin embargo en aves
infectadas el pH se encuentra en torno a 7.
Algunos autores sostienen que el pH adecuado de crecimiento se encuentra entre 3 y 4, y que
a pH mayores el crecimiento de dicho microorganismo se ve inhibido.
Basandose en esto se han tratado animales infectados con cimetidina (tratando de elevar así el
pH) sin resultados satisfactorios.
FEDERACIÓN ORNITOLÓGICA CULTURAL DEPORTIVA DE CASTILLA Y LEÓN
FIGURA 2: Megabacteria en división (Y) en heces.
SÍNTOMAS CLÍNICOS
La enfermedad producida o en la que se encuentra implicada Macrorhabdus ornithogaster se
conoce como Macrorhabdosis o megabacteriosis.
La presentación más común es la pérdida de peso crónica. Con frecuencia se produce
regurgitación y polifagia seguida de disminución de ingesta.
En las heces pueden aparecer semillas no digeridas.
Todos estos síntomas son iguales a la enfermedad de dilatación proventricular por lo que
habría que incluirla dentro del diagnóstico diferencial.
La mortalidad puede ser alta, pero los animales pueden recuperarse espontáneamente.
TRATAMIENTO
Los objetivos del tratamiento son reducir el número de microorganismos y mejorar el estado
general e inmune de las aves. También se puede realizar un tratamiento sintomático asociado.
FEDERACIÓN ORNITOLÓGICA CULTURAL DEPORTIVA DE CASTILLA Y LEÓN
Existen referencias de que puede ser encontrado en las heces pero sobretodo se encuentra en
el istmo entre proventrículo y ventrículo, y no hay estudios a cerca de la resistencia del agente
en el ambiente.
Existen estudios que plantean que se trata de un microorganismo oportunista, provocando
mayor mortalidad asociado a desórdenes que producen inmunosupresión.
Posee amplia resistencia a medicamentos terapéuticos y antifúngicos comunes, siendo el de
mayor eficacia demostrada hasta ahora, la anfotericina B.
TRANSMISIÓN
La principal fuente de infección son las aves portadoras asintomáticas (Baker, 1997). No
existen estudios que demuestren una transmisión vertical del microorganismo, pero se piensa
que se transmite a través de la alimentación a los pollos mediante la regurgitación de la
comida y la transmisión oro-fecal son las más comunes.
Se piensa que un alojamiento conjunto de distintas especies, unido a una bioseguridad
deficiente aumentas las posibilidades de transmisión del agente.
PATOGENIA Y VIRULENCIA
Dicho microorganismo se encuentra principalmente en proventrículo y molleja, pero
fundamentalmente en el istmo que separa ambos compartimentos (también se han
encontrado en preparaciones histológicas de hígado y bazo), y en segundo lugar en el ya citado
proventrículo.
El proceso patogénico no es bien conocido. Se cree que coloniza la superficie del proventrículo,
penetrando en la pared hasta afectar a las células secretoras de mucus produciendo su atrofia.
Frecuentemente se la asocia como agente secundario que produce enfermedad tras otro
proceso que merma la capacidad inmunitaria del animal, de esta forma muchos autores
sostienen que se trata de una enfermedad multifactorial siendo muy pocos los casos en los
que se piensa que la megabacteria es la única causante del proceso patológico.
La “megabacteriosis” es una enfermedad cuya mortalidad y morbilidad dependen de la especie
de que se trate. Así en periquitos (Melopsittacus ondulatus) puede llegar a alcanzar una
elevada morbilidad y mortalidad en voladeros altamente poblados, por el contrario en
psitácidos de mediano porte y gran porte adultos la morbilidad puede ser moderada pero la
mortalidad es baja.
FEDERACIÓN ORNITOLÓGICA CULTURAL DEPORTIVA DE CASTILLA Y LEÓN
Este microorganismo se ha encontrado en multitud de especies aviares, aunque la prevalencia
dentro de cada una de dichas especies según han reflejado multitud de estudios es
relativamente baja, exceptuando en periquitos y en canarios. Se piensa que los periquitos han
sido los reservorios por medio de los cuales dicho microorganismo se ha extendido por todo el
mundo llegando a utilizar multitud de especies como hospedadores, presentándose en ellos
diferentes formas clínicas o incluso ninguna.
FIGURA 3: Canario muerto por megabacteriosis. Nótese la condición corporal.
BIBLIOGRAFÍA
ANTINOFF, N. Diagnosis and treatment options for megabacteria (Macrorhabdus
ornithogaster). Journal of Avian Medicine and Surgery, v.18, p. 189–195, 2004.
BAKER, J.R. Megabacteria in diseased and healthy budgerigars. Veterinary Record, v. 140,
p.627, 1997.
BAKER, J. R. Megabacteriosis in exhibition budgerigars. Vet Rec 1992. 131:12–14.
FILIPPICH, L. J., D. A. O'BOYLE, R. WEBB, & J. A. FUERST. Megabacteria in birds in Australia.
Aust Vet Pract 1993. 23:72–76.
FILIPPICH, L. J. & M. G. PARKER. Megabacteriosis and proventricular/ventricular disease in
psittacines and passerines. Proc Annu Conf Assoc Avian Vet. 1994;287–293.
FEDERACIÓN ORNITOLÓGICA CULTURAL DEPORTIVA DE CASTILLA Y LEÓN
HANNAFUSA, Y., A. BRADLEY, E.E. TOMASZEWSKI, M.C. LIBAL, & D.N. PHALEN. Growth and
metabolic characterization of Macrorhabdus ornithogaster. J. Vet. Diagn. Invest , 19:256–265,
2007.
HARGREAVES, R. C. A fungus commonly found in the proventriculus of small pet birds. Proc
30th West Poult Dis Conf and 15th Poult Health Symp. 1981;75.
MOORE, R. P., K. F. SNOWDEN, & D. N. PHALEN. A method of preventing transmission of so-
called “megabacteria” in budgerigars (Melopsittacus undulatus). J Avian Med Surg 2001.
15:283–287.
RAVELHOFER-ROTHENEDER, K., H. ENGELHARDT, & R. AMANN. ET AL. Untersuchungen zur
taxonomischen Einordnung von “Megabakterien.”. Proc XII DVG-Tagung über
Vogelkrankheiten. 2000;15.
RAVELHOFER-ROTHENEDER, K. & M. GAREIS. ET AL. Megabacteria infection of various avian
species. Proc XI DVG-Tagung über Vogelkrankheiten. 1998;95–104.
TOMASZEWSKI, E. K., K. S. LOGAN, & K. F. SNOWDEN. ET AL. Phylogenetic analysis identifies
the ‘megabacterium’ of birds as a novel anamorphic ascomycetous yeast,. Macrorhabdus
ornithogaster. Int J Syst Evol Microbiol 2003. 53:1201–1205.
VANHERCK, H., T. DUIJSER, & P. ZWART. ET AL. A bacterial proventriculitis in canaries. Avian
Pathology 1984. 13:561-572.